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ENRIQUE AVOGADRO

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BELÉN IGARZÁBAL

BELÉN IGARZÁBAL

Enrique Avogadro Ministro de Cultura

Desde el año pasado, como Ministerio de Cultura y en colaboración con el sector privado, comenzamos con una serie de publicaciones con distintos referentes culturales, académicos e investigadores para producir libros, contenidos audiovisuales y podcasts que desde la cultura pública nos permitan reflexionar sobre lo que estamos viviendo y hacer un aporte a la divulgación de nuevas ideas y pensadores. En esta oportunidad, una vez más acompañados de la Fundación Medifé, presentamos un libro que es fundamental para este momento: "Miradas. Género y cultura, recorridos posibles". Es fundamental por partida doble. Primero porque es un libro que aborda la construcción de la identidad a través de la cultura: desde lo mucho que influye en nuestra forma de ver la realidad cómo somos retratados culturalmente, hasta cómo el hacer y la creación cultural nos permite ser quienes realmente somos. Y segundo, por los desafíos que plantea la pandemia. En muchos campos sociales, el COVID-19 introdujo cambios que no eran completamente nuevos, sino que aceleraban fenómenos y tendencias que ya venían sucediendo. La digitalización de los contenidos culturales o la utilización de nuevas herramientas tecnológicas en la rutina diaria son un ejemplo de esto. En otros, significó la incorporación de prácticas que nunca hubiéramos creído posibles como la zoomización de los encuentros con nuestros seres queridos o los festejos de cumpleaños mediante una pantalla. Pero en muchos otros, la pandemia introdujo una amenaza directa. El camino de ampliación de derechos para las diversidades de género son un ejemplo de esto. ¿Qué se podía hacer si la pandemia lejos de funcionar como un acelerador terminaba siendo un freno? ¿Si la creciente adhesión social que se veía en las marchas por el reclamo de derechos para las minorías se detenía? ¿Iban a poder sostenerse los lugares de visibilización y de producción cultural alcanzados en este tiempo o la pandemia iba a significar un paso atrás en todos los avances? Desde hace años en nuestro país y en todo el mundo se viene consolidando un camino de transformación y de apertura para una sociedad igualitaria. En Argentina, esto se vio potenciado por la masividad y transversalidad del movimiento Ni una menos que, desde su aparición hace 6 años, llenó las calles de todo el país y desde

entonces no paró de crecer. Además, este crecimiento se articuló con el de muchos movimientos, agrupaciones, asociaciones civiles, que desde hacía décadas venían realizando un enorme trabajo de concientización y de ampliación de derechos para que la identidad no sea un elemento de segregación, persecución ni marginalización. Está claro que promover una sociedad plural, inclusiva y diversa no es tarea de una minoría. Es tarea de todos. Pero fue gracias al trabajo sustancial que estas han venido realizando que hoy, a pesar de que falta mucho por recorrer, estamos más cerca que antes. Y en ese camino, la cultura fue un aliado. El sector cultural es uno de los espacios que tiene como parte de su propia naturaleza la diversidad en un sentido amplio. Tiene sus puertas abiertas no para "dar un espacio de contención" sino para construir una realidad distinta. La creación cultural además de ser una herramienta de trabajo, también lo es de realización personal y colectiva. Desde el Ministerio de Cultura tomamos el compromiso de promover una sociedad con equidad de género y con respeto a las diversidades. En este tiempo, hemos trabajado en generar cada vez más lugares de visibilización, en ampliar las convocatorias para tener escenarios plurales y diversos, y a través de Mecenazgo, en acompañar y potenciar iniciativas concretas como el Archivo de la memoria trans y el Festival de Arte Queer, entre muchos otros. Estamos convencidos de que a través de la cultura podemos seguir desarrollando nuestra capacidad creadora como individuos y como sociedad, potenciando los cambios que van en el rumbo correcto. Parte del desafío es seguir ampliando la discusión pública, no solo para que haya más representación sino también para que haya más libertad. Este libro es un paso en ese sentido. Quiero agradecer a quienes de este libro y del ciclo de charlas. En todos los barrios de la ciudad a través de las 31 bibliotecas públicas van a poder encontrar un ejemplar en papel, además de la edición digital gratuita. Estamos seguros de que a cada espacio donde llegue este libro, con estos textos viscerales, tiernos y cargados de vida, más puertas van a seguir abriéndose. ■

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