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DANIELA GUTIERREZ

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ENRIQUE AVOGADRO

ENRIQUE AVOGADRO

Daniela Gutierrez Gerenta General Fundación Medifé

Querer ser libre es desear también que las demás lo sean. Simone de Beauvoir

He leído los textos que habitan este libro, que le dan cuerpo. Es un cuerpo diverso, un artefacto colectivo y polifónico; un espacio donde las voces cuentan historias personales que se vuelven políticas. Es -para mí, como lectora- irresistible pensar también en esa clave que va desde la experiencia más íntima a la de el lugar que ocupo en la vida pública. Miradas, es un modo de ver conjugado en plural, acentuando su variedad, la reunión de puntos de vista. Pero, además, lo que se narra son historias que hacen tangente en el punto entre cultura y género. Esta semana, en casa, y a propósito de noticias muy distintas (de los #penesdemadera al documento de identidad para personas no binarias) recordé en vos alta que mi ESI -Educación Sexual Integral- fue la que recibí en una escuela de niñas, entre niñas, mejor dicho. Todo lo aprendí de oído, entre susurros y risitas. La experiencia ajena y no siempre contada con justicia, no dejaba de ser verosímil, divertida y transgresora, y proveyó -a mí, pero también a nuestro grupo de amigas- una florida imaginación, muy poco informada en las certezas de la naturaleza y la biología y, sobre todo; altísimamente contaminada de mundos sentimentales que hoy nos harían reír. La niña púber que fui en los setenta aterrizó en la década siguiente en plena primavera democrática argentina. Hice lo que quise hacer; estudié mucho, empecé en la profesión editorial de la mano de dos grandes maestros y me animé a escribir. La vida universitaria, los intereses personales me llevaron a participar muy temprano en la primera muestra cuir en Argentina, Mitominas. Los mitos de la sangre, en el Centro Cultural Recoleta. Fui parte de un colectivo muy ecléctico que se abrió ante mí tan generosamente que hoy me sigue pareciendo increíble: pensar y hacer cultura junto a mujeres y diversidades en esos años donde el SIDA hacía estragos entre mis amigues, fue un refugio de tarea, de resignificar prácticas artísticas que tenía idealizadas y la oportunidad de “debutar” en primera. No soy artista, pero ciertos saberes académicos y sensibles puestos

sobre el margen, se constituyeron en un espacio significante: descubrí muy pronto que las fronteras disciplinares se hicieron para ser saltadas, que son un hecho fallido, que su condición es fragmentaria y temporalmente frágil o, como diría mi vecina, que “todo tiene que ver con todo”. Como mujer, tuve que padecer lo que todas las de mi generación, pero jamás naturalicé esa condición, nunca dejé que se volviera cotidiano y esperable el maltrato, la humillación, el acoso y el sometimiento; menos que menos la violencia. Podría decir que tuve suerte y privilegios, pero no sería del todo honesta si no reconociera que también trabajé, me formé, desaprendí y ensayé todo lo que pude. Mis compañeros más jóvenes y mi propia prole tuvieron incidencia crucial al momento de dejar viejas convicciones y entender un mundo siempre en cambio. Trabajar haciendo lo que se ama es una gran ventaja, otorga libertad, pero impone condiciones. Más, mucha más responsabilidad cuando el rol de liderar un equipo supone también tomar decisiones y administrar recursos. Pero finalmente, celebro que una empresa de salud decida -a través de su Fundación- ocupar un espacio en el sistema cultural del país en el que hace su trabajo. Fundación Medifé tiene más de una década de existencia, está integrada por mujeres todas únicas y distintas; y desde el lugar que ocupa en la escena cultural buscamos siempre ampliar y extender el concepto de salud y su cruce con la cultura; este proyecto es un ejemplo. Agradezco a Enrique Avogadro, ministro de cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a todo su equipo, que trabajó en este proyecto con entusiasmo y dedicación. A Belén Igarzábal, que conoce este territorio porque lo viene transitando con una mirada rica y generosa. A quienes escribieron los textos que se leen aquí, muchas gracias por darnos las palabras para hacer este hermoso libro que de algún modo es cifra de los tiempos interesantes que estamos viviendo. ■

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