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Acción Nacional y los jóvenes tras la fundación
Los orígenes del trabajo juvenil del PAN 1939-1951
propia vocación. Al que, habiendo cumplido ya su tarea interna, educativa –de adolescentes, en la ‘Casa de Estudios’, o en la Universidad que es la familia mexicana–, quiere participar en los negocios públicos y hacer valer sus convicciones en el gobierno de la comunidad. Al que busca una fórmula concreta de acción y un claro principio doctrinario”.
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Acción Nacional y los jóvenes tras la fundación
Como lo vemos líneas arriba, la juventud siempre ha sido el oxígeno en la vida de la nación mexicana; cuando en 1939 Manuel Gómez Morin y un importante grupo de mexicanos logran la fundación del PAN, se veía un panorama muy complejo para pensar en llegar a todos los sectores de la sociedad con un pensamiento distinto pero que era el fundamento de la identidad nacional, visto desde la perspectiva de Acción Nacional y de sus jóvenes con un sustento doctrinal, con principios claros sustentados desde su fundación en el humanismo político, con la juventud ávida de conocimientos y llena de ímpetu al alcance de la mano se tenía que buscar la manera de encausar toda aquella fuerza y comenzar a trabajar con ella y para ella, al paso de los días y con los buenos oficios de Alejando Avilés, joven sinaloense que muchos panistas conocemos como el poeta y periodista que llevara durante muchos años la dirección de La Nación, comienzan a trabajar al interior del Partido en una organización, que encausaba los esfuerzos de los muchachos que sin saberlo, había quedado de lado, el Profe, como se le conocerá por el resto de sus días, comienza a trabajar en la promoción de Acción Nacional, sobre todo en el norte del país, en sus giras destaca la importancia que da a la obtención de liderazgos para Acción Juvenil, algunas cartas que se encuentran en el archivo personal de Gómez Morin nos hablan de su trabajo de búsqueda de liderazgos juveniles y de promoción del PAN en el norte del país, cuando en una reunión de Jóvenes en 1959, se le rinde un sentido homenaje a otro personaje entrañable: Jesús Hernández Díaz, por ser el líder histórico de la organización juvenil, él responde con un agradecimiento aunque dando su lugar a cada persona
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en su justa dimensión: “Siempre pensé”, dijo, “que la juventud tiene una responsabilidad muy especial para con el pueblo de que ella forma parte. Cuando en 1943, Manuel Gómez Morin me llamó a la organización juvenil, me encontré con un pequeño grupo encabezado por Alejandro Avilés, que así fue el pionero de esta organización.5 Jesús Hernández Díaz el “Chino” sabía de lo que hablaba, había formado parte de las juventudes católicas dentro de la Universidad en los años aciagos de la Rectoría de Gómez Morin; desde la Academia de San Carlos había luchado por la autonomía entre 1933 y 1934, en aquella época nació la figura de el “Caudillo”, como también lo conocían sus amigos y compañeros, él decía que “lo importante es barrer para adentro... no resaltar las diferencias sino las posibles afinidades para lograr una relación personal... conquistar primero y luego convencer por medio del pensamiento”. Con todo esto, el “Chino” hacía del mitin y de la campaña electoral de su época una fiesta, ganando múltiples visitas a cárceles y separos conociendo gran cantidad de ellas, como las de Durango, San Luis Potosí y Puebla. En aquellos días de inicio de esta lucha, Hernández Díaz continuó, como ya se dijo, con la organización, al lado de Avilés y con la ayuda de Luis Islas y Rafael Preciado, de la entonces Sección Juvenil de Acción Nacional. Imprimió a la nueva Sección una cara diferente de lo que se sabía era la política: la alegría de los jóvenes llegó a las campañas, los mayores se dieron cuenta de que en la juventud estaba parte de la razón de ser del pueblo mexicano.6 Cada evento que se organizaba por parte de los juveniles tenía y daba una nueva cara del PAN ante la sociedad. Junto a él, y con un impulso muy importante dentro de la Organización Juvenil del PAN se presentó poco después el eterno Sub-Jefe: Armando Ávila Sotomayor, brazo derecho de Hernández Díaz, aquel joven hidrocálido a mediados 1943 había llegado a la Ciudad de México, en sus últimos años lo platicaba con el gusto de quien se sabe ha cumplido con su deber: recordando
5 Revista La Nación. Número 911 pp. 20. 6 Ceballos Guzmán, Gerardo, “Un Caudillo en el Caballo de la política”, en La Nación. Número 2214 p. 45.
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lo que había pasado en aquellos lejanos días de mediados de año, cuando ya instalados en su nuevo hogar, recuerda que, caminando por el centro de la capital, queriendo familiarizarse más con el entorno y las calles, se encontró con un viejo conocido, Gabriel de Alba Alatorre, conocido también como el “Alicul”, con quien se había coincidido en uno de los Congresos de la UNEC, don Armando como delegado de Aguascalientes y el Alicul de Torreón. Al pasar cerca de la calle Isabel la Católica, el Alicul le dijo: “por qué no me acompañas, voy a visitar una oficina del PAN que está allí en frente del Casino Español. Se trataba, decía él, de un caserón colonial muy bonito, en donde se encontraban las primeras oficinas que tuvo Acción Nacional. Ahí, me dijo el Alicul: te voy a presentar con Alejandro Avilés, por aquellos días, principal promotor de la actividad juvenil en Acción Nacional, quien ya para entonces era un poeta muy dedicado, que entonces y siempre andaba en su mundo poético y aterrizaba extemporáneamente a veces en las conversaciones. Llegamos con Alejandro y el Alicul le platicó que yo había logrado la autonomía del Instituto de Ciencias en Aguascalientes y que tenía mucho arrastre allá con los muchachos, además trató también el asunto que lo llevaba. Cuando don Armando aún no salía de Aguascalientes, recordaba, no había gran cosa en lo que respecta a Acción Nacional, él había llegado no hacía mucho tiempo de su ciudad natal, donde había logrado con un grupo de estudiantes y académicos la autonomía del Instituto de Ciencias de Aguascalientes en 1942 (la Actual Universidad Autónoma de Aguascalientes); viviendo en la calle de Guatemala ya como estudiante, tuvo su primera reunión con el Lic. Gómez Morin quien le dijo entre otras cosas que en Aguascalientes el comité que teníamos no funcionaba, sin embargo había una persona de Aguascalientes que está empeñado en dar una campaña allá, y es un buen candidato; y tan decidido que ya hasta se fue a Aguascalientes, “vive acá pero ya se fue a Aguascalientes”, se llama Aquiles Elorduy, no sé si lo conozca usted, pues sí, dijo Ávila, tengo idea de conocer su nombre pero nada más, pues ya está allá, mire, le dijo don Manuel: si usted quiere hacernos el favor
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de ayudarnos, usted tiene allá muchos conocidos, los estudiantes lo siguen a usted, ahorita tiene usted mucha cancha con ellos, y puede ayudar mucho, y arreglando “la cosa de la Universidad” partió a la capital hidrocálida: para ver en qué le puedo servir al candidato. Al día siguiente con recursos que Gómez Morin le proporcionó, de su propia cartera, emprendió la marcha hacia Aguascalientes. Aquella fue una extraordinaria campaña en la que la juventud marcó las pautas y el trabajo propagandístico; el joven Armando, apenas llegando a Aguascalientes le dijo a un incrédulo Aquiles Elorduy cuando le propuso trabajar con los jóvenes: “Hora verá” lo voy a presentar con mis muchachos, ¿Dónde los recibe? Le dijo, “pos aquí” respondió el viejo candidato, Armando respondió con cierta alarma: Aquí no caben. ¿Qué me va a traer tantos? le respondió con cierta ironía Elorduy, y en el momento que llegaron los jóvenes, efectivamente: no cupieron. Don Aquiles era muy buen candidato, de manera que los entusiasmó rápidamente; prendió la cosa y fue una campaña muy bonita, muy juvenil, con muchos incidentes “porque se trataba de empezar allí el PAN”, entonces la posición era muy seria, pero prendió la campaña que después trascendió a los jóvenes que no eran estudiantes, jóvenes obreros, trabajadores del ferrocarril; allí el ferrocarril era el único modo de vivir, el único centro de trabajo importante, que había porque ocupaba a 6,000 personas una población de cincuenta y tantas mil que tenía Aguascalientes pues era muy importante; una campaña pues, llena de jóvenes que le dieron a cada momento una fuerza y vitalidad a cada movimiento de la misma, el Licenciado desconocido pasó a ser el hombre más reconocido en la entidad, los grandes oradores que surgieron de esta campaña, encabezados por Armando Ávila Sotomayor cambiaron el panorama de Acción Nacional en la entidad. Recuerda finalmente como don Aquiles “se descansó en mí”, don Aquiles iba, estaba allá el fin de semana, viernes, sábado y domingo “y se venía a la ciudad de México porque tenía aquí una reunión de la Lotería Nacional, don Aquiles ya estaba retirado de sus actividades profesionales aunque tenía su despacho en el número 30 de la calle de Motolinía, pero su
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ingreso provenía de su puesto de jefe del departamento legal de la Lotería que le dio un jefe de la Lotería que era amigo suyo que se llamaba Manuel Cotácora, entonces don Aquiles se venía a la Ciudad de México y dejaba al joven Armando como encargado de todas las actividades de la campaña; el joven Armando regresó con una mochila llena de experiencias y con la satisfacción de haber logrado que la ciudadanía se entregara a la campaña panista, durante la campaña el mismo Armando fue secuestrado y amarrado a un árbol a las afueras de la cuidad de donde regresó para continuar con más ganas en la contienda y en la coordinación de la juventud.7 Su trabajo, al lado de Alejandro Avilés y otros jóvenes había sido algo sin precedentes para el partido. Fue entonces que don Manuel decidió encomendarle la Sub Jefatura de la Sección Juvenil. En aquel discurso que ya se mencionaba líneas arriba, Jesús Hernández Díaz insistía en lo que necesitaba ser la organización juvenil del PAN: “Nuestra organización debe ser agresiva y móvil; pero junto a la agresividad debe tener la preparación teórica indispensable, verdadera y madura. No pensar en el puro activismo; pensar en lo que da sentido y meta a la tarea: la sólida formación teórica que deben ostentar las vanguardias de Acción Nacional.8 Jesús Hernández sabía de las complicaciones de la vida democrática y cuestionaba a la juventud con una serie de reflexiones: “Pensemos: ¿Qué va a hacer ahora nuestro Partido? ¿Campañas para cosechar inevitables derrotas? ¿Vamos a seguir moviendo al pueblo como simple club electoral? ¿Vamos a seguir viendo que pasan las manifestaciones estudiantiles y obreras, con demandas que no son escuchadas; ¿vamos a seguir viendo a los municipios que mueren de hambre, sin sustanciar todo esto con acción metódica y constante?9 Y continuaba: “Estos problemas se están planteando. La respuesta está en nosotros mismos. Entendamos el problema. El pueblo despierta, los sindicatos aprenden a defenderse, y la izquierda irrumpe para
7 Entrevista personal realizada por Gerardo Ceballos con Armando Ávila Sotomayor, sf. 8 Revista La Nación. Número 911. Op. Cit. 9 Revista La Nación. Número 911. Op. Cit.
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la capitalización política de todos estos movimientos. ¿Vamos a dejarlos abandonados? No pensemos sólo en el ciudadano, no descuidemos las organizaciones sociales; pensemos en el hombre también como obrero y como campesinos; abrámosle las puertas del Partido para que llegue a plantear sus problemas de hombre y ayudémoslo a que los resuelva y se le haga justicia. La meta no es sólo el Poder; hay también metas intermedias que es indispensable conquistar. Durante el evento aquél, un joven de Baja California pedía que a cada golpe recibido del gobierno le respondiéramos con uno igual, que no se dejaran, el “Chino” le respondió en su mensaje diciendo: “No es solo responder golpe por golpe. Cuando se ofende la dignidad de la persona en una agresión física, claro que hay que responder, y combatir esa condición de policía miserable a que ha llegado la dictadura. Pero eso no basta Hay que darle a nuestra acción sentido orgánico. Lo que el pueblo espera es que estemos en nuestros puestos de servicio, defendiéndolo todo; que vayan surgiendo de entre nosotros esos líderes naturales que conquisten esas metas inmediatas que nos vayan acercando a la conquista del Poder. Y en esta línea de oro marcha la organización juvenil”.10 Es una realidad que nunca se ha podido precisar la fecha exacta del establecimiento del Sector Juvenil pero estas primeras líneas nos hablan un poco del cómo fueron los primeros años, adicionalmente hemos de recordar en estos días iniciales en el Sector Juvenil se contaba únicamente con hombres, ya que las mujeres se organizaban dentro del sector femenino con un grupo de jóvenes del mismo género, cuestión que habría de desaparecer con los años. En el año de 1947, y aún bajo la presidencia Jesús Hernández Díaz, que ya era miembro del Comité Directivo Nacional, se realiza el primer gran evento nacional de jóvenes, en su número 279 la revista La Nación relata en amplio reportaje sobre la reunión de grupos juveniles de Acción Nacional, en
10 Revista La Nación. Número 911. Op. Cit.
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aquellas páginas se hace patente la importancia de los jóvenes venidos de los cuatro puntos cardinales se hace patente en sus mensajes, de entre ellos se podía resumir el sentir y la forma de expresarlo, en algunos casos con algunas limitaciones pero con un corazón lleno de entusiasmo por formar parte de algo que era suyo; Su fuerza estriba en su disciplina. No son una organización paralela a la general, sino que se incrustan homogéneamente en los Comités jerárquicos respectivos. Son, entre todos, la parte joven de este juvenil organismo que es todo el Partido. Es también la parte más dinámica de todos los grupos.11 En uno de los discursos José Audiffred, a nombre del Comité Nacional dijo que: Pertenecer al PAN es un privilegio. De no existir nuestro Partido no tendría la juventud terreno propicio en el qué participar y salir a la vida pública. Todavía estarían los jóvenes escondidos en la comodina paz hogareña o refugiados egoístamente en una lucrativa profesión; sin Acción Nacional, seguiría subsistiendo el dilema de ser ladrones en un Partido oficial o cobardes en su casa...;12 al continuar su discurso Audiffred dijo que el dilema anterior había quedado superado: Es más: al Partido hemos venido de hogares transidos por el dolor y de Escuelas mutiladas en sus estudios. Y estos estudios los hemos completado en el aprendizaje constante de la vida política, que el PAN nos facilita; y aquel dolor traído tiene ya una esperanza en la generosa aventura de nuestras futuras campañas... Las próximas luchas nos encontrarán cada vez más preparados.13 Aquel delegado continuó y enfatizó la idea de magnanimidad que representa la lucha de Acción Nacional: Más allá de aquellos que pertenecemos a la clase estudiantil, están los jóvenes obreros y los jóvenes campesinos que no han tenido el refugio del estudio o del poema... A ellos nos hemos llegado; a ellos volvemos a repetir desde esta tribuna que nuestro llamado, el mensaje
11 Revista La Nación. Número 279 “Juventud”, p. 18. 12 Revista La Nación. Número 279 “Juventud”, p. 18. 13 Revista La Nación. Número 279 “Juventud” p. 18.
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del PAN tiene especial interés en tocar el corazón de los humildes, no para aumentar la fuerza política del Partido, sino para cumplir con la misión sagrada de ser faro de esperanza de redención social y política...”14 Es importante señalar que en esta época la organización juvenil no se limitaba a la formación de intelectuales como bien lo dijera en su momento el propio Audiffred: “…viene a demostrar (el trabajo del Partido) que Acción Nacional no es organización de intelectuales, cuya doctrina no llega al alma del pueblo. No es cónclave de sabios ni clase de anatomía en la que se descubran las llagas del cuerpo de la Patria, por el sólo gusto morboso de contemplarlas. Es Acción Nacional, el esfuerzo amoroso que descubre esas llagas para curarlas La fuerza del Partido no está en el arranque demagógico, sino en la trabazón doctrinal y dinámica”.15 En respuesta y con la sencillez de quien así se asume, un delegado, que por desgracia se desconoce su nombre, proveniente de Gómez Palacio, Durango dijo con gran elocuencia: “hemos venido a aprender. Y la primera enseñanza que hemos recibido en esta Convención Nacional del PAN es la unanimidad de pensamiento y de doctrina de todos, a pesar de las diversidades y matices de cada personalidad y cada provincia”.16 Desde Puebla, Miguel López Pacheco, afirmó que: “Trabajar en Puebla, en Acción Nacional, es romper mármol... No obstante, haremos que el nombre del PAN resuene en el Palacio Municipal.” Hemos de llegar con nuestro mensaje hasta los más humildes ciudadanos de México... Este faro de esperanza que es nuestro Partido, deberá iluminar hasta las más pobres “covachas” de nuestro pueblo…En nuestro pueblo debemos de aprender la gran lección: aprender a sufrir para que por el sufrimiento las doctrinas de Acción Nacional se transformen en luz y pan”.17 Antes de concluir la reunión, Gonzalo Chapela, michoacano y autor del himno del Partido fue invitado a hablar brevemente y de su pecho adulto,
14 Revista La Nación. Número 279. Audiffred. 15 Revista La Nación. Número 279 p. 19. 16 Revista La Nación. Número 279. Op. Cit. 17 Revista La Nación. Número 279. Op. Cit.
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afloró el joven militante de la gesta universitaria, recordó que: La juventud la tiene todo aquél que es un devoto de la inconformidad... Por eso nuestro Partido es joven, y todos sus militantes gozan de la mejor juventud; como esos antiquísimos jóvenes que se nos fueron y se llamaban Ezequiel Chávez y Toribio Esquivel Obregón.18 La conclusión de aquella primera reunión nacional quedó en manos del “Caudillo” en su mensaje: “En esta etapa nueva para México, debemos renovar nuestra inagotable capacidad apostólica. Por la salvación y por la de los nuestros. Por la salvación definitiva de México. “A ustedes les toca, principalmente a ustedes, jóvenes, renovar el espíritu de las nuevas generaciones mexicanas, inspirado en un claro sentido de servicio y de disciplina. Disciplina en su organización y en su conducta servicio al bien común, en la constante solidaridad en todos los sacrificios y en todas las tareas. “El creciente movimiento de organización ciudadana, dentro de los cuadros de nuestro Partido, es, jóvenes de Acción Nacional, nuestra inmediata tarea. Debemos pensar justamente en lo inmediato de, este trabajo de organización. No podemos, ni tenemos derecho, de dejar para mañana, esto que México requiere que sea hecho ahora. No debemos ni por un momento dedicarnos cobardemente a contemplar infecundamente lo que hicimos. Lo que hemos hecho quedó atrás. “Es necesario, desde luego, que los jefes de nuestros Grupos en toda la República hagan lo posible por determinar para cada militante una misión concreta. A aquel compañero de vocación apostólica, hagámosle responsable de organizar a la juventud campesina. “A este otro, dispuesto al ingrato trabajo de oficina, entréguesele el despacho eficiente de la correspondencia. A aquel probado orador, désele la misión de agitar en el mitin, de convencer en la plática o en la charla...
18 Revista La Nación. Número 279. p. 24 (Nota: Esquivel y Chávez fueron los miembros más ancianos dentro de la Fundación de Acción Nacional en 1939 y para la fecha de este evento ambos habían muerto ya).
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“Pensemos, no obstante, en los beneficios que para las acciones del Partido serán, si todos los miembros de nuestro Sector, sin hacer a un lado y acrecentando su propia vocación, adquieren una total formación según los diferentes aspectos de la conquista ciudadana… “Una formación integral, proyectada desde la unanimidad de un sólido criterio Para promover éste, para tender lazos de solidaridad irrompible entre todos”.19 Dentro de esta reunión se le dio mucho énfasis a la importancia a los Grupos Juveniles de Propagandistas, ellos habrían de ser quienes, al igual que Ávila Sotomayor y Avilés trabajarían en los procesos electorales en cada una de las entidades que lo requerían. Al año siguiente, en un despegado publicado “de plana entera en todos los diarios de la Capital, el General veracruzano Cándido Aguilar publica largo escrito de desahogos personales y de ataques contra Acción Nacional que termina con una petición al Gobierno y al PRI para “que no toleren que se difame y se insulte a las instituciones emanadas de la Revolución”. En documento perteneciente al Archivo Gómez Morin, encontramos los argumentos del veracruzano, con una extensa argumentación en su contra por parte de Acción Nacional: “Los desahogos personales no son más que eso, por su carácter y por su procedencia. Los ataques a Acción Nacional se limitan a repetir las mismas ineptas mentiras de siempre, sin referirse, por supuesto, a ninguno de los principios o programas del Partido ni, menos aún, a discutir esos principios o programas ni a demostrar, lo que sería imposible, que son en cualquiera de sus aspectos, contrarios al bien común, al interés nacional, al mejoramiento colectivo, a la voluntad auténtica del pueblo o a la razón. El heroico señor general Aguilar, repite simplemente, con una literatura característica, las falsedades y torpezas que desde hace 10 años se vienen diciendo por quienes incapaces de sujetar a la decisión ciudadana sus programas o su conducta, o
19 Revista La Nación. Número 279. Op. Cit.
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de deliberar razonablemente sobre los problemas y necesidades de México, quieren acallar con la injuria, la verdad. “Acción Nacional es un grupo conservador que trata de reimplantar sistemas de injusticia y opresión, que sigue empeñado en acabar con las conquistas sociales, que quiere proclamar el fracaso de la Revolución para apoderarse del Gobierno y acaparar el Poder”. ¿Hay un punto doctrinal o programático, un proyecto, una iniciativa, un documento de Acción Nacional que justifique tales vulgares procacidades? Esos documentos, proyectos, iniciativas, programas, textos doctrinales, han sido publicados y distribuidos con la mayor amplitud posible o públicamente presentados en las Cámaras. Será fácil para el calumniador demostrar, con ellos, que no lo es. “Es divertido que el señor general Aguilar hable de que la tradición democrática del País no puede desviarse y se atribuya a alguien el deseo de “utilizar el Poder para el exclusivo provecho de su patrimonio. “La costosa pieza literaria del señor general, no es muestra de una cándida indignación. Tal vez ni siquiera sea movimiento propio del autor. Probablemente es parte de toda una maniobra con la que se pretende, en un procedimiento muy trillado, desviar la atención de la opinión pública para evitar que continué exigiendo, como base y condición de todo programa genuino de renovación política, de justicia social, de restauración económica, la reforma completa y a fondo del sistema electoral, la garantía de la autenticidad de la representación popular, la libertad y el respeto del sufragio. “Ese es el punto neurálgico de los capitanes cómplices y aprovechados del monopolio político y de todos los que se sustentan en el fraude electoral. Eso es lo que empavorece a los que han falsificado y frustrado la Revolución: que puedan los mexicanos organizarse firme y libremente para el cumplimiento de su deber y el ejercicio de sus derechos políticos; que logren crear un sistema electoral limpio y eficaz y que, por ello, puedan designar a sus autoridades, y exigirles responsabilidad.
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“La opinión pública no se dejará engañar. Contra los falsificadores profesionales seguirá luchando por el rescate del municipio, seguirá creando una organización ciudadana libre y permanente, seguirá exigiendo un padrón verídico y completo, un sistema de voto claro y garantizado, un metódico conjunto de recursos que impidan el error o el abuso del caciquismo en las elecciones, un cuerpo independiente y probo que decida sobre la regularidad de cada elección en vez de confiar ese fallo a los mismos autores y cómplices o aprovechados del fraude. “En estas modestas instituciones, tiene su raíz, la única posible, la democracia. Sin ellas, la democracia se vuelve farsa innoble, corrupción administrativa, creación de cada vez mayores e intolerables injusticias sociales y degradación de anhelos y principios en hueca y perversa palabrería”.20 Tal vez esta perorata del revolucionario se perdería en el tiempo si no fuera por un breve fragmento de la carta de respuesta que los jóvenes de Acción Nacional, encabezados por “el Chino” Hernández Díaz, titulada “No pueden ustedes congelar a México”, existente en el mismo expediente, en los fragmentos rescatados por don Manuel en su archivo se puede leer: “Señores Emilio Portes Gil, Cándido Aguilar y demás socios seniles de Revolución S. A. “En los diarios metropolitanos de la semana pasada aparecieron sendas y costosas planas enteras, publicadas por ustedes en un vano esfuerzo por conservar inalterables y estáticas sus posiciones políticas y económicas, cegados por una avaricia senil que les impide ver que su hora ya paso que el pasado son ustedes; y por otra parte, que aunque la privanza política se les escape de las codiciosas manos, siempre les quedarán sus millones –amasados en sus funciones de apóstoles del proletariado– más que suficientes para los años que les quedan. “Ustedes quisieran conservar estacionarios sus respectivos cacicazgos en Tamaulipas y Veracruz, cerrados al más leve soplo de renovación.
20 Archivo Manuel Gómez Morin, sección: Acción Nacional, sub-sección: Organización, Serie: Comité
Ejecutivo Nacional, sub serie: Sección Juvenil, título: Sector Juvenil de Acción Nacional, fecha 1948, exp. 10.
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“Por eso recetan ese mismo congelamiento para todo México. La avaricia senil de acaparar más de lo que pueden disfrutar, los induce a pedir imposibles. México no es congelable. Los pueblos se renuevan y evolucionan, a diferencia de los individuos a quienes el endurecimiento de las arterias les sube hasta el corazón. “El conservador don Emilio recomienda a todos los revolucionarios no permitir que los ‘mal llamados partidos políticos ‘...logren la menor conquista electoral’. No les recomienda servir lealmente al pueblo, ni luchar democráticamente, ni mejorar la administración del bien común que’ está en su cargo, ni respetar la voluntad del pueblo en las urnas. No, lo único importante es no permitir la más leve renovación en el régimen, conservar herméticamente todos los puestos de elección, aferrarse a ellos, aunque atropellen la voluntad popular. ¿Y la Democracia? ¿Y el Municipio Libre? ¿Y el Sufragio Efectivo? Para estos seniles conservadores, no exista ni puede existir más que el Partido Oficial. Los demás, son mal llamados partidos políticos’, a los que no debe permitirse ‘la menor conquista electoral’. Así exactamente pesaban en 1910 los científicos. “Hace 38 años, hubo en México un grupo de viejos anquilosados, hermanos Psicológicos de don Cándido y Don Emilio. Para ellos el Partido Oficial era intangible, sagrado; México había arribado ya a una meta satisfactoria y definitiva. (Eran ellos los que habían alcanzado tal meta en lo personal). Para ellos era inconcebible toda inquietud y todo anhelo de renovación y era execrable y herético cualquier intento de llegar al poder, por parte de los mal llamados partidos políticos. “La historia se repite. En 1910 los científicos porfirianos igual que en 1948 los aprovechados conservadores que usufructúan el marbete de revolucionarios anhelan a toda costa el continuismo, para gozar plácidamente de sus mal habidas posiciones y sienten pánico ante la posibilidad del menor cambio y claman que no se permita al pueblo la oportunidad de expresar su voluntad en las urnas.
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“En 1910 era el círculo de amigos de don Porfirio, como ahora es el círculo de amigos de don Miguel y ayer lo fue de don Manuel. “La única diferencia es que los viejos de 1910 eran francos y dijeron claramente su pensamiento: que México no estaba apto para la democracia. ¿y cuándo va a estar, si no se le permite ni el menor ensayo? “Pero los viejos amedrentados y codiciosos que han querido, petrificar una situación que los favorece en 1910 y en 1948, han perdido contacto con la realidad. De ella los separa la muralla de sus ambiciones y su incomprensión. Se han encastillado en el concepto senil del estatismo, han ignorado al pueblo que pide renovación, libertad honradez. Y nos han ignorado a nosotros. “Nosotros los jóvenes somos millones. Queremos participar en la vida pública y tenemos derecho a ello. Más aún tenemos el deber de hacerlo. “La juventud de México rechaza la esclavitud que quieren imponerle algunos viejos de ideas decrepitas. México no seguirá encadenado por siempre a una casta que se ha apoderado de los puestos públicos, no para servir al pueblo, sino para lucrar. Ni tampoco se puede engañar eternamente al pueblo con una falsa nomenclatura. El Partido de fanáticos absolutistas que apoyó a Hitler no tuvo empacho en llamarse ‘social demócrata’ y los viejos enriquecidos y corrompidos en el poder que anhelan estancar y congelar la evolución de México, no tienen empacho en auto titularse ‘revolucionarios’. Revolucionarios enemigos de toda renovación. Revolucionarios enemigos de la democracia. Revolucionarios conservadores contumaces de sus prebendas. “Nosotros somos más revolucionarios que ellos. Porque nosotros tenemos el mismo ímpetu desinteresado, igual decisión de forjar una patria mejor, que los jóvenes idealistas de 1910. En nombre de esos ideales de libertad y democracia que nos acercan y nos hermanan con ellos, pedimos respeto para la palabra ‘Revolución’ que tuvo un significado noble cuando movilizó almas y tiene un significado nefando, o no tiene ninguno, cuando se esgrime para acaparar y para retener eternamente el poder y la riqueza en manos de una minoría privilegiada.
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“Los aprovechados ancianos que quieren congelar a México, no se han dado cuenta de que la palabra ‘revolucionarios’ ya perdió el poder mágico que alguna vez tuvo para ocultar las maniobras de los oportunistas y mercenarios. El México Nuevo, que existe, aunque ustedes ni lo sepan ni lo quieran, las nuevas generaciones y también las que han presenciado con desencanto la explotación, el abuso y el escarnio de esa palabra, tiene tomada la decisión de archivarla junto con otras muchas que tienen un valor histórico, pero carecen de sentido actual: ‘chinacos’, ‘imperialistas’, ‘liberales’, ‘conservadores’, ‘revolucionarios’, ‘reaccionarios’. Sector Juvenil de Acción Nacional”.21 Ante tales palabras poco podremos argumentar, simplemente nos encontramos con el pensamiento claro y el ánimo candente de las juventudes panistas que lucharon en aquellos años. Bajo el nombre de “Mitin Juvenil” se realizaban las reuniones en las oficinas de Acción Nacional, en cada uno de ellos la participación de los liderazgos era fundamental, al final de la administración de Hernández Díaz, en el año de 1951 tuvo lugar uno de tantos mítines juveniles, en él, la participación de los candidatos y miembros de la organización juvenil fue intensa y de gran calidad, por un lado, Carlos Sánchez Cordero, que había sido candidato a diputado por el Segundo Distrito electoral del Distrito Federal en las elecciones federales de 1949, señalaba la necesidad de que los jóvenes militantes del partido no actúen solamente en los movimientos políticos de cada tres o seis años “sino en cada momento, en todas las oportunidades, frente a todos los problemas nacionales”. Pero, para ser eficaz en esta lucha, “debe el militante juvenil formarse a sí mismo en el sacrificio”, porque la entrega decidida a la actividad política “exige muchas veces renunciar a las propias comodidades, aún legítimas”.22 “La tarea del militante juvenil –dijo Sánchez Cordero, recordando una expresión de Jesús Hernández Díaz–
21 Archivo Manuel Gomez Morin, sección: Acción Nacional, sub-sección: Organización, Serie: Comité
Ejecutivo Nacional, sub serie: Sección Juvenil, título: Sector Juvenil de Acción Nacional, fecha 1948, exp. 10. 22 Revista La Nación. Número 512, 6 de agosto de 1951, p 11.
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‘es un verdadero apostolado, y para ser apóstol es preciso sacrificar muchos objetivos personales’”.23 Es entonces que Horacio Guajardo, abogado y periodista, al ocupar la tribuna, presentó un documentado y ágil análisis de la fuerza que Acción Nacional representa en el panorama político de México, dentro de su discurso, Guajardo demostró el progreso creciente del Partido, acudiendo a las cifras estadísticas: en 1943, dijo, el PAN lanzó 27 candidatos a diputados federales; 63 en 1946, y 69, más candidatos a senadores, en 1949. A la fecha, en elecciones municipales Acción Nacional ha lanzado candidatos propios en Aguascalientes Durango, Jalisco, Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Michoacán, Colima, Morelos, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Coahuila, Zacatecas, Guanajuato y otros lugares. Para diputaciones locales, el PAN ha tenido candidatos en Nuevo León, Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Zacatecas, Durango, Chihuahua, Aguascalientes y otros Estados. Ha participado con candidato propio en tres elecciones de Gobernador: Aguascalientes, Nuevo León y Chihuahua. “Pero –aclaró el orador– ‘aún estas cifras no son la medida exacta para juzgar la vitalidad de Acción Nacional. La cinta métrica para el caso son los miles y miles de kilómetros recorridos con la semilla, el entusiasmo por las campañas, los sacrificios de los partidarios en ellas, la conciencia cívica del pueblo y la cada vez mayor fuerza votante’. ‘Esta fuerza se demuestra claramente aún con los mismos datos oficiales: en 1946, por ejemplo, los candidatos a diputados del PAN en el DF obtuvieron 35 mil votos; en 1949, esa cifra en el mismo DF se elevó a 102 mil sufragios reconocidos por las chanchulleras juntas computadoras, es decir, Acción Nacional Obtuvo una votación tres veces mayor, cuando el partido oficial, con miles de credenciales falsas y cifras abultadas posteriormente, apenas si se apuntaba un progreso de 40% respecto a 1946’”.
23 Revista La Nación. Número 512, 6 de agosto de 1951, p 11.
Los orígenes del trabajo juvenil del PAN 1939-1951
Para los jóvenes de la época, participar en Acción Nacional era nutrirse en ideas esenciales de dignidad y justicia. Pero el trabajo era una lucha continua, cada uno de los flancos a cubrir era importante aun en los casos en que la complejidad fuera mayor, Acción Nacional se acerca a los estudiantes politécnicos, de donde, se creía según palabras de Raúl Aguilera, estudiante del Instituto Politécnico Nacional, donde “ha podido Acción Nacional penetrar y prender el entusiasmo por su doctrina entre el estudiantado del IPN, que se creía reducto invencible de las izquierdas”: “Cuando se presenta una idea con claridad, honradez y valor, el estudiante del Politécnico sabe responder generosamente. Acción Nacional llegó al Instituto con estas bases y, desde entonces, muchos de nosotros venimos al Partido para nutrirnos de aquellas ideas esenciales de dignidad y justicia, que luego nos guiarán en nuestras luchas estudiantiles, en nuestra actividad de ciudadanos en formación... La mejor muestra de la bondad y eficacia de la doctrina del PAN en los problemas de la juventud estudiantil, la tenemos en la existencia de un fuerte grupo acción nacionalista en el Politécnico, que se ha hecho temer y respetar de la extrema izquierda”.24 En artículo publicado en la revista Palabra, Felipe Calderón recordaba cómo se organizaba y sufría la juventud como parte del partido en el Distrito Federal con los jóvenes: había volanteos y mítines. En uno de estos mítines fueron detenidos “por injurias al Señor Presidente”, José Espíndola, Carlos Sánchez Cordero, Carlos Pineda Flores, Pedro Dufor y el propio Hernández Díaz. Como era una costumbre dentro de la vida diaria la misma suerte correría en Aguascalientes Armando Ávila Sotomayor.25 Concluyendo este primer capítulo, recordaremos cómo aquella época, estuvo llena de una juvenil pléyade, donde figuraron, entre otros: Gonzalo Guajardo y Ernesto Casasús (Nuevo León), Carlos Stephano Sierra (Zacatecas),
24 Revista La Nación. Número 512, 6 de agosto de 1951, p 11. 25 Calderón Hinojosa, Felipe, “Alma, cuerpo, sementera…”, en Palabra de Acción Nacional, Revista doctrinal e ideológica del Partido Acción Nacional, Año 3, Número 10, oct-dic 1989 pp. 84 a 95.
Acción Juvenil ayer y hoy
Juan José Hinojosa (Nuevo León), Gonzalo Chapela (Michoacán), Eduardo Facha (San Luis Potosí), Alejandro Avilés (Sinaloa) y Jaime Robles (Jalisco).
Pasado este primer momento se sucedieron múltiples participaciones en mítines, cursos, campañas y demás actividades dentro de la vida del Partido, la lista de los jóvenes que lucharon sería interminable, sus rostros son los rostros de una época el “Chino”, don Armando, el “Profe” y tantos otros, son simplemente los de los dirigentes…
Alejandro Avilés, coordinador de la campaña con Aquiles Elorduy, primer candidato a gobernador en 1944.
Armando Ávila Sotomayor acompañando a Aquiles Elorduy durante su campaña al gobierno de Aguscalientes, 1944.
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Carlos Sánchez Cordero.
Carlos Septién, Alejandro Avilés y Luis Calderón Vega.
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Equipo de campaña Aguascalientes 1944.
Gonzalo Guajardo Hernández.
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Ignacio González Morfin.
Jesús Hernández Díaz en alguna de tantas cárceles.
Jesús Hernández Díaz y Carlos Sánchez Cordero.
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José Audifred. Luis Calderón Vega.
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Manuel Gómez Morin, 1940.