Discurso inagural Rodrigo Jordan

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Discurso inaugural Rodrigo Jordan Umbrales Sociales para Chile. Una nueva mirada sobre pobreza GAM 3 de diciembre, 2013

Chile es un país ejemplar en muchos sentidos. Desde 1990 a la fecha ha registrado una larga etapa de crecimiento, democracia y políticas sociales activas que han implicado una importante expansión del gasto social. En ese contexto ha retrocedido significativamente la pobreza dura ligada al hambre, el analfabetismo, la muerte temprana, una existencia sin un techo seguro. Pero Chile está cambiando. Pese a todos los avances descritos, existe una sensación térmica de descontento social y señales de agotamiento de las fórmulas tradicionales de toma de decisiones, agregación de intereses, construcción de políticas públicas, modos o patrones habituales de distribución de los logros y beneficios. La experiencia de la pobreza ha cambiado muchísimo y es insoslayable tomar nota de ello. Desde el comienzo de las mediciones de la encuesta CASEN, la pobreza ha registrado una caída significativa de su incidencia poblacional: desde 45% en 1987, hasta un 14,4%, según el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) y un 11% para Cepal, en 2011. Estos datos han sido enriquecidos significativamente con el aporte de estudios longitudinales. Éstos realizan un seguimiento en el tiempo a una muestra hogares/personas que son reencuestados periódicamente, revelando, por ejemplo, para el caso chileno, que en el marco de 10 años (1996-2006), más de un tercio de los consultados aparece viviendo situaciones transitorias de pobreza por ingresos. Los datos aportados por la PANEL-CASEN 2006-2009 dan cuenta de la misma tendencia. En otras palabras, la pobreza es un fenómeno que afecta a un grupo de población muchísimo mayor que aquél que develan los estudios convencionales de corte transversal. Este tercio (34% aprox.) de la población estudiada, ha logrado dejar atrás las peores formas de pobreza, pero no nos engañemos, la evidencia longitudinal indica que la pobreza sigue siendo un fenómeno extendido. Un gran número de hogares y comunidades experimentan, cíclicamente, una superposición de necesidades mal satisfechas o restricciones muy relevantes en sus posibilidades de ser/hacer. En otras palabras, podemos haber evitado el hambre, la muerte temprana y el analfabetismo, y con ello mitigar las manifestaciones más dramáticas de la pobreza; pero no hemos construido existencias seguras y realizadoras, que corresponden a imágenes de superación de la pobreza. En esta “nueva pobreza”, parece estar jugando un papel muy importante el acceso desigual y segmentado a los satisfactores social e históricamente válidos para provocar realización, autonomía y desarrollo. Ésta es una de las razones por las cuales el concepto de pobreza sigue mostrando vigencia, en especial cuando las propias personas lo usan para elaborar una visión de sí mismos y sus circunstancias. Se puede habitar en casas sólidas, pero éstas se emplazan en barrios segregados. Se puede asistir al sistema escolar, pero uno que reparte muy desigualmente el capital cultural de la sociedad. Se puede acudir a los centros de salud, pero con calidades y oportunidades de atención disímiles o que implican tratamientos con gastos que trastornan seriamente el presupuesto de las familias de menor renta y que, en cifras del INE, explican que entre el 80% (2006-07)y 65% (201112) de los chilenos gasten más de lo que reciben como ingreso mensual. Participan en mercados laborales segmentados, ya que los territorios donde residen suelen presentar poca actividad económica; así quedan expuestos a mayor informalidad, inestabilidad, bajos sueldos, lo que no facilita la construcción de proyectos de vida jugados en la


promoción y la movilidad social ascendente; a no ser de contadas excepciones, que no pueden ser considerados ejemplos válidos y replicables para el grueso de la población afectada. En este contexto, las políticas orientadas a la pobreza deben superarse a sí mismas. Deben avanzar desde el paradigma de “dar cosas” a un enfoque basado en convocar a los afectados a enfrentar el presente y el futuro de manera diferente y deben ser muy persistentes en este llamado. La evidencia que hemos acumulado durante 18 años a través del Programa Servicio País, indica que caminos sólidos y sistemáticos de superación de la pobreza pasan por un cambio significativo del marco de relaciones entre los propios afectados y su contexto económico, político, social, institucional y cultural, que se funda en un ejercicio de ampliación progresiva de su marco de decisiones de manera proactiva, propositiva y corresponsable. (quiebre) Desde 1999, hemos buscado robustecer este planteamiento bajo el concepto de “Umbrales Sociales”, que son un cúmulo de experiencias que se consideran elementales para el desarrollo y realización humana y que deben ser garantizadas a todos los miembros de la sociedad solo por el hecho de formar parte de ella. En este contexto, la política social debe ser sostenida por una acción racional con sólidos principios de solidaridad, donde la responsabilidad de educar, sanar, habitar, trabajar sea socialmente compartida y no quede recluida sólo a una acción subsidiaria del Estado, que suele ir antecedida de la demostración o acreditación de las familias en pobreza de no ser capaces, por sí mismas, de lograrlo. De esta manera, las políticas sociales no son meras proveedoras de bienes y servicios; son una forma de construir sociedad y debieran ser aprovechadas bajo esa mirada para convocar a la población a construir sociedad y forjar un destino común. También en ello está implícito que para superar pobreza no sólo se debe actuar sobre las personas afectadas circunstancialmente por el fenómeno, sino sobre la sociedad en su conjunto. La pobreza comprendida relacionalmente es un problema de todos; y su superación implica un cambio en los extremos de la relación, es decir, supone una transformación que involucra tanto a los sectores afectados como también a aquellos que no lo son. Necesitamos una nueva generación de políticas que enfrenten esta nueva pobreza. Ello requiere un cambio de mirada sobre la pobreza y su superación. En esta versión de Umbrales Sociales, la Fundación reitera la urgencia de provocar ese cambio. El cambio de mirada que proponemos implica modificar la concepción de la pobreza manejada por el Estado. Ello es la base para una toma de decisiones de políticas más coherentes con las nuevas manifestaciones de la pobreza. Todo esto, debe ir acompañado de una profunda modificación de las estrategias de estudio y medición de la pobreza: •

Hemos insistido por cerca de 15 años sobre la necesidad de actualizar la línea de la pobreza e incluir, a la mayor brevedad, una medición oficial de carácter multidimensión que guarde mayor congruencia con el enfoque anterior y complemente la medición de ingresos (actualizada). Lo que se mide y cómo se mide da fuertes señales y genera sesgos en la acción del Estado. Por esto, representantes del Directorio de la FSP están participando activamente en la Comisión de Actualización de la Medición de la Pobreza que convocara el Presidente Sebastián Piñera. Asimismo, hemos sido promotores y partícipes de la realización de estudios longitudinales de pobreza, ya que entregan claves importantísimas para la comprensión dinámica de esta problemática. Impulsamos en conjunto con el Observatorio Social de la UAH y MIDEPLAN la realización de la tercera ola 2006 y celebramos la realización de la PANEL-CASEN 2006-2009. Pero hoy este tipo de estudios salió de la agenda 2


oficial. Estamos convencidos sobre la importancia de retomar este tipo de estudios, si es queremos indagar - seriamente - las nuevas dinámicas de la pobreza en Chile. Muchas de las aristas de la pobreza, no pueden ser estudiadas adecuadamente por medio de encuestas, por ello se debe priorizar la inclusión de estudios estrictamente cualitativos periódicos y oficiales, que complementen la comprensión cuantitativa de la pobreza. Por esta razón, la Fundación impulsó un gran estudio denominado Voces de la Pobreza publicado en 2010 y su secuela "efectos subjetivos de la focalización" el 2013, con el propósito de ir saldando esta deuda, pero que requiere ser asumida como política de Estado. El estudio oficial de pobreza ha perdido credibilidad de amplios sectores de la ciudadanía. Para resolver los graves problemas de confianza, se requiere un cambio institucional, donde se traslade la responsabilidad de dirigir estos estudios a un organismo autónomo, de carácter técnico y con un consejo con representantes aprobados por el congreso. En esa dirección, hemos presentado nuestras apreciaciones y propuestas tanto a representantes del poder ejecutivo como también en la Comisión de Pobreza de la Cámara.

Todos estas iniciativas, han sido desplegadas en el marco de alianzas cada vez más amplias y multitudinarias con otras organizaciones civiles. En efecto, la intensión de reforma es, hoy por hoy, un espacio de encuentro y convergencia con cientos de ONG´s y Fundaciones que trabajan en pobreza. (Quiebre) Esta versión de Umbrales Sociales, aborda, conceptualiza y propone medidas para ser desarrolladas por el Estado de Chile, en 5 ámbitos priorizados: educación, salud, hábitat, trabajo, participación, focalización. Brevemente, las ideas fuerzas son las siguientes: Reforma al sistema de focalización social. Donde se trabajan planteamientos como (i) el tránsito desde el asistencialismo a la promoción social o del "dar" al "convocar" y (ii) Pasar de esquemas de focalización por comprobación sustitutiva a esquemas categóricos y administrativos.

En el eje de participación, el lema es: Participación en todas las políticas. Que se estructura bajo los siguientes principios: (i) Las personas como protagonistas de su propio destino y de la solución de sus problemas. (ii) De políticas y programas social centrada sólo en individuos y familias, a políticas que aborden la acción comunitaria como palanca de la superación de la pobreza. En el eje de vivienda y hábitat, el lema es: Revertir la segregación socioresidencial como piedra angular de la inclusión y la revinculación social. Para ello se discute la importancia de superar la mirada centrada sólo en la vivienda y desarrollar políticas comprensivas del hábitat. Se trabajan temas de reparación histórica de los barrios segregados y Movilidad residencial. En el eje de salud y educación, se propone superar la segmentación social que se experimenta en estos sistemas. En este caso de abordan temas como (i) el cambio institucional,(ii) la modificación de los patrones de financiamiento, (iii) o ideas como el educarse y vivir saludablemente durante toda la vida y (iv) la preparación y reconocimiento al trabajo de los funcionarios, como cuestiones insoslayables del cambio cultural y relacional. En el eje de trabajo, la consigna es Más y mejor trabajo. Se problematizan cuestiones como pasar de una visión del trabajo como un "mal" al trabajo como un espacio de realización humana. (ii) Favorecer el desarrollo productivo local. (iii) formalizar y aumentar la calidad de la experiencia laboral en sectores precarios e informales (iv) Formar para la 3


empleabilidad. o (v) el cambio de relaciones laborales: negociación colectiva como herramienta para el desarrollo económico y social. Por último, Santiago no es Chile: y por ello se discuten temas como la comprensión del país como realizada subnacional, democracia y descentralización, claves para el desarrollo social y económico equilibrado. El detalle de todas estas propuestas la podrán encontrar, próximamente, en el documento final de Umbrales Sociales que se le entregará - en el mes de enero de 2014 - a la candidata que, finalmente, sea electa este próximo 15 de diciembre; y luego, por cierto, será socializada y discutida - progresivamente - con distintos actores nacionales, regionales y locales. Sin embargo, hemos querido realizar un adelanto. El Seminario de hoy busca hacer un llamado: Para cambiar la mirada sobre la pobreza y su superación, debemos cambiar la forma como nos relacionamos con las personas, familias y comunidades afectadas. En ese sentido, una de las prácticas más extendidas de relacionamiento yace en los sistemas estandarizados de focalización social. En nuestro país, esto se hace por medio de fichas de comprobación sustitutiva, conocidas masivamente como sistema Ficha CAS, Protección Social y Ficha Social. La Fundación, por medio de los aprendizajes del Programa Servicio País y los estudios cualitativos: Voces de la Pobreza y Efectos Subjetivos de los Instrumentos de Focalización, considera de la mayor urgencia que el Estado reforme el modelo de focalización vigente a través de fichajes simples o sustitutivos, como el que actualmente existe en nuestro país. Las consecuencias subjetivas y relacionales que estos sistemas han acarreado son alarmantes. Principalmente, porque junto con dar señales equívocas en torno al esfuerzo (por el aumento de los puntajes) y evidenciar insensibilidad a las nuevas áreas de insatisfacción y necesidad (ser/hacer), han masificado una práctica que encierra un profundo ejercicio de violencia simbólica que debe ser desactivado cuanto antes. Por estas razones, hoy hemos privilegiado debatir sobre este punto, con el objetivo de encender todas las luces de alerta y urgencia que sean necesarias para iniciar un camino de cambio en esta materia. Amigos y amigas, a 20 años de sus inicios, la Fundación para la Superación de la Pobreza tiene honor de realizar este adelanto de su quinto volumen de propuestas, Umbrales Sociales, con el fin de contribuir al mejoramiento de nuestro sistema de políticas sociales orientadas a la superación de la pobreza, bajo coordenadas de combate a la exclusión e inequidad social. Con esta entrega, la Fundación reafirma su compromiso inquebrantable con la construcción de un Chile justo, democrático, solidario e integrado socialmente, una mejor sociedad para las generaciones tanto presentes como futuras. Muchas gracias

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