BILINGÜISMO DESDE LA VISIÓN Y MISIÓN DE FE Y ALEGRÍA PARAGUAY*
AUTOR: Albino Nery Gómez Villalba nerygomez1@hotmail.com
INSTITUCIÓN: Movimiento de Educación Popular Integral y de Promoción Social – Fe y Alegría Paraguay oficinanacional@feyalegria.org.py comunicaciones@feyalegria.org.py
*Parte de este trabajo se desprende del documento “Política y Planificación Lingüística en Fe y Alegría” realizado en agosto del 2009 por el Equipo de EIB de Fe y Alegría Paraguay, el autor es miembro de dicho Equipo.
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1. LENGUA PROPIA Y BILINGÜISMO “...no hay una lengua mejor que otra, cuando ambas son humanas. La culpa de los fracasos y la euforia de los éxitos provienen de quienes la hablan, la aman, la promueven y la planifican” P. Bartomeu Melià SJ La lengua que hablamos cada día, que es del dominio de todos, que usamos casi sin pensar y en la que nos comunicamos en todas las circunstancias, la lengua que vivimos y la lengua que somos, ¿puede ser objeto de la política?. El uso de la lengua es lo más propio que tiene una persona, lo que pone de manifiesto su libertad y su grandeza, sus sentimientos y sus conocimientos. ¿Tiene que ser ésta lengua objeto de leyes y normas?. Pero, ¿qué sucede en un país donde los miembros de la sociedad hablan dos o más lenguas? ¿Puede una considerarse superior a otra? ¿Es justo y equitativo que los hablantes de una lengua quieran dominar política y económicamente a los que hablan otra lengua dentro de la misma nación?. En una sociedad en la que por diversos hechos de la historia, muchos de sus miembros hablan más de una lengua, ¿debería ser el bilingüismo, objeto de una política especial? En Fe y Alegría nos hacemos estas preguntas con mucha frecuencia y las respuestas suelen ser variadas. 2. BREVE HISTORIA LINGÜÍSTICA DEL PARAGUAY La situación lingüística del Paraguay puede ser calificada como única en comparación con otros países de la región. En ningún país de América ha quedado la lengua nativa como lengua de uso después de haber sido sometida a la colonización. Lo novedoso, aunque no único, de la lengua guaraní en el Paraguay está en el hecho de ser una lengua indígena hablada por una sociedad no indígena. Y esa realidad hace que el Paraguay cuente con la presencia de dos lenguas el castellano y el guaraní. Si bien la lengua castellana pasó a ser lengua dominante (sin llegar a ser mayoritaria) desde la época del Gobierno de Carlos Antonio López (1844-1862), ha recibido hasta ahora un tratamiento adecuado en los sistemas educativos, donde debería ser tratada en la mayoría de los casos como segunda lengua para que sea adquirida con toda su fuerza y riqueza expresivas. Si en el paraguay se le hubiese dado un tratamiento adecuado a las dos lenguas, los paraguayos habrían sido, desde hace tiempo, realmente bilingües en castellano y guaraní. De hecho, a lo largo de la historia del paraguay, hubieron varios decretos o reglamento sobre legislación lingüística, muchos de ellos en contra del guaraní. Después de la Colonia, tal vez, el hecho más indignante se dio en la época del “Primer gobierno Constitucional del Paraguay” (1844-1862).
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En los comienzos de la época de Carlos Antonio López se puso en marcha una revolución cultural, y con la contratación de profesores extranjeros se impusieron nuevas reglas. Ellas condujeron a la oficialización de hecho del castellano que se convirtió en la única lengua transportadora del progreso. Estas reglas encontraron su expresión, esencialmente en las disposiciones siguientes: Obligación de utilizar exclusivamente el castellano en la enseñanza. La práctica del guaraní en los establecimientos escolares fue prohibida y toda infracción penalizada. Obligación de dominar la lengua española para acceder a la función pública. Obligación de imprimir libros, diarios, revistas en castellano únicamente. Según el Padre Melià: “Mas perversa fue la política que se dio a partir del decreto de Carlos Antonio López, de 1848, cuando, al promover la substitución de los apellidos guaraníes por los españoles, desbarata irresistiblemente los orígenes del Paraguay, borra las huellas del mestizaje y sumerge la historia en un magma indefinido y caótico del que ya no saldrá. Nunca antes se había dado un acto tan colonial como éste del tiempo de la Independencia”. En la Constitución del año 1940, se declaraba a la lengua española como única lengua oficial del Paraguay, mientras el guaraní, presente en la vida cotidiana del paraguayo, vivía postergado en el desprestigio. Hasta 1967, el guaraní no es mencionado ni tenido en cuenta en las constituciones nacionales como una de las lenguas del paraguay. Precisamente la Constitución de 1967 en el Artículo 5º declaraba: “Los idiomas nacionales de la Republica del Paraguay son el español y el guaraní. Será de uso oficial el Castellano... El estado fomentará la cultura en todas sus manifestaciones. Protegerá la lengua guaraní y promoverá su enseñanza, evolución y perfeccionamiento”. Estos términos de la constitución expresados por primera vez de esta manera, contribuyeron a la valoración del guaraní y a un cambio de mentalidad ante la realidad bilingüe del Paraguay, lo que abrió el camino para una nueva política lingüística. La primera Ley que se refiere concretamente a las dos lenguas es la Ley Nº 68 del año 1.990, esta Ley declara obligatoria la inclusión de los dos idiomas nacionales, el español y el guaraní en el Currículum Educativo: Artículo 1: Declárese obligatoria la enseñanza de los idiomas nacionales, el Español y el Guaraní, en el Currículum Educativo del Nivel Primario y Secundario. Artículo 2: El ministerio de Educación y Culto formulará programas de enseñanza para el uso correcto de la lengua Guaraní y adoptará también medidas destinadas a fomentar su difusión y prestigio. La Constitución del año 1.992 constituye una verdadera novedad en nuestra legislación. La novedad radica en la declaración del Castellano y Guaraní como lenguas oficiales del Estado Paraguayo. El siguiente artículo se refiere al tema del siguiente manera: Artículo 140: “El Paraguay es un país pluricultural y bilingüe. Son idiomas oficiales el Castellano y el Guaraní. La ley establecerá las modalidades de utilización de uno y otro. Las lenguas indígenas, así como las de las otras minorías, forman parte del patrimonio cultural de la Nación”.
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La misma ley también se refiere a la obligatoriedad de la enseñanza en lengua materna: Artículo 77: “La enseñanza en los comienzos del proceso escolar se realizará en la lengua oficial materna del educando. Se instruirá, asimismo, en el conocimiento y en el empleo de ambos idiomas oficiales de la República. En el caso de las minorías étnica cuya lengua materna no sea el guaraní, se podrá elegir uno de los idiomas oficiales”. Después de mucho tiempo de política estatal contra una de las lenguas mayoritariamente habladas en el Paraguay, el guaraní adquiría ahora “carta de ciudadanía plena”. Pero al señalar que “la ley establecerá las modalidades de utilización de uno y otro” idioma, estábamos avisados de que algo esencial de la lengua, que es el uso, todavía no estaba bien definido. La declaración del guaraní como una de las lenguas oficiales del Paraguay ha sido un paso muy importante en nuestra legislación. Pero aún así, podemos constatar la ausencia total del tema de las lenguas en las políticas de estado, excepto las que corresponden al Ministerio de Educación y Cultura. La oficialización del guaraní no se ha concretado, porque aún no es de uso oficial en la administración pública. El uso del guaraní, como la lengua en situación de diglosia respecto al castellano puede quedar en los buenos deseos constitucionales, por que necesita un precepto legal de nivel operativo para que se normalice su uso en el ámbito jurídico institucional. El castellano, sin embargo, permanece en el uso oficial como lengua del Paraguay desde la época de los López y es un instrumento indispensable para el aprendizaje formal. Al decir del Sociólogo paraguayo José Carlos Rodríguez: “Una lengua oficial debe tener curso obligatorio como una moneda oficial, o debe ser exigible como un impuesto. Una lengua que no es obligatoria a ningún nivel, no es oficial, aunque se lo diga: si el Paraguay quiere hacer que el guaraní sea oficial, debe hacerla obligatoria para todos los funcionarios del Estado, junto al castellano, que hoy ya se exige”. 3. EL BILINGÜISMO PARAGUAYO Nadie, con buen acuerdo, está en contra del bilingüismo, en el sentido de que sepamos una segunda y una tercera y una cuarta lengua. Pero hay que partir de una, sabida no de cualquier manera sino con perfección, en la medida de lo posible. Las lenguas en situaciones de bilingüismo presentan elementos diferenciadores, no sólo por el contraste propiamente lingüístico que hay entre las dos lenguas de una sociedad, sino por el modo de comunicación que establecen entre sí los hablantes de esas dos lenguas. La comunicación lingüística afecta todas las relaciones de los miembros de una sociedad bilingüe o plurilingüe, en el campo económico, social y cultural. La “ecología cultural” de una sociedad bilingüe no es mejor ni peor que el de una sociedad monolingüe, pero sí muy diferente.
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El castellano y el guaraní presentan diferencias sistemáticas notables; la gramática del guaraní difícilmente corresponde a la del castellano: estas dos lenguas reflejan dos culturas y producen dos culturas. El bilingüismo puede ser motivo de desajuste, de incomprensión y de separación, pero también de rica complementariedad. En una sociedad como la paraguaya es conveniente y hasta necesario trabajar con una buena historia y una concepción teórica para captar el sentido y alcance del bilingüismo. Esto llevará a una política lingüística en Paraguay que será diferente en parte a la de otros países bilingües o plurilingües. Esto explica también por qué en los diversos países donde hay bilingüismo hay diferentes políticas lingüísticas. Existe un verdadero peligro cuando el estado desconoce su rol en una sociedad bilingüe o plurilingüe, y no le dedica atención ni estudios, y ni siquiera visualiza sus objetivos y menos planifica su puesta en marcha; si la idea de que somos un país bilingüe no se traduce en conductas lingüísticas eficaces seguiremos favoreciendo un bilingüismo que seguirá siendo diglósico y orientado a la sustitución. En este sentido el paraguay no se dirige hacia el bilingüismo, sino hacia la gradual sustitución del guaraní por otras lenguas; esta sustitución ha sido completada en diversos espacios de la sociedad paraguaya, sobre todo en Asunción y en vastas regiones ocupadas por los brasiguayos (brasileños que viven en la frontera de la nación). En el paraguay, el bilingüismo que se quiere promocionar es una política de dos lenguas. Sin embargo, sabemos que estas dos lenguas nunca están en pie de igualdad. En realidad la pregunta que nos hacemos es, ¿puede existir la perfecta igualdad en una sociedad desigual? Es aquí donde se da un bilingüismo de desigualdad, donde las ventajas y provechos del mismo pierden toda consistencia. Creemos y estamos convencidos que el bilingüismo es posible, si partimos precisamente de un monolingüismo propio, que no se cierra sobre la “estupidez” del unilingüe, que cree bastarse a sí mismo y que se presentan como obligatorias, por lo menos en ciertos medios de comunicación, especialmente los científicos técnicos. El monolingüismo que mantiene su lealtad a una lengua como propia, generalmente materna y tradicional, no excluye el aprendizaje de otras lenguas, que no sustituirán a esa propia. El camino es un monolingüismo que se abre a todas las lenguas posibles, de las cuales se escogerán, por afinidad electiva, otra, o dos, o tres. Tal vez mucho más. Todas esas adiciones no conllevan ninguna sustitución. Es cierto que se dan casos de niños que aprenden a hablar dos lenguas desde las más tierna edad, pero son más bien casos particulares. Lo habitual, es que aún en las experiencias exitosas de bilingüismo, el hablante se decanta por una lengua principal que será de la comunicación cultural de su preferencia. En nuestro caso, el castellano se sentiría más fortalecido si se supiera mejor el guaraní y el guaraní se sentiría más fortalecido si se supiera mejor el castellano. De una lengua no es difícil pasar a otra lengua.
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Por último necesitamos romper con la mentira permanente de algunos medios de comunicación, que el guaraní, resulta ya inútil para muchas áreas del saber y que no vale la pena mantenerla ni siquiera en aquellos campos donde sí se le reconoce su extraordinaria aptitud y aportes sustanciales a la cultura, conocimiento de fauna y flora y aun en formas sociales de organización política, y a toda costa hay que ceder el espacio al inglés, con la triste ilusión que de por sí permitirá el ingreso a la riqueza y a la sabiduría y el bienestar 4. EL BILINGÜISMO EN FE Y ALEGRÍA Nuestro punto de partida en la tarea sobre el bilingüismos en Fe y Alegría parte también de la enfática afirmación del Padre Melià: “El bilingüismo o es intercultural o es lingüicida. Una cultura no dialoga sobre sí misma a partir de dos versiones lingüísticas, repitiéndose y fotocopiándose en dos variantes de los mismo. El bilingüismo no es cultura duplicada”. Desde la Educación Popular, y en especial en el escenario de nuestro país, entendemos la interculturalidad como reconocimiento, respeto y valoración de la diversidad. La interculturalidad, con sus estrategias metodológicas, es un modo de proceder, fundamental en la vida de los centros educativos populares. Muchas veces el tratamiento del tema de la interculturalidad se ha llevado a un reduccionismo que se limita a pensar en la apertura de programas educativos bilingües en aquellas comunidades en que se hablan lenguas diferentes al castellano, pero su sentido último va más allá de la discusión de la necesidad de enseñar a leer y escribir en la lengua materna. Desde la Educación Popular propugnamos el respeto a la diversidad y la búsqueda de equidad sin ningún tipo de exclusión ni discriminación. Por ello asumimos el diálogo intercultural como el camino para el reconocimiento mutuo y para una verdadera democracia, colocando a las culturas en un lugar central y con ello reconocemos su importancia vital para la acción y la transformación social, para crear nuevas formas de solidaridad. La educación intercultural se nos presenta como una modalidad estratégica que busca tender puentes entre diferentes y favorece la formación en valores de alto contenido democrático, como: el respeto mutuo, la tolerancia, la justicia, la paz. Esta educación afronta el reto de hacernos pasar a la construcción de un “nosotros diverso”, reivindicando el derecho de unos y otros a la igualdad y a la diferencia. Se trata de recorrer el camino de la unidad en la diversidad, lo que para nuestro país, pluricultural, significa recorrer el camino de la identidad nacional. La educación intercultural exige una profunda reflexión dentro de la comunidad educativa, para arribar a nuevas definiciones y precisar estrategias y prácticas pedagógicas eficaces, de tal manera que la interculturalidad no sea sólo un nuevo tópico entre los múltiples temas de currículo, sino un modo de proceder e interrelacionarnos unos con otros, en la tarea de construir una nueva cultura de ciudadanía y democracia. El punto de partida del diálogo intercultural, es reconocer el carácter de la heterogeneidad como un valor y no como un defecto; reconocer que lo que nos
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identifica como nación no es la síntesis de lo diverso, sino precisamente la diversidad. Ello permitirá, en primer lugar, desarrollar una dosis madura de tolerancia que nos llevará, luego, a aceptar que las personas actúen según sus propias motivaciones y costumbres y no según nuestras expectativas, aceptar que las otras personas no sean como se desea, sino como realmente son; para finalmente ponerse en disposición de aprender e incorporar en uno mismo lo valioso que se descubre en el otro. 5. POLÍTICA LINGÜÍSTICA DE FE Y ALEGRÍA. FINES Y OBJETIVOS •
Afianzar la formación y capacitación permanente de los programas que implementan la Educación Intercultural Bilingüe, para unificarlos en relación a la Gramática Pedagógica del guaraní con el fin de fortalecer su uso y su normalización.
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Centrar su tarea en los elementos específicos para desarrollar las estrategias que son: Los programas de estudios.
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Preparación y difusión de materiales adecuados a la realidad cultural de las comunidades.
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La formación de sus docentes y la capacitación permanente de los mismos.
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Asegurar el perfil profesional y su gestión pedagógica como docente de una Educación Intercultural Bilingüe.
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Lograr una calidad educativa bilingüe en los educandos.
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Lograr un caminar coherente, alternativa y popular como Movimiento de Educación Intercultural Bilingüe.
En Fe y Alegría no se pretende hacer política lingüística a partir del poder, que no se tiene. Nuestra política lingüística se basa en un diagnóstico serio de la realidad lingüística de la sociedad donde actúa Fe y Alegría y la importancia de las lenguas en la educación y en la enseñanza. Para una Institución como Fe y Alegría que naturalmente carece propiamente de poder político, su política lingüística se traducirá en una propuesta, una orientación, una norma o regla a la que se le podrá dar mayor o menor fuerza. Suponen también un trabajo de carácter psicosocial, para que la sociedad quiera y puedan usar y comunicarse bien en ambas lenguas. 6. LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE EN FE Y ALEGRÍA En Fe y Alegría la Educación Intercultural Bilingüe es un fin, un punto de llegada. La educación Bilingüe no es enseñar lenguas como materia. Es un paradigma para abordar el tema educativo. El principio de educación en Fe y Alegría es una educación popular (parte de la cultura del pueblo). El desarrollo intelectual-afectivo (la educación) de la persona se hace a partir de su cultura y su lengua propia. Así, un niño en Fe y Alegría aprende en la
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escuela sin perder nada de lo que aprendió en la casa y en la comunidad. En este sentido, es importante hacer un trabajo de rescate cultural: reconocer la realidad pluricultural del país y por lo tanto afianzar la cultura propia. En el caso concreto de las lenguas es importante hablar en la lengua materna, conocer la estructura de esa lengua; enseñar en y el guaraní, porque el castellano de hecho ya tiene asegurada este espacio. Las dos lenguas tienen el mismo valor; el castellano es igual en valor al guaraní. En Fe y Alegría, queremos llegar a un bilingüismo coordinado. Por eso el bilingüismo no es un punto de partida sino un punto de llegada 7. EL GUARANÍ EN LAS ESCUELAS DE FE Y ALEGRÍA El primer objetivo y función de la lengua en el aula es la comunicación del maestro con el alumno y del alumno con el maestro. Por esto es importante que el niño se encuentre en el aula con el mismo lenguaje que habla en la casa con su madre, padre y hermanos; que no sienta una ruptura en la comunicación. Esta es la primera condición para que pueda recibir información, procesarla y desarrollar nuevos conocimientos. La tarea del guaraní en la escuela no es decir en guaraní todo lo que se dice en castellano. La finalidad de una lengua no es ser espejo de otra lengua. No existe una lengua que duplique exactamente otra lengua. Muchas veces en la escuela se toma el guaraní como si tuviera que decir exactamente lo mismo que en castellano. Aunque el guaraní fuera solamente coloquial, aún así cumple su función. En las diversas situaciones de bilingüismo cada lengua suele tener sus propios campos de expresión, que hacen que se prefiera una lengua para ciertas ocasiones y otra para otras. El bilingüe no es sólo el que tiene competencia para decir lo mismo en dos lenguas, sino para usar una u otra lengua con propiedad y buen gusto según lo que quiere decir y con quien desea comunicarse. Si hace falta decirlo en castellano, lo dice en castellano si es más oportuno, o en guaraní si le parece más conveniente y adecuado. Es decir una lengua debe ser comunicación y hacerse en comunidad. En los primeros grados la lengua usada no debería ser diferente de la que se habla en la casa o en la calle. El niño va a la escuela para comunicarse y sentirse en comunicación. La segunda función de la lengua es la transmisión de conocimientos. El niño y la niña aprenden cosas nuevas. En tercer lugar viene la sistematización y ordenación de lo que enseñado. Esto último sí lo debe dar la escuela, ya que de ordinario no lo puede hacer el papá o la mamá, que no están preparados para ello. Por eso el maestro debe saber sistematizar y ordenar la “gramática” que el niño trae ya en su cabeza desde su casa. Y en este punto de ordenamiento está la falla del sistema educativo nacional. El profesor debe conocer las normas más simples de la gramática para de ahí llegar explicar los modos de decir más complejos y complicados.
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En cuarto lugar está la creación; crear cosas nuevas, no estar siempre repitiendo, sino ser capaz de crear. Para terminar quisiéramos repetir con el Padre Melià: “Las lenguas son ricas por sus palabras, las usadas y las registradas, pero más todavía porque con ella se forman frases y oraciones nuevas, algunas que nunca serán repetidas, en las cuales brilla la creación y la inspiración. Y lo decimos en el hablar de cada día, en el discurso político o profético, en el floreo de la poesía o en el canto ceremonial y festivo. Las lenguas viven y se mueven al ser habladas. Están en el pueblo y son del pueblo. Los gramáticos y diccionaristas las escuchan y las recogen, y con ellas forman un tesoro de palabras que no son sólo piedras precisas y preciosas amontonadas, sino componentes de variados aderezos y joyas variadas y deslumbrantes cuando están ordenadas con gusto y con gracia, con arte e imaginación. Todo eso lo consiguió y lo consigue el guaraní, en el campo y en la ciudad, en lo coloquial y en lo solemne. Para muchos pobres su lengua es su único tesoro”.
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BIBLIOGRAFÍA MELIÀ, Bartomeu: “El sentido político de la lengua guaraní”, Acción, nº 196, ago 1999, pp. 24-27. MELIÀ, Bartomeu: “Tiene aún sentido hablar hoy el idioma guaraní?”, Acción, 234, jun. 2003, pp. 34-36. MELIÀ, Bartomeu: “Elogio del monolingüismo guaraní”, en: Line BAREIRO, Discriminaciones y medidas antidiscriminatorias. Asunción, UNFPA-CDEHonorable Cámara de Senadores. Asunción, 2003, pp. 37-46. MELIÀ, Bartomeu: “Elogio del monolingüismo guaraní”, en: Line BAREIRO, Discriminaciones y medidas antidiscriminatorias. Asunción, UNFPA-CDEHonorable Cámara de Senadores. Asunción, 2003. pp. 37-46. MELIÀ, Bartomeu: “Vitalidad y dolencia de la lengua guaraní en el Paraguay”, Comisión Nacional de Bilingüismo – Ministerio de Educación y Cultura. Asunción, 2004. pp. 3-4 MELIÀ, Bartomeu: “Paraguái reko eta ha iñe’ênguéra – Paraguay multicultural y plurilingue”, Comisión Nacional de Bilingüismo – Ministerio de Educación y Cultura, Asunción, 2007. pp. 5-9 MELIÀ, Bartomeu: “Palabras de boca en boca”, Asunción, 2007 CADOGAN, León: “Mil apellidos guaraníes, aporte para el estudio de la onomástica paraguaya” Nueva edición con Prólogo de Bartomeu Melià. Editorial Tiempo de Historia. Asunción, 2007. p. 12 VILLAGRA BATOUX Delicia: “Las lenguas en las políticas lingüísticas; el caso paraguayo”, Acción Nº 210. Asunción, 2000. pp. 32- 34. VILLAGRA BATOUX Delicia: “El Guaraní Paraguayo; de la oralidad a la escritura”, Expolibro. Asunción, 2002. COLECCIÓN “Programa Internacional de Formación de Educadores populares”: “Cultura, interculturalidad, inculturación” Caracas, 2003. pp. 38-46. PARAGUAY, Constitución Nacional. Decidamos. Asunción, 1993. pp. 20 y 36.
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