Honrando a mi padre PJCHC y sus colegas asesinados El poema de Gioconda me hizo retroceder cuarenta años en el tiempo, al 10 de enero de 1978 como que fuera hoy en cada detalle de cómo han sido estos asesinatos a periodistas. Me hizo revivir particularmente el de mi padre PJCHC asesinado en las calles de Managua y también el de María José Bravo y Carlos Guadamuz más tarde como también los 33 que han sido ejecutados este año en diversas partes del mundo y cienes mas en solo esta década. Pienso en sus familias como fue con la nuestra desbaratada por la fuerza bruta de balas asesinas. A todos ellos los mataron por el supuesto delito de no callar y decir la Verdad, como dice nuestra convocatoria hoy Quisieron brutalmente silenciarlos, pero lo que no sabían sus asesinos es que se puede matar a un hombre, pero no sus ideas porque estas se eternizan en la conciencia de nuevas generaciones como nosotros y todos ustedes que nos unimos hoy para rescatar sus ejemplos y sus legados. Para mi todos ellos son ejemplos de heroicidad en el ejercicio de la libertad de sus conciencias y expresión. Comparten el mismo destino en la forma que les privaron de sus vidas dignas, pero también por haber ejercido un liderazgo heroico al servicio de la Verdad con características similares: