Crustanews nº12 invierno 2016

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Invierno 2016 6

Caracolario sin esfuerzo

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Clarkii en España

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Sepia enana (S. bandensis)

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Anubias

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Tus propias luces

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Margaritifera auricularia

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Estética y funcionalidad

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Editorial Hasta hace cuatro años nunca se me pasó por la cabeza tener acuarios. Tener animales que no se pueden abrazar ni acariciar. ¡Menudo aburrimiento! Bueno, esa era mi opinión hasta que vi unos preciosos caracolillos en el acuario de un amigo. Él no los quería, se habían colado con unas plantas. Gyraulus riparius. Lo que para muchos son una plaga a mí me resultaron fascinantes. Esas bellas antenitas y una boca minúscula husmeando los cristales… Nunca hay que decir jamás. Actualmente en mi casa mantengo nueve caracolarios, con algunas especies realmente raras, y algunas gambas. Me fascinan tanto esas bellezas diminutas que disfruto escribiendo un blog, compartiendo experiencias y fotografías de mis caracoles. ¿Pero por qué me fascinan tanto estos bichitos? La mayoría de mis mascotas acuáticas son caracoles. A muchos acuaristas no les gusta verlos en sus tanques. No tienen colores despampanantes, no llaman la atención. Su auténtica belleza no se percibe con un vistazo apresurado. Debemos tomarnos un tiempo y mirar de más cerca. Entonces descubres que no son bichos sosos, marrones o negros: tienen cuerpos y antenas bellamente coloreados y unos preciosos ojazos completamente abiertos. Unas criaturas adorables. Por eso nuestra afición me parece tan estupenda. Exige una mirada atenta a los pequeños detalles. Necesitamos el contacto con estos animalitos, ignorados por la mayoría de la gente. Muchos tienen perro pero, ¿Qué ocurre con gambas y caracoles? Se les ve como algo bonito, pero no les prestamos mucha atención. No lo hacemos porque no nos han enseñado a tomarnos un tiempo para apreciar las cosas pequeñas. Vamos siempre con prisas. Trabajo, gimnasio, agenda a tope… así día tras día.

Atrapados en este bucle frenético, nuestras pequeñas mascotas acuáticas nos obligan a bajar el ritmo, a fijarnos en los detalles de su diminuta belleza. Han creado un pequeño mundo que nos rescata de nuestro estrés cotidiano. ¿No es fantástico? Con frecuencia me sorprendo a mí misma sentada ante uno de los acuarios, observando mis caracoles. Minuto a minuto. Sigo sus movimientos, cómo comen. Verlos cómo escalan rocas o troncos me relaja. Por eso aprecio tanto estos animalitos. Hasta hace cuatro años nunca había tenido un acuario. Hoy en día, cuatro años, nueve urnas y un montón de caracoles y gambas después, no podría desprenderme de ellos. Los invertebrados acuáticos ya forman parte de mi vida, junto con mi blog y la comunidad de crustaamigos de todo el mundo que hacen nuestra afición tan diversa. Así que disfrutemos leyendo el nuevo número de Crustanews, descubriendo novedades fascinantes sobre nuestras mascotas acuáticas en compañía de los colegas de afición. ¡Saludos cordiales desde Alemania! Anja Kober


CRUSTANEWS YOUR SHRIMP, OUR PASSION Director

Imagen de Contraportada

José María Requena

Mario González

Colaboradores

Material Fotográfico

Leonor Amorós Celeste García Isaac García Mario González Marta Grau Claudia Mas Maurici Romero

Paul Ehlen Isaac García Mario González (Guela) Marta Grau (Mattiuskina) Maxime Moretto Keiko Nakamura Maurici Romero (Bat) Indra Sarif

Autores José Amorós Paul Ehlen Mario González Marta Grau Claudia Mas Keiko Nakamura Maurici Romero

Maquetación y Diseño Gráfico Leonor Amorós Celeste García Isaac García José María Requena

Imagen de Portada Zhi Hao

Querido lector, Crustanews es una revista creada por y para aficionados a la acuariofilia, en concreto al fantástico mundo de los invertebrados acuáticos. Por eso nos importa mucho tu opinión, sugerencias, ideas, colaboración, etc. Ponte en contacto con nosotros en nuestro email crustanews@gmail.com y haznos llegar tus comentarios. No olvides visitar nuestra web www.crustanews.com © Crustanews es una revista de acuariofilia sin ánimo de lucro, queda prohibida su venta y distribución con tales fines. Todos los derechos reservados. Todo el material contenido ha sido cedido expresamente y posee el consentimiento del autor. ISSN 2340-6275


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Los caracoles… esos eternos compañeros de gambas que muchos consideran plagas que hay que erradicar. Los caracoles en los acuarios hacen una gran función. Unos de ellos eliminan las algas de los cristales, otras especies, por ejemplo, remueven el sustrato y se alimentan de restos en descomposición. Rápidos a pesar de su fama, se desplazan por los cristales y el sustrato colaborando incesantemente en el mantenimiento del acuario, por eso hay que dejar de verlos como algo negativo. ¿Tienes una plaga de ellos? No es su culpa, sino el exceso de alimentación que hay en el acuario, por lo que en definitiva también sirven como regulador. Una vez que tenemos claro que no son un estorbo o un elemento de la decoración, sino una pieza también importante, como cualquier micro fauna que habita en nuestros acuarios, vamos a observarlos con más atención. En los acuarios en que los niveles de TDS son bajos, porque así lo requiere el mantenimiento de las gambas que en ellos habitan, los caracoles son los que primero pagan las consecuencias: se desconchan más rápidamente (su concha se descalcifica más rápido, se aprecian manchas blancas en ella) y su índice de supervivencia es menor a otros acuarios donde los parámetros son más elevados. Por mi experiencia, seguramente hay quien pueda rebatir eso, en el acuario de caridinas y de tigers, los caracoles han sobrevivido un tiempo menor y en peor estado que en el acuario de las neocaridinas. La única diferencia detectable entre los distintos acuarios es el agua y el sustrato.

Caracolario “low cost”. Foto de Marta Grau.

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Por ese motivo, teniendo un pequeño acuario de 6L vacío en el que empezó mi afición con las gambas, decidí montar un caracolario lo más simple posible. Si leísteis el artículo sobre las ecoesferas, esto sería lo mismo, aunque en este caso no se trata de un espacio cerrado, sino que interactúo con los caracoles. Para montar un caracolario sin esfuerzo, sólo se necesita un recipiente (en mi caso usé el acuario de 6L), un sustrato calcáreo a ser posible y un poco de vegetación (eso es más a nivel estético). En este caracolario que he montado no hay filtro ni calentador/ventilador, simplemente una vez al mes o según vea el estado del agua, hago un cambio de agua de unos 2L (1/3 parte del acuario) y lo relleno con el agua que he sacado (en los cambios) del acuario de las neocaridinas, para que la variación de los parámetros del agua no sean tan drástica. En cuanto a la alimentación, con las algas de los cristales y los restos, no es necesario añadir apenas comida, aunque yo alimento una vez por semana o cada quince días. Hace más de medio año que lo tengo montado y los caracoles se mantienen en perfectas condiciones (si bien, es cierto que también se descalcifican un poco, el proceso es mucho más lento que en los otros acuarios) y crían adecuadamente. Queda claro que sin mucho gasto se puede tener un bonito caracolario en casa para la cría, que posteriormente podemos trasladar a otros acuarios si fuese necesario, o incluso como elemento decorativo para observar y aprender a apreciar más a estos pequeños seres.

Caracolario de Planorbella duryi. Foto de Isaac García.

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Orden: Decápoda Familia: Cambariadae Género: Procambarus Especie: P. clarkii Nombre común: existen gran variedad de nombres comerciales como cangrejo rojo americano, cangrejo de las marismas o cangrejo de Louissiana. Morfología: Típica forma de cangrejo de río de agua dulce, presentan un cefalotórax y un abdomen alargado sustentado por cinco pares de patas, el primer par modificado en una estructura de pinzas denominadas quelas. El tamaño de los ejemplares adultos puede oscilar entre los 10 y los 15 centímetros aproximadamente. Los ejemplares adultos presentan un bello color rojo vino salpicado con manchas amarillentas, los juveniles presentan una coloración más discreta y variada con objeto de mimetizarse en su entorno. El dimorfismo sexual no es apreciable a simple vista, para sexarlos debemos observar bajo su abdomen el primer par de pleópodos. En los machos los pleópodos forman una estructura en forma de pinza con la que transferirán los espermatóforos al orificio genital de la hembra durante la cópula. Los clarkii en España:

Guadalquivir. Esta zona no se consideraba adecuada para el cangrejo autóctono, por lo que se concluyó que no existiría un gran impacto por competencia directa, pero no se tuvo en cuenta la plasticidad de esta especie que rápidamente empezó a colonizar de forma espontánea canales y zonas acuáticas adyacentes al año siguiente de su introducción. En los años sucesivos el cangrejo rojo se lanzó a una conquista imparable de casi todas las cuencas del sur, centro y levante de nuestra península. ¿Cómo lo consiguió? La plasticidad y resistencia de esta especie son sus mayores características, por lo que se ha adaptado a casi todos nuestros ríos. Si sumamos su capacidad de desplazarse kilómetros fuera del agua, su potencial reproductivo y tolerar aguas salobres o sequías, además de recibir en el pasado la ayuda del hombre, su conquista de territorio ha resultado realmente fácil. Esta expansión natural se ha visto favorecida por translocaciones por parte de administraciones y pescadores con el fin ampliar el área de pesca de esta especie, teniendo en cuenta los beneficios y la facilidad de conseguir animales vivos, ya que estos se presentaban así en los mercados, es la explicación más factible para la rápida expansión de esta especie. Así llegamos a la década de los 80 en la que tenemos a este invasor americano en casi todas las cuencas fluviales de nuestro país (exceptuando tramos altos de ríos de aguas frías) y en todas las pescaderías de nuestros mercados. Finalmente en los 90 colonizaron las islas Baleares y Canarias.

Su propio nombre le delata. El Procambarus clarkii o cangrejo rojo americano, es autóctono de la cuenca del río Mississippi, no obstante este decápodo, con un poco de ayuda por parte del ser humano, se ha convertido en la especie más exitosa de su género. En la década de los 70, en España, se dieron varios intentos de aclimatar diversas especies exóticas de cangrejos de río con objeto de crear poblaciones reproductoras comercialmente explotables. Este marco tan favorable para la introducción de especies exóticas se debía al deterioro de las poblaciones de cangrejo autóctono junto al beneficio económico que se pretendía obtener de la explotación de las mismas. La primera importación de Procambarus clarkii en España se dio en 1973. Se importaron desde Louissiana a una finca en el sur de Badajoz donde se aclimataron correctamente. Al año siguiente, con ayuda y permiso institucional, junto con otro lote aún mayor también traído de EEUU se liberaron en los arrozales de las marismas del bajo

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P. clarkii en el río Ebro. Foto de Bat.

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Se gestiona como una especie cinegética regulada legalmente con sus cuotas de pesca y de interés económico y culinario. En líneas generales esta dinámica se mantiene hasta el Real Decreto 630 del 2013 que regula el “Catálogo español de especies exóticas invasoras”, en el que de forma sorprendente se excluye de dicho catálogo a este cangrejo invasor al considerarlo un recurso zoogenético en vez de una de las especies invasoras más relevantes del panorama nacional, total el cangrejo autóctono está casi desaparecido y la pasta manda. Esta situación se revierte cuando asociaciones ecologistas interponen una denuncia ante el Tribunal Supremo contra dicho Real Decreto, el resultado de esta pugna en los tribunales, es la inclusión de esta y otras especies, en el “Catálogo español de especies exóticas invasoras” prohibiendo su captura, traslado, tenencia o compraventa, incluso de ejemplares ya muertos, incluido en el mercado exterior. Pero no por incluir una especie en un listado ésta va a dejar de existir. Existen muchas luces y sombras tras el Procambarus clarkii. Si bien es cierto que dañan las poblaciones autóctonas de invertebrados acuáticos, de peces, de anfibios, ya que devoran tanto puestas, como renacuajos o individuos adultos; pueden dañar arrozales o entrar en competencia directa por la alimentación con especies tan diversas como anátidas o peces fitófagos que se alimentan de la vegetación sumergida, no obstante, aunque su balance en nuestros hábitats acuáticos es nefasto, no todas la noticias son malas. El abundante suministro de cangrejo rojo en el bajo Guadalquivir ha permitido la recuperación de otras especies amenazadas de aves zancudas y ha generado, hasta hace muy poco tiempo, miles de puestos de trabajo para su captura y comercialización, siendo España el tercer país en producción de cangrejo rojo a nivel mundial. éste es el resultado final, un sinsentido de introducciones, unas gestionadas por la propia administración y otras no, con el objeto de tener nuestros ríos invadidos por una especie portadora de la afanomicosis, letal para los cangrejos autóctonos, sin siquiera la presión humana que regule su población. Cuando tratamos con especies exóticas invasoras es muy difícil controlar su expansión y una vez aclimatada es muy difícil, si no imposible, erradicarla. Debemos ser realistas, espero no molestar con mis palabras, pero la inclusión del Procambarus clarkii en el “Catálogo español de especies exóticas invasoras” si no lleva asociada una gestión de la especie, no es más que un brindis al sol, vano e incluso hasta contraproducente que puede traducirse en la protección de facto de una especie invasora.

Juvenil de P. clarkii. Foto de Celeste García.

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P. clarkii defendiéndose de la cámara. Foto de Bat

Rostrum de P. clarkii. Foto de Mario González

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Hace tiempo que me considero "persona de peces", pero después de un mes de trabajo con la Sepia bandensis (sepia enana), debo admitir que nunca he visto, y mucho menos mantenido, un animal marino más increíble que este molusco. Se trata de un cefalópodo, estrechamente relacionado con el pulpo y el calamar. Richard Ross, del Acuario de Steinhart, los describe como un pequeño UFO que circula alrededor del tanque. Y de todos los animales que se pueden mantener en acuarios de agua salada tropical, Sepia bandensis es la especie más fascinante y gratificante de muchas maneras diferentes. Visualmente son impresionantes, con la capacidad de cambiar el color, el patrón y la textura en segundos. Son depredadores perfectos, como pequeñas rapaces del mar mientras se precipitan hacia abajo y agarran a sus presas con sus tentáculos rápidos como el rayo. Son inteligentes, interactúan con su cuidador y entre sí de maneras sutiles y dramáticas. Y con sólo 3-4 cm de largo una vez son adultas, son lo suficientemente pequeñas como para convertirlas en una verdadera posibilidad para expertos aficionados, así como para acuarios públicos.

bios texturales ocurren en un instante. La velocidad y complejidad de estos mecanismos de los cefalópodos y, especialmente la sepia, superan a los de cualquier otro grupo animal. Más allá de lo increíble que es su piel, S. bandensis tiene una serie de atributos físicos y adaptaciones únicas que comparten con otros cefalópodos, incluyendo 3 corazones, un cerebro en forma de anillo, sangre de cobre (azul), propulsión a chorro, 360º de visión y la capacidad de proyectar un chorro de tinta. También tienen la boca con un pico agudo y una rádula raspante. Tienen 8 brazos dispuestos alrededor de su boca, así como dos tentáculos de alimentación que pueden disparar a una velocidad asombrosa y con precisión.

Además de su capacidad de nadar a propulsión gracias a su sifón, pueden maniobrar lentamente y con agilidad usando las ondulaciones de su aleta lateral que bordea su manto. Dentro del manto está la jibia, una estructura increíblemente ligera y porosa del calcio usada para regular la flotabilidad y vendida a menudo como suplemento de calcio para las aves. Finalmente, pueden caminar por el sustrato usando dos de Como los demás cefalópodos, la Sepia bandensis posee sus tentáculos y dos aletas de la piel en la parte inferior una serie de asombrosas adaptaciones que la convier- de su manto. ten en uno de los animales más singulares del mundo marino. Quizá lo más asombroso, es que pueden cambiar el color y el patrón en un abrir y cerrar de ojos, de blanco a negro y todos los intermedios, incluso pueden mover las bandas de color a través de sus cuerpos. Este efecto puede usarse para hipnotizar a la presa, así como para la comunicación intraspecífica. Logran estos sorprendentes efectos mediante el uso de células pigmentadas especializadas (cromatóforos), pero que en realidad son células de 3 tipos diferentes, cada uno de los cuales tiene su propio papel en la creación de los colores y patrones. Los cromatóforos producen los colores básicos en una gama de blanco apagado a través de beiges y marrones y finalmente a un negro. Los iridíferos producen azules iridiscentes y verdes que pueden ser particularmente visibles alrededor de su aleta. Y los leucóforos, que son blancos, dispersan la luz para ayudar al animal a mezclarse con su entorno. Además de los cambios de color y patrón, estas pequeñas sepias pueden reproducir unas texturas o pliegues de la piel que ayudan a su capacidad de camuflaje. Al igual que los cambios de color, estos camImagen superior de S. bandensis en acuario. Imagen inferior cambios policromáticos de S. bandensis. Fotos de Paul Ehlen

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El rango de distribución de Sepia bandensis incluye grupos de islas en el suroeste del Océano Pacífico, donde se encuentran típicamente en aguas poco profundas sobre el coral y la arena y donde son más activas por la noche. S. bandensis son depredadores capaces de realizar emboscadas, se mezclan con su entorno y esperan hasta que un inocente pez o crustáceo se aventure demasiado cerca y luego disparan los tentáculos de alimentación con una velocidad cegadora para atrapar su comida. Son animales de corta vida con tasas reproductivas bastante altas, ambos factores influyen mucho en su cuidado, en el que ahora centraremos nuestra atención. Cualquier persona o institución que considere mantener esta especie en cautividad, debe plantearse una serie de cuestiones previas que trataré de abordar aquí. Este artículo no intenta cubrir todas las maneras posibles de mantener con éxito la sepia enana, centrará el esfuerzo en explicar cómo se ha mantenido una población de cría durante dos años y cómo son los tanques. Y este autor no supone ser un experto en el mantenimiento de las sepias enanas, sino un estudiante ansioso por compartir información recolectada durante un mes de duración como uno de los acuaristas responsables de esta población cautiva. Nadie debe considerar mantener a S. bandensis sin que haya mantenido con éxito un tanque de arrecife marino por al menos un par de años. Estos animales no son sumamente difíciles, pero requieren parámetros bastante rigurosos de un tanque de arrecife en términos de temperatura, salinidad, pH y niveles de nutrientes. También requieren alimentarse dos veces al día a mano o a través de un bastón de alimentación de crustáceos congelados. Y, finalmente, si usted mantiene al menos un macho y una hembra y quisiera tener estos animales por más de un año, debe poder cuidar los huevos y las crías en las diferentes etapas del desarrollo. Como se mencionó anteriormente, los parámetros básicos del agua del tanque de arrecife son apropiados para un tanque de sepia enana. Esto significa temperaturas en el rango de 74 a 78º Fahrenheit (23’5-25’5º C), salinidad cerca de 34 ppt, un pH entre 8.0-8.4 y nitratos muy bajos (hasta 5 ppm con amoníaco y nitrito

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a 0). Grandes oscilaciones en temperatura, salinidad u otros parámetros de agua pueden ser devastadores para todos los animales marinos en cautiverio, pero particularmente para invertebrados sensibles como éstos. Un acuario maduro con roca viva es ideal y, si la iluminación es adecuada, estos animales pueden coexistir con corales no agresivos. Los cangrejos ermitaños pueden ser usados como equipo de limpieza, pero los caracoles y otros cangrejos estarán en el menú de estos pequeños cazadores. El flujo de agua debe ser moderado, suficiente para mantener el agua bien aireada. El filtro y las entradas de la bomba deben cubrirse con esponja para evitar cualquier contratiempo. Se recomienda un skimmer para mantener los niveles de nutrientes bajos, aumentar la saturación de oxígeno en el agua y eliminar cualquier tinta antes de que pueda dañar a los animales. Debido a que estos animales no son artistas del escape (al contrario que los pulpos) no es necesario una tapa de seguridad.

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El tamaño del tanque debe permitir el comportamiento natural y la estabilidad del agua. Se ha observado que si es demasiado pequeño incita a la agresión y puede conducir a lesiones. Richard Ross recomienda 30 galones (115 L) para un solo animal adulto, 40 galones (150 L) para dos de ellos, 55 galones (210 L) para tres y sugiere que hasta 8 pueden ser alojados en un tanque de 125 galones (475 L). He estado trabajando con estos animales en una urna de aproximadamente 50 galones que típicamente alberga entre 5 y 8 adultos con gran éxito. Al igual que con la mayoría de los animales marinos en cautividad, se supone que el aumento de alimentación dará como resultado una disminución de la agresión intraespecífica y que puede ser en parte responsable del éxito. Los niveles de nutrientes se mantienen con un 10-20% de cambios de agua cada 3-4 días. Este montaje se basa en la roca viva, dos filtros de cartucho y un filtro bajo el sustrato con una bomba con retorno en línea para el flujo de agua.

Mapa de www.MarineBio.org

Los parámetros del agua son estables y dentro de los rangos descritos anteriormente. Estas sepias han estado prosperando y reproduciéndose activamente en este ambiente durante casi dos años. Los adultos, así como los huevos, los juveniles y el alimento vivo se colocan en una cuba grande separada y redes con los mismos parámetros del agua que la exhibición. Estas áreas adicionales de retención son esenciales para el cuidado a largo plazo de una población reproductora de S. bandensis. Los aspectos relacionados con la alimentación y la reproducción de esta especie los trataremos en el siguiente número de Crustanews. Crías de S. bandensis en paridera. Foto de Paul Ehlen

Camarones de alimentacion. Foto de Paul Ehlen

Huevos de S. bandensis en paridera. Foto de Paul Ehlen

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El origen de estas plantas acuáticas procede de distintas regiones de África (zona tropical y occidental principalmente, sobre todo en Sierra Leona), la familia de las anubias es la denominada Araceae (Aráceas). Su reproducción se produce por la división del rizoma y sus hojas son muy carnosas y en forma de “punta de flecha”. Con respecto a su lugar en la naturaleza, su hábitat natural corresponde a zonas muy sombreadas (ya que la iluminación excesiva puede ser nociva para ellas) y en los bordes de la corriente de los ríos. Aunque también es frecuente que crezcan enraizadas a las rocas y los troncos. En cuanto a su mantenimiento, son unas plantas muy agradecidas. Son una familia fácil, tienen un crecimiento lento y son muy resistentes. Tienen una gran adaptabilidad a diversos elementos del acuario, resisten grandes parámetros de pH y se adaptan bastante bien de aguas ácidas a alcalinas y también de aguas duras a más blandas. Como hemos dicho anteriormente, esta planta prefiere la sombra por lo que cuando la tenemos dentro de nuestro acuario, es conveniente tener alguna otra planta en la superficie, para que no le llegue la iluminación directa procedente de nuestras lámparas u otros focos de luz. Así evitaremos que nuestras anubias se cubran de algas.

En cuanto a los tipos de anubias, existen distintas especies y variedades de éstas. Podemos encontrar, entre otras: Anubia barteri: Este tipo de anubia es la más conocida de todos los tipos y la más vendida, es debido a que es la que mejor se adapta a distintos parámetros del acuario (pH, dureza del agua, temperatura…). Dentro de esta especie existen múltiples variedades, como os mostramos aquí abajo: 1. Anubias barteri var. Marble/Pinto: También llamada anubia nana ‘’de mármol’’, tienen hojas muy resistentes y fuertes con ciertas manchas blanquecinas. Son ideales para un paludario. 2. A. barteri var. Nana: Es el tipo de anubia fue considerada la más pequeña de la familia durante unos años, alcanza un máximo de 15 cm de altura. Posee una peculiaridad, y es que esta anubia puede desarrollar una flor entre sus hojas verde oscuro, aunque muchos afirman que no es fácil que florezca.

También se adaptan a múltiples temperaturas, oscilando entre 22ºC y 26ºC, aunque se ha visto que su temperatura óptima suele ser los 25ºC. No deben enterrarse las raíces de estas plantas en el sustrato ya que probablemente se pudriría el rizoma y posteriormente morirían, lo mejor es que estén sujetas a troncos y/o piedras. Aunque tampoco es indispensable que estén en un sustrato. Volviendo a los valores de pH, hay diversos parámetros en la literatura, mencionándose rangos óptimos tan amplios como de 5.5 a 9. La dureza general de agua oscila entre 3 y 15ºGh. El CO2 tampoco es esencial para las anubias, ya que son plantas de requerimientos bajos y viven bastante bien con el existente en el propio acuario. La reproducción de las anubias en la naturaleza es gracias a su capacidad expansiva, es decir, ellas mismas separan el rizoma para reproducirse. Cuando se encuentran en el acuario, nosotros mismos las podemos separar cortando las raíces mediante el uso de unas tijeras. Posteriormente las colocaremos en troncos y/o rocas y allí enraizarán de nuevo. Cn nº12

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A. barteri var. Pinto. Foto de Indra Sarif

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3. A. barteri var. Bonsai: Otro tipo de anubia muy pequeña, se usa mucho para nanoacuarios. 4. A. barteri var. Petite: Con una altura de un máximo de 5 cm, es una planta que suele florecer en el acuario. Posee hojas muy pequeñas y muy juntas de color verde oscuro. 5. A. barteri var. Pangolino: También llamada ‘’Pangolín’’ porque se asemeja a las escamas de pangolín (pequeño oso hormiguero con escamas). Posee unas hojas muy pequeñas y estrechas de color verde fuerte.

A. barteri var. Bonsai. Foto de Maxime Moretto

6. A. barteri var. Wrinkled leaves: En español, anubia de ‘’hoja arrugada’’. Es muy atractiva para muchos aficionados a estas plantas por sus hojas onduladas y pequeñas. 7. A. barteri var. Yellow heart/Gold: Anubia ‘’corazón de oro’’, hojas de color amarillo limón, estas anubias crean un bonito contraste en nuestro acuario junto a otras anubias de color más oscuro. 8. A. barteri var. Barteri: Alcanza hasta 45 cm de altura, considerada de las más grandes de toda la familia aunque vive exactamente en las mismas condiciones que el resto.

A. barteri var. Gold. Foto de Maxime Moretto

9. A. barteri var. Caladiifolia: Esta bonita anubia es muy deseada por su forma de corazón en sus hojas. 10. A. barteri var. Angustifolia: Hojas de tallo largo y verde oscuro, esta anubia es de las menos conocidas. Anubia pynaertii: También se conoce como “Anubia de Pynaert”, la forma de sus hojas es muy diferente respecto al resto y es por ello que resultan tan interesantes para los amantes de estas plantas. Su forma es alargada, empezando estrecha y con forma de tijera abierta y haciéndose cada vez más ancha hasta llegar a la punta. Suelen ser color verde oscuro, aunque también las hay más claras. Según muchos poseedores de ellas, son bastante complicadas de conseguir.

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A. barteri var. Caladiifolia. Foto de Indra Sarif

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A. barteri var. Pangolino. Foto de Indra Sarif

A. barteri var. Petite. Foto de Indra Sarif

Anubia hastifolia: También denominada “Gigantea”. Se trata del tipo de anubia más grande que hay, debido a su gran tamaño no cabe en un acuario convencional, por ello se usan en jardines botánicos y terrarios principalmente. Con hojas verde claro y con forma triangular, su vértice es puntiagudo y las esquinas de las bases redondeadas. Este tipo de planta es ideal para crear un contraste muy bonito junto con otras plantas de colores rojizos o verdes oscuras. Anubia gilletii: Sus hojas verdes en forma de punta de lanza, pueden llegar a medir hasta 40 cm de largo. Esta planta crece mejor cuando está parcialmente sumergida ya que sus lugares de crecimiento natural son los arroyos principalmente, en zonas fangosas. Anubia gracilis: Coloquialmente llamada “hoja de jabalina”, es considerada una de las anubias más elegantes por su largo tallo aunque sus hojas son menos duras que el resto de especies. Alcanza una altura de entre 12-15 cm. Anubia heterophylla: También llamada “anubia heterófila o del Congo”, procedentes del África Occidental, la Anubia heterophylla también es muy fácil de mantener. Cuando sus hojas están recién formadas suelen resultar apetecibles para ciertos peces y caracoles, también su forma es variable, lo que hace difícil identificar la especie en etapas juveniles. Sus requerimientos lumínicos son muy bajos y en los acuarios no crecen tanto como en un acuaterrario. Anubia afzelii: Definida también como “Anubia barteri var. Angustifolia”, se trata de una planta muy fácil de cuidar, de hoja verde y ancha.

A. gracilis. Foto de Maxime Moretto

A. gilletii. Foto de Maxime Moretto

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Durante mucho tiempo hemos mantenido acuarios en casa con una variedad de invertebrados bastante considerable, hecho que no hacía más que acrecentar mi interés por ellos y por conseguir nuevas especies. Las plantas no podemos decir que hayan sido precisamente mi punto fuerte ni que haya sido un gran paisajista pero… tampoco se me han dado nada mal. Sin embargo, ha sido a nivel técnico-tecnológico donde como acuarista siempre he sido prácticamente como un cero a la izquierda, una nulidad completa. Para ser honestos, conocía perfectamente las nociones básicas y teóricas de artilugios como los calentadores, filtros, luces y demás aparatos que utilizamos cotidianamente en la acuariofilia, sin embargo, comparado con otros acuaristas, a los que este mundo les resulta sencillo, yo siempre fui incapaz de crear, montar, desmontar o planificar equipos a mi antojo, es decir, nunca fui un buen manitas ni el bricolaje fue una de mis pasiones. Este hecho, junto con las penurias económicas, compañeras de viaje de muchos de nosotros, me arrastró a una situación de tintes futuristas postapocalípticos. Entrar en mi salón era presenciar un paisaje artificial de cables, luces, pantallas y flexos de todas las formas y tamaños. Entre tal panorama cibernético, quizá lo que menos destacaba eran los propios acuarios, fijando la vista el espectador en los aparatosos armatostes que reposaban sobre ellos. Y no sólo el visitante, sino que los propios miembros del hogar también contemplaban con horror la dantesca escena.

La solución pasaba por dos posibles vías: la primera, comprar unas pantallas colgantes a medida para todos los acuarios, 5 para el piso y otras 8 para la casa de campo… inviable económicamente hablando. La segunda, mucho más costosa, en este caso en tiempo, era aprender y montar una serie de pantallas presentables y homogéneas por mi cuenta y riesgo. Pese a que esta segunda opción ya la contemplaba desde tiempos inmemoriales, la pereza y el desaliento que generaban en mí la idea de aprender cosas relacionadas con la tecnología aplicada siempre me frenaban. No obstante, mi suegro, una persona con unos conocimientos en electrónica casi infinitos, y Leonor, quien ha heredado genéticamente estas cualidades, resultaron ser grandes profesores. El aprendizaje fue fácil en ocasiones, difícil muchas otras (profesores estrictos y malhumorados aunque con buenas intenciones y con un pupilo bastante indisciplinado). La teoría quedó clara y también comprobamos que los componentes necesarios, gracias a las nuevas tecnologías y las compras online, estaban al alcance de cualquiera por muy poco dinero. Todo ello combinado con testers y otros aparatos que nos permitieron comprobar que el proceso seguía su vía correcta. Y la aventura del diseño y el montaje comenzó, y esa es la historia que hoy os presentamos, para que quien quiera adentrarse en la fabulosa aventura de construir sus propias luces tenga una somera idea de cómo abordar el problema con unos conocimientos mínimos pero eficaces. No pretende ser este artículo la Biblia del montador de luces, pues seguros estamos que habrá maneras y métodos mucho más efectivos, incluso más baratos, duraderos y estilosos. Simplemente presentamos una solución sencilla, eficaz y estéticamente aceptable para quienes os hayáis visto en la misma problemática en la que me vi yo. Espero que este breve manual, que bien podría titularse “luces con poco esfuerzo” sea de utilidad.

Iluminación en acuarios antes del proyecto. Foto de Isaac García

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Presentemos primeramente los componentes necesarios a modo de ingredientes de una receta de cocina. En primer lugar necesitamos un soporte para la pantalla, algo donde colocar el resto de piezas del montaje. Dado que vamos a utilizar leds de alto rendimiento y estos leds generan una cantidad importante de calor, el soporte ideal será el aluminio, ya que disipa la temperatura de una forma muy eficaz. Por tanto, lo primero que debemos hacer es medir la parte superior de nuestros acuarios. En nuestro caso, al ser pantallas que se posaban directamente sobre la tapa (podríamos haberlas hecho colgantes sin problemas pero hubiera implicado taladrar el techo y, dado que los acuarios no están en su emplazamiento definitivo, optamos por no hacer más obra) tomaremos las medidas justas para que encajen lo mejor posible sobre la parte superior. Tendremos en cuenta que posteriormente les añadiremos una especie de marco o soporte, por lo que el largo y el ancho se verán incrementados unos milímetros. Una vez tengamos claras las medidas, podemos ir a una carpintería de aluminio a que nos hagan los recortes en chapa, no necesariamente muy gruesa. Lo más normal es que nos lo corten a tijera, lo cual sale bastante barato, o en algunos casos nos lo cortarán con otros métodos más precisos, como con chorro de agua. Si disponemos de unas tijeras para chapa metálica en casa también podemos hacerlo nosotros mismos comprando las láminas de aluminio, aunque normalmente nos saldrá más caro, ya que las carpinterías aprovechan retales y son más económicos que las chapas nuevas compradas en cualquier tienda de bricolaje. Para hacernos una idea orientativa, las chapas utilizadas en este montaje que os presentaremos costaron aproximadamente 20€ todas ellas, 6 en total de distintas medidas. Una vez tenemos los rectángulos de chapa de aluminio (decimos rectángulos en nuestro caso, pueden ser de otras formas) empezaremos el montaje sobre ellos. En la carpintería de aluminio, previamente, habremos pedido que nos den retales de aluminio (en barra, en sándwich o en el formato que los tengan). Estos retales son sobras de corte que para la carpintería normalmente son inútiles con lo cual nos los dejarán a buen precio o incluso, como ha sido el caso, nos los regalarán. La función de estos retales será la de hacer de disipador térmico. Sobre ellos montaremos los leds a modo de refrigeradores. Está la opción de

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Retales de aluminio refrigerante. Foto de Isaac García

utilizar refrigeradores de leds comprados también online aunque su precio es elevado y su función, aunque optimizada, es similar, o, por otra parte, utilizar refrigeradores de aluminio reciclados de viejas torres de ordenador u otros electrodomésticos. La única pega será que estos refrigeradores abultan bastante, haciendo que tengamos que subir en altura nuestra pantalla de luces, además de incrementar el peso de la estructura. Para el caso que nos ocupa, los retales de aluminio servirán, pues su masa, una vez pegados a la chapa de aluminio, disipará calor suficiente para que nuestro sistema sea estable térmicamente. Este es un paso fundamental en la construcción de nuestra pantalla de luces leds, puesto que si el sistema no disipa suficiente calor y los leds utilizados son de alta potencia podemos quemarlos o dañar los controladores de los mismos. Si lo hacemos bien, nos estamos asegurando de tener pantallas para un periodo de tiempo indefinidamente largo y a bajo coste. Si utilizamos leds de botón de baja potencia, como veremos más adelante, requieren una menor disipación, por lo que en ese caso podemos prescindir de los retales de aluminio. Estas piezas disipadoras podemos fijarlas a la chapa con adhesivo de contacto, metacrilato o adhesivo térmico, en cualquier caso nos aseguraremos de que haya el mayor contacto posible entre ambas piezas para permitir

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Macho de roscar y accesorios para taladrar metal. Foto de Isaac García

Sujeción de los led a los retales de aluminio. Foto de Isaac García

un buen flujo de calor por efecto de conducción por todo el metal hasta la zona superior, donde por efecto de radiación y convección el calor pasará al aire y el sistema se enfriará. Hay que tener presente no usar adhesivos termofusibles como la termocola, ya que con el calor se volvería a fundir y se desmontaría nuestra pantalla. Posteriormente veremos cómo hacer unos respiraderos en el marco para aumentar el efecto de la ventilación. Pero continuemos con el montaje. Llega el turno de los leds de alto rendimiento. Lejos han quedado los tiempos en los que los leds se utilizaban únicamente para recrear el efecto luz de luna y se hacían pinitos con pantallas led de escasa potencia, donde los acuaristas, en el mejor de los casos, quedaban insatisfechos si no frustrados o con sensación de haber sido estafados. En la actualidad disponemos de leds de una potencia lumínica increíble y de un precio irrisorio. Por muy poco dinero podemos conseguir unos 10 leds de 1-3 W de potencia (alrededor de 1 €), unos 10 leds de 10 W de potencia (unos 5-6 €) o incluso de potencias superiores (30, 50, 100 W, etc.). Para que nos hagamos una idea de la capacidad lumínica de estos nuevos leds, pensemos que el equivalente perceptible de 1 W en un sistema de leds modernos se traduciría en 6 W de tubos alógenos, aproximadamente… esto aplicado a un caso práctico de una de las pantallas que ilustra este artículo sería lo siguiente: utilizamos 10 leds de botón de 1 W (10 W en total) para una urna de 10 L, obteniendo una sensación lumínica equivalente de 60 W si hubiésemos empleado tubos convencionales. El resultado será una luz tan nítida que podremos mantener cualquier planta acuática, por muy exigente que

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sea en temas de iluminación. Además, los leds pueden ser de luz cálida (amarilla) o luz fría (blanca), optando en nuestro caso por la segunda opción. Si usamos leds de botón de 1-3 W realizaremos circuitos en serie, muy sencillos pero con el inconveniente de que si falla uno de los leds, todo el sistema se apagará. Incluso podemos recrear zonas de más luz y zonas más sombrías en el acuario, repartiendo los leds de forma desigual en la tapa. Los leds de botón son los de menor potencia, ideales para acuarios de escasa altura, urnas pequeñas o paludarios con luces y sombras. Luego tenemos los leds de potencias superiores, de 10, 30, 50 100 W o incluso más. Suelen ser leds cuadrados, cuyo tamaño se incrementa en función de su potencia. Estos leds tienen una potencia brutal, dando una luz focal excelente, pero evidentemente peor repartida que si hacemos el montaje con más leds de menor potencia. No obstante son excelentes en número suficiente y bien repartidos para acuarios grandes o profundos, ya que su luz atraviesa mucho mejor la columna de agua, dando sensación de limpieza y amplitud. Tienen una pega, no obstante, y es que adquieren una mayor temperatura y, por tanto, deben disipar mucho mejor el calor que los leds de botón. La masa de aluminio a la que vayan adheridos debe tener una buena relación superficie-volumen para que tenga un buen efecto refrigerante. A la hora de fijar los leds a sus bases de aluminio podemos optar por varias opciones, siempre que el calor se transfiera bien del led al metal: adhesivo de contacto (puede que si tenemos que cambiar los leds en el futuro nos sea difícil despegarlos o incluso que los dañemos), taladrar y atornillarlos (costoso pero nos permitirá desmontarlo) o utilizar cinta adhesiva térmica de doble cara (más práctico).

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Pantalla de led antigua de poca intensidad. Foto de Isaac García

Leds de 10w sujetos a retales de aluminio. Foto de Isaac García

Así pues, haciendo recopilación hasta ahora: hemos montado los leds sobre los retales de aluminio en barra, los retales a su vez sobre la chapa de aluminio, todo ello bien repartido para conseguir la iluminación deseada. Vayamos con el cableado y los componentes electrónicos. Para el correcto funcionamiento de los leds será necesario conectarlos a unos controladores o “drivers” que también podemos conseguir con facilidad en internet (un driver de 10 W cuesta aproximadamente 2 €). Su función es, muy a groso modo, reducir la tensión alterna de la red de 220 V a una menor adaptada al led correspondiente, con una intensidad constante, imprescindible para el buen funcionamiento del sistema. Además, utilizaremos un cable fino para trabajos de electrónica. Normalmente podemos conseguir cable trenzado por metros en cualquier tienda de este tipo (esto nos costará unos céntimos, menos de 1€ el metro trenzado de unos 6 cables finos, unos 6 m en total). Para las soldaduras, emplearemos un soldador de estaño e hilo de estaño de 1 mm y proporción 60/40. El estaño de las soldaduras es un elemento fundamental, ya que si es de mala calidad y las soldaduras están requemadas o quebradizas, no habrá un buen contacto entre leds y cables, por lo que el sistema empezará a fallar y los leds parpadearán o se apagarán, llegando incluso a fundirse. Aunque encontréis en tiendas multiprecio estaño 60/40 no suele ser una aleación fiable, al fundirse creará escoria o no fundirá correctamente… merece la pena gastarse un poco más de dinero en una tienda de electrónica por un buen rollo de estaño.

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El esquema de montaje-soldaduras es sencillo. Partimos del cable con el enchufe (que previamente habremos comprado o reciclado de otro electrodoméstico roto o que no usáramos). Podemos alargar este cable en caso de que fuera muy corto, bien comprando cable por metros en una tienda de bricolaje o, de un modo similar, reciclando otros cables que tengamos a mano. Para este proceso podemos soldar los cables o utilizar una regleta, en caso de soldar, posteriormente recubriremos las soldaduras en los empalmes con cinta aislante o tubo termorretráctil. El cable del enchufe va conectado al driver o controlador mediante los dos cables de toma de corriente de éste último (mediante regleta o soldadura). Dado que hay componentes del driver que conducen la corriente eléctrica, dejarlo al aire sería peligroso, por lo que podemos utilizar un cajetín con respiraderos (para evitar que se sobrecaliente) para aislarlo. El cajetín lo podemos pegar a la tapa de aluminio con adhesivo de contacto. Si utilizamos el mismo cajetín para meter varios drivers, será necesario aislarlos unos de otros mediante barreras de plástico termorresistente u otros materiales que no conduzcan la electricidad. Podemos utilizar cajas de plástico recicladas a modo de cajetín. Del driver, a su vez, saldrán dos cables: rojo (positivo) y negro (negativo). Como vamos a construir un circuito en serie debemos seguir bien la secuencia de soldadura para asegurarnos que la corriente circula a través de todo el circuito. Tomaremos el cable rojo (+) y lo soldaremos con estaño a la patilla positiva del primer led con un cable fino. Hay que estañar primero el

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Ilustración de circuito de leds hecha por Isaac García

cable y la patilla del led antes de soldar. Normalmente una patilla del led va marcada con el polo correspondiente, habitualmente el negativo. De la patilla negativa de este primer led soldaremos otro cablecito a la patilla positiva del segundo led y así sucesivamente hasta cerrar el circuito. De la patilla negativa del último led soldaremos con cablecito o sin él al cable negro (-) del driver, y así quedará cerrado el circuito. Los cables rojo y negro del controlador y los cables inicial y final del circuito de leds, también podemos unirlos mediante una regleta doble. Esto permitirá sacar el driver sin desoldar en caso de que haya que reemplazarlo por sobrecalentamiento u otro fallo. Aquí podríamos plantear una cuestión interesante: ¿cuántos leds puedo poner en el circuito, los que yo quiera? No, obviamente. En principio, los drivers de 10 W que se venden en internet, por ejemplo, sirven para un solo led de 10 W… parece lógico. En la práctica, es casi más interesante utilizar un driver de 10 W para un circuito de dos leds de 10 W. ¿Por qué? Bueno, pues porque colocando un controlador de 10 W y dos leds de 10 W (20 W teóricos en total) esos leds no están trabajando al 100% de su rendimiento teórico, supuestamente, estarán trabajando al 50%. Hay dos consecuencias derivadas de esto: los leds se calientan menos y también lucen menos, pero la sensación lumínica no es del 50%, sino mucho mayor. Esto es debido a que los leds no incrementan linealmente su sensación lumínica con su rendimiento o consumo. En resumen, parece más interesante hacer que los leds

trabajen un poco por debajo de su rendimiento total, así conseguimos alargar su vida útil por un menor calentamiento, la sensación lumínica es igualmente buena y ahorramos en gastos de drivers, que son el componente electrónico más caro. Esto lo podemos hacer así dado que los leds trabajan a intensidad constante. Para el caso de los leds de botón, podemos usar un driver de 10 W para 7 leds de 3 W. Todo esto, sin embargo, es muy teórico, y es mejor comprobar la potencia de los leds y su luminosidad con un tester y una fuente de alimentación regulable antes de cerrar el circuito. Como norma general, para los muy atrevidos o incautos, como fue mi caso, consideremos simplemente que poner muchos más leds en un circuito de los que es capaz de alimentar el controlador sólo conlleva que el sistema parpadee o que no luzca por no llegar al umbral mínimo. En cambio, poner muchos menos leds de los necesarios puede hacer que el sistema reviente, literalmente, en cuyo caso veremos cómo alguno de nuestros leds perecen cual granada de mano sin espoleta, llevándonos un buen susto. Si tras montar el circuito, los leds parpadean intermitentemente puede ser por dos cosas ya comentadas: por exceso de leds o por mal contacto en las soldaduras. Si es por un fallo en las soldaduras, lo identificaremos porque al desenchufar el circuito queda un parpadeo residual en los leds que se disipa en pocos segundos. En ese caso hay que repasar todas las soldaduras.

Circuito de leds de 10W adheridos con cinta térmica. Foto de Isaac García

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Circuito de leds de 3W. Foto de Isaac García

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Supongamos que ya hemos montado el circuito. Sólo nos queda embellecer un poco la pantalla. Para ello compraremos y cortaremos a inglete perfiles de plástico en forma de “L” para pegarlos con adhesivo de contacto en los bordes de la plancha de aluminio, formando como una especie de tapa de caja de zapatos. Esto hará que todo el circuito no quede a la vista. En la parte trasera o en una esquina haremos un corte con cúter o un agujero por donde pasar el cable de toma de corriente. En la parte posterior del canto en “L” podemos hacer unos agujeros a modo de respiraderos para que salga el calor del interior de la pantalla. Por la parte interior, en las esquinas y juntas, podemos aplicar un poco de silicona o adhesivo de contacto para reforzar estas uniones. Una vez esté acabada la tapa la podemos pintar del color que queramos, en nuestro caso, para hacer juego con los marcos de los acuarios, utilizamos espray negro. Otra opción sería hacer la tapa colgante, fijando un par de tirantes de cable de acero o similar con presillas o palometas y un agarre al techo, aunque esto supondría un esfuerzo mayor.

Cajetín aislante. Foto de Isaac García

Como habéis visto, pese a ser un proceso laborioso, el resultado es aceptablemente bueno y por un bajo coste económico, sobre todo si consideramos que tendremos pantallas a medida personalizadas y a un precio irrisorio comparadas con otras comerciales. Esperamos que os sirva como idea para futuros proyectos de bricolaje e incluso que podáis mejorar este sistema.

Pantalla de led acabada para paludario. Foto de Isaac García

Acuarios con sus pantallas led finalizadas. Foto de Isaac García



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-Crustanews: Hola Keiko. Primeramente te agradecemos que nos dediques unos minutos. Para nosotros es importante contar con investigadores de primera línea para divulgar temas relacionados con la conservación de los invertebrados acuáticos.

-(C): El proyecto por el cual nos pusimos inicialmente en contacto con vosotros guardaba relación con un grupo de fauna del que ya hemos hablado con anterioridad en Crustanews: las náyades. A modo de valoración personal, ¿cuál crees que es el estado de salud general de estas especies de moluscos en la Península -Keiko: Al contrario, muchas gracias a vosotros por Ibérica? interesaros en nuestro trabajo. No es usual que los moluscos, y menos los dulceacuícolas, sean de interés -(K): Las náyades en general son uno de los grupos para la sociedad en general. Por desgracia, las náyades de fauna más amenazados a nivel mundial. Aproxino gozan de tanta popularidad como los mamíferos o madamente el 70% de las especies del orden Unionida las aves. de Norte América y Japón se encuentran críticamente amenazadas, y de forma paralela, en Europa, 12 de -(C): Para empezar y que los lectores se familiaricen las 16 especies nativas existentes se encuentran en las contigo, ¿qué representan las siglas SARGA? ¿Qué re- categorías de amenazada o vulnerable. Es decir, el palación hay con el Gobierno de Aragón? ¿Qué tipo de norama no es nada bueno. El medio acuático es de los proyectos se gestionan desde esta entidad y qué papel hábitats más frágiles, cada vez está más alterado y, por juegas en dicha organización? Si no estamos equivo- supuesto, de forma directa se afecta a la fauna y flora cados, de profesión eres bióloga. asociada. -(K): Sí soy bióloga especializada en el área de la ecología de aguas continentales. Trabajo en SARGA(Sociedad Aragonesa de Gestión Agroambiental), una Sociedad instrumental del Gobierno de Aragón que actúa como un medio propio del Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad. SARGA está especializada en materia agraria y medioambiental, y es en éste último departamento en el que trabajo, en concreto en el área de Biodiversidad.

-(C): Sin duda, entre todas las náyades hay una especie en nuestro país que quizá sea la más amenazada, la Margaritifera auricularia. ¿Podríamos comentar alguna peculiaridad que haga de esta náyade algo especial: tamaño, longevidad, ciclo biológico…? ¿Cuál es el nombre del proyecto que habéis dedicado a esta especie?

Margaritifera auricularia, ejemplar adulto. Foto de Keiko Nakamura

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-(K): Pues sí, Margaritifera auricularia o Margaritona, como se conoce en Aragón, es una especie singular y la más amenazada en la Península Ibérica, junto a su especie hermana Margaritifera margaritifera. Trabajamos anualmente en el proyecto denominado: Acciones del Plan de recuperación de Margaritifera auricularia en Aragón. El ciclo biológico, similar en todas las náyades, es bastante particular ya que necesita de un pez hospedador intermediario. M. auricularia es hermafrodita, por lo que cuando una almeja actúa como macho otra debe actuar como hembra, una produce esperma y la otra produce huevos. Cuando llega el momento de la reproducción, que ocurre durante el invierno, el esperma se libera al agua y la almeja hembra en el mismo proceso de filtración que utiliza para comer y respirar, aspira los espermas y se fecundan los huevos que mantiene en su interior. Una vez realizada la fecundación la hembra mantiene los embriones hasta que se forman completamente las larvas o gloquidios, como se denominan en las almejas de agua dulce. Estos gloquidios posteriormente son expulsados al agua, esperando que se encuentren con ese pez hospedador que os mencioné antes. Al encuentro con el pez, los pequeños gloquidios se enganchan en las branquias, momento en el que el hospedador reacciona aislándolo, formando un quiste. Durante varias semanas se mantiene allí y sufre una metamorfosis, convirtiéndose por fin en un juvenil de náyade. Cuando está completamente formado se rompe el quiste y el juvenil cae al fondo del río comenzando su vida libre enterrado en el sustrato y creciendo durante años hasta convertirse en un adulto.

M. auricularia es una náyade que llega a crecer bastante y alcanza un gran tamaño. Puede llegar a medir entre los 17-18 cm como máximo y una edad máxima de 68 años, aunque el tamaño promedio de los individuos de las poblaciones en Aragón son de 15-16 cm, lo que se traduce en individuos de 43 a 50 años. -(C): ¿Cuál es la región geográfica que ocupa la especie actualmente? Según las últimas publicaciones científicas a las que hemos tenido acceso, las poblaciones de este bivalvo están bajo un serio grado de amenaza. ¿Tan dramática es la situación? ¿De qué densidad de población estamos hablando? -(K): Efectivamente, M. auricularia ha decrecido en abundancia, en su área de distribución y en la actualidad se encuentra presente solo en dos países: Francia, en los ríos Adour, Garonne-Dordogne, Charente y Loire, y en España, sólo en la cuenca del Río Ebro. Antiguamente se distribuía en todos los grandes ríos de Europa occidental por lo que te puedes hacer una idea de cuanto se ha reducido su presencia. Además se han ido sumando factores que han hecho empeorar la situación en toda la Cuenca del Ebro. En Aragón, donde se encuentra la mayor parte de su población española, a partir del 2013 se comenzó a registrar una inusual y elevada mortalidad en ejemplares adultos en el medio natural, cosa que antes no ocurría. Es una situación límite y estamos trabajando en conocer las causas de estas mortalidades, ya que no solo ha ocurrido con M. auricularia si no también con las otras tres especies de náyades que cohabitan con ella: Potomida littoralis, Unio mancus y Anodonta anatina. Se manejan diferentes hipótesis desde competencia con especies exóticas invasoras como la almeja asiática o el mejillón cebra, enfermedades, alteraciones en el hábitat, intoxicación por químicos y/o productos fitosanitarios que llegan a los cursos de agua, entre otros. El otro problema grave es la baja tasa de fecundación que estamos registrando en los ejemplares adultos y te explico: para la cría en cautividad utilizamos las almejas adultas extraídas directamente del medio natural cuando ya calculamos que están grávidas, es decir fecundadas y con el gloquidio casi listo para expulsar al agua. En años anteriores casi el 100% de las almejas expulsaban gloquidios en el laboratorio. Actualmente

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Cuenca del Río Ebro, hábitat de M. auriculatia. Foto de Keiko Nakamura

la tasa ha bajado tanto que menos de un 5% suelta gloquidios por lo que casi no contamos con material biológico para utilizar en la cría. Es algo muy grave y obviamente el problema de la mortalidad puede que esté ligado con éste. Actualmente la contaminación farmacéutica es muy intensa en las masas de agua y el Ebro no escapa de esta situación. Diferentes grupos de investigación han hecho estudios sobre feminización de peces por la presencia cada vez mayor de disruptores hormonales que justamente influyen en los ciclos reproductivos de las especies acuáticas. En náyades, de momento, no hay estudios sobre el tema. A ello se suma la creciente contaminación agraria difusa, por la gran cantidad de pesticidas y fertilizantes que se utilizan en la agricultura y en la ganadería y que terminan por llegar hasta las masas de agua e, incluso, contaminantes procedentes de los ámbitos urbanos e industriales. Así que como veis la situación es realmente dramática, para Margaritifera y para las demás náyades.

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-(C): ¿Cuáles son las principales amenazas a las que se enfrenta esta especie? -(K): Algunos de los principales factores que han provocado la disminución de las poblaciones son las pérdidas de hábitats, tanto en el río como en los canales donde están presentes las náyades. Antiguamente todas las acequias eran de tierra y allí vivían grandes poblaciones de las diferentes especies de náyades, hoy en día son de hormigón y la que queda de tierra ya está en planes de ser revestidas. Ha habido una gran cantidad de hábitats potenciales perdidos. Otra razón de peso ha sido el declive de las poblaciones de los peces hospedadores, que como sabéis ya, son fundamentales para los ciclos reproductivos. La introducción de especies exóticas de peces como el siluro, la lucioperca, el lucio, el pez gato, entre otros, han desplazado a muchas de las especies autóctonas las cuales son los hospedadores de los gloquidios de las náyades. El antiguo pez hospedador de M. auricularia era el esturión común, actualmente extinto en el Ebro debido a

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Margaritifera auricularia, ejemplar superior adulto y juvenil inferior. Foto de Keiko Nakamura

las construcciones de los embalses como Mequinenza y Ribarroja los cuales son unos obstáculos insalvables por el pez para completar su ciclo reproductivo. Se conoce otra especie autóctona que funciona como hospedadora de las larvas de Margaritifera y es el blenio de río o pez fraile (Salaria fluviatilis). Un pequeño pez que también está catalogado en Aragón en peligro de extinción y del que quedan muy pocas poblaciones conocidas en el Ebro, por lo es muy difícil que se encuentren el pez y el gloquidio de la almeja cuando hay tan bajas densidades. Otra fuerte amenaza es la invasión de los lechos por parte de la almeja asiática: Corbicula sp. En Aragón, tenemos prácticamente todo el hábitat de Margaritifera invadido de almeja asiática, competiendo con ella por los recursos. Estudiamos también como va evolucionando la densidad de Corbicula a través de los años y tratamos de relacionarlos con la pérdida de poblaciones de náyades.

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La contaminación y eutrofización de las aguas, la sobreexplotación comercial, las detracciones abusivas de agua dejando casi secos los cursos del río y los cambios en el flujo del agua durante el periodo de reproducción son otras amenazas que sufren las náyades. -(C): Desde las administraciones, como el Gobierno de Aragón, ¿qué medidas se están tomando para preservar o mejorar el estado actual de la especie? ¿Están siendo efectivas estas medidas? -(K): Desde hace más de 15 años desde el Gobierno de Aragón venimos desarrollando trabajos de gestión, tanto de campo como de laboratorio con Margaritifera auricularia. Los trabajos en campo se centran en mantener con vida y proteger los ejemplares adultos, y desde el 2010 también a los nuevos ejemplares jóvenes descubiertos, y evitar su muerte directa. Además de trabajar en el censo de las colonias que se conocen hoy en día en las diferentes masas de agua, también se trabaja en el estu-

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dio, mantenimiento y preservación de hábitats actua- suelta natural de los gloquidios. Una vez obtenidos, los les y potenciales para la especie. ponemos en contacto con esturiones siberianos que mantenemos en el laboratorio y que tenemos comproEl trabajo en laboratorio se centra en la cría en cau- bado que funcionan perfectamente para albergar los tividad, y desde el año 2014 se ha podido finalmente gloquidios de Margaritifera. Mantenemos los peces mantener con vida a los juveniles, que actualmente hasta que nacen los juveniles y una vez que nacen, una tienen más de dos años. Es una tarea laboriosa, pero buena parte los liberamos al medio natural para hacer necesaria para la reintroducción de ejemplares al me- una primera repoblación en los lugares donde ya hadio natural dada la escasez de de juveniles en la natu- bita la especie. Este año hemos batido nuestro récord raleza (reclutamiento natural). Actualmente se sigue de obtención de juveniles y hemos liberado al medio trabajando para mejorar la supervivencia y el creci- natural más de 600 mil juveniles recién nacidos. miento de los juveniles en cautividad. Otra parte se queda en el laboratorio para los diferen-(C): ¿Cuál es la mayor dificultad a la que os estáis tes experimentos que vamos probando cada año. Los enfrentando en este tipo de proyectos? ¿Se ve luz al mantenemos un cultivo básico con agua del mismo río final del túnel… es decir, estáis consiguiendo avances Ebro y sustrato y de esa base vamos variando condiciosignificativos? nes y comprobando supervivencia y crecimiento. La diferenciamos en tres fases, de momento, cada fase del -(K): Como te comentaba antes, desde el 2014 hemos cultivo va aumentado el volumen de agua que se usa tenido éxito en la cría en cautividad y ahora mismo y la cuarta fase, que estamos planificando para el año mantenemos en el laboratorio tres cohortes de juve- que viene, ya sería el traslado del juvenil a un sistema niles: 2014, 2015 y la de este año 2016 que va muy seminatural, pero controlado. bien. Los juveniles más grandes que mantenemos ya llegan a 1,5 cm. Es todo un logro y un orgullo para -(C): Como sabrás, si has ojeado alguna de nuestras retodo el equipo ya que nunca nadie había visto juveni- vistas, desde Crustanews intentamos llevar a cabo un les de la especie tan pequeños y tan grandes a la vez. proyecto divulgativo acerca de nuestras especies auEn el medio natural durante años no se encontraron tóctonas, a veces incluso animando a lectores y aficioejemplares jóvenes hasta que en el año 2010 comen- nados a utilizar acuarios con plantas y animales de su zamos a descubrir los primeros y los más pequeños zona como herramienta de educación ambiental, para eran de 5 cm. Es una buena noticia ya que cada vez conocer mejor a nuestra fauna y flora, eso sí, siempre que acudimos a prospectar la zona descubrimos nue- que no suponga un impacto ambiental y que se trate vos ejemplares jóvenes de entre 5 y 10 cm por lo que de especies comunes, nunca capturando ejemplares de todo parece indicar que esa población tiene buenas especies amenazadas. En este sentido, suponemos que probabilidades de regenerarse. la pregunta es de perogrullo, pero… ¿qué le podríamos decir a un aficionado al acuarismo que encuentre una ¿Dificultades? ¡Todas!, desde complicaciones biológi- náyade en su entorno natural? cas intrínsecas de la misma especie, como las que te comentaba antes sobre la reproducción, hasta logísti- -(K): Hemos comentado la delicada situación en la que cas de manejo de las instalaciones, pero tratamos de se encuentran todas las especies de náyades en el medarle solución a todo dentro de nuestras posibilida- dio natural, por lo que lo mejor que podemos hacer des. para ayudarlas es no molestarlas. Si alguien se encuentra algún ejemplar fuera del agua hay que devolverlo lo -(C): ¿Podrías, a grandes rasgos, describirnos el mé- más rápido posible a una zona con mayor profundidad todo que utilizáis para la reproducción de la especie para que pueda seguir cumpliendo su papel en el ecoen cautividad? sistema, llevárselo a casa sería un error porque mantenerlo en acuario es muy complicado. -(K): Pues llevamos a cabo todo el proceso en laboratorio, como te comentaba antes traemos los ejem- -(C): Supongamos, siendo surrealistas, que M. auricuplares de la almeja adulta ya grávida y esperamos la laria se convirtiese de repente en una especie común

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y muy abundante, que no supusiera un impacto en las náyades o aportar nuestro pequeño granito de aresu población la extracción de algunos ejemplares del na a su conservación? medio… ¿sería viable mantenerla en cautividad en condiciones de acuario? -(K): a conservación de las náyades se basa en la conservación del medio acuático. Si somos ciudadanos -(K): Espero que esa suposición sea algún día una responsables para con el medio ambiente ayudaremos realidad. Trabajamos para ello. Ciertamente el man- a las náyades pero también a todo el ecosistema en getenimiento en cautividad en condiciones de acuario neral. No nos llevemos a casa animales silvestres que es muy difícil. Recordad que es una especie que vive no tenemos idea de cómo cuidar o mantener y que lo en grandes ríos, es de corrientes fuertes por lo que más probable es que terminen muriendo. Y sobre todo reproducir eso en un acuario es imposible. Además no liberemos mascotas (peces, tortugas, ranas, etc.) en es una especie filtradora que un solo ejemplar pue- los ríos ni balsas, que por lo general son especies exóde llegar a filtrar 50 litros diarios de agua, por lo que ticas invasoras que finalmente terminan desplazando a imagina lo que come diariamente. Nosotros, de mo- las especies autóctonas, ocasionando graves daños en mento, no hemos podido mantener ejemplares adul- la biodiversidad y en el equilibrio natural que existe tos en cautividad en buenas condiciones, por lo que entre las especies y su hábitat. no animo a nadie a intentarlo. -(C): Si tuvieras que vaticinar el estado de las M. auri-(C): Como aficionados al mundo acuático y amantes cularia dentro de unos años, ¿cuál sería tu previsión a de la naturaleza en general, ¿qué podemos hacer los corto, medio y largo plazo? lectores de esta entrevista para mejorar el entorno de

Margaritifera auricularia, ejemplares juveniles recién eclosionados. Foto de Keiko Nakamura

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-(K): Es desconsolador vaticinar el futuro de una especie en peligro, ya que vas comprobando que las amenazas contra ella no sólo continúan año tras año, si no que van en aumento. Se van sumando cada vez más problemas. Pero hay que seguir trabajando, sobre todo por los ejemplares jóvenes que vamos encontrando en algunas poblaciones naturales y por los juveniles que tenemos ya encaminados en el laboratorio. Soy optimista y se ve alguna luz aunque sea muy pequeña al final del túnel. Espero y deseo que podamos darle un buen empujón a la especie antes de que sea demasiado tarde.

con el medio ambiente y que trabaje en pro de su conservación. Muchas gracias a vosotros por el interés. Bibliografía: * Azpeitia, F. 1933. Conchas bivalvas de agua dulce de España y Portugal. Memorias del Instituto Geológico y Minero de España, Madrid. 2 vol. 763 pp. * Villsante López F., J. Abad Soria, R. Araujo Armero y J. Balset Izquierdo. 2016. Aportación al conocimiento de la presencia de Margaritifera auricularia (Spengler, 1793) en el cauce del río Tajo (España). Iberus, 34 (1):79-82.

-(C): En su distribución original, ¿esta especie se localizaba más allá de la Cuenca del Ebro? Si es así, ¿hay intención por parte de las administraciones de ampliar los programas de reintroducción de la especie? -(K): En España las mayores poblaciones estaban en la cuenca del Ebro. Hay dos citas en el río Tajo, de conchas sueltas que se han encontrado. La primera, muy antigua de Azpeitia (1933) y una muy reciente cerca de la ciudad de Toledo (Villasante López et al., 2016). De momento, existe mucho hábitat potencial dentro de la misma cuenca para empezar a probar reintroducciones en otras cuencas, pero no se descarta. -(C): Bueno Keiko, ha sido un placer tenerte entre las líneas del actual número. Si quieres añadir algo más, siéntete como en tu casa. Desde aquí os enviamos todo el respaldo posible ya que consideramos que tareas como la vuestra son imprescindibles para el mantenimiento de un medio ambiente saludable. Si en un futuro quieres volver por Crustanews estás invitada a hacerlo. -(K): Encantada de poder contar un poco sobre el trabajo que hacemos diariamente para contrarrestar lo que nosotros mismos, los humanos, hacemos contra la naturaleza. Necesitamos más gente comprometida

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Margaritifera auricularia, ejemplares juveniles nacidos en cautividad. Foto de Keiko Nakamura

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Se ha hablado en varias ocasiones del montaje de los sea para sacar restos de gambas o comida, como para acuarios, pero ahora vamos a tratar su estética versus una limpieza más profunda del sustrato. Está comsu funcionalidad. probado que cuando sifonamos no solemos mover la decoración o lo hacemos lo mínimo posible, y aunNormalmente, antes de empezar el montaje de un que parece que debajo de un tronco no debería haber nuevo acuario, o de reorganizar un acuario ya mon- restos (porque allí no tienen acceso las gambas), dada tado, tenemos que visualizar qué aspecto deseamos la circulación del agua entre el sustrato, los detritus se que tenga. Por algún motivo que desconozco, la gran asientan allí y crean una masa de desechos, que puede mayoría de nosotros tiene, lo que se podría llamar, repercutir en el desequilibrio del propio acuario. miedo al vacío y es por ello que la tendencia general es a colapsar el acuario con objetos (troncos, rocas, Cuantos más objetos tengamos, más zonas negras se plantas…) dejando el menor espacio posible. Aunque creerán y más desechos se acumularán. Además, en el es una opción viable, por experiencia no es lo más re- caso de tener 10 gambas (es decir, un número fácil de comendable. contar) es fácil detectar una baja y sacarla, pero cuando hablamos de un volumen mayor de individuos, nos Si bien, estéticamente hablando, un acuario con plan- podemos encontrar en que no detectemos algunas batas y otro tipo de decoración resulta agradable a la vis- jas que se hayan quedado en zonas de difícil acceso o ta (evidentemente, siempre que se hayan seguido unas fuera de nuestra visual y se conviertan en una fuente pautas básicas) esto contrarresta con otra parte de la de desequilibrio innecesaria. misma moneda: su funcionalidad. Esto no significa que debamos tener el acuario vacío, Los acuarios con muchas plantas y objetos facilitan al contrario, las plantas y musgos ayudan a la oxigezonas de escondite para sus habitantes, pero también nación y depuración del agua, además de ser un buen crean “zonas negras”. Esto, a lo que yo llamo zonas ne- escondite para crías y gambas adultas, lo único que gras, son partes del acuario de más difícil acceso, ya deberíamos tener en cuenta es en no sobrecargar el

Acuario con mala disposición. Foto de Isaac García

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acuario, no sólo por el tema de esas zonas negras, sino porque es una forma más fácil de poder ver y disfrutar de nuestras chicas.

Mover el salabre entre ramas, musgos, aireadores y otros objetos es una tarea delicada y para la que se necesita paciencia y puntería.

No voy a dar consejos de estética, porque es un tema demasiado subjetivo y lo que a algunos nos pueda resultar algo equilibrado a otros les puede parecer todo lo contrario. Pero vamos a ver ciertas pautas básicas:

5. Colocación de filtros, aireadores, etc… Todo este tipo de artículos que son imprescindibles en el acuario, deberían colocarse en el fondo, o en zonas correctas para una buena circulación, pero lo más disimuladamente posible. Algunas marcas comerciales hace tiempo que han creado toda esta mecánica con un aspecto más discreto, minimizando el tamaño (no su potencia), o ubicándolo en los acuarios de modo que resultan casi invisibles a la vista. El único inconveniente de éstos es que no están al alcance de todos los bolsillos. Por eso, los que tenemos con conformarnos con filtros o aireadores más sencillos, debemos intentar ocultarlos del mejor modo posible, como detrás de plantas, por ejemplo. No obstante, no hay que olvidar que son imprescindibles para el acuario, por lo que tenemos que tener cuidado en que nuestro afán por disimularlos no minimice su efectividad.

1. Las plantas hay que colocarlas de más a menos altura conforme nos acercamos al frontal del acuario. No es un tema estético, sino de lógica. Al hacerlo así ganamos una sensación de más altura y nos facilita la visibilidad 2. El sustrato se debería poner con inclinación, más altura al fondo, básicamente por el mismo motivo que por el de las plantas. De este modo se consigue dar una sensación de más profundidad. Personalmente, lo hago en diagonal, doy más altura al ángulo izquierdo trasero y voy rebajando hasta el ángulo frontal derecho. Así gano profundidad si ves el acuario desde delante o desde el lateral derecho. 3. Hay que dejar una zona libre en la parte delantera. Esta zona es la de alimentación. Aquí hay distintas variaciones. Se puede poner un plato de cristal para que los restos se puedan limpiar con más facilidad o incluso dejar toda una parte frontal (hemos visto algunos acuarios de compañeros así) sin sustrato donde alimentar y limpiar los restos con una facilidad muchísimo mayor. Una tercera opción es dejar simplemente una zona sin plantas ni objetos. 4. Troncos, rocas y plantas: antes de ponerlas en el acuario, hay que verificar que no causaran ningún problema, y en caso de duda descartarlos. En cuanto a su ubicación, dependerá del tamaño del acuario y de lo que pretendamos conseguir con ellos. Personalmente, en los acuarios cúbicos, busco que los troncos den altura, por lo que los coloco de modo que, si bien queden bastante fijos en el sustrato para evitar movimientos o caídas, la mayor parte del tronco quede hacia arriba. De ese modo gano altura, espacio en el sustrato y además al poderse decorar con musgos, por ejemplo, dan la sensación de un árbol. El único inconveniente que les encuentro, es que si el tronco es bastante grande en proporción al acuario, en el momento de sacar restos se hace una tarea bastante complicada.

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Vistos estos puntos que considero básicos, quizás haya algún otro que me haya pasado por alto, lo más importante es que el acuario nos guste a nosotros (ya que somos los que tenemos que verlo a diario) y que a su vez sea lo suficientemente funcional y práctico como para no tener que desmontar la mitad para sacar un resto o limpiar a fondo. En resumen, es importante encontrar ese equilibrio entre estética y funcionalidad que nos permita disfrutar al máximo de nuestra común afición.

Acuario con disposición funcional. Foto de Isaac García

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Hoy reservamos un rinconcito de Crustanews para dedicarle un adiós a una vieja amiga. Valeria Castagnino, seguramente más conocida por los amantes de la acuariofilia y, en especial, por los “gamberos y cangrejeros”, como valeritasur. Querida amiga, gran bióloga argentina, entusiasta del acuarismo, expedicionaria incansable, compañera de foros, moderadora del área de Invertebrados del Club Rosarino de Acuariofilia… pero sobre todo gran persona. Valeria nos dejó hace unos meses con un gran hueco, un vacío difícil de llenar para aquellos que la conocimos, incluso para los que aun conociéndola en la distancia no tuvimos la oportunidad de estrecharle la mano, para muchos fue como una amiga que siempre estaba presente. En honor a la verdad, no es hueco lo que deja atrás, sino un legado inestimable. Valeria dedicó muchos años de su vida a la divulgación de conocimientos sobre los invertebrados acuáticos argentinos. Gracias al trabajo de Valeria y de muchos de sus compañeros de afición del CRoA, la acuariofilia es un hobby mucho más conocido en Argentina y en muchos países de habla hispana. Apasionada de los cangrejos, nos enseñó especies, hasta hace relativamente poco, desconocidas en la acuariofilia de agua dulce. Sería sesgado hacer un balance de a cuántas personas ayudó en sus inicios en el mundo del acuarismo, de cuántas veces ofreció su casa o a hacer de guía por aquellas hermosas tierras. También sería injusto pasar por alto esta pérdida con un simple “descanse en paz” o un velado pésame a sus familiares. Creemos que más justo sería preservar su legado, seguir contribuyendo como lo hizo ella a que el espíritu de los foros siga vivo, a que el acuarismo siga creciendo entre todos, aportando nuestro pequeño ladrillo a los muchos que ella puso en esta gran pared comunitaria que es nuestra afición. Así que, desde estas líneas, convencidos de que nos lees desde algún lugar maravilloso, Valeria, por favor, no descanses demasiado, sigue echándonos un cable y mira para abajo de vez en cuando. Sabemos que sigues entre nosotros, aunque no te veamos. Te añoramos, pero también te recordamos, por todo aquello que fuiste y por aquello que lograste mejorar en nosotros. Un abrazo infinito, amiga. Palaemonetes argentinus. Foto de Valeria Castagnino †

Cangrejo pigmeo. Foto de Valeria Castagnino †

Acuario de Valeria Castagnino †

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