Medios Impresos I
Gabriel Alfonso Arévalo Camelo
MEDIOS IMPRESOS I – TALLER CINCO CENTRO DE DISEÑO – MEDIOS IMPRESOS I
1
¿SE ACABAN LOS PERIÓDICOS? Un artículo en 'The New York Times' vuelve a poner sobre el tapete el antiguo dilema de si les está llegando el fin a las publicaciones impresas, como periódicos y revistas.
No obstante, en una reciente reunión de la Asociación Técnica de Diarios Latinoamericanos (ATDL) se dijo que no es que se estén acabando, sino que hay algunos mercados, como el de Estados Unidos, que están saturados y por ello se han estancado. Según Miguel Ángel Pérez, presidente de la ATDL, "mercados emergentes como la India y China, y muchos países de Europa Oriental, presentan oportunidades de crecimiento de la industria de la impresión de revistas y periódicos”. Pérez agrega que incluso en América Latina se ve un crecimiento importante en el comercio de prensas rotativas, insertadoras de folletos comerciales, prensas de flexografía, apiladoras de periódico o 'stackers', y otros equipos."Estados Unidos no está creciendo tanto. Lo que allí se observa son ampliaciones de las rotativas; por ejemplo, más unidades de color, torres de impresión, etc., o sistemas de automatización para las prensas y los equipos ya existentes", explica el experto. Otras autoridades en la materia y personalidades de los medios opinan que no es que se vayan a acabar los periódicos o las revistas, sino que las empresas de medios deben diversificar sus productos. Tal es el caso de compañías como Casa Editorial EL TIEMPO, que en previsión a que su sustento y permanencia en el mercado no podían depender del periódico impreso, desde hace más de una década comenzó a lanzar un número cada vez mayor de títulos de publicaciones impresas (revistas y periódicos).Y hace unos tres años la empresa empezó un proceso de convergencia en el cual, más que seguir siendo un periódico, se convirtió en una compañía de medios que no solo publica información en productos impresos sino que tiene una fuerte operación en Internet (eltiempo.com, Portafolio.com.co, Motor.com.co, etc.) y en televisión, a través del canal Citytv. Otros medios en Colombia siguen en menor o mayor proporción ese ejemplo y también mantienen presencia en diferentes plataformas para llevar información a sus audiencias.
Google y las editoriales, un ejemplo
El motivo que llevó a 'The New York Times' a escribir sobre el tema del futuro de los impresos tiene que ver con el final 'feliz' al que llegó la gigante Google con dos de las editoriales más importantes de Estados Unidos respecto a una demanda que le habían impuesto a Google por publicar fragmentos de libros en línea, caso en el cual las empresas alegaban violaciones a los derechos de autor. El feliz acuerdo llegó cuando el dueño del motor de búsqueda más usado de Internet dijo que pagaría una multa de 125 millones de dólares, lo cual sugiere que las editoriales ven que no se puede pelear de frente con un gigante de la talla de Google y que, por el contrario, en la Red hay una excepcional oportunidad de crecer el negocio. Por lo pronto, Google seguirá ofreciendo gratis fragmentos de las obras de esas editoriales en línea y se fortalecerá la venta de esos mismos libros. En el artículo del diario neoyorquino también les preocupa algunas cifras citadas por ellos respecto a reducciones de la planta de personal de algunas empresas del mundo editorial impreso.Por ejemplo, la publicación 'The Christian Science Monitor' anunció que ya no publicaría más su periódico semanal, tras 100 años de hacerlo en forma ininterrumpida. Por su parte, cita 'The New York Times' que la firma Time Inc., dueña de revistas como 'Time', 'Fortune', 'People' y 'Sports Illustrated', anunció despidos de unos 600 empleados para "reorganizar la planta de personal". Dice el diario que Gannett, la editorial más grande de ese país, también recortará su número de empleados en 10 por ciento y dejará sin empleo a unas 3.000 personas. Y los ejemplos que cita el periódico estadounidense continúan: la firma Tribune Company, dueña de 'The Los Angeles Times', 'hará redundantes' a 75 personas; el The Star-Ledger, de Newark, estuvo a punto de cerrar sus puertas pero decidió seguir en el mercado tras sacar de sus filas a 40 personas. Otras publicaciones, como 'TV Guide', decidieron bajar el precio de su producto a niveles que ni siquiera alcanzan a cubrir los costos de la producción: un dólar por cada copia que se venda en los puestos de revistas.
Cuestión de audiencias
Según el artículo de 'The New York Times', los periódicos y las revistas no tienen problemas de audiencias pero sí tienen un problema de consumidores. Lo que ello significa es que, debido a que muchas de esas publicaciones -si no todas- cuentan con sitios web en los cuales el contenido es devorado por sus audiencias, lo cual de cierta manera hace que se presente canibalización de contenido dentro de la misma empresa. El diario de Nueva York cita estudios que dicen que una gran minoría lee ese contenido en el impreso, mientras que la gran masa lo hace en medios electrónicos, como el teléfono celular o el computador portátil o de escritorio, mediante servicios de correo, 'feeds', alertas electrónicas u otras formas de acceder a la noticia. De esto se desprende una conclusión y es que la información es la información, no importa en qué medio se lea, y que la gente tradicional tiene la tendencia a leer impresos, mientras que la nueva generación
prefiere los medios electrónicos. No obstante, dice la nota que en Estados Unidos el 90 por ciento de los ingresos de las compañías de medios provienen de los productos impresos y agrega que un solo anuncio de periódico cuesta varios miles de dólares, mientras que un aviso publicitario en Internet le trae a la empresa unos 20 dólares por cada 1.000 cibernautas que lo ven. En cuanto al contenido, hay un hecho qué analizar y es que si llegaran a acabarse los periodistas de los medios impresos, probablemente gran parte de la información disponible en la Red quedaría en manos de una nueva fuente de información, como los 'reporteros' ciudadanos y los bloggers, quienes muchas veces no son los más confiables. Mauricio Romero / Editor Portafolio.com.co / Octubre 31 de 2008
LA AVALANCHA DIGITAL Nadie lo diría por la cantidad de camiones que ayer descargaban en la Feria de Francfort toneladas de esa mezcla de pasta de celulosa y tinta que ha formado nuestro mundo y que llamamos libros. Pero nunca hasta ahora el mundo digital ha tenido tanta importancia. La principal feria del libro del mundo, que se inauguró oficialmente anoche y que hoy abre sus puertas a los negocios durante cinco días, arrancó bajo la sombra de una encuesta a 1.000 profesionales del sector de 30 países cuya principal conclusión es que, dentro de una década, en 2018, los libros electrónicos en cualquiera de los formatos imaginables superarán en volumen de negocio a los herederos de la galaxia Gutenberg. Por lo pronto, en la edición de este año de la feria, la 60ª, que cuenta con Turquía como país invitado y a la que tienen previsto asistir 7.000 expositores de 101 países y cerca de 1.000 autores -una cifra prácticamente idéntica a la del año pasado-, los libros clásicos no representan ya más que el 42% del volumen total frente a la avalancha de sus parientes digitales, DVD, audiolibros y los nuevos reproductores, con el Kindle de amazon.com y el lector de Sony a la cabeza. El escritor brasileño Paulo Coelho, uno de los autores más populares, que recibirá hoy un homenaje en Francfort tras superar los 100 millones de ejemplares vendidos, aseguró en la inauguración de la feria que había empezado a predicar con el ejemplo y que colgó de su página web una copia gratuita de su libro más famoso, El alquimista, dado que, de todos modos, circulaba pirata por la Red. "El primer año, las ventas pasaron de 1.000 a 10.000 copias. El segundo, subieron hasta las 100.000. Hasta el día de hoy, he vendido 10 millones de libros en Rusia", señaló. "Durante 15 siglos, el libro tradicional ha demostrado ser insuperable. Pero los libros digitales están reclamando su espacio y todo indica que llegará un
momento en que lo digital superará al papel. Pero se necesitan todavía unos cuantos años, lo que nos da -a los editores, autores y escritores- un tiempo precioso antes de que la Red nos alcance", prosiguió el autor. Las cuatro principales conclusiones de la macroencuesta encargada por la feria revelan que los editores comparten el optimismo de Coelho, esto es, que la industria puede sobrevivir a la avalancha digital, aunque el cambio de escenario será brutal: la influencia de China en la edición digital se multiplicará por tres en los próximos años (actualmente, EE UU domina el mercado); los consumidores, Google y Amazon impulsarán el cambio digital; los e-libros superarán a los libros tradicionales en 2018 (según la opinión de un 40% de los encuestados, frente a un 30% que considera que esto nunca ocurrirá) y la venta de libros por Internet ha sido escogido el acontecimiento más importante en el mundo de la edición en los últimos 60 años, los mismos que cumple ahora la feria. Sin embargo, la misma encuesta demuestra que todavía queda un largo camino antes de llegar a un industrial y voluntario Fahrenheit 451: el 60% de los editores no utiliza todavía libros digitales ni los nuevos soportes, y casi nadie (un 7%) cree que los e-libros serán su principal fuente de ingresos dentro de cinco años. Por lo pronto, los preparativos de la feria ofrecían ayer por la mañana una imagen surrealista: tres operarios descargaban con dificultad hacia el pabellón que ocupaba Alemania una linotipia, la misma imagen del pasado en una feria que se lanza hacia otra era y que en promoción empieza a cambiar la coletilla Book Fair por la de Media Fair. Pero muchos editores compartían una preocupación mucho más terrenal: ¿En qué medida la crisis global puede llegar a afectar al sector del libro? De momento, algunos editores españoles consultados aseguraban que empezaban a notar una ligera bajada de ventas en los títulos de pequeña tirada, aunque la de los grandes nombres se mantenía. Por lo pronto, el director de la Feria del Libro, Juergen Boos, se mostró todo lo tranquilizador que pudo. "El sector del libro sigue sus propias reglas, incluso frente a una crisis financiera internacional", señaló. "Esto ha sido demostrado en un estudio de las principales editoriales alemanas. Aunque había tantos pesimistas como optimistas entre los que respondieron, la opinión mayoritaria era que la situación económica de los editores seguirá siendo consistente. Los libros parece que son muy resistentes a los ciclos económicos negativos, lo que deja claro el hecho de que son bienes necesarios, no de lujo". Las cifras, una vez más, juegan a favor de Boos: el número de títulos expuestos (402.284) y el de nuevas publicaciones (123.496) es claramente superior a la pasada edición de la Feria de Francfort. En papel o en bit, la cosa aguanta. EL PAIS DE ESPAÑA. OCTUBRE 15 DE 2008
INTERNET NO SUPONDRA LA MUERTE DE EL PERIODISMO Al principio, la escritura parecía algo mágico: era lógico que el dios egipcio Thot, que había regalado la escritura a los humanos fuera también el dios de la magia. La sustitución del oído por el ojo como sentido de percepción lingüística cambió radicalmente la forma de entender el mundo al conseguir fijar el conocimiento y asegurar su trasmisión. La segunda gran revolución en la gestión de la información es la invención de la Imprenta, pero desde que Gutenberg publicara la Biblia en 1456 hasta que se edita la Encyclopédie (1751-1765) transcurren tres siglos. Se trata pues de una revolución lenta, si es que la lentitud es predicable de la revolución. Ahora, todo sucede muy deprisa, la tecnología evoluciona rápidamente y su presencia es tan penetrante, produciendo cambios fundamentales en la forma de funcionar de la sociedad, que la historia contextual queda olvidada, y cuando se examina no todo encaja en el ya viejo paradigma de la Ilustración. De todas estas tecnologías, Internet es la estrella, y se esta convirtiendo en la nueva sede del conocimiento, pero también es un lugar para el entretenimiento y para el negocio. No es propiamente un medio de comunicación, es una plataforma de comunicación en la que cabe todo, la información, el ocio, el trabajo, el comercio, la educación, el conocimiento. Su característica principal es el haber sido construido entre todos desde abajo hacia arriba y sin una autoridad central que la gobierne y establezca prioridades. Es en este caos y complejidad donde reside su fuerza creadora y atractivo, y en donde los jóvenes que tienen expectativas diferentes a sus progenitores, encuentran las respuestas. ¿En qué modo puede transformar a la sociedad la explosión de las tecnologías de la información? ¿Cómo serán los periódicos? Nadie lo sabe. Milagros Pérez Oliva, la defensora del lector de este diario (EL PAIS. 26/07/09) afirma que el futuro es
digital. Reconoce que gracias a Internet, los diarios tienen ahora una audiencia más amplia y extendida que nunca, pero también encuentran grandes dificultades para rentabilizar el trabajo periodístico y nos contaba cómo han iniciado ya la transición hacia un nuevo modelo que ha de convertirles en proveedores de contenidos en múltiples soportes y formas, lo que supone la configuración de una redacción multimedia. En efecto, la prensa se ha convertido, ya sin lugar a dudas, en una más de esas industrias víctimas de la falta de adaptación al nuevo entorno definido por la red. Hablamos del negocio, de cómo hacer para que los periódicos vuelvan a ser rentables, sin que la edición digital se convierta en un lastre y sin que la prensa abandone su función de contrapoder. Esto de entrada nos lleva a renunciar a cualquier maniobra de salvamento con dinero público pues tendría un efecto perverso para la democracia, seria reinventar la prensa oficial. Antes de tomar ninguna decisión, es preciso conocer como el nuevo marco tecnológico ha variado los comportamientos de los lectores. Por lo pronto no tienen que esperar a la mañana siguiente para leer las noticias de ayer, no están tan fidelizados a una cabecera en concreto como los lectores tradicionales, tampoco leen los periódicos enteros, son lectores de noticias, saltando de un medio a otro, incluidos los blogs y agregadores: periodismo a la carta. Incluso el lector de prensa tradicional generalmente fidelizado a una cabecera la actualiza online y la contrasta. Al final del siglo XVIII la esfera pública estaba en plena expansión, y la llamada prensa de calidad tuvo que compartir espacio con los temidos periódicos populares y los panfletos en Francia previamente y en Inglaterra hasta mediados del Siglo XIX en que desaparecieron las llamadas "tasas del conocimiento", (un impuesto sobre el papel y el timbre, mediante el cual se controlaba a los medios sin necesidad de censura). Se inicio, así un proceso de ajuste que traería importantes cambios con el despertar del "periodismo de masas". Muchos de los calificados como periódicos de calidad cayeron. En Francia se impusieron los Journaux, como Le Petit Jounal (1863), que vendía un cuarto de millón de ejemplares diarios. Le siguieron, Le Petit Parisien en 1876, Le Matin en 1882 y Le Journal en 1889. En Inglaterra incluso el emblemático The Times, descrito en 1871 como el "mayor periódico que el mundo haya conocido jamás" a raíz de la abolición de las tasas sobre el papel, (1833-1861) pasó dificultades. De hecho no resurgió sino hasta que bajó los precios e invirtió en tecnología. Mientras tanto, los periódicos a penique, como el Manchester Guardian, o el Daily Telegraph, que rebajó su precio de tres peniques a uno, crecieron espectacularmente y entraron en esa categoría de prensa de calidad.
Ahora asistimos a un nuevo despertar en el ciberespacio, en donde los blogs, el periodismo ciudadano, Google-News, los agregadores como Meneame o Digg, o las redes sociales tipo Twitter también forman parte de esa realidad tan compleja como es la comunicación actual. E.Dans, en un interesante artículo publicado en su blog, nos daba la clave del proceso: adaptación y selección, al decir que "Internet no debería suponer la muerte del periodismo, sólo de ese periodismo que no supiese adaptarse". Los ciberlectores, no son piratas, ni las noticias son propiedad de nadie, simplemente son acontecimientos que pasan y los periódicos narran. Saben que un periodismo de calidad genera gastos que la publicidad no cubre y que terminaran repercutiéndoles, y lo asumen. Pero temen que se vuelvan a cometer los errores de otras industrias como la discográfica, que se empeña en vender discos cuando la gente quiere canciones. Por eso, no están dispuestos a tener que suscribirse a tres, cinco, siete o diez periódicos, cuando lo que consumen es una ínfima parte de los contenidos de cada uno de ellos, ni por otra parte están dispuestos a fidelizarse a un único periódico renunciando a lo que es la esencia de Internet, navegar buscando y contrastando información. Cerrar las ediciones digitales, en todo o en parte, haciéndolos asequibles sólo para suscriptores parece que no funcionara. El micropago: "Cada uno paga lo que consume" y "allí donde se lo sirven" es equilibrado y justo, pero tiene la dificultad de articular el pago de pequeñas cantidades, tan sólo unos céntimos. Esto sería viable si los lectores pudieran adquirir un bono de puntos que posteriormente canjearan por noticias en los distintos medios. Pero esto exige un acuerdo previo entre los editores. Por otra parte, los enlaces y agregadores no deberían ser ningún obstáculo siempre que la publicidad que se muestre en la ventana sea la que acompaña a la noticia, pues así se ampliaría su difusión. Un acuerdo de esta naturaleza y una nueva gestión de la publicidad siempre será mejor que una declaración de guerra contra el futuro. Internet, en su breve pero intensa historia, nos ha demostrado que sólo han triunfado los que han sabido adaptarse y han contribuido a su desarrollo. Microsoft con el Explorer y Google son un claro ejemplo. Y, otra cosa más, en el ciberespacio el pez grande no se come al chico, sino el rápido al lento. El País. Tribuna. Pedro Martínez. 16/09/2009
LIBROS ELECTRÓNICOS Los expertos estiman que el minorista en Internet Amazon ha vendido ya cerca de medio millón de unidades de su lector de libros electrónicos Kindle, si bien la compañía no hace públicas sus cifras de distribución. Estas navidades el aparato se agotó (en la página de Amazon aún está agotado) pese a que cuesta 359 dólares (unos 277 euros) y el sector vivió la peor campaña navideña de su historia. La firma presentará este lunes la última generación del lector que posiblemente modificará su diseño con un nuevo teclado y mayor rapidez para descargar páginas gracias a avances en la tecnología E Ink. La presentación se realizará, curiosamente, en la biblioteca Morgan de Nueva York, cuyos millones de volúmenes en papel podrían ser algún día reemplazados por aparatos como Kindle y sus competidores. Amazon ha conseguido que su lector haga la lectura prolongada en una pequeña pantalla francamente agradable. La clave está en que la tecnología E Ink convierte al monitor en lo más parecido a la página de un libro eliminando, por ejemplo, la molesta iluminación excesiva. Kindle tiene el tamaño de un libro de tapas duras, pesa sólo 300 gramos e incluye conexión inalámbrica a Internet que permite descargar volúmenes de la tienda online de Amazon en sólo un minuto sin tener que disponer de un ordenador. Kindle ha aumentado su oferta de títulos en un 67 por ciento desde su lanzamiento y actualmente tiene un catálogo de 230.000 libros, además de blogs, periódicos y revistas. Cada descarga tiene un precio distinto: un bestseller cuesta, por ejemplo, diez dólares. Analistas de Citigroup ya han calificado al aparato como “el iPod del sector editorial” y pronostican que Amazon ingresará el próximo año unos 1.200 millones de dólares (alrededor de 928 euros) gracias a su lector.
Kindle es posiblemente el más popular, pero no es el único lector de libros electrónicos a la venta en el mercado. Sony lanzó en octubre de 2006 su Reader, del que se han vendido ya 300.000 unidades. La última versión dispone incluso de pantalla táctil, pero no tiene conexión inalámbrica a Internet como Kindle. En el sector se rumorea que dos fabricantes asiáticos proyectan el lanzamiento de lectores de libros electrónicos y un informe de Credit Suisse citado por CNN estima que un 16 por ciento de los hogares de EEUU dispondrán de uno de estos aparatos en 2011. Pero el libro electrónico podría ser en breve algo habitual incluso en la pantalla del teléfono móvil. Esta misma semana, Google anunció que pondrá a disposición 1,5 millones de títulos de su biblioteca virtual Google Book Search para los usuarios del iPhone de Apple y de los teléfonos que operan con el software Android, desarrollado por el propio buscador. El servicio será gratuito y permitirá a los usuarios estadounidenses acceder a 1,5 millones de títulos, sólo 500.000 para los de fuera de este país Frente a Kindle o el lector de Sony, el nuevo servicio de Google no incluye bestsellers y la resolución y tamaño de su pantalla es mucho menor, pero los expertos coinciden en que no hay que subestimar el potencial de los móviles en el sector editorial digital. Este servicio y otros similares como la aplicación eReader de iPhone permiten al usuario descargar cómodamente contenidos en cualquier lugar usando un aparato que ya tienen y sin tener que gastar entre 300 y 400 dólares en un nuevo lector, apuntan. El Espectador. Febrero de 2009
MUCHOS LIBROS ¿POCOS LECTORES? Cada colombiano lee 1,8 libros al año. La cifra no es nueva, pero siempre genera inquietud. Hay otro dato igual de preocupante: en más del 22% de los hogares
colombianos no hay un solo libro: uno solo. Sin embargo, la industria editorial es boyante. La Feria del Libro de Bogotá es una de las más grandes de América y Bogotá está a punto de terminar un año de mucha actividad como Capital Mundial del Libro. En Cartagena se celebra el Hay Festival, que reúne a escritores de talla mundial, y en Barranquilla, el Carnaval de las Artes, que hace también un elogio a la lectura. Y éste será el primer año que se celebre el día del Libro, el próximo 23 de abril con una invitación a regalar libros como hacen en San Jordi en España.Los informes más actualizados, que apenas recogen cifras del 2006, reportan que el sector generó ese año 15.206 empleos directos, se editaron 16.457 títulos, se produjeron 33.779.487 ejemplares, hubo 8.791.416 libros importados y exportaron 13.539.512 libros. Colombia es el único país hispano, aparte de España, que exporta más libros de los que importa. Las ventas netas fueron de $316.095 millones. Casi la mitad, un 42%, está representado en libros de interés general, actualidad y literatura, y el 38% en libros didácticos. Ahí es donde está uno de los puntos de mayor preocupación para editores y libreros, que se reduce el número de libros de texto. “El problema tiene varias aristas. Por un lado, la ley prohibió que se pidieran libros de texto y eso se interpretó como que se prohibió que se pidieran. El Gobierno empezó a comprar libros y eso creó la ilusión de que habría una compensación, pero las compras oficiales no sustituyeron las particulares”, le dijo a PODER el presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro, Moisés Melo. Además, sigue vivo el problema de la piratería, que en el caso de los libros de texto tiene un vergonzoso aval de parte de colegios y universidades. Las fotocopias de libros están prohibidas por la ley, que se ha quedado en letra muerta. El déficit en el campo de los libros de texto se compensa en otros sectores. La literatura colombiana vive un gran momento y eso se refleja en editoriales que le apuestan a ese campo. “Tenemos tantos escritores colombianos vendiendo muy bien en el país y en Latinoamérica en una perspectiva editorial internacional que no teníamos desde Gabo”, le dijo a PODER Alberto Sánchez, director comercial del Grupo Planeta.
Por caminos diferentes No es fácil explicar por qué los colombianos leen tan poco. El argumento más repetido es el de que los libros son caros. El informe de la Cámara reporta que el promedio de valor de los libros nacionales es de $25.000 y el de libros importados es de $37.000. Pero quienes integran el sector tienen contraargumentos. El más fuerte, sin duda, es la comparación con los precios internacionales: “Hace algunos meses compré en Barcelona El viento de la luna, un libro de Antonio Muñoz Molina. Me costó entonces 20 euros, pero poco después lo empezaron a imprimir en Colombia y el libro cuesta hoy $36 .000”, relata Moisés Melo. Y el director comercial de Planeta tiene otros argumentos: “El precio promedio de nosotros es de $36.000 y consideramos que es acorde con el producto. Creemos que si llegamos a rebajar el precio a $29.000 no vamos a vender más, aparte de que no
sería sostenible a ese valor. Si a alguien no le gusta Agatha Cristie, no la compra, así cueste $14. 000 ó $19. 000”. La directora de Libros de Editorial Norma, María Fernanda Carvajal, cree que es injusta esa apreciación: “Es fácil hacer la siguiente comparación: cuando se vendían CD antes de la crisis de la música por Internet, el valor de un CD era comparable al de un libro: $30.000 y se vendían más discos que libros. La industria de los discos, estaba en crecimiento y nadie decía que eran caros. En cambio siempre han dicho que los libros son caros. Es difícil cambiar esa idea, pero cada vez hay libros más asequibles; las colecciones de bolsillo son cada vez más grandes”. Otro argumento contundente es que los libros perduran, dan diversión y son menos costosos, por ejemplo, que ir a cine. Una entrada a cine oscila entre $5.000 y $15.000, pero la diversión puede ser más breve y ese valor es sólo por una persona… El libro pasa de mano en mano.
A leer en serio A la hora de explicar por qué los colombianos leen poco, abundan los argumentos. Melo asegura que hay un error en el sistema educativo. “Está probado que a los 7 años los niños quieren los libros y tienen un interés especial por leer todo en la calle, así sean letreros publicitarios, pero cuando entran al colegio los profesores los presionan a aprender a leer de corrido y en público y empiezan entonces a aparecer el miedo y la aversión a los libros. Hay un error en el sistema”. Pero Conrado Zuluaga, crítico literario y director editorial de Panamericana, cree que se ha sobrevaluado la comparación con otros países: “Cuando usted oye que los alemanes leen doce libros por año y los españoles siete, no es realmente que cada alemán lea doce libros o cada español siete. Es que hay que gente que altera el promedio. Y en Colombia lo que pasa es que la población crece más rápido que el número de lectores, por obvias razones. Sólo bastan nueve meses para que nazca un niño, pero se necesitan varios años para que haya un lector”. Pero a pesar de que no hay tantos lectores, el negocio va bien. En Planeta tienen una explicación: “La lectura y la venta de libros van por caminos diferentes. La gente compra muchos libros, pero calculamos que el 49% de los libros que vendemos, por ejemplo, en la Feria del Libro no van a ser leídos. La gente compra porque sabe que debe leer, por moda, porque lo leyó en revistas o porque lo vio en televisión. Pero de comprarlo a leerlo hay un trecho”, dice Sánchez. Y tiene encuestas para comprobarlo. Las grandes editoriales colombianas, Norma, Villegas Editores y Panamericana, han tenido un crecimiento relevante en los últimos años. Norma tiene presencia en catorce países, con sedes propias. Panamericana empieza a convertirse en un importante editor de libros, que saltó de sus propias librerías a otros puntos de venta y está exportando libros. Villegas se ha posicionado como el editor de libros de gran formato: desde las impactantes series de fotografías panorámicas hasta los libros de arquitectura, cocina y arte. Norma y Panamericana, por su parte, tienen estrategias que apuntan a la literatura, el ensayo y lo que se conoce como interés general. “Durante muchos años crecimos
mucho y nos posicionamos en géneros como infantil, gerencia y autoayuda. El plan de ahora es fortalecernos de igual manera en el campo de la literatura y el ensayo”, dice Carvajal. Zuluaga resume así la estrategia de Panamericana: “Estamos haciendo libros infantiles, juveniles, para adutos y no solamente libros de entretención. Estamos haciendo libros utiles. Le podemos dar al país el mensaje de que es bueno crecer y vivir en buena compañía. Y creemos que podemos tener un libro para cada lector porque estamos haciendo libros para toda clase de lectores. Pero, por supuesto reconocemos que los lectores siempre serán minoría”. Una minoría que ojalá pudiera crecer.
Trece días de Feria Desde el 23 de abril, Día del Libro, hasta el 5 de mayo, Corferias será escenario de la 21 Feria Internacional del Libro. Estarán exhibidos 100.000 títulos del 95% de editoriales nacionales e internacionales. Con motivo del centenario del inicio de relaciones diplomáticas con Colombia, el país invitado de honor será Japón, que trae una exposición acerca de cómo funciona la industria editorial en ese país, reconocida en el mundo por su perfeccionismo. Durante la feria del año pasado, cada día hubo 29.024 visitantes, pero en el 2008 esperan llegar a 30.000, es decir, a 400.000 en los 13 días de exposición. El año pasado se hicieron negocios internacionales por más de US$24 millones y este año la expectativa es grande porque ya están inscritos 600 compradores internacionales. En la Feria estarán los escritores extranjeros Juán José Millás, Pablo Simonetti, Boris Izaguirre y Alberto Ruy Sánchez. La feria será el escenario del lanzamiento del libro de Germán Castro El palacio sin máscara, acerca de los hechos del Palacio de Justicia. Aún está por confirmar la presencia de Fernando Vallejo, pero estarán Laura Restrepo y Piedad Bonnet, a quien esta feria le rinde un homenaje. Revista Poder Abril 2008
LG presenta una pantalla fina y flexible del tamaño de un periódico Por: Agencia EFE El nuevo papel electrónico, de 0,3 milímetros de grosor, tiene las mismas dimensiones de una hoja de papel de A3.
El fabricante surcoreano LG Display anunció el viernes que su compañía ha desarrollado la pantalla electrónica flexible más fina y de mayor tamaño desarrollada hasta el momento, de 19 pulgadas, llamada a ser el futuro de la lectura electrónica. El nuevo papel electrónico, de 0,3 milímetros de grosor, tiene las mismas dimensiones de una hoja de papel de A3 y es ocho veces más grande que un libro electrónico, lo que permite transmitir la misma sensación de un periódico tradicional en blanco y negro. El novedoso soporte pesa tan sólo 130 gramos y puede ser doblado sin que se pierda calidad en la recepción de las imágenes que están pensadas para transmitir la misma sensación que durante la lectura de un papel impreso. Un portavoz de LG Display aseguró a Efe que han conseguido que las imágenes puedan cambiar en la pantalla con relativa rapidez aunque no especificaron el tiempo necesario para pasar de página, uno de los puntos débiles de esta tecnología. Para conseguir este avance, LG ha utilizado como base una hoja metálica en lugar de cristales, lo que otorga flexibilidad a la pantalla y le permite adoptar su forma original tras doblarse. La compañía señaló que esta pantalla electrónica flexible ofrece a los lectores más ventajas que las pantallas convencionales de LCD, ya que son más fáciles de transportar y consumen mucha menos energía. El vicepresidente ejecutivo de LG Display, Chung In-jae, indicó que este "papel electrónico flexible es el de mayor tamaño del mundo y abre un nuevo mercado en el sector de las pantallas de papel electrónico de última generación". LG Display tiene previsto iniciar la producción de pantallas electrónicas flexibles de 11,5 pulgadas en la primera mitad de este año, con el objetivo de hacer frente al emergente mercado de libros electrónicos. Según la consultora Diplay Search, este sector moverá 1.730 millones dólares en 2015, en comparación de los 370 millones de dólares que generó en 2009.
Agencia EFE | Elespectador.com