Revolución Permanente N⁰2 – Diciembre 2019

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Director: Alejandro Bodart Coordinación: Martin Carcione Corrección: Pablo Vasco Diseño y diagramación: Tamara Migelson Diseño de tapa: Guillermo Coppo

Aquí nos encuentran www.lis-isl.org Mail: info@lis-isl.org Liga Internacional Socialista @ligainternacionalsocialista Liga Internacional Socialista @isl_lis Registro DNDA en trámite Los artículos firmados y los reportajes no expresan necesariamente las posiciones de la LIS sino la de sus autores.

3 Un nuevo ascenso revolucionario conmueve al mundo 10 CHILE • Chile despertó • La necesidad de una nueva izquierda revolucionaria 27 BOLIVIA • Golpe y masiva resistencia en Bolivia • Entrevista a W.P.V. dirigente minero de Huanuni • Declaración de la LIS contra el golpe patronal e imperialista en Bolivia 37 ECUADOR • Una rebelión con final abierto • Las claves del estallido 48 ARGENTINA • Cambios políticos y estrategias de la izquierda 53 BRASIL • El anticapitalismo como única alternativa

55 IRÁN • Una rebelión renacida de las cenizas 57 IRAK Y LÍBANO • ¿A dónde van las rebeliones de Irak y el Líbano? 61 KURDISTÁN • El destino de los kurdos y el futuro de la lucha • Declaración de la lis sobre Rojava 69 ESTADO ESPAÑOL • El estado español en su salsa • Declaración de la lis sobre la revuelta del pueblo catalán 80 DEBATES SOCIOAMBIENTALES • La otra ola verde, poderosa aliada anticapitalista 85 FECHAS • 30° aniversario de la caída del muro de Berlín. El ocaso del capitalismo “triunfante” • 70 años de la revolución china. Prueba de músculos para esconder la crisis

Se terminó de imprimir en Diciembre de 2019 en Cooperativa de Trabajo Editorial del Pilar. Grito de Asencio 3569, CABA.

Belgrano 615 3J Buenos Aires


Un nuevo ascenso revolucionario

conmueve al mundo Alejandro Bodart, referente del MST y coordinador de la LIS

Se ha producido un cambio de enorme magnitud. En distintas regiones del planeta los trabajadores y excluidos se insurreccionan contra sus gobiernos y los regímenes políticos que los sostienen. A la vanguardia de las rebeliones y revoluciones que se están produciendo se encuentra la juventud, que el sistema capitalista en su decadencia está dejando sin futuro. Es mucho más que una nueva coyuntura: estamos presenciando un cambio en la situación mundial. 3

En el mes de octubre se han producido rebeliones en Ecuador, Haití y una revolución extraordinaria en Chile. A miles de kilómetros, las rebeliones en Irak y el Líbano anuncian el despertar de una nueva primavera árabe. En Europa vuelve a la calle la heroica Cataluña y en Asia la rebelde Hong Kong no se doblega ante la brutalidad de la burocracia china. En el primer aniversario del surgimiento de los “chalecos amarillos” franceses, los precursores de los cambios que ahora se han generalizado, las calles de París han vuelto a conocer el calor de los olvidados del sistema y el 5 de diciembre se prepara una huelga general indefinida de la poderosa clase obrera francesa. En infinidad 3

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de países las huelgas y movilizaciones están a la orden del día. Junto a la crisis económica global, que no deja de profundizarse, en muchos países donde la movilización todavía no ha tomado la magnitud de otras latitudes afloran crisis políticas profundas. La polarización política y social que atraviesa al mundo desde hace años comienza a tener claramente al movimiento de masas y sus luchas a la ofensiva. En esta nueva edición de Revolución Permanente socializaremos conclusiones sobre algunos de los procesos más dinámicos, en la mayoría de los cuales las secciones nacionales de la Liga Internacional Socialista están participando activamente. Rebelión global, nuevo Mayo del ’68, primavera latinoamericana, el mundo en llamas, son algunas de las expresiones periodísticas que desde los medios masivos de comunicación intentan graficar el nuevo momento que estamos atravesando. Existen manifestaciones del cambio que se está produciendo en todos los continentes, pero dos son las regiones del mundo que se han transformado en los epicentros de este nuevo ascenso revolucionario: Latinoamérica y Medio Oriente. En ambos lugares se vive una situación prerrevolucionaria o directamente revolucionaria, según tomemos como referencia la definición de Trotsky o la de Lenin y por eso cualquier chispa, como el aumento de la gasolina, del metro o incluso un impuesto al uso del WhatsApp es capaz de desatar una revolución. Medio Oriente y el África del Norte han cambiado para siempre. El ascenso revolucionario corevolución permanente

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nocido como Primavera Árabe logró que cayeran gobiernos y regímenes que durante décadas sometieron a sus pueblos con ajustes permanentes y mano de hierro. Se produjeron cambios cualitativos, incluso en aquellos países en donde las rebeliones fueron derrotadas. El motor de todos los estallidos y semiinsurrecciones que se vienen produciendo es una combinación de demandas sociales y democráticas. La oleada revolucionaria del 2010-2013, que arrancó con la inmolación del vendedor ambulante Mohamed Bouaziz en Túnez, rápidamente contagió a Egipto, Bahréin, Libia, Yemen, Siria y le dio un impulso a la lucha de autodeterminación del pueblo kurdo. Otro capítulo tuvo lugar a fines de 2018 y principio de este año con rebeliones en Túnez, Sudán y Argelia. En estos momentos estamos asistiendo a rebeliones muy profundas en Irak, el Líbano y ahora le llegó el turno a Irán, en donde un estallido social a lo largo y ancho del país está haciendo temblar el régimen de los mullahs. En Latinoamérica, desde principio de siglo no se daban procesos de la magnitud que estamos presenciando por estos días. El año pasado la juventud y el pueblo nicaragüense se levantaron contra el ajuste que aplicó la dictadura de Ortega-Murillo y fueron brutalmente reprimidas. A mediados de este año fue el turno de Puerto Rico. Pero el cambio cualitativo en la región vino de la mano de la rebelión de los campesinos e indígenas ecuatorianos. Le siguieron Haití y ahora Chile, en donde una verdadera revolución está desmoronando al régimen


reaccionario que la burguesía puso en pie a partir de la dictadura genocida de Pinochet. Evidentemente, el continente ha entrado en una dinámica que en cualquier momento puede contagiar a los trabajadores y jóvenes de otros países. Colombia, por ejemplo, se ha sumado a la rebelión con millones en las calles y una huelga general histórica; en Centroamérica las tensiones están al rojo vivo y en el resto de los países se desarrollan luchas y crisis políticas en las alturas. Por eso hasta los grandes medios de la burguesía alertan sobre lo que visualizan como un nuevo momento de consecuencias impredecibles.

to obrero y la juventud y ampliará el espacio para fortalecer una organización revolucionaria como la nuestra.

Bolivia es parte de la ola revolucionaria El imperialismo, las derechas latinoamericanas y sus escribas intentaron aprovechar la caída de Evo Morales para contrarrestar la oleada revolucionaria que sacude a Latinoamérica. Sin embargo, rápidamente la situación evolucionó hacia una confrontación del movimiento de masas contra el autogobierno golpista que la emparenta con las rebeliones que están haciendo tambalear a varios gobiernos en el mundo. Más allá del debate interesado entre los sectores más reaccionarios, que se niegan a definir como un golpe de Estado lo que sucedió en Bolivia porque apoyan al gobierno interino de la racista Jeanine Áñez, y el falso progresismo, que se empeña por mostrar un avance fascista en todos lados que no es tal para tratar de asustar al movimiento de masas y hacer pasar su política posibilista y de pata izquierda de los regímenes democrático-burgueses en los países que gobierna o influencia, existe una polémica real en la izquierda. Algunos grupos se negaron a definir como golpe de Estado lo que sucedió y defienden que Evo Morales cayó por un levantamiento popular. Otros solo ven la acción de la derecha golpista y tienden a tener una visión acrítica de Morales al punto de plantear como estrategia su reinstalación en el poder. No coincidimos con ninguna de estas visiones. En Bolivia se sucedieron tres momentos que se fueron combinando hasta llegar a la situación actual. La percepción, correcta o equivocada, de que el gobierno de Evo Morales realizó un fraude para evitar una segunda vuelta que muy probablemente perdería produjo en un primer momento un levantamiento de sectores

Chile, una revolución impresionante “No son 30 pesos, son 30 años”. Esta consigna resume la profundidad del proceso revolucionario que se inició en Chile con el aumento del precio del metro, pero que cuestiona al gobierno de Piñera, al régimen heredado del pinochetismo y objetivamente al propio sistema capitalista semicolonial del país andino. De un día para el otro, el modelo a seguir que enarbolaban con orgullo los sectores más concentrados del capital y las formaciones de derecha de todo el continente voló por los aires. Si la derrota electoral de Macri había dejado maltrecho al Grupo de Lima, punta de lanza de Trump en la región, la revolución chilena terminó de empujarlo hacia el basurero de la historia. Con la juventud a la vanguardia, arrastrando tras de sí a la mayoría de la población y obligando a las direcciones burocráticas del movimiento obrero a llamar a dos paros generales históricos, con movilizaciones de millones de trabajadores, jóvenes y pobladores de una punta a la otra de su geografía, autoorganizándose en asambleas populares y cabildos, con barricadas y piquetes, enfrentando valientemente la represión de un ejército armado hasta los dientes, un doble poder en las calles ha ido derrotando cada una de las maniobras con las que el gobierno y las fuerzas del régimen han intentado desviar el proceso hacia una salida institucional controlada desde arriba. Actualmente, el pacto espurio para intentar salvar a Piñera y lo que puedan de la vieja Constitución pinochetista entre la derecha que gobierna y la oposición parlamentaria, incluyendo al Frente Amplio, que se postulaba como la renovación por izquierda de la vieja casta política, abre un nuevo momento político. El rechazo a esta nueva y evidente traición está provocando la ruptura acelerada de franjas importantes de la población con todas las formaciones de la izquierda institucional, lo que potenciará el surgimiento de nuevos dirigentes en el movimien5

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medios, el estudiantado y diversos movimientos sociales que rompieron con el gobierno por su conversión pro-capitalista y hostil hacia todos los sectores populares que se opusieron a sus políticas de ajuste y pro-mercado. Todo esto también explica la pasividad durante todo un primer momento del resto del movimiento obrero, campesino e indígena o las declaraciones de la dirección de la COB y otros movimientos pidiendo a Evo Morales que dé un paso al costado. Recién luego de un par de semanas, cuando Evo estaba debilitado y acorralado por el levantamiento al punto que primero acepta la auditoría de la OEA y luego del informe convocar a nuevas elecciones, algo que podría haber encauzado la situación, la derecha más recalcitrante aprovecha la oportunidad y se decide a dar el golpe de Estado atizando el acuartelamiento de la policía primero y convenciendo al ejercito después. Aun en este segundo momento, la COB y el resto de las organizaciones sociales, salvo un sector minoritario dirigido por el MAS, se mantiene al margen o apoya la salida de Morales. Aislado y sin apoyo, Evo renuncia y se va al exilio. Se consuma el golpe y luego de varios días de vacío de poder se autoproclama el gobierno de la extrema derecha. Esto genera el tercer momento, que estamos presenciando ahora y cuyo resultado final todavía está en disputa: irrumpe nuevamente el movimiento de masas, que obliga a todas las direcciones del movimiento obrero e indígena a pronunciarse contra el nuevo gobierno golpista y “de los ricos”. Este nuevo levantamiento, completamente distinto al primero, encuentra en un frente único a sectores influenciado

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por el MAS de Morales y otro espacio, mayoritario, que es crítico de Morales pero entiende que debe derrotar a los golpistas porque si se consolidan serán un enemigo peligrosísimo contra los trabajadores y el movimiento indígena. Sin ver los distintos momentos y la complejidad de la situación no es posible tener una política correcta para intervenir en Bolivia. Hoy los revolucionarios tenemos que estar junto al pueblo movilizado hasta tirar abajo al autoproclamado gobierno, que es contrarrevolucionario. Ese es el eje que ordena nuestro programa. Pero junto a esto no le debemos dar ningún apoyo a Morales y el MAS, responsables en última instancia de que sectores marginales de la ultraderecha hayan llegado al gobierno y que ahora, cuando hay que ayudar a aislar y derrotar a esos golpistas está impulsando una negociación con ellos, una nueva traición. Nuestra orientación debe incluir el llamamiento a profundizar la lucha hasta tirar abajo la dictadura y a continuar hasta lograr un gobierno de las organizaciones obreras y campesinas, el único capaz de aplicar las medidas anticapitalistas que son imprescindibles para poder responder a las necesidades del conjunto de la población boliviana.

Las razones detrás del cambio Existe una multiplicidad de elementos que explican por qué llegamos a este nuevo momento. En casi todos los procesos ha tenido peso el rechazo al autoritarismo y la vulneración de derechos democráticos. Pero lo determinante ha sido la profundi-

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zación de la crisis económica mundial y las secuelas provocadas por los brutales planes de austeridad para pagar deudas y garantizar las ganancias de las corporaciones que vienen aplicando los distintos gobiernos. Estancamiento y retroceso de las economías, desigualdad obscena, desocupación creciente, precariedad laboral extrema, deterioro de la salud y la educación, viviendas inaccesibles y la párdida de toda perspectiva de futuro que experimentan millones de jóvenes en todo el mundo son el cóctel explosivo que comienza a estallar y extenderse de un país a otro. A 30 años de la caída del Muro de Berlín, las ilusiones creadas a partir de la campaña imperialista de que el capitalismo traería “prosperidad y progreso” han desaparecido. El deterioro del nivel de vida, la pérdida de conquistas, la destrucción de la naturaleza, la exacerbación del machismo y la xenofobia hacen que millones empiecen a identificar al sistema capitalista como el origen de sus desgracias. En lugares impensados, como los EE.UU. o Gran Bretaña, la juventud masivamente gira hacia la izquierda y el socialismo. La caída del estalinismo implicó el desplome del orden mundial creado en la IIª Guerra Mundial. Sin ese socio contrarrevolucionario, que jugaba un rol clave para contener a los trabajadores y pueblos del mundo, el imperialismo norteamericano lejos de fortalecerse, como creyeron ver desde distintos sectores de la izquierda, comenzó a concentrar en sus manos todas las contradicciones de la realidad mundial y a debilitarse. La debacle de 2008 fue un salto de calidad en su deterioro y los obligó a profundizar su política de contrarrevolución económica contra el movimiento de masas para salvar a los bancos y corporaciones. Actualmente nos encaminamos hacia una nueva crisis, reflejo de la decadencia del imperialismo norteamericano y del sistema capitalista en su conjunto. Las rebeliones que estamos presenciando son la respuesta del pueblo trabajador a la barbarie a la que están llevando a la humanidad para salvar al 1% que representan.

movilización persigue sobre todo cambios económicos y sociales, incompatibles en los marcos del capitalismo en su fase de decadencia actual. En ese sentido son revoluciones anticapitalistas, socialistas, pero inconscientes, porque el nivel de conciencia de las masas aunque avanza rápidamente todavía está un estadio por detrás de sus acciones y no existen direcciones revolucionarias a la cabeza de la movilización. Se trata de rebeliones o revoluciones populares. La clase obrera participa y en cada proceso va teniendo un rol más activo, pero en un primer momento lo hace de manera individual, no organizada, disuelta en el movimiento popular. La dinámica de los acontecimientos logra desbordar y empujar a las direcciones burocráticas y por eso se terminan produciendo huelgas generales muy potentes, como las dos que se acaban de realizar en Chile, la de Colombia, las de algunos países árabes o las que se preparan en Francia y en otras latitudes, pero todavía en ningún proceso la clase obrera se ha transformado nítidamente en la dirección del mismo. Las masas se vuelcan a la acción directa porque han aprendido que por las vías institucionales no se logra nada. Las semi-insurrecciones que se producen terminan produciendo situaciones de doble poder pero todavía, al no tomar la dirección de los procesos la clase obrera, no han surgido organismos que lo institucionalicen. Se trata de un doble poder de hecho, en las calles, por la fuerza y radicalidad que adquiere la movilización; sí se desarrollan procesos asamblearios, cabildos abiertos y algunos organismos tradicionales toman formas nuevas, sin llegar a ser organismos de poder. En casi todos los procesos está surgiendo un activismo joven, que al no tener nada que perder y todo por ganar se radicaliza, logra sobrepasar a los aparatos conciliadores y dejarlos en evidencia. Este sector es claramente la vanguardia en todos los procesos y el que no sólo no le tiene miedo a la represión sino que ha roto con el prejuicio pequeñoburgués de oleadas anteriores, que defendían la no violencia y

Revoluciones socialistas inconscientes1 Lo que estamos presenciando en Latinoamérica y Medio Oriente son rebeliones y revoluciones profundamente anticapitalistas. Parte de sus objetivos es democrática y por eso además de los gobiernos se enfrentan a los regímenes y sus instituciones, profundamente antidemocráticas y represivas. Pero no se trata de procesos esencialmente democráticos: la 7

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se negaban a defenderse de las fuerzas represivas. La juventud le imprime un dinamismo extraordinario a todos los procesos y genera simpatía entre los trabajadores y demás sectores que se movilizan.

ya que nuestra política tiene que ser concretar lo más posible nuestra propuesta llamando a que gobiernen los trabajadores y el pueblo a través de los organismos más democráticos y que reflejen más genuinamente el estado de ánimo de las masas y su vanguardia. Si la izquierda revolucionaria tiene representantes en el Congreso en momentos en que se produce la caída de un gobierno, no existen organismos y se llama a una Asamblea Legislativa para discutir la sucesión presidencial, podemos plantear propagandísticamente que gobiernen provisionalmente los diputados de izquierda, para disputar con los representantes de la burguesía y postular una alternativa clasista y de izquierda ante las masas. Sólo el surgimiento de organismos democráticos y centralizados de los trabajadores, como fueron los consejos obreros (soviets), las coordinadoras, cordones industriales u otros similares, pueden permitir que en una situación revolucionaria sea posible contraponerlos a las instituciones de la burguesía y llamar a que sean ellos los que tomen el poder. Lamentablemente, en los procesos que estamos viendo una de las debilidades más importantes es la inexistencia de organismos de estas características. Otra orientación que debemos darnos es sobre la autodefensa. Desde el surgimiento de los “chalecos amarillos” y lo que estamos viendo en las rebeliones actuales, surge una vanguardia decidida a enfrentar la represión. Debemos apoyar con entusiasmo el derecho de las masas a defenderse y promover la formación de comités de autodefensa. En momentos de crisis agudas si existe una autodefensa organizada y se tiene una política correcta, la creatividad del movimiento de masas puede dividir, desorganizar y derrotar a cualquier ejército o policía por más armada que se encuentre. Las semi-insurrecciones que se están dando en distintas partes del planeta se desarrollan a partir de movilizaciones multitudinarias, la mayoría de las veces autoconvocadas y van creciendo día a día, con barricadas y enfrentamientos durante horas con la represión. Junto con participar activamente debemos levantar la necesidad de la huelga general y su continuidad hasta derrotar al gobierno y el régimen e imponer el programa del movimiento, exigiéndole y denunciando a la burocracia sindical que permanentemente tratará de contener y evitar que el movimiento obrero entre con fuerza y termine dirigiendo y definiendo a su favor la situación.

La política de los revolucionarios En esta nueva situación mundial que atravesamos, la consigna de Asamblea Constituyente libre y soberana para reorganizar todo a favor de los trabajadores y el pueblo ha tomado importancia en muchos países. Es la instancia más democrática que puede ofrecer la democracia burguesa y sirve para profundizar los procesos y desenmascarar a las direcciones traidoras, tanto si se niegan a su convocatoria por miedo a no poder controlarla como si se ven obligados a hacerlo y queda en evidencia su negativa a tomar medidas de fondo a favor de las mayorías populares. La AC empieza a estar planteada cuando la crisis política abre la posibilidad de la caída del gobierno o comienza el cuestionamiento a regímenes reaccionarios como el chileno, el español o el de varios países árabes. Cuando la movilización se transforma en semi-insurrección y no existen organismos de doble poder sigue siendo muy útil, aunque ahora toma fuerza el llamado al movimiento de masas a imponerla desde abajo. No puede ser utilizada como nuestra consigna de gobierno, como equivocadamente hacen algunas organizaciones de izquierda, porque aun la AC convocada en el período más revolucionario estará compuesta por un importante número de representantes de la burguesía y de los partidos reformistas, que lo más probable es que sean mayoría. En momentos de crisis política y mucho más cuando se producen estallidos revolucionarios, nuestro sistema de consignas debe arrancar planteando Abajo el gobierno. Esta consigna se combina con Asamblea Constituyente y con la salida por la positiva y de clase al problema del poder: que gobiernen los trabajadores. Nuestra propuesta de poder será abstracta en la medida en que no surjan organismos de doble poder. Debemos impulsar su surgimiento, apoyar todas las formas de autoorganización por embrionarias que ellas sean -asambleas, cabildos, comités de huelga, etc.-, llamar a coordinarlas y centralizarlas. Puede suceder que las viejas organizaciones como los comités de empresa o sindicatos al calor del ascenso se transformen en organismos de nuevo tipo. Tenemos que estar atentos a todo, revolución permanente

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las actuales rebeliones, pactando con la burguesía para frenar el ascenso revolucionario o aplicando los ajustes y reprimiendo en donde gobiernan, están poniendo en evidencia ante los ojos de millones en todo el mundo la necesidad de construir nuevas herramientas políticas. La nueva situación plantea condiciones cada día más favorables para que crezcan y se fortalezcan organizaciones revolucionarias. Los jóvenes sin miedo, las mujeres que se levantan por sus derechos, los obreros que organizan las huelgas generales son la materia prima para construirlas. Hasta los escépticos de izquierda, que hasta ayer nomás pregonaban que era la burguesía la que tenía el control estratégico de la situación y que el mundo giraba a la derecha, ahora tienen que aceptar a regañadientes que se ha producido un cambio favorable. Quienes conformamos la Liga Internacional Socialista estábamos convencidos de que las tensiones que se estuvieron acumulando durante años tendrían un desenlace como el que estamos presenciando. Todas nuestras secciones nacionales están en la primera fila de los acontecimientos. Te invitamos a sumarte a nuestra organización. Necesitamos ser cada vez más para que una nueva sociedad, sin explotación ni opresión de ningún tipo, solidaria, igualitaria, realmente democrática, socialista, esté cada día más cerca de hacerse realidad.

El partido y la LIS A diferencia de lo que sucedió en el mundo entre la II Guerra Mundial y la caída del Muro de Berlín, cuando varios de los estallidos revolucionarios que se produjeron terminaron expropiando a la burguesía sin un partido socialista revolucionario al frente2 y en algunos sin ser la clase obrera la vanguardia, en esta etapa de la lucha de clases, por el giro escandaloso hacia la defensa incondicional del capitalismo y el régimen democrático burgués de todas las direcciones pequeñoburguesas, reformistas y filo-estalinistas, desde el punto de vista de los sujetos que hacen falta para lograr avanzar al socialismo estamos como en las primeras décadas del siglo pasado. Concretamente, sin la clase obrera como vanguardia de la movilización y sin un partido socialista revolucionario con influencia de masas al frente se pueden lograr triunfos parciales, pero es imposible que triunfe una nueva revolución socialista. A la vez, para que la clase obrera se termine transformando en el sujeto de la revolución, además de la movilización, que la hace avanzar en su conciencia, es imprescindible que exista un partido revolucionario que logre desplazar a la burocracia y termine con la influencia de quienes predican la conciliación de clases y trabajan conscientemente para evitar que los trabajadores tomen el poder. Por todo esto, las corrientes autonomistas o anarquistas que militan contra la construcción del partido revolucionario juegan un rol reaccionario y debemos enfrentarlos decididamente. La actuación contrarrevolucionaria que están teniendo las corrientes estalinistas, socialdemócratas, neo reformistas, nacionalistas y populistas en

1. Ver Actualización del Programa de Transición, tesis XV, Nahuel Moreno. 2. Estas revoluciones se hicieron con direcciones estalinistas nacionales o pequeñoburguesas oportunistas al frente y debido a eso degeneraron en estados obreros burocráticos.

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américa latina

Aportes para entender una revolución

Chile

despertó

“El rasgo característico más indiscutible de las revoluciones es la intervención directa de las masas en los acontecimientos históricos. En tiempos normales, el Estado, sea monárquico o democrático, está por encima de la nación; la historia corre a cargo de los especialistas de este oficio: los monarcas, los ministros, los burócratas, los parlamentarios, los periodistas. Pero en los momentos decisivos, cuando el orden establecido se hace insoportable para las masas, éstas rompen las barreras que las separan de la palestra política, derriban a sus representantes tradicionales y, con su intervención, crean un punto de partida para el nuevo régimen. Dejemos a los moralistas juzgar si esto está bien o mal. A nosotros nos basta con tomar los hechos tal como nos los brinda su desarrollo objetivo. La historia de las revoluciones es para nosotros, por encima de todo, la historia de la irrupción violenta de las masas en el gobierno de sus propios destinos”. (Trotsky, Historia de la Revolución Rusa) Joaquín Araneda, dirigente del movimiento anticapitalista

El “oasis” del continente, el sueño dorado del neoliberalismo, el país de los tratados de libre comercio, el de la represión sin consecuencias, un día se puso de pie.

una vez abandonar el doloroso recuerdo de pasadas derrotas para ponerle fin a ese ciclo y lanzarse a inaugurar uno nuevo que aún se está escribiendo. Los estudiantes secundarios encendieron la mecha, organizando la evasión en los torniquetes del metro frente a un nuevo aumento de las tarifas del que ya es uno de los metros más caros del continente. Se convocó en las estaciones para saltar de a cientos las barreras, contagiando a miles de trabajadores y trabajadoras que a diario hacen uso de esos trenes, a miles que utilizan ese servicio para llegar hasta los

Trajo desde el final de la memoria los tiempos de los cordones industriales y la experiencia “socialista” un grito rebelde. Con la violencia de las contradicciones contenidas, el pueblo de Chile decidió de revolución permanente

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centros de salud que les cobran por una atención deficiente, a miles que lo utilizan para ir a estudiar a las universidades endeudándose por años y años, a miles que pese a haber trabajado toda su vida no tienen una pensión que les permita vivir dignamente. Las estaciones de metro de aquel “viernes de furia” concentraron y ampliaron todas las contradicciones de un modelo que durante años fue tirando por la borda a millones de chilenos y chilenas, entonces la evasión se volvió masiva. Y la respuesta “normal”, represiva, violenta, del gobierno de Piñera, disparó la indignación y la revuelta popular.

proceso. La fuerza de la huelga general se hizo notar con todo, paralizando por completo las actividades de un país ya convulsionado. Esa huelga y la masiva movilización nacional que la acompañó obligaron al gobierno a tomar el reclamo del cambio constitucional y, en una conferencia de prensa, casi a suplicarle al resto de las fuerzas del régimen la construcción de un pacto. Al final lo terminaron concretando con el Frente Amplio, el PC y otras fuerzas, pero es muy repudiado por las bases e incluso provoca rupturas en las fuerzas que lo suscriben. A pesar de todo esto, el proceso lejos está de cerrarse y las próximas semanas serán de mucho debate sobre cómo continuar.

Cuatro semanas para cambiar 30 años

Las características de la revolución

La primera semana estuvo marcada por los enfrentamientos, barricadas y cacerolas en apoyo: una respuesta frente al asedio de la violenta represión del Estado. El proceso rápidamente ganó fuerza y una verdadera marea se volcó a las calles. La huelga general le aportó fuerza y contundencia a las protestas y obligó al gobierno a pedir disculpas por su “falta de visión” y comenzar un giro en el tratamiento de la situación. La segunda semana, la masividad se hizo cotidiana y las calles fueron tomadas por la movilización obligando al gobierno a retirar el estado de emergencia y terminar con el toque de queda decretado. Como contrapartida, las fuerzas de la institucionalidad burguesa se lanzaron a frenéticas negociaciones parlamentarias para intentar “acuerdos” que desactiven el proceso. Fue el momento de los anuncios de medidas sociales y la votación de leyes bloqueadas hasta ese momento, como la jornada laboral de 40 horas semanales. Es justo decir que esos intentos fueron en vano: lejos de desactivarse, la revolución se nacionalizó y las imágenes de todo el país confirmaban su carácter histórico. La tercera semana sumó un elemento muy importante: el surgimiento de embriones de autoorganización y debate, asambleas, cabildos y comités de huelga surgieron de norte a sur, con centro en Santiago. Plaza Italia ya se había transformado en la plaza de la dignidad. El anuncio de un colectivo de sindicatos, encabezados por los portuarios, de convocar a una nueva huelga general para el 12N puso en guardia al régimen, que volvió a su discurso represivo anunciando persecuciones más duras contra encapuchados y quienes armen barricadas. Nuevamente, como en todos los intentos anteriores, fracasó. La cuarta semana, sin duda, provoca un salto en el

En nuestro país estalló una semiinsurrección1 que hizo aflorar las facetas más extremas de la lucha de clases, la mayor parte del tiempo veladas, y las expuso brutalmente. La acción de masas identificó rápidamente al gobierno y a todo el régimen como los responsables de 30 años de saqueo, represión e impunidad. El carácter popular y espontáneo del estallido no contradice una participación importante e incluso “definitoria” de la clase obrera a través de dos huelgas generales y el impulso de comités de huelga de base. Además una enorme vanguardia juvenil enfrentó desde un primero momento a las fuerzas represivas, despertando la simpatía de amplios sectores de la población y, como contraparte, el rechazo a instituciones que tenían un papel destacado en el régimen como Carabineros o el ejército. El estallido se dio en Santiago y podríamos decir que la “ex” Plaza Italia, hoy Plaza de la Dignidad, se transformó en su ícono. Pero pronto se extendió

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a las regiones, contagiando al país entero. Concepción, Valparaíso, Valdivia, Punta Arenas, Antofagasta y cada plaza, avenida principal y barrio de Chile también fueron escenarios de movilizaciones y enfrentamientos con el ejército y Carabineros, y luego, del surgimiento de espacios de autoorganización y deliberación. Las motivaciones del estallido, el combustible de la revolución, está dado por 30 años de un régimen orquestado desde la dictadura y sostenido por los gobiernos “democráticos” (ver recuadro), que sirvió para hundir a las y los trabajadores, la juventud y el pueblo

de Chile en la miseria y la desigualdad. Lo que los partidos e instituciones se esforzaron por sostener durante 30 años, el pueblo movilizado lo puso de cabeza en pocos días, mostrando a los ojos del mundo entero que el capitalismo no tiene “oasis”, sino una decadencia que se expresa cada día con más fuerza. Con el correr de las semanas, se desarrolló un doble poder no institucionalizado, con organismos embrionarios de deliberación, que sentaron las bases de un “programa” de la revolución que contempla reclamos sociales, económicos, democráticos de contenido anticapitalista, desbordando la institucionalidad y

La revolución de los ’70 y el fracaso de la “vía pacífica” El 4 de setiembre de 1970 la Unidad Popular (UP) compuesta por el Partido Socialista (PS), el Partido Comunista (PC) y otras formaciones menores como el Partido Radical, el MAPU y API, gana las elecciones llevando al dirigente socialista Salvador Allende a la presidencia: obtuvo el 36,63% de los votos y fue nombrado por el Congreso entre los dos candidatos más votados. El gobierno de la UP se desarrolla en medio de un proceso revolucionario del pueblo chileno. La presidencia anterior del democristiano Frei estuvo cruzada por numerosas luchas obreras contra sus planes de ajuste e importantes marchas por la reforma educativa de un movimiento estudiantil muy impactado por la revolución cubana. Se desarrolló en Chile a principios de los ’70 una gran revolución que cuestionó las bases capitalistas del país. El gobierno de Allende, que recibió el apoyo político de Fidel Castro, propiciaba la “vía pacífica al socialismo” y un proceso “gradual” negociado con la burguesía, fue empujado por la movilización revolucionaria obrera y popular a tomar una serie revolución permanente

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de medidas progresivas que, sin romper con la economía capitalista, enfrentaron al imperialismo norteamericano y las grandes patronales. Entre ellas, la nacionalización del cobre y la minería, también de muchas empresas, la ampliación de la reforma agraria y un importante aumento de salarios. Las masas en lucha aprovecharon cada oportunidad para hacerse del control de fábricas, mecanismos de distribución y organización, lo que ocasionó una fuerte reacción de la derecha que intentó varias veces liquidar el proceso revolucionario. El paro patronal de octubre de 1972, que logró paralizar el país por tres semanas, produjo una fuerte radicalización y dio origen a los cordones industriales: una organización obrera que rompiendo el chaleco de fuerza de la CUT, dirigida por el PC, desarrolló importantes experiencias de doble poder. Allende, en vez de apoyarse en la fuerza creciente de la revolución, enfrenta la crisis armando un gabinete de militares “leales” y “democráticos” que, con el general Prats a la cabeza, gobierna Chile hasta las elecciones de 1973. A la vez, el gobierno 12


desafiando las distintas “órdenes” y amenazas vertidas desde el gobierno. Otra característica importante es la ausencia de un liderazgo claro y mucho menos de alguna fuerza política que hegemonice la representación del movimiento. Esto facilita las condiciones para desarrollar una corriente revolucionaria a condición de empalmar con las decenas y decenas de “cuadros naturales” que hacen su experiencia política al calor de la lucha. Los cabros2, las cabras, las capuchas; el colectivo juvenil y social domina por mucho sobre la dirigencia política. Si bien la clase obrera no actúa en el proceso claramente movilizada como tal y esto es una debilidad, fue protagonista de dos huelgas generales y algunos sectores sindicales se destacaron por presionar en el sentido de lucha: ante la actitud conciliadora y desmovilizadora de la cúpula de la CUT, los portuarios y un sector de los mineros fueron la vanguardia en este sentido. La inexistencia de una dirección revolucionaria con peso de masas constituye otra de las debilidades, quizás la más profunda de la revolución en Chile y el principal desafío a superar. Estas debilidades, más la acción decididamente traidora de todas las fuerzas políticas con represen-

tación parlamentaria y las que éstas orientan a nivel sindical explican que, pese a tener un 91% de desaprobación, Piñera no haya renunciado.

Poder contra poder Las asambleas, cabildos y sobre todo la movilización masiva y sostenida constituyen un verdadero poder, no institucionalizado, que cuestiona al poder de la burguesía y sus partidos. Las medidas y anuncios del gobierno y todos sus intentos represivos no han logrado desactivar esta fuerza, que origina la “inestabilidad” del régimen. No son “intervenciones extranjeras” ni “alienígenas”, como aventuran desde La Moneda. Contrariamente a lo que sostienen algunas corrientes que buscan “conseguir lo que se pueda aprovechando la lucha”, la gran mayoría del movimiento de masas no se mueve por tal o cual reclamo puntual, sino por el hartazgo con la vida a la que ha sido sometida durante las últimas décadas. Han identificado a los responsables de esta crisis y por eso no confían en nadie, ni en el gobierno, el Parlamento ni las fuerzas armadas. Las tareas políticas planteadas por esta revolución, el “combustible” que señalábamos,

apoyarse en los cordones industriales para organizar la resistencia y dividir a las bases de las FF.AA. y Carabineros, Allende siguiendo la política del PC y el PS se rodea de jefes militares “leales” y nombra un segundo gabinete militar. En paralelo activa una ley de control de armas, que con la excusa de controlar el armamento de la ultraderecha en realidad se utiliza para controlar y reprimir el armamento de autodefensa de fábricas y poblaciones. Abandona a su suerte a los marinos de Talcahuano y Valparaíso, que por esos días enfrentaron y derrotaron a las conspiraciones golpistas de sus oficiales. Finalmente, el 11 de setiembre de 1973, encabezado por el general Pinochet se produce un cruento golpe de Estado que deja un saldo de más de 3.000 asesinados, más de 35.000 presos brutalmente torturados entre un total de 300.000 personas detenidas y una cifra similar que debió exiliarse. Fue la derrota y desaparición física de una gran parte de la vanguardia revolucionaria chilena. Ninguna de las agrupaciones importantes de la izquierda ni el ultraizquierdista MIR estuvo a la altura de las tareas que exigía la hora. Faltó una alternativa revolucionaria que, como los bolcheviques en Rusia, llevara la revolución hasta el final.

de la UP enfrenta y combate las experiencias de autoorganización acusándolas de apurar el proceso y no permitir la negociación con distintos sectores de la patronal, la Democracia Cristiana (DC) y los militares. En las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, la UP aumenta su votación llegando al 43,4%. El gobierno desaprovecha este nuevo espaldarazo del pueblo chileno, y la DC, los partidos de derecha, junto a la burguesía chilena, con total apoyo del imperialismo yanqui, conspiran con las FF.AA. y se preparan para derrocar al gobierno. El primer intento, el “tancazo” del 29 de junio, es sofocado. De inmediato una movilización popular de apoyo al gobierno de la UP nuclea a más de un millón de trabajadores en Santiago. Lejos de organizar a esa enorme fuerza y 13

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para el devenir de la lucha, como por ejemplo la necesidad de sostener la movilización hasta terminar con el gobierno de Piñera, de poner pie una Asamblea Constituyente para reorganizar el país sobre nuevas bases y también de construir un nuevo gobierno, esta vez no de los patrones, sino de los trabajadores y el pueblo. Otro debate fundamental es sobre la necesidad de organizar la autodefensa frente a la represión y para golpear al pilar fundamental del régimen político: sus FF.AA. A estas tareas centrales se le suma un conjunto de medidas políticas, económicas y sociales para sentar las bases de un Chile diferente, opuesto por el vértice al desastre capitalista que colapsó.

buscan sus formas organizativas ante la traición de las viejas -y no tan viejas- direcciones y brotan en las esquinas y los parques, en los colegios y las universidades. Allí se discute todo, creando nuevas formas ante la inexistencia de otras o el bloqueo de las mismas por las direcciones tradicionales, aunque luego de un mes de movilización ininterrumpida estas formas no logran institucionalizarse como un doble poder definido. En ellas se dan los debates más importantes

El gobierno, las instituciones y los partidos La primera respuesta del gobierno de Piñera, como dijimos, fue la represión y el anuncio de una supuesta “guerra contra un enemigo muy poderoso”. Las imágenes del presidente rodeado de militares, el estado de emergencia y el toque de

La transición pactada entre Pinochet y la Concertación Preparando una salida que le permitiera al régimen sobrevivir, conservar grandes cuotas de poder y seguir sosteniendo el modelo económico ultraliberal que inauguraron los Chicago Boys1, en 1980 Pinochet decreta una nueva Constitución. Ésta, que sobrevive hasta hoy con 25 cambios, disponía que Pinochet quedara en el poder hasta 1988, cuando se realizó un plebiscito para decidir si seguía como presidente por un período similar. Entre las características centrales de esa Constitución, destinadas a conservar los principales rasgos bonapartistas2 estaban: 1) la elección del presidente con amplios poderes por ocho años; 2) un Consejo de Seguridad Nacional integrado por los comandantes en jefe y con atribuciones de control sobre el presidente y el Congreso; 3) un Tribunal Constitucional que podía aplicar proscripciones político-ideológicas a organizaciones y personas, destituir senadores o diputados, cuyos miembros serían designados por la Corte Suprema de la dictadura; 4) un Congreso con cámaras de Diputados y Senadores, cuyos miembros serían elegidos en forma binominal y que incluía nueve senadores vitalicios nombrados a dedo por la dictadura, que convivirían con otros 26 electos por revolución permanente

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el pueblo; 5) un complicado mecanismo de reforma constitucional.

Las luchas de 1983 a 1986 pusieron a Pinochet al borde del abismo El derrumbe de las dictaduras de Argentina y Bolivia, más la crisis de las que gobernaban Brasil y Uruguay, van a impactar en la situación chilena. En 1982 entró en crisis el plan económico de la dictadura y hubo luchas estudiantiles y de los obreros de la construcción. El 11 de mayo de 1983 el pueblo chileno sale masivamente a las calles e inaugura un ciclo de fuertes protestas y paros nacionales en 1984 y 1986 que, con barricadas y fogatas en la lucha callejera, alcanzó niveles de semiinsurrección. Ante el peligro cierto de la caída del régimen, el imperialismo y la Iglesia presionaron a Pinochet para que abriera una salida política concertada. Los partidos de oposición fueron una pieza clave de ese plan. El Partido Demócrata Cristiano (DC), que había apoyado el golpe y se volvió opositor, junto al Partido Socialista (PS), jugaron para desviar las movilizaciones al terreno de la negociación y una posible salida electoral. El Partido Comunista 14


queda fueron la expresión concreta de sus declaraciones, así como la aplicación de ley “antiterrorista” para juzgar a los miles de detenidos. El discurso comenzó a cambiar sobre el final de la primera semana. Aun con los militares desplegados en las calles y las denuncias de centros de tortura instalados en las estaciones de metro, el gobierno pidió “disculpas por la falta de visión” y anunció la anulación del aumento de la tarifa del metro. Tras la “marcha más grande de la historia”, le sumó el anuncio de un paquete de medidas sociales y terminó pidiendo la renuncia de todo su gabinete, incluido Andrés Chadwick, ministro del Interior y Seguridad Pública y primo de Piñera, mano de hierro del régimen con un activo pasado durante la dictadura y rol central en el gobierno, aparte de poner fin al estado de emergencia. Ninguna de estas medidas logró desviar la atención sobre las responsabilidades de Piñera y su gobierno, identificado por la gran mayoría del pueblo como el gran culpable del desastre. En medio

de escándalos y acalorados debates, el Parlamento mostró también su disposición a sostener la institucionalidad en los peores momentos de la crisis. Impulsó iniciativas que estaban frenadas, como la reducción de la jornada laboral, buscando desviar la movilización a las vías institucionales. Los sectores más “radicales” del Parlamento no sacaron en ningún momento los pies del plato. Vale señalar en esto a los partidos de la ex Nueva Mayoría (PC y PS) y al “progresista” FA (ver recuadro) que trabajaron para desmontar el proceso. Cuando la gente ocupaba las calles pidiendo que Piñera renuncie, estas direcciones se “montaron” en el proceso para intentar conducirlo. Primero presentaron una acusación constitucional contra el presidente, luego hablaron de convocar a un plebiscito por la Asamblea Constituyente y tras el recambio ministerial terminaron pactando. Es decir, en el momento de mayor democratización, con millones en las calles tomando en sus manos “el gobierno de sus propios destinos”, estos demócratas de papel hicieron el máximo esfuerzo para que

iniciales, el PC finalmente llamaba a votar por el No y apoyaba esa política. Las elecciones las ganó la Concertación y Patricio Aylwin (DC) asumió la presidencia en 1990. El genocida quedó como jefe de las FF.AA. y en 1998 se retiró con el cargo de senador vitalicio que mantuvo hasta su muerte. Los gobiernos de la Concertación y luego Nueva Mayoría (Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet), que han sido garantes de este régimen de “democracia custodiada” y sostenedor de un modelo ultraliberal, se fueron turnando en el poder y no dudaron en descargar la fuerza represiva del Estado contra las luchas populares. Así lo hicieron con las protestas obreras, los estudiantes y su “revolución de los pingüinos” y las acciones feministas que han enfrentado a este régimen y sus “pacos” durante estos 30 años. El PC desde el gobierno o el nuevo Frente Amplio en la oposición han sido sostenedores de los mecanismos de este régimen heredado de Pinochet.

(PC), con gran peso en el movimiento obrero y en las protestas, en vez de desarrollarlas para tirar a Pinochet apoyó esa estrategia de negociación, llamando a confiar en un sector de las FF.AA.

Una reforma para garantizar la continuidad Acorralado por la crisis y la movilización, utilizando el aire que le daban las claudicaciones de las direcciones traidoras, Pinochet lanza el plebiscito de 1988. Pero el resultado fue un triunfo del pueblo chileno: ganó el No y se vio obligado a dar elecciones. La Concertación de partidos por el No, integrada por la DC, el PS, el Partido Por la Democracia (PPD) y el Radical Socialdemócrata (PRSD) se preparaba para una transición y un recambio ordenado, pactado con Pinochet, aceptando su antidemocrática Constitución y sólo planteando reformas parciales. Pese a sus críticas 15

1. Surgida en los ’70, es una denominación que hace referencia a los economistas liberales educados en dicha universidad, de gran influencia bajo la dictadura de Pinochet. 2. Régimen político autoritario que suprime total o parcialmente las libertades democráticas. Basado en el aparato militar y policial, suele ser unipersonal, está al servicio de la clase explotadora y se erige como árbitro entre los distintos sectores que lo componen.

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la crisis se resuelva en un diálogo de cúpulas. La revolución expuso, como siempre sucede, no solo la cara más violenta del capital y sus gerentes políticos sino también la verdadera cara de los aparatos que se autodenominan progresistas y sus aplaudidores locales e internacionales.

Huelga general y movilización versus pacto con la derecha Estos intentos de desmontar el proceso por parte del gobierno encontraron en las direcciones del FA y el PC, y en todas las fuerzas del régimen a

El rol de las Fuerzas Armadas En 1973, el golpe comandado por Pinochet terminó con una importante experiencia de organización y lucha de la clase obrera y el pueblo. Si bien un contexto similar se dio en la mayor parte de los países del continente, las FF.AA. de Chile y sus cúpulas se caracterizaron por su estrecho vínculo con los sectores más concentrados de la economía y por la violencia que desataron contra los trabajadores y el pueblo. El final de este proceso, si bien con algunas convulsiones, fue pactado y dirigido por esas mismas élites, garantizando una centralidad de las FF.AA. en la política hasta hoy.

Después de la masacre, la garantía de la impunidad La gran burguesía chilena y sus partidos jugaron un rol central en el salvataje de las FF.AA. y su permanencia como una institución central del nuevo régimen, quizás la principal, ya que no sólo se reservó a los altos mandos el control de las propias revolución permanente permanente revolución

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fuerzas sino también espacios de representación en el resto de las instituciones. El propio Pinochet se mantuvo como jefe del Ejército hasta el 10 de marzo de 1998, al otro día asumió como senador vitalicio y nunca fue juzgado. Los pocos condenados por los crímenes de la dictadura reposan en cárceles especiales construidas por la Concertación, verdaderos hoteles de retiro con plena libertad de acción interna. La brutalidad continuista de los gobiernos de la Concertación cerró archivos de la dictadura, planteando leves reparaciones a través de informes deficientes sobre Verdad y Justicia: un entramado al servicio de mantener intactas las fuerzas represivas del Estado construidas bajo Pinochet, tanto en el aparato de inteligencia (CNI) como en todas las ramas del ejército. Hace algunos años, se conoció que en 1990 se asimilaron cerca de 1.200 agentes de la CNI al ejército. Para complementar esta “democracia custodiada” se garantizó un financiamiento independiente a las 16


distinto nivel, sus socios privilegiados. Quizás el acontecimiento que termina de provocar el punto de unidad es la potente huelga general del 12N, que se da contra la voluntad mayoritaria de las direcciones, empujada sobre todo por los portuarios pero que logra arrastrar a la Unidad Social y al conjunto de las masas movilizadas en una acción que pone al gobierno al borde del precipicio. Lejos de empujarlo para que caiga, estas direcciones lo rescatan aceptando el pacto propuesto por Piñera, que incluye un proceso desgastante y totalmente burocrático para “transformar la Constitución”, otorgándole de hecho la resolución del tema a las fuerzas que la amplia mayoría de la población rechazada. Como lo señalamos en nuestro volante del 15N: “Desde la DC hasta el PC y el Frente Amplio empezaron a trabajar con ese propósito: pactar con la derecha. El telón de fondo para todo esto fue la gran fuerza que tuvo la huelga general, que motorizó el paro productivo histórico y colocó la posibilidad de ir por todo: una asamblea constituyente sin tulelajes de lo actual. Este contexto, aceleró el ‘pacto’ a espaldas del pueblo que firmaron derecha y ‘oposición’:

• Un plebiscito recién en abril del 2020 para preguntar lo que ya el pueblo gritó en las calles (‘Nueva Constitución’) y sin mencionar la opción de ‘Asamblea Constituyente’, como evidente concesión a lo más reaccionario del gobierno. • Pero eso no es todo: el mecanismo de funcionamiento para cambiar la Constitución, además, le da poder a la derecha de obstaculizar todos los cambios que cuestionen sus privilegios de clase. Establece la exigencia de 2/3 de los integrantes de la ‘Convención’ para aprobar cualquier ley. De esta forma, con su 1/3 la derecha puede bloquear cualquier avance y, por lo tanto, todo tiene que salir por consenso. • La elección de diputadxs ‘convencionales’ será en octubre del 2020 y con el mismo sistema electoral actual que da prioridad a los partidos tradicionales. Es lo que vinimos alertando desde hace semanas: con Piñera y sus cómplices no puede salir el proceso constituyente que exigimos como pueblo.” Esta verdadera traición contra la revolución es una reedición de la transición que le permitió a la dictadura dejar en pie un régimen sólido, que las fuerzas de la “democracia” se encargaron

y material de la gran burguesía y porque nunca habían sido derrotadas efectivamente por el movimiento de masas. Por eso no es menor que durante el desarrollo del proceso revolucionario actual, y la participación activa del ejército en la represión o incluso la conformación del COSENA1 para darles a las FF.AA. la dirección represiva2, la respuesta de la movilización siga siendo masiva y desafiante, sobre todo de sectores de la juventud que enfrentaron a militares durante el estado de emergencia y siguen enfrentando a las Fuerzas Especiales de Carabineros. Justamente por el rol que sostienen desde la dictadura, la derrota de las FF.AA. se ha transformado en una de las tareas clave de la revolución chilena y para ello es preciso sumar a la movilización el debate de la necesaria autodefensa en los organismos de masas que empiezan a surgir en todo el país.

FF.AA. a partir del control y administración de un porcentaje del presupuesto del cobre y la minería: el 10% de la empresa estatal Codelco. Ese esquema recién fue modificado gradualmente en agosto pasado.

Los guardianes del “oasis” Esta permanencia de la centralidad militar en la vida “democrática” y el rol destacado de Carabineros y sus distintas Fuerzas Especiales en la represión interna de los conflictos obreros, el pueblo mapuche y la juventud tiene que ver con la estabilidad del modelo durante muchos años. El rol represivo se encontraba muy prestigiado por la acción ideológica 17

1. Consejo de Seguridad Nacional. 2. Hasta la fecha hay más de 23 personas muertas, miles de heridos y torturados, y cientos de manifestantes con lesiones oculares por perdigones o balines disparados por los “pacos”.

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de sostener. Pero no se produce sin costo para los perpetradores: el proceso de caída de las expectativas con el FA también se expresa en las divisiones entre sus componentes incluso dentro de cada partido que lo integra. Hay que destacar que mientras la transición pinochetista se montó sobre la base de una derrota brutal de las mases, en este caso vivimos un proceso de ascenso y revolución. Y su adaptación institucional, su escepticismo y su respeto a los límites del capital hacen de estos supuestos “renovadores” de la política una de las fuerzas más conservadoras de un proceso que hizo avanzar la conciencia de cientos de miles.

los espacios asamblearios, en disputa política con las direcciones traidoras y reformistas. Y no lo hacemos solos: junto a nosotros la Liga Internacional Socialista lleva a todas partes del mundo la bandera de la revolución chilena para rodearla de solidaridad. Frente a quienes se sorprendieron con el desarrollo de los acontecimientos, nosotros sostuvimos un análisis que retomaba las enormes marchas estudiantiles contra el arancelamiento de la educación, la marea feminista que fue vanguardia en el continente, las movilizaciones masivas por el No+AFP, las huelgas de los portuarios y otros hechos que adelantaban la acumulación de contradicciones que el “modelo chileno” no podía soportar por mucho tiempo más. Ese armazón nos permitió desde un primer momento asumir que estábamos ante un cambio histórico en nuestro país y responder con una política revolucionaria. Enfrentamos el estado de excepción y el toque de queda junto al pueblo movilizado, sin despegarnos ni un minuto. Propusimos, tal como

El Movimiento Anticapitalista y la LIS frente a la prueba de la revolución Quienes escribimos estas líneas no observamos los hechos desde un lugar de neutralidad: participamos con todas nuestras fuerzas aportando opiniones e impulsando la movilización y el surgimiento de

El verdadero modelo chileno

Desigualdad y entrega capitalistas Chile representaba, hasta hace pocos días, uno de las “estrellas” de la burguesía y el imperialismo a nivel global. No solo por su estabilidad política y económica sino fundamentalmente porque se fundó sobre una derrota brutal del movimiento obrero y de masas por parte de la dictadura, continuada por los gobiernos “democráticos”. El objetivo de estas líneas es exponer brevemente las características de este modelo que fue puesto en cuestión de manera masiva y contundente.

Pinochet y los Chicago Boys Si bien la dictadura comenzó en 1973, fue en 1975 cuando un grupo de intelectuales orgánicos de la élite chilena se hicieron cargo del proyecto radical de transformación reaccionaria del modelo. Los Chicago Boys, un selecto grupo de estudiantes de la Universidad Católica de Chile que continuaron su formación económica en la Universidad de Chicago para nutrirse en la ortodoxia liberal entre cuyos ideólogos están Milton Friedman y Friedrich Hayek, dictaron los lineamientos doctrinarios. Se pusieron a la cabeza del proyecto económico y social del país debido a su acercamiento directo al poder militar de la elite burguesa, y por constituir revolución revolución permanente permanente

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una sólida hoja de ruta para el gran capital. Su fundamento era el déficit y la gran inflación de Chile. La intromisión imperialista presentaba su primera camada de nuevos cuadros bajo una apariencia de “tecnócratas apolíticos” para reorientar el continente hacia los intereses estadounidenses: un molde de injerencia que empezó con la financiación militar y siguió con la imposición del laboratorio neoliberal. El camino de reformulación de Chile bajo la dictadura fue radical sobre el patrón de acumulación capitalista, reconfigurando el rol del Estado y efectuando una completa liberalización financiera, desregulación del mercado y traspasando las empresas estatales a capitales privados. Ese tramo incluyó reformas tributarias e incentivos a la inversión extranjera, desmantelando la perspectiva desarrollista que primó las décadas previas. Una verdadera “revolución capitalista” que necesitó del autoritarismo para constituir el Estado Subsidiario, imponiendo el neoliberalismo y perpetuado bajo la Constitución de 1980 aún vigente.

“Democracia” para continuar la entrega Tras la reconfiguración general que encabezó la dictadura, en los ’90 vino una segunda ola 18


lo hacía la gente en las calles desde el primer momento, el Fuera Piñera como consigna articuladora y sumando la necesidad una Asamblea Constituyente que reordene el país sobre nuevas bases, ya que lo que se estaba quebrando era el régimen heredado de la dictadura y no sólo un gobierno nefasto. Frente a las direcciones que llamaron a confiar en las instituciones llamamos a fortalecer la autoorganización y el debate democrático desde las bases, sosteniendo la movilización y huelga general como única garantía de victoria, articulada desde abajo hacia arriba y rechazando el pacto a espaldas del pueblo. Finalmente, indicamos también que este proceso tiene una tarea que se ha expresado por la negativa, pero cuya concreción permitiría un salto de calidad: la conquista de un gobierno de quienes nunca hemos gobernado, las y los trabajadores junto a secto-

res populares, para que ese hastío contra las fuerzas de la burguesía avance a una salida revolucionaria. Es por todas estas razones que nuestro accionar político y organizativo estuvo y está atravesado por la tarea de construir una fuerte corriente revolucionaria, nacida desde el proceso, y por eso y para eso coordinamos acciones, recorrimos asambleas y nos movilizamos, proponiendo a la juventud, a las y los trabajadores, las mujeres y el pueblo de Chile a que juntos hagamos realidad ese desafío. Si como escribió hace un siglo Trotsky, “el rasgo característico más indiscutible de las revoluciones es la intervención directa de las masas en los acontecimientos históricos”, entonces poner en pie una alternativa política de las masas insurrectas es la tarea fundamental de la revolución que estamos viviendo y a ella nos abocamos con todas nuestras fuerzas. 1. Categoría marxista para describir un proceso insurreccional, de contenido anticapitalista, pero sin dirección revolucionaria, como el que ocurre en Chile. 2. Jóvenes.

jubiladxs que cotizaron de 30 a 35 años, el 50% recibió una pensión menor a 296.332 pesos (USD 400): menos que el salario mínimo2. El aumento del pasaje de metro que desató la rebelión implicaba que un trabajador gastara cerca del 10% de su salario mensual sólo para ir y volver de su trabajo. “Este modelo, elogiado por todo el capitalismo y los partidos de derecha por años, destruyó desde el inicio toda probabilidad de industrialización del país, que hoy no produce prácticamente nada, a excepción de materias primas y productos agrícolas, vino y la pesca industrial del salmón en el sur en manos de las multinacionales”3. Este es el modelo que se acaba de estrellar contra la movilización popular que ya venía expresándose “sector por sector” con los reclamos estudiantiles, la marea feminista, la lucha contra las AFP o las enormes huelgas de portuarios y profesores. Ese momento ya pasó: el enemigo ha sido identificado por los trabajadores y el pueblo, y están dispuestos a todo para derrotarlo y abrir el camino a un nuevo Chile.

privatizadora: un proceso de consolidación del modelo cuyo correlato fue la impunidad absoluta. La brutalidad del pacto se dimensiona con el propio dictador siendo jefe de las FF.AA. hasta 1998 y luego senador vitalicio. El resultado de este proceso es la constitución de uno de los países más desiguales de la región y el mundo, donde un 1% de la población concentra el 33% de las riquezas, el sueldo mínimo es de 301 mil pesos (USD 423) mientras que, según el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, la mitad de los trabajadores recibe un sueldo igual o inferior a 400 mil pesos (USD 562) al mes. El precio promedio de los medicamentos originales (no genéricos) es de USD 28.5, el más alto de la región según el estudio de una consultora estadounidense1, estudiar una carrera universitaria cuesta unos USD 25.000 y el acceso a la salud unos USD 50 por las consultas más simples. En el caso de las pensiones a lxs trabajadorxs 19

1. IMS Health, en BBC Mundo, Noticias de América Latina, 29/10/19. 2. En la web theclinic.cl, 30/07/19. Según un estudio de la fundación SOL, el 50% de los nuevos jubilados recibió una pensión autofinanciada inferior a los 48 mil pesos. 3. “El derrumbe del modelo chileno”, en Alternativa Socialista N° 747 (Argentina).

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revolución revolución permanente permanente


américa latina

Nueva etapa en Chile

La necesidad de una

nueva izquierda anticapitalista mariano rosa

El proceso político en el país se encamina a un nuevo momento. El enorme activismo que militó el proceso de revolución y sus perspectivas. Sobre qué bases construir un nuevo proyecto en la izquierda de Chile. El pacto firmado o avalado por toda la oposición parlamentaria y la derecha gobernante traslada las contradicciones al plano electoral. El rol de la izquierda parlamentaria: una ratificación histórica de su ubicación. Las revoluciones ponen a prueba las políticas. revolución permanente

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En 1970-73 en Chile, el PS y el PC fueron bomberos de los cordones industriales y la autoorganización popular de las Juntas de Abastecimiento, opusieron el Parlamento y la conciliación con la burguesía a la autodeterminación independiente de las masas El MIR, desde la ultra, tampoco contribuyó: a los genuinos organismos de la clase obrera le alternativizaron sus artificiales “comandos comunales”, diluyendo a los trabajadores en “lo popular” y al servicio de su propia acumulación aparatista. En la transición del ’90, el PS y el PC otra vez activaron un acuerdo global con la burguesía y el pinochetismo para garantizar la im-


punidad del fascismo y sostener el capitalismo neoliberal. Así se llegó hasta acá. Ahora en 2019, ante una impresionante acción de masas que cuestiona todo, que levanta Fuera Piñera y Asamblea Constituyente como forma de cambiar las bases del Chile capitalista, esta vez es el Frente Amplio y de nuevo el PC los que le salvan la vida al régimen político y la burguesía chilena. Pero hay una gigantesca reserva por la base del proceso: en la juventud seguro, en el movimiento feminista, en los pobladores, y también en la clase trabajadora. Todas las aspiraciones que movilizaron a ese bloque social van a ser defraudadas por un proceso limitado de reformas en tándem con la derecha y el ejército. Nuestro pronóstico es que en Chile hay que prepararse para más lucha de clases, procesos de ruptura política y crisis. De hecho, a pocas horas de firmado el acuerdo “por la paz”, el FA se está rompiendo y en la base juvenil del PC hay debates. Crujen los aparatos reformistas y burocráticos, porque Chile cambió y entra en una historia nueva.

fondos de las administradoras, sujetos a expropiación sin indemnización. • Educación pública, gratuita, universal y de calidad. Esta garantía supone condonar deudas y expropiar a bancos mercantilizadores de la educación, y suprimir todo subsidio estatal al negocio capitalista de la enseñanza privada. • Terminar con la precarización laboral, repartir las horas de trabajo para asegurar el pleno empleo y reducir la jornada a 6 hs. Con salario igual al costo real de vida, indexable según la inflación real. Para asegurar estos derechos hay que abolir la rentabilidad capitalista, la apropiación parasitaria del esfuerzo obrero. • La agenda integral del movimiento feminista: aborto legal, ley en violencia de género y presupuesto, Educación Sexual Integral con perspectiva de género. Es decir, erradicar todos los privilegios económicos y políticos del lobby clerical-patriarcal. • Juicio y castigo a los asesinos de ayer y de hoy. Desmantelar todo el aparato pinochetista de represión y espionaje. Esto supone crear una verdadera comisión investigadora independiente, con las organizaciones de familiares, de DD.HH. y personalidades independientes del viejo régimen, que abran los archivos de la dictadura y contribuyan a terminar con toda la impunidad.

Romper con la democracia “carabinera” y el capitalismo neoliberal Más allá de los pactos por arriba, la vitalidad del proceso de lucha y las demandas que lo provocaron siguen ahí, intactos. Nuestra hipótesis es que el acuerdo firmado por todos los partidos tradicionales, que incluye a la derecha pinochetista, va a impedir los cambios requeridos para dar respuesta a las banderas sociales que activaron la revolución:

• Por otro modelo de desarrollo económico, independiente de corporaciones, saqueo y despojo, sin forestales ni megaminería, compatible con la naturaleza. Esto implica un cambio de raíz: expropiar a los grandes capitales y planificar la producción con la intervención de la clase trabajadora.

• No más AFP, y sustituirlas por un sistema solidario de reparto. Implica declarar de utilidad pública los

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revolución permanente


• Por el derecho a la autodeterminación de los pueblos originarios. Desmilitarizar sus territorios y reconocer sus reclamos históricos. Esto implica un Chile plurinacional, y expropiar a forestales y terratenientes. • Desmantelar la democracia “carabinera”, de privilegios y represión. Abolir el Senado: sistema unicameral, con cargos electivos, revocables y con salarios equivalentes al de un trabajador calificado. Obligatoriedad de usar lo público de parte de todos los cargos de representación electos. • Anular todos los TLC y demás pactos de sometimiento al imperialismo. Por una política internacionalista de cooperación solidaria con los pueblos de la región y el mundo. Como se ve, el conjunto de reclamos que levantó

la revolución en Chile tiene respuesta, tiene salida. Sin embargo, sí o sí implica confrontación anticapitalista y una transición hacia otra economía, socialista, y otro modelo político: una democracia real de la clase obrera y el pueblo.

Ni capitalismo con rostro humano ni “radicalizar la democracia”: otro sistema, otra fuerza política La dinámica que explicamos antes, entre los reclamos del movimiento de lucha y las medidas para darles respuesta, plantean una necesaria conclusión: no hay ningún margen posible en esta etapa del capitalismo -ni en Chile ni en ningún

Los debates que plantea la revolución

Fuera Piñera, Asamblea Constituyente y gobierno de los trabajadores MAura gálvez, dirigente del movimiento anticapitalista

La dinámica de la revolución sacude los pilares del régimen establecido y pone al alcance de las manos de las masas nuevas formas de organización política que hasta hace poco no salían de los círculos de la vanguardia más politizada. Exponemos aquí algunos debates sobre las consignas fundamentales del proceso chileno y la política de los revolucionarios.

Derechas fuertes o polarización y crisis Hace pocos meses, nuestra corriente, la LIS, definía: “La situación internacional está atravesada por la crisis del sistema capitalista imperialista. Se visualiza su decadencia tanto en los países centrales como en los periféricos. En la mayoría de ellos se viven fuertes polarizaciones sociales, con fenómenos políticos a derecha y a izquierda, con una dura contraofensiva económica imperialista que ataca las condiciones de vida de cientos de millones en todos los continentes, y una importante respuesta de luchas obreras, populares, de las mujeres y la juventud, que con lógicas desigualdades recorren el mundo”1. En cambio, otras corrientes que se reivindican trotskistas ponían el eje en el fortalecimiento de las fuerzas de derecha, en un análisis superestructural y poco marxista sobre la globalidad de la lucha de clases a nivel internacional. Por caso, el revolución permanente

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Secretariado Unificado de la IV Internacional (SU) profundizó su camino de asimilación a las variantes reformistas, sosteniendo incluso que en el mundo cambió la época histórica y por lo tanto hay que adaptar las construcciones políticas a una época no revolucionaria2. Otras corrientes como la impulsada por el PTR en Chile (PTS de Argentina) o el PO argentino sostenían visiones similares, guiadas por el escepticismo y otorgando a las fuerzas de la burguesía una potencia que ni ellas mismas se reconocen. La revolución que sacude a Chile y la multiplicidad de procesos que se dan a nivel mundial ponen blanco sobre negro estas interpretaciones.

La izquierda, entre el “no sirve de nada” y la adaptación a los reformistas En ese marco, algunas de las corrientes internacionales del trotskismo que intervienen en Chile han mostrado de nuevo el nivel de crisis política y conceptual que las atraviesa, igual que a otras tendencias que se limitan y adaptan sus posiciones. La LIT por ejemplo explica en un largo artículo que “la Asamblea Constituyente es una trampa y no sirve para nada”3, desoyendo a los cientos de miles que en las calles pelean por imponerla. Peor las corrientes que hacen vida en el 22


lado- para reformas positivas que aseguren derechos duraderos. El capital busca superar su crisis explotando más a la clase obrera y depredando más la naturaleza: es una ley intrínseca. Y lejos de ampliar la democracia, la restringe: ante las masas que defienden sus derechos, para asegurar sus negocios reprime. Por eso el capital más que nunca tiende al despojo, la depredación y el autoritarismo. El pacto consumado en Chile por todas las fuerzas tradicionales se asienta en las falsas ilusiones que sostienen el FA y el PC, que es posible “el capitalismo social, con rostro humano” o bien que hay que “radicalizar la democracia, para luchar mejor contra el neoliberalismo”. Son ideologías justificatorias de una estrategia: ser fuerzas políticas de

izquierda en el marco del capitalismo y sus instituciones. Esa concepción los lleva a conciliar con la derecha, pactar con la burguesía y finalmente traicionar los procesos de movilización como el actual. Por eso las fuerzas más derechistas que operan en defensa del régimen no aceptan de forma “deportiva” el plebiscito más democrático: la fuerza de las calles. Y, por lo tanto, no hay conciliación posible con ellos. Hay que desalojarlos del poder mediante la lucha planificada, de masas, con autodeterminación por la base y coordinación para concentrar la energía en un solo golpe, en respaldo de un programa y una estrategia: un nuevo poder, basado en las organizaciones democráticas de la clase obrera y el pueblo. Para impulsar esta estrategia hace falta un proyecto de izquierda distinto al FA o el PC.

proceso de la Asamblea Popular Constituyente también debe servir para avanzar en la lucha contra el bloque en el poder, la cual se está dando desde las calles y también podría darse desde una Asamblea Plurinacional Constituyente que dé lugar a un nuevo texto constitucional”5. Esta petición de renovar por vía electoral a un nuevo presidente ratifica su separación etapista de la revolución, que es consecuencia de la separación que expresan en la lucha por el poder de las instancias autoorganizadas que surgen del proceso. Es una política de abstención sin disputa, que contribuye al rearme del régimen burgués actual. Como siempre sucede, la revolución expone a la dura prueba de los acontecimientos a quienes se dicen revolucionarios. Algunos más allá de sus trajes rojos demuestran su enorme incapacidad para comprender el momento político actual, no sólo en Chile sino en todo el mundo; otros, eligen el camino de la adaptación reformista. Ambos fenómenos se explican por el profundo escepticismo que recorre a estas corrientes, lo que contrasta con la iniciativa y audacia de la LIS en todo el mundo.

Secretariado Unificado de la IV Internacional, que directamente levantan como referencia al Frente Amplio. Así, el MES de Brasil elogia los del FA como “los pronunciamientos más conectados con la calle”4, cuando la principal actividad de este sector ha sido junto al PC la de intentar institucionalizar el proceso por las vías del régimen heredado de la dictadura y firmando un pacto con el gobierno asesino de Piñera, que lo rescata cuando estaba al borde del abismo. Esta política les está costando un extendido proceso de rupturas de dirigentes y militantes en todo el país, destacando la renuncia de Sharp, el alcalde de Valparaíso. Dentro de las tradiciones políticas de Chile, el MIR mantiene influencia ideológica sobre organizaciones nuevas que reclaman su herencia. Es el caso de Convergencia 2 de Abril, que en una nota donde propone su política revisan la centralidad de la consigna Renuncia Piñera al plantear: “Es mejor exigir la renuncia o aprobar la destitución de un Presidente que perder sus privilegios. No obstante ello, una condición para la aprobación de una Asamblea Constituyente implica la renuncia de Sebastián Piñera, debiendo convocarse a nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias… Este 23

1. Nuestra estrategia para la revolución socialista, documento fundacional de la LIS aprobado en Barcelona en mayo de 2019. 2. “Nueva época, nuevo programa, nuevo partido: este tríptico debía constituir el marco de una reflexión sobre el nuevo período histórico», De la LCR al NPA, 15/12/08, firmada por los principales dirigentes del SU. 3. Asamblea Constituyente: ¿solución o trampa?, en la web litci. org, 1/11/19. 4. Chile: el paraíso neoliberal en llamas, en la web portaldelaizquierda.com, 29/10/19. 5. A tres semanas de la revuelta popular: ¡avanzar a la huelga general!, en la web convergenciamedios.cl, 11/11/19.

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por encima de toda frontera. Esa lucha tiene más vigencia que nunca. Todo el ciclo de los “progresismos” del 2000-2008 en América Latina fue desaprovechar una enorme oportunidad. Hubo condiciones económicas a favor y una gran fuerza social para orientar revolucionariamente, pero se optó por pactar con las corporaciones y sus socios locales.

Internacionalismo del siglo XXI El capital y sus fuerzas políticas operan en el campo internacional con una línea concluyente: dividir, agotar, bloquear. Todo al servicio de evitar un golpe mortal para las fuerzas del capital: la unidad de la clase trabajadora y sus luchas, con estrategia anticapitalista y socialista,

Ex Nueva Mayoría (PC-PS) y Frente Amplio

Los defensores de la institucionalidad capitalista La revolución que estamos llevando adelante la juventud, las y los trabajadores y el pueblo de nuestro país no se detiene y ha logrado poner en jaque 30 años del régimen heredado de la sangrienta dictadura. Millones en las calles, asambleas, enfrentamiento a la represión y una gran claridad en los reclamos: Fuera Piñera y Asamblea Constituyente para terminar con el régimen. Pero no todas las fuerzas que intervienen en el proceso buscan desarrollarlo y fortalecer los mecanismos de participación directa y movilización. Algunas fuerzas, coherentes con su historia, buscan desde el primer día desviar la iniciativa política a las caducas instituciones. Otras, surgidas como lo nuevo, repiten el libreto de las anteriores, desoyendo la voz de las mayorías y conformes con su papel de “representantes” buscan a toda costa cerrar la crisis abierta en un acuerdo de cúpulas “gestionando” la voz de las calles desde sus bancas. Frente a viejos y nuevos reformistas, desde la izquierda revolucionaria defendemos la iniciativa de las masas trabajadoras que han decidido terminar con este régimen de miseria, represión y entrega y lanzarse a la pelea por un país para el 99%.

El PC no sorprende El Partido Comunista de Chile tiene de comunista lo que Piñera de sensible. Fue uno de los aparatos que garantizó la transición pinochetista que dio origen al actual régimen político, integrando gobiernos revolución permanente

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capitalistas como el de la ex Nueva Mayoría se dedicó a gestionar el Estado desde el punto de vista de la burguesía, sosteniendo la entrega de todo lo público a las corporaciones. En el actual proceso de movilizaciones, desde los gremios y espacios que conduce y también desde sus dirigentes políticos su principal orientación es desmontar la movilización para llevarla al terreno de las instituciones. Primero evitó llamar a la huelga general el lunes 21-O, diciendo que “no están dadas las condiciones”. Luego convocó a la huelga el miércoles y jueves para retomar la iniciativa ante el desborde popular en las calles. Nunca se alejaron del Parlamento y, luego de presentar una demanda constitucional contra Piñera por la represión, al final la dejaron de lado, para lanzar, en el momento de mayor movilización social y con asambleas surgiendo por todo el país, un llamado a plebiscitar la reforma constitucional el 15 de diciembre1.

El Frente Amplio: progresismo light en tiempos de revolución Como parte del descontento de años con los partidos del régimen, el Frente Amplio surgió en nuestro país prometiendo “una nueva política”. Apoyándose en las luchas estudiantiles de 2011 y en el comienzo de la agitación social de estos últimos años, una serie de partidos y grupos diversos, sobre todo surgidos del movimiento estudiantil y algún 24


La polarización social y política actual, el debilitamiento del imperialismo yanqui y las relaciones de fuerza que corroboran la vitalidad de las masas en todo el mundo plantean un nuevo ciclo de oportunidad para cortar el eslabón de la cadena de saqueo y despojo. La clave es un movimiento simultáneo para luchar por construir fuerza política con peso de masas y lograr tomar el poder en un país. Y a la vez, contar con una organización internacional dinámica que colabore en armazón político, en solidaridad militante, en apoyo efectivo y humano, para que el triunfo revolucionario se consume en algún país y lejos de encerrarse planificar una decidida orientación de “contagio” a la región y el mundo.

La Liga Internacional Socialista, que integra fuerzas revolucionarias de cuatro continentes, se construye en el proceso vivo de la lucha de clases a través de sus partidos, organizaciones y grupos nacionales. Contribuye, aconseja, orienta y apoya con campañas militantes la actividad de cada organización nacional, en un democrático y enriquecedor ida y vuelta. En Chile, ese trabajo en equipo de la LIS con el Movimiento Anticapitalista, a través de su partido argentino, el MST, es una prueba de la vigencia y la necesidad imperiosa del internacionalismo militante. El proyecto de una nueva izquierda en Chile tiene que incluir un activo internacionalismo en la formación de sus cuadros, militantes e influenciar con esa concepción a lo mejor de la vanguardia.

para cerrar el proceso. En igual sentido, Giorgio Jackson, uno de los líderes del FA, entiende que “la acusación del Presidente es algo que permite que, al menos, entiendan que tienen que medirse y controlarse”. Es decir, en el momento más álgido de la movilización, con el reclamo mayoritario de que se vaya Piñera, el FA entiende que a lo sumo debe “medirse y controlarse” al gobierno como si no bastara el cúmulo de violaciones a los derechos humanos. La intención de “dialogar” se concretó rápidamente en un pacto para salvar a Piñera de la caída cuando estaba en su peor momento político, justo cuando la huelga general lo había arrinconado y obligado a aceptar la necesidad de cambiar la Constitución. En ese momento el FA firmó la rendición ante la promesa de un proceso que recién comenzaría los primeros meses del próximo año! Una verdadera estafa a la voluntad de lucha masiva expresada en las calles y además una bomba interna, ni siquiera consultada con la propia militancia de esa fuerza. Una muestra contundente de que los proyectos reformistas y electoralistas tienen límites muy concretos que no están dispuestos a superar. Llamamos a todas y todos los honestos militantes de estos espacios a romper con ese proyecto que demostró ser profundamente conservador y antidemocrático, para construir una verdadera fuerza de izquierda y revolucionaria en nuestro país.

espacio escindido del PC, pusieron en pie un acuerdo electoral que sirvió de canal de expresión para un sector del movimiento de masas. Pero rápidamente el FA hizo de la institucionalidad burguesa su hogar, rechazando incorporar a sectores de izquierda radical y la movilización como método de acción política. Por ejemplo, en el Parlamento votó los proimperialistas Tratados de Libre Comercio propuestos por el gobierno de Piñera. Ante el inicio de la insurrección, el FA y el PC salieron a pronunciarse contra la “violencia”, señalando que “con saqueos, con incendios no se cambia Chile”2 cuando justamente han sido los métodos de lucha callejeros y la movilización masiva los que abrieron el camino. Para reacomodarse, impulsaron desde Unidad Social la huelga general del 23 y 24 de octubre, pero intentando desmovilizar el segundo día y priorizando la acción parlamentaria para sacar leyes-parche que aquieten la situación. En medio de la represión y mientras salían a la luz cientos de casos de violaciones, desapariciones, torturas y miles de detenciones, propusieron el “diálogo” al nuevo ministro Blumel3, avalando de hecho la farsa de recambio ministerial que Piñera intentó 25

1. En la web eldinamo.cl, 5/11/19. 2. Frente Amplio y PC refuerzan condena a la violencia, pero critican al Ejecutivo, en la web latercera.com/política, 29/10/19. 3. Frente Amplio llama a Blumel a conversar y adelantan propuesta de plebiscito ‘que permita a la ciudadanía decidir los caminos’, en la web eldesconcierto.cl, 29/10/19.

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nan cómo seguir. A ellos y ellas, nuestro planteo: construyamos juntos una nueva herramienta tomando como punto de partida para discutir las causas y planteos que desarrollamos más arriba. Pero abiertos de nuestra parte al choque de ideas, al intercambio, a sintetizar posiciones para avanzar. Sin burocracia ni personalismos, apostando al libre debate de ideas. Lo mismo en relación a la joven militancia crítica que conocimos en la base del PC. Que no comparten la orientación de esa dirección que al final termina siempre claudicando. Lo mismo: construyamos juntos una nueva referencia. Y por supuesto, a todos los grupos y fuerzas que reivindiquen las mismas banderas en la izquierda. Por nuestra parte, con pasión, con mucho optimismo renovado en nuestra clase, en la juventud, en nuestro pueblo, y en las ideas de un socialismo con democracia real que garantice derechos y emancipación, nos proponemos seguir construyendo. Vamos por otra historia para nuestro Chile. El de la clase obrera. El de la juventud irreverente. El del movimiento feminista. El de los pobladores en lucha. Vamos por todo. Que el cielo se toma sin pedir permiso. Para un gobierno de quienes nunca gobernamos: la clase trabajadora y el pueblo.

Una tarea de muchos y muchas: dar vuelta todo La actividad de estas semanas ha sido intensa, vertiginosa. Nuestro grupo el Movimiento Anticapitalista, joven, se fogueó en las calles, en asambleas, cabildos y en las potentes huelgas generales que acorralaron al régimen. Conocimos muchos desatacados luchadores y luchadoras. Coincidimos en temas cruciales. Ahora, junto con seguir el proceso de pelea, en otra etapa del país, les queremos plantear francamente la necesidad de hacer una nueva fuerza revolucionaria, feminista, anticapitalista, ecosocialista e internacionalista. Nos dirigimos en especial a las y los cientos y cientos que no aceptan el pacto por arriba de los responsables de los “30 años” y sus nuevos socios. A las y los cientos de activistas que simpatizaron con el Frente Amplio, y la revolución terminó de poner blanco sobre negro que no es más que una nueva frustración parlamentaria, sin más aspiración de sus dirigentes que ocupar una banca y codearse con la representación de la vieja política. No queremos renovar el régimen: luchamos por desmantelarlo. Sabemos que mucho activismo honesto, de izquierda y con aspiraciones revolucionarias, confiaron en el FA y ahora se cuestiorevolución permanente

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Golpe y masiva resistencia en Bolivia Gustavo Giménez

El golpe desató una gran resistencia contra el ilegítimo gobierno de Jeanine Áñez, agente de la gran burguesía y el imperialismo. Al revés de lo que plantean Evo y el MAS, la salida no es pactar con los golpistas sino derrotarlos.

un saldo de nueve muertos por balas de plomo y decenas de heridos. Una gran indignación recorre a esta ciudad, vanguardia de la lucha contra el golpe, y a todos quienes han salido a enfrentarlo. Entretanto se realizan cabildos populares, entre ellos uno multitudinario en El Alto que decide movilizarse contra la represión y otro en Sacaba, en Cochabamba, que empieza a debatir el armamento y otras medidas de autodefensa. El jueves 21 una multitudinaria movilización de pobladores de El Alto, que desfilaba por las calles de La Paz portando cinco féretros de los asesinados

Un nuevo enfrentamiento en la destilería Senkata de El Alto entre las fuerzas represivas y los habitantes que la tenían tomada para impedir la distribución del combustible que va a La Paz dejó, el 19N, 27

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Nos dice un joven dirigente minero de Huanuni

“A los golpistas les decimos: ¡morir antes que esclavos vivir!” Huanuni es una ciudad del departamento de Oruro, en el altiplano boliviano, a 4.000 metros sobre el nivel del mar y “capital nacional del estaño”. Es una típica población obrera, con una industria de enclave como es la minería tradicional. Con una extensa tradición de lucha contra dictaduras y gobiernos privatistas, el pueblo entero logró hace pocos años la estatización del yacimiento fundamental, sobre el cerro Posokoni. Hoy resiste la arremetida golpista: su población se moviliza, bloquea rutas y se organiza contra las amenazas derechistas. Hablamos con uno de los jóvenes dirigentes del Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de Huanuni. Por razones de seguridad, lo mencionamos con siglas. Esto nos decía el viernes 22N. ¿Cuál es la situación de la zona de Huanuni a partir del golpe? W.P.V.: En primer lugar, un saludo cordial y revolucionario a todos los compañeros del MST, al tiempo de agradecer infinitamente la ayuda que nos brindan. En primera instancia, compañero, contarte que Huanuni como centro minero siempre se caracterizó por ser un sector de lucha constante por las reivindicaciones de nuestro pueblo boliviano. En el pasado se libraron batallas históricas contra gobiernos de facto y de derecha que sembraron dolor, luto, genocidio y persecución a nuestros antiguos líderes sindicales. También se creó aquí el primer sindicato a nivel nacional: el Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de Huanuni y

también la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia. En Huanuni, desde que se produjo el golpe de Estado en Bolivia, se vive la amenaza constante de una posible toma del cerro Posokoni, principal yacimiento de estaño, por parte de cooperativas mineras del departamento de Potosí afines al Comité Cívico de esa ciudad y del gobierno golpista. Esta amenaza es la principal causa de que Huanuni no esté en la lucha en la ciudad de La Paz, ya que al salir del distrito se daría la invasión y toma de nuestro yacimiento de estaño. Por otra parte, se sufre el total desabastecimiento de productos de la canasta alimentaria. Nosotros ya vivimos en los gobiernos de facto el hambre y la pobreza, pero nuestros hijos no y es por eso que no dejamos ni dejaremos de luchar por el futuro de nuestros hijos. No queremos que la bota militar arremeta nuevamente a nuestras puertas, ni que nos acallen metiéndonos bala frente a nuestras familias. En el pasado, los gobiernos fascistas capitalistas sometieron o quisieron someter a la clase obrera minera a base de genocidio y persecución. Hoy nosotros les decimos: ¡morir antes que esclavos vivir! ¿Cómo se preparan para resistir al gobierno golpista? Aunque la amenaza de invasión es latente, sabemos que en algún momento vamos a salir a las calles, aunque que este gobierno golpista sacó una ley que exime a los militares y policías de toda culpa en sus operativos de genocidio. En una asamblea general

en Senkata, fue reprimida con violencia. Se producen nuevos choques, como el del basurero de K’ara K’ara, que terminó con 24 militares con fracturas y politraumatismos por pedradas y ocho de ellos retenidos por los pobladores durante tres horas. La cuerda se tensa y acelera los tiempos. El gobierno acordó con el MAS (Movimiento Al Socialismo), el partido de Evo, que tiene mayoría en ambas cámaras, una ley para llamar a nuevas elecciones en 120 días. Áñez la promulgó el domingo 24. Esa ley revolución permanente

invalida la elección del 20 de octubre y prohíbe que se presenten Evo y Álvaro García Linera1. Es una grave traición a la heroica lucha antigolpista del pueblo boliviano.

Un golpe proimperialista La masacre de Cochabamba perpetrada el 15 de noviembre por la policía y el ejército contra miles de campesinos procedentes de la zona del Chapare que 28


de todos los trabajadores mineros de Huanuni se determinó por gran mayoría la inmediata convocatoria e instalación de un ampliado a nivel nacional de nuestros entes matrices -la COB, Central Obrera Boliviana- para definir la fecha de los congresos para renovar a las cabezas y sacar nuevos dirigentes que nos representen y para que hagan frente al golpe con la unidad de todos los trabajadores de Bolivia. También estamos exigiendo al gobierno golpista que detenga el genocidio y la renuncia de la auto-nombrada presidenta Áñez y terminar con la persecución política. Hay detenidos y encarcelados con denuncias ridículas, pero ellos no saben qué líderes políticos y sindicales abundan en nuestras filas y que para pararnos tendrían que encarcelarnos a un 90% de nosotros. Llamamos a un cabildo nacional con sede en algún lugar de nuestro país de todas las organizaciones descontentas con el gobierno golpista. “Todos” para elegir representantes para nuevas elecciones nacionales y hacer frente con una salida democrática derrotando al golpe. Sin unidad será difícil. ¿Podrías confirmar que no sólo los mineros sino también la población de Huanuni comenzaron un bloqueo en Machacamarca, en la ruta a Oruro? La población de Huanuni, los comuneros de los ayllus, sector campesino de nuestra provincia, transporte, alcaldía y gremiales se encuentran bloqueando el cruce Machacamarquita, ruta a Oruro y que conecta también al departamento de Potosí y Sucre toda la ciudad de Huanuni. Exigiendo la

iban hacia La Paz, con un saldo de nueve muertos, decenas de heridos y unos cien detenidos, y la reciente masacre en el desalojo a Senkata, dejan atrás toda discusión sobre la naturaleza del actual gobierno boliviano y la actitud de su aparato represivo. Hay que ser un felpudo total de Trump y la oligarquía boliviana, como Macri o el secretario general de la OEA Luis Almagro, para seguir sosteniendo el eufemismo de que en Bolivia no hay un golpe sino una “crisis institucional”. Lamentablemente sectores populares y

pacificación del país y la salida de la genocida Áñez. También el repudio a los medios de comunicación que mienten a diestra y siniestra y confabulan en contra del pueblo boliviano. La lucha es por la defensa de nuestros derechos fundamentales, derecho a la vida en primer lugar, y el respeto a la soberanía de nuestro país. No permitiremos el saqueo de nuestros recursos naturales por parte de las transnacionales. El pueblo de Bolivia está cansado de la arremetida en contra de nuestro país, y en su gran mayoría no está con un color político sino por conciencia de clase. ¿Qué opinas sobre la perspectiva de luchar por un gobierno realmente obrero y popular en tu país? El pueblo boliviano siempre luchó en defensa de sus derechos. A diferencia de otros países, fuimos golpeados por el sometimiento de la conquista española y gobiernos de facto y capitalistas. El abuso y el genocidio nos han enseñado que nuestra libertad es nuestro tesoro más preciado y que vale la pena ofrendar nuestras vidas para conservarlo y defenderlo para que nuestras futuras generaciones vivan en un país libre. El gobierno obrero y popular ha sido el mayor anhelo que tenemos como clase en nuestro país. Estoy convencido que con la unidad granítica de los trabajadores de Bolivia se conseguirá esta meta que tenemos los obreros de nuestro país. ¿Qué importancia crees que tiene la solidaridad internacional con la lucha de la clase obrera y el pueblo de Bolivia? La solidaridad internacional es muy valiosa para nosotros. Nuestro pueblo la necesita y que el mundo sepa que Bolivia está en pie de lucha y que no se rinde fácilmente. Necesitamos multiplicar todo lo que podamos la lucha que están dando la clase obrera y el pueblo pobre de mi país por todos los derechos fundamentales. Y decirles que es un honor para este humilde minero contar con el apoyo del MST y la Liga Internacional Socialista. ¡Hasta la victoria final, compañeros!

de la izquierda boliviana que enfrentaban las medidas de ajuste de Evo fueron parte al principio de esta confusión. En estos días, los campesinos y trabajadores bolivianos protagonizan de a miles una heroica y desigual batalla contra fuerzas represivas armadas hasta los dientes, que hasta ahora y pese a los 30 muertos, centenares de heridos y varios miles de detenidos en las protestas, no han podido quebrar su lucha. Están dando duras peleas sin una dirección, dada la defec29

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ción de la dirigencia del MAS. Entre quienes hoy se enfrentan al golpe hay sectores que responden a la corriente de Evo y muchos otros que han roto políticamente con esa conducción. El gobierno de la senadora derechista Áñez, quien el 11N asumió la presidencia del país en una Asamblea Legislativa casi vacía y sin el quórum necesario, y a quien la banda presidencial le fue colocada por un militar, intentó contener las protestas con la policía. Asumió rodeada de personajes de ultraderecha, con un discurso racista hacia los indígenas (que son el 60% de la población), aplicó medidas reaccionarias como la persecución al periodismo extranjero y se alineó de inmediato con la política internacional de Trump expulsando a 200 médicos cubanos y a la delegación diplomática de Venezuela. Como no le alcanzó la policía para frenar a las bases alteñas movilizadas, recurrió al ejército para detener a toda costa la resistencia popular. Mientras negocia con el MAS una salida política a la encerrona en que está metida, Áñez ordenó a las FF.AA. descargar su arsenal letal. Antes de dictar su decreto que exime a militares y policías de toda responsabilidad penal por la represión, éstos ya habían cometido la masacre de Sacaba, como luego la de Senkata. Necesitan detener el levantamiento popular para retomar el control y a la vez acordar alguna salida “institucional” con el MAS, sin cuya participación toda elección presidencial estaría viciada de nulidad. Morales, que renunció y se exilió ante la “sugerencia” militar de abandonar el poder, sin llamar a resistir el golpe, con la excusa de evitar mayores persecuciones revolución permanente

contra sus partidarios y el derramamiento de sangre del pueblo, ahora, envalentonado por la enorme resistencia que con El Alto a la vanguardia hoy recorre Bolivia, habla de su posible retorno para “pacificar” el país y llama al pueblo a cesar la confrontación antigolpista. Se realizan negociaciones entre los partidarios de Áñez y los de Evo, más allá de sus declaraciones públicas y los tironeos que les dificultan cerrar un acuerdo. Luego de un primer momento en que la policía les vedó el acceso al Parlamento, los legisladores del MAS lograron ingresar y elegir entre sí nuevas autoridades de ambas cámaras en las que tienen mayoría y quórum propio. Coinciden con Áñez en la necesidad de desmontar la crisis y la resistencia al golpe por la vía de llamar a nuevas elecciones. Los parlamentarios de Evo llamaron primero a una Asamblea Legislativa para el 19N, pero luego la levantaron, ya que, aunque el líder del MAS anunció que no sería candidato, el actual gobierno declara que no lo dejaría volver al país. Las diferencias existen también dentro del MAS, donde algunos sectores prefieren acordar, aun sin Evo, con el gobierno de facto. Es que el telón de fondo del pacto en danza está signado por el endurecimiento de los enfrentamientos y la profundidad de la crisis política. En este marco Áñez amenaza con llamar a elecciones por decreto, mientras la Iglesia Católica y el representante de la Unión Europea intentan, con la bendición de Evo y Áñez, mediar para lograr un acuerdo. Finalmente se concretó el pacto del MAS con los golpistas. Una nueva y grave traición contra 30


quienes arriesgan su vida en las calles contra la dictadura. Frente a la represión, los asesinatos, la ocupación ilegítima del poder por la oposición derechista, la única pacificación posible es la derrota del golpe. O sea, desalojar del gobierno a Áñez y sus secuaces, destituir y encarcelar a todos los responsables de la policía y las FF.AA. que dieron este golpe y de todos los responsables políticos y materiales de las violaciones a los derechos humanos, empezando por Áñez, Camacho, Mesa y todos sus cómplices, junto a iniciar medidas económicas en beneficio de las mayorías. Esta maniobra, al estilo del pacto chileno entre Piñera y la “oposición”, para encajonar y traicionar la movilización en una salida acordada que les permita a Áñez y los militares retener el poder y ser los árbitros de una salida electoral sin Evo candidato, consagrando la impunidad a las violaciones a los derechos humanos y democráticos, va contra la lucha que decenas y cientos de miles están librando. Si se consolida e impone, inaugurará un régimen político surgido de un ataque brutal a las libertades del pueblo boliviano, que intentará arrebatarle sus conquistas e imponer el duro ajuste capitalista contra el que se rebelan muchos pueblos del planeta.

debilitaría cada vez más a Áñez y ponía en peligro la continuidad del golpe. Ese cuadro es el que acelera las negociaciones entre el gobierno de facto y la dirigencia del MAS para evitar que el crecimiento de la resistencia al golpe se fuera totalmente de control. Necesitaban ponerle un freno. Por eso el pacto de los masistas con el golpe es una enorme traición a la lucha del pueblo boliviano. La dirección de la Central Obrera Boliviana (COB), que pidió la renuncia de Morales antes que las FF.AA., es parte de esta traición. Primero exigía a Áñez que normalizara “la situación institucional”: una política funcional al plan de nuevas elecciones con la presidenta golpista en el poder. Ahora avala el lanzamiento de nuevas elecciones con los golpistas en el poder y es parte de una mesa de negociación con ellos, junto a dirigentes del MAS y otros sectores. Contra esa dirección burocrática se empiezan a organizar sectores obreros que quieren que la central resista el golpe.

¿Por qué Evo perdió el poder? Cabe preguntarse por qué después de casi tres mandatos Evo pierde el poder y renuncia sin resistir. Evo y García Linera ganaron la elección en 2006 luego del levantamiento popular que obligó a renunciar al ex presidente liberal Sánchez de Lozada primero y a su vice Carlos Mesa después. Fue el resultado de un colosal triunfo del pueblo boliviano en la llamada “guerra del gas”, por la que se evitó la entrega a precio vil del gas nacional al extranjero, sobre todo a Chile. Luego Evo lanzaría una medida parcial, pero progresiva: la nacionalización de las reservas petroleras y gasíferas. Evo Morales, el primer presidente indígena en una nación cuya mayoría son los pueblos originarios, a poco de asumir en 2006 traicionó las banderas principales de los levantamientos populares de 2000 y 2003. Aprovechó el alza de las materias primas en el mercado internacional, pactó con la burguesía y la oligarquía bolivianas una nueva Constitución Política del Estado, cambiando más de 100 artículos que habían sido sancionados por la Asamblea Constituyente e hizo algunas concesiones al nivel de vida de la población, todo sin tocar la base capitalista semicolonial del país. Impuso un modelo de acumulación extractivista que permitió crecer a la economía boliviana a tasas del 4% anual. Pero como hemos visto en los modelos

La resistencia al golpe En el sentido opuesto a lo que plantea Evo, un importante cabildo reunido en El Alto en representación de los 14 distritos de la ciudad y las 20 provincias, había resuelto el 17N radicalizar la protesta con un bloqueo a nivel nacional, en especial sobre La Paz, como parte de un paro por tiempo indefinido hasta que se vaya Áñez. Pese a las masacres en Cochabamba y El Alto, la resistencia no se detiene. Al heroico pueblo alteño y sus marchas en la Paz se le sumaron los campesinos y el pueblo pobre de Cochabamba y luego el de Potosí. Nuevas movilizaciones masivas ocuparon La Paz el 18N y la resistencia seguía creciendo cuando el gobierno contragolpeó el 19 en Senkata. El curso de los hechos, la dureza que adquiere el enfrentamiento, las declaraciones racistas de Áñez buscando consolidar su base social entre los sectores más reaccionarios, ampliaban la base de sustentación de quienes luchan contra el golpe. En la medida el gobierno de Áñez no podía derrotar la resistencia, era posible que se sumaran a la misma sectores que al inicio pudieron estar confundidos ya que se oponían a medidas antipopulares de Evo. Esto 31

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neoliberales, el alza de la economía puede producir algunas mejoras inmediatas en las condiciones de vida de las masas, pero profundiza enormemente la desigualdad social y no resuelve los problemas estructurales de la decadencia capitalista. Cuando la coyuntura mundial se torna desfavorable para las exportaciones locales y eso pega sobre el nivel de vida de los pueblos, suelen estallar con fuerza las contradicciones acumuladas. Para empujar el desarrollo de la Bolivia capitalista, al pactar con la oligarquía y las multinacionales, Evo chocó con sectores que eran su base de apoyo. Y para avanzar, divide y enfrenta al movimiento indígena: hay más de 200 procesados por enfrentar las políticas de su gobierno. Evo coopta a un sector de dirigentes, pero se enfrenta a los campesinos que habitan el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS) en 2011, por la construcción de una ruta como parte del plan de IRSA para unir los mercados de Brasil y China, y que ocasiona un desastre ambiental. Reprime a esos indígenas y rompe con ellos. Además, para ampliar la “frontera agrícola” y dedicarla a la producción de soja y carne para exportar, facilita el desmonte del bosque nativo desconociendo los intereses y derechos de los pueblos que habitan allí, causando el desastre en el Amazonas boliviano a partir de su permiso para la “quema controlada”. Se pelea con las Juntas Vecinales de Potosí, dada la entrega de los ricos yacimientos de litio a multinacionales alemanas, con míseras regalías para la región, lo que debió retrotraer por fuertes protestas. Se enfrenta a los maestros, mineros y otros gremios nucleados en la COB que se ubican en oposición a su gobierno para defender sus conquistas laborales.

nes del 20 de octubre precipita la crisis que se venía acumulando. Por primera vez Evo no supera el 50% en una elección general. Cuando se habían escrutado el 84% de los votos, el candidato de la derecha, Carlos Mesa, conseguía un 37,8% frente a 45,7% del MAS: no había los 10 puntos de diferencia necesarios, lo que llevaba a una segunda vuelta. De pronto se interrumpió el conteo y se retomó 15 horas después: contra todos los pronósticos, la diferencia se amplía a 10 puntos...

Estallan las protestas contra las maniobras de Evo La bronca contra lo sucedido provoca el pronunciamiento de la COB y otros sectores, otrora base de sustentación de Evo. La Federación Sindical de los Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) le pide la renuncia. La reacción tiene mucho apoyo entre los sectores medios, con los estudiantes de colegios y universidades a la vanguardia. También autoridades de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), grupos feministas como Mujeres Creando, maestros de La Paz, trabajadores de la universidad UMSA, campesinos cocaleros de Adepcoca y Achacachi, las COB departamentales de Sucre y Potosí, obreros de Cochabamba, mineros de San Cristóbal y Chojlla. Durante tres semanas hay duros choques con la policía y contingentes masistas pro-gobierno, que dejan un saldo de tres muertos y decenas de heridos. Días previos al golpe, la policía se acuartela. Este movimiento, que en sus orígenes tiene un carácter democrático y progresivo contra las maniobras electorales y las políticas del gobierno de Evo, es aprovechado por la derecha por falta de una conducción obrera capaz de llevarlo a fondo contra las políticas de Evo. La dirección de la COB falta a la cita. Ante esta grave crisis política, la derecha con Mesa primero y Fernando Camacho después, nucleando a la oligarquía y los intereses imperialistas, utilizan la debilidad del gobierno de Evo para lanzarse a gestar el golpe de Estado. Camacho, presidente de la Junta Vecinal de Santa Cruz, es un personaje de ultraderecha poderosísimo, de una de las familias más ricas de Bolivia, con grandes negocios en el área de los combustibles. Este hombre, que llevó la biblia al Palacio del Quemado y alentó la quema de la wiphala, llamó a la policía y al ejército a desalojar a Evo del poder. La OEA, a la que Morales le solicitó auditar el recuento de votos, el 10N saca una resolución provisoria en la que habla de “graves irregularida-

La re-reelección y las denuncias de fraude Luego de su tercer mandato, forzando una interpretación arbitraria de la reforma constitucional que le habilitaba dos (contó sólo los períodos post reforma ignorando su primer mandato), intenta una nueva reforma que lo habilite a presentarse una cuarta vez. Para eso llama a un plebiscito en febrero de 2016, que pierde por más del 51% de la votación. Aunque dijo aceptar el resultado, luego logró un dictamen favorable del Tribunal Constitucional, cuya composición domina. Ese dictamen fue bendecido por Almagro y la OEA en su momento, que apoyaban a su gobierno por lograr una “estabilidad y crecimiento” capitalista que gobiernos anteriores no habían logrado. El recuento provisional de los votos de las elecciorevolución permanente

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des” en los comicios. Evo acepta la resolución del organismo imperialista que antes lo había favorecido y llama a nuevas elecciones. Pero no alcanza. Primero la COB pide su alejamiento del gobierno y luego el jefe del ejército -ahora reemplazado- le “sugiere” que renuncie para evitar mayores enfrentamientos. Al final, Evo renuncia.

Derrotar al golpe y pelear por una salida anti capitalista El alzamiento del pueblo boliviano contra el golpe es parte de una serie de movilizaciones, levantamientos y revoluciones que se desarrollan en la región, como parte de una pelea más extendida en el planeta contra los planes de ajuste del FMI y la decadencia capitalista que analizamos en otras notas de esta revista. La pelea entre la revolución y la contrarrevolución se hace más aguda y de su suerte va a depender el curso de los procesos que se desarrollan en Latinoamérica y en el mundo.

El desgaste de Morales, un gobierno de los mal llamados progresistas, sigue así el camino del kirchnerismo y el PT brasilero. Cuando el boom de los commodities se acabó, se pusieron al rojo vivo sus políticas de gestionar el capitalismo local y sus acuerdos con el imperialismo e intentaron hacerles pagar la crisis a los trabajadores y pueblos que antes los llevaron al poder. Esto repitió Evo y explica la pobre defensa social que tuvo frente a los ataques de sus adversarios y su decisión de no movilizar cuando éstos concretaron el golpe. La burguesía y el imperialismo actuaron como acostumbran ante tales gobiernos, que surgen como reflejo distorsionado de la movilización: primero pactan con ellos cómo seguir sus negocios y luego, cuando éstos se desgastan y no pueden contener a las masas, se lanzan a voltearlos e imponer otros que les respondan sin mediaciones a sus planes de expoliación. Los exprimen como un limón y luego los desechan. Por eso Almagro pasó de avalar la re-reelección del Tribunal Constitucional a ser el adalid anti-fraude. Y por eso mismo son equivocadas las ilusiones de quienes, en una justa pelea contra el golpe, depositan expectativas en que una futura vuelta de Evo va a resolver los problemas que llevaron a este golpe contrarrevolucionario. Al revés: sus políticas de pactar con la burguesía local y las corporaciones, abandonando y enfrentando a su base campesina y popular son las que desembocaron en esta situación.

Bolivia está paralizada en gran parte de su territorio. Se llegaron a contabilizar 94 puntos de bloqueo en el país, con mayor concentración alrededor de La Paz, Oruro y Cochabamba, sobre todo en la zona cocalera. El cerco a La Paz viene provocando un creciente desabastecimiento de alimentos y combustible, y el gobierno intenta romperlo con represión. Las masacres y la disposición de reprimir usando munición de guerra plantean un escenario gravísimo. Es necesario continuar y reforzar las acciones de lucha, buscando el camino que permita reconstruir una dirección centralizada de la pelea. Ahora la resistencia al golpe deberá enfrentar y derrotar este pacto entre el MAS, la cúpula de la COB y el gobierno de derecha golpista de Áñez,

Evo en el gobierno seguiría profundizando esta línea ya que, para sostener el sistema capitalista, con el que no se propone romper, hacen falta más y más ajustes sobre los trabajadores, los campesinos y el pueblo pobre y la entrega total de los bienes comunes al saqueo de las empresas extractivistas. Solo un gobierno de las organizaciones sociales, de trabajadores, campesinos y los pueblos originarios puede, rompiendo con la “rosca” capitalista y tomando en sus manos el control de los recursos naturales y resortes estratégicos de la economía, dar una salida a la presente crisis que atraviesa Bolivia y al servicio de esto llamar a una Asamblea Constituyente que reorganice el país sobre nuevas bases. 33

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Es preciso que la movilización antigolpista, cuya base principal es la resistencia campesina, se dote de un programa que incluya las reivindicaciones de los trabajadores y sectores urbanos que antes enfrentaron los planes de ajuste de Evo y fueron abandonados por la dirección de la COB. También hace falta construir una nueva herramienta política anticapitalista, que aprovechando la experiencia de la vanguardia y las masas bolivianas con las vacilaciones y traiciones del MAS genere un partido revolucionario con quienes enfrentan al golpe en las calles y quieren dar la pelea hasta el final. Un partido para pelear por un gobierno de las organizaciones obreras, campesinas e indígenas y romper con el actual modelo capitalista-extractivista e imponer un programa antiimperialista y anticapitalista, expropiando a la oligarquía y las multinacionales que apoyan el golpe. Para terminar de una vez por todas con la Bolivia de las revoluciones traicionadas y los golpes militares e inaugurar otra al servicio de los trabajadores y campesinos, que respete el derecho a la plurinacionalidad que exige la mayoría de su población. Una nación sin opresión, explotación ni miseria; una Bolivia que junto a los pueblos hermanos de la región luche por una Latinoamérica socialista.

con su trampa de elecciones antidemocráticas y su proyecto político para derrotar y arrancar las conquistas del pueblo. Aunque al escribir esta nota es temprano para definir qué ritmo tomarán la situación, de algo estamos seguros: para consolidarse, el engendro que salga de este pacto deberá enfrentar y derrotar al heroico pueblo de Bolivia y ese capítulo está totalmente abierto. Más aún porque las luchas en Latinoamérica están poniendo a los gobiernos de derecha y a sus socios capitalistas “opositores” contra las cuerdas. El pueblo boliviano tiene una experiencia histórica de organización social y lucha revolucionaria. Es vital profundizar el desarrollo de la autoorganización con los cabildos o las formas que cada sector en lucha cree. Su centralización es decisiva para desarrollar con éxito la resistencia y abordar tareas que, como la autodefensa, se colocan de manera inmediata; y fundamentalmente para continuar la movilización para derrotar al golpe enfrentando las maniobras o pactos tramposos que intenten sacarlos de la calle.

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1. En el Senado quedó en suspenso una moción para que Evo, sus funcionarios y dirigentes sindicales y sociales no fueran perseguidos, ya que se dividió la bancada del MAS.

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Declaración de la LIS

contra el golpe patronal e imperialista en Bolivia 1. La renuncia del presidente Evo Morales el 10 de noviembre, horas después de anunciar que convocaría a nuevas elecciones, consuman un golpe de Estado de la derecha oligárquica y el imperialismo contra el gobierno y el pueblo bolivianos. Este desenlace llega tras semanas de protestas y de que una auditoría de la OEA señalara “graves irregularidades” en las elecciones del 20 de octubre que dieron a Evo ganador en primera vuelta. La rebelión contra el gobierno estalló después de que el opositor Carlos Mesa denunciara fraude ante la publicación de los resultados oficiales que lo ubicaban más de 10 puntos debajo de Evo, cuando la diferencia al suspenderse el conteo provisorio 15 horas antes era inferior e indicaba la necesidad de una segunda vuelta. Durante las siguientes tres semanas, las protestas opositoras se enfrentaron con partidarios de Evo y la policía, dejando un saldo de tres muertos y 200 heridos.

hacia la oposición. Policías en diversas regiones se amotinaron y el ejército primero declaró que no reprimiría las protestas y luego se sumo al golpe. 3. La OEA, junto a la Unión Europea y los gobiernos de Estados Unidos, Brasil y Argentina, desde un comienzo desconocieron el resultado del 20 de octubre y “recomendaron” la realización de una segunda vuelta incluso si las auditorías confirmaran una distancia mayor a 10 puntos de Evo Morales. Una flagrante injerencia imperialista en la política interna de Bolivia y un ataque a su soberanía. Evo denunció que había un “golpe de Estado en curso”, pero aceptó la auditoría de la OEA, que finalmente acató, horas antes de renunciar a la presidencia, claudicando ante la intentona golpista para intentar un nuevo pacto con la derecha oligárquica. 4. La masividad de las protestas opositoras, el protagonismo de la juventud en las mismas, así como la participación de organizaciones sociales como las Fejuve1 de El Alto o el pedido de renuncia a Evo de parte de la COB, que estuvieron entre los principales protagonistas de la Guerra del Gas que catapultó a Evo y el MAS al poder, son indicio de una profunda desilusión con el gobierno. Evo Morales llegó a esta elección con un deterioro avanzado de su base social y su legitimidad general. Luego de asumir la presidencia en 2006 traicionó el Programa de Octubre de las rebeliones populares de 2000 y 2003 que destituyeron a Sánchez de Lozada y llevaron al MAS de Evo al poder, al pactar con la derecha y la burguesía la Constitución Política del Estado en el Congreso, pasando por encima de la Asamblea Constituyente y reformulando más

2. Detrás de Mesa se han agrupado la vieja derecha oligárquica y el imperialismo que, aprovechando el debilitamiento de Evo ante su propia base social y el conjunto de la población, se lanzaron a arrebatar el poder. Mesa fue vicepresidente del neoliberal Sánchez de Lozada cuando éste fue derribado por la Guerra del Gas de 2003 y él mismo renunció a la presidencia entre masivas protestas en su contra dos años más tarde. Entre los dirigentes más activos de la Coordinadora de Defensa de la Democracia que lanzó Mesa tras la elección del 20 de octubre está Luis Fernando Camacho del Comité Cívico de Santa Cruz, que llamó al ejército y la policía a “ponerse del lado de la gente”. En medio de las protestas, sectores de las fuerzas represivas giraron 35

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de 100 artículos que la misma había redactado. Desde entonces, aunque entregando concesiones al movimiento de masas e incrementando la participación estatal en la economía, Evo se ubicó como garante de los negocios capitalistas en Bolivia, sosteniendo el modelo económico dependiente y extractivista. Esto lo llevo a chocar y romper con sectores de la clase trabajadora y sectores del propio campesinado indígena que compone el grueso de su base social. Una expresión central de esta ruptura ha sido la represión y criminalización estatal de la protesta social, incluyendo a los mineros y los cocaleros del norte de La Paz, que ya cuentan con más de 200 campesinos e indígenas procesados. En 2016 Evo convocó un referéndum para modificar la Constitución y habilitar otra reelección, que terminó perdiendo. Pero al año siguiente el Tribunal Constitucional Plurinacional que él controlaba desconoció el referéndum, declaró nulos los artículos de la Constitución que impedían otra reelección, habilitando a Evo a postularse este año para su cuarto mandato presidencial. De esta manera, Morales llegó a la elección de este año con su legitimidad fuertemente cuestionada, y el descontento con los rasgos bonapartistas y antidemocráticos se agravaron con las irregularidades en el escrutinio.

el campesinado y los trabajadores; la autoorganización democrática del pueblo trabajador para derrotarla en las calles y adoptar una política económica y social que ponga los enormes recursos nacionales al servicio de las necesidades sociales de las mayorías. Lamentablemente Evo y el MAS estuvieron y están lejos de esta orientación. 6. Este golpe se da en el contexto de las rebeliones contra los ajustes del FMI y los gobiernos que las aplican en América Latina, como Chile y Ecuador, y otros países del mundo. El imperialismo intentará usar este golpe contra la rebelión continental y la que está protagonizando el pueblo Chileno en particular. Los falsos progresismos también intentarán usarlo para justificar sus políticas claudicantes y contraponer sus medidas acordadas con el poder, como una posible reforma desde arriba de la constitución y un nuevo plebiscito en Chile, a la movilización revolucionaria hasta que caiga Piñera y se imponga una Constituyente realmente libre y soberana. Por eso desde todos nuestros países es indispensable apoyar la revolución que está protagonizando el pueblo chileno desde una posición clasista e independiente de todas las fuerzas burguesas y conciliadoras adaptadas al régimen. 7. La Liga Internacional Socialista rechaza el actual golpe patronal e imperialista y repudia la represión y persecución desatada contra el activismo, los movimientos sociales y funcionarios del gobierno depuesto. Llamamos al pueblo boliviano y a los trabajadores del mundo a enfrentar el golpe y toda injerencia imperialista impulsando la movilización de trabajadores, campesinos y pueblos originarios y a no detenerse hasta lograr deshacerse de los capitalistas y grandes propietarios de tierras e imponer un gobierno de las organizaciones que democráticamente construya la clase obrera y el pueblo pobre. El pueblo trabajador boliviano debe hacerse cargo de los recursos naturales, la riqueza y las unidades económicas estratégicas del país y utilizarlo en beneficio de la mayoría. Esta es la única forma de vencer realmente a los capitalistas e imperialistas. Invitamos a los trabajadores, campesinos y jóvenes bolivianos a construir la sección boliviana de la LIS para llevar a cabo todas estas desafiantes tareas revolucionarias en el camino de una Bolivia y América Latina socialista.

5. Ante el debilitamiento de Evo Morales, la derecha vio la oportunidad de volver a ejercer el poder directamente, y la tomó. Es un escenario recurrente en la región y el mundo. Otros gobiernos que surgieron en América Latina al calor de los procesos revolucionarios de la década pasada, al generar expectativas en los pueblos, pero mantenerse en los márgenes del capitalismo y su modelo económico dependiente y extractivista en lugar de profundizar la revolución, terminaron aplicando ajustes y adquiriendo rasgos cada vez más bonapartistas, desilusionando y debilitándose, abriendo la puerta a la vuelta de la derecha, que los tolera mientras no le queda otra, y se los saca de encima en cuanto pueden, y como sea. En algunos casos por vías electorales, en otros con intentonas golpistas. Los que hasta ahora han logrado mantenerse, como Maduro y Ortega, lo hicieron a costa de transformarse ellos mismos en los ejecutores autoritarios de brutales planes de ajustes y Fuerzas Armadas con alta participación en los negociados y privilegios. Para enfrentar la avanzada golpista en Bolivia se requería impulsar la movilización masiva de los pueblos originarios, revolución permanente

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Ecuador: contra el ajuste de Moreno y el FMI

Una rebelión con

final abierto Alberto Giovanelli

Desde que el 1º de octubre Lenin Moreno anunció un paquetazo neoliberal en base a las exigencias de ajuste presupuestario implementadas por el FMI, Ecuador ya no fue lo que era.

que, mediante el Decreto Presidencial 883, se eliminaría el subsidio al combustible, además de reducir un 20% la masa salarial de todos los contratos ocasionales en la función pública que se vayan renovando, reducir el período anual de vacaciones de los estatales de 30 a 15 días, así como obligar a los trabajadores de las empresas públicas a aportar un día de salario mensual obligatorio al erario público. En paralelo, se decretaban una serie de medidas laborales que implicaban la flexibilización del mercado de trabajo privado, justificándolo bajo el argu-

Se abrió un riquísimo proceso, todavía en desarrollo, donde el pueblo ecuatoriano acorraló al gobierno, jaqueó a las instituciones del régimen y peleó denodadamente pese a las vacilaciones de sus dirigentes. El presidente anunciaría en aquel momento 37

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mente de la necesidad de implementar un modelo “acorde con los nuevos tiempos”…

ración del estado de excepción: limitación de los derechos de tránsito, asociación y reunión, libertad de información, inviolabilidad de domicilio y correspondencia. Un muy nervioso Lenín Moreno anunció dicho estado de excepción en una nueva cadena televisiva en la que apareció rodeado por su vicepresidente, Otto Sonnenholzner, un joven empresario sin experiencia política y llegado de las élites costeñas; su ministro de Defensa y los principales mandos de las Fuerzas Armadas. Para sorpresa de la sociedad ecuatoriana, la emisión de ese espacio televisivo se hacía desde Guayaquil, segunda ciudad del país. El gobierno había abandonado la sede del Ejecutivo en Quito, la capital. Lo que pretendía ser un acto de fuerza con la declaración del estado de excepción se convirtió en la evidencia más palpable de debilidad gubernamental. Moreno había abandonado el Palacio de Carondelet porque tenía miedo de que las instalaciones fuesen tomadas por los manifestantes. Pensar en esa posibilidad no fue “exagerado”, como tampoco lo era pensar a su vez en que sus fuerzas armadas permitieran el acceso de los manifestantes: algunos enfrentamientos entre policías y soldados, no po-

Movilización popular y crisis institucional El anuncio provocó primero el rechazo y paro del transporte; al día siguiente, la Confederación Nacional Indígena del Ecuador (CONAIE) junto a otras organizaciones sindicales y sociales anunciaban la convocatoria a un gran paro nacional contra las medidas económicas del gobierno. Entre ese mismo miércoles 2 y el domingo 6 de octubre se sucedieron múltiples asambleas populares, en especial en provincias de fuerte presencia indígena -como en zonas de Sierra Centro- y en territorio amazónico. En paralelo, comenzaban los cortes de carretera y las movilizaciones en diferentes localidades. El fin de semana, los cortes de ruta ya tenían paralizado todo el Ecuador. De la misma manera, en Quito los estudiantes universitarios salían a las calles en solidaridad al llamamiento indígena reivindicando la derogación del Decreto 883 y demás medidas económicas anunciadas por el presidente. La respuesta gubernamental fue la represión, acompañada por una sorpresiva decla-

¿Qué es la CONAIE? A. G.

El principal actor de la revuelta en Ecuador ha sido el movimiento indígena, organizado fundamentalmente alrededor de la CONAIE, la Confederación de Nacionalidades Indígenas Ecuatorianas, que integra naciones indígenas de las tres regiones del país: andina, costera y amazónica. La CONAIE es desde los ’90 un protagonista central de la política ecuatoriana, tanto por su capacidad de movilización para destituir presidentes, como lo hizo en 1997, 2000 y 2005, como para imponer agendas reivindicativas y políticas o también participar en diferentes gobiernos aportando ministros y funcionarios a alguna de las gestiones que luego ayudó a destituir. Es lo que sucedió cuando apoyaron y luego enfrentaron a Gutiérrez, Correa o el propio Lenin Moreno. El acceso a la tierra y la incursión de grupos indígenas en la comercialización de productos agropecuarios permitieron el surgimiento de capas revolución permanente permanente revolución

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acomodadas, una suerte de nueva oligarquía indígena, que han constituido la base para el desarrollo de una nueva intelectualidad andina. Este fenómeno acontece en la mayor parte de grupos étnicos. La propia dirigencia de la CONAIE es producto de este proceso. La CONAIE, siendo la organización mayoritaria, no representa, sin embargo, a la totalidad del movimiento indígena. La conciencia étnica se manifiesta también en otras organizaciones como la Federación Ecuatoriana de Indígenas Evangélicos (FEINE) y la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas Indígenas y Negras (FENOCIN). La FEINE, por ejemplo, se formó en 1980 por iniciativa de las iglesias protestantes norteamericanas. Actualmente está integrada por 14 asociaciones provinciales, abarcando a las nacionalidades quichua, shuar, achuar, siona, secoya, huaorani, cofán, tsáchila, chachis y awa. Aunque su organización es sobre todo rural, se ha extendido a Quito y Guayaquil, ciudades en las que hay significativas migraciones indígenas. La FEINE 38


cas deserciones y las imágenes de policías retenidos por los indígenas abonaron esa posibilidad. Esa misma noche y durante los días siguientes, Oswaldo Jarrín, actual ministro de Defensa, amenazó en reiteradas ocasiones a los movilizados con usar armamento letal si es que se ocupaban instalaciones que el gobierno considerase como estratégicas. Nada importó: las movilizaciones continuaron a escala nacional.

Todos en la calle El lunes 7 de octubre empezaron a llegar a Quito columnas de miles de manifestantes provenientes de las provincias indígenas. Las entradas a la capital estaban fuertemente resguardas por contingentes de operativos especiales de la Policía Nacional. Pese a ello y ante el número cada vez mayor de manifestantes, los indígenas entraron en Quito, no sin que antes hubiese fuertes altercados e incluso tanquetas y patrulleros quemados. Los detenidos y heridos en las

reyertas comenzaban a contabilizarse por centenares. Pese a la fuerte campaña de miedo articulada en las redes sociales por influencers de perfil conservador, entre los barrios humildes de la periferia quiteña hubo multitud de gestos solidarios ante la llegada de los indígenas. Éstos se congregaron en El Arbolito, parque céntrico quiteño donde han tenido lugar históricos episodios que terminaron derrocando gobiernos durante la década de inestabilidad política que precedió a la llegada de Rafael Correa al poder. Durante el 8 y 9 de octubre siguieron llegan-

expresado el grado de descontento que se siente en las clases populares tras la crisis provocada por la caída del precio del petróleo y el paquetazo del FMI. Las bases arrastraron a la dirección y en especial a Vargas a llamar a las manifestaciones, y otros colectivos se fueron integrando. El eje político del movimiento indígena es el Estado plurinacional y el eje económico es el sumak kawsay (buen vivir, en quechua), en referencia al modelo económico ambientalista defendido por los indígenas, que incluye la suspensión de todas las concesiones petroleras y mineras. A estas medidas se oponen los sectores más moderados de la CONAIE, representados entre otros por Salvador Quispe, el anterior presidente de la confederación. Vargas, entonces, emerge por estos días como el principal dirigente y ya manifestó su voluntad de postularse como alternativa política “si el pueblo se lo pide”. Claro que su rol en la negociación, las idas y vueltas, las vacilaciones y retrocesos que describimos en otras notas, expresan las limitaciones de la CONAIE y la necesidad de que el pueblo trabajador, junto a los campesinos pobres, la juventud y el pueblo, se autoorganice bajo un programa que continúe el camino en la pelea anticapitalista.

es una organización de carácter confesional y se ha ubicado siempre a la derecha de todos los procesos de movilización. Estas razones, la naturaleza diversa y la pretendida representación de sectores pobres y otros acomodados de las mismas organizaciones indígenas, explican no solo sus oscilaciones sino también sus limitaciones objetivas para avanzar en la lucha anticapitalista. También se explican así las numerosas crisis en la CONAIE: Jaime Vargas, presidente desde 2017 y protagonista fundamental en las movilizaciones de octubre, es parte de una nueva dirección surgida contra los viejos dirigentes cooptados por el gobierno de Lenin Moreno. Han sido los indígenas pobres quienes han 39

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heridos en los recintos universitarios. En paralelo, amplios sectores de la sociedad quiteña entregaban mantas, ropa, zapatos, víveres y agua en los recintos en los que pernoctan los recién llegados a la capital. Por último, se creó un amplio despliegue de medios alternativos para dar cobertura a las movilizaciones que estaban siendo criminalizadas en los medios de comunicación tradicionales. No funcionó la estrategia de enfrentar a blancos con cobrizos habitantes de las zonas rurales del país, como tampoco les funcionó atemorizar a las clases acomodadas quiteñas para enfrentarlas a los pobres venidos de lejos. De hecho, según la encuestadora Cedatos, nada sospechosa de ser izquierdista, el 76% de los ecuatorianos apoya la consigna indígena de derogar el Decreto 883. Las marchas fueron acompañadas activamente por miles de jóvenes pobres de barrios periféricos, que no respondían a la dirección de los dirigentes de los movimientos sociales. Se autoconvocaron y enfrentaron a las bandas represivas con un valor y un nivel de autoorganización que conmovió al mundo. En la tarde del 12 de octubre, “Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad” en Ecuador, el gobierno nacional, que en innumerables ocasiones reiteró que no discutiría sobre el Decreto 883, se vio obligado a acceder y analizar su contenido con los movilizados. Horas antes, el movimiento de mujeres quiteño había salido a las calles junto a las mujeres indígenas declarando a María Paula Romo, ministra del Interior y que se autodefine como feminista, responsable de la represión y traidora al movimiento de mujeres.

do numerosos grupos a Quito, mientras en el resto del país eran tomadas diversas instalaciones gubernamentales, se mantenían los cortes de carretera e incluso eran ocupados pozos petroleros en la zona amazónica, clausurando su bombeo. Los últimos en llegar en la noche del jueves 10 fueron otros mil indígenas llegados de territorios amazónicos. El grito era unísono en todo el país: “La movilización es indefinida hasta que el gobierno nacional derogue el Decreto 883 y el paquetazo neoliberal, se rompa con el FMI y Lenín Moreno se vaya”. Mientras, en Quito, había marchas por doquier y a todas horas, intensificándose paulatinamente la represión policial sobre los manifestantes. En territorios indígenas e incluso en la capital fueron retenidos distintos destacamentos militares y efectivos de la Policía Nacional: todos fueron luego entregados a las autoridades del Estado sin daños ni lesiones, mientras en paralelo las detenciones de manifestantes se elevaban por encima de mil, se socorría a más de medio millar de heridos y se contabilizaban hasta la noche del 12 de octubre siete víctimas mortales. Algunos de los uniformados retenidos fueron obligados a cargar sobre sus hombros los féretros de los indígenas caídos durante las jornadas de movilización, bajo la consigna de que “sientan sobre sus hombros el peso de nuestros muertos”.

Un gobierno contra las cuerdas Bastó el anuncio de que la CONAIE estaba reuniendo a sus dirigencias para analizar la propuesta de diálogo de Lenín Moreno, exigiendo garantías mínimas y que dicho diálogo fuera público y retransmitido por los medios de comunicación, para que la sensación de que se podía avanzar, de que se podía derrotar los planes del gobierno y el FMI, llenara de algarabía las calles de Quito. La noche cerró con un fuerte cacerolazo que se expandió por toda la ciudad. El pedido de derogación de las medidas económicas implementadas por el gobierno demostró que el conjunto de la población ecuatoriana le decía al presidente de la República que estaban haciendo sentir su voz de rechazo a la gestión gubernamental y sus planes de entrega.

Una amplia movilización popular Dos condiciones interesantes se dieron en la capital ecuatoriana: por un lado, era palpable la estrategia de twitteros, generadores de opinión pública en diversos medios de comunicación y varios periodistas descalificando al movimiento indígena en las redes sociales; por otro lado, en la vida real, la solidaridad con los manifestantes era más que palpable. Mientras, estudiantes universitarios de todo tipo de disciplinas, en especial de Medicina y Enfermería, sostenían la asistencia diaria a los revolución permanente

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Un plan para detener la revolución En la tarde del domingo 12 de octubre se dio la mesa de diálogo entre el gobierno y diferentes dirigentes sociales, con los pueblos y nacionalidades indígenas a la cabeza. Bajo el nombre de mesas para un acuerdo de paz, el gobierno se vio obligado a cumplir antes cada una de las exigencias indígenas formales: se retransmitió en directo por diversas cadenas de televisión y se hizo en un complejo hotelero en las afueras de la ciudad, lugar imparcial. Con el auxilio de la ONU y la Conferencia Episcopal del Ecuador, Lenín Moreno intentaba detener la movilización llamando al “diálogo” y para ello contó con la inestimable colaboración de los propios dirigentes de la CONAIE, que en esa mesa sólo exigieron la derogación del Decreto 883 y se comprometieron a sentarse a discutir un nuevo decreto, abandonando el resto de los reclamos. Tras tres horas de debate la CONAIE acordaba con al presidente Moreno el retiro del Decreto 883 a cambio de “la vuelta a la paz”. Moreno y su gabinete de ministros terminarían aceptando la derogación del decreto, pero a la vez comenzaron las detenciones y persecuciones a los mismos dirigentes de las movilizaciones, se ratificaba en sus puestos a los ministros Jarre y Romo, y buscando retomar la iniciativa, se culpó al correísmo y se detuvo a algunos de sus dirigentes con la excusa de que ellos habían sido responsables de los desmanes. Sin embargo, a los cinco días del acuerdo la misma CONAIE, presionada desde sus bases, anunció su retiro de la “negociación” hasta que cese la represión y se reelabore “con sinceridad” una agenda de discusión de todo el plan económico.

cales del desarticulado movimiento obrero ecuatoriano: han estado ausentes o, lo que es peor, jugaron un rol nefasto. Las viejas direcciones estalinistas, sobre todo maoístas, que antiguamente dirigieron importantes organizaciones sindicales, hoy están recluidas en algunos sectores de empleados públicos y no llamaron a centralizar ninguna acción: apenas alguna declaración en los días posteriores al 12 de octubre, llamando una vez más a la paz y la unidad nacional. La CUT, central sindical impulsada durante el correísmo, ha llegado al extremo de sentarse a negociar con el Ministerio de Trabajo. Mientras en las calles miles de indígenas, jóvenes, vecinos, organizaciones sociales, trabajadores en general, arriesgaban su vida enfrentando al gobierno de Lenín Moreno, los dirigentes se reunían con el ministro Madero, quien anunciaba: “Hemos llegado a consensos con la CUT, que son parte del Consejo Nacional de Salarios”. “A través del diálogo se soluciona el tema laboral”, señalaban a su vez Agustín Lindao y Richard Gómez, dirigentes de la CUT1. Por estas razones, al aguerrido pueblo ecuatoriano se le hace indispensable superar las debilidades de una dirección que solo se propone “negociar” y buscar una salida política dentro del actual marco institucional del Estado capitalista y semicolonial. De allí el esfuerzo denodado de nuestros compañeros en la búsqueda de la organización que centralice e impulse la formación de nuevas direcciones de estos procesos de lucha. Seguiremos dialogando con los mejores luchadores sociales, con los dirigentes obreros y los campesinos pobres, tratando de articular y continuar la pelea para dar vuelta todo y así ganar definitivamente la batalla para que gobiernen los que nunca gobernaron, los trabajadores y el pueblo, en el camino de la revolución socialista.

Primer triunfo y final abierto En los próximos tiempos, y en la medida en que avanza la resistencia en toda América Latina contra los planes del FMI, en Ecuador se librarán nuevas batallas. Lenín Moreno pende de un hilo, el resto de las instituciones como la Asamblea Nacional están paralizadas, las FF.AA. tienen crisis interna, el correísmo trata de tomar distancia de la situación y el pueblo retoma la tradición de lucha que le permitió ganar el primer round de una larga pelea. La principal debilidad del proceso es el papel lamentable que jugaron las organizaciones sindi-

1. Diario El Comercio, 9/10/19.

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américa latina

Ecuador: De Correa a Moreno

Las claves del

estallido

Carlos Carcione

El acuerdo con el FMI, cuya medida de anular los subsidios a los combustibles llevó al estallido de octubre, se empezó a construir en marzo pasado, pero tiene una continuidad que es necesario analizar. La Carta Intención enviada a Cristine Lagarde el 1º de marzo de 20191 era un intento de reestablecer la relación con el Fondo como prestamista de última instancia, después de que el país saliera del mismo en 2009 y de que en 2014 Correa hubiera empezado el camino de retorno a los organismos financieros internacionales. Luego de más de cinco años de estancamiento económico, la perspectiva inmediata de una recesión y la presión de los capitalistas locales y globales que se convirtieron en su principal apoyo político llevaron a Lenín Moreno a buscar el respaldo del FMI y a la aplicación de sus planes, profundizando revolución permanente

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un rumbo que había empezado ya en los últimos años del gobierno de la “Revolución Ciudadana”. Ecuador tiene una economía sin capacidad soberana por haber renunciado a su propia moneda atando su destino al dólar. Se quedó así sin herramientas para maniobrar frente a los impactos de la crisis capitalista global2. La dolarización anunciada públicamente en enero de 2000 y el cierre del ciclo de precios extraordinarios del petróleo y de las materias primas llevaron al estancamiento económico que suplantó al crecimiento relativo del quinquenio anterior. En este contexto, la alternativa era definir quién pagaría los efectos de la crisis en el país. Como ya lo había hecho el gobierno de Correa, el de Moreno definió que los costos los pagaran los trabajadores, los campesinos-indígenas y otros sectores populares. El acuerdo con el FMI de 2019 incluye eliminar los subsidios al combustible, pero esa no es la única contrarreforma que se propone Moreno. El acuerdo con el Fondo, que no fue repudiado por el gobierno, a pesar de haber retirado el Decreto 883


como concesión a la rebelión de octubre, es una de las claves fundamentales que dio origen a ese estallido.

Promesas y realidad de la “Revolución Ciudadana” Correa llega al gobierno con propuestas adaptadas a la convulsiva realidad del país y del continente en el contexto de la última década del Siglo XX y la primera del XXI3. Incluye la denuncia de la ilegitimidad de la deuda externa, el rechazo a la sumisión del país al FMI, el freno a las privatizaciones y hasta la eliminación de la flexibilización laboral, que adquirió carácter constitucional en la Constituyente de Montecristi en 2008. Y aunque en ningún momento se propuso rescatar la soberanía monetaria anulando la dolarización y recuperando la moneda nacional, su iniciativa de auditar la deuda pública generó expectativas que pronto fueron defraudadas. El ejemplo de esta auditoría es quizás uno de los más emblemáticos de la distancia entre las promesas y la realidad del gobierno de Correa. La comisión encargada de realizarla demostró que la deuda ecuatoriana era en su absoluta mayoría ilegítima e ilegal y por lo tanto repudiable. No obstante el gobierno decidió recomprarla4, justificando así la estafa que había sido probada. La evolución de la “modernización” del capitalismo ecuatoriano iniciada por Rafael Correa va desde

ratificar el modelo extractivista petrolero y minero a rechazar la reforma agraria, reiniciar las privatizaciones de campos petroleros maduros, entre muchas otras medidas que estaban prohibidas o resguardadas por la Constitución de Montecristi y que el propio Correa había definido como traición a la patria en 2005. Por otra parte, en contra de fortalecer el sistema público de salud y hacerlo universal, el Estado, principal empleador del país, contrata seguros con clínicas y hospitales privados, debilitando la salud pública y facilitando una desigualdad creciente en este derecho básico. El rumbo se profundiza hacia mediados del tercer mandato de Correa cuando, en función del inicio de la caída de los precios del petróleo en 2014, lleva al país de vuelta al FMI como condición de los prestamistas privados internacionales para darle nuevos créditos5. Con la justificación de la caída de los precios petroleros también comenzó una política de ajuste fiscal complementaria del creciente endeudamiento. Así se eliminó de hecho la protección de los derechos laborales justificando, por ejemplo, la reducción salarial en función de la reducción de la jornada, medida funcional a las empresas privadas; reducción drástica de los aumentos del salario mínimo o eliminación del derecho de cesantía con la excusa de implantar un seguro de desempleo. De igual manera actúa contra el pueblo que vive de su salario el aumento del IVA para reducir el déficit fiscal y garantizar el cumplimiento del pago del nuevo endeudamiento.

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Entre tanto se desarrollaba este ajuste que rebajaba el nivel de vida de los ecuatorianos, la banca y las grandes empresas obtenían ganancias multimillonarias. Por ejemplo, entre 2015 y 2018, las 30 principales empresas registraron utilidades por 4.9006 millones de dólares y el sistema financiero obtuvo en esos años casi 1.800 millones de dólares de ganancias. Este es el legado económico de Correa: estancamiento, creciente deuda externa , caída del nivel de vida de los trabajadores y los sectores populares, ganancias exorbitantes para los grupos capitalistas más concentrados. Pero hay otra herencia que deja el período de Correa y se profundiza en el actual gobierno: la evolución represiva y de persecución a los sectores sociales que se oponían a esos cambios regresivos impulsados desde la “Revolución Ciudadana” y la limitación

de derechos democráticos. Este cambio llevó a una ruptura abierta de Correa con la CONAIE y otros movimientos y sectores sociales. Estas prácticas reaccionarias junto con el deterioro económico y del nivel de vida popular explican la imposibilidad de ganar en primera vuelta y el mínimo margen con que el partido de Correa logra elegir a Lenín Moreno en la segunda. Lo mismo que la derrota en la consulta popular y referéndum de 2018, en donde Correa hizo campaña apoyando la opción No contra la posición de Moreno.

La “traición” de Lenín Moreno El pobre resultado electoral con el que obtuvo la presidencia hizo del de Lenín Moreno un gobierno débil de origen. Con una economía estancada,

La rebelión de 2019 reanuda el hilo histórico de lucha popular C. C.

La rebelión indígena, campesina y popular que se desarrolló en la primera quincena de octubre será recordada como el levantamiento que terminó de consolidar el reingreso de los procesos mundiales de lucha a Sudamérica. En Ecuador el movimiento popular, indígena, campesino, estudiantil y de trabajadores fue protagonista de un largo periodo de sublevaciones que terminaron anticipadamente con tres presidentes, impulsó rebeliones en donde la CONAIE fue una de las principales referentes, entre diversos movimientos sociales que encabezaron esas luchas. A través del partido indígena Pachakutik participó de elecciones, llegó al viejo parlamento, montado en el proceso de ascenso integró un triunvirato de gobierno que fue derrocado y participó con ministros en otros gobiernos. Este proceso se desarrolla desde 1990 hasta ya entrado el siglo XXI, con la llegada al gobierno de la Revolución Ciudadana, expresión local de la ola bolivariana que recorrió el continente durante la primera década de este siglo. Un breve repaso de estas luchas muestra una enorme acumulación de experiencia y, aunque durante un período fue adormecida, reaparece en el proceso de 2019, reanudándose el ascenso de las luchas populares. Lo hace partiendo de sus fortalezas y debilidades: con una dirección como la de la CONAIE y otras direcciones de los movimientos sociales que repiten sus prácticas de conciliación vacilante y acuerdista, y con un movimiento de marevolución permanente permanente revolución

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sas que ratifica su potencia, valentía y decisión para luchar y que en varias oportunidades produjo el reemplazo de direcciones durante los mismos procesos de lucha. De la toma de la Catedral a la rebelión de los forajidos La primera gran rebelión indígena y campesina del Ecuador moderno se desarrolla en mayo de 1990, cuando un grupo de indígenas toman la Catedral de Quito reclamando el derecho a la tierra. Afuera la CONAIE, fundada en 1986, convoca a una movilización general con cortes de rutas y marchas hasta que el presidente Rodrigo Borja llama a una mesa de negociación para tratar las demandas. Aunque las demandas quedaron a mitad de camino, se había realizado la primera gran prueba de fuerza que abrió paso a más de una década de luchas, levantamientos populares y caídas de gobiernos. Los otros grandes movimientos, en el umbral del siglo XXI, fueron contra las políticas del FMI que impulsaron los presidentes Abdala Bucaram, Jalil Mahuad y Lucio Gutiérrez. Bucaram logra ser electo presidente en 1996, en la tercera oportunidad que presenta su candidatura. Gana la elección rechazando a la oligarquía local, con un discurso contra los políticos tradicionales y un sistema político desprestigiado. Pero en cuanto asume, enmascarando sus medidas de sumisión al FMI con la puesta en marcha de un plan de vivien44


obligado a hacer ajustes para reimpulsarla en función de la presión de los grandes sectores capitalistas, con la presión política de Correa que era una sombra muy fuerte para él, Moreno dio un giro: buscó el respaldo de políticos de derecha como Abdala Bucaram y Nebot, y organizó, aprovechando el desgaste de su mentor, un referéndum cuyo objetivo era evitar la posibilidad de que Correa volviera al gobierno. Encarceló a su propio vice, Jorge Glas, más leal a Correa, e inició una persecución judicial hacia el ex presidente obligándolo al exilio. En este contexto, Moreno lleva al extremo los dos legados del correísmo: el ajuste económico -ahora de la mano del FMI y EE.UU.- y el manejo reaccionario del Estado, como vimos en la despiadada represión en octubre durante el alza-

miento y con la persecución a dirigentes del correísmo primero y luego a dirigentes y activistas de la CONAIE.

Paquetazo y rebelión El objetivo del gobierno de Moreno es entrar de la mano del FMI a la posibilidad de obtener otros créditos de distintos organismos internacio-

das populares, lanza un plan de privatizaciones y eleva los precios del gas y los combustibles eliminando los subsidios al consumo de la población. Al mismo tiempo busca y recibe asesoramiento de Domingo Cavallo, el ex ministro de Economía argentino, para implementar un sistema similar a la convertibilidad del peso, que fracasa. La revuelta estalla a seis meses de su asunción, obligándolo a renunciar. Al levantamiento se suman los indígenas, pero es en esencia una revuelta urbana, de estudiantes y trabajadores. Este levantamiento es capitalizado por los partidos tradicionales. Similar es el caso de Mahuad, electo en 1998. En enero de 2000, luego de haber implementado, por un acuerdo con el FMI, la dolarización de la economía ecuatoriana, intenta de nuevo aplicar un plan de ajuste y eliminar los subsidios a los combustibles. Esto termina desatando una sublevación popular de la que participan los indígenas y campesinos desde el inicio, junto a un sector de las fuerzas armadas con un discurso nacionalista encabezado por el coronel Lucio Gutiérrez. Para conducir dicho proceso se conforma un triunvirato que integra el partido indígena Pachakutik. Al poco tiempo éste se aleja desarmando el triunvirato, ya que Gutiérrez no cumple sus compromisos con los indígenas. Gutiérrez es separado del cargo por acusaciones de corrupción pero vuelve al gobierno dos años después, esta vez para aplicar los planes del FMI. Una potente rebelión popular conocida como la “Revolución de los Forajidos” obliga a la salida del gobierno. El movimiento indígena, que no lo apoya políticamente, tampoco participa de esta rebelión. 45

La relativa estabilidad conseguida durante los gobiernos de Rafael Correa contó en un primer momento con la cooperación de los movimientos sociales. Sin embargo, el movimiento indígena tuvo varios enfrentamientos con ese gobierno a partir del proyecto de ley de aguas, que la CONAIE denunció como privatista. Las organizaciones tradicionales del movimiento obrero fueron perdiendo fuerza, algunos sectores fueron cooptados, mientras que otros, como los sindicatos de educadores, fueron divididos y debilitados por la política de Correa. Los relativos avances sociales durante la Revolución Ciudadana y la cooptación por parte del Estado de sectores de los movimientos sociales o la persecución de otros derivaron en la aparición de capas privilegiadas en el movimiento sindical y de sectores populares, que limitaron y debilitaron el proceso de organización y lucha. La CONAIE, enfrentada a Correa, apoyó desde el inicio del gobierno de Lenín Moreno. Pero ese apoyo se fue diluyendo, hasta que se produjo el estallido por la eliminación del subsidio al combustible. Más allá de las vacilaciones de su dirección, el recule del Decreto 883 abre un nueva etapa donde el movimiento de masas recupera su tradición de lucha social y política, y plantea nuevas oportunidades para renovar las direcciones sindicales, de los movimientos sociales y, sobre todo, es más favorable para la construcción de una organización política revolucionaria anticapitalista y socialista. 45

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recibir, que llegaría a unos 10.200 millones de dólares, 3.500 millones serían para proyectos (todavía no especificados) mientras que 6.700 millones serían de libre disponibilidad. Ni las condiciones ni las características de dichos créditos aún han sido difundidas en detalle”. 7 Lo que sí se sabe es en qué consiste el ajuste que pide el FMI para que Ecuador logre el equilibrio fiscal para abrir la puerta a esos créditos. Se trata del típico plan de ajuste y entrega, en donde la eliminación de los subsidios a los combustibles es apenas una de las medidas. Algunas otras son: reducción de salarios y profundización de la flexibilización laboral, aumento de los impuestos más regresivos como el IVA, privatización de campos petroleros, hidroeléctricas, más de 20 empresas distribuidoras de energía eléctrica, refinerías y el Banco del Pacífico. Todo esto además de la consabida “austeridad”, que reduce a su mínima expresión la inversión pública por ejemplo amenazando el suministro de medicamentos. Como puede verse, es un plan de ajuste integral, de captura de patrimonio público, saqueo y ampliación del extractivismo, de ataques al nivel de vida de la población y profundización de la desigualdad social, de desmantelamiento de las políticas sociales que se mantenían de la primera época del correísmo.

nales y regionales, con la promesa de que una vez recibidos y producidos los brutales ajustes que estos requieren, la economía volvería a crecer. Pero como muestra Alberto Acosta, ex ministro del primer período de Correa que rompió con él en 2009, los préstamos que estaría buscando el actual presidente no tienen claros objetivos. Acosta dice: “En efecto, Lenín Moreno anunció que el acuerdo con el FMI abriría la puerta de nuevos créditos por 6.700 millones de dólares del Banco Mundial, la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo de Reservas Latinoamericano (FLAR). De esos recursos, 4.600 millones se desembolsarían en 2019, 3.150 millones 2020 y 2.500 millones en 2021. Del monto total por

Represión brutal y persecución a opositores A. G.

La represión y el autoritarismo del gobierno de Lenin Moreno durante las movilizaciones de octubre dejaron un alto costo: más de 20 muertos según distintas fuentes, 1.340 heridos y 1.152 detenidos, todos acusados de terrorismo. Se persiguió a los profesionales de la salud y se atacó a los hospitales públicos y maternidades. Como vemos, la represión que se ejerció fue brutal y si hay algún terrorismo es el terrorismo de Estado que hace uso desmedido de su fuerza. Luego de las jornadas de octubre continuó la persecución a dirigentes de la revuelta y también se aprovechó selectivamente para atacar a algunos dirigentes del correísmo, como la prefecta de Pichincha, Paola Pabón, la ex presidenta de la Asamblea Nacional Gabriela Rivadeneira y el ex asambleísta Virgilio Hernández, que se suma a revolución permanente permanente revolución

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la ya larga detención del ex vicepresidente Jorge Glas. Desde la LIS exigimos el cese del ataque al pueblo ecuatoriano y que una comisión independiente investigue los asesinatos y detenciones. Asimismo, y a pesar de las diferencias que hemos expresado más de una vez con el correísmo, también exigimos se termine la persecución a todos los opositores. No le reconocemos al ilegitimo gobierno de Lenin Moreno ni a ninguna de sus instituciones autoridad alguna para juzgar a nadie. Solo las autoorganzaciones populares serán capaces de determinar qué responsabilidad deberán asumir los diferentes actores en la política ecuatoriana en el desarrollo de la crisis. Mientras tanto, sumamos nuestro reclamo por la libertad de todos los presos políticos en Ecuador y el cese de la persecución a opositores y luchadores. 46


La tarea que sigue planteada es la derrota del acuerdo global con el FMI, pero hay que ir por más. Hay que recuperar los recursos naturales, hoy en manos de las multinacionales que se enriquecen empobreciendo al pueblo y destruyendo la naturaleza. Terminar con una casta política que se disputa el control del Estado, pero lo hace al servicio de sus propios intereses. Hablamos de una planificación económica soberana, desconociendo la deuda externa y rompiendo la atadura con el dólar, profundamente conectada con el continente, para avanzar a partir de la integración solidaria a un nuevo esquema en América. Y todo en la perspectiva de terminar con el sistema capitalista dependiente y avanzar hacia un modelo diferente, anticapitalista y socialista, un modelo que Correa nunca buscó construir y que Lenín Moreno vino a clausurar como posibilidad. Para esto, no se puede confiar en quienes tuvieron la oportunidad y la desperdiciaron durante más de una década abriendo el camino de la llegada al poder de derechistas y “traidores”. Lo que necesitamos es construir, al impulso de la movilización popular, una nueva organización socialista y revolucionaria capaz de organizar la enorme fuerza que tiene el pueblo ecuatoriano y prepararnos para las batallas que se vienen en Ecuador y en todo el continente. En ese camino estamos desde la LIS.

Derrotado el Decreto 883, movilizar y organizarnos para derrotar el ajuste y el modelo El retroceso del gobierno de Lenín Moreno en la implementación del Decreto 883 que habilitaba eliminar los subsidios al combustible, para reemplazarlo por otro acordado con la CONAIE, no cierra el período de movilización y lucha del pueblo ecuatoriano. Por el contrario, plantea la posibilidad de que todo el plan de ajuste sea enfrentado. En nuestra opinión, el triunfo obtenido es relativo, si se quiere contradictorio, porque -como quedó demostrado en las jornadas de lucha de octubrehabía fuerza y condiciones suficientes para voltear todo el plan de ajuste, al propio gobierno e imponer un nuevo proceso constituyente que rediseñara a favor de los trabajadores, campesinos e indigenas el conjunto del país. Aun así, el retroceso del decreto y el posterior retiro de la CONAIE de la mesa de negociaciones con el gobierno no puede ser leído más que como un triunfo del movimiento de masas. Todo esto a pesar de que la dirección del proceso una vez más defeccionó. Los indígenas, los campesinos e incluso los trabajadores que participaron de la rebelión salen fortalecidos. Por otra parte, la parálisis del gobierno quedó nuevamente a la vista cuando la Asamblea Nacional rechazó y archivó el conjunto de la legislación de ajuste que envió Moreno al parlamento, mostrando de manera retardada la fuerza de la rebelión de octubre. Esa fuerza puede crecer y desarrollarse si al calor del balance de lo sucedido y la movilización emergen nuevos dirigentes antiburocráticos que disputen la dirección en la CONAIE y la democraticen, que se planteen refundar todas las organizaciones sindicales y sociales para que dejen de ser apéndices del poder de turno y vuelvan a representar los intereses de los trabajadores y el pueblo de Ecuador.

1. https://www.finanzas.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2019/03/LOI-MEFP-Espa%C3%B1ol.pdf 2. Uno de estos impactos fue la abrupta caída de los precios del petróleo. 3. Ver recuadro La rebelión de 2019… 4. Una vez suspendidos los pagos a la espera de la investigación de la Comisión, Correa recompró la deuda a valores similares a los que renegoció el gobierno de Néstor Kirchner en Argentina. 5. Préstamos a altísimas tasas de interés y de muy corto plazo de vencimiento. 6. Cantidad superior a la que Moreno le está pidiendo al FMI. 7. Acosta, Alberto; Del estancamiento al abismo fondomonetarista, en http://www.rebelion.org/noticia. php?id=258219

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revolución permanente


américa latina

Argentina después de las elecciones

estrategias de la izquierda

Cambios políticos y

Sergio García, dirigente del MST e integrante de la Mesa Nacional del FIT-Unidad

Se va Macri, llega AF y sigue el FMI. Habrá cambios y continuidad: ¿a qué gobierno y régimen vamos?, ¿qué respuestas sociales habrá? En medio de la polarización, el FIT-U logró una valiosa votación, pero retrocedió un poco. Nuestras propuestas para avanzar. Macri y su coalición política acaban de perder la elección nacional y no es un tema menor: se va del gobierno el proyecto montado y diseñado por la gran burguesía proimperialista para llevar a fondo los cambios estructurales que necesitaban y a la vez revolución permanente

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colocar a Argentina, junto al Brasil de Bolsonaro, como países aliados de la política estadounidense en la región. Con su derrota electoral, esos cambios reaccionarios han quedado a mitad de camino. Además, en estos cuatro años no han podido sacar al movimiento de masas de las calles: con desigualdades, la resistencia y el enfrentamiento al plan de ajuste se expresaron reiteradas veces. De hecho, la derrota del macrismo se consumó ahora en forma electoral porque la vieja burocracia sindical y el PJ1 desviaron el gran ascenso que se había manifestado a fines de 2017, cuando miles y miles enfrentamos la reforma previsional y laboral. Allí comenzó el fin de este gobierno; nunca más pudo


recuperarse de esas jornadas. No cayó antes porque sus socios políticos y sindicales lo sostuvieron. Pero terminó derrotado porque se fracturó su relación con una amplia franja de la sociedad, que no pudo recuperar en apoyo a su proyecto. La salida de Macri de la presidencia es un golpe político a las intenciones y planes de EE.UU. en la región, que a través del Grupo Lima, con Macri, Bolsonaro, Piñera y Duque de Colombia viene buscando recomponer su poder económico y político en el continente. Con Macri pierde un gran aliado y un secuaz obediente. A puro pragmatismo, el presidente norteamericano y Fernández ya han tenido días atrás una amable conversación telefónica. Trump buscará ahora un nuevo acuerdo político y económico con el gobierno peronista, que, como tantas otras veces, aun bajo doble discurso, estará dispuesto a consumarlo.

El peronismo al gobierno: señales de cambio, decisiones de continuidad Aunque todavía no asumió formalmente, Fernández ya se mueve y viaja como presidente argentino. Acaba de estar en México reunido con AMLO. Allí dejo ver algo de su nueva arquitectura política, que tiene mucho de frases de conveniencia y nada de cambios profundos. Se mostró dispuesto a buscar una cooperación progresista en la región y a la vez dejó entrever que no se irá del reaccionario Grupo de Lima. Juega, por así decirlo, ambiguamente, tratando de mostrar cambios y a la vez no sacar sus pies del plato de los poderes imperiales. Sobre esta base se encamina a una renegociación con el FMI, tema crucial de cara a los tiempos venideros. El Fondo pide un plan claro para liberar nuevos envíos de dinero, garantías de cobro e intereses y más poder de decisión hacia los cambios estructurales que busca. EE.UU. pide que Argentina cumpla con el FMI y Fernández quiere cumplir con toda la deuda externa, aunque sabe que discursivamente debe contener a sus bases electorales que acaban de votar contra el ajuste del Fondo y esperan cambios notorios. En ese inestable equilibrio se moverán las aguas del país los próximos meses. Como es sabido, el FMI no firma en ningún lado acuerdos que no les sean útiles: quiere a sus países miembros y asociados atados a sus planes y designios. Argentina tiene además, sumada la deuda interna y externa en dólares, vencimientos durante

los próximos cuatro años que ascienden a 170 mil millones de dólares. Fernández y el PJ ya han declarado que cumplirán con eso. No hace falta recordar que, si es así, no cumplirán con las enormes demandas sociales que tiene el combativo pueblo argentino. Entre esas tensas contradicciones se irá alimentando un no muy lejano descontento social y allí surgirán sus primeras expresiones. Lo que viene para el PJ y Fernández es muy complejo y lo saben. Por eso alientan un pacto social entre las patronales, la burocracia sindical y las iglesias. Así quieren organizar la contención de reclamos por un largo período, esquema que no excluye la posibilidad de que la burocracia peronista con sus patotas gremiales haga las veces de aparato represor en procesos de lucha que vayan surgiendo desde abajo. En paralelo, Fernández ya impulsa reuniones e intercambios con gobernadores, inversionistas y

grandes empresas alrededor de dos ejes centrales, con mucho de continuidad, de lo que él dice serán sus “motores”: Vaca Muerta como gran explotación petrolera, buscando atraer nuevas y millonarias inversiones a costa de mayor entrega, destrucción ambiental y militarización de esas regiones, y la minería a gran escala para las corporaciones del sector, expertas en liquidar zonas enteras al servicio de sus ganancias. En estos temas, así como también en su aval al fraude de la deuda externa y en su relación directa con el Vaticano y sus retrógrados propósitos, se ve el carácter del gobierno de Fernández y el PJ. A su vez, estos ejes oficiales serán motores del desencanto y de las nuevas olas de luchas y debates políticos que se abrirán, más temprano que tarde. 49

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unidad de la izquierda, y además sacarla del limitado plano electoral para extenderla a toda intervención conjunta en la lucha de clases. Sólo se decidió a recorrer este camino unitario e imprescindible recién este año y casi al límite del plazo de presentación de alianzas, perdiendo un valioso tiempo político al ir divididos en la primera mitad del año en muchas elecciones provinciales. Después de esto recién pudimos llegar a un acuerdo, y con el ingreso de nuestro MST se avanzó a la conformación del FIT-Unidad. Diversos medios difundieron esa gran noticia bajo el título de “histórica unidad de la izquierda”, cuando ya se transitaba una dinámica no de ascenso sino de retroceso político-electoral. Vale decir que la conformación del FIT-U fue muy necesaria, positiva y a la vez tardía. Esto condicionó las posibilidades de llegar mucho más fuertes desde la izquierda a las elecciones primarias de agosto. A partir de allí ya la dinámica de polarización hizo el resto, a lo que se suman algunos errores parciales durante la campaña, en el marco de una política en general muy acertada. Como evaluamos en la Mesa Nacional del FIT-U, la campaña fue la más a izquierda y correcta políticamente de todas las realizadas desde 2011. En resumen, sobre la base de todos los puntos positivos sumamos también una visión crítica en diferentes aspectos. Retomamos aquí conclusiones de los últimos años hasta el presente, por la convicción de que no olvidar aspectos críticos notorios tiene que servir, positivamente, hacia la respuesta política a dar en desafíos futuros. Colaborar con mejorar en forma cualitativa nuestra unidad de la izquierda es una tarea de primer orden.

Un análisis sobre el resultado de la izquierda Las elecciones se dieron en un exacerbado proceso de polarización empujado por el gobierno y el PJ e inducido por los grandes medios de comunicación. Así se transformaron prácticamente en un balotaje, con poco espacio para el resto de las fuerzas. En este contexto por demás dificultoso para fuerzas anticapitalistas y socialistas, primó objetivamente el “malmenorismo” y el voto castigo al gobierno macrista por un lado, con su contraefecto de voto, también masivo, para que no vuelva el peronismo. Entre ambas tendencias la izquierda vio reducir un poco su caudal electoral. La fórmula presidencial superó el 2% con 600.000 votos y sacamos un caudal algo mayor a los cargos legislativos (800.000), lamentablemente, en este caso, por escaso margen no llegamos a obtener ningún diputado nacional aunque sí un legislador en la Ciudad de Buenos Aires, que se suma a varios diputados provinciales ÿ concejales en Neuquén y Córdoba logrados meses atrás. Para mejor comprender la realidad electoral que hoy vivimos en la izquierda, no cabe reducir el análisis de los resultados solo a causas objetivas. Todo examen serio, crítico, profundo, debe incorporar el peso del factor subjetivo; es decir, de la propia política de la izquierda los últimos años y meses. Ver esto es lo único que completa integral y correctamente la comprensión de la actualidad electoral de la izquierda revolucionaria. Desde esta perspectiva no podemos obviar que el FIT de años anteriores (PTS-PO-IS) tuvo una gran oportunidad en su mejor momento y no supo aprovecharla. Habiendo llegado a picos de apoyo electoral bastante importantes y con mucho apoyo social, sindical e intelectual, no supo responder a su propia realidad de la única forma que debía hacerlo: abriéndose con todo a ir por más y a encabezar una mayor

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El FIT-Unidad: avances y límites a superar Las elecciones pasaron y el momento de los balances también va terminando. Sin embargo, para quienes analizamos la realidad para mejor comprenderla y así pelear en mejores condiciones por transformarla, la relación entre el balance y las tareas tiene un valor insustituible. Vemos el presente y sobre todo el futuro del FIT-Unidad ligado al desarrollo de una combinación de factores políticos que dependen de quienes integramos nuestro frente. Por un lado, reivindicamos la conformación del FIT-U, nos planteamos continuarlo y mejorarlo. Para eso partimos de tener un profundo programa político, anticapitalista y socialista, que hace de cimiento y contorno de nuestra construcción unitaria. Ese programa pasó la prueba de la batalla electoral y por eso fuimos la única opción política con propuestas 50


claramente alternativas a todos los demás candidatos del sistema y el régimen capitalista. A esto hay que agregarle una campaña en la que nuestras y nuestros principales referentes estuvieron acompañando cada lucha en curso. Del Caño-Del Plá desde la fórmula presidencial, junto a referentes como Cele Fierro, Bodart y Ripoll de nuestro MST, Bregman y muchos otros, fueron voceros y militantes de una política anticapitalista y socialista durante toda la campaña. Asimismo, hicimos un histórico acto en la 9 de Julio con miles y miles de militantes y simpatizantes y un cierre de campaña en apoyo al pueblo de Chile ante el consulado de ese país, dejando claro en el último día de qué lado estamos y qué compromisos tenemos. A todo esto, que lógicamente es muy positivo y meritorio, hay que combinarlo hacia adelante con la modificación de algunos aspectos esenciales que necesitan ser reconsiderados si queremos quebrar la dinámica de retroceso electoral, para retomar una ruta de crecimiento en varios planos. Y ahí entra la importancia de un buen balance y la consecuencia con el mismo. De allí surge la necesidad de relanzar nuestro frente sobre nuevas bases, que sintéticamente podemos condensar en estos puntos:

y con grupos y organizaciones que reivindiquen nuestra política y programa. Necesitamos apertura hacia afuera para reposicionar más fuerte al FIT-U. • Sobre esta base política y metodológica de acción común durante 2020, de cara a las elecciones de 2021 se hace imperioso democratizar también la confección de las listas mediante acuerdos justos y realistas, o mediante la utilización de internas o algún otro mecanismo democrático que encontremos en común, para garantizar que todos seamos protagonistas y se aproveche integralmente la fuerza y les referentes de cada organización. Estas propuestas, entre otras, ponemos a debate en el seno de nuestro frente como un aporte al fortalecimiento del FIT-Unidad para el período que se inicia hacia los desafíos que tendremos. Hay que hacer de esta unidad lograda un proyecto que, apoyado en la movilización, en la clase obrera, la juventud, el feminismo y los sectores populares, se juegue a fondo como alternativa política, vuelva a atraer a más sectores, se renueve, se amplíe y se postule hacia franjas del movimiento de masas desde una política de clase, socialista y anticapitalista.

• Proponemos que esta gran unidad de la izquierda actúe como un frente político permanente y no solo en meses electorales. Que intentemos responder políticamente ante cada hecho en forma unitaria, postulando a nuestro frente en la realidad y difundiendo masivamente nuestras opiniones y propuestas. Tenemos que evitar las tendencias que de una u otra forma contienen concepciones electoralistas cuando hace falta algo cualitativamente distinto y superior.

Argentina, el contexto regional y nuestros desafíos estratégicos

• Con el mismo objetivo, esto tiene que extenderse hacia la intervención en los procesos de la lucha de clases, en la clase obrera con la unidad y coordinación del sindicalismo combativo, en el movimiento feminista y disidente, frente al ascenso de la lucha ambientalista, en la juventud y los desocupados. No puede existir una barrera entre la intervención en las luchas sociales y la lucha política: son parte de una misma estrategia y separarlas debilita la intervención en ambos planos.

A la vista de todes transcurre un nuevo salto de la lucha de clases en nuestra región. Se manifiesta de diversas formas y con lógicas desigualdades, en una combinación de mayor lucha de clases con polarización social y política. En estas últimas semanas, su dinámica la marcaron Ecuador primero y Chile después, como procesos de envergadura. A la vez se trata de un fenómeno de ascenso más extendido, con sus manifestaciones en Colombia, Haití, Honduras, Argentina, expresiones de repudio a Bolsonaro también en Brasil, crisis política en Perú y sin olvidar la enorme gesta de Puerto Rico hace tan solo un par de meses que liquidó un gobierno. Y lo mismo en otras regiones del mundo.

• Consideramos también que debemos tener una política de ampliación y renovación de nuestro frente, sobre la base de democratizar a fondo todos los debates, nuestro funcionamiento y la relación activa con sectores y referentes intelectuales, ambientales, sociales, del feminismo y la disidencia 51

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El cambio político en Argentina encontrará, en la medida en que siga el ajuste, nuevas expresiones de lucha de clases y resistencia obrera y popular, también posiblemente de la juventud y del movimiento feminista que en nuestro país adquirió notorias dimensiones. Sin duda así será, enriqueciendo con nuevas expresiones el ascenso regional que no cesa. Es precisamente en este marco que las y los revolucionarios tenemos enormes oportunidades y desafíos políticos. Si algo une las tareas y perspectivas de Chile, Ecuador, Brasil y Argentina, por tomar algunos ejemplos, es la necesidad imperiosa de fortalecer alternativas políticas anticapitalistas y socialistas que luchen por un gobierno de los trabajadores. A las luchas que esos pueblos protagonizan hay que fortalecerlas en el terreno político como tarea prioritaria y estratégica. Así lo hacen en Chile nuestres compañeres del Movimiento Anticapitalista, que se construyen como organización revolucionaria mientras a la vez buscan la articulación política con otros grupos anticapitalistas. Está el esfuerzo que desde sectores del ala izquierda del PSOL de Brasil también hacen por darle a ese partido un rumbo anticapitalista y socialista, en lucha con otras tendencias conciliadoras. Y así lo hacemos de nuestra parte en Argentina construyendo el MST y siendo parte activa del FIT-Unidad que en esta campaña recibió el apoyo internacional de una importante cantidad de organizaciones y referentes, cuestión que agradecemos profundamente. En nuestro país, por la fuerte tradición del trotskismo y la importante acumulación de cuadros y militantes formados en el marxismo revo-

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lucionario, las posibilidades pueden ser aún mayores y, lógicamente, también las responsabilidades. Esto no depende de causas objetivas ni de otras fuerzas políticas. Que en la nueva etapa política que se abre el FIT-Unidad esté a la altura de los acontecimientos depende de la política y orientación que tengamos desde nuestro propio frente. Para eso desde el MST aquí planteamos propuestas y vamos a insistir en lograr cambios para que se lleven a la práctica, y así fortalecer la pelea política de la izquierda contra todas las fuerzas políticas del régimen y contra las teorías posibilistas, escépticas y reformistas que son obstáculo para el salto que necesitamos. Si esta gran unidad de la izquierda que construimos se supera positivamente dejando atrás límites y problemas, haremos un gran aporte a toda la lucha regional contra los planes capitalistas. Ese es nuestro objetivo político. Para eso también, en el período que se abre, vamos a fortalecer nacionalmente al MST como partido revolucionario más inserto entre la clase trabajadora y la juventud, para estar lo más fuertes posibles en el impulso a esta política socialista, feminista, obrera e internacionalista. Como sección argentina de la LIS asumimos esa responsabilidad de cara a los desafíos que vienen. E invitamos al activismo, la vanguardia y la base electoral de la izquierda que nos acompañó durante estos meses en diversas actividades a que se sumen a construir junto a nosotres esta herramienta política colectiva, militante y revolucionaria. 1. Partido Justicialista, partido burgués tradicional, peronista.

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américa latina

Brasil: Bolsonaro, Lula y los debates en la izquierda

El anticapitalismo como

única alternativa Verónica O´Kelly, alternativa socialista

Como en otros países, aquí también se presenta el debate del “mal menor”, el posibilismo como expresión actual de la receta campista que nos invita a conformar alianzas políticas para enfrentar a un “mal mayor”.

Los ejemplos de las experiencias de gobiernos seudo progresistas, como el del PT de Lula y Dilma, han demostrado no sólo su limitación para dar respuesta a las necesidades de nuestra clase, a la juventud y al pueblo, sino también el compromiso que tuvieron y siguen teniendo con los planes del imperialismo en cada país. El PSOL no es ajeno a estos debates y de cara a las próximas elecciones algunes compañeres plantean alianzas con el PT, PCdoB o el PDT para enfrentar el avance conservador. Nuestra posición es opuesta: ratificamos la necesidad de construir una alternativa política con independencia de clase para enfrentar a Bolsonaro y su plan contra el pueblo. En las luchas y en las calles, la más amplia unidad de acción; pero un frente político con quienes gestionan el capitalismo es inviable si pretendemos gobernar con un programa feminista, ecosocialista, anticapitalista y socialista y no traicionarlo en el camino.

El problema es que esta receta no ofrece nada nuevo (ni bueno) en el horizonte, por ejemplo, la existencia de Bolsonaro en el poder se explica por la gran decepción de las masas con el PT. El otrora Partido de los Trabajadores asumió traicionando su programa histórico y fue garante de los negocios capitalistas de corporaciones del campo y la ciudad. Esa traición generó una inmensa ruptura con su base social que enfrentó las medidas de ajuste contra el pueblo, siendo la juventud protagonista de estos procesos de lucha. Así, la derecha aprovechó la oportunidad y disputó el poder con uno de los elementos más nefastos que había: Jair Bolsonaro. 53

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originarios o ambientalistas. Y en todos estos procesos comienza a plantearse, cada vez con más fuerza, la consigna “¡Fora Bolsonaro!”

Perfil fascista que no convence Otro eje de debate es la fortaleza o no del gobierno de Bolsonaro. En un mundo marcado por el ascenso en la movilización y una polarización cada vez más profunda, éste intenta revivir y actualizar un perfil fascista que no logra superar las barreras de sus propias intenciones. Hace días Bivar1, líder del partido del presidente, el PSL (Partido Social Liberal), aclaró que hay dos sectores internos: uno liberal puro y otro conservador radical, representado por Bolsonaro y su “clan”. La dinámica del gobierno, a menos de un año de haber asumido, es de crisis. Las necesidades actuales de los sectores burgueses que navegan en las aguas agitadas del sistema capitalista en crisis, precisan de políticas de ajuste más radicales y presionan al gobierno para que las aplique. Si bien el Brasil de hoy muestra un escenario de desigualdad social, precarización laboral, desempleo en ascenso, aumento del costo de la vida e índices de pobreza que avanzan, está lejos de ser el país que necesitan las corporaciones para asegurar sus ganancias: necesitan más ajuste y esto es lo que Bolsonaro no les garantiza. Su modelo no alcanza para disciplinar a nuestra clase. Es por esto que todos los días surgen nuevos conflictos, luchas o huelgas protagonizadas por trabajadores y trabajadoras, mujeres, estudiantes, pueblos

Anticapitalistas independientes y socialistas En este escenario de ascenso en la movilización, las derechas no se quedan de brazos cruzados e intentan recuperar terreno. La liberación de Lula se da en un momento de retroceso del gobierno derechista de Bolsonaro, la derrota electoral de Macri y las rebeliones en Chile, Ecuador y Haití. Lamentablemente, por los errores de Evo y el MAS, la derecha boliviana -fogoneada por la OEA- da un golpe e intenta retomar la iniciativa y desde allí atacar las rebeliones latinoamericanas. Es por esto que afirmamos que los partidos que conformaron gobiernos seudo progresistas y las alternativas políticas de conciliación de clases no sirven y nos llevan a nuevos fracasos que la derecha siempre está dispuesta a aprovechar. Con Lula en libertad se plantea con más fuerza el debate sobre la unidad en un frente político común para ganarle a Bolsonaro. Pero como dijimos antes, intentar enfrentar a la derecha con gerentes del capitalismo no es alternativa. Frente a una derecha radical, hace falta más izquierda anticapitalista, radical, independiente y socialista. Éste es el camino que empezamos como PSOL cuando salimos del PT debido a su traición. Éste es el camino que la realidad de los cada vez más masivos procesos de movilizaciones que recorren el mundo nos muestra como acertado. La lucha de las mujeres y las juventudes como vanguardia, radicalizando su programa y sus métodos, que abren rebeliones imparables como las de Hong Kong o Chile, marcan el camino. La victoria o no será definida en el terreno de la lucha contra el capital y no tejiendo alianzas con él. 1. Entrevista al programa Em Foco, de Globo News, 31/10/19.

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Irán: una rebelión

renacida de las cenizas Ghader Anari

Una rebelión comenzó en Irán esta semana después de un aumento en los precios de la gasolina. Las protestas, que comenzaron en la provincia sureña de Khuzestán, se han extendido a casi todos los estados y ciudades del país. Los precios de venta de gasolina, que llegan a triplicarse, causaron que las masas se volcaran a la calle. Pero tan pronto como comenzaron las protestas, las consignas fueron más allá de la ira contra dicho aumento y apuntaron contra el régimen. En una entrevista que dio dos días antes de que comenzaran las protestas, el ministro de Petróleo respondió a una pregunta sobre cuánto subiría el precio diciendo: “Hasta el nivel en que la gente guarde silencio”. Sin embargo, dos días después de esta declaración, los iraníes salieron a las calles y demostraron que alzarían su voz.

El alza de precios y la inflación Con este nuevo aumento, los conductores tendrán acceso a un precio de 15 mil riales (0.13 dólares) por litro en los primeros 60 litros de cada mes. El precio por cada litro después de esos 60 será de 30 mil riales (0.26 dólares estadounidenses). Antes del aumento, los conductores tenían derecho a comprar 250 litros de gasolina por mes a 10 mil riales el litro. También se sabe que el aumento de la gasolina es el comienzo de una nueva ola de alzas de precios en todos los bienes básicos, lo que significa un aumento general de la inflación. La razón principal detrás de la 55

rebelión provocada por este aumento es que Irán ya viene sufriendo una alta inflación desde hace mucho tiempo.

Las protestas Los manifestantes prendieron fuego a 12 bancos en la ciudad de Behbahan, 15 bancos en la ciudad de Karaj, el Banco Nacional de Irán y muchos bancos privados en diversos lugares. Los autos cortan las carreteras y manifestantes detuvieron el tránsito volcando arena en las mismas. Estas movilizaciones radicales de las masas que tomaron las calles motivadas por la ira contra la explotación intensa, la opresión y la crisis económica, golpean al país. Aunque el régimen oculta el número de personas que han perdido la vida en las protestas, se informó que al menos 15 personas han muerto hasta ahora. Esto muestra un contraste con la ola de protestas de 2017-2018: esta vez el régimen está más agresivo. Las protestas atrajeron a distintos sectores sociales en los centros urbanos: trabajadores, artesanos y comerciantes del bazar (Teherán), estudiantes y trabajadores de grandes sectores participan en las protestas. A pesar de las actuales duras condiciones climáticas, a 55

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pesar del clima frío y la nieve, la gente toma las calles durante largas horas y no regresa a su hogar.

Un nudo desatado: masas desorganizadas La mayor deficiencia de la lucha social en Irán es la ausencia de una alternativa organizada. Aunque la izquierda socialista es débil y dispersa, se desarrollan varios movimientos de solidaridad en el movimiento obrero. Pero es difícil decir que eso conforme una unidad. Del mismo modo, las alas de la oposición liberal chavista e islamista tampoco tienen fuerzas organizadas en el país. Además, la oposición de estos grupos es más favorable a las intervenciones imperialistas y demás, que a un movimiento de masas radical. A su vez, sería acertado decir que la izquierda, que es la única fuerza política que podría liderar el movimiento de masas en Irán, tiene una capacidad física insuficiente. Por esta razón, en la lucha se debe desarrollar una alternativa organizada para que las masas puedan triunfar. Esta tarea es difícil y no será posible sin esfuerzo.

Una rebelión dirigida contra el régimen En diciembre de 2017, la “rebelión del pan y la libertad” tuvo lugar en casi todas las ciudades de Irán. Después de semanas de protestas las masas tuvieron que replegarse, pero en muchos lugares hubo nuevas acciones y movimientos sociales. Ahora, con la experiencia de los últimos años, los trabajadores de Irán renacieron de las cenizas y volvieron a las calles. Esta vez las protestas son más masivas y la capacidad de resistencia es mayor. A diferencia de las protestas de 2017, en lugar de retroceder ante la policía y los militares, las masas atacan a las instituciones que identifican con el régimen de opresión y explotación, como las estaciones de policía y los bancos. Es importante para el pueblo iraní,

La ola de protesta internacional En los últimos meses se han desarrollado estallidos sociales y rebeliones en todo el mundo, de Francia a Chile, de Irak al Líbano. Este proceso no es independiente de la crisis global del sistema capitalista. En todo el mundo, la crisis económica, el desempleo, la pobreza y la falta de futuro causan estallidos masivos. La rebelión iraní debe entenderse como una acumulación de la ira que venía de dos oleadas de protesta previas y también como parte de los movimientos sociales internacionales. La actual crisis económica en Irán se debe tanto a las sanciones impuestas por Estados Unidos como a la crisis económica estructural que afecta al mundo en general. En otras palabras, los acontecimientos en Irán no pueden leerse en forma independiente de la crisis del sistema capitalista imperialista internacional. Las causas y el desarrollo de los estallidos sociales, así como sus debilidades, son similares en todas partes. Las masas que salieron a las calles en Irak, Líbano, Chile, Francia y finalmente Irán tienen dificultades para lograr una victoria porque carecen de una vanguardia organizada. Ante estos acontecimientos internacionales, nuestra lucha también debe ser internacionalista. ¡Ahora es el momento de organizar una lucha internacional, mientras las protestas sacuden al mundo!

que lucha contra la pobreza, la crisis económica, la inflación y el desempleo, adoptar una actitud política contra el régimen. El régimen de los mullahs, de décadas de antigüedad, se basa en la explotación y la represión. En los últimos años, los problemas económicos han aumentado con el impacto de la crisis y el aumento de la gasolina fue la gota que rebalsó el vaso. Con la vida de lujo de sus miembros y la enorme brecha de ingresos y desigualdad que creó, el podrido régimen allanó el camino de la ruptura política masiva del pueblo iraní. En Irán, donde no habrá cambios sin apuntar contra el sistema de los mullahs, la concreción de esta ruptura política es un avance importante. En comparación con las protestas de 2017-18, la masividad y el radicalismo de las protestas actuales muestran que la lucha de la clase trabajadora contra el régimen está progresando. revolución permanente

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¿A dónde van las rebeliones

de Irak y el Líbano?

Emre Güntekin

En Irak y el Líbano, países llenos de contradicciones, los trabajadores y los jóvenes salieron a las calles por más de un mes aunque enfrentan la muerte y una posible guerra civil, en especial en el Líbano por su sensible equilibrio étnico y religioso.

las acciones que empezaron el mes pasado. Millones de personas en casi todas las regiones, desde Chile hasta Irak, no encuentran salida a las condiciones sociales a las que se ven sometidas salvo rebelándose contra quienes los hunden en una profunda miseria mientras ellos mismos viven en la riqueza. Si hay un rayo de esperanza para el futuro es la ola de rebelión que se ha desarrollado desde América Latina hasta Medio Oriente. Hace unos nueve años, la geografía árabe fue testigo de una ola de rebeliones contra regímenes opresivos, corrupción y los problemas urgentes surgidos de las políticas neoliberales aplicadas desde hace décadas. Después de que se inmolara en un mercado público Mohammed Buazizi, que era un graduado universitario desempleado, los

Ambos países tienen historias parecidas: Irak vivió bajo la sangrienta dictadura de Saddam Hussein durante una década y luego bajo una ocupación imperialista que fue peor que el régimen dictatorial. El Líbano, a su vez, perdió cientos de miles de vidas en décadas de sangrienta guerra civil. En la vida de ambos países no había siquiera esperanza del más mínimo cambio hasta 57

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trabajadores tunecinos se rebelaron contra Zeynel Abidin Bin Ali, que había gobernado el país con puño de hierro durante 23 años, y lograron derrocarlo. Esa rebelión se extendió rápidamente a otros países del norte de África, cuyas condiciones sociales eran casi idénticas a las de Túnez. El derrocamiento del dictador egipcio Hosni Mubarak en enero de 2011 mostró que las décadas de reinados en la región realmente estaban terminando. Pero en los días que siguieron, llegaron las intervenciones imperialistas en las legítimas rebeliones de los pueblos en Libia y luego en Siria. Esto condujo a una rápida manipulación de la ola de protestas, utilizando los conflictos de identidad, y desencadenó guerras interminables. Primero, las bandas islamistas radicales, que habían sido protagonistas de las sangrientas guerras civiles en Libia, entraron en acción y Gadafi fue derrocado por la intervención de la OTAN. Después comen-

zó la guerra civil siria, que en algún grado afectó a casi todo Medio Oriente. Debido a la dura competencia entre fuerzas imperialistas como los regímenes de EE.UU., Rusia, Irán, Turquía y el golfo sunita, esta guerra se convirtió en una pena de muerte para millones de sirios. La estructura demográfica multi-identitaria de Siria se ha manipulado rápidamente. Después de completar su misión en Libia, las pandillas yihadistas, apoyadas por países de la región como Turquía y Arabia Saudita, se trasladaron a Siria para luchar por un cambio de régimen como el que habían logrado en Libia. En resumen, la ola de rebelión que se inició con grandes esperanzas para los pueblos árabes se convirtió en una sangrienta guerra civil en torno a la rivalidad de las fuerzas imperialistas en Siria y ha allanado el camino a un proceso en la región que no han podido controlar. revolución permanente

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Las rebeliones en el Líbano e Irak ya se han visto afectadas por la rivalidad imperialista. Las clases trabajadoras soportan el peso de las penurias políticas creadas por la rivalidad entre EE.UU. e Irán, tal como ha sido durante años en Siria. En la medida en que las sociedades se polarizan en base a identidades religiosas y étnicas, las familias ricas y las fuerzas armadas paramilitares controlan las piedras angulares de la política burguesa. A pesar de todas las divisiones y hostilidades en el pasado, las acciones de masas que lograron reunir a todas las identidades en torno a demandas económicas y sociales rompieron el statu quo que se basa en el reparto de poder en la esfera política. En tal situación, la lucha entre los sectores burgueses por la hegemonía en la reconstrucción del colapsado statu quo es inevitable. Pero una cosa es segura: ¡a nadie le importan los problemas y las demandas de los trabajadores libaneses e iraquíes! El régimen de los mullahs (clérigos islámicos) en Irán ha desconfiado de las protestas en la región desde el inicio. En una declaración el 31 de octubre, el líder religioso iraní Ali Khamenei dijo que las acciones en Irak y el Líbano habían sido provocadas por los servicios de inteligencia estadounidenses y occidentales, y que estas fuerzas querían provocar el caos en la región1. El mismo día, el Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, dijo: “El pueblo libanés quiere un gobierno eficiente y efectivo, y una reforma económica para poner fin a la corrupción generalizada” 2. ¡Qué amigables son! Por supuesto, la cuestión no se limitó a la demagogia de ambos poderes. El régimen de los mullahs no quiere perder décadas de inversiones políticas, económicas y militares en ambos países: delegados suyos en Irak y el Líbano transmitieron a dichos gobiernos su experiencia en reprimir a los trabajadores. En Irak, las fuerzas respaldadas por Irán (en especial los francotiradores del paramilitar Hashd al-Shabi) intervinieron con violencia en Bagdad y las ciudades shiítas del sur del país, causando numerosas muertes. La semana pasada, Muqtada al-Sadr salió a las calles de Najaf para apoyar las protestas, con la esperanza de controlarlas, pero la revuelta no se desvaneció. El hecho de que los manifestantes quemaran banderas iraníes y carteles de Khamenei muestra que la rebelión no se resolverá fácilmente. En respuesta a estos levantamientos, el periodista Husein Sheriatmadari, uno de los asesores de Khamenei, emitió un comunicado llamando a los trabajadores iraquíes y liba-


neses a atacar a las embajadas de Arabia Saudita y EE.UU. Las masas ya han acumulado ira contra tales enfoques políticos que las hacen pasivas y excluidas. En Irak, que ha sido escenario de muchas rebeliones a lo largo de los años (las principales tuvieron lugar en 2011, 2015 y 2018), éstas en general se desarrollaron bajo el control de los dirigentes políticos shiítas. Sin embargo, el punto más importante que llama la atención esta vez es la superación de estas divisiones basadas en identidades sectarias. Fehim Taştekin citó a una joven rebelde iraquí: “No somos sadristas, no somos sistianos. No somos sunitas ni shiítas. Somos iraquíes ¿Por qué nos están disparando? Solo gano ocho dólares por día para vivir” 3. Taştekin dice que a pesar del gobierno shiíta de Abdulmehdi en Irak, la escalada de las protestas en las principales ciudades shiítas como Basra, Karbala y Najaf, y en unas pocas ciudades sunitas, muestran que la ola de movilización surge de una realidad social más profunda que la que sugiere el discurso de la “conspiración occidental”. En el Líbano, Hezbolá y el Movimiento Amal shiíta continúan defendiendo el statu quo actual. Al comienzo de las protestas, el líder de Hezbo-

llah, Nasrallah, las describió como un “movimiento popular transparente, honesto y no sectario, cuyas raíces no están en un partido o una embajada”4. Pero cuando la veloz radicalización del proceso y la ira dirigida también hacia los políticos shiítas se evidenciaron en las calles, Hezbolá les dio la espalda a las masas. Aunque las fuerzas de Hezbolá no atacaron directamente las protestas, algunos ataques de sus militantes a los manifestantes se compartieron en las redes sociales. Por ahora, los socios iraníes y libaneses están trabajando para retirar a sus bases shiítas de las protestas. Nasrallah ya ha llamado a sus seguidores a que no asistan a las movilizaciones para desmantelar el movimiento. La razón de su miedo es la posibilidad de que sus partidarios, influenciados por la rebelión, se desplacen hacia la izquierda y se alejen de su hegemonía. Los pueblos representan una amenaza para las fuerzas imperialistas y sus colaboradores locales que convirtieron sus vidas en un infierno. Pero esta ira no sólo va contra Irán. Si lees los medios internacionales, es posible ver que los trabajadores iraquíes y libaneses señalan a Irán como la única razón de su enojo. Pero en contra de este 59

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enfoque manipulador, los trabajadores libaneses presentaron un buen eslogan: “Todos significa todos”. Después de la renuncia del primer ministro respaldado por los sunitas y sauditas, Saad Hariri, el 29 de octubre, los trabajadores libaneses levantaron consignas expresando su rechazo a apoyar al líder de Hezbollah Hassan Nasrallah y al líder del Movimiento Amal Nebil Beriri. Los activistas respondieron gritando: “¡Vete, vete, vete! ¡No eres nuestro padre!” 5 Consignas similares resuenan en las calles de Irak. El lema “Quiero una nación” 6 se convirtió en tendencia de Twitter en esos días.

contra la hegemonía iraní, como si no fueran Norteamérica y sus socios occidentales quienes destruyeron al pueblo con su invasión en 2003. Sin embargo, está claro que los trabajadores de ambos países están en la calle contra todas las élites del statu quo. Los trabajadores y los jóvenes, que han sido hundidos en la pobreza y la miseria durante largos años, que vienen observando el enriquecimiento y la corrupción de un puñado de élites, quieren un cambio ya. El hecho de que no han abandonado las calles y han rechazado las divisiones sectarias es una indicación de esto. No obstante, esto por sí solo no puede garantizar el éxito de las rebeliones; en particular en Medio Oriente, donde la manipulación imperialista de los movimientos de masas es muy común y la lucha de clases organizada es débil. El orden político burgués ya está en bancarrota tanto en Irak como en el Líbano. Estos regímenes de poder compartido entre sectores burgueses de las distintas etnias y religiones no pueden dar a las clases trabajadoras lo que ellas necesitan. Incluso si las clases dominantes logran repeler las rebeliones actuales, este hecho no cambiará. Mientras sigan los ataques neoliberales, los fuertes impuestos, el desempleo y la corrupción, la gente saldrá a las calles una y otra vez como lo hicieron en 2011, 2015 y 2018. Pero las movilizaciones no alcanzan para lograr un verdadero triunfo y cambiar el futuro. A la par, las masas deben girar hacia la izquierda y el socialismo. El triunfo de los trabajadores iraquíes y libaneses sólo se puede lograr a través de la lucha de clases organizada dirigida por una organización socialista. Una de las tareas históricas de la Liga Internacional Socialista (LIS) es construir esta fuerza de vanguardia que unirá a los pueblos de dicha región en una Federación Socialista de Medio Oriente.

¿Cómo pueden triunfar las rebeliones en Irak y el Líbano? En Medio Oriente, ninguna fuerza política vinculada al sistema capitalista-imperialista puede resolver los problemas urgentes de las clases

trabajadoras. Por otro lado, las intervenciones imperialistas siempre ensombrecen la legitimidad de las justas rebeliones de las masas y fortalecen a direcciones burguesas como las de Hezbollah y Sadr, que son enemigos de los trabajadores. De igual modo, el podrido régimen de los mullahs en Irán utiliza la represión imperialista y las sanciones internacionales como excusa para criminalizar y reprimir la oposición en su país. Además, Irán lleva a cabo esta línea no sólo en su política interna, sino también en Irak y el Líbano, donde disputa la hegemonía contra EE.UU. y sus aliados. Tienen una razón para esto: lo que más asusta al régimen de los mullahs es que la ola de rebeliones llegue a Irán. Sobre dicha ola, las potencias imperialistas occidentales son hipócritas. Intentan utilizar la lucha del pueblo iraquí como herramienta revolución permanente

1. https://www.aljazeera.com/news/2019/10/khameneistoking-chaos-iraq-lebanon-protests-191030160139954. html 2. https://www.nytimes.com/2019/10/31/world/middleeast/ protests-iraq-lebanon-iran.html 3. https://www.gazeteduvar.com.tr/yazarlar/2019/10/07/irakyine-bir-komploya-kurban-mi-gidiyor/ 4. https://www.gazeteduvar.com.tr/yazarlar/2019/11/04/ lubnani-cekistirmek-hizbullahin-basi-belada-mi/ 5. https://aawsat.com/english/home/article/1955411/allthem-means-all-them-lebanon-protest-slogans 6. https://time.com/5721115/lebanon-iraq-protests-iran/

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El destino de los kurdos y

el futuro de la lucha V. U. Arslan

La dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores (SEP) de Turquía, Günes Gümüs, había advertido a los trabajadores y jóvenes turcos contra el clima chovinista alentado por la burguesía turca, que “la Nakba1 de los kurdos no sería ninguna fiesta para los turcos”.

de la desorganización y división de la clase trabajadora está profundamente arraigado. Ciertamente, nunca será posible que la clase trabajadora desarrolle una conciencia de clase avanzada y se convierta en sujeto político activo sin aprender a defender los derechos de los kurdos. Por lo tanto, los marxistas revolucionarios que intentamos convertir la conciencia más avanzada de la clase trabajadora en un poder organizado seguiremos enseñando a los trabajadores el principio leninista de la autodeterminación. Al hacerlo, mantendremos nuestras críticas al movimiento nacional kurdo y nuestra independencia política.

La operación “Primavera de Paz” tuvo el objetivo de aplastar pueblo kurdo en cualquier circunstancia. A la vez, su finalidad fue reafirmar el poder del gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), dividiendo profundamente a la clase trabajadora y debilitando la oposición social. Sin embargo, ésta última se recuperará y el poder del AKP comenzará a perder este impulso en la medida en que los problemas internos del país dominen la agenda de la clase trabajadora. Pero el problema 61

Todo al revés Todo comenzó con el final de las negociaciones, que habían durado años, entre el AKP y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). No fue di61

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fícil prever que el proceso volvería a convertirse en una guerra total, porque ni el AKP y el Estado burgués querían otorgar a los kurdos sus derechos reales, ni el PKK tenía la intención de abandonar las armas. Cuando el AKP llegó al poder, pareció adoptar una línea moderada sobre la cuestión kurda y en los momentos críticos el movimiento nacional kurdo le dio un apoyo implícito al AKP. Por ejemplo, durante el levantamiento de Gezi en 2013, el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) mantuvo a los kurdos alejados de la rebelión. Esa imagen reformista y moderada era un requisito para la política de alianzas de Erdogan en el juego del poder. Basada en la desconfianza mutua, esa asociación se rompió en 2015. El carismático líder del HDP, Demirtas, había empujado a su partido hacia una posición anti-Erdogan, lo que se convirtió en un obstáculo para los intentos de Erdogan de monopolizar el poder. Por otro lado, la guerra civil siria había cambiado el equilibrio. Las fuerzas del PKK en Siria estaban organizando un gobierno autónomo en las tierras liberadas en Rojava (el Kurdistán sirio). Además, las milicias del PKK, compuestas por jóvenes kurdos, aprovecharon el proceso de negociación para obtener un control considerable de muchas ciudades del Kurdistán turco. La autoconfianza de los líderes del PKK había empezado a romper sus lazos con la realidad. ¿No podrían implementarse las experiencias de autogobierno de Rojava en las ciudades kurdas al norte de la frontera? En junio de 2015, cuando el HDP logró un éxito electoral histórico con el 13% de los votos y el AKP perdió su mayoría en el parlamento, el PKK declaró que había puesto fin al alto el fuego e intentó establecer la “autonomía de facto” con sus milicias en muchas ciudades kurdas. Esto era exactamente lo que quería el AKP, porque estaba claro que el proceso de alto el fuego había debilitado al AKP y a Erdogan. Aunque el AKP trató de provocar la guerra antes de las elecciones de junio para evitar la derrota electoral, el PKK evitó enfrentamientos que pudieran opacar las elecciones. Pero inmediatamente después de las elecciones, la decisión del PKK de poner fin al alto el fuego derivó en el encarcelamiento de Demirtas, que venía de lograr un gran éxito, y aún está en prisión. Después de la declaración del fin del alto el fuego, se declaró el autogobierno en decenas de ciudades kurdas y las guerras urbanas empezaron y duraron meses. La milicia, que no tenía suficiente munición ni preparación, no tenía muchas posibilidades contra las Fuerzas Armadas Turcas (TAF). Las guerras urbanas no se convirtieron en una rebelión popular kurda y todos continuaron con su vida cotidiana, excepto revolución permanente

en las zonas de combate. Esto expresaba el escepticismo del pueblo sobre el HDP y su estrategia de guerra urbana. Como resultado, las milicias fueron aisladas en ciertas partes de las ciudades y su derrota fue inevitable. Las consecuencias de la derrota fueron severas para el movimiento nacional kurdo. Miles de cuadros críticos de las ciudades han sido asesinados o arrestados; miles más han huido a Europa. El HDP fue intimidado e interventores fueron nombrados en los municipios que gobernaba. Finalizadas las guerras urbanas, el estado de emergencia declarado tras el intento de golpe de Estado de julio de 2016 también exacerbó la opresión contra el HDP. Los arrestos y despidos fueron masivos y el HDP todavía está casi paralizado. El umbral crítico es que las protestas civiles masivas puedan comenzar. El pueblo kurdo ha vivido cosas peores, pero la situación actual señala que las masas devastadas por la guerra ahora se mantienen alejadas de la política activa. Además, el PKK sufrió importantes derrotas en las zonas rurales. Utilizando las oportunidades de la tecnología e innovando constantemente, las TAF han debilitado en forma significativa al PKK, cuya capacidad de acción ha caído a los niveles más bajos de su historia. A pesar de estas pérdidas, las conquistas del movimiento nacional kurdo en Rojava fueron una gran fuente de motivación. No obstante, en 2016 comenzó la intervención de las TAF en territorio sirio, con la aprobación de Rusia y otros Estados imperialistas. En primer lugar, la región de Al-Bab-Azez-Jarablus fue invadida por la Operación Escudo del Éufrates, que empezó en agosto de 2016. Le siguió la región simbólica de Afrin, de alta población kurda, en enero de 2018; y finalmente, en octubre de 2019, la zona al este del Éufrates. Así fue como el movimiento nacional kurdo perdió Rojava después de que Estados Unidos los abandonara. Las derrotas militares del movimiento nacional kurdo tendrán consecuencias a largo plazo. Parece difícil que el PKK se recupere en el plano militar. Es evidente que el Estado turco no abandonará las ventajas militares y posición superior adquiridas. En general, es un período histórico en el que las posibilidades de lucha guerrillera han disminuido. Sin embargo, el debilitamiento del PKK no significa que el pueblo kurdo abandone sus aspiraciones nacionales. La dinámica nacional continuará manifestándose en los votos del HDP. Por otro lado, si no hubiera cambios significativos en la situación política de Turquía, la capacidad de movilización del HDP continuará siendo limitada. 62


El atraso económico de las regiones kurdas devino en la debilidad de las clases sociales portadoras del nacionalismo, retrasando el carácter nacional de las rebeliones kurdas del siglo XIX. Pero en 1908, con la segunda monarquía constitucional, los intelectuales kurdos se politizarían sobre la base de su identidad nacional. De esta manera, justo antes y durante la Iª Guerra Imperialista, los intelectuales kurdos empezaron a enfatizar la identidad kurda y plantear demandas nacionalistas. Durante ese período se intensificaron las actividades de los intelectuales kurdos por el establecimiento de un Kurdistán autónomo o independiente. Mientras se dibujaron las fronteras de Medio Oriente, el nacionalismo kurdo intentó despertar la conciencia nacional entre los kurdos y establecer una administración política propia en su territorio histórico, como intento de recuperación tardía. Aunque el Acuerdo de Sevres, que los ganadores de la I Guerra imperialista impusieron a los otomanos derrotados preveía una Gran Armenia y un gobierno autónomo kurdo bastante pequeño, el movimiento de liberación nacional turco, que comenzó bajo el liderazgo de Mustafá Kemal, y al que se unieron los kurdos, invalidó ese acuerdo en los hechos. Como resultado de las batallas, la ocupación de Anatolia por Grecia, respaldada por los ingleses, fue derrotada; las tropas francesas en las regiones del sur fueron deportadas a Siria por resistencias locales de las que participaron los kurdos; y la estabilidad de las fronteras soviética e iraní fue preservada. Así:

Historia de la opresión de los kurdos A principios del siglo XX, durante la ola de crecientes movimientos nacionalistas y formación de Estados nacionales, los kurdos no tuvieron éxito bajo el Imperio Otomano. El punto de inflexión para ellos fue el hecho de que después de la Iª Guerra Mundial el territorio habitado por los kurdos se dividió en cuatro: Turquía, Irak, Irán y Siria. Por otro lado, la base de la cuestión kurda se remonta a una edad temprana. Se basa en los esfuerzos por centralizar el Imperio Otomano en el siglo XIX. Las características centralistas de las reformas administrativas que se llevaron a cabo como parte de la modernización turca se enfrentaron a la resistencia de las tribus kurdas que hasta entonces habían vivido bajo una autonomía de facto. Esas primeras revueltas fueron lideradas por señores feudales kurdos. En el último cuarto de siglo, el liderazgo de las autoridades religiosas kurdas (jeques) prevalecería en los levantamientos. Después del derrocamiento del panislamista Sultán Abdulhamid II, que en general fue bueno con las tribus kurdas y cooperó con ellas para reprimir a la minoría armenia, la ideología oficial del Estado fue reconstruida sobre el nacionalismo turco. El espíritu de esos tiempos, moldeado por las rebeliones armenias, las guerras de los Balcanes y la guerra imperialista, señaló el surgimiento del nacionalismo. El desarrollo del nacionalismo kurdo se fortaleció como reacción al nacionalismo turco.

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1) La histórica división de los kurdos en dos, entre el Imperio Otomano e Irán, se convirtió en una división en cuatro regiones dentro de Irak, Irán, Siria y Turquía, creándose los límites actuales. Como resultado, el problema kurdo ha adquirido un carácter regional y el pueblo kurdo ha sido sometido a diferentes formas de opresión bajo diferentes regímenes.

(peshmerga) liderados por Mustafá Mullah Barzani lucharon primero contra los otomanos, luego contra los británicos y, principalmente, contra el Estado iraquí con sede en Bagdad. Entretanto, después del debilitamiento del Estado iraní tras la IIª Guerra Mundial, las fuerzas peshmerga de Barzani se mudaron a Irán para convertirse en la fuerza militar de la efímera República de Mahabad. Las fuerzas de Barzani se vieron obligadas a refugiarse en la URSS después de que Stalin abandonara a los kurdos a su buena suerte. Como allí no fueron bienvenidos, regresaron al sur del Kurdistán en 1958 para luchar por los derechos políticos kurdos. Aunque lograron la autonomía contra el gobierno central de Bagdad después de algunos triunfos militares, las disposiciones constitucionales nunca se implementaron por completo. Luego, Saddam Hussein logró una victoria decisiva sobre ellos en 1975, cuando el régimen del sha de Irán dejó de apoyarlos, y perdieron sus derechos nuevamente. En 1980, cuando empezó la guerra de ocho años entre Irán e Irak, los peshmerga apoyaron a Irán. En respuesta, Saddam Hussein perpetró horribles masacres con armas químicas contra los kurdos. Cientos de miles de civiles kurdos murieron en las masacres de Halabja y Enfal. En 1991, cuando empezó la primera Guerra del Golfo, EE.UU. destruyó Irak y generó las condiciones que condujeron a la formación de un Estado kurdo de facto en la región al norte del paralelo 36. Massoud Barzani se transformó en un aliado cercano de EE.UU. En 1998, los enfrentamientos interminables entre las tribus de Barzani y Talabani se resolvieron con la mediación norteamericana y se otorgó una especie de unidad nacional kurda. Cuando EE.UU. derrocó al régimen de Saddam en la segunda Guerra del Golfo (2003) y destruyó el Estado Baath2, la administración kurda en el norte se relajó y se convirtió en un semi-Estado con su propio ejército, banco, ingresos petroleros y crecimiento económico. En el Irak post Saddam, ISIS surgió con la radicalización de la reacción de la minoría sunita. Cuando ISIS se apoderó de Mosul y amenazó a Bagdad y Erbil, las fuerzas peshmerga, respaldadas por EE.UU., salvaron a una gran región de ISIS y pasaron a controlar muchas regiones petroleras disputadas, como Mosul y Solimania. Barzani quiso consolidar esas ganancias con un referéndum de independencia, pero se encontró totalmente abandonado. Además de Bagdad, Teherán y Ankara también mostraron una fuerte hostilidad.

2) Mustafá Kemal y sus cuadros utilizaron su autoridad, proveniente de su liderazgo en la liberación nacional, para romper con los otomanos y el califato y establecer una república burguesa. La República implementó una política ambiciosa de centralización y nacionalización heredada del Imperio Otomano y utilizó un intenso nacionalismo turco como cimiento. Los kurdos, por otro lado, fueron ignorados y asimilados durante la guerra de liberación nacional pese a las garantías dadas a los líderes tribales por los kemalistas. El área mayor y más poblada de los kurdos es el Kurdistán de Turquía. Aunque los kurdos se rebelaron contra la identidad étnica única de los turcos y entraron en conflicto con el régimen kemalista en más de veinte rebeliones, estas fueron severamente reprimidas. La Rebelión de Dersim (1937), la última de aquellas, estalló a partir de una provocación turca, más que como una rebelión. La crueldad y brutalidad del Estado habían alcanzado dimensiones extremas. Como resultado, el movimiento nacional kurdo permaneció en silencio hasta que se desarrollaron condiciones más favorables en la década de 1960. El ascenso de 1968 desplazó a todo el país hacia la izquierda y llevó a la juventud kurda hacia el campo gravitacional de la política socialista. Los jóvenes revolucionarios kurdos establecieron sus propias fracciones de izquierda en Kurdistán en los ’70, una de las cuales fue el PKK, dirigido por Abdullah Öcalan, que no se destacó en aquel momento. Los acontecimientos posteriores provocarían la reciente rebelión kurda bajo el liderazgo del PKK.

El Kurdistán iraquí Cuando se menciona la lucha del Kurdistán en Irak, viene a la mente la familia Barzani, que también se ha visto parcialmente afectada por el Kurdistán turco. El movimiento peshmerga, liderado por la tribu Barzani, tiene una experiencia centenaria de lucha nacional que ha dejado su huella en la historia nacional kurda. Los guerrilleros kurdos revolución permanente

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Pero lo realmente devastador para Barzani fue que EE.UU. y Europa lo dejaron a la merced de sus enemigos. Cuando el ejército iraquí, que se había fortalecido en la guerra contra ISIS y convertido en una fuerza destructiva con el aporte de paramilitares respaldados por Irán, marchó hacia el norte, los peshmerga no pudieron resistir. Todas las áreas sobre las que había avanzado Barzani, como Kirkuk, rica en petróleo y disputada durante 80 años, se perdieron. Aunque el ejército iraquí pudo haberse apoderarse fácilmente incluso de Arbil, Bagdad detuvo la operación cuando los kurdos retrocedieron a las antiguas fronteras del gobierno regional de Kurdistán. Los kurdos fueron decepcionados una vez más.

en Viena por la inteligencia de la República Islámica de Irán. En la lucha guerrillera de baja intensidad en curso se destaca el PJAK, brazo iraní del PKK.

El Kurdistán sirio Una parte de la minoría kurda en Siria está compuesta por quienes huyeron de Turquía debido a la represión. El régimen nacionalista en Damasco declaró que a los kurdos recién llegados no se les otorgaría la ciudadanía para ocultar el hecho de que éstos se convirtieron en mayoría en la región de Jazeera. En todo el norte sirio, el Estado se esforzó por crear un cinturón árabe y trató de alterar la estructura de la población. Por otro lado, el gobierno de Hafez al-Assad decidió apoyar al PKK contra Turquía, su enemigo de entonces. De hecho, durante la Guerra Fría, el régimen de Assad apoyó activamente a los grupos palestinos y a todas las organizaciones guerrilleras antiisraelíes y antiestadounidenses. Sin embargo, debido a la disputada región de Hatay y el apoyo de Turquía a la Hermandad Musulmana, que es el mayor enemigo del régimen de Damasco, el régimen de Assad fue hostil hacia Turquía. En este contexto, el apoyo brindado al PKK fue de particular importancia. De hecho, Abdullah Öcalan dirigió su organización desde Damasco durante muchos años, bajo dos condiciones principales: primero, el PKK no podía usar la frontera sirio-turca para montar ataques guerrilleros contra Turquía; segundo, el PKK no podía organizar a los kurdos en Siria contra el régimen de Assad. Este acuerdo jugó un papel importante en la calma del Kurdistán sirio en comparación con otras zonas. Por otro lado, cuando la URSS colapsó, el régimen de Assad perdió a su

El Kurdistán iraní El Kurdistán iraní también tiene una historia de lucha de cien años, con hitos considerables, como la época en que el líder tribal Simko ocupó el área alrededor del Lago Urmia durante cuatro años, de 1918 a 1922, o como la República de Mahabad, que duró menos de un año, en 1946, bajo el liderazgo de Gazi Muhammad, respaldado por la URSS y apoyado por las fuerzas peshmerga de Barzani. Cuando el régimen del sha iraní Pahlevi fue derrocado en 1979, los kurdos de nuevo quisieron aprovechar la brecha de autoridad, pero cada vez que la administración de Teherán estabilizó sus poderes, no tuvieron posibilidad de resistir. El Partido Democrático del Kurdistán Iraní (IKDP), que es pro-Barzani, y el izquierdista Komala (Sindicato Revolucionario de Trabajadores del Kurdistán Iraní) lideraron la lucha, pero otra vez ésta se redujo a la lucha guerrillera en las zonas montañosas. El líder del IKDP, Kasimlo, fue asesinado en 1989 65

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principal aliado, lo que lo debilitó significativamente. Debido al hecho de que el PKK estaba organizando ataques cada vez más intensos contra Turquía desde Siria, Turquía dio un ultimátum a Damasco, con la aprobación de Estados Unidos: Öcalan se tenía que ir de Siria o Turquía declararía la guerra contra ésta. Entonces el dirigente kurdo abandonó Siria y después fue capturado en África por una operación de la CIA. En Siria, Bashar al-Assad, que llegó al poder después de que su padre muriera en el 2000, estableció relaciones entre Turquía y Damasco y comenzó a cooperar con Turquía contra el PKK. Sesenta y cuatro personas perdieron la vida en la intervención policial en los enfrentamientos que se desataron después de un partido de fútbol en Qamishli en 2004. Cuando empezó la guerra civil en Siria en 2011, los kurdos sirios encontraron la oportunidad para establecer su propio gobierno. Sin embargo, cuando Estados Unidos abandonó a las Unidades de Protección Popular (YPG), que son las fuerzas armadas de los kurdos sirios lideradas por el PKK, en 2019, quedaron solas frente a las TAF y los grupos armados respaldados por Turquía. Ésta se apoderó de casi la mitad del cinturón del norte de Siria y ha modificado la estructura etnográfica allí. En el resto de Rojava, el régimen de Assad impuso su control con el apoyo de Rusia, lo que significa el fin de Rojava. La única preocupación de Estados Unidos era usar a las YPG para mantener el control de las regiones petroleras de Siria.

Las derrotas del movimiento nacional kurdo que se sucedieron hace poco en Irak, Turquía y Siria provocarán efectos políticos a largo plazo. Pese al siglo de luchas, esfuerzos y los costos pagados, la estabilidad del statu quo que oprime a los kurdos ha regresado. Los kurdos, que están predispuestos al radicalismo y al socialismo, combinan sus aspiraciones nacionales con su ira contra la pobreza y la falta de futuro, lo que resulta en una gran energía. La juventud y los trabajadores kurdos deben aprender de las experiencias de la historia. La primera realidad que se revela es que la liberación de los kurdos sólo es posible a través de la desintegración total del statu quo capitalista imperialista. La libertad kurda sólo es posible con un movimiento socialista y clasista unido que ataque al capitalismo imperialista y apunte contra el orden existente. La historia de la lucha nacional kurda durante más de cien años también ha demostrado que los oprimidos no pueden ser liberados bajo la tutela de fuerzas imperialistas. La energía de los trabajadores y la juventud tiene la capacidad de encarar una luchar socialista internacionalista contra el capitalismo imperialista en todo Medio Oriente. ¡Para los pobres y oprimidos de Medio Oriente, para la igualdad, la hermandad y la libertad, no hay otro camino más que el de conquistar un Medio Oriente socialista! En este mundo de nacionalismo, naciones-Estado y grandes potencias imperialistas no es posible una solución democrática o militar para la cuestión kurda: la única salida es clasista y revolucionaria. Incluso cuando crees que tienes la superpotencia del mundo de tu lado, incluso cuando Estados burgueses como Irak y Siria parecen derrumbarse, las conquistas de los kurdos se destruyen de repente. En conclusión, la libertad de los kurdos sólo es posible con el éxito de un movimiento popular socialista unido que enfrente a los imperialistas, dictadores burgueses y Estados en su conjunto. Ningún poder podría frenar la unidad revolucionaria internacionalista de los trabajadores de diferentes orígenes étnico-religiosos en Medio Oriente. El pueblo kurdo oprimido solo se puede liberar de esta manera. La resistencia de los oprimidos es, por supuesto, justificada y legítima, pero tenemos el deber de decirle al pueblo kurdo que el único camino hacia la liberación es el socialismo.

¿Cómo pueden liberarse los kurdos? Los kurdos siguen confinados dentro de las fronteras de la Iª Guerra imperialista. Cada vez que los Estados nacionalistas se debilitan y pierden autoridad, como Irak y Siria, el movimiento nacional kurdo avanza, pero cuando esos Estados centrales recuperan su autoridad, todas las conquistas se pierden. A pesar de todas las guerras, la ocupación, el derrumbe del Estado y la guerra contra ISIS, Barzani fue finalmente derrotado en Irak. De igual modo, pese a la larga guerra civil que arruinó a Siria, el intenso apoyo de Estados Unidos que algunos pensaron inquebrantable y las victorias contra ISIS, Rojava hoy está liquidada. Las fuerzas imperialistas apoyaron a los kurdos mientras sirvieron sus intereses. Al igual que Inglaterra y Francia y luego la URSS, ahora Estados Unidos abandona a los kurdos sin piedad. Del mismo modo, los Estados nacionalistas rivales apoyaron al movimiento nacional kurdo durante algún tiempo, como lo hicieron Irán y Siria, pero luego también los traicionaron. revolución permanente

1. Catástrofe, en árabe. 2. Renacimiento, en árabe.

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Declaración de la LIS

sobre Rojava El 9 de octubre, con la aprobación implícita de los Estados Unidos, el régimen de Erdogan lanzó una operación militar en el norte de Siria (Rojava) que se llama “Primavera de Paz”. Hay otros factores detrás de la escena de la ocupación que se esconden detrás de frases diplomáticas elegantes, como la preservación de la integridad territorial de Siria y la limpieza de focos de “terror” en la región: revertir las conquistas democráticas nacionales del pueblo kurdo como una vieja tradición estatal, proveer un aliento de aire fresco a las aventuras neo-otomanas establecidas en el eje de Oriente Medio y Siria, revertir la caída de popularidad debido a la crisis económica, la pobreza y el desempleo y elevar el consentimiento de la clase trabajadora con una campaña chauvinista. Particularmente desde el referéndum de 2016, Erdogan intensificó su cooperación con el MHP1 y lanzó una abrumadora campaña contra el movimiento nacional kurdo. En esta nueva era, especialmente con Selahattin Demirtas2, el movimiento político kurdo, que se hizo cada vez más fuerte en el campo de la política civil, enfrentó una severa opresión. Demirtas y muchos políticos del HDP fueron encarcelados; los alcaldes electos del HDP en las ciudades kurdas fueron destituidos por interventores. Mientras que ciudades como Sirnak, Nusaybin y Sur fueron “liberadas” de las milicias juveniles kurdas, estas ciudades fueron fuertemente destruidas. Cientos de personas perdieron la vida. Por otro lado, con las operaciones “Escudo del Éufrates” y “Rama de Olivo”, el autogobierno kurdo en Siria, especialmente en la ciudad de Afrin, fue severamente golpeado. Mediante el establecimiento de oficinas de correos, colegios y gobernadores de distrito en estas regiones, el gobierno turco está tratando de sentar las bases de una posible anexión y viola el derecho de Siria a la soberanía. Grupos fanáticos islamistas en la ciudad de Idlib continúan su ba67

talla bajo los auspicios de Turquía. La operación actual, “Primavera de Paz”, tiene como objetivo dar un golpe permanente a los logros del pueblo kurdo y cambiar radicalmente la estructura demográfica de la región a través de pandillas yihadistas organizadas en el “Ejército Nacional Sirio”. En este proceso, el pueblo kurdo fue abandonado por el imperialismo, especialmente por los

Estados Unidos. Cuando se elimino el peligro de ISIS, el PYD-YPG3, que había recibido apoyo estadounidense para las operaciones contra ISIS y para evitar la posibilidad de una ocupación de facto de las TAF (Fuerzas Armadas Turcas), ahora fue abandonado para evitar un giro del régimen de Erdogan hacia el eje de Rusia. Erdogan es uno de los aliados más fuertes de la OTAN en la región. El PYD-YPG está pagando caro el apego unilateral y la confianza que depositó en los Estados Unidos. Este proceso ha demostrado que los pueblos oprimidos no pueden lograr la libertad dependiendo de los equilibrios imperialistas. La historia del pueblo kurdo está llena de innumerables ejemplos trágicos: desde la experiencia del muy corto período de la República de Mahabad Kurdistán en 1946 hasta el referéndum de independencia en el Kurdistán iraquí que fue aplastado con tanques de Bagdad en 2017. 67

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La dinámica actual de Medio Oriente, que fue moldeada por potencias imperialistas como Gran Bretaña y Francia después de la Primera Guerra Imperialista, no ha producido más que sangre y lágrimas durante más de un siglo. Las mayores víctimas de este proceso fueron los pueblos oprimidos, como los palestinos y kurdos. Estos pueblos se han enfrentado a los ejemplos más extremos de barbarie imperialista-capitalista. Las divisiones de identidad étnica y religiosa han allanado el camino para sangrientas guerras civiles y masacres en Siria, Yemen, Irak y Líbano. El sistema capitalista imperialista aplasta a los pueblos oprimidos de la región: Palestina es oprimida por las políticas sionistas de Israel, Yemen es masacrado por los regímenes sucios del Golfo y Rojava es atacada por la agresión militar del régimen de Erdogan. Para los trabajadores kurdos, no hay otra salida que unirse a los trabajadores de las otras naciones, generar solidaridad y construir una alternativa internacionalista contra las ocupaciones y la hipocresía imperialista. La libertad, la igualdad y la hermandad no vendrán hasta que el status quo im-

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perialista que encarcela a los kurdos sea completamente demolido. El movimiento obrero de Iraq y Líbano actualmente demuestra que la única salida posible es superar las divisiones etno-sectarias. Si una lucha socialista unificada logra convertirse en una alternativa para la juventud y los trabajadores de Medio Oriente, el sistema de la burguesía, no solo de Medio Oriente, sino del mundo entero, se verá sacudido. Solo una Federación Socialista de Medio Oriente, que se establecerá sobre la base de la igualdad real, puede lograr la salvación de los oprimidos y los trabajadores. La Liga Internacional Socialista llama a los trabajadores, las mujeres y la juventud del mundo entero a rodear de solidaridad al pueblo Kurdo. Octubre de 2019 1. Partido de Acción Nacionalista de orientación fascista 2. Dirigente kurdo del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) 3. Las Unidades de Protección Popular (YPG) son el brazo armado oficial del Comité Supremo Kurdo del Kurdistán sirio y del Partido de la Unión Democrática (PYD)

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europa

Sentencia, revuelta catalana, elecciones, investidura, crisis política, régimen agotado…

El Estado español,

en su salsa

Rubén Tzanoff, dirigente de socialismo y libertad

El Estado español deambula por la cornisa y no tiene una buena perspectiva. Es indispensable poner en pie una nueva alternativa de izquierda anticapitalista: construir un partido revolucionario y socialista para lograr cambios estratégicos. La lucha del pueblo catalán está escribiendo un nuevo capítulo de su larga historia como nacionalidad oprimida. En la actualidad ha recibido un nuevo envión a partir de una sentencia injusta, vengativa y repudiable a los presos políticos. El lunes 14 de octubre el Tribunal Supremo (TS) español dio a conocer la sentencia a los dirigentes del Procés independentista. No hubo discrepancias entre los siete magistrados presidi69

dos por Manuel Marchena, que decidieron por unanimidad un castigo de 9 a 13 años de prisión por “sedición” para el ex vicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras; los ex consejeros Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn, Raül Romeva y Dolors Bassa; la ex presidenta del Parlament Carme Forcadell, y los líderes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium, Jordi Sanchez y Jordi Cuixart. Junqueras y los otros cinco ex consejeros ya encarcelados preventivamente también fueron condenados por “malversación de fondos”. La instrucción de la fiscalía fue armada en base al delito de “rebelión con violencia” y avalada por las mentiras, contradicciones y ocultamientos de altos funcionarios y miembros de la Guardia Civil. La acusación fue rebatida por los testigos de la defensa, cuyos testimonios 69

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fueron acompañados de videos clarificadores. Finalmente, el TS dictaminó que se promovieron movilizaciones “tumultuarias” para obstaculizar la aplicación de las leyes y la actuación de la justicia. Además, consideró que los acusados usaron dinero destinado a sus departamentos para la realización del referéndum “ilegal”, con lo cual la “sedición” no se hubiera podido producir sin la “malversación”. Las defensas apelarán ante el Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La inquisición judicial no ha finalizado. Todavía hay seis independentistas en el exilio, entre ellos el ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que el Tribunal espera poder juzgar a partir de la reactivación de las euroórdenes de detención. Y hay centenares de activistas perseguidos, detenidos y/o procesados. La condena a los doce presos políticos consumó el castigo a los dos millones de catalanes que ejercieron su derecho a la autodeterminación. Caracteriza a una justicia dependiente del poder político, cuyos magistrados son sus empleados designados a dedo en vez de ser elegidos por voto popular. Fue una sentencia dictada para ejemplificar lo que le puede suceder a quienes se movilicen para lograr la independencia. Creyeron que con la represión, sentando a los dirigentes en el banquillo de los acusados y sembrando miedo derrotarían las aspiraciones de autodeterminación. Pero no fue así.

Estalló la revuelta Lejos de causar miedo, la sentencia hizo desbordar la indignación y provocó una revuelta popular que abrió un nuevo momento de polarización y una dinámica impredecible, que ha vuelto a poner en primer plano el reclamo por la República Catalana. Los protagonistas son independentistas, pero no son los únicos actores: también protestan personas que no lo son y ven amenazados sus derechos democráticos. En el mismo momento en que el fallo se hizo público, el estudiantado secundario y universitario inició una huelga y hubo concentraciones vecinales en los ayuntamientos. Miles de personas se movilizaron hacia Plaza Catalunya y desde allí pusieron rumbo hacia el aeropuerto de El Prat, donde colapsaron el funcionamiento de la Terminal T1 durante casi diez horas de resistencia a las cargas policiales. El 15 de octubre comenzaron las Marchas por la Libertad. Cinco enormes columnas partieron desde Girona, Tarragona, Tàrrega, Berga y Vic; hubo una sexta columna de los CDR (Comités de Defensa del Referéndum/República) que partió desde Castelldefels. Las carreteras se inundaron de banderas esteladas que confluyeron el 17 en Barcelona. La huelga general fue un éxito, con mucha fuerza en enseñanza, administración, comercio, transportes públicos y otras empresas. La convocaron la Intersindical CSC, el Sindicato de Estudiantes y otras organizaciones, sin apoyo de Unión Gene-

Catalunya: una nacionalidad oprimida En el mundo dominado por el imperialismo, las fronteras nacionales son producto de las decisiones de los vencedores sobre los vencidos. Los opresores hacen de las imposiciones económicas, políticas, sociales y culturales una práctica común. Pero no deben ser mansamente normalizadas por los oprimidos. Catalunya es una nacionalidad oprimida desde hace siglos. Tiene una identidad basada en antiguos derechos civiles, instituciones, idioma y cultura propios, forjados durante siglos de historia. Luego del largo asedio y la caída de Barcelona el 11 de septiembre de 1714, las Cortes Catalanas fueron disueltas. La guerra de Sucesión y la entronización de Felipe V de Borbón implicaron la pérdida del autogobierno del principado, reemplazado por instituciones castellanas. El largo recorrido histórico de la relación Españarevolución revolución permanente permanente

Catalunya tiene idas y vueltas, acercamientos y alejamientos según los cambios en el poder y las relaciones de fuerza en cada etapa. Más allá de las opiniones divididas sobre la historia y el presente, un porcentaje social mayoritario no se siente español y considera que la autodeterminación es un derecho, no un delito. Por eso no se limita a la autonomía concedida por España: desea ir más allá y definir su destino. Aunque el Procès independentista se desarrolla en la Catalunya actual, el reclamo libertario de algunos sectores excede los límites vigentes y aspira a reunir a los Països Catalans -los territorios donde se habla la lengua catalana-, que incluyen a las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana, la Franja de Aragón, El Carche (Región de Murcia), la ciudad de Alguer (Cerdeña) y el Rosellón (departamento francés de Pirineos Orientales). 70

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ral de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO). Fue una jornada histórica con la participación unificada de trabajadores y estudiantes. La onda expansiva generó acciones de apoyo en Madrid, Bilbao, Zaragoza, Valencia, Mallorca, Alicante, Castellón y otras ciudades, y en países como Francia, Argentina y Hong Kong, solo por mencionar algunos ejemplos. Pasaron los días y continuaron las acciones llamadas por la ANC-Òmnium, los CDR y un nuevo actor: Tsunami Democrático. Se trata de una plataforma con una estructura desconocida, que utiliza aplicaciones propias con acceso restringido, redes sociales y un canal de Telegram para orientar las protestas sin sufrir castigos judiciales. Hasta el momento ha convocado a acciones sorpresivas de enorme magnitud y apoyo: el colapso del aeropuerto, una jornada de “reflexión” colectiva y callejera el 9N y los cortes de carreteras fronterizas con Francia, en Catalunya y Euzkadi los días 11, 12 y 13N. Los organismos del Estado les hacen ataques cibernéticos sin éxito y los persiguen.

con simpatía social y apoyo activo. Una muestra de ello es el acto realizado el jueves 24 en la Plaza de la Universidad, convocado por sindicatos y entidades educativas bajo la consigna ¡No toquen nuestra juventud! y la participación activa en todos los grandes eventos. Los estudiantes declararon la huelga indefinida con piquetes en las puertas de las universidades y acamparon en la Gran Vía, en pleno centro de Barcelona, haciendo asambleas, charlas y acciones sorpresivas. En suma, lo que está en el fondo de la cuestión es que el capitalismo empeora las condiciones de vida democrática y social de las mayorías y los jóvenes del mundo no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados mirando cómo les arrebatan el presente y el futuro. La actual coyuntura ha reavivado el debate sobre la violencia, en el que hay distintas posiciones. La represión de la Policía Nacional, los Mossos d’Esquadra1 y las fuerzas especiales de la Brimo es brutal. Sólo en la primera semana desde la sentencia han causado 21 detenidos, más de 600 heridos, cuatro de los cuales perdieron un ojo por los impactos de pelotas de goma y un joven perdió un testículo. Una mujer se encuentra en grave estado por un traumatismo craneal. Marginalmente, pero en sintonía con la violencia estatal, asoman la cabeza grupos fascistas que agreden físicamente y provocan con la bandera española en una mano y el saludo nazi en la otra. La violencia de las porras se ordena en los despachos. Pedro Sánchez (Partido Socialista Obrero Español, PSOE) continúa con la política del ex presidente Mariano Rajoy (Partido Popular, PP): no

La juventud dijo basta Ha irrumpido una poderosa juventud que desborda cada manifestación de color, ingenio y combatividad. Hay quienes los quieren desprestigiar diciendo que son “niños ricos de Sarriá”, “indepes radicales” o “antisistema”. Lo cierto es que se trata de una amplia vanguardia juvenil que se hartó de las injusticias y las humillaciones: son nietos de abuelos antifascistas, son hijos políticos de los Indignados y del 1-O y por eso cuentan 71

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y genera violencia es el régimen que castiga con la cárcel a quienes se autodeterminan, persigue y encausa a los activistas. Violento es el opresor, no el oprimido que se defiende como puede.

Segunda elección presidencial Sánchez llegó al poder en 2018 mediante una moción de censura a Rajoy. Cuando la socialdemocracia no logró hacer aprobar los Presupuestos Generales del Estado, la Legislatura quedó agotada y Sánchez tuvo que convocar a elecciones anticipadas para el 28 de abril pasado, ocasión en que fue el más votado. Sin embargo, fracasó su investidura. Sánchez acusó a Podemos porque “ha bloqueado por cuarta vez la investidura de un socialista”. Pablo Iglesias (Podemos) señaló a Sánchez por preferir a Ciudadanos (Cs) y “querer ser presidente a cambio de nada”. Gabriel Rufián (ERC) los cuestionó a ambos porque “han perdido la oportunidad histórica” de lograr un “gobierno de izquierdas”. Las expresiones de derecha apuntaron al PSOE argumentando que nunca tuvo la intención de acordar y su estrategia siempre fue volver a las urnas. Finalmente, el 10N se realizaron las segundas presidenciales en siete meses y las cuartas en cuatro años: un caso único en Europa. El hartazgo de la población se expresó en una caída de la participación del 76 al 70%. Los resultados generales le volvieron a dar el triunfo al PSOE, pero con la pérdida de votos, escaños y la mayoría absoluta en el Senado. Su aspiración de llegar a gobernar solo no

reconoce la autodeterminación, no dialoga, rechaza un referéndum pactado y amenaza con volver a aplicar el nefasto artículo 155 de la Constitución, mientras la derecha exige que se tomen medidas de excepción. Según algunos analistas, existen sectores del ejército dispuestos a intervenir. Quienes sostienen que el pueblo catalán es violento y terrorista mienten. Encuentran el estímulo de los medios de comunicación unionistas que ocultan, parcializan y/o tergiversan la realidad ante la opinión pública, sobre todo fuera de Catalunya. No es casual que en las marchas se cante “prensa española, manipuladora”. La verdad es que los catalanes responden a la represión movilizados, muchos con los brazos en alto cantando “somos gente de paz”, otros sentados en el piso mientras son aporreados y ahora también levantando barricadas de autodefensa ante el avance de la maquinaria represiva del Estado. El que aplica

Algunas fechas del Procés En la última década, el Procés es un hito ineludible para abordar la realidad actual. Durante los días 6 y 7 de septiembre de 2017, el Parlament aprobó las leyes de convocatoria al Referéndum y de Transitoriedad. La fiscalía querelló al gobierno de Puigdemont por “desobediencia, prevaricación y malversación”. El 11 y 12S se produjo una Diada -movilizaciónmultitudinaria y el Tribunal Constitucional suspendió la ley de Transitoriedad a instancias del entonces presidente de España, Rajoy (PP). El 20S la justicia ordenó registrar el Departament d’Economia, encontrando como respuesta una manifestación espontánea y multitudinaria, por la cual Jordi Sánchez (ANC) y Jordi Cuixart (Òmnium) fueron acusados de “sedición”. revolución permanente permanente revolución

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Aunque el Referéndum fue declarado ilegal, el 1-O votaron más de dos millones de personas. La participación popular superó la requisa de papeletas, sobres, urnas y las violentas cargas policiales. El 27-O el Parlament declaró y suspendió la independencia en un mismo acto. Rajoy cesó al president Puigdemont, disolvió el Parlament y llamó a elecciones para el 21 de diciembre, en aplicación del nefasto artículo 155 de la Constitución española. Puigdemont y otras autoridades se exiliaron en distintos países europeos, mientras que otros líderes fueron encarcelados. El juicio-farsa empezó el 12 de febrero y finalizó con la sentencia del 14 de octubre de 2019, luego de 52 sesiones y las declaraciones de 422 testigos. 72


tuvo éxito. Unidas Podemos siguió retrocediendo. El “Trifachito” PP-Cs-VOX no llegó a ser mayoría y se alteró su balanza de pesos. El PP tuvo una mejoría parcial. Cs se hundió al perder más de dos millones y medio de votos y 47 escaños, dato importante por dos motivos: 1) configuró la caída del partido que hasta hace unos meses era el más dinámico de la derecha reciclada, 2) los votos que perdió alimentaron a la ultraderecha de VOX, que saltó de 2,6 a 3,6 millones de votos (24 a 52 escaños) y se transformó en la tercera fuerza del Congreso. Su auge tiene explicaciones y responsabilidades. En Catalunya el independentismo siguió creciendo, lo que expresa la vitalidad del proceso por la autodeterminación y libertad de los presos políticos. Fue un hecho muy positivo que la Candidatura de Unidad Popular (CUP) se haya presentado por primera vez a las elecciones españolas y haya obtenido dos diputados: la compañera Mireia Vehí y el compañero Albert Botrán. Desde Socialismo y Libertad hemos sido parte de la campaña de esta formación anticapitalista para ser “ingobernables” también en “el corazón de la bestia” con las banderas de autodeterminación, amnistía, derechos democráticos y sociales.

unieron secretamente y a las 24 horas mutaron de políticos irreconciliables a socios de confianza, abrazados en torno a un acuerdo de 10 puntos generales y cargos de gestión. ¿Por qué cambiaron diametralmente y con tanta celeridad? Lo hicieron porque España recorre un camino sinuoso, insostenible para los burgueses y la Unión Europea que exigen el urgente fin de la incertidumbre política. Y, fundamentalmente, porque un débil gobierno en funciones está navegando sobre una vigorosa tempestad: la rebelión catalana que no puede controlar, que decide cuándo y cómo cierra fronteras nacionales y vías de circulación, ocupa espacios públicos y aeropuertos. El régimen necesita formar gobierno “sí o sí” como expresó Sánchez. Iglesias y sus socios de Izquierda Unida (IU) son funcionales a estas necesidades y ahora van por nuevos actores políticos para presentar un Ejecutivo lo más sólido posible. Ya se verá qué hacen formaciones como Anticapitalistas, ERC, PNV y otros que vienen siendo ambiguos y/o cambiantes en cuanto a la investidura.

Reformistas en acción No vale la pena abundar sobre el PSOE: más allá de lo que diga, su larga y comprobada trayectoria demuestra que no es un partido ni socialista, ni obrero ni de izquierda. Sí es necesario referirse a Unidas Podemos, porque para muchos es algo distinto. Sin embargo, si se terminara de conformar el gobierno que se vislumbra, sería el corolario de la bancarrota política de UP como una alternativa de cambios por izquierda. Un gobierno burgués de coalición

La mutación Sánchez-Iglesias Entre la elección del 28 A y la elección del 10N pasaron siete meses en los que nunca se expresó la posibilidad de un consenso de investidura. Sin embargo, al otro día de las elecciones Sánchez e Iglesias dejaron de lado a sus negociadores, se re73

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superaría todas las fronteras de clase y diplomaría a Iglesias como servidor “crítico” del régimen monárquico-parlamentario. La duda de algunos ante la mentada “equidistancia” entre España y Catalunya se tendría que disipar como lo que siempre fue: una posición favorable a mantener el statu quo, que acercó a la dirigencia podemita a los opresores y la alejó de los oprimidos. El reformismo sigue demostrando sus limitaciones para responder a los desastres del capitalismo. A la hora de evaluar por qué existen jóvenes y luchadores que primero los siguen, luego se decepcionan e incluso emigran a la derecha, hay que señalar el derrotero de adaptación y claudicaciones de esos dirigentes de centroizquierda: son responsables de desmoralizar y sembrar desconfianza en camadas de honestos luchadores. Un Ejecutivo basado en la dupla PSOE-UP sería un gobierno de doble discurso, “progre” en sus dichos e incluso en adoptar algunas medidas, pero conservador de las viejas y anacrónicas estructuras políticas y económicas, garante de la unidad de España y obediente a las imposiciones de la Troika2. Están jugando con fuego ya que el hartazgo social aumenta, la revuelta catalana no les da tregua y, viendo los estallidos en Ecuador, Chile, Hong Kong y otros lugares del mundo, se demuestra que las irrupciones del movimiento de masas no llegan con aviso previo. Está en curso una crisis profunda y sostenida, que no se resolverá con la elección de

tal o cual presidente ya que su origen y génesis se encuentran en el régimen del ’78.

Independencia sí, pero no… El pueblo catalán ha vuelto a patear el tablero y ha colocado a las formaciones mayoritarias Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Partit Demòcrata europeu Català (PDeCAT) y Junts per Catalunya (JxCAT) en la disyuntiva de ponerse a la altura de las circunstancias o ser desbordados. La continuidad de los ataques del poder central español coloca blanco sobre negro que no sirven las medias tintas: se derrota al régimen o se profundiza la opresión. Ha quedado demostrado con la declaración de la independencia, suspendida a los pocos segundos de proclamarse, cuando había fuerza de sobra y voluntad movilizada para ir hasta las últimas consecuencias haciendo efectiva la República y desarrollando el Proceso Constituyente. Hay ejemplos que indican un creciente descontento con quienes desde el Govern y el Parlament dicen una cosa y hacen otra: hablan de República, pero ponen rumbo a la limitada autonomía; alientan la desobediencia, pero avalan la represión de los Mossos o justifican que haya detenidos; reivindican medidas sociales, pero impulsan la nefasta Ley Aragonés de privatizaciones. Algunos dirigentes de ERC se están ganando el repudio de la vanguardia luchadora, al no

VOX y sus normalizadores La realidad mundial se polariza cada vez más, atravesada por enormes rebeliones obreras y populares, con marchas masivas, huelgas y toda clase de acciones, con duros enfrentamientos con las fuerzas represivas. En ese marco, también aparecen expresiones de derecha, ultraderecha y/o fascistas con distinto grado de aceptación. Esta realidad, que en Europa se manifiesta hace tiempo, no había tenido una inserción institucional en España hasta hace muy poco, pero eso ha cambiado con la irrupción de VOX. Hay quienes cínicamente plantean que la lucha catalana es la responsable de su crecimiento. Lo cierto es que un sector social comulga con el franquismo y la monarquía, la represión, la xenofobia y la homofobia y, como consecuencia de ello, es afín al mensaje de VOX. Los dirigidos por Santiago Abascal también se montan sobre necesidades insatisfechas y falsas conciencias patrióticas. revolución permanente permanente revolución

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Sin embargo, la magnitud de su rápido crecimiento se ve acrecentada con la actitud de quienes se dicen “democráticos” pero normalizan la presencia de la ultraderecha. El Tribunal Supremo permitió que dos de sus dirigentes desarrollaran el rol de la acusación popular en el juicio-farsa a los líderes independentistas. Aunque todos disputan un mismo espacio político, el PP y Ciudadanos catapultaron a los fachos al gobernar en coalición con ellos en Madrid y Andalucía. La socialdemocracia y la centroizquierda tampoco se pueden lavar las manos: los utilizan para polarizar electoralmente y postularse como “dique de contención”, en vez de centrarse en derrotarlos en las calles y cercarlos en todo ámbito político y social. También reciben el espaldarazo de algunos medios de comunicación masiva que les brindan amplia cobertura, canjeando la dignidad antifascista por algo más de audiencia. 74


De la República a la dictadura El 16 de febrero de 1936, el Frente Popular (FP) triunfó en las elecciones españolas y proclamó la IIª República. El 18 de julio la derecha fascista dio un golpe de Estado y comenzó la Guerra Civil de tres años que dividió a España en dos bandos irreconciliables: por un lado, los fascistas con sus falanges; por el otro, los trabajadores con sus milicias, patrullas de control y una red de comités que unieron a las organizaciones obreras y populares. En la España Republicana hubo una situación de doble poder, desigual por regiones, en donde las masas limitaron severamente a las autoridades tradicionales, en particular a la Iglesia Católica, tomaron las fábricas, las tierras y comenzaron a ejercer el poder a través de sus comités.

defender a los detenidos en la revuelta ni cuestionar severamente al conseller de Interior Miquel Buch por la represión de los Mossos, cuando se extiende la exigencia de su renuncia. El diputado Gabriel Rufián se tuvo que ir de una concentración al grito de botifler, sinónimo de traidor. El diputado José Rodríguez intentó convencer a los manifestantes para que se retiraran de la Avenida Vía Laietana y se encontró con una firme respuesta: “Ni un paso atrás”.

La posibilidad de darle un golpe mortal al fascismo, cumplir las tareas democráticas pendientes y avanzar al socialismo era concreta. Pero no fue esa la orientación del FP, cuya decisión era mantener el proceso en los límites de una república burguesa. Pese al enorme heroísmo de la clase obrera y los sectores populares, la traición abierta del Partido Comunista Español (PCE) a las órdenes de Moscú y del PSOE llevó a una derrota del proceso revolucionario. El 1º de abril de 1939 Franco ganó la guerra y se dio una contradicción enorme: mientras nazis y fascistas eran derrotados y entraban en decadencia en toda Europa, el franquismo surgía triunfador e iniciaba una sanguinaria dictadura militar que duraría cuatro décadas.

cementerio en que se encontraba es el único conjunto monumental europeo dedicado a un dictador fascista, cuya construcción fue definida una vez finalizada la Guerra Civil. Sánchez presentó la exhumación como “fruto del perdón”, pero fue una acción para dar vuelta la página, sellar la impunidad y, de paso, disputar algunos votos en los sectores “progresistas”. Sigue pendiente hacer justicia y castigar a los golpistas y sus cómplices, que fueron feroces con los republicanos, los trabajadores y los pueblos. Los crímenes de lesa humanidad no prescriben. En definitiva, el régimen monárquico-parlamentario del ’78 no puede brindar opciones progresivas a los problemas políticos, sociales y económicos de las grandes mayorías: por eso hay que derrotarlo. Si un pueblo como el catalán quiere la autodeterminación, la respuesta es judicialización, represión y cárcel. Si los trabajadores quieren mejores salarios y condiciones laborales, la respuesta es aumentos de precios, precariedad laboral y desempleo. El Tribunal Constitucional acaba de dictar un fallo mediante el cual avala el despido por faltar al trabajo, aunque esté justificado por enfermedad. Si el pueblo quiere mejores condi-

Un régimen agotado Luego de la II República y la Guerra Civil, Francisco Franco instauró una dictadura que no finalizó como producto de una derrota causada por la acción del movimiento de masas sino por su muerte en 1975. De hecho, éste ya había designado como su sucesor al rey Juan Carlos I de Borbón. El traspaso de mando facilitó que los crímenes no tuvieran castigo, que los funcionarios amigos siguieran enquistados en puestos clave y que las instituciones fueran moldeadas por la ideología fascista. Con la Transición, los pactos firmados en el Palacio de la Moncloa en 1977 y la redacción de la Constitución en 1978, los partidos burgueses y sus cómplices maquillaron algunos cambios, pero las fuerzas armadas, la justicia, el sistema bipartidista y la monarquía tutelaron décadas de funcionamiento “democrático”. Valgan como otro ejemplo los honores a Franco perdurables en el tiempo. El 24 de octubre, recién luego de 44 años de entierro en el Valle de los Caídos, su cadáver fue exhumado y trasladado al cementerio de Mingorrubio-El Pardo. El siniestro 75

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ciones de vida, la respuesta es salvar a los banqueros y empresarios dándoles millones de euros a costa de recortar en salud y educación públicas. Si los pensionistas quieren vivir dignamente, la respuesta es un incremento de céntimos que no alcanza ni para los medicamentos. Si las mujeres exigen medidas concretas contra el machismo patriarcal, la respuesta es otorgar fondos irrisorios y formalidades institucionales. Si la sociedad exige terminar con la corrupción y las “cloacas del Estado”, la respuesta es la impunidad para los máximos responsables. En suma, todo se hace para cumplir con los lineamientos económicos del bloque imperialista de la UE y el Ibex 353, sostener al régimen y al sistema capitalista. De la realidad histórica y presente se desprende una gran cantidad de tareas pendientes que no se

resolverán con modificaciones parciales, como ya insinúan algunos tramposos. Es necesario debatir democráticamente en una Asamblea Constituyente libre y soberana, sin condicionantes a la hora de decidir un nuevo orden económico, político y social favorable a las grandes mayorías ¡Que el pueblo defina cuál debe ser su destino! Si el régimen y el gobierno tienen márgenes de maniobra se debe a que cuentan con el sostén de los partidos patronales, los dirigentes sindicales y la Troika de la UE. La perspectiva vislumbra un panorama de crisis y polarización, abonados por el fuerte reclamo del pueblo catalán que no fue derrotado, la desaceleración económica de cara a un nuevo episodio de crisis capitalista mundial, la definición del Brexit y el propio resultado de las elecciones del 10N. Ante

Transición y Constitución del ’78 El 25 de abril de 1974 estalló en Portugal la Revolución de los Claveles y, luego de gobernar desde 1926, cayó la dictadura de António de Oliveira Salazar. En España, el 20 de noviembre de 1975, a los 82 años, murió Francisco Franco. Varios años antes de su muerte, el dictador había designado como sucesor a Juan Carlos I de Borbón, quien el 22 de noviembre de 1975 fue proclamado rey y jefe de Estado. Así se inició el período histórico conocido como Transición. El impacto de ambos hechos desencadenó en España un enorme ascenso obrero y el despertar de las nacionalidades, con los vascos al frente. Este proceso hizo crujir el orden social y político que había construido el franquismo y, de no ser por la traición de las direcciones, podía terminar siendo superior al portugués. Pero PSOE-UGT y PCE-CC. revolución permanente permanente revolución

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OO. desarticularon el movimiento, salvando al rey y a la dictadura de una derrota revolucionaria. Pactaron con el debilitado régimen franquista las primeras elecciones generales tras 44 años, que fueron el 15 de junio de 1977, y una nueva Constitución, que se promulgó a fin de 1978. Así quedó formalmente reinstalada la monarquía, asegurando la continuidad de Juan Carlos I, los principales mandos del ejército, la policía, la justicia franquista, los privilegios de la Iglesia y de los bancos que sostuvieron el régimen. La impunidad quedó garantizada, con el nacionalismo burgués vasco y catalán como parte del “gran acuerdo”, en donde renunciaron expresamente al derecho de autodeterminación de sus nacionalidades a cambio de administrar una autonomía retaceada. 76


trabajadores y estudiantes, la desobediencia y la organización popular. Es necesario echar a andar el Proceso Constituyente por abajo, con el motor del debate en los CDRs y asambleas barriales masivas y democráticas. Desde Socialismo y Libertad (SOL - Estado español) somos parte de la lucha popular catalana y desde la Liga Internacional Socialista hemos profundizado la campaña de solidaridad con acciones a las representaciones diplomáticas de España en distintos países y así continuaremos. Derrotar al régimen sería un paso muy progresivo, aunque insuficiente. Los revolucionarios socialistas seguiremos impulsando ir más allá. No fomentamos un cambio de los patrones españoles por los patrones catalanes: la burguesía explotadora es la misma y no tiene más bandera que la ganancia. Nos movilizamos por conquistas democráticas como un paso indispensable en la estrategia de romper con el bloque imperialista de la UE, de satisfacer las necesidades sociales de salud, vivienda y educación para mejorar cualitativamente las condiciones de vida de las grandes mayorías, no las de un puñado de ricos y empresarios que se adueñan de los medios de producción y de la riqueza socialmente producida por la clase trabajadora. En definitiva, luchamos por el socialismo con democracia obrera, en el camino de la estrategia de instaurar un gobierno de los trabajadores y el pueblo y una libre Federación de Repúblicas Socialistas de la Península Ibérica.

los grandes desafíos planteados, es una necesidad imperiosa construir una nueva alternativa política, anticapitalista, de izquierda, firme junto a la lucha de los trabajadores, las mujeres que reclaman por sus derechos, los pensionistas y los pueblos, y hacerlo en todo el Estado español.

Avanza o se estanca y retrocede En todos los continentes se libran grandes batallas. Con cada triunfo popular se fortalece la lucha contra los explotadores y opresores, contra el sistema capitalista y el imperialismo. Por eso llamamos a la más amplia unidad de acción para apoyar el reclamo catalán. Es un gran momento para que irrumpan en la escena los trabajadores y el pueblo e impongan su propia agenda política y social en el conjunto del Estado español, como sucedió el 15M. Para lograr cambios importantes es indispensable que el malestar se transforme en acción y sacuda la pasividad de las centrales sindicales. Además, éstos son los mejores antídotos para derrotar a la derecha y a la ultra allí donde asomen la cabeza. Están en juego los derechos democráticos que se le niegan a los catalanes, pero también a todos los españoles con la aplicación de la Ley Mordaza y la Ley Antiterrorista. Llamamos a quienes se dicen republicanos, progresistas, democráticos o de izquierda a manifestarse activamente por la autodeterminación y la amnistía. No hacerlo con claridad implica, de hecho, ponerse del lado del rey. El triunfo de la República dependerá del surgimiento de nuevos dirigentes democráticos y consecuentes que les den la espalda al simbolismo y a las “jugadas maestras”. La clave está en el protagonismo determinante de la movilización, las huelgas de

1. Policía catalana. 2. Banco Central Europeo (BCE), Comisión Europea (CE) y FMI. 3. Índice bursátil español.

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Declaración de la LIS

ANTE LA REVUELTA POPULAR CATALANA 1. El lunes 14 de octubre el Tribunal Supremo de España dio a conocer la sentencia del Juicio Farsa a los dirigentes del Procés, que resultó de entre 9 y 13 años de prisión por sedición y malversación de fondos, con inhabilitación para ocupar cargos públicos. La condena a los doce presos políticos consumó el castigo a los dos millones de catalanes que ejercieron el derecho a la autodeterminación votando en el Referéndum del 1-O en 2017. Es un fallo injusto, vengativo y repudiable, dictado para ejemplificar lo que le puede suceder a quienes se movilicen con el objetivo común de lograr la independencia.

3. En los acontecimientos presentes ha irrumpido una poderosa juventud. Está cansada de los recortes a las libertades, de las poses feministas como formalidad electoral para quedar bien con la sociedad, de la xenofobia a los inmigrantes. De los ajustes, vengan del Estado español o de la burguesía catalana. En definitiva, una juventud harta de las condiciones que impone el capitalismo. Son los hijos y los nietos de los que enfrentaron heroicamente al franquismo, que nunca aceptaron la transición franquista y su “democracia modélica”. Quiere dar vuelta todo y actúan en consecuencia.

2. Sin embargo, lejos de causar miedo, la sentencia profundizó la ruptura con España, generó más indignación y una revuelta popular. Ni bien se hizo público el fallo los estudiantes iniciaron la huelga y hubo concentraciones en cada Ayuntamiento y plaza importante de Catalunya. Miles de personas se movilizaron hacia el Aeropuerto de El Prat colapsando su funcionamiento durante horas de resistencia a las cargas policiales. El miércoles comenzaron las “Marchas por la Libertad”, fueron enormes columnas con banderas esteladas que salieron de las provincias caminando por las carreteras hacia Barcelona, donde confluyeron el viernes en una jornada histórica de huelga general. Todos los días de la semana se repitieron las concentraciones masivas llamadas por la ANC - Òmnium, Tsunami Democrático, la Intersindical CSC y los CDRs. Se ha abierto un nuevo momento de mayor polarización y una dinámica que dependerá de la lucha de clases a nivel local e internacional.

4. Las y los jóvenes se han colocado en la primera línea levantando barricadas para defenderse de la represión de la Policía Nacional y los Mossos d´Esquadra que hasta el momento han causado: 21 detenidos, más de 600 heridos, cuatro de los cuales perdieron un ojo por balas de goma, uno perdió un testículo y otra persona se encuentra en grave estado. Además, la juventud está a la vanguardia del enfrentamiento directo a los grupos que salen a provocar con la bandera española en una mano y el saludo nazi en la otra.

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5. Hay quienes sostienen que los catalanes son violentos y los señalan como terroristas. Son mentiras indignantes. Lo cierto es que se defienden de la represión, como lo hicieron generaciones enteras de españoles contra el franquismo. Violento es el régimen que aporrea a manifestantes con los brazos en alto, sentados en el piso o votando. Violento es el Estado que castiga con la cárcel a quienes se autodeterminan y organi78


zaron un Referéndum democrático y que persigue y encausa a los activistas. Violento es el opresor, no el oprimido que se defiende como puede. Es una vergüenza que haya quienes se dicen republicanos, progresistas, democráticos, de izquierda y no apoyen claramente los reclamos del pueblo catalán, poniéndose objetivamente del lado del Rey, sus fuerzas represivas y sus partidos de derecha. Podemos y los Comunes quieren ponderarse con los unos y los otros, en una equidistancia que los coloca más cerca de los opresores que de los oprimidos.

vilización, de las huelgas y de la organización popular con nuevos dirigentes a la cabeza. Es en la calle donde el pueblo se defiende: Libertad a los detenidos, Autodeterminación y Desobediencia marcan el camino a seguir, enfrentado también a la burguesía catalana. 8. En Chile, Libano, Hong Kong, Ecuador, Argelia, Francia, Siria, en definitiva, en todos los continentes se libran grandes batallas. Con cada triunfo popular, se fortalece la lucha contra los explotadores y opresores, el sistema capitalista y el imperialismo. Por eso, llamamos a la más amplia unidad de acción para apoyar la lucha del pueblo catalán y a partir de la sentencia, desde la Liga Internacional Socialista hemos profundizado la campaña de solidaridad con acciones a las embajadas y consulados de España en distintos países. Así continuare-

6. El gobierno de Pedro Sánchez (PSOE), el PP, Ciudadanos y la ultraderecha de VOX no sólo avalan el fallo, sino que presionan por la adopción de medidas de excepción. Lejos de dar una salida política a un problema político pretenden continuar judicializando la protesta. Son los exponentes de un régimen monárquico-parlamentario, plasmado en la Constitución del 78, que está totalmente agotado, no puede brindar ninguna respuesta progresiva a las nacionalidades de la península ibérica, ni a los trabajadores, a los pensionistas y a las mujeres. Solo ofrece servilismo a la Unión Europea, enemiga de la autodeterminación, garante del salvataje a empresarios y banqueros y gestora del recorte de los derechos democráticos y sociales. 7. El pueblo ha vuelto a patear el tablero y ha colocado a los partidos mayoritarios catalanes en la disyuntiva de ponerse a la altura de las circunstancias o ser desbordados. La continuidad de los ataques del poder central coloca blanco sobre negro que no sirven las medias tintas: se derrota al régimen o se profundiza la opresión. Ha quedado demostrado con la declaración simbólica de la independencia a pesar de la voluntad popular de hacer efectiva la República con el Proceso Constituyente e ir hasta las últimas consecuencias. Por eso crece el descontento con quienes desde el Govern y el Parlament dicen una cosa y hacen otra: hablan de la República, pero ponen rumbo a la autonomía, alientan la desobediencia, pero avalan la represión de los Mossos o justifican que haya detenidos. Reivindican medidas sociales, pero mantienen los recortes en salud, a los salarios estatales y la nefasta Ley Aragonés de privatizaciones. Es necesario darle la espalda a las “jugadas maestras” y que se abra camino el protagonismo directo de la mo-

mos, contra la represión, por la libertad de los presos políticos y exiliados, de los detenidos en las protestas, por la caída del régimen moldeado por el franquismo. Esto sería un paso inmensamente progresivo, aunque insuficiente. Los revolucionarios socialistas seguiremos impulsando ir más allá, no fomentamos un cambio de los patrones españoles por los patrones catalanes, la burguesía explotadora es la misma, no tiene banderas. Nos movilizamos por conquistas democráticas como un paso indispensable en la estrategia de romper con el bloque imperialista de la UE, de instaurar un gobierno de los trabajadores y el pueblo y una libre Federación de Repúblicas Socialistas de la Península Ibérica. 20 de octubre de 2019. 79

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debates socioambientales

La juventud se moviliza frente a la crisis climática

La otra ola verde,

poderosa aliada anticapitalista Mariano Rosa, coordinador de la Red Ecosocialista

Se cumplen 40 años de la 1ª Conferencia Mundial sobre el Clima (Ginebra, 1979). Allí científicos de 50 países señalaron que las tendencias alarmantes en relación con el cambio climático hacían necesario actuar con urgencia. Desde entonces pasaron la Cumbre de Río de 1992, el Protocolo de Kyoto de 1997 y el Acuerdo de París de 2015, así como advertencias categóricas en decenas de otras reuniones mundiales. Lo nuevo enrevolución permanente

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tonces no es eso, sino que el 2019 va a pasar a la historia como el año en que se produjo un salto de calidad en la movilización mundial en defensa del planeta. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (dependiente de la ONU) de agosto de este año titulado El cambio climático y la Tierra, que se preparó como insumo para la malograda COP25 en Chile, releva los siguientes datos: • Un calentamiento del orden de 1,5ºC (grados centígrados) derivaría consecuencias muy difí-


ciles de contrarrestar en términos sociales: reforzamiento de las migraciones climáticas de millones de personas, más sequías, calores insoportables e inundaciones por la alteración en el comportamiento de las lluvias.

ciones en decenas de ciudades de España, Francia e importantes movilizaciones en Pakistán, India y los más remotos lugares del mundo: desde Indonesia, Tailandia o Tuvalu hasta Nairobi o las Islas Salomón y la Antártida. Tomada como acción global, tiene una escala, masividad y extensión geográfica planetaria superior a cualquier proceso de lucha vivido en las últimas décadas. Es una nueva ola verde planetaria, incluso más homogénea geográficamente y con alcance territorial que el movimiento feminista. Es la irrupción de un nuevo movimiento social cuyo protagonismo central reside en la juventud, pero a la vez hubo países en Europa, en especial España, donde algunos sindicatos convocaron a parar y movilizarse. Se trata de un proceso que llegó para quedarse,

• El objetivo de la Cumbre de París de reducir a menos de ese guarismo el calentamiento en los próximos 10 años ya aparece difícil de lograr, casi utópico ante las nulas medidas de mitigación y cambio radical urgentes. Trump primero desechó esos compromisos muy menores, y finalmente retiró al principal contaminador mundial del Acuerdo de París: EE.UU. Bolsonaro y el gobierno chino también sabotean ese acuerdo. El informe de los expertos describe la amenaza de retroceso de los gigantescos glaciares Thwaites y Tottenen en la Antártida: ellos solos podrían hacer subir el nivel de los mares unos cuatro metros. El informe utiliza una consigna: “cada tonelada de CO2 cuenta”. Y efectivamente es así. Solo para mencionar el impacto del imperialismo, señalemos que la industria militar estadounidense envía a la atmósfera todos los años alrededor de 80 millones de toneladas de CO2. Hay que añadir 70 millones de toneladas emitidas por el Departamento de Defensa de EE.UU., sin contar las emisiones de cientos de bases en el extranjero. En definitiva: los contaminadores que se van a reunir en la COP25 “reubicada” en Madrid por la revolución chilena, van a volver a actuar a contramano de la urgencia por tomar medidas de fondo para salir de la matriz basada en hidrocarburos, y seguramente van a aprobar una declaración que seguirá retrocediendo de ínfimos compromisos previos. La salida a la crisis socioambiental es política y anticapitalista. Ese es el dictamen de la realidad. Y los tiempos apremian, de verdad.

que conmueve con una acción que obliga a toda la superestructura política a pronunciarse sobre un tema que básicamente no tiene salida en los marcos del capitalismo. El desenlace de la tensión entre el tamaño de la amenaza para el planeta y la fuerza de este movimiento ascendente va a determinar hasta dónde la humanidad en esta etapa histórica logra superar este desafío político.

Un punto de inflexión La semana del 20 al 27 de setiembre tuvo lugar la semana de acción internacionalista más grande que registre la historia en defensa del planeta y frente al desastre socioambiental provocado por el capitalismo. Hubo acciones de protesta en 3.000 ciudades, 162 países y todos los continentes. Se realizaron movilizaciones masivas en epicentros capitalistas como EE.UU., Gran Bretaña, Alemania y otros países, con sorprendente participación multitudinaria como en varias de las principales ciudades de Australia. Hubo marchas y concentra-

No es una: son dos amenazas El efecto invernadero consiste en un mecanismo que regula el clima terrestre. Opera dejando pasar del sol a la tierra la radiación y reteniendo una parte del calor sobre la superficie, permitiendo disipar el resto. Esa mecánica funciona en base a una capa de gas (ozono) que retiene parte del calor, aunque no todo. La sobreacumulación de CO2 impide que esa capa disipe parte del calor y retiene más de lo necesario, aumentando el efecto invernadero sobre 81

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el planeta; o sea, calentando la temperatura por sobre la estabilidad promedio. Este ciclo desata una espiral que se desenvuelve peligrosamente: más calor afecta bosques y selvas, esos bosques y selvas liberan más CO2 retenido y aumenta el ciclo; el hielo retiene CO2, su derretimiento por el calor libera más y, por lo tanto, la dinámica es creciente e imparable si no se toman medidas radicales. El planeta funciona con cierta estabilidad climática. Durante 10 mil años se estabilizó en 14,5°C de promedio. Esto posibilitó adaptación y desarrollo civilizatorio de las fuerzas productivas. En los últimos 200 años, el aumento de temperatura creció más que los diez mil años anteriores. Ese período es coincidente con el desarrollo del capitalismo en su fase decadente, de sobreproducción e hiperconsumo. Vale decir: el fenómeno que altera

las ciudades, también anárquica con la racionalidad antisocial del capital. Por supuesto, todo gestionado por gobiernos de partidos tradicionales, burocracias en sindicatos y empresas mediáticas que militan para justificar esa orientación como “destino inexorable”.

Combate de ideas Cuando un movimiento de masas irrumpe, el poder de las corporaciones, sus partidos, regímenes y Estados no ponen a operar solamente los mecanismos de represión social: también las fábricas de ideologías falsas para confundir, dividir, inyectar escepticismo y otras variantes. Las siguientes son algunas de las concepciones fabricadas para ese propósito: • El “negacionismo”. Esta corriente está representada por Trump, Bolsonaro y los gobiernos derechistas más reaccionarios. Expresan a las corporaciones del petróleo, los bancos y las transnacionales extractivas más concentradas. Su tesis es “que el cambio climático es un fenómeno natural y que los objetores de la industria del petróleo se oponen al desarrollo y el crecimiento económico”. Aunque no tengan directa influencia en la juventud que se moviliza, más bien lo opuesto, es la línea con la que actúan a través de las burocracias sindicales sobre el movimiento obrero. • El “capitalismo verde”. Esta política la levantan Merkel, los partidos verdes, la IIª Internacional, los demócratas de EE.UU. y personajes como Macron. En concreto, plantean que desde el Estado habría que consensuar con las empresas capitalistas un proceso de reformas graduales que vayan reconvirtiendo la matriz de energía hacia limpias y renovables, con incentivos económicos y premios fiscales a las menos contaminadoras. En definitiva, hacer de la “ecología” un nicho de negocios que se someta a las leyes capitalistas del mercado.

todas las condiciones de la vida sobre el planeta está directamente asociado no a la “humanidad” en general, sino al modo de producción basado en la sobreproducción/hiperconsumo para la ganancia privada llamado capitalismo. A la vez, en regiones del mundo sometidas a la presencia de corporaciones imperialistas, al cambio climático como presión y desafío concreto se suma la forma de acumulación depredatoria del capital que conocemos como extractivismo. La necesidad de bajar costos de producción en insumos y asegurar valor en reserva diseñó un patrón de acumulación capitalista de consecuencias contaminantes: agronegocio con semillas transgénicas y agrotóxicos a gran escala; megaminería contaminante; las forestales como en Chile para la industria de la celulosa, que comprometen bosques, agua y violentan territorios de pueblos originarios; fracking en todas partes, y cementación en revolución permanente

• El “neo-keynesianismo ecológico”. Esta visión, levantada por Bernie Sanders, Ocasio-Cortez y otras figuras de la “izquierda demócrata” y el DSA de EE.UU., plantea un proceso de reconversión energética de las corporaciones capitalistas con subsidios estatales. Es decir, un pacto con las transnacionales de reconversión en 10 años, obviamente sin cuestionar la propiedad privada de los principales resortes de la producción y distribución energética. 82


• El “autonomismo” antipartido. Esta corriente, con cierto peso ideológico, es la que plantea que, frente a la dificultad de luchar contra el capitalismo, sus Estados centralizados y desde el poder dar otro rumbo a la relación con la naturaleza, la salida es construir “islas no-capitalistas” de “autogestión autónoma” de los Estados. Es la teoría posmoderna de la coexistencia con el capitalismo depredador y contaminante.

la producción capitalista que no tienen ningún sentido social positivo (megaminería, fracking, agronegocio) y que, por lo tanto, más allá de la clase social que las gestione son contaminantes y dañinas per se sin ningún beneficio social concreto. Por eso es clave romper con el tabú “desarrollista” y plantear eliminarlas, delimitándonos también de la nefasta experiencia del desarrollismo burocrático estalinista en la ex URSS que, sin democracia directa en la planificación productiva por los trabajadores, usurpada por la camarilla gobernante, impuso una lógica de producción y consumo disociada de las reales necesidades sociales y con derivas contaminantes increíbles.

• La corriente de la “culpa individual”. La propaganda de las corporaciones y gobiernos contaminantes fomenta una ideología falsa que focaliza la responsabilidad por la degradación socioambiental en las personas y sus “hábitos de consumo y vida” individuales. Así, la responsabilidad por la falta de agua se resuelve “con duchas más cortas” o “cerrando bien la canilla” (no por el uso absurdo y gigantesco de las megamineras y forestales); o el calentamiento global por el aumento de autos privados como “responsabilidad individual” (no por el lobby de las automotrices y petroleras); o como salida, el reemplazo de todo por bicicletas y variantes así. En este punto han ganado peso las corrientes del “decrecimiento”, que proponen la “austeridad personal” como estrategia. En todos los casos, encubren las responsabilidades sistémicas del capitalismo. • El progresismo extractivista. Es la justificación política por parte de los proyectos llamados “progresistas” en América Latina, que sostuvieron o sostienen la matriz de producción capitalista basada en la apropiación y despojo de la naturaleza con modalidades “insignia” como el agronegocio o la megaminería. Desde el proyecto de Evo Morales-García Linera en Bolivia hasta el chavismo, pasando por el kirchnerismo en Argentina o el PT de Brasil, defienden esta idea. Insisten en que es una etapa necesaria para el desarrollo productivo de países “atrasados”, que por ende hay que apropiarse de parte de la renta extractiva para financiar programas sociales y en un futuro indeterminado salir del modelo actual. Es la coexistencia con corporaciones que saquean y contaminan. Los gobiernos y proyectos de este espectro político reforzaron esa matriz en los últimos 15 años.

De conjunto, todas estas corrientes tienen un punto en común: ninguna cuestiona directamente el sistema capitalista como problema crucial de la humanidad, que pone en crisis la relación con la naturaleza como sistema de producción/consumo orientado por la ganancia y que además se expresa en poder político estatal, imperialista y militar concentrado. Y que, en todo, construye ideología y formas de pensar que multiplica a través de instituciones y aparatos político-sindicales-mediáticos.

Una hoja de ruta para la transición El movimiento social mundial en defensa del planeta tiene un enorme potencial de cambio. Nuestra propuesta es impulsar la más amplia acción de lucha en esta perspectiva, y a la vez, desarrollar al interior de este movimiento una tendencia organizada por una estrategia anticapitalista, ecosocialista y profundamente internacionalista. La LIS a través de sus organizaciones nacionales y experiencias como la Red Eco-

• El “desarrollismo” de izquierda. También tenemos polémicas con corrientes marxistas que simplemente plantean como salida el control obrero sin cuestionar el avance de fuerzas destructivas del capitalismo en esta etapa. Hay ramas de 83

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• Ampliación de derechos en los servicios públicos, empezando por el transporte estatal bajo control social de trabajadores y usuarios. Estatización de todas las privatizadas y ampliación de infraestructura de las mismas.

socialista tienen ese propósito político en lo mejor del activismo juvenil, pero también para influenciar cada vez más al sujeto decisivo para la transición pos-capitalista a otra forma de producir y consumir: la clase trabajadora y sus organizaciones tradicionales. Sin ella para luchar por el poder, en alianza con otros sectores populares agredidos por el capitalismo contaminante, no es posible la reorganización social, económica y política sobre bases nuevas, socialistas pero amigables con la naturaleza. Para todo esto, levantamos una serie de coordenadas programáticas como GPS para orientar la intervención de lucha de este movimiento:

• Más salud y educación pública en base a un reforzamiento del presupuesto estatal, basado en el no pago de la deuda externa al FMI y los organismos financieros internacionales. • Reparto de las horas de trabajo entre toda la mano de obra disponible. Incorporación masiva de tecnología, no para reemplazar personas por máquinas sino para alivianar la carga colectiva del trabajo. • Eliminación de la industria del empaquetado y reducción de residuos en base a separación en origen, reciclado y educación socioambiental estatal en todos los niveles escolares. • Prohibición de la industria publicitaria capitalista que fomenta el consumo artificial, confunde y miente a la población. Reemplazarla por el derecho social a la información pública. Democratización general de los medios masivos de comunicación. • Activar mecanismos de consulta popular vinculante para que sean los pueblos los que decidan toda controversia sobre desarrollar o no determinadas industrias que puedan contaminar. Incorporar a fondo el principio precautorio del derecho ambiental, que dice que “toda modalidad productiva que pueda impactar socioambientalmente debe ser suspendida y sometida a investigación y debate social”.

• Por la declaración de la inmediata emergencia socioambiental en nuestros países, dirigida a los gobiernos capitalistas de turno.

• Presupuesto para remediación ambiental y preservación de especies, bosque nativo y otros bienes comunes de la naturaleza, patrimonio de la humanidad en base a la expropiación de activos de empresas contaminantes.

• Transición energética hacia limpias y renovables, en base a la expropiación de las industrias hidrocarburíferas bajo control de los trabajadores y una nueva matriz de energía.

• Apertura de todas las fronteras a las corrientes de migración climática.

• Lo anterior incluye la reconversión laboral-profesional de todos los trabajadores de las industrias afectadas con garantía de continuidad salarial y el piso de derechos anteriores.

• Derecho a la autodeterminación, desmilitarización y reconocimiento de derechos territoriales a los pueblos originarios.

• Prohibir el fracking, el agronegocio, las forestales, la megaminería y la cementación urbana con fines especulativos. Reconversión productiva basada en las reales necesidades sociales, en base a una planificación democrática con intervención de la clase obrera.

• Por un modelo de producción que oponga a la anarquía capitalista cuyo único propósito es la ganancia privada, la planificación democrática con intervención de la clase trabajadora para la generación de bienes y servicios que respondan a las necesidades reales mayoritarias y una distribución que garantice el acceso a todo lo requerido por la mayoría que trabaja, incorporando como parámetro la sustentabilidad socioambiental.

• Otro modelo alimentario, en base a parámetros agroecológicos, sin transgénicos ni agrotóxicos, para garantizar la comida como derecho social suficiente, saludable y accesible a las mayorías. revolución permanente

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9N: 30 años de la caída del Muro de Berlín

El ocaso del “capitalismo triunfante” Luis Meiners

Se cumplieron 30 años de la caída del muro que dividía Berlín. Este acontecimiento sacudió los cimientos del orden mundial de posguerra y produjo cambios profundos, cuyas consecuencias siguen dando forma al mundo contemporáneo. Materia de fuertes polémicas dentro y fuera de la izquierda revolucionaria, la interpretación de estos hechos es crucial para los debates tácticos y estratégicos actuales. El grito de moda del “fin de la historia” resultó ser más la expresión de deseo de un triunfalismo burgués que un análisis certero de la dinámica política. Hemos vivido tres décadas marcadas por 85

una fuerte inestabilidad, en particular acentuada a partir de la crisis capitalista iniciada en 2008. La caída del Muro de Berlín y el fin del bloque estalinista del Este europeo marcaron el fin del orden mundial de posguerra, signado por los pactos entre los vencedores, que dieron lugar a un orden “bipolar”. Se abrió una nueva etapa de la lucha de clases a nivel mundial. Es decir, se 85

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produjo un importante cambio en la correlación de fuerzas entre las clases, con la apertura de situaciones políticas y sociales cualitativamente distintas a las del período anterior. Un elemento clave para comprender esto es el hecho de que la caída del denominado “socialismo realmente existente” no fue el producto de una contrarrevolución triunfante, sino de una seguidilla de revoluciones que terminaron con el dominio del estalinismo en un tercio del planeta. Éstas tuvieron como saldo el ocaso del aparato contrarrevolucionario que había actuado para enchalecar, congelar y desviar los procesos revolucionarios durante gran parte del siglo XX. Es necesario señalar que, en realidad, el estalinismo había destruido hacía ya muchísimo tiempo las conquistas logradas con la revolución e impuesto un régimen dictatorial que, a las penurias económicas, le sumaba la represión constante y la falta de mínimas libertades democráticas. La casta burocrática que gobernaba dichos Estados sostenía sus privilegios materiales sobre la base de la apropiación del poder político mediante regímenes de partido único; sin libertad de expresión, discusión ni organización, y pactando con el imperialismo una coexistencia pacífica que en los hechos significaba el boicot a las luchas obreras y de los pueblos oprimidos del mundo.

por un breve período la caída tendencial de la tasa de ganancia y dilatar las perspectivas de crisis en la economía mundial. Simultáneamente, todo el viejo reformismo socialdemócrata aceleró su conversión a las políticas de contrarrevolución económica, convirtiéndose en social-liberales. Surgieron nuevas corrientes reformistas que sostenían la necesidad de un capitalismo “con rostro humano”, y se fortalecieron coyunturalmente corrientes horizontales y autonomistas que abandonaban la lucha por el poder y la transformación global de la sociedad en pos de una micro-política que negaba la importancia estratégica de la clase obrera y relegaba (cuando no abandonaba del todo) la lucha por el socialismo. La crisis de las distintas corrientes del trotskismo internacional fue un elemento adicional para completar este cuadro. Sin adentrarnos en un análisis específico de la misma, podemos señalar que en ella se combinan elementos de dogmatismo, escepticismo y burocratismo. La respuesta dogmática frente al desarrollo de acontecimientos nuevos e imprevistos condujo a un análisis escéptico de la situación de la lucha de clases a nivel mundial. En él la revolución socialista quedaba relegada a un futuro indefinido o directamente clausurada frente a la ofensiva del capital. Surgieron así corrientes oportunistas que terminaron abandonando la estrategia de construcción de partidos leninistas e, impulsadas por el impresionismo, claudicaron a cada nuevo fenómeno político. También surgieron corrientes sectarias que escondían su incapacidad de actuar en las nuevas circunstancias, y se orientaron a “mantener viva la llama”. En ambos casos, las respuestas a los debates políticos abiertos fueron burocráticas y terminaron por debilitar a las organizaciones.

Contradicciones Sin embargo, la etapa abierta en 1989 está marcada por contradicciones que es necesario señalar. La ausencia de una dirección revolucionaria que tuviera peso de masas y apoyo internacional para incidir sobre los acontecimientos posibilitó que se imponga el camino de la restauración del capitalismo en los estados del Este, camino que ya había iniciado la propia burocracia estalinista. El imperialismo y el Vaticano jugaron fuerte en este sentido. Esta complejidad explica el carácter contradictorio de la nueva etapa abierta. El hecho positivo de la destrucción del aparato contrarrevolucionario estalinista se vio matizado por la restauración del capitalismo. Este hecho produjo, además, una gran confusión en la conciencia de millones y fue aprovechado por la burguesía y el imperialismo para desplegar una inmensa ofensiva ideológica sobre el fracaso del socialismo y la inviabilidad de toda alternativa al capitalismo. La restauración del capitalismo en el bloque del Este y en China, en este caso bajo la dirección de la propia burocracia del PC chino, y su incorporación plena al mercado mundial, permitieron contrarrestar revolución permanente

De la restauración a la crisis Lo que sucedió tampoco se dio como esperaba el imperialismo. La restauración capitalista en el tercio del planeta donde la burguesía había sido expropiada y la contrarrevolución económica que la ofensiva neoliberal descargó sobre los trabajadores y pueblos del mundo entero no lograron abrir paso a un nuevo período de prosperidad capitalista y desarrollo sostenido de las fuerzas productivas. El mundo “unipolar” que se veía tan amenazante ha resultado ser un mundo mucho más inestable para los capitalistas y la capacidad de control del imperialismo yanqui se ha visto fuertemente golpeada. Sus ofensivas militares en Medio Oriente, como la guerra 86


de Irak, terminaron empantanadas. Lejos de asegurar su control sobre la región, desembocó en guerras prolongadas y el debilitamiento de los regímenes políticos de la región. Las revoluciones que sacuden a Irak y al Líbano son las expresiones más recientes de esto. La hegemonía del imperialismo norteamericano está crecientemente cuestionada. La guerra comercial con China es una clara expresión de que la burguesía yanqui es consciente de esta situación y ensaya diferentes políticas para sostener su predominio. Por otro lado, la crisis de la Unión Europea refleja la decadencia de la otrora poderosa burguesía del viejo continente. La crisis de 2008 dio lugar a un período de estancamiento en las economías capitalistas que hoy amenaza con convertirse nuevamente en recesión. Esto ha terminado con las ilusiones de quienes pronosticaban el “triunfo definitivo del capitalismo” y el “fin de la historia”, dando lugar a una creciente polarización social y política. Así como surgen nuevos fenómenos políticos por derecha, la crisis es el combustible que alimenta un nuevo ciclo de rebeliones y revoluciones que desde Hong Kong a Chile cuestionan en las calles al capitalismo y sus regímenes políticos y alumbran nuevas posibilidades para la clase trabajadora y la izquierda revolucionaria.

planes, y las revoluciones que siguen sucediendo en este nuevo siglo, son una demostración de que la caída del Muro no implicó una victoria definitiva del capitalismo ni bloqueó toda perspectiva socialista. Por el contrario, estamos transitando una nueva coyuntura de insurrecciones, rebeliones y revoluciones que confirman una tendencia contraria. Desde la irrupción de los chalecos amarillos en Francia en 2018 hasta la revolución que sacude al régimen pinochetista y al capitalismo en Chile. En un mundo donde la fortuna de las 26 personas más ricas equivale a lo que posee la mitad más pobre de la humanidad, y donde la voracidad del capitalismo destruye las bases de sustentación natural de la vida en todo el planeta, está claro que este sistema no brinda alternativa de futuro para las mayorías sociales. Lejos de desaparecer, el socialismo vuelve con fuerza frente a la crisis del capitalismo. En el corazón mismo del sistema capitalista, EE.UU., cada vez más jóvenes descreen del sistema capitalista y se consideran socialistas. Más que nunca se impone la necesidad de luchar por otro modelo de sociedad: el socialismo con democracia. Un modelo que rompa con el sistema capitalista y rechace también la burocracia estalinista, en donde la clase trabajadora y los pueblos del mundo puedan recuperar el control democrático sobre la economía, sobre sus vidas, sobre su futuro, terminando con toda forma de explotación y opresión. Para ello necesitamos más que nunca construir organizaciones revolucionarias, como lo hacemos en cada uno de los países en donde la Liga Internacional Socialista tiene presencia.

La vigencia del socialismo La resistencia de la clase trabajadora y demás sectores explotados y oprimidos a los planes neoliberales; las crisis de los regímenes políticos, partidos y direcciones tradicionales que impulsaron dichos 87

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70° aniversario de la revolución

China: una gran muestra de músculos para

esconder la crisis

Gustavo Giménez

El 1° de octubre, el gobierno conmemoró el 70° aniversario de la revolución con el que ha sido considerado el “desfile militar más grande de toda la historia”. Sin embargo, la televisión mostró que, en la vecina Hong Kong miles de manifestantes chocaban violentamente con la policía exigiendo mayor democracia y autonomía. Luego del imponente desfile, que incluyó misiles que pueden llegar en pocos minutos al territorio norteamericano, se sucedieron otros impresionantes festejos en los que participaron unos 100.000 civiles de distintas profesiones. Las imágenes mostraron al presidente del gigante asiático y secretarevolución permanente

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rio general del Partido Comunista Chino parado a bordo de una limusina Hongqi de fabricación nacional, saludando a las tropas cual un Napoleón Bonaparte del siglo XXI. La parada militar y festejo masivo, destinados a mostrar los logros del “modelo chino”, en un país que alberga 1.400 millones de habitantes y es la segunda economía del planeta, no pudieron ocultar que a unos cientos de kilómetros al sur, en esa ex colonia británica que es Hong Kong, devenida en zona autonómica especial regresada a la soberanía china, existe una rebelión justamente contra esa misma burocracia con aires de omnipotencia que gobierna China con los métodos de una férrea dictadura y no puede contener a un territorio de escasos siete millones de habitantes.


bajo la órbita capitalista, se reconocía el gobierno de Chiang y en consecuencia Stalin ordenó al PC chino subordinarse al poder del Kuomintang. Después de la guerra, la situación china era calamitosa. La industria estaba desmantelada, millones de campesinos habían sido despojados de sus tierras y una capa de especuladores y colaboracionistas del Kuomintang se había apoderado de millones de hectáreas. Hambre, hiperinflación y corrupción generalizada en los estratos gobernantes completaban un cuadro de grave crisis. La situación era tan frágil que el gobierno norteamericano ordenó a su flota, que había peleado contra los japoneses en el Pacífico, que desembarcara en China. Una sublevación de los trabajadores y jóvenes marineros y soldados yanquis se lo impidió. El triunfo de la revolución china le debe mu-

La revolución y contrarrevolución en la China contemporánea Setenta años antes, al comenzar octubre de 1949, las tropas del PC chino dirigidas por Mao Tse-tung, luego de derrotar tras largos años de guerra civil a las tropas del partido nacionalista Kuomintang que acaudillaba Chiang Kai-shek, ingresaron victoriosas a Pekín. Allí, en la plaza de Tiananmén, Mao declaraba la “república popular”. Triunfaba así la tercera revolución china. La primera, dirigida por Sun Yat-sen, había liquidado al régimen monárquico del emperador e instaurado una república democrático-burguesa en 1911. La segunda, en 1927, dirigida por el PC chino, fue una gran revolución obrera y campesina brutalmente derrotada luego de que Moscú ordenara a los comunistas entregar las armas a la burguesía nacional liderada por Chiang, al que años antes había nombrado miembro honorario de la III Internacional. Mao, sobreviviente de aquella sangrienta derrota, se encargó de concentrar las fuerzas del PC en la región montañosa de Hunan, a resguardo de la represión del Kuomintang, para asumir una táctica defensiva propia de las luchas del campesinado chino: la guerra de guerrillas rural. Así, al aplastamiento de la revolución en las ciudades más importantes, le siguió una larga resistencia campesina, que era el 80% de la población del país. La guerra civil se extendió desde 1927 hasta 1937 cuando Japón, que ocupaba Manchuria, invade toda China y los nacionalistas y comunistas se unen para enfrentarlo. Al finalizar la guerra en 1945 y tras el triunfo sobre Japón, la economía china estaba destruida, sus industrias desmanteladas y una grave crisis golpeaba su economía campesina. Se retomaba la guerra civil entre el campesinado pobre dirigido por el PC y la burguesía china con Chiang en el gobierno. El PC, que se había fortalecido en las masas campesinas en los años de resistencia al invasor japonés, no tenía la intención de tomar el poder para realizar una revolución socialista. Al contrario: intentaba llegar a un acuerdo con Chiang para fundar primero una república democrática, una receta de la “revolución por etapas” del manual estalinista. Pero Chiang y sus generales no querían ese acuerdo: querían destruir el poder del PC entre las masas campesinas, como única salida para retomar el control total del país y reorganizar China capitalista. Por los acuerdos de Yalta y Potsdam firmados por Stalin, Roosevelt y Churchill, China debía quedar

cho a este levantamiento, así como la revolución vietnamita se lo deberá en 1975 a las multitudes de jóvenes que en EE.UU. se rebelaban y se negaban a ser reclutados para la Guerra de Vietnam. Paulatinamente el régimen de Chiang, que persigue y obliga al ejército de Mao a emprender la “Larga Marcha”, va perdiendo terreno ante la insurgencia campesina. El curso del enfrentamiento lleva a Mao a decretar en octubre de 1947 una reforma agraria, en la que decenas de millones de campesinos expropiaron a los latifundistas. Esa medida marcó el curso definitivo de la guerra civil: las tropas de Mao y la insurrección campesina fueron imparables. Finalmente los generales de Chiang son derrotados y ese histórico 1° de octubre la revolución triunfaba en China continental. Los burgueses del Kuomintang huían desesperados 89

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a la isla de Formosa, luego llamada Taiwán, en donde proclamaban su gobierno, que hasta 1971 la ONU reconoció como legítimo representante de la nación china.

Pero el movimiento lanzado, que despertó al inicio un gran entusiasmo entre los estudiantes e intelectuales chinos, penetró en el movimiento obrero: éste desarrolló una ola de huelgas y en enero de 1967, junto a los estudiantes, fundó una comuna en la ciudad de Shanghái. También entró profundamente entre los Guardias Rojos. Logrado su objetivo, Mao frena el proceso, reprime al ala más izquierdista, copa los organismos creados por las masas y llama a dejar de criticar al aparato. Se produce la “rehabilitación” de muchos de los jerarcas desplazados y se inicia un giro a la derecha. Abonado por los choques fronterizos con la URSS en marzo de 1969, ese giro lleva a recibir al presidente Nixon en Pekín en 1971, en plena ofensiva militar de EE.UU. en Vietnam. Por diferencias con esa política es desplazado Lin Piao, el jefe del ejército al que se consideraba sucesor de Mao, y en 1973 se rehabilita a Deng Xiao-ping. En 1975 se reforma la Constitución china y se reconoce a los campesinos el derecho a la propiedad privada sobre pequeñas parcelas de tierra. Se avanzaba así en el giro derechista que Deng profundizaría en forma cualitativa tras la muerte de Mao en 1976.

La república popular La revolución china unificó e independizó al país del imperialismo. Realizó una primera reforma agraria que luego de la Guerra de Corea fue masiva. Terminó con el hambre de millones. Alfabetizó. Recompuso la industria y al movimiento obrero. El imperialismo contratacó con la Guerra de Corea de 1950-53 y un millón de chinos combatieron con los coreanos contra el imperialismo, propinándole una dura derrota. Si bien la revolución significó un enorme salto adelante para cientos de millones de chinos, las de-

El maoísmo La dirección maoísta surge de un proceso que combina una revolución agraria y sus organismos de poder -las asociaciones de campesinos pobresen el norte del país, con un levantamiento contra el feudalismo, el capitalismo burocrático y el imperialismo yanqui en el sur. Mao intenta contener a la revolución en una fase democrática, pero se impone la lógica de la revolución socialista en el campo y aun contra su primera estrategia surge un gobierno que expropia a la burguesía. A diferencia del régimen de democracia soviética de los primeros años de la Revolución Rusa, el gobierno chino estará asentado desde un primer momento en un régimen bonapartista2, basado en el aparato del Partido Comunista Chino y en el Ejército Popular. La debilidad de la clase obrera china que había sido devastada durante la guerra, el enorme peso del campesinado y las influencias pequeñoburguesas que pesan sobre él, la inexistencia de un partido marxista revolucionario y la presión del estalinismo van a ser factores sustanciales en la formación de esa dirección. Tiene un origen distinto al de la dirección estalinista que gobernaba la URSS: mientras la rusa era producto de una contrarrevolución y reflejaba una casta privilegiada, la china

cisiones burocráticas de la conducción en materia económica (fracaso de la “campaña de las cien flores” primero y del “gran salto adelante” después), la cada vez más reticente ayuda de la URSS, tres años de calamidades (sequía, inundaciones, etc.) y la derrota de la revolución en Indonesia1 fueron creando roces y disputas dentro de la camarilla burocrática. Para inclinar a su favor la balanza de esas disputas internas, en 1966 Mao lanza la “Revolución Cultural”. Así desplazó a los dirigentes y cuadros del aparato partidario que, como Deng Xiao-ping, cuestionaban sus políticas. Fue un intento de frenar las contradicciones planteadas por el avance imperialista en Vietnam tras la derrota indonesia y problemas internos originados por el fortalecimiento de la clase obrera y la crisis del campesinado pobre. revolución permanente

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surgía a caballo de una gran revolución intentando jugar un rol de árbitro entre las distintas clases en pugna. Por su origen, la burocracia china es similar a la cubana o la yugoeslava, que nacieron de revoluciones dirigidas por ellas. Su bonapartismo se parece mucho al de los movimientos nacionalistas burgueses de los países atrasados, que Trotsky llamó bonapartistas sui generis3. Pasadas ya varias décadas de aquella comparación, podemos afirmar que tuvieron un curso similar a estos movimientos, que en muchos casos de bonapartistas sui generis pasaron a bonapartismos clásicos, cuando fueron perdiendo sus roces con el imperialismo, consolidándose en la administración de su economía burguesa y la conservación de sus privilegios de casta burocrática y para ello debieron enfrentar al movimiento de masas. Así como Perón evolucionó de líder nacionalista a fundador de la Triple A o el nicaragüense Ortega de revolucionario democrático a dictador asesino, el maoísmo generó una casta burocrática que terminó restaurando el capitalismo en China y no dudó en reprimir a sangre y fuego en Tiananmén en 1989 a quienes intentaron cuestionar su poder.

Hu Yaobang abandonó la idea de una economía planificada y fue inaugurada la temporada de la ‘reforma económica urbana’. En el Plenario de 1993, Jiang Zemin comenzó la temporada de la ‘economía de mercado socialista’…”5 Lo mismo describían respecto de Jiang6 los diarios europeos: “Habló de socialismo para apoyar la libertad de precios, la liberalización del sector financiero, la conversión de las sociedades en entidades con accionariado público y privado, el establecimiento de un sistema de Seguridad Social y la privatización de nuevos sectores, incluido el inmobiliario (aunque, misteriosamente, no explicó por qué considera fundamental que otras áreas de actividad económica no lo sean). También anunció la apertura de toda China, y no sólo de las ‘zonas especiales’ situadas en las costas, a las inversiones extranjeras. Y afirmó que se debe aceptar el desarrollo desigual: las zonas más avanzadas deben

De Deng a hoy: la restauración capitalista El año 1978 marca un punto de inflexión en torno a la economía y el proyecto burocrático para China. Confirmando los pronósticos que en su momento Trotsky hiciera para la burocracia soviética como agente restauracionista del capitalismo, su par china con Den Xiao-ping al frente abrió el país al mercado mundial capitalista. “Las profundas reformas iniciadas en 1978 incluían la descolectivización de la agricultura, la apertura de China a inversores extranjeros y la concesión de licencias para iniciar empresas privadas. Esta desnacionalización de servicios, unida al fin de la Guerra Fría y el auge del comercio internacional permitieron al país comenzar a registrar ese rápido crecimiento que Mao no había logrado obtener, a pesar de que su economía planificada había aumentado significativamente la formación de los perfiles técnicos que empezaron a sustentar al país durante los 80. La política aperturista, asimismo, disparó el mercado en el exterior, especialmente en el ámbito de las exportaciones”4. A partir de esta decisión, las sucesivas medidas adoptadas por el poder burocrático chino van a profundizar ese camino: “En el tercer Plenario de 1984 se vio cómo el secretario general del partido

ir más deprisa, y ello ayudará a que el resto del país mejore”7. En esas zonas especiales, con tal de instalar a las corporaciones imperialistas, el gobierno otorgó beneficios impositivos y limitó los derechos sindicales. Xi Jinping, el actual mandatario, llevó el sueño burocrático hasta su mayor expresión: hoy China es la segunda potencia capitalista global superando largamente a Japón en ese lugar, tiene un ambicioso proyecto de expansión comercial llamado “ruta de la seda” consistente en enormes inversiones en infraestructura para facilitar su penetración y es el principal socio comercial de muchos países en el mundo. Desarrolla una verdadera política imperial sobre el Mar de la China, que comparte con otras naciones asiáticas, y viene desarrollando un fuerte avance en rubros de alta tecnología 91

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y en el desarrollo militar. En el terreno político, Xi ha procurado desarrollar el bonapartismo del régimen a un grado tal que podría proclamarse como un nuevo emperador, dado que ahora, después de las últimas reformas, puede ser reelegido eternamente.

mundo, logrando una economía que crecía a un ritmo récord del 10% anual. El crecimiento chino no tiene un gran secreto: es una gigantesca extracción de plusvalía, sometiendo a su clase obrera a enormes niveles de superexplotación. Eso, sumado a la estabilidad política que aseguraba la dictadura burocrática, resultaba muy atractivo para los capitales sedientos de ganancia. Pero este “desarrollo” capitalista no triunfó sin transitar enormes contradicciones. En 1989 un levantamiento popular, encabezado por los estudiantes, luego apoyado por amplias capas de los trabajadores y el pueblo chino, protagonizó un reclamo nacional contra la burocracia y el régimen político reclamando una apertura democrática y participación del pueblo en las decisiones: fue el levantamiento de la Plaza Tiananmén. Incluso hubo sectores burocráticos que reflejando las crisis y contradicciones en el seno del aparato del PCCH apoyaron o como mínimo dejaron correr el movimiento. Tiananmén era el reflejo local de una enorme ola antiburocrática mundial que tiró abajo el Muro de Berlín y el viejo régimen estalinista de la URSS. Justamente la derrota del levantamiento de Tiananmén va a marcar una diferencia en torno al proceso de restauración capitalista en China con el que se desarrolló en la ex URSS y Europa del Este. El proceso chino fue mucho más vertiginoso al vencer la resistencia del movimiento de masas. El control del aparato del PCCH fue mucho más férreo y se fue uniformando, acentuando cada vez más su carácter bonapartista, su dictadura sobre toda la sociedad. La persecución a los opositores, la opresión gran-china sobre territorios enteros como el Tíbet o el actual intento de liquidar las cláusulas democráticas en el status de Hong Kong, la imposibilidad de fundar sindicatos que no sean los oficiales o partidos opositores, una vigilancia ciudadana que ahora exigirá el escaneo facial para poder navegar en Internet, son algunas de las características de un régimen que por momentos recuerda al Gran Hermano de “1984” de Orwell. La crisis de la economía imperialista que estalló en 2007/2008 pronto va a impactar sobre la economía del gigante asiático, sobre cuyos hombros se cargaron mentirosas expectativas, ya que por ese entonces más de un propagandista liberal hablaba de que la “locomotora china” serviría para superar la crisis capitalista mundial, convirtiendo a la potencia emergente en la nueva potencia dominante ante el evidente declive de EE.UU., la Unión Europea y Japón.

Nubarrones de crisis bajo la espuma triunfalista Una de las principales explicaciones del enorme y vertiginoso desarrollo industrial chino hasta convertirse en la “fábrica del mundo” fue su mano de obra barata, casi regalada, para las inversiones capitalistas. La política de las deslocalizaciones industriales que, a partir de la década del ’80 trasladaron enormes emprendimientos fabriles de EE.UU. y otras potencias a la China “comunista”, se vio beneficiada por obreros chinos que trabajaban por un puñado

de dólares, viviendo en condiciones infrahumanas, que tenían incluso “camas calientes” muy cercanas a las líneas de producción, como en las primeras etapas del desarrollo industrial capitalista. Esta mano de obra superexplotada otorgaba una ganancia tal que hacía que los gastos extras en transporte fueran menores frente al ahorro de sueldos industriales que en EE.UU. rondaban los 3.000 dólares. China se convertía en un país donde el llamado tazón de hierro, que garantizaba a todo el pueblo chino trabajo, alimentación, educación y salud gratuitas, fue gradualmente desplazado por el tazón de porcelana, que fue suprimiendo esos derechos colectivos por la falsa promesa de triunfo individual en el mercado capitalista Fue así que los productos baratos made in China invadieron las góndolas de los supermercados del revolución permanente

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Pocos años pasaron para diluir estas exageraciones. La economía china vio mermar parte de sus exportaciones hacia los mercados centrales imperialistas. Tuvo que alentar el desarrollo de un importante mercado interno y una nueva clase media china, mientras descendían sus tasas de crecimiento del 10 al 6% o menos anual. Producto de la inminente desaceleración de la economía mundial, bajó aún más sus pronósticos de crecimiento. El aumento del “costo” de su mano de obra por los reclamos gremiales provocó además una relocalización de capitales en otros países de la región como Vietnam, Laos o Camboya, con salarios mucho menores. Finalmente, como una consecuencia directa de la crisis económica imperialista mundial, el desarrollo de la “crisis comercial” con EEUU, como reflejo de una pelea descarnada por la plusvalía mundial entre la potencia más grande del planeta y la que emerge como su competidor, no solo afecta al intercambio comercial que tiene un enorme superávit a favor del gigante asiático sino a su plan de desarrollo de nuevas tecnologías, una aspecto clave para la pelea por el dominio del mercado mundial capitalista. El desarrollo capitalista chino ha traído como consecuencia un grave aumento de la desigualdad social y agigantado enormemente las tensiones hoy contenidas por la loza burocrática. Existe una inmigración muy grande del campo a la ciudad que en las últimas décadas ha cambiado gran parte de su demografía tradicional, pero esta inmigración

no tiene redes de contención social necesarias. Al ascenso de capas medias beneficiarias del crecimiento económico se contrapone una enorme desigualdad social entre cientos de millones de pobres y los millonarios beneficiarios del modelo capitalista burocrático. En el Comité Central del PC chino, de 300 miembros, hay al menos tres millonarios. China fue la nación del planeta que más creció en estos tiempos. Según el Banco Mundial, en tres décadas su producto bruto interno se triplicó y sus exportaciones se cuadruplicaron. Esto ha llevado a la burocracia china a sostener que sacaron a 700 millones de habitantes de la pobreza. Sin embargo, detrás de los argumentos burocráticos, otros datos corroboran lo distorsionado de este “crecimiento” capitalista: “Lejos de las imágenes de los rascacielos en Shanghai y los multimillonarios chinos recorriendo el mundo saciando su apetito de exotismo, un 40% de los chinos vive aún en zonas rurales, en su mayoría trabajando en pequeñas granjas y con ingresos que en cualquier país del mundo desarrollado los ubicaría en la pobreza extrema. Se trata en muchos casos de poblaciones que comen poco y tienen un limitado acceso al agua potable y los servicios básicos, mientras que el 60% urbano, una masa obrera que trabaja cerca de 13 horas diarias, entre seis y siete días a la semana en condiciones deplorables de seguridad, no vive mucho mejor, aunque aun así la diferencia en el acceso a servicios básicos ha sido suficiente para aumentar la división cultural en el país”8. 93

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En tiempos de desaceleración económica, guerra comercial y nubarrones de recesión mundial estas contradicciones van a desarrollarse con mayor rapidez. La crisis ya está impactando y va a impactar profundamente en la China de Xi Jinping y a develar que sus festejos del 70° aniversario fueron en realidad una gran muestra de músculos para esconder la crisis.

de Xi. Las peleas democráticas y las luchas de los pueblos en el mundo, desde la Primavera Árabe a los independentistas de Cataluña, la ola de levantamientos y revoluciones que, desde Chile, Bolivia, Ecuador, Puerto Rico, Haití, Honduras, Irak, Etiopía, el Líbano, están conmoviendo al mundo en la coyuntura actual, son otro condicionamiento. Pero el temor central de Xi, sin lugar a dudas, es lo que puede costar un paso en falso en Hong Kong en su repercusión al interior de China. Es evidente que tras su espuma triunfalista aparecen nubarrones de tormenta que pueden sacudir al gigante asiático. Si esos nubarrones terminan por precipitarse en tormenta abierta y la clase trabajadora y el pueblo chino salen a una pelea frontal contra el régimen, el giro de los acontecimientos en esa región del mundo y su repercusión mundial serán algo cualitativo. En esa perspectiva, la construcción de una alternativa revolucionaria antiburocrática y anticapitalista es una tarea impostergable y un horizonte estratégico para quienes integramos la LIS con la intención de abordar las enormes tareas que la hora impone a las y los revolucionarios.

Tiananmén y Hong Kong Es válido preguntarse por qué el gigante chino, su pesada losa burocrática, su nuevo emperador que desfiló mostrando todo su poder, no puede detener a una comunidad de apenas siete millones de habitantes, cuando domina con talón de hierro a 1.400 millones de personas. ¿Por qué las manifestaciones masivas del insurrecto Hong Kong, cada vez más ra-

1. La burocracia china aconsejó al PC indonesio subordinarse al gobierno nacionalista burgués de Sukarno, que terminó masacrando a los comunistas. 2. El marxismo ha utilizado el concepto de bonapartismo para definir un régimen en el que la clase dominante no puede gobernar por métodos democráticos y lo hace a través de un gobierno apoyado en el aparato policial y militar. Como régimen que defiende los intereses de la clase explotadora o la casta burocrática opresora, aparece como un “régimen personal” autoritario que se eleva por encima de la sociedad y “concilia” los intereses de las clases sociales. De allí la analogía con Napoleón Bonaparte. 3. Variante del bonapartismo clásico, descripta por Trotsky. Mientras que el primero es propio de los gobiernos que defienden los intereses de la burguesía imperialista y usa métodos dictatoriales contra el movimiento obrero y de masas, el bonapartismo sui generis es típico de los gobiernos nacionalistas burgueses que, como el de Cárdenas en México o el primero de Perón en Argentina, en su momento tuvieron fuertes roces con el imperialismo por el reparto de la plusvalía local y para enfrentarlo han tenido que apoyarse en la movilización de masas dada la debilidad estructural de las clases capitalistas que representaban.

dicales, no lo llevan a reprimir a sangre y fuego como lo hizo en Tiananmén hace 30 años? La cuerda se está tensando. La exasperación de Xi lo lleva a decir: “Quien se libre al separatismo en cualquier región de China... será reducido a polvo y hecho pedazos”. Todo esto pese a que Hong Kong no sólo es un ínfimo sector del territorio y la población china, sino que su economía y los negocios chinos allí han disminuido mucho en proporción a lo que significaban 20 años atrás. Es evidente que la situación mundial después del ’89 ha cambiado mucho. La crisis imperialista es mayor y la condescendencia con su ahora rival chino por el reparto de la plusvalía no es la misma que entonces. De allí las amenazas de sanciones y diversos chantajes utilizados a la hora de negociar en mejores condiciones con la burocracia revolución permanente

4. Evolución de la economía china: viaje al pasado para entender el presente, en la web APD, 14/3/18. 5. Se viene el Tercer Plenario, el acto político más importante de China, por Andrea Pira, en la web chinafiles.com, 5/11/13. 6. Jiang Zemin: secretario general del PCCH de 1989 a 2002 y presidente de la República Popular China de 1993 a 2003. 7. Comunismo de mercado chino, diario El País (España), 17/10/92. 8. La otra cara de China…, diario Infobae, 31/10/19.

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NUEVA LIBRO

El feminismo en debate

¿REFORMA O REVOLUCIÓN? La ola feminista es un componente sustancial del nuevo ascenso global y sus procesos revolucionarios. En gran parte del mundo las mujeres y las disidencias protagonizan enormes peleas por sus derechos y en esa dinámica cuestionan al sistema capitalista y patriarcal. Desde la Liga Internacional Socialista participamos activamente de esas luchas desde una perspectiva de clase y socialista para aportar a la construcción de un feminismo revolucionario profundamente ligado a las peleas de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo para dar vuelta todo. Un aporte fundamental para llevar adelante este desafío político es el desarrollo de materiales que permitan debatir sobre los problemas más candentes que plantea esta realidad. A eso apunta la publicación de El feminismo en debate ¿reforma o revolución?, un nuevo libro de Ediciones socialistas La Montaña que se suma a varias obras anteriores. En esta elaboración colectiva volvemos sobre viejas polémicas que la marea feminista reabre, así como nuevos y complejos interrogantes que plantea la realidad. Entre esas polémicas que hoy recobran actualidad abordamos aquí la relación patriarcado-Estado, la frontera entre las distintas corrientes reformistas y el feminismo revolucionario, así como la construcción de este último. A su vez, respecto de lo nuevo, incluimos el aborto como derecho hoy en disputa, la cruzada fundamentalista religiosopolítica, la validez o no del punitivismo ante la

violencia machista; los dilemas de la gestación subrogada, el trabajo domestico y la prostitución o trabajo sexual; las políticas de identidad e interseccionalidad y los desafíos del movimiento LGBTI+. Para conseguirlo, solicítalo a la compañera o compañero que te acercó esta revista o vía web a www.lamontaña.com 95

REVOLUCIÓN PERMANENTE



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