Estamos festejando el cumpleaños de un sueño que se hizo proyecto editorial: La colección Un libro por centavos; un ambicioso deseo que se volvió propósito colectivo para remediar un vacío notorio en el mundo librero. Esta iniciativa quinceañera trasciende el ámbito nacional e iberoamericano y se encuentra en las bibliotecas de las universidades de Stanford, Harvard, Yale y del Congreso de los Estados Unidos, así como en las casas de cultura, cárceles, eventos culturales y literarios, bibliotecas de universidades, colegios y escuelas de municipios y corregimientos de todo el país. En el Caguán, gracias a la complicidad de fundaciones como La Casita de los sueños y el Círculo de lectura infantil y juvenil, fundado por la congregación religiosa de La Consolata, el Externado de Colombia ha hecho presencia a través de la colección en escuelas de zonas veredales, a cuyos estudiantes invitamos a ilustrar algunos de los poemas de esta antología n.° 150, Poesía colombiana para niños, dedicada a la familia como eje de la sociedad. John Fitzgerald Torres, poeta de la colección, quien estuvo a cargo del cuidado y selección de los textos, dice que esta antología: “ofrece una panorámica literariamente comprometida, porque escribir para niños es una de las labores literarias de mayor exigencia y de la más alta responsabilidad”.
Selecciรณn y cuidado de
John Fitzgerald Torres
N.ยบ 150
Diana Carolina Sánchez Pinzón
Poesía colombiana para niños Antología
universidad externado de colombia d e c a n at u r a c u lt u r a l
2018
isbn 978-958-772-
© Universidad Externado de Colombia, 2018 Calle 12 n.º 1-17 este, Bogotá - Colombia Tel. (57 1) 342 0288 dextensionc@uexternado.edu.co www.uexternado.edu.co
Primera edición Octubre de 2018 Imagen de carátula Luisa Rivera Diseño de carátula y composición Departamento de Publicaciones y la colaboración de niños de instituciones educativas del Caquetá Impresión y encuadernación Editorial Nomos S.A. Impreso en Colombia Printed in Colombia
Consulte nuestros poemarios publicados durante 15 años en: www.uexternado.edu.co/unlibroporcentavos
Universidad Externado de Colombia
Juan Carlos Henao Rector
Miguel MĂŠndez Camacho Decano Cultural
Clara Mercedes Arango Coordinadora General
Luisa Rivera es una artista e ilustradora chilena que actualmente reside en Londres. Ha publicado cinco libros ilustrados, incluyendo la edición aniversario de Cien años de soledad por Penguin Random House Grupo Editorial en 2017, y ha trabajado con clientes como The New York Times, O The Oprah Magazine, Lumen, Variety, Air Canada, Oxford American, Reservoir Books, entre otros. Además, su trabajo ha sido exhibido y seleccionado por publicaciones tales como Latin American Illustration, Creative Quarterly, Diccionario de Ilustradores Iberoamericanos, y 3x3 The Magazine of Contemporary Illustration.
contenido
Rafael Pombo Perico Zanquituerto [10], El ciego [12] Víctor Eduardo Caro La gallina Nicaragua [14], El lavadero de las hadas [18] Carlos Castro Saavedra Los dos caballos [20], El arbolito verde [21] Fanny Osorio Cancioncilla [25] Jairo Aníbal Niño Tres gatos atigrados [29], El día es lindo [30], Es tan azul tu sombra [30] José Luis Díaz-Granados Sebastián este es el cuento… [32], Sinforoso abre una puerta [36] Celso Román Valentina [38], María José [39], Natalia [40], Carlitos [41], Señor burrito [42] Jairo Ojeda IIIIIIIIIIIIiiiiiiiiiiii… [45], El parque y las sombras [47] Gloria Cecilia Díaz La escoba traviesa [49], Transformación [50], Una rana [51], El cielo claro [53], ¿Por qué lloras? [54] María Elena Quintero Don Sol [56], Son del zapato [56]
Irene Vasco Brebaje mágico para todo uso [60], Poderoso sortilegio para desaparecer [60], Sortilegio para liberarse de la sopa [61], Sortilegio para que no haya colegio [62], Un solo conjuro para muchos males [62], Hechizo para deshechizarse [63] Clarisa Ruiz Mefistófeles [65], Acuarela [67], Madriguera [67] Yolanda Reyes Balada del fondo del mar [69], Fantasmería [73], Abracadabra [74], Receta para dormir [75] Hernán Vargascarreño Trenes infantiles [77], Inventando palabras [80] Claramercedes Arango Mi gato [82], El abuelo Iván [83], Papel hecho poema [84] Luisa Noguera Arrieta Navidad [87], Bailarina [89], Hoy [90], El trato [91] John Fitzgerald Torres Monstruos de noche [95], Mi vecindario [97], La voz de la experiencia [98], Canción de la TV [99] Francisco Montaña Escogiste ser serpiente [103], Es color esmeralda [103], Instrucciones para despertar una mariposa [104], No tienes que cambiar [105] Palabras para los “niños” lectores [106] Palabras para los “adultos” lectores [107]
Rafael Pombo
(1833-1912) Poeta, dramaturgo, traductor y periodista. Considerado el maestro de la literatura infantil colombiana. Compuso más de 200 fábulas y fue coronado poeta nacional en 1905. Libros suyos son: Fábulas y verdades, Cuentos pintados, Cuentos morales para niños formales, Diario de mil curiosidades, Método objetivo o cartilla imaginaria, Nuevo método de lectura, entre otros.
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perico zanquituerto
Perico Zanquituerto se huyó con un dedal, y su abuelita Marta no lo pudo alcanzar. Él corre como un perro y ella como un costal, y apenas con la vista persigue al perillán. Bien pronto se tropieza, da media vuelta y cae, y ella le dijo: “Toma ¿Quién te mandó robar?”. Con un palo a dos manos lo iba alcanzando ya cuando siguió Perico corriendo más y más. De un cubo de hojalata hizo luego un tambor, de un huso viejo, espada, y del dedal, chacó; Y al verse hecho un soldado exclama: “¡Caracol! Ni un escuadrón de abuelas me hará temblar desde hoy”.
Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Playón, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Yeraldin Zárate Teleche, 7 años – Grado 2.º Ilustración: “Perico Zanquituerto”
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Un ganso en ese instante el pescuezo estiró diciéndole: “¡Amigote! ¿Qué tal? clí, clí, ció, cló”. Ahí sí se echó de espaldas el vándalo feroz clamando: “¡Auxilio, auxilio! ¡Que me traga este león!”. el ciego
En noche muy oscura Iba un ciego con una linterna en la mano, y alguien pasa y murmura: “¡Vaya un tonto! ¿De qué le sirve eso, paisano?”. Y respondióle: “Amigo, para que otro más sabio no choque conmigo”.
Víctor Eduardo Caro
(1877-1944) Poeta, editor, periodista y educador. Fundó una de las pocas revistas colombianas para niños: Chanchito, que alcanzó 66 números misceláneos. Dirigió el periódico Santafé y Bogotá. Entre sus libros están A la sombra del alero, Sonetos colombianos, Chanchito y las aventuras de Tío Conejo, Los números: su historia, sus propiedades, sus mentiras y verdades.
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la gallina nicaragua
La gallina Nicaragua puso un huevo en el alar, puso dos y tres y cuatro, cinco y seis, y mucho más. Cada día muy temprano, con su alegre cloá, cloá, cloá, anunciaba un blanco huevo, delicioso al paladar. La gallina era pequeña, pero linda de verdad, y gozaba con sus prendas del cariño general. La muy boba, una mañana, por consejos de un turpial, cacareó su independencia y ya no quiso trabajar. “¿Quieren huevos? ¡Que los compren o los manden fabricar! ¡Dueña soy de divertirme y de hacer mi voluntad!” El cojito Juan Antonio, cuidandero del corral, al oír estas razones, le repuso: “Bien está”.
Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Playón, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Darwin Alexis Olaya Silva, 9 años – Grado 2.º Ilustración: “La gallina Nicaragua”
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“Con la plata que a tu buche hecha granza va a parar, mercaremos un huevito, dos y tres y muchos más”. Con el pico entre las plumas, bajo el techo familiar, la gallina Nicaragua esa noche durmió mal. ¿Le pasó por la cabeza que debemos trabajar y ayudarnos mutuamente para que haya dicha y paz? ¿Con temor miró adelante recordando lo de atrás? Francamente, yo no sé, lo que piensa un animal. El hecho es que al otro día, tempranito y muy formal, la gallina Nicaragua puso un huevo en el alar.
Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Balsillas, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Marbel Andrea Ortiz, 11 años – Grado 6.º Ilustración: “El lavadero de las hadas”
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el lavadero de las hadas
Rayando la aurora salí de mi casa y vi que en las cercas y arbustos en flor las ropas que habían lavado las hadas estaban secándose al sol. Vi tenues encajes y diáfanas gasas con miles de perlas de inmenso valor volví al mediodía, mas ya no hallé nada de tanta riqueza y primor. Mi abuelita dice: “Son telas de arañas” telas de las hadas yo digo que son… Hemos apostado. Veremos mañana quién tiene razón de los dos.
Carlos Castro Saavedra
(1924-1989) Poeta y periodista de hondo compromiso social. Autor de numerosos libros para niños, publicó entre otros: Canciones infantiles, Donde canta la rana, Jugando con el gato, El libro de los niños y Matrimonio de gatos. También publicó la novela Adán Ceniza.
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los dos caballos
Un día dos caballos cansados de viajar, se quedaron dormidos a la orilla del mar. Las olas comenzaron a cubrirlos de sal, y los pobres caballos no podían nadar. El viento sacudía sus crines al pasar, y los peces de plata pusiéronse a llorar. No los dejaba el agua siquiera respirar, y la espuma en su pecho los iba a sepultar. Parecía que el cielo se iba a derrumbar y que nadie en el mundo los podría salvar.
Colección Un libro por centavos
De pronto comenzaron los dos a parpadear, y fuéronse volviendo caballitos de mar. Y las olas azules que los iban a ahogar, con los niños del mundo pusiéronse a bailar. Esta pequeña historia no se puede olvidar, y en vez de ser contada se debería cantar. el arbolito verde
En el patio de mi casa hay un arbolito verde, que todo el día se mira en el agua de una fuente. Por la noche mi arbolito entre la sombra se pierde, pero una estrella dorada le nace sobre la frente.
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Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Playón, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Paula Alejandra Gutiérrez Sánchez, 8 años – Grado 2.º Ilustración: “El arbolito verde”
Colección Un libro por centavos
Con el viento y con la lluvia baila mi arbolito verde, en el invierno mojado y en verano caliente. No habían visto mis ojos arbolito más alegre, ni más bueno con los pájaros, ni más dulce con la gente. Es tan bello mi arbolito y tan feliz y tan verde, que las hormigas lo besan con sus boquitas ardientes. Si no me ha oído Santiago y Pablito no comprende, voy a comenzar de nuevo este poema inocente. En el patio de mi casa hay un arbolito verde, que todo el día se mira en el agua de una fuente…
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Fanny Osorio
(1926-1988) Poeta, narradora y periodista. Entre sus libros de cuentos están Copito de canela, Llanto en el bosque, Cuentos infantiles y Milagro de navidad. En poesía publicó entre otros: El niño que mató a la muerte, Nocturno del gamín, La cruz de mayo, Escarabajo y El pastorcito que soñó ser rey.
Colección Un libro por centavos
cancioncilla
Doña Caracola y don Caracol toman en la playa un baño de sol. Su bella casita de nácar y sal parece un anturio de rosa y coral. Están fatigados de tanto viajar; los trajo a la orilla la mano del mar. Conocen la historia de los marineros hablan con los peces y con los luceros.
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Institución Educativa Rural Arenoso, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Doris Amparo Escudero Nikolas Virgües, 7 años – Grado 2.º Ilustración “Cancioncilla”
Jairo Aníbal Niño
(1941-2010) Narrador, dramaturgo y poeta. Entre sus numerosos libros para niños se cuentan Zoro, De las alas caracolí, Dalia y Zazir, Los papeles de Miguela, Aviador Santiago, Fútbol, goles y girasoles y Preguntario. Dos de los poemas incluidos proceden del libro La alegría de querer y su publicación fue autorizada por Panamericana Editorial.
Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Balsillas, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Yenli Patricia Vela, 15 años – Grado 10.º Ilustración: “Tres gatos atigrados”
Colección Un libro por centavos
tres gatos atigrados
Tres gatos atigrados hicieron su casa en un zapato morado. El zapato era el palacio de un pie aterciopelado de la princesa china que inventó los helados. La princesa viajaba mucho y con ella su pie y con su pie el zapato y con el zapato morado los tres gatos aterciopelados. Y se puede pensar que el pie aprisionaba a los tres gatos atigrados, pero no fue así ya que todo era un sueño de aquel zapato morado que era el palacio de un pie aterciopelado de la princesa china que inventó los helados.
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el día es lindo
El día es lindo y desde que amaneció no ha hecho más que crecer como si fuera un árbol, y tiene a esta hora una rama que canta como un pájaro y una fruta que vuela en forma de avión y un perfume que trepa en forma de sol. El día es lindo porque todavía no sabe que a ti te cambiaron de colegio. es tan azul tu sombra
Es tan azul tu sombra que te sigo paso a paso sin ninguna otra intención que la de poner a navegar sobre tu sombra azul a mis barquitos de papel.
José Luis Díaz Granados
(1946) Poeta, narrador y periodista. Entre sus libros para niños más conocidos están: Juegos y versos diversos, Cuentos y leyendas de Colombia, Mitos colombianos, El zoológico insólito, Sebastián y Alejandra van de excursión, El hombre caimán y otros cuentos colombianos y Felipe en vacaciones.
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sebastián, este es el cuento...
1 Sebastián, este es el cuento de un gallo con una pata de caballo, y de una gata con orejas de jumento. ¿Otra vez te cuento el cuento? Sebastián, había una vez un gallo, pero al revés, un caballo con un pico y un girasol con hocico... ¿Te cuento el cuento otra vez? 2 Bueno, ocurrió que en un huevo dormía feliz un gusano hasta que llegó un enano y dijo: “yo me lo llevo...” ¿Te cuento el cuento de nuevo? Un gusanito dormía dentro de un huevo, mi tía lo regaló a un enanito y este se comió el huevito. ¿Te cuento el cuento otro día?
Colección Un libro por centavos
3 Resulta que una vez hubo un rey peludo y muy viejo, tenía patas de cangrejo y vivía dentro de un cubo. Nunca riquezas él tuvo, pero tenía una manzana donde habitaba una rana que le preparaba el pan... Este cuento, Sebastián, te lo contaré mañana... 4 Y te cuento la aventura de una lechuza amarilla que una vez de una bombilla se enamoró con locura. Tomó un frasco de pintura y al espejo, con afán, se vio como un tulipán toda roja refulgente... ¿Tú quieres que te lo cuente hoy de nuevo, Sebastián? 5 Una lechuza amarilla siempre en la noche despierta descubrió que en una puerta se encendía una bombilla. ¿Te gusta la fabulilla?
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Pues bien, la pobre lechuza, enamorada y confusa, alimentando su antojo se pintó toda de rojo: parecía una caperuza... 6 La bombilla no entendía por qué la triste lechuza cambiaba su tez gamuza por una roja sandía. Bella no le parecía cuando de nuevo la vio, pues una guerra entrevió contra la naturaleza, entonces con gran tristeza la bombilla se apagó. 7 Olvidaba relatarte, mi querido Sebastián, el cuento del alacrán que con rebuscado arte emponzoñó en mala parte con sus pinzas a un ratón: clavó duro el aguijón al ratón fuerte y obeso, pero este con un gran queso arrinconó al escorpión.
Colección Un libro por centavos
8 Si te lo cuento otra vez lo disfrutarás mejor, pues el cuento del roedor y el alacrán, como ves, al derecho y al revés es lección con moraleja y para aquel que se queja porque se ve acorralado, se le enseña que a su lado siempre hay quien lo proteja. 9 ¿Otro cuento? No sé más... Ah, sí, Sebastián, hay otro sobre la vida de un potro que se llamaba Jonás, que bailaba y que además quería leer y escribir y le gustaba reír con su aspecto carilargo... Pero es un cuento muy largo y ya es hora de dormir...
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sinforoso abre una puerta
Sinforoso abre una puerta, De la puerta sale un oso, El oso tiene un rubí, Dentro del rubí hay un pozo, En el pozo hay un espejo, En el espejo hay un gnomo, El gnomo tiene un conejo, El conejo me da un 8, El 8 es la lotería, La lotería me da oro, Con el oro compro un barco, En el barco voy a Oporto, En Oporto bebo vino, Con el vino me emborracho, Me emborracho con el vino, Con el vino bebo Oporto, Con Oporto voy al barco, En el barco compro el oro, El oro es la lotería Y la lotería es el 8, El 8 me da un conejo, El conejo tiene un gnomo, En el gnomo hay un espejo, En el espejo hay un pozo, El pozo tiene un rubí, Dentro del rubí hay un oso, Del oso sale una puerta Que la cierra Sinforoso.
Celso Román
(1947) Médico Veterinario y Maestro en Bellas Artes de la Universidad Nacional. Galardonado con varios premios nacionales e internacionales como el ENKA de Literatura Infantil, el Netzahualcóyotl, de Méjico, y el premio Latinoamericano Norma-Fundalectura. Becario Fullbright y del Taller Internacional de Escritores de la Universidad de Iowa. Sus publicaciones para niños, jóvenes y adultos se acercan a los 60 títulos.
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valentina
Valentina tenĂa un ĂĄngel sentadito al borde de la cunita. Una estrella la cuidaba en la esquina de su ventana. Y un lucero la llevaba de la mano de la luna. Valentina despertaba y en su carita brillaban un lucero, una estrella, una luna y la sonrisa del ĂĄngel que la cuidaba.
Colección Un libro por centavos
maría josé
María José tiene, yo lo sé, un lunar en la frente y en su risa tiene ríos que la llenan de alegría. Cuando sueña, es la dueña de las nubes, las palomas, y los gorriones que la invitan a volar y navegar. María José vive, yo doy fe, con un jardín en el corazón y cada noche visita el país de los colores.
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natalia
Natalia tiene en su pelo pececitos de colores. Si Natalia va al mar el cardumen de su cabeza con las olas viene y va. Ella juega con las olas con la espuma y con la sal. Sus amigos, los corales, las tortugas de carey y tambiĂŠn las caracolas la llaman niĂąa marina.
Colección Un libro por centavos
carlitos
Este niño tiene un triciclo que lo lleva hasta las nubes. Este aparato sin duda es mágico, porque lo lleva desde el parque hasta Méjico. Tiene ruedas hechas de luz, un manubrio de luceros, los pedales son estrellas, usa el sol como un farol y la luna es la bandera de su triciclo de amor.
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señor burrito
Señor Burrito se puso las gafas, se sentó en la butaca y abrió su periódico. “Qué idioma tan raro” se dijo extrañado, “Yo, que soy tan sabio… ¡y no puedo entender!” Y lo que pasaba, era que tenía ¡el papel al revés!
Colección Un libro por centavos
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Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Playón, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Santiago Andrade Ortiz, 10 años – Grado 5.º Ilustración: “Señor burrito”
Jairo Ojeda
(1948) Compositor, músico y poeta. Pionero de la música infantil en Colombia. Gran parte de su trabajo se reúne en el disco Todos podemos cantar. Los poemas incluidos en la presente antología proceden del libro Cantos de la noche oscura y su publicación fue autorizada por Panamericana Editorial.
Colección Un libro por centavos
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…
Ese pequeño, tan pequeñísimo, tan diminuto y fragilísimo, ¿de dónde saca esa voz de violín tan violintísimo? En dónde tiene, si es que tiene, me pregunto, el cerebrísimo, para jugar a voluntad con mis deseos de descansar, con mis deseos de dormir en paz? No es sino que apague la luz y el diminuto, diminutísimo como un niñísimo a esas horas, precisamente, quiere jugar. ¿Cómo se orienta en la oscuridad? ¿Es que además tiene radar? Canta, vuela, gira, se va y regresa, sube, baja quieto en el aire hace piruetas.
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Luego aterriza, sin darme cuenta, en mis narices, en mis orejas y me repite su cantaleta Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii… Yo me despierto. La luz enciendo. Y el cruel se esconde, se queda quieto. guarda silencio, espera atento a que otra vez vuelva …la oscuridad. Señores, yo les pregunto si este minúsculo hijo de Drácula, trasnochador, tienen cerebro para jugar, para cantar, para volar ¿por qué nosotros tan grandulófonos no somos capaces de vivir en paz?
Colección Un libro por centavos
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el parque y las sombras
¿Quiénes son, quiénes serán, de dónde vienen, para dónde van? Nadie los ve, nadie los cree, pero ahí están. La soledad del parque, naciendo entre la noche, se llena de misterio, de pasos y de voces. Alguien juega en las ramas de un árbol que se duerme, otros tiran piedras al agua de la fuente. La estatua del guerrero, cuando nadie la mira, afloja su figura, bosteza y se estira. Un duende sombrerón conversa en las esquinas. Con pedazos de sueño dejados por el día, Lee los papelitos tirados en la vía: citas de amor, cuentas de cobro, alguien reclama un beso, una canción de amor. Esto usted no lo sabe, esto usted no lo cree aunque yo se lo cuente. Esto usted no lo siente, porque a estas horas, afortunadamente, a estas horas, precisamente… usted duerme.
Gloria Cecilia Díaz
(1951) Poeta y narradora. Doctora en literatura. Recibió en 1984 el premio Barco de Vapor por El valle de los cocuyos y en 2006 el Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil. También es autora de La bruja de la montaña, El sol de los venados, La otra cara del sol y Óyeme con los ojos. Los poemas incluidos son de El árbol que arrulla y su publicación fue autorizada por Panamericana Editorial.
Colección Un libro por centavos
la escoba traviesa
La brujita llora, llora sin consuelo. Su escoba se ha ido detrás de un lucero. Los pájaros vienen, le ofrecen sus alas; el río, su espuma; las estrellas, sus galas. La luna redonda le brinda su luz, el viento sus vuelos, la noche su tul. La bruja no quiere tanta maravilla, le bastan su escoba y el cielo que brilla. Escoba traviesa regresa ligero, tu dueña está triste, cura su desvelo.
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La escoba regresa bien iluminada, de luz de lucero todita bañada. La brujita ríe ríe de contento y juntas se van por el firmamento. transformación
Una nube es un rompecabezas volador, que se convierte en grillo, en pájaro o en flor.
Colección Un libro por centavos
una rana
Una ranita inconforme, aburrida de ser verde, en pato se convirtió. Pero pronto, sin saberlo, se aburrió de su plumaje y a ser gatica pasó. Corría por los tejados, pero en vez de decir ¡miau! siempre decía ¡cro, cro! Y la ranita inconforme decidió volverse vaca y a los campos se lanzó. Pero su lengua trabada cuando quería decir ¡muu! solo decía ¡cro, cro! Se volvió caballo, yegua, pajarillo y hasta gallina, diciendo siempre ¡cro, cro!
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Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Kenia D.D.A., Grado 5.º Ilustración: “Una rana”
Colección Un libro por centavos
Aburrida de las burlas, extrañando su laguna, a sus hermanas y a la Luna, a ser rana regresó. Su ¡cro, cro! lo oyó más lindo, vio la laguna brillante, pero pensó la tunante: ¡Qué bueno ser elefante! el cielo claro
En el verano cielo sin nubes, azul clarito, cielo infinito. En el invierno cielo con nubes, gris, desolado, cielo nublado. Cielo, cielito, cielo azulado me gustas siempre bien despejado.
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¿por qué lloras? ¿Quieres un gorrión? ¿Una serpentina? ¿Un rayo de sol? ¿Una mariposa? ¿Un lirio? ¿Un turrón? ¿Por qué tanto llanto? ¿Quieres un bombón?
María Elena Quintero
(1951) Poeta y pedagoga. Entre sus libros están Puertos, Aprendiz de maga, La banda de las chicharras, Polla pochola, Cumpledías y La lora Loreta.
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don sol
Con un sombrero de mariposas iba don Sol a salir en lindo coche de girasoles a despertar a las coles y a las matas del jardín. Pero una nube reloca se metió por el motor y solo pudo el señor hacer llover todo el día sobre el verde que tenían mis lindas hojas de col. el son del zapato
Este es el son del zapato que está triste en un rincón porque le duele la suela, la puntera y el tacón.
Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Playón, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Geiner Cortéz Sánchez, 12 años – Grado 5.º Ilustración: “El son del zapato”
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Este es el son del zapato que del camino llegó lleno de arena y de agua que por un roto le entró. Oye, zapato sin punta, buen zapato sin talón, ¿dónde estará tu camino, dónde quedó tu color?
Irene Vasco
(1952) Narradora y promotora de lectura y escritura. Ha publicado Como todos los días, Sin pies ni cabeza, El dedo de Estefanía, No te vayas a aburrir, Don Salomón y la peluquera, Las sombras de la escalera, Cambio de voz, Letras al carbón y Abril celeste y el acertijo de la sopa verde, entre muchos otros. Los poemas incluidos proceden de Conjuros y Sortilegios y su publicación fue autorizada por Panamericana Editorial.
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brebaje mágico para todo uso
En un gran caldero, picados o enteros, se echan dos tomates y dos disparates, tres kilos de sal y uno de cristal, un poco de niebla y otro de pimienta, dos tazas de hiedra y un kilo de piedra. Todo esto se bate, se echa otro tomate, si le falta sal, se agrega al final, si no queda bueno, se le agrega un trueno, y si ya está listo, se agrega un pellizco. No hay que cocinar ni tampoco hornear. En cualquier lugar o necesidad, se toma una gota y el resto… se bota. poderoso sortilegio para desaparecer
Si quieres ser invisible, no creas que es imposible. Sobre tres telas de la misma araña se colocan siete pestañas, se agita un enorme pañuelo y se dice con voz de trueno:
Colección Un libro por centavos
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trueque pereque mírete florete
Agita de nuevo el enorme pañuelo y en voz bien bajita repite al revés: ESTE LAGARTIJO ES UN ENREDIJO Y POR ESTA VEZ, YA NO ME VES
sortilegio para liberarse de la sopa
Si no te antoja un día la sopa, recita este verso antes del almuerzo: EN EL NORTE HAY CHOCOLATES EN EL OESTE HAY HELADOS, EN EL SUR HAY CARAMELOS, HAY POSTRES POR TODOS LADOS. DUENDE CHICLE, DUENDE CHICLE, CON TU VARITA DE MIEL CAMBIA PRONTO ESTA SOPA Y DÉJAME UN PASTEL.
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sortilegio para que no haya colegio
Se recita este presagio y se repite hasta el cansancio: QUE MAÑANA NO HAYA COLEGIO QUE MAÑANA NO HAYA COLEGIO QUE MAÑANA NO HAYA COLEGIO QUE MAÑANA NO HAYA COLEGIO QUE MAÑANA…
Al decir este sortilegio, se cruzan los dedos índice y corazón de las dos manos. Es necesario concentrarse intensamente en las palabras mágicas. No siempre funcionan. un solo conjuro para muchos males
Agua de panela para el dolor de muela. Agua de limón cura el corazón. Agua de cereza si te duele la cabeza
Colección Un libro por centavos
Para evitar el catarro prueba un masaje de barro. Jarabe de granadilla te sanará la rodilla. Un poco de ajonjolí siempre es bueno para ti. hechizo para deshechizarse
Si un día pierdes el juicio a causa de un maleficio, a nadie pidas permiso para invocar este hechizo: POLVO DE ESTRELLAS ESPUMA DE MAR VIENTOS POLARES AURORA BOREAL
Si dices estas sandeces y las repites mil veces, es posible que en un mes… te sientas bien otra vez… ¡Tal vez!
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Clarisa Ruiz
(1955) Poeta y promotora de artes y cultura. Ha publicado entre otros: Trabalalengua Lengualatraba (Premio ACLIJ), Palabras que me gustan, El cartero enamorado, La voz de los hermanos mayores, Moniya Amena y Sardinos, colección de colombianismos. Y en coautoría los títulos El libro de los días, La voz del Jaguar, Una noche en el tejado y Los días del año son.
Colección Un libro por centavos
mefistófeles
Escuchen sus pasos en el tejado, cierren la puerta con el candado, no tengan pena del despiadado, no caiga nadie por descuidado. De cuerpo negro lleno de pulgas, un ojo tuerto y uñas filudas es confianzudo si lo saludas y se hace el santo por si las dudas. Nombre de diablo tiene este gato que es el tormento del vecindario; gato malvado y mal educado es Mefistófeles, ¡zape de aquí!
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Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Balsillas, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Fredy Pardo Ruiz, Grado 11.º Ilustración: “Acuarela”
Colección Un libro por centavos
acuarela
A trapados en la C aja de acuarela, U n cielo, el sol, A rboles, R osas, E l camino hacia la casa, L a nube que viene y pasa, y el A rco iris. madriguera
Pequeña, una bolsita, la madriguera en lo profundo escondida, da la penumbra y el aire tibio para que al arrullo de la tierra sueñen los críos. Afuera la noche, fría y fosforescente, y la sombra de alguien feroz. Afuera, que vuelvan pronto, la madre y el padre corren, hacen visitas, buscan el pan, mientras suspira la madriguera. Y están todos, desayunados y perezosos, cuando se filtra en la madriguera el polvoriento brillo del Sol.
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Yolanda Reyes
(1959) Narradora, poeta, periodista, editora y educadora. Entre sus libros tenemos El terror de sexto B, María de los Dinosaurios, Los agujeros negros, Cucú, Ernestina la gallina, Mi mascota, Un cuento que no es invento y Examen de miedo. Para jóvenes ha publicado: Los años terribles, Una cama para tres, El libro que canta y Volar, entre otros.
Colección Un libro por centavos
balada del fondo del mar
No hay silencio profundo en el fondo del mar las criaturas marinas parlotean sin cesar. Imagina una selva con su ruido animal, imagínate el caos de una inmensa ciudad. Las ballenas ensayan sus canciones de amor, sus lamentos profundos van volando hasta el sol. Y los peces pequeños y el feroz tiburón y los pulpos gigantes, todos tienen voz. Hay medusas, cangrejos, hay estrellas de mar y hay delfines rosados que no paran de hablar.
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Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Playón, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas María Alejandra Soto Díaz, 9 años – Grado 5.º Ilustración: “Balada del fondo del mar”
Colecciรณn Un libro por centavos
Se oyen gritos, gemidos, se oye el agua vibrar, se oye el viento silbando y la tierra, al girar. Se oyen muchas historias en el fondo del mar. Las sirenas las cuentan con un triste cantar. Y los barcos hundidos, con corazas de sal, son fantasmas que arrullan desde el fondo del mar.
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Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
Institución Educativa Rural Arenoso, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Doris Amparo Escudero José Daniel Maya Ovalle, Grado 9.º Ilustración: “Fantasmería”
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fantasmería
(Para decir al ritmo de rap) Zumba el viento por las rendijas se oyen suspiros, suenan cadenas. Es noche cerrada, ¿quién será? Son los fantasmas que vienen y van. Arrastran sus pasos con dificultad andan sin zapatos, para no asustar van en fila india, todos al compás son inofensivos, déjalos pasar. No te asustes ni te espantes ni te asombres si a los fantasmas sientes llegar. Entre las tinieblas tienen que viajar a sus reuniones del más allá ellos atraviesan la ciudad en cinco segundos, no demoran más. No pegues un grito si los ves volar todos silenciosos en la oscuridad. Hazte el dormido, déjalos en paz si les dices algo, se pueden esfumar.
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No te asustes ni te espantes ni te asombres si a los fantasmas sientes llegar. abracadabra
Abracadabra... Quiero ser tu hada madrina Âżme das permiso? Tengo entre el bolsillo mi varita mĂĄgica para convertirte en duende. Tengo tambiĂŠn una calabaza enorme para transformar en carroza y pasear por las calles contigo. Pero si prefieres ir volando hay una escoba en la cocina. La puedo embrujar especialmente para ti.
Colección Un libro por centavos
Y los dos, hechizados, saldremos a dar una vuelta al mundo mientras gira la tierra y todos duermen. Quiero ser tu hada madrina tu ángel de la guarda tu bruja de cabecera o, simplemente, tu amiga secreta. ¿me das permiso? receta para dormir
Para que el sueño venga, se recomienda cerrar los ojos, contar ovejas oír el canto de las estrellas comer manzana con mejorana y tomar agua de toronjil, sentir que el viento mece la cama, tocar la almohada con la nariz. Para que el sueño venga y se quede quieto toda la noche, cerca de ti pídele al mundo que haga silencio dile que el sueño quiere dormir. Shhhhhhhhhh...
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Hernán Vargascarreño
(1960) Poeta, editor, traductor y docente. Director de la revista Exilio. Para niños ha publicado El niño que no sabía jugar a la paz y en coautoría Cuentos de la escuela.
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trenes infantiles
¡Qué alegría! viene el tren, ya escuchamos su pitazo, quien no corra como a cien, se merece su tortazo. Los que vamos encantados a mirar su travesía, saltamos alborozados y con gran algarabía. Viene lleno de ilusiones, cachivaches, mercancías, músicas de bandoneones y azuladas alegrías. Y el que tenga una gran pena que se venga a la estación, y la lance cuando suena el rugido del dragón. Cuando el tren pasa y encanta a nuestra antigua estación, todas las penas espanta y nos llena de emoción.
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Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Playón, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Santiago Varón Ibáñez, 10 años – Grado 5.º Ilustración: “Trenes infantiles”
Colección Un libro por centavos
Pasa el tren con su aureola de señor puntual con bríos, dice adiós su fumarola y se pierde tras los fríos. Y en el tonto corazón el tren pinta una tristeza… cuando pasa con su son y se pierde en la belleza. Esta noche soñaremos con trencitos de juguete y en el sueño gozaremos de las diez hasta las siete. Y mañana hacia las tres cuando pase el grandulón, volveremos otra vez a elevar el corazón ¡Ay cómo nos gustaría cuando el tren vuelva a rugir, atraparlo en la alegría para no dejarlo ir!
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inventando palabras
Juan era un niño que nunca leía porque le daba mucha perecía, y como todo le daba aburrición, el abecedario le producía miedón. Cierto día pasó un zorrito intelijando y le gritó a Juan –¡Niño bobando! ¡Si no quieres ir a la escuela, te vas a quedar como una burruela! Juan se quedó muy preocupado y decidió empezar por las vocales : Escribiendo la A duró una semaneja. Dibujando la E le dio migraña y rabieja. Intentando con la I casi se vuelve miopí. Ensayando con la O se enfermó de tosó. Y no pudo con la U porque le dio un calambrú. Volvió a pasar aquel zorrito graciocindo Y le gritó a Juan –¡Niño bobindo! Leer y escribir puede ser muy divertecho: ¡Pero debes coger el libro al derecho!
Claramercedes Arango
(1961) Poeta y cuentista. Licenciada en lenguas modernas y magister en estudios hispánicos de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Coordina la Decanatura Cultural de la Universidad Externado y la Colección poética Un libro por centavos. Ha publicado En la memoria me confundo, El hombre que sembraba árboles (versión del francés), Poética de los poetas, La poesía es revolucionaria y en coautoría Me duele una mujer en todo el cuerpo II.
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mi gato
“¿Quién le dirá que el otro que lo observa es apenas un sueño del espejo?” Jorge Luis Borges
Orfeo me mira mirándose al espejo para que nos veamos más cercanos en otra dimensión. Lo acaricio, levanta su lomo y se arquea como si fuera a desdoblarse. Se ovilla y no sé cuál de los dos esconde las garras en sus guantes de seda y golpea el cristal. El gato quiere entrar en el sueño del espejo. Ojalá me llevara con él.
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el abuelo iván
consiguió un empleo de fantasma en los bosques de Ontario, eso dicen los niños que han hablado con él de cosechas de pinos y de pájaros. El abuelo se fue a Canadá a ver crecer los árboles que sembró en Medellín –en su finca de Caldas– y se llevó los brazos para medir los troncos y la mira de altura de sentirlos subir. El abuelo aparece de pronto en lugares distintos con la ropa de siempre y el cabello más blanco, solo para sus nietos que padecen su ausencia. Aprendieron los niños que el abuelo siempre los espera donde quieran buscarlo, no importa que se esconda como ahora, debajo de un ciprés.
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papel hecho poema
Frente al papel en blanco armo un rompecabezas de palabras. Por colores y formas separo las piezas y acerco sus bordes para hacer el poema. Lo leo varias veces en silencio y voz alta y lo dejo reposar. Pero me asombra descubrir que las palabras se salieron de margen, los adjetivos, las puntuaciones y los verbos se acomodaron como fueron llegando. En la maĂąana mientras lo releo, Niebla, la gata compaĂąera de mi soledad irrumpe en su ritual cotidiano de poner sobre mi cuerpo la tibieza de sus garras ocultas bajo guantes de seda.
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Y dando un zarpazo me arrebata el poema, lo manotea, lo rasga, lo muerde, se enrolla en él, y se convierte en la palabra imprescindible que rueda hecha poema. Confirmando –que la poesía como Dios– está en todas partes y no se deja ver.
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Luisa Noguera Arrieta
Narradora, poeta y editora. Ha publicado los libros para niños Un lugar para ti, El globito azul, Monstruos en mi almohada, La cocinera de hechizos, Mi amigo inglés, ¡Yo te cuido!, Ella es la muerte y El nido atortolado, entre otros. Los poemas aquí incluidos pertenecen al libro Del amor y otros bichos y su publicación fue autorizada por Panamericana Editorial.
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navidad
La rata del entrepiso de una antigua construcción observaba preocupada una extraña discusión. La familia alborotada no lograba decidir qué adorno colocaría a la entrada del jardín. ¿Un trineo con tres renos Y un gordito grandulón? o un gran muñeco de nieve con bufanda y gorro alón. ¡Ay, qué tontos! –rio la rata–. ¿No se han fijado en el sol? El invierno vive lejos, aquí no hay esa estación. ¡Con qué nieve jugaría el muñeco de algodón? Los renos se enfermarían sofocados de calor. Corría la rata atrevida del escondrijo al jardín, olvidando a su enemigo que acechaba por ahí.
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Circulo de Lectura Infantil y Juvenil El Caguán, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesoras: Angélica Alarcón, Patricia Duque y Ledy Tafur Wendy Katerine Cogollo Ilustración: “Navidad”
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Se acercó el ladino gato sorprendiendo al roedor, y agarrándolo en su zarpa, le susurra el socarrón: –¡Deja ya de preocuparte! –maulló el peludo animal–. En el polo o en el trópico ¡a mí me gustas igual! bailarina
Con su vestido naranja de larga cola brillante, se desliza lentamente coqueta y muy elegante. En su pequeña pecera que para ella es el mundo, mi graciosa bailarina da muchas vueltas sin rumbo. Cuando está sobre mi mesa ella solo alcanza a ver mi cubrelecho estampado y mi lámpara de papel.
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Mi pequeña bailarina no conoce otro lugar, ni la corriente del río ni la inmensidad del mar. No sabe que sopla el viento ni que el sol entibia el agua, en su redonda pecera ve la vida siempre igual. Da mil vueltas solitaria sin saber que más allá el mundo no se contiene en un marco de cristal. hoy
¿Y por qué es tan importante lo que algún día seré? ¿Abogado, navegante o profesor de ajedrez? ¿Carpintero, limpiapisos, ingeniero constructor, modisto, chef, cirujano o de un camión conductor?
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¿Cultivador de uvas verdes o del clima observador? Tal vez payaso de un circo o mejor el director. ¡Ya sé! Yo domaré fieras con látigo y una silla, o quizás con chistes flojos y una sesión de cosquillas. ¿Y por qué me angustio ahora? apenas un niño soy, mi deber y obligación es sentirme feliz hoy. el trato
No te entiendo aunque lo intento, para mí eres un misterio. Aunque muchos te han amado, yo no sé qué por ti siento. Solo sé que me confundes, que me llevas al abismo, y sé, desde que te veo, que a veces dudo que existo.
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Me angustia que otros te quieran, que se diviertan contigo. ¿Por qué yo no puedo hacerlo?, dime, ¿hay algo malo conmigo? El tiempo pasa volando, muy pronto no seré un niño. ¿Qué voy a hacer con mi vida, si siempre contigo riño? No podré ser ingeniero, contador ni economista. ¿Habrá alguna profesión que no te tenga en su lista? Pero te propongo un trato: si no me atacas, lo intento. Me acercaré muy despacio, comenzando desde cero. Enteros y decimales, fracciones, primos e impares, desiguales y sumas, cuadrados y radicales. Con cuidado, paso a paso, sin hacerme sentir tonto, Aritmética querida un trato yo te propongo:
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Yo te aprendo si prometes que te quedarás conmigo y me ayudarás con las cuentas que me encuentre en el camino. Evitarás que me roben, que me timen como a un tonto, que no me paguen lo justo, ¿lo prometes?, te propongo.
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John Fitzgerald Torres
(1964) Narrador, poeta y docente de escritura creativa. Como autor para niños y jóvenes obtuvo en 2013 el Premio de Literatura El Barco de Vapor con Por favor, ¡no leas este libro! También es autor de El Club de los Somnolientos, Los Espantos y los Espantadores, Monstruos de noche, Adivinario, Animales en los tejados y El robo real que nunca fue, entre otros libros.
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monstruos de noche
Tienen cuernos, escamas, fieros OjOs, colas de espinas, alas de serpiente, diez patas, cien garras, pelos rojos, son arrugados, tercos y malolientes. Lo que más temes son sus dientes y que a su antojo se hacen invisibles; poco importa que te hagas el valiente: son un ejército invasor, ¡son miles! De veras que son espeluznantes: como enormes arañas muy oscuras trepan por las paredes, y en los solares sus sombras saltan y te rasguñan. Parece que ríen, oyes sus voces, pero cuando abres bien los OjOs todo está en calma, pues veloces escapan haciéndose los tontos. Es que son más rápidos que tú pues desaparecen al instante pero si te atreves a apagar la luz, ¡en la sombra están esperándote! En el cajón, tras la puerta o el ropero debajo de la cama o tras el sillón, hay uno en cada habitación ¡Y nadie puede huir de ellos!
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Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Playón, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Hermeson Daniel Zea Tovar, 8 años – Grado 3.º Ilustración: “Monstruos de noche”
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Dirás que son como el revés de los ángeles guardianes: a cada uno el de cada quién, pero su misión es asustarte. Ahora, mira detrás de ti, …¡sin voltearte!
mi vecindario
El señor Ramiro es un vampiro, cojo, flaco y sin un diente, y su esposa tiene un colmillo ¡que le sale por la frente! En el piso alto hay una bruja que duerme colgada de un hilo, nadie sabe para que usa una escoba y un cocodrilo. Y bien debajo de mi cama permanece muy escondido el esqueleto de un fantasma que en trampas es entendido. Y en el fondo de mi armario bajo un bombillo encendido
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duerme bien un dinosaurio calientito sobre un nido. Y más allá hay uno que canta más perdido que un perdido con una voz sin esperanza: ¡Que me lleven a un asilo! Y es curioso que no hayas visto a los zombis en la terraza bailando a oscuras y sin ritmo: ¡buscan la cabeza que les falta! Y del sótano, ¡qué decir!, Allí crece un árbol sin leña con su novia una cigüeña, que nunca vino de París. Parece cosa demente, y hasta cuesta imaginarlo, que en mi casa vive la gente ¡más rara del vecindario! la voz de la experiencia
-¡No saltes, que pareces cabra! -¿De dónde sacaste esa palabra? -No corras más por allí -¡Te estás burlando de mí! -Que tu hermana no es un mono
Colección Un libro por centavos
-¡No te sueltes ese moño! - Que te va a dar un catarro -¿Por qué no me haces caso? -¡Termina de comer primero! -¿Qué has hecho con el dinero? -Que la tele no es tu amiga -¡No esperes que lo repita! -Se te van a caer los hombros -¡Silencio, hablas como loro! -Ya es hora de los deberes -¡Te entras si ves que llueve! -¿Cuándo fue tu último baño? -¡Mucho dulce te hace daño! -¡Esa no es toda la verdad! -De la nariz no te sacas pan -¡Baja los codos de la mesa! -Lo primero es la limpieza -¡Organiza ya ese zaperoco! -¡No te saques más los mocos, que ya me tienes harto! O estamos todos locos… O ellos fueron unos santos. canción de la tv
A oscuras le miras y suspiras entre dientes: “¡Ah, si pudiera siempre tenerla encendida!”
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Institución Educativa Rural Guillermo Ríos Mejía, Sede Playón, San Vicente del Caguán, Caquetá. Profesora: Luz Adriana Cadena de Balsillas Karen Vanessa Sánchez Díaz, 9 años – Grado 3.º Ilustración: “Canción de la TV”
Colección Un libro por centavos
No hay mejor compañía si del cole retorno el que soy hecho polvo, al terminar el día. O en las vacaciones cuando son aburridas, me salva la vida sin explicaciones. ¡Cuéntamelo todo que eres mi amiga, aunque mamá diga que me vuelves bobo! Elefantes, boas, leones, criaturas desconocidas, mil historietas divertidas, países, extrañas regiones… Todo a un clic, me anima a “canaliar” en colores, y el tiempo a montones pasa sin medidas. Pero ojo: muchas razones hay para que digan que en esa piscina ¡hay tiburones!
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Francisco Montaña Ibáñez
(1966) Narrador, poeta y traductor del ruso. Autor entre otros libros para niños y jóvenes de Los tucanes no hablan (premio White Ravens, traducida al holandés y catalán), No comas renacuajos, El amor por la tinieblas, La muda y El gato y la madeja perdida. Ha publicado también Manzanas o pomas y El mar y María. Es profesor del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional.
Colección Un libro por centavos
escogiste ser serpiente
Escogiste ser serpiente. Tener todo tu cuerpo sobre la tierra. Moverte ágilmente en silencio llamando con tu lengua a sabios y ancestros que ni siquiera recuerdas. Reptando vas hasta la caverna donde tantas pieles tuyas has dejado. Tus ojos juntos apuntan adelante. Tu lomo se arquea al cielo abriendo tu corazón. La caverna es tibia y seca. Justo lo que necesitas para enfrentar esa sorpresa que te espera: no eres uno. Hay otro igual frente a ti. es color esmeralda
Es color esmeralda. Traslúcido. Fresco y alegre. Te lanzas de cabeza y nadas en su agua. Te hundes y te sorprende no sentir la diferencia.
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Puedes saber dónde está cada cosa. Pero no dónde empiezan ellas y terminas tú. Te abrazas. Sigues acá. Nada pasa. Nada, nada en el estanque verde. instrucciones para despertar una mariposa
Tienes un tesoro. Algo que nadie más tiene ni conoce. Solo tú. De manera que puedes no temer. Une las plantas de los pies. Siente todo lo que pasa entre ellas y también lo que no pasa. Estira la espalda y asómate a las nubes. Respira un poco de ese aire mientras tus piernas empiezan a moverse arriba y abajo para sostenerte. Ya lo viste. Son tus alas. Elévate. El cielo es tu medida.
Colección Un libro por centavos
no tienes que cambiar
No tienes que cambiar de nombre ni ponerte coronas o gorros con punta. No es en una escoba que vas a volar. Respira. Mira las formas de las nubes enróscate como una bola en las piernas de tu mamá cuando veas en el espejo sobre tu cara que sus ojos son los tuyos y que mueves los pies al caminar igual a tu papá. Habla por teléfono descubre un tomate para tu almuerzo en la huerta o en la nevera poco importa. No tienes que hacer nada especial para saberlo: Eres un mago.
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palabras para los
“niños” lectores
Este libro reúne una colección de poemas escritos especialmente para ti. Son para que, cuando los leas –o te los lean–, te diviertas mucho. Puedes aprendértelos, cambiarles las palabras o las letras, soñar con sus personajes, pensar en lo que dicen, continuar con su historia, pintarlos (puede ser en la misma página), ponerles música y después cantarlos o bailarlos, o regalarlos a alguien que quieras de verdad. Y de pronto –quién sabe– tal vez te animes a escribir los tuyos. Hay unos que tienen rimas y otros no, pero así funcionan. Los hay que parecen trabalenguas o adivinanzas. Otros cuentan historias o te dan escalofríos; unos te arrullan y otros te despiertan; con unos ríes mucho y con otros no tanto; algunos tratan de animales, otros de sueños y otros de recuerdos; a veces hablan de personas que están a tu alrededor o de objetos que ves todos los días, o de cosas muy locas, o también de cosas que todavía no conoces. Pero, lo mejor de estos poemas, es que son para que los disfrutes siempre, es decir, toda la vida.
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palabras para los “adultos” lectores
Una antología es, siempre, una colección de presencias y de ausencias. Y si bien, por la naturaleza de aquella, estas no debieran argumentarse, hay ocasiones en que las circunstancias lo precisan. El lector “adulto” encontrará en esta antología, dos ausencias singulares. Una primera es la relacionada con algunos célebres poemas de Rafael Pombo considerados por décadas como los precursores de nuestra poesía para niños: “El Renacuajo paseador”, “La pobre viejecita”, “Simón el bobito”, entre otros. Esto obedece a que son ya ampliamente conocidos, y a que, por otro lado, fueron incluidos acertadamente en el volumen número 80 de esta colección. Sin embargo, iniciamos estas páginas con un poema suyo igual de excepcional, aunque bastante menos célebre. El hecho de que muchos de los poemas infantiles de Pombo fueron recreaciones de antiguos textos ingleses efectuadas a petición de una editorial norteamericana, ha hecho gravitar alguna bruma sobre su genio. Pero tales adaptaciones son verdaderas creaciones en sí mismas que rebasan de lejos cualquier referente inicial. Pombo es ciertamente un autor muy original cuya singularidad y destreza le sostienen, fuera de toda duda o sospecha, en su pedestal de precursor de la literatura infantil colombiana. El segundo silencio alude a nuestro gran José Asunción Silva (1865-1896). Pese a que la infancia fue para Silva un motivo frecuente de su poesía –como añoranza de lo perdido, abandono de esa edad dorada en la que
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el mundo aún no se revela con sus amarguras, un escenario feliz pero tristemente efímero evocado desde un presente de desventura–, posiblemente sería el primero en manifestar total desacuerdo con que alguno de sus versos integrara esta antología. Silva jamás escribió un solo verso para lectores infantiles (como tampoco lo hicieron Ricardo Carrasquilla y José Manuel Marroquín, destacados cultores de versos festivos). Que, posteriormente, los programas educativos encontraran en algunos de los poemas de Silva –especialmente en “Crepúsculo”, “Infancia” y “Los Maderos de San Juan”– una manera de subsanar entonces la poca producción poética destinada a los niños, es cosa que le habría hecho arder las fibras más profundas. Silva apreciaba a Pombo por asuntos literarios y extraliterarios que relegaban sus versos infantiles, versos que para el poeta del “Nocturno” resultaban probablemente fruslerías encantadoras, caprichos divertidos de un poeta mayor con voluntad pedagógica, una licencia que jamás se le pasó por la mente concederse pero que quizás hubiera intentado más tarde, de no haberse apuntado al corazón aquella fatal noche de mayo. En particular, “Los Maderos de San Juan” –que por muchos años integró las lecturas infantiles– es un poema desesperanzado que, sin eufemismos, habla de presagios de muerte y de una vida penosa por venir; un poema lúgubre escrito por un Silva atribulado aún por la muerte de su hermana, y en el que la inserción del estribillo de una antigua cancioncilla española –entonces muy popular a lo largo de América, y lo cual ha originado el equívoco–, busca el contraste para introducir esa atmós-
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fera sombría de profunda angustia muy vinculada a la poesía de Silva. En nuestra opinión no es, propiamente –y pese al estribillo–, un poema para niños. Pero hay aún un tercer silencio que no se quisiera presente en esta colección: ese en que nuestras letras –quizás no sus poetas, sino las instituciones, las editoriales, la academia– (por causas próximas al devenir político y social de la accidentada historia del país, pero también a la idea consuetudinaria de la niñez como un incidente desestimable), desatendieron a los niños lectores –y pre lectores– durante casi cuarenta años, como si hubieran entrado en una larga hibernación. Un silencio que se prolongó de las primeras décadas del siglo XX hasta comienzos de los 70s. Un silencio apenas atravesado por las sonoridades de Pombo y en el que despuntan prácticamente solitarios Víctor Eduardo Caro y, más tarde, Octavio Amórtegui, Castro Saavedra, Fanny Osorio y otros pocos más. Los autores aquí reunidos han encontrado en las últimas décadas el reconocimiento entusiasta de los pequeños-grandes lectores, y, por fortuna, su dedicación ha satisfecho con creces ese saldo en rojo. Por tanto, esta es una panorámica que, si bien breve, se antoja feliz y estimulante, necesaria y oportuna y, por supuesto, literariamente comprometida, porque escribir para niños es una de las labores literarias de mayor exigencia y de la más alta responsabilidad, toda vez que abre las puertas al camino de los nuevos lectores presentes y futuros, los ciudadanos de ahora y de mañana. John Fitzgerald
Colección Un libro por centavos 1. Postal de viaje, Luz Mary Giraldo 2. Puerto calcinado, Andrea Cote 3. Antología personal, Fernando Charry Lara 4. Amantes y Si mañana despierto, Jorge Gaitán Durán 5. Los poemas de la ofensa, Jaime Jaramillo Escobar 6. Antología, María Mercedes Carranza 7. Morada al sur, Aurelio Arturo 8. Ciudadano de la noche, Juan Manuel Roca 9. Antología, Eduardo Cote Lamus 10. Orillas como mares, Martha L. Canfield 11. Antología poética, José Asunción Silva 12. El presente recordado, Álvaro Rodríguez Torres 13. Antología, León de Greiff 14. Baladas – Pequeña Antología, Mario Rivero 15. Antología, Jorge Isaacs 16. Antología, Héctor Rojas Herazo 17. Palabras escuchadas en un café de barrio, Rafael del Castillo 18. Las cenizas del día, David Bonells Rovira 19. Botella papel, Ramón Cote Baraibar 20. Nadie en casa, Piedad Bonnett 21. Álbum de los adioses, Federico Díaz-Granados 22. Antología poética, Luis Vidales 23. Luz en lo alto, Juan Felipe Robledo 24. El ojo de Circe, Lucía Estrada 25. Libreta de apuntes, Gustavo Adolfo Garcés 26. Santa Librada College and other poems, Jotamario Arbeláez 27. País intimo. Selección, Hernán Vargascarreño 28. Una sonrisa en la oscuridad, William Ospina 29. Poesía en sí misma, Lauren Mendinueta 30. Alguien pasa. Antología, Meira Delmar 31. Los ausentes y otros poemas. Antología, Eugenio Montejo 32. Signos y espejismos, Renata Durán 33. Aquí estuve y no fue un sueño, John Jairo Junieles 34. Un jardín para Milena. Antología mínima, Omar Ortiz 35. Al pie de la letra. Antología, John Galán Casanova 36. Todo lo que era mío, Maruja Vieira 37. La visita que no pasó del jardín. Poemas, Elkin Restrepo 38. Jamás tantos muertos y otros poemas, Nicolás Suescún 39. De la dificultad para atrapar una mosca, Rómulo Bustos Aguirre 40. Voces del tiempo y otros poemas, Tallulah Flores 41. Evangelio del viento. Antología, Gustavo Tatis Guerra 42. La tierra es nuestro reino. Antología, Luis Fernando Afanador 43. Quiero escribir, pero me sale espuma. Antología, César Vallejo 44. Música callada, Jorge Cadavid 45. ¿Qué hago con este fusil?, Luis Carlos López 46. El árbol digital y otros poemas, Armando Romero 47. Fe de erratas. Antología, José Manuel Arango 48. La esbelta sombra, Santiago Mutis Durán 49. Tambor de Jadeo, Jorge Boccanera 50. Por arte de palabras, Luz Helena Cordero Villamizar
51. Los poetas mienten, Juan Gustavo Cobo Borda 52. Suma del tiempo. Selección de poemas, Pedro A. Estrada 53. Poemas reunidos, Miguel Iriarte 54. Música para sordos, Rafael Courtoisie 55. Un día maíz, Mery Yolanda Sánchez 56. Breviario de Santana, Fernando Herrera Gómez 57. Poeta de vecindario, John Fitzgerald Torres 58. El sol es la única semilla, Gonzalo Rojas 59. La frontera del reino, Amparo Villamizar Corso 60. Paraíso precario, María Clemencia Sánchez 61. Quiero apenas una canción, Giovanni Quessep 62. Como quien entierra un tesoro. Poemas escogidos, Orlando Gallo Isaza 63. Las contadas palabras. Antología, Óscar Hernández 64. Yo persigo una forma, Rubén Darío 65. En lo alto del instante, Armando Orozco Tovar 66. La fiesta perpetua. Selección, José Luis Díaz-Granados 67. Amazonia y otros poemas, Juan Carlos Galeano 68. Resplandor del abismo, Orietta Lozano 69. Morada de tu canto, Gonzalo Mallarino Flórez 70. Lenguaje de maderas talladas, María Clara Ospina Hernández 71. Tierra de promisión, José Eustasio Rivera 72. Mirándola dormir y otros poemas, Homero Aridjis 73. Herederos del canto circular, Fredy Chikangana, Vito Apüshana, Hugo Jamioy 74. La noche casi aurora, Eduardo Gómez 75. Nada es mayor. Antología, Arturo Camacho Ramírez 76. Canción de la vida profunda. Antología, Porfirio Barba Jacob 77. Los días del paraíso, Augusto Pinilla 78. Una palabra brilla en mitad de la noche, Catalina González Restrepo 79. El tiempo que me escribe. Antología, Affonso Romano de Sant’Anna 80. Poemas infantiles y otros poemas, Rafael Pombo 81. Trazo en sesgo la noche, Luisa Fernanda Trujillo Amaya 82. Reposo del Guerrero, Eduardo Langagne 83. Todo nos llega tarde, Julio Flórez 84. El pastor nocturno, Felipe García Quintero 85. Piel de náufrago, Xavier Oquendo Troncoso 86. Yo me pregunto si la noche lenta, Juan Pablo Roa Delgado 87. Soledad llena de humo, Juan Carlos Bayona Vargas 88. Antes de despertar, Víctor López Rache 89. Péndulo de arena, Carlos Fajardo Fajardo 90. ¿Dónde quedó lo que yo anduve?, Marco Antonio Campos 91. Somos las horas. Antología poética, Abelardo Leal 92. Dos patrias tengo yo, José Martí 93. Visibles ademanes. Antología, Eugenia Sánchez Nieto (Yuyin) 94. Los días son dioses, Robinson Quintero Ossa 95. Oscura música, Amparo Osorio 96. Como acabados de salir del diluvio, Horacio Benavides 97. Como se inclina la hierba, Manuel Iván Urbina Santafé 98. En la memoria me confundo, Claramercedes Arango M. 99. Poemas para leer en el bus, Rubén Darío Lotero 100. Memoria del olvido, Manuel Mejía Vallejo
1 01. Vivo sin vivir en mí, San Juan de la Cruz 102. Soledades. Antología, Antonio Machado 103. La risa del saxo y otros poemas, Fernando Linero 104. Poesías, Guillermo Valencia 105. Me duele una mujer en todo el cuerpo i, Antología femenina 106. Me duele una mujer en todo el cuerpo Ii, Antología femenina 107. ¿Cómo era, Dios mío, cómo era?, Juan Ramón Jiménez 108. Mordedura de tiempo, María Ángeles Pérez López 109. Poemas escogidos, Rafael Maya 110. Rimas escogidas, Gustavo Adolfo Bécquer 111. Con los que viajo, sueño. Antología (1978-2003), Víctor Gaviria 112. Que muero porque no muero, Santa Teresa de Jesús 113. Festejar la ausencia. Antología, Beatriz Vanegas Athías 114. Polvo serán, mas polvo enamorado. Antología poética, Francisco de Quevedo 115. Antología poética, Carlos Arturo Torres 116. Poner bellezas en mi entendimiento, Sor Juana Inés de la Cruz 117. Poesía Afro Colombiana 1849-1989 118. En un pastoral albergue. Antología poética, Luis de Góngora 119. Casa paterna. Antología poética 2003-2015, Fátima Vélez Giraldo 120. Antología poética de Nicolas Pinzón Warlosten y Santiago Pérez 121. Del dolor y la alegría, Emilio Coco 122. De acá y de allá. Antología, Jesús Munárriz 123. El gran amor. Poemas, Cicerón Flórez Moya 124. De noche un pájaro, Miguel Andrés Tejada Sánchez 125. Verde que te quiero verde. Antología poética, Federico García Lorca 126. Animal de oscuros apetitos. Antología personal, Nelson Romero Guzmán 127. Memoria lírica, Eduardo Castillo 128. Partículas. Antología, Mauricio Guzmán 129. Estoy en lo más profundo del abismo. Antología poética, Jean-Arthur Rimbaud 130. ...Y el arroyuelo azul en la cabeza. Antología, Eduardo Carranza 131. Yo en el fondo del mar..., Alfonsina Storni 132. Mi corazón se desató en el viento. Antología, Pablo Neruda 133. El humo de la noche rodea mi casa, Henry Alexander Gómez 134. Romances del Río de Enero y otros poemas, Alfonso Reyes 135. Arde Babel, Camila Charry Noriega 136. Para llegar a este silencio, Santiago Espinosa 137. Cantos sueltos, Giacomo Leopardi 138. Una forma de orgullo. Antología, Luis García Montero 139. El amor se parece mucho a la tortura, Charles Baudelaire 140. El libro blanco de los muertos, Álvaro Miranda 141. El mundo por dentro. Antología, Carlos Castro Saavedra 142. Destino. Antología, Jorge Galán 143. La hierba abre su latido. Antología, Yenny León 144. ¡Imagínate...! Antología, Basilio Rodríguez Cañada 145. Sonetos, William Shakespeare 146. Imagen (in)completa, Carolina Dávila 147. Desastre lento, Tania Ganitsky 148. Polifonías Dispersas, Carolina Bustos Beltrán 149. Cae sobre mí una sombra. Antología, Diana Carolina Sánchez Pinzón 150. Poesía colombiana para niños. Antología
Editado por el Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia en octubre de 2018 Se compuso en caracteres Goudy Old Style de 11 puntos y se imprimiรณ sobre papel bulky de 60 gramos, con un tiraje de 10.000 ejemplares. Bogotรก, Colombia Post tenebras spero lucem