Zacatecas, Zac., a 22 de marzo de 2015 Carta a alguien no sabe valorar el agua: “Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la injusticia y la paz y por la alegre celebración de la vida”. Fragmento de Carta a la Tierra Hoy es 22 de marzo, día mundial del agua y considero de suma importancia que personas como tú, como yo, aprendamos a valorar el agua, por ello me he tomado el tiempo de darte mi punto de vista acerca de la importancia que plantea el cuidado del agua. Hace tiempo atrás, se consideraba el agua como un recurso inagotable, el cual podía ser despilfarrado sin consecuencia alguna. Ahora, la situación actual del planeta, nos muestra todo lo contrario. No pretendo mostrarte un escenario fatalista o apocalíptico, pero, a estas alturas, el planeta está siendo simplemente un reflejo de todo lo que hemos hecho a él a lo largo de nuestra estancia en este, nuestro hogar. Sequías por un lado, grandes inundaciones por el otro, alteraciones en los ecosistemas, derretimiento de los polos, escases de agua potable, extinción de especies, alteración de las estaciones del año, en fin, innumerables fenómenos de los cuales podemos ser testigos en la actualidad y que solo nos demuestran el gran daño que estamos provocando. Recuerdo algunas de mis clases en el Bachillerato, donde los profesores a manera de problemática, planteaban la situación de si el agua era realmente un recurso Renovable, no Renovable o inagotable, y creo que, hasta el momento, no tengo una respuesta objetiva. Cierto es que el agua presenta un ciclo mediante el cual se conserva la misma cantidad de agua en el planeta, pero esto no quiere decir que toda esta agua sea propicia para el consumo humano. Al analizar la superficie del planeta, sencillamente se puede estimar que un 71% está cubierto de agua, y el restante 29% es masa continental. De la cantidad total, el 96,5% es agua salada y se distribuye entre los océanos, mientras que el restante 3,5% es agua dulce que se encuentra a nivel superficial en forma de ríos y arroyos, a nivel subterráneo en forma de acuíferos naturales, y en forma de hielo en los polos y cimas de montañas. De este porcentaje de agua dulce, solamente un pequeño porcentaje es apta para el consumo humano, y poco a poco, gracias a la contaminación, estamos haciendo que se menos. El agua del planeta no cambia en cantidad, pero si en calidad. Sé que todo lo anterior suena a porcentajes vacíos, sin contenido alguno. Quizá hoy, es muy sencillo levantarse, abrir la llave del grifo y obtener agua pura, potable. Caminar hacia la regadera y derrochar inmensas cantidades de agua mientras nos damos una deliciosa ducha con agua caliente. Utilizamos el inodoro incluso para deshacernos de aquellas cosas que fácilmente podríamos tirar en el bote de basura. El problema en realidad, es cuánto tiempo nos durara el gusto de desperdiciar el agua. Muchos de nosotros, ya estamos viviendo las consecuencias de la falta de la misma. A muchos de nosotros quizá nos hace falta necesitarla para aprender a valorarla.
La diferencia está en nuestra conciencia, en nuestra forma de ver las cosas. Podemos seguir cerrando los ojos ante la problemática actual. Podemos seguir pensando en un futuro con agua en abundancia. En el cuál se puede seguir con esta conciencia de desperdicio, al fin y al cabo, hay mucha agua en el planeta, y si no, pues que se las arreglen los demás cuando la necesiten. Pero por otro lado, estamos los que queremos hacer una diferencia, poner algo de nuestra parte, hay medidas tan sencillas que realmente hacen un cambio, como cerrar el agua al lavarse los dientes, no tardar demasiado tiempo en ducharse, utilizar realmente solo el agua que requerimos. Muchas personas se toman demasiado enserio ese dicho de “agua que no has de beber, déjala correr”, creo que no hay tontería más grande, “agua que no has de beber, deja que otros la utilicen, y la utilicen adecuadamente”. Y lo más importante, yo como futura educadora, considero que mi granito de arena más importante, es crear esta conciencia verde en mis alumnos, hacer que vean la realidad del planeta, no para que se asusten ni se impresionen, sino para que sepan la importancia de cuidar todo esto que, no es más que prestado para nosotros, no somos dueños de la tierra, y deberíamos de aprender a tener una convivencia más armónica con todo lo que nos rodea. Ningún otro animal en el planeta genera rupturas ecológicas como lo hace el ser humano, y mucho menos derrocha recursos.