BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL “MANUEL ÁVILA CAMACHO” LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR IV SEMESTRE ESTRATEGÍAS DEL TRABAJO DOCENTE DOCENTE: ROSA MÁRIA CABRERA HERNÁNDEZ ALUMNA: GABRIELA CELAYA DE LA TORRE La escuela que queremos Una educación a la altura de las necesidades Francesco Tonucci -
Lo que se invierte en la infancia, no es un gasto, es una inversión.
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Los padres creen que una buena escuela es aquella que produce sufrimiento, porque es lo que ellos aprendieron.
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Los padres creen que una buena escuela infantil es la que prepara pala la primaria.
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La escuela debe tener abierto el abanico de los lenguajes.
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Una escuela abierta a todos.
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Primero debemos de emocionarnos nosotros y pasar esa emoción.
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Curiosidad, ganas, deseo de inventar, rechazar la idea de no ser capaz de hacer cosas, expresarse, aprender a escuchar.
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El desarrollo no es añadir competencias. Ya está todo presente en el niño. Solo se articula, se especializa. Por eso se requieren experiencias ricas y significativas.
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Que significa hacer ciencia. Significa cultivar, crear.
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Hay una competencia especifica en el cultivar plantas, etc.
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En la institución escolar no ha cambiado nada porque se ha dejado todo a los profesores.
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Todo es muy fluido en el desarrollo. Los niños desarrollan una habilidad. No adelantar competencias, sino ofrecer posibilidades.
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Los niños viven con nosotros una experiencia completa
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Permitir que se expresen.
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Esperar una respuesta justa es lo que mata la ciencia. Interrogamos teniendo ya una respuesta preconcebida. Aprovechar las demás respuestas. Acercarse a las soluciones, no tener la solución correcta, porque esto cierra las demás respuestas.
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Casi siempre el éxito de la evaluación, es que los niños no me siguen.
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Evaluar significa darnos cuenta de lo que ha pasado.
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Las paredes cuentan lo que se ha vivido en la clase.
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Documentar la experiencia mediante lo materiales que elaboran los niños. Con nombre y fechas, para poder realizar un seguimiento.
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El problema es que la escuela aun no logra tener un registro de lo que sucede con los niños.
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Tener expectativas altas.