Mi primer recuerdo Debía de tener cerca de los dos años y medio. Recuerdo perfectamente como mis padres me dijeron que irían por mi hermanita. Aun puedo sentir la emoción de aquel momento. Después de tanto escuchar hablar de ella por fin la tendría junto a mí. Había preparado algunas cosas para recibirla. Una pequeña frazada amarilla que era mi mayor posesión en la tierra. La amaba porque era calientita y olía realmente delicioso, como a los pasteles que hacía mi mamá, pero estaba dispuesta a regalársela para que comenzara a saber a qué olía mamá. Además le tenía guardado desde tiempo atrás mi chupón favorito. Yo había estado intentando durante meses dárselo a probar por la panza de mi madre, pero no lo había logrado. Era tan extraño que hubiera alguien ahí y lo más extraño era como saldría. Y por último le tenía un par de zapatitos. La verdad es que a mí ya no me gustaban y si se los daba a ella a mí me tendrían que comprar otros. Y se llegó el día. Solo me recuerdo viendo a mi hermanita a través del vidrio desde la parte de atrás de la camioneta. Pero ella parecía algo rara. Amarilla y peludilla. No. No era normal. Ni siquiera tenía el pelo largo. Durante 3 meses lo único que pedí fue que la regresaran y cambiaran por una que no llorara tanto.