• Año VIII • Número 71 • Diciembre de 2012 • Publicación de distribución gratuita • redaccion@gacetamarinera.com.ar • www.gacetamarinera.com.ar
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Curso de Cuidados de Heridos en Combate y Respuesta a Catástrofes
Sanidad militar conjunta
CUENTA Nº 11054 F
FRANQUEO A PAGAR
Pág. 5
CORREO ARGENTINO
Suboficial segundo Marcelo Rolando Villagra, instructor de la Pista de Combate Urbano
PROTAGONISTAS
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La pista no es lo de menos
El Comando de Instrucción y Evaluación funciona hace 10 años. En el período 2003-2004 se dio el primer curso de Combate Urbano. En esa pista hay 12 instructores a cargo del suboficial Villagra. El entrenamiento básico para ir a la Misión de Paz en Haití dura 4 semanas.
El suboficial segundo Marcelo Rolando Villagra es el instructor más antiguo de la Pista de Combate del Comando de Instrucción y Evaluación (COIE) que la Infantería de Marina tiene en la Base Baterías. Cuenta que por allí pasa todo el personal que integrará misiones de paz o dotaciones de visita, registro y captura de los buques de la División de Corbetas. Con 39 años y 21 de servicio en la Armada, este tucumano pasó por casi todos los Batallones de la Infantería de Marina --el Nº 2, el Nº 4 y el Nº 5-- y estuvo como Casco Azul en misiones de paz bajo mandato de la Organización de Naciones Unidas.
con las siglas de UN en negro que patrullan las calles de Goanives y Puerto Príncipe. “Uno puede estar preparado para muchas cosas pero Haití es una situación que está siempre latente y nos tiene que encontrar muy bien preparados”, dice. De su trabajo cotidiano cuenta que “todos los días tenemos gente en la Pista de Combate Urbano. Los instructores tratamos de hacer hincapié en que el infante que vaya a integrar un contingente sepa cuidar hasta el mínimo detalle en su trabajo. Y tratamos de mejorar la enseñanza de las técnicas, para no estancarnos”, asegura.
“Me tocó muy rápido irme a Chipre. Recién era cabo segundo y para mí era toda una novedad que me despertaba una gran curiosidad. Irme a Europa fue algo fuerte, porque nunca había salido de mi Tucumán natal”, cuenta Villagra.
“Vine de Tucumán siendo un niño y acá estoy” Cuando Marcelo Villagra ingresó en 1991 a la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina en Mar del Plata, nunca antes había visto el océano ni los buques de la Armada. Ni mucho menos las Pistas de Combate del COIE, donde ahora se desempeña.
También estuvo en la primera misión de paz que se hizo en 2004 en la convulsionada Haití, devastada por el huracán Jeanne que dejó unos 3.800 muertos. A esa misión fue como jefe de los Panhard, esos vehículos pintados de blanco
Nacido en Aguilares, un pueblo de 30.000 habitantes al suroeste de la mediterránea provincia de Tucumán, en el seno de una familia de clase obrera, las únicas opciones que veía eran estudiar o trabajar en alguno de los dos ingenios
Contención de disturbios, reparto de alimentos, controles, manejo y seguridad del armamento, desenvolvimiento en zona urbana y en el terreno, asalto a instalaciones con helicópteros y rescate de personas en un contexto hostil son algunos de los conocimientos que imparten en la Pista de Combate Urbano. azucareros de su pago o en la fábrica de alpargatas en la que trabajaba su padre. “A la Escuela de Suboficiales me llevó un primo de mi abuela —recuerda Villagra—. Me dejó en la puerta y me dijo ‘chau, hasta luego’. Y acá estoy”. Ingresó junto a más de 1.800 postulantes y la promoción con la que egresó fue la última de infantes de Marina que hicieron su trayecto formativo en la Base Naval Mar del Plata. La primera vez que volvió a Tucumán fue vestido de gala. Caminó ocho cuadras con la bolsa de embarco al hombro y con toda la gente observándolo con asombro, admiración. Su madre y su abuela, felices. El mayor de los 7 hermanos había entrado a la Infantería de Marina.
Nancy Severo
Marinero segundo IM
Batallón de Infantería de Marina Nº 3
12•edición mensual