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INCLUSIVE GROWTH ...O ¿ACASO SOMOS COMO EL AGUA DE TAMARINDO?
¿Por qué somos como el agua de tamarindo que necesitamos que nos agiten cada tanto para que no se pose toda la pulpa en el fondo del vaso?
POR JOSÉ DÍEZ DEUSTUA*
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Y, sin embargo, en medio de tanto dolor, de tanta incertidumbre, de tanto pensar en cómo va a ser la nueva normalidad, nos encontramos con tantísima gente, de todos los extractos sociales, promoviendo o sumándose a muchas iniciativas de carácter humanitario: despensas de comidas, búsqueda de material sanitario, acompañamiento, etcétera. ¡Qué maravilla! Además, la grandísima mayoría de estas iniciativas surgen de manera espontánea. Y se llega a un montón de gente que lo está pasando muy mal.
Es un alivio. Reanima. Nos devuelve la esperanza para seguir empujando, como tantas otras veces ya hemos hecho, y salir de este atolladero que siempre se lleva por delante a los más vulnerables.
Pero, así como afloran sentimientos de alegría y esperanza al ver a tanta gente movilizándose, a la vez se combina con sentimientos de enfado e indignación por toparse con situaciones que en un país tan increíble como lo es México no podemos -no queremos- tolerar.
¿Cómo es posible que en el siglo XXI todavía haya gente que se pueda estar muriendo de hambre? Y nos llevamos las manos a la cabeza con gran indignación, y nos ponemos las pilas para ver de qué manera podemos ayudar, y buscamos, y, sobre todo, encontramos la manera de llegar a esa gente que lo está pasando mal.
También es cierto que nunca falta aquel que se dedica a señalar al Gobierno como si fuera el único culpable de todo. Seguramente tendrá mucha responsabilidad. ¿Pero toda? No sé, no creo.
Lo que sí parece evidente es que cuando la sociedad y las empresas se movilizan, la cosa cambia. De manera rápida y certera.
Llegan las despensas, los medicamentos, los consejos, las ayudas de todo tipo… Así pasó hace unos años con el último terremoto que hubo en la Ciudad de México.
Así está pasando ahora con motivo de la Covid. Pero ¿por qué esperar a que haya un desastre para reaccionar? ¿qué tiene que pasar para que toda esta colaboración y ayuda no cese al cabo del tiempo? ¿por qué somos como el agua de tamarindo que necesitamos que nos agiten cada tanto para que no se pose toda la pulpa en el fondo del vaso?
No sé si exista una única respuesta. Pero sí creo que haya una vía a explorar, que no es tan nueva y lejana.
En el fondo es la lógica que siempre practicamos cuando nos lanzamos a la calle para ayudar a los demás. Es la lógica de actuación que tuvimos con el terremoto y que estamos teniendo ahora con la Covid. La lógica de la gratuidad que descubre un quién antes de entregar un qué.
La lógica en el fondo que descubre y desarrolla relaciones personales y no sólo se fundamenta en relaciones de carácter contractual-mercantilista.
Te pongo un ejemplo.
Cuentan de un padre que tenía tres hijos. Cuando se murió, los hijos fueron al notario y abrieron el testamento para ver qué les había dejado su padre en herencia.
Al primero le tocó la mitad de los bienes, al segundo un cuarto y al tercero un sexto. El notario les dijo que toda la herencia de su padre consistía en 11 camellos. Y claro, empezaron las discusiones.
El mayor con miles de argumentos, todos lógicos y razonables, exigía que, aunque en justicia le tocaran 5,5 camellos, como eso no se podía, quería que le dieran 6 camellos, a los que el segundo hermano rebatía que no porque… así se la pasaban.
Hasta que llegó un beduino que, viendo la situación, les dijo: “tomen mi camello y hagan su distribución”.
Con ese regalo, tuvieron por tanto 12 camellos y pudieron, por fin, hacer la distribución. Al primero la mitad, al segundo un cuarto y al tercero un sexto.
Por tanto, les tocaron 6, 3 y 2 camellos respectivamente. ¡Un total de 11 camellos!
El camello restante, se lo regresaron al beduino que se regresó feliz a sus tareas.
¿MORALEJA? EN EL DAR, TODOS GANAN. NADIE PIERDE. ASÍ LO ESTAMOS HACIENDO Y EXPERIMENTANDO AHORA.
*José Díez Deustua, Director de la Iniciativa Inclusive Growth y profesor del área de Factor Humano en IPADE Business School
Artículo de IPADE para la Revista Ganar Ganar
www.ganar-ganar.mx