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¿QUÉ ES LA ECONOMÍA CIRCULAR PARA UN FUTURO SUSTENTABLE?
POR SOFÍA DÍAZ RIVERA*
Desde hace ya varios años, hemos escuchado repetidamente que debemos reciclar para proteger el medio ambiente, pero muy pocas veces nos detenemos a pensar lo que esto significa y cómo verdaderamente se lleva a cabo. Esta falta de conocimiento hace que nuestros esfuerzos no sean tan eficientes o que nos quedemos a la mitad del camino, lo que nos limita para lograr nuestros objetivos de desarrollo sustentable como país tal y como nos comprometimos en la agenda 2030 de la ONU.
Es por eso por lo que es indispensable entender que reciclar es parte de un ecosistema económico ya que permite el reuso de insumos de manera eficiente, además de que todos implementemos e impulsemos propuestas que nos acerquen cada vez más a la meta de garantizar modalidades de consumo y producción sostenible.
En la actualidad la economía del país funciona principalmente a través de un modelo económico en el que se “extrae, produce y desperdicia”, pero está demostrado que no es sostenible en todos los sentidos, por lo que es urgente cambiar nuestro modelo económico a uno circular. Una prueba de esto es que sólo se recicla el 9 % de los nueve mil millones de toneladas de plástico que se han producido en el mundo y, si seguimos en esta tendencia, para 2050 tendremos cerca de 12,000 millones de toneladas de desechos plásticos en los basureros y en la naturaleza (ONU). Para visualizar esto, un estudio de Ellen MacArthur Foundation menciona que de continuar así, para el año 2050 se tendrán más plásticos que peces en el mar.
Para poder contrarrestar este peligro, debemos adaptar nuestros modelos de negocio a un enfoque que “reduzca, reutilice y recicle” en toda la línea de vida de los productos, para que a la larga podamos ser más resilientes y no estemos inundados en basura, beneficiando a la comunidad en su conjunto. Esto suena muy complejo si no se contempla que ya se ha empezado la transición y no solo a nivel mundial, sino también en nuestro país. Poco a poco diferentes industrias y empresas han logrado implementar medidas dirigidas a lograr una mayor circularidad en sus áreas de producción y en la reutilización de los desechos.
Cabe destacar que México tiene una tasa alta de acopio de PET del 53 % anual, lo que equivale a alrededor de 415 mil botellas, poniéndonos por encima de países como Brasil, Canadá y Estados Unidos, además de generar más de 70 mil empleos en nuestro país (ECOCE) pero esto no es suficiente. Este nuevo sistema económico debe de replantear la forma en la que se piensa en un producto y todo lo que conlleva sin sacrificar las características de estos. En Bonafont, por ejemplo, se buscó resolver este reto a través de tres pilares que sostienen su política de empaques de forma que puedan seguir ofreciendo bebidas de calidad en envases 100 % circulares. Para poder cumplir esto se plantearon tres objetivos que contemplan que los empaques estén diseñados para la circularidad, sean reusados, reciclados o compostables en práctica y que ayuden a la conservación de recursos naturales al incorporar PET reciclado dentro de ellos.
En sí existe una infinidad de posibilidades que se pueden adaptar a las realidades de cada empresa, solo se debe de buscar cómo implementarlos y tenerlos siempre en la mente para alcanzar la circularidad. No hay que olvidar el integrar a todas las personas que participan en la cadena de reciclaje de plástico: consumidores, recolectores de basura, empresas y gobierno ya que solos no es posible lograr un verdadero cambio.=