CONFLICTO Y VALOR 6 de febrero de 1970 En la antigüedad, Abrahán, Isaac, Jacob y Moisés, con su humildad y sabiduría, y Josué con sus diversos dones, fueron todos empleados en el servicio de Dios. La música de María, el valor y la piedad de Débora, el afecto filial de Rut, la obediencia y fidelidad de Samuel, la firme fidelidad de Elías, la suavizadora y subyugadora influencia de Eliseo, todas estas cualidades se necesitaron. Así también a hora, todos aquellos a quienes Dios ha prodigado sus bendiciones, han de responder con un servicio verdadero; ha de emplearse cada don para el adelanto de su reino y la gloria de su nombre (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 283). La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más intimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos (La Educación, pág. 54).* 7 Viernes 1º de enero PARA QUE TENGAMOS ÁNIMO* Porque todas esas palabras que fueron escritas hace mucho, son para enseñarnos hoy a nosotros; para que cuando leamos en las Escrituras acerca de la paciencia de los hombres y de toda la ayuda de Dios les prestó en aquellos días, tengamos ánimo y esperanza en nuestros propios días. (Rom. 15: 4, Phillips). Las vidas relatadas en la Biblia son biografías auténticas de personas que vivieron en realidad. Desde Adán hasta el tiempo de los apóstoles, a través, de sucesivas generaciones, se nos presenta sin relato claro y escueto de lo que sucedió en realidad y de lo que experimentaron personajes reales. A muchos les extraña que la historia inspirada narre los hechos que mancillan el carácter moral de hombres buenos. . .Los escritores inspirados no escribieron mentiras destinadas a impedir que el relato de las flaquezas y faltas humanas ensombrecieran las páginas de la historia sagrada. . . El hecho de que no se pasa por alto la verdad, ni se suprimen los pecados de los personajes principales, es, una de las mejores evidencias de la autenticidad de las escrituras. . . Cuántas biografías se han escrito acerca de los cristianos impecables, que por su vida hogareña y relaciones con la iglesia resplandecían como ejemplos de piedad inmaculada. . . Sin embargo, si su historia hubiese sido escrita por una pluma inspirada, ¡cuán diferente habría parecido! Se habrían revelado las debilidades humanas, las luchas con el egoísmo, el fanatismo y el orgullo, tal vez los pecados ocultos, y la guerra continua entre el espíritu y la carne. . . Si nuestra buena Biblia hubiese sido escrita por personas no inspiradas, habría presentado un aspecto muy diferente, y su estudio sería desalentador para los mortales que yerran, que contienden con flaquezas naturales y las tentaciones de un enemigo astuto. Pero tal cual es, tenemos un relato correcto de la experiencia religiosa que tuvieron los personajes notables de la historia bíblica. Los hombres a quienes Dios había favorecido y a quienes había confiado grandes responsabilidades, fueron a veces vencidos por la tentación y cometieron pecados, así como nosotros actualmente luchamos, vacilamos y con frecuencia caemos en el error. Pero es alentador para nuestro corazón abatido saber que por la gracia de Dios ellos pudieron obtener nuevo vigor para levantarse por encima de su naturaleza mala; y al recordar esto, estamos listos para reanudar la lucha de nosotros mismos (Joyas de los Testimonios, tomo 1, págs, 436-438). 8 Sábado 2 de enero HAY ESPERANZA* 1 Cor. 10: 1-13. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. (1 Cor. 10: 10, 11). Las murmuraciones del antiguo Israel y su descontento rebelde, como también los grandes milagros realizados en su favor, y el castigo de su idolatría e ingratitud, fueron registrados para nuestro beneficio. El ejemplo del antiguo Israel es dado como advertencia para el pueblo de Dios, a fin de que evite la incredulidad y escape a su ira. Si las iniquidades de los hebreos hubiesen sido omitidas del relato sagrado, y se hubiesen relatado solamente sus virtudes, su historia no nos habría enseñado la lección que nos enseña. . . Si los hijos de Dios quisieran reconocer cómo los trata él y aceptasen sus enseñanzas, sus pies hallarían una senda recta, y una luz los conduciría a través de la oscuridad y el desaliento. David aprendió sabiduría de la manera en que Dios le trató, y se postró en humildad bajo el castigo del Altísimo. La descripción fiel que de su verdadero estado hizo el profeta Natán, le dio a conocer a David sus propios pecados y le ayudó a desecharlos. Aceptó mansamente el consejo y se humilló delante de Dios. "La ley de Jehová -exclama él- es perfecta, que vuelve el alma" (Sal. 19: 7). Los pecadores que se arrepienten no tienen motivo para desesperar porque se les recuerden sus transgresiones y se les amoneste acerca de su peligro. Los mismos esfuerzos hechos en su favor demuestran cuánto los ama Dios y desea salvarlos. Ellos solo deben pedir su consejo y hacer su voluntad para heredar la vida eterna. Dios