The Outdoors Room

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16 - 05 - 2017


Agradecimientos a: José Miguel Mantilla S. John Dunn. Por la colaboración de los artículos Fotografías: Juan Francisco Torres Diseño Editorial: Juan Francisco Torres

Índice 1......... Manierismo & Naturalismo 3......... Arquitectura, Sinfonía Silenciosa 7......... Acerca de la Forma en Arquitectura 9......... Hogar Primitivo- Memoria Descriptiva 11...... Más allá de la Mancha Urbana



Manierismo & Naturalismo El eterno renacer de la arquitectura y sus persistentes formas de degeneración

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odo lo que tengo que decir se resume en una sentencia, tanto el manierismo/formalismo como el na turalismo son el resultado de la fastidiosa ociosidad de los hombres: la pereza de conocer y hacer. Lo afirmo así, directo y claro, porque los que más lo necesitan saber son los que, si han hecho el esfuerzo inu sual de comenzar esta lectura, difícilmente tendrán el ánimo de leer hasta el tercer párrafo. La falta de voluntad para empeñarse en la larga y difícil búsqueda de la verdad por sí mismos (que no quiere decir lo mismo que “crear su propia verdad”), la ineptitud e ignorancia de los que encuentran una formula fácil o un modelo a quien copiar (algún concepto más o menos trillado o alguna moda), la desagradable apatía de las muchedumbres, pero también la displicente vanidad, concluyen en alguna suerte de adulteración manierista de aquello que, en su origen, estuvo colmado de sentido.

un libro, el repudio a la búsqueda de verdades universales, la disposición para apreciar únicamente las experiencias empíricas, el rechazo a cualquier regla, el aprecio por la arbitrariedad o por el pensamiento conceptual como expresión de la fantasía individual del “artista”; resultan en el naturalismo. Irónicamente, como dice la expresión, los extremos se juntan, porque, en su rechazo a las propiedades del otro -en la práctica- manierismo y naturalismo resultan tener muchas cosas en común.

Pregunto a un auditorio lleno, con la presencia de más de 250 arquitectos y estudiantes de arquitectura, de aquellos que tienen un verdadero interés por el oficio y, por su propia voluntad, pagan para asistir a un ciclo de conferencias, una lluviosa y fría noche entre semana: ¿cuántos de ustedes han leído el libro Hacia una arquitectura de Le Corbusier, uno de los libros de arquitectura más importantes -si no La desidia a conducir los el más importante- del siglo pensamientos más allá de lo XX? Apenas cuatro personas, inmediato, la pereza de abrir entre las más de 250, levantan

tímidamente la mano, tan tímidamente que sospecho que mienten. Sin embargo, si se pregunta su opinión a cualquier persona que alguna vez escuchó mencionar algo sobre Le Corbusier, está comprobado que todos tienen muchas cosas, buenas y malas (pero siempre mal informadas) que decir. Una opinión vacía de contenidos, aquello es el sostén del manierismo/formalismo. Esta clara diferencia entre la irresponsabilidad de una opinión, generalmente bastante ignorante, y un verdadero juicio basado en el conocimiento cierto de las cosas, es el evidente síntoma de la desidia, la pereza y la vanidad que caracterizan, tanto al arquitecto en formación, aquel que desde el segundo año de carrera se siente muy seguro de poseer su propia verdad pero tiene pereza de estudiar y se escurre al fondo de la clase, como entre nervioso y arrogante, a la espera de que el profesor no le haga ninguna pregunta sobre la lectura de ese día; como al famosillo “joven emergente” que niega la necesidad de leer


Más adelante Rogers continúa di ciendo, en aquel escrito de 1956, que “entre los arquitectos se suscitaron tantos malentendidos como entre los críticos, gracias a la interpretación equívoca del efecto de un mensaje en el desarrollo histórico; muchos confun dieron el verbo con la palabra y a amDecía Ernesto Nathan Rogers que, bos con la realidad de los hechos: de en una ocasión, mientras viajaba con esta manera, el curso de la historia se Le Corbusier, comentaban las obras fosilizó en prejuicios.” de algunos de sus imitadores: Le CorEn este eterno e inexorable recomenbusier parecía complacerse con ellas y Rogers las denigraba. Entonces Ro zar hubo varios maestros que, mediante gers le manifestó: “sus discípulos ver- grandes esfuerzos, supieron reencondaderos están entre aquellos que usted trar la Arquitectura y dejaron, no sólo no puede individualizar en seguida al una obra construida admirable sino considerar las formas de la arquitec- también varios escritos fundamentales. tura que hacen: están entre los otros, Pese a todo, en cada época, sus suceentre aquellos que asimilaron su men- sores prefirieron hacerlo “a la manera saje”. Le Corbusier guardó silencio de”, copiaron y continúan copiando o por un momento; luego, con el tono de rechazando las formas exteriores de la quien verdaderamente ha sido tomado obra de estos maestros, sin una auténde sorpresa, le respondió así: “Tiene tica asimilación de su mensaje. razón; nadie me lo había dicho antes”, a lo que Rogers contestó: “Nadie se lo había dicho porque suponía que debía “El oficio del arquisaberlo”. El valor de esta anécdota, tecto, como el oficio de anota Rogers, reside en que la imporvivir, no son más que un tancia de un mensaje está en el uso que hace de él quién lo recibe y no en la ineterno, un inexorable tención del que lo emite. Hasta el más recomenzar: un oficio bello y claro mensaje se ahoga en los imposible...” dominios de Hades cuando el receptor es un incompetente. porque según él las cosas se aprenden “haciendo, y ya” y, por supuesto, también a los que son mayoría, y los hay de todas las edades: aquellos que sólo les interesa “hacer negocios” y “triunfar”, pero, de paso dicen estar haciendo - ¡además! - arquitectura.

Por: José Miguel Mantilla


Arquitectura,

Sinfonía Silenciosa

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arzo 21 de 2017: El día y el momento en que unos rayos de luz provenientes del centro geométrico del Sol, dirigidos hacia el centro geométrico de la Tierra, se encuentran con el centro geométrico del Hogar Primitivo, y adornan la sala de estar, mientras los hombres permanecemos, imperturbados, en los diarios ajetreos de nuestras modestas vidas. Equinoccio ecuatorial: Sol y Tierra se han reunido en el sitio de la hoguera, en el foco sagrado del altar doméstico. El eclípse del cuadrado en el círculo y del círculo en el cuadrado -amarillo en azul y azul en amarillo- colores opuestos/ complementarios que forman el verde. Esmeralda es la vida sobre la Tierra bajo la aurea luz del Sol. Un espacio de planta central, organizado alrededor del fuego crepitante, fue, en los albores del tiempo, la morada distintiva de los seres humanos y un artefacto fundamental para su evolución y supervivencia. Este tipo de vivienda primitiva, tan antigua como el hombre, es el nido singular de la especie humana. José Miguel Mantilla.

Un fragmento del Poema del Ángulo Recto, a propósito del equinoccio en el Hogar Primitivo:

Igual danzan la Tierra y el Sol la danza de las cuatro estaciones la danza del año la danza de los días de La Maison Fille du Soleil veinticuatro horas (La Casa Hija del Sol) la cumbre y el abismo de los solsticios Comme sont unis par léxacti- la llanura de los equinoccios tude El reloj y el calendario les nègres de Harlem solares le han dado a ne se touchant pas mais la arquitectura el “rompe-sol” à des distances en chaque instalado ante las cristaleras de seconde différentes los edificios modernos. Una De même sinfonía arquitectónica dans la Terre et le Soleil se presta bajo el título: la danse des quatre saisons “La Casa Hija del Sol” la danse de l’anne la danse des jours de Le Corbusier. (2006). Le poeme ving-quatre heures de l’angle droit. Madrid: Círculo le sommet et le gouffre des de Bellas Artes. solstices le plaine des équinoxes L’horloge et le calendrier solaires ont apporté à l’architecture le “brise-soleil” installé devant les vitrages des édifices modernes. Une symphonie architecturale s’apprète sous ce titre: “La Maison Fille du Soleil” La Casa Hija del Sol Tal y como la exactitud une a los negros de Harlem sin tocarse pero a distancias a cada segundo diferentes





Acerca de la Forma en Arquitectura

Forma sensible. La forma como propósito (tendencia a la variedad)

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a palabra forma es utilizada muy a menudo, en el ámbito de la arquitectura, sin reparar en el hecho de que este término tiene dos significados no sólo diferentes, sino prácticamente opuestos. Esta doble acepción puede conducir a grandes malentendidos El propósito de este breve ensayo es el de explicar esta ambigüedad para disipar ciertas confusiones, que se dan con frecuencia, en cuanto a la importancia de la forma en el proyecto arquitectónico.

La inseguridad del conocimiento basado en los sentidos es un lugar común en la filosofía clásica:“¿ofrecen, acaso, a los hombres alguna garantía de verdad la vista y el oído, o viene a suceder lo que los poetas nos están repitiendo siempre, que no oímos ni vemos nada con exactitud?”[2] . Un juicio similar es el que nos lleva a rechazar la falsedad de las formas que se construyen con la única finalidad de seducir a la vista. Usualmente se llama formalismo en arquitectura a la adulteración de la forma Forma Sensible aparente del objeto arquitectónico sin otro motivo que la Comúnmente se utiliza la mera especulación estética, la palabra forma para designar vanidosa búsqueda de lo nunca el aspecto sensible relacionado antes visto. sobre todo a la sensación visual que se obtiene de la apaUn arquitecto que demande riencia externa de las cosas. más allá de los límites habituaComo experiencia subjetiva la les de su propio ego las razoforma sensible es siempre cam- nes que acrediten su trabajo biante e ilimitada. Se modifica se rehusará a travesear en el según diversos condicionantes mundo infinitamente inciercomo pueden ser: la posición, to, accidental e inconsecuente la luz, el pasar del tiempo, el de las formas sensibles. Mies contexto, etc. La forma, así en- van der Rohe, por ejemplo, tendida, favorece las opiniones rechazaba la idea de forma en individuales y tiene un alcance arquitectura según el signifilimitado para el verdadero co- cado que acabamos de descrinocimiento de las cosas. bir, “No voy contra la forma,

sino contra la forma como fin en sí mismo”[3]. Para él la forma no debía ser algo buscado a priori sino el resultado de la confluencia objetiva de algunas causas que la determinarían: la técnica, el lugar, los materiales, la época. Insistió mucho en este tema; en otro de sus escritos se entreven los dos significados que tiene la palabra forma: “La forma no es el objetivo de nuestro trabajo, sino el resultado.” Forma inteligible. La forma como resultado (tendencia a la uniformidad) Menos frecuente es el uso del término forma para designar lo que hemos de llamar forma inteligible, la forma de la filosofía tradicional, sinónimo de idea (eidos) y de esencia (ousia). A aquello se refería Paul Valéry cuando escribió: “Algunos pueblos se pierden en sus pensamientos; pero para nosotros los griegos todas las cosas son formas. De ellas no retenemos más que las relaciones; y como encerrados en el límpido día, semejantes a Orfeo construimos por medio de la palabra templos de sabiduría


y ciencia que puedan bastar a cunstancias que permitieron todos los seres racionales.” ejecutar la obra; su causa final fue albergar la imagen de oro ¿Qué quiere decir que todas y marfil de Atenea Partenos, las cosas son formas? Quiere el agradecimiento a los dioses decir que todas las cosas tie- por una victoria bélica contra nen una causa formal. Aristó- los persas y seguramente alguteles hace una revisión de las nas motivaciones adicionales. opiniones de los filósofos que En cuanto a la causa formal le antecedieron para hallar del Partenón, será todo aquelas primeras causas de las co- llo que permanezca cuando sas. Hallar las primeras causas las otras causas desaparezcan. equivale a obtener el conoci- El mármol terminará transmiento verdadero de todo lo formado en piedras irrecoque existe, misión fundamen- nocibles. Las personas que lo tal de la filosofía. En resumen, concibieron y lo construyeron, esto es lo que Aristóteles halló los motivos religiosos y polítial respecto: Conocemos una cos, las técnicas y los recursos cosa cuando conocemos las que hicieron posible su ejeprimeras causas. Ahora bien, cución han desaparecido o se hay 4 tipos de causas: 1. la cau- han transformado. La imagen sa formal, 2. la causa material, de Atenea Partenos se perdió, 3. la causa ezficiente y, por úl- seguramente en un incendio, timo 4. la causa final. durante el siglo V. Desde entonces, el Partenón ha servido A modo de ejemplo pode- como iglesia bizantina, iglesia mos enumerar las 4 causas de latina, mezquita musulmana y un objeto arquitectónico cono- depósito de pólvora. Su mayor cido. En el Partenón la causa utilidad es actualmente la de material es casi exclusivamen- atraer turistas a la Acrópolis. te el mármol blanco del monte Pentélico; su causa eficiente Pero algo permanece aun fueron el político Pericles, el cuando todo lo material y lo arquitecto/escultor Fidias, los contingente han desapareciarquitectos Ictino y Calícrates do: Pitágoras diría que es el y muchísimas personas y cir- número, Platón que es la idea,

Aristóteles que es la causa formal; en el fondo todos ellos coinciden: la forma inteligible es la esencia permanente de las cosas. La idea universal de rectángulo, por ejemplo, precede y permanece al hecho concreto del Partenón. Del mismo modo con otras ideas más complejas que componen la estructura formal del edificio. Decir que es un edificio rectangular de orden dórico, períptero y octóstilo; que consta de pronaos, naos o cella y opistodomo, es referirse a elementos y sus relaciones, a ideas abstractas, por lo tanto universales y permanentes. Para hacerlo se requiere descomponer la unidad del edificio en los elementos, proporciones y números que lo constituyen. Le Corbusier conocía muy bien todo esto y por eso escribió que el Partenón trae consigo certidumbres que “son exclusivamente cantidades dispuestas en relaciones precisas”.[5]

Por: José Miguel Mantilla 2009


Hogar Primitivo

Memoria Descriptiva

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acer una casa para uno mismo representa la oportunidad de explorar con mayor profundidad y libertad las ideas fundamentales adquiridas en el oficio de arquitecto. De todas esas ideas, la más importante desde mi punto de vista, es que una obra, para llevar el título de ARQUITECTURA, debe responder correctamente a la complejidad y diversidad de la realidad sin renunciar a un ideal Universal de orden y unidad. (Ver “El manifiesto de la esfera”). Al interior de toda arquitectura, como en el ori­ gen de todos los poemas y en las premisas de todas las ciencias, se reúne el anhelo de una imposible unidad a las inclemen­cias de una variedad inevitable. Proyectar en arquitectura es, entonces, hallar las correspondencias entre los aspectos abstractos y universales de la forma y los asuntos específicos y particulares de la realidad. Por su naturaleza inteligible la Forma tien­de a la unidad en donde mediante la analogía se funden todas las cosas; por su naturaleza sensible los hechos concretos se abren a la multiplicidad en la que se manifiesta la vida. (Ver “La necesidad del pensamien-

to analógico y la perversidad otros elementos de caracter secundario y decorativo. del recurso alegórico”) El principio arquetípico del Hogar Primitivo- Principio de Unidad La cruz gamada o tafetán es el principio formal arquetípico que unifica, gobierna y ordena geométricamente al Hogar Primitivo a nivel espacial, distributivo y estructural. Cuatro muros portantes de ladrillo visto organizan el esquema espacial de la vivienda, al tiempo que sostienen las cuatro cubiertas inclinadas, que descienden, desde un mismo centro, en las cuatro direcciones ortogonales. La disposición entrelazada de los muros permite la delimitación de cinco espacios, de forma compacta y con el menor número de elementos posibles. En el espacio central se ubican la sala de estar comedor y cocina, y en el perímetro las habitaciones, el pórtico de acceso y los servicios. El principio arquetípico de la cruz gamada, la forma de crecimiento ilimitado, se expresa también en la estructura de elementos recíprocos (reciprocal frame) que sirve de soporte a la cubierta en el espacio central de la vivienda así como en

MaterialesPrincipio de Diversidad En contraste con la unidad morfológica determinada por el principio arquetípico de la cruz gamada, la construcción, llevada a cabo a lo largo de un periodo de ocho años, ha empleado una variedad muy amplia de materiales y técnicas constructivas. Además del ladrillo mambrón, en aparejo inglés, empleado en la construcción de los muros portantes, se


emplearon vigas de madera de colorado para la estructura de la cubierta y para las columnas perimetrales. El envolvente se ejecutó con perfiles de madera o de metal, de 6x6 cm y paneles de fibrocemento con aislamiento de lana de vidrio. Las puertas y ventanas son de madera de seike o aluminio en acabado natural. Los pisos son de duela de eucalipto en las habitaciones, microcemento (ahora también duela de eucalipto) en el área de estar y ladrillo en el espacio cubierto exterior. La última fase de construcción, se realizó con estructura metálica sobre una base de muros de hormigón armado, con acabados interiores y exteriores en gypsum, fibrocemento y madera contrachapada. Esquema de crecimiento La vivienda fue pensada para ser construida de forma progresiva y, de ese modo, se han ejecutado las diferentes fases a lo largo de un periodo de ocho años. En la primera fase se construyeron los muros y cubierta y se habilitó una habitación, la zona de estar-cocina y un baño (2010). En una segunda fase, se habilitaron dos habitaciones adicionales, ocupando el espacio de uno de los pórticos perimetrales y un pequeño altillo (2013). La tercera fase consistió en la habilitación y ampliación del subsuelo semienterrado para la adición de un dormitorio,

un estudio y un baño (2017). La cuarta y última fase será la construcción, en los próximos años, de un nuevo pórtico hacia el costado occidental de la vivienda con el fin de recuperar el espacio exterior cubierto y controlar, en esa fachada, la fuerte incidencia de la radiación solar durante las horas de la tarde. Regularidad Los elementos constructivos del Hogar Primitivo están modulados sobre una razón constante de 84 cm. Esta dimensión es el resultado de hallar un común acuerdo entre la lógica del aparejo cruzado de ladrillo mambrón y la lógica del empleo de tableros prefabricados de madera contrachapada y fibrocemento. El módulo de 84 cm determinó las distancias en los ejes estructurales, la separación entre vigas, el tamaño y la modulación de los paneles al interior y en las fachadas, y la modulación de los paneles de ventanas y puertas. La uniformidad en la modulación se expresa en todas las fachadas excepto en la pared posterior de la ampliación, donde se ha empleado un trazado geométrico (con el empleo del Modulor) para resolver el despiece del aplacado de fibrocemento y de tableros de madera contrachapada. Por: José Miguel Mantilla


Más allá de la Mancha Urbana Lo que revela y esconde el Rorscharch Urbano de Guayaquil

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legamos a otro aniversario de nuestra independencia, y vale la pena reflexionar sobre lo que hemos hecho con la ciudad, que tiempo atrás nos permitió ser libres; tanto como país, como ciudad y como ciudadanos. Es por eso que me propuse realizar el ejercicio planigráfico, que ahora comparto con ustedes: conseguir los planos de diferentes ciudades americanas y colocarlos en un mismo plano visual, bajo una misma escala. Es algo así como ver una fotografía familiar, y tratar de descubrir visualmente nuestras semejanzas y diferencias con aquellos que nos acompañan en la foto. El resultado de tal ejercicio es esta suerte de “Rorscharch Urbano”; que revela tanto con lo que muestra como con lo que oculta. Para esta exploración conceptual colocamos a Guayaquil junto con otras 6 ciudades del continente, que comparten elementos comunes, o que sirven de referente universal. Quito, Bogotá, Lima, Ciudad

de México y Buenos Aires fueron las seleccionadas para este trabajo. Para complementar el cuadro, introdujimos a Nueva York como ese escenario idílico e inalcanzable. El resultado final trajo sorpresas. Lo primero que llama la atención es que Guayaquil es la mancha más pequeña del montón; lo cual nos llevó a investigar números de densidad poblacional. Ahí es cuando nos encontramos que Guayaquil -para nuestra sorpresa- es la 2da ciudad con mayor índice poblacional de las siete; justo después de Buenos Aires (luego siguen Quito, Nueva York, México D.F., Bogotá y Lima). En primera instancia, un índice alto de densidad poblacional, compaginado con un área de baja extensión puede considerarse como un modelo eficiente. Sin embargo, tal como ocurren en las fotos, los planos tienen mucha información que no es perceptible a la primera impresión. Por ello hay que preguntarse cuáles son las razones para que Guayaquil tenga una densidad tan alta.

permiten resolver esta misteriosa ecuación. Una de ellas es la delimitación política. De los ejemplos analizados, solamente Quito y Ciudad de México corresponden a entes urbanos compuestos por una sola entidad municipal. Numéricamente, Guayaquil tiene una extensión territorial más grande que Bogotá; pero los asentamientos alrededor de la capital colombiana tienen un peso mayor en su metabolismo urbano. Otro factor a considerar es la escasez de espacio público en Guayaquil. Salvo el proyecto del parque Los Samanes; Guayaquil no ha contado con parque; sino solamente con plazas, mal llamadas “parques” por los guayaquileños. Sólo de esa forma se puede explicar que una ciudad cuente con tales índices de densidad, y que -simultáneamente- tenga un volumen constructivo que no supera los dos pisos de altura.

La homogeneidad en la distribución de los habitantes contrasta con la homogeneidad de las tipologías constructivas implementadas en la ciudad. El tipo de construcción Existen dos variables que es un factor determinante para


poder definir los recursos económicos de los habitantes; y por ende, su estatus dentro de la sociedad. Las fotos aéreas de Guayaquil revelan una disparidad económica dramática. La caña y el bloque artesanal ocupan la sábana urbana de manera abrumadora; mientras que las construcciones programadas con soporte profesional tienen apenas un rol minoritario. Sería interesante poder estimar la relación de costos constructivos, entre la sumatoria de las construcciones informales, versus las formales. Me atrevo a intuir que los números inclinarían la balanza a favor de lo formal. Lo que menos espacio ocupa en la ciudad, cuesta más. Tal dato nos lleva a analizar los orígenes de los asentamientos que componen la ciudad. Resulta evidente que el crecimiento planificado ha sido mínimo en Guayaquil. La ciudad ha crecido de manera orgánica. Salvo muy, muy excepcionales excepciones, los planificadores urbanos que se

han ocupado el cabildo porteño no han demostrado ni la capacidad ni el interés de establecer las pautas para el crecimiento de la urbe. Eso ha dado la oportunidad para que los comerciantes de tie rras jueguen un papel más re levante en momento de trazar calles y definir polos de crecimiento habitacional. Todo lo expuesto demuestra que Guayaquil está terminando su pubertad como ciudad. Hemos tenido que vivir deficiencias que son parte del crecimiento urbano; pero tales deficiencias deben ser saneadas a la brevedad posible. El problema que vivimos los guayaquileños es la poca ambición de nuestros políticos locales. Sin embargo, considero que las condiciones de Guayaquil no están tan calamitosas como podrían estarlo. Ya es hora que se reconsidere a nuestra ciudad como algo más que un medio político para perpetuarse en el poder. Guayaquil es mucho más algo

más que una parcela política, un ring entre caudillos, o una tramoya para turistas. Mantengo mi optimismo sobre el futuro guayaquileño. Tal optimismo no se sustenta en nuestros candidatos o planificadores. Es la ciudadanía en general la que comienza a adquirir conciencia de las di ferencias existentes, entre el espacio que habitamos y el espacio que deseamos habitar. El futuro de Guayaquil brilla, a pesar de las deficiencias de sus planificadores, y a pesar de las miopías de sus políticos. Seremos los guayaquileños todos, los encargados de transformar nuestra ciudad en una mancha urbana compuesta de espacios justos, auténticos e inigualables.

Por: John Dunn



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