azotea ganbara
Querer es poder ¿queremos? Si echamos un vistazo general al mundo en el que vivimos vemos que está hecho un auténtico desastre. Ciertamente sólo nos hace falta ver las noticias o leer el periódico para darnos cuenta de la gravedad del asunto. Todos los días nos hacemos eco de historias y situaciones realmente oscuras como los millones de personas que hay en el mundo muriéndose de hambre, personas sometidas a situaciones de esclavitud, miseria, maltrato físico y psicológico, drogodependencia, enfermedad, xenofobia, violencia, prostitución, mafias y discriminación. Personas en paro sin posibilidad de trabajar, familias desestructuradas, índices elevados de fracaso escolar y un sinfín de situaciones más que podríamos citar. Todo esto es cierto, existe y lo sabemos, pero no nos podemos quedar solamente con esta visión de la realidad porque no sería del todo acertado. Hay un montón de gente comprometida con este mundo, y sobre todo con las personas que vivimos en él, que dedica, parte, sino toda, su vida a intentar transformar esta realidad y construir un mundo más justo para todas y todos. Egunero jasotzen ditugu istorio eta egoera ilun-ilunak. Mundu honekiko konpromisoa hartuta dagoen jende ugari dago, batez ere bertan bizi garen pertsonokin, eta euren bizitzaren zati bat baino bizitza osoa ematen dute errealitate hau eraldatzen saiatzen eta bidezkoagoa den mundu berri bat eraikitzen guztiontzat. Etsipenak eta desilusioak ez digute irabazi behar, utopian sinesten jarraitu behar dugu; izan ere, gonbidatzen eta bultzatzen gaitu mundu bidezkoago baten alde lan egiten jarraitzera. Bidegabekeria ohikoa den mundu batean bizitzera etsi behar al dugu? Egoera horretara egokitu behar al gara? Hori al da hurrengo belaunaldientzat nahi dugun etorkizuna? Kontua da helburutzat hartzea eta inguratzen gaituen errealitatera begiak zabaltzea. Orain guri dagokigu Jesusek hasitako lanarekin jarraitzea, hau da, mundu honetan utopia kristaua eraikitzea, Jainkoaren Erreinua. Nahi badugu, ahal izango dugu!
Con este panorama cambiar las cosas no es nada sencillo porque sabemos que el esfuerzo que hay que realizar es muy grande y no tenemos muy claro qué frutos vamos a recoger de ello. No nos tenemos que dejar vencer por el desánimo y la desilusión sino que tenemos que seguir creyendo en la utopía, ya que nos invita y empuja a seguir trabajando por un mundo más justo. De todo esto y mucho más vamos a charlar en Solasean 2011, el viernes 25 de febrero, a las 20h. en el Centro Cívico Hegoalde, bajo el título: “Este mundo no tiene arreglo, ¿o sí?” ¿Tenemos que resignarnos a vivir en un mundo en el que la injusticia está al orden del día? ¿Tenemos que acostumbrarnos a esta situación? ¿Es el futuro que queremos para las próximas generaciones? Y yo, ¿estoy contribuyendo a que el mundo sea injusto, o bien tengo una actitud crítica ante la realidad y denuncio las injusticias? Los jóvenes de hoy en día ¿podemos hacer algo por transformar este panorama? Estoy convencida de que sí. En primer lugar, podemos empezar con una transformación personal, reflexionando y auto valorando nuestra forma de pensar y actuar. En segundo lugar podemos transformar la realidad que nos rodea, sensibilizando sobre distintas problemáticas a las personas que nos rodean, familia, amigos, compañeros de clase o trabajo, podemos dar nuestra opinión y testimonio de las realidades difíciles que conocemos más de cerca. En esta lucha no estamos solos, hay mucha gente organizada en diferentes colectivos que se preocupan por los últimos y que trabajan voluntariamente por cambiar el mundo. Estoy segura de que podemos hacer mucho más de lo que hacemos y si uniésemos fuerzas todavía mucho más. Todo es cuestión de que nos lo propongamos y de que abramos los ojos a la realidad que nos rodea. Nosotros los cristianos tenemos en Jesús un gran ejemplo a seguir. Jesús se preocupaba por las personas a las que nadie tenía en cuenta, desafió las normas que en aquella época tenían instauradas, denunciaba las injusticias que veía y daba ejemplo a su gente con su palabra y su forma de vivir y actuar. Ahora nos toca a nosotros continuar con la tarea que Jesús empezó y que es construir la utopía cristiana en este mundo, el Reino de Dios, con palabras y hechos que están en nuestras manos. ¡Si queremos, podemos! Ainara López Coordinadora Diocesana PJ
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