azotea ganbara
Pintemos el mundo de otro color Una oportunidad que está en nuestras manos Este curso que estamos a punto de terminar ha venido, inevitablemente, marcado por el contexto social que estamos viviendo: LA CRISIS. Estamos empachados de tanta crisis, desempleo, desahucios, recortes, subidas de impuestos, etc. No podemos obviar a todas las personas que, de alguna u otra manera, están sufriendo las consecuencias de este desastre. Por ello en esta editorial de Gazteen Berriak queremos arrojar un poco de luz en este tiempo de tinieblas. Es hora de que nos pongamos las pilas y nos planteemos qué podemos hacer cada una y cada uno de nosotros para construir una sociedad diferente y así evitar el volver a pasar por esto. Toda crisis es una oportunidad para cambiar aquello que no funciona; tiempo de análisis, personal y colectivo, porque no podemos echar balones fuera siempre, todos somos responsables, en mayor o menor medida, de lo que estamos viviendo actualmente y todas y todos tenemos la capacidad de reflexionar sobre qué actitudes nos han llevado a sufrir esta situación. En definitiva es tiempo de cambio, real y profundo, para construir algo nuevo, diferente, donde todas y todos tengamos las mismas posibilidades y oportunidades. Vale ya de compadecernos de nosotros y nosotras mismas, y pongámonos el traje de faena. El sector joven está siendo el más castigado y golpeado por este momento de crisis. Es muy duro aceptar que somos una de las generaciones más preparadas pero con un índice de empleabilidad casi inexistente, el desempleo es altísimo entre los jóvenes y tenemos que asumir que vamos a vivir peor que nuestros padres. A pesar de todo esto, nosotros los jóvenes tenemos la clave del cambio. El movimiento social que se ha creado en el entorno joven es esperanzador y además, aunque parezca paradójico, la solidaridad ha crecido notablemente en este tiempo de crisis.
Desde la Delegación Diocesana de Pastoral con Jóvenes tenemos muy presente todo lo que los jóvenes están viviendo hoy en día y creemos que estar cerca de los que peor lo están pasando es algo que, hoy más que nunca, tenemos que impulsar. Por ello estamos en plena preparación de la Colonia Urbana Berakah en la que participarán muchos jóvenes voluntarios. En breve editaremos un nuevo díptico de “Gertu: Un corazón que ve” con información actualizada de lugares en los que poder ayudar a los demás y no nos podemos olvidar de las propuestas de verano que los diferentes colectivos diocesanos y de otras diócesis ofrecen a los jóvenes: campamentos, campos de trabajo, formación, talleres… Etorkizuna gure eskuetan dago, lan egiten hasiko gara? Ainara López Coordinadora Diocesana PJ
1