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Santiago, una realidad que no podemos ignorar, Lander Bergés
from GEHITU MAGAZINE 113
by gehitu
SANTIAGO, UNA REALIDAD QUE NO PODEMOS IGNORAR.
Santiago está en la cuarentena, es un hombre roto que busca en el sexo, las drogas y la fiesta que alguien le quiera. Santiago, según la OMS, sería un candidato perfecto para pillar la viruela del mono, y tiene una hija. Laila, la hija, está harta de su padre y está pensando en emanciparse. Todo esto en un tórrido verano en una Argentina llena de piletas, fiestas y éxtasis. Ámame de Leonardo Brzezicki es el relato de Santiago, de los Santiagos que cada fin de semana buscan que los quieran, aunque sea por cinco minutos, en cualquier chill de Madrid, Buenos Aires o Burdeos. Santiago es el retrato de un sector del mundo gay que se ha acostumbrado a que la vida es una fiesta sin fin, un aquí y ahora. Un sector que a la mañana siguiente se despierta sólo en una casa que no conoce y que se niega a aceptar que la vida de verdad es lo que te sucede en las resacas del día después. Es un retrato sin concesiones a un hombre que se niega a madurar, a asumir las consecuencias de los errores que ha cometido y que cuando estas le empiezan a alcanzar, se pone una raya y aprieta el acelerador para dejarlas atrás. Pero el coche tarde o temprano se va a quedar sin gasolina. ¿Y qué va suceder entonces? Claro que no todos los gais son como Santiago, pero Ámame nos enfrenta a una realidad que no podemos ignorar. La de una generación que ha madurado en una WEParty o La Demence y que a los cuarenta siguen siendo personas que emocionalmente sólo han aprendido a relacionarse a través de la noche, la festa y el chemsex. El chemsex como sustituto del amor. Porque la fiesta significa que por unas horas todos quieren tu cuerpo, todos quieren tus besos todos te quieren a ti. Pero bajo la superficie descubrimos que tenemos una discapacidad relacional. Carecemos de las herramientas necesarias para enfrentarnos a la vida cotidiana. Y es una bofetada para todos nosotros que nos despierta, que nos grita “¡Niño perdido ya no estás en nunca jamás!”
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