Medio Ambiente Y Desarrollo: Los desplazados en AmÊrica Latina Florencia Chiffel Valdez – Clara Dalmasso
AI 003/2013 01 de julio de 2013
Resumen
Los desplazados por causas ambientales son un fenómeno migratorio que genera, en la actualidad, grandes preocupaciones a nivel mundial. Esto es cada vez más visible en Latinoamérica, como consecuencia del deterioro de los suelos, sequías e inundaciones que provoca el modelo extractivo de los recursos naturales enfocado en la megaminería y el uso intensivo del suelo. Éste no contempla al Medio Ambiente como un sistema vital para la supervivencia humana, sino que lo ve como una mercancía más a ser apropiada y explotada. Este sistema hegemónico ha invisibilizado por décadas a otros sistemas de producción y relacionamiento con la naturaleza, pero están resurgiendo hoy en Latinoamérica voces que lo cuestionan, apoyadas en las formas de vida ancestrales. A lo largo del continente se plantea un nuevo –viejoparadigma,
comunitario,
sustentado
en
nuevas
formas
de
relacionamiento entre sí, y con la naturaleza: el “buen vivir”, que representa una cosmovisión diferente a la actual, el vivir en plenitud y armonía con la naturaleza. En este trabajo, nos proponemos ahondar en la problemática que generan los modelos de producción actuales, y los desplazamientos de personas –internos e internacionales- que como consecuencia se dan. Proponemos ver también, como forma superadora del actual relacionamiento con la naturaleza, las ideas del paradigma del “buen vivir” que plantean los Pueblos Originarios.
2
Medio Ambiente y Desarrollo: Los desplazados en América Latina Florencia Chifel Valdez - Clara Dalmasso
1
Introducción En estos tiempos nos encontramos frente a una crisis ambiental sin precedentes, en la que las lógicas de apropiación de los recursos naturales están generando cuestionamientos a las estructuras sociales y políticas existentes, e interpelando directamente a la relación hombrenaturaleza. La minería a cielo abierto, la privatización de tierras, la construcción de represas, la implementación de la agricultura industrial, como el monocultivo de soja, la explotación hidrocarburífera, los proyectos previstos por la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) en materia de transporte, energía y comunicaciones, y los biocombustibles (etanol y biodiesel), son ejemplos claros de las numerosas actividades que conforman este modelo extractivo vigente en Latinoamérica y que implican enormes cambios y transformaciones que destruyen por completo economías, condiciones y estilos de vida de pueblos enteros. Este paradigma no contempla al Medio Ambiente como un sistema vital para la supervivencia humana, sino que lo ve como una mercancía más a ser apropiada y explotada. Una consecuencia directa de esto son los desplazados por cuestiones ambientales y de desarrollo que son, en la actualidad, un fenómeno migratorio que genera grandes preocupaciones a nivel mundial y se hace cada vez más visible en la región. Este sistema hegemónico ha invisibilizado por décadas a otros sistemas de producción y relacionamiento con la naturaleza, pero están resurgiendo hoy en Latinoamérica voces que lo cuestionan, apoyadas en formas de vida ancestrales. A lo largo del continente se plantea un nuevo –viejoparadigma comunitario, sustentado en nuevas formas de relacionamiento entre sí, y con la naturaleza: el “buen vivir”, que representa una cosmovisión diferente a la actual, el vivir en plenitud y armonía con la naturaleza.
1
Florencia Chiffel Valdez (25 años), Maestranda en Gestión Política de la Universidad Católica de Córdoba, Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Córdoba. Clara Dalmasso (25 años), Becaria doctoral tipo I CONICET, Maestranda en Gestión Política de la Universidad Católica de Córdoba, Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Córdoba.
3
En este trabajo, nos proponemos ahondar en la problemática que generan los modelos de producción actuales y los desplazamientos de personas –internos e internacionales- que como consecuencia se dan. Proponemos ver también, como forma superadora del actual relacionamiento con la naturaleza, las ideas del paradigma del “buen vivir” que plantean los Pueblos Originarios.
Extractivismo y Desarrollo Nos encontramos hoy frente a una crisis ambiental jamás vista, en la que las lógicas de apropiación de los recursos naturales están cuestionando a las formas de relacionamiento del hombre con la naturaleza, e interpelando a las estructuras políticas y sociales existentes. Como bien dice Alimonda: Estamos ante una a persistente colonialidad que afecta a la naturaleza latinoamericana. La misma, tanto como realidad biofísica (su flora, su fauna, sus habitantes humanos, la biodiversidad de sus ecosistemas) como su configuración territorial (la dinámica sociocultural que articula significativamente esos ecosistemas y paisajes) aparece ante el pensamiento hegemónico global y ante las elites dominantes de la región como un espacio subalterno, que puede ser explotado, arrasado, reconfigurado, según las necesidades de los regímenes de acumulación vigentes.2
Esta situación, sin embargo, no es nueva, sino que a lo a lo largo de siglos, ecosistemas enteros fueron arrasados por la implantación de distintos modelos de producción y organización social. En efecto, la relación actual que se propone con la naturaleza responde a una lógica de apropiación con el consecuente establecimiento de determinadas relaciones de poder y que, según Alimonda, “se trata de una matriz de relaciones de poder social, que está vigente en América Latina desde el período colonial, y que tuvo como predicado central el acceso a la tierra y otros recursos naturales y su control”3. A lo largo y ancho de la región, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos han implementado y aplicado esta lógica en sus modelos de producción y organización social promoviendo políticas que alientan y profundizan la instalación de este sistema colonial. Este modelo, extractivista de los recursos, responde a una nueva división internacional del trabajo, basada en la utilización y explotación intensiva de recursos no renovables, sin tener presente las consecuencias sociales y ambientales que éste genera, y que tiene como resultado un 2
ALIMONDA, Hector, La naturaleza colonizada. Ecologia política y mineria en América Latina, 1º edición, Buenos Aires, Editorial Clacso, 2011, pág. 22. 3 Ibidem, pág. 44.
4
proceso de re-primarización de la economía, “afectando a países no sólo como Bolivia, Ecuador o Perú, que cuentan con una fuerte tradición extractivista, sino incluso a aquellos países con patrones económicos más diversificados, como Brasil y Argentina”4. Como asegura Svampa: El extractivismo resultante no es un destino, es una opción política y también civilizatoria, asumida por los diferentes gobiernos, que va reconfigurando negativamente nuestros territorios y economías y genera una nueva dependencia: cada vez exportamos más materias primas, lo cual aparece reflejado en la concentración económica, en la especialización productiva, así como en la consolidación de enclaves de exportación, rasgos que históricamente fueron criticados tanto por el desarrollismo como el marxismo.
5
De esta forma, el extractivismo imperante en la región responde a una etapa del capitalismo de acumulación por desposesión, en términos de Harvey6, que se ancla en la sobreexplotación de recursos. La acumulación por desposesión es una fase dentro de la actual dinámica del capital que, según Svampa, “ha producido nuevos giros y desplazamientos, colocando en el centro de disputa la cuestión del territorio y el medio-ambiente (…) y que es, en definitiva, un modelo que se asienta sobre la expropiación económica, la destrucción de territorios y la depredación ambiental”7. Tal racionalidad económica se ha convertido en el modelo de desarrollo vigente y deseable en la mayoría de los países latinoamericanos donde los beneficios económicos provienen de la explotación de los recursos naturales y se derraman en la sociedad trayendo “progreso” y mayor “bienestar” en la población. De esta manera, queda ligada la idea de desarrollo con el modelo extractivo de los bienes comunes, asociación funcional para justificar, promover y profundizar actividades extractivas en su nombre. La idea de desarrollo fue utilizada inicialmente para movilizar a los pueblos de la periferia y llevarlos a aceptar enormes sacrificios para legitimar la destrucción de formas de cultura arcaicas, para explicar y hacer comprender la necesidad de destruir el medio físico, para justificar formas de dependencia que refuerzan el carácter predatorio del sistema productivo8.
4
SVAMPA, Maristella. Extractivismo neodesarrollista y movimientos sociales: ¿un giro eco-territorial hacia nuevas alternativas?, Encuentro en Quito, Marzo 2011, pág.2. [obra inédita] 5 Ibidem, pág. 1. 6 HARVEY, David, “El nuevo imperialismo: acumulación por desposesión”, Socialist Register, 2004. 7 SVAMPA, Maristella. “Modelos de desarrollo, cuestión ambiental y giro eco-territorial”, en ALIMONDA, Héctor , op. cit., pág. 184. 8 GUDYNAS, Eduardo, “ Debates sobre el desarrollo y alternativas en América Latina. Una breve guia heterodoxa”, en Más allá del desarrollo, Quito, Editorial Fundación Rosa Luxermburgo, 2011, Pág. 21.
5
Luego de la Segunda Guerra Mundial se conoció y se expandió por el mundo la idea y la concepción convencional del desarrollo que tuvo sus raíces teóricas en la disciplina económica. A partir de ese momento, se realizó la división de los países en desarrollados y subdesarrollados, siendo el camino del desarrollo el único capaz de superar y solucionar la pobreza y aumentar la riqueza, para que lo segundos sean como los primeros. La mayoría de los intelectuales que estudian el nacimiento de la idea del desarrollo citan el discurso del presidente Harry Truman del 20 de enero de 1949 como fecha de implantación de esa ideamodelo. Desde sus comienzos, la concepción de desarrollo estuvo ligada a la idea del crecimiento económico y por lo tanto, el bienestar humano y la pobreza se resolverían principalmente esa vía para logar la riqueza y el progreso de cada nación. Tal visión adquiere además una connotación de proceso de lineal, por etapas, donde se requiere la apropiación de recursos naturales guiada por principios como la eficiencia y la rentabilidad económica. La concepción de desarrollo ha ido cambiando a lo largo del tiempo, reacomodándose a las críticas, adecuándose a los nuevos contextos, sin embargo su base ideológica parece seguir siendo la misma. En este sentido, para Gudynas, el extractivismo actual es la más reciente expresión de una nueva versión desarrollista que sirve para mantener vivo ese sueño9. Según Escobar, “por casi cincuenta años, en América Latina, Asia y África se ha predicado un peculiar evangelio con un fervor intenso: el “desarrollo”.10 Éste también coincide con que los grandes autores de esta idea fueron Estados Unidos y Europa luego de la Segunda Guerra Mundial, pero le agrega el hecho de que fue sumamente aceptado y mejorado por las elites y gobernantes del Tercer Mundo. El autor asegura que desde su inicio el modelo de desarrollo “contenía una propuesta históricamente inusitada desde un punto de vista antropológico: la transformación total de las culturas y formaciones sociales de tres continentes de acuerdo con los dictados de las del llamado Primer Mundo.11 De la mano de la “planificación” y adoptando los países subdesarrollados las directrices económicas y racionales, los mismos se igualarían a los países considerados avanzados. Para Lander, también el discurso histórico del desarrollo tiene como base una concepción antropocéntrica cuya construcción se sitúa en un contexto histórico-cultural determinado, que ubica al resto de las culturas y sociedades en etapas anteriores e inferiores, colocándose a sí
9
Ibidem, pág. 40. ESCOBAR, Arturo, La invención del tercer mundo:construcción y deconstrucción del desarrollo, 1º edición, Venezuela, Editorial Fundación el perro y la rana, 2007, pág. 11. 11 Ibidem, pág. 11. 10
6
misma como superior y normal. Y que sumado a ello, representa una forma de organización y de ser de la sociedad que se transforma, mediante el dispositivo colonizador del saber, en la forma “normal” del ser humano y de la sociedad. Las otras formas de ser, de organización y del saber de la sociedad, son transformadas en “(…) diferentes, sino en carentes, en arcaicas, primitivas, tradicionales, premodernas. Son ubicadas en un momento anterior del desarrollo histórico de la humanidad lo cual, dentro del imaginario del progreso, enfatiza su inferioridad12”. De esta forma, y a través del recorrido por diversos autores, queda clara la idea de que el desarrollo fue una de las claves para la reconstrucción del orden internacional tras la segunda guerra mundial y que su procedencia intelectual-ideológica resulta evidente. Esta construcción de la idea de desarrollo ha sido internalizada, aplicada y reproducida en América Latina. Actualmente, sigue vigente y está siendo reactivada bajo la aplicación del modelo extractivista, en la que actúa de manera funcional para implantarlo, promoverlo y justificarlo. Queda evidente también el tipo y el sentido de desarrollo que traen consigo tales actividades para las poblaciones y sociedades enteras, que por supuesto, no es desarrollo. “Y sin embargo, de la tan anhelada transformación, parece que el desarrollo solo hubiera logrado multiplicar al infinito los problemas socioeconómicos de Asia, África y América Latina”13.
Los nuevos migrantes climáticos: las consecuencias del desarrollo El desarrollo como paradigma y el extractivismo como modelo económico generan innumerables consecuencias para aquellos pueblos y comunidades que no pueden, o no quieren, estar dentro del sistema y que son obligadas a desplazarse para poder sobrevivir. “(…) las migraciones son en realidad propias de la sociedad capitalista, al punto de reconocerse que no hay capitalismo sin migraciones”14. Las personas pueden, por un lado, desplazarse por motivos voluntarios cuando en sus lugares de origen no encuentran la satisfacción económica o social que buscan, emigrando entonces con el objetivo de alcanzar, por ejemplo, mejores condiciones de empleo, estudios, mejor calidad de vida o simplemente para reunificar a su familia. En este tipo de migrantes voluntarios, lo que prima en su decisión de partir son las condiciones que el lugar de destino puede ofrecer, los factores de atracción que menciona
12
LANDER, Edgardo, La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales, 1 edición, Buenos Aires, Editorial Clacso, 2000, pág. 24. 13 ESCOBAR, Arturo, op. cit., pág. 11. 14 GARCÍA, Lila, “Libertad y seguridades nacionales en tiempo real: de la regulación de las migraciones al control total”, Caminos de Libertad, México, s/n.
7
Susana Adamo15. Por el otro lado, existen aquellos migrantes involuntarios o forzados para los cuales la decisión de migrar es, a fin de cuentas, la decisión de sobrevivir. Para ellos, los factores de expulsión del lugar de origen son los que cuentan y pesan en la decisión16, la cual puede ser a veces repentina e irremediable como cuando se sucede una catástrofe natural o estalla un conflicto armado. Uno de los tipos de desplazamiento forzado del lugar de origen está influido, según Paulina Acevedo Menanteau17, por el proceso de globalización y los modelos productivos y de desarrollo que los Estados llevan adelante y que conducen a la explotación intensiva de los recursos naturales, con la consecuente degradación ambiental que éstos generan.
Los
18
megaproyectos de infraestructura amenazan con la sustentabilidad del hábitat en el que se realizan y además, “(…) el cambio climático constituye el principal desafío que debemos enfrentar este siglo XXI, existiendo cada vez más evidencia científica sobre sus nocivos efectos y daños irreversibles”19. Varios autores acuerdan con esta postura, y sostienen que son cada vez más preocupantes los efectos del avance de la economía sobre el medio ambiente para la movilidad humana. Para Appleyard20, los desastres naturales y el deterioro ecológico son motivos básicos para migrar, junto con la búsqueda de mejores oportunidades económicas y sociales, guerras civiles o persecuciones. Oli Browne21 también afirma que para el 2050 el cambio climático será la causa del desplazamiento de una persona cada 45 en el mundo. América Latina, por ejemplo, sólo es responsable del 5% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, que es el principal generador del calentamiento global, pero es una de las regiones más vulnerables a los efectos del cambio climático, y ya sufre consecuencias tales como sequías, inundaciones, plagas, derretimiento de los glaciares, etc22. Castles23 distingue varias categorías de personas dentro de migrantes forzados para las cuáles la protección internacional es difusa o nula. Existen los desplazados por el desarrollo, 15
ADAMO, SUSANA, “Emigración y ambiente: apuntes iniciales sobre un tema complejo”, Papeles de Población, nº 29, México, 2001, 143-159. 16 Ibidem. 17 ACEVEDO MENANTEAU, Paulina, Chile, Observatorio Ciudadano. Desplazados ambientales, globalización y Cambio Climático: una mirada desde los Derechos Humanos y los Pueblos, Diciembre, 2011. 18 De acuerdo al Banco Mundial, cerca de 10 millones de personas anualmente resultan desplazadas y/o reasentadas debido a grandes proyectos de infraestructuras. En Castles, S. (2003). La política internacional de la migración forzada. Migración y desarrollo nº 1. 19 ACEVEDO MENANTEAU, Paulina, op.cit., pág. 3. 20 APPLEYARD, Reginald, The Impact of International Migration on Developing Countries, 1edición, Francia, OECD, 1989. 21 BROWNE, Oli, “Migración y cambio climático”, Serie de Estudios sobre la Migración de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), N°31, página 12. 22 ACEVEDO MENANTEAU, Paulina, op.cit., pág. 13. 23 CASTLES, Stephen, “La política internacional de la migración forzada”, Migración y Desarrollo, nº 1, México, Octubre de 2003, 1-28.
8
que son aquellos que deben emigrar a causa de megaproyectos de infraestructura como represas, carreteras y viviendas y que desplazan, según el Banco Mundial24, a alrededor de 10 millones de personas anualmente. (…) las presas con frecuencia se construyen en áreas remotas habitadas por pueblos indígenas o minorías étnicas. Es usual que tales grupos practiquen formas extensivas de agricultura y que tengan profundos vínculos con su tierra ancestral. El desplazamiento significa perder estos vínculos y ser forzados a adoptar una forma de vida completamente diferente25 .
La otra categoría que el autor enuncia dentro de las migraciones forzadas es aquella que engloba a los desplazados ambientales, quienes emigran a causa de los cambios ambientales, desastres naturales y desastres generados por el hombre26. Según la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja27 entre 2000 y 2009 en el mundo se sucedieron 7184 desastres naturales que afectaron a más de dos millones y medio de personas -además del millón que fallecieron- que debieron desplazarse de sus lugares de origen. Dos décadas atrás el concepto de desplazado ambiental no era un término utilizado, pero hoy, a partir de los fenómenos que se están sucediendo a nivel mundial, es un tema que se está volviendo cada vez más visible para los Estados, y para la Comunidad Internacional en su conjunto. El autor28 más reconocido en el tema previó que, para el año 2050, habrá hasta 200 millones de personas desplazadas por alteraciones en las lluvias, las subidas de los niveles del mar, inundaciones y sequías. Los migrantes climáticos se plantean como una forma distinta de vulnerabilidad social, cuyas causas se enmarcan en dinámicas económicas, geográficas y demográficas de largo plazo, que transforman el escenario de la vida cotidiana en un lugar de riesgo permanente. Y este riesgo se relaciona entonces directamente con las formas concretas de producir la naturaleza, modelos de producción industrial de bienes y servicios que tienen consecuencias negativas en el ambiente, y en la sociedad. El concepto que se encuentra en debate en la actualidad para agrupar a estos movimientos humanos es el de refugiados ambientales, acuñado por primera vez por Essam El- Hinnawi en
24
Ibidem. Ibidem, pág. 6. 26 Ibidem, pág. 7. 27 Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Informe Mundial Sobre Desastres, 2010. 28 MYERS, Norman, “Enviromental Refuges: a growing phenomenon of the 21st century”, Philosophical Transactions of the Royal Society of London, n° 1420, Londres, 2002, pág 1. 25
9
un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 1985, en el que se definen como: (…) aquellos individuos que se han visto forzados a dejar su hábitat tradicional, de forma temporal o permanente, debido a un marcado trastorno ambiental, ya sea a causa de peligros naturales y/o provocado por la actividad humana, como accidentes industriales o que han provocado su desplazamiento permanente por grandes proyectos económicos de desarrollo, o que se han visto obligados a emigrar por el mal procesamiento y depósito de residuos tóxicos, poniendo en peligro su existencia y/o afectando seriamente su calidad de vida29.
La OIM planteó en el año 2007 la existencia de un migrante forzoso por motivos ambientales, entendiendo por ello “(…) a las personas o grupos de personas que por culpa de cambios medioambientales ineludibles, súbitos o progresivos, que afectan de forma negativa sus vidas o sus condiciones de vida, se ven obligadas a dejar sus hogares habituales, o deciden hacerlo voluntariamente”30. Por ende, los migrantes influidos por el desarrollo y los cambios ambientales que éste genera son hoy un fenómeno reconocido a nivel mundial, y existen probados estudios que dan cuenta de la relación que existe entre las formas de acercamiento con la naturaleza y las lógicas extractivas, y las consecuencias en los desplazamientos masivos y forzados de personas en el mundo -y en aumento constante en Latinoamérica-. El deterioro de los suelos, el cambio climático que provoca sequías e inundaciones y las catástrofes naturales derivadas de éste, son pruebas de que los modelos productivos actuales están destrozando el medio ambiente, y que otras alternativas al desarrollo son posibles y deseables, o hasta incluso indispensables.
El Buen Vivir, una nueva-vieja alternativa: reflexiones finales para el debate El discurso del desarrollo en sus múltiples manifestaciones, cuando se aproxima y busca absorber a culturas o pueblos que no viven en la modernidad como paradigma económico y social, choca con un modelo de relacionamiento hombre-naturaleza totalmente distinto. Los pueblos originarios de la región andina han propuesto un concepto político que cuestiona al ordenamiento político-social y económico existente: el Estado Plurinacional, y junto con él, un concepto para abordar esta relación con la naturaleza desde sus concepciones ancestrales: el “sumak kawsay”: “buen vivir”. Esta concepción tiene como base la idea de acción y esencia
29
Ibidem, pág. 3. PÉREZ GARCÍA, Yulianela, El debate sobre las migraciones internacionales como consecuencia del cambio climático, editorial CEMI, La Habana, 2011, [obra inédita] pág. 6. 30
10
comunitaria, que es compartida por diversas naciones indígenas originarias de Latinoamérica, más allá de que posean diferentes formas de expresión cultural y social. En el paradigma de la cultura de la vida emerge de la visión de que todo está unido e integrado, y que existe una interdependencia entre todo y entre todos. Este paradigma indígena-originario- comunitario emerge como una respuesta sustentada por la expresión natural de la vida ante lo antinatural de la expresión moderna de visión individual; entonces es una respuesta no solamente para viabilizar la resolución de problemas sociales internos, sino esencialmente para resolver problemas globales de vida31.
El cambio climático es un fenómeno –consecuencia directa de la acción humana- que para estos pueblos socava la base misma de su existencia: la naturaleza. Basados en informes de Naciones Unidas e informes propios32, los pueblos andinos han resaltado las diferentes formas en las que la depredación de la naturaleza los está afectando directamente33: aumento de la temperatura desde 1906-2005, y específicamente en América Latina de 1 ºC, lo que provoca una desestabilización que afecta a las condiciones climáticas necesarias para la producción de varios cultivos; las concesiones para la explotación minera se otorgan en territorios habitados o de uso para la agricultura y pastoreo de estas comunidades los que los obliga a emigrar; la región andina concentra el 95% de los glaciares tropicales del mundo, y el 71% de ellos están en Perú, el 22% en Bolivia, el 4% en Ecuador y el 3% en Colombia, y en todos se observa un franco retroceso con las consecuencias devastadoras que esto genera para las poblaciones. Frente a estos problemas proponen entonces al paradigma comunitario del buen vivir. La traducción de los términos suma qamaña (aymara) o sumak kawsay (quechua) es vivir bien, o más acertadamente, vivir en plenitud34. "Vivir bien es la vida en plenitud. Saber vivir en armonía y equilibrio; en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia en permanente respeto"35. Estos pueblos oponen el término vivir bien al de vivir mejor que propone la modernidad. El paradigma moderno propone que vivir mejor es ganar más dinero y ser más exitoso, provocando una competencia individuo-individuo que incita al consumismo, a la acumulación material y a la competencia desmedida, “(…) para que algunos puedan vivir mejor millones y
31
HUANACUNI, Fernando, “Paradigma occidental y paradigma indígena originario”, América Latina en Movimiento, n° 452, Febrero de 2010, pág. 20. 32 Ibidem. 33 Ibidem. 34 CAOI, Buen Vivir / Vivir Bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas, 1 edición, Lima, CAOI, 2010, pág. 13. 35 Ibidem, pág. 49.
11
millones tienen y han tenido que vivir mal. Es la contradicción capitalista”36.Los principios en los que reposan sus concepciones ancestrales son los siguientes37: relacionalidad (el hombre, la sociedad y la naturaleza constituyen un punto de convergencia de múltiples relaciones y significados cruzados y todo lo que ocurre en cada uno de estos ámbitos hombre-sociedadnaturaleza repercutirá en el resto); complementariedad (nada existe separado sino coexiste con su complemento específico); dualidad (todo tiene su pareja y es el modo natural y único de existir); reciprocidad (todo lo que haga un ser humano, sea bueno o malo, con respecto a otro o a la comunidad, será retribuido y correspondido por ellos). Basados en ellos, proponen que las políticas públicas sean entonces el reflejo de las prácticas de gestión territorial de los pueblos originarios. Un programa agrario, por ejemplo, debe tener en cuenta la dimensión espiritual de la Pachamama, en armonía con la naturaleza y con los demás hombres. Los Pueblos Originarios se han reunido en diversas oportunidades38 para plantear estas problemáticas, y para buscar soluciones en sus tradiciones y conocimientos ancestrales. Sus propuestas, todavía, no han sido escuchadas en los foros internacionales que tratan el tema del medio ambiente, y quizás por eso no se han logrado avances en la materia, solo efusivas declaraciones sin cambios o planes sustanciosos, ni mucho menos compromisos a largo plazo.
36
Ibidem, pág. 50. PALACIN QUISPE, Miguel, VITOR ARZÁPALO, Luis, AGUILAR ALVARADO, Norma, op.cit., pág. 15. 38 En el tema del cambio climático, tres reuniones indígenas han sido vitales: la Conferencia Internacionalv"Custodia de los Pueblos Indígenas a la Diversidad Cultural: los efectos de la deforestación y de las emisiones de gas en el Cambio Climático" (2008); la Cumbre Mundial de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático (2009); y la IV Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala (2009). 37
12
Bibliografía
ADAMO, SUSANA, “Emigración y ambiente: apuntes iniciales sobre un tema complejo”, Papeles de Población, n° 29, México, 2001, 143-159. ALIMONDA, Hector, La naturaleza colonizada. Ecologia política y mineria en América Latina, 1 edición, Buenos Aires, Editorial Clacso, 2011, 334 págs. APPLEYARD, Reginald, The Impact of International Migration on Developing Countries, 1edición, Francia, OECD, 1989. CAOI, Buen Vivir / Vivir Bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas, 1 edición, Lima, CAOI, 2010, 122 pags. CASTLES, Stephen, “La política internacional de la migración forzada”, Migración y Desarrollo, n° 1, México, Octubre de 2003, 1-28. ESCOBAR, Arturo, La invención del tercer mundo:construcción y deconstrucción del desarrollo, 1 edición, Venezuela, Editorial Fundación el perro y la rana, 2007, 381 págs. ESCOBAR, Arturo. “Una minga para el posdesarrrollo”, América Latina en Movimiento. Número 445, 2009, 26-30 págs. GARCÍA, Lila, “Libertad y seguridades nacionales en tiempo real: de la regulación de las migraciones al control total”, Caminos de Libertad, México, 220-256. GUDYNAS, Eduardo, “ Debates sobre el desarrollo y alternativas en América Latina. Una breve guia heterodoxa”, en Más allá del desarrollo, Quito, Editorial Fundación Rosa Luxermburgo, 2011, 323 págs. HARVEY, David, “El nuevo imperialismo: acumulación por desposesión”, Socialist Register, 2004, 99-129 págs. HUANACUNI, Fernando, “Paradigma occidental y paradigma indígena originario”, América Latina en Movimiento, n° 452, Febrero de 2010, 17-22. LANDER, Edgardo, La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales, 1 edición, Buenos Aires, Editorial Clacso, 2000, 247 págs. MYERS, Norman, “Enviromental Refuges: a growing phenomenon of the 21st century”, Philosophical Transactions of the Royal Society of London, n°1420, Londres, 2002, 13-609. PALACIN QUISPE, Miguel, VITOR ARZÁPALO, Luis, AGUILAR ALVARADO, Norma, Reciprocidad para el Buen Vivir. Los Pueblos indígenas andinos frente al cambio climático, s.f. PÉREZ GARCÍA, Yulianela, El debate sobre las migraciones internacionales como consecuencia del cambio climático, editorial CEMI, La Habana, 2011, [obra inédita] . SVAMPA, Maristella. Extractivismo neodesarrollista y movimientos sociales: ¿un giro eco-territorial hacia nuevas alternativas?, Encuentro en Quito, Marzo 2011. [obra inédita] SVAMPA, Maristella, “Modelos de desarrollo, cuestión ambiental y giro eco-territorial”, en ALIMONDA, Héctor , La naturaleza colonizada. Ecologia política y mineria en América Latina, 1 Edición, Buenos Aires, Editorial Clacso, 2011, 181- 217 págs.
13
Documentos Oficiales ACEVEDO MENANTEAU, Paulina, Chile, Observatorio Ciudadano. Desplazados ambientales, globalizaciรณn y Cambio Climรกtico: una mirada desde los Derechos Humanos y los Pueblos, Diciembre, 2011. BLACK, Richard, ACNUR, Enviromental Refugges: Myth or Reality?, Marzo de 2001. BROWN, Oli, OIM, Migraciรณn y Cambio Climรกtico, s.f. Federaciรณn Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Informe Mundial Sobre Desastres, 2010.
14