EL FLAMENCO CALVO
PARA MARCE
EL FLAMENCO CALVO
EL FLAMENCO CALVO PRIMERA EDICIÓN Marzo 2011 ©Amalia Low, 2011 ©Ediciones B Colombia S.A., 2011 Carrera 15 Nº 52A-33, Bogotá, Colombia www.edicionesb.com.co Editor general: Alfonso Carvajal Rueda Editora: Marcela Escovar Aparicio ISBN: Depósito legal: Impreso en Colombia por
Texto e ilustraciones de Amalia Low Ediciones B
Todos los flamencos estaban felices porque sus bebĂŠs acababan de nacer. Todos parecĂan bolitas de algodĂłn, con sus suaves plumas blancas. Todos menos uno: el flamenco calvo.
Poco a poco, las plumas blancas se fueron convirtiendo en hermosas plumas rosadas. Las plumas de todos, menos uno. -Tal vez mis plumas rosadas estĂŠn por salir -pensaba el flamenco calvo.
Los flamencos se volvieron adultos y todos aprendieron a volar. Todos, menos uno.
-No puedo volar, pero al menos puedo caminar. Todos los dĂas, mientras los demĂĄs volaban, el flamenco calvo se adentraba en la selva. En sus paseos admiraba las plantas y las flores e hizo muchos amigos.
Mirando sus peinados, el flamenco calvo tuvo una idea...
Con flores, ramas y hojas, se hizo un peinado especial. CorriĂł a mostrĂĄrselo a sus compaĂąeros flamencos.
-¡Qué ridículo! -dijeron ellos-. Eso no te ayudará a volar.
Pero cuando le mostrĂł la pinta a sus amigos de la selva, quedaron fascinados. -ÂĄNosotros tambiĂŠn queremos peinados especiales!
As铆, el flamenco calvo se conviriti贸 en peluquero profesional.
Un día, mientras recogían flores, el flamenco calvo y sus amigos oyeron a unos hombres hablando. -Vamos a cazar flamencos para el nuevo zoológico -dijo el bajito. -Sí, en la costa cercana hay toda una bandada. Atraparemos miles -dijo el alto.
Los pájaros y el flamenco calvo corrieron a avisarle a los compañeros. -No podemos volar -dijeron los flamencos desesperados-. El cielo está muy nublado y ya casi es de noche. ¡Estamos perdidos!
-Entonces síganme, los esconderé en la selva -dijo el flamenco calvo.
Cuando los cazadores llegaron, no encontraron ni un sólo flamenco. -Esta costa estaba llena de flamencos la semana pasada. ¿Qué habrá pasado? No quedan sino esas extrañas matas.
De repente, las matas se desprendieron del piso y empezaron a flotar hacia los cazadores que huyeron aterrorizados hacia su cami贸n. Se fueron a toda velocidad para no volver jam谩s.
A la luz de la luna, los monstruos, que en verdad eran los pรกjaros disfrazados, hicieron una gran fiesta.
-ยกViva el flamenco calvo!
Para agradecerle por salvarlos, los amigos le regalaron al flamenco calvo una hermosa silla de peluquero profesional. Desde entonces, todos los p谩jaros de la regi贸n son famosos por sus maravillosos y originales peinados.
FIN