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CARTIER
EL TIEMPO Y SUS TESTIMONIOS
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Cartier y Tank, dos palabras que caminan unidos desde hace más de un siglo. Si a eso le unimos el vocablo Must, simplemente se transforma en una experiencia excepcional.
TEXTO R. BALBONTÍN Arriba, los nuevos Tank Must ofrecen una esfera que prescinde de los números romanos y de la minutería tipo ferrocarril, al tiempo que prolonga el color de la esfera gracias a brazaletes realizados a juego. En este caso, con movimiento de cuarzo.
En la otra página, las sutiles líneas de Tank Louis Cartier; en caja de oro rosa y conun azul brillante –disponible también en rojo– que realza las líneas del reloj. Llaman también la atención los números romanos y la minutería de ferrocarril en color dorado.
EL TANK DE CARTIER es la personificación de la elegancia, pero es sobre todo un ejercicio de diseño atemporal que se adapta en todo momento a la demanda de las nuevas generaciones. Y eso que el primer Tank fue creado en 1917; entonces, Louis Cartier eligió la estética del rectángulo, y eso le llevó directamente a ser considerado un reloj de vanguardia, que rompía moldes. Lo hacía con las dos angarillas paralelas, y con esa silueta inspirada en la vista cenital de un tanque militar. Ahora, se reinventa en el Tank Must. Tank y Must no son solo dos leyendas de la creatividad Cartier, sino parte de su esencia como marca. Tank es la representación de la elegancia, de lo dandi y esencial; Must es la palabra que nació en el vocabulario Cartier en los años 70 y con la que se reinterpretan los códigos del lujo. El resultado del trabajo realizado por el estudio de creación Cartier se traduce en unos Tank Must que se declinan en tres diferentes tamaños y –con movimiento mecánico automático de manufactura o de cuarzo, atendiendo a su dimensión– y también con versiones monocromáticas en tres tonalidades que son parte del ADN de Cartier: rojo, azul y verde. Relojes realizados en acero que son arquetipo de minimalismo.
Otra de las líneas de trabajo de Cartier en esta renovación del Tank tiene por protagonista al modelo Louis Cartier, inspirado por aquel que en 1922 alargaba el diseño de su caja y proponiendo unas angarillas más estilizadas y con los ángulos de la caja suavizados. El Tank Louis Cartier actual cultiva esa elegancia atemporal de la colección a través de los colores. La elección del azul y el rojo no es aleatoria; son tonos cromáticos que se inscriben también de lleno en el ADN de Cartier. En el interior, la apuesta mecánica para ambos es el movimiento manufactura de cuerda manual 1917 MC. Cartier ha recuperado esos testimonios relojeros que dan fe de su estilo inconfundible, ese que sigue cautivando.
Junto a estas líneas, Tank Must en tamaño grande y en acero. La caja está engastada con 42 diamantes talla brillante (0,48 quilates). Otro signo distintivo es su corona engastada con un cabujón de espinela azul. Movimiento de cuarzo.
En la página siguiente, la propuesta del Tank Must de Cartier en tamaño extragrande y con armis de acero. En su interior, calibre automático 1847 MC con una autonomía de marcha de 40 horas.
Junto a estas líneas y debajo, detalles del engastado en asas y esfera del Day‑Date 36. Cuando surgió en 1956, fue el primer reloj de pulsera con calendario que, como complemento, indicaba el día de la semana con todas las letras a las 12 h.
PURA ORFEBRERÍA ROLEX
La manufactura ginebrina demuestra el dominio de la técnica artesanal del engastado con creaciones como las que protagonizan Day‑Date 36 y Lady‑Datejust.
TEXTO R. B.
EL BRILLO DEL DIAMANTE eleva más si cabe la perfección de estas dos creaciones; Rolex, como en todas las disciplinas que acompañan a la relojería, deja la muestra de su sabiduría sobre cada una de las superficies de los nuevos Day‑Date 36 y Lady‑Datejust. Del primero, se presentan tres modalidades preciosas, marcadas además por el colorido, en oro amarillo, oro blanco y oro Everose. Completamente engastada, la caja Oyster lleva 254 diamantes talla brillante en asas, flancos de la carrura y los cubre asas. El bisel está adornado con 52 diamantes, mientras en la esfera pavé se aglutinan 450 diamantes. En el apartado mecánico incorpora el calibre 3255, un movimiento manufactura presentado en 2015 e integrado en esta pieza en 2019. De cuerda automática, cuenta con certificado de Cronómetro Superlativo. Por lo que respecta al Oyster Perpetual Lady‑Datejust, ha sido engastado con 1.089 diamantes, que están repartidos entre la carrura, el bisel, la esfera y el brazalete President. Un aderezo que lo convierte simplemente en una joya excepcional. El Lady‑Datejust concentra todos los atributos del Datejust, uno de los emblemas de estilo Rolex desde su lanzamiento en 1945. Primera versión para mujeres de este cronómetro con calendario, el Lady‑Datejust, que vio por vez primera la luz en 1957, luce caja de 28 mm de diámetro que se adapta a la perfección a las muñecas más finas.
Junto a estas líneas, el brazalete President está adornado con 596 diamantes y equipado con un elegante cierre desplegable invisible Crownclasp con insertados de cerámica en el interior de sus eslabones. Debajo, detalle de la esfera con los números romanos en oro amarillo revestidos de negro.
COMPLICACIONES CON ESTILO PROPIO
Si algo define a Audemars Piguet es su personalidad, y esa también alcanza a las complicaciones relojeras. Estas novedades muestran algunos detalles esclarecedores.
TEXTO R. B.
El barrilete esqueletado del calibre de cuerda manual 2951 del Royal Oak Concept Tourbillon Volante es visible a las 11 horas, mientras el tourbillon rota a las 6 horas, pero ha sido aderezado con un engaste con gemas de talla brillante, algo inusual y que muestra el savoir‑ faire de Audemars Piguet... y no solo en mecánica relojera.
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ES UNA DE LAS REFERENCIAS EN COMPLICACIONES, y lo demuestra con propuestas que reflejan el espíritu que transmite Audemars Piguet. Es lo que ocurre con los seis nuevos modelos del Royal Oak Concept Tourbillon Volante, declinados en oro blanco o rosa. Relojería y joyería fusionan conocimientos para aportar un brillo especial gracias a un degradado de gemas y diamantes, donde se combinan técnicas tradicionales y diseño de vanguardia. Algo que también alcanza a la esfera, con sus brillantes pirámides facetadas con pavé de zafiros azules, diamantes o gemas color arcoíris, en un diseño que revela una parte del movimiento que late en su interior.
La llegada del Code 11.59 by Audemars Piguet ha sido importante para entender la evolución de la compañía; en el Tourbillon Esqueleto de 41 mm que ahora presenta queda patente con un movimiento que ofrece una gama de tonos grises alojado en una caja bicolor que entrelaza oro blanco y rosa y que permite destacar la geometría multifacetada que esta posee. Otros detalles importantes en la estética de esta creación son el bisel extraplano, las asas estilizadas y el fondo redondo.
Una complicación clásica, el calendario perpetuo, pero en un material actual como es el titanio. Eso es lo que se descubre en el Royal Oak Calendario Perpetuo elaborado en titanio de Grado 5. El nuevo diseño de la esfera reúne además un motivo ‘Grande Tapisserie’ azul con subesferas grises a contraste, en una estética bicolor que también muestra su perfil contemporáneo.
En 2016, Audemars Piguet presentaba en sociedad el mecanismo Supersonnerie, un avance en términos de sonoridad del repetición de minutos. Ahora se traduce en el Royal Oak Repetición de Minutos Supersonnerie de titanio, donde hay que atender a los gongs, la construcción de la caja y el regulador de la sonería. Los primeros no están unidos a la platina, sino a un nuevo dispositivo que actúa a modo de caja de resonancia, lo que mejora la transmisión del sonido y potencia su amplificación. El regulador de la sonería se ha rediseñado con un sistema de anclaje más flexible que absorbe y elimina ruidos.
Aunque el cronógrafo es una complicación común en la actualidad, Audemars Piguet lo convierte en otra muestra de su singularidad con el empleo de la técnica Frosted –empleada en joyería– para hacer realidad el Royal Oak Frosted Gold Cronógrafo Automático. Dos propuestas singulares que comparten un mismo calibre, el cronógrafo de última generación 4401.
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1. Code 11.59 by AP Tourbillon Esqueleto De cuerda manual multicapa, el calibre 2948 muestra platina y puentes esqueletados en color gris pizarra, en contraste con el volante del tourbillon declinado en oro rosa y con el barrilete y el tren de rodaje esqueleto en una tonalidad gris claro. 2. Royal Oak Rep. Minutos Supersonnerie Está equipado con un revolucionario calibre manual 2953, fabricado in-house y validado por tres patentes. Esta tecnología patentada es fruto de ocho años de investigación en colaboración con la EPFL (Escuela Politécnica Federal de Lausana), y la inspiración se halla en la potencia acústica de los relojes antiguos con repetición de minutos y la armonía de los instrumentos musicales.
3. Royal Oak Calendario Perpetuo En materia mecánica, recibe el impulso del calibre automático 5134, que no necesita corrección manual de la fecha hasta 2100, cuando deberá ajustarse conforme al calendario gregoriano. 4. Royal Oak Frosted Gold Cronógrafo La caja y el brazalete han sido decorados con un diseño Frosted Gold y cantos pulidos. El efecto ‘polvo de diamante’ final se obtiene golpeando repetidamente la superficie de la caja y el brazalete con una herramienta con punta de diamante. Respecto del calibre, una de sus características es que cuenta con función flyback.
CON OTRO BRILLO
El Zeitwerk de A. Lange & Söhne sorprendió por sus valores tecnológicos cuando nació en 2009. Con el paso del tiempo, se añaden elementos que dan una pátina de estilo a su indudable carácter.
EL ZEITWERK ES UNO DE LOS GRANDES ejemplos de la personalidad y diferenciación de A. Lange & Söhne. Si a eso le sumamos el acabado en oro Honeygold y el tratamiento ‘Lumen’, entonces elevamos el carácter de la pieza. Desde 2009, los Zeitwerk son sinónimo de tecnología y diseño; el oro miel de Lange, es una visión diferente de declinar el material noble, mientras que tras la palabra ‘Lumen’ se esconde una esfera semitransparente con indicación fosforescente de las cifras saltantes. Solo se ejecutarán 200 ejemplares de este reloj que se puede decir es triplemente único. Pero hay otro elemento añadido: cuenta con un calibre de manufactura de nuevo desarrollo que ha duplicado la reserva de marcha, alcanzando así las 72 horas. Se trata del L043.9, que integra el pulsador para corregir la indicación de la hora, utilizado por primera vez en el Zeitwerk Date, y cuenta con 462 componentes. R. B.
El Zeitwerk Honeygold Lumen de A. Lange & Söhne ofrece una imagen poderosa y vanguardista, pero que encaja a la perfección en los parámetros más clásicos de la relojería.
UNA VOLUNTAD SIN LÍMITES
El ideario creativo de Frederique Constant no solo crece, sino que sigue fiel a una filosofía vital que le convierte en una de las apuestas relojeras con mejor relación calidad-precio.
TEXTO R. B.
FREDERIQUE CONSTANT NO NECESITA renunciar a su filosofía de ofrecer calidad al mejor precio, incluso cuando se habla de virtuosismo mecánico, como ha quedado patente en la renacida colección Highlife. Una línea que reinterpreta, en modo contemporáneo, la tradición relojera en la que siempre se ha mirado la firma, y que va incorporando complicaciones como la que presenta en el Highlife Tourbillon Calendario Perpetuo de Manufactura. Disponible en dos distintas versiones –acero u oro rosa de 18 quilates–, la caja de 41 mm aloja en su interior el calibre FC-975. Para una mayor precisión, Frederique Constant lo ha equipado con un escape de silicio, esto es, tanto la rueda de escape como el áncora. Por lo que respecta a la indicación del calendario, el día y la fecha se ha ubicado horizontalmente. A las 12 se halla el mes (aguja grande) y el indicador de los años bisiestos (aguja pequeña), reunidos en un único contador. Para completar el equilibrio de esta composición, el tourbillon se sitúa a las 6 horas, que ejerce también se segundero. En ambas versiones domina el color azul. El Highlife Tourbillon Calendario Perpetuo de Manufactura está limitado a 30 piezas para la versión de oro rosa y 88 para la de acero.
Cada ejemplar del Highlife Tourbillon Calendario Perpetuo Manufactura puede ser grabado para personalizarlo y viene con dos correas fácilmente intercambiables sin necesidad de herramientas.
Breguet recrea en el Classique Tourbillon Extra‑Plat Anniversaire 5365 ese estilo atemporal marcado por la elegancia y el respeto a la artesanía relojera, como refleja en su esfera guilloché.
LARGA VIDA AL TOURBILLON
Breguet celebra 220 años de su invención del órgano regulador dejando un nuevo testimonio de su capacidad para convertirlo en una bella obra de arte relojero. Es lo que ofrece el Classique Tourbillon Extra‑Plat Anniversaire 5365.
EN SU INTENSA Y DILATADA ACTIVIDAD RELOJERA, Abraham-Louis Breguet construyó 35 relojes con tourbillon, su invención más afamada. Ese mismo número de piezas son las elegidas para recordar que de ello hace 220 años; lo hace con el Breguet Classique Tourbillon Extra‑Plat Anniversaire 5365. Una pieza marcada por la sobriedad y la elegancia, Porque Breguet instauró también un estilo de hacer relojería que la marca que ha perpetuado su legado sigue al pie de la letra. Por ejemplo, en el guilloché, que no podía faltar en este Classique Tourbillon Extra‑Plat Anniversaire 5365. Lo hace con distintos motivos que visten la esfera de oro. El guilloché es una de las firmas estéticas de Breguet, pero también tiene propiedades relojeras muy particulares, tanto en la captura de la luz, como en la longevidad de su dibujo y en ser, además, un buen protector ante el polvo. En cuanto a dibujos, el ‘clou de Paris’ es uno de los preferidos, que en esta nueva creación ocupa toda la parte central de la pieza. En la parte mecánica, esta creación luce el calibre 581, automático y extraplano, con el tourbillon rematado por una barra de acero azulado y segundero pequeño en su eje. Numerado y firmado, ofrece 80 horas de autonomía. R. B.
DAR CON LA BUENA LÍNEA
El Chrono 4 de Eberhard & Co. recupera su mejor cara en la celebración de los 20 años del nacimiento de esta idea revolucionaria: la lectura lineal de las funciones cronográficas.
TEXTO R. B.
LA HISTORIA DE EBERHARD & CO. no se puede entender sin la visión de un cronógrafo, ese que surgió hace ahora 20 años: el Chrono 4, un reloj que sorprendía por la disposición en línea de los 4 contadores que medirían los tiempos parciales. En su gestación aparece el nombre de Palmiro Monti –CEO en aquel entonces de la compañía–, que apostó por la innovación e hizo realidad el proyecto en 2001, patentando un dispositivo adicional al movimiento básico del reloj que le permitió alinear cuatro contadores. El éxito del Chrono 4 fue inmediato, lo que permitió a Eberhard & Co. continuar desarrollando versiones cada vez más espectaculares. 2021 marca el inicio de una nueva etapa para este icono. El nuevo Chrono 4 se llama 21-42, los números que recuerdan el año del lanzamiento y el tamaño de su caja. En el interior, el calibre EB. 251 12 ½’’’, un movimiento automático con el dispositivo patentado de 4 contadores en línea: minutos, horas, 24 horas y segundero pequeño. Habrá distintos acabados, pero una misma idea: el tiempo puede mirarse de otra forma.. R. B.
La nueva creación de Eberhard & Co. recuerda el origen de una creación que ha dejado en estos 20 años notables éxitos como la versión Géant, desarrollada en acero y titanio, o el Temerario con su caja en forma tonneau.