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GRANDES FIRMAS: LVMH

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EL LUJO DE ESPERAR

Hijo del dueño del grupo LVMH, Antoine Arnault es uno de los responsables de custodiar tan magno patrimonio: con creatividad, artesanía y anteponiendo los valores al lucro rápido.

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TEXTO GIULIA PESSANI FOTOGRAFÍA MASSIMO SESTINI

Antoine Arnault posa para GENTLEMAN en los talleres de Berluti en París.

Segundo de los cinco hijos de Bernard Arnault, es director de Comunicaciones del grupo LVMH; CEO de Berluti y presidente de Loro Piana.

AMABLE, AÚN MAS, UN CABALLERO. Un príncipe del lujo sin arrogancia, apasionado, irónico, directo. Antoine Arnault, segundo de los cinco hijos de Bernard, el patrón del Grupo LVMH –ese poderosos conglomerado de más de 70 marcas de lujo que incluye primeras firmas de moda, joyería, cosmética, destilados o vinos, entre otros sectores–, ama la vida, la realidad y el presente: casado con la supermodelo Natalia Vodianova, dos niños, exhibe el optimismo italiano, el romanticismo de Venecia, el sabor de Bolonia...

“Soy un antimetaverso”, proclama Arnault (nacido en Roubaix, Francia, hace 45 años). CEO de Berluti, presidente de Loro Piana y director de Comunicaciones del Grupo LVMH, tiene el coraje de ir contra corriente, en un sector a menudo tan homologado como el de la moda y el lujo. “Hasta ¿Cómo nació el proyecto? Era abril de 2011; leí un artículo sobre el Grupo LVMH: nos pintaban como depredadores, al asalto de los competidores, hablaban de nosotros solo con números... Pero la realidad era, y es, exactamente lo contrario: en Asnières, en los talleres de Louis Vuitton, conocí artesanos apasionados que me guiaron de la mano por los laboratorios; en Champagne, hablé con un viñador que me contaba cada detalle de la última cuvée con lágrimas en los ojos de la emoción... Así que busqué una manera de cambiar la percepción del grupo desde el exterior y tuve la idea de las Journées Particulières. “¿Tienes la impresión de que somos depredadores y que actuamos con el espíritu rapiña de las finanzas? Vale, pues ven y mira qué hacemos y cómo trabajamos, entra dentro de nuestras casas, te abrimos las puertas”.

“¿EL FUTURO DEL LUJO? MÁS REAL DE LO QUE IMAGINAMOS: GENTE CON MENOS PANTALLAS, MÁS EXPERIENCIAS FÍSICAS Y MENOS VIRTUALES”

que las experiencias de una velada con amigos, una cena en un restaurante con estrella Michelin o una compra de Louis Vuitton sean en el metaverso por lo menos iguales que en la realidad, diré que soy un antimetaverso. Y esto no significa ser viejos”, explica a GENTLEMAN en el taller parisino de Berluti, en la calle Marbeuf, entre aromas de madera y cuero, artesanos con sables, aguja e hilos, pinturas, pinceles y estanterías.

Arnault ha decidido relanzar, tras la ausencia obligada por la pandemia, las llamadas Journées Particulières (Días especiales), uno de sus proyectos propios, que este año toma forma por quinta vez, desde el 14 al 16 de octubre, en lugares emblemáticos de 57 firmas del grupo en 95 ciudades de todo el mundo. Los protagonistas: de Berluti a Fendi, de Dom Pérignon a Louis Vuitton, de Loro Piana a Cova, de Bulgari a Dior... Algo así como unas jornadas de puertas abiertas para mostrar la esencia de lo que hacen. Podría decirse que su perspectiva sobre el Grupo LVMH es de 360 grados. Pero es también director general de una de sus marcas, Berluti. ¿Cómo maneja a la vez los conceptos de artesanía, creatividad y los aspectos comerciales? Nuestro espíritu es crear una síntesis entre la creatividad y el comercio, garantizando a la vez la rentabilidad de una marca. Pero en la base de todo está la genialidad de quien piensa un producto, es decir el estilista, y de quien es capaz de hacerlo, es decir, el artesano. Sin su creatividad, nosotros, los gerentes, nos ocuparíamos de cosas banales, por la que nadie pagaría cifras importantes. Cualquier marca es como una música que viene del genio creativo, que es ejecutada por una orquesta y dirigida por un director, el CEO. La búsqueda de este talento creativo es un auténtico desafío... La creatividad es una especie de toque mágico que nos lleva a crear productos

extraordinarios. El talento de un diseñador es muy difícil, porque a su vez es raro; tanto como el de los artesanos, especialmente en el mundo contemporáneo, donde parece tener más valor un futbolista que un viñador o un zapatero. Nuestra responsabilidad es hacer estos oficios interesantes, explicando a los jóvenes que no solo son apasionantes, sino que además están bien pagados y pueden garantizar un futuro. Y esta es otra de las razones por las que existen las Journées Particulières. La sostenibilidad es una parte integral de la visión del grupo. Cuando te sirves de la naturaleza, algo debe ser devuelto también. Y nuestro futuro, tanto desde el punto de vista económico como humano, depende también de esto. ¿Sabe que si la temperatura media sube un grado y medio no podremos seguir haciendo champán en Champagne? Nos ocupamos de la sostenibilidad porque es bueno, pero también porque es necesario para continuar nuestro negocio y asegurar una actividad rentable a largo plazo. ¿Qué objetivos se plantea como grupo? Preservar y perpetuar las casas de moda, su historia, su patrimonio y su saber hacer en la medida de lo posible, tal vez para la eternidad. Somos los guardianes de esa aventura. Y tratamos de hacer nuestra tarea lo mejor posible, sabiendo además que, siendo un gran grupo, podemos darnos algo de tiempo. ¿Qué significa eso? Que no razonamos ni operamos como fondos de inversión o Spac [modelo de empresa que opera en Bolsa]. Nuestra visión es mínimo a cincuenta años, no tenemos urgencia para correr o monetizar. No hay ninguna marca independiente o un fondo de inversión que pueda permitirse eso. Nuestro papel es preservar, por ejemplo, el espíritu italiano de marcas como Bulgari, Fendi o Loro Piana, con grandes inversiones y proyectos que hemos demostrado que sabemos hacer. Berluti, de la que es CEO, y Loro Piana, de la que es presidente, son dos primeras marcas del armario masculino. ¿Qué es la elegancia? La encarna Marcello Mastroianni: es esa mezcla de despreocupación, orgullo e ironía, que en Italia llamamos sprezzatura, y que encontré en Sergio Loro Piana cuando trabajábamos juntos para la compra de la firma. Y luego ser siempre uno mismo, tanto si tratas con el conductor del taxi como con Emmanuel Macron; no cambiar de personalidad en función de quién está enfrente de ti. Rareza, creatividad, sostenibilidad... ¿Y el futuro del lujo? Más real de lo que imaginamos: gente con menos pantallas y más contacto directo, más experiencias físicas y menos virtuales.

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