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RELOJES

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NOTAS

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VIAJE INTERPLANETARIO

MoonSwatch ha sido la gran sorpresa de la temporada y la ratificación del carácter de Swatch, que en esta ocasión ha tenido un aliado de postín, nada menos que Omega.

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TEXTO RICARDO BALBONTÍN FOTOGRAFÍA JUAN CARLOS DE MARCOS

HA SIDO UNA DE LAS SORPRESAS DEL AÑO. Contemplar largas colas de gente deseosa de adquirir uno de los 11 relojes que componen la colección Bioceramic MoonSwatch era algo que no se recordaba. Y seis meses después de aquello (los relojes se lanzaron en marzo), todavía hay lista de espera para conseguir una de estas creciones Omega x Swatch. A estas alturas, nadie duda de que Swatch como firma ha roto muchos moldes desde que en 1983 lanzara su primer reloj de plástico, lo que supuso toda una revolución en la relojería y también un cambio de paradigma de una industria que entonces atravesaba una gran crisis de identidad.

Si en aquella ocasión su irrupción fue considerada por los analistas como vital para cambiar el sino de la relojería suiza, hoy se habla de un game changer, lo que podría trasladarse al castellano como un cambio de las reglas de juego; un cambio, en este caso, en la percepción que tenemos alrededor de la compra de un reloj. Porque, por ejemplo, ha habido durante el verano, en determinados países europeos –en concreto 12, entre los que se encontraba España–, una acción asociada a este lanzamiento en forma de pop-up que respondía al apelativo de rolling planets y que ha recorrido más de 10.000 kilómetros con paradas puntuales en distintos puntos geográficos donde se mostraba y vendía al público que se acercaba a esta acción efímera.

Un detalle más para entender que en Swatch todo es diferente, y detrás de cada acción hay una exigente planificación, aunque no es menos cierto que seguro también sus responsables tal vez no imaginaron que sería de esta forma... que el éxito llegara a ser tan imponente. Lo cierto es que esta colaboración entre Omega y Swatch, o más bien habría que decir homenaje que el primero rinde al segundo, ha tenido éxito entre compradores de todo signo. Hay gente que había comprado antes Swatch que ha vuelto, se han incorporado otros nuevos y lo que es más importante, el nombre de Swatch vuelve a estar en boca de todos, incluso de aquellos apasionados a la relojería de calidad y que, por supuesto, conocían las virtudes del Moonwatch de Omega, una marca que en otra dimensión, también ha tenido una presencia, o más bien su creación.

En la página siguiente, la creación Mission on Earth ofrece un color verde terroso con correa de Velcro© azul marino. El segundero del cronógrafo y las agujas del contador son de color marrón. En cambio, sus subesferas son de color blanco.

La colección está realizada en bioceramic, un material biodegradable introducido por Swatch el pasado año. Monta movimientos de cuarzo y se declina en 42 mm de diámetro.

En la otra página: Mission to Saturn. Tonos beis arenosos contrastan con la esfera marrón. La subesfera de los segundos incorpora los anillos de Saturno. Todas las esferas de los MoonSwatch llevan grabadas la marca Omega X Swatch. Sobre estas líneas: El amarillo se adueña de la esfera de este Mission to the Sun, aunque el blanco y el naranja también son protagonistas. Correa de Velcro© blanca.

En la otra página: Uno de los toques clásicos de la colección es el que protagoniza Mission to Jupiter. Tonos beis con correa negra; segundero del cronógrafo y agujas de la subesfera, naranjas. Sobre estas líneas: El color gris oscuro de la esfera del Mission to Mercury se complementa con correa de color gris metálico. Segundero del cronógrafo, agujas de las subesferas y escala taquimétrica, en cambio, en color blanco.

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