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VINOS SANTÍSIMA TRINIDAD Un paraíso cerca del paraíso
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Arriba La Santísima Trinidad es parte de un complejo proyecto compuesto por Viñedos San Lucas y Viñedos San Francisco.
UN PARAÍSO CERCA DEL PARAÍSO
UNA TRILOGÍA DE VIÑEDOS ES NUESTRO PRETEXTO PARA VISITAR SAN MIGUEL DE ALLENDE Y CONOCER LOS VINOS DE SANTÍSIMA TRINIDAD.
TEXTO JUAN CARLOS REVUELTA FOTOS D.R
EN SAN MIGUEL DE ALLENDE, EL BULLICIO DE LAS CALLES y tiendas llenas de color deja espacio para la paz, la calma y naturaleza. Hablamos de viñedos San Lucas, que junto a viñedos San Francisco y Santísima Trinidad forman una propuesta imbatible de confort y lujo. Supongo que, si alguien se diera a la tarea de dibujar el paraíso, le daría un gran terreno de naturaleza, campos de lavanda, aceite del árbol milenario del olivo y vino, como símbolo de alegría y fertilidad. Todo eso ofrece Viñedos San Lucas, a pocos kilómetros de San Miguel de Allende. Un hotel de 14 lujosas habitaciones con vista al viñedo, a un pequeño lago con todo e isla romántica o campos de lavanda. El perfume de sus campos se une a la calma, que sólo rompe el sonido de los caballos del campo de polo. Para aumentar el confort ofrecen spa, jacuzzi y un sauna rodeado de naturaleza.
La oferta gastronómica está a la altura, con dos restaurantes de inspiración mediterránea, mientras que para los amantes del vino aún hay más. En San Lucas se elabora un vino muy cuidado por expertos enólogos y se puede hacer una cata personalizada, donde el cliente elige su mezcla de uva y proporción de Syrah, Malbec o Petit Verdot, para crear un vino único. Una experiencia en un escenario donde las barricas almacenadas decoran un espacio que es un templo a la bebida.
Talleres de lavanda, canchas de tenis o paseos en bici completan la propuesta para una estancia inolvidable. Pero esta idea se extiende a dos proyectos hermanos, donde conviven desarrollo inmobiliario con hotelería y espacio para el polo, el tenis, la naturaleza y la gastronomía. El primero es Santísima Trinidad que, por un lado, fue el primer desarrollo que unió vino, lavanda y aceite de oliva en un terreno fértil y bendecido por la naturaleza. Ahí tuvimos la oportunidad de ver un campeonato de polo y comprobar la pasión hípica de quienes habitan Santísima Trinidad, así como de muchos vecinos de San Miguel. La gastronomía también es un capítulo importante y cada espacio tiene un matiz diferente. San Francisco, por otra parte, ofrece una propuesta desde su arquitectura, más contemporánea. También en la cocina y en las estancias de doble piso, desde donde se pueden disfrutar sus vinos y una cocina internacional. Los huéspedes y propietarios disfrutan del club hípico, el picadero, cafetería, clases de yoga y catas de un vino que va creciendo en prestigio cada día. Recientemente, el viñedo celebró un evento llamado La Santísima Mesa en la céntrica calle de San Miguel. Se realizó una experiencia gastronómica y de maridaje sin precedentes para 150 comensales gracias al trabajo del chef Alessandro Bellingeri. Un poco antes, en el teatro Peralta, se rindió homenaje a los emprendedores que hacen de San Miguel de Allende un lugar único, donde ocurren milagros como ese rancho convertido en paraíso: Santísima Trinidad. En San Miguel de Allende, hoteles únicos y restaurantes que despiertan la admiración de todo el mundo.
Quienes aman el vino aquí encuentran Cabernet Souvignon, Chardonnay y hasta Pinot Noir. Poderosas razones para brindar por un destino con fragancia a paraíso.
Los vinos de Santísima Trinidad nacen en San Miguel de Allende.