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Bruce Chatwin El mito del escritor viajero

por Javier Fernández de Angulo

ESTE AÑO SE CUMPLEN 80 DEL NACIMIENTO de este gran aventurero que murió a temprana edad. El nómada dorado, una leyenda que recorrió los lugares más remotos del planeta.

Su mirada privilegiada del paisaje y la aventura inspiró viajeros de todo el mundo. Comenzó en Sotheby´s como especialista en arte impresionista, con tanto acierto que fue nombrado director de la compañía, su mirada detallada de las obras hizo que los oftalmólogos le recomendaran poner su vista en el horizonte lejano. Y se fue a Sudán. Se enamoró de la arqueología y dejo el mundo del arte y Sotheby´s. Desde el desierto de África, las ciudades de occidente le parecían “tristes y lejanas”, y las preocupaciones del arte absurdas.

Se convirtió en escritor de viajes, y puso rumbo a Argelia, China y Rusia entre otros lugares, pero hubo un lugar que le marcó: Patagonia, ahí fue y se quedó a vivir unos meses, escribió En La Patagonia con el que cambió a la literatura de viajes, después fue a África para narrar con detalles de ficción, el mundo del comercio de esclavos, en El virrey de Oudiah.

Para desvelar los misterios de los ritos y cánticos de los aborígenes, fue a Australia donde escribió Los trazos de la canción. País de Gales y Polonia fueron escenas de otras novelas. Algunos le acusaban de no ser riguroso en sus anécdotas, y su biógrafo, Nicholas Shakespeare, decía: “No cuenta media verdad, sino verdad y media”.

Le gustaba el destino no para describirlo, si no como escenario de historias, de reflexiones, pensamientos e ideas de itinerancia. Vivía con pasión cada momento, profundizó en los impresionistas y en los restos de brontosaurio que encontró en la Patagonia, en la aventura

Bruce Chatwin fotografiado por Lord Snowdon, 28 julio 1982.

de Magallanes, África, Gran Bretaña, “te sentías arrastrado por su fiebre y su entusiasmo” decía Colin Thubron que le conoció. Chatwin se reconoció bisexual, se casó con Elisabeth Chanler, que lo sabía y lo aceptaba, de ella se separó y se reconcilió, víctima del VIH murió a los 48 años dejando un rastro de viajes y aventuras que hoy son admirados por viajeros de todo el mundo. Llamado el nómada dorado, también se han publicado sus cartas, Bajo el sol, (Sexto piso) desde Afganistán, Arabia, India, Mauritania, Chile él hizo de la moleskine un icono de viaje. Bruce se preguntaba como Rimbaud “que hago acá” en cada nuevo destino. Werner Herzog con el documental Nomad (Filmin) le rinde tributo siguiendo los pasos más remotos de su amigo el aventurero, del que heredó su mochila. Otro amigo Paul Theraux, recordó tras su fallecimiento, “Su muerte fue igual, igualmente súbita, como si hubiera vuelto a marcharse de viaje”.

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