El valor de las cosas Memoria de Ofelia Por el Dr. Gerson Villa González
Durante la vida de un sujeto va acumulando objetos algunos más significativos que otros, en si todos tienen algún valor sentimental o monetario que de alguna manera en ese momento especifico tuvo un significado especial para él. Sentimos la mayoría el atesorar todo aquello que nos hizo feliz e incluso desdichado, pudiendo siempre revivir aquellos momentos. Probablemente con el tiempo algunos se van diluyendo los detalles más sin embargo el contexto general no. Algunos permanecerán con lujo de detalle hasta el fin de nuestra existencia. El humano será siempre un animal de costumbres pero también de recuerdos que le dan un significado a nuestra existencia, más que si para ello contamos con objetos que nos recuerdan aquellos eventos. Muchas veces dependiendo del estado emocional vienen recuerdos buenos y malos que nos hacen revivir eventos pasados. Siempre son eventos pasados nunca futuros. Creo firmemente no estar diseñados ni acondicionados para saber cómo vamos a vivir y el cómo va a concluir nuestra existencia. Esa carga emocional sería suficiente para volvernos locos o suicidas. Suficientemente tenemos con una vida difícil en la mayoría de las ocasiones con poca felicidad como para desear otra carga adicional. En si todos nuestros recuerdos los volcamos en los objetos que adquirimos y atesoramos, estos tienen mucho valor sobre todo sentimental para los demás poco o ninguno. El mayor ejemplo es la película (The Flat 2011 film, País: Israel y Alemania, Director: Arnon Goldfinger), donde una mujer vivió en un departamento una gran parte de su vida y acumulo a través del tiempo una infinidad de objetos, guardando al mismo tiempo muchos secretos que fueron develados por sus descendientes que incluso ellos ignoraban. La mayor parte de esos objetos acumulados estaban fuera de su uso y sin valor económico en cambio para ella no Al ser animales de costumbres y recuerdos somos acumuladores en mayor o menor proporción dando un significado a nuestra vida, pensamos que dejamos una huella de “no olvido” a nuestro seres más cercanos.
Lo que nunca aceptaremos jamás de que somos tan insignificantes y el día que desaparecemos la vida continuara y en la mayoría de las ocasiones nos olvidaran, lo que dejamos atrás en muchas ocasiones no significaran nada para los familiares solo basura. Tristemente todo lo que acumulamos durante una vida, ellos los familiares los desecharan en un abrir y cerrar de ojos. Así como dice un dicho: “Polvo somos y polvo seremos” o del “barro venimos y al barro regresaremos”.