Obligaciones y deberes I Memorias de Ofelia Por Dr. Gerson Villa González
El nacer, crecer, reproducirse, envejecer y morir es el fin y objetivo de todo ser humano. En la mayoría de las veces nacemos de una pareja como algo natural, obligatorio u accidente. Ambos lo hacen como una necesidad imperiosa. La reproducción y reproducirse completa un ciclo implícito de todo humano, como algo que estuviera escrito e n nuestros genes de forma instintiva. En muchos casos no se está preparado para tal eventualidad y aun así se hace. ¿Por qué? Las razones no son valederas ni mucho menos escuchadas simple y sencillamente se hace sin importar consecuencias inmediatas o a largo plazo. El raciocinio no existe ni mucho menos las amenazas, olvidándose todo existiendo únicamente ese momento disfrute o no. Las culpas y remordimientos vienen después así como las soluciones buenas o malas. En esta unión la más desprotegida y más culpable va a ser la mujer. ¿Por qué se le carga más la mano? Nunca he entendido ¿Quién le dio el derecho al hombre? Y nunca entenderé: ¿Por qué ese culto al falo en todo el planeta? Siempre se ha usado como:
Placer
Castigo
Lo más inaudito es que el hombre es el que da el sexo. ¿Por qué nacen más mujeres que hombres? Si el más apreciado es el hombre y las sociedades de todos los tiempos están basadas en el dominio masculino. Lo chistoso es que el mismo se ha dado cuenta de la importancia de la mujer y ha creado sistemas de protección para ella evitando el lastre que pueden ocasionar las crías. Te has puesto a pensar en la parodia del hombre:
Es más susceptible de enfermarse y morir.
Es menos resistente.
En una guerra las podas van encaminadas hacia el hombre primero.
Es más violento y abusivo.
Es el único animal en el planeta que abusa sexualmente de sus crías.
La manifestación de la homosexualidad es mayor.
Él es el que decide cómo y cuándo castigar a la mujer.
Considera a la mujer un animal que nunca igualara su inteligencia, etc.
Tales hechos del poderío y homosexualidad masculina se confirma con los clubs exclusivos donde ni siquiera se permite la presencia femenina en el área de limpieza. Por tanto la mujer siempre se ha considerado un objeto ornamental y sexual si el aspecto cumple ciertos requisitos de belleza pero también ha sido explotada en otros aspectos muy convenientes para él.