The magical Aurora by Gianfranco Sbrollini

En un pequeño pueblo de Canadá vive una peculiar niña llamada Aurora, amante de la naturaleza y las artes; siempre destacaba del resto de sus compañeros de clases, sin embargo para sus compañeros ella era un fenómeno, no solo por sus gustos únicos, si no por su piel y cabello pálidos como la avena, además de sus ojos del azul intenso como las aguas de las costas griegas.

En los tiempos libres entre clases, Aurora se lo pasaba en la biblioteca leyendo enciclopedias, principalmente se dedicaba a leer la sección en dónde se encuentran los libros de insectos, ya que desde pequeña amaba la singularidad de estos pequeños animalitos ignorados por la sociedad, pero dentro de estas criaturitas a Aurora le fascinaban las mariposas, con sus hermosas alas de colores revoloteando por los campos llenos de flores en la primavera.

Años atrás en una visita de su abuela, la que iba a visitarla muy poco ya que los viajes desde su hogar en Noruega se le hacían muy pesados por su edad; las dos se dedicaron a pintar la habitación de la pequeña con cientos de mariposas de todas las especies. Desde ese entonces su abuela no volvió de visita, así que todos los inviernos Aurora y su madre Ana emprendían un viaje hacia Noruega para visitar a la dulce abuela Helen.

III

Aurora lo pasaba un poco ansiosa los últimos días de clase, antes de que inicien las vacaciones de invierno, la emoción de visitar a la abuela Helen era inmensa, todas las noches antes de dormir pasaba horas recordando las aventuras que han tenido juntas y la asombrosas historias de la abuela sobre una guerrera protectora de un bosque muy antiguo, el bosque en el que creció el primer árbol del mundo. Un árbol de manzanas que contenían el conocimiento y

la energía más antigua del planeta; en la historia la guerrera protegía el bosque de las almas malignas que intentaban hacerse con las poderosas manzanas del antiguo árbol.

Cuando por fin llego el día de partir a casa de la abuela, Aurora esta súper inquieta corriendo de un lado al otro de la casa asegurándose de que todos sus preparativos para el viaje estén perfectos, un baúl lleno de libros de dibujo en donde Aurora plasmaba las especies nuevas que descubría en la biblioteca, fotografías y una lata llena de las galletas favoritas de la abuela.

*** El viaje era aburrido para Aurora, el movimiento del barco no la dejaba leer su pequeña edición de bolsillo de “El Sobrino del Mago” de C. S. Lewis; al cabo de una hora la pequeña cayo un profundo sueño que se fue haciendo oscuro y agitado en donde ella era perseguida por una especie de sobras en un tupido y frio bosque, cuando de repente un zorro naranja como el cielo en un atardecer la tumba y se para frente a ella mirándola fijamente. –buum- Aurora se despierta y ve a su mamá acariciándola y le dice

que despierte que ya han llegado al puerto. La pequeĂąa se seca el sudor de la frente con un paĂąuelo que lleva bordado su nombre, mete el libro en su mochila dulcemente adornada con chapas de botellas de sodas, se la cuelga en un hombro y sale con su madre al muelle, en donde muchas personas pĂĄlidas como ella caminan agitadamente por todos lados.

Para Aurora siempre era extraño cuando iba de visita a casa de la abuela Helen, porque ella estaba acostumbrada a ser la única chica tan pálida como la nieve en su pueblo de Canadá; pero aquí era diferente, todos eran pálidos como ella, su madre Ana era la diferente en este caso ya que llevaba la piel tostada, su abuela Helen siempre dijo que Ana había heredado el

color de ojos de ella y el color de piel de Charles, el fallecido abuelo de la pequeĂąa, ojos como el cristal y piel como la miel.

Al llegar a la casa de la abuela estaba la chimenea encendida y les aguardaban a Ana y Aurora deliciosas tazas con chocolate caliente. Luego de un rato de ponerse un poco al día, la abuela le dice a Aurora que hay algo para ella sobre la cama del viejo cuarto de su madre, la pequeña vuelve con un libro del tamaño más o menos de un periódico doblado a la mitad forrado en especie de tela del color del trigo tostado, la tapa tiene un

interesante grabado de un círculo. El libro está lleno de información e ilustraciones de todas las familias de árboles del mundo; una de las páginas pertenecientes al artículo de los manzanos está marcada con un círculo dorado en el borde superior izquierdo, lo cual llama la atención de Aurora que le pregunta a su abuela por qué esta página tiene esta peculiaridad. La abuela le dice que recuerde la leyenda de la guerrea que protegía el árbol más antiguo del planeta, el árbol era un manzano, luego le dice tomándola de las manos que debe saber que en las historias y leyendas siempre hay parte de realidad.

VII

Por la mañana Aurora se despierta entre cobijas y el libro que le regalo su abuela, el cual estuvo detallando un poco más detenidamente antes de dormir la noche anterior con una vela. La pequeña se baja de la cama, se coloca sus pantuflas y sigue el olor a wafles que se colaba por la puerta de la habitación entreabierta; al llegar a la cocina su madre le sirve un

plato de wafles con tocino y miel de maple que no duran mucho en el plato. A media mañana aurora sale a colocarle zanahorias bebe a los conejos que vienen por el bosque consiguiente al patio trasero, de repente Aurora ve una sombra como del tamaño de un perro moviéndose entre los árboles, ahí es cuando Aurora se acerca y se da cuenta que es un zorro, ¡el zorro de su sueño!, la pequeña se asusta y entra a la asa corriendo, pero cuando se asoma por la ventana no hay nada.

VIII

Horas más tarde la abuela ya ha vuelto con un enorme ramo de flores para colocar por toda la casa, a ella le encantaba tener su casa llena de flores, porque decía que le recordaba a la casa de pradera en la que creció de niña. Al cabo de un raro la pequeña le cuenta a su madre y su abuela que ha visto un zorro en el bosque desde el patio trasero, sorprendidas las dos le

dicen que probablemente no era un zorro, que ellos no se acercan al pueblo, los zorros son conocidos por mantener distancia con los humanos. Sin embargo Aurora no se queda muy convencida. Por la tarde sale a leer en un columpio colgado en el patio trasero, es aquĂ cuando vuelve a hacer contacto con el animal, un zorro naranja con ojos como el jade. Esta vez estĂĄ segura de lo que ve, esta vez esta frente a ella, en ese momento Ana llama a la pequeĂąa para la merienda y el zorro se pierde de nuevo en el tupido bosque. Cuando le cuenta de nuevo a su

madre lo que ha visto, ella le dice que no salga a jugar sola y que mucho menos se acerque al bosque.

Por la noche Aurora vuelve a tener el sueño con el bosque y el zorro, pero esta vez el bosque es diferente, se siente alegre y pacífico, pájaros e insectos revolotean de aquí para ahí. El zorro le hace gesto de que lo siga, luego de caminar un raro, la pequeña ve cada vez más animales; ciervos corriendo a los lados de su camino. Más tarde llegan a un claro donde hay un enorme árbol con las manzanas más rojas que alguna vez se

hayan visto, bajo el รกrbol hay una mujer de espalda con pรกlidos cabellos recogidos en una trenza.

Aurora se despierta muy temprano, apenas ha salido el sol, se levanta de la cama lentamente y busca sus babuchas en el suelo pero no tiene suerte en encontrarlas, de todos modos va hacia la cocina descalza en el helado piso. Cuando llega a la cocina toma un vaso y se sirve un poco de agua de la jarra del mesĂłn, de regreso a su habitaciĂłn se detiene en el ventanal que da al patio trasero y ve al zorro, otra vez, la pequeĂąa no

se lo piensa dos veces en salir, el zorro entra en el bosque y ella lo sigue. Después de un rato de seguir al zorro por el tupido bosque vuelve a estar como en su sueño, se encuentra frente al claro con el gran manzano y bajo este está la misteriosa mujer de su sueño. El zorro se detiene al lado de la mujer y esta se voltea, en este momento se da cuenta de que es su abuela Helen. Aurora nunca había visto a su abuela con el cabello recogido; Helen le dedica una sonrisa a su nieta y se acerca hacia ella.

Helen abrasa a la pequeĂąa, a la que le dice que es hora que sepa la verdad y empiece a prepararse para su destino. La abuela le cuenta que la historia de la guerrera es cierta, ella es una de ellas, cada segunda generaciĂłn nace una elegida para portar el poder de manzano, a la elegida se le entrega un amuleto hecho con la madera del

árbol que activa la energía que hay en su interior; un anillo de madera que cuelga de un hilo grueso, este toma la forma del espíritu animal de la portadora. Para Helen es como una especie de cola de zorro enrollada, Helen le entrega a la pequeña un collar igual que al colocárselo toma la forma de una mariposa. Desde ese día pasan todo lo que queda de las vacaciones en casa de la abuela enseñando a la pequeña a usar sus poderes; hablar con los animales, manipulación de los elementos y otros trucos. Cuando finalmente llega el día que Aurora vuelva con su madre a Canadá la

abuela le dice que debe recordar que cuando ella ya no esté en ese mundo físico deberá asumir el título de guardiana del bosque.

XII

En casa todavía hace frio y la nieve no ha empezado a derretirse como en casa de la abuela, lo que hacía a Aurora añorar aquel dulce bosque. La pequeña con nostalgia se sentó en su cama con las fotos que había tomado en su visita a Noruega, de repente ya Aurora no se sentía triste y las mariposas de las paredes de su habitación em-

pezaron a brotar y revolotear por toda la habitaciĂłn. Faltaba mucho tiempo para su prĂłxima visita a casa de la abuela, pero estaba segura que vendrĂan aventuras asombrosas. FIN