El52 nº9

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FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE GIJร N 29 NOVIEMBRE 2014 // nยบ 9

ORGANIZA

PATROCINA

COLABORA


00 NOVIEMBRE 2014 29 2013 // nº 90

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OFICIAL OFICIAL

Bélgica / 2014, 115 min

Geoffrey Enthoven

HOY • 21:00 h. // Teatro Jovellanos

Una absolutamente irresistible comedia fantástica que nos habla quizá de fantasmas, pero también y sobre todo de sentimientos y seres humano

CLAUSURA - FUERA DE COMPETICIÓN

Las historias de fantasmas no son necesariamente, pese a lo que puedan pensar muchos, historias de miedo o terror. De hecho, existe una fecunda y larga tradición de relatos espectrales marcados por el buen humor, el sentimiento lúdico de la existencia (en este caso, incluso de la inexistencia) y las mil y una paradojas, materiales o metafísicas, a las que puede dar lugar la presencia entre nosotros, los vivos, de los otros, los muertos o, mejor dicho, los que no lo están del todo. Desde el viejo Fantasma de Canterville de Oscar -¡Oscar, así se llamaba mi primo!- Wilde hasta, por ejemplo, el enamorado ectoplasma con la cara de Patrick Swayze en Ghost, son incontables los espectros simpáticos, molestos, románticos, atrevidos o, simplemente, divertidos, que han venido a importunarnos con sus necesidades, que a menudo son también las nuestras, de una u otra forma. Porque el estar a medias entre este y el otro mundo tiene sus inconvenientes, por supuesto, pero también una peculiar ventaja: vemos las cosas de la vida con otros ojos. Los de quienes ya la han abandonado y comprenden entonces sus miserias y alegrías, en toda su extensión y profundidad. Es una gran verdad que, salvo en la ficción y entre quienes creen sinceramente en los fenómenos de canalización de espíritus desencarnados –vulgo fantasmas-, nadie ha venido nunca a contarnos qué pasa cuando se está muerto. Pero para eso está, precisamente, el cine. Esa gran máquina de crear fantasmas en conserva, que nos miran desde la pantalla como si no supieran que están hechizados desde el instante mismo en que han firmado contrato con la cámara. Y Halfway, como su nombre indica, la historia de una de esas almas despistadas que se queda a medio camino entre el Más Allá y el Más Acá, es una nueva e inteligente incursión en el género, desde el ámbito del cine belga, que tantas y buenas sorpresas está dándonos en esta edición que ya se nos acaba del FICX. En muchos sentidos, el film de Enthoven es un clásico enredo ectoplásmico: Theo es el fantasma de un suicida no muy hábil, que se niega a abandonar su espléndido caserón campestre (y quién no: es un palacete de Victor Horta, señores) para disgusto y angustia de Stef, un joven diseñador recién divorciado que intenta rehacer su vida, personal y profesional, en este su nuevo hogar. Los gags y situaciones hilarantes se suceden hasta que descubrimos el motivo por el que Theo –curioso nombre para un fantasma- decidió abandonar su existencia. La obra, pues en cierta medida se trata de una suerte de pieza teatral eficazmente narrada desde el punto de vista cinematográfico, se desliza entonces suavemente hacia el drama sentimental y vital, sin por ello perder el humor, para desembocar después en un brillante tercer acto donde confluyen enredos y gags, en una resolución feliz en todos los sentidos. El gran tanto a favor de la película es que su tratamiento de un material tan, podríamos decir, clásico en muchos sentidos, que remite a la screwball comedy fantástica de los años 30 y 40 con ejemplos tan notables como El fantasma va al Oeste de Clair, evade los fáciles tropos y estilemas del cine hollywoodiense para adoptar un estilo sobrio, tranquilo y carente de cualquier exceso narrativo o visual excrementicio, lo que, curiosamente, aumenta el poder y convicción tanto de sus momentos más hilarantes como de aquellos otros emotivos y dramáticos. Una lección que, seguramente, pasarán por alto los ejecutivos de Hollywood que, a buen seguro, estarán ya persiguiendo a Enthoven para comprarle los derechos de su historia y convertirla en un remake lleno de grandes estrellas y efectos especiales. Aprovechemos, pues, la ocasión para disfrutar en la clausura de este FICX 52 con una absolutamente irresistible comedia fantástica que nos habla quizá de fantasmas, pero también y sobre todo de sentimientos y seres humanos muy, pero que muy reales.

Por: JESÚS PALACIOS


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OTRAS SECCIONES

52 FICXixón

RELLUMES

HOY • 17:00 h. // Cines Centro sala 1

No es la primera vez que la anciana kurda Nîgar (Zübeyde Ronahi) debe cambiar de hogar por obligación. En 1992, su hijo Ali (Feyyaz Duman), maestro de escuela, recibió la coactiva visita de nacionalistas turcos, quienes lo sacaron del aula a punta de pistola-metralleta delante de sus alumnos. Once años después de haber abandonado el Kurdistán turco por la fuerza de las armas, ahora Nîgar tiene que dejar, a causa de su edad avanzada, su casa en el barrio Tarlabasi de Estambul, morada de muchos refugiados kurdos desde la década de los 90. Ali se la lleva consigo a un deshumanizado océano de hormigón sin alma en las afueras. Autor de cierto éxito literario, Ali hace todo lo posible para que se sienta cómoda y deje de pensar en su idealizado pueblo: le dedica tiempo, la pasea en moto, le ayuda a buscar esa canción desconocida, quizá inexistente, quizá un olvidado eco arcaico del pasado ancestral. Convencida de que sus antiguos vecinos han retornado a su pueblo kurdo natal, más de una mañana Nîgar hace las maletas con la idea de volver allí; y carcomida por la nostalgia, desea volver a su añorada aldea tanto como encontrar una vieja canción tradicional kurda de la que sólo ella parece acordarse. En medio de esa urgencia materna de regresar a la aldea originaria, para él totalmente incomprensible –aunque en el fondo palpite dolorido el más poderoso de los motivos−, Ali se entera de que su novia turca Zeynep (Nesrin Cavadzade) espera un hijo, aun cuando él cree no estar preparado todavía, desequilibrado como se siente entre los respectivos tiempos dedicados a las dos mujeres de su vida.

Según refleja la sinopsis, el argumento del filme responde a un drama materno-filial (por demás, muy emotivo desde su cuidada contención expresiva), con el peliagudo problema kurdo en el horizonte. Los mayores elogios debe llevárselos, sin duda, Zübeyde Ronahi, actriz no profesional, conmovedora en verdad, dada la poderosa fe de su espontaneidad en la composición de la madre Nîgar. Está simplemente maravillosa a través de esa provecta perentoriedad viajera que la invade, de sol a sol, ante el desconcierto de un amoroso hijo, quien trata de comprenderla pero que, con punzante dolor, se revela incapaz de ello. El magro presupuesto de la película (pudo concluirse gracias a la dotación del premio 1000 VOLT de la sección “Meetings on the Bridge” del Istanbul Film Festival), en absoluto afecta a su factura técnica. Antes al contrario. Tarea imposible se antoja, por ejemplo, sustraerse al encanto de una matizada fotografía en manos del rumano George Chiper-Lillemark (Beyond the Hills). Más allá de que esta ópera prima de Erol Mintas pudiera hacer de la necesidad virtud, lo cierto es que su sobriedad formal sintoniza con un prurito narrativo de templanza dramática, base de su ponderada pero profunda emotividad. Sí, en no pocas ocasiones menos es más… Otro aspecto notable del largometraje, oscilante lingüísticamente entre el kurdo y el turco, lo supone la utilización del primero, un idioma que no se enseña en las escuelas, precisándose de expertos académicos profesionales para poder trabajar con él, aquí incontestable clave del sentido último de Song of My Mother.

Por: José Havel

Jack (Ivo Pietzcker) vive con su madre Sanna (Luise Heyer) y su hermanito Manuel (Georg Arms) en un apartamento de Berlín. Los tres pasan buenos momentos juntos, en el parque, cantando, jugando, riendo. Sanna quiere a sus hijos, pero es una desastrosa cabeza de familia. Madre soltera por partida doble con tan sólo veinticinco años, le va la juerga y a menudo se lanza en brazos del primero que llega, sin pensárselo mucho ni medir bien sus responsabilidades maternales. Es Jack, a sus 10 años, quien se encarga de las tareas domésticas y, por supuesto, cuida del pequeño Manuel, para quien hace de madre, padre y hermano mayor a la vez. Un día, mientras intenta bañarle, lo escalda con agua demasiado caliente. A causa de ello los servicios sociales envían a Jack a un centro de menores. Allí no piensa en otra cosa que regresar a casa. Su familia dista muchísimo de ser perfecta, cierto, pero es la suya, y con ella desea estar. Pronto tiene problemas, incluido el acoso al que le somete otro de los internos. Finalmente logra escaparse, con el chasco posterior de saber a su madre ausente de nuevo. Los dos hermanos se lanzan, a su busca, errantes, comiendo lo que pueden, durmiendo donde les es posible. Jack marca el retorno de Edward Berger al largometraje, tras una década dedicado a la TV y la publicidad. Como L’Enfant d’en haut o Nadie sabe, es un filme con y sobre niños, pero ni mucho menos un film más a propósito de ellos. Historia de crecimiento y responsabilidad prematuros atenta al abandono infantil y la errancia a la que aquél conduce, el relato −coescrito por Berger con Nele Mueller-Stöfen− progresa con sostenido vigor, desprovisto de cualquier momento carente de significación, mientras que la película parece absorber formalmente

características propias de un niño, entre ellas, situar la cámara a la altura de sus ojos o moverla con ese dinamismo irrefrenable de los chiquillos. El punto de vista es, en todo momento, el de Jack, cuyo intérprete, Ivo Pietzcker, supone todo un hallazgo, omnipresente en pantalla, inasequible al desaliento, sin fisuras dramáticas. Aunque ausente del encuadre durante buena parte de la película, la figura de la madre resulta fascinante en su dualidad: se conduce con sus hijos con cariñosa libertad, tanto como peca de irresponsable dejación de funciones tutelares. Compendia de alguna manera la ambivalencia que caracteriza al coprotagonista colectivo de la película, los adultos, quienes parecen haber olvidado tratar a Jack como lo que simplemente es: solo un niño.

Por: José Havel


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OTRAS SECCIONES

HOY • 17:00 h. // Cines Centro sala 5

Una historia de juicios donde nadie ni nada es juzgado

RELLUMES

Court se complace en ira a la contra, casi una película en reverso, como aquel Superman de Mundo Bizarro. La excusa es la de un drama judicial, uno de esos procesales llenos de abogados, casos llamativos y giros de última hora, pero está virado hacia el absurdo, hacia la tragicomedia estólida, imperturbable. El desarrollo de un juicio que pronto cobra un carácter kafkiano, un recorrido laberíntico por los intestinos del sistema judicial y sus más pequeñas particularidades, amplificado mediante la serena puesta en escena de Tamhane. Planos estáticos, dilatación temporal, estilización y realismo que dan como resultado un particular ritmo y un penetrante comentario sociopolítico. Su desarrollo es tan minucioso, tan sofocante, que por fuerza la ironía y el distanciamiento se imponen. Pero esto, curiosamente, no significa una mirada cruel del director, el debutante Chaitanya Tamhane, sino una ecuánime. Una historia de juicios donde nadie ni nada es juzgado, solo mostrado. La excusa del proceso a un cantante folk por inducir a un joven trabajador al suicidio se atomiza en un tapiz de microhistorias que explora los distintos personajes involucrados en el juicio, que a su vez son estereotipos del género: abogado, fiscal, juez… Tamhane se sirve de ellos, de su existencia fuera de la corte, y a su vez fuera del subgénero en el cual están codificados en origen, de la imagen que el espectador tiene preformada, para contar aquello que en realidad le interesa: las interrelaciones sociales en India, las paradojas del Sistema general, una ampliación del otro, del judicial, con el cual la película trastea.

Por: Adrián Sánchez

ACTIVIDADES PARALELAS Llegamos al cierre de la competición, con las quinielas en la mano a la espera del palmarés, e inauguramos la mañana, hoy sin madrugar demasiado a las 11:30 en el CCAI con el cineasta belga Geoffrey Enthoven, que nos trae Halfway junto al productor de la misma, Mariano Vanhoof, para una sesión de fotos y rueda de prensa. Imanol Arias tomará el relevo a las 12:15, también en el CCAI, para los primeros actos de su merecido premio Nacho Martínez, que le será entregado en el transcurso de la Gala de Clausura. Tras despedir al actor, el CCAI será escenario de la entrega del Premio VALETUDO y de la rueda de prensa donde se dará a conocer el Palmarés de nuestra 52ª edición. A las 16:00 podremos recuperarnos de las emociones de la mañana en el Dindurra, donde el director Alberto Rodríguez, el actor Javier Gutiérrez y el productor José Antonio Félez charlarán sobre su exitosa La isla mínima. No se nos acaba el cine, no crean. A las 17:00 podremos asistir al pase de Melbourne, cinta iraní que nos trae su director Nima Javidi a la sala 2 de los Cines Centro. En la sala contigua y a las 17:15, Song of My Mother en compañía de su realizador, Erol Mintas. Bien vestidos nos dirigiremos hacia el Teatro Jovellanos, donde a las 18:15 dan comienzo los prolegómenos de la Gala de Clausura, prevista para las 19:00. Tras los premios, agradecimientos y felicitaciones se proyectará el corto Not the end y la peli de cierre, Halfway. Luego, ya saben, a eso de las 23:55 la otra ceremonia conducida por DJ Amable y Jesús Ordovás en el Lanna Club. Para conocer el palmarés completo del festival: www.gijonfilmfestival.com

filMO. Festival de Cine de Bolsillo

Las cámaras y pantallas que nos rodean, día a día, las que usamos y tenemos en las manos de continuo, pueden ser también instrumentos para fabricar películas. filMO es una proyecto de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial integrado en el FICX. Su finalidad es vertebrar e impulsar la creatividad de todo cineasta en potencia armado con dispositivos como teléfonos móviles, cámaras de fotos y tablets. Cine inmediato y digital. Los participantes pudieron registrar su material entre los días 21 y 29 de noviembre, sirviéndose de todo aquello que rodea las actividades de un FICX que durante esos días toma la ciudad. Dividido en dos secciones, Amateur y Firmas Invitadas, la primera de ellas se ve recompensada con varios premios en metálico, que se darán a conocer el 15 de diciembre.

Imanol Arias fue El Lute y es Antonio Alcántara. También, y esto es casi más difícil, sigue siendo Imanol Arias. Es uno de eso rostros tan familiares que a uno no le extrañaría encontrárselo un día por el pasillo de casa, de vuelta del baño… “! Qué tal, Imanol!”, y una palmada en el hombro sería nuestra probable respuesta. Para llegar ahí, Imanol Arias ha recorrido más de cuarenta años de teatros, cines y televisiones, convirtiéndose en un actor fundamental durante dos épocas distintas. Primero, aquellos años ochenta donde arriesgaba todo junto a Imanol Uribe, Pedro Almodóvar y Vicente Aranda o narraba la transición y el pre-Olimpismo en series como Anillos de oro o Brigada Central. Enjuto, moreno e intenso, quizás aquel Imanol Arias era otro. Ahora, desde los 2000 y hasta el presente, ha vuelto a contar España, con tono amable, aunque progresivamente amargo, en la teleserie Cuéntame. En ella sintetiza la figura patriarcal española, atravesando décadas de historia de nuestro país siguiendo las interminables peripecias de esa familia nuclear por excelencia que son los Alcántara. Pero, de nuevo, Imanol Arias es mucho más: heredero de una tradición de intérpretes, de cómicos que ya no giran de pueblo en pueblo, sino de plató en plató, de tele en película. Sin parar, sin detenerse nunca. Imanol Arias recibe en esta 52ª edición del FICX el premio Nacho Martínez como reconocimiento a todo esto, a su carrera, su esfuerzo y su talento.

HOY, rueda de prensa y photocall en CCAI a las 12:15 h. y entrega del premio durante la Gala de Clausura.


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ENTREVISTA

Fresco, atípico, indefinible, Les combattants es el primer largometraje de Thomas Cailley, ovacionado en Cannes a raíz de su descubrimiento dentro de la Quincena de Realizadores. Este relato iniciático, narración de aprendizaje sobre el lugar que uno puede ocupar en el mundo y acerca del sentido que podemos dar a nuestra vida, es todo un OVNI cinematográfico.

Lo hemos descubierto con la estupenda Baby Balloon, pero Stefan Liberski es un veterano que trabajara junto al mismísimo Fellini y una figura destacada dentro del actual panorama cinematográfico belga. Novelista tanto o más que cineasta, su película refleja la exquisita actitud vitalista de un intelectual para quien el cine es un arte…, y la vida, naturalmente, también.

La película arranca en las Landas (Aquitania), un entorno de paisajes amplios y serenos pero también con una climatología imprevisible, tanto como lo es la pareja protagonista, dos seres opuestos prácticamente en colisión. Sí, para mí, efectivamente, Arnaud y Madeleine son elementos contrarios. Él representa el bosque, incluso trabaja en una empresa familiar de madera. Y ella es el fuego que llega y lo abrasa todo, quemando el universo de Arnaud, quizá no muy tranquilo, aunque sí falto de color y de algo de locura. De hecho, me gusta mucho esa metáfora y jugar con los elementos naturales. Con Madeleine pasan cosas muy raras. Conforme la vamos viendo, asistimos a cómo se van produciendo catástrofes naturales: de pronto hay una tormenta que se les viene encima o, súbitamente, se quema el bosque.

Baby Balloon no es la típica película sobre una chica gorda… Esa era la idea. Bici no es una chica simpática precisamente, de hecho, puede ser bastante desagradable y hasta tiránica, un poco como reacción a sus problemas, creo. No me interesaba tratar la historia de una chica gordita como si tuviera que dar lástima y sufrir mucho, despertando la compasión del espectador.

Al principio del filme parece haber una inversión de los roles sexuales dentro de un juego muy dinámico con los géneros cinematográficos, pero siempre evitando los clichés. Más que invertir los roles, lo que quería era subvertir los estereotipos, evitarlos. Estos dos personajes son bastante reales. Si uno se pasea por París, Gijón o cualquier otro lugar, podría encontrar a un Arnaud o a una Madeleine. Creo que la ficción suele encerrar a hombres y mujeres en estereotipos demasiado precisos, especialmente en la comedia. Y eso es algo que yo quería esquivar a toda costa. Deseaba sortear los clichés para darles más libertad a los personajes y, así, se pudieran encarnar mejor. Desde el proceso mismo de la escritura decidimos confiar en los personajes y dejar que fueran ellos mismos quienes nos llevaran por caminos desconocidos. Evidentemente se trata de la historia de un chico y una chica, de una comedia romántica, pero creo que se desarrolla por medios diferentes. Por ejemplo, vemos rasgos de los géneros de acción, de aventura, de cine apocalíptico… Sin desmerecer en absoluto al resto del reparto, Adèle Haenel se mueve dentro de un registro muy hawksiano a través de su personaje de mujer carismática, dominante, impetuosa, astuta y sensual. Muchas gracias en nombre de Adèle. La verdad es que ella no es así en la vida real, ni mucho menos. Uno de los grandes problemas para hacer esta película era que necesitaba encontrar una actriz que fuera igual de fuerte que el personaje. Necesitaba a alguien que fuera tan racional como irracional, mucho, si bien a partes iguales; alguien que pudiera combinar belleza con brutalidad, elegancia con violencia; alguien que reuniera muchas contradicciones. De hecho, me encontré a Adèle el primer día de casting. Mostraba un delicado equilibrio entre el misterio contradictorio de la racionalidad y la irracionalidad, con la suficiente convicción como para que el público quisiera acompañarla en sus creencias acerca del fin del mundo y demás. También es una actriz bastante física y la película requería esa capacidad. La persona que dirigía el casting lo resumió muy bien: “Con Adèle tuviste que elegir entre una persona”. Y, en efecto, así fue. Mis opciones eran una: ella, Adèle Haenel.

Por: JOSÉ HAVEL

El trabajo de Ambre Grouwels es absolutamente fantástico. Ya lo creo. Fue una sorpresa para todos. No había actuado nunca antes, procede del mundo de la música, pero vimos que tenía un potencial enorme. Para mí fue una gran experiencia ver cómo crecía como actriz y ayudar a su florecimiento. Lo que más me interesa del guión de Baby Balloon es que trata de la transformación, la metamorfosis y el crecimiento de una persona. Es un tema que me fascina, quizá porque nunca me he hecho adulto. Lo mejor de Baby Balloon es que siendo un film realista, no cae en la moraleja. Quería reflejar fielmente la realidad social que rodea a Bici y de la que es víctima. En Bélgica hay una gran tradición de cine realista, de la que son buena muestra los hermanos Dardenne. De hecho, la película se desarrolla y está rodada en Lieja, una de las regiones más deprimidas del país, tradicionalmente “territorio de los Dardenne”. Mientras rodábamos se nos acercaba gente preguntando: “Están rodando otra de los Dardenne, ¿no?”; ¡ja, ja, ja! Me interesaba que el realismo social fuera un componente más de la historia, que explique las decisiones de Bici, su necesidad de salir de la vida a la que está condenada, volando para escapar. De ahí la metáfora del balloon, el globo que se eleva… Me interesan los símbolos. Por ejemplo, la abuela de Bici, agonizante, conectada a sus aparatos de respiración, es una metáfora de la industria de la región que, como en Asturias, ha sido completamente desmantelada, está muerta… Pese a lo cual intentan aparentar que todavía sigue viva. Al final, Bici encuentra su balón de oxígeno: la música. ¿Quizá como usted el cine? Por supuesto. Quiero creer que el cine es un arte. Algo más que documento o información, una manera de cambiar a las personas. Como escribió Dostoievski: “Es la belleza la que cambiará el mundo”. A veces me preguntan qué ocurre después con Bici y su familia: ¿tendrá éxito como cantante? ¿Se muere su abuela?... No lo sé, me interesan los finales abiertos, que el espectador encuentre sus respuestas, no películas que se consumen tan rápidamente como se olvidan, como la comida del McDonalds, que quizá tu estómago recuerda por desgracia, pero tu paladar olvida de inmediato. ¿En qué trabaja actualmente? Acabo de terminar otra película, que se estrena ahora en Bélgica y pronto lo hará en Francia y otros países, entre ellos quizá España. Se llama Tokyo fiancée y está basada en una novela de Amélie Nothomb. Trata también de la transformación, de si cuando tienes veinte años te enamoras de una persona real…, o de la imagen que construyes de ella.


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ENTREVISTA

Por: CARMEN DÍAZ-FAES

Por: CARMEN DÍAZ-FAES


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EL FICX EN IMร GENES


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ACTIVIDADES PARALELAS

Anoche, al cierre de nuestra edición, el teatro de la Universidad Laboral acogía la primera edición de la Gala del Audiovisual Asturiano (GAVA), una ceremonia conducida por Pachi Poncela, Elena de La Fuente y Félix Corcuera. El Clúster Audiovisual de Asturias y su presidenta Ana Asenjo, al abrigo del Festival Internacional de Cine de Gijón, coordinaron esta I Edición de los GAVA, una iniciativa para impulsar el sector audiovisual y reconocer a todos aquellos profesionales asturianos que trabajan día a día el mercado regional, nacional e internacional. Un jurado compuesto por los periodistas Juan Ramón Lucas, Tino Pertierra y la presidenta de la Asociación de Telespectadores y Radioyentes de Asturias, María Esther del Moral, asumió la responsabilidad de repartir galardones en las diferentes categorías, valorando no sólo las mejores labores en el medio cinematográfico sino también en el ámbito televisivo, en el más escurridizo de la creación en vídeo y en el constantemente innovador de las opciones tecnológicas aplicadas al audiovisual.

PREMIOS GAVA

Capaces, de Manuel García Postigo y Francisco Vidal Guardado, se hizo con el galardón al mejor documental. 2 francos, 40 pesetas, de Gona Producciones y dirigida por Carlos Iglesias, con el de mejor Largometraje de Ficción, y Mochileros, de Médula Producciones, con el de Mejor Programa de Entretenimiento. TPA Noticias, de Televisión del Principado de Asturias, fue considerado Mejor Informativo. En la categoría de Vídeo, La gente de mi tierra, de Pablo Moro, producido por Mario Viñuela, se alzó como el Mejor Videoclip. IMOMA, de Tabú Comunicación, con el de Mejor Vídeo Corporativo, y Hoy salgo en casa, de Trisquel Media, con el de Mejor Spot. Los premios de Innovación, cuyo jurado fue conformado por las empresas CTIC, FICYT e IDEPA, consideró David frente a Goliat, de Tierravoz Comunicación el mejor proyecto de Tecnología e Innovación, y Castles, de Whoot Games, Mejor Videojuego. En cuanto a los galardones personales, Javier Gutiérrez fue vencedor en la categoría de Mejor Actor gracias a su trabajo en La isla mínima; Paloma Bloyd, por Perdona si te llamo amor, como Mejor Actriz, y José Antonio Quirós Mejor director por Todo el tiempo del mundo. En Televisión, Alberto Rodríguez por Superasturianos y Luján Argüelles por Un príncipe para... resultaron vencedores en las categorías de Mejor Presentador y Presentadora, siendo Roberto Álvarez por Tierra de Lobos y Paula Prendes por ByB los galardonados respectivamente como Mejor Actor y Mejor Actriz. Entre los momentos más esperados, la entrega del Premio de Honor de Cine para el cineasta Gonzalo Suárez, el Premio de Honor de Televisión para el director de casting Luis San Narciso, y el Premio Nacional para el periodista y presidente de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España, Manuel Campo Vidal.

Mejor Cortometraje: Safari, de Gerardo Herrero Mejor Banda Sonora: Abelardo Fernández Bagüés, por A Lifestory Mejor Guión: Nacho Rodríguez, por A lifestory

Mejor Serie de TV (Ficción y Documental): Enrockecidos, de Cronistar Producciones

Mejor Guión TV: Marco Imargues, Jorge Tena y Alfredo Díaz, por Al platu vendrás

Mejor Dirección TV: Patricia Puente y Vanessa del Rosal, por Conexión Asturias

Mejor Productor TV: Pedro Laguna, por El Brujo frente al espejo

Mejor Realización TV: Javier Salvador, por Cruzando en verde


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FIRMA INVITADA

Ningún amante del cine debería dejar de leer La ventana pintada, una novela corta del gran José Carlos Somoza. En esta narración se nos habla de la Filmoteca Soledad, lugar en el que un peculiar grupo de personas obsesionadas con las imágenes en movimiento se refugian del mundo. Todas ellas comparten un secreto que se convertirá en el secreto del protagonista, y al mismo tiempo, del lector de la novela. Puede que, en realidad, se trate de algo que ambos siempre habían sabido sin ser conscientes de ello. La oscuridad de la sala de cine es el nido de muchas otras oscuridades. Quizá no exista mejor emblema de esta idea que el mensaje, dolorosamente bello, de la película Arrebato (1980), que tiene varias cosas en común con el texto antes mencionado. No existe ningún otro lenguaje artístico con esa capacidad de clavar sus garras en todos nuestros sentidos al mismo tiempo, ningún otro que nos sorprenda tan a solas, tan vulnerables, tan a ciegas. El cine no viene de fuera: opera desde dentro de nosotros. Mitad déjà vu, mitad deslumbramiento (o incorporación de lo extraño a uno mismo), en una sala de cine se combinan el aterrador poder de la memoria con el inquietante impacto de la sorpresa, de ese presente que va cobrando una forma imprevisible ante nuestros ojos sin que podamos ejercer ningún control sobre él. Al menos, no más que el que podemos ejercer sobre la vida misma. Estamos hechos de recuerdos, y estos pueden tener muchos aspectos. Si a Proust le bastó una sensación gustativa para levantar su imperio de los recuerdos, ¿qué no habría sucedido si esa memoria hubiera tenido la forma múltiple, invasiva, de una escena cinematográfica? Todos conocemos el poder de una sola escena que se graba a fuego en la retina, conquistando la inmortalidad en nuestra mente. La culpa suele ser de Hitchcock, de Kubrick, de Lynch, de Cronenberg. Fuel de pesadillas o de ambiciones innombrables, estamos hechos de la misma materia que esas imágenes eternas. Quizá por eso muchas de las películas que más me han interesado nunca se basan en la exploración de las trampas de la memoria: Recuerda (1945), Rashomon (1950), El mensajero del miedo (1962), La jetée (1962), El pájaro de las plumas de cristal (1970), D.A.R.Y.L (1985), Brazil (1985), Desafío total (1990), Atrapado en el tiempo (1993), 12 monos (1995), Dark City (1998), eXistenZ (1999), La celda (2000), Memento (2000), Mulholland Drive (2001), Misteriosa obsesión (2004),

Olvídate de mí (2004), Unknown (2006), Time (2006) y Dream (2008), ambas de Kim Ki-duk, My Winnipeg (2007), The Number 23 (2007), El imaginario del doctor Parnassus (2009), Repeaters (2010), Inception (2010), Looper (2012), The Moment (2013), Trance (2013)… Quizá entre todas ellas mi preferida en este momento sea Mr. Nobody (2009), un ejercicio barroco, al mismo tiempo construido sobre una sutil poesía visual, para espectadores ávidos de estímulos, acertijos y desdoblamientos tanto de la cámara como de lo más profundo de las contradicciones y autoengaños cotidianos. Las diferentes estrategias de estas películas para hurgar en los recovecos del recuerdo, en esas zonas que preferiríamos que nunca salieran a la luz (y que a menudo no nos reconocemos ni siquiera a nosotros mismos) sugieren que a la complejidad de la memoria no le basta la limitada percepción tradicional. Algunos recuerdos perviven atrapados en una imagen o en un sonido, sí, pero algunos lo hacen en otro tipo de sensaciones más difíciles de describir, en cierta electricidad que vibra en lo alto del paladar, o en algo que está en la frontera, a punto de ser un olor y sin embargo no lo es. La percepción inequívoca de que alguien a quien no vemos tiene clavados los ojos en nuestra nuca. Quizá el séptimo arte sea también la caja negra en la que resuenan todos esos sentidos, muchos más que cinco, a los que no nos atrevemos a dar nombre a la luz del día. Incluyendo, por supuesto, el sexo. La oscuridad de la sala de cine es el nido de muchas otras oscuridades, el refugio para todo aquello que permanece oculto mientras saludamos amablemente a nuestra anciana vecina o pasamos la nochebuena con la familia. Es el refugio de nuestros pensamientos más angustiosos y más turbadores, y al mismo tiempo la prueba de que estos son reales, ya que existen también fuera de nuestra privacidad. No estamos solos en el deseo de lo torcido, de lo imposible. A la anciana vecina, al tío que se emborracha en nochevieja, también les pasa. El cine sirve para provocar el reconocimiento del otro en uno y del uno en el otro (para bien y para mal), genera una sobrecarga de la que solo puede escaparse dejándose someter por ella. En ningún otro lugar es posible esa fructífera e incómoda turbación de los sentidos, ese saqueo de lo más íntimo mediante la intervención en lo que siempre habíamos creído que era único en cada uno de nosotros. Todos somos el monstruo. Todos somos el miedo.

Por : SOFÍA RHEI Escritora y poeta. Creadora de las aventuras del jóven Moriarty (Fábulas de Albión).


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PROGRAMACIÓN HOY (29/11/14)

MAÑANA (30/11/14)

TEATRO JOVELLANOS

CINES CENTRO SALA 2

CINES CENTRO SALA 4

TEATRO JOVELLANOS

19:00 GALA CLAUSURA

09:30 S. Oficial no Competición (Prensa y Acreditados)

17:00 Animaficx / Enfants Terribles JAMÓN 8’ MAGICAL SISTERS YOYO AND NENE 100’ 19:45 Brillante Mendoza SERBIS 90’

12:30 Proyección de la película ganadora del premio Enfants Terribles hasta 12 años

21:00 Pase especial NOT THE END 29’ Sección Oficial no Competición HALFWAY 115’

HALFWAY 115’

••••••••••••

20:00 Sección Oficial Competición HILL OF FREEDOM 66’

GIJÓN SUR 20:00 NOCHES DEL CORTO ESPAÑOL FICCIÓN 96’ 22:30 Brillante Mendoza CAUTIVA 120’

•••••••••••• CINES CENTRO SALA 1 13:30 Convergencias MANUSCRIPTS DON’T BURN 125’ 17:00 Rellumes SONG OF MY MOTHER 103’ 19:45 Animaficx A BLUE ROOM 15’ ROCKS IN MY POCKETS 93’ 22:15 Llendes N-THE MADNESS OF REASON 102’

17:00 Sección Oficial Competición MELBOURNE 93’

22:30 Géneros Mutantes THE NOSTALGIST 18’ UNDER THE SKIN 108’

•••••••••••• CINES CENTRO SALA 3

12:30 Rellumes JACK 103’ 17:00 Géneros Mutantes THE WORLD OF KANAKO 118’ 19:45 Géneros Mutantes GHOST TRAIN 16’ IT FOLLOWS 100’ 22:15 Géneros Mutantes TERRY GILLIAM

•••••••••••• CINES CENTRO SALA 5 12:30 Animaficx BEACH FLAGS 14’ KAHLIL GIBRAN’S THE PROPHET 84’ 17:00 Rellumes COURT 116’ 20:00 Rellumes TRAITORS 86’ 22:30 S. Oficial no Competición HOMBRES, MUJERES & NIÑOS 116’

18:00 Proyección de la película ganadora del premio del Jurado Joven 20:30 Proyección de la película ganadora del premio del Jurado Internacional

•••••••••••• Los títulos de las películas ganadoras se podrán consultar en la web del festival www.gijonfilmfestival.com y sus redes sociales twitter y facebook, así como en las taquillas del Teatro Jovellanos alrededor del mediodía, tras la rueda de prensa del Palmarés. Las entradas se podrán adquirir en taquillas del Teatro Jovellanos durante el día de mañana a un precio de 4 €.

THE ZERO THEOREM 107’

STAFF Directores del periódico: Nacho Carballo Jorge Iván Argiz Redacción: Jesús Palacios Rubén Lardín Colaboran en este número: Carmen Díaz-Faes, François Filistreau, José Havel, Rubén Lardín, Jesús Palacios, Adrián Sánchez Firma invitada: Sofía Rhei Página de cómic: Albert Monteys Fotografías: FICX, Pensar Audiovisual, Marta Gómez Lucas Diseño y maquetación: SIGNUM (www.signum.es)

Impresión: EL COMERCIO Dep. legal: AS-4140-2014 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE GIJÓN

C/ Álvarez Garaya,2- 4º 33206, Gijón (España)

Para los que no tenemos la posibilidad de verlo de cerca ni llevárnoslo a casa, Alberto Estrada, el hombre detrás de Cerámica LAGUIA, nos cuenta cómo se gestó el premio FICXixón: “Con Nacho Carballo llevábamos mucho tiempo dándole vueltas al diseño que mejor representase el cine y a Gijón, y este año llegamos a la conclusión de que las antiguas butacas del Teatro Jovellanos podían ser una buena manera de reflejarlo. Fabricamos una muestra y el resultado encantó a todos: se trata de cerámicas hechas y pintadas a mano, llevan un envejecido para dar el toque antiguo de la madera y el cuero. Al ser artesanales, todas son distintas entre sí, por lo que cada una de ellas es una pieza única. El Premio Especial, a diferencia del resto, lleva un acabado en oro. Con treinta años de oficio a las espaldas, ésta es una de las esculturas de las que en Cerámica LAGUIA nos sentimos más orgullosos”. Nos consta que a Terry Gilliam también le gustó, según pudimos leer en su página de Facebook: “De vuelta de un maravilloso Festival de Cine en Gijón, Asturias, España. Me dieron un premio fantástico... Una butaca de cine del tamaño justo para ver grandes películas en un iPhone”.

Tlf. (+34) 985 18 29 40 Fax. +34) 985 18 29 39 E-mail: info@gijonfilmfestival.com Web: www.gijonfilmfestival.com Síguenos en: Facebook (Gijon International Film Festival. Official Site) Twitter (@Gijonfilmfest) Flickr (gijonfilmfestival)



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