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Navegando los Cambios de la Menopausia
La menopausia es un tiempo de transición para la mujer, en donde ocurren distintos cambios físicos y mentales. Muchos de estos cambios, como los sofocos infames y la sequedad vaginal, son consecuencia de los cambios hormonales y pueden ser aliviados con distintos tratamientos.
Además, con la menopausia, aumentan los riesgos de enfermedades cardiovasculares y óseas, que pueden ser disminuidos con cambios de estilo de vida. Aunque sería imposible capturar todos los cambios asociados a la menopausia en este escrito, tocaremos algunas de las quejas comunes de las mujeres que atraviesan la menopausia. Éstas las discutiremos con el fin de ofrecer un marco de lo que es normal en la menopausia, qué remedios existen para manejar síntomas molestosos, e inspirar a cada mujer a discutir sus preocupaciones médicas con su ginecólogo/a.
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Esto se caracteriza por varios segundos o minutos donde el cuerpo, en especial el cuello, pecho y la cara, se calientan, desencadenando una respuesta de sudoración de parte del mismo cuerpo para bajar la temperatura. No se sabe con certeza por qué ocurren pero se cree que es porque el hipotálamo, la glándula que controla la temperatura corporal, se vuelve más sensitiva a los cambios sutiles de temperatura. Los sofocos pueden ocurrir varias veces durante el día perturbando la concentración y en la noche causando dificultad con el sueño. El tiempo de duración de los sofocos varía para cada persona, pero en promedio, las mujeres reportan sentir estos episodios por 7 años. Ciertas características como el fumar, la obesidad y la raza te pueden predisponer a tener más episodios. El tratamiento para los sofocos, es el mismo que para la menopausia, reemplazo hormonal. No obstante, debe hablar con su médico sobre los riesgos y beneficios y si cualifica para el mismo.
En algunas ocasiones, existe un antidepresivo aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para el tratamiento de los sofocos. La recomendación por excelencia es la modificación de conducta, observar la alimentación, utilizar ropa fresca, no fumar, bajar de peso y terapias de relajación y respiración profunda.
La disminución de estrógeno es principalmente la causa de la disminución de formación de los huesos. O sea, que en vez de crearse o mantenerse estable el hueso, se comienza a degenerar. Esta degeneración en grados menores puede causar osteopenia, mientras que cambios más significativos pueden causar osteoporosis. Muchas veces estos cambios no son evidentes hasta que ocurren fracturas. Por esto, es importante hacerse la prueba de densidad mineral ósea, la cual mediante rayos-X mide la densidad del hueso y por consecuencia la severidad de la osteoporosis. Basado en los resultados de esta prueba, su médico puede considerar comenzar tratamientos para la osteoporosis con tal de reducir el riesgo de fracturas. No obstante, ¿qué puedes ir haciendo para prevenir que la pérdida de hueso sea menos marcada? Puedes suplementar tu dieta con comida rica en calcio y vitamina D, hacer ejercicios con tu propio peso tales como las sentadillas, subir escaleras, hacer excursiones, entre otros. Las personas mayores de 50 años deben tomar aproximadamente 1,500 mg de calcio diario y entre 400-2,000 mg de vitamina D, en especial la D3 ya que es la forma activa de la vitamina y la mejor que se absorbe por nuestro cuerpo.
Lo que alguna vez pudo ser visto como demasiada humedad o descarga vaginal, se convierte en algo que se extraña para muchas mujeres que atraviesan la menopausia. Previo a la menopausia, la hormona estradiol mantiene a la vagina bien lubricada, con rugosidad y elasticidad. Al esta hormona disminuir, la piel de la vagina, (y de otras partes genitales como la vulva y uretra), se vuelve más frágil y reseca. Esto puede causar ardor, picor, dolor con la penetración, y problemas urinarios. Este conglomerado de síntomas urogenitales asociados a la disminución de estrógeno se conocen como el síndrome genitourinario de la menopausia (SGM). Si su queja mayor es la falta de lubricación vaginal, puede intentar un lubricante a base de agua o silicona. Para una mejor salud sexual, hable con su pareja sobre estos cambios esperados durante la menopausia; juntos pueden explorar prácticas sexuales que sigan siendo placenteras. Es importante tratar los síntomas previamente mencionados ya que la vagina puede estrecharse progresivamente con la falta de penetración. Si la resequedad u otros síntomas del SGM persisten a pesar del uso de lubricante, existen productos hormonales para administrarse directamente a la vagina y hasta medicamentos orales si prefiere no utilizar tratamientos locales a la vagina. Discuta con su médico sus preocupaciones para que juntos determinen cuál sería su mejor tratamiento.
En general, la mujer tiene mayor riesgo de desarrollar depresión que el hombre. Este riesgo aumenta marcadamente durante el periodo de la menopausia. Además de estar atravesando los cambios fisiológicos de la menopausia, la mujer en esta etapa comúnmente navega cambios sociales (tales como enfermedad, retiro, cuidado de hijos adolescentes o padres envejecientes, divorcio o enviudar) que pueden añadir estresores y ansiedad, aumentando así el riesgo de depresión. Sentirse persistentemente triste o desanimada, no es normal.
Si la tristeza o ansiedad interfiere con el sueño o las tareas del día a día, es tiempo de hablar con su médico sobre esto. La disrupción del sueño es otra queja comúnmente reportada durante la menopausia. Muchas mujeres reportan dificultad para dormir o levantarse múltiples veces en la noche, frecuentemente a causa de los sofocos.
La pobre calidad de sueño puede causar disminución cognitiva, fatiga, e irritabilidad. Para aumentar su calidad de sueño, optimice su higiene del sueño. Esto se hace estableciendo una rutina previo a quedarse dormida, mejorar el ambiente en donde duerme, y practicar técnicas de relajación previo a dormirse. Si implementa estos cambios y su sueño continúa siendo pobre, háblelo con su médico. Existen psicoterapias y medicamentos para tratar la depresión y trastornos del sueño.
En fin, la menopausia conlleva muchos cambios que pueden parecer amedrentantes en ocasiones. Aun así, la menopausia es un periodo que se puede superar y disfrutar. Es importante saber que hay formas para mejorar los síntomas y efectos de la menopausia. El ejercicio, la dieta, entre otras recomendaciones y cambios pequeños pueden ayudar a disminuir el impacto de la menopausia sobre nuestras vidas. Es importante hablar con su doctor/a sobre estos cambios y si es candidata para terapia hormonal. Respecto a esto, es importante saber sobre su historial familiar de cáncer, trombos u otros factores de riesgo. Saber que no está sola y que puede hablar con su médico sobre los síntomas y sus preocupaciones, ayuda a encontrar mejores formas de tratarla.