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Vanessa Sánchez, periodista y guía privada: “Quiero que quienes nos visitan lleguen a amar esta tierra”
Vanessa Sánchez
Periodista y guía privada “Quiero que quienes nos visitan lleguen a amar esta tierra”
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www.walkonthebasqueside.com www.vanessa-sanchez.net
Tras trabajar más de 20 años en EITB (la radiotelevisión pública vasca) como corresponsal en París y en Pekín y como enviada especial, desde 2016 compagina su labor periodística con la presentación de eventos y el desarrollo de su proyecto Walk on the Basque Side. Objetivo, dar a conocer el País Vasco como guía privada y anfitriona de grupos que vienen por ocio o por motivos profesionales.
¿Qué es lo mejor y lo peor de ser corresponsal en el extranjero?
De lo mejor, el tener acceso a lugares y personas que de otro modo no podría. Ser corresponsal ha sido un aprendizaje vital, un baño de realidad que me ha abierto los ojos al mundo en el que vivimos, con sus luces y sus sombras. Lo peor, la soledad que se siente en ciertos momentos a la hora de afrontar situaciones complejas. Es duro, pero afortunadamente, creo que me ha ayudado a crecer como persona.
¿Añora esta etapa de su vida?
Echo de menos a muchas personas. Por suerte, a día de hoy las redes sociales nos permiten tener un contacto inmediato, ponernos al día y recordar con humor y nostalgia los grandes momentos que pasamos juntas. Pero si dejé aquella vida fue convencida de que ya pasó el momento para estar y vivir de aquel modo, a menudo tan trepidante. Sin embargo, creo que mucho de aquello sigue en mí, ya que sigo siendo una viajera e investigadora incansable, ahora en el País Vasco. Y es que, por pequeño que parezca mi país, tiene tanto jugo que da para muchas y grandes experiencias.
¿Cuándo y porqué se plantea la idea de dedicarse a dar a conocer Euskadi?
Fue en 2015, en Beijing como corresponsal de EITB. Me di cuenta de que necesitaba reencontrarme con mis raíces después de una vida queriendo conocer mundo y gente diferente. Como dice Tom Waits en su preciosa canción San Diego serenade, nunca vi a mi pueblo hasta que estuve fuera demasiado tiempo. Eso fue exactamente lo que me pasó. Además, tras una reflexión de varios meses, llegué a la conclusión de que lo que más me apetecía era conocer en profundidad mi país para darlo a conocer en los idiomas que domino (castellano, el euskera, inglés y francés). Curiosamente, es algo que venía haciendo desde siempre con personas que han venido a visitarme y a las que he enseñado mi país con rutas que yo misma querría hacer para mí. Y es que considero que lo que comparto es algo muy personal: es mi tierra.
¿Cómo se produjo es transición?
Desde que empecé a crear Walk on the Basque Side, vivo con la emoción de estar descubriendo un gran tesoro. Lo cierto es que vivimos en un país de vanguardia muy apegado a su cultura ancestral cuyo origen sigue siendo un misterio, y esa mezcla me parece muy interesante. También me atrae mucho la idea de poder trasladar ideas o fenómenos tan sutiles de nuestra cultura o nuestro paisaje como puede ser el sirimiri, la llovizna que ha caracterizado a nuestro clima y de la que cada vez podemos disfrutar menos, desgraciadamente.
¿Cómo organiza sus propuestas?
Yo creo sinceramente en el carácter inolvidable de mis propuestas, que parten de los deseos que me han expresado mis clientes. Para ofrecerles aquello que buscan, pongo todo mi conocimiento a su disposición, forjado en años de vivencias, trabajo de terreno y cariño. Y eso es lo que pido también a mis colaboradores para ofrecer Walks on the Basque Side auténticos. Un ejemplo, algo tan demandado en
Euskadi como son los pintxos. Pintxos hay muchos, pero solo aquellos que están hechos con amor y dedicación triunfan.
¿En qué aspectos se diferencian sus experiencias?
En mi trabajo intento ir más allá de lo que ofrece el cliché que tenemos del País Vasco. A mis clientes les hago propuestas para ir a la raíz de esa foto que tienen en mente de nuestra tierra, de forma que la comprendan y la lleguen a amar gracias al recorrido que haremos. Y a lo que les cuenten las personas que les presentaré en el camino.
Sus clientes, ¿Qué es lo que más valoran de su trabajo?
Me suelen decir que se notan todas las horas de investigación y trabajo que hay detrás de las rutas que realizan conmigo. Agradecen mi capacidad para adaptarme a sus necesidades y la pasión que tengo por mi tierra, que me lleva a presentarles lugares y personas insólitas que de otro modo no conocerían. Las personas que vienen con tiempo y ganas de dejarse llevar por las sorpresas del camino, como pararnos en una panadería para comprar ese bollo que alegra el día, llenar el botellín de agua en la fuente donde para la gente desde tiempos inmemoriales o contemplar el atardecer desde una bella atalaya que nos viene como anillo al dedo a esa hora,… me felicitan por haber aportado un broche de oro a su visita.
¿Nos puede recomendar algunas de ellas para este otoño?
El otoño, o cualquier momento, es una época maravillosa para descubrir Rioja Alavesa más allá de sus bodegas y viñedos. Por ejemplo, a través del mundo de la tonelería artesanal, desde la elaboración de una barrica a su reciclaje en lámparas de diseño. También es maravilloso conocer Iparralde tomando como inspiración a las hermanas Feillet, artistas pioneras e impulsoras del turismo en el País Vasco a mediados y finales del siglo XIX, debido a la fascinación de Eugenia de Montijo por Biarritz. Por otra parte, en un registro totalmente diferente, he creado en colaboración con artistas vascos de renombre las Rutas de Ribera para conocer una de las comarcas más despobladas del País Vasco, la cuadrilla de Añana. Así que ¿por qué no realizar un viaje sonoro a través del recuerdo de los Pueblos Fantasma, combinándolo con una visita exclusiva al Valle Salado de Añana, la fábrica de sal más antigua del mundo?
Vanessa Sánchez
Journalist and private guide “I want those who visit us to come to love this land”
After working for more than 20 years at EITB (the Basque public broadcaster) as a correspondent in Paris and Beijing and as a special envoy, since 2016 she has been combining her journalistic work with the presentation of events and the development of her project Walk on the Basque Side. Her aim is to showcase the Basque Country as a private guide and host for groups coming for leisure or professional reasons.
How do you organise your proposals?
I sincerely believe in the unforgettable nature of my proposals, which are based on the wishes expressed to me by my clients. In order to offer them what they are looking for, I put all my knowledge at their disposal, forged over years of experience, field work and affection. And that is also what I ask of my collaborators to offer authentic Walks on the Basque Side. For example, something that is so popular in the Basque Country, such as pintxos. There are many pintxos, but only those made with love and dedication succeed.
How do your experiences differ?
In my work I try to go beyond the cliché we have of the Basque Country. I make proposals to my clients to get to the root of that picture they have in mind of our land, so that they understand it and come to love it thanks to the route we take. And what the people I will introduce them to along the way will tell them.
What do your clients value most about your work?
They often tell me that they notice all the hours of research and work that go into the routes they do with me. They appreciate my ability to adapt to their needs and the passion I have for my land, which leads me to introduce them to unusual places and people they would not otherwise know. People who come with time and the desire to let themselves be carried away by the surprises along the way, such as stopping at a bakery to buy that bun that brightens up the day, filling up a bottle of water at the fountain where people have stopped since time immemorial or contemplating the sunset from a beautiful vantage point that suits us like a glove at that time of day,... congratulate me for having provided the perfect finishing touch to their visit.