Extraído de: http://www.glrbv.org.ve/ LOS DESPLAZAMIENTOS DENTRO DEL TEMPLO Por el M\ I\ y P\ H\ Miguel Ángel de Foruria y Franco, 33º, G\ M\ del Grande Oriente Español. Or\ de Madrid, VV\ del Manzanares, 21 de abril de 1994, e\ v\
El rito de la circunvalación del Templo ¿En que sentido debe realizarse la circunvalación y las deambulaciones dentro del emplo?. El rito de la circunvalación del Templo es una de las señas de identidad de la Masonería que más la identifican con las ceremonias religiosas y místicas de la antigüedad. Este rito, tan antiguo como el mundo, parece haber sido realizado universalmente. De hecho, todas las antiguas culturas lo practicaban, entre otras, en las ceremonias de la iniciación. En Grecia, los sacerdotes y el pueblo daban tres vueltas al altar cantando himnos sagrados, mientras realizaban los ritos de sacrificio. Los romanos, por poner otro ejemplo, además de en las ceremonias de sacrificio, practicaban el rito de la circunvalación en las de expiación y purificación. Al respecto, Virgilio, nos relata como Corineo purificó a sus compañeros en el funeral de Miceno, pasando tres veces alrededor de ellos, mientras los rociaba con aguas lústrales: Ídem ter socios pura circumtulit unda, Spargens rore levi et ramo felicis olivae. “Tres veces rodeó a la multitud con agua pura, rociándola del líquido divino con una rama de olivo”. Eneida, VI, 229. Como último ejemplo, recordemos que los druidas célticos practicaban una danza mística en torno a los cairnos, o piedras sagradas. Esta, consistía en dar tres vueltas completas desde el oriente a occidente. Sentada, pues, la antigüedad de este rito que, entre otras ocasiones, la actual Masonería rememora en el transcurso de los tres últimos viajes de la ceremonia de Iniciación de los Aprendices. Caracterizándose la Orden por la constante búsqueda de la verdad, a la que se entregan sus miembros. Siendo uno de nuestros pilares la inexistencia de dogmas sustentados en lo que en teología se llama Fe. Y, en su consecuencia, no admitiéndose en nuestros Talleres más
tesis que aquellas que pueden sustentarse en la razón, invito a los HH\ a preguntarse sobre cual es la forma correcta, ritualmente hablando, de desplazarse dentro del Templo y dar cumplimiento al antiguo rito de la deambulación. Los HH\ de mayor edad masónica, con motivo de la visita a nuestros Talleres de HH\ de otras Logias, o con ocasión de vuestra asistencia a los Trabajos de Logias de otras Obediencias, habréis podido observar que, en muchas ocasiones, nuestros HH\ no coinciden con nosotros sobre el sentido en el que hay que desplazarse dentro del Templo. Esto suele ocasionar que surjan sanos contrastes de pareceres acerca de sí la deambulación correcta es de derecha a izquierda o de izquierda a derecha. Cuestión esta delicada, puesto que hay argumentos válidos en defensa de una u otra forma de deambulación. Por ello, siendo conocido por todos los HH\ que los rituales con los que trabajamos en el Grande Oriente Español ordenan que la circulación ritual dentro del Templo se efectúe de derecha a izquierda, analizaremos el por qué, realizando un análisis, aunque sea somero, de las razones ritualísticas y simbólicas por las que nos mantenemos en esa forma de deambulación. En primer lugar, es necesario determinar con precisión el alcance, valor real y justo significado de cada una de las palabras que vamos a emplear para definir los movimientos. El sentido del movimiento de las agujas del reloj es definido en latín como dextrórsum cuando se gira de izquierda a derecha y sinistrórsum cuando el giro se realiza de derecha a izquierda. Pero nos resulta fácil observar que las expresiones “de derecha a izquierda” o de “izquierda a derecha”, individualmente empleadas, no son suficientes para designar el sentido del movimiento circular de las agujas del reloj. Puesto que estas girarán en sentido dextrórsum cuando lo hagan por la parte superior del cuadrante y en sentido sinistrórsum cuando lo realicen por la inferior. Sucediéndonos lo mismo cuando decimos que el movimiento de un astro se realiza de oriente a occidente o de occidente a oriente. Por ello, con el fin de evitar las confusiones y con el de que todos entendamos el significado y valor exacto de las palabras, emplearemos dos adjetivos para señalar la deambulación sobre nuestra derecha o sobre nuestra izquierda. Entenderemos, pues, que la deambulación se realiza en sentido dextrocéntrico, cuando giremos conservando la parte derecha del cuerpo hacia el interior de la circunferencia y sinistrocéntrico cuando lo hagamos manteniendo la parte izquierda orientada constantemente hacia el interior de la circunferencia. En cuanto a los argumentos que podríamos emplear para defender la circulación dextrocéntrica, destaca, en primer lugar, el que tradicionalmente se considera que la derecha es benéfica y la izquierda maléfica. Recordemos que “dexter”, en latín, significa: “derecho, diestro, hábil, listo, avisado, sagaz, etcétera” y “sinister”: siniestro, izquierdo, infausto, de mal agüero, funesto, desgraciado, dañino, etcétera.
En su consecuencia, y si admitiéramos lo dicho como bueno, tendrían estas mismas características los movimientos que hiciéramos, según fueran dextrocéntricos o sinistrocéntricos. Teniendo, en ese caso, todas las deambulaciones que realicemos sobre la izquierda el carácter de nefastas. Así, en los rituales de “magia negra”, según nos indica Victor Henry en “La Magia en la India antigua”, página 223, “La derecha cede su puesto a la izquierda. Si se coge un objeto se hará con la mano izquierda. Si se adelanta un píe, este será el izquierdo. Siempre se presentará el flanco izquierdo al fuego o a cualquier otro objeto sobre el cual se gire”. Por su parte, Goblet d'Alviella, en su libro “Creencia, Ritos e Iniciaciones”, página 12, dice: Es importante tener en cuenta que en todos los altos rituales rotatorios, el movimiento se debe hacer siempre sobre la derecha, en el mismo sentido del movimiento de la aguja sobre el cuadrante del reloj. El mismo, enumera algunos hechos: “los rituales brahmánicos” observa, “prescriben formalmente el seguir la deambulación dextrocéntrica”. “El recorrido preparado para las procesiones en torno al Santuario, en los más antiguos templos brahmánicos, tiene el nombre de pradakshina, que literalmente significa sobre la derecha o dextrocéntrico. “Los indús”, sigue diciendo, “conocían también la deambulación sobre la izquierda, a la que llamaban prasavya, y la consideraban como un acto de mal augurio, de magia negra”. “En Escocia”, dice, “los celtas han conservado hasta nuestros días la costumbre de dar tres vueltas, girando sobre la derecha, a los objetos que desean santificar y a los individuos a los que quieren honrar o proteger”. Este mismo pueblo, en las ceremonias funerarias, realizan las deambulaciones en sentido contrario, es decir, sobre la izquierda. Comenta también Goblet d'Alviella que, comúnmente, se considera como propicia la rotación a la derecha y desfavorable la que se realiza sobre la izquierda, por que, en el primer caso, el movimiento sigue el curso del sol y en el segundo se va contra este curso. Precisa, que las deambulaciones sinistrocéntricas, en los ritos fúnebres, eran seguidas de una deambulación dextrocéntrica. Así mismo, en Masonería, es costumbre cubrir una Batería Fúnebre con una de Júbilo. “El ritual brahmánico” explica, “nos da la clave de este doble rito: en la primera marcha, el oficiante va hacia los antepasados, dentro del dominio de los muertos; en la segunda regresa hacia este mundo, que es el suyo”. René Guénon, en “La Gran Triada”, página 59, llama “polar” el sentido sinistrocéntrico y “solar” al dextrocéntrico. “La deambulación” dice, “se realiza manteniendo constantemente el centro a la izquierda, en el primer caso, y a la derecha en el segundo. Este último modo es el que está en uso siguiendo la tradición hindú y tibetana. Mientras que el primero corresponde a la tradición islámica”. Y sigue diciendo: “Es forzoso notar que el sentido de ambas deambulaciones, que respectivamente van de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, corresponde igualmente a la dirección de la escritura de ambas culturas”.
Los HH\ deberán recapacitar sobre este ultimo argumento del H\ René Guénon, en que atribuimos a la Masonería un origen asiático, pues, tradicionalmente, las culturas del medio oriente escriben de derecha a izquierda. “En la Masonería” añade el ya citado autor, “en su actual forma, el sentido de las deambulaciones es solar, pero en la antigüedad era siempre polar, según se refleja en los antiguos rituales operativos, los cuales situaban el Trono de Salomón a Occidente y no al Oriente, con el fin de que quien lo ocupara pudiera contemplar el sol al amanecer”. En cuanto a los argumentos en favor de la circulación sinistrocéntrica, son muchos y, personalmente, entendemos que de mayor entidad. En astronomía y en astrología se llama “sentido directo” el movimiento que se realiza al revés del de las agujas del reloj, y “sentido retrógrado” el movimiento contrario. Conocemos que la rotación de la tierra sobre su eje es sinistrocéntrica y que esta gira alrededor del sol en el mismo sentido. Por otra parte, los planetas se mueven igualmente en esa dirección, aunque la combinación de los distintos movimientos, más o menos veloces, dan la apariencia de que el movimiento se realiza en sentido retrógrado o dextrocéntrico. A causa del movimiento de la Tierra, la bóveda celeste parece girar de derecha a izquierda (movimiento sinistrocéntrico) y el sol de izquierda a derecha (movimiento dextrocéntrico). Pero el movimiento real del sistema solar es sinistrocéntrico y en su consecuencia, dado que la Logia representa al Universo y los Oficiales a los Planetas, es absolutamente lógico que estos circulen respetando el sentido real. El Templo esta orientado hacia el Este y la Luz, o el Sol, surge por el Oriente, pasa por el Mediodía y se pone por el Occidente. La circulación sinistrocéntrica va hacia el encuentro con el sol. Se entra por la derecha y se sale por la izquierda, se va hacia el Oriente pasando por el Mediodía y se sale por el Occidente pasando por el Septentrión. Simbólica y lógicamente, esta deambulación debería ser la única posible en Masonería. El Masón va hacia la Luz cuando entra en el Templo y regresa a las Tinieblas al salir. Es importante tener en cuenta que el Masón circulando en la manera expuesta, no se opone al normal movimiento telúrico. Además, hay que hacer constar que la influencia benéfica o maléfica, atribuida a las deambulaciones, es una cuestión puramente convencional y sin ninguna base científica que sea mensurable. Por lo que no encontramos ninguna razón, válida, para admitir la tradición que dice que la circulación sinistrocéntrica es maléfica. Es más, como masones estamos en la obligación de rechazar cuanto en esa tradición hay de superstición. Personalmente, preconizamos la circulación sinistrocéntrica, en total acuerdo con lo prescrito por nuestros rituales, ya que, masónicamente, es la más correcta. Pero no nos oponemos, ni vemos nada malo en que un Taller, perteneciente a otra Obediencia, admita la circulación dextrocéntrica; con la condición de que lo haga con conocimiento de los motivos por los que lo hace en ese sentido y que estos sean masónicamente válidos.
Lo que no es admisible es el circular indistintamente sobre la derecha y la izquierda. En todos los casos se debe adoptar un sentido “ritual” para la circulación dentro del Templo.
A lo dicho, se debe señalar una sola excepción: En el momento de la apertura de los Trabajos, los Vigilantes deben caminar el uno a la derecha y el otro a la izquierda por delante de las Columnas formadas por los HH\ reunidos y cruzarse primero delante de V\ M\ y después ante el Cubridor Interno, retornando a sus puestos. En todos los demás casos es absolutamente obligatorio el Desplazamiento Ritual por el interior del Templo. He dicho.