SueĂąo y obra de
Gobernadora del Meta
Marcela Amaya García Director Instituto Departamental de Cultura del Meta
Luis Horacio Vasco Suárez Dirección Ejecutiva
Cielo Isabel Usme Andrade Redacción de textos
Darío Robayo Sanabria Carlos Rojas Hernández Jhon Emerson Moreno Riaño Gildardo Cruz Arias Carlos César Ortegón Castro Rafael Santiago Padilla Fabio Álvaro Melo Rodríguez Cielo Isabel Usme Andrade Producción editorial
Fundación Círculo de Profesionales del Arpa y su Música (CIRPA) Coordinación editorial y corrección de textos
Fredy Ordóñez Diseño de la pauta gráfica y diagramación
Paula Forero Fotografías
Gobernación del Meta Constantino Castelblanco Impresión
Panamericana Formas e Impresos S.A. Compilación y digitalización de audios
Juan Camilo Robayo Carvajal Edición y masterización de audios
Julián Andrés Robayo Carvajal Estudios de Grabación
SoundMob Studios, ciudad de México, México, mayo de 2018 Agradecimientos
Frontera Energy, HOCOL, Fundación del Alto Magdalena y Asociación Caracara ISBN 978-958-56554-1-6 Primera edición: mayo de 2018 Impreso en Colombia No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sin el permiso previo y por escrito de CIRPA (Fundación Círculo de Profesionales del Arpa y su Música). La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual.
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Presentación Miguel Ángel Martín Salazar
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HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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Evolución del Torneo Internacional del Joropo Darío Robayo Sanabria
16
La canción llanera en el Torneo Internacional del Joropo
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Carlos Rojas Hernández Contrapunteo: significado y valor patrimonial ancestral
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Gildardo Cruz Arias El baile tradicional del joropo
64
Rafael Santiago Padilla Sequera y Jhon Moreno Riaño
CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN DEL JOROPÓDROMO
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Álvaro Melo Rodríguez y Cielo Usme Andrade
CONTENIDO
JOROPO ACADÉMICO
119
Jhon Moreno Riaño
LOS HOMENAJEADOS
151
Marco Sergio Rodríguez Merchán (2013) Jhon Moreno Riaño
154
Reynaldo Armas (2014)
157
Álvaro Melo Rodríguez Orlando “Cholo” Valderrama (2015)
161
Jhon Moreno Riaño Manuel Orozco Castro “El Clarín de Llanogrande” (2016)
164
Jhon Moreno Riaño Juan Vicente Torrealba (2017)
168
Darío Robayo y Carlos “Cachi” Ortegón
PERSONAJES Y ARTISTAS DESTACADOS DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO Carlos “Cachi” Ortegón
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PRESENTACIÓN
Me ha correspondido en 2018 la realización del 50 Torneo Internacional del Joropo, versión de oro, para la cual nos propusimos compilar la memoria asociada a la historia de 49 ediciones de este evento, en su esencia: música, canto y baile, desde su creación en 1965 hasta 2017. De eso se trata este libro, Sueño y obra de Miguel Ángel Martín, titulado así en memoria y homenaje a quien fuera el creador del Torneo Internacional del Joropo, ese gran hombre araucano, autor de la canción “Carmentea”, himno de la música llanera colombiana. Esta edición demandó una rigurosa dedicación por parte de un equipo de investigadores, músicos, gestores y folclorólogos, consagrados a la documentación de la cultura y música llanera. Así, hemos logrado esta aproximación a la memoria histórica y evolución del Torneo Internacional del Joropo, en sus componentes esenciales, comprendidos en: Concurso de música llanera —joropo de arpas, composición de canciones y contrapunteo—, danza tradicional, Joropódromo, Joropo Académico, artistas homenajeados y un último capítulo en el cual quisimos destacar a impulsores y algunos de los muchos artistas que han tenido una especial trayectoria durante la existencia del Torneo, esencia del capital cultural del departamento del Meta. Además, quisimos compilar piezas musicales ganadoras y concursantes en las 49 versiones del Torneo Internacional del Joropo, y el resultado es el álbum musical aquí incluido, conmemorativo a la versión 50, con canciones de Dumar Aljure, Orlando “Cholo” Valderrama, Carlos “Cachi” Ortegón, Marco Sergio Rodríguez y Pedro Felipe
Sosa Caro, obras magistrales de los consagrados arpistas Abdul Farfán y Juan Pablo Rodríguez e interpretaciones de músicos, copleros y voces triunfadoras en el Torneo. Con la presente documentación, también develamos las transformaciones del joropo, desde el criollo de diapasones al de arpas, que se impuso rápidamente a partir de la influencia venezolana en el Torneo; por todo esto, en nuestro certamen, desfilan hoy los diversos lenguajes del arpa, desde el tradicional y urbano hasta el contemporáneo. Con esta historia musical, contamos y cantamos 32 canciones llaneras representativas, entre pasajes, golpes, poemas, y obras instrumentales para arpa, bandola, cuatro y ensambles de joropo. Asimismo, incluimos en capítulos especiales el Joropódromo, el Joropo Académico y los Homenajeados, que son las últimas actividades añadidas al Torneo Internacional del Joropo. Con respecto al Joropo Académico, que se inicia en 2007, reseñamos lo que ha sido este espacio de reflexión sobre las prácticas y saberes relacionados con el origen de la música llanera, su estética, lugares y paisajes. Y en este sentido valga recordar que en 2014 los cantos de trabajo del llano fueron el tema central de este escenario académico, cinco meses después de que fueran declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, proceso que, en 2017, permite que la Unesco los incluya en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Finalmente, dejamos para la memoria colectiva y eterna recordación a nuestros homenajeados, cinco grandes artistas entre colombianos y venezolanos, merecedores de gratitud en el Torneo Internacional del Joropo, por diversas razones: Marco Sergio Rodríguez, por su prolífica producción artística; Reynaldo Armas, premio Grammy y ejemplo de perseverancia y compromiso con el joropo; Orlando “Cholo” Valderrama, porque es un gran cultor y, asimismo, un premio Grammy que puso de presente la importancia del joropo; Manuel Orozco, por toda una vida dedicada a la composición y la creación; y, finalmente, Juan Vicente Torrealba, maestro de maestros, por el aporte invaluable que ha hecho a su majestad el joropo. Así que estas páginas constituyen un compromiso para que, año a año, y a partir de la versión 50, el Torneo Internacional del Joropo, más allá del espectáculo, tenga una función social como fuente valiosa de generación y construcción de conocimiento, y para que siga siendo el evento más importante de la música llanera en Colombia y Venezuela, en los próximos 50 años. Es para mí un orgullo hacer parte de esta publicación: Sueño y obra de Miguel Ángel Martín, que contiene 49 años de historia del Torneo Internacional del Joropo contada, tocada y cantada.
Marcela Amaya García Gobernadora Departamento del Meta
MIGUEL ÁNGEL MARTÍN SALAZAR TAME (ARAUCA), 1932 BOGOTÁ, 1994
Músico, escritor y miembro de la Academia de Historia del Meta y los Llanos Orientales, creador y primer director de la Academia de Música del Meta, el Festival de la Canción Colombiana y el Torneo Internacional del Joropo. En su autobiografía escribió que, en 1953, empieza a salir al interior del país con agrupaciones folclóricas, y luego de participar en algunos festivales se da cuenta de que se debían crear escuelas de folclor y realizar festivales regionales. Con esa inquietud, gestiona la creación de la Academia de Folclor de Arauca y, luego, se ocupa de la fundación de la Academia de Música del Meta. En 1962 logra que el Gobierno del Meta decrete la creación de un concurso musical anual para premiar la mejor obra musical de autor colombiano. Así nace el Festival de la Canción Colombiana y, tres años después, consigue adicionarle a este festival un concurso de música llanera, al que denominó Torneo Internacional del Joropo. En 1955 escribe la obra musical que lo inmortaliza, el joropo “Carmentea”, considerado himno de la música llanera colombiana, en homenaje a la belleza de Carmen Teresa Aguirre, una mujer araucana. Hacen parte de su extenso y variado repertorio otras canciones llaneras, como: “Reina del amor”, “Dulce María”, “El yaguazo”, “Paisaje
matinal”, “Olga Lucía”, “Cariño mío”, “El torito pitador”, “Está pidiendo mi pueblo” y “Arauca Martín”, escrita a su única hija, a quien bautizó con el nombre de Arauca, en honor a su amada tierra natal. Estudioso de otros géneros musicales colombianos, como el vallenato, compone en ritmo bailable “Cartagena, Cartagena”, “La hamaca vacía” y “Fiestas de Tame”. En su obra literaria Del folclor llanero, investigación que inicia en 1953, deja un importante legado rescatando la historia y los orígenes del folclor llanero. Otros de sus libros son Marcolino Carajón, versión novelada de sus experiencias, y la novela costumbrista Lemmings. Vistió musicalmente “El renacuajo paseador”, “La pobre viejecita” y “El gato bandido”, poemas infantiles del escritor colombiano Rafael Pombo. En su último viaje a Arauca, cuatro meses antes de su fallecimiento, escribe allí la que iba a ser su última canción, “Arauca Mía”; premonitoriamente fue la despedida final a esta, su tierra del alma.
HISTORIA DEL TORNEO
INTERNACIONAL DEL JOROPO
EVOLUCIÓN DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
ORIGEN DEL TORNEO
En la génesis del Torneo Internacional del Joropo existe una figura sobresaliente para su posterior desarrollo histórico: Miguel Ángel Martín. Es este poeta araucano quien luego de un viaje por Europa concibe en el inicio de la década de los sesenta la idea de organizar en Villavicencio un festival que promoviera el encuentro folclórico entre Colombia y Venezuela, aun cuando su círculo de amigos cercanos dudaba de que la idea llegara a feliz término. Según lo describe una revista local, por entonces el “joropo se escuchaba especialmente en dudosos bares, en los que vaqueros llegados de Arauca y Casanare saciaban con cerveza y aguardiente los cuarenta días de travesía arriando el ganado en tránsito hacia la capital del país”1. Es decir, para la época lla música llanera era escuchada en nuestro país apenas por algún sector de la sociedad de la capital del Meta y no por el público en general.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En 1962, Miguel Ángel Martín, con el apoyo del gobernador del Meta, Carlos Hugo Estrada, crea en Villavicencio el Festival de la Canción Colombiana, un espacio para fomentar la creación del compositor nacional y fortalecer las músicas propias de nuestro suelo patrio. Sin embargo, en dicho festival la música llanera colombiana no tenía el protagonismo que su creador esperaba. De acuerdo con la antropóloga Doris Arbeláez, el “mayor obstáculo que encontró Miguel Ángel Martín fue la escasez de conjuntos llaneros para representar el joropo colombiano frente a otras tradiciones musicales del país”2.
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1 La Huella del Torneo, Instituto Departamental de Cultura del Meta, Villavicencio, 2008, p. 15. 2 Arbeláez Doncel, Doris, El arpa llanera y su tradición en el Torneo Internacional del Joropo, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, 2016, p. 63.
A pesar de todas las dificultades y gracias a la exitosa realización de las tres primeras versiones de este festival, el maestro Miguel Ángel se dio cuenta de que su sueño de crear un concurso de joropo era posible y, con el consentimiento de las autoridades departamentales, en 1965 crea el Torneo del Joropo, como fue llamado inicialmente. El periódico local, El Candil, escribió: “Con el noble propósito de relievar la música llanera y estimular a sus intérpretes, se crea en Villavicencio el concurso denominado Torneo del Joropo”. En seguida, describe las bases del concurso que serán las primeras normas que estructurarán el naciente torneo: 1. Los concursantes serán colombianos o venezolanos 2. Se aceptan todas las modalidades (canto, instrumentos y danza) del joropo
4. Se premiarán con las condecoraciones Centauro de Oro, Centauro de Plata y premios en efectivo al primer y segundo lugar en conjuntos, parejas de baile, cantadores y guitarreros.3
3 El Candil, citado en La Huella del Torneo…, p. 19.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
3. Se aceptan como instrumentos típicos el arpa, el bandolín, la bandola, la guitarra (española), la guitarra llanera o cuatro, el furruco, las maracas y el guitarro o tiple
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Como se observa en las bases del concurso, en su inicio no se le llamó internacional pues “sólo dos países se hermanaban para tal certamen” y se propuso que fuese realizado dentro de la celebración del Festival de la Canción Colombiana en el mes de diciembre. Posteriormente, en la década de los ochenta, se decide que el certamen tome como fecha para realizarse el mes de julio en el marco de la conmemoración del aniversario del departamento del Meta. Gracias a la proyección y al alto poder de convocatoria de públicos de la Orinoquia y del centro del país, desde sus inicios se buscó fortalecer el evento más representativo de la cultura musical llanera de la Orinoquia de Colombia y Venezuela. Con el paso de los años se constituyó en el punto de encuentro de músicos, cantadores y bailadores, en la “meca del joropo”, Villavicencio, según Carlos “Cachi” Ortegón.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Su programación oficial atiende no solo a seguidores de la tradición llanera, sino también al público simpatizante de otros géneros musicales, consolidado dentro de la oferta cultural y turística de Colombia como uno de los mejores destinos para el entretenimiento y el disfrute.
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Pueden distinguirse tres grandes momentos históricos en el desarrollo del Torneo Internacional del Joropo. En su origen nace como torneo de música llanera con un carácter competitivo (1965-1982); posteriormente (1983-1990) se convierte en encuentro internacional del joropo con la presencia de los mejores artistas y agrupaciones de Colombia y Venezuela, dejando de lado el concurso; en 1991 adquiere una nueva naturaleza al convertirse en festival de canciones llaneras. Y por último (1999-2017) retoma su carácter original con el cual fue concebido por su gestor. Así, durante 50 años de existencia el evento se ha desarrollado entre torneo, encuentro y festival.
TABLA 1 Primera versión del Torneo Internacional del Joropo en 1965. Tabla de ganadores MODALIDAD
GANADOR
PAÍS
Mejor conjunto
Llaneros de Venezuela
Venezuela
Mejor arpista
Manuel J. Larroche
Venezuela
Mejor cantante
Hernán Quintero
Colombia
Mejor pareja de baile
Carmen Barros e Isidro Briceño
Venezuela
Mejor coplero
José Parales
Colombia
Mejor guitarrero (cuatrista)
Esteban Torrealba
Venezuela
Mejor cantador
José “Catire” Carpio
Venezuela
Fuente: El Tiempo, diciembre de 1965.
4 La Huella del Torneo…, p. 21.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
EL JOROPO REALENGO DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO 1965-1982
Para conocer los albores del hoy Torneo Internacional del Joropo se ha consultado documentación histórica que permite detallar, entre otras cosas, los pormenores de la primera versión. La prensa regional argumenta que “en la celebración del 65 muy pocos se atrevieron a participar, puesto que el poderío en la ejecución de instrumentos, especialmente del arpa, además del canto y el baile, lo reclamaba Venezuela”4. Por su parte el periódico El Tiempo de ese año registró los ganadores que, de acuerdo con los jurados colombo-venezolanos, se llevaron los honores. Según estos datos podemos establecer que quienes obtuvieron el primer puesto en las distintas modalidades de la primera versión del torneo fueron:
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Como se señala en la tabla, salen favorecidos como mejor cantante el tenor Hernán Quintero y como cantador tradicional se impone José “Catire” Carpio. Igualmente sucede en la evaluación de arpistas; ante el arpista apureño Omar Moreno, se impone Manuel J. Larroche, arpista con influencia académica representante del arpa urbana, puesta en boga por la discografía llanera de Juan Vicente Torrealba y Miguelito Rodríguez.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Al terminar esa primera competencia El Tiempo tituló: “Los artistas venezolanos resultaron triunfadores en el primer torneo internacional del joropo” celebrado en 19655. Por su parte, el otro diario de mayor circulación en el país informaba, bajo el titular “Villavicencio se coronó de canciones”, que el certamen de ese año había resultado un espectáculo inolvidable para quienes habían llegado a la ciudad en busca de fiesta y la belleza de las reinas. En El Espectador se narraron así los acontecimientos:
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Los venezolanos que llegaron en número de cuarenta […] son fantásticos. Los colombianos no se han quedado atrás en el contrapunteo, en el baile del joropo y en el canto. El jurado ya estudió para dar el fallo, los méritos de cada artista y en el teatro se pronunciaron los nombres de los vencedores, pero a ellos y a los que no ganaron no los olvidarán quienes por primera vez se asomaron al joropo y a la hermosa música llanera.6
5 El Tiempo, Bogotá, 6 de diciembre de 1965, p. 6. 6 El Espectador, Bogotá, diciembre de 1965.
Como ya lo describía la prensa local, y lo confirman los datos escritos por los diarios de la capital de la república (véase la tabla 1), en esa primera versión los músicos y cantantes venezolanos dominaron las competencias debido al mayor desarrollo que en el país vecino se había dado a las distintas modalidades que constituían la música llanera. En este contexto es necesario reseñar entonces que esa primera versión del Torneo Internacional del Joropo en 1965 “marcó el definitivo protagonismo del conjunto venezolano de arpa, cuatro y maracas, ya no solo en la escucha sino en la práctica”7. Así las cosas, este nuevo formato instrumental que llegó de Venezuela sería el que en adelante dominaría la organología de la música llanera en nuestro país.
7 Arbeláez, Doris, El arpa llanera y su tradición…, p. 64.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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GUITARRAS, TIPLES Y ARPAS: EL ENCUENTRO DE DOS JOROPOS
En 1966, la segunda convocatoria del evento “contó con la asistencia de un número mayor de agrupaciones locales, las cuales, a partir de su recorrido profesional, pero ante todo por la valentía de sus integrantes, se atrevieron a pararse en la tarima del Torneo”8. Se destaca en aquella segunda versión la participación del conjunto Así es mi Tierra, llegado de San Martín, Meta, que ejecutaba la música llanera colombiana con tiple, bandola, guitarra y maracas. Según la información histórica que arrojan dichos documentos, este conjunto hizo parte de la primera experiencia en que la música llanera colombiana se midió en un evento oficial ante las delegaciones provenientes de los llanos venezolanos9. Es decir, el Torneo del Joropo de Villavicencio sirvió como escenario para que en 1966 se encontraran por primera vez dos versiones del joropo: Colombia con sus guitarras y tiples, y Venezuela con sus arpas. Siguiendo lo reseñado por la prensa local,
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Así es mi Tierra, debido a su procedencia provincial, llegó a Villavicencio convencido de que el joropo que ellos presentarían sería el mismo en su ejecución e interpretación al de los demás grupos participantes, pero la sorpresa fue grande. De Venezuela arribó una gran armada musical. Los cantantes y copleros Antonio Barcey, Juan del Campo y Marcelo Quinto
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8 La Huella del Torneo…, p. 21. 9 En tal sentido, es necesario adelantar investigaciones con metodología histórica que develen el contexto, origen y las influencias del joropo en la Orinoquia de nuestro país.
encabezaban sus respectivas agrupaciones […] La voz era la de Ángel Custodio Loyola, hombre petiso, renco y de portentosa voz que inmortalizó temas como “Catira marmoleña”, “Cajón de Arauca apureño” y “El guachamarón”.10 Las diferencias, incluso, fueron mucho más allá de lo técnico instrumental e interpretativo de los aires que uno y otro conjunto ejecutaban. Dentro de los trajes que utilizaban las agrupaciones venezolanas se encontraba el “liquiliqui”, mientras que, del lado colombiano, muy decentemente vestidos, “como llegamos nos presentamos”, expresa el testimonio de un músico participante de aquella versión. Ya en tarima, Román Rojas puso a trinar su bandola lira de 16 cuerdas, mientras que estrictamente el tiple y la guitarra la acompañaban al compás de las maracas; sin embargo, el... […] esfuerzo de los sanmartineros, como el de las distintas agrupaciones de la región, fue completamente insuficiente frente a la destreza probada de los conjuntos venezolanos. Las agrupaciones mostraban una mayor calidad musical, reforzada por la sonoridad profunda del arpa, que “llena” más que el tiple o la bandola.11 Conjunto (Casa Llanera) Bogotá, XV Torneo Internacional del Joropo 1981
10 La Huella del Torneo…, p. 23. 11 Ibíd., p. 23.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Estos importantes detalles permiten comprender, parcialmente, las circunstancias históricas en las cuales el joropo colombiano se nutrió de las influencias venezolanas en el contexto del recién creado Torneo del Joropo. En ese sentido, debe destacarse que el certamen tuvo notable influencia para lo que sería el posterior desarrollo de la música llanera en Colombia, pues les permitió a nuestros músicos llaneros compartir espacio con la ejecución de los músicos venezolanos. Para la época, la prensa de Bogotá incluso reseñaba los acontecimientos más relevantes del Torneo que apenas comenzaba a posicionarse dentro del panorama nacional. En 1967, por ejemplo, y bajo el titular “Habla el campeón del joropo”, El Tiempo detallaba la actuación e importancia del guariqueño Ángel Custodio Loyola, quien durante esas primeras versiones del certamen obtenía triunfos sucesivos12.
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En esa primera etapa del Torneo Internacional del Joropo, se tiene la presencia significativa de los arpistas Manuel J. Larroche, Omar Moreno, Rafael Chirinos, Urbino Ruiz, Rigoberto Valera, Joseíto Romero, David Parales Bello, Fernando Lizarazo, René Devia, Alberto Curbelo, Jaime Castro, Ramón Cedeño y Alexis Corona. En la década de 1970, y como evidencia del rápido desarrollo de los músicos colombianos, se empezó a dar que los ganadores ahora se compartían entre venezolanos y colombianos. Consultando las actas de premiación de la época13 se encuentra que, en 1975, y según los jurados Gregorio Baquero Nariño, José Carpio y Samuel Bedoya, en esa versión los ganadores fueron:
12 El Tiempo, Bogotá, 20 de diciembre de 1967, tercera sección, p. 15. 13 Dirección Departamental de Turismo del Meta, Actas de premiación, Villavicencio, Meta, 1975.
TABLA 2 Torneo Internacional del Joropo. Tabla de ganadores en 1975 ARTISTA
GANADOR
PAÍS
Mejor maraquero
Hugo Devia
Colombia
Mejor cuatrista
Isaac Tacha
Colombia
Mejor pareja de baile
Blanca Ramírez Carlos Monasterio
Venezuela
Segunda bandola
Luis Quinitiva
Colombia
Primera bandola
Anselmo López
Venezuela
Mejor coplero
Alfonso Niño
Colombia
Mejor cantante criollo
Antonio Castillo
Venezuela
Mejor cantante estilizado
Orquídea Coromoto
Colombia
Mejor arpista criollo
Alexis Corona
Venezuela
Mejor arpista estilizado
David Parales
Colombia
Segundo conjunto
Así Canta Portuguesa
Venezuela
Mejor conjunto
Pentagrama Llanero
Colombia
Fuente: Acta de premiación, archivo de la Dirección Departamental de Turismo del Meta, Villavicencio, 1975.
En esta década como hecho especial se resaltan las ediciones del Torneo de 1977, 1979, 1980 y 1982, porque tendrán nombre propio, y serán, para el araucano Mario Tineo Peroza, el fenómeno musical de la época, por su capacidad como arpista recio, poseedor de una precisión rítmica inigualable, creador de diseños de bordoneos, con
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influencias de Eudes Álvarez, a partir de 1970, por sus discos y por coincidencia en festivales. En la segunda mitad de este periodo, fue común ver a agrupaciones, como Festival Llanero, Los Copleros del Arauca, Estampa Criolla, de Jaime Castro, Los Copleros del Tranquero, de Mario Tineo; bandolistas como Anselmo López y Luis Quinitiva, al conjunto de Blas Antonio Sáenz, Juan Bimba, y el de Abdul Farfán y Darío Robayo.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Es decir, para el final de esta década la música llanera colombiana ya tenía sus propios exponentes que hacían del Torneo un evento cada vez más competitivo para los venezolanos:
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Si Venezuela tenía a Anselmo López en la bandola, Colombia tenía a Luis Quinitiva y Álvaro Salamanca. Si de allá llegaba Juan de los Santos Contreras, aquí estaban Orlando “El Cholo” Valderrama y Alfonso Niño. Junto a David Parales Bello, más músicos locales dominaron las 32 cuerdas y se presentaron en los concursos de arpistas: Jaime Castro, Mario Tineo y Darío Tellez […] Juan Farfán, Isaac Tacha Niño, Ulpiano Sanabria, Manuel Orozco, Rubén España, actualmente destacados cantantes, creadores culturales y folcloristas, hicieron parte de la camada de promesas llaneras que surgieron en los años setenta.14
14 La Huella del Torneo…, p. 26.
En esta nueva etapa el Encuentro convocó a valores artísticos con lenguajes e identidad musicales propios, con altos desarrollos técnico-instrumentales en lo vocal e instrumental y con creaciones propias. Propuestas que abarcaban desde el joropo urbano estilizado, de precursores como el maestro Juan Vicente Torrealba, Henry Rubio y Guillermo Hernández, hasta lo más representativo del joropo tradicional de Eudes Álvarez, Urbino Ruiz, Mario Tineo, Abdul Farfán y Darío Robayo se hicieron presentes. En 1984, y en el marco del entonces II Encuentro Internacional del Joropo, la organización invitaba de manera directa los conjuntos y artistas que participarían del evento. Según se constata en las actas del Instituto Departamental de Cultura del Meta, en ese año fueron varios los invitados; por Colombia y en representación de Bogotá, estuvo el conjunto de Casa Llanera bajo la dirección de Darío Robayo.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
ENCUENTRO Y FESTIVAL DE CANCIONES LLANERAS, 1983-1997
En 1983, la competencia de instrumentistas, cantadores, copleros y bailadores desaparece para conmemorar el bicentenario del Libertador Simón Bolívar. A través del Encuentro Internacional del Joropo y por invitación directa se logra la visita de los mejores artistas de Colombia y Venezuela no apreciados hasta ese momento por el público local de Villavicencio. Para entonces, aún el joropo mantenía su relación con la tradición de vieja data que lo vio nacer; ya lo decía el arpista venezolano Cándido Herrera en su visita a ese I Encuentro Internacional cuando, sorprendido, hablaba del “joropo realengo”, que aún se escuchaba en las propuestas musicales apreciadas en aquel certamen.
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TABLA 3
II Encuentro Internacional del Joropo, 1984 Conjunto de Cándido Herrera INTEGRANTES
MODALIDAD
Cándido Herrera
Arpa
Jesús Rodríguez
Cuatro
Aquilino Díaz, “Mandarina”
Maracas
Abraham Marrero
Bajo
Cheo Hernández Prisco
Coplero
Armando Martínez
Cantante recio
Sexagésimo
Cantante estilizado
Fuente: Actas y fichas de inscripción, archivo Instituto Departamental de Turismo, Villavicencio, 1984.
Por Venezuela estuvo, entre otros, el conjunto de Cándido Herrera15. Al finalizar la década (1990), el Encuentro Internacional del Joropo permitió que tanto artistas consagrados como las nuevas figuras buscaran consolidar sus carreras presentándose ante un público cada vez más conocedor del joropo. Aries Vigoth, Orlando “Cholo” Valderrama, Azury, Manuel J. Larroche, Sonia Castaño y Néstor Rozo en el escenario dejaban muy en alto el nombre de Colombia; por su parte, Adilia Castillo, Reynaldo
15 Actas de premiación, Instituto Departamental de Turismo, Villavicencio, Meta, 1984.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Armas, Reyna Lucero, Eneas Perdomo y el “Catire” Carpio, por nombrar algunos, desde Venezuela llegaban cargados de nuevos éxitos16. Y los cambios continuaron desde el ente rector buscando fortalecer y reorientar los propósitos del máximo evento. De 1991 a 1999 se convertirá en el Festival Internacional de la Canción Llanera por la Resolución 428 de 1990 firmada por el director, Álvaro Urrea Piñeros. La canción será el eje central sobre el cual girará el evento musical; sin embargo, la competencia musical seguirá desarrollándose con igual protagonismo. En ese contexto llegarán canciones de la pluma de grandes compositores como Pedro Felipe Sosa Caro, Orlando “Cholo” Valderrama, Marco Sergio Rodríguez y Carlos César Ortegón, con obras como “Campirana”, “Muchacha cuanto te quiero”, “El día que nació pasaje”, “Linda bonita y hermosa” y “Compañero no se aflija”, ganadoras del primer premio, entre otras. Por aquella época la transformación del joropo de arpas permearía las propuestas llegadas al torneo; el último decenio del siglo XX traería consigo al estrado a otro precursor de la música llanera comercial, el también venezolano Luis Silva, con el marco musical de Carlos Orozco. Su álbum, Luis Silva y sus canciones, tuvo gran repercusión dentro de un público que aclamó de manera particular su estilo a través de sus canciones, entre las que sobresale “Llanerísimas”17.
16 Acta de premiación, Instituto de Turismo del Meta, Villavicencio, 1990. 17 Robayo, Darío, La transformación del lenguaje del arpa…, p. 89.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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De aquel diseño ritmo-percusivo de Orozco registrado en el fonograma se aferrarían arpistas de la nueva generación, recurso que nutriera por varios años las propuestas musicales festivaleras. De esta manera su famoso bordoneo será muy solicitado por los nuevos bailadores del joropo académico, quienes paralelamente iban en esa misma dirección: hacia el virtuosismo interpretativo. Carlos Orozco incursiona en el ámbito musical del concurso de Villavicencio, con su lenguaje característico, en 1992, 1995 y 1999, y se consagra como el máximo representante del virtuosismo; lenguaje que se hizo famoso en las contiendas musicales festivaleras del llano colombo-venezolano. En definitiva, a partir de Orozco el joropo de arpas será pensado de otra manera: cargado de virtuosismo.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En 1998, surgen dos instituciones en la estructura orgánica de la Gobernación del Meta que tendrán relación directa con la producción: el Instituto Departamental de Cultura del Meta, encargado de producir el Torneo del Joropo, y el Instituto de Turismo Departamental, ente que realizará el reinado internacional del Joropo. Como consecuencia de aquel vaivén político-administrativo en el Meta, en dicho año no se realiza Torneo.
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Se puede destacar que, para este segundo momento histórico, la música llanera ya se ha posicionado con fuerza en los medios radiales y la televisión hace alusión a la llanura colombiana con novelas como La potra zaina (1993), que visibilizó, de alguna manera, la región de la Orinoquia y sus costumbres. Sin duda alguna la promoción constante del joropo a través del Torneo en Villavicencio dio sus frutos al poner en el escenario nacional las canciones que, otrora, solo se escuchaban en los hatos y en las estaciones de radio de los pueblos llaneros.
Para retomar la idea original de su creador y concretar el sueño de su gestor en los años sesenta, la Asamblea Departamental del Meta le otorga de nuevo esa cualidad a través de la Ordenanza 364 del 10 de julio de 1999, por la cual se restablece el Torneo Internacional del Joropo como evento competitivo de música, canto y danza llanera con el fin de estimular a los cultores y creadores del joropo. En la versión del 2001, el joropo sale a las calles del mundo. Esta es una de las versiones que más ha contribuido a la masificación del joropo en los llanos de Colombia pues con la apertura del Joropódromo, espacio que convocó por primera vez a más de 600 parejas de baile, el baile llanero se conectó con los grandes eventos internacionales. Con coreografías propias, con gran sincronía y despliegue, dejando una estela de gran colorido y belleza por las principales calles de Villavicencio, esta puesta en escena resultó tan exitosa que luego fue llevada a otros festivales de la región llanera. En ese mismo año el Instituto Departamental de Cultura del Meta y su director, Marco Sergio Rodríguez, hacen un reconocimiento a diez destacados arpistas de Colombia y Venezuela por su creación y ampliación del repertorio arpístico y sus aportes al desarrollo del arpa, que a lo largo de sus vidas habían plasmado en discos las memorias del joropo. Entre los colombianos reciben honores los maestros Pedro Pablo Pérez, David Parales Bello, Mario Tineo, Abdul Farfán y Darío Robayo; y por Venezuela son distinguidos los maestros Juan Vicente Torrealba, Joseíto Romero, Eudes Álvarez, Omar Moreno y Remigio García. En un acto paralelo, se hizo un reconocimiento al grupo Raíces del Folclor Llanero y a cinco músicos pioneros, quienes sembraron la semilla del joropo de tiples en el llano colombiano: Álvaro Salamanca (bandolón),
DEL VIRTUOSISMO AL JOROPO CONTEMPORÁNEO (1999-2017)
Mario Tineo, Darío Robayo, Joseíto Romero, David Parales, Omar Moreno, Remigio García, Abdul Farfán y Eudes Álvarez .
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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Miguel Ramos “Bandolín”, Jorge “Chiro” Silva (bandola), José Ricaurte Rodríguez (guitarro) y Hernando Pérez Mota, arpista y contador de “cachos”. Estos referentes obligados del joropo de tiples —desplazado por el joropo de arpas— en dicha versión recordaron los orígenes y la génesis del joropo en Colombia. Como una prueba más de la importancia del Torneo Internacional del Joropo, al ser el escenario en donde se promueve la memoria histórica de las costumbres musicales del llano colombiano, el suceso fue exaltado por los medios de comunicación. A cuatro columnas el diario regional Llano 7 Días tituló: “Raíces: un símbolo del llano”, mostrando la importancia del evento para la historia del joropo nacional. En el desarrollo de la información narró:
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Furruco, guitarro, bandolón y bandolín son instrumentos musicales que pueden resultar extraños para un llanero de esta época, pero hasta mediados del siglo pasado eran el alma de los parrandos llaneros. Estos instrumentos, y algunas costumbres y melodías que el tiempo se ha encargado de silenciar, son los que quiere rescatar el grupo “Raíces del folclor llanero”, integrado por viejas glorias de la música regional.18
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18 Llano 7 días, 3 de julio de 2001, p. 9.
La versión 2001 del Torneo, indudablemente, hizo grandes aportes a la tradición de la música llanera nacional. Por un lado, buscó rescatar las tradiciones y raíces con que se inició la ejecución del género musical llanero en los pueblos de la sabana colombiana a comienzos del siglo XX. Por otro lado, con el Joropódromo, se dio inicio a la masificación del baile del joropo, lo que redundó, sin lugar a duda, en la aparición de academias y escuelas que buscaron enseñar masivamente la danza llanera, y con ello, poco a poco generar mayor identidad de todos los habitantes del llano con su región.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
El 2007 trae consigo un nuevo componente dentro de la programación oficial del Torneo Internacional del Joropo, el Joropo Académico, idea renovadora de Antonio Lozano (q.e.p.d.), funcionario del Instituto Departamental de Cultura del Meta.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
LOS ARPEGIOS DEL 40 TORNEO DEL JOROPO (2008)
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En 2008, y con el objetivo de estimular la creatividad y la composición instrumental del arpista colombiano, se crea el premio al pasaje inédito instrumental para arpa, “con base en el pasaje, vals pasaje, o la tonada, con sabor tradicional llanero o con influencias de aires andinos colombianos (pasillo, bambuco), acompañados por cuatro, maracas y bajo, únicamente”. De igual manera, Villavicencio realiza el segundo Joropo Académico, espacio de discusión y socialización de ponencias de investigadores en música, compositores e intérpretes llaneros, que terminó en acalorados debates entre tradicionalistas y vanguardistas del joropo como música y como baile. Afirmaciones de periodistas locales como Juan Manuel Chaparro, que, de manera contundente, dictaminó: “el joropo se está deformando”19, surgieron como reacción a las tensiones propias de la evolución de una tradición que cuenta tanto con adeptos como con detractores. Después de dos años consecutivos de permitir la inclusión de recursos de aires andinos como elementos compositivos dentro de las obras instrumentales para arpa, en 2009 resulta ganador un vals venezolano, analogía del pasillo andino colombiano, “Flor de mi llano”, del arpista venezolano Juan Sinforoso Armada.
19 El Tiempo.com, 25 de junio de 2008.
Igualmente, se abre una nueva modalidad de concurso, el premio a la mejor propuesta de nuevos formatos o ensambles de joropo, que convoca a músicos académicos y tiene el propósito de darle proyección universal al joropo local. En adelante el Torneo exigirá a los participantes partitura de las obras de joropo (música cuya tradición es oral) (ver anexo 1). Estos cambios por supuesto trajeron en aquella versión las normales controversias entre los ortodoxos y vanguardistas de la cultura llanera. Así las cosas, quienes opinaban que la tradición no debía perderse sentían que el Torneo estaba tomando rumbos inciertos; por su parte, los interesados en la evolución aplaudían los cambios pues consideraban que de esta manera la cultura llanera podría llegar a todos los rincones del mundo. La prensa de Villavicencio lo describió de esta manera:
20 Robayo, Darío, La transformación del lenguaje del arpa…, p. 109.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
EL ARPA SOLISTA Y ENSAMBLES EN EL 42 TORNEO DEL JOROPO (2010)
En esta versión el concurso tiene novedades; aunque continúa el premio a la obra inédita para arpa, en adelante será para arpa como instrumento solista. De esta manera se rompe con la tradición de estar siempre en formato llanero, de arpa, cuatro, maracas y bajo, contexto en el que —es bueno aclarar— el desempeño del arpista nunca estuvo solo. “Los evaluadores contratados por el Torneo, los maestros Aquiles Báez, Lucas Saboya y William Castro, dan como ganador al instrumental ‘Monte azul’ del joven arpista y compositor metense Juan Pablo Rodríguez"20.
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Luego de 42 versiones del Torneo Internacional del Joropo, algunos piensan que llegó la hora de fortalecer aquellos elementos que le han dado vida y revaluar otros que, según especialistas, le restan atención a lo folclórico y a lo tradicional. Sin embargo, hay quienes opinan que el Torneo ha sido bien concebido y que se ha convertido en un evento que ha sabido equilibrar lo cultural con lo turístico.21 Como muestra de la gran destreza de los músicos de fuera de la región de la Orinoquia en este festival renovado y con proyección mundial, en la segunda década del siglo XXI se destacan los triunfos obtenidos por los arpistas Robinson Gómez, oriundo de Bogotá, y Óscar Alirio Quesada, nacido en Florencia (Caquetá), en la modalidad de Arpa Llanera Solista, en 2011 y 2012 respectivamente22. Para 2014, por primera vez se hace una puesta en escena de los cantos de trabajo de llano declarados patrimonio cultural inmaterial de la nación por el Ministerio de
21 Llano 7 días, 6 y 7 de julio de 2010. 22 Actas de premiación, Instituto Departamental de Cultura del Meta, Villavicencio, 2011 y 2012.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Cultura, con portadores de Arauca, Casanare, Meta y Vichada sobre una escenografía con objetos asociados al contexto de los cantos de ganado, en el teatro La Vorágine. Desde entonces, las bases del Torneo exigen a los cantadores interpretar un canto de cabrestero o un canto de ordeño, previo a su interpretación ante al jurado. Las recientes versiones del Torneo Internacional del Joropo mostraron una gran creatividad de los participantes, que, buscando sobresalir en el universo cada vez más competido del festival, dejaron importantes muestras de su talento. Guataqueando, de Venezuela, se llevó los honores en 2015 como mejor conjunto de música tradicional llanera. En 2016 el triunfo de Luis Eduardo Moreno Rojas, en la modalidad de voz masculina criolla, mostró la vigencia del canto llanero de un araucano curtido en las lides del festival, y salió favorecida la obra instrumental “Al sol”, de Juan Pablo Rodríguez. En 2017 sobresale la obra inédita para arpa llanera solista “Atmósfera”, de Robinson Gómez23. El conjunto llanero Guataca Venezolana se lleva el primer lugar con una propuesta musical de joropo tradicional con elementos del joropo virtuoso urbano. ¶
23 Actas de premiación, Instituto Departamental de Cultura del Meta, Villavicencio, años 2015, 2016 y 2017.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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LAS PROPUESTAS INSTRUMENTALES DEL TORNEO
Un asunto relevante tiene que ver con el desarrollo paralelo a la evolución del lenguaje del arpa, el de las propuestas instrumentales. De hecho, el Torneo ha sido el escenario en donde históricamente se han podido visibilizar en público inquietudes y nuevas tendencias desarrolladas por los músicos. Se han apreciado cambios en los roles de miembros del conjunto criollo de arpa, cuatro y maracas. En este sentido, la investigadora Claudia Calderón reconoce tres categorías: la primera es la fase campesina, cuyo formato es: arpa o bandola llanera, considerados instrumentos mayores, y el cuatro y maracas cumpliendo el rol de instrumentos acompañantes. Un ejemplo es la pieza instrumental sobre un golpe de seis, presentada por Blas Antonio Sáenz “Juan Bimba” en 1981, declarado el mejor arpista del XV Torneo.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
La segunda fase se inicia con la incorporación del bajo eléctrico y la aparición, de índole comercial, de la “base rítmica”, la cual consta de cuatro, bajo y maracas, como plataforma rítmica y armónica, sobre la cual se mueve el arpista cantando la línea melódica. Un referente es la propuesta del arpista Carlos Tapia, ganador del VII Festival de la Canción Llanera en 1997.
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La tercera es la independización de todas las partes, en diálogo camerístico. Una obra instrumental inscrita en esta fase presentará características singulares entre las cuales pueden destacarse la incorporación de variantes armónicas modales, escalas pentáfonas, inclusión de citas y fragmentos de otras piezas como novedad, desarrollo
de introducción sorpresa, el efecto collage y finales súbitos24. Los anteriores elementos, sumados a una variabilidad caprichosa en el tempo, el empleo de silencios y cortes súbitos como efectos musicales, inclusión de solos de instrumentistas, de melodías sobre escalas artificiales y citas de pasajes virtuosos de instrumentos de otros géneros musicales ofrecen otra gama expresiva, como la obra “Cuerdas festivaleras” de Juan Colón, arpista ganador del Torneo de 200925, obra con recursos y elementos de músicas lejanas del contexto del joropo. Esta última categoría, como modelo de desarrollo musical, requiere de elementos y altos niveles de desarrollo técnico instrumental, conocimiento de otras músicas, de la tradición “clásica” o jazzística. Algunas obras contendrán citas y fragmentos de piezas musicales de grupos de Estados Unidos, como Béla Fleck and The Flecktones (de Victor Wooten), de metal progresivo (virtuoso) del grupo Dream Theater (canción “Scene Seven” del álbum Metrópolis, 2000), de Dragon Force, de Symphony X y de guitarristas como Pat Metheny y Alain Caron. Desde 2010, el gran Festival de Joropos se tornó en un espacio con reglas de juego permisivas con respecto al uso de recursos estilísticos de otros géneros musicales
Conjunto (Luis Quinitiva, bandolista, José Paredes, cuatrista, Curvelo, maraquero, Pedro López, cantante). XV Torneo Internacional del Joropo, 1981.
24 Calderón, C., El joropo llanero 50 años de evolución: evolución y transformación del Joropo: 19481998, 13 de mayo de 1998, Mérida, Venezuela. 25 Colón, Juan, "Cuerdas festivaleras", CD diferente, surco 11, 2012.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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y contextos26. Una obra del joropo contemporáneo representativa de la tercera categoría podría ser la propuesta instrumental “Paradigma”, de Juan Pablo Rodríguez, conjunto ganador del 44 Torneo del Joropo en 2012 (ver anexo 2)27. En 49 años de historia musical son muchos los músicos que han engrandecido y consolidado el certamen más importante del joropo colombo venezolano. Por méritos, trascendencia y proyección artística de los participantes, la tabla siguiente muestra una relación de destacados, entre músicos, cantadores, conjuntos llaneros y ensambles o nuevos formatos del joropo:
26 Robayo, D., La transformación del lenguaje del arpa en el Torneo Internacional del Joropo 2000-2012, Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional, 2013. 27 Rodríguez, J. P., Registro de audio de la propuesta ganadora del 44 Torneo Internacional del Joropo, julio de 2012.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
TABLA 4
Los destacados del Torneo Internacional del Joropo 1965-2017 AÑO
ARPISTAS
BANDOLISTAS/CUATRISTAS
VOCES
CONJUNTOS/ENSAMBLES
1
1965
Manuel J. Larroche
Esteban Torrealba
José “Catire” Carpio
Llaneros de Venezuela
2
1975
David Parales
Anselmo López
Antonio Castillo
Pentagrama Llanero (Col.)
3
1976
David Parales
Delcirio Mojica
Juan de los Santos Contreras
Canoeros del Caipe (Ven.)
4
1977
Mario Tineo
Octavio Calderón
Ramón Díaz
Copleros del Tranquero (Col.)
5
1978
Yesid Fernández
ND
ND
ND
6
1981
Blas Antonio Sáenz
ND
Antonio Castillo
Darío Robayo (Col.)
7
1982
Mario Tineo
Carlos Florez
José Gregorio Colmenares
Darío Robayo (Col.)
8
1983
I Encuentro
9
1984
II Encuentro
10
1985
Portuguesa
11
1986
Inf. no encontrada
12
1987
III Encuentro
Darío Robayo (Col.)
13
1988
IV Encuentro
Juan Vicente Torrealba
14
1989
V Encuentro
Carlos Orozco (Ven.)
15
1990
VI Encuentro
Mario Tineo (Col.)
16
1991
José Archila
Jhony Colmenares
Rogelio Ortiz
Llano y leyenda (Ven.)
17
1992
Carlos G. Orozco
Pedro Castro
Mariluz Castillo
Portuguesa (Ven.)
18
1993
No evaluado
No evaluado
Nancy Guevara
Táchira (Ven.)
Cándido Herrera (Ven.) Casanare
Casanare
Portuguesa (Ven.)
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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AÑO
ARPISTAS
BANDOLISTAS/CUATRISTAS
VOCES
CONJUNTOS/ENSAMBLES
No evaluado
Hernando Saavedra
Táchira (Ven.)
19
1994
No evaluado
21
1995
Inf. no encontrada
22
1996
Marcos Molina
Libardo Rey
Sonia Castaño
Cundinamarca (Col.)
23
1997
Carlos Tapia
Alonso Rosillo
Mariluz Castillo
Estado de Táchira (Ven.)
25
1999
Leonard Jácome
Alonso Rosillo
Maira Tovar
Guárico (Ven.)
26
2000
Inf. no encontrada
27
2001
Yesid Castro
No evaluado
Wilton Gámez
No evaluado
28
2002
Leonard Jácome
No evaluado
Wilton Gámez
No evaluado
29
2003
J. Mauricio Carvajal
Jhony Colmenares
Wilton Gámez
No evaluado
30
2004
J. Mauricio Carvajal
Franco Bortolotti
Raúl González
Inf. no encontrada
31
2005
No evaluado
No evaluado
Anita Carranza
Meta (Col.)
32
2006
No evaluado
No evaluado
Luis E. Moreno
Vichada (Col.)
33
2007
No evaluado
Maikel A. Mendoza
Andrea Mejía
Táchira (Ven.)
35
2008
No evaluado
Yensi Ferney Trujillo
Luis E. Moreno
Portuguesa (Ven.)
36
2009
Juan G. Colón
Luis Guillermo Torrealba
Yuraima Vásquez
Táchira (Ven.)
38
2010
No evaluado
No evaluado
Arsenio Castañeda
Ensamble Envoz (Col.)
40
2011
Juan García Rico
Jorge Glem
Iván Silva
C4 Trío. Ven. Ensambl.
41
2012
Carlos G. Orozco
Ferney Rojas Cabezas
Víctor Julio Rojas
Cuatro Cuerdas Ensamble
42
2013
Arquímedes Correa
Ferney Rojas Cabezas
María Yelitza López
Meta (Col.)
43
2014
Carlos G. Orozco
Juan Carlos Contreras
Susmira E. García
Ensamble Sinsonte (Col.)
44
2015
No evaluado
No evaluado
Martha Milena Benites
Guataqueando (Ven.)
45
2016
No evaluado
No evaluado
Luis E. Moreno
Sankofa Trío, ensamble
46
2017
No evaluado
No evaluado
Yuraima Y. Vásquez.
Guataca Venezolana, conjunto
Gustavo Molica
Fuente: Actas de premiación del Torneo, Fichas de inscripción, Instituto de Turismo e Instituto de Cultura del Meta.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Arbeláez Doncel, Doris, El arpa llanera y su tradición en el Torneo Internacional del Joropo, Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, 2016. Calderón, Claudia, El joropo llanero 50 Años de evolución: evolución y transformación del joropo 1948-1998. Ponencia en el IV Congreso Nacional de Universidades sobre tradición y Cultura Popular, 13de mayo de 1998, Mérida (Venezuela). El Espectador, Bogotá, 1965. El Tiempo, Bogotá, 1965, 1967, 2008. Espinel Riveros, Nancy y Espinel Sánchez, Nicolás, Aproximación al joropo. Otra de las manifestaciones de la identidad cultural de los villavicenses, Corcumvi, Villavicencio, 2016. La Huella del Torneo (revista), Instituto Departamental de Cultura del Meta (Villavicencio). Ediciones 2008 (40 Torneo Internacional del Joropo), 2009 (41 Torneo) y 2010 (42 Torneo). Llano 7 Días, Villavicencio, 2001, 2010. Robayo S., Darío, La transformación del lenguaje del arpa en el Torneo Internacional del Joropo, 2000-2012, monografía de investigación para optar el título de Licenciatura en Música, Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional, 2013.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
BIBLIOGRAFÍA
Actas de premiación, Instituto de Turismo del Meta e Instituto Departamental de Cultura del Meta, Villavicencio, 1975, 1984, 1990, 2011, 2012, 2015, 2016 y 2017.
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LA CANCIÓN LLANERA EN EL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
El concurso de composición de obra inédita en la modalidad de Pasaje ha estado activo en la mayoría de las versiones del Torneo Internacional del Joropo, y de ahí que se pueda hacer una aproximación a la evolución del estilo de la canción llanera, a partir de una revisión de las características y tipologías de las canciones ganadoras, además de un análisis del contexto histórico de la música llanera a lo largo del Torneo. Al menos desde 1992 el concurso de composición de obras inéditas incluye, además de la modalidad de Pasaje, las de Golpe Llanero y Poema Llanero. Para ese año, la denominación del evento fue la de Festival Internacional de la Canción Llanera y se llevó a cabo su segunda edición. Por esa razón, algunas de las apreciaciones sobre las peculiaridades de las obras inéditas presentadas al concurso toman como referencias, además del pasaje llanero, obras concursantes en los géneros de golpe y poema llanero, con los que el pasaje comparte muchas de sus tipologías estructurales y temáticas. En algunos aspectos, la transformación del género conocido como pasaje llanero debe ser entendido en términos de una evolución de conjunto de estos tres tipos de composición.
44
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Sin desconocer el continuum de este ininterrumpido proceso de cambios, resulta evidente que, durante ciertos períodos a lo largo de los 49 años del Torneo Internacional del Joropo, un número significativo de obras ganadoras tienen ciertas características comunes que demuestran que se han impuesto determinadas tendencias estilísticas en toda una generación de autores llaneros, tendencias que permitirían determinar tres etapas a lo largo de las cinco décadas del concurso.
1964-1976 En las primeras ediciones del Festival de la Canción Colombiana tuvieron una destacada participación canciones como “Zulma” (Gil Arialdo Rey, 1964; segundo lugar), “Alto Menegua” (Héctor Paúl Vanegas, 1965; segundo lugar), “Idolatría” (Domingo Riaño, 1965) y “Flor de Verano” (Héctor Paúl Vanegas, 1968; segundo lugar). En 1967, “Ay mi llanura”, de Arnulfo Briceño, resultó ganadora del premio a la Mejor Canción del Festival de la Canción Colombiana, y se convirtió en la primera de aire llanero en conquistar este festival, compitiendo con obras de géneros musicales representativos de todo el país.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
CINCO DÉCADAS DE CANCIÓN LLANERA
La revisión de los textos y las referencias sonoras de las obras inéditas ganadoras señalan una transformación progresiva en las características de las canciones, una suerte de permanente evolución del estilo de la canción llanera de concurso.
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Luego, en 1975, otra obra de Arnulfo Briceño, “Evocando al Jilguero”, compuesta en homenaje al cantor Luis Ariel Rey (“El Jilguero del Llano”), que falleció ese año, ganó el primer lugar en el Festival de la Canción Colombiana, esta vez en la recién incluida modalidad de Aire Llanero, premio que obtuvo también el araucano Jairo Mesa Latorre en 1976 con su pasaje “Adoración”. Estos compositores provienen del que se podría denominar campo profesional de la composición de canciones, autores dedicados casi exclusivamente a la creación musical, con obras que presentan un concepto de estructura formal y un uso del léxico y de recursos literarios que se pueden inscribir en una línea cultista o popular ilustrada. Para esas épocas, el joropo, música de procedencia esencialmente rural, mantenía en las áreas campesinas una presencia vigorosa y una práctica viva, con destacados cultores que no tuvieron participación en esos primeros concursos. Diversos factores pueden explicar la ausencia de compositores de tradición empírica y popular en el concurso de canción inédita. La escasa divulgación de las convocatorias, limitada en ese tiempo a la radio, sumada a las precarias comunicaciones de la época, pudieron haber desestimulado la participación de los compositores populares y tradicionales, particularmente aquellos residentes en las áreas rurales y poblaciones alejadas de las capitales. Quizás este hecho haya incidido también para que en este primer periodo solo se registre la participación de compositores de la mencionada línea cultista, como representación de un género musical de práctica viva regularmente iletrada.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
1977-1993 La versión 11 del Torneo Internacional del Joropo, realizada en 1977, registra un hecho significativo para la historia del concurso: entre los ganadores aparece el nombre de Víctor Brizuela, “El Gavilán de Barinas”, con su obra “Mensajero del Arauca”, compartiendo honores con Eulalia de Molina, compositora metense de línea cultista, que presenta su obra “Tierra bendita”, hoy reconocida como un clásico de la música llanera colombiana. El nombre de Víctor Brizuela, que habría sido el primer venezolano en ganar esta modalidad, llama la atención por el enfoque estilístico de su trabajo compositivo, profundamente articulado con el estilo del joropo venezolano (entre sus obras se cuenta también “Mi llanerita se fue”, ampliamente divulgada en Venezuela). El premio otorgado a su obra en el Torneo de 1977 es un hecho que marca el inicio de una nueva etapa, en la que el joropo raizal gana reconocimiento dentro del concurso.
Los triunfos de obras como “El Taparito”, del casanareño Dumar Aljure (1981), y “El bongo de mis recuerdos”, del araucano Rafael Martínez, mejor conocido como “El Cazador Novato” (1982), permiten inferir que ya para estas épocas la participación de compositores con presencia y reconocimiento en el ámbito del llamado “joropo criollo” era cada vez más significativa. Esta etapa se prolonga hasta las versiones de 1987 y 1988 en que obtienen el primer lugar las obras “Estero”, de Jesús “Catire” Morales, y “El domador de la potra”, de Ulpiano Sanabria, ambos compositores de
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En 1978 gana la obra “Nuestras costumbres”, de Rafael Moreno, otro cantor barinés que participó también en las primeras versiones de la competencia de canto recio El Cimarrón de Oro.
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origen casanareño, y las de los años 1991-1993, en que el evento pasó a llamarse Festival Internacional la Canción Llanera y se premiaron las obras “Campirana”, del araucano Pedro Felipe Sosa Caro (1991), y “El día que nació pasaje”, de Orlando “Cholo” Valderrama (1993).
1994-2017 En esta última etapa, que se prolonga hasta la versión 49 del Torneo Internacional del Joropo, el concurso muestra una participación creciente de nuevos compositores de formación e influencia urbana, aunque se mantiene la participación de los llamados compositores de música criolla. Se aprecian marcados contrastes en los contenidos temáticos de las obras del género golpe, conectadas invariablemente a la vivencia rural, y las del género pasaje, mucho más centrados en el canto a los símbolos y los íconos de la ahora llamada “llaneridad”.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Los temas usuales de la copla llanera y el corrío giran en torno a la vida ganadera y su universo particular (el caballo, el ganado, las labores de la vaquería, los riesgos de la azarosa tarea del pastoreo de ganado salvaje), y el paisaje natural y cultural en que se desenvuelve la vida rural. Ocupan un lugar preeminente en la lírica de las canciones llaneras las menciones a la llanura: la sequía extrema del verano, el aniego del invierno y los breves interregnos de las primaveras entre estaciones; el nicho ecológico de la sabana con su vegetación característica (palma, chaparro, arbustos y gramíneas, frutales silvestres, matas de monte) y su fauna de sabana; los cuerpos de agua (ríos y esteros) con sus bosques de galería y el abigarrado mundo animal acuático, despensa alimentaria pero también atemorizante hábitat del caimán, el caribe, la raya, el temblador; el cielo de las lluvias torrenciales, las tormentas, la luna y las estrellas y el mundo del pájaro cantor, la garza, el gabán y el gavilán. En medio de este microuniverso exuberante, el canto llanero crea también una refinada lírica amorosa plena de referencias y símiles de la vida en los llanos. Entre las obras premiadas en el Torneo, se encuentran algunas canciones cuyas temáticas continúan con la que se podría denominar “canción llanera tradicional”. Algunas de ellas tienen como tema los símbolos de la llaneridad, entendida en su conexidad con la actividad ganadera y el modo de vida del campesino ganadero como paradigmas de ruralidad característica de los llanos. Mencionaremos en esta línea obras como “El Taparito” de Dumar Aljure Rivas, “La Ruana” de Jairo Parales y
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
EL LLANO EN LAS CANCIONES
El canto llanero en su expresión originaria (vale decir, en su estilo tradicional) revela una profunda conexión con el llano como entidad socio-geográfica.
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“El Cuchillo” de Javier Aldana, estas dos últimas ganadoras del concurso de golpe llanero, en 1994 y 2001 respectivamente. En estas composiciones se resalta el valor funcional y simbólico de utensilios y atuendos del hombre del llano. Las referencias a los elementos presentes en la cotidianidad del campesino llanero, la vivienda, su trabajo, sus equipamientos, enseres y dotaciones, son esenciales a la canción llanera, y están presentes tanto en el coplerío tradicional, anónimo o de origen indeterminado, como en las canciones de autor registradas en las primeras etapas de la discografía del joropo en Colombia y Venezuela. Este conjunto de obras pertenece a un grupo de compositores cuya vida y experiencias son las de la ruralidad llanera; el mundo del joropo denomina y reconoce a estos autores como “compositores criollos”. En contraste, hay otro importante núcleo de escritores, particularmente los creadores de nueva canción llanera o pasaje estilizado, cuyas experiencias de vida y formación cultural provienen sustancialmente del ámbito urbano. La obra compositiva de estos dos grupos de autores presenta contrastes profundos (y enriquecedores, sin duda); se habla entonces de una “canción criolla”, de inspiración y lenguaje articulados a la ruralidad, y de una “canción estilizada”, mucho más ligada a las experiencias de la vida urbana, cuyo lenguaje y tratamiento temático se conectan con las tendencias de la canción popular contemporánea. En la “canción llanera estilizada”, el llano es espacio idealizado de la vida bucólica al que se canta desde la distancia de la cotidianidad urbana; son frecuentes en estas canciones las referencias a los símbolos de la llaneridad, a la representación icónica de “lo llanero”. En estas obras son temas recurrentes el orgullo de la pertenencia e identidad regional y el canto al paisaje, al que se le confiere una gran carga poética y emocional.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Con el propósito de incentivar la exploración de nuevos referentes para la composición llanera, en algunas de sus versiones el concurso fijó la temática a la cual debían referirse las obras concursantes. En 1992, el tema asignado fue la ciudad anfitriona, Villavicencio, y resultó ganador el pasaje: “Villavo la nuestra”, de Ricardo Zapata. En otras de sus ediciones, el Torneo determinó como tema de las composiciones la integración política, cultural, y social colombo-venezolana, de profundas raíces históricas; llamaba de esta manera a reconocer la importancia de un particular momento de ascenso de la conciencia de la llaneridad como condición cultural fundante de “La patria grande de los Llanos del Orinoco”, y de los primeros asomos de la conciencia del carácter binacional del joropo. En este contexto, resultan ganadoras obras como el golpe “Alma y sentir de dos pueblos” (Marino González, 1995), el poema “Llanero bolivariano” (Manuel Orozco, 1995) y los pasajes “Paraíso sin fronteras” (Jaime León, 2003, mejor canción al departamento del Meta) y “Llanuras colombo-venezolanas” (John Elver Garrido, 2012). En 2004, se premió el mejor tema alusivo al coleo: “Fiesta criolla de mi pueblo” de Alberto Santos. La paz como ideal de vida societaria, cantada desde la queja y el dolor del despojo y el desarraigo o desde la esperanza del cambio, ha sido también tema de la composición llanera de concurso en el Torneo. En esta línea han resultado ganadores los pasajes “Camina, Pedro” (John Harby Ubaque, 2006), “Violencia” (Oscar Armando Cúrvelo, 2014) y “Un mensaje para el mundo” (Mauro Cristóbal Díaz Salcedo, 2015). También, en otros géneros, el golpe “Corazón desnudo” (Eduardo Bustamante, 2015) y el poema “Paloma blanca de la paz” (Alberto Herrera Ariza, 2015).
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
CANCIÓN LLANERA SOCIAL, CANCIÓN LLANERA DE CONCURSO
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Algunas canciones ganadoras, particularmente en las primeras etapas del concurso, lograron un respetable posicionamiento en el imaginario popular y hoy son clásicas de la música llanera colombiana. Basta mencionar obras como “Ay mi llanura”, compuesta por Arnulfo Briceño y que ha alcanzado gran proyección y aceptación nacional (elevada a himno del departamento del Meta en 1979), y “Flor de verano” de Héctor Paúl Vanegas, firmemente arraigadas en la memoria cultural regional. Otras obras ganadoras de estas primeras versiones del concurso como “Adoración” de Jairo Mesa e “Idolatría” de Domingo Riaño, y, en tiempo más recientes, “El Taparito” de Dumar Aljure y “Linda, bonita y hermosa” de Marco Sergio Rodríguez consiguieron también, aunque en menor medida, una indudable trascendencia regional. Otros temas de innegable factura artística, ganadores del concurso en años posteriores, no lograron perdurar en la memoria colectiva.
Los festivales de música llanera han sido siempre un espacio importante para la proyección escénica de la música y los artistas llaneros. En la década de los setenta, los concursos de composición e interpretación ocuparon regularmente el cuerpo central de la programación de la mayoría de estos festivales y ganaron gran trascendencia en la medida en que representaban una inmejorable oportunidad de visibilización para los artistas emergentes; muchos de los más destacados artistas de joropo de Colombia y Venezuela comenzaron sus carreras participando en estos. El crecimiento de la discografía del joropo, junto con el surgimiento y consolidación de programas de radio dedicados exclusivamente a la difusión de la música llanera, apuntaló el ascenso de las primeras figuras comerciales del joropo y cambió sustancialmente las estrategias de proyección de los artistas llaneros.
PASADO Y PRESENTE EN LA CIRCULACIÓN Y PROYECCIÓN DEL JOROPO: CANCIÓN LLANERA, FESTIVALES Y CIRCUITO COMERCIAL
A lo anterior se suman dos programas radiales especializados en música llanera que dieron un notable impulso al joropo en los llanos colombianos: Leyenda, Copla y Sabana, bajo la dirección de Jairo Solano Sarmiento “El Topo”, una franja radial que incursionó también en la producción discográfica (se publicaron dos álbumes con el mismo nombre del programa: Leyenda, Copla y Sabana, vols. 1 y 2, de gran significación en la historia de la discografía del joropo colombiano) y Por los caminos del llano, bajo la dirección de Álvaro Coronel Mancipe, “Bayiyo”. Estos dos notables periodistas culturales han dejado una profunda huella y su legado se ha perpetuado, entre otros, por José David Oropeza y otros comunicadores de
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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Arauca, Casanare, Vichada, Guaviare y Meta, que han asumido la tarea de la divulgación y fortalecimiento de la música y la cultura llanera y fueron pioneros en generar espacios en la radio regional para la promoción de las primeras producciones discográficas de joropo.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Jairo Solano Sarmiento “El Topo” continúa activo en el periodismo cultural y dirige el espacio semanal El Guachamarón, franja radial insignia de la programación de La Voz de la Esperanza, emisora oficial de la Gobernación del Meta cuyo contenido cultural y musical está dedicado mayoritariamente al joropo como expresión del decidido compromiso del gobierno departamental con la cultura llanera.
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Como espacio de la mayor importancia para los compositores de canción llanera, el Concurso de Temas Inéditos del Torneo Internacional del Joropo está llamado a continuar liderando el valioso propósito original de los concursos de canción inédita: fungir como una efectiva herramienta de orientación socialmente consensuada de la estética de la canción llanera.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
EL CONCURSO DE TEMAS INÉDITOS: BALANCE Y PERSPECTIVAS
Los concursos de canción llanera —y entre ellos, como evento emblemático, el Concurso del Torneo Internacional del Joropo— han contribuido, con el baremo de sus exigencias técnicas y formales, a elevar el nivel de la “artesanía” de la composición. Conquistas técnicas tales como el minucioso cuidado de la rima y la métrica, la originalidad melódica y armónica, y la complejidad formal de las canciones, entre otros aspectos, dan fe del notable desarrollo alcanzado en el oficio compositivo por los autores llaneros, avances motivados en buena medida por el estímulo que representa la participación en los concursos de canción inédita.
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CONCURSO CANCIÓN INÉDITA, MODALIDAD PASAJE
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
A continuación, se relacionan treinta canciones inéditas, modalidad pasaje, ganadoras en el Torneo Internacional del Joropo, con sus respectivos compositores. No se incluyen las modalidades de golpe y poema debido a que existe muy poca información. Con respecto a este concurso de la Canción Inédita dentro del Torneo Internacional del Joropo, este evento no se realiza por razones de fuerza mayor en los años 1969, 1974 y 1998. En 1983 y 1984 tampoco hay concurso porque se realiza el primer y segundo Encuentro Internacional del Joropo. Luego, por circunstancias no aclaradas, en 1976, y de 1987 a 1990, dicho concurso no se lleva a cabo.
AÑO
TÍTULO DE LA OBRA
1976
Modalidad no convocada
COMPOSITOR
1977
“Mensajeros del Arauca”
Víctor Brizuela
1978
“Costumbres llaneras”
Rafael Moreno
1979
Información no disponible
1980
Información no disponible
1981
“El Taparito”
1982
“El bongo de mis recuerdos”
Rafael Martínez
1983
Concurso no realizado
Encuentro Internacional del Joropo
1984
Concurso no realizado
Encuentro Internacional del Joropo
1985
Información no disponible
1986
Información no disponible
1987
Concurso no realizado
1988
Concurso no realizado
1989
Concurso no realizado
Dumar Aljure
AÑO
TÍTULO DE LA OBRA
1990
Concurso no realizado
1991
“Campirana”
Pedro Felipe Sosa Caro
1992
“Villavo La nuestra”
Ricardo Zapata Barrios
1993
“El día que nació pasaje”
Orlando “Cholo” Valderrama
1994
“Sabana”
Santos Leal
1995
“Linda, bonita y hermosa”
Marco Sergio Rodríguez
1996
“Mi regreso”
Fransineth Rincón
1997
“Sueño de un niño que ríe”
Germán Rozo
1998
COMPOSITOR
No se realiza el Torneo Internacional del Joropo
1999
“La mejor herencia”
Álvaro David Montero
2000
“Un brindis pa’ todo el llano”
Pedro Simón Romero
2001
“Compadrito, hágame un cuatro”
Álvaro David Montero
2002
“Añoranzas”
Juan Carlos Contreras
2003
“Paraíso sin fronteras”
Jaime Rodrigo León
2004
“¡Ésta es mi tierra!”
Jaime Rodrigo León
2005
“Mi llano”
Juan Carlos Contreras
2006
“Camina, Pedro”
Jhon Harby Ubaque
2007
“Llano de ensueño”
Alberto Santos
2008
“El fogón de doña Oti”
Abdul Farfán
2009
“Llano en invierno”
Oscar Cúrvelo
2010
“No hay nada igual que mi llano”
Tulio Amaro Mazona
2011
“El llano es incomparable”
Jairo Marta
2012
“Llanuras colombo-venezolanas”
Jhon Elver Garrido
2013
“Aquí en mi llano”
Raúl Monje
2014
“Violencia”
Oscar Armando Cúrvelo
2015
“Un mensaje para el mundo”
Mauricio Cristóbal Díaz Salcedo
2016
“Nostalgia del cabrestero”
Omar Edgar Fandiño
2017
“Raíces que siguen vigentes”
Jairo Marta
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En la década de los ochenta, las dos canciones ganadoras, “El Taparito” y “El bongo de mis recuerdos”, trascienden de manera importante en la música. La primera, grabada en Colombia por Alberto Curvelo y Walter Silva, y en Venezuela, por Santiago Rojas. Y la segunda, grabada en Colombia en la voz de Manuel Durán, y en Venezuela en la voz de Reyna Lucero. De las ganadoras en la década de los noventa, son exitosas “Campirana”, grabada por Orlando “Cholo” Valderrama, y “Linda, Bonita y hermosa”, grabada en la voz de Javier Manchego. Y en la primera década del siglo XXI, destacamos “Camina, Pedro”, ganadora en 2006 y grabada a dúo en las voces de Orlando “Cholo” Valderrama y el cantante de pop tropical Fonseca.
Alberto Curvelo (primer puesto canción inédita "El taparito"). XV Torneo Internacional del Joropo, 1981.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
EL CONTRAPUNTEO EN LA HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO De gran impacto y emotividad han sido las finales del Concurso de Contrapunteo en el Torneo Internacional del Joropo, pero especialmente se recuerda el duelo entre Dámaso Figueredo de Venezuela y el colombiano Rafael Martínez Arteaga, “El Cazador Novato”, dos copleros de características similares, únicos en su estilo y con una dialéctica autóctona dentro de la tradición oral llanera. En 1976, el colombiano Pablo Emilio Nieves se corona campeón frente a Julio Frías de Venezuela, en una final de gran impacto y emoción. En 1997, entre 13 copleros concursantes gana el colombiano Hernando Guerrero, en disputa con los venezolanos Juancito Rodríguez, Julio Bruces, Jacinto Linares, Ramón Villareal, Domingo López y Parmenio Hernández y los colombianos Lorgio Rodríguez, Damián Santana, Néstor Orlando Ruiz, Robinson Gómez, Gildardo Cruz, Luis Farfán y Manuel Durán. En la primera década del siglo XXI, más exactamente en 2001, el venezolano José Gregorio Romero “Mandinga” triunfa ante Hernando Guerrero de Colombia, luego de contrarrestar la euforia y simpatía a favor del colombiano. Y cinco años después, en 2005, el coplero colombiano del momento, Lorgio Rodríguez, logra la victoria ante el venezolano Argenis Prado, en una final de gran impacto a pesar del nivel de dificultad y exigencia en la rima impuesta por el jurado.
Los copleros Damián Santana y Lorgio Rodríguez
El Torneo Internacional del Joropo de Villavicencio ha sido escenario de análisis de las formas estilísticas, características, variaciones y evoluciones que se ha venido dando
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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en el contrapunteo. Es el caso del golpe de “Zumba que zumba”, o “Periquera”, a partir del cual el coplero cantaba una cuarteta simple ajustada al espacio musical repitiendo uno o dos versos de la estrofa, mientras que otros copleros la hacían de seis versos. Esta forma fue quedando en desuso luego de que otros improvisadores empezaran a implementar una estrofa llenando todo el espacio musical con una de ocho versos, estilo de improvisación que se denominó “relancina”. Son reconocidos y notables por esta tendencia los copleros venezolanos José Jiménez “El pollo de Orichuna”, José Alí Nieves “Pico de Oro” y Nelson Morales, entre otros.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
A partir de 2016, en el marco de la versión 48 del Torneo Internacional del Joropo, se institucionalizan las rondas en privado y en público para los copleros; el improvisador se expone a unas pruebas frescas e innovadoras denominadas nuevas metodologías para el contrapunteo llanero, esfuerzo académico tendiente a la creación de nuevas dinámicas y a la búsqueda de criterios más técnicos en el campo evaluativo que acerquen a una copla autóctona, capaz de representar la identidad llanera,
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mayor impacto y representatividad en el ámbito del repentismo universal. Así se acogen tres dinámicas: “La imagen”, “Agotamiento de rima” y “Dos con dos”; las particularidades de cada una son: La imagen: cada coplero, de acuerdo con su ingenio y creatividad, otorga un significado a determinada imagen proyectada ante el público. Además, tiene libertad de distinta rima para cada estrofa, pero con la restricción de la consonancia perfecta. Agotamiento de rima: se sortea una rima de consonancia perfecta para cada pareja de copleros, quienes tienen la posibilidad de hacer un determinado número de salidas. Con una música tranquila y reposada deben cantar igual número de estrofas que generalmente son cuartetas. A cada improvisador se le van apuntando todas las palabras rimadas para la medición y calificación individual de su desempeño hasta el momento que repite una palabra. Dos con dos: cada pareja de copleros interpreta cuartetas simples, con la característica especial de que cada estrofa es construida entre los dos. El primer coplero canta los dos versos iniciales (periodo suspensivo) y el segundo canta los dos finales, concluyendo con la misma rima, de una manera coherente y creativa (periodo resolutivo). Para la eficacia de esta metodología cada pareja de copleros hace dos salidas, y cada uno de ellos asume los dos roles, es decir, de pregunta y respuesta; se asigna una música que dé buen espacio de pensamiento a cada improvisador y cada uno propone que inicia una nueva rima para cada estrofa, la cual debe ser de consonancia perfecta.
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Según las últimas bases del Concurso de Copleros, participan aquellos que muestren una trayectoria artística con premios obtenidos en festivales nacionales o internacionales, con una vigencia no mayor a cinco años. De los inscritos se preseleccionan diez, quienes participan en el Torneo Internacional del Joropo, sujetos a nuevas metodologías, dinámicas y temáticas previamente estudiadas por el Instituto Departamental de Cultura del Meta. El jurado califica según cinco criterios las actuaciones de cada participante y su calidad de improvisación en cualquiera de los aires o golpes del folclor llanero seleccionados por sorteo, con presentaciones individuales y conformando parejas. Son también objeto de sorteo los temas, las rimas y formas de rima.
Alfredo Díaz, coplero ganador de 2015.
CONCEPTO DE CALIFICACIÓN
Aspectos literarios: capacidad de improvisación, entendida como un adecuado manejo, articulación y coherencia de tema, verso y rima.
30%
Puesta en escena: manejo de escenario y proyección al público.
10%
TOTAL
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
50%
Aspectos musicales e interpretativos: afinación, medida, creatividad melódica, vocalización y fraseo. Vestuario: uso obligatorio del sombrero bien hormado de fieltro (sombrero llanero), pantalón y camisa o liquiliqui en diseño y colores tradicionales (blanco, gris, azul, negro y beige), cotiza negra sin accesorios.
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PUNTUACIÓN
10% 100%
AÑO
COPLEROS
AÑO
COPLEROS
1965
José Parales (col.)
1997
Hernando Guerrero (col.)
1967
Rafael Martínez (col.)
1999
Oscar Quintero (col.)
1975
Alfonso Niño (col.)
2000
Elio Molina (ven.)
1976
Pablo Emilio Nieves (col.)
2001
José Gregorio Romero (ven.)
1977
Manuel Durán (col.)
2002
Luis Farfán. (col.)
1981
Manuel Durán (col.)
2003
Isnardo Goitía (ven.)
1982
Ramón Villarreal (ven.)
2004
Alfredo Díaz (ven.)
1983
No hubo concurso
2005
Lorgio Rodríguez (col.)
1984
No hubo concurso
2006
Robinson Gómez (col.)
1985
Julio Camacho (ven.)
2007
Ramón Castillo (ven.)
1986
No hay información
2008
Hernando Guerrero (col.)
1987
No hubo concurso
2009
Alfredo Díaz (ven.)
1988
No hubo concurso
2010
Fredy Torres (col.)
1989
No hubo concurso
2011
Gerardo Leal (col.)
1990
No hubo concurso
2012
Alfredo Díaz (ven.)
1991
Santos Lozano (ven.)
2013
José Requena (ven.)
1992
Ernesto Andrea (col.)
2014
Luis Gerardo Leal (col.)
1993
Néstor Orlando Ruíz (col.)
2015
Alfredo Díaz (ven.)
1994
Robinsón Gómez (col.)
2016
José Requena (ven.)
1995
No hay información
2017
Jimmy Ortiz (col.)
1996
Israel Estrada (col.) Fuente: Instituto Departamental de Cultura del Meta.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
COPLEROS GANADORES (1965-2017)
Especial mención para los copleros ganadores en más de una versión del Torneo Internacional del Joropo. De Colombia, Manuel Durán, en 1977 y 1981; Robinson Gómez, en 1994 y 2006, y Hernando Guerrero, en 1997 y 2008. Y de Venezuela Alfredo Díaz, ganador en cuatro ocasiones, en 2004, 2009, 2012 y 2015 (cuando el jurado le indica que debe cantarle a Colombia), y José Requena, en 2013 y 2016.
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EL BAILE TRADICIONAL DEL JOROPO
Cabalgando en el tiempo al compás de “valseos”, escobilleos y zapateos, es posible encontrar historias de verdadero arraigo y ancestro popular que permiten caracterizar una fiesta pródiga de incontables romances y contrapunteos, cuyo embrión fue engendrado por el fandango español devenido primero en galerón y, luego, en joropo. Este acervo cultural encontró su lugar en un sueño forjado por Miguel Ángel Martín y materializado en el Torneo Internacional del Joropo.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En la actualidad, el joropo no solo es un género musical propio de los llanos orientales de Colombia y occidentales de Venezuela, sino que también es manifestación folclórica y danza, es “parrando”, es arpa, cuatro y maracas, es un compendio de elementos tradicionales, una expresión del pueblo, un baile alegre que divierte y reúne a los lugareños y que en cada zona geográfica asume sus propias peculiaridades y desarrolla diferentes pasos y figuras básicas (“valsiao”, “escobillao”y “zapatiao”).
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No nació en las academias; por el contrario, se fue gestando por los caminos del llano con cantos de arreo, cantos de cabrestero, entre las cabalgaduras que arreaban mil novillos de Arauca a Villavicencio, recorriendo inmensidades de sabana por trochas, ríos, esteros y caños del Arauca y Casanare hasta llegar al Meta. Durante los descansos nocturnos de la travesía, al amparo de las candelillas titilantes, en las caballerizas se cantaba y se bailaba el joropo sabanero, se echaban cuentos, se difundían historias y leyendas para regocijo del espíritu después de la faena. Este proceso de formación del joropo empezó a moldearse en el Meta en los sitios de diversión frecuentados por trasnochadores románticos, en las noches de serenata
con guitarras acompañadas por las voces de tríos de la época, como Los Galanes, Los Auténticos y otros más, inmortalizados por Luis Ariel Rey. Gloria Dilva Medina afirma: “Esta tradicional fiesta es una danza de laboreo que nos enseña y nos está dando unas pautas de cómo el llanero, el campesino del campo, maneja las labores diarias en sus fundos, en sus haciendas, en sus fincas, en los hatos ganaderos. Cabe destacar que todas las culturas han hecho danza, han hecho baile, han hecho música; unas las han resaltado más que otras, pero todas han hecho este trabajo. El baile del joropo es un baile muy atractivo, muy llamativo, es una danza que nos enseña todas las labores del campo y que resalta la belleza, la grandeza y la importancia de la mujer”. La estudiosa concluye que la mujer juega un papel muy importante en las actividades de la vida cotidiana del campesino llanero y, por otra parte, que necesariamente hay que ahondar en la investigación sobre los orígenes del joropo: “No podemos ponernos a saltar por saltar, enseñarles a bailar a unos estudiantes si no les damos una explicación básica sobre la génesis del mismo y no tenemos profundo conocimiento sobre sus fundamentos”. Publio González, reconocido bailador, ganador del Torneo Internacional del Joropo, con más de veinte años de experiencia, manifiesta que el baile de joropo de hoy ya no es el mismo que bailaban sus abuelos, “es una copia, pero incompleta. Y el vestuario ha cambiado tanto que, por ejemplo, los liquiliquis son de dos colores, es una creatividad sin orientación que irrespeta los patrones básicos del vestuario; ya los trajes con cuatro dedos debajo de la rodilla se han quedado atrás. Hoy en día cualquiera quiere ser director de academia sin saber de dónde viene el joropo, cuál es su verdadera esencia y sus verdaderas raíces”. Baile durante el Torneo Internacional del Joropo de 1995.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
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Luis Alberto González, el popular “Pispirrino”, reconocido bailador del joropo tradicional, quien luego se convirtió en uno de los responsables de que el baile-espectáculo se haya difundido por todos los llanos colombo-venezolanos y haya trascendido al resto del mundo, ha dado marcha atrás manifestando que ya ha llegado el momento de retomar las figuras del pasado y bajarle un poco de velocidad al ritmo, además de renunciar a la revoluciones musicales que han introducido en el joropo percusiones y elementos de la salsa. Por otro lado, Arialdo Chaquea, bailador de Casanare y ganador del Torneo Internacional del Joropo, nos cuenta que aprendió a bailar en los “parrandos” sabaneros de tres días, y que reconoce y respeta el joropo-espectáculo, pero que llevará en su sangre hasta su último aliento el joropo tradicional, el joropo criollo, sin tantas vueltas y saltos, donde prima el galanteo, el respeto por la dama y la postura, ese joropo que bailaron seguramente los venezolanos Carmen Barros e Isidro Briceño, cuando ganaron la primera versión del Torneo en 1965, y la pareja de Alejandro y Alejandrina Flórez de Maní (Casanare), cuando obtuvieron el primer premio en el 15 Torneo Internacional del Joropo en 1981. Margarita Torres, bailadora de joropo del Meta y ganadora de innumerables torneos, manifiesta que “bailar es un arte”; dice también que a gran parte de la juventud ya no le gusta el estilo criollo, y que se deberían hacer campañas en los colegios sobre los pasos básicos y autóctonos del baile tradicional, con instructores que tengan profundos conocimientos sobre sus verdaderos orígenes. Es una propuesta concebida a partir de las vivencias básicas del llanero, sin perder de vista la idiosincrasia que
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
lo acompaña desde que nace hasta que muere, desde la caballeriza, que hace las veces de kínder para los niños, de modo que pueda robustecerse la identidad cultural regional en el ámbito de la música y el auténtico baile del joropo.
Ese entusiasmo de entonces por el baile tradicional despertó el interés de muchos folcloristas y festivaleros que competían en el Torneo Internacional del Joropo, los cuales optaron por dedicarse también a la enseñanza y la difusión fundando academias; entre ellos, tal vez los más recordados son los sanmartineros, Telmo Vega y José Abel Carrillo “La Cotiza de Oro”, y Honorato Infante y Gladys de Quinitiva. El Torneo Internacional del Joropo de Villavicencio, convertido a lo largo de cincuenta años en el evento más representativo de la música llanera de Colombia, congrega miles de visitantes, que se integran con la población local y se contagian del entusiasmo que suscita el crisol formado por las sonoridades del arpa, el cuatro y las maracas, los
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Según el folclorólogo Gustavo Rodríguez, ya a finales de los años cincuenta el compositor y musicólogo Héctor Paúl Vanegas lideraba un grupo de bailadores de joropo junto con su hermano Alberto Paúl Vanegas. Poco tiempo después, en los albores de los años sesenta, David Parales Bello y Hugo Mantilla Trejos abrieron las puertas de la Academia Folclórica del Meta, incentivando a la comunidad a bailar el joropo “criollo” y, al mismo tiempo, fue allí, en Villavicencio, donde el artista y folclorólogo araucano Miguel Ángel Martín materializó la idea de crear el Torneo Internacional del joropo, propiciando la composición musical, la competencia y participación de los más galardonados artistas y bailadores de Colombia y Venezuela.
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coloridos atuendos de las bailadoras, el apetecible aroma de la “mamona” asada y el donaire reflejado en los rostros de cayena de las mujeres llaneras. Cabe aclarar que hay vacíos en la memoria histórica, pues no se tiene registro de algunas de las versiones de este evento. Según los documentos de premiación del Torneo Internacional del Joropo recabados, los premios a las mejores parejas de baile tradicional de joropo han sido otorgados, así: En 1975, con un jurado compuesto por José Carpio, Gregorio Baquero Nariño y Samuel Bedoya, obtuvieron el primer premio Blanca Ramírez y Carlos Monasterio de Venezuela, en el marco del VIII Torneo Internacional del Joropo. En el marco del IX Torneo Internacional del Joropo, en 1976, la pareja ganadora en esta modalidad fue la integrada por Jorge Rodríguez y doña Gladys de Quinitiva, actuando como jurado Fernando Lizarazo de Colombia y Alexis Corona de Venezuela.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En 1977, el Torneo celebró su décima versión e invitó como jurados a Héctor Paúl Vanegas, Luis Eduardo Camelo y Miguel Molina. Para esta ocasión la pareja ganadora fue la integrada por Carmen María Artahona y Juan Romero de Barinas (Venezuela).
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Ya en 1982 el Torneo llegaba a su XVI versión, y en esta ocasión la pareja ganadora sería la conformada por el gran Dúmar Aljure Rivas y Ruperta Rivas, evaluados por el jurado conformado por Lauro López Acevedo, Héctor Paúl Vanegas, Pablo Cohecha, Eduardo Arocha y Gustavo Márquez.
Cabe hacer notar que hubo algunos años en que no se realizó el Torneo y por tanto la cronología a veces no corresponde con el orden de las versiones del evento. En 1985 se reunieron como jurado en el marco del XVIII Torneo Internacional del Joropo Gonzalo Lizarazo, Carlos Rojas Hernández, Eduardo Mantilla, Atilano Rojas y Ramón Lacruz. En esta ocasión la pareja premiada fue representante de la delegación del Vichada. En la documentación el jurado no se detallan los nombres de los integrantes. En 1991, el certamen tomaría el nombre de I Festival Internacional de la Canción Llanera y I Reinado Internacional del Joropo, dando como ganadores en mejor pareja de baile a Jorge Rodríguez y Ana Rosa Martínez.
En 1993, se llevó a cabo el III Concurso Internacional de Composición de Canciones y Poemas Llaneros y el III Concurso Internacional de Conjuntos e Intérpretes de Música y Danza llanera con un jurado compuesto por Eduardo Mantilla, Samuel Bedoya y Cheo Hurtado. Los ganadores en la modalidad de mejor pareja de baile fueron Tamaraire Rojas y Ramón Salerno del estado de Barinas (Venezuela) y, en segundo lugar, estuvieron Luz Marina Mateus y Jaime Vargas, del departamento del Meta, Colombia.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En 1992, el II Festival Internacional de la Canción Llanera y II Reinado Internacional del Joropo tendría como jurados para evaluar parejas de baile a Gladys de Quinitiva, Flor María Ramírez y Jorge Rodríguez, quienes dieron como ganadores a Estrella Díaz y Danilo Mantilla de Arauca en el primer lugar. En segundo lugar quedaron Jovita Nieto y Lizandro Prisco del estado de Portuguesa (Venezuela).
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En 1994, se realiza el IV Festival Internacional de la Canción Llanera, cuyo primer premio como mejor pareja de baile se le otorgó a la pareja del departamento del Meta y el segundo lugar a la pareja representante de Santa Fe de Bogotá. En 1996, se realiza el Torneo Nacional de Música Llanera con un jurado compuesto por Hildo Ariel Aguirre, Hugo Mantilla y Fernando Lizarazo. En este certamen dan como ganadores en mejor pareja de baile a Jaime Vargas y Myriam Rey del departamento del Meta. En 1997, el VII Festival Internacional de la Canción Llanera, con un jurado integrado por Darío Robayo, Abdul Farfán, Vicente Bonilla, Agustín Díaz, Lorenzo Becerra y Luis Caropresse, da como ganadores a las parejas integradas por Jaime Vargas y Luz Marina Mateus del departamento del Meta, en primer lugar, y en segundo lugar, a Dagmer Farfán y Damelis Farfán de Arauca. En 1999, en el marco de la versión 31 del Torneo, el jurado integrado por Carlos “Cachi” Ortegón, Rafael Chirinos, Hamilton Campos y Gladys de Quinitiva designaron como ganadora a la pareja conformada por Villinan Ruiz y Eva Vargas en representación del departamento del Meta; en segundo lugar, quedó la pareja que participó por Bogotá conformada por Llaly Linares y Roger Farfán. En 2000, el Torneo, en su versión 32, eligió en el primer lugar a la pareja representante del departamento del Meta, conformada por Ingrid Díaz y Edwin Rodríguez; el segundo lugar fue para la pareja del Vichada conformada por Ana Isabel Contreras y Horacio Curvelo.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En 2001, el Torneo Internacional del Joropo, en su versión 33 tuvo como jurado calificador a Tirso Delgado, Abdul Farfán, Carlos “Cuco” Rojas, Carlos “Cachi” Ortegón, Rogelio Ortiz y Jaime Vargas, quienes dieron como ganadores a la pareja de bailadores metenses conformada por Ingrid Díaz y Edwin Rodríguez; el segundo lugar fue para la pareja venezolana del estado de Cojedes conformada por José Mercado y Milagros Mercado.
Para 2003, en su versión número 35, el Torneo Internacional del Joropo tuvo entre los integrantes del jurado a Margarita Torres, Darío Robayo y Carlos “Cachi” Ortegón, quienes definieron como ganadores a la pareja venezolana del estado de Lara conformada por Eduardo Esposito y Andreína Mendoza; el segundo lugar fue para José Oviedo y Xiomara Colmenares en representación de Arauca. En 2004, el Meta celebró su cumpleaños 44 como departamento en el marco del 36 Torneo Internacional del Joropo. Para ello invitó como jurados a Isaac Tacha Niño, Hernán Quintero, Juan Carlos Contreras, Carlos Orozco, Javier Vargas, Manuel J. Larroche, Hamilton Campos y Jackeline Becerra; este jurado eligió entonces en la categoría “mejor pareja de baile” a Gretel Cadena y Luis González de Arauca. Además,
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Durante la versión 34 del Torneo Internacional del Joropo, año 2002, el primer lugar fue otorgado a Daniel Cabrera y Dulce Torres de Venezuela; el segundo lugar fue para Edwin Rodríguez y Yulieth Jiménez de Colombia. Los jurados que evaluaron en esta versión del certamen fueron Eduardo Mantilla Trejos, Darío Robayo, Argenis Sánchez, Jhon Harby Ubaque, Margarita Torres, Jaime Vargas y Telmo Vega.
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se premia la categoría “ganador de ganadores”, en la que se elige a Ingrid Sirley Díaz y Edwin Enrique Rodríguez de Colombia como “mejor pareja de baile”. En 2005, se llevó a cabo la versión 37 del Torneo Internacional del Joropo con la participación de los jurados Francisco Zumaqué, Manuel Rojas, Santiago Caropresse, Flor María Ramírez, Jaime Vargas y Honorato Infante. Los ganadores elegidos por este jurado en la categoría de “pareja de baile” fueron en primer lugar: Yenny Triviño y Alirio Díaz de Bogotá; el segundo lugar fue para Juan Carlos Ojeda y Yusnelly Rengifo, pareja venezolana en representación del estado de Apure.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Durante la versión 38 del Torneo Internacional del Joropo en 2006, el jurado estuvo conformado por Eddy Marcano, Antonio Arnedo, Carlos “Cachi” Ortegón, Darío Robayo, Jackeline Becerra y Viyinan Ruiz. La premiación en la categoría de “pareja de baile” fue otorgada así: el primer lugar para el departamento de Arauca, y el segundo lugar para el departamento del Meta.
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Durante la versión 39, en 2007, fueron invitados como jurados Manuel Rojas, Jorge Sossa, Fernando Linero, Kirpa Natalia Carrillo, María Fernanda Garzón, Yesid Morera, Mesías Figueredo, Ernesto Andrea y Manuel Orozco. En esta ocasión el primer lugar en la modalidad de “pareja de baile” fue para el departamento del Meta, representado por Gustavo Vásquez y Jennifer Vásquez; el segundo lugar lo ocupó la pareja del departamento de Casanare conformada por Gladys González y Audiver Barrera.
Para el 2008, el Torneo llegaba a su versión número 40. En esta ocasión los jurados invitados fueron Genoveva Salazar, Clemencia Franco de Novoa, Fernando Linero, Luis Farfán, William Castro, Manuel J. Larroche, Omar Marino Rodríguez y Carlos Rodríguez. Los ganadores como mejores parejas de baile fueron, en el primer lugar, Leda María Fernández y Darío Agudelo de Bogotá; en el segundo lugar estuvieron Jessica Vargas y Delvis José Vidal del departamento del Vichada. El Torneo Internacional del Joropo del 2009 en su versión número 41 tuvo como jurados a Darío Robayo, Dora Corita Rojas, Juan Carlos Granadillo, Édgar Ricardo Lambuley, Lorgio Rodríguez, Telmo Vega y Marco Rodríguez. Este jurado eligió como mejores parejas de baile, en primer lugar, a Audiver Barrera y Gladys González de la delegación de Bogotá y, en segundo lugar, a Gustavo Vásquez y Catherine González del departamento del Meta. En 2010, siendo jurado calificador Aquiles Báez, Eimer Enrique Escalona, Hernando Guerrero, Hugo Mantilla Trejos, Israel Estrada, Juan Jacobo Carrizales, Lucía Pulido, Luis Carlos Saboya, Luis Farfán, Rafael Martínez Arteaga, Telmo Vega y William Castro, se eligieron como mejores bailadores, en primer lugar, a Yovanny Concho y Jenifer Vásquez, y, en segundo, a Juan Gutiérrez y Leda Fernández. En 2011, el Torneo en su versión 43 invitó como jurados a Robinson Gómez, Alfredo Díaz, Luis Farfán, Ricardo Zapata, Abdul Farfán, Ricardo Sandoval, Carlos Orozco, Manuel Jesús Roche, Jaime León, Silvia Bibiana Ortega, Javier Aldana, Fernando
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Linero, Marcela Orduz y Honorato Infante, quienes eligieron como ganadores en la modalidad de mejor pareja de baile a María Evelia Vargas y Jaime Vargas en el primer lugar, Publio Bautista y Maritza Marín en el segundo lugar, y un tercer puesto para Leda Fernández y Juan Gutiérrez. En 2012, en la versión 44 del Torneo Internacional del Joropo, el jurado calificador estuvo integrado por Ricardo César Sandoval Núñez, Manuel Rojas, Carlos “Cachi” Ortegón, Jaime Rodrigo León, Isaac Tacha Niño, William Castro, Luis Ernesto Farfán, Ernesto Andrea, Jaime Vargas, Dali Linares y Margarita Torres, quienes escogieron como ganadores en la categoría de parejas de baile, en primer lugar, a Juan Gutiérrez y Jackeline Becerra en representación de Boyacá; en segundo lugar, estuvieron Audiver Barrera y Gladys González de la delegación de Casanare.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En 2013, el jurado de la versión 45 estuvo integrada por Darío Robayo, Ernesto Laya, Luis Herrera, Elías Hurtado Rivera, Carlos “Cuco” Rojas, Yovanny “Concho” Colmenares, Yaqueline Becerra y Jaime Vargas. Los ganadores en la modalidad de parejas de baile a Erminia Neme y Efraín Medina de Arauca en el primer puesto, y a Publio González y Maritza Marín del estado de Portuguesa, en el segundo lugar.
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En 2014, se llevó a cabo la versión 46 del Torneo que congregó como jurados a Moisés Torrealba, William Castro, Aquiles Báez, Lucía Pulido, Alonso Vargas, Luis Hermes Bernal, Margarita Torres, Óscar José Oviedo y Telmo Vega, quienes eligieron como ganadores en pareja de baile a Gladys Argenis González Fernández y Audiver
Barrera Chaparro en el primer lugar; y a Efraín Alexander Medina y Jaqueline Becerra, en segundo lugar. Se premió además un tercer lugar y fue para Gustavo Erledy Vásquez y Janis Haiwel Díaz, todas las parejas de Colombia.
Para el 2016 y 2017, las bases del concurso incluyeron dos modalidades de pareja de baile tradicional: “Los de ayer” y “Los de hoy”. En “Los de ayer” concursan parejas de baile llanero tradicional (hombre-mujer) desde los 55 años en adelante. Y en “Los de hoy”, parejas desde los 18 a los 54 años de edad. Para ambas modalidades, las parejas deben demostrar su capacidad de expresión, técnica e interpretación de aires del folclor llanero, sustentando su propuesta sobre la base de la coherencia y el desarrollo de los patrones constitutivos del baile del joropo tradicional. Ambas modalidades se califican según los siguientes cinco criterios:
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En 2015, para la versión 47 del Torneo Internacional del Joropo, el jurado compuesto por Cheo Hurtado, Darío Robayo, Nelson González, Yesid Castro, Ricardo Lambuley, Daniel Cabrera, William Castro, Juan Carlos Contreras, Carlos “Cuco” Rojas, Luis Emilio Farfán y Luis Alonso Ibarra seleccionaron para el primer puesto a la pareja integrada por Juan Gutiérrez y Jackeline Becerra; el segundo lugar fue para Josué Jiménez y Rosa Hinojosa; y el tercer lugar para Leda Fernández y Carlos García. Al igual que el año anterior, las tres parejas ganadoras fueron de Colombia.
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CONCEPTO DE CALIFICACIÓN
Aspectos musicales: ritmo, acoplamiento, dinámica de pareja.
20%
Aspectos técnicos: manejo de figuras, zapateos, escobillaos, valseo.
20%
Aspectos interpretativos: expresión corporal, elegancia, destreza, creatividad y manejo del escenario.
20%
Coherencia de la propuesta: balance y conexión entre la creatividad y el desarrollo de elementos característicos del joropo.
20%
Vestuario: según las bases del concurso. TOTAL
Pareja de baile ganadora de 2012: Jackeline Becerra y Juan Gutiérrez.
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PUNTUACIÓN
20% 100%
Finalmente, la versión 49, realizada en 2017, el jurado calificador estuvo integrado por Darío Robayo, Mario Tineo, Gildardo Cruz Arias, Jonathan Díaz, Rafael Acevedo, Gustavo Vásquez, Yuribel Alemán, Amín Castellanos, José Albeiro Agudelo, Eduardo Mojica y Daniel Rodríguez. Los ganadores en la modalidad de baile tradicional “Los del ayer” fueron Jorge Eliécer Rodríguez y María Evelia Vargas en el primer lugar; el segundo fue para Margarita Torres y Hernán Carreño. En la modalidad “Los de hoy”, ocupó el primer puesto Jackeline Becerra y Efraín Medina, y el segundo, Grethel Cadena y Publio González. En ambas modalidades los ganadores recibieron un premio de $8 millones al primer puesto y $5 millones el segundo.
HISTORIA DEL TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
En 2016 , en el 48 Torneo Internacional del Joropo, se integró el jurado calificador con Eunice Prada Nagay, Néstor Hernán Rozo, Alfredo Díaz Muñoz, José Alfredo Parra, Jhon Harby Ubaque, Elías Hurtado Rivera, Camilo Bustamante Reyes, Mauricio Carvajal Galvis, John Jaime Villegas Londoño, Yaqueline Becerra Beltrán, Diego Rojas Parra y Jonathan Díaz Reyes, quienes eligieron como modalidad de pareja de baile “Los del ayer” a Luz Marina Carpio y Arialdo Chaquea en primer lugar; en segundo lugar a Rosalba Suarez y Domingo Campos. De nuevo, las parejas ganadoras son colombianas. En la modalidad “Los de hoy” el primer puesto fue para Santos Durán y Liliana Moreno del departamento de Arauca, y el segundo para Anthony Paredes y Jhomy Lili Castejón de Venezuela.
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CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN
DEL JOROPÓDROMO
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EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL JOROPÓDROMO
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En el complejo escenario histórico de comienzos del siglo XXI, y como muestra de la perseverancia, amor por la tierra y capacidad de lucha del pueblo metense ante la adversidad, en 2001 nació uno de los fenómenos culturales más importantes y singulares de la rica tradición folclórica llanera en Colombia: el Joropódromo. Inspirado en el Sambódromo de Río de Janeiro (Brasil), el 29 de junio de ese año se dio la primera puesta en escena de esta festividad en la céntrica calle 38 de la capital del Meta. Desde entonces, y de manera ininterrumpida, se realiza cada año dentro de la extensa y variada programación del Torneo Internacional del Joropo en Villavicencio. A partir de ese momento el Joropódromo se convirtió en un inmejorable punto de encuentro para el pueblo llanero, además de un espectáculo masivo y a campo abierto de la danza del joropo. Es, en esencia, una fiesta popular en la que, además de la participación en un desfile de casas de la cultura y academias folclóricas de Colombia y Venezuela, ha sido a lo largo de sus 17 versiones espacio de integración para instituciones educativas, universitarias, empresariales, población en situación de discapacidad, comunidad afrodescendiente y comunidades indígenas. Si se quisiera buscar una definición exacta del Joropódromo, podemos tomar una que se encuentra en las bases del concurso: “El baile llanero ejecutado masivamente en un parrando por la calle, mostrando la
fuerza, agilidad, destreza, armonía y elegancia en su ejecución”. Es decir, es el baile del joropo que, de los antiguos parrandos en hatos y pueblos perdidos en la inmensidad de la sabana, se traslada a la calle para el disfrute de todos los públicos. Según los testimonios de conocedores de la historia de este evento, y testigos de excepción, el gestor de la idea para la realización del Joropódromo fue Jaime Triana Restrepo, y es Marco Sergio Rodríguez quien la implementa y materializa. Ambos hacían parte del equipo de gobierno departamental de la época y la idea se propuso durante la realización de un consejo de gobierno en el que se daban los lineamientos para la realización de la versión número 33 del Torneo Internacional del Joropo en 2001. Ni Triana ni Rodríguez tenían idea de lo que, años después, terminaría siendo el parrando llanero más grande de Colombia y del mundo cuyo invitado de honor es el joropo.
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En dicho año se destacó la participación de las siguientes academias: Así es mi Tierra y el Instituto de Cultura y Turismo, de Acacías (Meta); El Caricare, de Bogotá; las casas de la cultura de Castilla La Nueva, Cumaral y San Juanito (Meta); Danza Revelación Llanera, de Guamal (Meta); la Secretaría de Cultura y Turismo de Puerto López (Meta); Corporación de Cultura y Turismo de Restrepo (Meta); el Grupo de Danzas
CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN DEL JOROPÓDROMO
PRIMERA VERSIÓN: TODO COMIENZA EN 2001
La primera versión del Joropódromo se realizó entre junio y julio de 2001. La convocatoria estuvo a cargo del Instituto Departamental de Deporte y Recreación y se dirigió a casas de la cultura y academias de baile del Meta. En un aparte de la comunicación que fue enviada a los municipios en la cual se daba cuenta de la realización del nuevo evento se lee: “Le estamos participando para que se vinculen al Joropódromo que se realizará del 29 de junio al 1 de julio, de las 4:00 a 6:00 pm, con el grupo de danzas de la casa de la cultura”. Este primer Joropódromo se realizó durante tres días, con 510 participantes distribuidos en 255 parejas que integraron 17 grupos en 4 categorías: infantil, juvenil, aficionado y profesional. El jurado calificador determinó que los porcentajes serían coreografía 25%, ritmo acoplamiento 25%, traje llanero 25% y número de participantes, 25%.
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de Telmo Vega, La Corporación San Martín de los Llanos y la Academia Municipal, de San Martín (Meta); y Antología de mi Tierra, Aires de Colombia, Danzat y Danzas Llaneras El Centauro, de Villavicencio (Meta). Como se observa, el inicio del Joropódromo se da, casi exclusivamente, con las academias y casas de la cultura del departamento del Meta, lo que determina que este departamento fuera pionero y sus bailadores el insumo cultural con el cual se gestó la idea para el llano colombo-venezolano y el mundo entero. Sin lugar a duda el Joropódromo inició con pie derecho. Muestra de ello fueron los titulares de la prensa regional que comunicó al país la noticia de que en Villavicencio había nacido un evento que convocaba la alegría de todos. En primera página se describió la magnitud de la fiesta que en ese 2001 vivió la capital del Meta y se resaltó el nuevo certamen de esta manera: “Villavo fue un Joropódromo”. Y para que la oportunidad quedara reseñada para siempre escribió que las calles y los parques habían sido invadidas por el joropo. Así narró Llano 7 días, en extenso, la primera vez que el joropo se tomó las calles de la ciudad:
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Durante este fin de semana Villavicencio tuvo aroma de fiesta y la alegría deambuló oronda por la ciudad contagiando a todos aquellos que no aguantaron las ganas de quedarse quietos en casa. Y no era para menos […] El Joropódromo fue uno de los mayores centros de concentración de público. Más de 600 parejas de bailadores estuvieron danzando ante el público, dando una muestra autóctona del folclor llanero. La repercusión del primer Joropódromo no se hizo esperar. El impacto no solo se dio en el interior del departamento del Meta, sino que otros departamentos de Colombia y algunos estados llaneros de Venezuela recibieron con gran regocijo la idea. Rápidamente la Institución Educativa Pablo Emilio Riveros, en Acacías (Meta), lo replica y nace la Joropera Colper. También en Puerto Carreño (Vichada) y Arauca y Tame (Arauca) ven la necesidad de crear escuelas de baile del joropo. En Venezuela en los estados de Apure y Aragua se dan por enterados de la nueva convocatoria que por primera vez realza el baile del joropo llanero y lo lleva a multitudes.
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
EL JOROPÓDROMO 2002-2010: HACIA LA CONSOLIDACIÓN
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Con el fin de darle institucionalidad al Joropódromo, a partir de su segunda versión, en 2002, el Instituto Departamental de Cultura del Meta se encarga de su organización. La duración es ahora de dos días y se abre el concurso a personas que bailen joropo agrupadas como mínimo en dos parejas. Se mantienen las categorías, pero se amplían los parámetros de calificación a seis, cobrando mayor puntaje el ritmo, con 40%, la expresión corporal, con 10%, el acoplamiento grupal, con 15%, el vestuario, con 10%, la autenticidad, con 15%, y el mérito artístico, con 10%. La autenticidad, entendida como rescate de los valores autóctonos, se tuvo en cuenta al momento de calificar los grupos participantes, que en esta versión llegaron, en número de 603 parejas, de colegios, universidades, academias de baile y casas de la cultura y otras entidades. Los grupos que llegaron a Villavicencio fueron en dicha ocasión 204, que totalizaron 1.206 participantes; en esta ocasión bailaron en la calle 38, frente a la gobernación donde fue instalada la tarima (El Tiempo, 27 de junio de 2002, pp. 2-5). En junio de 2003 el Joropódromo da una nueva fuerza al Torneo Internacional del Joropo con la divulgación masiva del baile llanero en las calles de la capital del Meta. La presencia de 1.478 parejas supera en más del 100% la del año anterior, lo que obliga
a cambiar de sitio y se traslada a las inmediaciones del Parque Sikuani. Surge una modalidad especial, mitos y leyendas, y se suma a las de aficionado infantil, experimentada infantil, aficionado adulto y profesional adulto; el total de participantes fue de 2.956. Otra novedad de esta tercera versión fue el concurso de “Mejor fotografía y video” para profesionales o aficionados, para registrar el baile. La obra ganadora fue Zapateo a pata pela’ de Julio Alberto Duarte. El cuarto Joropódromo se desarrolló en julio de 2004, con las mismas seis modalidades del año anterior y el Parque del Hacha fue el punto de salida del desfile; la llegada fue en la Plaza Los Libertadores. En dicha versión participaron 117 grupos y 1.267 parejas, para un total de 2.534 participantes. Para el siguiente año, 2005, se dispone la Avenida 40 como escenario del desfile que inicia su recorrido en la intersección vial del Maizaro. La duración del Joropódromo es ahora de un solo día; la edad y experiencia definen las categorías del concurso con sus respectivas modalidades, diez en total; se incluyen a niños en situación de discapacidad. Las categorías de ese año fueron: pre-infantil, aficionados y experimentados
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para edades hasta los 8 años; infantil, aficionados y experimentados para edades entre los 9 y 15 años; adulto aficionado y profesional para edades de 16 años en adelante y empresarial, para funcionarios en la modalidad de aficionados. En esta ocasión El Tiempo narró con admiración y asombro los sucesos que en Villavicencio y en el marco del Joropódromo se vivieron mientras los bailadores de joropo ejecutaban sus rutinas: Un niño de 4 años bailando joropo al lado de un anciano de 77 y una escuela de baile de Venezuela, compuesta por niños hijos de inmigrantes italianos y portugueses, que vinieron a competir por primera vez a Villavicencio fueron los contrastes del festival. Las 1.500 parejas de baile que acudieron al Joropódromo de la Avenida 40 —venidas de Meta, Arauca, Casanare, Vaupés y Venezuela— reconfirmaron que ese ritmo sigue representando el sentir de los llaneros de los dos lados de la frontera. (4 de julio de 2005, pp. 1-3)
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Se calificó sobre seis parámetros, uno de los cuales fue el desplazamiento permanente para asegurar que las parejas participantes bailen durante todo el recorrido, y por dos minutos lo hacen frente al jurado, que evalúa ajuste rítmico 25%; expresión corporal 10%; desplazamiento permanente y coordinación 10%; acoplamiento de grupo 20%; diseño coreográfico y traje típico 20%, y autenticidad 15%. En aquel año el concurso exige a los bailadores calzar cotizas y vestirse con trajes típicos; para los hombres, ponerse un liquiliqui, un vestido de trabajo de llano (camiseta topochera o salchichón y tucos), o el traje tradicional (camisa y pantalón); y para las mujeres, vestirse de gala o tradicional. En su sexta versión, en 2006, el Joropódromo llegó a la increíble cifra de 2.334 parejas participando en representación de 181 grupos que desfilaron por la Avenida 40. El número total de concursantes fue de 4.668, lo que demuestra el enorme desarrollo del evento que año tras año se fue consolidando en el imaginario nacional de la cultura colombiana. La muestra fehaciente de que el Joropódromo en esta primera etapa de crecimiento había ganado fuertes peldaños para posicionarse de forma definitiva se encuentra en el número de participantes, que año tras año aumentó de manera
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considerable. Así las cosas, en el marco de las tradicionales fiestas del Torneo Internacional del Joropo, la danza llanera para dicho año ya se había ganado un espacio preponderante. Las publicaciones consultadas así lo demuestran: Durante tres días la música llanera, el folclor y las tradiciones propias de esta región del país, desfilaron como en una alegre comparsa que tuvo como especial protagonista al baile del joropo con toda su belleza y colorido. Academias y grupos de baile conformaron un río de más de cinco mil personas que danzaron en el Joropódromo de la Avenida 40, dejando en claro que el joropo continúa siendo la base del folclor llanero y que los esfuerzos de las academias de baile por preservarlo están vigentes. (Llano 7 días, 4-6 de julio, 2006, p. 5) En definitiva, luego de las primeras versiones del Joropódromo, ya se había logrado institucionalizar y se convirtió en un evento esencial en las agendas de las distintas academias de baile del joropo del llano de Colombia y Venezuela.
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EL BAILE TRADICIONAL VS EL JOROPO ACADÉMICO
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La consolidación del espacio del Joropódromo en la comunidad folclórica del llano colombiano se demostró, en 2006, con el debate en torno a si el baile del joropo debía seguir pegado a la tradición o, por el contrario, debía innovarse. Esto debido a que, con la participación masiva de jóvenes en la ejecución del baile del joropo, la danza llanera se había divido en dos tendencias: una impulsada por jóvenes que buscaban incorporar nuevos pasos buscando proyección internacional y la otra que defendía las raíces del baile y era reacia a los cambios (Llano 7 Días, 3 de julio de 2006, p. 4). Este debate seguiría presentándose en los siguientes años como evidencia de que las nuevas tendencias buscaban ganarse un espacio dentro de la tradición, que, a su vez, se oponía a la introducción de nuevos elementos coreográficos en la ejecución del baile. En su séptima versión, en 2007, se realizó durante dos días en la avenida 40, desde las dos de la tarde. El primer día fue para las modalidades pre-infantil, pre-juvenil y la población en situación de discapacidad. El segundo, para juvenil, adulto, empresarial y mitos y leyendas. Las bases del concurso indicaron por entonces que para el vestuario de las mujeres el traje de gala no podía llevar lentejuelas, brillantes, ni crinolinas.
El octavo Joropódromo, en junio de 2008, se inició a las diez de la mañana en la escultura de Las Mariposas, en la Avenida 40. Este año, en el que se premiaron primero, segundo y tercer puestos, fue una de las más concurridas en número de parejas con 2.280. En total, los participantes fueron 4.560 que conformaron para dicho año 207 grupos en competencia; estas cifras evidencian que dicha versión es la tercera en cuanto al número de participantes a lo largo de la historia del certamen. En 2009 el debate del joropo de ayer y de hoy siguió estando en las tertulias de los directores de las academias y pensadores de la región. La preservación de las raíces del baile llanero y las nuevas tendencias hacia su universalización hacen que el concurso establezca dos categorías con su respectivo vestuario: “Joropo tradicional” y “Joropo espectáculo”, que se sumaron a las ocho modalidades que ya existían: “Infantil”, “Juvenil”, “Adultos”, “Empresarial”, “Educativa”, “Universitaria”, “Adulto mayor” y “Población en situación de discapacidad”. En total entonces, para este año, el concurso llegó a diez modalidades. En dicho año se contó con la participación de departamentos colombianos y estados de los llanos de Venezuela; en Villavicencio, por ambos Estados, se presentaron 1.451 parejas de bailadores de joropo. En 2010 el Joropódromo cerraba una década de éxitos indiscutibles en los términos para los que fue creado. En dicha versión participaron 2.614 bailadores en representación de 128 grupos de la geografía colombiana y venezolana. Por entonces, se seguían escuchando voces que pedían más apoyo al joropo académico en el intento de ponerlo en contacto con las demandas de los gustos modernos. Desde otras
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perspectivas, en cambio, se reclamaba que fuera el Joropódromo el estandarte de la identidad llanera, pues se consideraba que los ritmos llegados del interior habían ganado mayor protagonismo. De acuerdo con el semanario Llano 7 Días, desde distintas instancias relacionadas con el baile del joropo se sugería mayor compromiso en aras de perpetuar la danza llanera. Según lo reseña el periódico, una gestora cultural en Villavicencio opinaba que: “El joropo debe ser el eje central […] el Joropódromo es lo máximo del Torneo porque promueve y genera identidad llanera” (6 y 7 de julio de 2010, p. 2). Así las cosas, lo que años antes había nacido como un certamen claramente definido en búsqueda de perpetuar las tradiciones del baile llanero, para este momento histórico comenzaba a madurar a partir de las tensiones provocadas por opiniones que no siempre eran unánimes en cuanto a cuál camino seguir. A manera de conclusión preliminar, podemos establecer que hacia el final de la primera década del siglo XXI el Joropódromo es ya un evento reconocido y lo suficientemente maduro como para determinar que, desde su origen en 2001 hasta esa fecha, el balance en términos de su desarrollo eran más que positivos. Así lo sugieren las cifras que año tras año mostraban un aumento considerable en el número de participantes. Además, con respecto a su importancia dentro del Torneo Internacional del Joropo, era una realidad indiscutible que a la par con el coleo, el reinado y los distintos eventos que anualmente se desarrollaban, el Joropódromo era uno de los más admirados por el turismo regional, nacional e internacional.
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En la versión de 2012 se disminuye a cinco las modalidades: cuatro para joropo tradicional y se incluye por primera vez a desplazados, indígenas y afrodescendientes; la quinta modalidad es para el Joropo espectáculo. La categoría infantil ahora se denomina “Joroperitos” y la adulta, “Joroperos”. Las parejas que concursaron en dicho año fueron 1.354 en representación de 144 grupos, lo que arrojó una cifra total de participantes de 2.708. En dicha versión el joropo siguió siendo la bandera de la identidad llanera y “pese a la lluvia y al trancón que generó el cierre por unas horas de la avenida 40, el Joropódromo fue uno de los espectáculos más aplaudidos” (Llano 7 Días, 3 de julio de 2012, p. 5). En 2013 se cambia el escenario del Joropódromo y se traslada el desfile para inmediaciones del barrio Dosmil, sector Estadio Macal, hasta la glorieta de Postobón.
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2011-2017: LA PROYECCIÓN INTERNACIONAL DEL JOROPÓDROMO
En la segunda década del siglo XXI, el Joropódromo de Villavicencio fue ya una realidad que año tras año atrajo al turismo de la capital del país que arriba a la ciudad a participar del Torneo Internacional del Joropo. En su décima primera versión en 2011 participa como invitado especial la Joropera Colper, de Acacías, Meta. Este año nuevamente se establecen diez modalidades para el concurso y desaparece “Mitos y leyendas” de las bases del concurso. Con el fin de garantizar que los concursantes durante todo el recorrido estén bailando, el criterio de evaluación “Desplazamiento permanente y coordinación” se aumenta a 25%.
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En el décimo cuarto Joropódromo, el 28 de junio de 2014, se realiza el concurso con las mismas cinco modalidades del 2012: “Joroperitos tradicional”, “Empresarial tradicional”, “Joroperos tradicional”, “Prioritarios tradicional (desplazados, indígenas, afros, población en situación de discapacidad)” y “Joropo espectáculo”. En aquel año participaron 1.300 parejas de 167 grupos que totalizaron 2.600 bailadores de joropo. Los araucanos fueron grandes animadores del certamen según lo reseñan los documentos de la época: Llano 7 Días tituló: “Araucanos brillan por su baile” y en sus páginas internas (1 de julio de 2014, p. 5) detallan que:
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Representantes de Arauca, Casanare y Venezuela obtuvieron los primeros puestos en el XIV Joropódromo, realizado el sábado pasado en la avenida Circunvalar, entre la vía a Puerto López y el Estadio Macal de Villavicencio. Los grupos ganadores, entre 2.492 bailadores participantes, fueron Sabana y Mastranto de Saravena, Arauca (modalidad joroperitos); Fundación El Repique, del estado venezolano de Barinas (joroperos); Zapateo, de Arauca (Grupos priori-
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tarios); Corporación Cabalgando, de la Alcaldía de Arauca (modalidad empresarial); y Profesional Son Joropo, de Yopal, Casanare (espectáculo). La versión decimoquinta de junio de 2015 acogió las siguientes modalidades: “Joroperitos tradicional”; “Empresarial tradicional”; “Joroperos tradicional”; “Joropo moderno”, y “Prioritarios tradicional para desplazados, indígenas, afrodescendientes y personas en situación de discapacidad”. El recorrido se hizo por la carrera 19 y la calle 15 hasta la glorieta de las Artes, retomando el parque La Llanura. En ese año concursaron 1.318 parejas que hicieron parte de 171 grupos, lo que sumó un total de 2.636 bailarines en escena. En el siguiente año, 2016, los grupos participantes fueron 100 con 1.161 parejas concursando, lo que arrojó un número total de danzantes de 2.322, que representaron al llano de Colombia y Venezuela. Con el fin de hacer una preselección, las bases del concurso incorporaron una nueva exigencia para la inscripción consistente en un video mínimo de cinco minutos, que mostrara al grupo bailando en recorrido y con el vestuario estipulado.
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DÉCIMO SÉPTIMO JOROPÓDROMO
Para 2017 el gobierno departamental estimuló la participación de las instituciones educativas del Meta vinculando instructores que prepararon a los estudiantes en el baile del joropo. Luego de meses de preparación, los mejores estuvieron en el Joropódromo aquel primero de julio; la Avenida 40 volvió a ser la pista. Esta versión es récord en número de grupos y parejas participantes, 262 y 2.719 respectivamente. Los concursantes tuvieron la oportunidad de inscribirse en diez modalidades de joropo tradicional y en dos de joropo moderno: “Joroperitos” (desde los 7 años) y “Joroperos” (desde los 16 años).
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Como muestra de la gran acogida que tuvo esta versión, el total de participantes fue de 5.438 bailarines, que ha sido la cifra más alta de concursantes en toda la historia del evento. Aquella vez un boletín de prensa de la Gobernación del Meta informó a la opinión pública los ganadores. De acuerdo con las cifras que publicó el documento:
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Villavicencio obtuvo 9 premios; Puerto Gaitán y Yopal, cuatro cada uno; Tame y Arauca —Arauca—, tres premios; Cumaral, dos premios; y Paratebueno —Cundinamarca—, Fuentedeoro, Puerto Lleras, Monterrey —Casanare—, Mesetas, Puerto López, Granada, Saravena —Arauca—, Villanueva — Casanare—, Acacías, y el estado de Barinas —Venezuela—, un premio cada uno. (Boletín n.o 100, 2 de julio de 2017) Como queda demostrado, la versión de 2017 fue la que atrajo al mayor número de participantes al Joropódromo, lo que convierte a este año en un punto de referencia muy importante para el devenir del evento en las próximas convocatorias. En este sentido, con las cifras que muestran la gran evolución del certamen a través de los años, conviene entonces determinar cuál ha sido su importancia en la difusión del baile del joropo, no sólo en la región de la Orinoquia colombiana, sino allende las fronteras. Sin lugar a duda, el mayor aporte del Joropódromo a la cultura de Colombia y Venezuela ha sido la de posicionar el baile del joropo como un elemento determinante para visibilizar la cultura llanera en el mundo entero, no porque el joropo antes de 2001 no se conociera fuera de las fronteras. Lo trascendental del Joropódromo es que marcó un derrotero a seguir para que el joropo no sólo fuese bailado en escenarios tradicionales como tarimas, plazas o
104 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
De esta manera, luego de considerar lo que han sido las diez y siete versiones del Joropódromo de Villavicencio en el departamento del Meta, las autoridades locales y los llaneros en general deben sentirse orgullosos de la labor cumplida. Sobre todo, porque a lo largo de casi dos décadas de esfuerzo y tenacidad han logrado sostener este evento como el más importante en la búsqueda de posicionar el baile del joropo como un elemento fundamental del folclor de la Orinoquia colombiana. Si el joropo —sabanero o académico— hoy representa al llanero dentro de la geografía de Colombia, se debe, en gran medida, a la idea de quienes en los albores del siglo XXI gestaron tan grande idea. Será labor de la presente y futuras generaciones hacer que se perpetúe en el tiempo para bien de la cultura llanera colombo venezolana.
CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN DEL JOROPÓDROMO
parrandos bajo techo. El baile del joropo desfilando por la calle se convirtió en una gran parada callejera a la usanza de otros eventos mundiales en los que la relación entre bailadores y público es central en la puesta en escena. Y aquí quien gana es la cultura llanera en general, pues a través del baile se invita a la unión entre los participantes del espectáculo, lo que lo convierte en un evento masivo y popular en el que se baila y se goza. Una promoción a este evento realizada en el periódico El Tiempo de Bogotá en 2005 por los organizadores de la época resume lo anterior: “El Joropódromo es un ejemplo mundial de convivencia pues convoca a miles de parejas que interpretan el joropo, baile auténtico de los llanos colombo-venezolanos. No se lo pierda”.
105
106 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN DEL JOROPÓDROMO
EL JOROPÓDROMO EN CIFRAS
Con el ánimo de comprender cómo ha sido la evolución y el desarrollo del Joropódromo a través de los años, conviene observar las cifras que a continuación se presentan y que detallan el total de participantes. De igual manera se discrimina la cantidad de parejas que han competido y el número de grupos que han asistido de acuerdo con las distintas modalidades sugeridas en los respectivos años. Estas cifras ponen en evidencia que, desde su origen en 2001, el evento ha tenido un aumento considerable en cuanto al número de participantes siendo 2006, 2008 y 2017 los años con mayor cantidad de concursantes. En tal sentido es alentador saber que, desde su primera versión en 2001, el Joropódromo incrementó en más de diez veces la cantidad de bailarines en relación con la última versión en 2017.
107
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
CRECIMIENTO DEL JOROPÓDROMO 2001-2017
108
AÑO
VERSIÓN
NÚMERO DE PARTICIPANTES
NÚMERO DE PAREJAS
NÚMERO DE GRUPOS
2001
1
510
255
17
2002
2
1.206
603
204
2003
3
2.956
1.478
85
2004
4
2.534
1.267
117
2005
5
2.534
1.267
150
2006
6
4.668
2.334
181
2007
7
3.782
1.891
204
2008
8
4.560
2.280
207
2009
9
2.902
1.451
133
2010
10
2.614
1.307
128
2011
11
3.124
1.562
155
2012
12
2.708
1.354
144
2013
13
2.938
1.469
169
2014
14
2.600
1.300
167
2015
15
2.636
1.318
171
2016
16
2.322
1.161
100
2017
17
5.438
2.719
262
50.032
25.016
2.509
TOTAL
Fuente: Instituto Departamental de Cultura del Meta, 2017.
109
CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN DEL JOROPÓDROMO
GANADORES JOROPÓDROMO 2001-2017 AÑO
2001
2002
2003
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
2004
110
MODALIDAD
1° PUESTO
Aficionado
S.I.
Juvenil
S.I.
Profesional
S.I.
Profesional
S.I.
Aficionado
S.I.
Grupo infantil
Abierto
S.I.
Aficionado
Infantil
Grupo Sabana, Yopal, Casanare
Experimental
Infantil
Grupo Pincelada, Tame, Arauca
Aficionado
Adulto
Los Vaquiros, Acacias, Meta
Profesional
Adulto
Veguero, Mandador y Sombrero, Cabuyaro, Meta
Especial
Mitos y leyendas
Mayor número de participantes
Aficionado
Infantil
Academia La Bandola, Arauca, Arauca.
Experimental
Infantil
Academia Pinceladas, Tame, Arauca
Aficionado
Adulto
Escuela de Carabineros Eduardo Cuevas, Villavicencio
Profesional
Adulto
Corporación Folclórica Centauros, Villavicencio
Especial
Mitos y leyendas
Mayor número de participantes
Joropera COLPER, Acacias, Meta
Pre-infantil
Aficionados
Grupo El Repique, Yopal, Casanare
Aficionados
Academia Aires de Colombia, Villavicencio
Grupo adulto
Infantil 2005
CATEGORÍA
Adulto Empresarial Especial
Experimentada
Areta,Villavicencio, Meta Colegio Pablo Emilio Riveros, Acacias, Meta
Areta Teatro La Sayona, Villavicencio
Pinceladas, Tame, Arauca
Aficionado
Grupo Trompo y Zaranda, Maní, Casanare
Profesional
Corporación Folclórica Centauros, Villavicencio
Empresarial
Joropomanía Barranqueña, Barranca de Upia, Meta
Mitos y leyendas Mayor número de participantes
Grupo Teull - Comparsa Aquelarre, Villavicencio, Meta Joropera COLPER, Acacias, Meta
2006
MODALIDAD
CATEGORÍA
pre-infantil
Única
Los Sabaneritos, Yopal, Casanare
infantil
Única
CORCULLA, Villavicencio, Meta
adulto
Única
CORCULLA, Villavicencio, Meta
empresarial
Única
Joropomanía Barranqueña, Barranca de Upia, Meta
Mitos y leyendas
Única
Tatea, El Animal de Santa Helena, San Martin, Meta
Población en situación de discapacidad
Única
Crecer, Villavicencio, Meta
30 de junio 2007
Población en situación de discapacidad
2008
Centro de la Sagrada Familia, Villavicencio, Meta
Preinfantil
Sabaneritos, Yopal, Casanare
Prejuvenil
Renacimiento Criollo, Tame, Arauca
Mitos y leyendas 01 de julio
1° PUESTO
Tatea, San Martín, Meta
Empresarial
ONG Renacer, Villanueva, Casanare
Juvenil adulto
Cabrestero, Profesional, Villavicencio
Población en situación de discapacidad
Única
Esperanza Llanera, Saravena, Arauca
Adulto mayor
Única
Raíces del Joropo, COMCAJA, Arauca, Arauca
Mitos y leyendas
Única
Luna Roja, UNILLANOS, Villavicencio
Profesional infantil
Única
El Rodeo, Casa de la Cultura, Tauramena, Casanare
Empresarial
Única
Los Carabineros del Joropo, Escuela de Carabineros Eduardo Cuevas, Villavicencio
Educativa
Única
Los Llaneritos de Iracá, I. E. Iracá, San Martín, Meta
Novata
Única
Semillero Llanero A, Villavicencio, Meta
Profesional juvenil—adulto
Única
Corporación Cultural Los Taguaros, Villavicencio
CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN DEL JOROPÓDROMO
AÑO
111
AÑO
2009
MODALIDAD
CATEGORÍA
1° PUESTO
Profesional infantil
Tradicional
Los Taguaritos, Corporación Cultural Los Taguaros, Villavicencio
Profesional infantil
Espectaculo
Profesional juvenil—adulto
Tradicional
Profesional juvenil—adulto
Espectaculo
Empresarial
Tradicional
Unidos Bailando por el Meta, Gobernación del Meta, Villavicencio
Educativa
Aficionada
Mi Tierra, Colegio Departamental San Francisco de Asís, Villavicencio
Educativa
Profesional
Universidad Cooperativa de Colombia Villavicencio
Población en situación de discapacidad Adulto mayor
Los Gavanes, Fortul Arauca Flor de la Vellousea, Casa de la Cultura Kiterio Tinigua, La Macarena, Meta Semillero Llanero B, Academia Semillero Llanero, Villavicencio
Acariciando mis Sueños Centro de Educación Especial, Villavicencio Los Elegidos, Corporación Casa, Villavicencio Juan Machete, Grupo Tatea, San Martín, Meta Fiestas De Mi Tierra, Alegorías a las Cuadrillas de San Martin, Grupo Luna Roja, Villavicencio
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Mitos y leyendas
112
El Caporal y el Espanto, Fundación Cultural Guarataro, Villavicencio Mata e Monte, Corporación Cultural Triangulo de La Góndola, Villavicencio La Pescadora de Tradiciones, UNILLANOS, Villavicencio La Leyenda de Juan de los Ríos, Colectivo Experimental Aibmoloc, Villavicencio
2010
MODALIDAD
CATEGORÍA
1° PUESTO
infantil
Tradicional
Corporación Cultural Los Taguaros, Villavicencio
Juvenil
Tradicional
Renacimiento Criollo, Corporación Cultural Llano y Vaquería, Tame, Arauca
Adulto
Tradicional
Corporación Cultural Los Taguaros, Villavicencio, Meta
Infantil
Espectáculo
Semillero Llanero B, Academia Semillero Llanero, Villavicencio
Juvenil
Espectáculo
Cabrestero, Academia Cabrestero, Villavicencio
Educativa
Tradicional
El Alcaraván de Oro, Liceo del Llano, Arauquita, Arauca
Universitaria
Tradicional
Universidad Cooperativa de Colombia Villavicencio
Empresarial
Tradicional
Llano y Sabana, Corporación Cultural y Deportiva del Meta, Acacías, Meta
Adulto mayor
Tradicional
Los Herederos del Caracaral, Academia Xarop casa de la cultura, Arauca, Arauca
Personas en situación de discapacidad
Tradicional
Acariciando mis Sueños. Centro de Educación Especial, Villavicencio El Gran Pauto, Triangulo de la Góndola, Villavicencio
Comparsas tema: mitos y leyendas, cuentos y tradiciones llaneras
Viva la Sayona y unos Cuantos Enamorados, Fundación Cultural Guarataros, Villavicencio Carnaval de Aquelarre, El Trebejo, Villavicencio Diosonamuto, Escuela de Formación Actoral Areta, Villavicencio Guardianes de la Tradición Llanera, Bioagricola del Llano, Villavicencio
CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN DEL JOROPÓDROMO
AÑO
113
AÑO
2011
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
2012
114
MODALIDAD
CATEGORÍA
1° PUESTO
Infantil
Tradicional
Corporación Cultural Los Taguaros, Villavicencio
Juvenil
Tradicional
Corporación Cultural Los Taguaros, Villavicencio
Adulto
Tradicional
Cosarios del Joropo. Academia de Joropo Mastranto,Tame, Arauca
Infantil
Espectáculo
Guafa Curareña, Acacias, Meta
Juvenil
Espectáculo
Sabana, Yopal, Casanare
Adulto
Espectáculo
Cabrestero Profesional, Villavicencio
Educativa
Tradicional
Cabrestero I. E., La Primavera, Puerto Inírida, Guainía
Universitaria
Tradicional
El Repique Universidad Experimental de los Llanos, Barinas, Venezuela
Empresarial
Tradicional
Caporales del Joropo, Tame, Arauca
Adulto—adulto mayor
Tradicional
Herederos del Caracaral, Academia Xarop, Arauca, Arauca
Personas en situación de discapacidad
Tradicional
Fundación Caminos de la Esperanza Otter, Villavicencio
Joroperitos
Tradicional
Cabrestero, Granada, Meta
Empresarial
Tradicional
Gastores Llanogas, Villavicencio
Joroperos
Tradicional
El Repique, Barinas Venezuela
Prioritarios (desplazados, indígenas, afros, personas en situación de discapacidad)
Tradicional
Esperanza Llanera Fundación Cultural Botalón y Soga, Saravena, Arauca
joropo
Espectáculo
Guafa Curareña Profesional, Acacias, Meta
2013
2014
2015
MODALIDAD
CATEGORÍA
1° PUESTO
Joroperitos
Tradicional
Sabana y Mastranto Infantil A, Saravena, Arauca
Empresarial
Tradicional
Caporales del Joropo, COOTRANSTAME, Tame, Arauca
Joroperos
Tradicional
Fundación El Repique, Barinas, Venezuela
Prioritarios (desplazados, indígenas, afros, personas en situación de discapacidad)
Tradicional
Raíces del Joropo, Arauca, Arauca
Joropo
Espectáculo
Joroperitos
Tradicional
Sabana y Mastranto Infantil, Saravena, Arauca
Joroperos
Tradicional
Fundación El Repique, Barinas, Venezuela
Empresarial
Tradicional
Corporación Cabalgando, Arauca, Arauca
Prioritarios (desplazados, indígenas, afros, personas en situación de discapacidad)
Tradicional
Adulto—Adulto Mayor Grupo Zapateo, Academia Zapateo, Arauca, Arauca
Espectáculo
Espectáculo
Joroperitos
Tradicional
Sabana y Mastranto Infantil, Saravena, Arauca
Joroperos
Tradicional
Alpargata, Arauca, Arauca
Joropo
Moderno
Prioritarios (desplazados, indígenas, afros, personas en situación de discapacidad)
Tradicional
Adultos—Adultos Mayores La Reliquia del Joropo, Arauca, Arauca
Empresarial
Tradicional
Los Baquianos de Roa, Organización Roa Flor Huila, Villavicencio
Sabana Profesional, Fundación Cultural Sabana, Yopal, Casanare
Profesional Son Joropo, Yopal, Casanare
Selección Cabrestero Villavicencio
CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN DEL JOROPÓDROMO
AÑO
115
AÑO
MODALIDAD
CATEGORÍA
1° PUESTO
Joroperitos
Sabana y Mastranto Infantil Saravena, Arauca
Joroperos
Cabalgando, Arauca, Arauca
Joroperitos
Mastrantalito, Saravena, Arauca
Joroperos
Cachilapo, Monterrey, Casanare
Educativa
Tradicional
Gavanes del Llano Infantil Colegio Alafas del Norte Concesión Rodolfo Llinás, Villavicencio
Adulto—adulto mayores
Tradicional
Las Reliquias del Joropo, Arauca, Arauca
Prioritarios (desplazados, indígenas, afros, personas en situación de discapacidad)
Tradicional
Fundación Camino de la Esperanza, Villavicencio
Empresarial
Tradicional
COFREM, Villavicencio
Joropo moderno
Mini
Sabaneritos, Fundación Cultural Sabana Yopal, Casanare
Joropo moderno
Maxi
Corporación Cultura Arte y Tradición Danzat, Villavicencio
Academias
Casa de la Cultura
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
2016
116
AÑO
MODALIDAD
CATEGORÍA
1° PUESTO
Academia de baile joroperitos
Fundación Sabana y Mastranto, Saravena, Arauca
Academia de baile joroperos
Corporación Cultural Cabalgando, Arauca, Arauca
Casa de la cultura joroperitos
Cachilapo, Casa de la Cultura Monterrey, Casanare
Casa de la cultura joroperos
Araguaney, INDERCUT Puerto López, Meta
Tradicional
Tradicional
2017
Educativa joroperitos
Sabaneros, I.E. Departamental Agrícola, Villavicencio
Educativa joroperos
Alma Llanera, UNILLANOS, Villavicencio
Tradicional
Adulto—adulto mayores
Rienda, Bozal y Cabrestero Arauca, Arauca
Tradicional
Población con discapacidad
Tradicional
Comunidad afrodescendiente, indigenas y víctimas del conflicto armado
Tradicional
Empresarial
Cabirara, Empresa de Servicios Públicos, Tame, Arauca
Moderno
Joroperitos
Selección Joropo Infantil, La Casa del Joropo, Yopal, Casanare
Moderno
Joroperos
Selección Joropo Profesional, La Casa del Joropo, Yopal, Casanare
Diversidad Funcional COFREM Grupo B, Villavicencio Comunidad Indígena Sikuani Llanero, Puerto Gaitán, Meta
Fuente: Archivos Instituto Departamental de Cultura del Meta.
CREACIÓN, HISTORIA Y PROYECCIÓN DEL JOROPÓDROMO
Tradicional
117
118 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
JOROPO
ACADÉMICO
En 2007 el Torneo Internacional del Joropo amplía su programación con el “Joropo Académico”, dedicado al debate académico y a la reflexión sobre temas relacionados con el joropo, sus prácticas y sus saberes. Entre los promotores de esta idea están el Instituto Departamental de Cultura del Meta, la Universidad de los Llanos, la Academia de Historia del Meta y el Instituto de Investigación de la Orinoquia Colombiana. Se tomó la decisión de, cada año, elegir un tema y, alrededor de este, reunir académicos, músicos, portadores y depositarios de saberes, en el marco de conversatorios, ponencias, exposiciones y talleres, todos abiertos al público. Desde entonces, en estos espacios se vienen congregando expertos tanto de Colombia como de Venezuela e, incluso, de otras partes del mundo, en un segmento que toma fuerza año a año, no sólo como un ámbito de reflexión, sino de integración y circulación de saberes, más allá de la fiesta y el parrando.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
A continuación se señalan los temas alrededor de los cuales se han llevado a cabo las primeras once ediciones (hasta 2017):
120
2007 El estado actual de la copla llanera 2008 Baile de joropo: ancestro de la región 2009 Diacronía de la música llanera colombo-venezolana 2010 Vivencias alrededor del joropo: los cantos llaneros 2011 Vivencias alrededor del joropo: lo nuevo no borra lo viejo 2012 Vivencias alrededor del joropo: lo nuevo no borra lo viejo 2013 La décima 2014 Los cantos de trabajo de llano 2015 El joropo: memoria del conflicto y herramienta para la construcción de una cultura de paz
2016 Nuevas metodologías en el contrapunteo llanero 2017 Los lenguajes del arpa llanera
Participantes del Joropo Académico de 2014.
121
JOROPO ACADÉMICO
2007 EL ESTADO ACTUAL DE LA COPLA LLANERA
Como lo afirmó en su momento el comunicador social comunitario Óscar Pabón, la capital del Meta ha sido sede de las tertulias sobre diversos aspectos de la vida llanera. Y para dar inicio a la serie del Joropo Académico se abren, por primera vez en 2007, las puertas del auditorio del Teatro La Vorágine, con la participación de los escritores Hugo Mantilla, Eduardo Mantilla, Carmen Aurora Díaz de Sánchez —“La Mama Grande del Llano”— y el arpista Pedro Pablo Pérez, con sus ponencias “La historia de la copla en el llano”, “El joropo dentro del contexto cultural americano”, “Joropo: integración por el folclor” y “Nuevas formas de contrapunteo”, respectivamente. Es de resaltar que en esta primera ocasión además se contó con la participación de dos reconocidos copleros: Manuel Orozco (de San Martín de los Llanos) y Lorgio Rodríguez (de Yopal), que acompañó al primero en la copla criolla.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
“Todo hombre es como canta”, escribiría, a propósito de este evento, Aurora Díaz de Sánchez. Esta afirmación cobra sentido tratándose del llano y los llaneros, más si se tiene en cuenta la pasión de sus cantos y el repentismo de su contrapunteo, resultado de las influencias indias, españolas y africanas.
122
En esta versión, se mencionó al gran coplero Luis Hernández en la presentación de Díaz de Sánchez, quien también habló, no sin picardía, de las visitas que recibía en su fundo La Morita —a las orillas del río Guanare en el estado de Portuguesa— de copleros de la talla del “Cholo” Valderrama y Juan Farfán, que en cierto sentido “se
graduaron” con él. De ahí en adelante, son incontables los grandes copleros que han surgido en el llano colombo-venezolano. Además se destaca la intervención del escritor araucano Eduardo Mantilla, cuya ponencia tuvo como objeto los contextos naturales, económicos y culturales en el espectro latinoamericano. En un recorrido geográfico, económico e histórico, presentó argumentos para ilustrar el surgimiento de esa construcción sociocultural conocida como “llanero”, desde que el europeo llega a América. Luego identifica los procesos de mestizaje y hace un paralelismo entre el “gaucho” y el llanero, dos modos distintos de vivir en la pampa o el llano. Al final, cita las Memorias militares de Jorge Brisson, que recorrió la llanura a finales del siglo XIX y escribió sobre el romance al estilo español que el llanero improvisaba y que se conocía como “galerón”. Por su parte, el historiador llanero Hugo Mantilla tiene como tema la copla y, especialmente, el poema y el corrío llanero; y señala la importancia que estos cobran en el trabajo del vaquero y cómo le sirven para narrar su cotidianidad. A partir de las formas de la poesía llanera, analiza con profundidad las coplas colombianas y busca su relación con el ancestro español. Así, ese año, el 2007, con ejemplos musicales de copleros, se da inicio al Joropo Académico en el marco del Torneo Internacional del Joropo. Hugo Mantilla.
JOROPO ACADÉMICO
123
2008 BAILE DE JOROPO: ANCESTRO DE LA REGIÓN
En esta ocasión, a través de las ponencias se hace un recorrido por las caracterizaciones y transformaciones que ha experimentado el joropo, “una expresión del arte popular en permanente evolución, que gira originalmente en torno a una fiesta campesina que integra poesía, canto, música y danza”, en palabras de Hugo Mantilla. Este año figuran como invitados por Colombia Clemencia Franco de Novoa, que hace una defensa de la danza folclórica colombiana; de nuevo el araucano Hugo Mantilla, que analiza críticamente el trasegar del baile del joropo campesino hacia el joropo urbano; y Hugo Roldán Benito, que estudia el baile del joropo como una forma para mejorar la condición física. Por Venezuela, se cuenta con la participación de Daniel Saúl Cabrera, que exalta el joropo como máxima expresión folclórica. Hay una mesa redonda alrededor del baile del joropo, como ancestro regional de la cultura llanera. De lado y lado se dieron argumentos tanto para dar cuenta de las transformaciones que está presentando esta danza, como para defender la estética de este baile tradicional. De un lado se habló de la forma, los lugares y los ritos del joropo que tienen lugar el 24 de diciembre, Año Nuevo o el 6 de reyes; en esas ocasiones, las mujeres que asisten al baile van con blusas de seda adornadas con
124 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
temas coloridos o de flores, falda y alpargatas, y los hombres con una sobria camisa y pantalón de color claro, sombrero llanero y alpargatas o a pie limpio. De otro lado, se hizo la defensa a las transformaciones de la danza del joropo, como corresponde a las manifestaciones y los patrimonios culturales vivos; transformaciones que están en continua ebullición, pero que siempre generan polémica. Razones hay muchas, como lo dice Gustavo Vásquez, que ha incorporado figuras y pasos provenientes del bambuco al baile del joropo, con el fin de lograr un espectáculo más impactante. Es importante tener en cuenta que al final de estos encuentros quedan muchas preguntas abiertas, lo que al cabo es uno de sus objetivos: suscitar reflexiones alrededor de estas cuestiones. ¿Qué transformaciones son permisibles en el joropo? ¿Quién debe determinar hasta qué punto se puede transformar? ¿Qué función cumple y qué responsabilidad tiene un festival como el Torneo Internacional de Joropo en los procesos de transformación de estas manifestaciones, que son patrimonio inmaterial de las comunidades que habitan la cuenca del Orinoco? Muchas son las preguntas, pero lo importante es que el espacio de disentir y argumentar ya está creado, y es el del Joropo Académico. Daniel Cabrera.
JOROPO ACADÉMICO
125
2009
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
DIACRONÍA DE LA MÚSICA LLANERA COLOMBOVENEZOLANA
126
En esta tercera edición del Joropo Académico, se buscó analizar la evolución, transformación y desarrollo del joropo a través del tiempo. ¿Qué palabras usar para hablar de los cambios que experimenta una manifestación cultural viva? Para echar luces sobre los muchos interrogantes, los expertos invitados a este debate fueron el músico docente Gildardo Cruz Arias, que habló sobre el joropo y la sociedad haciendo un análisis situacional, y el investigador Eliécer Arenas, que hizo una ponencia titulada “Asomados al balcón del presente: Dilemas identitarios de la música llanera”. Esta ofreció una mirada analítica desde la identidad, problematizándola a partir de un dilema cuyo origen reside en las apropiaciones externas que se han hecho del joropo y que han llevado a que, desde afuera, este ya no sea percibido como llanero sino como colombiano, y desde el llano siga siendo leído ligado a un territorio, algo que siempre quiere estar volviendo al pasado, anclado en la nostalgia. Este debate se caldeó aun más cuando la pianista Laura Lambuley hizo una interpretación de joropo en piano, y se ganó el reconocimiento de tradicionalistas y vanguardistas, y planteó que la vanguardia debe ser siempre responsable con el género y sus raíces. De otro lado estuvo el maestro Inaín Castañeda, gran conocedor del joropo
tradicional, que exaltó el joropo de los años cincuenta, al que se sumaron los aportes de Óscar Pabón, quien llamó la atención en medio del debate para no dejar olvidar que el joropo se escuchó primero con guitarras, y que las versiones más antiguas de Miguel Ángel Martín se hicieron con pianos y clarinetes, y que fue en los años cincuenta cuando se introdujo el arpa, y el joropo así se interpretó con los instrumentos que hoy en día juzgamos tradicionales. El debate se puede sintetizar así: los conservadores defendieron la idea de mantener puras las raíces del folclor llanero y los vanguardistas insistieron en la necesidad de introducir nuevos elementos para abrirlo al mundo. Esta vanguardia se vio atizada por la intervención de Camilo Bustamante, que propuso nuevos horizontes para la música llanera, que fueron reforzados por Eliécer Arenas, que invitó a tener una perspectiva antropológica, fundada en un multiculturalismo y en un sincretismo cultural. Entre las conclusiones se hizo la advertencia de que no es suficiente con la eterna polémica que busca determinar qué es joropo y qué no, pues así se podría enterrar la posibilidad de que los jóvenes estrechen vínculos con esta música y su danza, y limitar también las posibilidades de su transmisión. Óscar Pabón, que ha participado en las jornadas del Joropo Académico en 2009 y 2012.
JOROPO ACADÉMICO
127
2010
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
VIVENCIAS ALREDEDOR DEL JOROPO: LOS CANTOS LLANEROS
128
En esta ocasión se contó con la participación de especialistas y cultores de la música llanera como la antropóloga y escritora Nancy Espinel, Hugo Mantilla y Eliécer Arenas, que disertaron en torno al folclor llanero y sus manifestaciones. Y con propuestas performativas hicieron parte los artistas Aquiles Báez y Lucía Pulido, así como el ensamble del maestro Gildardo Cruz; también hubo presentaciones de cantos de arreo y ordeño, a cargo de Israel Estrada y Raúl Colmenares. Joaquín Uribe anotó algunas ideas a raíz de las disertaciones presentadas en este Joropo Académico, entre estas el modo en que en la canción llanera se estrecha con los cantos indígenas y los cancioneros españoles y, con el tiempo, cobra su carácter criollo, que le procura su lugar en la música latinoamericana. Así mismo, señaló la riqueza lírica de las letras de estas canciones que recuerda las gestas colonizadoras de los pueblos llaneros, las hazañas de vaquería, los paisajes sobrecogedores de las sabanas y aspectos de la vida cotidiana, en medio de luchas por la supervivencia y el territorio, para, a pesar de ello, como diría el “Cholo” Valderrama, poder seguir cantando sobre la paz, aunque se la haya conocido apenas en contadas ocasiones, por poco tiempo; en esta posibilidad, la de cantar y hablar sobre la paz, quizás radica uno de los más grandes valores sociales de esta música.
VIVENCIAS ALREDEDOR DEL JOROPO: LO NUEVO NO BORRA LO VIEJO
En esta edición del Joropo Académico se discutió sobre las antiguas manifestaciones del joropo. La idea era traer al presente aquel momento, aquellas sonoridades, para sensibilizar y mostrar cómo sonaba el joropo de guitarras y mandolinas. Desde Venezuela estuvo como invitado Ricardo Sandoval, que leyó su ponencia “Los joropos en Venezuela”. El venezolano Gustavo Colina y el colombiano Lucas Saboya realizaron un concierto-conferencia de cuatro y tiple a manera de diálogo. También estuvo Carlos Javier Acosta con su ponencia “Sociocultura latinoamericana: el joropo”. Entre las puestas en escena, Gildardo Cruz presentó un ensamble de bandolas, como una nueva forma de interpretación del joropo; desde el poblado de Guacavía llegó el maestro Manuel Sánchez, con su agrupación de diapasones llaneros que interpretaron corríos guadalupanos; y, como muestra central, un concierto de músicas llaneras en mandolina, bandola llanera, bandola oriental y guitarra, a cargo de los maestros Ricardo Sandoval y Mathias Collet.
JOROPO ACADÉMICO
2011
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TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Se buscó comprender los diversos tipos de joropos que se interpretan, así como abrir el debate para acercarse a responder a la pregunta “¿Qué es el joropo?”. Desde una perspectiva histórica y situada en Venezuela, se realizó una caracterización del joropo central, el joropo oriental y los joropos híbridos comprendidos como una mezcla de música mirandina, de Guárico, Guayana y otras regiones de Venezuela, en un espacio íntimo que permitió apreciar en detalle los diversos aspectos organológicos, estéticos y formales de las maneras en que se ha hecho esta música, y las novedosas formas de recrearse que se proponen actualmente.
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JOROPO ACADÉMICO
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2012
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
VIVENCIAS ALREDEDOR DEL JOROPO: LO NUEVO NO BORRA LO VIEJO
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Continuando de alguna manera con el tema del año anterior, dadas las múltiples tensiones que surgen entre vanguardia y tradición, este sexto Joropo Académico continuó asomándose desde diversos puntos a lo que sucede con una tradición cultural a lo largo del tiempo en el ámbito del Torneo Internacional del Joropo y a lo largo y ancho de la Orinoquia colombo-venezolana. Esta vez los aportes al debate fueron “Aproximaciones a la historia del folclor llanero” de Jairo Ruiz, “Joropo: transformaciones y usos en la modernidad” del antropólogo Jonathan Romero; “Contrapunto y contrapunteo: estilos, golpe y forma musical” de Luis Guillermo Córdoba —una aproximación al estilo y la forma musical en la tradición oral del joropo—, y “Análisis crítico de la transformación del joropo en cuanto a figuras, pasos y vestuario dentro del Joropódromo de Villavicencio” de Laura Milena Gutiérrez. Dentro de este rico mundo sobre el origen y las transformaciones del joropo, es importante aceptar que gran parte de la herencia, quizás la más decisiva, proviene de España, como nos lo argumenta históricamente en su intervención Jairo Ruiz. Asimismo la evidencia permite pensar, según Jairo Ruiz, que si hasta el día de hoy
se empieza a dar relevancia a las músicas indígenas y a su cultura, seguramente su influencia en el desarrollo del joropo entre los siglos XVII y XIX fue muy poca. De otro lado están las herencias moras, las letras y el origen de los galerones, que se perpetuaron hasta hoy y que, en lo relacionado a sus aspectos formales, e incluso a sus temas y sus textos, se puede evidenciar que fueron apropiados, resemantizados y recontextualizados por la cultura llanera que daría lugar al joropo.
JOROPO ACADÉMICO
Entre las formas del joropo se destaca una fundacional: el corrío, que además ha cumplido una función muy importante: salvaguardar la memoria de determinados hechos. De esta forma musical hay un sinnúmero de ejemplos y constituye un relato paralelo y complementario al de la historia, pues reúne la voz que se transmite de vereda en vereda, de pueblo en pueblo, en suma, la voz de la memoria. En el evento se analizó el caso del corrío titulado “José María” para mostrar cómo funciona esta forma musical y cómo, desde inicios del siglo XX, ya prefiguraba aspectos formales y estilísticos del joropo. Además, Laura Milena Gutiérrez indagó extensamente sobre las transformaciones en figuras, pasos y vestuarios en contextos como el Torneo Internacional del Joropo y el Joropódromo, analizado desde una época en que aún se hablaba casi exclusivamente de galerones y valses, sobre todo a mediados del siglo XX.
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2013 LA DÉCIMA
En el marco del 45 Torneo Internacional del Joropo, el séptimo Joropo Académico se convierte en un encuentro internacional de decimeros, es decir los especialistas en esta forma de composición. Se realizó en el Parque Las Malocas con la participación de la Escuela Infantil de Bandola, que acompañó el evento de manera magistral. Hubo invitados de Cuba, Perú, Venezuela y Colombia, para dar paso a las disertaciones sobre esta forma de composición, que constituye un estilo dentro de la música llanera y el joropo.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Entre los exponentes de esta forma poética, que consiste en una estrofa constituida por 10 versos octosílabos, están: Cesar Huapaya, de Perú; Gretzy Atencio, de Venezuela; Orismay Hernández, de Cuba, además de representantes de diferentes regiones de Colombia, como Ricardo José Olea Hernández, del departamento de Córdoba, y Gildardo Cruz. En medio del debate, se desarrolló también un diálogo improvisado de los cantadores decimeros, entre estos un invitado mexicano. De este encuentro quedaron algunas décimas improvisadas por los asistentes, por ejemplo esta de César Huapaya: “Al Torneo del Joropo / y al encuentro decimero: / sones de
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wayno y tondero, / aroma del heliotropo. / De mi algodón, brindo un copo / de Santa Rosa, el rosal / a Instituto Cultural / de Villavicencio, el Meta. / Como popular poeta / doy mi abrazo fraternal”. Del mismo modo, Orismay Hernández agradece a los compañeros invitados y a los organizadores del Joropo Académico: “También llevo a los senderos / íntimos de la emoción / la grata satisfacción / de ver a otros decimeros. / Ustedes, mis compañeros: / Gretzy, Huapaya, Ricardo, / y el incansable Gildardo / que en la llanura se expande, / son el tesoro más grande / que de esta experiencia guardo”. Y desde Venezuela, en la pluma de Gretzy Atencio, unos versos de recuerdo y agradecimiento que también hacen referencia al gestor cultural y precursor de este espacio académico, Antonio Lozano: “Me gustaría bailar / junto con todos ustedes, / con Antonio, con Mercedes, / con Lola o con Aldemar. / Pude atravesar el mar / y los aires bogotanos / extraño algunos pantanos / porque hoy estoy en Meta, / no ando con escopeta, / traigo décima en mis manos”.
Antonio Lozano en el Joropo Académico de 2011, creador de las jornadas de Joropo Académico y quien fue recordado en 2013 por Gretzy Atencio.
JOROPO ACADÉMICO
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2014 LOS CANTOS DE TRABAJO DE LLANO
Para la realización de este octavo Joropo Académico se tuvo en cuenta que, en enero de ese mismo año, luego de la elaboración de un Plan Especial de Salvaguardia de Carácter Urgente y una postulación ante el Ministerio de Cultura, finalmente se logró la declaratoria de los Cantos de Trabajo de Llano y su inclusión en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, que requiere medidas urgentes de salvaguardia.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Por tanto, el gobierno del Meta por primera vez abrió el espacio académico en este 46 Torneo Internacional del Joropo, para que vaqueros de oficio —representados en caporales de hato, cabresteros, orejeros, culateros, punteros, chocoteros, caballiceros, ordeñadores y peones de sabana de Casanare, Meta, Vichada y Arauca— pudiesen dar a conocer esta manifestación musical al público asistente del Torneo Internacional del Joropo.
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De Arauca vinieron los legendarios Luis Vargas y Pedro Julián Sánchez, dos baluartes de los saberes de la Orinoquia colombiana. Desde Casanare estuvieron Víctor Espinel “Gallo Giro” y Hermes Romero; el primero es reconocido en las dos llanuras por sus originales lecos y sus corríos guadalupanos y el segundo es un vaquero conocedor de todos los saberes asociados a los cantos de trabajo de llano, desde su
De izquierda a derecha, Joaquín Rivera, Francisco Loyola, Pedro Nel Suárez, Víctor Espinel y Pedro Julián Sánchez, participantes de las jornadas de Joropo Académico en 2014..
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JOROPO ACADÉMICO
gastronomía hasta la fabricación de todo tipo de objetos y herramientas. De Vichada vinieron Basilio Fonseca Guayabo y Joaquín Rivera; el primero, de origen maniceño, haciendo honor a la cuna de la bandola criolla, las tonadas de ordeño y la oralidad propia de aquella tierra y el segundo es uno de los más potentes lecos de cabrestero que conozcan las dos llanuras, ambos residentes vitalicios del municipio de La Primavera, en Vichada. Finalmente, desde el Meta asistieron Manuel “Chicuaco” Torres, el caporal de la serranía sanmartinera, y Aura Adela Silva, la gran ordeñadora de las sabanas del municipio de Cabuyaro en el departamento del Meta.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
El objetivo principal fue dar a conocer estos cantos a través de las personas que los interpretan de manera directa, desde sus portadores. Si se busca generar una positiva valoración alrededor de un patrimonio cultural para enseñar a preservarlo, toca darlo a conocer: “lo que no se conoce no se puede querer” es la premisa de la que parte la estrategia Conocer, que es una de las tres estrategias del Plan Especial de Salvaguardia que se elaboró para los Cantos.
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Cantos, silbos y japeos constituyen entonces unas prácticas inmemoriales de trabajo, las que se describieron y recrearon. Luego, en un taller realizado por el cantante de música llanera Raúl González, el público asistente terminó cantando tonadas de ordeño y lecos de cabrestero. En las ponencias realizadas por Carlos “Cachi” Ortegón,
Jhon Moreno y Carlos “Cuco” Rojas, se contaron historias de hombres y de reses, se invitó al público a recorrer y conocer caminos, corrales y territorios ligados a la ganadería y a los cantos de trabajo de llano, pero también a reconocer sus botalones, camazas, rejos, sogas, sueltas, cabrestos, aperos, palizadas y el sinnúmero de objetos y herramientas usados en las faenas del llano. Así mismo, fue la oportunidad de repasar los cuentos y cachos que nutren los cantos de trabajo y los lecos de cabrestero, los que a su vez han sido fuente de inspiración del joropo y presunto origen del grito primigenio de los golpes lequiados como el pajarillo, el numerao y el seis.
JOROPO ACADÉMICO
En la ponencia de la invitada del Ministerio de Cultura, Luisa Sánchez, asesora del Grupo de Patrimonio Cultural Inmaterial, se trató el tema de la salvaguardia, palabra que hasta hacía poco era desconocida para muchos de los asistentes. Allí surgieron dudas y discusiones y se plantearon caminos a seguir para los cantos de vaquería, una manifestación cultural que es sello de identidad de una parte de Colombia y Venezuela y que desde el 5 de diciembre de 2017 fue declarada como patrimonio cultural de la humanidad por Unesco. No obstante este reconocimiento, se requiere del esfuerzo de todos, llaneros y no llaneros, para mantener esta tradición, que ahora sostienen vaqueros cantadores de ganado mayores de 70 años y que aún no trasmiten ese saber a las nuevas generaciones.
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2015
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
EL JOROPO: MEMORIA DEL CONFLICTO Y HERRAMIENTA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA DE PAZ
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Esta edición de Joropo Académico se realizó en el marco del 47 Torneo Internacional del Joropo. Carlos “Cuco” Rojas, músico e investigador sanmartinero, fue uno de sus principales gestores y quien señaló el papel que el joropo ha jugado en la tradición cultural de los llanos como expresión artística de capital importancia para contar nuestra historia, pues ha sido herramienta que nos ha ayudado a entender la singularidad de nuestro espíritu colectivo y a forjar una sociedad más democrática y de vocación pacifista. La primera ponencia estuvo a cargo del artista plástico y docente universitario Mario Opazo; se tituló “Memorias, relatos y comunicación en el conflicto. Reparación cultural y simbólica”. La intervención siguiente fue “Territorios y cultura de paz”, por Blanca Ligia Suárez, directora del Fondo Mixto para la Cultura y las Artes del Guaviare y quien profundizó en el tema de los territorios, la cultura y la construcción de paz; y, dado este marco, el compromiso de la música llanera con los procesos y negociaciones del conflicto. Por último, la tercera ponencia, “El arte y la cultura en la construcción de la paz”, estuvo a cargo del periodista y escritor Cristian Valencia.
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JOROPO ACADÉMICO
Para Mario Opazo, la memoria, los relatos y su comunicación tienen relación con los contenidos artísticos y los discursos éticos y estéticos en los medios de comunicación, por cuanto estos medios tienen fuerte incidencia en la formación de audiencias y en la construcción de narrativas del conflicto, de la historia y de la memoria. Por esto, es fundamental prestar especial atención a los relatos mediáticos y mantener siempre una posición crítica e informada. La actividad académica se complementó con poemas y canciones llaneras, gracias a la participación del grupo Cimarrón, de reconocida trayectoria internacional, la de cantantes como Víctor Julio Rojas y Danixa Hernández y la declamadora y cantante Alma Mosquera, artistas que fueron ganadores en otras versiones del Torneo Internacional del Joropo.
142 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
NUEVAS METODOLOGÍAS EN EL CONTRAPUNTEO LLANERO
El décimo Joropo Académico se llevó a cabo en el marco del 48 Torneo Internacional del Joropo, con una gran participación de folclorólogos, historiadores, cantantes, compositores y repentistas. Estuvieron Hugo Mantilla, Zulma Buitrago, Isaac Tacha, Alberto Baquero, Reynaldo Armas, Jorge Velosa, Israel Estrada, Manuel Orozco y Francisco Montoya. En esta ocasión se enfocó en el proceso de la creación de la copla, se observó la mixtura entre lo español y lo indígena, y la manera como esto se convierte en un modo de relación con el contexto, el paisaje y los animales, especialmente el ganado y los caballos. Desde perspectivas históricas, se desarrollaron estos temas en la “Historia y evolución de la copla llanera”, ofrecida por Hugo Mantilla, y “Mito, leyenda, copla y repentismo”, de Alberto Baquero. Desde la lingüística, Zulma Buitrago propuso otra mirada a través del conocimiento de la rima, el verso y el ritmo poético de la copla llanera. Luego, en la presentación del maestro Isaac Tacha, en compañía del conjunto de Mario Tineo e Israel Estrada, complementó esta posición deteniéndose los aspectos morfológicos en la creación del contrapunteo; su participación se tituló “Taxonomía de las normas musicales usadas en el contrapunteo actual”. Para el cierre del evento, el homenajeado de esta versión del Torneo Internacional del Joropo, Manuel Orozco, junto con los demás invitados a la puesta en escena, participaron con una performance de repentismo criollo. Al final, el cantante y compositor venezolano Reynaldo Armas disertó sobre la tradición llanera del contrapunteo. JOROPO ACADÉMICO
2016
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2017 LOS LENGUAJES DEL ARPA LLANERA
Para esta decimoprimera versión del Joropo Académico, se desarrolló el tema de “Los lenguajes del arpa llanera” con una presentación de los principales exponentes del denominado “instrumento mayor”, como se le conoce al arpa llanera colombo-venezolana en el ámbito de los músicos tradicionales del llano. Se buscó abrir un debate alrededor de la evolución de las técnicas de interpretación y de las transformaciones experimentadas por este instrumento.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Con el concierto Arpas centenarias, en la inauguración del Torneo Internacional del Joropo, se rindió homenaje al maestro Juan Vicente Torrealba, quien, con cien años de vida a la fecha, es el homenajeado en esta oportunidad. De ahí la participación de sus hijos Carolina y Santana Torrealba y de su nieta Annaé Torrealba, herederos de uno de los más grandes exponentes del arpa llanera y una de las principales influencias en el desarrollo del lenguaje de este instrumento.
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Se contó con la participación de importantes arpistas, como Fernando Lizarazo, Darío Robayo, Abdul Farfán, Mario Tineo, David Parales, William Castro, Rafael Orlando Robayo, María José Ávila Mejía, Fabio Vega, Félix Ramón Torres y el arpista venezolano Manuel J. Larroche. Igualmente, como parte del homenaje, el grupo Bandolas,
De izquierda a derecha: Néstor Lambuley, Darío Robayo, Juan Pablo Rodríguez y William Castro.
JOROPO ACADÉMICO
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del Instituto Departamental de Cultura del Meta, y su coro infantil, bajo la dirección del maestro Gildardo Cruz Arias, realizó interpretaciones de arreglos de piezas del maestro Juan Vicente Torrealba. Ellos son los protagonistas y con sus palabras, posturas y relatos se llevó a cabo este evento académico cuyo enfoque se dirigió hacia la caracterización de un instrumento que históricamente se ha transformado en escenarios tradicionales y que en los últimos tiempos se viene instalando con fuerza en procesos de formalización académica y de enseñanza. La temática se centró en la comprensión de la música llanera como una expresión campesina de tradición oral, que poco a poco fue entrando en el mundo de la discografía, para lograr otro tipo de desarrollos, que siempre han estado desligados del mundo académico, centrados básicamente en el hacer. Se puede decir que las músicas llaneras hacen parte de las músicas nacionales, distinción que antes estaba reservada para las músicas andinas, la cumbia y el vallenato. En el marco de este Joropo Académico también se habló de Colombia como un país diverso cultural y musicalmente. Así, hoy día no solo se habla de joropo, sino
Mario Tineo.
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del mundo del joropo, para entender que hay tantos estilos del arpa llanera como arpistas existen; pero, asimismo, los estilos dependen de épocas y de los aportes de tipo individual y colectivo. El joropo es un lenguaje amplio y tiene sus hablantes, que son sus músicos, sus intérpretes (cada arpista o cada bandolista); cada uno de los arpistas tiene una manera singular de expresarse, de usar ese lenguaje, afirmó el maestro Néstor Lambuley. Lo primero que se debe anotar es que la evolución del lenguaje del joropo es el resultado de la sucesiva asimilación de herencias estilísticas. En este caso, en la historia del arpa hay que resaltar su origen español, traído presumiblemente por los jesuitas; luego se puede revisar su historia a través de sus más eximios exponentes, entre los que se encuentran el “Indio” Figueredo, intérprete del arpa llanera tradicional y que ha sido influencia para innumerables arpistas llaneros, como Joseíto Romero, Omar Moreno y Eudes Álvarez. También se puede citar a Juan Vicente Torrealba, eximio compositor de golpes y quien desarrolló toda una tendencia de joropo estilizado. Luego están Guillermo Hernández y Henry Rubio, importantes maestros que marcaron una pauta estilística en la manera de componer las piezas. Y, en el joropo contemporáneo, uno de los principales referentes es el artista Juan Pablo Rodríguez.
Amín Castellanos.
JOROPO ACADÉMICO
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Gildardo Cruz Arias y los niños de la Escuela de Bandola del Meta.
JOROPO ACADÉMICO
Alumnos de la Escuela de Bandolas del Departamento del Meta.
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150 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
HOMENAJEADOS
HOMENAJEADOS
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Desde 2013, la Gobernación del Meta inicia una serie de homenajes a los más grandes músicos y compositores de la llanura colombo-venezolana, con el fin de otorgar un reconocimiento en el marco del más grande evento de música llanera de Colombia y Venezuela, el Torneo Internacional del Joropo de Villavicencio. Para 2018, en el marco de la celebración de los 50 años del Torneo Internacional del Joropo, la Gobernación del Meta prepara el homenaje en reconocimiento a su creador y autor de inmortales obras del folclor llanero, Miguel Ángel Martín, que recibió innumerables reconocimientos, entre estos el Centauro de Oro de la Gobernación del Meta, por su genialidad creativa y por la gran gestión realizada.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
A él se debe el reconocimiento de este folclor a nivel nacional e internacional, por sus logros abriendo espacios y generando caminos estéticos para el arte del joropo.
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AÑO
VERSIÓN
HOMENAJEADO
NACIONALIDAD
2013
45
Maestro Marco Sergio Rodríguez Merchán
Colombiano
2014
46
Maestro Reynaldo Armas
Venezolano
2015
47
Maestro Orlando “Cholo” Valderrama
Colombiano
2016
48
Maestro Manuel Orozco “El Clarín de Llanogrande”
Colombiano
2017
49
Maestro Juan Vicente Torrealba
Venezolano
2018
50
Maestro Miguel Ángel Martín
Colombiano
HOMENAJEADOS
Los maestros Marco Sergio RodrĂguez, "Cholo" Valderrama y Reynaldo Armas, tres de los homenajeados en el Torneo Internacional del Joropo.
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154 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
2013
Ahhhh, cuando estoy pensando en ti, se despide la alegría, se aproxima la tristeza, penas y melancolías… Aries de inmediato le propone que viaje a Bogotá tan pronto pueda, para trabajar juntos en el tema y poderlo terminar a tiempo para grabar e incluirlo en el disco. Cuando Marco Rodríguez se encontró con Aries Vigoth en Bogotá, la canción estaba hecha hasta la mitad, pero tenía toda la estructura ya elaborada y, satisfechos los dos, Marco le dice a Aries en tono jocoso: “Esta canción la hice para que no le vuelvan a pedir a usted en los escenarios ‘Una casita bella para ti’, ni ‘Llanura, aquí está tu hijo’”. Marco Sergio Rodríguez es araucano de nacimiento, pero pasa sus primeros años en Capanaparo (Venezuela), y allí escucha a grandes maestros del folclor llanero: Adilia Castillo, Marcelo Quinto, Ángel Custodio Loyola, Jesús Moreno y Francisco Montoya, entre muchos otros. De vuelta a Colombia, aún niño, llega a La Primavera, Vichada, y empieza a formarse como compositor al lado de su madre, la casanareña Asunción Merchán. Al alcanzar la adolescencia, Marco Rodríguez ya contaba con varias decenas de composiciones y los cantantes más reconocidos empiezan a grabarlas,
HOMENAJEADOS
MARCO SERGIO RODRÍGUEZ MERCHÁN
Aries Vigoth estaba en Bogotá a punto de viajar para grabar en Venezuela, cuando recibió la llamada telefónica de Marco Sergio Rodríguez, que, desde Villavicencio, le dijo que tenía un tema escrito a la mitad y que quería que él lo grabara. Entonces Aries le pide al maestro Rodríguez que le cante un trozo de la canción y así oye por primera vez en la voz de su autor:
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entre ellos Teresa Pulgarín, Alfonso Niño, Dumar Aljure, Orlando “Cholo” Valderrama, Aldrumas Monroy y Daniel Gualdrón. Fue en la década de los noventa cuando su reconocimiento a nivel nacional desbordó las emisoras y los festivales de música llanera, especialmente en el Torneo Internacional del Joropo. Posteriormente el gobierno del Meta le otorga el reconocimiento Centauro Grado Oficial, como el mejor compositor de música llanera. De ahí en adelante sumaría innumerables galardones, como El Indio Venancio en Puerto Carreño (Vichada) y El Arpa de Oro en Saravena (Arauca). Su éxito “Predestinación”, que nacería durante aquel viaje entre Bogotá y Villavicencio, ha sido su mayor éxito. Este tema fue incluido inmediatamente en el disco que estaba preparando Aries Vigoth para grabarlo en Arauca y mezclarlo en el estudio de Alejandro López, en Barquisimeto (Venezuela). Gracias a este éxito, el maestro Rodríguez ha obtenido los más altos reconocimientos, dentro y fuera del país, en el ámbito de la música llanera. Entre el 26 de junio y el primero de julio de 2013, durante la versión 45 del Torneo Internacional del Joropo, la Gobernación del Meta decide rendirle homenaje a este gran artista y así se inicia la serie de homenajes a los más grandes exponentes del joropo.
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2014
Desde la perspectiva de un artista que ha viajado y actuado en los más importantes escenarios del mundo, el Torneo Internacional del Joropo en la actualidad trasciende
HOMENAJEADOS
REYNALDO ARMAS
Para el artista llanero venezolano más reconocido en nuestro país, Reynaldo Armas, “El Cardenal Sabanero”, el Torneo Internacional del Joropo ha sido de trascendental importancia. Según sus propias palabras: “El Torneo Internacional del Joropo es un activo para mí. Nadie es imprescindible para el Torneo; en cambio, para mí sí es importante estar en el Torneo en Villavicencio, porque yo siempre quiero formar parte de ese staff de artistas que cada año viene pues necesito mantenerme vigente”. De hecho su reconocimiento en Colombia coincide con su primera actuación en el Torneo; según su propio relato: “Para empezar, la primera vez que vine al Torneo Internacional del Joropo fue en 1981. Eso fue una odisea, entre comillas, pues yo no sabía para dónde venía; de hecho, yo no fui contratado para el Torneo, yo canté, pero de manera espontánea en el Coliseo Cubierto Los Conquistadores; yo vine fue a una presentación en San Martín de los Llanos. Al siguiente año no vengo, pero en 1983 sí vine cuando me contratan formalmente. Recuerdo que me vine en un vuelo a las 6 de la mañana Caracas-Bogotá y traía mi grupo de músicos de Venezuela. En el viaje Bogotá-Villavicencio por tierra sucedieron muchas anécdotas, entre ellas que, al ver el azul infinito del llano cuando íbamos llegando a Villavicencio, como a las 5 de la tarde, comencé a escribir la canción ‘Patria chica’”.
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158 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
las fronteras nacionales ya que, “además, vienen colombianos del exterior que se han ido y vuelven en compañía de personas de Argentina, Costa Rica, República Dominicana, Brasil, etc., que les gusta el joropo. Y eso me llena el alma pues me hace pensar en las palabras que yo dije hace 40 años de internacionalizar el joropo. En un momento eso era una utopía, pero hoy día ya no. Hemos avanzado en esa ilusión y sé que no es cosa de unos pocos años, pero lo vamos a lograr algún día”.
HOMENAJEADOS
Reynaldo Armas es una voz autorizada para atisbar las dimensiones que ha ganado el Torneo Internacional del Joropo, que año tras año atrae a miles de turistas nacionales e internacionales, pues este cantor, poeta y pintor ha sabido describir en sus canciones las costumbres y más íntimos símbolos de muchos de los pueblos y ciudades de Colombia, Venezuela y América Latina a la manera de un investigador social que a través de sus mapas hace geografía musical. Gracias al cancionero de Reynaldo Armas en el mundo se conoce a Valencia (Carabobo), Sogamoso (en Boyacá), Valledupar (en el Cesar), Pampanito (en Trujillo), Florencia (en la Amazonia colombiana), los pueblos de Casanare (en nuestro llano), y por supuesto su patria chica,
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Villavicencio. Así las cosas, mientras muchos de nuestros poetas llaneros nacionales se atemorizan por cantarles a otras regiones del país, para Reynaldo visibilizar en una canción un pueblo de montaña como Aquitania, en Boyacá, es asunto cotidiano, de oficio. De allí su grandeza. De allí que su opinión tenga la valía de quien entiende que la música llanera trasciende fronteras porque no tiene pasaporte y porque es, en sí misma, arte puro.
TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Según las palabras de este artista nacido en Santa María de Ipire (en el estado de Guárico), el Torneo es un referente obligado para comprender la importancia del joropo para el arte popular de la Orinoquía de Colombia y Venezuela desde que se inició a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado. Sobre todo, porque al haber sido el artista que introdujo cambios estructurales en las formas de componer la canción llanera, está autorizado para avizorar los nuevos rumbos por los que debiera transitar un evento que ya no le pertenece de manera exclusiva al pueblo de Meta, Arauca, Vichada y Casanare, en Colombia, y a los estados llaneros venezolanos.
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Al hablar sobre su tema “Colombia”, rememora la época durante la cual residió en Estados Unidos: “La compuse, me acuerdo, un 3 de enero. Estaba cayendo una nevada muy grande, ya prácticamente teníamos dos días de estar encerrados, me puse a oír joropo y me dio la nostalgia del llano y del país. Entonces le compuse esa canción tratando de dibujar a Colombia en toda su extensidad, digámoslo, y en su hermosura…”. Se ganó su apodo, que para él es más bien su nombre, “Cholo”, porque en aquella época estaba estudiando el tema de los cholos peruanos, que son bajitos, negros y cascorvos, y Piedad Vega le dijo que él parecía un cholo peruano, y así se quedó; tanto, que hoy día se le conoce más por su apodo y es poca la gente que lo reconoce por su nombre, Wilson Orlando. Durante la época de la violencia en el llano, doña Sara, su madre, lo dio a luz en Sogamoso, y, aunque nace en Boyacá, se cría en Casanare. Para muchos es un innovador,
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ORLANDO “CHOLO” VALDERRAMA
El “Cholo” siempre ha luchado por lo suyo, y lo ha conseguido, pues, como él mismo dice: “Lucha por lo tuyo, que el futuro y el destino se enamoran del esfuerzo…”. De esto no queda duda si uno se asoma un poco a lo que ha sido su vida, y si observa, así sea fugazmente, el celo con que defiende sus raíces y sus tradiciones. Una imagen, una impronta del joropo colombiano, un hombre que ha defendido no solo el folclor llanero, sino también los recursos naturales de la inmensa llanura, desde su fundo en Casanare.
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un genio del canto y la copla criolla, un hombre recio y noble que hoy día cuida la tierra y respeta las costumbres del llano como muy pocos. Recuerda constantemente su fundo El Copey, su cuna, donde pasó su infancia y juventud, donde se forjó en las costumbres llaneras trabajando en los hatos cercanos como Gaviotas, El Quiteve, El Desecho y la Barquereña. Su primera composición, “Bonguero del Casanare”, se lo compuso al finado Margarito Castillo, un pescador venezolano que año a año remontaba los grandes ríos del llano, hasta terminar en las costas del río Pauto, lugar donde él lo veía, seguramente con admiración, siendo aún un adolescente, y se ponía a hablar con él, escuchándole las historias sobre su vida, sobre lo que es ser un pescador y un bonguero. A partir de ese momento comienza una de las más notables carreras musicales del joropo, con composiciones que, gracias a la autenticidad de sus letras, transmiten el amor por la tierra y las tradiciones llaneras y llegan a grandes públicos; en palabras de “Cachi” Ortegón, es un hombre que canta y compone desde lo más profundo. Entre sus reconocimientos, valga destacar el Florentino de Oro, el premio más grande de la música llanera en Venezuela (pese a que es un premio solo para venezolanos, decidieron otorgárselo honoris causa por su extraordinaria contribución a la música llanera), así como el homenaje durante el 47 Torneo Internacional del Joropo en 2015.
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MANUEL OROZCO CASTRO, “EL CLARÍN DE LLANOGRANDE”
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“Cajuche”, como lo llaman los de San Martín, es un laborioso trabajador de la copla, el pasaje y los golpes recios. En 1972 se dio a conocer en el Festival del Retorno de Acacías, y su obra más reconocida sin lugar a dudas ha sido su poema “Quebradablanca”, pero también es recordado y admirado por sus canciones “Llano libertador”, “Mujer llanera” y “Tu recuerdo”, entre otras. En Villavicencio, en una entrevista revela lo siguiente: “Soy oriundo de la vereda de Santa Ana del Merey, al oriente de San Martín de los Llanos. Allí transcurrió mi niñez, escuchando en mi casa, sobre todo para las fiestas, a los llaneros cantadores viejos, que eran grandes músicos; escuchándolos en esas fiestas cantar y tocar fue que a mí me fue llegando al espíritu, y al cuerpo, la simpatía y las ganas de cantar joropo, de imitarlos, desde mis diez o doce años de edad. […] En esa vereda fue donde apareció la primera escuela, que daba preparación hasta tercero de primaria, bajo la dirección de la profesora María Montaña. Mi padre en aquella época mandó construir una enramada espaciosa para que allí se dieran las clases, y con el tiempo sirvió para realizar las fiestas y celebraciones de la vereda; entonces le pedían a mi papá que les prestara la enramada, y allí sucedían los eventos donde conocí a grandes músicos de la región como Anselmo Clavijo, Gratiniano Cuéllar, Apolonio Enciso, Ventura Parrado y Mocho Primitivo; todos esos yo los escuchaba en esas fiestas. […] Así llegué a escuchar temas como ‘Carmentea’, ‘Guayabo negro’, ‘Ay sí, sí’, entre otros temas famosos, en su versión de violín. […]
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”Yo en aquella época me iba a ayudar a mi papá en la platanera o en el maizal, y en medio del trabajo recordaba esas melodías y me ponía a improvisar letras, sobre ese recuerdo de esas melodías que había escuchado. Más tarde en mi época juvenil fue que empecé a cantar con instrumentos, y esa época coincide con la época cuando mi padre, por darnos una mejor educación, vendió una finca que tenía y nos fuimos para el pueblo a vivir en una casa que él compró con la venta de la finca. Llegué entonces a terminar la primaria en San Martín, cuarto y quinto. Ahí empiezo a escuchar también nuevos músicos, pero sobre todo el joropo de guitarras. Escuchábamos lo de Luis Ariel Rey con todos su temas famosos, y muy fuerte el trío Los Galanes, con guitarra, cuatro y maracas. Ya igual en el pueblo muchos músicos tocaban con guitarra, entre ellos ‘Cara e Diablo’, que se llamaba Vicente Martínez, a quien yo admiraba mucho porque tocaba y cantaba muy bien, y nunca se cansaba. […] ”En 1991 gané en el Torneo del Joropo con un poema llamado ‘Llanero bolivariano’. Pero yo siempre sufrí amenazas por la temática de mis composiciones, porque no a todo el mundo le gusta que sean temas de protesta y estas temáticas me han significado algunas prohibiciones en algunos ámbitos. Este gran festival para mí solo ha significado satisfacciones, el haber sido homenajeado ha sido muy significativo porque es una gran plataforma para los músicos llaneros, que cada día atrae más
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las miradas del público internacional, y de públicos que buscan nuevas cosas para admirar; así yo, pues, me siento cada vez más orgulloso de este torneo. ”En la composición y en la poesía he encontrado la forma de ejercer una protesta y la he dado a conocer desde diversas temáticas, realizando demandas en muchos contextos. ‘Si usted no puede pelear, al menos diga algo’, así les digo cuando me reprochan las temáticas de mis composiciones. A mí me causa dolor la dejación con que los gobiernos nacionales nos han mirado desde siempre a nosotros, a Casanare, a Arauca, al Meta. Esa nostalgia y esa rabia me hacen decir las cosas a través de mis composiciones. […] En la declamación me nació un estilo, como un dejo, que me llevó a querer la declamación y su musicalidad. Porque es real que toda poesía nace con su propia música. Y haber recibido ese homenaje de parte de la Gobernación del Meta en 2016 a través del Torneo Internacional del Joropo fue algo muy enriquecedor para mí, creo que es algo valioso para todos nosotros y para la generación que viene atrás, en relación con la obligación que hay con la tierra. Nosotros no decimos ‘Somos metenses’, cosa rara, nosotros siempre decimos ‘Somos sanmartineros’, será por esa relación tan fuerte que hemos formado con la tierra. Yo creo que al joropo actual le está haciendo falta es eso, querer la tierra, divulgarla, trabajarla y luchar por ella, eso se está perdiendo, ya no hay una fuerte identificación con la tierra.”
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JUAN VICENTE TORREALBA 2017
Responde Juan Vicente Torrealba durante una conversación sostenida en 1999, en Bogotá; Juan Vicente, entonces de ochenta y dos años, viene invitado por un canal de televisión que realiza una novela con su pasaje “La potra zaina”. ¿A qué edad empieza a tocar el arpa? Aprendí primero a tocar primero las maracas, después el cuatro y luego el arpa, a los dieciséis años, en los topochales del hato Banco Largo, muy cerca de los muy conocidos esteros de Camaguán. ¿Recuerda nombres de arpistas del momento en que usted empezó? En la época de mi juventud, entre los doce y los quince y hasta los dieciocho, viví la época de oro de la música llanera venezolana. Recuerdo a Ruperto Sánchez, llamado “el Padre de los Arpistas Llaneros”. Era apureño. Un discípulo suyo se llamaba Natividad Marchena. Sánchez era fabuloso, fuera de serie y tenía un estilo sabanero. Había muchos arpistas que tocaban muy bello, pero eran demasiado elementales; no se salían de la melodía de la voz. Recuerdo que Natividad Marchena hacía lo que le daba la gana en el arpa, y tocaba igual del lado derecho o poniéndosela al izquierdo. Creo que también era apureño. ¿Dónde se escuchaba más el joropo, en el campo o en la ciudad? Era una música completamente campesina y no sólo eso, sino que estaba vedada a las clases sociales altas en los pueblos grandes. Era prohibido que bailaran con
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arpa. Las fiestas de la gente de la sociedad pudiente las preferían con música de viento. Usaban mucho el clarinete y la flauta con guitarras, el cuatro era para los valses y pasodobles. ¿A qué arpista siguió en sus comienzos? El arpista a quien le debo todo ese emporio de música folclórica llanera, que fue con lo que yo empecé, y la que me ha dado todo, porque yo no componía, ni nada, se llamaba Paulino Esqueda; era trabajador del hato y tocaba muy bonito. ¿En qué año realiza su primera grabación? Creo que fue en el año 48. Grabé música llanera con guitarra, cuatro, maracas y contrabajo, y con arpa grabé más o menos en 1951. ¿Por qué incluyó usted el contrabajo en el conjunto llanero? Porque noté que el conjunto llanero no tenía base ni fondo y le faltaba contundencia; entonces probé con contrabajistas y dio resultados positivos… Hay quienes dicen que los arpistas de ahora, por esta razón, ya no bordonean, pero yo creo que el bordón y el contrabajo son dos cosas diferentes y se requiere dirigir muy bien el bajo.
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¿Se puede decir que el diseño que se conoce hoy del arpa llanera es suyo? Sí, segurísimo, ese es un diseño que me costó, tuve que hacer hasta siete arpas con la ayuda de un cuñado, con base en el modelo de una en la que aprendí, que se la hicieron a mi padre en los llanos y me la traje a Caracas. Entonces, hubo que
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hacer siete arpas con medidas que yo le iba dando hasta conseguir el modelo al cual le di el visto bueno. Sin embargo, el arpa que se hizo famosa fue la Banco Largo, cuyo ebanista y constructor fue el maestro Ángel María Lugo, que en paz descanse. Todos los arpistas debemos estar agradecidos porque usamos arpas que él diseñó y construyó. ¿Qué características tenían las arpas antes del diseño Banco Largo? El arpa con que me inicié en el 49, tocando en Radio Caracas, fue hecha en pleno llano, en San Fernando de Apure, donde unos señores Reyes. La caja de resonancia era enteriza, sacada de un solo madero; para hacerla, por la parte externa se le daba la forma y luego por dentro le iban sacando hasta vaciar el cuerpo sonoro. La tapa armónica la hacían de madera de cardón y la aseguraban con alambre debido a la ausencia de pegantes. Recuerdo que las cuerdas eran traídas del exterior, como “La Romana”, y de origen local se encontraban las fabricadas de tripa de puercoespín o de oso hormiguero; los bordones se sacaban del gabán, y sus clavijas eran de hueso. Generalmente cada arpista construía su propia arpa. ¿En qué año nacen “Los Torrealberos” y quiénes eran sus integrantes? Creo que fueron fundados en 1949 y los integraban mi hermano Arturo Torrealba, uno de mis hijos mayores, Santana Torrealba León, considerado el más grande maraquero que se haya visto por allá, muy buen maraquero, y, desde luego, yo. El grupo duró muchísimos años integrado, pero llegó el momento en que el nombre de Juan
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Vicente más bien era el que tapaba a “Los Torrealberos”. Sin embargo, en cualquier parte de América Latina, en Argentina, Paraguay o México, siempre identifican mi música con “Los Torrealberos”. Es un nombre que nunca murió… Torrealba nació en Caracas el 20 de febrero de 1917, se crio y se formó en el llano, en Banco Largo, el hato de su familia, en el estado de Guárico, entre Camaguán y Corozo Pando. La primera música la escuchó en su casa… Papá y mamá tocaban mandolina, guitarra, cuatro, arpa y maracas. Antes no había radio ni televisión, y nos arreglábamos para divertirnos fuera de las labores del campo, que era la vida para nosotros. Nos gustaba tocar, oír y bailar. Las primeras letras las aprendí en Camaguán, en la escuela del maestro Félix Vásquez. En el hato nos levantábamos a las cuatro de la mañana a cargar agua de una laguna que quedaba cerca, para regar las matas del jardín, grande y bien bonito. Luego, según la época, me iba a las queseras que estaban a dos kilómetros de la casa del hato. Hice de becerrero. Separaba a los becerros de las vacas para que las pudieran ordeñar. Mientras, el ordeñador llamaba a la mamá: Paño de Oro, Paaaño de Oro, Paaaño de Orooo.
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La vida del llanero era una ruda fiesta en la sabana, en el corral, en el hato y en el caserío; en todos esos escenarios fue cuajando Juan Vicente. Con la peonada se va formando llanero, hombre de caballo y soga.
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Mi maestro, mi guía, fue mi tío Cleto Alvarado. Me enseñó las labores del campo y lo más importante: me enseñó a ejercer el poder de mando, asunto que me ha servido toda mi vida. Primero tuve que aprender los oficios, las tareas y hacerlas bien y, con esa autoridad, mandar. También se va empapando de música. Con Paulino Esqueda se asoma al arpa; buena escuela la de Paulino, dicen que era hijo de José Cupertino Ríos, legendario arpista. A los dieciséis encuentra a Natividad Marchena, y al escucharlo comprende que el arpa era más de lo que había oído hasta el momento… Una juventud entre la Caracas de bolero, guarachas y rancheras y el llano de golpes y pasajes.
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Veníamos a Caracas en la época de verano: diciembre, enero y febrero. Además, desde los nueve hasta los doce años estudié en el Colegio San Agustín, en Caracas.
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Con treinta y dos años sale del hato a buscar la vida, a encontrar el rumbo. Llegué a Caracas en el año 48, el mismo del golpe que derrocó al presidente Rómulo Gallegos, y desde ese momento y hasta el fin de los años cincuenta, gobernó Pérez Jiménez… Empecé en 1949 en la Radio Nacional de Venezuela, tocando guitarra. Interpretaba música llanera y valses tradicionales, como “Adiós a Ocumare”. Allí conocí a una gran dama, doña María Luisa Escobar, entendida en música, compositora y encargada de las relaciones públicas de la radio. Ella me dijo: “Su música es muy bonita, profesor —así me llamaba—, pero usted debe darla a conocer”. Entonces
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me regaló un acetato de doce pulgadas y dio la orden para que grabaran esa noche lo que yo quisiera. Me llevé a mi hermano Arturo, que estaba estudiando, y a mi hijo Santana Torrealba, que tenía nueve años. Toqué un pajarillo y un carnaval instrumental de cuatro, guitarra y maracas. Allí nacieron “Los Torrealberos”. Se fue urgido a su casa a hacer sonar la grabación. Por primera vez en mi vida me oí. Estuve como hasta la tres de la madrugada poniendo una y otra vez el acetato. ¡Cómo impacta oírse! Graba entonces para el sello Reha temas instrumentales con la voz de Ángel Custodio Loyola “Los Caujaritos” y “María Laya”. Pero la guitarra no le acaba de convencer. Esa música llanera era muy bonita, pero lo lógico era que se tocara con arpa.
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Un día, al escuchar a Rodrigo Riera, uno de los grandes guitarristas de entonces, decide abandonar el instrumento. Cuando lo observé tocando agarré mi guitarra y me dije: “Esta no la toco yo más nunca”. Me fui al hato, donde tenía un arpa hecha en San Fernando de Apure por los hermanos Reyes, me la traje y a las dos semanas ya estaba tocando en Radio Caracas en el programa Viajemos por el llano con Los Torrealberos.
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Entonces graba con arpa un disco de 78 r.p.m. Por un lado, “María Laya”, con Magdalena Sánchez; por el otro, “El Carnaval”, con Ángel Custodio Loyola. Ese fue un paso decisivo y lo dio Juan Vicente: la música llanera es con arpa. No es la única decisión que toma; ante esos dos estilos bien diferentes en el canto, se inclina hacia uno, y hacia allá dirige su trabajo musical.
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Empezábamos nuestra presentación tocando instrumentales y me rodeaban entre ochenta y cien turistas, fascinados con el sonido del arpa, el cuatro, las maracas y el bajo. Después cantaba la negra Magdalena un pasaje como “María Laya”, y quedaban cautivados. Cuando venía la parte de Loyola y su canto recio, no quedaba ni un musiú por todo aquello. Eso me orientó a mí. No me gustaba mucho lo recio, y a los caraqueños tampoco. Nunca les ha gustado. Aceptaron la música estilizada, que fue hacia donde finalmente incliné mi estilo.
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PERSONAJES
PERSONAJES Y ARTISTAS DESTACADOS DEL TORNEO
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ÁLVARO CORONEL MANCIPE, “BAYIYO” TAME (ARAUCA), 1940 – VILLAVICENCIO, 2015
Donde estuviera el joropo, ahí estaba él. Si era al final de la jornada sabanera, llegaba a disputarles la música a los turpiales con sus “Pasajes al caer la tarde”. Si era el San Pascual Bailón en Villavicencio, lo gozaba, zapateando a grito herido, con la sonrisa dándole vueltas, con el requiebro bonito, el baile castizo y la elegancia araucana. Si era el Torneo Internacional del Joropo, él no podía faltar, vestido de gala, anunciando que el patio estaba barrido, señalando rumbo, cabrestero de palabra segura preñada de dichos y de versos. Fuera en charlas, emisoras, aulas, tarimas, donde estuviera, compartía sin mezquindad, enseñaba, trasmitía, contaba. No necesitaba más libreto que su conocimiento, su sentir y su memoria. Hablaba fuerte y claro. Castellano del bueno, del mejor, castellano llanero, castellano araucano, criollo, sabroso y recio, como la música que le gustaba. Hablaba para que lo oyeran, sin reservas ni temores. Aplaudía sin reparos lo que le llegaba al pecho, y fustigaba sin lástima, con el chaparro de su verbo preciso y
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emparejador, lo que no compartía. Y sabía escuchar. Por eso amadrinó lo que su gusto exquisito le apartaba. Por eso tuvo amigos como hermanos. Era delgado y se paraba derechito, porque así era él, recto, íntegro, cabal. Conocía al llano como pocos, y al joropo como ninguno. Sabía de historia y la hizo. En los documentos aparecía Luis Álvaro, pero él se anunciaba Álvaro Coronel Mancipe; nosotros en la amistad, en los bailes, en los compadrazgos, le decíamos “Bayiyo”; y en los abrazos lo sabíamos hermano. Había nacido un primero de febrero de 1940 en San Salvador del Puerto de los Casanares, en su Tame eterno, en su Arauca inmortal. Murió en Villavicencio con 75 años bien joropiaos, un abril que lo lloró en aguaceros interminables.
Dumar Aljure, Álvaro Coronel, "Cholo" Valderrama y Rafael Martínez (2001).
La muerte no ha podido silenciar su recuerdo.
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Vio nacer al joropo, al joropo del Meta. Y siempre ha estado a su lado.
JAIRO SOLANO SARMIENTO SAN MARTÍN (META), 1941
Acompañó sus primeros pasos. Escuchó y admiró al trío Los Llaneros de Leonel, Gil Arialdo y Luis Ariel Rey, que empezaban a sonar con sus guitarras con temas como “Puente Guamal” y “La tigra cebada”’ o con versiones de temas venezolanos como “Josefina”. Conoció, al comenzar la década de los sesenta, al joven araucano que trajo el arpa a Villavicencio, David Parales; y con él participó, ¡cantando!, en el primer programa televisivo de música llanera. Aprendió a bailar joropo con el catire Héctor Paúl Vanegas. Creó, con otros paisanos, y siguiendo el ejemplo de Villavicencio, el festival de San Martín, en 1965, alrededor de las centenarias cuadrillas.
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Le gustaba cantar. Pero su voz buscaba otros rumbos.
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Creció con el joropo. Le abrió horizontes. Fundó, por allá en el setenta, Así es mi Tierra en la emisora La Voz del Llano, el primer programa radial de música llanera. Lo llevó por fincas y fundos, pueblos y caseríos, hatos y haciendas. Desde entonces no se detuvo, vinieron más programas: Buenos días, llanero, Buenas tardes, llanero y, desde 1974, en Radio Cinco, Leyenda, copla y sabana. A este programa llega un día
Álvaro Coronel Mancipe, con su sabrosa sabiduría, y se hacen cámaras, uamonás inseparables. Arman juntos una yunta de cacho duro, a la que el joropo colombiano tiene mucho que agradecerle. Puso a sonar el joropo. Armó concursos de donde surgieron nuevas voces. Produjo, en 1975, la primera grabación de artistas con “Cholo” Valderrama, Alfonso Niño, Ricardo García y Mario Tineo. Siguió produciendo, presentando e irradiando. Su trabajo, la vida, lo llevó hasta Venezuela, donde hizo radio y se acercó a todo el pentagrama llanero. Vio nacer el Torneo Internacional del Joropo y siempre ha estado allí. Maestro de ceremonia, en cada edición entrega, con su voz gustadora, todo lo que sabe de nuestra música. Mucho del joropo que se ha presentado en el evento ha pasado por su invitación, representación o aprobación. Hoy sigue trasmitiendo sin pausa y sin descanso, desde Villavicencio, con El Guachamarón, música y querencia de este llano, porque su amor por el joropo ni pierde sintonía ni tiene fecha de caducidad.
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JOSÉ “CATIRE” CARPIO ALTAGRACIA DE ORITUCO (GUÁRICO), 1940 CARACAS, 2006
Se llamó José Algimiro Carpio Velásquez, pero se escuchó como el “Catire” Carpio. Coplero, compositor y cantante de impecable dicción y afinación, hizo escuela en la interpretación criolla. Sus extraordinarias condiciones vocales le permitieron manejar un rico y variado repertorio que se paseó por el amplio panorama del joropo, por todos los ritmos de Venezuela y una buena parte de los de América Latina. Llanero de a caballo, fue de los primeros en cantarle al coleo. Compartió escena con los artistas de todas las épocas del joropo, desde los primeros cantadores a las recientes figuras. Participó en más de sesenta grabaciones. Entre sus éxitos innumerables podemos destacar sus composiciones “Odio y amor”, “La mula”, “Soy un llanero feliz”, “Cantadores de mi patria”, “Es mi niña”, además de su interpretación de “Mi llano es un paraíso” y “Llano florecido” de Augusto Braca. Rescató diversos temas de la tradición folclórica. El “Catire” Carpio fue un señor cantante en toda la dimensión de esas palabras, y le cantó al llano con un garbo irrepetible.
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Jorge Eliécer Silva, “Chiro”, era llanero. De muchos llanos, de todos los que andaba: era araucano, de Cravo o Rondoneño, casanareño de Casanare adentro, vichadense de la costa del Meta. Siempre fue cantador, poeta por naturaleza, enamorado de su tierra, su paisaje, su fauna y flora, sus costumbres y cuentos. “Chiro” era —como buen llanero— cantador. Era un poeta sabanero, un hombre de inmensa capacidad para versificar. Así, sin reflexiones, sin asesorías, rimaba octosílabos llenos de sabor y elaboraba historias sencillas y graciosas, retratando los casos de su vida, las cosas de su pueblo, dejando moralejas, nostalgia y sonrisas.
JORGE ELIÉCER SILVA, “CHIRO” PUERTO RONDÓN (ARAUCA),1937 BOGOTÁ (2006)
Cantaba conversado, como de chinchorro a chinchorro, sus largos corridos, que seguían cumpliendo con la vieja función de trasmitir la historia del llano, la pequeña historia del toro mañoso o los cambures o doña Jacinta. Era músico, bandolista de golpes casi olvidados, de joropos sin nombre, de cifras de velorio. Era parrandero de días y noches y días; buena copa, buen galillo. Criollo de mano curtida, de talón cuartiao, de sombrero y cuchillo. No era difícil imaginarlo a caballo, trochando por un rumbo largo, sacándole música a un camino, rimando recuerdos.
PERSONAJES
El Vichada, el llano entero, perdieron con el “Chiro” Silva al último juglar sabanero.
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SIMÓN NARCISO DÍAZ MÁRQUEZ, “SIMÓN DÍAZ” BARBACOAS (ARAGUA), 1928 CARACAS, 2014
Simón Díaz fue un llanero del mundo. Tuvo la capacidad de llevar las tonadas, los cantos de trabajo, o sea nuestra música más pura, más raizal, hasta un público universal, sin desvirtuar su esencia. Y fue un tema suyo, un pasaje, “Caballo viejo”, el que en 1978 cambió el panorama de la música del Orinoco; pues a pesar de ser elaborado en lenguaje llanero —“no se dan de cuenta”, “el carutal”, “guamachito”—, su mensaje se extendió y lo cantaron todos los grandes intérpretes del mundo. Generó, además, toda una saga de versiones, telenovelas y documentales. Su autor no era un desconocido, ni mucho menos. El muchacho del pueblo a orillas del camino ganadero se rebuscó la vida de vendedor, mensajero y hasta de torero. Pero siempre tuvo conciencia de una capacidad artística sin límites que apenas necesitó de alguna preparación. Fue actor de cine y teatro, hombre de radio, cantante lírico y de orquesta, presentador y productor de televisión, fue el “Tío Simón” de todos los niños venezolanos, humorista al lado de su hermano Joselo, cantante al lado de Hugo Blanco, ganador del Grammy Latino honorífico en 2008… un gran artista, sin límites. Simón fue autor e intérprete de muchos temas, como “Tonada de luna llena”, “Tonada del cabrestero”, “Mercedes”, “La pena del becerrero”, “El becerrito”, “Sabana”, y muchos más. Simón Díaz hablaba en décimas por el simple gusto de rimar; cantaba, componía, musicalizaba; hacía espectáculo contando el origen de sus canciones, ordeñando una vaca en Caracas, en pleno Teatro Teresa Carreño, cantando tonadas. De su mano, por su voz, sus obras y su gracia criolla, el joropo alcanzó el escenario universal. ¡Gracias, Simón Díaz!
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Tenía tallonazos de rejo en el rostro. Tenía mirada de rumbos perdidos. Tenía manos desgastadas, espinadas, curtidas. Pero tenía cuerdas templadas de bravura en la garganta. Lo llamaron Carrao. Y él siempre contestó “de Palmarito, chamo”, porque había nacido allí, a orillas del río Apure. Le dijeron “Clarín de la llanura”. Y él siguió cantando.
JUAN DE LOS SANTOS CONTRERAS “EL CARRAO DE PALMARITO” PALMARITO (APURE), 1928 BARINAS (BARINAS), 2002
Fue el diablo, el maligno, en el duelo con Florentino. Ganaron ambos, José Romero y él pasaron a la posteridad. Estuvo en Villavicencio, y concursó en las primeras versiones del Torneo Internacional del Joropo, bailó y cantó. Regresó luego, ya hecho leyenda. Porque bailaba joropo, contrapunteaba, tocaba bandola, era maraquero. Bueno para todo. Hasta que el destino le acalló el cuatro y los capachos, le quitó el baile, le apagó la copla. Pero le dejó la voz, que era dejarle toda la fuerza.
Murió a los 74 años de edad. Su grito recio reinará siempre por el llano entero, igual que el eco del pájaro que lo nombra.
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Cantó mucho, cantó siempre. En los últimos tiempos se sentaba en un sillón en medio del escenario, sostenía entre sus manos tiesas el micrófono, dejaba al lado su bastón, se acompasaba con el zapateo de sus cotizas negras, y cantaba “Furia”, con el brío que le quedaba.
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Se paró y cantó recio como pocos lo habían hecho en las últimas décadas.
JULIO PANTOJA MONASTERIO (GUÁRICO), 1964 VALENCIA (CARABOBO), 2017
Tenía un tañío que engrifaba el pellejo. Enlazaba la sabana cimarrona con el gesto. Sabía a llano, en la voz, en las letras, en la estampa. Fue el padrote de todos los concursos de voz recia, un toro pitando en los escenarios; pero también un canoero experto bogando por las aguas hondas del pasaje criollo sentimental. Y un arrendajo ladino en el silbo madrugador. Había nacido en 1964, en el viejo caserío de Monasterio, en Las Mercedes del Llano, en el venezolano estado de Guárico. De la escuela del corral, la fiesta familiar y el caserío, pasó a los concursos regionales, y llegó a Caracas a vivir la universidad de cuerda y melodía de La Apureña, donde era decano el maestro José Romero Bello. Allí acabó de hacerse cantador Julio Pantoja. Para bien del joropo.
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Para tristeza de todos los joroperos, Julio Pantoja murió el primero de junio de 2017, en Valencia.
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Seguramente el cielo de los llaneros quería escucharle un pajarillo.
Cada año, Maní, Casanare, su tierra, le rinde homenaje en el Torneo Internacional de la Bandola Llanera que lleva su nombre. Pedro Flórez fue un gran ejecutante de los instrumentos de cuerda tradicionales del llano casanareño, tocaba bandola, bandolín, bandolón, tiple y guitarra; tenía un repertorio inagotable de músicas y textos; conocía como nadie versos, corridos, golpes y pasajes, siempre arraigados en lo más profundo de la tradición criolla. Villavicencio fue el primer torneo en que este músico sabanero participó, por allá en 1979.
PEDRO FLÓREZ, “NEGATIVO” 1930 — 2010
“Negativo” era un carismático personaje, que representaba a plenitud a toda una generación de hombres de la sabana: siempre ensombrerado, remangado y de pies descalzos que hacen que —como él decía— “las espinas se escondan, mano”. Alto, bien moreno, fuerte, de manos callosas; callado, resultaba al entrar en confianza un gran conversador, pleno de historias, puntas y refranes; sabedor de décimas y coplas; bailador y cantador; parrandero incansable, de muchos días tomando y tocando; diestro en todos los trabajos de llano y de mano; liberal, chusmero, guerrillero de Guadalupe Salcedo; trabajador de hato, dueño de fundo; hijo del venezolano José Dolores Flórez y de la maniceña Inocencia Belisario; casado con Griselda Cahueño; padre y maestro que crio y enseñó a hijos y nietos que honran su legado musical; un caballero llanero y un hombre de a caballo; sonriente, prudente, sabio; músico de bailes y velorios; coplero de versación vieja; profundo conocedor de la tierra plana; criollo, sencillo, recio. Ismael Paredes "Noche Oscura" y Pedro Flórez.
Así como la bandola, así era Pedro Flórez. ¡Bandola!
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FRANCISCO MONTOYA SAN JUAN DE PAYARA (APURE), 1943
Nació apureño, en San Juan de Payara, o sea que nació haciendo versos y cantando bonito. Más de cincuenta años de trayectoria profesional dan fe de una vocación sincera, la disciplina y seriedad con que ha asumido el compromiso vital de ser un juglar del llano. Francisco Montoya ha acompañado con sus pasajes desde la serenata más enamorada, hasta la más dolorosa decepción; cada ave cantora, cada pájaro del llano, revive en las melodías de su garganta. Sus golpes y joropos cuentan de vaquerías, tigres, caimanes, faenas y proezas, en versos que jamás cojean, con una voz que no flaquea, que ha adornado el paisaje sonoro por años y tañíos sin aguarse nunca. Coplero invencible, dispara versos finos y certeros mampuestiado en una voz magnífica. No será el último, pero es un cantaclaro. Si no pudiera cantar, si la voz se le cortara, sus composiciones le asegurarían un lugar en el panteón llanero. Muchas pero muchas veces ha estado en el Torneo Internacional del Joropo, su estampa impecable, de liquiliqui y sombrero, bien parado en un escenario, obviando saludos y presentaciones, para cantar sin término una obra que no se agota. Montoya es “Sentimiento apureño”, es “Apure en un viaje”, es todos sus temas. Y montoyeros todos los que quieran encontrar sensaciones y sentires llaneros al pie del arpa, el cuatro y las maracas. Como el llano también es montoyero, jamás ha dejado de escucharlo.
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Es difícil imaginarse hoy al joropo sin arpa, cuesta pensarlo. Pero en 1960 el joropo en Colombia poco conocía de las treinta cuerdas. Quien le arrimó el arpa al joropo colombiano fue David Parales. Empezó por Villavicencio, tenía 13 años cuando llegó de Arauca, su tierra, con un arpa vená, sin saber de responsabilidades ni proyectos, sólo de tocar porque tocaba, porque nacía.
DAVID PARALES BELLO ARAUCA (ARAUCA), 1947
Él traía bien fresco su aprendizaje y así enseñó. Un arpa pura, sin academicismos, ni perendengues; tañida con el gusto ingenuo de los gozos recién descubiertos; con el atrevimiento que da saberse iniciador; con la medida del parrando y la fiesta; con el juicio del que aprendió mirando. David Parales tuvo compañía: Héctor Paúl, Miguel Ángel Martín, Hugo Mantilla, Juan Farfán, Joaquín Rico, Manuel Jota. Ellos les quitaron el reinado a las guitarras de los tríos, a las bandolas liras de San Martín, a los tiples sabaneros, a las voces terroniadas, al bambuquiao del baile. Con ellos nació la academia, con ellos el Torneo; por ellos la música de arpa se amañó en esta tierra. Pero su aporte no se conjuga en pasado, David no cesa de hacer por el joropo: compone, graba, enseña, suena, parrandea. Este hombre ha escrito métodos para arpa y la Historia de la música llanera en Colombia. No necesita escribirla, él la vive y la toca. Con manos encordadas.
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El joropo últimamente, con ese afán de encontrar más gente, de oírse más, se ha estado saliendo del llano. Pero uno no deja de saber que el joropo es llanero, que debe seguir siendo y que para eso necesita sobre todo de un arpista criollo.
ARAUCA (ARAUCA), 1957
¿Qué hace a un arpista criollo? ¿Lo forma la sabana?, ¿quién le da el sabor?, y ¿qué es el sabor?, ¿y el viaje?, y siguen más preguntas sin respuesta. Hay conceptos que quedan bien definidos con un ejemplo, con alguien que los condensa, que los personifica. Acá la equivalencia es inmediata, dos puntos arpista llanero es igual a Mario Tineo, punto y aparte. Músico araucano, nacido en El Manguito hace 63 años, de familia joropera, criado entre cuatros y bandolas, aprendió el joropo como se aprende en el llano y no ha dejado de representarlo orgulloso. En Mario Tineo la tradición no es inmovilidad ni repetición. Al contrario, se esfuerza por crear, por enriquecer, por variar. Él que conoce muy bien las raíces sabe que, sin desvirtuarlas, puede generar nuevas posibilidades sonoras, entradas, bordoneos, melodías. La suya es un arpa recia, suena duro, truena. Animó parrandos sabaneros donde se tenía que imponer sobre la grizapa de los joroperos, sobre el cuchicheo de las rezanderas en los velorios, sobre el escándalo de la reyerta. Acompasó bailes de días y noches. Acompañó y acompaña voces recias, golpes buenos, pasajes bonitos. Jamás se ha traicionado, jamás le han puesto el tatequieto. Mario Tineo no deja de tramoliar la soga de su bordón cueriao. Porque con ella enlaza al llano.
190 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Viene Tirso Delgado, desde Las Canoas, jinete en caballo brioso que hace sonar los aperos plateados, con el bayetón en el cajón de la silla vaquera, el sombrero alón, el gesto alegre y la sonrisa franca. Esto es costumbre en mi llano, afirma.
TIRSO DELGADO HATO COROZAL (CASANARE), 1939
De allá vino, de una tradición centenaria de mujeres y hombres del llano todo, buenos de copla y de soga. “Mi abuelo si fue llanero”, canta con modestia.
YOPAL, 2011
Viene Tirso Delgado, desde Hato Corozal, al norte de Casanare, tierra bravía. Palomita mensajera anda por todo el llano, pasaje caminador. Canta con gusto y por gusto, más allá del contrato o del compromiso, para que la gente también se enamore de su “Diosa morena”, de su “Lucerito llanero”. Desea que la gente sepa lo que es un dueño de hato, un caporal de sabana. Botaratas de verso y de atenciones. Quiere que Colombia conozca las bellezas de su llano. Canta y declama. Declama poemas sabaneros con estilo singular que atrapa el oyente. De eso dan fe “A las aves de mi llano”, “Recuerdos de Feliciano” o “Por la marrana careta”. Su palabra es un documento y un himno, “¡Pa’lante casanareños!”.
PERSONAJES
Su leyenda vive, al cantor no lo alcanza la muerte. Tirso Delgado es como los buenos vinos. Seguimos escuchándolo…
191
DUMAR ALJURE TAURAMENA (CASANARE), 1953
En El Güira, en Tauramena, en la pata del cerro nació Dumar Aljure, Dumar Aljure Rivas. Se crio en la finca de su familia, donde todos bailaban, cantaban, tocaban guitarro o bandolón. Salió a trabajar en los fundos de la región, una región llena de joropo criollo. En esa escuela se formó. Sus inquietudes, sus sueños artísticos, buscaron camino. Del Güira al pueblo, del pueblo a San Martín, a Villavicencio, a Venezuela, al mundo entero. Por eso lo bautizaron “El trochador de la canta”. Donde anda se sabe llanero, se conoce por el sombrero arriscado, el pantalón arremangado, el saludo franco, el cuchillo al cinto y el andar descalzo. Con la pata al suelo anda Dumar Aljure en el más sofisticado de los teatros o en el más humilde vecindario, así descalzo, baila y canta y toca. Y rescata coplas, corríos y melodías tradicionales, que retornan al olvidadizo llano gracias a sus grabaciones. Y compone: “¡Pa’lante casanareños!”, “El taparito”, “El renco”, “La vitrola” y muchos otros. Hace cuarenta y un años compuso un tema, un pasaje privaresuellos, romántico y conquistador: “Catira casanareña”. Lo acompañó la bandola de Luis Quinitiva, y se hizo inmortal.
Dumar Aljure y Simón Díaz.
Esa fue su primera grabación, desde entonces Dumar Aljure sigue cantando criollo, sin cambiar una línea su estilo, sin dejar de rendir homenaje al joropo de diapasones del piedemonte casanareño en donde nació. Dumar Aljure sigue dejando su huella por los caminos del llano y de la canta.
192 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
Nació en Caracol, Arauca, donde su señora madre era profesora. Ella, la poetisa y compositora antioqueña Magdalena Duque, tuvo mucho que ver con su formación: apoyó siempre su gusto por la música y respaldó el desarrollo de las capacidades del muchacho que comenzó cantando baladas y boleros, luego aprendió a acompañar con la guitarra y después, con el arpa, cuadraba la melodía de las canciones que ella iba componiendo. En Abdul Farfán se expresa un talento sin linderos, una mente abierta, un alma sensible, que nunca se deja encasillar en un estilo. Tiene otra forma de sentir la música y se dedica con devoción y disciplina a resolver sus dudas técnicas, observar la obra, ser autocrítico, trasmitir lo que sabe y seguir trabajando. Sin ese espacio de reflexión, sin ese examen de lo que ha hecho, no avanza. Sus arreglos acompañan las presentaciones en vivo y las grabaciones de los más exitosos cantantes llaneros, sus versiones de los clásicos del país del Orinoco, sus composiciones instrumentales, en fin, su obra de arpista es el resultado de una vida de exploraciones, que con una gran coherencia y un profundo respeto por la tradición se cuestiona, hace propuestas, ensaya y resuelve. Abdul Farfán es músico más que arpista, y artista más que músico. Es un artista y hace escuela. Todo creador siente la urgencia de reinventarse, de no conformarse, por eso Abdul, siempre inquieto, se decide a grabar temas suyos y ajenos en música llanera y en el llamado género popular. Un atrevimiento para muchos, una respuesta para él. Su arpa tampoco descansa, novedosa, fina y propositiva, es un referente clave para entender los últimos tiempos de la música llanera.
ABDUL FARFÁN ARAUCA, 1963
ANEXO 1 Partitura Andrรณmeda
194 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
ANEXO 2 Álbum musical conmemorativo 50 Torneo Internacional del Joropo (ganadores y obras destacadas)
CD 1 AÑO
TÍTULO
INTÉRPRETE
AUTOR Y COMPOSITOR
MODALIDAD
DURACIÓN
1.
1981
El Taparito
Alberto Curvelo
Dumar Aljure
Pasaje inédito
2:52
2.
1982
El bongo de mis recuerdos
Rafael Padilla
Rafael Martínez
Pasaje inédito
4:12
3.
1986
Llanero
Raúl González
Orlando “Cholo” Valderrama
Pasaje inédito
4:18
4.
1991
Campirana
Miguel Ubaque
Pedro Felipe Sosa Caro
Pasaje inédito
4:18
5.
1992
Compañero no se aflija
Javier Manchego
Carlos César Ortegón
Golpe inédito
3:37
6.
1994
Señores yo soy del llano
Carlos “Cachi” Ortegón
Carlos César Ortegón
Poema inédito
4:55
7.
1994
La ruana
Jairo Parales
Jairo Parales
Golpe inédito
3:51
8.
1994
Sabana
Santos Leal
Santos Leal
Pasaje inédito
2:35
9.
1995
Linda, bonita y hermosa
Javier Manchego
Marco Sergio Rodríguez
Pasaje inédito
5:30
10.
1996
Mi regreso
Sonia Castaño
Fransineth Rincón
Pasaje inédito
2:40
11.
1999
La mejor herencia
Álvaro David Montero
Álvaro David Montero
Pasaje inédito
4:01
12.
2000
Un brindis pa’ todo el llano
Pedro Simón Romero
Pedro Simón Romero
Pasaje inédito
5:16
13.
2001
Compadrito hágame un cuatro
Álvaro David Montero
Álvaro David Montero
Pasaje inédito
3:36
14.
2003
Paraíso sin fronteras
Daniel Gualdron, Sonia Castaño
Jaime Rodrigo León
Pasaje inédito
4:03
15.
2004
¡Esta es mi tierra!
Martín Giraldo
Jaime Rodrigo León
Pasaje inédito
4:25
16.
2005
Mi llano
Catalina Salcedo
Juan Carlos Contreras
Pasaje inédito
4:13
17.
2006
Camina, Pedro
Miguel Ubaque
Jhon Harby Ubaque
Pasaje inédito
3:09
18.
2007
Remembranzas del joropo
Andrea Mejía
Rubén Mejía
Voz recia femenina
4:28
PERSONAJES
195
CD 2 AÑO
TÍTULO
INTÉRPRETE
AUTOR Y COMPOSITOR
MODALIDAD
DURACIÓN
1.
2008 El fogón de doña Oti
Abdul Farfán
Abdul Farfán
Obra Instrumental para arpa
4:07
2.
2008 Aquí tienen a su gallo
Luis Moreno
Solain Rosillo
Voz recia masculina
4:16
3.
2008 El desplazado
Hernando Guerrero, Lorgio Rodríguez
Hernando Guerrero
Contrapunteo
5:45
4.
2008 La criolla recia de siempre
Maryluz Castillo
Fremio Hidalgo
Voz recia femenina
7:22
5.
2009 Mi llano en invierno
Oscar Curvelo
Óscar Curvelo
Pasaje inédito
4:02
6.
2012 Tempestad
Edwin Leonardo Hidalgo
Edwin Leonardo Hidalgo Obra para bandola solista
7.
2012 Paradigma
Conjunto llanero delegación del Meta
Juan Pablo Rodríguez
Instrumental conjunto llanero
7:53
8.
2012 Andrómeda
Cuatro Cuerdas Ensamble
Juan Carlos Contreras
Ensambles nuevos formatos
7:09
9.
2013 Aquí en mi llano
Raúl Monje
Raúl Monje
Pasaje inédito
4:51
10. 2014 Se vale to’
Sinsonte
Sinsonte
Ensambles nuevos formatos
6:36
11. 2014 Violencia
Lino Acosta
Óscar Armando Curvelo
Pasaje inédito
4:53
12. 2016 Nostalgia del cabrestero
Diana Isabel Rodríguez
Omar Édgar Fandiño
Pasaje inédito
4:36
13. 2016 Al sol
Juan Pablo Rodríguez
Juan Pablo Rodríguez
Obra para arpa solista
5:01
14. 2017 Raíces
Javier Vargas
Javier Vargas
Golpe inédito
3:40
196 TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO
4:24
MARCO MUSICAL CD 1
MARCO MUSICAL CD 2
Temas 1: Grupo Joropo. Tema 8: Darío Robayo y su Grupo. Temas 2, 5, 9 y 12: Abdul Farfán y su Grupo Caney. Temas 4, 6, 10 y 17: Jhon Harby Ubaque y su Conjunto. Tema 7: Armando Ramírez con los Escalona. Temas 11 y 13: Gerson Blano y su Grupo. Tema 16: Marcos Molina y su Grupo. Temas 14 y 15: Jaime León y su Grupo. Tema 18: Yesid Castro y su Conjunto
Tema 1: Conjunto de Abdúl Farfán. Tema 2: Duván Ceballos y su Conjunto. Tema 3: Marío Tineo y su Conjunto. Tema 4: Elio Corona y su Conjunto. Tema 5: Oscar Curvelo y su conjunto. Tema 6: Edwin Leonardo Hidalgo. Tema 7: Juan Pablo Rodríguez y su Conjunto. Tema 8: Cuatro Cuerdas Ensamble. Tema 9: Conjunto Cuatro Palos. Tema 10: Ensamble Sinsonte. Tema 11: Conjunto William Macualo. Tema 12: Grupo Palo Cruzao. Tema 13: Juan Pablo Rodríguez. Tema 14: Juan Camilo González y su Conjunto.
SALAS DE GRABACIÓN CD 1
SALAS DE GRABACIÓN CD 2
Estudios de Grabación: Tema 1: Ingeson. Temas 5, 7 y 9: Estudios OHM Barquisimeto, Venezuela. Tema 2: Estudio Croswaithe Producciones. Tema 3: Estudio Requena, Caracas, Venezuela. Tema 6: Estudio Ricardo Torres. Temas 10 y 17: Rapxa Producciones. Tema 8: Jacob Robayo Estudio. Temas 11 y 13: Guafa Estudios. Tema 16: Ávila Musical. Temas 14 y 15: Llano Estudio. Tema 18: Villa Estudios. Compilación y digitalización de audios: Juan Camilo Robayo C. Edición y masterización: Ing. Julian Andrés Robayo C. Estudios: SoundMob Studios, ciudad de México, México.
Estudios de Grabación: Temas 1, 2, 3, 9 y 11: Villa Estudios, Villavicencio, Meta. Tema 4: Estudios OHM Barquisimeto, Venezuela. Tema 5: Estudios CAM, Yopal, Casanare. Tema 6, 7 y 14: Rapxa Producciones, Villavicencio, Meta. Tema 8 y 10: Ávila Musical, Bogotá D.C. Tema 12: ABL Producciones, Bogotá D.C. Tema 13: H. Studio Juan Pablo Rodríguez, Bogotá D.C. Compilación de audios: Juan Camilo Robayo C. Edición y masterización: Ing. Julian Andrés Robayo C. Estudios: SoundMob Studios, ciudad de México, México.
PERSONAJES
197