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V O C E R O | M O M E N T O U N I V E R S I TA R I O
M O M E N T O U N I V E R S I TA R I O Director Nicolás Cabral Editor Fernando Adame Re d a c c i ó n C a r l o s Ro d r í g u e z
Panorama cultura que anima el sentido crítico y el cuestionamiento de ideas
V I D A D I G I TA L , A R T E S , DISEÑO, CIUDAD Y M U N D O U N I V E R S I TA R I O
V O C E R O D I G I TA L . M X
Vo c e r o d e d i c a u n e s p a c i o p a r a e s t u d i a n t e s q u e c u r s e n el nivel superior y estén interesados en la fotografía y la ilustración. Los universitarios seleccionados podrán colaborar en nuestro siguiente número. Envía tus portafolios a: vocero@pmedia.mx 2
Diseño Fernado Adame División Comercial Directora Christián Victoria Fernández Operaciones Ricardo Miñón Distribución Édgar Morales J u a n Ra ú l P a c h e c o Imagen de portada: © Netflix
Vo c e r o , M o m e n t o U n i v e r s i t a r i o ( A ñ o 14 , N o .10 6 , n o v i e m b r e d e 2 017 ) e s u n a p u b l i c a c i ó n d e P e r i s c o p i o M e d i a S . A . d e C . V. P a c h u c a 14 6 - A , c o l o n i a C o n d e s a , d e l e g a c i ó n C u a u h t é m o c , C . P. 0 614 0 , C i u d a d d e M é x i c o . Te l é f o n o y f a x : ( 5 5 ) 5 219 57 0 8 . E d i t o r responsable: Nicolás Cabral. Número de certificado de licitud d e c o n t e n i d o : 116 6 0 . N ú m e r o d e c e r t i f i c a d o d e l i c i t u d d e t í t u l o : 14 0 87. N ú m e r o d e c e r t i f i c a c i ó n d e r e s e r v a d e d e r e c h o s a l u s o e xc l u s i v o d e t í t u l o : 0 4 - 2 012 - 0 9 2 8112 3 4 3 0 0 - 10 2 . N ú m e r o d e r e g i s t r o I S S N : 14 0 5 - 6 8 9 5 . C i r c u l a c i ó n a u d i t a d a p o r D LV y A s o c i a d o s 2 012 .
L o s t ex t o s a q u í p u b l i c a d o s s o n e n s u t o t a l i d a d r e s p o n s a b i l i d a d d e s u a u t o r. Prohibida la reproducción parcial o total. © Vo c e r o . M o m e n t o U n i v e r s i t a r i o 2 017
CONTENIDO
Lo único importante es el vaivén del mar y el sol en todo lo alto.
Stranger Things es una serie que lo mismo apela a la nostalgia de quienes vivieron los años ochenta que revive temores específicos para conectar con las nuevas generaciones.
¿Dónde estudiar cine? Las opciones se multiplican
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C i n e / Te l e v i s i ó n
STRANGER THINGS y la nostalgia de los ochenta
Uno de los mayores éxitos de la televisión de los últimos años, Stranger Things, producida por Netflix y creada por los hermanos Duffer, es una serie que lo mismo apela a la nostalgia de quienes vivieron los años ochenta, que revive temores específicos para conectar con las nuevas generaciones. Un estudiante universitario encuentra en ella motivos para acercarnse a películas como “Gremnlins”, “Los Goonies”, Los Cazafantasmas” o “Aliens”, y quienes superan los cuarenta años no pueden evitar recordar lo que significó ser adolescente en un México fuertemente influido por los productos de entretenimiento estadounidenses. Nos hemos propuesta analizar Stranger Things para hacer una pregunta: ¿qué significa desempolvar las ansiedades de los ochenta en el presente? No puede ignorarse que aquella década representó la etapa más álgida de la Guerra Fría, cuando el planeta contaba con dos superpotencias mundiales: Estados Unidos y la Unión Soviética. Por los demás, incluímos una serie de referencias que harán más gozosa la experiencia de la serie, empeñada en aludir y homenajear a diversas películas.
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C i n e / Te l e v i s i ó n
El azotamentes Aunque en última instancia es un entretenimiento basado en alusiones a la cultura popular de los ochenta (estadounidense, claramente), Stranger Things invita a preguntarse sobre los temores que revive en una época de renaciente conservadurismo. Texto Guillermo Núñez Jáuregui
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n nuestra edición 94 (agosto de 2016), cuando prestamos atención a la primera temporada de la serie creada por los hermanos Matt y Ross Duffer, Stranger Things (2016 a la fecha), nos preguntamos si en su manera de retomar la estética y los tics de cierto cine de ciencia ficción y aventura que fue popular en los ochenta (el de Steven Spielberg o el que adaptaba relatos y novelas de Stephen King) no se expresaba también un temor redivivo por mounstros muy reales, específicamente la proliferación de políticas conservadoras y daniñas (desde la criminalización de las drogas hasta la demonización de lo soviético). Algunos elementos paranoicos típicos de la época (pero no exclusivos, como hemos visto en esta década) invitan a mantener esas conjeturas con relación a esta serie y su segunda temporada (que puede verse a través de Netflix), en la que incluso se deslizan algunos guiños políticos (se invoca ingenuamente a Margaret Thatcher como una visionaria, y la familia Wolfhard parece ser pro Reagan).
Tal vez estas elucubraciones ¿sociológicas?, ¿de interpretación política?, sólo sean medianamente interesantes, pero es a lo que invita la serie: a volver a observar esa época desde las coordenadas en las que ahora nos situamos. El espectador se divide así entre el gozo nostálgico y la alerta ante lo anacrónico. Una nueva sensibilidad, más atenta a plíticas de la identidad y a lo inestables roles de género, también ha alcanzado a filtrarse temáticamente en Stranger Things, como se ve en algunos gags del segundo episodio de la nueva temporada, “Trick or Treat, Freak”, cuando Caleb, el personaje interpretado por Lucas Sinclair, tiene buenas razones para no disfrazarse en Halloween como Winston, el cazador de fantasmas menos destacado... ¿Y no debemos ver a Max Mayfield (Sadie Sink) como la prototípica chica fuerte? El dizfraz que elige esa noche, no se olvide, es el de Mike Myers (el asesino de Halloween de John Carpenter), con el que auténticamente asusta al club de Toby al que se integra.
Aunque el revisionismo histórico a través del cine y la televisión hoy goza de buena salud , por alguna razón pocos productos culturales que tienen como tema la década de los ochenta han tenido el éxito del que se precia Stranger Things: Freaks and Geeks (1999-2000), de Paul Feig y Judd Apatow, ahora es considerada una serie de cultoi, pero falló en encontrar su público a tiempo; otra comedia That 80’s Show , serivada de That 70’s Show, sólo sobrevivió una temporada (en 2002); The Goldbergs (iniciada en 2013), también una comedia, ya va en su quinta temporada, pero no es precisamente un fenómeno en audiencuas. Desde el thriller de espionaje, sólo The Americans (2013 a la actualidad) ha tenido una respuesta similar en el público y la crítica a la que tiene Stranger Things. Tal vez no deba sorprendernos, pues con estrategias y tonos distintas ambas exploran las posibilidades de temas vigentes: la unión y desunión familiar, la desconfianza ante el gobierno( pero también con el camarada que coquetea con otra ideología -o que ha sido infectado por
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C i n e / Te l e v i s i ó n C i n e / Te l e v i s i ó n
7 Noah Schnapp como Will Byers en la segunda temporada de Stranger Things. © Netflix
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una mente peligrosa...), por no hablar de los incansables temas humanistas (el amor, la amistad...). Pero Stranger Things ha capitalizado además la emergencia y la instauración definitiva de un nuevo tipo de consumidor, el que prefiere los productos geeks, ñoños o frikis, como los juegos de rol de fantasía, los videojuegos, los cómics de superhéroes, las cintas de horror o ciencia ficción. Lo que solía ser culturalmente marginal (tal y como se representa en esta serie, pero también en Freaks and Geeks) hoy ha dejado de serlo, como prueban otros fenómenos de masas (de Juego de tronos a Westworld, por ceñirños a series populares). En ese sentido, Stranger Things es nostálgica por partida doble: celebra el momento idílico en el que la erudición sobre lo ñoño era vista con la extrañeza que causa lo marginal; así, tanto en la primera como en la segunda temporada, el conocimiento que los protagonistas tienen sobre Calabozos y dragones no sólo ayuda a definir a los personajes, sino que es clave para desenredar conflictos en la trama. Es de notar que uno de los nuevos personajes que presentó la segunda temporada, Bob Newby (interpretado por Sean Astin), abone a la idea de que también los nerds pueden ser héroes (aunque, ay trágicos). La marginalidad como virtud o distintivo individual es uno de los temas que puede rastrearse en el trabajo de los Duffer remontándonos a Hidden: Terror en Kingsville (2015), su primer largometraje. Por su tono pulp (la mayor parte de esta cinta de horror y ciencia ficción se desarrolla en el interior de un refugio contra bombas) y su giro sorpresivo, la historia bien podría haber salido de la imaginación de Richard Matheson, Charles Beaumont, Rod Serling o algún otro guionista de “Galería nocturna” o “La dimensión desconocida.” Su estratregia, colocar el punto de vista del lado del “otro”(una familia de mutantea que no aparenta serlo), recuerda la utilizada en “El intruso”(1921), el relato clásico de H.P. Locecraft que nos obliga a sentir simpatía por una figura maltrecha. Lovecraftiano, al menos en diseño, es también el principal antagonista de la segunda temporada de Stranger Things: el “azotamentes”, una entidad de otra dimensión que comanda un ejército de extrañas criaturas con las que comparte una mente-colmena (en este punto difícil resistirse a la tentación de interpretarla desde las ideologías que se enfrentaron durante la Guerra F´ría; no en vano la “mente-colmena” ha sido un tropo popular de la ciencia ficción).
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Con una camarilla de personajes con ¿fuertes? características individuales (que a menudo no son más que preferencias de consumo), es difícil imaginar un villano más obvio: el que impone un pensamiento único. Incluso, en contraste con la primera temporada, la estructura de la segunda refleja este enfrentamiento. Si el año pasado el relato giró principalmente en torno a la desaparición de un personaje (Will, interpretado por Noah Schnapp), en la segunda seguimos distintas hebras que dan a todos los personajes historias individuales: se lo ve formar nuevas relaciones, algunas veces disímiles (el chico popular se acerca a los ñoños...) y acometer nuevas exploraciones (el séptimo capítulo, “The Lost Sister”, es una digresión que sólo está allí para darle más cuerpo al personaje de Eleven, interpretado por (Millie Bobby Brown). Como la red de túneles que se extiende hacia el poblado de Hawkins, Stranger Things 2 presenta, también nuevas sendas narrativas. Del enfrentamiento de una fuerza única, el “mounstro de sombras”, y los individuos que habitan Hawkins, ¿podemos extraer una lección? En todo caso, planteemos algunas preguntas como espectadores. Si Netflix ha logrado introducir sus tentáculos en todos los hogares y todas las pantallas, ¿no deberíamos sospechar sobre su serie estrella que a todo mundo gusta? ¿Cuál es el auténtico pensamiento único? ¿Por qué monstruo arcano se nos pide ahora que mostremos simpatía?
C i n e / Te l e v i s i ó n
G a t e n M a t a r a z z o , F i n n Wo l f h a r d , C a l e b M c L a u g h l i n y N o a h S c n a p p , d i s f r a z a d o s d e c a z a f a n t a s m a s e n l a s e g u n d a t e n p o r a d a d e S t r a n g e r. © Netflix Things. 9
C i n e / Te l e v i s i ó n
Una constelación de homenajes
Como oxurrió en su primera temporada, Stranger Things 2 está llena de homenajes, apropiaciones y referencias a la cultura popular. algunas de ellas explícitas, otras no tanto. Damos un vistazo a algunas de ellas. Texto Vocero/ Redacción
Mapa del tesoro
En el quinto capítulo de la segunda temporada de Stranger Things, “Dig Dug”, Bob desentraña un extraño rompecabezas. En un sutil guiño, se pregunta si la equis marca la ubicación de un tesoro de piratas: Sean Astin, quien interpreta a Bob, fue el protagonista (en su niñez) de Los Goonies (1985), una cinta en la que un grupo de chicos emprende la búsqueda de un tesoro pirata. Dart
En el tercer capítulo “The Pollywog”, Dustin comienza a entanblar un vínculo con una criatura a la que bautiza como Dart, pero ¿no hemos visto esto antes? La singular mascota lentamente comienza a evolucionar hasta adquirir una forma amenazante tal y como ocurrió en “Gremlins” (1984). ¿Y no hay guiño musical al tema de esa película cuando a Dart le salen, repentinamente ¿patas?
P e r r o Te r r o r
Parque Jurásico
Es claro que la obra de Spielberg más taquillero sigue siendo un referente para los Duffer. En esta temporada no sólo se calcan secuencias de “Encuentros cercanos del tercer tipo” (1977), sino de esta cinta de 1993. Tal y cómo ocurrió en esa película, en el capítulo octavo se debe “resetear” el sistema operativo del edificio para poder abrir las puertas. El destino de los héroes que lo hacen, Arnold (Smuel L. Jackson) y bob, no es muy distinto. ¿Figuras amigables?
La elección de Paul Raiser para interpretar al Dr. Owns fue inspirada, pues de golpe presentó la incógnita de si podría confiarse en él. Su ambigüedad moral fue subrayada por el hecho de que Raiser también interpretó a Carter Burke en “Aliens” (1986), otro referente para Stranger Things, donde se presentó como un personaje amigable que en realidad velaba por los intereses de la corporación Weyland-Yutani.
Son muchos los homenajes que esta temporada le rinde a “Los Cazafantasmas” (1984). El más obvio, evidentemente, es el disfraz que los chicos eligen para la noche de Halloween. Pero el diseño de los demodogs, ¿acaso no recuerda en algunos aspectos a los “Terror Dogs” de la cinta de Ivan Reitman? Como en esa película, aquí fungen como secuaces serviles (y de apariencia perruna) a una mente poderosa.
Po s e s i ó n s a t á n i c a
Payasos tenebrosos
El portal
Stranger Things le ha rendido muchos homenajes a Stephen King pero tal vez ninguno tan explícito como el relato que Bob (originario de Maine, como el autor de Eso) le comparte a Will también durante el capítulo de “The Pollywog”: durante su niñez la figura de un payaso, Mr. Baldo, lo había asustado en más de yba ocasión. En el capítulo anterior a Will lo asustan tres adolescentes, uno de ellos disfrazado, por supuesto, también como un payaso.
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“El despertar del diablo” (1981) ya habí́a figurado en la primera temporada de Stranger Things (un póster de la película de Raimi colgaba en la habitaciión de Jonathan Byers). Y ahora la cabaña de Hopper, cuya apariencia derruida y aislada recuerda a la cabaña de El despertar..., sirve como escenario para el “exorcismo” de Will Byers.
El último capítulo de esta temporada se titula “The Gate”, o el portal. Existe un fil,e homónimo de 1987, más o menos oscuro, más o menos culto, que fue dirigido por Tibor Takacs. Su trama recuerda algunos elementos de esta serie: un par de chicos adolescentes inadvertidamente abren un portal hacia otro mundo, de donde se cuelan, al nuestro, entidades malignas.
C i n e / Te l e v i s i รณ n
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SAYULITA:
Viajes
terapia de mar
Como sucede en los pueblitos consentidos de los surfistas, aqui predomina una atmósfera absolutamente libre de tensiones. Lo único importante es el vaivén del mar y el sol en todo lo alto. Te x t o y F o t o s d e A m é l i e C a s t i l l o
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on la idea de que el Sol, la arena y el agua de mar son medicina, viajamos a Sayulita. Las últimas semanas en la ciudad han estado llenas de emociones encontradas. La playa parece uno de los mejores sitios para hacer un alto en el camino, juntar las piezas, recomponernos y volver para seguir adelante. Elegimos Sayulita por su fama de puerto relajado. Situado a una hora de Puerto Vallarta en auto, es uno de los destinos más conocidos de Riviera Nayarity quizás el más cosmopolita. Hogar de
Viajes
extranjeros que en las últimas décadas llegaron para quedarse, flechados por las bondades de la vida calma que se experimenta a orillas del Pacífico. Sayulita es famosa también conmo punto de encuentro entre los surfistas que recorren las playas mexicanas en busca de una ola perfecta. Aquí, igual que en otros pueblitos consentidos de los surfistas, predomina una atmósfera absolutamente libre de tensiones, como si lo único importante fuera el vaivén del mar y que el sol esté en todo lo alto. La buena vibra rápidamente se contagia aún entre quienes jamás se han montado en una tabla. Si te atreves a hacerlo, en Sayulita hay escuelas donde te enseñan a desafiar a las olas. Más allá del surf, al recorrer las calles de este Pueblo Mágico nayarita es fácil encontrar varias propuestas interesantes de diseño local. Entre ellas destaca la boutique Revolución del Sueño, creada por Nicolás y Lea, un parisino y una mexicana que apuestan por prendas, accesorios y elementos decorativos estampados con iconos de la
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Viajes
N O A P T O PA R A T U R I S TA S
La playa de San Francisco, mejor conocida como San Pancho, es el complemento clásico de cualquier visita a Sayulita, pues está situada a sólo cinco minutos en auto. Sin embargo, a los viajeros que busquen una experiencia diferente y con mucho más sabor local, no les importará manejar alrededor de una hora para visitar el pueblo de Chacala, un mini parañiso playero a donde es obligado ir, al menos a comer. El sitio clave es Acela, una sencilla palapa frente al mar que regala uno de los placeres más grandes, saborear sus platillos con los pies hundidos en la arena dorada. Al nadar en el mar lo mejor no es confiarse, pues las olas a veces son rudas.
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historia y el arte nacionales, entre ellos Emiliano Zapata o Frida Kahlo, y el de la cultura mexicana, como la lucha libre o el Día de Muertos. Para rematar la caminata, por recomendación de la gente local probamos las famosas chocobananas: plátanos congelados cubiertos con chocolate y cereales. El restaurante donde las venden es uno de los pioneros en Sayulita y el más buscado para desayunar con una buena taza de café orgánico. Poco antes de que se ponga el sol es mejor estar en la playa, ningún espectáculo le gana al que regala la naturaleza. Día a Día, al ritmo de las olas, vamos sanando.
Viajes
H O J A D E RU TA Cómo llegar
Desde la CDMX, Aeroméxico, Interjet, Volaris y VivaAerobus tienen vuelos directos a Puerto Vallarta. Desde allí, Sayulita está aproximadamente a una hora en auto por la carretera 200. Si vas desde Guadalajara en auto, el trayecto es de unas cuatro horas.
Dónde dormir
Haramara Retreat es una alternativa muy cercana a Sayulita, ideal si lo que buscas es un espacio en medio de la jungla para desconectarte. Organizan retiros de yoga, tienen piscina y spa.
Dónde comer
- La Rústica. Situado en el corazón de Sayulita, es uno de los favoritos por sus pizzas a la leña, pastas y ensaladas. El menú tiene alternativas para veganos. -Chocobanana. Ideal para la hora del desayuno o el brunch, justo en el centro del pueblo Mágico. Sus plátanos congelados cubiertos con chocolate se han convertido el antojo icónico del destino.
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El cine en las aulas
Educación
Las opciones para estudiar la disciplina se multiplicaron, las herramientas para filmar se han democratizado: el momento por el que pasa la educación de esta disciplica en México parece favorable. ¿Será?
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n el complejo ecosistema de la educación cinematográfica de nuestro país conviven universidades privadas así como públicas, además de los modestos pero numerosos talleres de apreciación. A inicios de septiembre, la Escuela Superior de Cine (ESCINE), cuyos orígenes se remotan al Taller de Cine de Mantarraya, obtuvo su Registro de Validez Oficial de Estudios de la SEP. La ocasión permite revisar el momento por el que pasa la educacióm de esta disciplina en México. El realizador Axel Muñoz, quien egresó del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y fue parte del cuerpo docente del Taller de Mantarraya, recuerda que las opciones hace unos años eran limitadas. Hoy se han consolidado varias opciones, como es el caso de CENTRO, una universidad privada en la que, además de atender diversas ramas del diseño, los estudiantes pueden prepararse en disciplinas vinculadas a la televisión y al cine. Además, han emergido alternativas más flexibls pero que no dejan de tener un vínculo con la industria, como es el caso de los diplomados y los cursos básicos enfocados al cine documental que se imparten a tra´ves de productoras como Artegios, fundada por Everardo González (director, entre otros, de Cuates de Australia, 2011). “Me decidí a estudiar cine en 2003, recuerda Muñóz. Entonces existían el CCC, el CUEC, la escuela INDIE, el Instituto Ruso Mexicano, Arte 7 y el Instituto Lumière. También estaba la UDG. En la Condesa existía el Centro Cultural Woody Allen, que inició muy concentrado en el cine pero terminó dando cursos de cualquier cosa, como el uso de la sangre en las películas de Kubrick... No había tanta oferta como ahora. Desde hace unos seis o siete años ha habido una sobreoferta de talleres. Es difícil saber cuál de ellos vale la pena”. La casa productora Mantarraya se caracterizó por impartir talleres alineados a una forma de hacer cine. “Su taller inició sin la pretensión de volverse una escuela formal”, 16
Texto Guillermo Núñez Jáuregui
recuerda Muñoz. “Lo que buscaban era acercarse a un perfíl específico de cine que se hacía en México, el producto por ellos; en concreto, los casos de Carlos Reygadas y Amat Escalante. La intención era interesante porque te quitaba el peso de tener que ir a una escuela formal. La primera generación de taller era gente con un gusanito, una inquietud por el cine, aunque no necesariamente pretendía conocer cuestiones técnicas, sino ser cineastas, lo cual es un poco ilusorio. Con el tiempo se reveló que también se necesitaba aprender otras cosas”. De taller a ESCINE
Es el trecho entre los diplo,ados de apreciación y las escuelas de cine con énfasis técnico el que la Escuela Superior de Cine ha intentado reducir. El realizador Fabián Hofman. director actual de la ESCINE, explica:”Hace poco más de un año nos reunimos con la gente de Mantarraya, quienes tenían la inquietud de hacer evolucionar los talleres. Me parece que tuvieron su momento, los talleres: salieron de allí varios trabajos muy interesantes, pero fue un primer paso. Tenían una duración de un año y medio y la idea era finalizar con un corto. La inquietud de la que surgió ELCINE buscaba modificar el programa para abarcar más temas. Ahora consta de tres años, una licenciatura dividida en cuatro trimestres al año. Es un programa académico intensivo donde todos los alumnos tienen que dirigit un corto, un documental y una mediometraje. Eso cambia la estructura y la idea de lo que era el taller.” Un recorrido por las instalaciones de la ESCINE hace evidente la cercanía, incluso
Educaciรณn
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Educación
física, entre las aulas utilizadas por la escuelas y las oficinas de la productora. ¿No implica ello una visión inquietantemente cercana a la filosofía de Mantarraya? “En la escuela hay una influencia, sí, pero no es el único cine posible”, señala Hofman. “La propuesta es más amplia. Convivimos, los premiados de Mantarraya vienen cada dos meses a dar su punto de vista, abandonando al cuerpo docente que tenemos. El grupo de Mantarraya pone a esta escuela en funcionamiento, pero no sigifica que su cine dicte el camino a recorrer”. Hofman abunda sobre el panorama educativo de la disciplina en el país: “La enseñanz cinematográfica es excesivamente compleja. Tiene una cuestión social, una filosófica, de creación, técnica... conjuga muchas cosas que hacen que los veintes vayan cayendo de forma diferente. Lo que distingue al ESCINE es que sólo hacemos cine. Todo lo que haremos en el futuro tendrá que ver exclusivamente con esta disciplina. Hay escuelas que se enfocan en lo técnico, otras que son más generales y me parece que aquí logramos conjugar la cuestión, es decir, pensar sobre el cine hacíendolo”.
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¡Qué hay de los alumnos?
Un nuevo mito recorre las filas de los jóvenes interesados en hacer cine: las herramientas para crearlo se han “democratizado”. ¿Cómo afecta esto a los nuevos estudantes? ¿Cuál es el nuevo perfíl? “No todos quieren ser directores”, señala Muñóz, “pero todos quieren hacer cine. Nadie tiene la vocación de hacer comerciales, aunque lo diga de dientes para fuera. Sólo he sabido de una persona que entró al CUEC para volverse crítico de icne, Felipe Coria. aún asñi sospecho que todos entran con el deseo de ser realizadores, como seguramente le pasó a José Hernández, el caricaturista que estudió en el CUEC, o a Jorge Zárate, el actor. Todos entran queriendo hacer cine pero en algún momenyo se dan cuenta de que prefieren actuar, dibujar o hacer otra cosa. En lo que quiero ahondar es que muchos dicen que está la vertiente de los que estudiaron en la escuelay los que no. Los que estudaron creen que ya tienen algo asegurado, cuando no es cierto; muchos salen dándose cuenta de que aún tienen mucho que aprender. La gente que no estudió, en cambio, tiende a citar casos de realizadores que no estudiaron cine.
M O M E N T O U N I V E R S I TA R I O
en nuestros próximos números
Referencias de BREAKING BAD en BETTER CALL SAUL que quizás no viste.
10 tips para disfrutar la CDMX como nunca lo habías hecho.
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