C.E.I.P ABADÍA. Cuento cooperativo
2014/15
COQUITO Y PELUDO AUTORES: alumnado de primaria del mejor cole del mundo mundial. ILUSTRACIONES: todo el alumnado, fundamentalmente el del ciclo de Infantil. DISEÑO PORTADA:
ABADIA
Este libro posee una licencia Creative Commons, lo que da lugar a que cualquier lector pueda utilizar el texto y las imágenes para crear y difundir nuevas historias, a ser posible citando la autoría. Se elaboró con la idea de realizar una tarea realmente cooperativa, y con el objetivo de mostrar que solo se podría haber hecho más rápido, pero en compañía hemos llegado más lejos.
Impreso en CEIP Abadia. Printed in Abadia School . Día del libro 2
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Coquito y Peludo Érase una vez un lejano planeta llamado Asombro, en el que todas las noches brillaban miles de estrellas de colores. Un día, en el silencio de la noche un extraño ruido se escuchó. Apareció un monstruo llamado Peludo, que venía de Marte. Era grande y con muchísimo pelo. Su cara fea, tenía verrugas, cuatro ojos y cinco bocas. Vestía de rojo, con capucha y unos pantalones grandísimos.
Día del libro 3
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Peludo encontró a un habitante del planeta Asombro, se llamaba Coquito, un simpático, pequeño y sonriente extraterrestre. Tenía tres ojos, y un traje verde, un gorrito rojo y pantalones amarillos cortísimos. El planeta Asombro era un lugar multicolor donde había colores inimaginables. Era gigante como diez planetas juntos y lo más importante, era “INDESTRUCTIBLE”porque tenía un escudo de fuerza que protegía al planeta Asombro y a sus poquísimos habitantes de todo mal. En el planeta Asombro ocurrían cosas raras. De día era asombroso, y de noche ocurrían cosas muy extrañas. De noche las plantas reían, los arboles andaban, los Día del libro 4
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relojes iban para atrás, llovía del suelo, las tormentas eran de gominolas…ya veis MUY RARO. Cuando Coquito vio a Peludo, sintió tanto miedo que salió corriendo. Pero, a pesar de su apariencia monstruosa, era bueno, amable y le gustaba ayudar a los demás. En su tiempo libre leía cuentos y jugaba al escondite. Y lo que más más le gustaba, era comer helados de chocolate. Coquito salió corriendo porque era un poco miedica y algo vergonzoso. Sin embargo quería hacerse amigo de Peludo porque él tenía un carácter maravilloso. Lo que más le gustaba era hacer amigos para poder contarles cuentos y descubrir cosas nuevas con ellos y así ser feliz.
Día del libro 5
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Si quieres que Coquito y Peludo luchen con piratas extraterrestres, pasa a la página 7.
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Si quieres que Coquito y Peludo visiten el carnaval de Almuñécar, pasa a la página 16.
Día del libro 6
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Al día siguiente, al levantarse, Coquito vio que no estaba su amigo Peludo, así que ya no tenía a nadie con quien jugar. Para Coquito aquel planeta lleno de colores se había convertido en un planeta negro, oscuro y triste. Coquito comenzó a buscar a su amigo en la parte del planeta cercana a su casa. Pasaba el tiempo y no lo encontraba, cada vez se sentía más triste y apenado. Decidió volver a casa, comenzaba el camino de regreso cuando vio algo muy extraño. Poco a poco se fue acercando hasta una roca con los colores del arco iris. ¡Había una huella! Destacaba porque era negra como la noche.
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Caminó un poco, encontró más huellas y sin pensarlo dos veces, las fue siguiendo. Coquito anduvo durante horas, hasta que se hizo de noche. Estaba muy cansado y decidió descansar un rato, como hacen todos los que están cansados, claro. A punto de dormirse vio una luz extraña a lo lejos. Rápidamente se dirigió hasta el lugar donde la luz brillaba. Coquito se paró, no podía creerse lo que veía. Cientos de piratas extraterrestres habían entrado en el planeta. Comenzó a observar lo que allí sucedía, no era nada bueno. No comprendía como habían podido traspasar el escudo, ya que les protegía de los malos. De repente un recuerdo llegó como un flash.
Día del libro 8
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Siendo Coquito muy pequeño, su abuelo Coco le contaba una leyenda sobre Asombro. Cada año bisiesto, el primer lunes de marzo, algo raro le pasaba al escudo del planeta. A medianoche el escudo dejaba de funcionar y el planeta quedaba sin protección, después todo volvía a la normalidad. No se lo podía creer, esa leyenda era cierta y los piratas, no sabía cómo, lo habían descubierto. –¡Cachis!Coquito salió corriendo a avisar a sus vecinos dejando sus huellas marcadas, así que los piratas las encontraron –claro no tenían un pelo de tontos-. Mientras estaban buscando a los habitantes de Asombro, las siguieron y dieron con lo que buscaban; Coquito ya les había avisado pero no tuvieron tiempo de nada, estaban muy nerviosos. Coquito aprovechó el revuelo y se escapó en busca de Peludo; busca que te busca, llegó hasta Marte donde por fin lo encontró. Día del libro 9
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Coquito le contó lo que ocurría y le pidió que volviera con él para ayudarle a rescatar a sus vecinos. Peludo le dijo que lo que le pedía era muy peligroso, así que no pensaba regresar al planeta Asombro. Coquito volvió a su planeta muy triste porque iba solo, pero al ver las condiciones tan malas que encontró, se armó de valor y volvió a Marte en busca de Peludo. Cuando lo encontró, se puso delante de él y le dijo que tenía que acompañarle y antes de que Peludo dijera nada, Coquito le dijo que no le obligase a utilizar la fuerza; Peludo se echó a reír y le dijo que por haber dejado de ser un miedica y pensar en enfrentarse a él, que era mucho más grande, lo acompañaría. Día del libro 10
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Llenos de valor y algo de miedo también, salieron hacia Asombro... Al llegar al planeta, lo encontraron muy
extraño,
los
piratas
les
habían
cambiado los colores tan maravillosos a todas las cosas y objetos, de forma que ahora solo podían ver los colores blanco y gris por todas partes. El lugar donde aterrizaron les parecía extraño, no sabían bien donde estaban y decidieron caminar sin rumbo, al cabo de unos cien metros, les llamó la atención y les sobrecogió unas luces parpadeantes que Día del libro 11
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provenían de unos luminosos. Se acercaron con mucho sigilo, agazapados entre los matorrales, pues el miedo les invadía cada vez más, y a medida que se acercaban a este artefacto en forma de barco pirata que desprendía cientos de destellos luminosos, el pánico les dominaba. -¡Qué terror! El barco era tan grande como una pista de tenis y su altura como una canasta de baloncesto, con escotillas a todo lo largo que permitían ver su interior. Peludo y Coquito se armaron de valor y decidieron mirar a través de los cristales, intentando no ser vistos. Coquito se subió a los hombros de Peludo y pudo ver en el Día del libro 12
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interior del barco a muchos de los habitantes de Asombro, que estaban vigilados por unos veinte piratas. En ese momento, algo llamó la atención de Peludo que, con la rapidez de un rayo, descabalgó a su amigo Coquito y con un gesto de cabeza, que Coquito entendió a la perfección, ambos se arrojaron detrás de unos arbustos al tiempo que paraban dos piratas. Vestían con ropas negras, con el grabado de una calavera en el pecho, la pata no de palo, sino metálica y un parche en el ojo derecho…
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Los dos piratas volvieron al barco. Coquito y Peludo observaron que estaban interrogando a los habitantes. Les preguntaban: -¿Dónde está la gema del poder? - Uno de los habitantes exclamó: - ¡No te lo diremos! Entonces Coquito recordó que su abuelo Coco le contó que en medio del planeta había una gema llamada “Poderina” que le daba el color y el escudo al planeta. Mientras los piratas dormían prepararon con los aparatos electrónicos un electroimán, sabiendo que los piratas tenían la pata de metal y se quedarían pegados. Día del libro 14
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Por la mañana prepararon la trampa. Cuando los piratas despertaron fueron saliendo y a la vez fueron atraídos por la fuerza del electroimán .Los inmovilizaron con una red y rescataron a los habitantes. Después, piratas
a
los habitantes devolvieron a los su
planeta y la gema a su templo. Desde lo sucedido se corrió la voz de que el planeta Asombro era indestructible. Más adelante para celebrarlo hicieron una fiesta con todos los habitantes.
FIN Día del libro 15
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Coquito volvió para hablar con Peludo. De repente, comenzó una tormenta de gominolas que duró toda la noche y ambos buscaron un refugio. Peludo encendió un fuego para calentarse, cogieron gominolas y se hicieron unos pinchitos. -¡Mmm! ¡Qué ricos están estos pinchitos! -dijo Peludo -¡Qué bien cocinas! comentó Coquito. Peludo le dijo: -Muchas Gracias, Coquito.
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De repente vieron aterrizar una nave pilotada por un humano. -¡Socorro, socorro! ¡Un Humano!, – comenzó a gritar Coquito. -¡Tranquilo, tranquilo! ¡Nos pondremos a salvo! – le respondió Peludo. Peludo y Coquito se camuflaron en su cueva para no ser descubiertos. Exploró el planeta, el humano. Realmente le pareció raro, raro. Al cabo de un tiempo andando, vio una cueva para refugiarse, resultó ser la misma cueva donde estaban ellos. El humano vio uno de los pinchitos que se habían dejado los extraterrestres y se los comió. Al probarlo le gustó mucho. -¡Qué cosas más ricas hay por aquí! -pensó. Día del libro 17
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Cuando entró en ella, se dio cuenta que era una cueva amueblada. Amueblada con muebles raros. Muy dentro del armario estaban los dos extraterrestres. El humano no se había dado cuenta de ese espantoso armario que estaba al final de la cueva. Parecía un ataúd. Coquito y Peludo salieron despacito mientras el otro estaba buscando debajo de la cama. Porque siempre había visto, en todas la películas, que los malos se escondían debajo de las camas. Se subieron a la nave espacial para intentar huir, pero se dieron cuenta que había otro humano. -¡Horror! –gritó. Entre los dos decidieron coger al humano que estaba dormido, con mucho cuidado, y lo soltaron en el suelo, también con mucho cuidado, claro. Además usaron un cojín y una almohada. Día del libro 18
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Ya sabemos que Coquito era muy cuidadoso. Peludo y Coquito se sentían mal por haberle quitado la nave, y además no sabían pilotarla. Tocaron todos los botones del mundo y consiguieron hacerla despegar, eso sí, con algún choquetazo. Al llegar a la Tierra, que es lo que estaba marcado en el GPS (G Guía Para Si estas lejos), lo hicieron
a la orilla
del
mar, justo en
Almuñécar. Camuflaron la nave con hojas de palmeras, arena, con sombrillas y algunas toallas. Después de tanto trabajo camuflándola, Peludo sintió sed y empezó a beber agua. Día del libro 19
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-¡Ahhgh! No se había dado cuenta de que era salada. Empezó a dar saltos para ver si podía sacarse el agua salada de su estómago. Finalmente encontraron un pozo y pudo beber agua dulce. -Bueno, tanto como dulce… lo único, es que no estaba salada. Ahora, lo que tenían era hambre. Un hambre extraterrestre. En el camino se encontraron con una biblioteca y aprovecharon para conocer más cosas sobre el planeta Tierra. Después de leer los libros, se los comieron. Día del libro 20
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-Así no se nos olvidará lo que hemos leído.pensó Coquito. Comieron tantos libros que les sentaron mal. Les dolía la barriga y tenían retortijones. Se
marearon
y
cayeron
sobre
unas
estanterías, que a la vez se volcaron y se estamparon contra el suelo, -las estanterías y ellosCon el tropel, saltó la alarma de la biblioteca, y poco después llegó el guarda de seguridad; que no creáis que se asombró, ni se asustó, al ver dos extraños personajes. Día del libro 21
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Copito y Peludo sí se sobresaltaron y se quedaron paralizados, al ser descubiertos. Aguantaron una tremenda regañina y el guardia los echó a la calle. -¡A la calle, hombre, la habéis liado buena! Al salir de la biblioteca se dieron cuenta que era de noche y les entró mucho miedo; ya que se creían que los árboles estarían caminando, como en su planeta, y los podrían aplastar. Caminaban con mucho sigilo, por las estrechas calles de Almuñécar. De pronto, se encontraron con un vagabundo. Se asustaron muchísimo; puesto que los únicos humanos que habían visto, siempre llevaban trajes espaciales. No tenían ni idea de qué o quién era aquel personaje. Día del libro 22
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Echaron a correr y no pararon hasta que les faltó el aliento. –y las fuerzas, claro-. Llegaron a una plaza bulliciosa. -¡Caramba!-dijeron al unísono. -¡En este planeta también hay seres parecidos a nosotros! Nadie los miraba con extrañeza. ¡Era carnaval! Así que, todo el mundo estaba disfrazado. Algunos les gritaban: -¡Quitaros las máscaras! Pero ellos no sabían a qué se referían exactamente. De pronto vieron unas luces fluorescentes de color rosa fucsia y verde pistacho, en la fachada de un local. Pudieron leer “Tutti Fruti”. Les gustaron las palabras, así que se acercaron; y… ¡guau! Vieron enormes montañas de helados, de distintos colores y sabores. ¡Los probaron todos!
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Se hincharon de helados, porque ese día los regalaban a todos los que fuesen disfrazados
de
extraterrestres.
Además
después del atracón de libros la barriga se les había quedado estropajosa. Mientras paseaban para aclarar sus ideas, Coquito vio un cartel publicitario colgado de un balcón que ponía:
SE VENDE 958 233445
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Entonces Coquito le comentó a su amigo: - ¿Y si nos quedásemos a vivir aquí, junto al mar? - ¿A vivir? ¿En este planeta?- se sorprendió Peludo. - Sí, fíjate que mar tan bonito, y si te fijas bien, los habitantes de este planeta no son tan bichos raros. Podríamos decir que son hasta cariñosos. - Ya- dijo Peludo- pero, ¿dónde podríamos vivir? Además, ¿en qué íbamos a trabajar? Coquito, que lo tenía ya medio pensado le contestó: - Podríamos jugar a la lotería, ya que yo puedo adivinar los números que van a tocar, y con el dinero podríamos comprar una casa o un apartamento y montar una guardería. - ¡Uhhhh!, no suena nada mal. Además, creo que los niños y niñas de este planeta se nos darían bien. Día del libro 25
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Y así fue como, Coquito y Peludo, se instalaron en Velilla donde compraron una bonita casa cerca de la playa y montaron una guardería. Después de un año trabajando en ella, no se lo podían creer. Tenían tanto éxito con su trabajo que, ¡TENÍAN LISTA DE ESPERA PARA PODER OCUPAR SUS PLAZAS! Los
niños
y
niñas
de
Almuñécar pudieron disfrutar de los mejores y más divertidos profesores que nunca hubiesen podido imaginar: cariñosos, juguetones, imprevisibles, dialogantes y, sobre todo, muy pero que muy LOOOOOOCOOOOOSSS.
FIN Día del libro 26
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Coquito y Peludo Coquito y Peludo son unos habitantes algo peculiares. Sus dos divertidas historias harán que te adentres en un magnífico mundo de diversión y aventuras. Viajarán a lugares inimaginables No te lo pierdas. Día del libro 27