El Patrimonio Rupestre de Quebrada Verde (Lima) en Peligro

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Pintura Rupestre de Quebrada Verde. Pachacamac, Perú. (1000 – 1533 dne. aprox.imadamente). Foto Gori Tumi.

EL PATRIMONIO RUPESTRE DE QUEBRADA VERDE (LIMA) EN PELIGRO1 Por Gori Tumi ECHEVARRÍA LÓPEZ Nos habíamos quedado sin comentar la salida 2, debido principalmente a que para varios de nosotros esta resultó verdaderamente penosa por el descubrimiento de que muchas de las zonas con arte rupestre del lugar habían sido terriblemente vandalizadas, y además se había destruido irremediablemente parte del extraordinario paisaje de este sitio; el lugar de lomas y de arte rupestre más cercano de Lima. Este sitio y sus pinturas constituyen un documento notable de la extensa distribución de arte rupestre en el litoral peruano, que no solo incluye petroglifos como se suponía antes. Esta cercanía a la Este comentario apareció publicado en la Página Web de APAR con el título “3ra Salida de AAR, Quebrada Verde, Otro Comentario”. 2 Se trató de la tercera salida al campo que organizó APAR (8/3/08), y en la cual se pudo verificar el terrible estado de conservación e este sitio con arte rupestre de Lima 1


ciudad de Lima y especialmente la presencia pinturas, es absolutamente relevante para justificar cualquier tipo de intervención preventiva y la declaratoria de intangibilidad real del yacimiento por el INC, la cual si no me equivoco aún no esta dada. En realidad todos los sitios con arte rupestre de Lima son excluyentes, tanto los de la cuenca del Chillón, del Rímac, y de Lurín, y estos deben ser intervenidos primariamente ya que su rareza, y cercanía a la ciudad los hacen excepcionalmente importantes. Al menos 6 sitios son claves en esta lista de materiales en los que se debe tener un cuidado extremo. Los petroglifos de Checta (90% de las piedras vandalizadas), Chocas, Pucara, Cantería, California, y Quebrada Verde; a los que podemos sumar, los petroglifos de Quivi, Santa Felicia, Guayabo, Picapiedra y Sisicaya. Y es probable que no estemos haciendo una lista completa. Lamentablemente todos estos sitios en algún grado mayor o menor se encuentran en peligro de destrucción. ¿Por que se destruyen estos sitios?, ¿qué sucede en Quebrada Verde? Estas preguntas son difíciles de responder, pero de hecho todo pasa por una situación de ignorancia y desidia. Los principales problemas referentes al patrimonio parten de la premisa de que se ignora el valor cultural y arqueológico de estas reliquias, y por eso no se les respeta o conserva. Y esto es bastante común con los grandes intereses comerciales, o socialmente en poblaciones que no están vinculadas culturalmente al entorno en que el patrimonio existe. Cuando uno ha vivido asociado al patrimonio, a las “wacas”, se puede comprender subconscientemente el valor social de los monumentos pasados; el cual no tiene por que ser racionalmente definido. En lugares como Lima, donde la mayoría de la población, vive en condiciones descontextuadas socialmente, por la inmigración, la carencia de valores, la alineación cultural, la violencia, el desorden, o la pobreza, etc, el entorno carece de un valor social reconocible y puede ser propenso a la alteración o la destrucción como esta pasando ahora. Entender esto es importante por que cuando no se conocen la causas de los problemas patrimoniales estos constituyen excusas perfectas para el enajenamiento del mismo, y en muchos lugares incluso para propugnar el desligamiento de los valores morales que


los monumentos traen en nosotros, lo que genera la desidia y la ignorancia. Así es, cuando la población no esta positivamente vinculada a su patrimonio es cuando los problemas reales surgen. ¿Cuál es la solución a estos problemas? ¿Acaso cerrar el patrimonio a la gente, esconderlo, ocultarlo? ¿En un país tan rico en reliquias culturales como el Perú, cómo podría hacerse eso? Las propuestas para la enajenación, la exclusión física de los sitios, o el ocultamiento de información sobre ellos casi siempre han partido de gente que no conoce la situación patrimonial, la realidad social pluricultural del país, la idiosincrasia nacional; y menos el hecho real que deben examinarse en detalle los problemas que atañen específicamente a los sitios arqueológicos o al patrimonio cultural, que no son los mismos en ninguna parte. Quebrada Verde es pues uno de esos casos excluyentes que tiene su propia problemática patrimonial, y que esta afrontando una crisis de sustentabilidad por los impactos destructivos que están sucediéndose allí, y el tema en si bastante interesante. En Quebrada Verde desde hace algunos años la comunidad local ha habilitado un circuito ecoturístico que incluye el área natural y la visita a las pinturas rupestres. Este circuito inicialmente ha permitido lo siguiente: el reconocimiento de la riqueza natural de las lomas, el reconocimiento de la riqueza cultural arqueológica del área, el ingreso de recursos económicos por concepto de visitas; y la protección de la zona que estaba destinada a cantera por una compañía de cementos. Adicionalmente, como un plus, ha permitido también el conocimiento y la investigación de este patrimonio. Este circuito no obstante ha tenido una orientación básicamente ecológica y el arte rupestre ha constituido un elemento secundario a su diseño. Aunque no conocemos los detalles de su planificación, es claro que la inclusión de los sitios con arte rupestre en el circuito sin un adecuado cálculo del impacto social por las visitas, ha generado problemas de conservación inmediatos, así, se ha disturbado (severamente en algunos casos) el entorno de los sitios, del contexto interior inmediato; y, en vista de la falta de control, se ha posibilitado el acceso de vándalos a los mismos yacimientos con la consecuente destrucción del patrimonio.


Debemos aclarar que aunque no existe contradicción entre el turismo y el patrimonio arqueológico, los que diseñaron el circuito de Quebrada Verde, asesorando a la comunidad, cometieron el más común y terrible de los errores sobre planificación turística: asumir que los sitios arqueológicos son sitios turísticos. Lo que se hizo sin ninguna mala intención obviamente. Este tipo de error en un país culturalmente tan rico como el Perú indica el nivel en el que se encuentran el turismo del país y explica en extenso por qué se norma de forma tan nefasta hacia el material arqueológico. Pero el problema es ahora claramente mayor y este no es el único patrimonio que esta sufriendo estragos, lo que demuestra que todo el circuito atraviesa una crisis. Aunque la comunidad ha manejado adecuadamente el circuito los problemas que se suceden escapan ya a su control y son pobladores de zonas más urbanizadas los que están causando la destrucción masiva de la evidencia y el notable paisaje del sitio. Y este es el dilema de su conservación. El área fue salvada de su destrucción de la cementera por la comunidad, quien a pesar del desconocimiento de su patrimonio y cómo debe ser tratado han hecho lo posible por ponerlo en valor. Siendo obvio que fue una campaña educativa la que mostró a la comunidad los beneficios de conservar un legado natural e histórico que no tiene comparación en todo Lima, ¿cuál es probablemente la respuesta a los problemas actuales de conservación de este patrimonio?, Quizá llegar a la población asociada y mostrarles educativamente por que debemos preservar estas reliquias. Fuera de los problemas “por cercanía” urbana que esta sufriendo el yacimiento, es bastante obvio que el circuito debe ser replanteado, y hasta que se garantice su conservación, varias de las estaciones con arte rupestre deben ser definitivamente sacadas del trayecto turístico, además de introducir nuevas restricciones a las visitas, códigos de ética y otros parámetros adecuados a los materiales que se exponen. Hay que aclarar sin embargo que el que algunos sitios o estaciones no sean turísticos no significa que no puedan ser visitados de forma especializada, ya sea para investigación, promoción, o una adecuada puesta en valor técnica.


Como se ve Quebrada Verde es una experiencia importante sobre la cual debe reflexionarse en forma constante, siendo un ejemplo de la individualidad de la problemática que atañe al patrimonio arqueológico, y en especial al arte rupestre peruano. No se debe asumir jamás que los problemas son los mismos en todos los sitios, y es importante que se incluya a las comunidades locales en la defensa, protección y puesta en valor de estas reliquias (como se bien se ha hecho aquí) especialmente en zonas donde los componentes sociales son altamente complejos como los Lima, Lurín o cualquier otra ciudad del país. Esta es una labor que la comunidad debe emprender con colaboración de todos y asesoramiento técnico, y en esto quiero resaltar la labor de arqueólogos jóvenes como Abel Traslaviña, quien viene investigando y colaborando con la comunidad de Quebrada Verde en forma sistemática desde hace varios años. Yo estoy seguro que Abel y los mismos pobladores han sentido mucho pesar por la destrucción que esta sucediendo allí. Hay un sentido de frustración por vernos imposibilitados por proteger nuestras reliquias, sin embargo eso debe alentarnos a enfocarnos objetivamente en los problemas reales que envuelven nuestro patrimonio y a encontrarles soluciones objetivas duraderas; soluciones que no impliquen el enajenamiento de nuestro pasado y nuestros monumentos, sino más bien la inclusión social de estos, la reflexión colectiva hacia nuestro extraordinario pasado, el reconocimiento de los valores morales del respeto hacia nuestros ancestros y sus obras, y el deber y el derecho de proteger nuestras reliquias siempre. Gori Tumi ECHEVARRÍA LÓPEZ Universidad Nacional Mayor de San Marcos Asociación Peruana de Arte Rupestre (APAR) E-mail: goritumi@gmail.com


"Piedra concava" a comienzos del 2006, en buen estado de conservación. Foto Gori Tumi.


El mismo panel con pinturas en mayo del 2006. Foto Gori Tumi.


El mismo panel con pintura en marzo del 2008. A los nombres con grasa se suma ahora pintura acrílica azul, incisiones y una disturbación general del entorno. Foto Gori Tumi.


Rodolfo Monteverde y Abel Traslaviña observando atónitos el vandalismo en uno de los soportes de arte rupestre reconocidos en el sitio. La destrucción cultural y paisajistica de este farallón abruma por su brutalidad. Foto Gori Tumi.


Jacinto Mendoza (coordinador del circuito), Abel Traslaviña y Gori Tumi Echevarría hablando acerca de los problemas de Quebrada Verde. Foto Rodolfo Monteverde.


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