“La Patria naciendo de la ternura” de Pavel Egüez.
“Sobre Manuela de Payta teatro en cinco estaciones” de José Miguel Godos Curay
“Payta, un tajo de amor en la garganta” - Sobre las cartas intercambiadas entre Simón Bolívar y Manuela Sáenz de Manuel Dammert Ego Aguirre
Al conmemorarse el 23 de noviembre un año más de la desaparición de Manuela Sáenz, heroina quiteña quien tuvo una decisiva participación en la guerra de la independencia, por lo que José de San Martín le otorgara el título de Caballeresa de la Orden El Sol del Perú, se presenta este documento que contiene secciones de dos libros que tratan sobre Manuela. El primero es el Prólogo titulado “Sobre Manuela de Payta, teatro en cinco estaciones”, escrito por José Miguel Godos Curay para presentar la obra de teatro “Manuela de Payta, teatro en cinco actos” escrita por Manuel Dammert Ego Aguirre. El segundo es el capítulo de versos titulado “Payta, un tajo de amor en la garganta” (Diálogo del Alba, entre la Luna y el Mar) - Con referencias a las cartas intercambiadas entre Simón Bolívar y Manuela Sáenz, escrito por Manuel Dammert Ego Aguirre y publicado como parte del libro “Machupicchu, Vértigo de Universo y otras travesías de Luna Insomne”.
La pintura que se incluye en la portada corresponde a la obra del artista Pavel Egüez y lleva el título de “La Patria naciendo de la ternura”
III PAYTA, UN TAJO DE AMOR EN LA GARGANTA (DIÁLOGO DEL ALBA, ENTRE LA LUNA Y EL MAR)
(Las referencias son de cartas intercambiadas entre Simón Bolívar y Manuela Sáenz)
Imagen de Payta antigua. Piura, Perú.
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Manuel Dammert Ego Aguirre
... ... ... ... con cenizas en la frente, Mujer del Alba! ... Y el mar, siempre más vasto que el espíritu y con mareas de Luna! Payta, puerto de la soledad en el desierto Rumor de aguas quietas en sueños alunados Payta, un tajo de amor en la garganta!
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Payta, un tajo de amor en la garganta
Manuela (1) Un letrero a la puerta en casa de caña de Guayaquil escrito a mano firme anuncia oficio de salvaguarda: TOBACCO ENGLISH SPOKEN Ah! Y el mar estirado más allá de todo límite del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El aire inquieto
en vela de armas inunda la memoria altiva con humo de tabaco en custodia de los ritos de la noche. En este puerto cortado a navaja por los vientos, es el Amor de luna verde-azul-morado quien murmura su canto como larga lluvia nocturna sobre los Océanos. Cabalgan los sueños extensiones sin horizonte domeñando la arcillosa silla de montar de los cerros y los farallones oscuros y secos de la Bahía. Con cenizas de cigarro Luna, Luna en la frente y en la mirada! Secas las carnes de peces colgados en las estacas del muelle. Huellas antiguas de sangre y pólvora. Cicatrices tardías. Balsas iluminadas para la pesca. Miradas esquivas, brazos tatuados. Balcones semi-cerrados. En la garganta, huellas antiguas de sangre y pólvora. Puerto esquinado, media luna de arenas y palmeras que capturan el infinito de las aguas azules y verdes del océano.
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Puerto sin agua para la Sed. Las calles y casas tienen el color de la arena calcinada. Y el espíritu es una luz-de-luna-de-verde-fuego que corre estremecida por la playa! Queda todavía el aroma viscoso que embriaga las almas alucinadas. Flota el olor húmedo de grasa de las ballenas Y el eco sudoroso de sus griteríos insomnes en las cacerías de alta mar con los arpones. TOBACCO ENGLISH SPOKEN Ah! mujer de amor agitado como las mareas. Inmenso mar cual lomo de animal estremecido por la memoria. En movimiento de flujo y reflujo, cadencias de una cadera leve y de espuma. Mareas que tratan de trepar desde el mar hacia la luna. - Siete olas grandes, al abrir. Mareas que suben en verde fuego hasta la garganta! Tres olas chicas, al cerrar Mareas que bajan azul morado sin respirar! En barca de Payta, arribando a la Bahía, diálogos nocturnos entre la luna y el mar, Mujer del Alba, toda la pasión humana inmortal! Con cenizas en el alma y los cabellos secos. Libertadora de la pasión, libertadora de la libertad Mujer de mar, mujer de arena, mujer de vientos. Mujer que aprisionas las secas hojas de tabaco entre las manos. El aroma de tus sueños más fuerte que el zumo de algas y sequedad de arcilla. Perturba con más alegría que las carnes saladas de peces tendidos en las arenas. Tiene más eternidad que las marcas sangrientas en la garganta.
Payta, un tajo de amor en la garganta
Ah! mujer que todavĂa lanzas guirnaldas de victoria al amante encabalgado y desafiante. Mujer que resucitas con los aromas del amor que tejes en la memoria. TOBACCO ENGLISH SPOKEN Luna, Luna, la cabellera suelta al viento como las mareas, fulgurante como los sueĂąos!
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Bolívar (2) Como una sombra de medianoche en el desierto árido a la luz de la luna debe arrancarse al espíritu irredento del amor y de la posesión. Ah! soledad eterna del amor, solo la gloria de habernos vencido será nuestro consuelo. Todo amor:
soledad inmensa en medio del mundo.
Balsa sin velas ni remos, al garete en la mar de los Océanos. Caracola que canta lúgubre entre las rocas las fiebres más atormentadas de las arenas frágiles. Todo amor:
Soledad del espíritu en medio del mundo.
Como cada paso en las rutas insomnes de los andes superpuestos sobre sus alturas abismales subiendo hasta el frío mayor con la ruana de las pampas durmiendo a pierna estirada y medio ojo abierto acompasando el paso del caballo en la travesía continental por un sueño. Soledad del amor sin recuerdo y más allá del tiempo. Pasión del espíritu absoluto en la fiebre muda del amor. Lejanía que anida en abrazo del amante. Sabor agrio de los días de guerra total. Tristeza de alma de los fustes sedosos en la cortesana bruma limeña. Soledad en medio del amor encabalgado, amor de los encantos del alma,
amor de culpa,
corazón divino ven, ven, que sin ti muero, amor de fuego!
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Manuela (3) Desde la hamaca, inmóvil, presta a los deseos. Los baños de arena friccionan su cuerpo, y desatan memorias del espíritu que no sabe de rendición ni encierro. Entumecida la cadera, se alista para el fuego. Ah! Mujer que has recorrido a caballo el continente de la humanidad nueva con verduzca pelliza militar cubierta por un poncho azul y anaranjado. Mujer que perseguiste las señas de los aromas del amor y pintaste en el cofre de Estado mayor los dilatados sueños del amado. Mujer que marcaste tus huellas de Húsar de botas altas en Quito, y en Bogotá abriste la ventana a la Luna para salvar tus desvelos, Y en Lima paseaste tu olor a pólvora con orgullo de elegida, y pisaste los campos de batalla de Junín y Ayacucho bordando en los archivos las epopeyas más altas del mundo nuevo. Mujer de cabellera azabache con brillo de luna, desplegada como bandera al viento santificada con olor a pólvora y revuelta guerrillera de mil combates levantisca de mil entuertos. Ah! Mujer que amas en vida y adoras en eternidad del recuerdo. Por el amor sigues dando batallas de fuego. Con tu mirada recorres el universo para insurreccionar los sueños. En días de sol muerto y viento corto arenas de Payta han bañado tu cuerpo sin apagar su fuego! Desde la hamaca, inmóvil, desatas nuevas guerras de archivo. Santiago Matamoros de coronel,
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y la Virgen de la Merced empuñan sus armas. Es una Guerra Total en la obcecación feliz de la memoria. Es un revoloteo de arenas calientes contra los chapetones. Santiago pelea como bailando. Está sentado a medias, en caballo de madera seca y repujada. Posee máscara untada de conchaperla, con pomadas de algas en las mejillas un espejo seco en la frente y un gorrito de colores atado al cuello. Matamoros batalla al ritmo de una catinga que repite los compases de la marea alta al morir el día. La Merced, María de Payta, soledad de soledades en el desierto más árido, orienta a Santiago en esta danza de guerra. Es la Merced, quien conversa y ríe mientras se balancea la hamaca por el viento. Ah! Virgen guerrera, tus cofradías alistan dulces para saborear el fin de las batallas. Eres el bálsamo de todos los heridos y tienes la mirada serena con los aromas del alba. Desde la hamaca, inmóvil, mujer que vences la mar brava. Marcas enérgica con los brazos los pasos de la contradanza. Santiago baila con golpes fuerte de espada. Santiago tiene el rostro adusto como si estuviese arando en el mar. Santiago no puede mirarse en el espejo ni en las aguas! Santiago está perdiendo su sombra! Santiago está danzando estremecido en las tierras de San Lucas de Colán! Desde la Hamaca, inmóvil, despliega mujer tu espada. Haz remolinos en las arenas antes que no haya Luna y muera sin morir la noche!
Payta, un tajo de amor en la garganta
Sube un vaho de calor y la temperatura mayor de las aguas es el latido febril de los anhelos nocturnos más tormentosos. Los vientos alisios del Este detienen su marcha. Y se pierde la razón ante el empuje de las lluvias cálidas. Saltan los cauces de los ríos y un torrente sangrante de piedra y lodo irrumpe violentamente en la puerta de la casa llamando a la memoria para sumergirla en el olvido y el barro. Desde la hamaca, inmóvil, mujer que confundes tu canto con el rumor del Alba! Virgen insigne, proa de todas las esperanzas, aliento de vida que llevas en el infante que cargas. No hay valva nacarada de concha marina más amplia para recibir todas las lágrimas de peregrinos con dolor del alma! Virgen, que también estás en la guerra y tienes como emblema el tajo de un pirata en el cuello tumefacto! Corre con el viento a mecer la hamaca! distribuye las arenas para calentar su cuerpo inmóvil! haz que mantenga el verde fuego del amor en el espejo extendido de las aguas!
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Bolívar (4) Me despojaré de mis uniformes de guerra y frotaré con colonia, siemprevivas y verbenas lo que queda de mi cuerpo. Untaré mi rostro con cinabrio y en la noche distinguirás en los surcos de arena de la máscara que llevo puesta el rojo encendido del deseo y sus sueños! Loor a los himnos más primitivos del amor y del deseo! Tú quieres verme, siquiera con los ojos. Mar que aprisionas la Luna, ciega. Viento cósmico que desatas tormentas en danza ebria, con las altas mareas y las olas de cadencia lenta! En brazos y piernas también untaré el tinte rojo sagrado y danzaré los ritos preparatorios. Y no podrás distinguir su rojo bermellón del rojo de vino sublevado de mi sangre. Se abrirá la noche con las aguas más tenaces y una inundación de aromas de mujer dominará el horizonte, como las mareas que avanzan para cubrir las costas y arrancan esos gemidos de goce de Ñapanga en las piedras húmedas de las playas. Yo también quiero verte y reverte como el mar descubre la Luna en los días azules y verdes. Alzaré las olas de mis brazos hasta tu cuerpo de Luna Nueva Y nuestras danzas tendrán el ritmo y la fuerza de las mareas. Empezaré por tocarte develando el mar de nubes que insinúan tus formas. Podré sentirte danzando ritos y abluciones en el mar de la Lluvia donde tus ojos se humedecen y tu lengua tiene la sal fresca y alegre de la mañana.
Payta, un tajo de amor en la garganta
Será lenta y larga la estación, Luna en tu Océano de la tempestad. Podré saborearte donde se confunden el humor de algas en fermentación y ese aroma de azufre y miel de caña. En el atribulado mar de la crisis te unirás a mi por todos los contactos. El sudor de tu frente será la sal que cubra la mía. En tus axilas se verterán las fragancias de papelillos y cucardas. Perfumes de melocotón y guanábanas brotarán al navegar entre tus pechos. Será verde el fuego cobrizo que brota del encuentro temeroso de nuestros labios. Se prenderán fogatas plateadas al choque de muslos y brazos. Cada músculo de tu espalda tensará las sogas del grito. El corazón al galope en su propia marea insurrecta!. ¡Y será entonces el silencio universal del Alba.! ¡Y la soledad del amor será siempre esa lejanía de perfumes de otras tierras que no guarda la memoria! Ah Luna! calma las oscilaciones trémulas de las fiebres en los mares de la serenidad y de la tranquilidad, mientras lentamente unto de cinabrio las caderas tenaces curvadas al deseo y encendidas al viento del desierto. Ah, Luna alunada, Ah ese rumor de las olas altas que se levantan desde el corazón hasta tomar de sorpresa la mujer dispuesta al goce del amor, No te vayas ni con dios mismo, bella, bella Guardiana insepulta del amor de verde fuego. Ah Luna! Abrazas Insomne cuando el amante ha partido a otros mares extensos.
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Manuela (5) Eres como el amor de fuego verde siempre más allá de los límites de su propia sombra. En la vida o en el largo sueño de la muerte el amor es la absoluta posesión en el exilio de la memoria. Una carta, manchada de polvo y sangre, informa que en Santa Marta el cuerpo del amado tirita y su espíritu deambula fatigado en este mundo. Con aromas de hierbas frescas bañaste tus cabellos para verlo y dejaste que en el hombro derecho el veneno de serpiente fuese Heraldo en alazán negro. Eran en Guaduas, al mediodía, meciéndote en el viento ………… Y luego, la eternidad del Alba en Payta. Ah Luna! tu halo aparece entre las nubes aunque hayas descendido debajo de la línea muerta del horizonte seco. Luna, como el amor, que te refractas en la atmósfera, fugaz cristal de hielo en la nube más alta por encima de toda razón y memoria! Recorriste a caballo el continente con Jonatás y Natán, amigas, esclavas, espejos convexos del amor, de pendientes doradas, uniformes de guerra y turbantes rojos. Recorriste con tus huellas anhelantes miles de kilómetros de estas tierras en travesía de amor absoluto como los mares asolan las costas sin detenerse. Y siempre el amor más allá de si mismo persiguiendo sus mágicos sueños de integración y libertad en el exilio tenaz de su propia memoria! Ah, Luna, como el amor, tienes la vida de otro que reflejas! Ah, mareas, que se estiran en cada rotación para alcanzar los vientos del deseo!
Payta, un tajo de amor en la garganta
Tienes desde Catahuango prendidos a la piel sus aromas de pinos y de bosques frescos de eucaliptos. Han recorrido juntos varias veces el Universo. Ha sido tuyo por siempre sin tenerlo. Amor de fuego, el exilio del espíritu en la ruta de sus alucinados sueños! Tienes en Payta los archivos de guerra de todas las campañas. Y en tu piel, perfumes de mar brava, de algas y de peces secos. Dormiste sobre sus papeles al contacto de su firma. Has sido arrullada por sus escritos hasta el último viento fresco del Alba. Nunca más cerca
Ni más lejos La Idolatría y su objeto, encendidos en la flama verde-morada de la luna, que en éxtasis fulgurante del amor y la memoria! Ah, Luna! Nunca más lejos, nunca más cerca! Tienes entre tu cabellera ceniza ese perfume matutino de árboles sacudidos por las lluvias azules y largas, o de reventazón agrio de olas entre las barcazas, cuando todo lo ido esta perenne en el corazón contrariado. Crece la distancia más alta de la memoria y el deseo y los amantes son uno en el abrazo de las mareas que sobresaltan al alba el universo. Amor irredento de la Luna Verde! Amor absoluto, lo tienes por no tenerlo y compartir sus sueños! Amor perenne, fugacidad en la mirada por mares lejanos y aromas desconocidos que turban los pensamientos! Amor a tajo abierto, navegas por siempre en los extramuros insomnes de la razón y la memoria! Amor insepulto, travesía del espíritu en el exilio del tiempo!
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