Llibret Altar del carrer de La Mar 2019

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Antiquísima Asociación de San Vicente Ferrer Altar del Carrer de La Mar Plaça de la Santa Creu, 2 - baix 46003 València


Edita: ALTAR DEL CARRER DE LA MAR Diseño: EMILIOPENYA Impresión: GRADOM . Artes Gráficas C/. Milagro, 4 - 46003 Valencia Tel. 963 923 637 gradom@gradom.com - www.gradom.com


SUMARIO Junta Directiva .................................................................................................. 5 Clavarios Mayores del Altar de la Calle del Mar ............................................. 6 Clavarios de honor y Colaboradores ................................................................ 7 Saluda del Arzobispo de Valencia...................................................................... 8

D. Antonio Cardenal Cañizares

Saluda de la Clavariesa Mayor 2018 ............................................................... 10

Dª Pilar Ineba Tamarit

Saluda de la Clavariesa Mayor 2019 ............................................................... 12 Dª Mª Carmen García Sentandreu Exaltación Clavariesa Mayor ........................................................................... 14 Rvdo. Sr. D. José García Sentandreu (L.C.) El Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer, ayer y hoy.................................................................................................17 D. José Vicente Castillo Peiró El Año Santo Vicentino en el Colegio Imperial Huérfanos de S. Vicente Ferrer ............................................................................ 22

D. José Ignacio Llópez Guasp, Clavario Director del Colegio Imperial

Los disciplinantes y la predicación de San Vicente ........................................ 24 D. José A. Heredia Otero o.p. Las predicaciones de San Vicente Ferrer en el antiguo Reino de Murcia (2) ..................................................... 26

D. Rafael Sáez Izquierdo

Humilitat, obediència i oració, regla de Sant Vicent ...................................... 28 D. Manuel Casaña Taroncher Siguiendo los pasos de San Vicente Ferrer por Borriol, Catí y Morella ....... 30

Dª María Dolores Boronat Ferre

El Estudiant Mort y Resusitat ........................................................................ 32 Vicent Donday Programa de Actos de las Fiestas Vicentinas de 2019 ................................... 34 Galería fotográfica 2018 .................................................................................. 35 Patrocinadores / Publicidad ............................................................................ 51 5



JUNTA DIRECTIVA DE LA ANTIQUÍSIMA ASOCIACIÓN DE SAN VICENTE FERRER DEL ALTAR DE LA CALLE DEL MAR Plaza de Santa Cruz, 2, bajo 46003 VALENCIA Consiliario: Presidenta: Vicepresidenta: Tesorero: Secretario: Vocales:

D. José Vicente Castillo Peiró Dª Mª Vicenta Borrell Alós Dª Mª Amparo Silvestre Guillén D. Joaquín Elizalde Urdanoz D. Luis J. Latorre Matute D. Vicente Marco Peris D. Pascual Andrés Torres Dª Josefa Armengol Montagud Dª Angelita Burgos Alcolea D. Antonio Piró López Dª Mª Mascarell Palop Dª Mª José Piró Mascarell Dª Pepita Pons Samper D. Manuel Sáez Izquierdo D. Fernando Navarro Máñez Dª Amelia Silvestre Domingo D. José M. Mascarell Palop Dª Mª Teresa Briz Monrós Dª Mª Pilar Gras Pérez Dª Mª Dolores Boronat Ferre D. Ángel Martínez Pons Dª Ana Pastor Martínez 7


CLAVARIOS MAYORES DEL ALTAR DE LA CALLE DEL MAR 1982: Excmos. Sres. D. Marcelino Alamar Belloch (d.e.p), D.ª María Dolores Llinas Adriaensens (d.e.p.) 1983: Excmos. Sres. D. Vicente Mortes Alfonso (d.e.p.), D.ª M.ª de la Concepción Roure Linhoff (d.e.p.) 1984: Excmos. Sres. D. Miguel Ramón Izquierdo (d.e.p.), D.ª Amparo Quiles Real (d.e.p) 1985: Excmos. Sres. D. Manuel Delgado Peñate (d.e.p.), D.ª M.ª Isabel Rodríguez López (d.e.p.) 1986: Excmos. Sres. D. Antonio Gómez Aleixandre (d.e.p), D.ª M.ª Julia Portilla Crespo (d.e.p.) 1987: Excmos. Sres. D. Domingo de Guzmán Guía Calvo (d.e.p), D.ª Nuria Llobet Olivella 1988: Excmos. Sres. D. Antonio Beaus Codes (d.e.p), D.ª Amparo Climent Gil 1989: Excmos. Sres. D. Rafael Gómez-Ferrer Sapiña (d.e.p), D.ª M.ª José Navarro Toledo 1990: Excmos. Sres. D. Francisco Llovera de Yriarte (d.e.p.), D.ª M.ª Fernanda Manglano Trenor 1991: Excmos. Sres. D. Antonio López Sellés (d.e.p), D.ª Emilia Camps Tarazona (d.e.p) 1992: Excmos. Sres. D. Augusto Vidal González (d.e.p), D.ª Amparo Blasco Argilés (d.e.p.) 1993: Excmos. Sres. D. José Luis Micó Argilés (d.e.p.), D.ª M.ª de la Concepción Chofre Ferri 1994: Excmos. Sres. D. Antonio Sánchez Ariño, D.ª Isabel de Quintanilla Saenz 1995: Excmos. Sres. D. Rafael Tormo Aguilar, D.ª Inmaculada Hernández Castillo 1996: Excmos. Sres. D. Joaquín Borrell García, D.ª Carmina Martínez Ortuño 1997: Excmos. Sres. D. Vicente Domínguez Calatayud, D.ª Carmen Calomarde Piquer 1998: Excmos. Sres. D. Juan-Manuel Llopis Giner, D.ª Magda Torrero Muñoz 1999: Excmos. Sres. D. Emilio Vicente Orts Calabuig, D.ª Inmaculada Hernández Misert 2000: Grupo de 25 Clavarios Mayores 2001: Excmos. Sres. D. Luis J. Latorre Matute, D.ª M.ª Amparo Silvestre Guillén 2002: Señoras Clavariesas de la Junta Directiva 2003: Sras. D.ª Rosario Molina Gómez (d.e.p.), D.ª Josefa Molina Gómez 2004: Sras. D.ª Rosario Molina Gómez (d.e.p.), D.ª Josefa Molina Gómez 2005: Sras. D.ª Rosario Molina Gómez (d.e.p.), D.ª Josefa Molina Gómez 2006: Rvdo. Sr. D. José Vicente Castillo Peiró 2007: Rvdo. Sr. D. José Vicente Castillo Peiró 2008: Excmos. Sres. D. Joaquín Elizalde Urdánoz, Dª. Mariví Borrell Alós 2009: Excmos. Sres. D. Joaquín Elizalde Urdánoz, Dª. Mariví Borrell Alós 2010: Fundación Bancaja 2011: Excmos. Sres. D. Leandro Martínez David, D ª. Encarnación Andrés Ambrona 2015: Excma. Sra. Dª Francisca Cortés Pérez 2016: Excma. Sra. Dª Mª Dolores Boronat Ferre 2017: Excma. Sra Dª Marieta Martínez Casañ 2018: Excma. Sra. Dª Pilar Ineba Tamarit 2019: Excma. Sra. Dª Mª Carmen García Sentandreu 8


CLAVARIOS DE HONOR Y COLABORADORES Soledad Parra Isabel Mª García Sentandreu Mercedes Ortiz Pilar Pradas Calabuig Carlos Soler d’Hiver Pedro Arrue de Mora Francisco Henche Mª Luisa Climent Inmaculada Arnau López Mª Remedios Jordán Bernat Mercedes Mateu Camundi Teresa Guillot Gil Eva Cholvi Gómez Mª José Bort Millán Mª Carmen Sentandreu Gimeno Mª Fernanda Gómez Bort Rosa Peñas Castelló Jose Luis Suano Furest Carmen Merita Olagüe Carmela Morell Casañ Mª Pilar Arce Embuena Ana Ineba Tamarit Vicente Adán Ten Mª Dolores Tos Boix Mª Dolores Alabarta Benavent Marisa Sánchez de Donderis Adela Raga Espuig Lupe Chuliá Bueso Marina Cervera Boíls Dolores Calvete Sala Isidro Calvete Sala Amparo Calvete Sala Mª Teresa Gironella Pallarés Isabel Estrela Gozalbes Josefina de Scals Sichar Mª Dolores Hernández Seoane Amanda Jiménez Jalón Mª Rosa Reyes Rodrigo Rosa Arnedo Minguez Pilar Gómez Casañ Cristina Sala Andrés Teresa Andrés Puchol

Rvdo. José Vicente Castillo Peiró Mª José Navarro Toledo Mª Fernanda Manglano Trénor Inmaculada Hernández Castillo Rafael Tormo Aguilar Emilio Vicente Orts Calabuig Inmaculada Hernández Misert Luis José Latorre Matute Mª Amparo Silvestre Guillén Joaquín Elizalde Urdánoz Mariví Borrell Alós Leandro Martínez David Encarnación Andrés Ambrona Francisca Cortés Pérez Mª Dolores Boronat Ferre Marieta Martínez Casañ Pilar Ineba Tamarit Mª Carmen García Sentandreu Josefa Armengol Montagud Angelina Burgos Alcolea Mª José Piró Mascarell Pepita Pons Samper Pascual Andrés Torres Manuel Sáez Izquierdo Mª Teresa Briz Monrós Mª Pilar Gras Pérez María Mascarell Palop Jose Manuel Mascarell Palop Fernando Navarro Mañes Antonio Piró López Amelia Silvestre Domingo Vicente Marco Péris Ángel Martínez Pons Ana Pastor Martínez Aurora Serneguet Serra Valentín Borrell Serneguet Lucía Borrell Frontera Victoria Sales Blasco Carolina Sales Blasco Amparo Latorre Silvestre María Cano Latorre Carla Cano Latorre 9


Valencia, 15 de enero de 2019 Queridos hijos e hijas: Saludo afectuosamente a los miembros de la Asociación de San Vicente Ferrer del Carrer de la Mar, el Altar más antiguo de Valencia, de 1461, y a todos aquellos que participarán en estas entrañables fiestas dedicadas a este gran Santo valenciano. San Vicente es hoy para nosotros un estímulo para reavivar nuestra vocación bautismal, que no es otra que ser santos como Dios es santo, buscar los bienes de arriba, no contentarse con una vida mediocre. A los cristianos hoy se nos pide seguir a Cristo con una vida nueva, ser creyentes arraigados en Cristo, ser hombres y mujeres nuevos con una vida conforme al Evangelio y llevar a cabo la obra de la evangelización. Estamos todos llamados a hacer presente el Evangelio de Jesucristo en nuestros días, en nuestra sociedad, con nuestra vida coherente, conforme a las bienaventuranzas y la caridad, sobre todo con los más necesitados, los más pobres; a ser testigos auténticos y creíbles de la caridad en medio del mundo. Hemos convocado un Año Vicentino, ante el VI Centenario de la muerte de nuestro gran Santo valenciano, que se cumplirá el 5 de abril de 2019. Deseo para todos vosotros, y para todos los valencianos, que este tiempo de preparación nos ayude a conocerlo un poco más y nos impulse a imitarlo en su espíritu eclesial y evangelizador, para recomponer y tejer el tejido social de la sociedad actual con este espíritu evangélico que siempre le caracterizó. Que san Vicente interceda en este tiempo por todos nosotros, para que fieles a nuestras raíces cristianas, seamos santos en medio de la sociedad. Cordialmente en Cristo Jesús

+ Antonio, Card. Cañizares Arzobispo de Valencia

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Querida familia vicentina:

Ya ha pasado un año, un año muy feliz para mí.

Gracias a San Vicente y a vosotros, he podido ahondar y aprender más sobre la vida de este Santo tan nuestro, no solo como personaje de la Iglesia Católica sino también su vertiente histórica. Igualmente, me habéis ayudado a tratar de mejorar un poquito más como persona, reflexionando sobre lo que nos une a todos: la fe católica, con vuestras palabras y ejemplo. Tampoco puedo olvidar la manera en cómo me habéis acogido, con tanto cariño que yo no olvidaré nunca.

Espero seguir viéndoos durante muchos años. ¡¡Viva San Vicente Ferrer y la familia Vicentina!! Un fuertísimo abrazo Pilar Ineba Tamarit En Valencia, marzo de 2019

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CLAVARIESA MAYOR 2018

Excma. Sra. Dª Pilar Ineba Tamarit 13


Queridos miembros del Altar del Mar, “bona gent”:

¡Que título tan maravilloso!

Con él San Vicente nos ofrecía el mayor reconocimiento que a una persona se le puede hacer. Eso es lo que este Año Jubilar tengo la oportunidad, gracias a vuestra generosidad, de comprobar. Todo lo que nuestro Santo nos pedía, nos ofrecía, todo, era y es esto. Su máxima enseñanza, el camino que nos mostraba, era para llegar a obtener la dignidad de BONA GENT. Os agradezco infinito que me hayáis puesto a la vera de San Vicente Ferrer, espiritualmente y, pronto, de su imagen. Anhelo recibirla en mi casa. Se que trabajáis denodadamente para mantener vivo el espíritu vicentino y por ello sois un ejemplo para mi.

Mis más sinceras gracias. ¡VIXCA LA BONA GENT! Y ¡VIXCA SAN VICENT! Ma Carmen García Sentandreu En Valencia, abril de 2019

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CLAVARIESA MAYOR 2019

Excma. Sra. Dª Mª Carmen García Sentandreu 15


Exaltación de Dª Mª Carmen García Sentandreu como Clavariesa Mayor del Altar del Mar - Sr. Rector de esta Iglesia de S. Juan del Hospital, Don Carlos Cremades. - Honorable Clavariesa de las Fiestas Vicentinas 2019. - Clavariesa Mayor 2019 del Altar del Carrer del Mar. - Junta Central Vicentina. - Componentes del Altar del Mar. - Honorables Clavariesas de años anteriores. - Presidentes de Altares y Clavarios Mayores 2019. - Reinas de Altar. - Representantes del Muy Ilustre, Leal y Virtuoso Capítulo de Caballeros Jurados. - Damas de San Vicente. - Seguidores de la Virgen y Presidente. - Representantes de Lo Rat Penat. - Clavariesa Mayor del Santo Cristo de la Fe del Barrio de Sagunto. - Autoridades religiosas, civiles y militares. - Vicentinos todos. - Señoras y señores. - Bona gent. Qué venimos a celebrar aquí. Qué tendríamos que llevarnos esta tarde en nuestros corazones. San Vicente recorrió media Europa con un único fin: cumplir el mandato del Señor de predicar su Palabra y difundir su Caridad, de mover y remover conciencias y llevarlas a la conversión real a la única Verdad. Por tanto, el mismo san Vicente hoy nos pide, a todos, por su gloriosa memoria, nos pide no hacer de este acto algo meramente social. Hermanos hagamos de este acto algo realmente vicentino y, por ello, algo fructífero para el alma. A san Vicente no le gustaban las palabras, las acciones vanas. Qué tendríamos que llevarnos, cada uno de nosotros, en nuestros corazones esta tarde. Que este acto sea realmente vicentino en lo más profundo de nuestras conciencias. Mi hermana Maricarmen me ha insistido que este acto no se centre en ella. Que este acto sea ante todo exaltación a san Vicente y a la familia, a una familia vicentina en concreto, pero en definitiva, a cualquier familia vicentina. Porque Maricarmen, como todos sus hermanos, ha sido bautizada en la bendita pila de la Parroquia de Santo Tomás, donde como sabemos Vicente también lo fue. Ella, como sus hermanos, ha bebido desde pequeña de las aguas benditas de la pila del Pouet, junto a la cual, muy cerca, nuestra querida abuela Carmen quiso vivir y morir. Qué hermoso recordar la voz de la abuela que, desde muy pequeños y repetidamente, nos exhortaba: “San Vicente, de tu mano siempre”. Y después de ella, nuestra querida madre y nuestra querida tía. Qué hermoso 16


recordar la ilusión infantil con la que en cada Navidad nos acercábamos, desde nuestra calle de la Paz, a contemplar extasiados el magnífico Belen del Pouet. Belén con el que, durante tantos años, colaboró en su montaje nuestro querido padre.

Sí, una familia y unos hermanos vicentinos que, a medida que iban teniendo uso de razón, iban entendiendo cada vez más, y cada vez que cruzaban el umbral de la capilla del Pouet, el sentido del dedo vicentino. Una clara enseñanza de… hacia dónde se debían dirigir nuestras miradas y nuestros corazones. A Deu doneu-li gloria. Sólo a Dios. Sólo a Dios. Por eso, rememorando la fuerte voz de San Vicente, nos preguntamos, nos debemos preguntar todos, una vez más, qué podemos hacer en nuestras familias, en nuestra sociedad valenciana, española y europea para que Dios vuelva a ser Señor de estas tierras, Señor de nuestras familias, auténticamente Señor. Porque igual que nuestro santo no se inhibió de los asuntos familiares y eclesiásticos, sociales y políticos de su época, tampoco nosotros. Desde el milagro del mocadoret hasta el compromiso de Caspe, pasando por el gran cisma de su tiempo, San Vicente nos recuerda hoy que no podemos, no podemos enajenar17


nos de los problemas familiares, sociales, políticos o eclesiales que nos rodean y nos acechan. Hasta con violencia nos acechan. Pero la gran pregunta es cómo San Vicente pudo llegar tan lejos e influir tanto en su época. Porque de la respuesta a esta pregunta sacaremos luz para lo que también nosotros deberíamos llegar a realizar. Porque, ¿somos realmente conscientes de lo que, muchos de nuestros políticos y demás líderes sociales, están haciendo con nuestra patria valenciana y española? ¿Somos conscientes de lo que algunos pastores, falsos pastores, están haciendo o dejando de hacer en nuestra Santa Madre la Iglesia? ¿Nos duele, nos duele eso y el sufrimiento de tantas y tantas familias, confundidas, perdidas? Sí, San Vicente siempre tuvo una palabra atinada y vehemente ante tanto problema. Pero no fue su elocuencia su arma más poderosa. No. Y vivió inmerso en oración profunda y sincera, por supuesto, diaria. Pero no sólo esa oración es lo que le llevó tan lejos. Cuál fue el detonante de tan amplia autoridad moral y de tanta eficacia evangelizadora y taumaturga. Qué le hizo ser una figura tan inmensa en su época, para su época. ¿Cuál fue el detonante? La coherencia. Una vida coherente. Sacerdote, religioso coherente. En definitiva un cristiano coherente. Fiel a su norma y principios, austero y penitente, rechazando honores, conciencia insobornable y caridad permanente. Por eso, San Vicente, nos reclama hoy, en este su año Jubilar, nos reclama coherencia. A la madre, al padre, al hijo y al hermano. Al empresario, al obrero, al político y al pastor. A ese, al que se dice cristiano. Coherencia. Urgen vidas coherentes, cristianos de verdad. Porque los tiempos no son buenos, porque el tiempo apremia, apremia y mucho. Timete Deum. Timete Deum. Por eso quiero agradecer públicamente a mi hermana que, en lo que le toca, se esté preocupando continuamente de la familia. En eso también es vicentina. Y le pido que siga yendo a donde el mocadoret le guíe, como le ha guiado hasta esta ceremonia. Eso deseo hoy a todos los presentes, que seamos vicentinos, vicentinos de los de verdad. Que nos dejemos llevar siempre del mocadoret de San Vicente, que sabrá guiarnos hacia lo mejor. Y por eso, que no nos falte ni un solo día de nuestras vidas una obra, un gesto, tan si quiera una palabra de auténtica caridad cristiana. Que seamos vicentinos de verdad. Vixça Valencia y Vixça san Vicent. Rvdo. Sr. D. José García Sentandreu (L.C.)

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El Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer, ayer y hoy Capítulo 1º. Recién inaugurado el nuevo año 1409, una carta del rey de Aragón, Martín el Humano, apremiaba al predicador valenciano Vicente Ferrer, a la sazón en Italia, a dirigirse a su Reino, ya que barruntaba graves crisis sociales. El reino de Valencia, desde finales del siglo XIV, estaba sumido en discordias civiles, encabezadas por dos familias enconadamente enfrentadas, la de Gilberto Centelles y la de Jaime Soler. La anarquía reinante causaba tales tropelías, que se llegó hasta verter sangre, cual encarnizados y mortales enemigos. Desolación y atrocidades por doquier. Nada ni nadie consiguen apaciguar a los valencianos. En estas circunstancias, los Jurados de Valencia recurren a su paisano el fraile dominico Vicente Ferrer. Y volvía, de nuevo a Valencia, Fray Vicente Ferrer el 29 de septiembre de 1410. Resueltos los asuntos para los que fue llamado, permanece un corto espacio de tiempo en Valencia, dedicado a la tarea de la predicación. Apaciguados los ánimos, la justicia y la paz han encontrado asiento en el corazón de los valencianos. Pero queda en evidencia una de las secuelas de aquellos largos y enconados enfrentamientos fraticidas: Por doquier pululan infantes y adolescentes al socaire de la orfandad, del hambre y del pillaje. Así, pues, “El Glorioso Padre y Patrón San Vicente Ferrer. movido del ardiente celo de su caridad, fundó en esta Ilma. Ciudad de Valencia, su Patria, en el año 1410… un Colegio o Seminario donde se criasen y educasen los Niños Huérfanos totalmente desamparados y perdidos, señalándoles su sitio en la calle de San Vicente (mártir) desta Ciudad, a la esquina del Callizo nombrado de D. Juan Proxita, por donde se pasa, por baxo un soportal o cobertizo, al Colegio de San Pablo, en frente de la plaza del Convento de San Agustín, y dedicando, e intitulando este Colegio, o Seminario con el nombre del Santo Niño Perdido”. El lugar para albergar a los huérfanos, era, pues, “un Hospital con la invocación de María Santísima que Ramón Guillem Catalá, Ciudadano de conquista, fundó en esta Ciudad de Valencia”. San Vicente Ferrer “encargó el cuidado y educación de ellos, (los huéfranos), a sus Discípulos llamados también Beguines, que tenían su Congregación o Cofradía en el dicho Hospital, y continuaban en cuidar de los que tomavan disciplina en las Procesiones de penitencia”. Capítulo 2º. Aceptado por los Beguines tan caritativo encargo de San Vicente Ferrer de cuidar y atender y dar alimento a la niñez huérfana, continuaron ellos sus desvelos en obra tan pía. Con el decurso de los años decae aquel entusiasta fervor de los cofra19


des, reflejado palpablemente en el Códice de las primitivas constituciones. Pero allí estaba el celo pastoral del Patriarca y Arzobispo de Valencia San Juan de Ribera, que fijó su atención a los niños de San Vicente un tanto desatendidos e informa al rey Felipe II. Y el mismo rey manda de inmediato se gire una inspección. A resultas de la visita, el Rey, por carta, ordena y, a la vez, establece la personalidad jurídica del Colegio vicentino. En cumplimiento de esta Real Orden, el Virrey de Valencia, que lo era el “Ylustrísimo y Excelentísimo Señor Don Francisco de Moncada Marqués de Aytona… Llochtinent y Capitá General, por provisión de 6 de julio del mismo año 1593, mana als Reverents, Nobles, Magnifichs y amats de sa Magestad los Canonges y Capitul de la Seu, Jurats de la present Ciutat, y Deputats del Hospital General de aquella” designen y nombren las personas, que, de ahora en adelante, habrán de ser los Administradores del Colegio y Casa de los Niños de San Vicente.” Con esta nueva fisonomía de gobierno, el Colegio adquiere más permanencia en su porvenir. Con el tiempo, este Hospital quedó insuficiente, para albergar a tanta niñez huérfana. Por esto, cuando en 1609 quedó sin moradores la Casa del Emperador, que Carlos I de España y V de Alemania mandó levantar en Valencia, para acoger y educar a los hijos de los moriscos, mossén Cristóbal Navarro, Clavario Director de los huérfanos, acude a la Corte de Madrid, en lo mes de oct. 1609, pera suplicar a Sa Majd fes alguna merced a la Cassa, de la cual anada resulta el fer merced sa Majd del Collegi dels moriscos als chiquets de St. Viicent. Pero esta donación del rey Felipe III, concedida por Real Cédula del 11 de marzo dxe 1620, no podía llevarse a efecto, “hasta que viniesse Beneplácito de su Santidad para ello”. Capítulo 3º. En cumplimiento de esta Real Orden, el virrey de Valencia, que lo era el “Ylustrissimo y Exelentissimo Señor Don Francisco de Moncada Marqués de Aytona… Llochtinent y Capitá General, por provisión de 6 de julio del mismo año 1593, “mana als Reverents, Nobles, Magnifichs y amats de sa Magestad los Canonges y Capitul de la Seu, Jurats de la present Ciutat, y Deputats del Hospital General de aquella” designen y nombren las personas, que, de ahora en adelante, habrán de ser los Administradores del Colegio y Casa de los Niños de San Vicente. Con esta nueva fisonomía de gobierno, el Colegio adquiere más permanencia en su porvenir. Mientras, el rey Felipe III muere el 31 de marzo de 1621. El heredero 20


de la Corona española, su hijo Felipe IV, por su Real Carta, en fecha 12 de marzo de 1622, dirigida al arzobispo de Valencia, Fr. Isidoro Aliaga, O.P. (1612.1648), daba cumplimiento a la voluntad de su padre. La cesión real estaba ya confirmada. Las gestiones de la Curia Pontificia culminaron con la Bula, que expidió el Papa Urbano VIII, en Santa María la Mayor de Roma “sub annulu Piscatoris”, el 8 de junio de 1624. Y, presto, el rey Felipe IV, “considerando el deseo de su Padre de que los Hijos Huérfanos de S. Vicente Ferrer ocupassen y pasassen a vivir perpetuamente en el Colegio Imperial de su Patronato Real”, fundado por su bisabuelo en la ciudad de Valencia, escribió a los Jurados de la Ciudad: A los

amados y fieles míos los jurados, Racional y Síndico de mi Ciudad de Valencia. EL REY. Amados y fieles míos, al Arzobispo de esa Ciudad escribo embiándole el beneficio que su Santidad ha dado para que tenga execución la merced que he hecho a los Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer de esta ciudad de la casa que era antes como sabéis colegio para la criança de los niños hijos de moriscos convertidos a nuestra santa fe por aver cessado con la expulsión el instituto de su fundación, y tener ellos necesidad de ensancharse de casa por ser estrecha la que tienen (…). Datis en Madrid a 12 de Marzo 1622. Yo el Rey. La cesión fue aprobada por Bula del Papa Urbano VIII, en Santa María la Mayor de Roma, “sub anulo Piscatoris”, el 8 de Julio de 1624. Y, presto, el rey Felipe IV giró cartas a Valencia, una al arzobispo Fr. 21


Isidoro Aliaga y otra, por mediación del Virrey, a los Jurados, para que éstos se encargaran de cumplir y aquél, de ejecutar el paso de los Niños Huérfanos de San Vicente al Colegio del Emperador. De tan fausto acotecimiento el Clavario Mossén Cristóbal Navarro dejó escrito en su “libre Major” que en el año 1624, Nohembre 6. Dit día passaren los chichs al Collegi del Emprerador y dormiren en la nit en dit collegi. Como memoria viva de su padre fundador, los niños y las niñas huérfanos lleváronse consigo el Santo Cristo de la Penitencia, que veneró el mismo San Vicente Ferrer, un “Niño Jesús, de quien se dezía avia sido su Oráculo y una imagen de San Vicente, de piedra de mármol, que colocaron sobre la puerta de la iglesia, dentro del Colegio”. Al posesionarse los niños de San Vicente Ferrer de la Casa del Emperador, ésta pasará a ser llamada con el nombre “Colegio Imperial”. Capítulo 4º. El Colegio del Emperador, que desde el 6 de noviembre de 1624 venía siendo ocupado y nominado “Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer” y que para tantos miles y miles de huérfanos y huérfanas fue su hogar por espacio de más de tres siglos, se hundió en parte, al mediodía del 8 de Octubre de 1968, con ocasión de unas necesarias reformas. La Junta de Administración y Gobierno del Colegio hubo de tomar medidas extremas, a fin de continuar la Obra institucional. Pero, en verdad, la desolación y el dolor de tal hundimiento no derrotaron el espíritu y la firme esperanza del Clavario.-Director, Muy Iltre. Sr. D. José Sastre Ferrer, quien, en la sesión de la Junta de 18 de Octubre, por tanto, diez días después del siniestro, da cuenta del deseo manifestado por el Sr. Presidente (obligaciones ineludibles le impidían asistir) de que se reanudasen cuanto antes las actividades del Colegio, esann cuanto a la educación de los niños se refiere, fin primordial que debe cumplir el Colegio. Y en esta sesión de la Junta se toman decisiones a un ritmo muy rápido: -Los niños y niñas necesitan urgentemente una Casa. Y, provisionalmente, en los primeros días del mes siguiente, noviembre todos los huérfanos se instalan en las Colonias de Verano, junto al Pantano de Benagéber. -En septiembre de 1969, el Colegio se traslada al poblado de San Antonio de Benagéber, distante de Valencia catorce kilómetros, ocupando la Colonia de San Marcelino, regentada por Cáritas Diocesana, para albergue provisional y para la docencia de los colegiales y colegialas. -También se consiguieron los permisos ministeriales para derribar el viejo edificio del Colegio de Valencia, para adquirir nuevos terrenos en donde 22


construir las nuevas edificaciones y para concertar los créditos indispensables. -El 22 de noviembre de 1972, los señores de la Junta toman el firme acuerdo de levantar el nuevo Colegio y adjudican la obra a la empresa “Construcciones Querol, S.A., que, por su reconocida valencianía y afecto al Colegio, acepta la propuesta. Ésta incluye ya iniciar de inmediato las obras accesorias, pero precisas, mientras llega el decreto ministerial de 22 de febrero de 1973, declarando de “interés social” el proyecto de construcción del Colegio. -La constante y responsable actuación de la Junta de Administración y Gobierno hace vibrar a técnicos y constructores, fijando el año 1977 como plazo, para que las nuevas obras del Colegio tengan ya propia vida cobijan a los huérfanos, esencia de su ser y de existir. Por primera vez, el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer construía de planta una nueva Casa. A esta Casa llegaban a tomar posesión el Clavario-Director, Rvdo. D. José Vicente Castillo Peiró y la Comunidad de Hijas de la Caridad, en la mañana de 14 de julio de 1977. El seus chiquets y chiquetes, el día 18 de Septiembre, a los que abrazaba con calor de hogar y de padre San Vicente Ferrer.

Calle Lauria - Valencia

Epílogo. El milagro perenne de San Vicente Ferrer es su Colegio Imperial de Niños Huérafanos, que él mismo fundó en su querida Valencia en el año 1410.

José Vicente Castillo Peiró 23


El Año Santo Vicentino en el Colegio Imperial Huérfanos de S. Vicente Ferrer Comenzábamos el año con la noticia, que nos llenó de alegría, de la solicitud a la Santa Sede, por parte del Sr Cardenal Arzobispo, D. Antonio, de un jubileo para la celebración del VI centenario de la muerte de San Vicente Ferrer y con ello, que nuestro querido Colegio fuera lugar jubilar. En el mes de febrero, llegó la autorización y comenzamos los preparativos para que este año fuera un acontecimiento de gracia extraordinario. El 9 de abril se inauguraba el Año Santo en la Catedral y el 10 de abril, con motivo de la fiesta de San Vicente Ferrer en el Colegio, se inauguraba aquí, para toda la comunidad educativa. Muchos han sido los actos y actividades orientados a destacar la figura y la obra de San Vicente Ferrer y el Colegio que él fundara para la educación de los niños y niñas huérfanos de Valencia. Así, todas las actividades habituales de carácter religioso se han impregnado de este sentido jubilar del Año Santo: Misa, confesiones, oraciones, festividades. Cabe destacar, que la misa semanal de los colegiales (jueves, a las 20h) se ha instituido como misa del peregrino: muchos grupos han aprovechado la circunstancia para conocernos mejor y estar con nosotros. También la pastoral se ha visto teñida con este carácter jubilar: la oración diaria de los colegiales, mes de María (mayo), final de curso escolar (19 junio), entrega de oracionales vicentinos (21 junio), objetivo marco del curso (2018-2019).

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También, los momentos que van jalonando el curso escolar, jubileo de los trabajadores (1 de septiembre), jubileo de las familias (9 septiembre), jubileo del patronato y benefactores (8 noviembre). Es especialmente destacable la celebración del jubileo de los excolegiales, en su día anual, 1 de mayo, marcado este año santo con la misa jubilar. De manera extraordinaria, hemos adaptado nuestras programaciones educativas con los objetivos del Año Santo. Así, hemos visitado con los colegiales los lugares vicentinos de Valencia (12 abril), la Peregrinación Jubilar del Año Santo a Vannes (4-9 julio); el trabajo académico sobre el camino de San Vicente Ferrer (2 ESO), el cartel del Colegio (fachada de la iglesia), y la jornada festiva con los niños amigos de San Vicente (10 noviembre) organizada por la Junta Central Vicentina. De particular relieve son las dos exposiciones vicentinas sobre el Colegio: una virtual (www.colegioimperialsanvicente.es) e itinerante, L’obra + viva del valencià + sant (2 paneles expositivos por cada vicaría, 8/15 días en cada parroquia); y la exposición permanente sobre el +600 aniversario del Colegio. El alcance real de todas estas iniciativas, no puede ser debidamente reflejado en estas necesariamente breves líneas. Queda, pues, resaltada la trascendencia de lo que está significando este acontecimiento del año santo Vicentino para nuestro amadísimo Colegio y para la gran familia que constituye esta Comunidad Educativa. D. José Ignacio Llópez Guasp, Clavario Director del Colegio Imperial

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Los disciplinantes y la predicación de San Vicente ¿Quiénes eran los llamados, disciplinantes? son las diferentes personas o grupos de penitentes que acompañan San Vicente en su predicación. Son gentes que han escuchado la predicación vicentina y se han convertido, dando así un giro radical a su vida, ayudados por el ejemplo, la enseñanza y el testimonio que brota de su figura. Es una predicación eminentemente cristocéntrica y encaminada al conocimiento y a la unión con Jesucristo, camino, verdad y vida. Así, por ejemplo, en uno de sus sermones, concretamente en el de la fiesta de San Bartolomé, nos habla de la perfección espiritual, la cual, nos dice el santo, que requiere tres cosas: Oración espiritual, obediencia universal y aflicción de mártir1. Lo primero es pues, la amistad espiritual u oración espiritual, que consiste en contemplar a Jesús en su humanidad, en concreto contemplarlo en su pasión y muerte. Lo segundo, es la obediencia universal, que corresponde a lo que sería el objetivo de la contemplación, esto es: el seguimiento de Cristo, pues su vida y sus obras son el modelo que todo cristiano deberá seguir. Lo tercero, es la aflicción de mártir. Es decir, que uno está dispuesto a cambiar de vida y es ahí donde podemos colocar la penitencia o flagelación como signo claro y evidente de que el penitente, está dispuesto a cambiar de vida, mostrándose a sí mismo y a los demás que está dispuesto a vivir de otra manera y de que esto ha tenido como punto de arranque la predicación del Padre Vicente. Es por tanto un converso, al que la presencia de otros en sus mismas circunstancias, ayuda y refuerza. Evidentemente, que la presencia pública de estos «cofrades», flagelantes, tiene también un sentido pedagógico pues sirve de ejemplo a los demás y muestra a las claras, la eficacia y la fuerza de la predicación, la cual no ha caído en tierra pedregosa o estéril. Así a la presencia de signos y milagros, hay que añadir la presencia de estos testimonios vivos. Ya, la vida de San Vicente constituía también una llamada a la conversión y al cambio por medio de su vida austera y entregada a la predicación por entero, a la oración, y al estudio, como elementos que sin duda alimentaban su apostolado. La jornada vicentina, solía comenzar a las dos de la mañana, después de haberse acostado hacia las ocho de la tarde sobre un jergón o directamente en el suelo. Tras el rezo de maitines, a las tres de la mañana, hacía una hora de oración y después la flagelación. Venía luego, la preparación del sermón y con el alba los laudes, después, celebración de la misa solemne y predicación, a veces hasta de seis horas. Comida, normalmente de abstinencia, un poco de descanso y por la tarde la dedica a encuentros con religiosas, religiosos, sacerdotes, autoridades, familias etc. muchos necesitaban de su palabra pacífica y pacificadora. En torno a las veinte horas su jornada terminaba. 26


Por otra parte, la flagelación, que él mismo practicaba, era algo conocido. Ya San Benito en el siglo VI la proponía a sus inonjes, luego esto llegó también a los laicos hasta crearse las llamadas «cofradías pasionistas» que habiendo llegado a algún que otro exceso, fueron prohibidas en el siglo XVIII. Pero como bien podemos pensar, todo esto, responde a ese deseo de unión con Cristo y a la gravedad de la situación, marcada por grandes calamidades humanas, como la peste y las costumbres no muy edificantes de aquellas gentes, que por otra parte, vivían sunidos en la ignorancia. Estos movimientos nacían pues con el propósito de reparar, pedir perdón, en una palabra, congratularse con el mismo Cristo que se ofreció por todos y murió por todos y nos trajo la salvación, el perdón de los pecados. Así pues, nada de extraño tiene que en la predicación de San Vicente, que eran todo un acontecimiento de masas, en donde abundaba la música y el canto, también estuvieran presentes «los disciplinantes», lo que daba al acontecimiento una especial fuerza y poder convictorio, lo cual, como podemos imaginar, era también semillero de grandes conversiones y permitía que todo ello quedara especialmente impreso en el oído, en la retina, en el corazón y en la memoria de los fieles. Ellos mismos habían visto aquellos signos y habían escuchado aquellas palabras conmovedoras y se habían sentido llamados también a la conversión. No es fácil encontrar muchos casos así a lo largo de la historia. Nosotros tenemos la suerte de tenerlo presente especialmente en este año vicentino y sabiendo que intercede por todos nosotros ante el Padre. José A. Heredia Otero o.p. 1

Jose Jaime Brosell Gavilá, la sangre de Cristo en la historia de la espiritualidad, la piedad popular y la teologia valenciana, en Facultad de Teología San Vicente Ferrer, Actas del XVII Simposio de Teologia histórica, Valencia, 2018, 173. 27


Las predicaciones de San Vicente Ferrer en el antiguo Reino de Murcia (2) Como continuación al artículo publicado en el llibret del año 2014, voy a seguir dando cuenta de las predicaciones que S. Vicente Ferrer hizo, el año 1411, en el antiguo Reino de Murcia, teniendo en cuenta que, en esa época, el reino de Murcia estaba compuesto de Murcia y Albacete. Parece ser que la venida del predicador dominico a Murcia la propuso D. Pablo de Santa María, Obispo de Cartagena. Se deduce por unas cartas que los jurados y justicias de Orihuela enviaron al obispo en las que informan de los buenos resultados que habían producido en la zona las predicaciones, que tuvieron lugar en enero del citado año, y le hablan de la obligación que se han impuesto de rogar a Dios por la vida del predicador y del obispo, ya que “per vostra adreça aquell vene en aquesta terra”. Es probable que los inicios de la venida sean las relaciones amistosas entre el fraile y el prelado, fortalecidas en el entorno y servicio a Benedicto XIII, cuya relación en ese momento eran bastante buenas. Los sermones que están documentados en el “Sermonario de S. Vicente Ferrer, que se encuentra en el Real Colegio-Seminario del Corpus Cristi de Valencia” son por este orden, siguiendo la ruta que realizó: En Lorca estuvo del 28 de marzo al 7 de Abril y predicó el sermón “Dichosos los que oyen la palabra de Dios” (Lc 11); el miércoles 8 de abril estuvo en Librilla y dio dos sermones “Uno solo es vuestro Padre, el que está en los Cielos” y “Vosotros subid a la fiesta” (Mt23) El jueves 9 de Abril, Jueves Santo, regresa a Murcia dispensándosele un gran recibimiento. Fue hospedado en el Real Monasterio de Predicadores de Santo Domingo, los que hicieron construir en la fachada del mismo Monasterio un entablado muy alto con su correspondiente cátedra o púlpito, y en la celebración de la Cena del Señor, predica “Haced esto en conmemoración mía” (Cor11) y el día 10, Viernes Santo, predica el sermón de la Pasión bajo el título “Secundum legem debet mori” (Conforme a la ley, debe morir) del evangelio de S. Juan en su capítulo 19. Hay que hacer constar que los sermones de Fray Vicente solían durar más de dos horas, pero en el caso del Viernes Santo tuvo una duración de seis horas, pero los oyentes que se calcularon en diez mil personas de dentro y fuera de la ciudad, no se cansaban ni aburrían. El Domingo de Resurrección el lema fue “Resucitó no está aquí” (Mc16). En Murcia, al igual que en todos los lugares por los que estuvo, el dominico valenciano Fray Vicente Ferrer atrajo el fervor y el entusiasmo de la gente. Pero además sus sermones tuvieron inmediata repercusión en la vida ciudadana y en la política concejil. Es inevitable la referencia a la intervención de S. Vicente en la promulgación de leyes de segregación de las minorías étnicoreligiosas que convivían por aquel entonces, judíos, musulmanes y cristianos.

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Pero igualmente importante fue la labor pastoral en los medios rurales y urbanos, que contribuyó a un reajuste o delimitación social, económica y espiritual. También en Murcia los regidores se hicieron eco de los beneficios que habían reportado a la convivencia ciudadana los sermones de Fray Vicente. En las Actas Capitulares del Concejo se destaca que “por sus palabras que predica muchas personas, así cristianos como judíos e moros por oír las dichas palabras se le mueve la voluntad para perdonar, así muertes de sus padres e de sus madres e hermanos e de otros sus parientes, como ofensas e injurias”. Con motivo de su estancia se apaciguaban los bandos que tenía encendida la ciudad. Esta pacificación se basaba sobre una propuesta evangélica, pero además se apoyaba también sobre una validación jurídica que le daba sentido y fuerza. En la misma compañía del santo iba un notario apostólico llamado Leonardo García que levantaba acta de concordia de los acuerdos y reconciliaciones entre los bandos. Pero, además, el paso de San Vicente por Murcia y el contenido de sus sermones en pro de la conversión de los judíos y la presión social sobre éstos, dará como resultado lo que entonces se consideró como la posible solución del problema social que esta comunidad suponía. La conversión al cristianismo de algunos Rabinos, que no tenían oficios artesanos, sino que vivían de los donativos que los miembros de sus comunidades les aportaban, una vez convertidos, dejaban a éstos sin medios económicos con qué vivir y Fray Vicente les gestionó que el Concejo les apoyara en sus necesidades para poder subsistir, así como a encontrar vivienda fuera del barrio judío. Fray Vicente también potenció, el “Studium o escuela de la lengua árabe” creada en el convento de los Padres Dominicos de Murcia, por San Raimundo de Peñafort en 1266 para facilitar la conversión de los musulmanes. La estancia de Fray Vicente en Murcia capital finaliza el 15 de Abril, marchando hacia Molina, Cieza y Jumilla, pasando luego a Hellín, Tobarra, Chinchilla y Albacete, que por aquel entonces pertenecían al Reino de Murcia, terminando su periplo en Villaverde, el miércoles 13 de Mayo de 1411. Rafael Sáez Izquierdo

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Humilitat, obediència i oració, regla de Sant Vicent He llegit l’història de sant Vicent Ferrer, escrita pel dominic francés Pare Fages, la del canonge Josep Sanchis Sivera, com també la de Francesc Almeia i Vives. Els tres autors coincidixen en que el nostre sant, al llarc de la seua vida, fon un compendi d’humilitat, d’obediència i d’oració. Per ser humil, en l’any 1367 -dia de la purificació de la Verge Maria, el 2 de febrero- Sant Vicent, tenint, llavors 17 anys i havent rebut la llegítima que li tocava per herència, la va distribuir entre els pobres per a entrar en el convent. ! mirem com de be agermanava estes tres virtuts que retrataven la figura moral de Sant Vicent, que Miguel d’Unamuno va escriure: “Vullc viure en l’eixèrcit dels humils, juntant les meues oracions a les d’ells, en la santa llibertat de l’obedient.” Sant i sabi que saberen comprendre i caminar segurs en la noblea de sentir-se acaronats pel sentiment de l’humilitat. Sant Agustí aixina també ho creía, puix va dir: “L’humilitat és la base de l’oració. És una disposició necesaria per a rebre, gratuitament, el dò de l’oració perque, recordem, l’home és un pobre de Deu.” I un atre bon predicador com era Bossuet digué: “L’amor de Deu fa nàixer totes les virtuts, i per a fer-les subsistir, eternament, nos ha donat l’humilitat com a fonament.” Éste religiós gal que fon bisbe de Condom (França), mestre en retòrica de trona, qui va tindre present com eixemple a Sant Francesc de Sales i a qui cita sovint en les seus peroracions sobre la caritat, pot ser que tenint com espill a un atre benaventurat Vicent, Sant Vicent de Paul; éste que 100 anys abans que Bossuet i 200 després del nostre sant es va preocupar molt pels chiquets abandonats pel carrer, els pobres i els lliciats. Virtuós franciscà, anomenat el “gran apòstol de la Caritat” per la seua notòria compassió i ser molt humil i generós. Fon admirat pel rei Lluís XIII i per Ana d’Austria i gràcies ad eixa gran amistat forma benefactores per a poder recollir a tots sels pobres que trobava implorant l’almoina per París i dormint al ras, especialment, com ya he dit, als menuts i als malalts. Fundà l’ordre de les Filles de la Caritat junt a Lluïsa de Marillac, en la capital de França. (Ordre en la que tinc yo a la meua germana Maria del Carmen formant part d’eixa santa institució ya molts anys) i quan va fundar l’ordre va dir estes paraules: “Per Monasteri, tindreu les sales dels malalts; per clausura, els carrers de la ciutat; per reixes, el temor de Deu i, com a vel, la santa modèstia. Es dir: l’humilitat, eixa modèstia, que era la contrària a la “bufa” -supervia- que tant repudiava el nostre sant valencià. L’obediència fon per a Vicent Ferrer la seua segon norma. Obediència que, segons la definició de la RAE significa: “compliment a lo que se mana o és preceptiu.” 30


Pero, atenció dia el sant, com Sant Agustí: “Obvediu més als que ensenyen que als que manen.” Perque supose que pensaria que, qui ensenya, no vol atra cosa que formar en rectitut i, qui mana, no sempre pretén eixe objectiu. De vegades o massa, be vol traure el seu propi profit. Aixina que, sent, sempre, conseqüent a la seua moral i rectitut, va tindre una sana obediència als seus superiors, mostrà fidel acatament a l’ordre i, diàriament es dedicava, en el seu propi silenci de cela, a l’oració. Amic de la soletat era. Contrastava en el seu diari quefer de predicar a molta gent, puix sempre anava entre una multitut que interessada escoltava els seus bons consells i esperava que els regalara, per l’atenció, un nou milacre. Manuel Casaña Taroncher

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Siguiendo los pasos de San Vicente Ferrer por Borriol, Catí y Morella Este año Jubilar Vicentino nuestro Altar viajó a las poblaciones de Borriol, Catí y Morella. Queríamos conocer los lugares por los que pasó San Vicente Ferrer camino de Morella y Caspe. Empezamos el día con la misa matutina, celebrada por el padre Heredia en el Pocito, nuestra iglesia. El primer destino era la Ermita de San Vicente Ferrer en Borriol, ya en la provincia de Castellón. Allí nos esperaba mosen Pere,quien amablemente nos abrió la ermita y nos explicó, que el 14 de abril de 1410 San Vicente predicó sobre la piedra que allí se conserva en el Altar Mayor, presidida por una imagen de San Vicente. Nos transmitió la gran devoción que hay en dicha población a nuestro Patrón. El día de su festividad se celebra una multitudinaria romería desde el pueblo hasta esta ermita, construida en el Siglo XVII. En toda la zona hay ermitas dedicadas al San Vicente. El día era espléndido, por lo que allí mismo “hicimos el esmorsaret”. Continuamos viaje hacia Catí, iniciando la visita en la fuente de San Vicente, donde todos bebimos su agua. paseando por su calle Mayor llegamos a la casa en la que se conserva la habitación, en la cual pernoctaba San Vicente en sus visitas a esta población. Frente a esta casa se conserva la piedra sobre la que predicaba el santo. De allí fuimos a la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, Templo Jubilar Vicentino, donde rezamos ante la imagen de San Vicente. Pudimos contemplar el retablo de San Lorenzo y San Pedro Mártir, obra iniciada por Jacomart y terminada por Joan Reicach, en el que aparece San Vicente Ferrer. Nos impresionó la Capilla de la Comunión con su bóveda pintada por Pascual Mespletera, en cuya parte central está representado San Vicente Ferrer bajo la Custodia, cuya reproducción aparece como portada de este llibret. En una Capilla lateral está la imagen del Santo, ante el cual oramos y dejamos testimonio de nuestra visita. Existe una ermita dedicada a San Vicente, a pocos kms de Catí, la cual no visitamos por tener un complicado acceso. Esta se construyó a partir de una piedra que dejó el Santo en uno de sus viajes al despedirse de los catinenses. Tuvimos ocasión de disfrutar de todo lo visto, y degustar los famosos quesos de Catí.

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Siguiendo nuestro itinerario, y luego de un alto en el camino para dar cuenta de una suculenta comida, llegamos a la imponente Morella. San Vicente Ferrer tuvo que viajar a Morella y San Mateo en varias ocasiones, para interceder en el Cisma de Occidente, el cual se firmó en San Mateo en 1429. En 1414 se reunió en Morella con el rey Fernando I y Benedicto XIII, el Papa Luna. Allí, según cuenta la tradición, obró un milagro al hacer recobrar la vida a un niño, que su madre había sacrificado para agasajar al santo en la comida. Visitamos la Iglesia Arciprestal de Santa María, contemplando su impresionante Altar Mayor de arte barroco, la escalera de acceso al Coro decorada con escenas de la vida de Cristo, su museo y la imagen de San Vicente en su Capilla lateral. Paseamos por sus calles, compramos productos típicos y regresamos al anochecer a Valencia con un sentimiento más VICENTINO. Maria Dolores Boronat Ferre

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El Estudiant Mort y Resusitat Vicent Donday

Sinopsis A los 17 años, Vicente Ferrer, estudia en Valencia y unos compañeros de clase quieren gastarle una broma porque no se creen los prodigios que empezaba a hacer el santo. Así que Trapalón idea un plan para gastarle una broma: Marcelo se hará el muerto y él y Secundino le pedirán a Vicente que lo resucite. Cuándo el santo haga su oración el muerto no resucitará y, cuándo Vicente vea que el muerto sigue muerto, llorará y ellos se reirán de él haciendo que Trapalón logre resucitarlo. Lo que no se imaginan es que las bromas así no tienen gracia y Marcelo morirá de verdad y tendrán que disculparse con Vicente para que lo resucite, en ese momento, de verdad. Con este milagro, San Vicente enseña que las cosas de Dios no hay que tomárselas en broma, que la vida hay que vivirla con fe fuerte y firme y que siempre debemos corresponder con entrega al prójimo, dándonos sin esperar a recibir nada a cambio, que tan sólo “a Déu, doneu-li gloria”.

Directora Artística Laura Castillo Alfanjarín

Personajes

Actores

Sant Vicent Modesto Trapalon Marselo Secundino Pascasia Gratiniano Tibursio

Antonio Díaz García Artur Mahiques Vidal Rosa Helena Hernández Ramos Marcos Díaz García Dafne Rodrigo Soriano Alicia Soriano Puig Enrique Ciscar Valls Encarni Román Luque 34


Los actores del milagro delante de un mural cerรกmico de San Vicente Ferrer en el patio del Colegio Imperial

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Programa de actos de las Fiestas Vicentinas de 2019 Viernes 25 enero • 20:00 h. en la Iglesia de San Juan del Hospital, celebración de la Eucaristía. Proclamación de la Clavariesa Mayor de 2019 Sra. Dª Mª Carmen García Sentandreu e imposición de la medalla de la Asociación. Actuará como mantenedor del acto Rvdo. Sr. D. José García Sentandreu (L.C.) Jueves 25 abril • 16:30 h. Sede social de la ONCE. Gran Vía Ramón y Cajal, 15, Valencia. Participación en el Concurso de Milagros interpretando “El Estudiant Mort y Resusitat” del autor Vicent Donday Domingo 28 abril. Festividad del Altar de la calle del Mar • 12:00 h. Misa cantada en la Iglesia de la Casa Natalicia • 13:00 h. Procesión con el Santo desde la Iglesia por las calles de la Paz y del Mar hasta el Altar situado en plaza de Tetuán, 23, acompañado por la Banda de Música de Campanar. Recibimiento en la entrada en la calle del Mar a los sones del pasodoble Valencia • 14:00 h. Subida del Santo al Altar. Representación del milagro. “El Estudiant Mort y Resusitat” del autor Vicent Donday • 15:00 h. Comida en la Real Sociedad Valenciana de Agricultura • 18:30 h. Representación del milagro • 19:30 h. Actuación del grupo de Rock católico Kénosis Lunes 29 abril. Festividad de San Vicente Ferrer • 10:00 h. Santa Iglesia Catedral. Misa pontifical cantada presidida por el Rvdo. Sr. D. Antonio Cardenal Cañizares, Arzobispo de Valencia • 12:00 h. Concentración en el centro de la plaza del Ayuntamiento para participar en la Ofrenda de flores a San Vicente Ferrer en la Casa Natalicia. Depósito de corona de laurel al pie de la estatua. Interpretación de los himnos regional y nacional. Disparo de una mascletá • 15:00 h. comida en la Real Sociedad Valenciana de Agricultura • 19:00 h. Procesión solemne con la imagen del Santo y con la Reliquia, recorriendo los lugares vicentinos y entrando en la Catedral por la puerta románica • 21:00 h. bajada del Santo y traslado en procesión hasta la casa de la Clavariesa de 2019 Jueves 2 mayo • 20:00 h. Iglesia de la Casa Natalicia. Misa en sufragio de los asociados, familiares y vecinos difuntos 36


GALERÍA FOTOGRÁFICA 2018

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