Pensamiento y Género
Erudita
Nº 2
REVOLUCIÓN
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Erudita Nº 2
REVOLUCIÓN
La revolución tiene como rasgo característico y más reconocible el de dejar consecuencias trascendentales que modificarán para siempre el curso normal que tenían las cosas hasta el momento que se produjo la misma.
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Editora Jefe Elena Martínez Directora de arte Arantza Gaztañaga Directores creativos Niko Ximénez Olga Montero Ayudantes de edición Jorge Urrutia Josune Goitia Textos Meius Ferrés María Muñóz Dolores Galindo Mar Gallego Angelina Fanous Mia Biedsong Ana Marcos Sharon Smith Alicia Murillo Valeria Luiselli Fotografías Sebastiano Tomada Frank Lennon Javier Ramejo David Parry Davis Degner Associated Press Ilustraciones María María Acha-Kutscher Sonia Pulido Diseño y Maquetación Gráfica en Curso Impresión Another Press Distribución España y Europa: Antenne Books Para el resto del mundo contactar con nosotras en info@eruditamagazine.con
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EDITORIAL
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l siglo xxi está mostrando en esta segunda década que la sociedad en la que vivimos está llena de desigualdad e injusticia. Todo son políticas heredadas. En el surgir de cada crisis social se ocultan las consecuencias del colonialismo, del capitalismo y del patriarcado. Los poderes fácticos siguen campando a sus anchas, y los efectos se repiten: precariedad, violencia y desesperación. En este numero dedicado a la revolución encontramos la dura batalla a la que se enfrentan cada día mujeres que viven diferentes realidades. Algunas deben luchar por el derecho a la vivienda y el trabajo, como es el caso de las mujeres ocupas de Cádiz que se han visto obligadas a vivir ilegalmente ante la falta de soluciones de política social. En el caso de las mujeres egipcias o el movimiento Black Lives Matter, su lucha se centra en denunciar la vulnerabilidad de su integridad física, tanto por el abuso de las autoridades como por una visión retrógrada de clases divididas en géneros y razas. Las Guerrilla Girls llevan décadas denunciando la falta de paridad en el mundo del arte, por que en ese contexto intelectual, como en tantas otras profesiones, la visibilidad de las mujeres resulta ridícula. De todas ellas se extrae que la revolución será feminista o no será, porque todas ellas desean un lugar mejor para todas y todos basado en la igualdad, en la participación, en el trabajo cooperativo y la justicia. Los movimientos civiles vienen y van, pero la conciencia colectiva perdura a pesar de los engañosos discursos de estabilidad económica que nos venden los gobiernos cual panacea de color de rosa. Nuestro deber es mostrar la otra cara de la moneda.
Elena Martínez Editora
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ÍNDICE
Reflexiones
Pág. 8 La revolución de la mujer digital Pág.10 Jane Jacobs Pág. 26 Guerrillla Girls Pág. 50 #Black Lives Matter Pág. 69 Mujeres y Socialismo: Ensayos sobre la Liberación de las Mujeres Pág. 82 Nuevo feminismo
Narrativas Pág. 12 Jenny Holzer Pág. 58 Indignadas Pág. 81 Fragmento
Testimonios
Pág. 20 La revolución de la hierbabuena Pág. 34 La plaza del miedo Pág. 76 Diez puntos básicos para generar una revolución social desde el trabajo doméstico Pág. 80 Fragmento
Galería
Pág. 7, 9, 25, 48, 49, 68, 79 y 83 Mujeres de la guerra
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GALERÍA
Mujeres de la guerra Fotografías de Sebastiano Tomada
Sebastiano Tomada (Manhattan, 1986), es un fotógrafo especializado en fotografía documental y de retrato. Sus últimos trabajo se han centrado en los conflictos de Oriente Medio y Asia. La serie de fotografías que mostramos en este número fue tomada en Aleppo, Siria. En ella encontramos a un grupo de mujeres armadas pertenecientes a una unidad de combate contra el presidente Bashar Al-Alsad. Dicha unidad esta formada íntegramente por mujeres de entre 15 y 75 años que luchan por la libertad, la justicia y la igualdad.
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REFLEXIÓN
La revolución de la mujer digital Por Meius Ferrés Por el trabajo que hago, a menudo conozco mujeres que no se atreven a abrirse un perfil digital porque piensan que no es interesante lo que puedan decir, o bien están, pero de manera pasiva, para ver qué pasa, qué dicen los demás. Y trato de empujarlas a estar activas, por que en la red se trata de compartir. No hace ni un año que abrí la etiqueta #5dones que se hizo viral inmediatamente, e inundó Twitter con un impacto considerable. Llegaron a hablar medios de comunicación, se publicaron artículos y me permitió establecer relación con personas interesantes. Finalmente se tradujo en un documento colaborativo con cientos de mujeres etiquetadas según los campos de interés. Hace seis meses iniciamos las que ahora somos #50dones, la campaña @onsonlesdones, para denunciar la escasa presencia de mujeres en los espacios de opinión en los medios. Cada día se hace recuento de cuántas mujeres intervienen y mensualmente se emite un informe que se publica en el blog On són les dones, lo que nos permite ir estudiando su progresión. Se ha ido construyendo poco a poco, teniendo en cuenta la opinión de todas, y podemos decir que ahora ya tenemos presencia destacada en varias redes, con actos presenciales y estamos consiguiendo una incidencia notable. Hemos logrado ir más allá de la campaña en concreto, porque estamos viendo que por fin mucha gente se acostumbra a “contar” las mujeres a la hora de organizar una mesa redonda, programar un congreso o montar un equipo de trabajo. Antes ni se fijaban, y ahora se ha convertido en un factor relevante. Hace muy poco tiempo que inicié la campaña #RecDon, con el objetivo de llegar a obtener una lista de mujeres con perfiles poco visibles pero a las que vale la pena seguir, bien por el interés de su actividad profesional, bien por su compromiso social. Cada domingo recomendamos sólo una persona, y poco a poco la lista va creciendo. Ahora mismo ya hay cientos, y cuando lleguemos a las #500dones seguramente se harà necesario un encuentro presencial, que puede derivar en nuevas iniciativas y compromisos. Y es que cuando agrupas personas, pasan cosas. La revolución de las mujeres se corresponde perfectamente con la nueva época que vislumbramos, con el cambio disruptivo que conlleva la revolución digital en nuestro mundo. El siglo XXI será el siglo de las mujeres, que entendemos mejor que nadie la construcción de la inteligencia colectiva para poder avanzar, la gestión adecuada de las emociones, la necesidad de hacer una comunidad comprometida para poder avanzar. Las redes constituyen un instrumento poderoso, que puede ayudarnos a cambiar las cosas si nos lo proponemos. Necesitamos rigor, constancia, organización, generosidad y un punto de humor para no ponernos demasiado trascendentes. ◊
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GALERÍA
Benifet Ikhla (27 años, viuda con 6 hijos)
“Yo lucho por la vida y la libertad. Lucho para demostrar que la mujer y el hombre son iguales.”
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REFLEXIÓN
Jane Jacobs
Texto de María Muñoz Fotografía de Frank Lennon
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La escritora apostaba por que los barrios o distritos unca realizó estudios formales de urbanismo tuvieran varias funciones primarias, en una clara defensa por pero la estadounidense Jane Jacobs es una de la economía local, que las manzanas fueran pequeñas, que las grandes referencias de la disciplina. Su libro los edificios debían ser diversos en antigüedad, condición Muerte y vida de las grandes ciudades ameriy forma y defendía una alta densidad de población, como canas, escrito en 1961, y donde realiza una dura crítica a la recogió The New York Times en el obituario sobre la activista. transformación de las ciudades en los años 50, está consiPara Jacobs, un barrio que tiene vida es un barrio seguro, derada una de las obras más influyentes del planeamiento ya sean vecinos o extraños los que paseen por la zona. Los urbano y de plena actualidad por su apuesta por el desaparques no tienen por qué ser siempre una rrollo de los barrios por y para sus vecinos. buena solución, dependía de cómo estuSu activismo iba más allá de la teoría y “MI ATAQUE vieran planteados y dónde, y rechazaba se implicó en varias protestas vecinales NO SE BASA EN por ejemplo la peatonalización, porque para impedir la construcción de grandes SUTILEZAS SOBRE de alguna manera cerraba las vías, pero infraestructuras en las ciudades donde LOS DIFERENTES defendía que era el coche el que se debía vivió la gran parte de su vida: Nueva York MÉTODOS adaptar a los peatones y no al revés. y Toronto. DE EDIFICACIÓN Mientras vivió en Nueva York se implicó En la versión en español de la Wikipedia NI EN DISTINCIONES de manera muy activa en el movimiento apenas aparecen dos párrafos —en inglés QUISQUILLOSAS vecinal de Greenwich Village, donde vivía, hay unos cuantos más— para contar el SOBRE LAS MODAS que se opuso a la construcción de una legado de la activista, fallecida en 2006, ACTUALES O autopista que cruzaba la parte baja de y por qué su pensamiento sigue estando EN PROYECTO. Manhattan y que implicaban el traslado aún vigente. En su obra más emblemáES, MÁS BIEN, de muchos comercios y vecinos de la zona. tica explica el aislamiento al que lleva el UN ATAQUE CONTRA Jacobs participó en todas las protestas, desarrollo urbano que prevalecía en la LOS PRINCIPIOS Y e incluso llegó a ser detenida en alguna segunda mitad del siglo XX en EEUU, y que OBJETIVOS O FINES ocasión, y al final los vecinos lograron años después llegaría a Europa, y luego, QUE MODELAN detener el proyecto. a España. En este modelo se primaba la LA MODERNA En 1968, la autora se trasladó a vivir a vida en barrios periféricos con la construcY ORTODOXA Toronto por su oposición a la guerra de ción de grandes autopistas, entre otros PLANIFICACIÓN Y Vietnam y evitar que sus dos hijos varones elementos, que conducían por una lado a REORDENACIÓN fueran llamados a filas. En Canadá también los centros comerciales, a los colegios o al DE LAS CIUDADES” participó en diferentes movimientos ocio, todo compartimentado y separado, sociales y vecinales como forma de implicar a la comunidad dando al coche un papel imprescindible en la vida diaria. en las decisiones que tenían que ver con su entorno. “Este libro es un ataque contra las teorías más usuales Poco después de que muriera la divulgadora, sus amigos sobre urbanización y reconstrucción de ciudades. También canadienses pusieron en marcha la iniciativa conocida como es, y muy principalmente, un intento de presentación de El Paseo de Jane Jacobs — ane Jacobs walk, en inglés— que unos nuevos principios sobre urbanización y reconstrucconsiste en organizar una serie de paseos vecinales para ción de ciudades, diferentes y aun opuestos a los que se que los habitantes de una determinada zona se conozcan, vienen enseñando en todas las escuelas de arquitectura o se observen y vean lo bueno y malo que hay en su barrio como exponen en los suplementos dominicales de los periódicos forma de crear redes comunitarias. y las revistas femeninas. Mi ataque no se basa en sutilezas El proyecto es un movimiento que fue creciendo cada año sobre los diferentes métodos de edificación ni en distiny ahora son numerosos los países donde cada mayo —nació ciones quisquillosas sobre las modas actuales o en proyecto. el 4 de ese mes— se organizan los paseos. En España comenEs, más bien, un ataque contra los principios y objetivos o zaron en 2010 en Madrid —ahora son ya varias las ciudades fines que modelan la moderna y ortodoxa planificación y donde se desarrollan— y como señala una de sus impulsoras reordenación de las ciudades”, escribía Jacobs en el principio en la capital, Susana Jiménez, “son una forma de potenciar a de Muerte y vida de las grandes ciudades americanas, reedilos colectivos y de convertirnos en vecinos exigentes”. ◊ tada en español en 2011 por la editorial Capitán Swing.
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NARRATIVA
Jenny Holzer Jenny Holzer se centra en el uso de ideas en espacios públicos. Cuida la apariencia del texto, tamaño, lugar espacial y temporal. Desde letreros luminosos hasta pegatinas, atrae la atención del espectador al mismo eslogan, recordándole que cualquier texto —también mensajes publicitarios o gubernamentales— siempre conlleva una existencia material, un tiempo, un lugar y un autor.
Texto de Dolores Galindo
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Inflammatory Essays.Museo Hammer, Los Angeles.
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onvencida de que el arte debe incidir más en los conceptos que se desean comunicar y no tanto en la forma del objeto artístico, Jenny Holzer ha hecho del lenguaje su materia creativa. Su primera incursión en este ámbito fueron los conocidos Truisms. Con este nombre, en 1977, Holzer comenzó a colgar carteles en las paredes del SoHo y de otros barrios de Manhattan con mensajes muy ácidos sobre las contradicciones sociales, la sexualidad, la violencia y la lógica abusiva del poder. Ordenados alfabéticamente y en letras mayúsculas negras sobre un fondo blanco, «sólo quería mantener a la gente despierta», explicaba la artista en una entrevista. Con los años, Holzer fue desarrollando textos más largos: es el caso de Inflammatory Essays (1979-1982), una serie de textos –de cien palabras cada uno– escritos con un lenguaje demoledor y más agresivo aún que el de sus obras anteriores. Holzer los imprimía en papeles de colores, creando un mosaico discursivo muy visual. Como indica el título, se trata de pequeños «ensayos incendiarios» sobre la intolerancia, la violencia, el consumo desmedido, las relaciones entre ambos sexos y el uso injustificado de la fuerza. La artista parte de lecturas de autores del pensamiento político de la tradición comunista y anarquista (Lenin, León Trotski, Rosa Luxemburgo, Mao Tse-tung, Karl Marx, Friedrich Engels y Emma Goldman), pero también de textos religiosos, de pensadores liberales y de literatura popular. Además del mensaje, los textos de Holzer tienen una gran fuerza poética y un enorme poder de sugestión. Los primeros Inflammatory Essays se publicaron en un libro de 1979 con el título Black Book Posters. Los textos estaban impresos en papel de color verde. Tras la publicación del libro, Holzer editó sus Inflammatory Essays en formato de carteles y los colgó en las calles de Manhattan, eligiendo el lugar en función de cada mensaje concreto. Holzer colgaba carteles diferentes cada semana, y los imprimía en colores distintos para que la gente los distinguiera de los anteriores. Se trataba de carteles firmados que cubrían la pared de arriba abajo, como si estuviera empapelada, y denunciaban cualquier forma de abuso («El placer más exquisito es la dominación. Nada puede compararse con lo que hace sentir»), tanto social («La gente debe pagar por lo que tiene, por lo que roba. Habéis vivido en la opulencia y ahora sois el cerdo que acabará en el matadero») como psicológico («el miedo es el arma más elegante. Tus manos nunca se ensucian»). Con su batería de significados y su tono contundente y al mismo tiempo sugerente, los ensayos incendiarios de Jenny Holzer configuran una cartografía o mapa de significados sobre las contradicciones contemporáneas. «El cambio es la base de todo, la prueba del vigor. [ ... ] Lo esencial no cambia. Eso es un mito. Y será refutado.» ◊
Jenny Holzer es una artista conceptual residente en Nueva York con obra en algunos de los principales museos del mundo (incluido el Guggenheim de Bilbao) que trabaja en diversos soportes, como carteles, pegatinas, camisetas o proyecciones, en los que expone al público textos y mensajes provocativos para los que usa un lenguaje similar al de la estrategia política o la publicidad.
Jenny Holzer en su casa
Inflammatory Essays, Manhattan, NY.
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“El miedo es el arma más elegante, tus manos no se ensucian. Aterrorizar con dolor físico es crudo. En realidad trabaja en las mentes y las conciencias, toca inseguridades como un piano. Sé creativo en el enfoque. Fuerza la ansiedad para excrutinar niveles o determinar gentilmente la confianza pública. El pánico conduce al rebaño humano al acantilado; una alternativa es la inmobilización por terror inducido. El miedo alimenta miedo. Pon ese proceso eficaz en movimiento. La manipulación no se limita a la gente. Las instituciones económicas, sociales y democráticas pueden ser alteradas. Se demostrará que nada es seguro, sagrado o sano. No hay respiro en el horror. Lo absoluto es voluble. Los resultados espectaculares.”
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“Todo tiene que arder. Todo en llamas. Es sucio y no puede salvarse. Un par de cosas buenas arderán con el resto pero está bien... Cada pieza es parte del feo total. Todo conspira para que pases hambre y tengas miedo por tu descendencia. No esperes más. Esperar es una debilidad. Esperar es una esclavitud. Quema el sistema donde no hay lugar para ti, resurge triunfante de las cenizas, el fuego purifica y libera energía. El fuego da calor y luz. Deja que el fuego sea la celebración de tu liberación. Deja que la luz entre, ¡Deja que las llamas devoren a tu enemigo!”
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“No me hables sigilosamente. No seas amable conmigo. No intentes hacerme sentir bien. No te relajes. Te borraré la sonrisa de la cara. Piensas que no sé lo que está pasando. Crees que me da miedo reaccionar. Eres una broma. Espero mi momento. Busco la ocasión. Crees que nadie te va a alcanzar. Nadie puede tener lo que tú tienes. He estado planeando mientras tú jugabas. He estado ahorrando mientras tú gastabas. El juego se acaba así que llegó el momento de que me tengas en cuenta. ¿Quieres caer sin saber quién ha sido?”
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Inflammatory Essays, Holden Gallery, Manchester.
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TESTIMONIO
La revolución de la hierbabuena Las más crudas situaciones de vida provocadas por las prácticas desiguales que sustentan esta crisis actual, han puesto en pie las voces y reivindicaciones de muchas mujeres en el sur de España, dispuestas a hacerse oír en los espacios públicos y políticos que, hasta ahora, no parecían estar hechos para ellas.
Texto de Mar gallego Ilustraciones de Javier Ramajo
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l caso de las vecinas de la Corrala Utopía en Sevilla o la intervención en el pleno de Cádiz de la ahora lideresa Inmaculada Michinina con frases como “déjennos tener dignidad” han dado la vuelta al mundo y están rompiendo cimientos que parecían inquebrantables dentro de los protocolos y deshumanizadores procesos y trámites políticos. Las mujeres unidas están generando un panorama de lucha sin igual con patrones comunes basados en la unión, la reivindicación constante y el apoyo popular. Venir a hablar de “crisis” a las mujeres es como contarle a un esquimal los diferentes tonos de color blanco que existen. Las identidades femeninas siempre han permanecido en crisis: económica, social, cultural… y las estrategias conjuntas de supervivencia se han ido desarrollando desde el ámbito de lo “privado” hasta que lo personal, como defendía Kate Millet, ha empezado a tomar conciencia de “político” de manera contundente. En este caso, lo empieza a hacer en la mentalidad de las mujeres y en las acciones de empoderamiento llevadas a cabo en los espacios públicos y políticos bajo el fin de visibilizar sus diferentes situaciones. De los mil trescientos millones de personas que viven en pobreza extrema, casi mil millones son mujeres. La feminización de la pobreza va unida a una brecha salarial considerable entre mujeres y hombres. Solo en España, una mujer debe trabajar 84 días más al año para ganar lo mismo que un hombre, según datos recientes de un estudio realizado por el sindicato UGT. Asimismo, España se encuentra entre los países de la Unión Europea donde ha aumentado esta brecha salarial durante la crisis hasta situarse en el 17,6%, por encima de la media comunitaria, que está en el 16,4%. El panorama presente, unido a otras restricciones políticas que se imponen sobre los cuerpos de las mujeres, ha desencadenado en un modelo de reivindicación en el que ellas han son las principales protagonistas. Es el caso de la Corrala de Vecinas La Utopía, la intervención en el pleno de Cádiz de Inma Michinina y otros casos de madre okupas y reivindicativas. Un modelo que, aunque siempre existió, ahora reaparece con mayor impacto tomando la palabra, reivindicando y dando importancia a sus propias situaciones y consiguiendo resultados.
DE LOS MIL TRESCIENTOS MILLONES DE PERSONAS QUE VIVEN EN POBREZA EXTREMA, CASI MIL MILLONES SON MUJERES. LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA VA UNIDA A UNA BRECHA SALARIAL CONSIDERABLE ENTRE MUJERES Y HOMBRES.
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UTÓKUPAS CORRALA DE VECINAS LA UTOPÍA
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uchas conseguidas que incluso han hecho temblar a la propia coalición andaluza formada por Izquierda Unida y Partido Socialista que ha acabado por quitar las competencias en vivienda al primero tras haber realojado a las 22 familias que fueron expulsadas de la Corrala de Sevilla. Así, éstas han visto reconocido el derecho a una vivienda que llevaban exigiendo desde hace dos años. El caso de la Corrala Utopía ha sido sin duda un ejemplo de unión entre mujeres para la reivindicación de sus derechos básicos. La Corrala Utopía es un edificio que fue ocupado en 2012 en Sevilla por todas estas familias envueltas en problemas sociales y sin alojamiento. El edificio fue comprado posteriormente por Ibercaja, que amenazó con desalojar a las familias residentes allí. La amenaza finalmente se llevó a cabo. La lucha se ha reivindicado de manera visible desde aquel año, con acciones concretas de protesta bastante curiosas y con un gran apoyo vecinal y, lo más importante, siempre reconociendo el liderazgo de las vecinas en la lucha por el cambio. Aguasanta, Toñi, Marisa, Elena, Ana, Vanessa, Manoli, Irma son solo alguna de ellas. El movimiento sumamente organizado ocupó un edificio de la Avenida de las Juventudes Musicales que pertenecía a una gran constructora en bancarrota. Las viviendas se llenaron de carteles con el lema “sin agua, sin luz, sin miedo, por un alquiler social”. Tras éstas se encontraban diferentes historias de mujeres en situación de desempleo de larga duración, sin subvenciones sociales, provenientes de empresas en quiebra, etc. y sin posibilidades de vivienda. La lección que da la Corrala es la de la recuperación de la solidaridad que se extendía en aquellos patios vecinales donde a la gente le importaba (o parecía importarle) la otra gente. Una de las vecinas de la Corrala lo llamaba “la revolución de la hierbabuena”: “Llamar a la puerta de al lado y pedir a tu vecina la ramita de hierbabuena, el azúcar o lo que sea…”. Costumbres que hemos perdido con un ritmo de vida y una estructura económica que fomenta las individualidades extremas y las soledades mayores aún. Uno de los puntos que estas mujeres resaltan con más ímpetu es el hecho de poder dar voz a su situación sin sentir vergüenza por su circunstancia de pobreza. El fomento de este sentimiento es otra de las estrategias usadas por el sistema para reprimir las uniones. Tal y como apuntaba una de las vecinas, “la pobreza tiene un algo de ingrato que nos lleva a un sentimiento de vergüenza que, sin duda, hay que romper”. “Sin luz, sin agua, sin miedo. La Corrala no se rinde. Sólo podemos vencer”. Finalmente la Corrala venció haciendo temblar al propio gobierno autonómico con sus protestas.
“SI YO NO HABLO TÚ NO HABLAS” MUJERES OKUPAS EN CÁDIZ
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ádiz, además de por sus carnavales, es conocida por ser una de las ciudades europeas con mayor desempleo. En los últimos meses, cada pleno municipal se ha convertido en el lugar donde las y los ciudadanos piden a gritos sus reivindicaciones básicas mientras que, con suma indiferencia, se impone la resolución de cada punto del día: teatro de títeres, mantenimiento de jardines y mirada anclada al papel de las y los concejales presentes… La indignación es tal que varias mujeres se han convertido en centro de las protestas en cada pleno. Son los casos de Aysha Elmortada y Milaros Arzúa; ambas madres y ambas con la experiencia de ser okupas por falta de opciones. La primera de ellas fue realojada en una pensión y sin soluciones a la vista a pesar de tener a un menor a cargo con problemas de salud. La tensión de Elmortada se hizo patente en uno de los plenos en los que acabó enfrentándose de manera directa a la alcaldesa popular Teófila Martínez. Con un “si yo no hablo tú no hablas… Al menos alcaldesa míreme a la cara”, fue expulsada del pleno por el personal de seguridad. Por su parte, la lucha de la gaditana Milagros Arzúa comenzó cuando se vio en la calle durmiendo en el vehículo de un amigo con su bebé de nueves meses en Gerona (uno de los tres hijos que tiene). De allí regresó hace tres años por problemas personales y por la ruptura de la relación con el padre de su hijo. Tras un ir y venir de casa en casa, volvió a un coche prestado y, de ahí, a ocupar una casa que le ofreció una vecina que tenía las llaves de la antigua inquilina. Su objetivo ahora es que no la desahucien. En cada alarma de desahucio las y los vecinos de Arzúa se amontona a centenares en la puerta para evitarlo. Asegura que tiene menos miedo. En este último caso, una inmobiliaria se ha ofrecido a ofrecerle vivienda siempre y cuando el Consistorio cumpla con unos pagos básicos. No hay que olvidar los factores estructurales que hacen que estas situaciones se produzcan en los casos de estas dos mujeres: la imposición de los cuidados de los hijos e hijas a las mujeres, la violencia económica en la que se encuentran y, de nuevo, dar por hecho que en situaciones así deben conformarse con cualquier cosa. Ni lugar para llevar a cabo un proceso psicológico propio por la imposición de tener que atender antes necesidades externas, nunca propias. No hay que olvidar que el 90% de los hogares con personas adultas o hijas o hijos a cargo están sustentados por mujeres. >
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INMACULADA MICHININA “DÉJENNOS VIVIR CON DIGNIDAD”
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nos seguimos quedando en Cádiz con la mujer que puso el pleno patas arriba y que, finalmente, con el revuelo mediático armado, consiguió lo que pedía: una licencia para poder vender en un mercadillo y sobrevivir. Michinina, portavoz de vendedoras y vendedores sin licencia del mercadillo de El Baratillo, se ha convertido en lideresa en Cádiz tras un acto espontáneo en el pleno. La portavoz acudió con el turno de palabra y con guión en mano a exponer su situación. Ante la pasividad del pleno, abandonó la lectura del papel y decidió expresar de manera espontánea a lo que sentía. Sus palabras han recorrido el mundo y la han convertido en un referente en las luchas sociales por, según dicen, haber dado voz al pueblo a través de sus intervención. “Nos demostráis en cada pleno que pasáis de nosotros, que os importamos tres pitos. Nosotros, que os hemos dado ese puesto de trabajo por el que vosotros cobráis y nosotros cobramos una puta mierda […]¡Déjennos tener dignidad!”, aseguraba Michinina en su intervención. Gracias a las inmensas repercusiones que tuvieron sus palabras, finalmente se concedió la licencia a 49 familias que sobreviven gracias a la venta ambulante en Cádiz. Michinina posó incluso semidesnuda para la revista Interviú y se va a presentar como candidata a la alcaldía de Cádiz con el partido Ciudadanxs por Cádiz tal y como hizo en Perú Yoni Hinojosa, primera alcaldesa de Chacán que ahora fomenta cooperativas de mujeres. Son historias de personas que se cansaron de estar a la sombra de las chaquetas y de las decisiones grises que nunca parecen amparar sus propias vidas. Decisiones políticas alejadas de las casas, de las necesidades básicas de las mujeres, que no conocen de hierbabuenas ni les importa, que piensan que todo lo personal en la vida de éstas es solo personal y que los plenos y las decisiones importantes deben hablar de mantenimientos de jardines y de teatros de títeres. Políticas que usan a las mujeres como moneda de cambio para contentar a otros poderes y que ni las miran a los ojos ni le interesa que tengan una pizca de dignidad. Llega la revolución de la hierbabuena. Detrás de las puerta hay otras mujeres. Detrás de las puertas hay otras personas. ◊
LLEGA LA REVOLUCIÓN DE LA HIERBABUENA. DETRÁS DE LAS PUERTA HAY OTRAS MUJERES. DETRÁS DE LAS PUERTAS HAY OTRAS PERSONAS.
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GALERÍA
Fadwa (20 años, viuda y con tres hijos)
“Mi marido murió en el frente, voy a morir ahí también, que Dios nos ayude.”
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REFLEXIÓN
GUERRILLA GIRLS Entrevista de María Muñoz Fotografías de David Parry
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n 1985, cuando en España el movimiento feminista todavía estaba tomando forma el MoMA de Nueva York celebró una exposición de arte contemporáneo, 'An Internacional Survey of Painting and Sculpture'. El día de la inauguración, fuera del museo de arte moderno se congregó una surrealista concentración, mujeres que llevaban máscaras de orangutanes y se denominaban Guerrilla Girls. La razón de su protesta estaba dentro de la prestigiosa institución, porque en la muestra, en la que participaban 169 artistas, solo 13 eran mujeres. Desde entonces este colectivo formado por artistas y otras mujeres cuyo trabajo está relacionado con el arte, ha estado realizando sus acciones de 'artivismo' por todo el mundo. El hecho de que su discurso todavía esté vigente habla de lo poco que ha evolucionado dentro del arte en este sentido. Así lo constataban dos de estas guerrilleras, que tomando el nombre de dos conocidas artistas, Frida Kahlo y Kathe Kollwitz, se presentaron con las imprescindibles máscaras a nuestra cita, También lo reivindica Xabier Arakistain, comisario de la exposición itinerante que está teniendo lugar desde hace dos años por diferentes ciudades europeas. En podemos ver podemos ver el trabajo realizados por este coloectivo a lo largo de su existencia.
María Muñóz: ¿ De dónde viene el nombre de Guerrilla Girls? Frida Kahlo: Nosotras éramos Guerrilla antes que ser gorilas. Decidimos que queríamos luchar libremente en el mundo del arte y nos dimos cuenta de que teníamos que ser anónimas para protegernos a nosotras mismas, porque de alguna forma estábamos involucradas en el mundo del arte. Comenzamos pegando posters durante la noche, tras lo cual empezamos a tener muchas llamadas de prensa pidiéndonos fotografías. Teníamos que decidir pronto alguna forma de ocultarnos, y en una reunión todas, un día, una de nosotras estaba tomando notas y al deletrear confundió “guerrilla” con “gorila”; de ahí nacieron las Guerrilla Girls usando máscaras del gorilas. María Muñóz: ¿Quién escoge el nombre de cada Guerrilla Girl? Kathe Kollwoyz: Decidimos que necesitábamos apodos para poder comunicarnos con el mundo. Estábamos reunidas justo el día en que Georgia O’Keeffe murió, y fue así como decidimos que podíamos tomar el nombre de artistas mujeres ya fallecidas, intentando mantener sus idea vivas. Cada una escoge el nombre de la artista que usará como apodo. María Muñóz: Usar una máscara proporciona un anonimato seguro frente al sistema que criticáis, ¿es difícil ser feminista en el mundo del arte? Frida Kahlo: Lo que empezamos a hacer en los 80 era muy provocador y temíamos las represalias. El mundo del arte era un
lugar muy pequeño y nuestro anonimato atrajo a mucha gente que no se atrevía a hablar públicamente. El misterio es atrayente, y esto jugó en nuestro favor. Sin duda, lo más importante que teníamos como ventaja era el hecho de que no se supiera quiénes éramos. Evitaba que mucha gente te odiara, de manera personal; podías odiar lo que hacíamos, pero no a cada una. Es curioso señalar que ha habido muchas ocasiones en las que las mujeres artistas, por ejemplo en Estados Unidos, ocultaban sus verdaderos nombres bajo apelativos más o menos neutros, como Lee Krasner, o que firmaban con la inicial de su nombre y su apellido, para que no se supiera que eran mujeres. Cuando empezamos era más difícil que ahora; directores o marchantes y galeristas como Mary Boone pensaban que decir abiertamente que eras feminista era mostrar a los demás tu debilidad. Creo que eso ha cambiado, y está cambiando, porque la gente se está dando cuenta que el feminismo se sitúa en el lado correcto de la Historia. María Muñóz: Desde aquella manifestación contra el MoMA en 1985, ¿han cambiado mucho las cosas? Kathe Kollwoyz: Sí, todo ha cambiado mucho. Nosotras seguimos presionando a los museos para que expongan a mujeres artistas, pero sí es cierto que muchos ya se encuentran haciendo este trabajo, intentando que sus colecciones sean más igualitarias, al igual que comisarios y gestores. Mucha discriminación
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es consciente y mucha inconsciente. Nosotras hemos señalado a mucha gente que hasta entonces no había reparado en este hecho. Ese también es el sentido de nuestro trabajo. En la manifestación de 1985 nos reunimos muchas personas, y fue casi un año antes de formar Guerrilla Girls. Protestábamos porque la exposición del MoMA decía que eran los artistas más importantes del momento, y no había ni una sola mujer. En nuestra protesta nos dimos cuenta de que nadie se paraba, a nadie le importaba, y decidimos que había que hacer algo para llamar la atención sobre esto. Si algo ha cambiado desde entonces es que si ahora se organiza una exposición sin mujeres artistas alguien protestará; eso ha cambiado, sin duda. En el caso de mujeres artistas afroamericanas sufren doblemente ese techo de cristal, que les impide hacer exposiciones monográficas por una cuestión puramente económica, de trabajo menos valorado en términos monetarios frente a los artistas hombres blancos. En 1992 nos enteramos de que el Guggenheim de Nueva York iba a exponer en el Soho a cuatro artistas hombres, lo cual nos indignó mucho. Decidimos enviar postales al director del Guggenheim, Thomas Krens con el mensaje: “Querido señor Krens, bienvenido al Soho. Hemos escuchado
"ES PREOCUPANTE QUE SI PARAS A ALGUIEN EN LA CALLE Y LE PREGUNTAS “¿QUÉ ASPECTO TIENE UN ARTISTA?” TE DIRÁ QUE ES UN HOMBRE."
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que inauguras a cuatro artistas blancos de un museo de hombres blancos. ¡Mucha suerte!”. La presión fue tal que a las pocas semanas anunció que incluía en la nómina a Louise Bourgeois. En la inauguración hicimos una gran manifestación con bolsas estampadas con gorilas, y mucha gente entró dentro con ellas, como Louise Bourgeois. María Muñóz: Recientemente sabíamos del nuevo gobierno griego, integrado exclusivamente por ministros hombres, y con alguna escasa mujer en puestos de coordinación, secretariado… de alguna manera no todo ha cambiado tanto… Kathe Kollwoyz: El que tiene el control y el poder no lo deja tan fácilmente, y eso pasa también en la izquierda. Los cambios no son cosas que ocurran casualmente, suceden por la presión. En nuestro país es lo mismo, aún queda mucho por hacer… Resulta sorprendente que cuando algunas mujeres adquieren cierto poder, como galeristas y comisarias, no se impliquen, sin embargo, con otras mujeres artistas. Es chocante que en la nómina de artistas de una galería siga habiendo menos mujeres que hombres. Frida Kahlo: Es un problema cuando formar parte del sistema establecido supone convertirse en una herramienta de este sistema. Es entonces el momento de pensar en alternativas o en un sistema de resistencia. El mundo del arte, las galerías, son maravillosas y hay muchas artistas muy interesantes trabajando aquí, pero este sistema del arte es ahora peor que nunca, controlado por coleccionistas millonarios que son parte de las direcciones de los museos, y que pagan enormes cantidades de dinero por la obra de unos pocos artistas. Aunque es complicado vivir ajeno a esto, nada puede impedir a un artista trabajar. Es por eso que hay maravillosos artistas que no están en galerías, que hacen proyectos paralelos, que se reúnen para hablar de su obra, que son activistas… El mundo del arte ha progresado de manera que sí hay más mujeres artistas en la discusión, en el debate, pero la parte negativa de este progreso es que en Estados Unidos, y probablemente en el resto del mundo, el arte se ha convertido en un instrumento del capitalismo, en una inversión privada. Es volver a los conceptos de poder, dinero y capital propios del liberalismo. Por eso creemos que hay dos direcciones opuestas: la de lo intelectual, y la del mercado. Hablar del arte como una inversión de capital es como si habláramos de medir la cultura, no tiene ningún sentido. María Muñóz: dónde viene el problema entonces? Frida Kahlo: Es complicado…las galerías son tiendas, tienen que vender, pero es preocupante que si paras a alguien en la calle y le preguntas “¿qué aspecto tiene un artista?” (en inglés “an artist” no define un sexo u otro) te dirá que es un hombre, con gran personalidad, lanzando brochetazos de pintura a un lado y a otro…ya sabes. Creo que debemos centrarnos en la educación artística porque la gente no sabe realmente qué es un artista, qué hace y por qué lo hace. María Muñóz: ¿Qué pensáis de algunas artistas, como Marina Abramovic, que dicen que no es feminista y que el feminismo no es necesario? Kathe Kollwoyz: Puede que a ella esto le funcionara, al menos durante un largo período de tiempo, pero está totalmente
equivocada. Hay tanta gente que no entiende el feminismo… El feminismo es uno de los grandes movimientos que luchan por los derechos humanos, pero no se ha ganado el respeto que merece, por eso se siguen necesitando activistas y luchadoras, porque no sólo en nuestros países, en muchos otros, las mujeres siguen siendo propiedad de sus padres o maridos, no pueden conducir, no pueden trabajar…e incluso en estos países hay grupos feministas clandestinos luchando por sus derechos. Frida Kahlo: Por cierto, nosotras tenemos una norma que nos impide hablar de mujeres artistas vivas, pero si puedo hacer una predicción, y la haré, en veinte años Marina Abramovic se habrá arrepentido de decir que no es feminista. María Muñóz: ¿Qué os parece Femen? Kathe Kollwoyz: En primer lugar, el mundo necesita al máximo grupo de activistas feministas posibles. Hay muchos tipos de feminismo y los apoyamos todos. Respecto a Femen, sus tácticas les funcionan, consiguen mucha atención, y espero que lo sigan haciendo. Frida Kahlo: Cuando nosotras decidimos usar las máscaras era precisamente para evitar represalias por nuestra labor feminista. Femen se muestran abiertamente para reivindicar lo que debe reivindicarse. Entrar en una iglesia en Ucrania con un crucifijo, con los pechos descubiertos, y grabándolo al mismo tiempo, es una acción realmente difícil y valiente.
Xabier Arakistain, agitador del mundo del arte y uno de los pocos directores que ha cumplido realmente en igualdad y feminismo mientras estuvo al frente del centro Montehermoso (Vitoria), es el comisario de la exposición, así que aprovecho para preguntarle sobre esta. María Muñóz: ¿Por qué Guerrilla Girls y por qué ahora? Xabier Arakistain: Yo crecí con Guerrilla Girls. Mi generación aprendió a “contar” con ellas y este año se cumplen 30 años de la formación del colectivo, así que el momento no podría ser mejor. Esta es una razón pero también es importante porque aunque muchos de sus proyectos tengan que ver con Estados Unidos y su contexto concreto, sabemos que las categorías de sexo y género son una marca discriminatoria en
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todo el mundo para las mujeres. En España, con un gobierno que está parando en vez de impulsar los tímidos proyectos del anterior para mejorar la situación de las mujeres es un buen momento para “hacer las cuentas” y ver qué pasa con las mujeres en el campo del arte. Es un buen momento para evaluar los frutos de la Ley de Igualdad en 2007, para pensar cómo impulsar el 26 de esa ley, que recomendaba a museos y colecciones tener equidad entre artistas de ambos sexos. Esta exposición nos invita a preguntarnos ¿cuáles son las cifras en el resto de museos de Madrid y de España?. Esta exposición es un buen espejo en el que fijarse y comparar diferentes contextos; también es, claro, una celebración del cumpleaños de Guerrilla Girls y espero que sirva para que nuevas generaciones que quizá no conozcan a Guerrilla Girls vean su trabajo y se inspiren. Kathe Kollwoyz: Recuerdo también aquel manifiesto que escribimos en 2005, que nos invitaste a participar…y fue importante porque muchos profesionales, artistas, jóvenes, estaban intentando hacer algo, cambiar las cosas. Una de las cosas que hemos aprendido es a no detenerte, a seguir siempre hacia delante. Lo importante es hacer algo; mucha gente se siente impotente, paralizada, porque no pueden hacerlo todo, así que nosotras decidimos hacer una cosa, y si funcionaba, hacíamos otra, y si no, probar con otra diferente. Ojalá todos sintiéramos que con pocos intentos de cada uno se hacen muchas cosas. No puedes cambiar todo el mundo, pero puedes agitarlo. Xabier Arakistain: En 2005 las Guerrilla Girls fueron parte del grupo que firmó el Manifiesto ARCO 2005 junto a otros profesionales del mundo del arte como Linda Nochlin, Lourdes Méndez, Amelia Valcárcel y yo mismo, que lo propuse. El Manifiesto pedía a las administraciones públicas que, ya que la mayor parte de los museos y centros de arte españoles se sustentan con dinero público, o sea con impuestos de
"TODOS LOS EVENTOS QUE LOS CENTROS Y MUSEOS DE ARTE CONTEMPORÁNEO ORGANIZAN EN TORNO AL 8 DE MARZO ME PARECEN INSULTANTES."
los hombres y de las mujeres, deberían hacer algo ante la terrible exclusión de las mujeres en colecciones y exposiciones. Lo firmamos en principio las once personas que formábamos parte de la mesa redonda en ARCO de la que surgió el texto y luego se incorporaron muchas otras que estaban como público en esas mesas. Recuerdo que hubo una gran polémica, que por ejemplo, se plasmó en una página en El País que mostraba cómo gran parte del stablishment del arte estaba en contra del Manifiesto. Sin embargo, poco después y ante mi sorpresa recibí una llamada del partido socialista para decirme que tendrían en cuenta el Manifiesto para la redacción de la Ley de Igualdad en la que estaban trabajando. Es una pena que el artículo 26 de esa ley sólo se recomiende, que no se exija, a las instituciones incluir a las mujeres en su programación, y por lo tanto, no se cumpla. María Muñóz: Sin embargo en tu etapa como director de Montehermoso esto sí se cumplió… Xabier Arakistain: Fuimos el primer y único centro de arte y pensamiento contemporáneo en este país que hizo un programa paritario. El centro se financiaba con los fondos del municipio, así que en la gestión que hicimos en aquellos cuatro años de programa 2008-2011, al menos la mitad del presupuesto de programación se destinaba a mujeres, ya fueran artistas, comisarias, críticas… Después de Montehermoso nadie ha seguido esta línea, aunque demostramos que no sólo era posible hacerlo sino que además mejoraba el programa. Es curioso que tuviéramos más repercusión en el extranjero que en el Estado español y era un orgullo ver a las y los artistas que pasaron por el centro en la Bienal de Venecia y otros grandes eventos internacionales. Bueno, después también destacados museos españoles les han programado… Que después nadie tomara el relevo y que no se escucharan voces exigiéndolo fue una gran decepción. Todos los eventos que los centros y museos de arte contemporáneo organizan en torno al 8 de marzo me parecen insultantes, son una cortina de humo para desviar la atención, para lavar la cara de unas instituciones artísticas que no tienen, en el mejor de los casos, ni un 20% de artistas mujeres en sus programas y aún un porcentaje más bajo en sus colecciones. Montehermoso fue una verdadera gestión feminista, intervenía en todos los niveles, pero sobre todo en el más importante, en el del presupuesto, el dinero. Otra cuestión esencial es que no hacíamos proyectos con “mujeres artistas”, que automáticamente quedan aisladas en una subcategoría, sino que programábamos a “artistas mujeres”. Trabajábamos en arte contemporáneo y al menos la mitad de nuestros artistas eran siempre mujeres en todos los programas. Tras la charla, una visita por la exposición mientras Guerrilla Girls cuentan algunas anécdotas de las fotos y documentos que se muestran en las mesas. Si de algo no queda duda, es que las Guerrilla Girls siguen muy vivas y parecen estar dispuestas a agitar el mundo del arte y la cultura durante mucho más tiempo. Brindo por ello. ◊
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LAS VENTAJAS DE SER UNA MUJER ARTISTA: Trabajar sin la presión del éxito. No tener que exponer con hombres. Tener una evasión del mundo artístico con tus 4 trabajos "free-lance". Saber que tu carrera será conocida después de cumplir 80 años. Estar convencida de que cualquier arte que hagas será catalogado como femenino. No quedarte estancada en un puesto fijo de profesora de arte. Ver que tus ideas cobran vida en el trabajo de otros. Tener la oportunidad de escoger entre tu carrera o tu maternidad. No tener que justificar tu éxito económico con antiguas militancias conceptuales. Dedicar más tiempo a tu trabajo cuando tu compañero te haya abandonado por alguien más joven. Estar incluida en versiones revisadas de la historia del arte. No tener que avergonzarte porque te califiquen de genio. Mostrar tu imagen en una revista de arte llevando un traje de gorila. GUERRILLA GIRLS
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TESTIMONIO
LA PLAZA DEL MIEDO Texto de Angelina fanous FotografÃas de David Degner
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ran casi las 11 de la noche del viernes 23 de noviembre del 2012, cuando desde la ventana de su apartamento en el centro de El Cairo —no muy lejos de la Plaza Tahrir— Ghada escuchó una multitud que gritaba: “¡Ella tiene una bomba atada a su cuerpo!” Ghada (así desea ser llamada, sólo por su primer nombre) pensó inmediatamente en sus hijos que se encontraban en la calle entre la multitud. Corrió hacia el balcón para buscarlos, pero su temor cambió cuando vio a una mujer desnuda sobre el capó de un coche, rodeada por un círculo de hombres. Ghada cogió ropa y le pidió a su marido que fueran a rescatarla. Se abrieron paso entre la multitud y una vez dentro del círculo sacaron a la chica. Han pasado ya más de cinco años desde los terribles casos de abuso sexual que tuvieron lugar en la Plaza de Tahrir, símbolo de la Primavera árabe egipcia. En el tiempo que duraron las manisfestaciones entre el año 2011 y 2013 se reportaron cientos de casos de asaltos sexuales que pusieron el punto de mira en la situación de la mujer en Egipto. Los casos más conocidos, no obstante, fueron aquellos que afectaron a periodistas extranjeras que se encontraban en la ciudad de El Cairo transmitiendo aquellos momentos históricos. Casos como el de la periodista de la CBS Lara Logan o la francesa Caroline Sinz dieron la vuelta al mundo y abrieron una puerta a otros casos menos mediáticos como los de las propias egipcias. Para las mujeres de Egipto, protestar puede ser una arma de doble filo. Aquellas mujeres que sobreviven al abuso sexual son usualmente estigmatizadas, y muchas temen ser mal vistas. En Egipto los términos con los que se registran los crimenes de este tipo suelen ser taharosh, mo'aska o hatk'ird, todos términos que van desde el coqueteo hasta el asalto indecente. Ninguno denomina explícitamente el crimen como una violación sexual o un ataque contra la integridad física, ninguno estipula que la persona pudo morir en el ataque, además de quedar destruida emocionalmente. Las mujeres sufren diariamente una pesadilla cuando salen a la calle. La presencia de la autoridad policial no supone seguridad. Sobre todo no cuando parte de las violaciones grupales en público ha sido perpetrado por los agentes de seguridad. En este reportaje contamos la terrible historia que vivió Yasmine El Baramawy y la implicación de algunos hombres por salvaguardar la vida de las manifestantes en la plaza Tahrir.
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E LAS JÓVENES SE PERCATARON DEMASIADO TARDE DE LO QUE OCURRÍA: LA MULTITUD DE JÓVENES EGIPCIOS CORRÍA HACIA ELLAS.
Calle Mohammed Mahmoud
sa tarde, Yasmine El Baramawy y su amiga Soha (un seudónimo elegido para proteger su identidad) fueron hacia la Plaza Tahrir después de enterarse de los enfrentamientos entre los activistas anti Morsi y las fuerzas de seguridad del gobierno. Las manifestaciones en contra de la constitución establecida después de Primavera Árabe en la Plaza Tahrir habían comenzado dos días antes. Yasmine y Soha no tenían planeado unirse, sólo querían ver a unos metros de distancia cómo los manifestantes abucheaban al presidente Morsi. En otoño de 2012, cinco meses después de convertirse en el primer presidente elegido democráticamente en Egipto, Mohamed Morsi firmó un decreto “constitucional” que le otorgaba autoridad ilimitada. Con el apoyo de la Hermandad Musulmana, se suponía que Morsi iba a mejorar el bienestar económico de Egipto y devolverle el control político a los ciudadanos. Los egipcios estaban enfadados. Yasmine y Soha estaban enfadadas. Aproximadamente a las seis de la tarde, las dos mujeres llegaron a las afueras de la plaza, en el cruce de la calle Al Kasr Al Aini, justo después de la puesta de sol. Aún estaban lejos del pelotón de gente. Donde ellas se encontraban, la plaza estaba calmada. El instinto de Yasmine la invadió con un impulso de querer huir. No habían pasado ni cinco minutos cuando vieron a un grupo de hombres correr. Las chicas se quedaron petrificadas. Las jóvenes se percataron demasiado tarde de lo que ocurría: la multitud de jóvenes egipcios corría hacia ellas. Los hombres se detuvieron a pocos pasos de las mujeres, tan cerca que Yasmine y Soha podían oler su aliento a kebab. El grupo empezó a arrancarle la ropa a las dos chicas, hasta desnudarlas. Justo en ese momento, lanzaron gas lacrimógeno en la plaza y los atacantes huyeron. Yasmine cayó al suelo. Soha corrió en busca de ayuda y regresó con Sherif, un amigo que había visto entre los manifestantes. Antes de poder rescatar a Yasmine, el gas se evaporó y la multitud regresó. Sherif fue estrangulado. Después, los matones se separaron, la mitad rodeó a Yasmine, y la otra mitad rodeó a Soha. Esa fue la última vez que se vieron esa noche. El círculo de Yasmine empezó a alejarse de la plaza hacia la calle Mohammed Mahmoud, una calle oscura llena de graffitis revolucionarios. Yasmine sintió dedos y cuchillos penetrando su vagina, y navajas haciendo cortes en su piel. Pero también escuchó gritos de “¡Vamos a ayudarla!” Ella no podía diferenciar entre las voces de aquellos que trataban rescatarla y sus agresores. Arrastrándola por el suelo y la basura de la calle de Mohammed Mahmoud, los hombres se detenían para tocar cada parte de su cuerpo: sus piernas, su pelo, sus pechos. Yasmine se defendía, pegada al suelo, mientras el círculo de hombres la alejaba de la plaza. Apenas podía respirar. Le quitaron los pantalones y ella los pateó. Uno de sus agresores la lamía, ella lo >
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mordió tan fuerte como pudo hasta que sintió correr sangre. Cuando la sujetaron contra la pared de un edificio, imploró al portero que la dejara entrar. En cambio, él se quedó observando la escena con mirada vacía, ni siquiera giró la cabeza. Ella vio que había un grupo de gente viéndolo todo desde el tejado de un edificio. ¿Podían oír sus gritos? ¿Podían darse cuenta de lo que estaba pasando? ¿Por qué nadie salió a rescatarla? La primera vez que el círculo se separó fue cuando un vehículo se acercó. De hecho el coche pasó tan cerca que las ruedas pisaron el pelo de Yasmine. Intentaron meter a Yasmine dentro del vehículo, pero ella se resistió. Prácticamente paralizada, en el capó de un Skoda 1970 blanco, aún podía oír a sus violadores gritando falsas acusaciones en su contra: “¡Tiene una bomba pegada al cuerpo! ¡Nos va matar!”
Yasmine El Baramawy
SU ÚNICA FUNCIÓN SERÁ PARECER DESEABLE, PERO SOBRE TODO, RECATADA. SU SONRISA SERÁ GRANDE, SU RISA SILENCIOSA.
UNA BUENA CHICA EGIPCIA
C
uando yo era una adolescente mi madre me explicó que los hombres quieren una buena chica egipcia y virgen. Por supuesto, ella esperaba que mi padre estuviera fuera de la casa, para que él no escuchara. Mi madre, fue esa “buena chica egipcia”, una novia virgen casada con un hombre que le juró mantener y proteger a su familia y preservar la tradición. Ella quería lo mismo para mí, y cuando nos mudamos a EU, ella temía que perdiera mis valores egipcios. “Si un hombre no ve la sangre de tu himen la noche de bodas, es aar (vergüenza) para ti y una fadiha (vergüenza pública) para la familia”. La lógica de mi madre no es una cosa religiosa para los musulmanes de Egipto, mi familia es cristiana cultural. Es algo que viene condicionado por la cultura, a través de películas y temsiliat (series de televisión) que tratan sobre historias de la chica buena egipcia: es una excelente cocinera y, si la visitas, te dará la bienvenida con un caldo de carne y verduras. Ella es obediente, y si su hermano tiene sed, ella le trae agua. Ella es inocente, desea el matrimonio, pero no el sexo. Cuando sea el momento de casarse, la familia de ella la acompañará a conocer a sus pretendientes. Durante ese tiempo, su única función será parecer deseable, pero sobre todo, recatada. Su sonrisa será grande, su risa silenciosa. Cuando un pretendiente decide pedir permiso a su padre para pedirle la mano, ella responderá con timidez, “IIit shoofoo ya, Baba”, o “Lo que usted quiera, padre”. Ella solo se irá de casa de sus padres en leilat al-dokhla, o la noche de la consumación, su noche de bodas. La sangre en la noche de bodas de una novia egipcia no solo representa la pérdida de su virginidad, sino que representa que ella misma se ha conservado y —aún más importante— su familia la ha conservado y por tanto el honor de la familia está de acuerdo con los valores tradicionales de Egipto. Una buena chica egipcia nunca estará en contra de eso. Shereen El Feki, quien estudia y escribe sobre sexo en el mundo árabe, habló recientemente en la revista Reason sobre una mujer joven y entusiasta que investigó sobre sexo porque se moría de ganas por complacer a su marido en la noche de bodas. “Cuando iniciaron la actividad sexual, su esposo la tiró de la cama y le hizo jurar sobre un Corán que nunca tuvo relaciones antes del matrimonio”. Mientras que las mujeres egipcias están condicionadas a obedecer, los hombres están condicionados a dominar y tomar lo que quieran. Ejemplos de cómo funciona esto pueden encontrarse en las películas “románticas”. “No significa sí”, es algo muy común en escenas de películas desde principios de la era del cine en Egipto, como Al Sharisa, así como en lanzamientos recientes como Captain Hima y Omar We Selma. Por lo general sucede de la siguiente manera: el hombre intenta besar a la mujer, >
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ella gira la cabeza. Él se acerca. Ella intenta escapar. Finalmente, la toma a la fuerza hasta que ella cede. Mientras en Estados Unidos y otras culturas occidentales se podría clasificar como acoso sexual, la cultura egipcia lo llama “amor”. La aceptación y el fomento del acoso sexual como si fuera algo normal, e incluso como un castigo merecido y aceptable, convierte a Egipto en uno de los lugares más peligrosos del mundo para las mujeres. Según un reciente informe de la ONU, casi el cien por ciento de las mujeres en Egipto han sufrido un acoso sexual, verbal o físico. Estas acciones se ha extendido como un virus a través de las manifestaciones políticas en la Plaza Tahrir, un monumento histórico que se ha convertido en —coloquialmente conocido por todo Egipto— “el lugar al que las mujeres van, porque quieren ser violadas”.
SEGÚN UN INFORME DE LA ONU, CASI EL CIEN POR CIENTO DE LAS MUJERES EN EGIPTO HAN SUFRIDO UN ACOSO SEXUAL, VERBAL O FÍSICO.
LA LEY DEL SILENCIO
Y
asmine no regresó a casa después de que Ghada y su marido la salvaran. En vez de eso, comenzó a quedarse con un amigo que se enteró de lo sucedido a través de otros amigos. Yasmine no le contó nada. Ni siquiera pudo llorar hasta que al día siguiente escuchó la voz de Soha. Durante la semana que guardó silencio sobre su ataque, empezó a preguntarse: ¿Es esto lo que significa ser una mujer moderna en Egipto? Pensó en cómo los perros callejeros, muertos de hambre y maltratados en las calles de Egipto son mejor tratados que las mujeres egipcias que se levantaron en contra de su gobierno y exigieron cambios. En ese momento, Yasmine me dijo, que quería cortar toda relación con su país. Quería dejar la lucha, salir de ahí, tal vez comenzar una nueva historia en otro lugar. Ella quería renunciar a su ciudadanía. La historia de Soha sigue el mismo patrón que la de Yasmine: unos hombres se acercaron y la rodearon, le arrancaron la ropa, la golpearon, la arrastraron por las calles, mientras le metían los dedos y otras cosas en la vagina. Consiguió escaparse después de un acto de misericordia por parte de uno de sus agresores, al que suplicó diciendo que era madre y que no quería nada más en este mundo que volver a ver a sus hijos. Hasta la fecha, Soha permanece en el anonimato y no ha presentado ningún cargo. Ella lo ve de esta manera: la policía no pudo salvarla, la ley no la protege, y la sociedad la culpa de su propio ataque, así que debe permanecer en silencio. “Denunciar el acoso a la policía es un problema. Aunque, tenemos leyes contra el acoso sexual, no se aplican”, dijo Dina Samir, un ex portavoz de HarassMap, una organización no gubernamental fundada en diciembre de 2010 que ha comenzado a tener mucho trabajo desde la Primavera Árabe. De acuerdo con una de las leyes, al menos una persona debe haber sido testigo de la agresión. Una de las principales tácticas de HarassMap para impedir este tipo de problemas es un sistema de información online para las víctimas, que incluye un mapa generado por el usuario de lugares donde ocurren estos incidentes. Todo esto es para ayudar a acabar con el estereotipo de que los ataques son deseados, o incluso merecidos, y para erradicar el tabú de hablar del acoso sexual. El punto de vista de Soha se entiende por completo. ¿Por qué querrá revivir esos recuerdos cuando lo más probable es que vaya a perder la lucha? En Egipto, a los casos de acoso sexual se les da poca o ninguna atención. En 2009, sólo se registraron 88 casos de violación en Egipto. Aunque los casos sean procesados, los tribunales son ineficientes. El soborno y la corrupción son la fuerza principal de los tribunales egipcios. Sobornar con dinero a los funcionarios no sólo >
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es común, sino que es la única manera de llevar a cabo cualquier tipo de negocio. Los agentes de policía no va a escuchar ni hablar —con víctimas o abogados— sin unas pocas libras egipcias en sus manos. Un abogado que defiende a un agresor relacionado con las violaciones de la Plaza Tahrir habló conmigo guardando el anonimato. Me dijo: “[la víctima] Pidió 30 mil libras egipcias para retirar los cargos. Me reí en su cara y luego fui y le pagué a los dos testigos mil libras egipcias a cada uno para cambiar su testimonio. Voy a ganar el caso y mi cliente saldrá inocente. Así es Egipto”.
“PIDIÓ 30 MIL LIBRAS EGIPCIAS PARA RETIRAR LOS CARGOS. ME REÍ EN SU CARA Y LUEGO FUI Y LE PAGUÉ A LOS DOS TESTIGOS MIL LIBRAS EGIPCIAS A CADA UNO PARA CAMBIAR SU TESTIMONIO.” Después de reunirme con Yasmine, le conté su historia a algunos de mis familiares en Egipto, y uno respondió: “Su historia no es creíble. ¿Por qué no presentar una denuncia a la policía para por lo menos demostrarle a su novio con el que se casará que fue atacada?” Incluso el chico de Ghada, que fue testigo del ataque brutal a Yasmine y la rescató de las manos de sus violadores, cuestionó la autenticidad de la historia de Yasmine. Cuando Ghada ayudaba a Yasmine ponerse una galabeya (una capa larga tradicional) se puso a gritar: “¿Qué le hiciste a estos hombres? ¿De qué los conoces?” El plan original de Yasmine era permanecer en silencio, pero una semana después de su ataque, se enteró de unos seis asaltos idénticos al suyo ocurridos en la Plaza Tahrir la noche que ella misma fue acosada: todos sucedieron de seis de la tarde a once de la noche, un grupo de hombres entre los 20 y 30 años de edad rodearon víctimas, las desnudaron, las golpearon, y penetraron sus vaginas
con cuchillos. De acuerdo con Yasmine, durante el mismo tiempo, el destacado predicador salafista y personalidad de televisión Abdullah Badr —un islamista famoso detenido en mayo de 2013, después de difamar a una actriz acusándola de “adulterio”— dijo en su programa de televisión que hasta la fecha por lo menos 30 mujeres fueron abusadas sexualmente en Tahrir, que ellas eran unas “putas” que fueron a propósito a Tahrir para ser violadas. Por otro lado, Yasmine me dijo que cree que la Hermandad Musulmana ha orquestado estos ataques, pagando a agresores para atacar manifestantes anti Morsi y desmotivar el cambio en Egipto. Por supuesto, verificar tal afirmación es difícil. Egipto funciona con sobornos, tanto como lo hace con las teorías de conspiración, y no es raro escuchar frases como: “No, en realidad es que son los activistas”, “Los chicos parecen del Bloque Negro” o “Mubarak pagó a los agresores para hacer esto, para que pudiera obtener su venganza contra la revolución”. “Los testigos” pueden cambiar en cualquier momento, respondiendo al que está haciendo preguntas según si el precio es correcto. A principios de este año, cuando un equipo de producción de la revista VICE estaba grabando un documental en Egipto, entrevistaron a un grupo de hombres que afirmaron que la Hermandad Musulmana les pagó para llevar a cabo las violaciones en grupo. Después exigieron 500 libras (alrededor de 70 dólares americanos) por información. El equipo les pagó, pero descartó la entrevista. Si Yasmine está en lo correcto, parece que el plan es transformar a las mujeres activistas en víctimas, para obligarlas a reprimir su esperanza mientras son avergonzadas. Padres, hermanos y familias enteras cargan con la vergüenza de un fadiha, y el miedo a la vergüenza pública mantendrá a las víctimas en silencio. Aunque a las víctimas se les permitiera contar sus historias, lo de “quería ser violada, por eso fue a la Plaza Tahrir”, apuntará en su contra. Todo esto suena demasiado elaborado y fantasioso. Pero, según Yasmine, esto es exactamente lo que le ha sucedido. La primera vez que quiso contar su historia, colegas, amigos activistas, figuras políticas, e incluso los periodistas, se negaron a escuchar. “No podemos comprobar nada de lo que dices”, le dijeron. “Vamos a arruinar la reputación de la Plaza Tahrir y la reputación de la revolución”. En lugar de permanecer escondida, Yasmine se sintió con la obligación de advertir a mujeres que tenía planes de manifestarse en Tahrir. “Si yo lo hubiera sabido, hubiera sido más cuidadosa, me habría llevado varias capas de ropa para no ser expuesta tan rápidamente y habría ido con más amigos hombres”. Una semana después, el 30 de diciembre, Yasmine posteó un recuento detallado sobre su ataque en Facebook. Su mensaje inspiró la creación de la Operación Anti Asalto Sexual, u OpAntiSH, un grupo de voluntarios con miembros de la ONG HarassMap y Tahrir Bodyguard. >
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LOS VOLUNTARIOS OPANTISH
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l igual que esas organizaciones, OpAntiSH está compuesta por ciudadanos normales que se han ofrecido a tomar el asunto con sus propias manos porque creen que el tipo de agresiones de pandillas a Yasmine y Soha fueron ignoradas por el gobierno y la policía local. Dado el riesgo, es una sorpresa que las mujeres constituyan la mitad del grupo. OpAntiSH respondió a la crisis de los grupos de violación organizada de la Plaza Tahrir con un plan que se inició el 25 de enero de 2013, el segundo aniversario de la Primavera Árabe, donde se esperaba que miles de personas se manifestasen en contra de la cada vez más profunda toma de poder del presidente Morsi. Durante la manifestación, un grupo de control OpAntiSH se quedó en el apartamento de un activista situado en lo alto de un edificio en la punta de la plaza que funcionaba como casa de seguridad. Yasmine estaba entre ellos. Los voluntarios se dividieron en dos grupos: “el grupo de ataque”, voluntarios que físicamente intervendrían si fuera necesario y tratarían de dividir y distraer a los grupos de agresores, y la otra mitad serviría como el “grupo de seguridad”, personas que se mezclaron entre la multitud para salvar a las víctimas. Los 19 casos de violación sexual que sucedieron esa noche, superaron sus expectativas y la planificación. Los voluntarios llegaron a Tahrir alrededor de las seis de la tarde e intervinieron directamente en tres casos de agresiones que estaban ocurriendo. Abrumados y angustiados, los voluntarios se dividieron. Uno de ellos, Mohamed El-Jatib, un muchacho de 24 años de voz suave, se colgó encima de un ventilador para obtener una mejor visión de la situación y vio a una mujer extranjera rodeada por un gran grupo de hombres. Sintió que tenía que hacer algo para evitar que se acercara más hacia la multitud. En contra de todo el entrenamiento que recibió, saltó y cayó en el centro del grupo de agresores. Él sabía que la mujer, al ser atacada, no sería capaz de diferenciar entre los que la perseguían, pero estaba decidido a ayudar de todos modos, empujando a los hombres a un lado y haciendo espacio para liberarla de la pandilla. Mohamed saltó desde su improvisada torre para localizar a sus colegas. Rápidamente se dio cuenta de que estaba solo, por lo que llamó al grupo de control, que le aconsejó que corriera a uno de los edificios cerca de la calle Talat Haarb. No necesitaba una dirección. Tan pronto como llegó a la calle, vio rápidamente la multitud. Los voluntarios OpAntiSH estaban tratando de rescatar a una víctima en el interior del edificio. Mohamed se metió por la apretada multitud y se abrió camino, gritando cosas como “Estoy intentando ayudarla”, o “Ella es mi hermana”. Una vez más, solo podía ver la cabeza de la víctima y temía por lo que podría estar sucediéndole al resto del cuerpo. La pandilla
de agresores se dio cuenta inmediatamente que Mohamed no era uno de ellos y comenzó a atacar, agarrando sus muslos, golpeándolo con el mango de un cuchillo, e incluso mordiendo sus pechos: todo esto convenció a Mohamed de que los ataques fueron premeditados. En ese momento, alguien en la plaza incendió una bengala. Todo el mundo se tiró al suelo, mientras que Mohamed y el resto de los voluntarios agarraron a la víctima, cerraron la puerta del edificio, y se refugiaron en el interior. La pandilla de agresores, sin embargo, fue implacable. Golpeaban la puerta de del edificio, intentando romperla, mientras gritaban: “¡Queremos a esas mujeres del interior! ¡Queremos a esas mujeres!” 30 minutos más tarde los agresores se rindieron y se marcharon. Mohamed luchó para salvar a una víctima más esa noche, una mujer que finalmente fue trasladada en ambulancia al hospital Kasr Al Aini alrededor de la > medianoche. La mujer se estaba desangrando ya que su vagina
SOLO PODÍA VER LA CABEZA DE LA VÍCTIMA Y TEMÍA POR LO QUE PODRÍA ESTAR SUCEDIÉNDOLE AL RESTO DEL CUERPO.
Improvisada torre de control
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fue penetrada en varias ocasiones con un cuchillo. El hospital gubernamental lo negó. La ley egipcia requiere que el hospital presente un informe forense después de un crimen, y a los voluntarios se les dijo que un médico forense no estaría disponible hasta las seis de la tarde del día siguiente. El Hospital de Heliópolis, privado, la admitió después de que los voluntarios OpAntiSH le rogaran al personal que atendieran a la moribunda. Mohamed ve la operación del 25 de enero como un éxito y un fracaso a partes iguales. Voluntarios OpAntiSH pudieron salvar algunas mujeres de los ataques, e intervenir en 15 de un total de 19 casos que fueron reportados esa noche, aunque lo más probable es que decenas de incidentes similares no fueron denunciados. Estas operaciones impulsaron a Yasmine a hacer pública su historia. Los grupos de voluntarios no pudieron seguir esta lucha solos. A los pocos días, el 1 de febrero de 2013, ella y otra víctima, la periodista Hania Moheeb, contaron sus historias casi idénticas en Al Nahar, un canal de televisión egipcio. Después de la aparición televisiva de Yasmine, infinidad de abogados se ofrecieron a representarla, pero la policía decía no tener ninguna prueba del caso, a pesar
LOS VOLUNTARIOS OPANTISH LE ROGARAN AL PERSONAL QUE ATENDIERAN A LA MORIBUNDA.
Mohamed El-Jatib
de que Yasmine adquirió los números de matrícula del vehículo Skoda 1970 que pasó por encima de su cabello, las pruebas expuestas en la ropa que llevaba puesta esa noche, y los vídeos de YouTube de ataques similares tomados por testigos. Según un investigador privado que ella contrató después del incidente, el vehículo pertenecía a un miembro del partido político mayoritario de Morsi. Sin embargo, Yasmine continúa su lucha. El 30 de junio, el primer aniversario de la elección de Morsi, cuando los activistas y ciudadanos marcharon para exigir la renuncia y destitución del ahora ex presidente, se enfrentó a la posibilidad de otro asalto sexual. Yasmine estuvo entre los 33 millones de manifestantes que hacían que el calor de 33 grados se sintiera de 60; caminó durante horas, y gritó “Erhal” (“¡Vete!”) a Morsi, quien fue derrocado por los militares el 3 de julio. Yasmine se negó a llevar un arma, pero se rodeó de seis amigos hombres por su seguridad. Al final, ella salió ilesa, pero HarassMap y OpAntiSH reportaron 46 casos diferentes de asalto sexual en la Plaza Tahrir, tan solo el 30 de junio. A pesar de que Morsi y la Hermandad Musulmana cayeron del poder, el número de agresiones sexuales por pandillas se elevó a 169 casos el 5 de julio, con nada menos que 80 casos a lo largo de la noche del 4 de julio. Si la Hermanad Musulmana está coordinando estos ataques, la lucha no puede terminar. Mientras los egipcios caminan por la precaria senda de la estabilidad, es evidente que las mujeres de Egipto deben dar un paso adelante y unirse a la lucha. “La solución no es que haya menos mujeres en la Plaza Tahrir”, me dijo Mohamed. “Esto está premeditado, porque [los organizadores] tienen un número determinado de hombres que vienen con la intención de violar a mujeres. Si diez hombres llegan y sólo encuentran a una mujer, entonces será fácil para ellos atacarla. Si 20 mujeres se presentan, los violadores serán superados en número, y podríamos detener fácilmente cualquier ataque”. Incluso después de esta segunda revolución, el rol de las mujeres de Egipto no está cambiando lo suficientemente rápido como para hacerles justicia. ◊
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Om Ahmad (72 años, ama de casa con 3 hijos)
"Mi casa en Dar'a fue destruida por 2 bombas... me mudé a Aleppo con mi familia, decidí tomar un arma y luchar contra el régimen."
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Om Faraj (30 años de edad, ama de casa sin hijos)
“Ser maltratada por un guardia de seguridad del régimen en frente de mi marido es la cosa más humillante que le ha pasado a mi familia, tomé un arma, me uní a la lucha.”
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REFLEXIĂ“N
# Black Lives Matter
Entrevista de Mia Biedsong FotografĂas de Associated Press
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E
n el verano del 2013, después de que George Zimmerman fuera absuelto por dispararle hasta morir al joven Trayvon Martin, surgió un nuevo movimiento civil en defensa de los derechos de los afroamericanos en EE.UU cuyo emblema es el hashtag #BlackLivesMatter. Sus fundadoras fueron tres mujeres líderes de la comunidad afro-americana: Alicia Garza, Patrisse Cullors y Opal Tometi que se conocieron a través de la Black Organizing for Leadership & Dignity cuyo programa está diseñado para ayudar a reconstruir la infraestructura de justicia social con el fin de organizar las comunidades negras de manera más efectiva y centrar su liderazgo en el movimiento de justicia social de Estados Unidos. Alicia, Patrisse y Opal comenzaron a discutir sobre cómo iban a responder a la poca importancia que tenían las vidas negras después de la absolución de Zimmerman. Alicia escribió una entrada en Facebook titulada "Una nota de amor a la gente afroamericana", que decía: "Nuestras vidas importan, las vidas de los afroamericanos importan"a lo que Patrisse respondió: "#BlackLivesMatter". Posteriormente Opal dio su apoyo y Black Lives Matter nació como una campaña online.
Mia Birdsong: ¿Por qué Black Lives Matter es tan importante en EE.UU. en este momento y en el resto del mundo? Patrisse Cullors: Black Lives Matter es nuestra llamada a la acción. Es una herramienta para reimaginar un mundo en el que los negros existan libremente, vivan libremente. Es una forma de que nuestros aliados muestren otra actitud ante nosotros. Crecí en un barrio con gran presencia policial. Fui testigo de la continua vigilancia y detención de mis hermanos por la policía. Recuerdo que mi casa fue atacada. Y una de mis preguntas de niña era, ¿por qué? ¿Por qué a nosotros? Black Lives Matter da respuestas a esa pregunta. Da una nueva visión a las chicas negras de todo el mundo de que merecemos que luchen por nosotras, que merecemos el apoyo de los gobiernos locales. Opal Tometi: Y el racismo antinegro no solo ocurre en Estados Unidos. Ocurre en todo el mundo. Hoy, más que nunca, necesitamos un movimiento de Derechos Humanos que desafíe al racismo sistémico en todos los contextos. Lo necesitamos porque la realidad mundial es que los negros están sujetos a todo tipo de disparidades. Pienso en temas como el cambio climático, y cómo 6 de las 10 naciones más impactadas por el cambio climático se encuentran en el continente africano. La gente está a merced de todo tipo de desastres naturales que los desplaza de sus hogares ancestrales y les quita la posibilidad de tener una vida decente. También vemos desastres
"6 DE LAS 10 NACIONES MÁS IMPACTADAS POR EL CAMBIO CLIMÁTICO SE ENCUENTRAN EN EL CONTINENTE AFRICANO." como el huracán Matthew, que recientemente hizo estragos en muchas naciones, pero causó el mayor daño en Haití. Haití es el país más pobre en este hemisferio, y sus habitantes son negros. En Haití vemos un país que se ha enfrentado a muchos desafíos que precedieron a este huracán. Se estaban recuperando de un terremoto, se recuperaban del cólera traído por las fuerzas de paz de la ONU y que todavía no ha sido erradicado. Lo cual es inconcebible. Y todo esto
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no habría pasado si la población de este país no fuera negra, tenemos que reconocer eso. Pero lo más alentador ahora es que a pesar de estos desafíos, estamos viendo que hay una red de africanos a través del continente que se levantan y luchan y exigen justicia climática. Mia: Alicia, has dicho que si los negros son libres, todos somos libres. ¿Puedes decirnos qué significa eso? Alicia Garza: Claro. Pienso que el racismo quizá sea el fenómeno social, económico y político más estudiado en este país, pero también es el menos comprendido. La realidad es que las etnias en EE.UU. operan en un espectro del negro al blanco. No significa que los del medio no experimenten racismo, significa que cuanto más cerca del blanco uno esté en ese espectro, mejor estará. Y que cuanto más cerca del negro se esté en ese espectro, peor se estará. Cuando pensamos la forma de abordar ciertos problemas en este país, a menudo empezamos desde una idea de la justicia descendiente o por derrame. Así, con los blancos como referentes del control, pensamos que si mejoramos las cosas para los blancos todos saldrán beneficiados. Pero en realidad no funciona así. Tenemos que atacar los problemas de raíz, y si partimos de lo que sucede en las comunidades negras, eso creará un efecto de efervescencia, ¿sí? Un burbujeo hacia arriba más que un derrame hacia abajo. Daré un ejemplo. Cuando hablamos de la brecha salarial, a menudo decimos que las mujeres ganan 78 centavos por cada dólar de los hombres. Todos han oído eso antes. Pero esas son estadísticas para mujeres blancas y hombres blancos. La realidad indica que las mujeres negras ganan 64 centavos por cada 78 centavos de las mujeres blancas. Las latinas, ganan 58 centavos. Y si hablamos de mujeres aborígenes, si hablamos de mujeres trans, el número sería incluso más bajo. De nuevo, si uno trabaja con los más impactados, todos tendrán la oportunidad de beneficiarse de eso, en vez de trabajar con los menos impactados, y esperar que las mejoras desciendan hacia abajo. Mia: Me encanta la efervescencia, el burbujeo hacia arriba. Alicia: Efervescencia, como el champán. (Risas) Mia: ¿A quién no le gusta una copa de champán, ¿no? Champán y libertad. (Risas) ¿Qué más podríamos desear, no? Todos lo hemos hecho durante un minuto, y los últimos años han sido... bueno, no puedo ni imaginarlo, pero seguro que han sido transformadores. Y sé que todas vosotras habéis aprendido mucho sobre liderazgo. ¿Qué deseáis compartir con las personas sobre lo que habéis aprendido sobre el liderazgo? Patrisse, empecemos contigo. Patrisse: Sí, que tenemos que invertir en el liderazgo negro. Ese es mi mejor aprendizaje en los últimos años. Hemos visto miles de negros que se presentan en nuestras vidas con muy poca infraestructura y muy poco apoyo. El trabajo como líderes del movimiento no se centra en nuestra propia visibilidad sino en dar visibilidad al conjunto. No bregar por nosotros, sino bregar por todos. Se trata de cómo volverse líder, ya sea en el lugar de trabajo, o en el hogar, y de creer que el movimiento por las vidas negras no es solo para nosotros, sino para todos.
"EL RACISMO QUIZÁ SEA EL FENÓMENO SOCIAL, ECONÓMICOY POLÍTICO MÁS ESTUDIADO EN ESTE PAÍS, PERO TAMBIÉN ES EL MENOS COMPRENDIDO." Mia: ¿Qué hay de ti, Opal? Opal: He estado aprendiendo mucho sobre la interdependencia. He estado aprendiendo a confiar en el equipo. He descubierto este nuevo mantra después de regresar de un sabático de tres meses. Sé que resulta raro que las mujeres negras en puestos de liderazgo se tomen un sabático, pero sentí que era realmente importante para mi liderazgo y para mi equipo, puede ser tan bueno retroceder como retornar. Y en este proceso aprendí que debemos reconocer que distintas personas aportan diferentes puntos de vista, y que, para que todo el equipo florezca, tenemos que permitirles compartir y permitirles brillar. Así, durante mi sabático, vi a nuestro equipo levantarse en mi ausencia. Pudieron lanzar nuevos programas, recaudar fondos. Y, cuando volví, sentí mucha gratitud y reconocimiento porque me mostraron que contaban con mi apoyo pero que, verdaderamente, tenían sus propios recursos. Sabéis, en mi sabático recordé realmente la filosofía sudafricana de ubuntu. “Soy porque tú eres; tú eres porque yo soy”. Y me di cuenta de que mi propio liderazgo, y las contribuciones que puedo hacer, se deben en gran parte a las contribuciones que ellos hacen. Mi nuevo mantra es: “Mantén la calma y confía en el equipo”. Y también: “Mantén la calma y agradece al equipo”. Mia: Uno de los conceptos que más he escuchado en el contexto del movimiento Black Lives Matter, más que en otro lugar, es que es un movimiento de co-liderazgo, y ese es un concepto muy hermoso, y creo que algo que las mujeres a menudo aportan a la conversación sobre liderazgo es realmente la pieza colectiva. ¿Qué hay de ti, Alicia? Alicia: Sí... ¿Cuántas de vosotras habéis oído decir que el liderazgo es solitario? Creo que hay un elemento donde el liderazgo es solitario, pero también creo que no tiene por
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qué ser así. Y para llegar a ese punto, creo que hay algunas cosas que debemos hacer. Una es que tenemos que dejar de tratar a los líderes como superhéroes. Somos gente común que trata de hacer cosas poco comunes, por eso necesitamos apoyo. Otra cosa que aprendí del liderazgo es que hay una diferencia entre ser líder y ser celebridad. En cierto modo nos hemos convertido en celebridades en vez de personas que tratan de resolver un problema. Y tratamos a las celebridades de manera un poco frívola. Un día nos gustan, al otro día no nos gusta lo que llevan puesto. Por eso debemos dejar de endiosar a los líderes para que más personas asuman el liderazgo. Mucha gente está aterrorizada de saltar al liderazgo por la excesiva atención que reciben y por lo brutales que somos con los líderes. Y luego lo último que he aprendido sobre el liderazgo es que es fácil ser líder cuando le gustas a todo el mundo. Pero que es difícil ser líder si debes tomar decisiones difíciles y si tienes que hacer lo correcto, aun cuando no le guste a la gente justamente por eso. Y así, de esa manera, pienso que otra manera de apoyar a los líderes es sumarse a nuestra lucha, sumarse a nuestra lucha políticamente, no de forma personal. Podemos tener desacuerdos sin ser desagradables, pero es importante para nosotros que nos potenciemos mutuamente, para que todos podamos levantarnos. Mia: Eso que dices es hermoso, gracias. Con este proyecto estáis llevando a cabo un trabajo que os obliga a enfrentar realidades brutales, dolorosas, a diario. ¿Qué os da esperanza y os inspira en ese contexto? Patrisse: Tengo esperanza por los futuros negros. Y lo digo porque vivimos en una sociedad obsesionada por la muerte negra. Tenemos imágenes de nuestra muerte en la pantalla de TV, en las líneas de tiempo de Twitter, o en las de Facebook, pero ¿qué tal si imaginamos la vida negra? Imaginemos a los negros vivos y prósperos. Y eso... eso me inspira. Opal: Lo que me inspira estos días son los inmigrantes. Inmigrantes de todo el mundo que están haciendo lo mejor que pueden para ganarse la vida, sobrevivir y también para prosperar. Ahora mismo hay más de 244 millones de personas que no viven en su país de origen. Se trata de un aumento del 40 % desde el año 2000. Eso me dice que las disparidades en todo el mundo solo están empeorando. Sin embargo, hay personas que encuentran la fuerza y los medios para viajar, para moverse, para conseguir una vida mejor para ellos mismos y para sus familias y seres queridos. Y algunas de estas personas son inmigrantes y también indocumentados. No están autorizados. Y me inspiran aún más porque aunque nuestra sociedad les está diciendo que no son queridos, que no los necesitamos aquí, y a pesar de que son muy vulnerables y están sujetos a abusos, a robo de sueldos, a explotación y a ataques xenófobos, muchos de ellos también están empezando a organizarse en sus comunidades. Y estoy viendo que también hay una red emergente de la población negra, indocumentada, que se resiste a este marco y se resiste a la criminalización de su existencia. Y eso para mí es increíblemente poderoso y me inspira cada día.
"ME INSPIRA VER GENTE MAYOR ASUMIR SU PROPIO PODER Y LIDERAZGO Y DECIR: NO ESTOY PASANDO UNA ANTORCHA, ESTOY AYUDANDO A ENCENDER EL FUEGO." Mia: ¿Alicia? Alicia: Sabemos que los jóvenes son el presente y el futuro, pero me inspiran las personas mayores que se están transformando al servicio de este movimiento. Sabemos que conforme uno envejece, se atrinchera un poco más en sus formas. Me ocurre a mí misma, sé que eso es correcto. Pero me inspira ver a la gente que tiene una forma de hacer las cosas, que tiene una forma de pensar el mundo, y son valientes como para estar abiertos a escuchar las experiencias de tantos de nosotros que queremos vivir en un mundo justo y queremos vivir en un mundo equitativo. Y también me inspiran las acciones de las personas mayores que veo al servicio de este movimiento. Me inspira ver gente mayor asumir su propio poder y liderazgo y decir: “No estoy pasando una antorcha, estoy ayudando a encender el fuego”. Mia: Me encanta eso, sí. En términos de acción, creo que es increíble sentarse aquí y poder escucharos, y observar nuestras mentes abiertas y flexibles, pero eso no va a liberar a las personas negras. Así que, si tuvieran algo que quisieran que nuestros lectores hicieran, ¿qué sería? Alicia: Lo que pueden hacer es unirse a algo. Sean parte de algo. Hay grupos, colectivos... no tiene que ser una ONG, ¿saben a lo que me refiero? Pero hay grupos que están trabajando en nuestras comunidades ahora para que las vidas negras importen, como todas las vidas importan. Participen; no se sienten en el sofá y digan qué piensan que se debe hacer. Háganlo con nosotros. Mia: ¿Quieres agregar algo? ¿Está bien? Todo bien. Así que... Y pienso que al sumarse a algo, si sienten que no tienen a qué sumarse, creen algo. Alicia: Y si sienten que no tienen a qué sumarse, que creen algo. Es lo que hicimos nosotras. ◊
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NARRATIVA
Indignadas Las ilustraciones de María María Acha-Kutscher Texto de Ana Marcos
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aría María Acha-Kutscher ya quería ser una artista activista con 12 años. O por lo menos tenía la intención. El plan lo fue construyendo según crecía y cambiaba de país. Primero llegó a México en la década de los noventa. Después cambió de continente y se instaló en Madrid. Cuando llegó a España ya era artista, pero le añadió el apellido feminista. El único adjetivo con el que le gusta identificar su trabajo. “No se adscribe a ningún lenguaje, estética o estilo, ni se identifica con técnicas o formatos específicos, para cada trabajo desarrollo un lenguaje y una metodología propios”, explica, “el centro de mi obra es la mujer”. A miles de kilómetros de su país de nacimiento, María María ha decidido contar la historia de mujeres anónimas y conocidas para intentar devolverlas al relato
del que nunca debieron ser excluidas. “Las mujeres somos el colectivo marginado más antiguo de la humanidad”, opina. “Mi objetivo es que las generaciones futuras entiendan que los cambios sociales a través de la historia fueron realizados por mujeres y hombres conjuntamente”. En España encontró en los rostros y cuerpos femeninos del 15M la excusa para seguir creando “contra el constante ejercicio patriarcal de intentar borrarnos de la historia oficial”. Y así surgió la serie Indignadas que desde 2012 se alimenta con fotografías convertidas en dibujos digitales. Una forma de internacionalizar una lucha que en su caso tuvo como excusa las movilizaciones sociales en torno a la Puerta del Sol de Madrid y que ahora abarca otros movimientos como Occupy Wall Street en Nueva York, la denominada SlutWalk (marcha de las putas), las intervenciones de Femen o las protestas contra el trato a la población negra en Estados Unidos. ◊
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MarĂa MarĂa Acha-Kutscher en su estudio de Madrid
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“El termino activista viene determinado por la prensa, mi contribución como artista opera a un nivel simbólico, en cuanto a que mi trabajo tiene que ver con la creación de nuevos imaginarios de la mujer. Una mujer empoderada, mostrada en plena acción política que transgrede el espacio tradicional creado por el patriarcado. Sale de la esfera doméstica para entrar a la pública. Esta nueva imagen de la mujer está siendo creada por las mismas activistas, yo sólo las “inmortalizo” a través de mi obra. Y en el caso de la serie Indignadas, comparto las imágenes en Internet para contribuir a la expansión del trabajo que realizan las activistas.”
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Ali (16 años, estudiante)
“Occidente no ve ningún problema en Siria, mientras que nosotros pedimos su apoyo, nuestros hijos, amigos y familiares están siendo castigados, sin ninguna razón.”
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REFLEXIÓN
Mujeres y Socialismo: Ensayos sobre la Liberación de las Mujeres Tésis de Sharon Smith
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ESCLAVITUD DOMÉSTICA Si algo se puede destacar, desde el inicio de la tradición marxista en cuanto a la emancipación de la mujer, es que el problema no ha sido nunca contemplado teóricamente como un asunto que concierne solo a las mujeres, sino como un tema en el que se debe implicar el conjunto de los lideres revolucionarios, tanto hombres como mujeres. El revolucionario ruso León Trotsky escribió: “Para cambiar nuestras condiciones de vida, debemos aprender a mirar a través de los ojos de las mujeres”. Del mismo modo, V.I. Lenin, solía referirse a la opresión de las mujeres dentro de la familia como esclavitud doméstica. La esclavitud doméstica, a la que Lenin hace referencia, es un elemento central en la teoría marxista sobre la opresión de las mujeres: la fuente de la opresión de las mujeres radica en el papel de la familia como reproductora de la fuerza de trabajo para el capitalismo, y en el papel desigual de la mujer en su seno. Mientras que la familia de las clases dominantes ha funcionado históricamente como una institución a través de la que transmitir la herencia entre generaciones, con el surgimiento del capitalismo, la familia de la clase obrera asumió la función de proporcionar al sistema una oferta abundante de mano de obra. Es una forma muy barata para los capitalistas, pero no para los trabajadores, de reproducir la fuerza de trabajo, tanto en términos de reposición diaria de la fuerza de trabajo actual, como para su incremento numérico con generaciones futuras de trabajadores. Esta configuración sitúa casi toda la carga financiera para la crianza de los hijos y el mantenimiento del hogar sobre los hombros de las unidades familiares obreras, dependiendo básicamente de los salarios de uno o de los dos padres para la supervivencia, en lugar del gasto social del gobierno o de la clase capitalista. El surgimiento de la familia de la clase obrera también comenzó a diferenciar claramente el carácter de la opresión que sufren las mujeres de distintas clases: el papel de las mujeres de clase alta es producir descendencia para heredar la riqueza de la familia, mientras que la función de las mujeres de la clase obrera es mantener las generaciones de trabajadores para hoy y mañana dentro de su propia familia; esto es, la reproducción de la fuerza de trabajo para el sistema. Engels sostenía que el papel de la mujer proletaria significa que la esposa se convertía en la sirvienta principal y que si lleva a cabo sus tareas al servicio privado de su familia, permanece excluida de la producción pública y sin salario; y si quiere tomar parte en la producción pública y obtener un salario independiente, no puede atender sus deberes familiares. Actualmente, las exigencias del trabajo y de la familia compiten entre sí y son una fuente importante de estrés para las madres trabajadoras. Sobre todo en las familias obreras que no pueden permitirse el lujo de pagar servicios externos de lavandería, limpieza, cocina y ayuda en las tareas domésticas. Para fortalecer la institución familiar, la ideología de la clase dominante obliga a mujeres y hombres a asumir roles de genero rígidamente diferenciados, incluyendo el ideal de criadora-ama de casa para las mujeres, sometidas al varón cabeza de familia y responsable de su sustento económico, sin que importe lo poco que tienen que ver realmente esos ideales con las vidas reales de la clase trabajadora. Desde la década de los 70, la gran mayoría de las mujeres forman parte de la fuerza de trabajo y, sin embargo, perviven tanto esos ideales familiares como la idea de que la mujer esta mejor dotada para asumir las tareas domésticas dentro de la familia. El papel de la mujer como cuidadora en
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el seno familiar reduce su status al de ciudadanas de segunda clase dentro del conjunto social, dado que se presupone que su principal responsabilidad, y su mayor contribución, es la de estar al servicio de las necesidades individuales de su familia. Así, comprendiendo que el papel de la familia es la clave para entender la posición de ciudadanas de segunda que padecen las mujeres en la sociedad, responderemos a las preguntas básicas: ¿porqué aún no se ha conseguido aprobar la enmienda a la constitución sobre la igualdad de derechos que garantice la igualdad básica ante la ley para las mujeres norteamericanas?; ¿Porqué las mujeres son relegadas al papel de objetos sexuales, sujetas a la aprobación o desaprobación de los hombres?; ¿Porqué las mujeres seguimos, aún hoy, luchando por el derecho a controlar y decidir sobre nuestro propio cuerpo y nuestra vida reproductiva? Todo comenzó con la familia, pero sus repercusiones se extienden mucho mas allá de la vida dentro de la familia. Los líderes de la Revolución Rusa de 1917 comprendieron no solo el papel central de la familia en la raíz de la opresión de las mujeres, sino también que las dificultades para lograr la igualdad de género dentro de la familia condicionaban la liberación de la mujer en el conjunto de la sociedad. Trotsky escribió en 1920: "Lograr la igualdad real entre el hombre y la mujer dentro de la familia es un problema arduo. Todos nuestros hábitos domésticos deberán ser revolucionados antes de que pueda suceder. Y, sin embargo, es obvio que si no hay verdadera igualdad entre marido y mujer en la familia, tanto en lo cotidiano como en sus condiciones de vida, no podremos hablar seriamente de su igualdad en el trabajo, en la sociedad o incluso en la política". [...]
FEMINISMO Los avances del movimiento de liberación de las mujeres en la década de 1960 han tenido un efecto duradero en la sociedad y esa es la razón por la que la derecha se ha pasado los últimos 40 años atacando todas esas conquistas de los movimientos de mujeres. También por ello, el feminismo en sí ha sido objeto de ataques, que intentaban caricaturizar a las feministas como un grupo de mujeres amargadas, egoístas y sin sentido del humor, a las que no les gustan los hombres, ni resultan atractivas para ellos y por todo ello se pasan la vida inmersas en una mentalidad victimista, imaginando ver ataques sexistas por todos lados. Así, en este punto de la historia, cuando el feminismo ha sufrido los últimos 40 años un ataque sostenido y sin que se vislumbre cuando acabará, lo último a lo que nos debemos sentir empujados es a atacar al feminismo. Al contrario, tenemos que defender el feminismo por principio, como defensa de la liberación de la mujer y en oposición al sexismo. ¿Cuál es la definición de feminismo?: la defensa de los derechos de la mujer en el terreno de su igualdad política, social y económica respecto de los hombres. Lamentablemente, no todos los marxistas, ni en todo momento, comprendieron la necesidad de defender el feminismo y de valorar los enormes logros del movimiento de mujeres, ni siquiera después de que la era de los 60 dejara paso a la reacción. Esto incluye a algunos que pertenecen a nuestra propia tradición, la Tendencia Socialista Internacional que, a mi juicio, incurrió en un enfoque reduccionista de la liberación de la mujer hace algunas décadas. Y >
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también podría añadir que nuestra propia organización, la ISO de EE UU, ha sobrellevado la marca de esa tradición en un par de puntos teóricos clave, que quiero aquí resumir brevemente. En primer lugar, ¿qué es el reduccionismo? En su forma más pura, el reduccionismo supone que la lucha de clases resolverá el problema del sexismo por si misma, al revelar los verdaderos intereses de clase en oposición a la falsa conciencia. Este enfoque reduce los problemas de opresión a una cuestión de clase. También se acompaña, generalmente, de una reiteración del carácter objetivo de clase del interés de los hombres en acabar con la opresión de la mujer, sin asumir la pregunta más difícil: ¿cómo enfrentar el sexismo dentro de la clase obrera? Obviamente, ésta somera aproximación no describe la tradición de la Tendencia Socialista Internacional que, después de los movimientos de liberación de la mujer de los años 60, se toma muy en serio la liberación de la mujer, como un elemento central de la lucha por el socialismo. No obstante, yo diría que fue una adaptación en sentido reduccionista y una tendencia a minimizar la opresión que sufren las trabajadoras como mujeres lo que condujo a una errónea prueba de fuego teórica sobre la cuestión de como los hombres de la clase obrera se benefician de la opresión de las mujeres. También quiero dejar aquí claro que no estoy simplemente señalando con el dedo, ya que, aunque en menor medida, nosotros en la ISO de EE UU adoptamos un enfoque similar. Hubo un conjunto de artículos y un debate a mediados de los años 80, publicados en el International Socialism Journal, en el que participaron algunos de los principales dirigentes del Socialist Workers Party (SWP) británico, que comenzaron a abordar las cuestiones que acabo de describir. No es posible aquí resumir todo aquel debate, pero si presentar algunos de sus puntos más significativos. Empezaremos con un articulo de 1984 titulado: Liberación de la Mujer y Socialismo Revolucionario de Chris Harman, un destacado miembro del SWP. (Quiero aclarar que Harman fue uno de los grandes marxistas de su época, que jugó un papel clave en la formación de muchos de nosotros en la ISO. Así pues, el asunto que describo representa una pequeña, aunque significante, detracción en su, por otra parte, enorme contribución al marxismo). En su artículo Harman sostiene: "De hecho, sin embargo, los beneficios que los hombres de la clase obrera reciben de la opresión de las mujeres son en realidad marginales. Los beneficios reales se reducen a la cuestión del trabajo doméstico. La pregunta es hasta que punto los hombres de la clase obrera se benefician del trabajo no remunerado de las mujeres. Lo que los hombres de la clase obrera ganan, directamente, en términos del trabajo de su mujer, puede ser, más o menos, estimado. Es la cantidad de trabajo que tendría que realizar él si tuviera que limpiar y cocinar para sí mismo. No podría suponer más de una hora o dos al día. Una carga pesada para una mujer que tiene que realizar ese trabajo para dos personas después de una jornada laboral remunerada, pero no una enorme ganancia para el hombre trabajador." No parece necesario señalar que en los comentarios de Harman se describen solo los beneficios marginales que reciben los hombres, sin hijos que añadir a la carga de las mujeres dentro del hogar.
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Otro socialista británico, John Molyneux, contestó a los argumentos de Harman, diciendo que los beneficios de los hombres son algo más que marginales: "Harman nos dice que ello supone una carga pesada para una mujer que tiene que realizar ese trabajo para dos personas después de una jornada laboral remunerada, así pues ¿si no supone un beneficio importante para el hombre trabajador, no es necesario hacerlo?" Los planteamientos de Molyneux provocaron una airada respuesta de Lindsey German y Sheila McGregor, miembros del Comité Central del SWP, a los que Molyneux contestó de la misma manera. El debate no concluyó hasta 1986. Lindsey German opinó: "Las diferencias y ventajas que los hombres tienen no son, de ninguna forma, enormes; tampoco hay beneficios tan sustanciales como John plantea. Por consiguiente, no existe base material que permita que los hombres sean comprados a cambio de esas ventajas". Sheila McGregor argumentó en contra como si Molyneux estuviera en vías de abandonar el marxismo por completo: "Si debemos tener una teoría adecuada sobre la opresión de las mujeres y como luchar contra ella, necesitamos basarnos en la tradición marxista. La posición de John, de que los hombres de la clase obrera se benefician de la opresión de las mujeres, es un primer paso hacía el abandono de esa tradición". A lo largo de ese debate, la posición evolucionó desde la sostenida por Harman, (el carácter marginal de los beneficios obtenidos por los hombres), a la afirmación de que los hombres de la clase obrera no se beneficiaban, en absoluto, de la opresión de las mujeres, junto a la de que, incluso aquellas ventajas que tienen los hombres sobre las mujeres dentro de la familia, no son sustanciales.
BENEFICIOS Si bien es cierto que el Capital es el primer beneficiario, tanto de la opresión de las mujeres en la familia, como de toda la basura sexista que se utiliza para reforzar el papel de la mujer como ciudadana de segunda clase (y también que los hombres de la clase obrera tienen un interés de clase objetivo en la liberación de la mujer), además, yo diría que plantear todo ello, simplemente así, da lugar a la tendencia a minimizar la gravedad de la opresión que sufren las mujeres y a no tomar en serio la necesidad de combatirla dentro de la clase obrera. Como ejemplo de esto, baste comparar los argumentos del SWP británico de la época con los comentarios del propio Lenin en 1920, en las conversaciones mantenidas con la revolucionaria alemana Clara Zetkin algunos años después de la Revolución Rusa, cuando Lenin trató, en detalle, acerca de los obstáculos para alcanzar la liberación de las mujeres. ¿Podría haber una prueba más palpable (de la continua opresión de las mujeres) que la de la visión corriente de un hombre observando, tranquilamente, como una mujer se agota con un trabajo trivial y monótono, trabajo que consume mucha fuerza y mucho tiempo, como es el doméstico y viendo, en ella, como su espíritu se encoje, su mente ensordece, su corazón se debilita y su voluntad languidece?...Muy pocos maridos, ni siquiera los proletarios, piensan en lo mucho que podrían aliviar las cargas y preocupaciones de sus mujeres o, incluso, eliminarlas por completo, si les echaran una mano en ese trabajo >
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de mujeres. Pero no, eso iría contra el privilegio y la dignidad del hombre. Él exige su comodidad y su descanso. Debemos erradicar el viejo punto de vista de amo del esclavo, tanto en el partido como en las masas. Es una de nuestras tareas políticas, una tarea tan urgente y necesaria como es la formación de un núcleo de camaradas, hombres y mujeres, con una sólida preparación, teórica y práctica, para el trabajo del Partido entre las mujeres trabajadoras. El Partido Bolchevique, tanto antes como después de la Revolución, dedicó considerables recursos a la divulgación y la educación de las mujeres trabajadoras y campesinas, a través de su Departamento de la Mujer, mientras que, al mismo tiempo, argumentaba en contra de las actitudes sexistas de los hombres de la clase obrera. Alexandra Kollontai, que fue un miembro destacado del Partido Bolchevique y una de sus principales teóricas en torno a la opresión de la mujer, asistió, en 1917, al primer Congreso Pan-Ruso de los Sindicatos, en el que hizo un llamamiento a los hombres de la clase obrera para que apoyaran la igualdad salarial de las trabajadoras. Esto es lo que dijo: “Los trabajadores con conciencia de clase deben entender que el valor del trabajo masculino depende del valor del trabajo femenino y que, con la amenaza de sustituir la mano de obra masculina por mano de obra femenina más barata, el capitalista puede presionar sobre el nivel salarial de los hombres. Sola la falta de comprensión puede llevar a ver este tema como una mera cuestión de la mujer”. Así que yo añadiría que, hoy en día, nuestro énfasis debería estar más en consonancia con la teoría y la práctica de los bolcheviques, no solo en cuanto a no minimizar el grado de opresión al que se enfrentan las mujeres, o cualquier grupo oprimido, dentro de la clase obrera, sino además, en realizar un serio esfuerzo, en todos los frentes, para combatirlo. Además, la verdad es que el feminismo es un movimiento amplio y multifacético, con tendencias muy diferentes y con bases teóricas también muy diversas. Construir un modelo de paja con el feminismo, basándolo en sus formas más burguesas, para luego tumbarlo y finalmente pensar que ya hemos hecho nuestro trabajo intelectual, hace un flaco servicio a la lucha contra la opresión de las mujeres. Hay importantes debates entre las feministas a los que hemos permanecido ignorantes en gran parte y que pueden jugar un gran papel para avanzar en nuestra comprensión tanto de la opresión de las mujeres como del marxismo mismo.
FEMINISMO BURGUÉS No estoy planteando aquí que debamos abrazar, por igual y sin posición crítica, todas las tendencias del feminismo. De hecho hay un ala específica a la que debemos tratar con hostilidad abierta: el feminismo burgués o de clase media. Las mujeres de la clase dominante y de la clase media se enfrentan a la opresión, pero eso no significa que podamos confiar en que puedan seguir una estrategia que las lleve a abordar el sufrimiento de la vasta mayoría de las mujeres que están en la clase obrera. Por el contrario, el incremento del número de mujeres en la cúpula empresarial y en las listas electorales en los últimos 45 años institucionalizaron el femi-
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nismo de clase media bajo la forma de organizaciones como la US National Organization for Women y la Feminist Majority Foundation, que no ven un problema en dedicar su atención exclusivamente a las necesidades de las mujeres de clases profesionales y directivas. Esto ha dado paso, desde la década de 1990, a lo que se ha dado en llamar Power Feminism (poder feminista). La autora feminista Naomi Wolf resume mejor este nuevo enfoque, en su libro de 1994 Fire with Fire. En esa obra, Wolf acuñó el término Power Feminism como alternativo al que llama: Victim Feminism (victimismo feminista) que, según la autora, incluye los viejos hábitos heredados por la izquierda revolucionaria de la década de los años 60, tales como el reflejo anti-capitalista, la mentalidad sectaria y la aversión al sistema. Wolf admite que el capitalismo es la opresión de muchos por unos pocos, pero añade que suficiente dinero rescata a la mujer de mucha opresión sexual. Este, en pocas palabras, es el mensaje de Wolf: "las mujeres deben abrazar el capitalismo y conseguir todo el dinero y el poder que puedan para sí mismas". Pervirtiendo el marxismo, sostiene que mientras esperan la revolución, las mujeres están mejor con los medios de producción en sus propias manos, las empresas de mujeres pueden ser las células del Poder del siglo XXI. De hecho, Wolf asume las diferencias de clase entre las mujeres, argumentando que: "Va a haber épocas en las que las agresiones de una mujer contra otra sea saludable, incluso un energizante corolario del hecho de haber alcanzado la plena participación social. Hay mujeres que dirigen, critican y despiden a otras mujeres, y sus empleados, a veces, comprensiblemente, odiarán su coraje". Ninguna socialista ni feminista debe sentirse obligada a aliarse con el Power Feminism o con cualquier otra rama del feminismo de clase media. El feminismo burgués no es nada nuevo y el punto de vista sobre él de los bolcheviques es muy instructivo para nosotros, hoy en día. Una vez más, Alexandra Kollontai nos presenta un enfoque aplicable a la situación actual. En un panfleto de 1909, titulado: Los fundamentos socialistas de la Cuestión de la Mujer, explicaba por qué no puede darse una alianza entre la clase obrera y las mujeres de la clase dominante, a pesar de algunos aspectos de su opresión compartida: "El mundo de las mujeres se divide, como el mundo de los hombres, en dos bandos: los intereses y las aspiraciones de una parte la acercan hacia la clase burguesa, mientras que la otra esta en estrecha relación con el proletariado y su propuesta libertadora que incluye una solución completa de la cuestión de la mujer. Así pues, aunque ambas partes persigan en general la liberación de la mujer, sus objetivos e intereses son distintos. Cada una de las partes, inconscientemente, establece sus propuestas iniciales a partir de los intereses y aspiraciones de su propia clase, lo que dota de un color específico de clase a los objetivos y tareas que establecen para si mismas ." A pesar de la aparente radicalidad de las demandas de las feministas, no hay que perder de vista el hecho de que las feministas no pueden, en razón de su posición de clase, luchar por la transformación fundamental de la sociedad, sin la que la liberación de la mujer no podrá ser completa. ◊ Sharon Smith, Women and Socialism: Essays on Women’s Liberation. New York, 2005.
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TESTIMONIO
Diez puntos básicos para generar una revolución social desde el trabajo doméstico
Texto de Alicia Murillo Ilustraciones de Sonia Pulido
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H
e incluido “ama de casa” en mi currículum y esto ha desatado en mi entorno, una vez más, la duda y la pregunta que llevo escuchando toda mi vida: “¿Por qué?”. Todo el mundo llega a la misma cuestión, una y otra vez, cuando conocen mis opciones de vida: “¿Por qué tu hijo lleva tu apellido en lugar del paterno?” “¿Por qué te has rapado?” “¿Por qué te defines como ama de casa?” Me quedo en blanco, no sé qué decir, porque la respuesta para mí es tan obvia que me parece mentira que alguien me lo plantee: “Porque quiero y porque puedo”. Ante la libre elección de una mujer siempre viene un cuestionamiento. Lo primero es la desacreditación, poniendo sobre la mesa el tema de las opciones: “¿Qué opciones tuviste?”, porque está claro que si te has decantado por algo así es porque no pudiste hacer otra cosa. Si le pones tu apellido a tu criatura es porque el padre no lo reconoció, si te rapas es porque tienes cáncer (os doy mi palabra de honor de que me lo han llegado a preguntar varias veces), si te defines como ama de casa es porque no pudiste encontrar un trabajo mejor. El segundo cuestionamiento viene a través del intento de proyección del miedo de mi interlocutor/a sobre mi persona: “Pero… ¿te has parado a pensar las consecuencias que esto te va a acarrear?”. Esa premisa me recuerda mucho a los consejos que oía durante la adolescencia, cuando decía que me quería hacer un tatuaje. Y es que las mujeres, a ojos de esta sociedad, somos eternas adolescentes que no calibramos bien las consecuencias de nuestros actos porque no tenemos capacidad o madurez o vivencias o todo ello junto, para saber qué nos conviene. Y si esto no sirve para bloquearte, si aún así sigues siendo tan terca que incluso te atreves a defender tu posición a estas alturas de la conversación, llega el chantaje de la culpa: “Muy bien, si piensas que eso es bueno para ti, allá tú pero… ¿Te has parado a pensar en las consecuencias que va a tener esto para el resto de las mujeres, para "SOY AMA DE CASA tu hijo, para tu padre y tu madre, para un largo etcétera Y NO CREO EN de personas damnificadas? Por culpa tuya nos seguirán LOS BINOMIOS. viendo a las mujeres como responsables únicas de la CREO QUE ESTO crianza, por culpa tuya la gente va a pensar que tu hijo, ME CONDENARÁ que lleva el apellido materno, viene de una familia desesA LA LLAMA ETERNA." tructurada (sí, esto también me lo han llegado a decir), por culpa tuya tu padre y tu madre están señalados en el barrio como los de la hija rara, la calva bollera…” ¡Qué egoístas somos las mujeres cuando decidimos hacer con nuestras vidas lo que nos sale del coño! Por otro lado quiero decir que soy ama de casa y no creo en los binomios. Creo que esto me condenará a la llama eterna. No conozco a ninguna mujer que sea ama de casa y punto. Ser ama de casa vs. trabajar fuera no existe. No soy ama de casa, estoy ama de casa. Ser ama de casa no me define, pero es parte de mi vida y no creo que tenga ningún sentido negarlo. Mi trabajo es importante, muy importante, y la labor de las personas que nos dedicamos a los cuidados constituye una parte fundamental del PIB de este y de cualquier país. Y después de toda esta aclaración (… o justificación), una vez que ha quedado claro que soy ama de casa porque quiero y/o porque puedo, que parte fundamental de mi jornada está dedicada a eso que llaman trabajo reproductivo y de crianza, ahora sí, ahora lo lanzo: quiero cobrar y cotizar en la Seguridad Social. Quiero que el “trabajo de ama de casa” pase a ser “empleo de ama de casa”, con días de vacaciones pagadas, con una remuneración digna, con un horario establecido. Quiero reconocimiento material y social. Quiero que >
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las plazas y las calles también lleven nombres de las trabajadoras del hogar, tengan éstas o no un vínculo familiar con las personas a las que cuidan. No quiero volver a la vida que tuvieron mis abuelas, no es eso lo que pido, no me estoy cagando en los esfuerzos de la generación de mi madre por poder estudiar y trabajar fuera de casa, lo que estoy pidiendo es una revisión del trabajo doméstico, una nueva forma de entender todo ese limbo legal en el que estamos muchas mujeres y para ello propongo una revolución de amas de casa basada en estos diez puntos: 1. Que entendamos la diferencia entre trabajo y empleo y que luchemos por dejar de ser trabajadoras y empecemos a ser empleadas, autoempleadas o empresarias. 2. Que abandonemos la idea de maternidad y familia romántica y veamos la familia como lo que es: una empresa que genera gastos y beneficios y que no debe sostenerse a base del trabajo gratuito de nadie. 3. Que admitamos que nuestra situación actual es de esclavitud: estamos trabajando por comida y techo, solo que ahora el amo es nuestro marido en lugar de un señor que nos ha comprado en el mercado. "QUIERO QUE LAS PLAZAS Esclavas gratis, oiga, me las quitan de las manos. 4. Que cuidemos el lenguaje y, en todo momento, las Y LAS CALLES TAMBIÉN LLEVEN NOMBRES mujeres que nos dedicamos a esto tengamos conciencia de DE LAS TRABAJADORAS que estamos trabajando. Aún se escucha eso de “trabaja DEL HOGAR." mi marido, yo no, yo estoy en casa cuidando de los niños”. 5. Que separemos el trabajo reproductivo y de cuidado de personas dependientes, del resto de las tareas domésticas y que gestionemos su reparto como creamos oportuno, pero siendo conscientes de que no es lo mismo una cosa que la otra. 6. Que creemos entidades a partir de las cuales puedan hacerse posibles las contribuciones en la Seguridad Social (empresas familiares, cooperativas de amas de casa, asociaciones…) 7. Que creemos entidades que nos ayuden a sentirnos fuertes como colectivo y a encontrar apoyo y ayuda de diverso tipo en otras mujeres en las misma situación de esclavitud (sindicatos, asociaciones, colectivos, asambleas…). 8. Que apelemos a la imaginación y no dejemos que nos llamen utópicas, que diseñemos y reivindiquemos fórmulas de organización que constituyan objetivos a largo o medio plazo en nuestra lucha, como que el salario y las contribuciones del cónyuge o la persona que trabaja fuera de casa, dejen de ser nominativos y pasen a ser familiares y que las cantidades monetarias que se generen se ingresen en cuentas de doble o múltiple titularidad. Si todos/as trabajamos, todos/as cobramos. 9. Que incluyamos también una revolución desde lo doméstico, que dejemos de “pedir derechos” y empecemos a “arrebatar los privilegios” de los que gozan nuestras parejas, nuestros/as hijos/as o cualquier otro/a miembro/a de la familia con respecto a horarios de trabajo, vacaciones y repartición de tareas. 10. Y por último y a forma de resumen, lo que quiero decir es que… Nadie debería nunca recoger la ropa interior de otro del suelo y echarla al cesto de la ropa sucia, si ese otro puede hacerlo por sí mismo. Para todo lo demás, me tendrás que pagar. ◊
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GALERÍA
Amal (30 años, casada, ama de casa con 3 hijos)
“Soy sincera con Dios, que es todo lo que necesito y quiero, el resto vendrá con el tiempo.”
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TESTIMONIO
FRAGMENTO Pág. 93 —Bájense inmediatamente. Sólo vamos a ir hombres. Indignadas, me contestaron que el Che admitía mujeres en la guerrilla y que me fuera inmediatamente al diablo. Yo insistí y ellas, aparentemente, accedieron a bajarse del camión. Me metí a la escuela y, luego, subí nuevamente al camión y emprendimos la marcha. Llegamos a la Prepa como trescientos muchachos y... cuatro muchachas en el camión de Economía, sentadas en la parte de atrás donde no se veían muy fácilmente. Por fortuna no pasó nada y regresamos en santa paz a CU. En el último discurso de la manifestación silenciosa cometí un error del que hoy me arrepiento. Incluí una frase por demás impropia: “No lloremos como mujeres lo que no supimos defender como hombres.” Al día siguiente de la manifestación, al llegar a mi escuela estaban dos brigadas de muchachas esperándome.
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NARRATIVA
FRAGMENTO Pág. 134 Yo podría haber vivido con Eduardo comprando deuvedés si la revolución cubana no existiera. Y en los momentos del absurdo, al exprimir al emigrante, al consolar al despedido, al sonreír al poderoso, al acumular y al temer, me calmarían los sueños, los suyos y los míos señor director. Porque usted también fue de izquierdas, dicen, y quiso no vivir a costa de otros. Pero es así como vivimos. Nosotros a costa de otros, y otros a nuestra costa, más a la mía que a la suya, si me lo permite. Fuimos de izquierdas y vivimos para siempre como si fuéramos de derechas, qué importa a quién votemos si el criterio sigue siendo que algunos hombres y algunas mujeres vayan a caballo de otros hombres o de otras mujeres. No es romántico, eso. Es más bien vergonzante y puede hacernos tener mala conciencia. Claro que a lo mejor usted ya es de derechas y yo no logro imaginar bien la cabeza de un hombre de derechas.
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REFLEXIÓN
Nuevo feminismo Por Valeria Luiselli Este año es el 60º aniversario del Sputnik. No es que sepa yo nada de carreras espaciales. Ni que el tema me importe, salvo porque el mundo parece haber rebobinado su reloj hasta esos días. Andamos atorados en una especie de déjà vu sociopolítico, enredados en debates como de la era Nixon, con el agravante de que la realidad misma parece estar bajo los efectos de un psicofármaco muy malviajante. Por ejemplo: las mujeres, en Estados Unidos de 2017, salen a la calle a marchar en defensa de sus derechos reproductivos. Mis amigas afrogringas repiten: “Yo, you fuckin kidding me?”. Las de origen WASP tejen sombreritos rosas para el pussyhat project y organizan marchas. Mis alumnas universitarias prologan sus intervenciones en clase con conceptos ochenteros: “¡Mi feminismo es interseccional!”. Una amiga, dueña de una lengua veloz, viperina e inventiva como pocas, me dijo el otro día: “Yo le entregaría mis trompas medio-atrofiadas de Falopio al falo-obsesivo y mega-mentalmente atrofiado de Trump, a cambio nomás de que el imbécil no tire una bomba nuclear”. Mi sobrina, estudiante de derecho, se pasa el día leyendo a Susan Sontag, Rosa Parks y Hannah Arendt. Cuando la llamo por teléfono y le digo que salga ya de la biblioteca y se venga a cenar con la familia, me dice: “No puedo, tía, ando descolonizándome”. En resumen: frente a la catastróficamente imbécil realidad actual, todas las mujeres brillantes que conozco han tenido que intercambiar sus ideas por posturas; tenido que remplazar el libre ejercicio del pensamiento complejo por el aburrido derecho a salir a la calle con cartulinas. Haber tenido que rebobinar al feminismo de la era Sputnik, me produce largos bostezos. Cuando lo oigo venir, me predispongo a una sordera selectiva. Sin embargo, el otro día, conocí a la amiga de una amiga, que definió su trabajo como un avance del feminismo astronómico. Presté oídos. Nos contó, mientras cenábamos, que después de trabajar años como diseñadora de máscaras para el Cirque du Soleil, por fin había encontrado su verdadera pasión: los trajes micrometeóricos para astronautas mujeres. El reto con el que se estaba enfrentando: integrar, a la estandarizada fórmula de los trajes espaciales de la NASA, el factor inevitable de la menstruación de las astronautas. La solución que había hallado: un traje que, en vez de disimular la expulsión de sangre, la absorbía e integraba —a la manera de las camisetas hippy tye-die—. Me queda claro: el nuevo feminismo vendrá del espacio exterior. No será ideológico, sino muy material, micro-meteórico, lunar y colorado. ◊
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GALERÍA
Khansa (42 años, casada, ama de casa con 7 hijos)
“Me siento optimista, vamos a derrotar al régimen, poner fin a la pobreza y el maltrato.”
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Nยบ 3
MADRES
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Pág. 26 REFLEXIÓN
"Nosotras éramos Guerrilla antes que ser gorilas. Decidimos que queríamos luchar libremente en el mundo del arte y nos dimos cuenta de que teníamos que ser anónimas para protegernos a nosotras mismas." Guerrilla Girls.
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Entrevista de María Muñoz Fotografías de David Parry
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