AGRARIO Mundo AGRICULTURA
Los cultivos transgénicos, a debate PÁGINA 4
LUNES 25 DE MAYO DE 2015 Nº54
FERIA
Demoagro abre sus puertas del 27 al 29 de mayo PAGINA 5
Dos esquiladores inmovilizan a las ovejas y pasan las máquinas mecánicas sobre los animales. / M.C.
El esquileo, un oficio con mucha lana Ovino Los esquiladores profesionales denuncian la irrupción de cuadrillas ilegales en el sector, debido a la crisis, que provocan una «competencia desleal» / Es una profesión «dura» que cuenta con un grán número de trabajadores extranjeros, ahora en plena campaña
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MARISOL CALLEJA
on las ocho y media de la mañana, y la cuadrilla de Ignacio Fidalgo inicia en la Granja de Desarrollo Ovino, de Olmedo (Valladolid), una jornada de esquileo agotadora. Por delante, 1.300 ovejas, y más de doce horas de trabajo, con apenas un intervalo para el bocadillo del mediodía y el almuerzo, que servirán para reponer unas fuerzas mermadas por este viejo oficio, de gran dureza . La temporada fuerte de esqui-
leo ya ha comenzado, y hasta el mes de julio, Ignacio y su socio Alfonso Suárez recorrerán las explotaciones de Castilla y León quitando la lana a las ovejas para que aguanten mejor el calor del verano. En la última campaña esquilaron 600.000 animales y, aseguran, que necesitarían dos cuadrillas más para asumir la carga de trabajo que están recibiendo. Actualmente, cuentan con un equipo de cerca de 40 personas, todas extranjeras. En su plantilla, en temporada alta, hay cinco na-
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cionalidades: uruguayos, polacos, eslovacos, ucranianos y los ocho españoles que trabajan con ellos todo el año, desde el mes de febrero y hasta diciembre, atendiendo las necesidades de cientos de explotaciones. Este ex ganadero, creador de la empresa Esquiladores Montaña de León, en 2002, viaja hasta Olmedo con una cuadrilla de seis personas: cuatro uruguayos, esquiladores profesionales, y un ex militar polaco, que lleva diez años viniendo a España, a la campaña
de esquileo. Su objetivo: dignificar una profesión que, según Ignacio, se está viendo asaltada por cuadrillas ilegales, que están favoreciendo una «competencia desleal» en el sector. La crisis, dice, ha provocado que personas ajenas al oficio, hayan entrado en el esquileo, «bajando precios», lo que les pone más «difícil» las cosas. De esta forma, denuncia precios de 0, 90 euros/ oveja la pasada campaña, cuando el mercado está en 1, 50. Por eso, no es partidario de con-
Compartimos horizontes
tratar a españoles que luego, «forman sus propias cuadrillas y se ofrecen a sus ganaderías, con menores costes». En este sentido, lamenta que la inspección solo visite a los «legales», es decir, a aquellos que como ellos tienen a sus trabajadores con la documentación en regla, y sin embargo, haga «caso omiso», de la situación de muchos «ilegales». Aún así, no les falta trabajo, y en estas fechas es difícil contactar con ellos, y más aún, que encuentren un hueco libre en su agenda.
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GANADERÍA Como en el caso de la explotación vallisoletana de Olmedo, realizan el trabajo en un solo día, casi sin parar. Una jornada extenuante, si tenemos en cuenta el esfuerzo que el esquilador realiza sujetando al animal, la posición en la que acomete el esquileo, el ritmo de animales que pasan por las máquinas eléctricas, y las horas de trabajo. Así, la cuadrilla de Ignacio esquila 1.300 ovejas, de un tirón, a una media de una oveja cada minuto o minuto y medio. Un parámetro que varía según la raza del animal, ya que, por ejemplo, la ‘merina’ exige más tiempo que la ‘assaf’ de esta granja, ya que cuenta con la lana «más abierta». El sistema de esquileo se basa en el método neozelandés, es decir, no se atan las extremidades de las ovejas, sino que el profesional las controla mediante movimientos ligeros de brazos y piernas. El esquilador inmoviliza al animal y le sienta entre sus piernas, empieza a esquilar la barriga y continúa por los lados hasta el cuello. Mientras tanto, el ganado aguarda su turno y permanece suelto, controlado en todo momento por algún
La cuadrilla esquila 1.300 ovejas en un día, a una media de poco más de un minuto/ animal
parte, personas que se han quedado sin trabajo. Al mismo tiempo, añade, esas cuadrillas se han negado a ir a la granja cuando les ha exigido una factura que avale sus honorarios y, también, que los trabajadores estén contratados. Para Alberto es «muy importante» buscar a profesionales, «cuesta más dinero, pero evita problemas», afirma. Y lo dice con conocimiento de
cortados en el esquileo, e incluso, mucho peor, que muriera un semental al que aplastaron los testículos, al sujetarle. Este ganadero, innovador y amante de la I+D, lamenta que las empresas estén cogiendo a gente «más barata», en muchos casos, en detrimento del profesional. El esquileo es un viejo oficio, imprescindible para el ganado, y que se realiza unas dos veces al año.
ner menos problemas de abortos prematuros». Para este ganadero de Olmedo, el esquileo se realiza por varios motivos: en primer lugar, por sanidad animal, además de, por higiene y por metodología, «la gente que ordeña trabaja más deprisa y hay menos problemas de que vayan patógenos a la leche o haya impurezas», asegura. Por otra lado, está el negocio de
«Merece la pena venir aquí, en Uruguay cobras un tercio por el mismo trabajo» La cuadrilla en plena tarea de esquileo con el método neozelandés. / M.C.
España genera unas 30.000 toneladas anuales de lana, la más cara es la de raza merina
Los esquiladores profesionales denuncian una guerra de precios por los «ilegales» operario de la granja y por los profesionales de la cuadrilla. Ignacio era ganadero y hace once años decidió vender sus animales y, junto a su socio, poner en marcha esta empresa, al ver la carencia que existía en esta profesión. Aprendió este método junto a los profesionales de contrastada experiencia que venían de Nueva Zelanda. Ahora, la situación ha cambiado y «ya no les merece la pena venir, por el cambio». La jornada de esquileo supone trastocar el día a día de una explotación y no es una jornada fácil para el ganadero, ya que los animales sufren mucho estrés. Por eso, Alberto García, propietario de la granja AGM, pone especial acento en que el esquileo se lleve a cabo de la mano de unos «verdaderos profesionales». Este ganadero vallisoletano reconoce que, de forma especial en los últimos dos años, ha recibidollamadas de «mucha gente» ofreciéndose para esquilar, la mayor
0, 60 euros/ kilo, como máximo. Si se tiene en cuenta que el precio de esquileo se sitúa en 1, 50 euros por oveja, las cuentas no salen. «Siempre tenemos pérdidas», dice este ganadero. La intensa jornada transcurre, a pesar de todo, a gran velocidad, entre tableros de esquileo y máquinas automáticas que facilitan una labor que antes se realizaba a mano. La cuadrilla conoce la dureza del trabajo, por eso, no hay tiempo para lamentarse. Al contrario, Jorge Fernández, de 35 años y natural del departamento de Salto (Uruguay) asegura que estos 70 días fuera de su casa «pasan rápido». Es esquilador profesional, como sus otros tres compañeros, Richard, Luis y Paulo, y aprovechan la temporada de parada de campaña en su país pata ganarse el jornal en España. Llegaron el 17 de abril y por tierras de Castilla y León estarán hasta el mes de julio, cuando concluya la temporada «fuerte». En ese momento, volverán a su país y continuarán desarrollando este
Animales recien esquilados./ M.C.
causa, ya que el año pasado una mala experiencia con otra empresa le costó más de un disgusto. Una mala práxis supuso, por ejemplo, que los animales que venían con esponjas vaginales, las perdieran al cortarles el rabo, o que también se eliminarán más de 300 collares identificativos al ser
Ignacio es propietario de Esquiladores Montaña de León. / M.C.
El ganadero debe disponer «adecuadamente» el momento en el que éste se produce, precisamente, para que la productividad no se vea alterada. Alberto ha elegido la fecha para que este proceso se lleve a cabo, precisamente, «después de haber sacado a los sementales», «para te-
la lana, que «no es negocio», según Alberto. España genera unas 30.000 toneladas anuales de lana. En cuanto a los precios, la lana más cara, la de la raza merina, se sitúa en torno a los 1, 60 euros/ kilo. No es el caso de Alberto, con ovejas con una lana de peor calidad, por lo que recibe entre 0, 40 y
oficio. Son conscientes de que la situación en España ha cambiado con la crisis, en los últimos años. Aún así, como reconoce Jorge, «merece la pena venir aquí por el cambio». Un jornal al mes en su país no supera los quinientos euros. Aquí logran unos honorarios que les permiten vivir con comodidad «medio año». Muchos de sus compañeros han viajado a otros países como Brasil, Argentina o Estados Unidos. Ellos recalaron finalmente en Castilla y León. El caso de Arek, su compañero polaco es distinto. Ex militar, trabaja en su país en una piscifactoría y aprovecha las vacaciones para venir a España a la campaña de esquileo. Lleva así diez años. La empresa de Ignacio trabaja en Castilla y León, principalmente, aunque también ha hecho trabajos en Andalucía y Extremadura. Además del esquileo, ofrecen un servicio de corte de uñas, demandado también por el ganadero.