Revista Occidente N° 495 | Edición Especial

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* HUELLAS DE LA MASONERÍA * MORAL MASÓNICA COMO OBJETIVO SOCIAL * IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA N° 495 Edición Especial Junio 2019 $ 2.200 Recargo por flete: Regiones XV, I, II, XI y XII $ 300. ISSN0716-6782

* LA MISTERIOSA BÚSQUEDA DEL SÍ MISMO


ÍNDICE 01 Editorial 02 Palabras del Gran Maestro Sebastián Jans Pérez

A 100 años de la fundación de la Universidad de Concepción

08 Moral Masónica como Objetivo Social 16 Huellas de La Masonería en Chile 20 Manuel de Lima y Sola,

fundador de la Masonería en Chile

24 El impacto de la Tecnología en la Educación y el Empleo 32 Pueblo Mapuche y Masonería 36 La misteriosa búsqueda del sí mismo. Los Arquetipos 42 Las fiestas solsticiales y el sentido de lo humano 46 Unidos y Conectados.

Una fuerte cadena masónica a nivel mundial


EDITORIAL OCCIDENTE TRIBUNA DEL LIBRE PENSAMIENTO

Fundada en 1944 www.revistaoccidente.cl Junio 2019 Edición N° 495 Especial de Aniversario Gran Logia de Chile ISSN 0716 – 2782

Director Roberto Rivera Vicencio director@revistaoccidente.cl Editor Antonio Rojas Gómez Diseño y diagramación Alejandra Machuca Espinoza Fotografías Shutterstock

Publicación Editorial Occidente S.A. Marcoleta 659 – Santiago – Chile Gerencia General Marco Antonio Díaz Soto Suscripciones y Publicidad Nicolás Morales nmorales@granlogia.cl Fono +56 22476 1133

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EL RITO ESCOCÉS ANTIGUO Y ACEPTADO

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ndagar en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, -ese rito que semana a semana practicamos los masones- significa adentrarse en la símbología que subyace sumergida en su desarrollo, el cual llevado a ceremonia, o liturgia, adquiere la connotación de oficio sagrado, o acto litúrgico o de Culto. En el caso del Rito Escocés Antiguo y Aceptado estamos hablando de una construcción artificial; sin embargo, su ejecución es una ceremonia de carácter sagrado, en la medida que, toca raíces profundas del alma humana y que innumerables hombres a través del tiempo lo han cargado de ese sentido, haciendo de él, como decíamos, un acto de culto o litúrgico. Y decimos artificial porque este rito, estos ritos, en primer lugar tienen un autor, Elías Ashmole, quien en 1646 era vulgar, setenta y un año antes que, en 1717 se dé forma a la Constitución Masónica, los compone bajo las leyes de la naturaleza y el amor a la humanidad, con un sentido de unión, perfección y progreso, de igualdad y fraternidad. Aunque estas son sus motivaciones, Ashmole, anticuario, coleccionista, profundo conocedor de la alquimia, de la cábala hebrea y de los misterios y anales antiguos, sin duda contó con modelos anteriores, incluso tan anteriores que podrían remontarse a las primeras prácticas rituales de paganos, a los misterios egipcios, griegos, pitagóricos y cabalísticos, a una suerte de “Masonería primitiva”, específicamente la de los “constructores” dando forma o continuando esta tradición; es decir, natural por una parte, por ser parte de la historia ritual humana y artificial en el sentido de elegir un fragmento –el de los constructores– para desarrollarse a través de ella. Así como toda Orden precisa de un acto cero, o fundacional, la nuestra, la Masonería lo adquiere en 1717, cuando se da cuerpo a una Constitución, adquiere reglamentos y una organización interna con el objeto de “estudiar la ciencia e investigar la verdad” Momento también en el cual confluyen en ella una serie de movimientos de variada índole que habían estado presentes en todos los tiempos de la historia. Por ello, en ese tiempo y espacio logial, que semana a semana reúne a los masones, se activa el mecanismo mágico del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, momento concreto en el cual, el tiempo se detiene, se abandona el espacio profano para ingresar, a golpe de mallete y la expresión que conocemos en un tiempo y espacio sagrado. Allí, en esa fragua cargada de novedad y años es donde se esculpen los masones, donde la personalidad masónica adquiere carácter y estatura.

Los artículos firmados u opiniones de los entrevistados no representan necesariamente la línea editorial de la revista. Se autoriza la publicación total o parcial de los artículos con la única exigencia de la mención de Revista Occidente.

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Homenaje al Centenario

de la Universidad de Concepción

SEBASTIÁN JANS PÉREZ Gran Maestro de la Gran Logia de Chile Vengo en nombre de la Masonería chilena, y con la presencia de las logias de las jurisdicciones de las Regiones en que se encuentra asentada la Universidad de Concepción, a expresar en este día, un homenaje solemne al centenario de esta prestigiada y determinante institución de estudios superiores, que representa de modo innegable uno de los más vigorosos testimonios de regionalización en la historia de la educación y la cultura de nuestro país. Lo hace la institución masónica desde el orgullo y la reivindicación moral de su aporte permanente al proyecto, desarrollo y continuidad de la Universidad, en la personificación de todos los incontables masones, que han gravitado en sus instancias fundacionales, en la historia de la corporación y sus directorios, en sus decanatos, en las escuelas, en los planteles de académicos y profesores, en las plantas de funcionarios o administrativos, en su condición de egresados, e incluso en la presencia de aquellos rectores masones, los que dejaron una profunda huella en la gestión y conducción de la Universidad y sus sedes. La Masonería es inseparable, histórica, emocional e intelectualmente de la Universidad de Concepción, y creemos que, en su desarrollo y en su cotidianidad, la Universidad es inseparable de aquellos masones que han colaborado o participado en sus proyectos y en la implementación de sus planes institucionales, en distintas épocas y circunstancias. La Masonería, en tanto institución ética, filosófica e iniciática, ha considerado a través de su historia que la educación es la base para construir al sujeto histórico,

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individual y colectivo, con las capacidades necesarias para ejercer su libertad de conciencia con conocimiento de causa, y para garantizar su efectiva autodeterminación personal en el marco de los deberes sociales. Considera también la educación como el bien más preciado que una sociedad organizada puede entregar a sus ciudadanos, para que estos puedan autoconstruirse y construir los aportes al progreso social y moral de sí mismos. En ese propósito, la Masonería ha estado ligada desde sus orígenes institucionales a los esfuerzos para garantizar que la educación llegue a todos los niños y jóvenes de Chile, bajo la impronta del libre pensamiento y la capacidad secular de la ciencia, como herramienta fundamental para esclarecer el rumbo de hombres y mujeres en la maravillosa oportunidad de la vida, para que cada cual pueda realizarse en ella de manera única e irrepetible.

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Eso es lo que motivó, de manera decisiva, a un conjunto de masones, hombres distinguidos de la sociabilidad penquista de hace 100 años, para liderar, desde una comprensión y ejecución plural, la fundación de la Universidad de Concepción. La Masonería penquista puso así sus mejores hombres al servicio de una obra regional que trascendería a todo el país. Ello tiene antecedentes masónicos previos, de hace más de 160 años. En noviembre de 1856, en Concepción, el español proveniente de Málaga, Enrique Pastor López, echó las bases primeras para establecer la Francmasonería en Concepción. Bajo su liderazgo se constituye la Logia “Estrella del Sur”, No sería aquel primer esfuerzo perdurable en el tiempo, pues, casi en la misma época en que se fundó la primera logia en esta entonces provincia del sur, comenzaron los efectos de una grave crisis económica que se prolongó por varios años. Luego vino la efervescencia

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política que desembocó en la revolución de 1859, que tuvo varios episodios en la ciudad, lo que determinó que, en 1860, esa logia desapareciera, coincidiendo con el declinar de la actividad de la ciudad. Le siguió el intento de consolidar una nueva logia, bajo el nombre de “Aurora de Chile”, pero no duró más de 2 años, ya que, sumándose a la decisión de masones de Valparaíso y Copiapó, que decidieron dar vida a una Gran Logia de Chile, optaron por fundar la logia “Fraternidad”, una de las cuatro logias fundadoras de la actual institucionalidad masónica regular en nuestro país, que cumple 157 años de vida en estos días. Producto de los hechos que afectaron al país, la masonería caería en la inanición, y solo luego de 18 años, es fundada la Logia “Paz y Concordia”, la que será determinante en los acontecimientos que hoy venimos a conmemorar y, desde luego, a celebrar. Cuenta el historiador masónico, Manuel Sepúlveda Chavarría, que, al aproximarse el Centenario de la República, el masón Pedro Nolasco Cruz Silva, miembro y tres veces presidente de la Logia “Paz y Concordia”, que ejercía como Rector del Liceo de Hombres, inicia los esfuerzos por contar en ese centro de estudios con más cursos universitarios, contando para ello con el aporte de varios miembros de esa Logia. Por entonces ya existía en el Liceo un Curso de Estudios Legales y laboratorios de Química y Ciencias Naturales, que dio base para que, el rector Javier Villar, que ejerció entre 1888 y 1891, fuese el primero en proponer al gobierno de Balmaceda la idea de fundar una universidad en la provincia. El Masón Pedro Nolasco Cruz, al asumir la rectoría en 1909, cuenta Sepúlveda Chavarría, concibe un nuevo Liceo para 1500 alumnos, que incluía educación superior, con ampliación de cursos de electricidad, resistencia de materiales, farmacia, dentística, veterinaria y otros. Ese proyecto estaba condicionado a la construcción de un nuevo edificio, cuya ejecución se fue ralentizando al punto que, siete años después aún no se construía la parte destinada a los cursos superiores. Ciertamente esa dilación no solo era por el retardo de los recursos, sino también producto de la mirada centralista, tan arraigada en Chile desde los tiempos de la restauración colonial que lideró Portales, que llevó reiteradamente al gobierno de la época a desatender cualquier idea de educación superior fuera de Santiago. En 1913, en la Logia “Paz y Concordia”, se constituye una comisión destinada a analizar las deficiencias de la educación fiscal en la zona, donde no podía excluirse la enseñanza superior. Participaron en esos debates los masones Pedro Nolasco Cruz, Nemesio Basso, Mario Galbati, Isaías Encina y Gregorio Medel. En aquellos debates la idea de una Universidad para la región rondó

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fuertemente en el diagnóstico. Al año siguiente, en esa misma logia, se designa una comisión formada por Fernando Salamanca, Augusto Rivera, Federico Espinoza, Isaías Encina y Tomás Sepúlveda, para crear un Centro de Ex Alumnos del Liceo, que hará suyo el proyecto de Pedro Nolasco Cruz, en torno a potenciar el proyecto de educación universitaria. Ese Centro de Ex Alumnos, formado no solo por masones, encontró en el rector del Liceo, Enrique Molina Garmendia, a un aliado para bregar por la obtención de los Cursos Universitarios que la comunidad penquista y el sur de Chile demandaban. Paralelamente, relata Sepúlveda Chavarría, en aquella logia había un reputado médico, Virginio Gómez González, que, ante las necesidades sanitarias del sur de Chile, aboga por la necesidad de contar con un mejor Hospital para la ciudad y con la necesidad de formar médicos para superar los problemas endémicos de la región, lo que era inseparable de la necesidad de tener una Escuela de Medicina. “Virginio Gómez es un visionario – dice Sepúlveda Chavarría -, pero al mismo tiempo se afirma en realidades tangibles: si el Estado no atiende (…) corresponde a la comunidad realizar el esfuerzo y darle cumplimiento”. En asociación con otros miembros de la comunidad penquista, junto con miembros de la Masonería, Virginio Gómez, trabaja decididamente para implementar esa aspiración de contar con una Universidad regional. Seguimos el relato de Sepúlveda Chavarría, quien señala que, a inicios de 1917, la Logia “Paz y Concordia” debate sobre el proyecto, al cual se integran miembros de la reactivada logia “Fraternidad”. “Después de sucesivas reuniones conjuntas, en que se debaten los pormenores del tema, se acuerda constituir un Comité, integrado además por elementos profanos que, por su calidad profesional, apoyaban entusiastamente la idea”.

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El Rector César Augusto Parra recordaba también hace 25 años, el rol de Virginio Gómez, y su sólido impulso en los ambientes masónicos para la gestación del Comité Pro-Universidad y Comité Pro-Hospital Clínico, instancias que fueron presididas por Abaraím Concha y Augusto Rivera, presidentes de las dos logias que existían en Concepción en marzo de 1917, y donde participaron 16 masones junto a distinguidos miembros de la comunidad de Concepción que no tenían esa filiación. Entre los masones que participaron en el Comité ProUniversidad, estuvieron Virginio Gómez, Augusto Rivera Parga, Edmundo Larenas, Abraham Valenzuela Torrealba, Aurelio Lamas Benavente, Alberto Coddou, Desiderio González Medina, Pedro Villa Novoa, Federico Espinoza, Carlos Soto Ayala, y Francisco Jorquera. El 23 de marzo de 1917, se realizó aquella memorable asamblea, con características de cabildo abierto, donde

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estuvo presente lo más sobresaliente de la intelectualidad penquista y las más importantes corporaciones e instituciones. En el registro de asistencia de 138 asistentes, había 35 masones activos. Cuatro días después se realiza una nueva asamblea, que estableció un Comité Ejecutivo, donde la presencia masónica queda evidenciada en la participación de Virginio Gómez, Carlos Soto Ayala, Aurelio Lamas Benavente, Pedro Villa Novoa y Augusto Rivera Parga. Pronto surgen comités de apoyo en las diversas logias del sur de Chile. Las logias de Chillán, Angol, Los Ángeles, Temuco, Valdivia, Victoria, Coronel y Talcahuano, presentan en el registro de sus actas diversas acciones y la participación de notables activistas del proyecto, que no solo movilizaron a sus miembros, sino también a las comunidades en que aquellas logias estaban insertas. Son conocidas las dilaciones que hubo por parte del gobierno central de la época, para desalentar el proyecto. No se lograba una ley que acogiera la demanda de la comunidad penquista, y la requerida personería jurídica como corporación parecía seguir el mismo camino. Bajo el impulso de Virginio Gómez, el comité directivo resolvió iniciar los cursos correspondientes, a inicios de 1919, sin esperar que el gobierno entregara las herramientas legales necesarias. De este modo, las cuatro primeras escuelas iniciaron sus actividades cumpliendo ese objetivo. Así, producto de esa decisión, comienza a gestarse una historia que ya tiene 100 años. En el anecdotario queda que, en uno de los primeros actos de conmemoración del centenario, realizado por la Universidad hace algunas semanas, se colocó una placa recordatoria en el lugar donde se realizó la primera clase de la naciente Universidad. Fue dictada por el profesor de química Salvador Gálvez Rojas. Ese profesor dejaría también su nombre inscrito en la Masonería, como miembro de la Logia “Paz y Concordia”. Cuando, en 1921, la falta de recursos ponía en grave riesgo la continuidad de la Universidad, el masón Desiderio González Medina, lideró a un grupo de masones que creo la Oficina de Subsidios, paso inicial de la Lotería, salvación financiera de la naciente Universidad, que aportó recursos preciados, iniciativa que recién sería materia de decreto-ley en 1925. La Masonería chilena, sin pretensiones hegemónicas ni reclamando exclusividad ni asumiendo exclusiones, ha considerado a la UDEC como una de sus obras más importantes y significativas. Los masones reconocen históricamente que la UDEC

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fue obra de una comunidad regional diversa, deseosa de tener una Universidad capaz de proyectar las enormes capacidades de una parte fundamental del país que estaba rezagada en muchos aspectos, producto de los factores propios del centralismo. Los masones que concurrieron a este impulso regionalista, estuvieron – como hemos visto - en las primeras iniciativas que buscaron inspirar ese deseo de todo el sur de Chile, con una decidida y fuerte convicción sobre los fines y propósitos, y con una determinación cierta de que ello era un proyecto impostergable. Al respecto, el Gran Maestro Marino Pizarro, hace 25 años, señalaba como se gestó el proyecto: “Universidad libre, nueva y laica, nacida en el compromiso de unos hombres positivos y optimistas, que juntaron sus ideas en los círculos literarios, en las reuniones del Liceo, en las tertulias del Club Concepción, en las campañas de prensa, en las tenidas de las Logias. Ideas que se fundieron en un convencimiento común y en la expresión segura de un quehacer insoslayable, ajeno a ideologías y partidismos”. En el desarrollo de la Universidad, de igual manera, es imposible no recordar, en esta ceremonia, el aporte señero de los masones que ejercieron la rectoría. Ciertamente, el primer rector no fue masón, pero contó con el apoyo desde la Secretaría General del masón Carlos Soto Ayala, ligado estrechamente, como hemos visto, al proceso fundacional. Luego, refulge la figura consular del rector David Stitchkin Branover, que marcó un momento de vasto desarrollo de la Universidad, con un importante impacto cultural. Fue iniciado masón en la Logia “Fraternidad” N° 2, en 1934.

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Asumió la rectoría en un momento de gran fuerza en la pujanza de la región, gracias a la industrialización que impulsara Corfo. El impulso del desarrollismo ligó fuertemente el destino de la Universidad a las industrias y el progreso manufacturero. Para Stitchkin, sin embargo, el foco de la Universidad no debía estar solo en la formación de profesionales; también debía ser una fuente de cultura: “estos planteles – decía – tienen una misión fundamental que cumplir: la de conservar y acrecentar el acervo cultural… debe incitar, estimular el acrecentamiento de la cultura, despertar en los jóvenes el interés por el conocimiento de la verdad”. Desde su punto de vista, los alumnos en la Universidad debían, no solo recibir el conocimiento, sino que debían buscar la respuesta a sus inquietudes. “La misión de la Universidad es entregarles la suma de conocimiento adquirido y guiarles en los caminos que conducen a la suma del saber. El estudiante tiene ante sí, en sus manos y ante sus ojos, los elementos necesarios para la formación de su propio juicio, de modo que añadiendo su personal esfuerzo, su propia investigación, su particular experiencia vital, pueda determinar libremente su conducta individual y social”. Quien siguió aquella visión de modo decidido, el rector Ignacio González Ginouvés, iniciado masón en la Logia “Condor” N° 9 en 1933, y que años después lideraría la rama filosófica de la Masonería chilena, sostenía que la Universidad debía ser “una asociación fraterna de hombres estudiosos: unos, mas viejos, con mayor experiencia y conocimientos que enseñan en la acción, la palabra y el ejemplo; otros, más jóvenes, que aprenden el mensaje de cultura, de ciencias o de artes, que aquellos les transmiten. El prestigio de una Universidad depende del

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trabajo mancomunado de estos dos grupos”. Edgardo Enríquez Frodden, iniciado en la Logia “Caupolicán” N° 37, en 1942, fue el cuarto rector de la Universidad, y también está ligado al esfuerzo de la Masonería por poner a sus mejores hombres al servicio de la Universidad. Asumió en un tiempo histórico en que los vientos de reforma y el rol de la Universidad estaba sometida a profundas revisiones en toda América Latina, producto de enormes tensiones sociales y los efectos latentes del Mayo Francés de 1968. Frente a una realidad de fuertes tensiones manifestó su doctrina, señalando que la Universidad era el lugar donde se debía adquirir la más clara conciencia de la época, y ponerse al servicio del progreso social y del desarrollo de la región. Al rector Carlos Von Plessing, iniciado en 1952, en la Logia “Paz y Concordia” N°13, le correspondió enfrentar un duro cambio en la Universidad. Elegido triestamentalmente por toda la comunidad universitaria asumió en enero de 1973, debiendo declinar su cargo en octubre de ese mismo año ante la autoridad delegada, nombrada por el régimen de facto establecido en el país. El rector César Augusto Parra Muñoz, iniciado en la Logia “Fraternidad” N°2, en 1966, debió ejercer ese alto cargo cuando Chile retornaba a la democracia, luego de un prolongado periodo de intervención de la Universidad. Dejó su huella docta en el esfuerzo de reponer a la Universidad en su compromiso con una comprensión laica del saber. No pocos me han preguntado por qué la Masonería no tiene actualmente a uno de sus miembros gobernando la Universidad. Sin duda poco conocen el sentido moral que los masones asignan a sus obras. Todo lo que hace la Masonería en la sociedad, lo hacen bajo una inspiración de servicio que jamás se tiñe con un propósito o intención de hegemonía. Y en ese contexto, valoramos y reivindicamos las opciones de conciencia que expresan nuestros miembros en todos sus actos en la sociedad civil y política. Cuando se habla de Universidad y el rol de los masones, nadie puede pretender que haya una sola visión o una sola comprensión de las urgencias y de los desafíos. Para los masones en particular, la Universidad por excelencia es la proto-república, un espacio de todos y para todos, donde los ciudadanos en formación, en un ambiente de desarrollo libre del espíritu, construyen sus mejores certezas y convicciones técnicas y morales para su vida, en base a la ciencia, al secularismo y al libre pensamiento, para luego contribuir con sus mejores capacidades a la república y las regiones que la constituyen. En este centenario, no corresponde más que la evidencia de tales antecedentes históricos, que ligan a la Masonería y a las logias de la región, en un proyecto centenario de éxitos y permanentes desafíos. En ese

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sentido, el aporte de la Masonería ha estado determinado siempre, y lo está hoy, por el aporte de los valores y prácticas que hacen una verdadera vida universitaria, fundada en la libertad, la búsqueda de la verdad, la promoción de las virtudes sociales, el perfeccionamiento individual, la superación de las inequidades y los dogmas, el espíritu crítico, la tolerancia y el debate ilustrado. Ello es lo que se renueva constantemente en la participación de muchos masones, como parte de la comunidad universitaria, a través de 100 años, y que hoy también se hace evidente, cuando es necesario colaborar activamente en todos los planos que exige una institución educacional compleja y sujeta a constantes desafíos, en un mundo en constante cambios, cada vez más imprevisibles, pero donde la Universidad, la protorepública, debe establecer las certezas necesarias en sus educandos, en torno al objetivo fundamental de todo conocimiento transmitido en el aula: la superación de la condición humana, para asegurarle libertad, igualdad, derecho, seguridad, bienestar, sustentabilidad ambiental, en suma, el fin último de todo objeto social: la felicidad moral de ser parte de una república fraternal. ¡Larga vida a la Universidad, y que el orgullo de la obra cotidiana y el compromiso ilustrado de su comunidad universitaria insuflen de permanentes bríos a la proto-república en que se construye el desarrollo libre del espíritu!

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POR RENÉ BAÑADOS MORENO

LAS TAREAS DE LOS INICIADOS Una de las principales premisas, entre las múltiples enseñanzas que orientan nuestra formación masónica, nos señala que, las tareas principales de los iniciados en nuestras prácticas y enseñanzas es transmitir al mundo exterior los altos Valores y Principios que inspiran y que constituyen el sustento Ético y Moral de nuestra Orden. Si bien es cierto que es relativamente fácil expresar estas ideas en palabras, otra cosa es cuando el iniciado debe enfrentarse a la realidad social cruda y concreta; sobre todo considerando los desequilibrios y distorsiones de diversa naturaleza originados por un sin número de factores, ya sean estos de naturaleza económica o ideológica y especialmente los factores culturales que permanecen enquistados o son parte, tanto de la estructura como de la dinámica de la contingencia social en la que estamos insertos y somos partícipes. A propósito de estas reflexiones y frente a los desafíos que esperan al iniciado en su entorno social recordé la respuesta que hace algún tiempo, un notable guía espiritual, nos entregara al ser consultado sobre la opinión que él tenía sobre las características que identifican al hombre en nuestra cultura occidental. Respecto de esa pregunta la repuesta de este hombre sabio fue la siguiente: “Lo que más me sorprende del hombre occidental es que pierden la salud para ganar dinero, después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro no disfrutan del presente, por lo que no viven ni en el presente ni en el futuro. Y, finalmente, viven como si no tuviesen que morir nunca. Y, en consecuencia, mueren como si nunca hubieran vivido”. La respuesta del Dalai Lama, a nuestro modesto

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juicio, describe de manera muy acertada la situación del hombre occidental contemporáneo, y a la vez, contiene las claves que caracterizan a los fuertes condicionamientos que el contexto social ejerce sobre el individuo, condicionamientos que, desde su nacimiento hasta el final de su existencia, le/nos seguirán acompañando. Ante este complejo dilema nos preguntamos: ¿cómo podría un iniciado prepararse para influir de manera positiva, en la delicada tarea de transferir los valores que nos enseña nuestra institución hacia el interior y las dinámicas de nuestros respectivos y complejos entornos sociales? Afortunadamente, para ello contamos, por un lado con un sólido punto de partida que es el que nos da la fuerza y la convicción para identificarnos con un tipo de moral específica, que en este caso es la “Moral Masónica”. Un segundo factor que influye a favor nuestro es el poseer la condición de iniciado. A partir de ella nos integramos a un selecto grupo de Hermanos que,

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progresivamente, nos enseñan a abrir nuestra mente a un nivel más sutil de la comprensión humana, la que a su vez, nos conduce a una más amplia interpretación de las realidades vinculadas tanto al hombre como a la sociedad. Y como consecuencia del ejercicio racional al que nos impulsa nuestra conciencia podemos advertir las múltiples y estrechas conexiones que existen entre nuestro personal “microcosmos” del problemático “macrocosmos” que nos rodea y dentro del cual, simultáneamente, todos formamos parte. De esta relación surge inmediatamente, como nexo ineludible, la figura del iniciado, principal protagonista de este relato, quien es el responsable de transmitir a través de su pensamiento, de sus palabras y principal-

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mente de sus acciones, los Valores trascendentes que nuestra institución le ha entregado. Junto a ello se agrega el compromiso específico y categórico de hacer que esos valores se extiendan mas allá de los muros de nuestros Templos, lo que significa que los iniciados deben ser (y lo son) capaces de irradiar su energía personal y masónica para que esos valores tengan presencia y se hagan carne en el mundo exterior. De allí que, en el ejercicio de esta sincronía, entre “microcosmos” y “macrocosmos” será el iniciado el responsable de trasmitir, en el ámbito social en que se desempeña, los Altos Valores Morales que nos enseña la Masonería y que ha hecho suyos, a través del ejercicio activo de los múltiples roles que desempeña como persona, como individuo, como ser social, con los deberes y obligaciones inherentes a cada uno de esas funciones y responsabilidades. Para enfrentar ese desafío el iniciado debe estar al día en el avance de todas las áreas del conocimiento, tanto

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respecto del desarrollo del potencial humano como el de la sociedad, ambos aspectos que hoy enriquecidos por las recientes investigaciones de la Ciencia, que de manera gradual, nos está entregando renovados puntos de vista que permiten enriquecer y transformar el actual escenario de la humanidad, donde tanto hombre o mujer individualmente y subjetivamente considerados, como las sociedades en las que conviven, están transformándose, junto con los nuevos aportes e interpretaciones que revolucionan las formas tradicionales de analizar, de visualizar y de comprender los fenómenos humanos así como los sociales. Sobre la base de lo anterior y aceptando la idea que el iniciado es el eje central de la relación entre Masonería y Sociedad, a él corresponde descubrir y desarrollar las múltiples capacidades insertas en su propio “ser”, las que potencialmente porta para descubrirlas y utilizarlas por medio de la sabiduría y de la prudencia propias de nuestras enseñanzas. De allí que, para apoyar especialmente a los jóvenes en esta compleja tarea, iniciamos esta presentación analizando la dimensión correspondiente al “microcosmos”, dimensión que está siendo fuertemente enriquecida a partir de los nuevos enfoques de la sicología positiva y sus recientes investigaciones desde donde emerge, con fuerza, una nueva extensión de las capacidades humanas; la llamada “inteligencia espiritual”, herramienta clave especialmente para el iniciado quien, antes de comenzar su tarea en el mundo exterior debe enfrentar, primeramente, el difícil trabajo de su transformación interior. Para abordar la dimensión referida al “macrocosmos” intentaremos, desde una perspectiva sociológica, entregar algunas claves que están referidas específicamente a los “saberes de la sociedad del futuro” los que podrían ayudarnos a superar las incertidumbres que hoy nos acechan y condicionan tanto desde el punto de vista individual como del punto de vista social. En consecuencia, daremos a conocer primeramente algunas claves que subyacen en el “mundo interior” de cada iniciado y que, como hemos dicho, están ahí para ser descubiertas y desarrolladas por él; y la segunda dimensión que hemos denominado “mundo exterior” en que intentaremos dar a conocer algunas ideas que podrían permitirnos ampliar nuestra visión acerca de la “sociedad del futuro”. Si bien es cierto, las claves contenidas en cada una de las dimensiones que presentaremos son mucho más numerosas, para ser consecuentes con la extensión de este trabajo, solo hemos seleccionado un pequeño grupo de ellas ya que, estamos seguros que nuestros Hermanos y lectores podrán, a través de las sugerencias bibliográficas que, en cada caso se señalan, seguir investigándolas con un mayor nivel de profundidad.

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DIMENSION DEL MUNDO “INTERIOR” (MICROCOSMOS) A partir de los argumentos que sustentan la propuesta sobre la Inteligencia Espiritual1 hemos seleccionado al interior de esta dimensión los siguientes factores: el autoconocimiento, la búsqueda de sentido, la autotrascendencia, el poder de lo simbólico y la exploración hacia el camino de la sabiduría.

EL AUTOCONOCIMIENTO La inteligencia espiritual nos permite adentrarnos en esa senda infinita que conduce al “conocimiento de sí mismo”. Esta capacidad habilita para adentrarnos en nuestras propias emociones, pensamientos, recuerdos y expectativas, para formarnos una imagen transparente y coherente de lo que realmente somos. Los grandes maestros de la humanidad, desde Sócrates hasta Confucio y por supuesto también nuestra Augusta Orden, nos han reiterado que el primer objetivo de una persona que desea alcanzar su plena libertad de conciencia es alcanzar en plenitud el conocimiento de sí mismo. En este aspecto es bueno recordar que una cosa es responder a la pregunta ¿Quién soy yo?, y entregar la serie de datos que nos identifican y otra, muy distinta y definitivamente más compleja, es enfrentarse a la cuestión de la finalidad de nuestra existencia. La existencia del ser humano, por un lado está orientada hacia el “interior de sí mismo”, por eso es una existencia abierta hacia el interior del propio sujeto, formando parte de su particular “microcosmos”, pero, al mismo tiempo también permanece abierta hacia el exterior, hacia el complejo “macrocosmos”. Solo quien se examina a fondo y es capaz de identificar sus debilidades y potencialidades puede emprender Para profundizar sugiero revisar propuesta de Francesc Torralba en texto citado en la Bibliografía. 1

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con éxito el camino de su desarrollo y superación tanto masónica como personal o profesional. La inteligencia espiritual nos habilita para adentrarnos, en un proceso sin fin, tanto en la propia dinámica interna de nuestro ser, así como también nos abre la posibilidad de interrogarnos por los insondables misterios que nos rodean, incluso nos impulsa a preguntarnos, a pesar de nuestra evidente insignificancia cósmica, por cual será el sentido último del propio Universo.

LA BÚSQUEDA DE SENTIDO El anhelo de una vida plena se expresa de múltiples maneras pero, desde su experiencia como ser inacabado, el hombre siempre estará en la búsqueda de aquello que le otorgara sentido a su propia vida. Esta búsqueda emerge desde lo más profundo del ser como una necesidad primaria como una pulsión fundamental. Esta condición, exclusiva del ser humano, constituye la piedra angular de nuestra inteligencia espiritual. Todos deseamos vivir una vida con sentido, y tener una existencia con real significado. En esta búsqueda tenemos ineludiblemente que formularnos la cuestión central de cuál es el sentido de nuestra propia existencia. Afortunadamente no existe una única y universal respuesta para esa compleja pregunta. Y por lo tanto, cada uno de nosotros, deberá descubrir al interior de su propia conciencia cual es ese particular e intransferible sentido. El simple hecho de pertenecer a nuestra organización es uno de los indicios de que estamos buscando algo que complemente nuestra propia búsqueda de sentido. Tal como lo señala Viktor Frank2: “la voluntad de sentido no es una cuestión de fe”. Es un hecho, es un fenómeno que se detecta en lo más hondo del ser humano. De tal Para profundizar sugiero revisar propuesta de Viktor Frank en texto citado en la Bibliografía.

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manera que se refleja en la tarea de exploración permanente por hallar una razón, un especial motivo por el que “vale la pena vivir”. Sin embargo cuando alguien experimenta que su vivir carece de sentido se aproxima de manera muy peligrosa a la infelicidad, dolencia tan frecuente y tan característica del mundo que nos rodea. Es importante advertir que el sentido no depende del tiempo cronológico vivido, ni de la localización de quien lo experimenta, sino de la intensidad y la plenitud que solo se adquiere al ser consecuente con ese sentido. Una clave importante para avanzar en esa búsqueda, es lo que la Masonería nos estimula a desarrollar a través de las acciones que hacemos “en” y “para” el mundo de los demás.

LA AUTOTRASCENDENCIA Trascender consiste en: “ir más allá”, en cruzar una determinada frontera. Consiste básicamente en no contentarse con lo que se es, con lo que se tiene, con lo que se sabe. En cierta forma consiste en ejercer esa férrea voluntad de no conformarse con lo que se conoce. El trascender expresa una carencia pero, simultáneamente también, representa una esperanza. Por autotrascendencia entendemos la capacidad de expandir el “yo” más allá de los límites comunes de las experiencias vitales y cotidianas. Nos referimos a la capacidad de abrirse a nuevas perspectivas desde criterios distintos de la lógica racional. En cierta forma nuestra trascendencia no está representada por la capacidad de permanecer, sino por un irrefrenable deseo de superación. Viktor Frank nos señala que el ser humano es un ser esencialmente espiritual y esta dimensión lo cruza enteramente, tanto en el plano consciente como en el inconsciente. El ser humano es transición, es camino, es un itinerario permanente hacia lo que todavía no es.

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símbolos desbordan el mundo de lo concreto y dejan entrever otros mundos que se oculta más allá de las leyes científicas. Esta faceta de la inteligencia espiritual, al igual que todas las dimensiones que para los efectos de esta presentación hemos seleccionado, guardan estrecha relación con las enseñanzas de nuestra institución ya que ella nos estimula, a partir del momento mismo de nuestra iniciación, a hacer un esfuerzo por acceder a nuevos y superiores planos de nuestra conciencia tanto masónica como personal y social. Lo que nos lleva a colegir que a la Masonería le interesa la formación integral del hombre verdaderamente “libre” en todos los aspectos de su potencial, incluidos por supuesto el manejo de los símbolos, rituales y alegorías, como elemento necesario para el desarrollo pleno de una de las características más relevantes de la condición humana: “la inteligencia espiritual”, desarrollo que la Masonería fomenta en cada uno de sus integrantes.

Que no se contenta con lo que es, sino que permanentemente aspira a ser lo que todavía no es. La dinámica del “trascender” es un movimiento de superación, de innovación y de creatividad que, de manera importante, explica el vertiginoso desarrollo de la especie humana especialmente por su voluntad de darse a causas que superan sus propios límites corporales. Este fenómeno lo advertimos particularmente vinculado a la experiencia vivida, la que nos ha permitido, en el comienzo mismo de nuestra vida masónica, reflexionar acerca de nuestra íntima “trascendencia”, por el cual quisiéramos ser recordados. Todo ello parece advertirnos que, solo el desenvolvimiento creativo de nuestra propia inteligencia espiritual, podría revelarnos nuestra íntima “conciencia de trascender”.

LA BÚSQUEDA DE LA SABIDURÍA Al ser humano no le basta con los conocimientos científicos, matemáticos y lógicos para vivir una vida con sentido. Estos conocimientos por supuesto le ayudan a instalarse en el mundo pero, en ninguna de estas propuestas, fórmulas o paradigmas, se podrá hallar la razón que dota de significado a la existencia intima que toda persona anhela, desde lo más profundo de su ser. Desde esta dimensión, la inteligencia espiritual opera sobre las otras modalidades propias de la inteligencia humana, pues permite elaborar una síntesis global del mundo y hallar el justo lugar que ocupa en ese contexto el propio yo. Si bien esta dimensión nos otorga la capacidad para entender a los otros, empatizar con el otro y captar sus sentimientos y pensamientos más profundos, ello no nos garantiza el dominio de la sabiduría vital. Tampoco es suficiente el aplicar la inteligencia lógicomatemática ya que el hecho de que no existan respuestas concluyentes en el plano científico, ello no significa que no existan respuestas inteligentes con plenitud de sentido, abarcadoras, como lo proponía Huxley con su “filosofía perenne”, en la que integraba lo bello y verdadero de todo el patrimonio espiritual de la humanidad y en la cual confluyen los elementos necesarios para alcanzar lo que él llamaba “una vida lograda”. Desde los tiempos remotos el ser humano ha estado buscando una orientación a su existencia, una pauta sobre “como” vivir. La inteligencia espiritual nos permite elaborar una visión global del mundo, nos da la posibilidad de construir nuestra personal “cosmovisión”. Una persona espiritualmente inteligente buscara en la sabiduría clásica y en las tradiciones milenarias las respuestas a sus preguntas y se inclinará por la que considere más sensata. Esta compleja labor nadie puede hacerla por nosotros, de allí que, basándonos en nuestra experiencia, existe la posibilidad de buscar y

EL PODER DE LO SIMBÓLICO En virtud de la inteligencia espiritual, el ser humano es capaz de trascender el mundo natural y a sí mismo. Convierte los objetos naturales y los transforma en “realidades simbólicas”, en instrumentos que comunican algo que está más allá de ellos mismos. El símbolo es siempre un significado que trasciende al objeto, que evoca un sentido que no es inherente a sí mismo. El filosofo Ernest Cassirer3 definió al ser humano como un ser con capacidad simbólica, un ser capaz de crear, manejar, interpretar, comunicarse y dialogar a través de símbolos. Contemplado atentamente el símbolo suscita vida espiritual, abre las puertas a la imaginación y activa un infinito mundo oculto. La vida espiritual se nutre de símbolos y se expresa a través de ellos. El ser humano no solo produce y consume símbolos; los necesita para vivir, para instalarse en el mundo, para dar significado a su existencia, para comunicar sus más hondos pensamientos y sentimientos. En cierta forma los Para profundizar sugiero revisar propuesta de Cassier en texto citado en Bibliografía. 3

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encontrar orientación en las enseñanzas que han legado los grandes maestros espirituales de la humanidad tal como lo propone nuestra Orden.

DIMENSIÓN DEL MUNDO EXTERIOR (MACROCOSMOS) Edgard Morin4 un notable pensador contemporáneo nos ha señalado que, para intentar comprender nuestra realidad como sociedad, se hace necesario: “aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de pequeños archipiélagos de certeza”. Navegar en medio de ese océano no es tarea fácil, sin embargo, es precisamente allí, cuando la capacidad del hombre se pone a prueba al enfrentarse en cada momento a los múltiples desafíos del mundo social y cultural que le rodea y que constituye su hábitat ineludible dentro del cual está obligado a desarrollar el potencial de su existencia. Estas claves, si bien originalmente están vinculadas al plano de la educación, de ellas se deducen algunas 4 Para profundizar sugiero revisar propuesta de Edgard Morin en texto citado en Bibliografía.

interesantes ideas que podrían ayudarnos en la difícil tarea de renovar nuestro pensamiento para enfrentar la creciente complejidad y rapidez de los cambios, y el poder de lo “impredecible” tan característicos de nuestra sociedad. Para ello Morin propone considerar la posibilidad de una re-organización del conocimiento para lo cual se hace necesario derribar las barreras tradiciones que segmentan y dividen a las disciplinas y concebir una nueva y creativa manera de unir lo que hasta ahora ha estado segregado. A continuación y de manera muy breve nos referiremos a las cinco tareas que el ya citado autor nos señala y que podrían ayudarnos a enriquecer la mirada al interior de este complejo “mundo exterior”.

COMPRENDER LAS LIMITACIONES DEL CONOCIMIENTO Es clásico el aforismo que señala: “Los hechos son testarudos, los hombres, más”. Lo que intenta advertir este mensaje es que los seres humanos cargamos ideas que creemos son inmutables, pero en definitiva: no lo son. Por otra parte la incógnita de lo que es el conocimiento en sí, su estructura, sus limitaciones e imperfecciones, sus dificultades, su inevitable tendencia, tanto al error como a la ilusión, nos permiten señalar que se hace necesario examinar la esencia de su naturaleza para evitar la parálisis de la mente humana. Por ello se hace necesario profundizar en el estudio de las características cerebrales, intelectuales, emocionales, espirituales y culturales del conocimiento humano tanto en lo relacionado con sus procesos como el de sus diversas modalidades. Para abrirnos al conocimiento de la sociedad del futuro deberemos abrirnos al conjunto de las nuevas ideas y no aferrarnos a creer ciegamente en las ideas que hemos heredado o que nos han sido impuestas desde nuestra propia formación cultural. Coherente con esta dimensión la Masonería nos invita a revisar y cuestionar todos los ámbitos del conocimiento, sin exclusión alguna, advirtiéndonos que debemos combatir los dogmatismos y las exigencias que pretenden imponernos ciertas instituciones confesionales que se autoproclaman “infalibles por derecho divino”.

VALORACIÓN DE LA CONDICIÓN HUMANA En este ámbito se trata de reconocer y valorar que cada ser humano es simultáneamente físico, biológico, síquico, cultural, social, espiritual e histórico. Es decir constituye una unidad compleja de factores que, desintegrados y dispersos, le impiden comprender lo que realmente significa poseer la trascendente investidura de reconocerse y valorarse en plenitud como: un verdadero “ser humano”. De tal manera que en este reconocimiento no puede estar ausente el interpretar el contexto

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social del hombre y de cada hombre en particular. En este aspecto no debemos olvidar que los seres humanos estamos compartiendo los mismos componentes genéticos de una misma especie a pesar de nuestras múltiples diversidades. Al mismo tiempo debemos estas conscientes de nuestra trilogía existencial de que somos, de manera simultánea: individuos, especie y sociedad. En este plano deberíamos entender que el destino de cada hombre está ligado al destino de la totalidad de su especie, de tal forma que hombre y sociedad están entrelazados de manera inseparable. En este sentido los valores trascendentes de la Masonería constituyen un llamado permanente a la libertad del hombre, por el valor y el respeto de toda persona, sea cual sea su condición de origen, por el respecto por la vida, la tolerancia, y la fraternidad entre los seres humanos. Todo ello representa la clara y evidente valoración de la condición humana por parte de nuestra Orden.

zado por la incomprensión y la lucha fratricida y tal parece que, con el paso de los años, la indiferencia o ignorancia respecto de ese inexorable destino común se acrecienta. La idea de la universalidad del pensamiento humano atraviesa a toda nuestra Orden y le da sentido planetario a los valores que ella proclama de tal manera que, cualquiera sea la condición étnica, credo, ideología o cultura de cada uno de sus integrantes, reconoce y sobre todo, practica operativamente, la idea central que, la especie humana “dispersa sobre la faz de la tierra” es una sola.

COMPRENSIÓN ENTRE LOS SERES HUMANOS La comprensión es al mismo tiempo el medio y el fin de la comunicación humana y es evidente que los habitantes del planeta necesitan de comprensiones mutuas y urgentes en todos los sentidos posibles. Pero, el alcanzar el desarrollo de esa comprensión, requiere de una consistente reforma de las mentalidades. La comprensión mutua entre los humanos, tanto próximos como lejanos, es vital para que las relaciones humanas salgan del estado bárbaro de la incomprensión y del enfrentamiento. La comunicación sin comprensión se reduce tan solo a meras palabras. Solo la verdadera comunicación hará posible que afectivamente lleguemos a comprendernos. Una de las más notables aspiraciones de la Masonería es que, independientemente de sus respectivos idiomas, razas, culturas y ubicación geográfica, todos los integrantes de la Orden dispersos sobre la faz de la tierra se comuniquen y dialoguen a través de los símbolos que le son propios. Los esfuerzos por alcanzar la

PERCIBIR NUESTRA IDENTIDAD PLANETARIA Nuestro planeta ha sido descrito como una nave espacial en la cual transitamos por el Universo. Esta sola idea nos hace comprender la innegable interdependencia y responsabilidad que tienen todos los habitantes de la Tierra al estar obligados a compartir un destino común. En otras palabras es imposible ignorar que todos los seres humanos, enfrentamos y nos confrontamos con los mismos problemas, tanto de la vida como de la muerte, ya que vivimos al interior de una comunidad planetaria que comparte un destino común. Demás está decir que nuestro mundo está cada vez más desbastado y amena-

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BIBLIOGRAFÍA

comprensión entre los hombres son particularmente intensos en nuestra organización y representan una gran coincidencia con lo planteado por Morin.

CONCIENCIA ÉTICA DEL GÉNERO HUMANO Nuestra comunidad planetaria, al igual que la Masonería, nos impone la obligación de ser solidarios. En esa toma de conciencia debemos reconocer que habitamos una gran patria llamada Tierra y tenemos deberes que cumplir para ejercer honrosamente nuestra ciudadanía planetaria. Es así como el valor de lo humano, el respeto por cada persona, de su libertad de consciencia, de su libertad personal, de la igualdad de derechos, sean tan importantes al momento de pensar y de actuar en el contexto del mundo exterior. En este sentido no existen dudas respecto de profunda convicción ética que guía a nuestra organización y sus constantes esfuerzos por trabajar incansablemente en la formación de hombres íntegros con plena conciencia de los altos valores que guían a la Humanidad. En resumen, las claves contenidas que esta dimensión del “mundo externo” guardan una estrecha relación con las lecciones que nos entrega nuestra Orden como lo son: mantenerse al día sobre el avance permanente del conocimiento y de la necesidad irrenunciable de evitar los dogmatismos de cualquier índole; la trascendencia que la masonería otorga al valor irrenunciable de toda condición humana; colaborar con nuestros esfuerzos en pro de la universalidad del pensamiento solidario y libertario de los hombres; el fomento irrenunciable en bien de la comprensión entre los seres humanos sea cual

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sea su condición de origen y finalmente sus esfuerzos por alcanzar, con plena conciencia, el ejercicio práctico, cotidiano y permanente de una sólida ética masónica que contribuya a hacer florecer las acciones humanas más valiosas tanto dentro como fuera de nuestros los Templos.

LIBRES, CONSCIENTES Y RESPONSABLES Sabemos que es imposible abarcar en un breve trabajo toda la información disponible acerca de la relación de lo que, al interior de nuestros Templos denominamos “microcosmos” y “macrocosmos”. Sobre todo si reconocemos que los factores que las componen, influyen de manera permanente sobre nuestro comportamiento y por ende también en la calidad de vida de cada uno de nosotros. Creemos que, en la medida en que podamos acceder a renovados conocimientos, tanto sobre el hombre como de la sociedad, podremos reflexionar, acerca de esta compleja interdependencia, entre hombre y sociedad valorizando así nuestra formación y también como individuos sociales responsables de transmitir los valores éticos contenidos en nuestros principios a la sociedad. Si queremos ser consecuentes con ese propósito deberemos poner en marcha lo mejor de nuestra propia “inteligencia espiritual”, la que nos permitirá ampliar la visión que tenemos del contexto social en que nos desarrollamos, todo ello haciendo nuestras las sabias lecciones que, paso a paso, nos ha ido entregando gradualmente la Orden. Esta, no cabe duda, es una tarea compartida, y es una tarea que debemos practicar con especial Celo y Constancia. Finalmente y parafraseando la respuesta que nos entregara el Dalai Lama al inicio de esta presentación podemos afirmar que: “Cambiar la salud por dinero, no vivir en el presente y morir como si nunca se hubiera vivido” definitivamente, creemos que no es una opción válida. En el desarrollo de esa compleja y difícil tarea, obligadamente personal, intima e intransferible le deseo a cada lector el mayor de los éxitos en la difícil misión de alcanzar en plenitud su humana condición de “hombres libres, conscientes y responsables del objetivo social que como seres humanos nos corresponde”.

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huellas de La

Masonería en Chile

La masonería no actúa como cuerpo o partido político, sino son sus miembros preparados en la Institución los que, ajenos a todo dogma, con sus propias convicciones e insertos en el quehacer social desarrollan a todo nivel una actividad fraternal y benéfica que redunda en el bien de todos.

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POR MANUEL ROMO SÁNCHEZ manuel.romo@gmail.com

LA PROLIJA INQUISICIÓN Los documentos de la Inquisición permiten saber que en Chile hubo masones desde fines del siglo XVIII. Otras fuentes nos señalan que la primera Logia que trabajó en el territorio nacional fue la llamada “Lautaro”, que congregó a los masones que lucharon por la consolidación de la independencia del país, a partir de 1817. Sin embargo, la Masonería que dio origen a la que actualmente conocemos, tuvo su punto de partida en Valparaíso, a partir de 1850, con la creación de la Logia francesa “L’Etoile du Pacifique”. Tres años después de la fundación de la Logia de 1850, el curazoleño Manuel de Lima y Sola creó una que tomó por nombre el de “Unión Fraternal” y que

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se dio como propósito el trabajar en castellano, para atraer a los chilenos hacia la Masonería. A esa Logia llegaron, por iniciación, destacados hombres de impecable trayectoria pública, como Juan de Dios Arlegui, José Victorino Lastarria, Domingo Faustino Sarmiento y Guillermo Blest Gana.

LIBERTARIOS Y FILÁNTROPOS Por ese entonces, la Masonería desarrollaba principalmente acción filantrópica, socorriendo a los necesitados, y formando a los masones en el cultivo de las virtudes y el amor por la libertad. En 1864, con Logias en Valparaíso, Concepción y Copiapó, los hermanos se sintieron capaces de emprender vuelo con independencia del Gran Oriente de Francia, que les había dado regularidad hasta entonces, y fundaron una obediencia nacional a la que llamaron

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Juan de Dios Arlegui Gorbea Mandatos 1862 - 1972

Benicio Alamos González

Mandatos 1873 - 1877 y 1900 - 1902

Mandatos 1894 - 1900

Buenaventura Cádiz Patiño Mandatos 1902 - 1906

creación de una comisión que se abocase a la revisión de rituales y liturgias, y de un comité de finanzas, además de la creación de nuevas Logias. En 1900, Palma abandonó el puesto por enfermedad, siendo reemplazada por Benicio Álamos González. Este último propuso aunar esfuerzos entre la Gran Logia y el Supremo Consejo, creado poco antes, para darle la totalidad de su desarrollo al Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Sin embargo, en 1902, hizo abandono del puesto, dejando inconcluso su proyecto. Intentó retomarlo su sucesor, Buenaventura Cádiz Patiño, cuya elección al puesto de Gran Maestro fue impugnada por un grupo disidente, produciéndose un cisma que, en 1903, terminó con el entusiasmo de los masones, dejando a la institución al borde de desaparecer.

Gran Logia de Chile, estableciendo su sede en Valparaíso. A fines de ese mismo año, la nueva potencia masónica autorizó los trabajos de su primera Logia en Santiago, capital del país, pero también capital del oscurantismo religioso y del conservadurismo político.

LA GRAN LOGIA DE CHILE Correspondió a Juan de Dios Arlegui Gorbea presidir la institución entre 1862 y 1872, encargándose de la redacción de la primera Constitución y Reglamento General, promoviendo la fundación de nuevas Logias y la promoción del laicismo. Bajo su mandato se obtuvo el reconocimiento de más de treinta potencias masónicas y la construcción de la sede que albergó a las Logias nacionales y a la propia Gran Logia, entre 1872 y 1906. Sus sucesores debieron enfrentar dificultades de toda índole, desde problemas internos ocasionados por la creación de un Supremo Consejo que pretendió tomar el control de la totalidad de la Masonería, hasta conflictos de política partidista, además de una guerra internacional y una guerra civil, que diezmaron las Logias. No obstante esta escasa actividad logial, los hermanos masones que participaban en política, se sumaron a los esfuerzos del mundo liberal, para lograr la promulgación de las llamadas Leyes Laicas, gracias a las cuales surgieron la ley de matrimonio civil, la ley de cementerios laicos y la ley de registro civil. Entre 1894 y 1900, el Gran Maestro Alejo Palma intentó revitalizar la institución, reglamentando el funcionamiento de algunos departamentos, revisando el estado de las relaciones exteriores, disponiendo la

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Alejo Palma Guzmán

TRASLADO A SANTIAGO Correspondió al Gran Maestro Víctor Guillermo Ewing Acuña tomar la decisión de trasladar la sede de la Gran Logia de Chile a Santiago, iniciando su mandato en 1906. Ewing, en primer lugar, buscó reanimar las Logias que estaban en sueño. Acometió en seguida la tarea de reconstruir los nexos con otras obediencias y, una vez hecho esto, se ocupó de reformar la Constitución, el Reglamento y los Rituales. Estuvo al mando de la Masonería hasta 1912, cuando fue elegido en su reemplazo Luis Alberto Navarrete y López, el verdadero artífice de la revitalización masónica que se vivió a partir de entonces. Navarrete y López había ejercido como Gran Secretario General entre 1906 y 1910, y entre 1910 y 1912 ejerció

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Víctor Guillermo Ewing Acuña Mandatos 1906 - 1909 y 1909 - 1912

Luis Alberto Navarrete y López Mandato 1912 - 1922

Enrique Mac Iver Rodríguez Mandato 1887 - 1894

Héctor Boccardo Benvenuto Mandato 1924 - 1930

En la actualidad, 241 Logias trabajan bajo la obediencia de la Gran Logia de Chile, a lo largo de todo el territorio nacional, aportando al desarrollo de la república. como Gran Maestro Adjunto en varias oportunidades. Este Gran Maestro organizó el Primer Congreso Masónico Nacional, fue el responsable de la reforma constitucional de 1912 y de la reforma a los rituales y libros de instrucción. A su impulso, la Masonería hizo suya la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria, promulgada en 1920. Incentivó a los hermanos para que ejerciesen como docentes en las escuelas nocturnas para obreros, para que colaborasen en las colonias escolares, en las ligas de estudiantes pobres, en el escultismo, en la Federación de Estudiantes de Chile, en las Conferencias en los Centros Obreros, en la publicación de artículos de prensa y en la edición de folletos, entre otras muchas medidas conducentes a difundir los principios de la Orden. Desde las páginas de su revista La Verdad, invitó a los masones a incorporarse a los partidos políticos, para llevar a ellos los altos principios de la Masonería, contribuyendo desde allí a la defensa y difusión de la tolerancia y de las libertades. Bajo su mandato fue elegido presidente de la república Arturo Alessandri Palma, el primer masón en ocupar este puesto, desde la creación de la Gran Logia de Chile. En 1922 dejó su cargo, luego de recibir el reconocimiento de toda la obediencia. Al término de su mandato, había Logias en las principales ciudades del país.

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Los sucesores del Gran Maestro Navarrete y López debieron hacer frente a un exceso de politización y buscaron reencauzar la Orden hacia los estudios que le eran propios. El Gran Maestro Héctor Boccardo Benvenuto, que condujo la Gran Logia de Chile entre 1924 y 1930, suscribió un tratado de Paz y Amistad con el Supremo Consejo de los Soberanos Grandes Inspectores Generales del grado XXXIII del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, lo que permitió que comenzaran los tan postergados trabajos de las Logias filosóficas. Además, organizó una Asamblea extraordinaria, para escuchar los planteamientos de los talleres masónicos, debatiendo sobre la finalidad de la Masonería, el estudio del simbolismo y la preparación de acciones altruistas. Bajo su mandato, se publicó el libro de Benjamín Oviedo Martínez, titulado “La Masonería en Chile”, primera historia general de la Orden en el país, y se comenzó a usar la obra de Oswald Wirth, como instrumento docente común para toda la obediencia. En su período, el país obtuvo la separación de la Iglesia y el Estado. En los años posteriores, se continuó trabajando en la organización interna de la Gran Logia y en la difusión de los principios masónicos.

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MANUEL DE LIMA Y SOLA FUNDADOR DE LA MASONERÍA EN CHILE 1

POR MANUEL ROMO SÁNCHEZ manuel.romo@gmail.com

M

anuel de Lima y Sola nació en la isla de Curazao, Antillas holandesas, y su nacimiento fue inscrito en el libro de registros de la comunidad judía “Mikvé Israel”, el sexto día del mes de Ayar de 5578, con el nombre de Mordechay van Moses Abinum de Lima. Hijo de Moisés de Isaac Abinum de Lima y Sara de Sola Núñez da Costa. La fecha de nacimiento que consignó Manuel de Lima en la documentación masónica fue 5 de mayo de 1818. A los 15 años de edad, tras la muerte de sus progenitores, emigró a Caracas, trabajando por unos meses en un local dedicado al comercio de tabaco y rapé, y luego en una empresa de importaciones y exportaciones, en la que permaneció hasta 1843. Ese año viajó a Hamburgo junto a su amigo Teodoro Herbstaedt, donde establecieron un pequeño negocio de mercaderías surtidas. Aunque tuvieron éxito en esta actividad, los amigos, buscando mejores horizontes, acordaron asociarse al comerciante hamburgués Eduardo Rosenberg para establecer una casa de comercio en Valparaíso, Chile. Viajaron, entonces, a nuestro país, en 1845, donde se dedicaron a la importación de productos europeos. En Valparaíso, Manuel de Lima participó en diversas actividades, haciéndose socio del Club Alemán, voluntario fundador de la 2a compañía de bomberos e incorporándose a la incipiente Masonería. El 5 de mayo de 1842, día de su cumpleaños, como era costumbre en la época, había sido iniciado en la Logia Unión N°5, de Caracas, donde obtuvo su grado de Maestro Masón antes de abandonar Venezuela. En Chile, el 7 de agosto de 1850, un grupo de inmigrantes franceses había fundado en Valparaíso la Logia

L’Etoile du Pacifique, a la que se incorporó Manuel de Lima al año siguiente, tomando la decisión de crear una Logia de habla castellana, para que la Masonería pudiera prosperar y extenderse en el país. Según recordó años más tarde en una carta, era obligación de todo masón colaborar para difundir “los santos principios de nuestra sublime Institución, que estamos llamados a proclamar, y con mucha mayor razón todavía cuando ese país se encuentra dominado por un acentuado fanatismo religioso”. Fundó, así, la Logia Unión Fraternal, que logró agrupar a destacadas personalidades de la vida pública chilena, como Domingo Faustino Sarmiento, José Victorino Lastarria y Juan de Dios Arlegui. Esa Logia reunió a hombres de las más diversas nacionalidades y les dio la luz masónica para que orientaran sus vidas por el camino del bien. El 3 de marzo de 1855 se realizó la instalación de la nueva Logia. El acta de ese día recogió las palabras del Venerable Maestro Manuel de Lima, cuando dijo: “Me sería imposible, muy queridos hermanos, haceros comprender todo esto que mi alma encierra de satisfacción, de bondad en este momento. Yo querría poder transmitir a cada uno de ustedes los sentimientos de gratitud de los que me encuentro animado por el Todopoderoso, que con su bondad infinita me ha guiado y sostenido en el camino que debía conducirnos hacia el objetivo al cual aspiramos con toda la fuerza de nuestros deseos. “Cuando recibí el mallete para dirigir vuestros trabajos, reconocí inmediatamente la suprema importancia de la obligación que me imponía. Comprendí también que sólo el deseo ardiente, que llenaba y llena ahora mi corazón, podía darme la fuerza para vencer las enormes dificultades que al principio parecían querer aniquilar la obra por la cual no cesaré de combatir. Los siete hermanos que se agruparon a mi alrededor para sostenerme en una tan ruda tarea, estaban plenos de actividad, de

1 Acta de Unión Fraternal, del 5 de marzo de 1855. Original en la Biblioteca Nacional de Francia.

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celo; mas, a pesar de su constancia al trabajo, ellos no poseían todavía esta experiencia masónica que sólo una aplicación sostenida de muchos años puede dar. Sin embargo, mis hermanos, a pesar de los obstáculos a mi posición, veía a cada instante fortalecerse nuestras columnas. Observaba con júbilo que los profanos que se presentaban a las puertas de nuestro Templo para recibir la luz, impulsados, tal vez, por un espíritu de simple curiosidad, observaba que estos profanos, indecisos o curiosos llegaban a ser pronto masones llenos de celo, de entusiasmo y mostrábanse vivamente penetrados de los nobles sentimientos que sólo nuestra sublime institución puede inculcar en el corazón de todos los hombres. “En esta hora, cuando debo rendir cuenta de los trabajos de esta R. L., me siento penetrado de un sentimiento de profunda gratitud a los hermanos que, comprendiendo perfectamente la misión que tenían que cumplir como masones, han contribuido tan dignamente al feliz resultado que obtuvimos hoy día. Animados del deseo de ver a la Masonería volver a tomar su bienhechora influencia, su luz y su moral divina sobre esta parte del globo, todos estos hermanos han trabajado con todo el ardor que pueden inspirar nuestros sublimes principios. Y si consideráis, muy queridos hermanos, que hace apenas veinte meses nuestro Taller no tenía sino ocho miembros, os será fácil comprender que para hacerlo llegar al estado floreciente en que se encuentra hoy día, tuvimos que emplear todos nuestros cuidados y todas nuestras fuerzas”.2 Por ese entonces, la Unión Fraternal ya contaba con 37 miembros activos. Cuatro días más tarde, en una carta que Manuel de Lima le dirigió al Gran Oriente de Francia, bajo cuya obediencia trabajaba la Logia, dio una visión de lo que era la Masonería en Chile en 1855: “Gracias a la feliz regeneración del nombre masón en Chile, debido solamente a los esfuerzos de un pequeño número de hermanos, que pueden, con justicia, considerarse las fuertes columnas de nuestro Templo, el oriente de Valparaíso cuenta hoy en su seno tres Respetables Logias, compuestas de 150 miembros activos, llenos de honor y de dignidad, capaces la mayor parte por la fuerza de su inteligencia de dar a la Masonería un nuevo impulso y un desarrollo de una incalculable potencia. “La armonía que reina entre las Respetables Logias de este Oriente es perfecta y las comunicaciones que diariamente ellas envían, como aquellas que reciben de diversos orientes de la América entera, nos hacen esperar que pronto la estrecha unión y la inalterable armonía que existen entre las Respetables Logias del O. de Valparaíso, se extenderá a toda la América y que se formará entre todas estas Logias una inmensa cadena que elevará la influencia de la Masonería en el mundo de Colón a proporciones desconocidas”.

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Manuel de Lima continuó como Venerable Maestro hasta mayo de 1856, siendo sucedido por Juan de Dios Arlegui, y volvió a ocupar el puesto entre el 17 de diciembre de 1859 y el 19 de junio de 1861. Junto a las Logias L’Etoile du Pacifique, Bethesda y Unión Fraternal, existía en Valparaíso un Capítulo Rosa Cruz, fundado en 1854, que le otorgó Manuel de Lima el grado XVIII, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. El 29 de octubre de 1855 le fue otorgado el grado XXX por el Gran Oriente Peruano. Sabemos que también fue coronado como Gran Inspector General, grado XXXIII, probablemente en el efímero Supremo Consejo formado en Valparaíso, en 1871, por el hermano Juan de Dios Merino Benavente. El segundo libro de actas de primer grado de la Logia Justicia y Libertad N°5, de Santiago, da cuenta de la Tenida celebrada el 26 de diciembre de 1871. A ella llegó como visitador Manuel de Lima, premunido del grado 33°, siendo recibido con honores. El acta indica “…el Hermano de Lima era uno de los fundadores de la masonería chilena i de la La Just.: y Libertad en el valle de Santiago”. Cuando se fundó la Gran Logia de Chile, en 1862, presidida por el Gran Maestro Juan de Dios Arlegui, Manuel de Lima fue elegido Segundo Gran Celador. La Constitución Masónica del nuevo poder masónico, en la preparación de cuyo texto participó De Lima, fue promulgada en Asamblea General celebrada el 16 de diciembre de 1862, y lleva la firma de Manuel de Lima en calidad de Gran Secretario General pro témpore. Por cerca de tres años, Manuel de Lima pudo participar con regularidad de las actividades de la Gran Logia, pero, poco a poco, debió alejarse, pues sus negocios lo llevaron a viajar con asiduidad, hasta abandonar definitivamente Valparaíso. De Lima había tomado interés en las inversiones mineras, adquiriendo barras en las minas del norte de Chile. En 1864, además, compró un trapiche en San Felipe de Aconcagua, ciudad en la que terminó por establecerse. Este cambio de residencia no lo hizo de inmediato y durante un tiempo estuvo viajando entre Valparaíso y Aconcagua. En octubre de 1865, ocupaba el cargo de Presidente de la Cámara de Ritos de la Gran Logia de Chile, pues, como tal, firmó el diploma de maestro del hermano Juan Agustín Palazuelos, de la Logia Justicia y Libertad Nº 51 El 15 de marzo de 1866, firmó como Gran Secretario pro témpore de la Gran Logia de Chile, y continuó ocupando el cargo accidental de Gran Secretario, pues el 21 de enero de 1867 firmó como tal . Durante 1866, se sabe, presidió la Sección Simbólica y de Ritos de la Gran Logia de Chile. Con fecha 28 de junio de 1867 figura su firma en calidad de Presidente de la Cámara de Ritos en el diploma de maestro masón de Pedro Nolasco Videla. 2 El diploma se conserva en el Museo de la Gran Logia de Chile.

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En las elecciones de Grandes Oficiales y Grandes Dignatarios de la Gran Logia de Chile, celebradas el 1o de junio de 1868, Manuel de Lima no figura en ningún cargo ni integra el Consejo del Gran Maestro ni las Comisiones de la Gran Logia. Comisionado por la R. Logia Orden y Libertad N°3, de Copiapó, dio los pasos necesarios para apoyar a los hermanos que vivían en la capital de Chile, capital del fanatismo religioso, para levantar las columnas del primer taller santiaguino, la Respetable Logia Justicia y Libertad N°5, de Santiago. En 1899 fue incorporado al Supremo Consejo del Grado XXXIII fundado por el querido hermano Eduardo de la Barra Lastarria. Como testimonio de esto existe una carta que le envió el QH Buenaventura Cádiz Patiño, Secretario General del Supremo Consejo, con fecha 14 de febrero de 1899, en que le dice: “El Supremo consejo de Chile, gr. 33º, del Rito Ant. Esc. Acep., en su Asamblea del sábado 11 del corriente mes, quiso iniciar los trabajos de su organización en este Or. acordando un acto de elevada justicia y gratitud y, en consecuencia, tomando en consideración que vos fuisteis, hace ya muchos años, el fundador de

contenido de su siempre apreciada del 22 de mayo último al enviarme las felicitaciones del aniversario de la Resp.: Gran Logia de Chile, como fundador de la Masonería y representante de sus glorias. Lágrimas candentes de gratitud vertieron mis ojos, al imponerme de tan inmerecidos elogios. Si bien he tenido que luchar para conseguir el objeto que me proponía, no por eso debo llevar solo la gloria de ver nuestra Santa y Sublime Institución en el estado en que hoy se encuentra. Al poner mis pies en este bello país, comprendí, desde luego, que el terreno se encontraba preparado para el efecto que me proponía…Al iniciarme en los sublimes misterios de nuestra Orden, prometí de mi libre y espontánea voluntad, trabajar por el bien de la humanidad y la propagación de nuestra Orden…”. Próximo a cumplir 90 años de edad, se le encargó la fundación de una Logia en San Felipe, surgiendo así la R. Logia Patria y Libertad N°36, madre de la Masonería de Aconcagua, fundada el 9 de mayo de 1907. Manuel de Lima muere el 13 de julio de 1908. El acta de la época manifiesta: “Su ataúd fue conducido al vestíbulo de la Lojia “Patria y Libertad” en donde se le erijió una Capilla ardiente, se colocaron

la Masonería Chilena…Al transmitiros el acuerdo de la Soberana Asamblea, es para mí un honor y un placer expresaros mis congratulaciones por la señalada prueba de distinción y alta estima que tan espontáneamente os ha sido discernida y me complazco en ofreceros mis más cariñosos respetos y la consideración con que me suscribo de vos. hermano y servidor afmo”. Por ese entonces, Manuel de Lima, de 80 años de edad, había experimentado serios reveses de fortuna y vivía de los escasos ingresos que le proporcionaba su oficio de ensayista minero. Sin embargo, ni la edad ni las dificultades económicas le impedían continuar sirviendo a la Masonería. En 1895 participó en la fundación de la Logia Valparaíso N°22, de la que fue su Venerable Maestro por algunos meses. En una carta del 5 de junio de 1900, con la que agradeció el saludo de Justicia y Libertad, Manuel de Lima dijo: “Conmovido hasta no más, me he impuesto del

sus insignias masónicas sobre su féretro i velaron allí hasta su sepultación…Al día siguiente se le condujo al Cementerio en donde el Secretario de la Lojia pronunció un discurso de despedida, los Hermanos depositaron en su nicho una rama de acacia perenne, retirándose emocionados para conservar imperecedero el recuerdo de sus virtudes, de su ejemplo. En el homenaje fúnebre que la Gran Logia de Chile le dedicó el 23 de octubre de 1909, el hermano Luis Alberto Navarrete López dijo: “Glorifique, pues, la Gran Logia de Chile la memoria del hijo de Curazao y nunca separe el nombre de Manuel de Lima de la lista de sus mejores obreros. Fue el masón que con más propiedad puede llamarse el fundador de la Masonería chilena, y hasta el momento de su muerte fue fiel a los ideales masónicos. En esa existencia no hubo apostasías, hubo solo ejemplos que imitar”.

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El impacto de la Tecnología en la Educación y el Empleo La tecnología como constructora de nuevas subjetividades sociales y nuevos sujetos pedagógicos.

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POR HUGO LUIS CAPUYA

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a dimensión de los cambios tecnológicos, su impacto en las subjetividades individuales y en la nueva identidad de los educandos, es un tema que exije nuestra atención. Se asume el rol transversal que la tecnología tiene en los jóvenes y se presume que ese fenómeno hace eclosión en las aulas. Por otro lado, la relación que ellos tienen con la tecnología es mucho más fuerte que la que tienen con su escuela y con sus padres. Las sociedades republicanas nacieron conforme a los valores de libertad, igualdad y fraternidad, pero ¿en

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qué medida estos valores están puestos en riesgo con la mediatización de la tecnología puesta en el rol de Enseñar? ¿Cuál es el rol del docente si el conocimiento está al alcance de la mano y fuera de la escuela? Seguramente la Masonería tiene algo que aportar en esta coyuntura histórica, como lo tuvo en otros tiempos.

UN CONTEXTO DIFUSO DE EDUCACIÓN

Desde los últimos lustros del siglo pasado la tecnología viene insertándose en distintos ámbitos del quehacer humano. El enorme impacto que ha tenido en la Educación y el Trabajo ha generado nuevos empleos y nuevas formaciones específicas para esos puestos

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de trabajo. La velocidad de esos cambios es tal que muchos analistas sostienen que: “Quien comience hoy una carrera universitaria tendrá menos oportunidades de trabajo cuando la termine o sus contenidos estarán desactualizados”. La tasa de incremento de la información disponible en la red ha generado el fenómeno de la Big Data que entusiasma a las empresas y preocupa a los gobiernos. El quiebre generacional que ha separado a los nativos digitales y sus padres es inusitado en la historia de la humanidad, por primera vez los hijos suelen saber más que los padres. Incluso los docentes se enfrentan a un alumnado que accede al conocimiento sin su ayuda y que cuestiona en cierta medida su autoridad en el aula. Pero reconocer esto, implica pensar que ¿la web y los buscadores serán los nuevos maestros del siglo XXI? Incluso asumiendo esto: ¿podemos cuestionar el actual dispositivo formativo llamado “Escuela”? En la estructura del estado moderno occidental, la educación tiene la función de preparar trabajadores para el empleo, ciudadanos para el estado y personas para la sociedad; pero lo hace bajo los designios del mercado y los estados. Los estados nacientes –inspirados en los principios masónicos de libertad, igualdad y fraternidad reemplazaron el viejo ideario monárquico por los nuevos ideales libertarios. Los estados latinoamericanos tuvieron como reflejo las naciones inspiradas en el iluminismo francés y desarrollaron sistemas escolares para inculcar los fundamentos de sus sociedades criollas.

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Transcurridos dos siglos ya, nuestras naciones edificadas por el aporte de inmigrantes contienen una diversidad étnica y cultural que constituye uno de los rasgos más significativos de la región. Esta diversidad cultural también puede entenderse como un Capital Cultural, un concepto que Bourdieu1 desarrolla en un esquema para entender cómo se manifiesta ese capital cultural; tanto en el plano simbólico, como en el social y el físico. En términos educativos este concepto se materializa en los saberes previos y la trayectoria escolar del sujeto pedagógico, pero ¿es seguro hoy seguir creyendo que ese capital social solamente se construye desde la familia? Si antes un niño se educaba en su casa y en la escuela, es innegable que actualmente la web y las redes sociales también educan desde un contexto difuso, constante y mucho más personal.

LA TRANSVERSALIDAD EDUCATIVA DE INTERNET

Este somero análisis tiene la finalidad de entender que el proceso de conformación de capital cultural ha sido sobrepasado por el impacto que las NTIC2 tienen sobre la población en general y sobre el alumnado en sus 1 BOURDIEU, Pierre. Capital Cultural, escuela y espacio social. 2 NTIC- Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. También existen las NTICX o Nuevas Tecnologías de la Información y la Conectividad que proponen el desarrollo de un espacio multidimensional que permite otras formas colaborativas de acceso al conocimiento.

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distintos niveles. La irrupción de los celulares y la web 2.0 ha permitido a los jóvenes incursionar en territorios virtuales del saber en donde los padres y los maestros suelen ser meros visitantes. Por esa razón, la irrupción de la tecnología viene transformando desde el acceso a la información hasta la ecuación del Saber de los jóvenes respecto de sus padres y maestros. La Escuela por ejemplo, cumplía un rol ordenador dentro de la naciente sociedad industrial, pero ahora es depositaria de males que antes no tenía, tales como los medios masivos de comunicación y por la transversalidad de la Internet en nuestras vidas. Este aspecto trae aparejado el tema del acceso a la información a través de medios digitales, quien tengo al alcance dispositivos digitales tiene acceso a la información y quien no los tenga, no la tendrá. Se podrá argumentar que con los libros sucedía lo mismo pero existen bibliotecas que salvan esa zona gris donde los ciudadanos se quedan fuera de su propia cultura.

¿LIBERTAD, IGUALDAD…?

un 70% se conecta desde un dispositivo personal y/o desde una red wi-fi privada, o sea, casi 3 de 4 jóvenes de capas medias cuentan con esta posibilidad. El otro 30% depende de un punto de acceso público y gratuito. Que distinta percepción de la realidad dan el acceso a la información y los bienes culturales que pueden diferenciar a ese 70% del otro 30%? Si los mismos contenidos y pedagogías se aplican a toda la población escolar por igual, no se está consolidando esa desigualdad aún dentro de la institución escolar? Francois Duvet lo expresa con estas palabras “Una escuela justa debe permitir a todos sus estudiantes conseguir logros en función de su trabajo y su talento, pero si esos logros dependen de las condiciones socioeconómicas de sus familias esa escuela se transforma en injusta.4 Desde la mirada masónica, ¿en qué lugar queda el concepto 4 La Escuela de las oportunidades. https://www.elespectador. com/noticias/educacion/casi-todas-escuelas-son-injustasfrancois-dubet-articulo-569824

Pero cuál es la cultura de los jóvenes digitales?3 Afortunadamente hay ya estudios que revelan las fuentes de acceso al mundo digital que nos grafican esa realidad (gráfico 1): Claramente, el principal medio de acceso a Internet son los dispositivos celulares, generalmente en un hogar de clase media ya que ahí cuentan con un punto de wifi familiar, luego los lugares donde hay redes privadas que permiten el acceso por un mínimo consumo, un bar por ejemplo. Queda la posibilidad de hacerlo en otra casa como invitado o en un lugar público con acceso gratis. Si sumamos los primeros guarismos tenemos que 3 Murden Andrea y Cadenasso Jorge. Ser joven en la era digital, CEPAL/Fundación SM Chile. enero 2018. https://dds. cepal.org/redesoc/publicacion?id=4739

Gráfico 1. Latinoamérica (17 países): Lugar en que se conecta a internet, jóvenes de 16 a 29 años y adultos, 2015, en porcentajes

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Gráfico 2. Latinoamérica (18 países): Uso de internet de 16 a 29 años, según nivel educacional de los padres, 2015 a/

ESTADO VERSUS MERCADO

de Igualdad con que se fundó el espíritu de los estados modernos?

Esa ecuación nos presenta al Estado, Mercado y Sociedad como tres polos interdependientes en la tarea de realizar el progreso de la sociedad, ahora bien, el drama expuesto en los cuadros precedentes parecería mostrar a los distintos estratos sociales expuesto a dos fuerzas antagónicas; por un lado el Estado con su misión de consagrar los derechos enunciados en su carta magna y por otro lado el Mercado en su afán de descubrir nuevas áreas para ejercer el comercio. La primera vez que se enuncia a la educación es un derecho humano es en la Declaración de los Derechos del Hombre del siglo XVIII que luego los estados del siglo XIX consagraron en sus respectivas constituciones, ya entrado el siglo XX esos derechos subieron de categoría al ser contemplados en los Derechos del niño y la infancia por ejemplo. Por tanto el derecho a la educación tiene suficiente entidad e historia para ser respetado por sí solo, sin embargo en las últimas reuniones del G20 y la OMC, una de las principales discusiones es si la Educación es un bien común o una mercancía. A este respecto la UNICEF5 afirma que “la educación es la clave para la paz global y el desarrollo sostenible” y esa voz refleja la determinación de garantizar que todos los niños y jóvenes adquieran el conocimiento y las habilidades para vivir con dignidad, alcanzar su potencial y contribuir a

¿Qué sucede con el concepto de Libertad? Veámoslo en el gráfico 2. La libertad de poder educarse desde los niveles básicos de enseñanza hasta el nivel superior es un camino que solo pueden recorrer en su totalidad aquellas personas que disponen de un determinado piso educativo y económico. Tal como se ve en el cuadro, aquellas familias {7 de 10} cuyos integrantes han llegado al nivel superior completo de estudios tiene acceso diario a internet cinco veces más que los ciudadanos analfabetos y poco más del doble respecto de aquellos con apenas la educación básica completa. Pero más grave es que en la población analfabeta apenas la mitad tendrá eventualmente acceso a internet mientras que la otra mitad casi nunca va a tener acceso. Es evidente que el acceso a internet y el conocimiento que ella contiene es dramáticamente atravesado por el nivel socioeconómico y el capital cultural que una familia posea para que sus hijos terminen el ciclo superior educativo. Si la educación y el trabajo son ejes vertebrantes del desarrollo personal y social de la sociedad es una tarea del Estado custodiar ese derecho o al menos limitar la acción que el mercado ejerce sobre la sociedad, principalmente cuando se la percibe como un enjambre de consumidores y a la educación como un bien transable. E DICIÓ N E SPEC I A L

5 UNICEF - FORO Mundial de Educación, https://www.unicef. es/prensa/el-foro-mundial-sobre-la-educacion-aprueba-ladeclaracion-sobre-el-futuro-de-la-educacion

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Gráfico 3. Latinoamérica (18 países): Cómo se informa de los asuntos políticos. Jóvenes (16 a 29 años) y adultos, 2016, en porcentajes

sus sociedades. Con este aspecto normativo es posible abordar la situación actual en América Latina para ver si el derecho a la información que tienen los jóvenes menores de 30 años en el gráfico 3: Este cuadro ejemplifica que los medios por los cuales la población de 16 a 29 años se informa para tomar decisiones tan importantes como participar en política y a quién votar son mayoritariamente visuales y virtuales {Redes sociales y TV} muy por encima de la opinión de los amigos y familia. Más abajo aún quedan los periódicos y revistas como medios de información consagrados respecto de la manera en que se informa

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esa franja etaria y vemos que los medios más usados para informarse son la TV, redes sociales, o sea medios digitales y muy rara vez un periódico físico.

PERCEPCIONES Y SUBJETIVIDADES

En otro orden de cosas, cual es el efecto que las NTICs y la web 2.0 tienen en las nuevas generaciones? Un estudio de una afamada revista de comunicación y educación6 afirma que siempre que hubo innovaciones 6 Néstor García Canclini. Revista Científica Iberoamericana de Comunicación y Educación- Link: https://dialnet.unirioja. es/servlet/articulo?codigo=2552120

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tecnológicas, estas generaron cambios en las percepciones y las subjetividades de los afectados por esos cambios. Ni la web mató a la TV, ni la TV tampoco no mató al cine; se sigue mirando y se sigue leyendo pero de otra manera porque las audiencias se han diversificado. Es oportuno recordar que la biología y psiquis humana evolucionan a distinta velocidad que la cultura y la tecnología. El único hecho similar en cuanto a impacto de la tecnología en la sociedad fue la invención de la imprenta {siglo XV}, en cuanto a la ampliación de posibilidades de leer libros en masa. Pero pasaron cuatro siglos hasta que se inventaran la televisión, la radio, el cine, el DVD, las computadoras, los celulares y Tablet. El siglo XX en solo 80 años sufrió cuatro cambios en la percepción de la información, específicamente de la información en imágenes, en la década de los 80as las pantallas de video compitieron con las del cine, las pantallas de computadora compitieron con las de la televisión, a la vez la televisión amenazó con desplazar al cine y radio, también lo mismo se dijo de ésta con respecto a los libros y eso es muy poco tiempo para que se acomoden las percepciones y subjetividades del sujeto pedagógico del siglo XXI. Investigadores de la Cepal7 explican que la constante interacción con las NTICS ha configurado nuevas formas de construcción de subjetividad en la población joven de Iberoamérica. Es posible comprender la subjetividad como la “producción de sentido que los sujetos se dan a sí mismos para estar en el mundo” pero poniendo especial atención a los modos de interacción vemos que también se establecen vínculos, se procuran certezas que los

contengan, los reconozcan y les permitan la formación de la identidad y de nuevas formas de participación” Relativo a la Subjetividad podemos decir que si bien no es posible desatender a las diferencias dentro de Iberoamérica y, especialmente, a las desigualdades en el acceso a internet entre los países latinoamericanos, resulta evidente la instauración de nuevas formas de interacción, las que se ven expresadas en nuevos códigos y claves comunicacionales propios de las redes sociales, donde el lenguaje basado en emoticones e imágenes han generado nuevas lógicas de comunicación y, con ello, de construcción de subjetividad. Relativo a la Identidad se puede afirmar que aun cuando es innegable la emergencia de nuevos fenómenos asociados al uso de internet y dispositivos móviles, existen posturas divergentes respecto de si esta “identidad digital” se construye en el mundo virtual, o si bien éste es una suerte de extensión de la realidad material cotidiana o bien es un espacio de ficción o falsedad. Hay pistas para pensar una propuesta educativa que integre esas nuevas subjetividades, aportan a esa causa la opinión de la OEI8 “un nuevo paradigma educativo debiera modificar la ecuación del conocimiento entre alumno-profesor, abrirse a nuevas pedagogías y procesos de transformación ya que la sociedad del siglo XXI requiera más gente que no solo sepa sino que pueda en

7 https://www.observatoriodelajuventud.org/ser-joven-enla-era-digital/

8 http://beu.extension.unicen.edu.ar/xmlui/bitstream/handle/123456789/58/El%20Nuevo%20Paradigma%20de%20 la%20Educaci%C3%B3n%20para%20el%20siglo%20XXI. pdf?sequence=1&isAllowed=y

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colaboración de otros actores y otras disciplinas elevar el piso de saberes a una formación de competencias”. Las bases de un nuevo paradigma no pueden dejar de tener una mirada filosófica acerca del futuro de nuestras sociedades, una prospectiva en sus dimensiones político ideológica, que innove a nivel pedagógico, que incluya las herramientas tecnológicas realmente pertinentes a la enseñanza y que renueve las estructuras organizacionales de la burocracia docente. A modo de cierre, podemos inferir que atento a la inmensa batería de herramientas informáticas puestas al servicio de una educación es dable pensar que los ciudadanos podrán ejercer su real derecho a la información. Asimismo quizá la red sea un nuevo territorio donde replantearse las relaciones sociales, institucionales y de solidaridad de las comunidades.

ASEGURAR UN CAPITAL CULTURAL

Las tendencias actuales y las prospectivas tecnológicas parecerían indicar la necesidad de un nuevo paradigma educativo que resuelva las actuales crisis y desafíos de capacitación y formación del siglo XXI. Nuestras sociedades, como producto de inmigraciones internas-externas, contienen un alto grado de diversidad cultural como capital humano, y requieren de un cambio de abordaje en cuanto a pedagogías, contenidos y conocimientos aplicados en su educación. En ese sentido es deseable que ese abordaje asegure su capital cultural y la igualdad frente a otros con distinto origen social para resguardar el valor de la igualdad.

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En cuanto a lo educativo, parece imperativo que tanto la sociedad civil como los estados tomen recaudos para que las inequidades sociales ya existentes no consoliden un mundo de excluidos digitales, porque no solo está en juego la inclusión educativa sino la conformación de ciudadanos de escaso nivel de pensamiento crítico, y por tanto, fácilmente manipulables desde la big data, las fakenews y los partidos políticos. Están en juego los valores de libertad e igualdad y será tarea de la sociedad toda preservar esos valores para que los alumnos cuenten con la educación necesaria para afrontar los desafíos del presente siglo.

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POR JCG

entre otros) y además que los hechos mencionados son consecuencias de la inefectiva y/o nula respuesta del Estado a las citadas pretensiones del pueblo originario con mayor presencia en el país. Esta situación podría verse matizada por el hecho que personas del pueblo mapuche han logrado ocupar espacios de la sociedad que por mucho tiempo les fueron inaccesibles o negados. Ejemplo de ello son la presencia de agrupaciones de estudiantes en universidades del país, diversas organizaciones no gubernamentales destinadas a fines productivos, culturales y educativos, varios centros de medicina intercultural, artistas reconocidos, parlamentarios y autoridades políticas en diversos niveles y estamentos, y destacados profesionales en diversas disciplinas del conocimiento. Sin embargo, en la discusión pública y en el quehacer nacional, solo se pone énfasis en el conflicto, desconociendo sus causas en la historia reciente o las erradas respuestas que el Estado ha dado al problema, así como la complejidad que significa articular aspiraciones y derechos que emanan de culturas distintas y, sobre todo, pasando por alto la riqueza cultural e influencia de dicho pueblo en la sociedad y patrimonio cultural del país.

UNA DIFÍCIL CONVIVENCIA Actualmente, las relaciones entre Pueblo Mapuche y Estado de Chile pasan por uno de sus momentos más críticos, debido a diversos y graves hechos, tales como el homicidio del joven mapuche Camilo Catrillanca, las diversas consecuencias políticas e institucionales de la llamada “Operación Huracán”, los diversos casos de posibles compras de tierras indígenas por parte del figuras políticas y empresariales, los frecuentes enfrentamientos entre Carabineros y las hortaliceras mapuche en Temuco, las diversas actuaciones de la policía uniformada en zonas rurales de la Región de la Araucanía, hechos que están siendo conocidos por los respectivos tribunales de justicia. Por otra parte, varios medios de prensa ydiversos referentes políticos, hablan del malllamado “conflicto mapuche”, desconociendo que las relaciones entre el Pueblo mapuche yel Estado chileno, es un asunto histórico-político de larga data, sin analizar en profundidad las históricas, legítimas y jurídicas demandas de dicho pueblo originario y sus fundamentos (autonomía, territorio, reconocimiento y respeto de derechos reconocidos por tratados internacionales,

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THECLINIC.CL

UN IMPORTANTE RECONOCIMIENTO En este sentido, la Masonería chilena, fraternidad con presencia en Chile desde 1862, por una parte, ha reconocido el valor e importancia del Pueblo Mapuche, y por otra, ha hecho llamados para que el Estado como tal, genere verdaderos y efectivos diálogos y dé una respuesta integral a sus demandas, lo que ha ocurrido en no pocas ocasiones. La última de ellas, ha sido la declaración pública de 24 de enero de 2019, emanada del Gran Maestro Sebastián Jans Pérez, efectuada en la ciudad de Temuco (capital de la Región de La Araucanía) en la cual manifestó que: * “La Masonería chilena apoya los consensos por el reconocimiento constitucional de los Pueblos Originarios de Chile, en particular del Pueblo Mapuche, reconociendo la dignidad que merece por su historia y su cultura, profundamente enraizada en nuestra sociedad”. * Asimismo, expresó que la Orden tiene “una profunda admiración por el Pueblo Mapuche, por su historia y muy especialmente por su cosmovisión y la manera en que se ha transmitido de generación en generación, una identidad cultural que respetamos y valoramos. Al igual que nuestros hermanos mapuches, nos sentimos parte de la naturaleza y el universo que la

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acoge, celebramos sus ciclos naturales y dedicamos grandes esfuerzos a proteger y enseñar la necesidad de respetarla, como espacio vital de nuestra especie”. Otra declaración efectuada por el Gran Maestro Sebastián Jans Pérez, fue la realizada el 19 de noviembre de 2018, efectuada en el contexto de la muerte de Camilo Catrillanca, en la que expresó a nombre de la Masonería “su profundo pesar por su irreparable pérdida y expresó su condolencia más sincera a su familia y a toda la co- munidad que llora su partida e instó a reflexionar y tomar medidas que se hagan cargo de la situación de fondo, que es que el Estado de Chile lleva muchos años sin resolver adecuadamente un conflicto iniciado en el siglo XIX, y que es imprescindible poner fin a los hechos de violencia y considerar que el diálogo es la única manera de obtener la paz”. El 23 de septiembre de 2010, el entonces Gran Maestro, Luis Riveros Cornejo, en una declaración pública, en el contexto de una huelga de hambre por parte de varios comuneros mapuche, señaló: “Una solución permanente al problema mapuche debe venir inspirada a través de la visión humanista. Nuestros hermanos mapuches requieren respeto y urgente atención a sus demandas, y así terminar con más de un siglo de indiferencia y discriminación. Por ello, la Masonería chilena promueve

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una solución integral y permanente que dé base a la salida de la huelga de hambre de representantes de comunidades mapuches y personas ligadas a la defensa de sus derechos. Pero, además, la Masonería piensa que deben ser los poderes del Estado quienes se envuelvan directamente en una negociación que signifique una salida permanente al problema que representa el tratamiento del pueblo mapuche en nuestra sociedad. Esta solución debe implicar un tratamiento satisfactorio del problema legado por las expropiaciones de sus tierras, además del necesario conjunto de políticas para atender adecuadamente sus necesidades en materia educacional, de salud, laboral y previsional, las cuales han sido pospuestas en forma visible hasta ahora. Por lo mismo, si en la primera instancia se debe privilegiar la necesaria ayuda humanitaria y de decisión política contingente, en la segunda deben prevalecer las autoridades de los tres poderes del Estado y todas aquellas instituciones civiles que tengan una voz relevante en materia de incidencia política y nacional para adoptar soluciones de carácter permanente”.

formarían el Partido Radical. Otro hecho que demuestra la admiración y respeto de la Masonería chilena hacia el Pueblo Mapuche, es que 21 de las 240 logias presentes en el país, poseen nombres de origen Mapuche o relacionadas con dicho pueblo originario. Algunas de ellas son: Logia N° 37 Caupolicán de Talcahuano (nombre del histórico líder Mapuche, cuyo nombre era Kallfulikan, “piedra azul”), Logia N° 58 Lautaro de Talcahuano (Lautaro, nombre del histórico toqui, líder de la resistencia contra la conquista española, cuyo nombre era Leftraro, que significa “traro veloz”), Logia N° 73 Mariluán de Victoria (Mariluan “diez guanacos”), Logia N° 104 Nabuelbuta de Lebu (Nahuelbuta, nombre de la cordillera costera de la VIII y IX regiones, que significa “gran tigre” o “tigre grande”), Logia N° 131 Araucaria de Curacautín (Araucaria, conífera de los Andes presente entre las VIII a X regiones, llamada por los mapuches como pehuén, y que da nombre a los pehuenches, “gente del pehuén”, a aquellos mapuches que habitan dicha zona), Logia N° 157 Cayenel de Puerto Montt (Cayenel, nombre de un cacique que participo en diversas luchas contra

EL CONSECUENTE VOTO MASÓNICO En el contexto de la mal llamada “Pacificación de la Araucanía”, durante la década de 1860, algunos de los pocos opositores y críticos de los verdaderos objetivos de aquella intervención militar en territorio mapuche, fue un sector de la Cámara de Diputados liderado por José Victorino Lastarria. El 14 de agosto de 1868, el Congreso aprobó el presupuesto para dicha acción militar por 48 votos contra 3. Los 3 votos opositores, insuficientes pero indispensables como testimonio, fueron del citado Lastarria, Ángel Custodio Gallo y Manuel Antonio Matta; Lastarria y Gallo, ambos destacados y reconocidos masones. En los años fututos, Gallo y Matta y sus seguidores

Detención de Héctor llaitul.

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GRAN LOGIA DE CHILE

Un llamado para que los Pueblos Originarios tengan un reconocimiento constitucional, realizó el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sebastián Jans Pérez.

el dominio español en la zona de Los Lagos, y nombre de una zona de la ciudad de Puerto Montt), Logia N° 170 Conun Huenu de Temuco (nombre también de un cerro ubicado en la vecina comuna de Padre Las Casas, y significa “puerta del cielo”), Logia N° 177 Amulén de Temuco (Amulén “caminar”, “ir hacia adelante”, “avanzar”, “progresar”), Logia N° 185 Rehuén de Mulchén (Rehuén “lugar sagrado” y hace alusión al lugar donde está el rehue, el altar mapuche. También da el nombre al Salto Rehuén ubicado en la comuna de Mulchén), Logia N° 225 Manantial Araucano de Arauco, y Logia N° 236 Kimún de Valdivia (Kimún “saber o conocimiento”) Considerando las actuales relaciones entre el Pueblo Mapuche-Estado de Chile, y la admiración y respeto de la Masonería hacia el Pueblo Mapuche, la Orden está llamada a investigar y difundir la cultura mapuche en sus diferentes ámbitos y quehaceres, de manera tal que ello se concrete en: * El asumir como sociedad, nuestro carácter, al menos multicultural (para otros plurinacional), donde los pueblos originarios tengan cabida y real participa-

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ción en el quehacer nacional y en las decisiones de diversa índole que le atañen, y donde asumamos el deber de conocer y respetar la historia, cultura y cosmovisión de dichos pueblos, en especial la del Pueblo Mapuche. * Que el país alcance estándares aceptados internacionalmente en materia de reconocimiento y respeto a los derechos de los pueblos originarios, de modo que el accionar de sus autoridades e instituciones sea expresión de una voluntad del Estado para lograr las soluciones políticas, sociales y económicas que el pueblo mapuche, los pueblos originarios y la sociedad en general requieren. * Que cada miembro de la Orden sea un factor de reconocimiento de la riqueza que representa el pueblo mapuche y los pueblos indígenas de Chile, de sus valores y cultura, de sus derechos y formas de vida, para la construcción permanente de una sociedad mejor, pacífica, solidaria y fraterna. Simultáneamente la Orden, juega y debe jugar un importante rol en el entendimiento, diálogo y búsqueda de respuestas satisfactorias para las demandas del puerblo mapuche.

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los Arquetipos L

eyendo “Bartleby y compañía” un ensayo del escritor español Enrique Vilas-Matas, recordaba éste las palabras del poeta portugués Fernando Pessoa, el de los heterónimos, o distintas personalidades o poetas que creó Pessoa, cada cual con su propia vida, mitos, obras e incluso muerte: Álvaro de Campos, Ricardo Reis, Sá Carneiro, Bernardo Soares, Antonio Mora y el famoso Alberto Caeiro que hasta escribía mal el portugués. “Bien entendido – decía Pessoa - no sé si realmente no existieron, o si soy yo el que no existe” y en otro contexto pero que viene al caso, agregaba “el único misterio es que haya quien piense en el misterio” Con varias personalidades y obras a cuestas, Pessoa tenía más que autoridad para asegurarlo. Estas personalidades le nacían a Pessoa naturalmente, de los sueños y divagaciones o de la inspiración: “escribí treinta y tantos poemas – cuenta- seguidos en una especie de éxtasis, y lo que sobrevino fue la aparición en mí de alguien a quien di de inmediato el nombre de Alberto Caiero. Disculpe lo absurdo de la frase – sigue Pessoa – había aparecido en mí, mi maestro” Pero tal vez lo más importante para nuestro caso, lo encontramos en Pessoa cuando dice: “Ahora, habiéndolo visto y sentido todo, tengo el deber de encerrarme en casa dentro de mi espíritu y trabajar, cuanto pueda y en todo cuanto pueda, para el progreso de la civilización y la ampliación de la conciencia de la humanidad” ¿Será que Pessoa estaba loco, o que por esa extraña virtud del poeta, se relacionaba de manera natural y espontánea con arquetipos que son más que una otra personalidad alojados en su conciencia? Pero qué es un arquetipo, sino el “misterio” de su conformación en el pensamiento mítico humano, lo psíquico común alojado en el inconsciente colectivo como intermediario general entre los hombres, el “misterio” de la conciencia y su relación con el gran inconsciente. En la búsqueda de este “misterio” y sus orígenes, indagaremos sin ánimo de caer en la superstición o la afirmación gratuita, en la relación que existe entre este gran inconsciente o inconsciente colectivo, tomando en cuenta el carácter evolutivo de la conciencia humana, y el surgimiento de los llamados arquetipos, ya sea con los ritos ancestrales, los mitos, las leyendas, o el cuento

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folklórico o maravilloso, sin desconocer la inquietud, la exquisita confusión que nos provoca tomar entre las manos este “misterioso” mazo del Tarot de Marsella y sus 22 Arcanos Mayores.

SIN CAUSALIDAD MECÁNICA Claude Lévi Strauss en Antropología Estructural, decía que el subconsciente es el léxico individual en el que cada uno de nosotros acumula el vocabulario de su historia personal, pero este vocabulario adquiere significación – para nosotros y para los demás –si el inconsciente lo organiza según sus leyes y constituye así un discurso; en otras palabras, el vocabulario importa menos que la estructura, porque la forma mítica prevalece sobre el contenido del relato y todo mito es una búsqueda del tiempo perdido. Prosigue Strauss, según Jung, habría significaciones precisas ligadas a ciertos temas mitológicos, que él llama arquetipos, no lo desmiente pero, se inclina por la manera en que están combinados entre sí, ya que, desde su perspectiva antropológica, no existe una causalidad precisa, por así decir, mecánica. Tal vez lo más importante en Strauss, es distinguir que el mito integra la Lengua, sus características gramaticales permanentes, pero por el Habla se lo conoce, por la forma cotidiana del hablar y comunicarse, digamos entonces que pertenece por una parte al ámbito del discurso; pero y aunque está en el lenguaje, al mismo tiempo está más allá del lenguaje. La sustancia del mito entonces, no se encuentra en el estilo, ni el modo de la narración, ni en la sintaxis, sino en la “historia” relatada, cuya finalidad es abolir el tiempo, por ello está en el lenguaje y más allá de éste, en el pasado remoto, en illo tempore, en el presente eterno y en el futuro, mediado por el lenguaje que es la única forma que tenemos de comunicarnos y de comunicárnoslo. Y va más allá aún: “Las confusiones y trivialidades en que cae a menudo la mitología derivan, pues, del desconocimiento de referencias multidimensionales que efectivamente se requieren, y que ingenuamente se cree poder reemplazar por sistemas de dos o tres dimensiones. Caben pocas esperanzas de que la mitología comparada pueda desarrollarse sin acudir a

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A LA MISTERIOSA BÚSQUED DEL SÍ MI SM

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un simbolismo de inspiración matemática, aplicable a estos sistemas pluridimensionales, demasiado complejos para nuestros métodos empíricos tradicionales” De allí que, le encontremos toda razón cuando nos surgen aquellas imágenes en los sueños por ejemplo, tan inexpresables e inasibles, sin tiempo, y que debamos finalmente expresarlas en un habla que, bien sabemos, no logra traducir cabalmente lo percibido.

ESA IRRACIONALIDAD FUNDAMENTAL Desde otro punto de vista, Marc Soriano a raíz de comentar a Lévy Bruhl indica: “el eminente sociólogo relaciona los mitos australianos y papúes con los cuentos de Perrault y admite la existencia del mundo fluido de la mentalidad primitiva al cual se vincularían todas las resurgencias de lo maravilloso. Esa irracionalidad fundamental – dice – intacta desde la antigüedad más remota, se encontraría casi en estado puro en el primitivo y en el niño.

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Ahogada o controlada en el adulto, reaparecería en el sueño o el pensamiento artístico, sobre todo en esas obras aparentemente gratuitas que son los cuentos. Así se explicaría el relajamiento y la impresión de distensión que procuran, al menos para introducir “algún orden” que ayude a comprender o a reagrupar las resurgencias de lo maravilloso, siempre semejante a sí mismo y siempre diferente” La mentalidad primitiva, podría ser otra manera de nombrar y ¿quién sabe? de estudiar la zona obscura del inconsciente y del subconsciente, ese continente agazapado en el fondo de cada uno de nosotros y que fuera descubierto por la sicología profunda. Algunos freudianos, Jung en especial, creyeron posible encarar – dice Soriano – el problema al revés y considerar los mitos, cuentos y leyendas como otras tantas pistas que nos permiten descubrir las orientaciones constantes de nuestra naturaleza, los “arquetipos” que nos entregarían las claves, muy complejas por lo demás, de nuestro psiquismo. Schuhl, valiéndose de tal hipótesis intenta desarrollar una clasificación de los sueños que obseden (obsesionan) a la humanidad, pero como historiador - ejemplifica Soriano- desconfía de toda fórmula limitativa, que por añadidura desembocaría en una definición del alma humana como intemporal (atemporal, ácrono). Así, asimila lo maravilloso a la espontaneidad de la naturaleza y le atribuye, una “función

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empresa de cristianización de la Contrarreforma, la cual, en su espíritu, es profundamente opuesta al viejo fondo pagano, de origen galés o celta. Charles Perrault, sería quien a partir de 1691, cuando tenía 17 años, reescribió o recopiló los cuentos que hoy tan popularmente conocemos.

UNA PROCEDENCIA BÁRBARA Desde el mito clásico, Luis Diez del Corral, nos entrega una visión concordante al respecto, desde el punto de vista histórico. “Todos los dioses que en Olimpo – diceestán unidos por parentesco de filiación con Zeus son de procedencia bárbara, con la sola excepción de Hermes” “El sincretismo arcaico fue muy distinto del posterior y más conocido de la época helenística, porque en ésta los dioses inmigraban “no sólo con su culto sino con nuevas ideas religiosas” mientras que los de los tiempos antiguos “se adaptaron a la mentalidad religiosa de los griegos y resultaron helenizados” Entre las estructuras objetivas de la religión y el pensamiento racional griegos no había verdadera contradicción interna. Entre Mithos y Logos nunca existió una contraposición radical. El logos o razón emergió del mito, pero nunca se desprendió totalmente del seno materno y en momentos de suprema dificultad siempre se encontró dispuesto a entregarse confiadamente en sus brazos, por no ser meramente intuición sino también pensamiento. El tránsito del mithos al logos no fue una evolución más o menos pasiva o degenerativa, sino que en cada una de sus etapas puede descubrirse el impulso genético del mito. Las grandes categorías del pensamiento están prefijadas en sus libros: ser, no ser, las formas eternas de la realidad, la noción de ley inmutable, el sentido paradigmático de los arquetipos. El mito sirve luego de forma externa para expresar ideas nuevas de la sofística. Los mitos de Gorgias, por ejemplo, representan en la perfección del ideal heroico lo trágico del conocimiento. Se trata, ciertamente, de una nueva modalidad y una nueva función del mito, en el cual, el valor arquetípico de las ideas resulta incomprensible si no se parte del antiguo valor arquetípico de los mitos. Con los libros de astrología los dioses clásicos suben del Olimpo al cielo, pero, como planetas, Júpiter, Saturno, Mercurio, Marte, continúan gobernando, con más intensidad aún, las vidas de los hombres. Los griegos terminaron su estupenda historia sin haber tenido nunca una auténtica conciencia de lo histórico; es decir, de la singularidad, del emplazamiento concreto, de la irreversibilidad de los acontecimientos. Justamente como consecuencia de su mentalidad mítica. La vida griega es una hazaña de juventud., como dice Hegel. Aquiles, el joven creado por la poesía, la inaugura. La hazaña de Alejandro Magno, el joven real, le pone término.

de irrealidad” que sería para nosotros tan fundamental como la necesidad de dormir o de respirar. La teoría indigenista refiere los cuentos a una fuente geográfica única, así como, la teoría ritualista sitúa esa unidad en el dominio de las creencias, para Soriano, la hipótesis de los “arquetipos” le parece una tentativa del mismo género, respetable en la medida que refleja una necesidad fundamental de la humanidad; pero de ahí no se sigue, ni mucho menos, que la hipótesis tenga fundamento. El progreso de las ciencias humanas, ha puesto de manifiesto, una cierta perennidad de lo maravilloso, una semejanza innegable entre versiones recogidas en épocas y lugares diferentes. La noción de “arquetipo” es de alguna manera para Soriano, un tope, una generalización de aquella observación empírica. Afirma una “constancia” fundamental detrás de las apariencias cambiantes y, para explicar los cambios, se ve llevada a definir la constancia como “teledirigida” por un tipo original, primero, cuyas versiones ulteriores constituirían su degradación. La etnología, en sus progresos, ha abandonado la búsqueda de tipos primeros, a la esperanza de descubrir las formas primigenias de los cuentos que, por lo que parece, existieron durante siglos o milenios, oralmente, antes de ser recogidos. Desde esta perspectiva histórica, la noción de “arquetipo” para Soriano, provoca una alteración de la realidad, en nombre de una constancia que se afirma, se desdeñan las diferencias, divergencias y transformaciones notables entre versiones históricas de un mismo cuento. Para ello ejemplifica con “La bella durmiente del bosque” la constancia respecto de las raras versiones anteriores consiste en el sueño mágico, pero difiere en el despertar, detalle de no poca importancia, ya que la versión de Perrault, que conocemos, responde a una elaboración capital que cabe referir a la vasta

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HUELLAS EN EL RELATO MARAVILLOSO Otra vertiente sobre el problema, la encontramos en Vladimir Propp, quien científicamente develó las estructuras y la morfología del cuento maravilloso. Dice Propp, el cuento debe ser confrontado con las instituciones sociales del pasado y en ellas debemos buscar sus raíces. Así por ejemplo, vemos que se han conservado formas de matrimonio distintas de las actuales, luego ejemplifica para continuar, en una palabra, partimos de la premisa de que el relato maravilloso ha conservado las huellas de formas de vida social actualmente desaparecidas, que es preciso estudiar y que este estudio revela las fuentes de muchos motivos del relato maravilloso. Ahora bien, el relato maravilloso, prosigue, ha conservado las huellas de numerosos ritos y costumbres, sólo si se les confronta con los ritos es posible explicar genéticamente muchos motivos, para determinar cuales se remontan a uno u otro rito y en qué relación se hayan con él. Ocurre que, aunque el relato maravilloso se remonte al rito, éste resulta totalmente abstruso, y el relato maravilloso ha conservado el pasado tan perfecta, fiel y nítidamente que sólo a través de él queda iluminado con exactitud el rito u otro fenómeno del pasado. De allí la importancia que le hemos dado en nuestro trabajo, así como también su

relación con el mito, como una de las fuentes de este tipo de relato. Formalmente, dice Propp nuevamente, el mito no puede distinguirse del relato maravilloso, éste y el mito, en especial los de los pueblos anteriores a las castas, pueden en ocasiones coincidir tan perfectamente que, en la etnología y en el folklore, tales mitos se llaman con frecuencia cuentos. Para rematar, sólo muy recientísimamente ha comenzado a abrirse camino en la ciencia la idea del significado social del mito, ha comenzado a ser afirmada la estrecha ligazón de la palabra, los mitos, los relatos sagrados de una tribu, por un lado, y sus actos rituales, sus acciones morales, su organización social e incluso sus actos prácticos, por otro. Con la intuición que, las funciones de los personajes del cuento maravilloso, sean un aporte a la identificación del “misterio” de los arquetipos, a continuación detallaremos una de las series que conforman la base morfológica de todos los cuentos fantásticos y por lo tanto, también de parte importante de los mitos: Situación inicial: 1.- Determinación espacio-temporal “En un reino ...” 2.- Composición de la familia. 3.- Esterilidad. 4.- Plegaria del nacimiento 5.- Causa del embarazo. 6.- Forma de nacimiento maravilloso. 7.- Profecías, predicciones. 8.- Prosperidad inicial 9.- Futuro héroe. 10.- Futuro héroe falso. 11.- Los hermanos se disputan la supremacía.

APRENDER EL SECRETO DEL ORIGEN Mircea Eliade entiende que, la función principal del mito es revelar los modelos ejemplares de todos los ritos y actividades humanas significativas: tanto la alimentación o el matrimonio como el trabajo, la educación, el arte o la sabiduría, y en esto coincide con Vladimir Propp, para diferenciarse en el carácter de estas historias maravillosas: “todo lo que se narra en los mitos – dice Eliade refiriéndose a lo indígenas – les concierne directamente, mientras que los cuentos y fábulas se refieren a acontecimientos que, incluso cuando han aportado cambios en el Mundo, no han modificado la condición humana en cuanto tal” Y no es que Propp no las diferenciara, sino que la distinción radica en el concepto de “la condición humana en cuanto tal” que Propp, consideraría como susceptibles de transformaciones o evoluciones acordes con el devenir de la historia. Para el hombre de las sociedades arcaicas, lo que pasó ab origine es susceptible de repetirse por la fuerza de los ritos – opina Eliade – Lo esencial para él es, pues,

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conocer los mitos, porque al reactualizarlos, es capaz de repetir lo que los Dioses, los Héroes o los Antepasados hicieron ab origine. Conocer los mitos es aprender el secreto del origen de las cosas. Se aprende no sólo como las cosas han llegado a la existencia, sino también dónde encontrarlas y cómo hacerlas reaparecer cuando desaparecen. La historia narrada por el mito entonces, constituye un conocimiento de orden esotérico, no sólo porque es secreta y se trasmite en el curso de una iniciación, sino también porque este conocimiento va acompañado de un poder mágico – religioso. Constituiría en resumen, la historia de los actos de Seres Sobrenaturales, de una historia verdadera y sagrada y que siempre se refiere a una creación. No se trata entonces de un conocimiento exterior, sino de un conocimiento que se vive ritualmente, ya al narrar ceremonialmente el mito, ya al efectuar el ritual para el que sirve de justificación. No se trata de una conmemoración, sino de su reiteración, las personas del mito se hacen presentes, uno se hace contemporáneo, no se vive el tiempo cronológico, sino el Tiempo primordial, el Tiempo en el que el acontecimiento tuvo lugar por primera vez. Para Eliade, ciertos comportamientos míticos, perdurarían en nuestro mundo de hoy, sin tratarse de supervivencias de una mentalidad arcaica, sino que ciertos aspectos y funciones del pensamiento mítico como constitutivos del ser humano. Los personajes de

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los comics e historietas presentarían la versión moderna de los héroes mitológicos o folklóricos; se descubrirían también comportamientos míticos en la obsesión del éxito, tan característica de la sociedad moderna. Como hace notar Andrew Greeley – ejemplifica - basta con visitar el salón anual del automóvil para reconocer una manifestación religiosa profundamente ritualizada, los colores, las luces, la música, la reverencia de los adoradores, la presencia de las sacerdotisas, la pompa, el lujo, todo esto, constituiría en otra civilización un oficio auténticamente litúrgico, con sus fieles e iniciados. La prosa narrativa, la novela especialmente – asevera Eliade – la telenovela diríamos hoy, ha ocupado, en las sociedades modernas, el lugar que tenía la recitación de los mitos y de los cuentos en las sociedades tradicionales y populares. Como sería de esperar, es siempre la misma lucha con el Tiempo, la misma esperanza de librarse del peso del Tiempo muerto, del Tiempo que aplasta y mata.

LOS PROFUNDOS MODELOS DEL INSCONSCIENTE Jung, por su parte, estableció que entre el consciente y el inconsciente existe un estado de profunda interdependencia y el bienestar de uno es imposible sin el bienestar del otro. Jung, quien habría descubierto, o redescubierto lo que se ha llamado el “inconsciente colectivo” dice que, si alguna vez la conexión entre estos dos grandes estados del ser, se debilita o se desequilibra, el hombre enferma y su vida pierde significado, si se interrumpe el flujo de un estado a otro, el espíritu humano y la vida en la tierra caen en el caos y en la noche negra. Pero la consciencia para Jung, no es sólo un proceso racional. La mayoría de los desórdenes mentales añade - los causa precisamente un estrechamiento de la consciencia y cuanto más racionalmente está enfocada, mayor es el peligro de oponer entre sí a las fuerzas universales del inconsciente colectivo; sólo trabajando en el incremento de su consciencia, el hombre encuentra su mayor trascendencia o significado. La consciencia entonces, paradojalmente sería, el más profundo sueño del inconsciente. Este fue entonces el camino que lo condujo a investigar el Tarot, entre otros juegos y artes de adivinación, sin dejar de lado el cuento folklórico, entendiendo que tenían su origen y raíz en profundos modelos del inconsciente colectivo con accesos a incrementos de conciencia y que únicamente se adquirían cotejando estos modelos. Jung entendió que, este viaje a través de los Arcanos del Tarot, las imágenes que sugieren y proyectan son ideales, ya que representan simbólicamente aquellas fuerzas instintivas que operan de forma autónoma en la profundidad de la psique humana y las llamó Arquetipos. Estos Arquetipos funcionan en psique de la misma manera que los instintos en el cuerpo. Por supuesto no

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podemos ver estas fuerzas arquetípicas, lo mismo que no podemos ver nuestros instintos, pero las experimentamos en nuestros sueños, visiones y pensamientos en los que aparecen como imágenes. Lo cierto es que, el contacto con un Arquetipo genera y evoca siempre una reacción emotiva de algún tipo.

IDEAS ARQUETÍPICAS Y TEORÍAS ESOTÉRICAS Papus, al respecto, en el Tarot de los Bohemios, propone una ley del simbolismo a cada uno de los arcanos mayores que, más que acercarnos al “misterio” de los Arquetipos, de estos arquetipos, nos aleja con una serie de condiciones previas como: El signo jeroglífico que ha dado nacimiento a la letra hebraica, el carácter de este jeroglífico, una vez determinadas las ideas significadas por la letra hebraica, buscar luego la aplicación de esas ideas en la figura simbólica del Tarot, y por último, el sentido que hay que atribuir a esta lámina según sus relaciones numéricas y simbólicas. Si bien validas en su concepción original, esta relación con trinitarios y cuaternarios ordenadores previos, producto también de ideas arquetípicas y teorías esotéricas, significan en esencia la imposición de una forma de ver e interpretar que hacen un efecto de filtro a lo que se denomina precisamente la numinosidad del Arquetipo. Prosiguiendo con Jung, la objetivación espontánea del Arquetipo, dice, es indispensable, refiriéndose a las innumerables disyuntivas a las que nos vemos sometidos, pues la voluntad consciente, por sí sola, no está en condiciones de coordinar la personalidad de tal manera que pueda desarrollar una fuerza extraordinaria que la conduzca al éxito. Para ello se requiere necesariamente, no sólo en los cuentos sino en la vida misma, la intervención objetiva del Arquetipo, el cual impide la reacción simplemente afectiva, por medio de una cadena de procesos interiores de confrontación y realización. Estos procesos permiten el planteamiento del quién, dónde, cómo y para qué en forma clara y facilitan así la comprensión de la situación de ese momento, y de la meta. El esclarecimiento y la dilucidación de las complejidades que en ese momento plantea el destino tienen en sí frecuentemente algo casi de magia o milagro. El Arquetipo tiene, en dondequiera que se presente, un carácter coercitivo que brota del inconsciente, y cuando su influencia se hace consciente, se caracteriza por la numinosidad; es un factor no evidente, una disposición, que en un momento dado comienza a actuar sobre el espíritu humano, y ordena, formando determinadas figuras, el material inconsciente. Los Arquetipos son, factores y motivos que combinan elementos psíquicos para constituir ciertas imágenes, de tal forma que siempre son reconocidas por su efecto. La historia del dogma de la Trinidad, representaría por

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ejemplo, la lenta y progresiva aparición de un Arquetipo, que ajusta las imágenes antropomorfas de padre e hijo, de existencia viva, de distintas personas, etc., a una figura arquetípica, esto es, numinosa, a saber, la “Santísima Trinidad” Los contemporáneos de esos hechos la conciben como aquello que la psicología denomina presencia psíquica extraconsciente. Cuando, como aquí sucede, existe un consensus generalis en relación con una idea, puede hablarse de una presencia colectiva. Guardando las distancias, el dogma neoliberal, no estaría ajeno de ser una presencia semejante, finalmente fanática, como lo fueron las ideas fascistas o comunistas. Ya en un estadio temprano, dice Jung, desaparece el verdadero hombre Jesús tras las emociones y proyecciones de su ambiente próximo y lejano; fue inmediatamente y casi de modo íntegro asimilado por los sistemas espirituales “a disposición” que lo rodeaban y quedó así transformado en su expresión arquetípica. Se transformó en aquella figura colectiva que esperaba el inconsciente colectivo contemporáneo y por ello es inútil preguntar cómo y quién era “en realidad” En todo caso, la situación real en relación con la proyección y asimilación general de la figura de Cristo es inequívoca. La cooperación del inconsciente colectivo está de sobra comprobada, ya que abundan los paralelos en la historia de la religión. Frente a este estado de cosas es necesario preguntarse qué despertó en el hombre la “buena nueva” y qué aspecto de él respondió a este mensaje. Los datos simbólicos más importantes de Cristo son desde luego los atributos de la vida del héroe que vimos en Propp: procedencia inverosímil, padre divino, nacimiento arriesgado, salvamento difícil, madurez prematura, superación frente a la madre y la muerte, hechos milagrosos, fin trágico y prematuro, muerte de trascendencia simbólica, efectos posteriores a la muerte, etc.

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Las fiestas solsticiales y el sentido de lo humano

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POR ANGEL MUÑOZ ACARDI

EN EL SENDERO DE LA HISTORIA HUMANA Desde la perspectiva de la filosofía de la historia, la especie humana es un ente histórico en tanto traza su existencia al interior de las coordenadas espacio y tiempo, es un ente, por lo tanto temporal y espacial, y con relativa conciencia de ello. En su transitar histórico, la especie humana anduvo muchos caminos y superado circunstancias límites que han puesto en duda la continuidad de su existencia. Desde los albores de la especie, el proto-humano de la primera evolución homínida (hace cuatro millones de años) hasta el homo sapiens – sapiens (siglo XXI), ha debido superar y resolver, siempre al borde de su extinción, múltiples dilemas evolutivos relacionados con el desarrollo y expansión de la mente y la conciencia,

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por cuanto, lo que realmente evoluciona en el ente humano es la mente y la conciencia. Desde sus orígenes entonces, el ente humano necesitó protección y soporte anímico y espiritual para enfrentar su debilidad ante el poder colosal de la naturaleza. Y lo hizo deificando los poderes del orden natural, convirtiéndolos en aliados divinos. En ese sentido, la divinización del fenómeno solsticial cumple la función antropológica de sostén espiritual. Desde el Australopitecus hasta el Homo Neandertalensis, la especie humana vivió al borde de su extinción a raíz de eventos climáticos adversos, catástrofes naturales, o fenómenos astrofísicos; en todos los cuales el hombre no tuvo responsabilidad alguna en su ocurrencia, sólo resolvió su sobrevivencia a través del mecanismo de la adaptación, transitando entonces por el sendero evolutivo, y sobre la base de una de sus facultades naturales más relevantes, a saber, su condición de perfectibilidad.

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UN SUJETO TRANSHUMANO Así, con el advenimiento del Homo Sapiens, el ente humano alcanza un grado tal de desarrollo y expansión de la mente y la conciencia, que asciende a la capacidad de dominar, subordinar, y condicionar el mundo natural; es decir, fue capaz de conocer la esencia de la materia y ponerla al servicio de su propia evolución y desarrollo. Esta dirección evolutiva, puso al ser humano en frente de dilemas éticos que hasta la hora actual no ha sido capaz de resolver, y que lo ponen en la encrucijada de su propia extinción sobre la faz de la Tierra. Sometió los ciclos de la naturaleza en beneficio de su bienestar, extinguió especies animales y vegetales, creó nuevas especies transgénicas, contaminó el hábitat natural del planeta, al punto de producir un calentamiento artificial de la tierra, ubicando a la humanidad actual en un contexto de riesgo global, inaugurando en el siglo XXI la sociedad de la incertidumbre y el riesgo global. Y en este camino de dominación del mundo natural, el actual Homo Sapiens Sapiens, ha logrado intervenir sobre su propia especie a partir de la decodificación del genoma humano, la creación de inteligencia artificial, el desarrollo de la robótica, la generación de nanotecnologías y la producción de artefactos biónicos. Así, el ser humano actual se enfrenta a la posibilidad de intervenir sobre su propia estructura biológica para producir en el mediano plazo un sujeto transhumano, transitando hacia una condición trans, entre un hombre atrapado en sus limitaciones naturales, y un hombre

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biológica y fisiológicamente perfecto capaz de continuar su camino evolutivo exento de las trabas a sus limitaciones naturales. A este ente transhumano le corresponderá superar los dilemas éticos derivados por el hombre en su etapa actual de evolución.

LA FUNCIÓN ANTROPOLÓGICA DE LAS FIESTAS SOLSTICIALES El solsticio de invierno adquiere una significación trascendente, si se acepta la tesis que el ser humano vive en una relación de interdependencia con el mundo natural y condicionado por el cosmos. Más allá de frases poéticas como, “el sol muere y renace para hacer renacer la naturaleza”, para la mayoría de las antiguas tradiciones el hombre y la naturaleza terrestre era un microcosmos que reflejaba los principios del macrocosmos, así, la vida humana dependía

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y encontraba sentido en su relación con el universo y la deidad. Esta relación se hacía evidente particularmente con los equinoccios y los solsticios, fechas que, además de marcar el cambio de estación y con esto un nuevo aspecto de energía arquetípica, eran utilizadas como hitos o marcadores dentro del calendario religioso. Eran de alguna manera los cumpleaños y santorales de los dioses y las potencias de la naturaleza. El solsticio de invierno era sustancialmente celebrado como la muerte y el renacimiento del sol. El inicio del invierno y la caída de la fuerza vital tienen como contrapartida el renacimiento del sol, como el dios Jano, es tesis y antítesis a la vez, entonces, en un sentido esotérico, el solsticio tiene que ver con el logro místico de la inmortalidad. Al respecto, el neoplatónico1 Porfirio escribe en su Cueva de las Ninfas: “Algunos de estos teólogos consideran a Cáncer y a Capricornio como dos puertos. Platón los llama las dos puertas. De ellas, afirman que Cáncer es la puerta a través de la cual las almas descienden, y Capricornio aquella a través de la cual ascienden, y cambian una condición material por una condición divina del ser. Cáncer, de hecho, está al Norte y adaptado al descenso: pero Capricornio, está al Sur, y acomodado para el ascenso. Y así es, las puertas de la cueva que mira hacia el Norte tienen gran portento, el cual se dice que es previo al descenso del hombre: pero las puertas del Sur no son las avenidas de los dioses, sino de las almas ascendiendo a los dioses. Bajo esta consigna, el poeta [Homero] no dice que sean el pasaje de los dioses, sino de los inmortales; dicha apelación es común a nuestras almas, ya sea en toda su esencia, o en particular en una porción excelsa, son denominadas inmortales. [..] “Los romanos celebran su Saturnalia cuando el Sol está en Capricornio, y en esta festividad, los sirvientes usan los zapatos de aquellos que están libres, y todas las cosas son distribuidas comunalmente entre ellos; el legislador sugiriendo con esta ceremonia, que aquellos que son sirvientes en el presente, serán más tarde liberados por el festejo de la Saturnalia, y por la casa atribuida a Saturno, i.e. Capricornio; cuando revivan en el signo, y se hayan despojado de las vestimentas materiales de la generación, regresarán a su felicidad prístina, a la fuente de la vida”. El filósofo canadiense Manly P. Halla habla sobre el simbolismo espiritual de la luz: “La adoración de la naturaleza es la adoración de las

realidades de las cosas con una humilde resolución de aprender las lecciones de la luz y la vida, de que, con el tiempo, nos convirtamos en honrados sirvientes de esta Casa de la Refulgencia. Todas las religiones han tenido dioses de la luz y estos dioses de la luz son dioses del amor. Son deidades que protegen, preservan, elevan y redimen toda forma de vida en la naturaleza. “Y dentro de esta luz tenemos todas las leyes de la vida, y las leyes de la vida son los mandamientos, los métodos, los principio a través de los cuales la vida logra la perfección. “El Sol es vida, y esta vida es la propiedad común en todas las cosas, el poder del cual dependemos. Desde el más pequeño átomo hasta la más grande estrella, la luz es un símbolo de la presencia de la vida. Esta vida es una promesa, algo que debemos de comprender, esta luz no es algo que se encendió súbitamente de la nada, en un antiguo eón, esta luz es eterna. Por ello la vida es eterna, la inmortalidad es una certidumbre, el crecimiento es inevitable. Porque todas las cosas buenas, todas las revelaciones, están basadas en la inevitable e inmediata y eterna presencia de la vida. La vida es por ello algo muy sagrado y al observar su descenso a través de los diferentes órdenes de creación, vemos que la vida se difunde en el ser humano. Hay vida en nosotros y esta vida en nosotros ha hecho su tabernáculo en la carne”.

El solsticio de invierno es entonces esta oportunidad de sintonizar o resonar con este proceso de la naturaleza de muerte-renacimiento (la muerte en la naturaleza es siempre transformación). Muerte que es necesaria para crecer y liberarse de viejas ataduras; y para morir es necesario entregarse, soltar y vaciarse. Dejar de aferrarse a la identidad y abrazar el proceso en sí de la vida, la cual no nos pertenece, sino que somos apenas una expresión particular dentro de su infinita unidad. Como escribió Emerson: “no somos nada, pero esa luz es todo”.

1 Porfirio (Del griego Πορφύριος y del latín Porphyrius Tyrius, Batanea de Siria o Tiro c. 232 – Roma 304 d. C.) 1​fue un filósofo neoplatónico griego discípulo de Plotino.

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Unidos y Conectados

UNA FUERTE CADENA MASONICA A NIVEL MUNDIAL POR MARCO VIDAL SUBIABRE

RAÍCES EUROPEAS

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a Masonería nace formalmente hace más de 300 años (1717) en Londres, con la unificación de las cuatro Grandes Logias que se encontraban trabajando en aquellos años, bajo la motivación y principios reconocidos y enunciados como éticos, filosóficos e iniciáticos. En pocos años comenzó un movimiento en toda Europa que siguió sus mismos derroteros y motivaciones intelectuales, éticas y sociales formándose Logias Masónicas en todas las latitudes. Dada su condición de país colonialista, de Inglaterra, las expansiones e ideales masónicos prontamente fueron conocidos y establecidos en otras latitudes y contenientes, lejanos a Europa, llegando la Masonería y sus ideales a estar presentes en todos los continentes. Esta expansión y crecimiento internacional de principios y valores manifestado en las logias masónicas “sobre la faz de la tierra”, conllevó a establecer en el tiempo organismos, o bien, organizaciones internacionales para una mejor comunicación e interacción entre las diferentes Grandes Logias.

RESPETO Y RECONOCIMIENTO DE LA TERRITORIALIDAD

Las Relaciones Internacionales, en Masonería, se basan en el respeto y reconocimiento de la Territorialidad, Independencia y Regularidad Vigente de cada Poder Masónico, de tal forma que se puedan desarrollar e incrementar proyectos, e iniciativas, en conjunto, para alcanzar una mejor convivencia e integración de Principios, Valores y Acciones compartidas. En el caso de Chile, se tiene como referencia – en sus actividades más relevantes - el Acuerdo que esta-

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blecido por la Gran Logia Unida de Inglaterra, firmado en el año 1925, que legitima a la Gran Logia de Chile como UNICO poder masónico regular dentro de la jurisdicción de la República de Chile. Para el Departamento de Relaciones Internacionales, siempre será prioritario alcanzar acuerdos de cooperación masónica con nuevas zonas y poderes masónicos de la comunidad internacional, orientados a potenciar valores y principios compartidos, que se transformen, en el tiempo, en acciones que aporten a mejorar la calidad de vida de nuestras comunidades y de la sociedad en general.

CONFEDERACIÓN MASÓNICA INTER-AMERICANA (CMI)

La Confederación Masónica Interamericana (CMI), fundada el 14 de abril de 1947, es una organización sin fines de lucro que agrupa – en la actualidad - a 78 Grandes Potencias Masónicas, admitidas como miembros y que se encuentran distribuidas en 25 países de Sud, Centro y Norte América, el Caribe y Europa. La Gran Logia de Chile fue una de las Potencias Masónicas impulsora para la formación de esta organización, junto a la Gran Logia de Uruguay. CMI, promueve la construcción de un modelo institucional innovador mediante la integración de la Masonería Iberoamericana y, por extensión, de la Masonería Universal, sobre la base de tres pilares estrechamente vinculados: 1 - Comunicación 2 – Participación 3 – Colaboración La Confederación desarrolla sus actividades según una estructura administrativa que se divide en 6 (seis) zonas, o áreas, geográficas, principalmente para una

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mejor administración y gestión de las 78 Grandes Logias que actualmente la integran. Cada dos años se realizan asambleas en las cuales, se renuevan sus autoridades y, a su vez, se revisan y analizan cada uno de sus procesos y proyectos orientados a difundir - en todo su ámbito de acción - los ideales que la sustentan y cohesionan por más de 70 años de vida institucional. En la actualidad la CMI, es presidida por el VH José Crespo Bonadona, Gran Maestro de la Gran Logia de Bolivia, quien es secundado por el VH Pedro Longo de la Gran Logia del Estado de Acre, en Brasil, como Secretario Ejecutivo de la Confederación para el período 2019-2021. A su vez , la Gran Logia forma parte de la VI Zona, la que es presidida para este mismo periodo por el VH, José Garchitorena, actual Gran Maestro de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay. La VI Zona tiene la particularidad de contar con las dos Grandes Logia de Europas (España y Portugal), las únicas, hasta la fecha, que no pertenecen al continente americano; sin embargo, su presencia obedece particularmente a lazos históricos y fundamentalmente masónicos con países que en algún momento fueron colonias de estas dos naciones. En los días actuales, la Confederación Masónica Interamericana (CMI) atraviesa por un gran momento de actividad, prestigio y expansión con una membrecía aproximada de 350.000 integrantes dispersos por las 78 Grandes Logias y con una alta proyección de continuar incorporando más hermanos que –de manera organizada– buscan continuar perfeccionándose con el apoyo y estructura institucional que CMI le puede entregar.

Perú y Rusia, formalmente, dan vida a la Constitución De La Conferencia De Grandes Logia Masónicas Del Asia – Pacífico. Con el transcurso de los años el proyecto de la Conferencia se ha ido consolidando, tanto en sus conceptos e idea fundacional, como también con la incorporación de nuevas Grandes Logias, que la han asumido como un importante referente y guía de sus actividades.

ASAMBLEA DE GRANDES LOGIAS MASÓNICAS REGULARES DEL MUNDO

Esta agrupación de Grandes Potencias Masónicas Regulares, es un importante “Foro” Masónico que desde el 1994, se reúne en diferentes ciudades con el objeto de conocer planteamientos sobre temas que afectan a la comunidad mundial, que son de interés y preocupación para las diferentes Grandes Logias del mundo. Cada dieciocho meses se organiza un Foro Masónico Internacional, en diferentes sedes del mundo. Esto permite el conocimiento personal e intercambio de experiencias, e ideas, de las más variadas realidades masónicas y sociales del mundo. Cada una de estas Asambleas es dirigida por un Secretario General, que se elige en cada encuentro para que asuma dicha responsabilidad en la siguiente asamblea. En esta reunión de Panamá, fue elegido para este cargo el Gran Maestro de la Gran Logia de España, VH Oscar de Alfonso, quien será el responsable de organizar y dirigir la próxima asamblea a realizarse en Tel-Aviv, Israel, en Mayo del 2020.

ÉTICA Y VALORES DE SUS INTEGRANTES

Cada Gran Logia tiene como prioridad la formación ética y valórica de sus integrantes para que se constituyan – en el tiempo – en reales “aportes” a la construcción de una sociedad mejor, en el lugar que les corresponda residir. Por una consecuencia lógica, cada encuentro de Grandes Logias es una oportunidad de revisar y mejorar los respectivos métodos de trabajo y docencia, apuntando al mismo objetivo: La liberación del hombre (ser humano) de sus limitaciones sociales y materiales que le permitan alcanzar mejores estados de conciencia y calidad de vida sin importar su país, raza ni menos su religión.

GRANDES LOGIAS MASÓNICAS ASIA – PACÍFICO

Desde el año 2008 la Gran Logia de Chile pasa a formar parte de las Potencias Masónicas interesadas a conformar unaConferencia de las Grandes Logias ASIA-PACIFICO. Más adelante, el 2010, en reunión realizada en Papeete, Tahití, los Representantes de las Grandes Potencias Masónicas de Colombia (Bogotá y Cali), Chile, China, Ecuador, Francia (GLNF), India, Gran Logia Unida de Nueva Gales del Sur, de Australia, Panamá,

E DICIÓ N E SPEC I A L

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R E V I STA OCC I DE N T E




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