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Critica de Cine

en sus impredecibles destinos. La película semeja una sola escena continua (posible ganadora a mejor guion original) donde escasean grandes acontecimientos, solo fluye el sentimiento que pareciera extenderse de manera placentera en la retina del espectador.

Duna constituye una muy buena adaptación del libro homónimo de Frank Herbert, que muchos críticos pensaban sería irrealizable, convirtiéndose en la más probable candidata a mejor guion adaptado. Paul Atreides representa al arquetipo del héroe homérico que debe sortear obstáculos a través de un rito de iniciación para dar cauce a su destino mientras va profundizando en su aprendizaje dentro de un mundo fantástico que hace replantear al ser humano el camino hacia su preservación. Quizás en 1965 (fecha de publicación de la novela) el tema del cambio climático estaba en pañales, por lo que hubieron de transcurrir varias décadas para que el calentamiento global y la contaminación por combustibles fósiles fueran evidentes. Denis Villeneuve enfatiza el ideario ecológico y en cierta forma relega el mundo del comercio hacia un enfoque más sustentable.

La dirección de actores es muy fluida en Licorice Pizza, pero sobresalen especialmente las actuaciones de la película El poder del perro, donde Benedict Cumberbatch se perfila como mejor actor. La acción se sitúa en la segunda década del siglo pasado, en un rancho a cargo de los hermanos George y Phil Burbank. La película ofrece varios juegos de poder, sobre todo sobre Rose (esposa de George) a quien Phil apenas dejará respirar, debido a que la considera responsable de destruir su paraíso. Cumberbatch personifica a un depredador que esconde misoginia, machismo y homosexualidad, interpretación que maneja a la perfección esos matices y representa a un lobo que al final será una oveja que va directo al matadero. Otro juego de poder se desarrolla entre Phil y Peter, el hijo de Rose. El personaje de Kodi Smit-McPhee es afeminado y no lo oculta, en cierto modo tiene mayor libertad que los otros actores del reparto. Phil al comienzo lo desprecia, pero los roles se invertirán y un Peter calculador y rencoroso encontrará los medios para vengarse. En los primeros minutos, la voz en off del muchacho nos avisa que hará cualquier cosa por salvar a su madre. Hay mucho de Hitchcock en ese inicio y el thriller se completa con la escena final de Peter enguantado, escondiendo la soga envenenada bajo la cama. Este papel es la apuesta más segura como mejor actor de

reparto, interpretación compleja que funciona como antagonista del personaje de Cumberbatch. La soga será el símbolo del cordón umbilical que esconde una siniestra traición. El chico es un psicópata de tomo y lomo: mediante ese guiño a Psicosis (1960) Jane Campion mezcla hábilmente los géneros cinematográficos.

Nicole Kidman, merecedora del premio a mejor actriz, da vida junto junto a Javier Bardem al matrimonio de los Ricardo, una sitcom pionera desarrollada en la década de los cincuenta, que pese a los prejuicios de la época logró hacer reír a toda una generación y en cierto modo esconder las falencias de la vida estadounidense. Lucille Ball fue una destacada comediante, que marcó la pauta de lo que se denominó comedia física. Aaron Sorkin nos muestra a una mujer profesional y muy leal, no solo con su marido, sino también con los miembros del elenco. La interpretación de Kidman es extraordinaria, no solo por efectos del maquillaje (el parecido es notable) sino incluso en el tono de la voz con que interpreta a la famosa comediante.

El callejón de las almas perdidas es la más probable destinataria a los premios de mejor cinematografía y dirección de arte. El tema matriz que Guillermo del Toro desarrolla a través de oscuras y hermosas imágenes será que los daños profundos prodigados por familiares cercanos realmente fracturan el alma del ser humano. Stanton Carlisle proviene de un ámbito miserable, razón por la que entiende el mundillo pueblerino del circo, se adapta a su precariedad, aunque sus ojos estarán puestos en la gran ciudad. Anhela que su número de espiritismo alcance ribetes de notoriedad, pero no le interesa tanto el nivel de su acto, sino acceder al dinero de los magnates. El director utiliza el arcaico recurso del fundido semejando un iris, dotando de cierta antigüedad a escenas de gran fluidez. Cine negro de tomo y lomo, retratando a perdedores que se hunden en un entorno brumoso, con una femme fatale que le hace el peso al protagonista. La reconstitución de época da una idea de que el mal ha estado presente desde siempre, contrastando con la universalidad del guion que se encarga de romper las barreras del tiempo.

Finalmente, el cine chileno compite en el apartado a cortometraje animado con Bestia. El espectador observa una animación, pero la historia es tan cruda que de pronto nuestra cabeza se trasporta a la ficción. Pero no es ficción, es la historia de una torturadora en los primeros años tras el golpe militar. Técnica de stop-motion, con rostros inexpresivos, sin diálogos y cuya secuencia de escenas conjuga oscuras emociones. Al ver este corto animado todo queda suspendido en un silencio incómodo, donde la música de terror es complementada con fotografías agregadas en los créditos. La brutalidad contenida en esa mente desquiciada se torna cada vez más surrealista y es que la violencia explícita del comienzo desborda al espectador y es necesario de la alegoría, del símbolo para contener ese universo perverso. Hugo Covarrubias hace un retrato bestial de la agente policial, no muestra su identidad como tampoco ella reconoce la identidad de los torturados. La idea del director no es que sintamos dolor por las víctimas, sino que seamos testigos de una venganza contra la perpetradora de horrorosas vejaciones. Precedida de premios en doce festivales internacionales, incluyendo el Festivals Conexion Award, uno de los premios especiales en la versión 2021 del prestigioso Annecy International Animated Film Festival.

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