Revista Occidente - 556 Diciembre 2024

Page 1


Diciembre 2024

ISSN0716-6782

* HELÉNICOS AL RESCATE EPICÚREOS Y ESTOICOS

* EL TRATADO ANTÁRTICO A 65 AÑOS DE SU FIRMA

* CHILE 2024: UN ANÁLISIS DE LA COYUNTURA ECONÓMICA

* 100 AÑOS DE JOSÉ DONOSO: “NO SÉ VIVIR FUERA DE LA LITERATURA”

ÍNDICE I DICIEMBRE 2024

Epicúreos y estoicos. Helénicos al rescate

Columna de opinión

Las trampas de Trump

16 Tratado Antártico. A 65 años de existencia, su génesis y desafíos

23 Chile 2024: un análisis de la coyuntura económica

Columna de opinión

Religión y/o ciencia

36 La Serena, el cerro “Doña Ana” entre el mito y la realidad

40 Patrimonio

Fundación Territoria: Para el rescate de un patrimonio histórico y cultural sustentable

44 La investigación como sustituto del conocimiento: obsesiones y desvíos de un saber académico en formato de producto

50 El gran terremoto de Chillán, Don Tinto, la Corfo, y la cepa Carignan. Una sabrosa historia del patrimonio vitivinícola nacional

56 “No sé vivir fuera de la literatura”. En el centenario de José Donoso

60 Cine

Comala en pantalla grande: La nueva adaptación de la novela Pedro Páramo

64 La última palabra La libertad de conciencia

Fundada en 1944 www.revistaoccidente.cl

Diciembre 2024

Edición N° 556

ISSN 0716 – 2782

Director

Rodrigo Reyes Sangermani director@revistaoccidente.cl

Comité Editorial

Ximena Muñoz Muñoz

Ruth Pinto Salgado

Roberto Rivera Vicencio

Alberto Texido Zlatar

Paulina Zamorano Varea

Editor

Antonio Rojas Gómez

Diseño

Alejandra Machuca Espinoza

Colaboran en este número: Guillo

Javier Ignacio Tobar

Andrés Rivette

Ignacio Vidaurrázaga Manríquez

Salvador Marconi R.

Roberto Berrios Álvarez

Álvaro Vogel Vallespir

Pierine Méndez Yaeger

Felipe Quiroz Arriagada

Rodrigo Cornejo Irigoyen

Pablo Cabaña Vargas

Ana Catalina Castillo Ibarra

Rogelio Rodríguez Muñoz

Fotografías Shutterstock.com Unsplash.com Pixabay.com

Portada Copyright Lawrey/Shutterstock.com

Publicación

Editorial Occidente S.A. Marcoleta 659, Santiago, Chile

Gerencia General

Gustavo Poblete Morales

Suscripciones y Publicidad

Nicolás Morales suscripciones@editorialoccidente.cl

Fono +56 22476 1133

Los artículos firmados u opiniones de los entrevistados no representan necesariamente la línea editorial de la revista. Se autoriza la publicación total o parcial de los artículos con la única exigencia de la mención de Revista Occidente.

LA GUERRA Y ¿LA PAZ?

Pareciera que los conflictos bélicos internacionales en vez de desaparecer aumentaran, no sólo en cantidad sino también en escala. Las potencias en disputa, reivindicando muchas veces cuestiones estratégicas en términos geopolíticos, económicos e incluso culturales, abogan por la defensa de sus territorios, intereses e ideas que consideran legítimos y justos. A primera vista, todo el mundo tiene razones para sus acciones defensivas, que por cierto, con mucha facilidad comprendemos que también son ofensivas como elementos equivalentes en una misma ecuación autodestructiva.

La protección de la zona vital de Rusia, la defensa de su muro que lo separa de Europa Occidental, según Putin, justifica la invasión y guerra en Ucrania; lo mismo sucede en Gaza o en el Líbano, la existencia misma de Israel, en opinión de Netanyahu, justifica los bombardeos localizados, pero igual de mortíferos para personas inocentes, en la franja palestina o en la capital Beirut. Los ejemplos abundan y los muertos día a día se multiplican en una espiral de violencia sin pausa.

Los intereses de EE. UU. sabemos bien, se defienden fuera de la metrópoli, donde quiera se necesiten, y si bien la Guerra Fría ha terminado, las acciones de los bloques que dividen la ideología y los intereses globales persisten en un enfrentamiento de guerras intestinas y siempre fratricidas.

Por eso surgen dudas sobre cómo se podrán resolver estos conflictos con el nuevo escenario que supone el triunfo de Trump en las elecciones de EE. UU., que ha dicho, por ejemplo, terminar rápido los conflictos bélicos existentes. Es atractivo pensar que una guerra pueda acabarse pronto, sin embargo, el modo de que ésta desaparezca podría ser incluso peor que la enfermedad, o la “eficiencia” del fin que cualquier crisis podría acarrear consecuencias devastadoras, sobre todo, si la solución pasa por el uso de armas más mortíferas y amedrentadoras.

La humanidad pide paz, pero también responsabilidad, diálogo con comprensión, promoción de equilibrios solidarios y trabajo colaborativo. No se sabe bien si el contexto internacional es hoy más peligroso para la seguridad planetaria que hace algunas décadas en que el mundo se dividía en dos bloques antagónicos e irreconciliables, hoy las relaciones son más confusas y los intereses cruzados se sustentan no tanto en las ideologías como conocimos durante el siglo XX sino en crecientes intereses económicos y comerciales, pero como la avaricia y la ambición son estertores del poder, quizás sea necesario dar un giro en la reflexión política y revisamos los aspectos esenciales de nuestra convivencia, esta vez, a partir de valores como la caridad, la tolerancia y la justicia, establecidas como base fundamental del progreso humano.

LA ANTÁRTICA

Sr. Director,

Como expresa muy bien la última edición de Occidente (N° 555), los territorios vírgenes de nuestros planeta, en esta caso la Antártica, tienen mucho que decir respecto del cambio climático. La geografía, la vida natural, expresan mejor los dolores de un mundo que cambia y se contamina a pasos agigantados. Ya no nos damos cuenta, vivimos insertos en ciudades ruidosas e hiper iluminadas, a veces con un aire irrespirable, llenas de cemento, industrias que vierten residuos a los ríos, al mar y a los cielos, y los bosques que se multiplican en maderas productivamente atractivas en vez de la preservación por las especies nativas y todo su entorno biológico. Estamos tan lejos de la naturaleza que hay que acercarse más a ella para desentrañar los procesos autodestructivos de la humanidad. La Antártica quizás

sea para nosotros el bastión definitivo para comprender nuestro rol indisoluble con un planeta sustentable.

Atte.

nuestros tiempos, quizás injustamente olvidado por los grandes públicos consumidores de libros.

Atte.

Roberto Antúnez E. Ñuñoa

PAÍS DE POETAS

Sr. Director,

Incluso en un país de poetas es difícil el ejercicio de la poesía. Un género que para algunos puede ser ininteligible, de complejo abordaje, de esquivos placeres fáciles. Me he encontrado más de una vez con el poeta Juan Cameron en los cafés de Valparaíso, un poeta anclado a la tradición de la lírica chilena y a la vez en la fuerte identidad de su puerto querido, un escritor que ha hecho de la poesía un modo de vida y una vocación. Qué oportuna ha sido la crónica sobre tan importante poeta, publicada en la última revista Occidente, uno de los más destacados poetas de

de chantaje a todo el planeta. La solución va por decir no más petróleo y generar otro tipo de cosas, porque si paramos el consumo del petróleo las cosas no van a mejorar tan rápidamente, pero le damos chance al planeta para que empiece él mismo a lidiar con la cantidad de CO2 de la atmósfera. Naturalmente, hay tecnologías que podrían ayudar, pero no han sido probadas, en vez de seguir dependiendo del petróleo lo mejor es parar las emisiones de CO2 y de metano. -¿Cómo evalúa lo que se hace en

SU OPINIÓN NOS IMPORTA

Envíe sus opiniones en una extensión máxima de 1100 caracteres con espacios a: director@occidente.cl

Occidente se reserva el derecho a editar los textos y ajustarlos a las normas editoriales. El lenguaje debe ser respetuoso y sin descalificaciones.

María Isabel Flores Quilpué

REVISTA OCCIDENTE 1

Sr. Director, Gracias por la edición cada mes de tan interesante publicación. Cuesta encontrar espacios de reflexión y lectura de temas tan interesantes como los que habitualmente expone Occidente, siempre desde una perspectiva lo suficientemente amplia y entretenida para una buena lectura, aunque no exenta de miradas y argumentaciones inteligentes y profundas. Reitero el agradecimiento al equipo de Occidente por cada edición que llega a mis manos, en realidad, a mi pantalla.

Atte.

Olga Cifuentes La Florida

REVISTA OCCIDENTE 2

Sr. Director, Revista Occidente constituye un verdadero remanso de lectura entre los estrés y tensiones al que los medios nos tienen acostumbrados. Tanta noticia falsa, análisis interesados, redes sociales plagadas de odiosidades y desinformación, sin dudas nos alejan de los medios tradicionales. Súmele a eso, la falta de medios escritos, la pobreza de publicaciones en los quioscos que hoy se dedican a la venta de refrescos y golosinas. Por eso, realmente se valora recibir cada mes Revista Occidente con temas tan variados e interesantes que nos motivan a leerla siempre con atención y entusiasmo. Felicito a los profesionales que la hacen posible.

Atte.

Francisco Hermosilla Santiago

EPICÚREOS

Y ESTOICOS HELÉNICOS AL RESCATE

POR JAVIER IGNACIO TOBAR

Abogado. Académico. Ensayista

La humanidad ha enfrentado, una y otra vez, momentos históricos en los que las crisis éticas han demandado repensar los valores que rigen su convivencia.

La Ilustración se erige como un ejemplo paradigmático de estos periodos de transición, al inaugurar un cambio profundo en los fundamentos morales que sostenían las sociedades de su tiempo. Con la caída del Antiguo Régimen, caracterizado por la hegemonía de las tradiciones religiosas y las normas inmutables, surgió un vacío ético que requería ser llenado con nuevos paradigmas. Este sistema, que había proporcionado un marco de cohesión a las comunidades durante siglos, comenzó a colapsar bajo el peso de los avances científicos, los cuestionamientos filosóficos y las transformaciones políticas que exigían una renovación radical.

Los filósofos de la ilustración asumieron este desafío con una ambición inusitada: Kant, Locke, Descartes y Bacon, entre otros, propusieron sustituir las certezas heredadas de las tradiciones religiosas por principios universales basados en la razón, la experiencia y la observación científica. Este proyecto buscaba transformar a los súbditos en ciudadanos autónomos, dotados de la capacidad de regir su vida bajo leyes racionales aplicables a todos los seres humanos, sin distinciones culturales o religiosas. Sin embargo, este proceso de transición no fue lineal ni carente de conflictos. Las antiguas normas, aunque deslegitimadas desde una perspectiva filosófica, seguían ejerciendo una fuerte influencia emocional y cultural en las sociedades. A su vez, los nuevos valores tardaron en consolidarse tanto en las instituciones como en las mentalidades colectivas.

Hoy, aunque en un contexto diferente, nos encontramos ante un desorden en cuanto a la ponderación de lo bueno y lo malo, un escenario que recuerda la

complejidad de aquellos tiempos. Las democracias representativas enfrentan un declive, el populismo gana terreno y las desigualdades económicas se profundizan. Además, el desorden global y desafíos como el cambio climático plantean una presión adicional sobre las estructuras políticas y sociales existentes. En este marco, la fragmentación moral de nuestras sociedades se manifiesta con especial intensidad. La ausencia de un relato común que defina lo correcto y lo justo ha llevado a lo que algunos denominan “pixelización moral”: una realidad donde cada grupo o individuo se erige como autoridad de su propia verdad, complicando el diálogo y la construcción de consensos.

Este fenómeno, amplificado por las dinámicas de las redes sociales, ha generado una dualidad inquietante: por un lado, estas plataformas han democratizado el acceso a la información y dado voz a comunidades históricamente marginadas; y, por el otro, han incentivado la polarización y las sanciones morales inmediatas, dificultando la reflexión pausada y el entendimiento mutuo. Este panorama, aunque tecnológicamente novedoso, resuena con los dilemas de los ilustrados: cómo construir un marco ético común que supere las divisiones y promueva la cohesión en un mundo diverso.

En este contexto, muchos están recurriendo a las enseñanzas de dos corrientes filosóficas de la Antigüedad, el Epicureísmo y el Estoicismo, que

ofrecen herramientas valiosas para enfrentar las complejidades del presente. Ambas filosofías, aunque distintas en sus planteamientos, comparten el objetivo de alcanzar un equilibrio entre el bienestar individual y la responsabilidad hacia los demás, un ideal que adquiere renovada relevancia en nuestras sociedades fragmentadas.

El Epicureísmo, desarrollado por Epicuro en el siglo IV a.C., se centra en la búsqueda de la felicidad por medio del placer racional y la ausencia de dolor. Sin embargo, lejos de promover un hedonismo superficial, Epicuro diferenciaba entre deseos naturales y necesarios, que conducen al bienestar, y deseos innecesarios, que generan insatisfacción. La ataraxia, o tranquilidad del alma, era su meta suprema (como el Budismo), alcanzable mediante la eliminación de miedos irracionales, como el temor a la muerte o a los dioses. En un mundo contemporáneo caracterizado por la sobrecarga emocional y el consumismo exacerbado, las ideas epicúreas encuentran ecos en movimientos como el minimalismo y la atención plena, que abogan por una vida más consciente y menos dependiente de lo material.

Por su parte, el Estoicismo, fundado por Zenón de Citio en el siglo III a.C., ofrece una perspectiva centrada en la virtud como el bien supremo. Los estoicos enseñaron que la felicidad no depende de las circunstancias externas, sino de la capacidad de actuar con rectitud y autocontrol. Su distinción

entre lo que está bajo nuestro control —nuestros pensamientos y acciones— y lo que no lo está —los eventos externos— proporciona una guía práctica para enfrentar la incertidumbre con ecuanimidad. Además, el estoicismo subraya la importancia de vivir en armonía con la naturaleza y la razón, aceptando incluso las adversidades como oportunidades para crecer en virtud.

Estas dos corrientes filosóficas, en conjunto, pueden proporcionar las bases para un nuevo universalismo moral capaz de responder a los retos del siglo XXI. Del epicureísmo podemos aprender la importancia de priorizar las necesidades esenciales y cultivar una vida sencilla y equilibrada. Del estoicismo, en cambio, extraemos lecciones sobre la virtud, la resiliencia y el compromiso ético hacia los demás. Integrar estas enseñanzas no solo ofrece un marco teórico sólido, sino también estrategias prácticas para promover el bienestar individual y colectivo en nuestras sociedades.

La pérdida de objetivos comunes hoy parece encontrar tierra fértil en el estudio de los Helénicos, que cobran vida en una serie de reels o virales que surcan los siempre dudosos caminos de las redes sociales.

Y en terrenos donde el Hedonismo y enamoramiento de las ideas propias cobra fuerza, el tema del “otro” adquiere una relevancia especial en este proceso, y aquí el Helenismo nos ofrece lecciones valiosas. Durante este periodo, Grecia y Roma, en lugar de excluirse mutuamente, se influyeron profundamente, dando lugar a una síntesis cultural que marcó el desarrollo de Occidente. Como señala Heidegger, la idea romana de “humanitas”, enriquecida por la “paideia” griega, sentó las bases del “Primer Humanismo”. Este encuentro, aunque no estuvo exento de tensiones, ejemplifica cómo es posible integrar lo diverso en un marco común sin anular las particularidades.

Hoy, en un mundo globalizado donde las migraciones y la multiculturalidad son la norma, el ejemplo del Helenismo nos recuerda que la verdadera integración no se logra mediante la imposición de una uniformidad rígida, sino por medio del reconocimiento de la interdependencia y la construcción de un diálogo genuino. Este principio no solo es aplicable a las relaciones internacionales, sino también a la manera en que concebimos nuestras propias comunidades, donde el reconocimiento del “otro” es esencial para superar la fragmentación moral.

Así como la Ilustración transformó los fundamentos éticos de su tiempo, nuestra era requiere una renovación de los principios que guían nuestra convivencia. Las enseñanzas de los Epicúreos y Estoicos, junto con las lecciones del Helenismo, ofrecen un marco

invaluable para avanzar hacia un Universalismo ético que respete la diversidad, fomente el diálogo y promueva el bienestar colectivo. Este nuevo paradigma no busca homogenizar, sino reconocer la riqueza de lo diverso y construir un futuro basado en valores compartidos, capaz de responder a los desafíos de un mundo cada vez más interconectado.

En tiempos que la luz parece estar cubierta de sombrías noticias sobre el quehacer nacional e internacional, en el que los maximalismos -al menos en Chile- parecen estar siendo alcanzados por la ausente moderación, y en el que todo parece dar lo mismo, la respuesta debemos buscarla en lo simple, en lo necesario y en lo trascendental. Y así como los “hippies y punks tuvieron la ocasión de romper el estancamiento”, es probable que ahora sean Epicuro y Zenón de Citio, de nuevo, los que vengan en ayuda de nuestras atribuladas vidas.

LAS TRAMPAS DE TRUMP

POR ANDRÉS RIVETTE

Escritor y ensayista

Varias son las razones que explican el triunfo de Donald Trump en las recientes elecciones de los EE.UU., y varias también son las dudas que surgen de cómo será su gobierno. Mucho de todo esto se discute en las tertulias, en los cafés y en las redes sociales, es comentario obligado entre los amigos, y por cierto, se ha convertido también en objeto de concienzudas interpretaciones geopolíticas por parte de la academia y la prensa.

Pero pretender siquiera acercarse a las certezas de un análisis es difícil, sobre todo, en esta era de posmodernidad crónica, en estos tiempos de verdades acuosas, en que, además, las informaciones fluyen vertiginosas por la velocidad y origen de las mismas, porque cuesta identificar de ellas lo verdadero de lo falso, lo ingenuo de lo intencionado, lo real de lo imaginario. Sin embargo, será siempre necesario tratar de escudriñar las razones del acontecer, tratar de entender fenómenos más allá de los intereses particulares y partidarios, ideológicos y culturales, para poder así esgrimir argumentos y compartir reflexiones, mirando más allá de las frías cifras que supone el resultado en las urnas de una elección popular, por mucho que arroje finalmente un número y un porcentaje que habilita la posibilidad de que veamos, a pesar de todo, que la democracia sigue funcionando y que las mayorías, cualquieras que sean sus motivaciones y voluntades, se expresan soberanamente.

UNA DEMOCRACIA AMENAZADA

De un tiempo a esta parte, se ha instalado la idea de que la democracia, como la conocemos desde su proceso evolutivo en el s. XX y cómo se ha desplegado particularmente en Occidente, sobre todo tras el fin de la Guerra Fría, ha entrado en un proceso de deterioro tal, que incluso se cierne sobre ella un manto

de incertidumbres que amenaza su propia existencia. Esto al advertir cómo incluso en las democracias más avanzadas del mundo, se ha dado pasos a ideas extremas, populismos variopintos y fragilización de las instituciones, que han provocados descontentos ciudadanos, estallidos sociales y revueltas violentas, que han alterado el orden y desestabilizado gobiernos que no han sabido o no han podido resolver las crecientes demandas ciudadanas, que con la expansión del consumo parecieran crear una sociedad, que pese a los avances de la economía y la cultura, del bienestar objetivo, cualesquiera sean los indicadores que citemos, esté sin embargo cada vez más insatisfecha, o al menos, que el aumento de las expectativas ciudadanas sea más rápido que la capacidad de los gobiernos de satisfacerlas. Es decir, que en la brecha de satisfacción, adaptada a la realidad de cada Estado, podría radicar la frustración crónica de la población por la incapacidad de sus propios gobiernos en la generación adecuada y oportuna de soluciones reales para sus demandas. A lo anterior se deba quizás el comportamiento pendular de los electores cuando se trata de elegir sus nuevos gobiernos, transitando con la misma convicción (o sin ninguna) tras cada período presidencial, de un lado a otro del espectro político, y al revés, muchas veces, los países que mantienen regímenes más autoritarios, o definitivamente dictatoriales, “gozan” de una envidiable (aunque aparente) estabilidad política, por cierto no exenta de faltas evidentes a los DD.HH., ausencia de libertades públicas o de injusticias sociales acotadas por un férreo dominio de los medios o el uso abusivo del aparato estatal para el ejercicio de políticas hegemónicas.

Estos ejemplos los vemos, por supuesto, en regímenes como el de Erdogan, de Putin, de Ortega o de Maduro, en distintos grados y niveles, pero también,

de alguna manera, en el modo de hacer política en Brasil, Argentina e, incluso, en países como Estados Unidos. En este escenario se mueve a mi juicio, el frágil ritmo de la crisis de las democracias en los tiempos actuales, donde, una vez más, pareciera que todo lo que fue estable y duradero se ha debilitado al paradigma de la incertidumbre y al vaivén de las masas ciudadanas tan extraviadas como sus gobernantes, o quizás, de gobernantes extraviados a raíz de la confusión sistémica de la era por parte de las grandes masas ciudadanas.

Las cambiantes voluntades de los electores demuestran que las emergentes expectativas ciudadanas, que se mueven al ritmo de una revolución tecnológica sin precedentes, por el vertiginoso aumento de la producción de bienes y del consumo mismo, y la efervescencia comunicacional de las redes sociales que achica al mundo hasta convertirnos en una verdadera aldea neolítica, no alcancen a ser satisfechas en forma cabal y oportuna. Asimismo, la democracia occidental, liberal y capitalista, ya no tiene al frente un modelo al que oponerse, un modelo alternativo que sirva como chivo expiatorio de los males de la Humanidad. El fracaso del modelo opuesto, a su vez, desnudó sus propias falencias, aumentando el interés de las élites más intelectuales en promover, al menos desde la academia y la teoría, la búsqueda de

un modelo de desarrollo más humano, con un estado de bienestar a la altura de las nuevas circunstancias y la consolidación de las instituciones democráticas a partir de la mejora de los estándares de educación, la evolución tecnológica y científica a escala ética, al advertir, por ejemplo, el inmenso daño al medio ambiente que significa el mantener el estatus quo de la feroz industrialización, del nivel de consumo y el gasto energético. Por supuesto, con la promoción de las libertades individuales y mayores estadios de participación ciudadana.

LAS RAZONES DE TRUMP

El triunfo de Trump se da, precisamente, en el marco de esta realidad global, de la cual, como dijimos antes, y lo han dicho una serie de analistas, EE.UU. no es la excepción.

Pero más allá del contexto global, del cual, por cierto, el país norteamericano es, en parte importante, también responsable, hay una serie de factores internos que podemos tratar de compartir.

En primer lugar, desde antes de que asumiera Joe Biden, ya existía la percepción de que el desempeño económico de EE.UU. no había cumplido con las expectativas de los votantes, si bien, muchos indicadores objetivos reflejan una mejora evidente en la economía, la opinión mayoritaria era que las

UN GRUPO DE SEGUIDORES DEL PRESIDENTE DONALD TRUMP ASALTÓ EL CAPITOLIO EN WASHINGTON D.C., OBLIGANDO A LOS LEGISLADORES A ESCONDERSE DURANTE LA CERTIFICACIÓN DE LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES DE 2020

mejoras han sido insuficientes, las grandes cifras macroeconómicas lo confirman, pero ese descontento, fue sin duda capitalizado por Trump esgrimiendo un discurso directo, simple, y a veces falto de realidad, pero que hacía sentido a las carencias económicas de grandes masas de trabajadores, sobre todo en los estados del medio oeste, aunque también, crecientemente, en estados de mayoría demócrata y en ciudades grandes. La satisfacción de expectativa en relación con la prosperidad económica no se manifiesta solo con cifras ni gráficas entendibles por expertos, como lo son los datos estadísticos que muestran promedios o curvas que expresan

tendencias, sino que también por la creación de un ambiente proclive para acompañarlas.

El otro tema sensible para los votantes fue el de la inmigración ilegal, incluso para aquellos inmigrantes ya establecidos en el país, y que ven una amenaza en el ingreso masiv0 de nuevos inmigrantes que puedan disputarles sus puestos de empleo.

En la campaña, además, se planteó el tema de la inmigración asociado al de la seguridad y la delincuencia, con la construcción de un relato que si bien parece burdo para los sectores más educados, es coherente con un sentimiento chovinista de protección a los valores del país, que aunque su origen haya

KAMALA HARRIS
MANIFESTACIONES EN FRANCIA EN CONTRA DE LA REFORMA DE PENSIONES PLANTEADA POR EL GOBIERNO DE MACRON
VLADIMIR PUTIN
RS/VIA FOTOS PUBLICAS
MURATHAKANART/SHUTTERSTOCK.COM

sido precisamente resultante del destino de cientos de miles de inmigrantes europeos, estos pudieron construir no sin dificultades ni salvaje discriminación, una cierta identidad cultural autoasignada, fuertemente basada en la conservación de valores individuales y colectivos relacionados con la fe religiosa (es un país con miles de iglesias nacionales de confesiones distintas y únicas), la herencia étnica, la cultura del trabajo y la posibilidad de la riqueza como la utopía de un cada vez más incierto sueño americano y la consagración de un concepto de libertad individual sobre cualquier otro valor social; todos elementos muy bien explotados en la campaña y difundidos adecuadamente por las redes sociales.

El éxito de este discurso se debe a una creciente polarización ideológica que sin duda favorece a aquellos que tienen opiniones que representan posturas firmes y claras, por eso, la importancia en la campaña de temas como el aborto o la libertad religiosa, el derecho inalienable a portar armas y el nacionalismo cultural representado por esa frase de “America first”, encuentran cabida en el ciudadano medio. Con ello se consolida un discurso anti-elite y profundamente populista, que cuestiona un sistema supuestamente corroído por el aprovechamiento político y la corrupción; quizás por eso, los electores actúen en forma tan benevolente con el rol que le cupo a Trump en el asalto al Capitolio, o con el intento de desconocer el triunfo de Biden hace

DONALD TRUMP JUNTO A EL PRESIDENTE DE TURKIA RECEP TAYYIP ERDOGAN
EX PRESIDENTE DONALD TRUMP RECIBE AL PRESIDENTE DE UCRANIA VOLODYMYR ZELENSKY

cuatro años, cuando el propio Trump intentó instalar la idea de que la elección había sido un fraude, en una especie de campaña conspirativa contra la propia institucionalidad democrática que lo detentaba en el poder, y que encontró en sus electores, una buena aunque cuestionable base moral.

Pero claro, no solo se trata de los “méritos” de Trump sino también de los deméritos de sus adversarios, partiendo por la falta de liderazgo de un presidente como Joe Biden, que como nunca parecía ser una mímesis de un político y estratega del país más grande del mundo, una especie de títere de su propio partido o, quizás, a vista de los electores republicanos, de alguna fuerza oculta tras el poder. Fueron clave en la campaña, también, los desvaríos verbales y la salud debilitada del candidato demócrata y la aparición intempestiva, obligada, casi forzada por las circunstancias, de una candidata como Kamala Harris, que no pudo ni alcanzó a seducir a los electores, ni evitar el desastre que significó una política demócrata dubitativa e improvisada, a la vez tensionada por factores internos de un partido tironeado, por un lado por ideas progresistas de escritorio y por otro, por un débil pragmatismo, tensión que contrasta ciertamente con un candidato carismático y polarizante, que se conectó emocionalmente con sus seguidores, quienes apreciaron su autenticidad y su rechazo a las normas tradicionales de la política. Todo ello fue parte fundamental del triunfo republicano. Nos guste o no.

El triunfo de Trump es tanto producto de los méritos de su campaña como el saber interpretar a una mayoría silenciosa y auto percibida como postergada ante las amenazas inciertas de otras potencias como China, por ejemplo, en la disputa de la industria y de la hegemonía económica, y de los inmigrantes en los temores que produce eventualmente en el mercado del empleo, en una sociedad donde se trabaja más de ocho horas diarias para intentar conquistar el sueño americano. Pero también el triunfo del empresario es producto del fracaso del partido Demócrata por generar liderazgos sólidos, consolidar un programa político realista incorporando las distintas sensibilidades del sector y comunicar mejor sus propios logros en el entendido que el ciudadano medio requiere de argumentaciones más directas, si no más simples, para ser seducido de los beneficios de un determinado programa social o de una política internacional sostenible y solidaria, si es que hay espacio para programas solidarios en una sociedad de mercado.

¿Pero por qué el triunfo de Trump plantea dudas futuras?

MANIFESTACIONES EN CONTRA DEL GOBIERNO DE NICOLÁS

¿Tienen razón aquellos que plantean difíciles escenarios en la política estadounidense o el eventual debilitamiento de su propia democracia o el rol que le cabrá en el ámbito internacional e, incluso, en el futuro de la paz mundial?

Yo creo que sí.

Son absolutamente legítimas esas dudas

Dudas que, aunque legítimas, no significan que eventualmente estas puedan disiparse en el tiempo, si vemos que nada de lo que se teme se cumple y si, por el contrario, la fortaleza de las instituciones pueda evitar su propio colapso.

FUTURO INCIERTO

La primera duda surge de la crítica de vastos sectores políticos, incluso en sectores minoritarios del propio Partido Republicano, en relación a haber socavado la confianza de las instituciones en las elecciones de 2020, calificándolas de fraudulentas sin ninguna evidencia, lo que puso en estado de alerta a la comunidad internacional respect0 de la larga tradición democrática de la súper potencia mundial. Las críticas de Trump al sistema judicial, al Congreso y a los medios de comunicación ante cualquier dificultad en su gobierno podrían intensificarse, erosionando aún más la credibilidad de estas instituciones, que son fundamentales para la consolidación de un sistema democrático, lo que haría aumentar la polarización política y social; su retórica de caracteres divisivos exacerba tensiones entre diferentes grupos políticos, raciales y sociales lo que podría derivar en un clima de inestabilidad interna y episodios de violencia política, como fue el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021. Por otra parte, hoy el partido Republicano detenta mayoría en ambas cámaras del congreso y un sistema judicial dominado por jueces elegidos en el anterior período de su gobierno, lo que le permite mantener un amplio control sobre las instituciones. El riesgo, dada su exuberante personalidad, es una excesiva politización de las fuerzas de orden y, por supuesto, del sistema judicial y con ello el debilitamiento de la autonomía entre los poderes de la república. De hecho, como ya se ha planteado, el propósito de tomar represalias contra opositores políticos y reforzar el control del aparato gubernamental para favorecer sus intereses, o la voluntad de centralizar aún más el poder del Ejecutivo, limitando el rol de los estados en la toma de decisiones clave, especialmente en temas de inmigración, derechos civiles y políticas de salud, cuestiones que plantean evidentes riesgos de autoritarismo.

En su libro “Cómo mueren las democracias” (Ariel, 2018), los cientistas politólogos estadouni-

denses Daniel Ziblatt y Steven Levitsky anticipan el hecho explicando cómo hoy los países, incluyendo democracias tradicionalmente sólidas, se convierten en regímenes autoritarios si no dictatoriales, ya no por cruentos golpes de estado (aunque también) sino producto de sus propios ordenamientos jurídicos, sea esto por la inexistencia de contrapesos institucionales o de controles democráticos, promoviendo cambios constitucionales para extender los mandatos presidenciales o restringiendo finalmente las libertades públicas, de reunión, expresión y asociación, por ejemplo. Las pruebas abundan.

En el ámbito internacional, Trump ha mostrado desconfianza hacia sus alianzas tradicionales como la OTAN, considerando a sus socios estratégicos

más bien como competidores que como aliados, cuyo enfoque unilateral podría disminuir la influencia global del país. Algo similar ocurre con la política de “America First” que podría intensificar el aislacionismo, reduciendo la cooperación en temas globales como el cambio climático, la salud global o la regulación tecnológica. Adicionalmente, el magnate ha mostrado simpatías hacia líderes autoritarios como Vladimir Putin y Kim Jong-un, lo que podría normalizar este tipo de liderazgos y debilitar los esfuerzos por promover la democracia en el mundo y sus discursos impulsivos respecto de las crisis internacionales han dibujado, a lo menos, un escenario confuso en los temas de los conflictos vigentes del Medio Oriente, Ucrania o Taiwán, lo que genera incertidumbre en el rol que le puede competir a los EE.UU. y sus aliados en una escalada de riesgos globales. Finalmente, estará por verse si se reactivarán las guerras comerciales, especialmente con China, lo que afectaría las cadenas de suministro globales y la estabilidad económica mundial, la implementación por parte de EE.UU. de políticas proteccionistas que afecten a Latinoamérica y, particularmente, a Chile, desconociendo tratados multi y bilaterales.

La reelección de Trump genera sin duda desafíos significativos para la estabilidad democrática y la

posición de Estados Unidos en el escenario global. Mientras sus partidarios ven su liderazgo como una defensa de los valores tradicionales y la soberanía nacional, sus críticos advierten sobre riesgos profundos para la democracia y las relaciones internacionales. La capacidad de contrapeso de otras instituciones y actores será crucial para mitigar estos riesgos.

Los cantos de sirena de una supuesta nueva política que trascienda los más profundos valores de la democracia liberal, pueden verse limitados por las dimensiones de una salida atractiva a las masas, pero incierta, cuyos efectos son difíciles de predecir. Los temores que surgen del triunfo de los populismos es que con el tiempo, ante la incapacidad de respetar los más mínimos estándares de la democracia, y ante el fracaso de las promesas de campaña, el descontento popular no solo se agudice sino que transforme el orden institucional en una lucha entre los más poderosos, cuestión que al menos, desde la Revolución Francesa, las políticas de los estados modernos y más avanzados, han podido sortear con relativo éxito, gracias a la solidez de sus instituciones democráticas como a la seriedad de muchos líderes políticos sobrios e inspirados, y no por las triquiñuelas mediáticas de políticos entrampados en sus propios prejuicios.

TRATADO ANTÁRTICO

A 65 AÑOS DE EXISTENCIA, SU GÉNESIS Y DESAFÍOS

Es precisamente la persistencia en el tiempo del Tratado

Antártico (TA), a contrapelo de múltiples crisis en otros acuerdos diplomáticos o de instituciones internacionales desgastadas o que conservan muy poca influencia efectiva, lo que motiva interrogantes sobre sus fortalezas y plasticidad desde 1959 hasta nuestros días.

POR IGNACIO VIDAURRÁZAGA MANRÍQUEZ

Periodista, magíster en Literatura

¿Cuánto tiempo más podrá permanecer el TA fortaleciendo la esencialidad de sus propósitos? ¿Qué de sus transformaciones estarán presionadas por la velocidad del cambio climático? ¿Cómo le influye la multiplicación y diversidad de empresas del turismo antártico, materia todavía insuficientemente regulada? ¿Qué otras nuevas naciones continuarán adhiriendo al TA? ¿Cómo repercutirán las guerras entre países incorporados al TA? Y ciertamente muchas otras interrogantes.

Posiblemente una crónica no alcance para responderlas, pero sí para plantear las coordenadas de los espacios de acuerdo, los nuevos progresos y las áreas inciertas. Las próximas reuniones relativas al sexto continente, previas a la cita mundial más significativa, a saber el Año Polar Antártico, adelantado al 2035, posiblemente serán los foros de esos acuerdos y tensiones.

REPASANDO LA HISTORIA

En la historia de la Antártica se irían superponiendo épocas. A la caza indiscriminada de focas y cetáceos como parte de la extensión de la acumulación extractivista en los orígenes del capitalismo,

muy pronto, vendría la época denominada “heroica” de señores y empresas expedicionarias que pujaría por clavar sus banderas, por cierto, siempre primero que el otro aventurero y país.

En paralelo, estarían los diversos toponímicos porque nombrar era poseer y el mapa era la constancia de esos dominios. Nombres de reyes y reinas, de aventureros y navegantes, mecenas y traficantes quedarían dispersos en el mar austral y en cada lugar del extenso continente: Mar de Amundsen, de Wedell y de Bellingshausen etc.

En ese intertanto ya se planteaba la soberanía y con ello las bases militares con dotaciones que cuidarían de esos territorios. Hasta ahí la investigación científica era solo un potencial. Ese fue el momento de la historia antártica en que cristalizaría el TA, año 1959. La carrera estaba desatada, habían ocurrido incidentes, por ejemplo, entre expedicionarios ingleses y argentinos. También, se aceleraba el despliegue de medios tecnológicos y la aviación hacía su estreno, mientras también y muy pronto se prescindiría de la fuerza de los perros.

En ese tiempo, eran escasos los nombres nacionales o avecindados, salvo la desmesurada historia del piloto Luis Pardo Villalón, en ese casi imposible rescate de la tripulación del barco Endurance. O la

de los empresarios dueños de flotas zarpadas desde Punta Arenas pertenecientes a la “Sociedad Ballenera de Magallanes” de Mauricio Braun y José Menéndez, entre otros.

El resto de esos primeros habitantes de la Antártica, a saber: contingentes de cazadores, trabajadores para las plantas faenadoras de aceite y marineros y aventureros patiperros, los que muchas veces tenían fundidos esa multiplicidad de oficios en dependencia de las necesidades del viaje y de las ambiciones. Bueno, lo efectivo es que todos ellos han quedado como innombrados. Invisibles en esas densas neblinas de la Antártica. Además, que eran tan heterogéneos: noruegos, daneses, vascos, chilotes, ingleses y además habitantes de los canales de la subantártica.

Hoy ya está comprobado que en el paso por los canales de esas embarcaciones de cacería también sucedía una recogida de originarios de algunos de los pueblos. Ellos, eran buenos para la faena y soportaban el frío y el agua. Y sin duda, también los barcos faenadores capturaban algunas mujeres. Hoy, diversas investigaciones en ciencias sociales, con trabajos todavía recientes, comienzan a hacer luz respecto a estos capítulos invisibilizados por la historia oficial de Antártica. Por cierto, también quedaría oculto ese exterminio de colonización y dominio interno.

INACH
ESCUDERO, MORA Y GAJARDO DE LA DELEGACIÓN DE CHILE

LA FIRMA DE UN TRATADO QUE EN EL TIEMPO SE FORTALECERÍA

La firma del ya histórico y vigente tratado se realizó en Washington el 1° de diciembre de 1959. El antecedente de esa junta era la participación en las investigaciones del Año Geofísico Internacional de 1957-1958. Pero, la verdad es que la conferencia se había constituido en Washington desde el 15 de octubre. Como hoy se diría, una intensa “cocina” había sido precedida por años de consultas y una concentración in situ varias semanas antes de esa firma. Luego, el nuevo protocolo entraría en vigor en 1961.

La selección de esos doce países tenía que ver con quienes hasta ese momento habían “tenido expediciones y actividades en Antártica”. Y era indudable que el gobierno norteamericano era quien había tomado la iniciativa y por ello fungiría como el anfitrión de la cita.

El resultado fue un texto escrito en código legal y diplomático que resumía en una breve introducción, el desarrollo de catorce artículos, y en un total de nueve páginas la esencialidad del acuerdo, obviamente con la claridad y visión de sesenta y cinco años atrás.

¿QUIÉNES FUERON

LOS INTEGRANTES DE ESA DELEGACIÓN DEL ESTADO DE

CHILE?

-El senador Marcial Mora Miranda, que la presidió, que había sido canciller durante dos gobiernos radicales y le correspondió firmar en 1940, junto al presidente Pedro Aguirre Cerda, el decreto que establecía el Territorio Antártico chileno. Luego, en tanto parlamentario, sería el autor de la incorporación del territorio antártico chileno (TACh) a la provincia de Magallanes.

-El jurista y profesor Julio Escudero Guzmán, quién había aportado muy significativamente en la estructura histórica y jurídica del decreto n°1747 que había demarcado el (TACh) en noviembre de 1940. También, se había formado como una destacada pluma ejerciendo como periodista durante muchas décadas.

-El embajador Enrique Gajardo Villarroel, quien era profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Chile y que fue quien participó en las numerosas reuniones previas a la firma del TA.

Además de los anteriores integró esa misión diplomática el ministro consejero en Washington, Horacio Suárez, y los asesores del ministerio de Relaciones Exteriores Manuel Bianchi y Oscar Pinochet de la Barra. También participaron los agregados de Defensa de la Embajada, coronel Otto Barth del Ejército, el capitán Jorge Swett de la Armada y de la Aviación el

coronel Rogelio González. Oficiando como secretario de la Delegación Carlos Reyes Corona. Hasta 1962, fueron solo hombres, momento en que se integraría la primera mujer, Lucía Ramírez, como secretaria. En esa delegación el más joven y único integrante civil que había estado en una expedición en la Antártica -hasta lo que sabemos- era Óscar Pinochet de la Barra, quién era abogado y que muy pronto se haría escritor. Había integrado la primera expedición oficial de Chile a la fundación de la base Arturo Prat en 1947. Antes, en 1944 escribió un temprano libro: La Antártica Chilena reeditado numerosas veces. Texto que llevaría en esa delegación de 1959 y distribuiría entre los asistentes. Y un dato anexo necesario: ese libro obtendría el Premio Literario Municipal de Santiago, el hasta ahora más antiguo de Chile. Era una obra señera para ese momento y además resultaba casualmente coincidente con una diplomacia que se preparaba para dar audaces

PINOCHET EN EXPEDICIÓN ANTÁRTICA, 1947

pasos. Pinochet de la Barra luego se desempeñaría como ministro, embajador, escritor y diplomático y también director del INACH.

¿QUÉ DICE EL TRATADO?

En su introducción señala: Los gobiernos de Argentina, Australia, Bélgica, Chile, la República Francesa, Japón, Nueva Zelandia, Noruega, la Unión del África del Sur, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América.

Reconociendo que es en interés de toda la humanidad que la Antártida continúe utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional.

Reconociendo la importancia de las contribuciones aportadas al conocimiento científico como

ÓSCAR

resultado de la cooperación internacional en la investigación científica en la Antártida. Convencidos de que el establecimiento de una base sólida para la continuación y el desarrollo de dicha cooperación, fundada en la libertad de investigación científica en la Antártida, como fuera aplicada durante el Año Geofísico Internacional, concuerda con los intereses de la ciencia y el progreso de toda la humanidad.

Convencidos, también, de que un Tratado que asegure el uso de la Antártida exclusivamente para fines pacíficos y la continuación de la armonía internacional en la Antártida promoverá los propósitos y principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas, Han acordado lo siguiente: Luego, del texto fundante se desprenderían los catorce artículos específicos que configuraron una trama jurídica y diplomática que durante estos años ha sido la base de un sistema de otros protocolos e instituciones que constituye la singularidad de gobernanza del continente Antártico.

(Artículo I) La Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacíficos. Se prohíbe, entre otras, toda medida de carácter militar, tal como el establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras militares, así como los ensayos de toda clase de armas.

(Artículo II) La libertad de investigación científica en la Antártida y la cooperación hacia ese fin, como fueran aplicadas durante el Año Geofísico Internacional, continuarán, sujetas a las disposiciones del presente Tratado.

Eso era lo esencial, el resto eran reiteraciones o fórmulas de vigilancia y observancia de lo anterior.

Pero con mucha certeza era en el artículo IV donde estaba la disposición más significativa con respecto a las soberanías y reclamaciones.

(Artículo IV) Ninguna disposición del presente Tratado se interpretará: como una renuncia, por cualquiera de las partes contratantes, a sus derechos de soberanía territorial o a las reclamaciones territoriales en la Antártida, que hubiere hecho valer precedentemente.

La representación de Argentina, a diferencia de Chile, que tenía una similitud de reclamos, logró ser mucho más audaz porque al final logró adicionar una declaración explícita sobre lo mismo:

La República Argentina declara que conforme al artículo IV inciso 1 párrafo a) del Tratado ninguna de sus estipulaciones deberá interpretarse o aplicarse como afectando sus derechos, fundados en títulos jurídicos, actos de posesión, contigüidad y continuidad geológica en la región comprendida al sur

del paralelo 60,en la que ha proclamado y mantiene su soberanía.

El carácter de documento internacional quedaba refrendado en el subrayado que indicaba que se traduciría al inglés, francés, ruso y español, y que además quedaría depositado en los archivos del Gobierno de los Estados Unidos de América y que posteriormente se distribuirían copias a los firmantes. Fue así como en el transcurso de los años muy pronto el TA continúo fortaleciéndose con otros acuerdos internacionales más específicos originados en las cambiantes condiciones políticas, en lo que virtuosamente sucedía en la Antártica y en las incipientes evidencias -en ese entonces- del cambio climático.

EL PROTOCOLO DE MADRID

Entre las razones de la permanencia del TA está el que los participantes fueron construyendo un Sistema del Tratado Antártico (STA) que en el tiempo fue agregando motivos, temáticas y protocolos para fortalecer la gobernanza. En suma, se trataba de acordar qué se podía y qué no se podía hacer en ese continente de reserva de la humanidad.

La periodista argentina Natalia Gelós, de la revista Crisis, lo comentará así: “Entre los acuerdos que se

anexan a lo largo de los años, destaca el llamado Protocolo de Madrid, de 1991, que incorpora la protección del medioambiente y en ese sentido hilvana con la prohibición de explotar recursos minerales: oro, plata, uranio, hierro, además de petróleo, algunos de los elementos que se creen dispersos en ese territorio donde hay otras riquezas que todavía no están sobre la mesa pero titilan en los radares, como las potencialidades farmacológicas del fondo marino (microorganismos con posible actividad antibacteriana, antiviral-la gallina de los huevos de oro). Mucho por explorar para los estados ambiciosos, pero lo cierto es que, mientras el Protocolo continúe vigente, un manto preserva de cualquier acción de ese tipo hasta 2048. En ese lapso, el pacto puede ser modificado solamente mediante el acuerdo unánime de las Partes Consultivas. Como nadie es dueño de la Antártida, entonces, la soberanía se riega día a día; un depósito a plazo fijo que acompaña una pregunta: para 2048 falta mucho tiempo, ¿pero realmente es tanto tiempo?

BALANCES, PROBLEMAS ABIERTOS Y TENSIONES EXISTENTES

Hace varias décadas que la Antártica se rige con normas únicas que a su vez crean subjetividades y

comportamientos de cooperación entre quienes viajan a desarrollar diversas tareas y roles.

Hace solo tres años la investigadora chilena Alejandra Mancilla, PhD de la Universidad de Oslo, en Noruega evaluaba así la salud del TA: “En 2021 se celebran sesenta años desde la entrada en vigor del Tratado Antártico, un acuerdo internacional único en su especie por medio del cual doce países sentaron las bases para la gobernanza de un continente entero. Paz, cooperación científica, no nuclearización y no militarización fueron los principios fundantes de este acuerdo, principios que han logrado respetarse y profundizarse a lo largo de su existencia. Hace treinta años, además, con la firma del Protocolo Ambiental, la protección del medio ambiente se sumó a estos principios básicos. Todo esto se logró sobre la base de “congelar” los reclamos territoriales de siete países, y el potencial derecho a reclamar de otros dos, solución ideada por un chileno, el profesor de derecho internacional de la Universidad de Chile, Julio Escudero Guzmán”

Pero, en el ambiente de los juristas especializados importan los conceptos y su plena pertinencia. El doctor y jurista chileno Luis Valentín Ferrada, en el mismo seminario donde participó la filósofa Mancilla, se refiere a la exactitud y contemporaneidad de los conceptos a emplear: “Precisamente porque el Tratado Antártico dio origen al régimen multilateral más exitoso de todo el siglo XX es que debemos esforzarnos para que lo siga siendo en esta centuria […] La perspectiva del interés común de la humanidad sería la más apropiada. Su alcance es más amplio y no tiene las limitaciones de otras figuras relacionadas, como las áreas comunes (referidas a aquellos espacios más allá de la jurisdicción de los Estados y no apropiables por estos) o el patrimonio común de la humanidad (consagrado por un tratado internacional para asegurar la repartición equitativa de los beneficios derivados de su explotación). El interés común de la humanidad va más allá de la soberanía o la explotación de recursos. Aún más, como principio equilibra las ideas de soberanía y preocupación por la protección ambiental”. Por su parte, la doctora chilena Consuelo León W. reflexiona sobre la intensidad de la recepción en Chile de la firma del TA y la combinación de varios factores para que ese acto diplomático no tuviese un impacto significativo. Además, ella se refiere al silencio como actitud de una diplomacia demasiado cauta, particularmente en relación de cuanto el TA podía o no afectar las reclamaciones territoriales de Chile. La investigadora resalta el terremoto del 60 y sus secuelas y además a la ocurrencia de los gobiernos reformistas de Frei Montalva ( quién fue a la Antártica)

JUAN PABLO ESPINOZA

y de Salvador Allende (a quién le faltó tiempo para ir) como momentos históricos de densidad mayor. Por nuestra parte, agregamos la fractura y ambiente de secreto luego del golpe civil-militar.

La Antártica dejo de ser un tema de interés y debate público casi por décadas, salvo por algunas noticias sueltas relativas a la investigación científica o a la erupción en Bahía Decepción en 1967. Durante la dictadura se evaluaron posibilidades extractivistas, y se impusieron concepciones de geopolítica reflejado por ejemplo en el poblamiento con familias de uniformados en Villa Las Estrellas entre los años 84-86.

El Instituto Antártico Chileno, el INACH, creado en 1964 en el gobierno de Frei Montalva sería la institución que daría continuidad al tema hasta ese salto copernicano en el 2003, que representaría su traslado desde la comuna de Providencia en Santiago hasta Punta Arenas en el área subantártica de Chile.

Por otra parte, un reportaje especial de la revista española Vanguardia, entre otros temas se planteaba hace tres años diversas reflexiones referidas a las fortalezas y a los pendientes del TA. “Desde 1959 otros 42 países se han adherido al Tratado. Estos países también tienen derecho a nombrar representantes para participar en las reuniones consultivas del Tra-

Mar de Escocia

RECLAMADO POR CHILE

Océano Pací co Mar Amundsen

RECLAMADO POR NUEVA ZELANDA

Océano Pací co

Península Antártica

RECLAMADO POR AUSTRALIA

tado Antártico (RCTA) siempre y cuando “demuestren su interés en la Antártida mediante la realización en ella de investigaciones científicas importantes” (art. IX-2). De las partes adherentes al Tratado, 17 han desarrollado actividades en la Antártida de acuerdo con esta disposición, de forma que actualmente existen 29 “partes consultivas”, condición de pleno derecho para participar en las RCTA con voz y voto. España firmó el Tratado en 1982 y adquirió la condición de “parte consultiva” en 1988. Por su lado, 25 “partes no consultivas” son invitadas a asistir a las reuniones, pero no participan en la toma de decisiones”.

Al finalizar, quisiera proponer un cambio paradigmático e imaginar los beneficios del Tratado Antártico desde alguna de las especies de la fauna planetaria, asumiendo de esa forma que la vida trasciende nuestra sola y hegemónica especie y que asumiéndolo o no estamos y somos fundidos con nuestro entorno natural.

EL TESTIMONIO DE LA SOBREVIVENCIA

Entonces, podemos imaginar que las evidencias del Tratado Antártico y de sus protocolos anexos tienen diversos testimonios, y uno de ellos es la recuperación de las poblaciones de las ballenas azules (Balaenoptera musculus, cetáceo misticeto, o sea, barbadas). Esas gigantes con un tamaño medio de 24 o 27 metros de largo, aunque existen ejemplares de 30 o más de largo y 120 a 150 toneladas de peso. Que un gran logro sea el repoblamiento de diversas especies de cetáceos, y de entre estos la ballena azul.

Que, en el pasado, resultaron casi extinguidas en el periodo de caza y faena mayor en la Antártica. Y que hoy, son una especie protegida según protocolos explícitos al respecto. Aunque todavía en Japón, y en su capital, la empresa japonesa Kyodo Senpaku ofrezca en máquinas expendedoras: piel, carne congelada y trozos de ballena en conserva.

En tanto, en Chile, en los últimos meses nos enteramos de que en las aguas de la Patagonia diversos ejemplares han muerto enredadas en la basura sobrante de las faenas de la salmonicultura.

RECLAMADO POR FRANCIA

Estas gigantes que tienen sus rutas de migración frente a las costas de Chile y que en su viaje tras el krill antártico son parte activa frente al calentamiento climático porque sus enormes cuerpos son reservorios de dióxido de carbono (CO2) y por ello se calcula que cada ballena puede absorber un promedio de 33 toneladas de CO2 a lo largo de su vida. Cuando mueren naturalmente, sus restos caen al suelo marino, atrapando este CO2 por siglos e incluso milenios. Y que además fertilizan los océanos produciendo fitoplancton que también produce oxígeno y absorbe CO2.

Argentina, Brasil, Chile, China, Polonia, Rusia, Corea del Sur, Uruguay cada uno tiene una base en la isla Rey Jorge

CHILE

2024:

UN ANÁLISIS DE LA COYUNTURA ECONÓMICA

En el largo plazo, todos estaremos muertos

M. KEYNES

POR SALVADOR MARCONI R. Economista

ALGUNAS PREMISAS

TEÓRICO-METODOLÓGICAS

La citada frase resulta pertinente si se observa el comportamiento económico, social y ambiental de los agentes privados y púbicos, marcado por el estancamiento de las potencialidades de crecimiento de la actividad productiva, el deterioro de la cohesión social, la preponderancia del extractivismo y el negacionismo del cambio climático, así como por el desprestigio de las instituciones representativas del país.

En julio de 2022, la Revista Occidente N° 529 publicó un artículo en el que se rememoraban algunos elementos teórico-metodológicos del análisis de coyuntura y de la macroeconomía post-keynesiana. Específicamente, del cuadrado mágico de Nicholas Kaldor, representación gráfica que ofrece una mirada de conjunto de los cuatro objetivos tradicionales de la política económica como son el crecimiento de la producción, el empleo, el equilibrio de las cuentas externas y la inflación. El cuadrado resulta de “difícil cuadratura” entre otros factores por los trade-off (o dilemas) que se presentan desde las perspectivas teórica y metodológica y -más aún- por la ausencia de coordinación

La “Ley de Okun”

La ley de Okun es la relación empírica entre la tasa de desempleo y la evolución de la producción de un país; es una relación lineal inversa entre el PIB real y la tasa de desempleo (sus variaciones porcentuales son negativas).

Okun constató que las economías en situación de crecimiento o expansión y una población activa estable tienen que aumentar el número de trabajadores para incrementar su nivel de producción, lo que reduciría el desempleo. Por el contrario, en momentos de recesión económica, bajaría la cantidad de trabajadores ocupados.

Fuente: https://economiasimple.net/glosario/ley-de-okun

entre las instituciones económicas que “tiran el agua para su molino”. Se requieren arbitrajes y negociaciones para lograr simultáneamente crecimiento, baja inflación y balances fiscal y externo equilibrados. Kaldor denominaba a esa situación como “conflicto de objetivos” cuya solución supone una intervención de la autoridad política.

Ese esquema pionero fue modificado para introducir algunas variables que resultaron- con el pasar del tiempo- más adecuadas para establecer el “punto de la situación” macroeconómica. Eso es lo que en varios países europeos (especialmente, durante las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX) se denominó el tableau de bord (o cuadro de mando) macroeconómico.

Esas innovaciones metodológicas surgieron del análisis y de las consideraciones empíricas que ponían en evidencia la relación entre la expansión de la producción de bienes y servicios (crecimiento del PIB) y la reducción de la tasa de desempleo, lo que se conoce como la ley de Okun (mientras más fuerte es el crecimiento de la producción, más crece el empleo) así como la relación inversa (también establecida empíricamente y cuya solidez teórica aún genera polémica) entre inflación y desempleo, la curva de Phillips.

LOS (DES)EQUILIBRIOS MACROECONÓMICOS

En Chile, la reciente coyuntura económica (los primeros tres trimestres del año 2024) estuvo caracterizada por la desaceleración de la actividad productiva, por la presencia de tasas de inflación volátiles y por desequilibrios crecientes en las cuentas de las finanzas públicas, con mayores niveles de endeudamiento del sector público, así como también con una considerable salida de capitales.

I. Crecimiento y empleo

El Índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC) del mes de septiembre de 2024 no presentó variación

alguna en comparación con igual mes del año anterior: es decir, crecimiento cero. Por su parte, la serie desestacionalizada disminuyó 0,8% respecto del mes precedente. Ese resultado se explica por una evolución diferente de las actividades: habrían crecido los servicios y el comercio mientras que la producción de bienes habría decrecido. En el gráfico 1 se observa la dispersión de las tasas de variación de este indicador de la actividad productiva

El 18 de noviembre el Banco Central publicó las Cuentas Nacionales (trimestrales) de Chile; de acuerdo con el Instituto Emisor, “…el producto interno bruto (PIB) anotó un crecimiento anual de 2,3% en el tercer trimestre de 2024”, mientras que la demanda interna, por su parte, presentó una variación de 0,5%.

La variación interanual del PIB se explica por el crecimiento de las actividades de servicios personales, minería, transporte, industria manufacturera y comercio, mientras que la principal incidencia a la baja se registró en la actividad agropecuario-silvícola.

Cabe señalar que la actividad económica medida por el PIB desestacionalizado (o corregido de variaciones estacionales) registró una aceleración de 0,7% respecto al trimestre anterior; este es un indicador muy importante en el análisis coyuntural, pues posibilita detectar la tendencia de corto plazo y los eventuales puntos de inflexión de la actividad económica.

En el ámbito académico, se suele hacer referencia a la “Ley de Okun”, es decir, la relación empírica encontrada por el economista Arthur Okun a mediados del siglo XX en Estados Unidos, según la cual por cada variación negativa de la tasa de crecimiento por debajo de la tasa de crecimiento potencial (o PIB real efectivo respecto al PIB potencial), se observaba un aumento en la tasa de desocupación (véase recuadro)

A continuación, se presenta la evolución de las tasas de variación del PIB y las tasas de desempleo para Chile (véase gráfico 2) desde 2010 hasta el mes de septiembre de 2024. El gráfico pone en evidencia la falta de “sintonía” entre la producción y el empleo:

GRÁFICO 1

GRÁFICO 2

CHILE: TASAS DE VARIACIÓN INTERANUALES DEL IMACEC, 2023-2024

Nota: octubre, noviembre y diciembre 2024, estimaciones del autor Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del Banco Central de Chile

mar.2010 sept.2010 mar.2011 sept.2011 mar.2012 sept.2012 mar.2013 sept.2013 mar.2014 sept.2014 mar.2015 sept.2015 mar.2016 sept.2016 mar.2017 sept.2017 mar.2018 sept.2018 mar.2019 sept.2019 mar.2020 sept.2020 mar.2021 sept.2021 mar.2022

Varación interanual PIB trimestral Tasa de desocupación

CHILE: DESEMPLEO Y PIB TRIMESTRALES, 2010-2024

Fuente: Elaboración propia sobre sobre la base de información del Banco Central de Chile (PIB) y del Instituto Nacional de Estadísticas (Desocupación)

los efectos del terremoto que afectó al país el 27 de febrero de 2010 así como también aquellos derivados de la pandemia 2020-2022 explican la discordancia entre la producción y el empleo

Desde la perspectiva del gasto, el crecimiento del PIB se sustentó en las exportaciones y, en menor medida, en la demanda interna principalmente, en el consumo del gobierno general. El consumo de los hogares aumentó 1,0%, liderado por el gasto en bienes no durables y servicios; en el primer caso, destacaron los productos farmacéuticos y vestuario y, en el segundo, los servicios de transporte y salud. Por su parte, el consumo del gobierno general aumentó 5,3 por los mayores servicios de educación.

La formación bruta de capital (FBC) habría disminuido 3,8%, por una menor variación de existencias que, en doce meses, se redujo en 0,8% del PIB. Esta variable incorpora -entre otros elementos- los trabajos en curso, principalmente aquellos que se originan en la agricultura y en la construcción. La formación bruta de capital fijo (FBCF) también retrocedió, registrando una variación de -0,2%, originada principalmente en la caída de la edificación. Si se toma en cuenta toda esta información, la economía difícilmente crecerá a una tasa de 2,2% anual en 2024 y, según previsiones elaboradas para este informe, en 2025 el crecimiento bordearía el 2,0% anual. Y es que la economía de Chile registra

CHILE: VARIACIÓN DE LA PRODUCTIVIDAD TOTAL DE LOS FACTORES (PTF), 1990-2023

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad

4

Formación bruta de capital Formación bruta de capital fijo Variación de existencias

CHILE: TASA DE INVERSIÓN ANUAL, 2013-2023

Nota: tasa de inversión = FBC/PIB

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del Banco Central de Chile

una suerte de aletargamiento estructural derivado principalmente de dos factores: decrecientes niveles de productividad de los factores y bajas tasas de inversión (FBC/PIB).

II. Productividad e inversión

En cuanto a lo primero, en la última década (2011-2023) se observa una clara desaceleración de la productividad total de los factores (PTF) con una tasa anual promedio de -0,3%. Al comparar dicha cifra con tasas de crecimiento sobre el 3% registradas a comienzos de la década de los 90’ del siglo pasado, es posible advertir que, en términos del crecimiento de la productividad, los últimos 15 años (2008-2023) han sido tres lustros perdidos (véase gráfico 3)

Adicionalmente, se observa una correlación negativa entre la tendencia del crecimiento económico (medido por el PIB per cápita) y la informalidad laboral: a medida que el PIB per cápita aumenta, la

informalidad laboral medida como porcentaje de la población en edad de trabajar tiende a disminuir, y viceversa, cuando el PIB per cápita baja, la informalidad laboral aumenta, lo que supone que las economías más avanzadas, con regulaciones más efectivas, deberían presentar menores niveles de informalidad.

De acuerdo con la información registrada en el último Boletín de Informalidad Laboral difundido por el Instituto Nacional de Estadísticas, durante el trimestre julio-septiembre de 2024, la tasa de ocupación informal se ubicó en 27,0%. Las personas ocupadas informales fueron 2.494.520, lo que representó una variación de 3,6% en doce meses.

En las economías en desarrollo, en las que la informalidad es prevalente, la calidad de las regulaciones es crítica, por lo que es necesario superar la “permisiología” (en otros países, denominada “tramitología”) y optar por una visión del desarrollo de largo plazo para ampliar la formalidad y promover

GRÁFICO

GRÁFICO 5

CHILE: INFLACIÓN E INFLACIÓN SUBYACENTE, 2022-2024

Nota: noviembre y diciembre 2024, estimaciones del autor

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del Instituto Nacional de Estadísticas

un desarrollo económico más equitativo, sostenible e inclusivo.

Chile continúa estancado y se aleja de los países de la OCDE. En este escenario, el objetivo de las políticas públicas debería priorizar el desarrollo de largo plazo y las condiciones para alcanzar las metas comprometidas en el marco de los ODS 2030: el Banco Central estima un modesto crecimiento tendencial, por debajo del 2,0% por año hasta 2034.

En lo que se refiere a las inversiones, el porcentaje de la formación bruta de capital sobre el PIB (denominada

tasa de inversión) registra un promedio de 24% en los últimos diez años (véase gráfico 4), comprometiendo la capacidad de crecimiento a largo plazo y las condiciones para alcanzar niveles más elevados del nivel de vida y bienestar humano del país. Si no se revierte esta situación, la frase de Keynes será -desde la perspectiva económica y social- más acertada que nunca.

III. Inflación y tasas de interés

En el boletín estadístico n.312 (12 / 8 de noviembre de 2024) el Instituto Nacional de Estadística (INE)

IPC general IPC sin volátiles
FOTO DE FRAMES FOR YOUR HEART EN UNSPLASH

anunció que el IPC de octubre habría registrado una variación mensual del 1,0%, por encima de las expectativas de los investigadores y analistas. La tasa interanual (el deslizamiento a doce meses) con respecto al mismo mes del año previo es de 4,7, acumulando en el año 2024 una tasa de 4,5%.

De acuerdo con las estimaciones realizadas para este trabajo, la inflación a diciembre de este año llegaría a 5,3% y la inflación subyacente (core inflation) -indicador que utiliza el Banco Central para establecer la tasa de interés rectora o de política monetaria (TPM)- alcanzaría el 4,9% a finales de año, tal como se reporta en el gráfico 5

En la coyuntura, la evolución de los precios depende de varios elementos. En primer lugar, de la variación de los precios de los combustibles en los mercados internacionales y de los últimos reajustes de las tarifas de la energía eléctrica, así como también del incremento de las tarifas del transporte urbano

Las recientes presiones inflacionarias obligan a las autoridades monetarias a adoptar una política monetaria mucho más cautelosa y a reducir la tasa de interés de política monetaria -establecida en 5,25% al cierre de este informe- con mayor parsimonia. Por otra parte, la volatilidad del tipo de cambio es un factor que tiene una considerable incidencia en la evolución de la inflación.

Recientemente, la Comisión Nacional de Energía (CNE), publicó el informe técnico preliminar para la Fijación de Precios de Nudo Promedio, en el que propone un nuevo aumento en las cuentas de energía eléctrica que podrían entrar en vigor en enero del 2025 y que sería el cuarto incremento del proceso de sinceramiento de las tarifas eléctricas.

El informe de la CNE revela que los clientes residenciales con consumos menores a 350 kwh/ mes, tendrán un alza del 9,5% en enero del 2025, lo que obviamente tendrá repercusiones en el IPC. La región más afectada con el alza de la energía eléctrica sería la de Valparaíso, que sufriría un alza promedio del 15%, seguida por la región Metropolitana (11%) y Ñuble (9%), mientras que en Los Ríos y Antofagasta será de 6%. El promedio nacional de estos incrementos sería del 8,1%.

Si bien el gobierno y el congreso establecieron un subsidio, hasta noviembre de 2024 se habían inscrito 1.920.379 hogares que pertenecen al 40% más vulnerable del Registro Social de Hogares (RSH), cifra bastante menor a los cuatro millones y medio de personas que podrían obtener ese beneficio compensatorio.

En el sector “real”, las dos últimas cifras macroecónomicas (Imacec de 0,0% e IPC mensual de 1,0%) reflejan estancamiento y presión de costos simultáneos (shock de oferta). El principal problema es el crecimiento pues la economía está estancada hace al menos una década. En la coyuntura, el reajuste de las tarifas eléctricas presiona a la inflación, aunque es importante mantener ancladas las expectativas de los agentes económicos: la estimación realizada para este informe establece un IPC a diciembre 2025 de 3,9%, bajo el supuesto de que el Banco Central ralentizaría la normalización de la tasa rectora, que llegaría recién a fines de 2025 a 4,5%.

IV. Sector fiscal y presupuesto 2025

Las discusiones entre el Ejecutivo y el Legislativo para estructurar la próxima Ley de Presupuesto del Estado se han caracterizado por momentos de elevada

INGRESOS GASTOS RESULTADO OPERATIVO BRUTO

CHILE: OPERACIONES DEL GOBIERNO GENERAL, 2013-2023 (Porcentajes del PIB)

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de la Dirección de Presupuestos

tensión en la Comisión Especial Mixta de Presupuestos del Congreso. Y todavía falta (al cierre de este informe) la revisión y aprobación por parte del senado.

Varios han sido los compromisos acordados por el ministerio de Finanzas para viabilizar la aprobación de la mayoría de las partidas presupuestarias. En particular, reducir el crecimiento del gasto respecto del presupuesto de 2024 desde 2,7% a 2,0%, y mantener el límite de endeudamiento de US$ 16.000 millones propuesto inicialmente, de los cuales cerca de US$ 8.000 millones corresponden a amortizaciones de deuda y ajustes financieros mandatados por ley.

Durante la última década la evolución histórica del Presupuesto del Gobierno General ha estado influenciada, además de las decisiones de las autoridades a cargo de las finanzas públicas, por condiciones “exógenas” como es el caso de la pandemia en el período 2020-2021, años en los que los gastos superaron ampliamente los ingresos, generando déficits fiscales de -3,6% y -4.1% del PIB, respectivamente, como se puede observar en el gráfico 6

Según la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda al cierre del año el déficit fiscal alcanzaría -2,3% del PIB -cifras reportadas en el Informe de Finanzas Públicas del tercer trimestre del año 2024.

V. El sector externo

Respecto del comercio exterior, tanto las exportaciones como las importaciones aumentaron -en términos reales- con un efecto neto positivo en el crecimiento del PIB, durante el tercer trimestre 2024.

Las exportaciones de bienes y servicios crecieron 6,4%, destacando la venta de bienes, en particular del cobre. También contribuyeron a este resultado el repunte de las exportaciones de servicios.

Por su parte, las importaciones de bienes y servicios aumentaron 1,5%, reflejo de mayores compras de petróleo crudo, vestuario y alimentos. Las importaciones de maquinarias y equipos retrocedieron, al igual que las importaciones de servicios.

En la coyuntura, al final del tercer trimestre de 2024 la cuenta corriente registró un déficit de US$ 3.140 millones, que representa el 3,9% del producto interno bruto (PIB); con ello, el déficit acumulado en un año equivale al 2,7% del PIB. Este resultado se explica por el saldo deficitario de las rentas y la balanza de servicios, parcialmente compensado por el superávit de la balanza comercial de bienes.

La cuenta financiera registró entradas netas de capital por US$ 4.261 millones, lideradas por la inversión extranjera directa (IED). A septiembre, la posición de inversión internacional (PII) neta aumentó su saldo deudor respecto del trimestre precedente, hasta ubicarse en US$ 64.242 millones, mientras que el stock de reservas internacionales se ubicó en US$ 45.629 millones.

De acuerdo con la reciente información difundida por el Banco Central de Chile, la deuda externa de Chile, al mes de septiembre de 2014, se situó en US$ 254.443 millones, lo que equivale a 76,1% del PIB. El alza fue generalizada, destacándose las deudas del Gobierno y del Resto de Empresas.

Como se conoce, la salida de capitales, de empresas y hogares, comenzó a ser noticia en 2020, por la creciente incertidumbre política y financiera. De acuerdo con las cifras del Banco Central, el año 2020 terminó con un monto total de salida de capitales de US$ 9.691, el mayor en los últimos 14 años. El debate se reactiva en la coyuntura: ¿los empresarios tienen confianza en el país o el gobier-

no no ofrece las suficientes garantías de estabilidad política y jurídica?

Desde el primer trimestre de 2020, las cifras para los mismos primeros trimestres de cada año se han reducido considerablemente y han fluctuado entre US$ 3.018 millones y US$ 2.591 millones, siendo esta última cifra la registrada el primer trimestre de 2024. Probablemente, esos flujos podrían mantenerse en un nivel superior al promedio de los años previos al estallido social, pues si bien se ha reducido la incertidumbre política y económica, tanto empresas como hogares prefieren mantener diversificados sus patrimonios e inversiones, por lo que más que tratarse de una fuga de capitales, se trataría de una diversificación de la cartera.

VI. Más allá del cuadrado mágico

Un análisis de coyuntura debe abordar otros aspectos e ir más allá de las cifras macroeconómicas disponibles, abarcando temas que tienen repercusiones en la vida de las personas y en su bienestar; esos aspectos podrían ser incorporados en un próximo informe. Por lo pronto, Chile cerraría el año 2024 con un crecimiento del PIB muy bajo (2,2%); con una inflación controlada (5,3%) pero aún por encima de la meta de política monetaria (3,0%); con déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos de 2,7% del PIB y un déficit en el sector fiscal de 2,3% del PIB.

Tal como se señaló, el panorama es más sombrío si a estas cifras se juntan aquellas sociales, relacionadas con los temas de seguridad ciudadana y la seguridad social, particularmente en el ámbito de la salud y las pensiones, “trampas del desarrollo” que deben ser superadas si se desea mejorar el bienestar de la población.

EL CONTEXTO INTERNACIONAL

Tal como señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su reciente Panorama Social (noviembre 2024), el patrón de desarrollo de la Región “…aunque diverso entre países, tiene numerosas características comunes en materia de desequilibrios económicos, sociales y ambientales, que se manifiestan en tres trampas del desarrollo: una baja capacidad para crecer, una elevada desigualdad con baja movilidad y débil cohesión social, y una baja capacidad institucional y de gobernanza poco efectiva para abordar los desafíos del desarrollo. Estas tres trampas y los círculos viciosos que las alimentan hacen que no sea exagerado señalar que los países de la región se encuentran en una crisis de desarrollo”.

Ese informe documenta, con abundante información estadística, la situación de cada uno de los problemas que enfrentan los países de América Latina en lo económico, social, ambiental e institucional. Cabe señalar que, además de una transformación de la matriz productiva y energética (menos agresiva con el ambiente), se requieren profundas reformas de los sistemas de salud y de protección social, sistemas fiscales mucho menos regresivos, así como también reformas para fortalecer las instituciones públicas, creando más espacios que posibiliten el diálogo y la cohesión social.

El escenario internacional se encuentra ´ líquido ´ y a la espera de la posesión de Donald Trump en enero 2025. Las designaciones ministeriales realizadas hasta ahora indican que el signo de las políticas públicas será similar al que presenció el mundo durante su primer mandato. Por ejemplo, el New York Times (9 de noviembre de 2024) informó que el equipo de transición del recién electo presidente está preparando las disposiciones necesarias para nuevamente excluir a EE. UU. del acuerdo de París sobre el cambio climático, noticia que anticipa lo que se podría esperar en el ámbito de la política comercial.

Trump insiste en el poder de los aranceles; durante la campaña presidencial reiteró la necesidad de imponer un arancel universal de 10% a 20% sobre la mayoría de las importaciones de bienes y, en el caso de los productos chinos, podría ser de hasta el 60%.

En su primera presidencia Trump demostró que prefería anteponer sus intereses a sus obligaciones como miembro de la OMC, tendencia que podría acentuarse en su segundo mandato. Proteccionismo a ultranza en los Estados Unidos mientras Xi Jinping se convierte paradójicamente en el zar del libre comercio, colocando a China como origen de la inversión extranjera con destino hacia América Latina.

RELIGIÓN Y/O CIENCIA

POR ROBERTO BERRÍOS ÁLVAREZ

Escritor, ingeniero, con un diplomado en Gestión de la Tecnología e innovación, diplomado en Filosofía de la Neurociencia Cognitiva

La ciencia y la religión son dos enfoques para observar e interpretar el mundo, donde el debate contiene interpretaciones diversas y la convivencia de ambas perspectivas está muy vigente en estos días de nuestra historia. La revolución científica y sus posiciones frente a la religión nos hace preguntarnos si estas son incompatibles, si podrán convivir. Este es quizá el gran tema o la pregunta a la cual intentaremos acercarnos con todas las complejidades que esto presenta: ¿la ciencia y religión podrán convivir en nuestra sociedad actual sin conflicto permanente? Algunos aspectos históricos son siempre importantes para relacionarlos con el presente, muchas afirmaciones son negativas sobre la relación entre

ciencia y religión; quizás estas contradicciones están todavía presentes, intentaré dar una luz al respecto. Este tema lo haré considerando algunos aspectos históricos, desde líneas filosóficas, y religiosas, por esta razón presentaré algunos hitos los cuales importa considerarlos para mayor objetividad de este ensayo y sus conclusiones.

Partiremos de la siguiente afirmación: “La ciencia trabaja sobre hechos materiales y la religión con la espiritualidad del hombre”.

Entenderemos la ciencia como un conjunto de métodos y técnicas para la adquisición y organización de conocimientos sobre la estructura de un conjunto de hechos objetivos y accesibles a varios observadores.

Estos son formulados mediante el razonamiento y expuestos en forma de leyes o reglas universales que dan cuenta del comportamiento de un sistema y predicen cómo actuará en determinadas circunstancias. Respecto de la religión podríamos decir que es un sistema solidario de creencias y prácticas asociadas relativas a la cosa sagrada que engloba los siguientes elementos: tradiciones culturales ancestrales, instituciones, escrituras, historia, mitología, fe y credos, experiencias místicas, ritos, liturgias y oraciones. Luego de la definición anterior expondré algunos hitos que pueden ser relevantes para la discusión al momento de revisar las ciencias desde una mirada en la historia y cómo dialoga o no con la religión en determinados momentos.

En el mundo antiguo, Aristóteles, filósofo de la antigua Grecia (384-322 A.C.), y una de las mentes más influyentes de la historia, estudioso de la naturaleza de la ciencia, del método científico y del papel de la ciencia como interpretación general de la realidad. Desarrolló una visión del mundo que dominaría el pensamiento occidental hasta la época de Francis Bacon y Galileo, en el siglo XVII. Sus estudios de la realidad los hace desde una perspectiva a la vez religiosa y científica. Desarrolló los inicios de la filosofía natural, un género de estudio de la naturaleza y del universo en general que era similar a lo que hoy identificaríamos como el punto de vista científico, esto es, una combinación de filosofía, religión y ciencia.

Durante la Edad Media el pensamiento giraba en torno al teocentrismo. En este periodo encontraremos la etapa de transición entre la Edad media y la Edad Moderna, que se conoce con el nombre de Renacimiento. Este se originó en algunas ciudades italianas a finales del siglo XIV y durante el siglo XV, expandiéndose por Europa, teniendo fuerte impacto en la cultura, la tecnología, la religión, la política, y la economía, hizo posible un cambio de mentalidad en el Renacimiento donde se dio origen al antropocentrismo.

Durante el Renacimiento la expresión de las ciencias tomó diversas formas, por ejemplo, Copérnico (14731543), astrónomo polaco que publicó un libro sobre las revoluciones de las esferas celestes y a partir de ahí él presenta la teoría heliocéntrica del universo, la cual postula que la tierra gira alrededor del sol y que el sol es el centro del universo.

Hacia 1600, Galileo Galilei desarrolló estudios sobre la teoría del movimiento planetario, diseñó un telescopio para iniciar las investigaciones astronómicas, y terminó aceptando las teorías de Copérnico. Contradecía la ciencia oficial eclesiástica de la época, según la cual la Tierra era el centro del universo (geocentrismo), fue condenado a reclusión perpetua.

Se destacó también a Giordano Bruno, astrónomo, matemático, filósofo, teólogo de pensamiento religioso liberal de origen italiano que, entre sus teorías más destacadas, abordó el universo infinito y la multiplicidad de los mundos y rechazó la astronomía geocéntrica tradicional. Por sus ideas, fue quemado vivo en febrero de 1600 en Roma. El dogmatismo católico estuvo muy presente en este periodo, ya que no se aceptaba estas nuevas observaciones y líneas de pensamiento más racional.

Aparece en estos tiempos la obra magistral, el Discurso del Método, escrita por René Descartes (1596-1650) en 1637. El texto pretende dar a conocer el método para poder llegar al conocimiento verdadero y encontrar la verdad. El escrito es una de las obras más importantes de la filosofía moderna. Descartes habla acerca de su método, el cual fue capaz de perfeccionar el conocimiento y tiene como principio la base de la duda, como lo refleja su máxima: “pienso, luego existo”. Se pronuncia sobre la utilidad de la ciencia, y como esta puede beneficiar al hombre. El Discurso del Método de Descartes es una de las obras que inician la filosofía y la ciencia moderna y favorece las nuevas directrices de la filosofía racionalista, que culminará en la obra de Spinoza. Expone tres leyes de la naturaleza. Los movimientos de los cuerpos materiales, dice que son continuos actos de Dios, esta concepción de la ley natural había de ser el fundamento de la cosmovisión newtoniana.

Baruch Spinoza (1632-1677) criado en un ambiente judío en Ámsterdam, pensaba que Dios incluye todo lo que encuentra en la naturaleza y que no tiene existencia fuera de esas cosas; identifica a Dios con la naturaleza y descarta desde el principio la noción de un dios trascendente. Spinoza dio orden, cohesión y lógica formal a lo que era en efecto una visión fundamentalmente nueva del hombre, de Dios y del universo, nutrida por el pensamiento científico. Su filosofía contribuía a eliminar la idea de que existían diferencias innatas entre las razas y los pueblos. Planteaba que la ciencia se contraponía a la cosmovisión de que la identidad religiosa era fundamental y vinculante, pensaba que la ciencia era parte constitutiva de una filosofía que exigía a judíos, cristianos, musulmanes y ateos, considerarse ante todo ciudadanos.

Por su parte, Newton desarrolló una perspectiva mecánica (1687). Su obra describe la estructura del universo físico desde la perspectiva de un modelo cada vez más mecánico, abarcando las nociones del movimiento de los cuerpos según leyes matemáticas y físicas que Newton explicó y demostró. Expresó ideas acerca de la naturaleza de los cuerpos, movimientos, el reposo y las fuerzas, descubrió la

ley de gravitación universal, desarrolló el cálculo. Lo que tocó Newton lo transformó, no solo la física y las matemáticas, sino también en la teología y en la alquimia; ayudó a eliminar los dogmas filosóficos innecesarios, cuestionó el cielo y el infierno, la luz ya no era lo divino, y con esto encaminó a la religión a los límites de la razón generando los avances científicos que excluyeron la disciplina científica de la teleología. La ciencia comenzó a considerarse a sí misma una disciplina separada.

Es importante destacar al filósofo Immanuel Kant (1724-1804) que postulaba que, por encima de todo, hay que enseñar al ser humano a pensar por sí mismo y a rechazar los dogmas de todo tipo, que destruyen la razón y someten el libre pensamiento a ideas fijas. No por ello negaba la importancia del conocimiento previo, al contrario, lo consideraba imprescindible como punto de partida sus aportes han impactado a la filosofía y al conocimiento y el pensamiento contemporáneo.

En los inicios del mundo contemporáneo, Charles Darwin, naturalista del siglo XIX, revolucionó el conocimiento. Su propuesta sobre el origen de las especies y del mecanismo de la selección natural, desarrollado en su obra “El origen de las especies” (1859), constituye un gran paso en la coherencia del conocimiento del mundo vivo y de las ideas evolucionistas, sostenía que

los organismos y su estructura biológica desarrollan sus características por adaptación a su entorno, también planteaba que la evolución es gradual, y escribió que la herencia generaba caracteres adquiridos que se transmiten después a la descendencia.

En el siglo XX se destaca a Karl Popper (1902-1994), quien dice que la ciencia no es más que un conjunto de teorías o hipótesis provisionales, que, aunque estén inicialmente sostenidas por evidencias se deben refutar para sostener su validez, se debe respetar la independencia espiritual de las personas, no hay respuestas definitivas, provocando así la formación de opiniones libres, de reflexiones autónomas.

Destacaremos algunos aspectos sobre la teología e intentaremos abordar los temas de la ciencia desde la religión. Tenemos la Teología Natural, También llamada Teología Racional, es el método de encontrar evidencias de Dios sin recurrir a ninguna revelación sobrenatural. Se distingue así de la teología revelada, basada en las escrituras o en experiencias religiosas. Los teólogos encuentran convincentes las ideas fundamentales de los argumentos de la causa primera y el diseño, que el universo debe tener una causa remota y que el orden y complejidad del universo, incluida la aparición de la vida humana, respaldarán la conclusión de que el universo fue creado por una mente inteligente.

Tenemos también la Teoría del Diseño Inteligente, este es un argumento seudocientífico a favor de la existencia de una inteligencia creadora del universo, que muchos podrían decir que es la existencia de Dios, presentada por sus defensores como una teoría científica, basada en la evidencia sobre el origen de la vida. Esta teoría creacionista carece de respaldo empírico y no ofrece hipótesis verificable o sustentable, por tanto, no se la considera ciencia.

Dean Hamer identificó el Gen de Dios, una aproximación científica de la espiritualidad humana, y precisa que la espiritualidad y religiosidad son dos cosas bien distintas, cada una con ciertos grados, y que la espiritualidad tendría una base biológica. Respecto de la religiosidad expresa que es más bien un constructo de naturaleza sociocultural. Plantea que la espiritualidad es heredable tal como se ha determinado las bases genéticas de la inteligencia.

Es interesante destacar el aporte de la religión a la ciencia en el Siglo XX, ya sea en la astronomía y la astrofísica o en la teoría sobre el origen del universo, ha infundido un renovado vigor al argumento cosmológico, el intento de demostrar que el universo ha de tener una primera causa absoluta, que para algunos podría ser Dios.

Respecto de la cuestión de la existencia inicial y la expansión del Universo, Stephen Hawking decía

que hace millones de años hubo una gran explosión dando origen al universo, en el cual tenemos el origen del Big Bang, posiblemente la existencia del Creador.

La etanolamina descubierta en la Vía Láctea explicaría la teoría del origen del universo y de la vida con sus propias complejidades y singularidades.

Las experiencias y descubrimientos en el área biológica sobre el mapeo del genoma humano, siendo una de las áreas más apasionantes e innovadoras de los últimos tiempos. La que establece que las moléculas y células de todo organismo contienen un conjunto de instrucciones biológicas que caracterizan a la especie a la que pertenece. En 1953 se descubrió el ADN, que contiene la información biológica o “código genético”, el cual tiene un enorme potencial para la curación de enfermedades y con consecuencias éticas por el acceso a información vital.

Importante son los aportes de algunas religiones a pesar de los conflictos del cristianismo católico, los jesuitas se convirtieron en la congregación educativa más influyente con eminentes aportes en astronomía teórica, física, matemáticas aplicadas y otros temas científicos colaborando en la generación de conocimiento.

Los sabios del talmud investigaron la astronomía, quizá por su importancia para determinar con precisión cuando empezaban las fiestas religiosas y

el Sabbat. El islam para los judíos se convirtió en el punto de confluencia de tradiciones de pensamiento griegas, egipcias, indias y persas, así como la tradición China encontró un lugar en las matemáticas, la filosofía natural y la medicina en el mundo árabe. Ellos tradujeron muchos escritos de ciencias y filosofía natural al hebreo.

Aspectos religiosos de la India, sus raíces se encuentran en el período védico, desde 1600 hasta el 700 a.C. Se cree que los Vedas tienen origen divino y fueron revelados a los antiguos sabios. El estudio de la astronomía era esencial para determinar el tiempo de los rituales y sacrificios. Desarrollaron la geometría, métodos de permutación y combinación, la trigonometría, álgebra, estudios del movimiento de la Luna y el Sol junto con los otros cuerpos celestes. Posteriormente los matemáticos indios desarrollaron el sistema de numeración decimal usando nueve dígitos y el cero.

La relevancia de estos dos enfoques, el racional y el metafísico, impactaron los periodos de conflictos y el dogmatismo imperante, a pesar de las líneas contradictorias, también contribuyeron al desarrollo de la ciencia; en áreas de las ciencias naturales, lógica, matemática, geometría, astronomía, mecánica, estática, medicina y otros.

También es importante describir algunas herramientas filosóficas que permitirán explicar estos acontecimientos históricos que es la siguiente línea filosófica: la dialéctica, la cual admite dar una explicación a la historia y al enfoque de la ciencia y religión. Describiremos el método dialéctico que va de la identidad a la identidad a través de la contradicción. En la filosofía del ser, si la diferencia es la contradicción, la reconciliación no es posible. En la filosofía hegeliana del no ser en el ser, la reconciliación es posible y necesaria, por eso la dialéctica es posible solo entre contrarios. Los contrarios pertenecen a un mismo género por tanto tienen algo en común. Es una forma o método para analizar y descubrir la realidad. Se resume en la tesis que es la afirmación para el desarrollo del conocimiento y la acción (espíritu subjetivo), antítesis crítica o contradicción de lo anterior (espíritu objetivo) y síntesis generada por la crítica de la antítesis, proceso de superación de la contradicción (espíritu absoluto) o triada dialéctica. El capullo es síntesis, la flor es la antítesis y el fruto la tesis.

Concluyendo veo reflejado en el pensamiento kantiano, con su máxima “aprender a pensar por sí mismo y a rechazar los dogmas de todo tipo que destruirían nuestra razón”, asociado al pensamiento de Karl Popper, “aunque la ciencia es sostenible por

las evidencias, estas se deben refutar para sostener su validez”. Tenemos que la espiritualidad es permanece en el tiempo, evoluciona y probablemente es heredable. Esas realidades contradictorias son capaces de convivir, ninguna desplaza a la otra, en algunos momentos pareciera tener un cierto desequilibrio, pero vuelven a un estado normal tal como la onda de luz y el corpúsculo. Igual comportamiento tiene lo religioso que es la tesis, y la racionalidad de la ciencia es la antítesis; el ser humano y su conciencia es la síntesis, son concepciones opuestas y contradictorias, conviven en su conjunto, fluyen en la historia del hombre y sus conciencias y también evolucionan, siempre están en movimiento, estas contradicciones son el motor que mantiene en acción el proceso de construcción del conocimiento.

Podríamos resumir que ciencia y religión han sido espacio de encuentros y desencuentros a través de la historia, pero encontramos algunos puntos que nos indican que en esa dualidad de elementos se encuentran enlazadas, ambas buscan la verdad y están relacionados con el ser humano, presentan procesos históricos comunes, generan la construcción de pensamientos que rigen la sociedad y la cultura.

Podríamos concluir que, tanto la ciencia y la religión se ocupan de los mismos principios desde puntos de vista diferentes, y en cierta medida derivan del mismo proceso intelectual que es la búsqueda de explicaciones y la verdad. Lo más probable es que estas dos visiones del mundo permanezcan por siempre en nuestras sociedades y conciencias, por tanto, tendrán que convivir en contradicción evolucionando en el tiempo.

LA SERENA, EL CERRO “DOÑA ANA” ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD

“Cuando llegaron los españoles, existían tres tribus de indios en el Valle de Elqui.

Primero los que vivían para abajo en Marquesa, luego venían Los Diaguitas, aquí desde el Mamalluca para arriba y al final del valle, para la cordillera, en las faldas del Cerro Doña Ana y Las Tórtolas, vivían los más ricos de todos, los Incas”.

(Poblador de Andacollito)

Por estas razones, merece igual respeto la relativa inexactitud de un texto mitológico que la exactitud relativa de un texto histórico.

(Oreste Plath)

POR ÁLVARO VOGEL VALLESPIR

Historiador y profesor.

Antes de que los navegantes europeos anclaran las proas de sus carabelas en el prístino nuevo mundo, nuestras hermosas tierras del norte estaban habitadas por poblaciones indígenas locales que hacían esfuerzos genuinos para adaptarse al medio geográfico, logrando una armonía y cosmovisión únicas hasta hoy admiradas.

Con el devenir del tiempo, Los Aimaras fueron en definitiva el grupo predominante de los altiplanos y sus alrededores, tanto así que por momentos estuvieron ad portas —junto con los Chancas— de tumbar al gran imperio de los “Incas” y, por ende, ser los dueños legítimos del sur del mundo. No obstante, Huayna Cápac, uno de los emperadores del Incario más relevantes de la rica tradición histórica peruana, materializó la empresa más trascendental de la época prehispánica en los Andes Centrales -la expansión territorial de los

“Suyos”- y, a la postre, en lo que nos respecta como tradición sincrética cultural en Chile precolombino, trazó y fundó el Collasuyo en nuestro suelo patrio, colonizando parte del septentrión  con la ayuda de los  mitimaes que le otorgaran un sincretismo único a los indígenas locales nortinos.

En medio de esos parajes con una rica tradición prehispánica, las huestes españolas fundaron una de las ciudades más antiguas de nuestro país, “La Serena” y luego, por cierto, con el paso de las centurias, la vecina “Coquimbo”, tierra de piratas, luchadores, hombres hospitalarios y por sobre todo habitantes que la hacen perdurar en la memoria nacional.

La naciente ciudad tiene una marcada tradición de elementos incaicos, que son trascendentales y repercutirán en una encrucijada cultural con la cual los españoles debieron lidiar ante el dilema de como aceptar la otredad. En este trabajo, se analizará una pequeña pero significativa leyenda, “Doña Ana”, que unifica lugares comunes para los habitantes de esta maravillosa ciudad portuaria logrando una cohesión entre el pasado y el presente.

LOS INICIOS DE LA SERENA

La Serena, al momento de su fundación, albergó todas las esperanzas que tenía puestas Pedro de Valdivia para hacer más llevadero su destino y el de la futura

e incipiente colonia de la metrópolis española y así no devolverse por donde llegó. En realidad, estaba cercado y “recluido” a las afueras de Santiago, tras la destrucción de la primera ciudadela por Michimalonco, y en el norte por el dominio de los incas locales (atacameños y diaguitas). La Serena, entonces, era algo más que una apuesta para unificar tierra y océano; fue más que un puerto que le permitiera viajar a Perú por pertrechos y apoyos, tal como lo hizo inicialmente cuando mandó a su mano derecha, Alonso de Monroy, en el “Santiaguillo”, en uno de los viajes más dilatados y comentados por los primeros cronistas de Chile. La Serena era, en definitiva, el único lugar central donde se podía resistir el embate legítimo de los indígenas que se esforzaban por reclamar el derecho ancestral de sus tierras.

Los indígenas de Copiapó, en conjunto con los de La Ligua, atacaron sin miramientos al barco “El Juan Alberto”, logrando que Valdivia se convenciera de una buena vez que la formación de un fuerte militar era necesario para otorgar mayor tranquilidad en días tan álgidos, cuando la Conquista pendía de un hilo. El fundador de Santiago le dio veinte hombres al alemán Juan Bohon para que levantara un puerto entre Limarí y Coquimbo. En 1544 entraron al sector por la sierra que luego llevará el nombre de Doña Ana, logrando pacificar parcialmente a los indígenas. Por ende, la llamó “La Serena” en honor a Pedro de Valdivia, quien era natural de “La Serena” en España. No existe en las fuentes escritas oficiales la fecha exacta de la fundación, pero es posible que fuera entre mayo y junio del mismo año en curso, y no fue por desgano que no conocemos este detalle sino debido al incendio del 11 y 12 de enero de 1549 que arruinó las actas y registros del cabildo, pues tal como la destrucción de

Santiago en 1541, los indígenas cobraron su venganza por la Conquista a un precio altísimo: destruir hasta los cimientos.

La primera ciudadela de La Serena fue en la práctica un fuerte militar para asentar la Conquista y dependía del apoyo material y estratégico del puerto de Valparaíso. Así y todo, Pedro de Valdivia la visitaba de forma constante y, entre tantas idas y venidas, planificó la ciudad y sus alrededores con diez encomenderos principales, pero en la práctica los indígenas se fueron y el emplazamiento fue quedando deshabitado. Era cosa de tiempo que los antepasados ancestrales esperaran el menor descuido y dieran un golpe a la ciudad como ocurrió en efecto en 1548, y la remataron luego en enero de 1549 con un voraz incendio y matanza general, donde solo sobrevivieron dos personas. Posteriormente la ciudad quedó borrada del mapa por un tiempo, pero no así sus leyendas locales. Valdivia fue meses más tarde a comprobar lo ocurrido; sus ojos lloraban, la ciudad era fantasmagórica y debió resguardarse en lo que hoy es Coquimbo, la cual finalmente abandonó rumbo a Santiago… esta ciudad, con todo, se volvió a levantar una y otra vez como una rueda del azar hasta alcanzar la fama de que goza hoy.

LA LEYENDA DE “DOÑA ANA”

En tiempos inmemorables, que no podemos hoy datar, una joven de admirable hermosura, comparada con la naturaleza virginal reservada para la aristocracia inca, caminaba por los parajes cordilleranos del norte. Esta bella “Ñusta”, hija de la nobleza más preciada, se encontró de pronto con un formidable guerrero del cual se enamoró. Este hechizo del amor prohibido, la llevó a seguirlo hasta los confines de lo permitido, violando las normas impuestas a las mujeres de la aristocracia.

Por donde quiera que transitaran estos enamorados, eran seguidos por los dioses, quienes buscaban venganza pues habían roto el tabú de la virginidad de la Ñusta. Los intrépidos consortes se encaminaron a subir una montaña hasta su punto más alto desde donde se podía ver el valle, el océano y los caminos más diversos. Ahí se quedaron y vivieron alejados del mundo, y cuando veían pasar peregrinos que iban y venían, lograban pasar inadvertidos, aunque siempre dejaban un pequeño rastro de su existencia. El guerrero se transformó en un hábil cazador de vicuñas, aprendió a curtir las pieles de estos auquénidos, evolucionó hasta llegar a ser un artesano experto y gracias a esto, junto con su compañera, pudieron sustentar sus existencias.

Corrían los rumores que al esconderse y huir

de los señores incas llevaron consigo un abundante tesoro. Con el tiempo esta hábil pareja aprendió a intercambiar productos con las caravanas que pasaban por la montaña. La Ñusta les dejaba en el camino una pequeña porción de oro para los ávidos expedicionarios que dejaban a cambio víveres frescos, creando así un trueque simbólico. Esta práctica se reiteró y se formó una leyenda en torno a esta mujer que cambiaba su tesoro por subsistencia. Además de la riqueza de la virgen, el hábil cazador añadía lazos confeccionados con la piel del guanaco que eran muy apetecidos. Largo tiempo duró este extraño comercio. Las gentes de los aledaños llamaban a la mujer “Doña Ana” y ese nombre le quedó no solamente a la montaña, sino a todo el elevado cordón conocido ahora como la cordillera de Doña Ana (María Elena Samatán 2008) Con el tiempo, en algunas oportunidades la mujer se dejó ver a los comerciantes de la montaña, aunque nunca habló. En cuanto a su hermoso guerrero, jamás fue divisado por alguien. Con el paso de los años ya dejaron de ser advertidos en la montaña, no así su memoria y leyenda, pues ambos se fueron a compartir con la Pachamama en las entrañas de la tierra.

TESTIMONIOS DE LA ARQUEOLOGÍA EN “DOÑA ANA”

Recién en el siglo XX, el cerro Doña Ana (5.690 m.s.n.m) y su cumbre hermana Las Tórtolas (6.160 m.s.n.m.) han concitado interés para los arqueólogos, geógrafos y científicos. Producto de esto, se ha podido constatar la existencia de pircas, tumbas y ofrendas funerarias que le dan sentido a la leyenda de la Ñusta y su guerrero inca. Una expedición en 1907 (que buscaba demarcar hitos para establecer límites cordilleranos con Argentina) levantó el campamento base en los Baños del Toro (3.340 m.s.n.m.), lugar

donde ocurren los relatos de la leyenda documentada por Oreste Plath. En sus cercanías se han encontrado la mayor cantidad de hallazgos arqueológicos en torno a vegas y aguadas pobladas por habitantes prehispánicos de origen diaguita, quienes fueron sometidos culturalmente por los incas.

Sin embargo, en enero de 1959 se realizó la primera expedición de arqueología de alta montaña, auspiciada por el Museo Arqueológico de La Serena. En la bitácora del viaje es posible comprobar que los portezuelos están normalmente cubiertos de nieve, lo que complica un análisis más profundo del uso del suelo (como los planchones). Aun así, lo primordial era hacer cumbre en ambas montañas ya mencionadas que registraron 17,5°C bajo cero en pleno verano al momento de hacer la expedición. Dos miembros del equipo pudieron coronar el punto más alto de Doña Ana, donde a pocos metros hallaron pircas de adoración, probando con esto que las cumbres ya habían sido frecuentadas por los incas, quienes elaboraban santuarios de veneración al Inti. Con todo, ya había una expedición registrada en 1952 del Club Alemán de Valparaíso por motivos deportivos.

Ya bajando por los valles y los portezuelos que unen a Chile con Argentina, la cantidad de pircas y entierros es sorprendente y no es fortuito que el sector se llame La Deidad. Ya casi en el límite con nuestro vecino país se podían apreciar vestigios de saqueos de material arqueológico; no obstante, se encontraron puntas de fechas, cerámicas y lascas. En síntesis, esta hermosa cordillera fue recorrida por los incas, por los mestizos, españoles, arrieros y montañistas, lo cual se proyecta a la ciudad de La Serena que al momento de este escrito cumple 471 años de vida.

RENACIMIENTO DE LA SERENA

Ya nos hemos referido a su fundación; sin embargo, el entorno de la ciudad tiene un rico sincretismo, a saber: el pasado diaguita de la ciudad, la influencia incaica, y la de sus conquistadores españoles, corsarios, piratas y los orgullosos serenenses actuales. En suma, tantas refundaciones han logrado que, al fin y al cabo, La Serena nunca haya sido un lugar de quietud. Aunque gran parte de su historia ha dependido del centralismo de turno, su fisonomía y su identidad se han forjado de forma más concreta desde mediados del siglo XIX. Pero es en el siglo XX cuando se logró cimentar su atractivo turístico, un marcado auge social, inmobiliario y económico que antaño nunca logró tener.

Una de las tradiciones socio-religiosas que han destacado a lo largo del tiempo y le dan un sello distintivo a la ciudad son las Cofradías en Honor a la Virgen, que tienen su punto culminante en los preciosos bailes alegóricos, donde destacan las festividades de la Virgen del Rosario de Andacollo y el Niño Dios de Sotaquí… Estas son una fusión entre el fervor colonial (había más de ocho iglesias en La Colonia en La Serena) y nuevas muestras de religiosidad producto del mestizaje. En la actualidad, los habitantes de La Serena siguen contando tradiciones, historias de piratas y leyendas de forma oral, permitiendo un sentido de unidad atemporal con el presente, otorgando un sentido de pertenencia y orgullo por formar parte de la ciudad.

Con el auge de la minería del hierro en 1920, este asentamiento humano comienza a tener un crecimiento sin parangón. En la década de los cincuenta, La Serena tuvo un auge arquitectónico importante con un marcado estilo neocolonial en medio de viñedos y hermosos poblados. El crecimiento de la población, su atractivo turístico y sus exquisitas playas van de la mano con la masificación de la uva de mesa que ha logrado mejorar la producción pisquera, colocando en un pedestal mundial al Valle del Elqui. Por lo demás, La Serena tiene todas las comodidades de una gran ciudad: universidades, buenos colegios, liceos, salas de arte, museos y un largo etcétera.

La Serena, en definitiva, ha consolidado un estilo propio, lo que le da una estampa de distinción frente a otras ciudades del país. Alberga construcciones coloniales patrimoniales únicas que tienden puentes entre el pasado y el presente, que son un recordatorio de que las tradiciones sí importan en los imaginarios colectivos. Espero que puedan algún día recorrer la sierra de Doña Ana y sentir la presencia de la Ñusta en los senderos ancestrales de Los Andes.

FUNDACIÓN TERRITORIA: PARA EL RESCATE DE UN PATRIMONIO HISTÓRICO Y CULTURAL SUSTENTABLE

Gracias al esfuerzo entusiasta de un grupo de profesionales amantes de la naturaleza y la herencia histórico-cultural, gran cantidad de tesoros patrimoniales de nuestro país han sido rescatados del olvido, permitiendo reconectar a las comunidades con su identidad socio-natural y diseñar nuevas estrategias educativas que nos ayuden a enfrentar mejor el actual escenario de cambio climático.

Periodista

La sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente no son simples conceptos abstractos o eslóganes publicitarios propios de la modernidad.

Por el contrario, es esencial su comprensión para adaptarnos desde las distintas latitudes del planeta en el actual escenario de cambio climático y transformación de nuestros territorios, imponiendo además la necesidad de respetar nuestra herencia cultural y patrimonial, en favor de sostener y fortalecer nuestra identidad y pertenencia territorial.

Así lo entiende la antropóloga social y con estudios de especialidad en conservación y restauración arquitectónica, y magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT de la Universidad Católica de Chile, Patricia Soto Gutiérrez, quien, junto a un equipo multidisciplinario de distintas localidades de Chile, con vasta experiencia en investigación y desarrollo de proyectos regenerativos, dio vida a una ambiciosa propuesta de puesta en valor del patrimonio histórico-natural chileno, conocida como Fundación Territoria. Los fundadores de Territoria no solo comparten intereses y sentidos de vida común, sino también la preocupación por contribuir al desarrollo armónico y sostenible de la sociedad, a través de la educación a las comunidades aledañas a vestigios patrimoniales materiales y naturales, así como a establecimientos educacionales, gestiones con actores locales relevantes y autoridades que permitan sostener la herencia cultural y natural de nuestro país.

POR PIERINE MÉNDEZ YAEGER

EN ÉPOCA COMERCIAL 1893-1905

Para alcanzar estas metas, el equipo de Fundación Territoria actualmente ejecuta diversas acciones y proyectos orientados a impulsar una nueva dimensión de enseñanza y trabajo colaborativo con diversas comunidades a lo largo de Chile. “Esto permitirá que las personas entiendan y valoren la importancia de rescatar toda la riqueza ancestral de nuestro territorio, pues a través de ella podemos enfrentar de mejor forma el actual escenario de cambios ambientales”, enfatiza Patricia Soto.

EJES TRASCENDENTALES DE VIDA Y ACCIÓN

Para el equipo de Fundación Territoria, estos no son simples ejes de trabajo, sino la inspiración que los moviliza a trabajar por la esencia, valor y sentido de un auténtico desarrollo sostenible en comunidad.

Para ello están enfocados en trabajar colaborativamente y en co-crear soluciones que aborden las múltiples problemáticas socio-ambientales que se experimentan hoy, y que precisamente derivan de una débil y desconectada interacción entre seres humanos y entornos naturales y construidos.

Un objetivo que los impulsa a “soñar con un mundo más amoroso y armónico”, donde las ciudades y territorios “sean verdaderamente sostenibles, recursivos y regenerativos, y sus habitantes no solo sean ambientalmente proactivos, sino al mismo tiempo protagonistas de su hábitat”.

Patricia Soto enfatiza que para lograr esto es fundamental innovar en metodologías que impulsen el aprendizaje significativo, “ese es el eje central que nos ayudará a impulsar procesos creativos para implementar los cambios culturales que necesitamos en el actual contexto de cambio climático”.

Este punto de vista se complementa con la necesidad

VELERO LONSDALE, VARADO EN LA COSTANERA DE PUNTA ARENAS, REGIÓN DE MAGALLANES
LONSDALE

ENTREGA DE RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN PATRIMONIAL DEL TREN CHICO AL EQUIPO DE DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN DE LA MUNICIPALIDAD DE PINTO

de dar mayor importancia a los “territorios discursivos”. Es decir, todo aquello que una comunidad identitaria experimenta en su territorio originario desde la memoria colectiva, y que le permite estructurarse como comunidad, con sentido de identidad y pertenencia.

ENTUSIASMO SOSTENIDO

Como la gran mayoría de los emprendimientos, Fundación Territoria tuvo orígenes muy acotados y modestos. De hecho, nació como una reflexión académica compartida entre su creadora y un grupo de estudiantes de la especialidad de Geoturismo, de la carrera de Ingeniería en Expediciones de la Universidad San Sebastián.

“Ellos me acompañaron en esta reflexión inicial sobre cómo podíamos compartir (con la sociedad), todo lo aprendido en las diversas metodologías al aire libre que habíamos desarrollado a lo largo de nuestra interacción académica”, indica Patricia.

El éxito de esta primera experiencia de co-creación reflexiva, se tradujo en el impulso creativo que le permitió a Patricia Soto dar forma a su proyecto, convocando para ello a otros profesionales que compartían sus motivaciones, y además tenían similar experticia en variables críticas para la educación ambiental regenerativa, como, por ejemplo, expediciones a la naturaleza agreste, admiración y pasión por la vida al aire libre, y trabajo formativo sustentable con comunidades culturalmente diversas en identidad, costumbres y territorialidad.

La experiencia pedagógica de cada uno de estos profesionales, en ámbitos como contacto con

la naturaleza y turismo de intereses especiales fue, asimismo, fundamental para fortalecer el diseño e implementación de proyectos con componentes de sustentabilidad, y de nuevas experiencias educativas patrimoniales.

Proceso que, además, se enriquece constantemente, gracias a la incorporación de nuevos profesionales pertenecientes a los distintos territorios donde se han desarrollado trabajos de rescate y revalorización del patrimonio local.

OBJETIVOS TRASCENDENTES Y AMBICIOSOS

Gracias al aporte de este valioso equipo multidisciplinario, que combina sus múltiples conocimientos, habilidades y pasiones, Fundación Territoria ha ido paso a paso consolidando una potente hoja de ruta, que avanza decididamente hacia la consecución de metas ambiciosas y trascendentes para toda la sociedad.

Al respecto, Patricia Soto comenta que durante los próximos seis años darán continuidad a las iniciativas de investigación y conservación de patrimonio industrial ya realizadas y, a la vez, consolidarán nuevas líneas de diseño de actividades didácticas para la promoción y salvaguardia del patrimonio. “Esto implica tanto educación formal y no formal, en establecimientos educacionales, como diversos tipos de actividades e intervenciones innovadoras en todas las regiones donde se realizan nuestras investigaciones”, detalla.

Objetivo que se enlaza con la necesidad de conjugar el tesoro cultural presente desde Arica a Magallanes, dentro de la memoria colectiva de todo

TAZÓN DE GRANADILLO, COMUNA DE LA LIGUA, REGIÓN DE VALPARAÍSO

PUENTE ESPERANZA, SOBRE EL RÍO CHILLÁN, REGIÓN DE ÑUBLE

el país. “Esto es igualmente válido cuando se trata de patrimonios originarios de otras latitudes, como el Velero Lonsdale, por ejemplo, que fue construido en astilleros de Inglaterra, pero que, al estar presente en nuestro territorio, enlaza nuestra historia local con otras latitudes del planeta”, enfatiza la académica e investigadora.

MÚLTIPLES PROYECTOS

TRANSVERSALES

Todos estos lineamientos hoy se concretan en diversas acciones de rescate y revalorización de patrimonio histórico, cultural y natural, que estaban por desaparecer de la memoria colectiva, pero que, gracias al esfuerzo de Fundación Territoria, adquieren nueva vida y entregan nuevos horizontes de trascendencia educativa y formativa.

Algunas de estas iniciativas hoy en curso, son las siguientes:

• Reconocimiento y fortalecimiento patrimonial de la Fragata “Lonsdale”, en el Estrecho de Magallanes.

• Diseño de actividades didácticas para promover y salvaguardar el Patrimonio, como cápsulas educativas, materiales y juegos educativos con los contenidos de las investigaciones, para su distribución en escuelas públicas y bibliotecas comunales.

• Diseño de experiencias significativas de turismo, mediante visitas digitales en 360° a lugares con vestigios patrimoniales donde hoy no se puede acceder, porque están en propiedades privadas, o bien, no cuentan con planes de conservación.

Patricia Soto agrega que la fundación también patrocina y asesora estudios patrimoniales, como la elaboración del “Expediente Técnico Tazón de Granadillo”, en la comuna de la Ligua, región de Valparaíso; así como también el proyecto de caracterización y puesta en valor del legado patrimonial del ramal ferroviario Chillán–Recinto, en la región de Ñuble. Todos estos proyectos han permitido dar nueva vida a iniciativas vinculadas a patrimonios en abandono y/o poco conocidos por las propias comunidades aledañas, lo que se traduce en un aporte a la puesta en valor y reconocimiento del patrimonio local.

Para llevar a cabo este trabajo, el equipo de la fundación ha postulado a diversos fondos públicos que les han permitido investigar y elaborar materiales educativos. Sin embargo, la complejidad de este esfuerzo, requiere que constantemente se estén buscando y gestionando nuevas formas de financiamiento.

Esto se conjuga con los esfuerzos realizados a diario para “dar continuidad y concreción a las iniciativas surgidas a partir de los resultados de nuestras investigaciones, en las propias comunidades locales, ya que parte del método de trabajo es levantar desde la comunidad sus intereses, sueños y trabajo significativo”, puntualiza Patricia Soto.

Al mismo tiempo, a largo plazo sueñan con fortalecer a distintas comunidades sobre la importancia de forjar una sociedad más consciente de la importancia de proteger y salvaguardar nuestros hábitats, objetivo posible, pero complejo, “dada la poca importancia o dedicación que damos al cuidado de nuestro hogar y nuestro espíritu, que es lo que en definitiva fortalece a la naturaleza y a los vestigios de nuestra historia como seres humanos”, agrega la docente e investigadora.

LA INVESTIGACIÓN COMO SUSTITUTO DEL CONOCIMIENTO OBSESIONES

Y DESVÍOS DE

UN SABER

ACADÉMICO EN FORMATO DE PRODUCTO

“Se escuchaban conferencias sobre poetas cuyas obras nunca se habían leído ni se había soñado leer; se proyectaban también por medio de aparatos adecuados figuras e ilustraciones y se luchaba, exactamente como en los folletines de los diarios, con una inundación de valores culturales y fragmentos de saber aislados y vacíos de sentido”.

HERMAN HESSE, El juego de abalorios

POR FELIPE QUIROZ ARRIAGADA

Licenciado en Educación; profesor de Filosofía, magíster en Psicología Educacional; magíster en Educación

¿CONOCIMIENTO, INFORMACIÓN O INFOXICACIÓN?

No pocas veces se ha nombrado a nuestra época como “La sociedad del conocimiento”. Por supuesto, podemos cuestionar la veracidad de tal afirmación debido a que, en primer lugar, la recomendación viene desde muy cerca. Si verdaderamente pretendemos conocer el rol que el espíritu actual cumplirá en el futuro desarrollo histórico de la civilización humana, ello requiere de perspectiva, lo cual no se puede tener respecto del tiempo de la propia época, ya que este está siempre demasiado encima, nos es asfixiantemente inmediato. Por otra parte, y sin hacer otra afirmación apresurada sobre lo contemporáneo, sí es innegable comprobar que esta época se encuentra saturada de información de una extraordinaria diversidad de materias. Pero ¿esta información representa, necesa-

riamente, conocimiento? Por lo ya antes señalado, una respuesta absolutamente afirmativa a la interrogante planteada sería tan imprudente como una negativa rotunda, si acaso supusiéramos que nada de lo que aparece en redes sociales de comunicación, junto con lo que inunda en los medios oficiales de noticias o entretención, carece por completo de algún valor. Tenemos únicamente la certeza de que abunda información de los más diversos temas, como de calidad argumentativa en los mensajes.

En efecto, esto último es lo que en ningún caso termina por ocurrir, ya que debido a este fenómeno de infoxicación, se va generando una cultura de lo inmediato, un lenguaje puramente operativo que vacía de cualquier profundidad al significado, lo cual, por supuesto, produce un tipo de personalidad funcional a esta cultura, la cual se siente interpelada, y hasta amenazada, por cualquier invitación que ofrezca el mundo del conocimiento para ahondar en los fundamentos de temática, fenómeno o acontecimiento alguno que tenga un interés distinto al puramente anecdótico o instrumental.

De ello, nuestra actual filosofía del siglo XXI muestra abundante teoría crítica, la cual, no obstante, no alcanza a competir con la magnitud colosal del resto de información de distinta naturaleza que abunda en las actuales redes de comunicación global. Si bien es innegable que la mayor parte de la obra de autores como Slavoj Žižek, Giles Lipovetsky o Byung Chul Han -por solo identificar tres ejemplos- trata sobre la crítica descrita, es un dato de la causa -precisamente de esta causa- que no alcanza a ser, siquiera de cerca, reflejo de una reflexión mayoritaria, si es que llega a representar, en el mejor de los casos, el de una pequeña multitud selecta. Si pudiéramos afirmar con cierta tranquilidad que en estas primeras décadas del siglo XXI la población de los países occidentalizados lee mucha más cantidad de información que la de otros siglos, no estamos ni en las más mínimas condiciones de afirmar lo mismo si es que nos enfocamos en la calidad intelectual de lo leído.

EL CONOCIMIENTO ACADÉMICO EN CRISIS

De acuerdo con estas visiones críticas, son los actuales medios virtuales los difusores principales de esta forma de cultura de la inmediatez, así como lo es el modelo de vida neoliberal para la forma de interacción social que se genera entre los individuos de estos tiempos hipermodernos. Pero, ante

ello podríamos consultar: ¿no es también un agente de difusión de esta cultura de lo inmediato la propia academia contemporánea? Y, ante una respuesta afirmativa a esta pregunta inicial, y considerando que la academia es la institución tradicionalmente destinada a la generación del conocimiento científico, intelectual, y cultural de una sociedad y tiempo determinado, cabe cuestionar: ¿no implicaría ello una crisis profunda de la misma?

En efecto, junto con la instalación de modelos por competencias en universidades de todo el mundo, desde finales del siglo pasado hasta nuestros días, hoy resulta un imperativo académico inevitable para los profesionales que ejercen en la educación superior en este siglo XXI la constante publicación académica de artículos científicos, en revistas de prestigio internacional y debidamente indexadas. Esto se comprende como un a priori difícil de cuestionar, ya que, cuando se trata de académicos o académicas con grado doctoral, es por completo coherente y, por lo tanto, esperable que se les exija la generación de conocimiento como parte principal de sus funciones profesionales. Pero, el asunto puede tornarse un tanto más difuso y complejo si se cuestiona la raíz de este mecanismo institucional globalizado, y aún más si visualizamos sus posibles consecuencias.

De la manera señalada, la necesidad de publicar se trasforma en un imperativo laboral, un requisito para cumplir con compromisos académicos con los cuales se evalúa el desempeño profesional. Esto explica como en el mundo entero florecen, a veces como maleza, una cantidad nunca antes vista de artículos, los cuales, por la necesidad de cumplir con los estándares de publicación de las revistas indexadas internacionalmente, deben estar escritos en un mismo formato, respetando una misma estructura, con similar cantidad de palabras, con un estilo de lenguaje también encerrado en una similar y casi única forma de narrativa y con distinciones que apenas responden al paradigma -cuantitativo o cualitativo- en el cual está enmarcada la investigación de la cual la publicación trata.

De esta manera, se garantiza el cumplimiento del método y, lo que en realidad se evalúa de dichos textos es la fidelidad con la cual es aplicado ese determinado método -para nada el único posible ni existente- con el cual se pretende la generación de conocimiento. Sin embargo, si desde tiempos de Immanuel Kant en adelante –ni más ni menos que desde el siglo XVIII hasta la fecha- se reconoce por

conocimiento aquello que entrega nueva información relevante para un campo de estudio y que, junto a ello, logra tener estatuto universal (juicios sintéticos a priori), ¿acaso nuestra obsesión por aplicar de forma constante el mismo método para la producción académica no resulta en una tautología redundante, que escapa al descubrimiento de verdadero nuevo conocimiento? O, en otras palabras, al enfocarnos siempre en la producción de una forma de conocimiento que resulta estable, fiable, sin riesgos, ¿no damos la espalda a descubrimientos de otro tipo?

Tal como afirmara Heidegger, cuando establecemos hipótesis o supuestos ya hemos tomado una decisión, que buscamos confirmar o refutar, pero que es imposible que no refiera, como tesis o antítesis, a un blanco hacia el cual ya hemos orientado nuestra

búsqueda intelectual. Este blanco, afirmativo o negativo, se denomina conclusión, acto final de toda investigación, empírica o especulativa que tiene algún tipo de cabida en el esquema global que hoy rige la inmensa mayoría de las tentativas investigativas del siglo XXI. De esta forma, conocer, para esta moderna forma de comprender el conocimiento, significa, en primer lugar, apuntar, y con ello reducir la mirada; aplicar una lupa a un solo y preciso aspecto de la complejidad de lo real, para, con ello, lograr dominio sobre esa parcela imaginada o, por el contrario, confirmar la imposibilidad de lograrlo de una determinada forma, para volver mediante nuevas preguntas a abordar el objetivo. Es en todos los sentidos similar a una cacería, o a disparar a un blanco establecido; se trata de llegar con precisión a una meta ya determinada, visualizada desde la pregunta de investigación, su inevitable origen, y finalizada mediante la conclusión, su inevitable destino. Que sea la ruta emprendida desde un formato de hipótesis o uno de supuesto no resulta tan relevante como que se intencione siempre de antemano la meta, la ruta a seguir y el punto de partida, cuando se supone que aquello que se busca no es refutación o confirmación de una obsesión intelectual, plasmada en conclusiones, sino el encuentro con lo nuevo. Y esto, ¿no debiera abrir mucho más que concluir?

Bueno, esto es precisamente lo que no puede terminar ocurriendo mediante el método descrito. Tampoco puede serlo mediante las variantes del neopositivismo de Popper, por ejemplo, de acuerdo con las cuales lo que debiera buscarse no es la comprobación de la hipótesis sino su refutación. Tanto en la quimera de intentar comprobar una proposición universal investigando cada caso (todos los cisnes son blancos) como en la perspectiva un poco más viable de buscar el o los casos en los cuales no se aplica la regla supuesta (encontrar a un cisne de otro color, con el cual se puede afirmar con precisión lo contrario a la hipótesis: que no todos los cisnes son blancos), la mirada ha dejado de estar nunca fuera de las fronteras específicas

de aquello que con insólito orgullo intelectual se denomina hasta hoy objeto de estudio. Y es que, acaso, ¿resulta imposible abordar un fenómeno desde la contemplación atenta de sus características, sin emitir juicio ni menos prospectiva alguna, y descubrir, desde lo que el mismo emana, hacia donde se dirige la verdad de su desarrollo, así como nuestro conocimiento del mismo?, ¿no obliga, acaso, la búsqueda honesta de la verdad poner entre paréntesis, en primer lugar, nuestra intención de dominar el proceso?, ¿no sería necesario hacer epoché1 precisamente respecto del dogma del método, y dejar que la realidad aparezca, en vez de conformarnos con el velo de nuestra orgullosa interpretación de ella?, ¿no sería recomendable dejar que esta nos hable y poner atención a su mensaje, en vez de escuchar obsesivamente nuestro propio eco?

Por cierto, lo propuesto desde esta mirada crítica al positivismo moderno, enmarcado desde los proyectos fenomenológicos de Edmund Husserl en primera instancia y posteriormente por Martín Heidegger, no consiste, en sentido alguno, en una pretensión ingenua por depurar completamente el aspecto inevitablemente subjetivo de la búsqueda del conocimiento. En efecto, se trata precisamente de lo contrario. En modo alguno el conocimiento que se abre ante quien lo busca deja de ser subjetivo; lo es, pero abierto, en vez de ser una respuesta anticipada y, por tanto, falsificada. Dos cosas muy distintas son la intencionalidad de la búsqueda, y la intención de condicionar la misma, para llevarla a derroteros calculados de antemano. Esto último tiene todas las características de una trampa; de un autoengaño en el mejor de los casos, o de un fraude, en el peor. Es un juego con final asegurado, debido a lo cual este mismo pierde todo sentido.

Ahora bien, existe una dimensión mucho más pedestre del problema en cuestión y, por tanto, más grave. La actual situación obliga a que la búsqueda del conocimiento siga estos senderos calculados ya que es la estabilidad laboral la que depende de que se apliquen las reglas de este juego con final siempre garantizado. Con lo señalado, se termina por fomentar vicios del intelecto tales como la utilización hasta el cansancio de elementos de artículos anteriormente publicados, y de investigaciones anteriormente

1 Categoría fundamental en el sistema fenomenológico propuesto por Edmund Husserl para una filosofía primera, Mathesis Universalis para las ciencias, la cual consiste en poner entre paréntesis todo aquello que no sea evidencia apodíctica, o sea, irrefutable, respecto de un fenómeno, dejando de lado por un primer momento todo aquello que se cree saber de tal fenómeno.

realizadas, hasta que ya no es posible sacarle más crédito a la información ya mil veces gastada de tanto uso y abuso.

En este contexto, también se obliga a la elaboración de búsquedas a contra demanda, que en nada interesan al espíritu de quien investiga, pero que le permiten al investigador lograr objetivos económicos y laborales del todo ajenos a sus preocupaciones intelectuales o a formas de conocimiento que vencieran los sesgos y lugares comunes instalados en la cultura, lo cual resulta imposible si acaso solo se investiga para responder a lo que desde lo establecido se pretende confirmar, potenciar, difundir y, políticamente, financiar. El conocimiento resulta, de esta forma, en un simple instrumento al servicio de intereses de una naturaleza por completo ajena de las ciencias y el espíritu.

Lo señalado también genera una multiplicidad abismal de producciones académicas, las cuales, paradojalmente, son en su inmensa mayoría reproducciones homogéneas de un mismo estándar y que, por tanto, repiten hasta el cansancio los sesgos y reduccionismos que anteriormente hemos identificado. Con ello, estos errores, mediante una dinámica casi mecánica, devienen en aparentes generalidades y, por tanto, pasan como conclusiones y, finalmente, conocimiento.

Sin embargo, debiéramos cuestionar con honestidad si acaso la estadística de percepciones, por ejemplo, respecto de determinado fenómeno social, comparada con otras variables, agotan nuestra comprensión de aquellos aspectos del fenómeno en cuestión que escapan, precisamente, al reducido, antojadizo y arbitrario ámbito de las percepciones humanas, tan excitables como, por ello mismo, volubles y fácilmente manipulables. Y, si tales variables fueran en efecto estables, ¿de qué manera se conectan estas con los aspectos inestables de las percepciones con las cuales se pretende triangular la información en la elaboración de supuesta producción de conocimiento científico? Si tenemos, por ejemplo, la estadística de un aumento paulatino pero estable en solicitudes de licencias laborales por problemáticas de salud mental y, al mismo tiempo, un aumento igual de paulatino y estable respecto de la buena percepción de esa misma población sobre su calidad de vida y situación laboral (contradicción de la cual, en efecto, existe evidencia abundante en la literatura académica de estas últimas décadas), ¿cómo se conectan ambos resultados?, ¿de qué manera es posible garantizar que tales percepciones de bienestar no están condicionas precisamente por

presiones laborales que explican, a su vez, la cantidad de licencias laborales por estrés?, o, por el contrario, ¿cómo confiar en que, en efecto, tal cantidad de licencias refieren a verdaderos casos de problemas de salud mental y no a una mala práctica generalizada entre algunos médicos y pacientes, en acuerdo tácito por sacar beneficios a costa del sistema? O, ¿no será que esto último no responde a una forma de aprovechamiento masivo, sino que es efecto de la instalación de una cultura que vuelve patológica cualquier problemática de la vida? O, por el contrario, ¿no se explicarán estos resultados debido a que tal percepción de bienestar masivo es la máscara con la cual se oculta un malestar silente, pero profundo? Pareciera ser que, por más masivos que sean estos números, siguen siendo promedios que dejan más aspectos al margen del fenómeno estudiado, que en el marco de lo que se presenta como evidencia. O, acaso, ¿no resulta evidente que la realidad que está por afuera del foco hacia el cual hemos apuntado nuestra lupa es más grande que lo iluminado por el instrumento?, ¿no desborda siempre, acaso, la realidad, al instrumento y sus posibilidades? Y, si no sacamos mucho con interrogar a los números respecto del significado que estos nos brindan, y ante ello asumimos una postura cualitativa para profundizar en las causas de las generalidades propuestas, interrogando a sujetos informantes de entre la población encuestada, ¿qué nos hace suponer que tal profundización efectivamente puede ser concluyente respecto del fenómeno general? Nada. En efecto, lo que nos debiera entregar un abordaje cualitativo serio es una cantidad tal de diversidad de posturas y explicaciones respecto del fenómeno que nos convenciera de que tal generalidad evidenciada mediante los datos cuantitativos en realidad no existe, y que se han agrupado un conjunto de diferencias haciéndolas parecer semejantes. Y, sin embargo, ¿cuánto de aquello que nos informa un sujeto respecto de una experiencia cualquiera deja de estar condicionado por el contexto mismo de la entrevista?, ¿no es, por tanto, cualquier abordaje cualitativo, en realidad, la generación de un efecto, más que el descubrimiento de aquello que intenta abordar?, ¿no pierde al fenómeno cada vez que intenta abordarlo?, ¿no se encuentra la investigación siempre por afuera de lo investigado, y, por tanto, incapacitada de conocer aquello que busca?, ¿y no era acaso el conocimiento su promesa?

MEDIOS Y NO FINES

En la primera mitad del siglo pasado, el filósofo y lógico austriaco Ludwig Wittgenstein proponía, mediante sus Investigaciones Filosóficas , que las proposiciones lógicamente válidas dependían del juego del lenguaje en el cual se expresaban, y no únicamente de la estructuración gramatical o sintáctica de lo enunciado. Para que algo tenga sentido en un juego del lenguaje se requiere tener en consideración tanto la intencionalidad de los interlocutores como los códigos consensuados en dicho sistema de comunicación, significando una misma frase cosas por completo distintas en uno u otro juego del lenguaje. De acuerdo con este planteamiento, las formas de llegar a la validez intelectual son múltiples, y no se supeditan, en modo alguno, a un solo método. Con anterioridad, durante el prolífico siglo XIX, se propusieron una diversidad de caminos orientados hacia el horizonte del conocimiento, entre los cuales destacaron el de la dialéctica de Hegel -mediante el cual se afirmaba que todo lo que es algo es, al mismo tiempo, otro- junto con las propuestas por completo diferentes a las del idealista alemán, como las de Schopenhauer, Nietzsche, Kierkegaard, Marx o las del joven Freud, y también, por cierto, las primeras luces del camino fenomenológico iniciado por Husserl, entre otros. Cada uno de estos distintos senderos epistemológicos entrega posibilidades creativas de comprender el mundo, asumiendo su complejidad y no reduciéndola a un estándar tan cómodo como ficticio. Y lo que para Hegel implicaba la realización del espíritu absoluto en la historia universal de lo humano, o para Nietzsche el advenimiento de la civilización del Superhombre, o para Husserl la consolidación de una filosofía primera que tuviese el estatus de mathesis universalis, refería a proyectos epistemológicos que bien valían dedicar una vida entera en vías de su realización, y en virtud de lo cual se publicaban obras y artículos, los cuales, por tanto, cumplían el rol de medios y no de fines en sí mismos.

Hoy, resulta casi inverosímil separar a la idea de conocimiento con la de producción académica, o sea, con la de ese producto llamado artículo o paper científico. Curioso, ya que conocer no es una cosa, ni tampoco la producción de cosas, sino, tal vez, cierta apertura de la conciencia, que, tal como un paracaídas, funciona si se abre, no si se cierra.

EL GRAN TERREMOTO DE CHILLÁN, DON TINTO, LA CORFO, Y LA CEPA CARIGNAN

UNA SABROSA HISTORIA DEL PATRIMONIO VITIVINÍCOLA NACIONAL

POR RODRIGO CORNEJO IRIGOYEN y ÁLVARO VOGEL VALLESPIR

Historiadores de la P. Universidad Católica

El violento sismo que sacudió la Zona Centro-Sur de Chile el 24 de enero de 1939 no fue un terremoto cualquiera dentro de la dilatada historia sísmica del país. Es cierto que con sus 8,3 grados de magnitud Ms constituye de por sí un movimiento telúrico de relevancia -que sin duda lo fue-, pero lo que destacó de su ocurrencia fueron la extrema letalidad y gran cantidad de daño que produjo en el territorio afectado (aproximadamente entre las actuales regiones del Maule y la Araucanía).

Con sus más de treinta mil muertos e incontables heridos -concentrados en esencia en las entonces provincias de Ñuble y Concepción-, el cataclismo de 1939 constituye hasta hoy el desastre natural que más víctimas ha generado en Chile, ocasionando que la ciudad de Chillán -y en parecida medida Concepción- sufriese tal cantidad de destrozos, que prácticamente no hubo barrio de la urbe que no sufriese algún derrumbe ni desperfectos en sus edificaciones. Además, las consecuencias del sismo se extendieron también al propio país y al

modelo económico que regía en la época, con un fortalecimiento del rol del Estado y la entronización concreta de un proyecto de industrialización mediante la sustitución de importaciones.

EL TERREMOTO Y SUS CARACTERÍSTICAS SÍSMICAS

El gran sismo de 1939 se produjo a las 23:32 horas del martes 24 de enero, en el contexto de una cálida noche de verano en el centro-sur chileno. Según datos conservados en el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, el epicentro del terremoto estuvo situado en las coordenadas 36,200 de latitud Sur y 72,200 de longitud Oeste, y su hipocentro -o lugar de inicio de la ruptura tectónica- se ubicó a su vez a 60 kilómetros de profundidad. En términos prácticos, el epicentro o potencial punto donde el temblor se sintió más fuerte se localizó a unos 40 kilómetros al noroeste de la ciudad de Chillán.

Junto a lo anterior, hay que decir que el terremoto tuvo también en sí un aspecto físico muy importante de destacar. A diferencia de la mayoría de los sismos que se generan en Chile, que se producen por el choque entre las placas tectónicas de Nazca (oceánica) y Sudamericana (continental),

el sismo del 24 de enero de 1939 se produjo por una ruptura habida al interior de la placa de Nazca, en lo que se denomina sismológicamente como sismo intraplaca de profundidad intermedia. Estos movimientos se caracterizan por ser de inicio brusco, más breves, pero, a la vez, más intensos que los terremotos originados por el mentado enfrentamiento entre placas de dirección opuestas.

A todo eso, hay que agregar, por último, otro aspecto físico a resaltar, y es que el suelo sobre el que se asienta la ciudad de Chillán es de tipo sedimentario y arcilloso (Loyola 2012). Esto no deja de influir en los efectos de un sismo, pues, en un terreno así, un temblor fuerte -por no decir un terremoto- amplifica notoriamente el paso de las ondas sísmicas, al ser el suelo blando y falto de consistencia para soportar la recia sacudida de aquel. Como lo apreciaremos en seguida, las características del sismo y el propio suelo de Chillán -una de las urbes más cercanas al epicentro y por lejos la más afectada- fueron de verdad fatales para la ciudad y sus habitantes.

EFECTOS DEL TERREMOTO EN CHILLÁN

El gran sismo del 24 de enero de 1939 marcó un auténtico antes y después en la historia de la actual capital de la Región de Ñuble. La proximidad al epi-

centro, el tipo de terremoto habido y, peor aún, un suelo poco sólido, hicieron que vastos sectores de Chillán quedasen prácticamente en ruinas. Esto fue agravado todavía más si se toma en cuenta que la mayoría de las construcciones presentes en la ciudad ñublense hasta 1939 fuesen de adobes o construcciones sin los debidos refuerzos ingenieriles, lo que causó que innumerables casas y edificios cayesen casi de inmediato como consecuencia del temblor. Miles fueron los muertos y heridos por el terremoto. Es probable que la cifra concreta de fallecidos en terreno urbano nunca se sepa, pues a pesar de que el Registro Civil de Chillán declaró oficialmente la muerte de 2.717 personas, cálculos de instancias estatales de la época dan cuenta de hasta 20.000 defunciones, solo dentro de Chillán (Basterrica 2015). Tal cual era de esperar, fueron muchísimas las edificaciones desplomadas o dañadas en la ciudad chillaneja. Por nombrar nada más que algunas, hay que mencionar la Catedral de San Bartolomé, la Estación de Ferrocarriles, el principal Cuartel de Bomberos, el inmueble del diario local La Discusión, los edificios de la Gobernación, de Telégrafos y Teléfonos y aun la antigua casa que había pertenecido a Bernardo O’Higgins, ubicada en Chillán Viejo y de la que quedó solo un montón de ruinas. Además, en varias calles de Chillán los escombros eran de

tal tamaño, que llegaban casi a tapar por completo las vías y dificultar enormemente la circulación peatonal y vehicular.

Por si todo lo dicho fuera poco, el terremoto de enero de 1939 generó asimismo en Chillán una tragedia humana aparte. En los momentos en que el violento sismo ocurrió, se estrenaba en el Teatro Municipal chillanejo una película a beneficio del Cuerpo de Bomberos. Al sobrevenir el fortísimo remezón, la mayoría de los espectadores huyeron despavoridos en busca de la salida, con tanta mala suerte que varios murieron al derrumbarse la fachada y el edificio como tal. Se estima que alrededor de trescientas personas fallecieron en el desplome del teatro, habiendo solo unos poquísimos sobrevivientes como consecuencia del hecho.

LOS LEGADOS DEL TERREMOTO DE 1939

A pesar de la altísima cantidad de muertos y los daños materiales ocasionados, el pavoroso terremoto dejó una herencia a futuro que no se puede desmerecer. A este respecto, si se desea tratar el tema del legado producido por el gran sismo, este se puede dividir en el generado en la ciudad de Chillán y el dejado -a su vez- a nivel de país en general. Referente al legado sísmico dejado en suelo chillanejo, el terremoto de 1939 causó un proceso de reconstrucción que se extendió durante toda la década de 1940 y llegó aun hasta la de 1950. A la elevada cantidad de años que duró la recuperación post-sismo, esta tuvo también un singular rasgo, como lo fue el uso de la llamada arquitectura moderna en la construcción de muchos de los nuevos edificios y casas. A grandes rasgos, la arquitectura moderna consiste en el levantamiento de inmuebles de dimensiones amplias, sin grandes adornos en sus fachadas e interiores, y usando de paso el hormigón o concreto armado en su estructura física. De más está decir que, junto con servir de aceptable salvaguardia ante futuros sismos, los exponentes chillanejos de la nueva arquitectura moderna surgidos después del terremoto de 1939 sirvieron para reemplazar los mismos edificios dañados por el sismo: la Catedral de San Bartolomé -a la que se agregó una Cruz Monumental, en homenaje a las víctimas del cataclismo-, la Estación Ferroviaria, el Cuartel de Bomberos, el edificio de la actual Gobernación Regional, así como varios otros inmuebles, de carácter comercial, residencial y de adicionales usos.

Respecto ahora al legado sísmico producido desde enero de 1939 a nivel de Chile como un todo, no hay duda de que aquel se trató del visible

aumento que tuvo -por lo menos hasta mediados de la década de 1970, cuando se implantó el régimen neoliberal- el papel del Estado dentro de la economía y sociedad chilenas. A la luz de la creación por el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, en el mismo 1939, de la Corporación de Reconstrucción y Auxilio y, muy en especial, la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), el Estado nacional asumió un papel más activo de manejo económico e impulsó a la generación de bienes y servicios, primero dentro de la zona azotada por el terremoto y después al interior de todo Chile. Dicha estrategia se consolidó entre las décadas de 1940 y 1970 con la denominada política de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), que buscó generar el aumento de la producción local y buscar la autonomía en relación con los vínculos comerciales y bienes que podían llegar desde el extranjero (Correa 2001).

Como se ha podido apreciar, el terremoto del 24 de enero de 1939 es interesante de analizar desde distintos puntos de vista; a continuación, se procederá a examinar un caso poco conocido por la historiografía nacional, relacionado igualmente con dicho sismo y que tiene que ver esta vez con el no menos relevante cultivo de la vid en Chile.

LA CEPA CARIGNAN

La tradición vitivinícola es posiblemente el patrimonio vivo más antiguo que tenemos en el país, además nos unifica desde tiempos coloniales en torno a una copa de vino rebosante de historias por contar. Los españoles, en la práctica, trajeron las parras desde sus primeros viajes de ultramar, pues ellos ya tenían una tradición de siglos –con el vinoen torno a la cuenca del mar Mediterráneo. Pese a lo expuesto, nuestras poblaciones prehispánicas tenían a la vez variados brebajes milenarios, los cuales no desarrollaremos en esta oportunidad.

Sin embargo, las mayores variedades de cepas presentes en Chile tienen dos troncos familiares muy definidos: las vides que son traídas desde España y las de origen francés. Las de origen peninsular son más antiguas; desde luego, ellos nos conquistaron o nosotros a ellos (la idea del descubrimiento es relativa). Lo cierto es que los adelantados extremeños introdujeron las parras como algo natural, ya que el vino era parte de la dieta alimentaria y su consumo estaba incorporado totalmente a la vida cotidiana. Además, debían usarlo para el servicio religioso. Por ejemplo, el fundador de Santiago, Pedro de Valdivia, le pide al rey Carlos V que mande vides y vino en

1545, en su famosa carta del 4 de septiembre del año antes mencionado.

Por su parte, las cepas de origen francés son introducidas en Chile más tardíamente durante el siglo XIX, aunque a cambio, el uso de estas fue elaborada y diseñada con un soporte tecnológico que los españoles no tuvieron durante la Colonia. Tras la guerra contra España por la Independencia y los variados desencuentros civiles internos, la forma de elaboración del vino artesanal con un marcado sello español se fue perdiendo. De todas formas, uno de los Padres de la Patria se dio maña de cultivar algunas vides; O’Higgins, en su época de hacendado en su fundo La Cantera, dio vida a la cosecha de 1812, que fue un mosto particularmente bien reconocido de la cepa Listan Prieto (también denominada cepa País o Criolla), que será la que justamente se reforzará con la cepa Carignan luego del fatídico terremoto de 1939.

Las uvas de la cepa en cuestión que han estado presentes en España y en Francia con distintos nombres: Cariñena, Carignano, poseen un grano generoso de color negro azulado, con racimos que pueden llegar a pesar 500 gramos. Se adaptan al clima seco y cálido, por lo tanto, su introducción en el Maule fue un acierto y su crecimiento fue óptimo. Así también, la importancia de esta cepa ha ido variando conforme pasa el tiempo y sobre todo según se van comportando los mercados de consumo.

El terremoto de 1939 presentó un desafío agrícola sin precedentes en cuanto a la reconstrucción. Muchos fueron los aportes tanto estatales como privados y algunas ayudas internacionales que fueron destinadas en parte a la compra de insumos de vides y parras; incluso, el propio presidente Pedro Aguirre Cerda se movilizó a la zona y comprometió el trabajo de su gobierno. Al fin y al cabo, “Don Tinto” conocía de primera fuente la dinámica de las vides y viñas, y de paso, aceleró la creación de la CORFO.

Hoy, la cepa está presente en casi 800 hectáreas. Empero, antes del fatídico sismo, otra situación preocupó al sector del vino: las “plagas” que se comían las raíces y las hojas. Estos insectos, muchas veces venían en barcos cuando se traían de manera ilegal algunas parras y se cree que algunas de estas eran de la cepa Carignan, aunque fueron en la realidad muestras marginales, según una dudosa inspección del año 1900.

La cepa introducida en Chillán y el Maule posterior al terremoto de 1939 fue de forma oficial impulsada como parte del plan de la reconstrucción de la economía agrícola de la región y de forma más pragmática para mejorar el color del vino de la “cepa Criolla”, que eran las vides tradicionales y antiguas que sufrieron

los daños colaterales del sismo. Aunque es posible que Claudio Gay, el famoso naturalista francés -quien vivió en Chile gracias a la gentileza del gobierno conservador del General Manuel Bulnes-, haya traído consigo a su jardín de la Quinta Normal la famosa cepa en cuestión a modo de colección, eso es solo una hipótesis. Como fuese, el objetivo de introducir esta cepa Carignan a los territorios adyacentes de Chillán cumplió su cometido, pues ya en 1947 era notorio el mejor color que había adquirido el vino, aunque no pasó de ser para producción de un vino de consumo popular y campesino. En suma, un mosto de mesa. Por un largo tiempo, esta cepa se adaptó muy bien en Chile (sector del Maule), pero no tuvo una transcendencia más allá de sus fronteras y de un acotado consumo, el precio de sus uvas era bastante escuálido y no dejaba ganancias más que el sabor en el paladar de quienes lo disfrutaban. Todo lo contrario pasaba fuera de Chile. Luego de la Segunda Guerra Mundial y sus posteriores dos décadas, el Carignan pasó a consolidarse fuertemente en Europa y en el norte de África a tal punto que, para la década de 1980 en Francia, pasó a ser la cepa más cultivada repercutiendo en los mercados del viejo mundo. Desde su introducción, y ya mejorado el color de la cepa País, hasta más o menos los años donde Chile recuperó la democracia, no ocurrió nada significativo, puesto que el valor del kilo de uva no se alzaba de los cincuenta pesos y a veces cien. Sin embargo, algunos enólogos más visionarios decidieron crear vinos más ácidos con uvas de Carignan, es decir, un brebaje campesino representativo del sector y fue ahí cuando se dejó de mezclar con otras uvas y el resultado fue más que satisfactorio, ya que los precios del kilo de uva se empinaron hasta la barrera de los mil pesos. Sin embargo, estas analogías de precios son relativas pues el comportamiento de la inflación no siempre es negativo, por ende, estos precios son meramente referenciales.

Así, varios especialistas inquietos, atraídos por ese sabor ácido y genuino, comenzaron a incursionar en esta producción, aumentando las hectáreas de cultivo e incluso comprando terrenos a las empresas forestales para incrementar este nuevo redescubrimiento vitivinícola. En el año 2011, nació una asociación denominada VIGNO (Viñadores por el Carignan), que buscaba como objetivo rescatar la mayor cantidad de parras antiguas en el sector del secano, que ya hemos mencionado en este trabajo. Por lo demás, buscaban elaborar un vino con historia que le otorgara un sello de carácter nacional y mundial al Carignan. En definitiva, fueron dieciséis los viñadores que trabajaron en la producción.

Hay un dato que no es menor en cuanto a los requisitos que deben cumplir los productores del Carignan, en palabras de Julio Bouchon: “Para pertenecer a VIGNO, los vinos deben tener al menos un 85% de Carignan y el total de la mezcla debe provenir de parras maulinas con un mínimo de treinta años de edad, plantadas en cabeza y en condición de secano. Con los años, se ha logrado ir mostrando al mundo la riqueza enológica maulina, el rescate de sus viñedos antiguos, siempre fiel a una filosofía de manejo sustentable y exigentes normas de producción, reinventando una tradición que parecía condenada a desaparecer” (Bouchon 2024).

Hoy el Carignan, si bien se concentra en el Maule, tiene incluso presencia desde la región de Coquimbo al sur. En el presente, se comercializan volúmenes de 22.000 cajas y es una de las 42 variedades que se producen en Chile con un precio de venta al extranjero de 73 dólares la caja (9 litros de vino). En síntesis, “El valle del Maule y Cauquenes, sectores de secano, presentan condiciones particulares para el cultivo de la variedad Carignan, otorgando uvas y vinos de calidad diferenciada que pueden perfectamente competir con otras variedades más asentadas dentro de la industria vitivinícola nacional” (Gutiérrez y Moreno).

HABLAN LOS EXPERTOS

Les pedimos una opinión a dos grandes exponentes que saben apreciar el mundo del vino y lo que gira a su alrededor. Camila Chacana (Enóloga de la PUC – The Wine School Chile) no puso ningún reparo en colaborar con la definición de un Carignan de VIGNO, aunque siempre nos recalcó que todo depende de la calidad del vino. Ella lo definiría más bien así: Color rojo rubí de intensidad profunda. Aromas de intensidad media a pronunciada a frutos rojos como ciruela y cereza, notas florales a violeta y a madera tales como vainilla y cedro. En boca, es jugoso y fresco. Taninos maduros, vino concentrado y con un final largo y persistente.

Por otra parte, esta reputada enóloga nos reafirma también lo que pudimos investigar para la elaboración de este artículo. La variedad Carignan es originaria de España y se cultiva en climas calurosos a lo largo de todo el mundo. Se usa comúnmente como mezcla con otras variedades donde la Carignan aporta acidez, color y astringencia a los vinos.

A su vez, según el sommelier Emmanuel Farfán en una amable reflexión (muy vinculado a la industria del vino), más conocido como Catador Chileno en las redes sociales, define este preciado brebaje en los siguientes términos:

El Carignan es un vino que destaca por su color que puede ser un granate llegando a tonos violáceos, al mover el contenido por la copa puede teñirla levemente mientras va girando, como a veces lo hace también la Syrah o el Malbec.

Sus aromas a frutos rojos como frutillas, cerezas y frambuesas maduras, se unen junto a frutos negros como ciruelas, maquis y moras frescas, además de fruta azul como los arándanos; siempre estos aromas de bayas se van mezclando con aromas florales como a rosas, hojas de tabaco, e incluso leves toques de pólvora. Si el vino tiene crianza en barrica, que le hace muy bien a esta cepa, destacan esos aromas terciarios a cacao, frutos secos y especias.

En boca es un vino seco, con una muy buena acidez que le da vida al vino y acentúan esos aromas y sabores frutales, con un cuerpo presente y cálido al paladar, junto a esos taninos un poco rústicos pero que si son bien domados pueden ser de un terciopelo único. Normalmente son vinos con un alcohol presente y de un final medio a largo, permaneciendo en la boca por varios segundos.

Muchas veces esta variedad amerita un maridaje que irá más allá de una buena conversación o música, como quesos maduros o cremosos, vegetales asados, estofados y preparaciones especiadas, las prietas en todas sus preparaciones los deleitarán

junto a un carignan, como también una buena carne a la parrilla, como un cerdo, vacuno o un buen cordero.

PALABRAS FINALES

Sin lugar a dudas, el terremoto del 24 de enero de 1939 ha sido el que más daños colaterales provocó en la historia de Chile. No fue el más fuerte, pero aun así pasó a ser un hito para el imaginario colectivo y los anales nacionales. Todo punto de inflexión es un punto de partida, de crecimiento y de oportunidades, como se apreció en la industria del vino y en particular del rescate de esta cepa.

Las viñas que fueron reestructuradas sobre la base de un gran esfuerzo no hacen más que mantener un legado de siglos de tradición. Tierra y vino parecen ser sinónimos inseparables, pero muchas veces son leyendas épicas de esfuerzo humano para sintetizar en una copa la historia social y cultural de nuestra tierra. Los invitamos a realizar un alto en el ajetreado día a día para juntarse con la familia o los amigos y descorchar unas botellas de Carignan, para sentir el peso de la historia, del esfuerzo y de la perseverancia. Agradecemos a los especialistas y amigos que nos guiaron en el apasionante mundo de la viticultura.

Ahora sí, a sacar sus copas y a compartir un gran momento con los que más amamos.

“NO SÉ VIVIR FUERA DE LA LITERATURA” EN EL CENTENARIO DE JOSÉ DONOSO

POR PABLO CABAÑA VARGAS

Abogado y escritor

José Donoso habría cumplido 100 años el 5 de octubre de 2024, hito que no pasó inadvertido para el mundo cultural hispano hablante, y que se tradujo en homenajes en Chile y en el extranjero.

Lo anterior, nos obliga a recordar y ojalá releer a un narrador absoluto, que vivió por y para la literatura, y que alimentó su obra con sus propias neurosis, ambigüedades, temas no resueltos y su cruda y particular visión de la decadencia de su clase social.

José Donoso nació en Santiago de Chile en 1924 y falleció en 1996. Provenía de una familia de “médicos y abogados” (frase de la que se reía con ironía), estudió literatura inglesa en la Universidad de Chile y luego en Princeton, Estados Unidos, obtuvo premios literarios en España y Francia, y un tardío premio nacional de literatura en 1990.

En su juventud, Donoso pensó que viviendo aislado en búsqueda de aventuras en el extremo sur de Chile, podría adquirir experiencias útiles para su creación literaria. Sin embargo, al poco andar se percató que esas vivencias no eran necesarias, y que bastaba con observar su entorno y biografía, retorcerla y llevarla al ridículo, para tener una obra.

La decadencia de la burguesía terrateniente a la que pertenecía, la pulsión homo erótica oculta bajo

las apariencias de clase y el decoro, el resentimiento hacia un país que no lo reconocía y la envidia hacia los creadores que alcanzaron mayor éxito mediático y económico, son algunos de los temas que aparecen con mayor o menor intensidad en las novelas y cuentos de José Donoso.

A modo de paréntesis personal, mi padre -Carlos Cabaña Chávez-, a quien por cierto dedico esta reseña, asistió en los años 80 al taller literario que realizaba José Donoso en su casa de Santiago, al que se ingresaba por mérito literario enviando cuentos que el propio novelista seleccionaba, y del cual surgió una generación de narradores denominada la “Nueva narrativa chilena”. Sus testimonios acerca de ese período eran de admiración por el maestro y de profundo agradecimiento por el privilegio de haber escuchado semana a semana a una inteligencia aguda, que sintetizaba la cultura artística de todas las épocas con pasmosa naturalidad.

De esa fuente primaria obtuve información relevante para entender y disfrutar su obra, conocer sus fobias, asuntos recurrentes, relación siempre compleja con Chile y datos biográficos que explicaban sus personajes y temáticas.

Ahora bien, referirse a una sola de sus obras como representativa de su mundo narrativo, sería reducir su legado, motivo por el cual intentaré ensayar una breve reseña acerca de sus obras más relevantes, como guía parcial para un lector que la desconoce o

solo se ha acercado a ella de manera parcial.

“Coronación” (1957), su primera obra y una de las más leídas, y que fue llevada al cine por Silvio Caiozzi y Julio Jung, explora la vida de un hombre soltero de cincuenta años, que cuida a su abuela nonagenaria, y cuya vida se altera por la llegada de una mujer que aviva sus pasiones y libera sus represiones.

Abordó el período revolucionario que se inició en los 60 y finalizó con el término de la dictadura, narrando la historia de la familia Ventura y su vida en la hacienda, la que se trastoca cuando los adultos la abandonan, y los hijos asumen el poder conforme a sus propias reglas, en la siempre vigente “Casa de Campo” (1978).

La visión monstruosa de su clase social y de su proyección en la sociedad, se encuentra en “El obsceno pájaro de la noche” (1970), su novela más canónica y reconocida internacionalmente, verdadero ajuste de cuentas con su familia y entorno, ya que su literatura no solo buscaba retratar una realidad, sino que también hacer presente su descontento. Allí, una serie de personajes contrahechos, deformes y aislados por sus familias conviven como una alegoría de ese rasgo tan chileno consistente en mantener ocultos los hechos vergonzosos bajo el “tupido velo” de las apariencias y el arribismo.

“El jardín de al lado” (1981), por su parte, revela las manías de su proceso creativo, la relación con el Chile que dejó para radicarse en Calaceite, España, su siempre tensa relación con sus colegas de generación y el resentimiento ante los reconocimientos que estos obtenían, y su relación singular, por decir lo menos, con su esposa Pilar Serrano.

Finalmente, en “El lugar sin límites” (1966), plasma esa ambigüedad que en su vida y sus obras estaba más que latente, contando la historia de la entrañable “Manuela”, travesti de un prostíbulo ubicado en las cercanías de Talca, ciudad de origen de la familia del autor.

Donoso se sintió un pariente pobre del famoso boom latinoamericano, y su ego sufría cada vez que se sucedían los reconocimientos hacia Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Ernesto Sábato y Mario Vargas Llosa, al igual que su salud, la que se resentía cuando terminaba una obra y se enfrentaba al vacío y al terror de la hoja en blanco, dando cuenta de que su plan de vida dependía directamente del resultado de su obra.

Sin embargo, y pese a su crónica baja autoestima, fue uno de los primeros novelistas realmente internacionales de nuestra literatura, y su nombre prestigió al país en una época en que las noticias que llegaban al extranjero se relacionaban con la barbarie y el apagón cultural.

Donoso fue literatura, su compromiso íntimo y social estuvo con la creación y la estética -como su referente literario y personal, Henry James-, la que ejerció a través de cuentos, novelas, obras de teatro y el periodismo, generando colaboraciones cinematográficas con el director Silvio Caiozzi y dramatúrgicas con el teatro Ictus de Nissim Sharim y Delfina Guzmán, ampliando el registro de su creación.

Su vida también tiene rasgos novelísticos, como lo demuestra el destino que tuvo su única hija Pilar. El autor le vendió sus diarios íntimos y papeles de trabajo a la universidad de Princeton, los que permanecieron en reserva hasta el año 2006, cuando su hija Pilar accedió a ellos con el objeto de conocer la vida privada de su padre, explorar su propia identidad y, en definitiva, sanarse. El resultado de esa investigación fue el libro “Correr el tupido velo”, testimonio desgarrador e imprescindible acerca de la relación entre un autor y su obra, y respecto a las consecuencias impredecibles

de acercarse a la verdad absoluta de nuestra vida y de quienes nos antecedieron. Ese afán, situado en la delgada línea entre la valentía y la temeridad, le costó la vida a su hija a los 44 años.

Ello, por cuanto su literatura y los antecedentes de su proceso creativo, reflejaban sus propias angustias, represiones y traumas, ya que entre su vida y su labor artística no había una línea divisoria, sino que, por el contrario, elementos comunicantes que se influían recíprocamente, enriqueciendo sus novelas y escritos, pero afectando su salud, las emociones de sus cercanos e incluso el destino vital de su descendencia.

Pepe Donoso -como le decían sus cercanos-, junto a autores como Manuel Rojas, Joaquín Edwards Bello y Diamela Eltit, son fundamentales para entender el país en que vivimos, los rasgos estructurales y psico emocionales que lo caracterizan, siendo su lectura cada vez más necesaria para disfrutar de su penetrante inteligencia, y saber de dónde venimos, quiénes somos y para dónde vamos.

COMALA

EN PANTALLA GRANDE: LA NUEVA ADAPTACIÓN DE LA NOVELA PEDRO PÁRAMO

POR ANA CATALINA CASTILLO IBARRA

Académica, magíster en Literatura, diplomada en Historia y Estética del cine

Tarkovski comenta en sus diarios que llevar al cine una obra literaria perfecta es como faltarle el respeto. Por otra parte, en su libro

De la literatura al cine, Sánchez Noriega enumera algunas razones que llevan a adaptar un texto literario al cine: necesidad de historias, garantía de éxito comercial, acceso al conocimiento histórico, recreación de obras emblemáticas que planteen un desafío artístico, prestigio artístico y cultural, y labor divulgadora.

Por lo mismo, la adaptación cinematográfica recientemente producida por Netflix de la novela del escritor mexicano Juan Rulfo, Pedro Páramo (1955), representa un ambicioso intento (el cuarto hasta la fecha) al trasladar a la pantalla grande una de las obras maestras de la literatura hispanoamericana y, al parecer, la decisión estaría relacionada con más de algunas de las razones arriba nombradas.

La responsabilidad de la dirección cayó en manos del afamado director de fotografía mexicano Rodrigo Prieto, quien ha colaborado con aclamados cineastas, como

Amenábar, Scorsese, González Iñárritu y Greta Gerwig, entre otros. Para ello, trabajó con la versión que había escrito hace muchos años el también experimentado guionista español Mateo Gil (Mar adentro).

Reescribir una obra literaria perfecta constituye siempre un desafío, pues como habitualmente ocurre con las películas que se basan en novelas muy conocidas, resulta difícil dejar a todos contentos. El reto se hace más grande si se considera que con la novela de la que hablamos, Rulfo fue pionero en incursionar en otras formas de contar, alejadas de la linealidad, fragmentando lo narrado e incorporando lo que se conoce como multiperspectivismo. Todas estas características que ahora no nos parecen tan ajenas, se inauguraron en Pedro Páramo, sentando las bases para el boom latinoamericano.

Ahora bien, la estructura de la novela de Rulfo ya tiene la simiente cinematográfica pues avanza sobre el eje de dos tramas. Y cabe recordar que el escritor mexicano fue también fotógrafo, por lo que su relación estrecha con las imágenes es una de las características de su prosa. Tal como en la novela, la primera trama sigue a Juan Preciado (Tenoch Huerta) en la búsqueda de su padre, Pedro Páramo, un hombre poderoso cuya vida está entrelazada con la trágica historia de Comala. La segunda trama gira

en torno a la figura del cacique (Manuel García Rulfo) y su amor imposible por Susana San Juan (Ilse Salas).

Las tramas mencionadas avanzan en la obra de Rulfo de manera fragmentada, con una percepción trastocada del tiempo, en la que se entrelazan las voces fantasmales de los ya muertos habitantes del pueblo de Comala, ahora devenido infierno terrenal. Todo ello exige trabajo al lector, pues es quien debe ir armando el rompecabezas. Al decir del propio Rulfo, es una novela que debe leerse al menos tres veces.

Considerando estas características de la obra literaria, puede afirmarse que la película logra dar con una narrativa coherente y atractiva que mantiene el interés del espectador. La inclusión de personajes secundarios, como Eduviges Dyada y Damiana Cisneros, añade dimensiones al desarrollo de las tramas mencionadas y profundiza en la historia del pueblo, enriqueciendo la experiencia sin desviarse demasiado del hilo conductor.

El guion de esta nueva versión de Pedro Páramo se esfuerza por condensar una narrativa rica en palabras, estrategias y reflexiones. Mientras algunos diálogos permanecen fieles a la obra de Rulfo, el guion se adentra en el terreno de la interpretación, ofreciendo una nueva mirada a los personajes y sus motivaciones. Esto es notorio en el tratamiento del

personaje de Pedro Páramo a quien cuesta dimensionar en toda su maldad, por más que se recuerde que es “un rencor vivo”, pues más bien se hace foco en sus faltas de herramientas para amar y ser amado. Es duro, porque es piedra; es árido, de corazón seco y maltratado.

Volviendo al guion y su realización, nos atrevemos a pensar que tal vez, allí donde está su búsqueda narrativa está también su ruptura con el sello distintivo de la narrativa rulfiana, pues en tanto la novela exige a su lector, la película de Rodrigo Prieto opta por un tratamiento que a veces puede resultar más lineal que la compleja estructura del texto original. Estas modificaciones, aunque pueden generar debate entre los lectores de la novela, resultan acertadas en términos de ritmo narrativo y claridad expositiva. No obstante, aunque algunos elementos de la novela se pierden en el guion de la película, son las imágenes las que consiguen mostrar de manera tanto eficaz como hermosa la angustia existencial y la búsqueda de sentido vital de Juan Preciado, haciendo que los espectadores sientan la desolación del pueblo de Comala y el vacío que deja la figura del otrora cacique.

Como decíamos, en lo que respecta a decisiones de adaptación, lo que para los puristas es un acierto, para otros el apego a la fuente original carece de

enriquecimiento y mirada autoral. Pero aquí surge un aspecto importantísimo, Rodrigo Prieto es, ante todo, fotógrafo, y en su ojo maestro está uno de los mayores méritos y aportes de su película.

De esta manera, Rodrigo Prieto despliega en Pedro Páramo técnicas cinematográficas que sumergen al espectador en la atmósfera opresiva y onírica de Comala. Los planos secuencia prolongados permiten explorar los espacios desolados y laberínticos del pueblo, mientras que los travellings lentos revelan la decadencia de sus construcciones y la soledad de sus habitantes.

Los close-up en los rostros de los personajes acentúan sus emociones y traumas, mientras que los encuadres simétricos y la iluminación contrastada subrayan la dualidad entre la vida y la muerte. La paleta de colores desaturados y polvorientos refleja la aridez del entorno y la melancolía de los personajes. El montaje no lineal y los efectos de sonido disonantes contribuyen a crear una sensación de

fragmentación temporal y espacial, reflejando la naturaleza evanescente de la memoria y la identidad. En conjunto, estas técnicas cinematográficas convierten a Pedro Páramo en una experiencia visual y sonora profundamente conmovedora. Así, los recursos visuales permiten al espectador sumergirse en la atmósfera onírica y explorar los laberintos de la memoria de los personajes.

Prieto utiliza una fotografía rica en contrastes, sombras profundas y luces tenues para crear una atmósfera visualmente opresiva y misteriosa. Los paisajes desérticos y los interiores desgastados de Comala se convierten en escenarios propicios para lo inexplicable, donde la realidad se difumina con lo onírico.

A través de planos secuencia largos y movimientos de cámara lentos, Prieto enfatiza la sensación de tiempo suspendido y la naturaleza cíclica de la historia. La iluminación tenue y contrastada, junto con una paleta de colores predominantemente cálidos y

terrosos, acentúa la sensación de calor y sequedad del desierto, pero también sugiere la presencia de fuerzas ocultas. Los colores saturados y los destellos de luz se utilizan para resaltar elementos sobrenaturales o momentos de revelación.

Prieto evita el uso excesivo de efectos especiales llamativos y opta por efectos más sutiles y atmosféricos. Por ejemplo, el uso de sombras alargadas, distorsiones en la imagen o la aparición de figuras borrosas en el fondo sugiere la presencia de fantasmas o seres sobrenaturales sin recurrir a representaciones explícitas.

El diseño de sonido juega un papel fundamental en la creación de la atmósfera sobrenatural. Los sonidos ambientales, como el viento, los susurros y los lamentos, se combinan con una banda sonora inquietante a cargo del experimentado Gustavo Santaolalla, ganador del Premio Óscar a la mejor banda sonora original por las cintas Brokeback Mountain (2005) y Babel (2006).

En conjunto, estas técnicas cinematográficas permiten a Prieto transformar la novela de Juan Rulfo

en una experiencia visual y sonora que trasciende lo real. La película nos invita a explorar los límites entre la vida y la muerte, lo que vemos y lo que no, y a sumergirnos en un universo donde los fantasmas del pasado continúan habitando el presente.

Pedro Páramo es una adaptación cinematográfica ambiciosa y arriesgada que, a pesar de sus limitaciones, logra capturar la esencia de la novela de Juan Rulfo. La película es un homenaje a una obra maestra de la literatura latinoamericana y una invitación a reflexionar sobre temas universales. Por lo mismo, es una película que merece ser vista y discutida, ya que plantea interrogantes sobre la posibilidad de adaptar una obra literaria tan compleja y rica en simbolismo al lenguaje cinematográfico.

Al final, Pedro Páramo no solo es un homenaje a la novela de Rulfo, sino también una exploración del impacto del pasado en la identidad y el sufrimiento humano, un legado que sigue resonando a través del tiempo.

LA LIBERTAD DE CONCIENCIA

Licenciado en Filosofía y Magister en Educación, Universidad de Chile

Una educación en laicismo sigue siendo necesaria –aunque parezca increíble a estas alturas de nuestra historia– para nuestra ciudadanía democrática. El laicismo es un pilar sólido y relevante para un sano régimen de convivencia social. “La democracia educa en defensa propia”, ha indicado el pensador español Fernando Savater.

Laicismo significa, en primer lugar, separar la Iglesia del Estado. La religión no debe intervenir en asuntos públicos; debe limitarse a los lugares de culto. Eso lo ha aceptado el cristianismo, desde el siglo XVIII, aunque a regañadientes, pues todavía hoy las Iglesias Católica y Evangélica intervienen en cuestiones políticas en muchos países, incluido el nuestro.

Esta expresión sencilla y comprensible del laicismo está en el Evangelio: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, dijo Jesús. Porfiadamente, en má s circunstancias de las que sería deseable nuestros obispos hacen oídos sordos a esta expresión.

El laicismo es algo desconocido en el mundo musulmán, donde no ha existido nunca una separación entre el Estado y la religión porque no han tenido una Ilustración como en Occidente. Los Estados de los países musulmanes no son democráticos, sino teocráticos. Le falta un Voltaire al Islam, ha dicho Ayaan Hirsi Ali, escritora y activista somalí-neerlandesa-norteamericana que aboga por una necesaria reforma de esta religión.

El laicismo también significa afirmar la libertad de conciencia. La sociedad en que vivimos no tiene más fundamento que la voluntad de los seres humanos; por ello, la importancia de una educación que fomente los caracteres

capaces de razonar, de hacer demandas inteligibles socialmente fundadas y de comprender las demandas de los demás. Sin eso no hay democracia.

Una de las consecuencias de la libertad de conciencia es el respeto a todas las posturas sabiendo que eso implica que a uno le molesten muchas de las cosas que oye y muchas de las conductas que ve. El verdadero laicismo es el reconocimiento de esta situación y que todos nos acostumbremos a tener que convivir con aspectos ideológicos que no nos agradan. Este cohabitar con credos, ideas, actitudes y conductas diferentes es la democracia.

La religión o la irreligión es un derecho de cada cual. El problema surge cuando, para un creyente, la religión no es un derecho sino un deber para él y para los demás, por lo que trata de imponérsela a los otros.

Para el filósofo italiano Paolo Flores, la democracia es laica o no es. Dios debe exiliarse de la esfera pública, por muy religiosos que sean los políticos democráticos. La teocracia nada tiene que ver con la democracia.

La presencia de Dios en cualquier fase del proceso de deliberación que lleva a dictar una ley significa un atentado a la convivencia democrática, un atropello a la soberanía republicana. La democracia debe abogar por la argumentación reflexiva, el discurso político apoyado en la lógica y las evidencias comprobadas, no enmarcado en dogmas, tradiciones o creencias irracionales.

El laicismo –o la laicidad, como también se denomina– debe ser un valor fundamental del sistema democrático. En él, todos debemos ser ciudadanos, no feligreses. Y, para ser ciudadano, un creyente debe comenzar renunciando proponer que la ley sancione como un delito lo que para su religión es pecado.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.