EL REVERENDO JAMES AND ER SON, Predicador Presbiteriano (168 0 - 1739)
Compilado-r de las Constituciones de 1723 y 1738
Doctor en filosofía y teología, predicador de la Iglesia Presbiteriana en Londres, nació en Aberdeen en 1680. Se desconoce la fecha de su traslado a Londres. Se conocen algunas de sus prédicas publicadas en los periódicos. Presumiblemente adquirió su calidad masónica en Escocia. No estuvo presente en la de la Gran Logia de Londres en 1717. Ya en 1723 y 1725 aparece en la nómina de la Logia "Horne Taverne". En la segunda edición de las Constituciones ha quedado constancia que el Duque de Montagu en una reunión de Gran Logia le habría encargado al Hermano James Anderson, M. A. (Magíster Artium) la compilación del Libro de las Constituciones, labor en la que se dio prisa. Entregó la revisión de su trabajo a catorce hermanos entendidos, el 27 de Diciembre de 1722. El 17 de Enero de 1723, bajo la Gran Maestría del Duque de Wharton, la obra fue aprobada y publicada su aparición en ·el "Postboy", autorizándose su venta libre, el 28 de Febrero de 1723. El Hermano Anderson tuvo escasa actuación masónica después de la aparición de la primera edición del Libro de las Constituciones. Las polémicas que esta obra produjo le alejaron de su primitiva actividad masónica . Fue requerido de nuevo en 1735 para una segunda edición de su obra que introdujo una importante modificación en la controvertida Primera . Obligación , ya conocida , de 1723 . El 25 de enero de 1738 entreg ó el nuevo producto de su trabajo en el que inclu yó l a n ómina de los Grandes Maestros que s e h a b ía n sucedido en el cargo hasta ese instan t e. Junto con sus "prédicas" publicó Anderson en l a "Royal Genealogies" algunos estudios de los re y•es de su conocimiento , obra de escaso valor Posteriormente apareció , en el año de su fallecimiento, "News from Elysium", algo as í como una antología de pláticas funerarias y su ge nealog ía de la Casa Ivery. Sus relaciones eran muy modestas. Ya en 1720 había perdido casi enteramente sus haberes. De esta emergencia le ayudaron a salir sus hermanos. En Londres fue una personalidad muy popular. Todos le conocían con el nombre de "obispo" , título sin los suficientes fundamentos Con la autoridad se mantuvo en buena relación a pesar de s u
J ames Anderson
calidad de disidente Obtuvo de la reina Carolina una especie de amnistía. Sobre su sepultación informó el "Daily Post" del 2 de Junio de 1739, lo siguiente: "Ayer en la tar de en Bunhiil Fields fueron sepultados los restos del Doc t or Anderson, un sace r d ote d isiden t e. E l ataúd fue conducido por ci nco sace rdo tes dis identes y el Reverendo Desagulie rs. A él seguían algo así como u na d oc e na de fr a ncmasones que se agrup a r o n alre d e dor de l a t umba . Después qu e el D oc t o r E arl h u bo pronunciado un discur s o sobre la inseg u r id a, d de la vida humana y si n si q u i era me n c ionar al difunto, los herman os leva n ta r on los brazos en una actitud de du el o, s olloza ron y golpearon tres veces , par a honr a r al difunto, sobre sus delantales de piel " .
REVISTA MASONICA vuelve a honrar sus column a s c on la poc o conocida efigie de Jame s Anderson. Pudieron ser modestas sus e x equias. En cambio, cuánto han crecido su nombre y su memoria.
Historia, Biografías.-
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LAS CONSTITUCIONES DE ANDERSON
Breve introducción
Pocas materias han sido motivo de mayor controversia, dentro de la Orden Masónica que las genéricamente llamadas Constituciones de Anderson o -oomo también se las denomina en los cú·culos estudiosos de la Masonería anglosajona- el Libro de las Constituciones. Hay quienes interpretan este hecho como eminentemente negativo. Talvez sea más propio y masónico considerarlo como iniciáticwmente constructivo por la universalidad que el hecho representa en sí. Ojalá nuestros hermanos coincidan con esta manera de pensar y, cuando menos, dediquen buena parte de sus reflexiones masónicas a un problema de tanta envergadura.
Hace algo más de un cuarto de milenio -el año masónico de 5723- John Senex Y Johil Hooke, impresores londinenses, pusieron en venta un hermoso libro ilustrado, de 96 páginas intitulado Las Constituciones de los Francmasones, debido a la pluma del hermano James Anderson, autorizado por el imprimatur del Gran Maestro y de su "Diputado" que contenía "la historia, las obligaciones, reglamentos, etc. de ésta muy Antigua y Muy Venerable Confraternidad". Era la primera vez, de acuerdo con nuestros conocimientos, que se imprimía y publicaba un texto masónico. Pronto sería conocido en las islas y posesiones británicas y luego tendría gran difusión en el continente europeo. Aun hoy día los masones esparcidos por sobre la superficie de la tierra, a cualquier rito que pertenezcan, se refieren unánimemente a aquello que, en la parte central de la obra, se define como a las Obligaciones de un Francmasón, como a la fuente común. La Gran Logia de Francia decidió en su Convento de 1967 incluir su texto como cabeza de sus propias Constituciones "como referencia a la pura y auténtica tradición masónica por la que ella entiende mantener respeto". También la Gran Logia de Chile hace referencia en sus Principios a las Antiguas Obligaciones y considera como fuente tradicional del Derecho Masónico la Constitución de Anderson de 1723 <artículo 19.1 del Reglamento General).
Pero por más clara que pueda ser su redacción, un texto antiguo con más de dos y medio siglos, se presta f·ácilmente a discusiones, mas aun si toca argumentos que todavía son motivo de problemas de la conciencia humana pero
en distinta forma con respecto a la época en que fueron escritos. No hay porqué admirarse si con absoluta buena fe los francmasones de hoy, no siempre logran ponerse de acuerdo sobre las obligaciones "Tocante a Dios y a la Religión" tal como las formula Anderson; ni sobre el punto de saber si la concepción general de la Francmasonería que se desprende las Constituciones de 1723 es el resultado, por una evolución contínua de aquellas de los constructores medioevales, o si es lo contrario de aquellas.
"Cómo ver allí claro, cómo formarnos una justa idea de este documento capital sin situarlo en la luminosidad del tiempo y del medio en que fue editado con la perspectiva de las antiguas tradiciones de las que se declara expresamente su manifestación? Hay que restituirle la atmósfera intelectual de la época con la correspondiente información complementaria. Hay que situar la elaboración de las Constituciones andersonianas en la misma Masonería británica, inseparable de la historia general de los tres reinos insulares. Es lo que se ha procurado hacer en algunas de las páginas que siguen haciendo lo posible por permanecer fieles al precepto de Fenelón: "El buen historiador no es de ningún tiempo ni de ningún país", ni menos, agreguemos nosotros, de iglesia o secta alguna.
Fuente: "Points de vue initiatiques", cuadernos de la Gran Logia de Francia, No 31-32, tercero y cuarto trimestre de 1973 <adaptación).
Historia. Doctrina.-
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Portada del Libro de las Constituciones de 1723
En la Constitución de 1723 James Anderson nada indicó acerca de los acontecimientos ocurridos el año 1717 y durante la época inmediata. Sólo al final de la parte histórica hizo una breve mención a que " la nación británica, nacida libre, se había ent1·egado durante los últimos tiempos, en provecho de la paz y de la libertad, a la feliz idea de fomentar la Masonería de toda clase y reavivar las decaídas logias de Londres, donde, como en otros lugares, florecían diversas y dignas logias individuales que celebraban un consejo trimestral y una junta general anual para en ellas conservar sabiamente las formas y los usos de la muy antigua y ve nerable Orden, ouidar debidamente el Arte Real y conservar la argamasa de la confraternidad, a fin de que la Institución se pareciese a una bóveda bien ajustada."
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Todas las ediciones primeras del Libro de las Constituciones responden al presente facsímil. El que se incluye corresponde a la portada ordenada por Benjamín Franklin en Filadelfia en el año 1734, once años después de la primera edición.
TBE Hiflory, Regulationr, &c. of that mofl: Ancient and Right Worfhipful FRATERNITY.
the Ufe of the LODGES. L O N D O N Printed; At16o 57z3. R.c printed in by fpecial Order, for tbc Vfc of the .Bretbren in NO R.'IH-.dME .RICA. In 1hc Ycar.of Múonry S734t Álllm Dlüi 1734-
THE CONSTITUTIONS OF THE FREE-MASONS. CONTAINJNG
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Las Constituciones de 1723 en su versión original
Para la información individual
Son numerosas las traducciones que se han hecho del Libro de las Constituciones, t=bién llamadas las Antiguas Obligaciones, compiladas por James Anderson y publicadas en 1723. Hay que considerar la época en que fueron redactadas y aun la tipografía con que se las imprimió. Hemos tenido a la vista traducciones al alemán y al francés y no son pequeñas las adaptaciones de estilo que se advierten, que a veces llegan hasta la interpretación. Por tal razón hemos creído conveniente publicar las Constituciones de 1723 en su idioma original para que cada cual, que lo desee, estudie e interprete su texto, de acuerdo, por supuesto, con la doctrina masónica. Va también una reciente traducción del francés por hermanos entendidos que ha hecho lo posible por una buena adaptación de estilo
CONSTITUTIONS OF THE FRATERNITY OF FREÉ AND ACCEPTED MASONS PART V
Containing the Ancient Charges, General Regulations of the Fraternity, Necessary Tables, etc.
ANCIENT CHARGES; COLLECTED FROM OLD RECORDS.
I . CONCERNING GOD AND RELIGION
A Mason is obliged, by his tenure, to obey the moral law; and if he rightly understands the art, he will never be a stupid atheist, nor an irreligious libertine. But though in ancient times masons were -charged in every country to be of the religion of that country or nation, whatever it was; yet it is now thought more expedient only to oblige them to that religion in which all men agree, leaving their particular opinions to themselves: that is, to be good men and true, or men of honour and honesty, by whatever denominations or persuasions they may be distinguished; whereby masonry becomes the center of union, and the means of conciliating true friendship among persons, that must otherwise have remained at a perpetua! distance.
II. OF THE CIVIL MAGISTRATE, SUPREME AND SUBORDINATE.
A Mason is a peaceable subject to the civil powers, wherever he resides or works; and is never to be concerned in plots and conspiracies against the peace and welfare of the nation, nor to behave himself undutifully to inferior magistrates: for as masonry hath been always injured by war, bloodshed, and confusion, so ancient kings and princes have been muc;:h disposed to encourage the craftsmen, because of their peaceableness and Ioyalty, whereby they practically answered the cavils of their adversaries, and promoted the honour of the fraternity, who ever flourished in times of peace. So that if a brother should be a rebel against the state, he is not to be countenanced in his rebellion, however he may be pitied as an unhappy man; and, if convicted of no other crime, though the loyal brotheThood must and ought to disown his rebellion , and give no umbrage or ground of political jealousy to the government for the time being; they cannot expel him from the lodge, and his relations to it remains indefeasible.
III. OF LODGES
A Lodge is a place where masons assemble and work; hence an assembly, or duly organized society of masons, is called a Lodge: and every brother ought to belong to one, and
Documentos. Historia. Jurisprudencia.-
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ought to subject to its byelaws and the general regulations. It is either particular or general, and will be best understood by attending it, and by the regulations o fthe general or grand lodge hereunto annexed. In ancient times, no master or fellow could be absent from it, especially when warned to appear at it, without incurring a severe censure, until it appeared to the master and wardens, that pure necessity hindered him.
The persons admitted members of a lodge, must be good and true men, free-born, and of mature and discreet age, no bondment, no women, no immoral, or scandalous men, but of good report.
IV. OF MASTERS, WARDENS, FELLOWS AND APPRENTICES
All preferment among masons is grounded upon real worth and personal merit only; that so the lords may be well served, the brethren not put to shame, nor the royal craft despised: therefore no master or warden is chosen by seniority, but for his merit. It is impossible to describe these things in writing; and every brother must attend in his place, and learn them in a way peculiar to this fraternity. Only candidatas may know that no master should take an apPTentice, unless he has sufficient employment for him, and unless he be a perfect youth, having no maim or defect in his body, that may render him incapable of learning the art of ferving his master's lord, an of being made a brother; and then a fellow-craft in due time, after he has served such a term of years, as the custom of the country directs ; and that he should be descended of honest parents; that so, when when otherwise qualified, he may arrive to the honour of being the warden, and then the master of the lodge, the grand warden, and at length the grand master of all the lodges, according to his merit.
No brother can be a warden, until he has passed the degree of a master mason; nor a master until he has acted as a warden; :rior grand warden, until he has been master of a lodge , and served the office of steward at a grand feast; nor deputy grand master, until he has served the office of grand warden; nor grand master, unless he has been a master of a regular Jodge before his election, who is also to be nobly born, or a gentleman of the best fashion, or sorne eminent scholar, or some curious architect, or other artist, descended of honest parents, and who is of singular great merit in the opinion of the lodges. And
for the better, and easier, and more honourable discharge of his office, the grand master has a power to choose his own deputy grand master, who must be then, or must ha ve been formerly, the master of a particular lodge; and has the privilege of acting whatever the grand master, his principal, should act, unless the said principal be present, or ínterpose his authority by a letter
These rulers and governors, supream and subordinate, of the ancient lodge, are to be obeyed in their respective stations by all the brethren, according to the old charges and regulations, with all humility, reverence, love, and alacrity.
V. OF THE MANAGEMENT OF THE CRAFT IN WORKING
All masons shall work honestly on working days , that they may live creditably on ho'ly days: and the time appointed by the law of the land, or Confirmed by custom, shall be observed.
The most expert of the fellow crastsmen shall be chosen or appointed the master or overseer of the lord's work; who is to be called master by those that work under him. The craftsmen are to avoid all ill language, and to call each other by no disobliging name, but brother or fellow; and to behave themselves courteously within and without the lodge.
The master, knowing himself to be able of cunning, shall undertake the lord's work as reasonably as possible, and truly dispend his goods as if they were his own; not giving more wages to any brother or apprentice, than he really may deserve.
Both the master and the masons receiving their wages justly, shall be faithful to the lord, and honestly finish their work, whether task or journey; nor put the work to task that hath been accustomed to journey.
None shall discover envy at the prosperity of a brother, nor supplant him, or put him out of his work, if he be capable to finish the same; for no man can finish another's work so much to the lord's profit, unless he be thoroughly acquainted with the designs and draughts of him that began it.
When a fellow-craftsman is chosen warden of the work under the master, he shall_be true to both master and fellows, and shall carefully oversee the work in the master 's absence, to the lord's profit; and his brethren shall obey him.
All masons employed, shall meekly receive their wages without murmuring or mutiny,
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and not desert the master till the work is finished.
All masons employed, shall meekly receive their wages without murmul'ing or mutiny, and not desert the master till the work is finished.
A younger brother shall be instructed in working, to prevent spoiling the materials for want of judgment, and for increasing and continuing of brotherly love.
All de tools used in working shall be approved by the grand lodge.
No labourer shall be employed in the proper work of masonry , nor shall free masons work with those that are not free, without an urgent necessity; nor shall they teach labourers and unaccepted masons, as they should teach a brother or fellow.
VI. OF BEHAVIOUR, VIZ.
l. IN THE LODGE, WHILE CONSTITUTED
You are not to hold prívate committees, or separate conversation, without leave from the master. nor to talk of any thing impertinently or unseemly, nor interrupt the master or wardens, or any brother speaking to the master: nor behave yourselves ludicrously or jestingly while the lodge is engaged in what is serious and solemn; nor use any unbecoming language upon any pretence whatsoever; but to pay due reverence to your master, wardens, and fellows, and put them to worship.
If any complaint be brought, the brother found guilty shall stand to the award and determination of the lodge, who are the proper and competen judges of all such controversies, <unless you carry it by appeal to the grand lodge) and to whom they ought to be reserved, unless a lord's work be hindered the mean while; in which case a particular reference may be made; but you must never go to law about what concerneth masonery, without an absolute necessity apparent to the lodge.
2. BEHAVIOUR AFTER THE LODGE IS OVER, AND THE BRETHREN NOT GONE.
You may enjoy yourselves with innocent mirth, treating one another according to ability; but avoiding all excess, or forcing any brother to eat or drink beyond his inclination, or hindering him from going when his occasions call him, or doing or saying any thing
offensive, or that may forbid an easy and free conversation; for that would blast our harmony, and defeat our laudable purposes. Therefore no prívate piques or quarrels must be brought within the door of the lodge, far less any quarrels about religion, or nations, or state-policy, we being only, as masons, of the catholic religion above-mentioned: we are also of all nations, tongues, kindreds, and languages, and are resolved against all politics, as what never yet conduced to the welfare of the lodge, nor ever will. This charge has been a1ways strictly enjoined and observed; but especially ever since the reformation in Britain, or the dissent and secession of these -nations from the communion of Rome.
3. BEHAVIOUR WHEN BRETHREN MEET WITHOUT STRANGERS, BUT NOT IN A LODGE FORMED
You are to salute one another in a courteous manner, as you will be instructed, calling each other Brother, freely giving mutual instruction as shall be thought expedient, without being overseen or overheard, and without encroaching upon each other, or derogating from that respect which is due to any brother, were he not a mason: for though aH masons are as brethren upon the level, yet masonry takes no honour from a man that he had before; nay, rather it a;dds to his honour, especially if he has deserved well of the brotherhood, who must give honour to whom it is due, and avoid ill manners.
4. BEHAVIOUR IN PRESENCE OF STRANGERS NOT MASONS.
You shall be cautious in your words and carriage, that the most penetrating stranger shall not be able to discover or find out what is not proper to be intimated; and sometimes you shall divert a discourse, and manage it prudently for the honour of the worshipful fraternity.
5. BEHAVIOUR AT HOME, AND IN YOUR NEIGHBOURHOOD.
You are to act as becomes a moral and wife man; particuiarly, not to let your family, friends, and neighbours know the conceros of the lodge, etc. but wisely to consult your own honour, and that of the ancient brotherhood, for reasons not to be mentioned here. You must also consult your health, by not continuing together too late, or too long
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from home, after lodge hours are past; and by avoiding .gluttony and drunkenness , that your families be not neglected or injured, nor you disabled from working.
6 BEHAVIOUR TOWARD A STRANGE BROTHER.
You are cautiously to examine him, in such a method as prudence shall direct you, that you may not be imposed upon by an ignorant false pretender, whom you are to reject with contempt and derision, and beware of giving him any hints of knowledge.
But if you discover him to be a true and genuine brother, you are to respect him accordingly; and if he is in want, you must relieve him if you can, or else direct him how be may be relieved: you must employ him some days , or else recommend him to be employed. But you are not chaged to do beyond your ability: only to prefer a :poor brother, that is a good man and true, before any other poor peo:ple in the same circumstances.
Finally, All these charges you are to observe, and also those that shall be communicated to you in another way: cultivating brotherly love, the foundation and cape-stone, the cement and glory of this ancient fraternity, avoiding all wrangling and quarrelling, all slander and backbiting, not permitting others to slander any honest brother; but de-
fending his character and doing him all good offices, as far as is consistent with your honour and safety, and no farther. And if any of them do you injury , you must apply to your own or his lodge; and from thence you may appeal to the grand lodge at the quarterly communication, ami from thence to the annual grand lodge, as has been the ancient laudable conduct of our forefathers in every nation; never taking a legal course, but when the case cannot be otherwise decided; and patiently listening to the honest and friendly advice of master and fellows , when they would prevent your going to law with strangers, or wou1d excite you to put a speedy period to all law-suits, that fo you may mind the affair of masonry with the more alacrity and success. But with respect to brothers or fellows at Iaw, the master and brethren shall kindly offer their mediation , which ought to be thankfully submitted to by the contending brethren; and it that submission is impracticable, they must however carry on their process, or lawsuit, without rancour <not in the common way) saying or doing nothing which may hinder brotherly love, and good offices to be renewed and continued; that all may see the benign influence of of masonry, as all true masons have done from the beginning of the world, and will do to the end of time.
AMEN, SO MOTE IT BE.
Breve comentario editorial.-
Ni siquiera en lo que se refiere a su denominación existe unanimidad para el documento histórico pr einserto. Los siguientes títulos son los más usual es: Libro de las Constituciones; Constituciones de 1723; Antiguas Obligaciones (tambi én Car gos o Linderos); y, más habitualmente entre nosotros, LA CONSTITUCION DE ANDERSON.
Su traducción a diferentes idiomas demuestra las dificultades que ofrece un texto redactado muy a comienzos del siglo XVIII, en el idioma de la época, que pretendí a ser la recopilación de "antiguos records", en un ambiente controversia[ de enconadas luchas religiosas y con la cautela de postular la virtud d e la tolerancia. Son éstas las razones que nos han inducido a publicar la vi eja CARTA DE LA TOLERANCIA en su idioma original. Será un noble ejercicio iniciá tico e l de penetrar su fondo y cultivar la propia idea.
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Historia, Doctrina y Jurisprudencia.-
LA CONSTITUCION DE ANDERSON
LAS OBLIGACIONES DEL FRANCMASON
Nueva traducción de la Segunda Parte de las Constituciones de 1723
Como ya lo expresamos en otra parte son numerosas y distintas las traducciones de que han sido objeto, a los diferentes idiomas, las CONSTITUCIONES DE ANDERSON de 1723. Hemos deseado usar en esta parte, como ejemplo, una traducción del francés que, como tal, se acerca más a nuestro idioma en su contenido interpretativo. Corresponde al texto últimamente aparecido en POINTS DE VUE INITIATIQUES del último trimestre de 1943, como una nueva traducción. Su sentido, a nuestro juicio, es bastante claro para quien quiera buscarlo con ahinco. El párrafo II fue estilizado por nosotros.
l. DE DIOS Y DE LA RELIGION
Un masón se obliga a obedecer la ley moral; y si comprende derechamente el Arte, jamás será un ateo estúpido ni un libertino sin religión. Pero, aunque en los antiguos tiempos, los masones, en cada país, debían ser de la religión cualquiera que ella fuera, del país o de la nación, hoy día se estima, sin embargo, más conveniente de no obligarlos sino que a esa religión en la que todos los hombres concuerdan, sin perjuicio de guardar para ellos mismos sus opiniones particulares; esto es, de ser bondadosos y verídicos, u hombres de honor y probidad, no importa las confesiones y creencias que los distingan. De esta manera la masonería viene a ser el centro de unión, y el medio de conciliar una verdadera amistad entre personas que deberían haber quedado por siempre alejadas las unas de las otras.
ll. DE LAS AUTORIDADES CIVILES, TANTO SUPREMAS COMO SUBALTERNAS
Un masón es un sujeto respetuoso ante los poderes civiles, tanto en el sitio de su residencia, como en el de su trabajo, y nunca estará implicado en ningún complot ni conspivación en contra de la paz y la prosperidad de la nación, ni faltará a sus deberes ante las autoridades subalternas; ya que así como la masonería siempre sufrió de la guerra, de la efusión de sangre y del desorden, asimismo los reyes y príncipes de antaño alentaron a la gente del oficio en su obediencia y lealtad para responder prácticamente a los embrollos
de su adversarios; promoviendo el honor de la fraternidad que siempre floreció en tiempos de paz. Luego si un hermano se rebela contra el Estado, no se le sostendrá en su rebelión, pero se le compadecerá como un desdichado; y si no está convicto de ningún otro crimen y aun cuando la fidelidad de la confraternidad la haga de su deber y obligación reprobar su rebelión, para no dar al gobierno vigente ni sombra ni motivo de celo político, no se le podrá, sin embargo, excluir de la logia a la que permanecerá indefectiblemente ligado.
III. DE LAS LOGIAS
Una logia es un sitio donde los masones se reunen para trabajar. De aquí el nombre de logia dado a esta asamblea, esto es, a esta sociedad de masones debidamente constituida, y todo hermano debe pertenecer a una logia y someterse a su reglamento interior, así como a su reglamento general. La logia es particular o general y, para comprenderla, nada vale tanto como frecuentarla y conocer los reglamentos de la logia general o Gran Logia, que van anexados. Antiguamente ningún maestro ni ning-ún compañero podían faltar, sobre todo después de haber sido convocados, sin incurrir en pes!lida pena, a menos que no pareciese al maestro y a los vigilantes tratarse de un caso de fuerza mayor.
Los recipiendarios deben .ser buenos y verdaderos, nacidos libres y haber alcanzado la madurez y la edad de la razón, no ser siervos ni mujeres, ni hombres inmorales y escandalosos, pero de buena reputación.
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IV. DE LOS MAESTROS, DE LOS VIGILANTES, DE LOS COMPAÑEROS Y DE LOS APRENDICES
Todo ascenso entre los masones no reposa sino que sobre el valer efectivo y el mérito personal. Así, los dueños serán bien servidos, los hermanos preservados de la deshonra y el Arte real escapará al menosprecio. Ningún ma"estro, ning.ún vigilante es elegido por antigüedad sino que lo son por mérito. Estas cosas no se prestan para ser escritas y cada cual en su sitio, debe instruirse de manera que sea lo wdecuado para la confraternidad. Por lo tanto, los candidatos pueden saber esto: un maestro no podrá tomar un aprendiz sino tiene algo en qué emplearlo, y éste será un joven cabal, sin mutilación ni ·tara física que lo incapacite para el a,prendizaje del Arte o para servir al señor de su maestro, inapto también para llegar a ser un hermano, después, a su tiempo, un compañero, pero después de haber servido el número de años requerido por la costumbre del país; y debe descender de parientes legítimos. Así, entonces, podrá, llenadas de antemano las otras condiciones, alcanzar el honor de ser vigilante, después maestro de la logia, gran vigilante y gran maestro, en fin, de todas las logias, segÚn su mérito.
Para llegar a ser vigilante, es menester ser compañero; para llegar a ser maestro, hay que haber llenado las funciones de .vigilante; todo gran vigilante debe haber sido maestro de una logia. Todo gran maestro debe haber sido compañero antes de su elección y ser tamb!ién de sangre noble, o bien gentleman de la mejor ·caUdad, o bien sabio eminente, o bien arquitecto distli.nguido, o bien artista en otra rama, descendiente de parientes legítimos, que las logias juzguen de un grande y e;,reepcional mérito. Y, para mejorar, facilitar e ilustrar el ejercicio de su cargo, el gran maestro tiene el poder de elegir su gran maestro adjunto, que debe ser o haber sido maestro de una logia particular; el gran maestro adjunto goza del privilegio de reemplazar en todo al gran maestro, su comitente, a menos que dicho comitente esté presente o no interponga su autoridad por carta .
A es·tos jefes y gobernantes, tanto supremos como subalternos, de la antigua logia, todos los hermanos deben obediencia, a cada uno según su rango, conforme a los antiguos deberes y a los reglamentos, con toda humildad, respeto, amor y diligencia.
V. DE LA ORGANIZACION DEL TRABAJO EN EL OFICIO
Todos los masones deben trabajar concienzudamente los días laborables a fin de poder vivir decentemente los días feriados; y seguirán ei calendario fijado por la ley o consagrado por la costumbre del país.
El compañero más experto será elegido o designado como maestro o inspector de las obras del dueño; aquellos que trabajen bajo él lo Uamarán "maestro". Las gentes del oficio deberán evitar toda palabra inconveniente y llamarse entre ellos no con nombres descorteses, sino "hermano" o "compañero"; y se conducirán con cortesía, sea en logia, sea fuera de la logia.
El maestro, entendido que será reconocidamente Capaz y hábil, tratará la encomienda del dueño al precio más razonable y dispondrá de los materiales del dueño tan justamente como si fueran los suyos; no acordará a ningún hermano o aprendiz un salario superior a aquel que merezca en efecto.
El maestro y los masones, retribuidos según la justicia, serán fieles al dueño y terminarán su obra sin abusar, sea que trabajen a trato o por día; y no harán menos a trato en la obra que lo que se hace de ordinario durante el día.
Nadie demostrará celos al hermano que haya triunfado, ni lo suplantará o lo excederá si es capaz de terminar su trabajo; ya que nadie puede terminar el trabajo de otro sin que el dueño pierda, a menos de ser familiar en los proyectos y en los trabajos que éste ha comenzado.
Un compañero elegido como vigilante del trabajo, como segundo del maestro, será leal hacía el maestro como hacia los compañeros e inspeccionará con cuidado el trabajo en ausencia del maestro, en provecho del dueño; Y los hermanos le obedecerán.
Todos los hermanos contratados deberán recibir sus salarios con modestia, sin murmurar ni protestar, y no abandonarán al Maestro antes que la obra esté terminada.
Es necesario hacer la instrucción de un hermano joven, en re'lación con el trabajo, por temor a que él dañe los materiales por falta de juicio y para que crezca y se perpetúe el amor fraternal.
Todas las herramientas utíliz&das en el trabajo deben ser aprobadas por la Gran Logia. Ninguna maniobra debe ser empleada en el trabajo específico de la masonería; y los francmasones no deben trabajar con aquellos que no lo sean , salvo en caso de urgencia; y ellos no enseñarán las maniobras a los masones
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no recibidos, como enseñan a un hermano o a un compañero.
VI. DE LA CONDUCTA A GUARDAR
l. En logia abierta.
No debéis tener conciliábulos privados o conversaciones particulares sin el permiso del maestro, ni hablar de manera impertinente o inconveniente, ni interrumpir al maestro o a los vigilantes o a un hermano que se dirija al maestro. No debéis hacer nada grotesco ni dedicaros a la chanza cuando el tono de la logia esté en lo serio y en lo solemne; no debéis usar, bajo cualquier pretexto que sea, un lenguaje indecoroso, pero testimoniaréis a vuestro maestro, a vuestros vigilantes y a vuestros compañeros el respeto que les es debido y los tendréis en veneración.
Si una queja ha sido presentada, el hermano reconocido culpable aceptará la sentencia y la decisión de la logia que tenga calidad y competencia para juzgar todos los diferendos de esta especie (bajo reserva de apelación ante la Gran Logia) y a la cual ellos deben ser referidos, a menos que la encomienda de un señor no corra el riesgo de sufrir durante este tiempo, en cuyo caso puecten hacerse atribuciones particulares; pero ustedes no deben llevar nunca ante un tribunal aquello que interese a la masonería,- a menos de absoluta necesidad comprobada por la logia.
2. Conducta a seguir después de la clausura de la logia y antes de la separación de los hermanos.
Podéis distraeros con inocente alegría de acuerdo con los medios de cada cual, pero evitando todo exceso y sin forzar a ningún hermano a comer o a beber más de lo que sea su deseo, ni impedirle partir cuando sus asuntos lo llamen, ni hacer, ni decir nada que sea ofensivo o que pueda entorpecer la facilidad y la libertad de la conversación. Semejantes actuaciones destruirían, en efecto, nuestra armonía y arruinarían nuestros loables designios. Desacuerdos y querellas no deben nunca traspasar la puerta de la logia, y menos aun todas las querellas de ovden religioso, patriótico o político. Ya que no pertenecemos, como masones, que a la ya dicha religión católica; pero también somos de todas las naciones, de todos los idiomas, de todas las extracciones, de todas las lenguas y estamos resueltamente decididos a abstenernos de toda actividad política, la que nunca lleva y nunca llevará a una logia a la prosperidad. Esta obligación ha sido siempre encomendada y obser-
vada, pero en forma especial después de la Reforma que ha tenido lugar en Gran Bretaña, es decir, después de la disidencia y la separación de las naciones británicas de la comunión romana.
3. Conducta a seguir cuando los hermanos se encuentran a cubierto, pero fuera de logia. Os saludaréis uno a otro en fonna cortés, como se os enseñará llamando uno a otro "hermano" e instruyéndose mutuamente, como sea necesario, sin ser visto ni oído, y sin dominar uno a otro, ni faltar al respeto que es debido a todo hermano, aún si no fuera masón. Ya que si todos los masones están como hermanos al mismo nivel, la masonería no retira a ningún hombre los títulos que poseía antes; más aún ella acrecienta su honor, especial· mente si lo ha merecido de la confraternidad, a la que debe honrar, como tiene derecho a serlo, y evitar los malos modales.
4. Conducta a seguir en presencia de profanos. Seréis circunspectos en vuestras palabras y en vuestra actitud en forma de que el profano más suspicaz no pueda descubrir ni encontrar lo que no convenga comunicar; y a veces cambiaréis la conversación y la dirigiréis con prudencia para el honor de la venerable confraternidad.
5. Conducta a guardar en caso y su vecindad. Actuaréis como corresponde a un hombre sabio y de buenas costumbres; en particular no dejaréis que vuestra familia, vuestros amigos y vuestros vecinos conozcan los asuntos de la logia, etc., pero sabiamente tendréis cuidado de vuestro propio honor y de aquel de la antigua confraternidad por razones que no encuentran sitio aquí. Tendréis cuidado igualmente de vuestra salud no permaneciendo reunidos demasiado tarde o demasiado lejos del hogar, después que hayan pasado las horas de logia ·evitando las comilonas y borracheras, de suerte que vuestras familias no se encuentren descuidadas o perjudicadas ni que vosotros os encontréis incapaces de trabajar.
6. Conducta a guardar frente a un hermano extranjero.
Examinaréis con circunspección, según el método que la prudencia indique a fin de que un impostor ignorante no os pueda embaucar lo que debéis rechazar con menosprecio y escarnio cuidando de no darle ninguna migaja de conocimiento.
Mas, si le reconocéis como un verdadero Y auténtico hermano, debéis respetarlo en consecuencia; y si él está en necesidad, debéis
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como puede ser él ayudado. Debéis emplearlo durante algunos días o bien recomendarlo a un empleador. Pero no estáis obligados a hacer más de lo que vuestros medios os permitan, lo estáis solamente a preferir un hermano pobre, que es un hombre bueno y verdadero, a todas otras pobres gentes ·en el mismo caso.
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En conclusión debéis observar todas las presentes obligaciones y también aquellas que os serán comunicadas de otra manera; cultivando el amor fraternal, fundamento y abrigo, cimiento y gloria de esta antigua confraternidad, evitl!indo todas las disputas y querellas, toda calumnia y maledicencia, no permitiendo a otros calumniar a un hermano honesto, mas defendiendo su reputación y asegurándole todos los buenos oficios t!linto como lo permita su honor y bienestar, pero no más. Y si uno de ellos os comete injusticia debéis recurrir a vuestra logia o a la de él; y enseguida podéis recurrir a la Gran Logia, en reunión trimestral, después a la Gran Logia anual, según el antiguo y loable uso de nuestros ancestros
en cada país; no iniciando nunca ninguna acción judicial salvo cuando el asunto . no pueda ser solucionado de otra m?-nera y prestando paciente oído al consejo honesto y amistoso del maestro y de los compañeros, los que os apartarán de ir a la justicia con extraños y os incitarán a poner término rápido a todos los procedimientos a fin de que podáis ocuparos del asunto de la masonería con mayor diligencia y éxito. Pero, en cuanto a los hermanos y compañeros en proceso, el maestro y los hermanos deberán ofrecer obligadamente su mediación a la que los hermanos litigantes deberán someterse con gratitud; y si no pueden someterse deben por lo menos proseguir su procedimiento o su proceso sin cólera ni rencor <contrariamente a lo ordinario), sin decir o hacer nada que pueda enturbiar el amor fraternal; y los buenos oficios deben ser renovados y continuados, de suerte que todos puedan ver la influencia bienhechora de la masonería para ejemplo de todos los verdaderos' masones desde el comienzo del mundo hasta el fin de los tiempos.
Amén. Así sea.
Breve comentario editorial.-
El Libro de las Constituciones, los Antiguos Cargos, la Constitución de Anderson, como indistintamente se llama a la primera Ley Escrita de la Francmasonería Especulativa, ha sido motivo de numerosas traducciones, estudios e interpretaciones. Lo seguirá siendo mientras la Orden exista, por su rico contenido y significación. Diferente es, también, el valor que se le asigna. Algunos organismos masónicos le atribuyen un valor tradicional e histórico; otros le reconocen el carácter de un lindero jurídico e introducen su propia legislación con la trascripción textual del documento que hemos venido analizando. El Supremo Consejo del Grado XXXIII Y Ultimo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos de Norteamérica considera a la '!!ieja Constitución de Anderson como la base fundamental de su STATUS jurídico. Y a se expresó que la Constitución vigente de la Gran Logia de Chile le atribuye el valor del derecho consuetudinario. Conviene advertir, sin embargo, que el primer párrafo de las Constituciones de 1723 ha sufrido algunas modificaciones, la últ'ÍIIna con ocasión de unirse bajo la denominación de Gran Logia Unida de Inglaterra, en 1813, las dos corTientes en ese entonces existentes (11todernos y Antiguos). No nos pronunciamos sobre el hecho. Sólo lo hacemos constar. Para todos aquellos que se califican como pe1·tenecientes a la "Francmasonería Andersoniana", la Constitución de 1723 sigue siendo la CARTA DE TOLERANCIA del siglo XVIII y el más respetable e inconmovible ANTIGUO LINDERO.
Con los documentos históricos incluidos en el presente núme1·o REVISTA MASONICA piensa estar contribuyendo a la Docencia.
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