Revista Occidente - 544 Noviembre 2023

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LAS (SIN)RAZONES DEL CONFLICTO DE ORIENTE MEDIO

* CHILE REALIZÓ LA VI ASAMBLEA DE LA CONFERENCIA DE GRANDES LOGIAS DEL ASIA PACÍFICO

* CHILE: SOSTENIBILIDAD, ECONOMÍA Y CAMBIO CLIMÁTICO

* EL FUTURO DE LA INDUSTRIA ALIMENTARIA Y EL CUIDADO DEL PLANETA

Noviembre 2023

* CONMEMORAMOS LOS 30 AÑOS DE LA PARTIDA DE FEDERICO FELLINI

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Un conflicto religioso:

La otra cara del conflicto

Israel-Palestina

Los pueblos árabes e Israel:

Las (sin)razones de un conflicto

20 VI Asamblea de la Conferencia de Grandes Logias del Asia Pacífico.

Desafíos comunes y culturas integradas

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Economía y cambio climático en Chile:

una ruta hacia la sostenibilidad

30 La industria alimentaria debe evolucionar.

Hacia el cuidado de la población y también del planeta

36 Derechos humanos y ética en la era de la Neurociencia

41 Positividad tóxica: el mundo giró en tu boca y estaba perfecto

44 Opinión

La salud mental hoy en Chile.

Una silenciosa dolencia sanitaria

46 Aquello llamado miedo

52 Polis

Patrimonios locales, desafíos globales

54 Almudena Grandes Hernández

52 Música

Nino Rota. La música para Federico

60 Cine

Treinta años sin Federico

64 La última palabra

Las lecciones de Aristóteles

Fundada en 1944 www.revistaoccidente.cl

Noviembre 2023

Edición N° 544

ISSN 0716 – 2782

Director Rodrigo Reyes Sangermani director@revistaoccidente.cl

Comité Editorial

Ximena Muñoz Muñoz

Ruth Pinto Salgado

Roberto Rivera Vicencio

Alberto Texido Zlatar

Paulina Zamorano Varea

Editor

Antonio Rojas Gómez

Diseño

Alejandra Machuca Espinoza

Colaboran en este número: Guillo

Javier Ignacio Tobar

Eduardo Quiroz Salinas

Andrés Rivette

Roxana Ibarra Briceño

Manuel Cea Acevedo

Pierine Méndez Yaeger

Roberto Berríos Álvares

Gabriela Paz Morales Urrutia

Ricardo Bocaz Sepúlveda

Mauricio Hidalgo-Ortega

Colectivo Trazantes

Jesús Lobillo Ríos

Alberto Fabrizi

Ana Catalina Castillo Ibarra

Rogelio Rodríguez Muñoz

Fotografías

Juan Pablo Sierra Shutterstock

Fotografía Portada Anas-Mohammed/Shutterstock

Publicación

Editorial Occidente S.A. Marcoleta 659, Santiago, Chile

Gerencia General

Gustavo Poblete Morales

Suscripciones y Publicidad

Nicolás Morales suscripciones@editorialoccidente.cl Fono +56 22476 1133

Los artículos firmados u opiniones de los entrevistados no representan necesariamente la línea editorial de la revista. Se autoriza la publicación total o parcial de los artículos con la única exigencia de la mención de Revista Occidente

¿DÓNDE ESTÁN Y CUÁLES SON

LOS TIEMPOS DE LA PAZ?

El verano de 2022 nos sorprendió la invasión rusa a las provincias del Donbás en Ucrania, la que se ha transformado en una larga guerra entre dos países hermanos que formaron parte de la Unión Soviética hace apenas 35 años, demostrando que las cuentas pendientes de la Guerra Fría parecieran no haberse disipado del todo. En esta primavera, un inesperado ataque del grupo terrorista Hamás desata la violencia una vez más en el conflicto árabe-israelí, y despierta de nuevo con sangre y muerte uno de los enfrentamientos geopolíticos y religiosos más complejos y antiguos de que tengamos memoria en la era contemporánea.

Parecieran inútiles los intentos científicos por descubrir a tiempo las vacunas para vencer al COVID, los intentos de la humanidad por fortalecer los lazos de fraternidad y entendimiento entre los pueblos, como los son los encuentros de los organismos internacionales en una mirada más macro, o lo fue la Sexta Asamblea de la Conferencia de Grandes Logias del Asia Pacífico realizada el mes pasado en Santiago de Chile con la asistencia de delegados de más de veinte grandes logias de la región, o el tremendo evento que significa para nuestro país la organización, en estos días, de los XIX Juegos Panamericanos Santiago 2023, donde representantes deportivos de los países del continente se dan cita para competir sanamente, más allá de sus diferencias políticas o culturales, por un récord deportivo y unir a sus pueblos.

Parte de las paradojas de la humanidad es que al mismo tiempo que se avanza en fomentar la paz, las relaciones internacionales, la construcción de normas jurídicas comunes para los pueblos estimulando el intercambio comercial, los acuerdos multilaterales y la consagración de la paz y la democracia para el desarrollo de los países, vemos con pena cómo algunos ponen el riesgo el Estado de derecho, enarbolando el populismo como bandera de lucha, promoviendo la guerra para afianzar sus conquistas territoriales, y también, grupos fanáticos religiosos, rebeldes o institucionalizados, con el pretexto de defender sus febles soberanías siguen dispuestos a matar a niños e inocentes.

Hacemos votos desde Revista Occidente para que prime la cordura sobre la locura, la paz sobre la guerra, la democracia en vez del populismo y la dictadura, el respeto por las ideas ajenas al fanatismo religioso, que prevalezca la vida sobre la muerte, porque solo así habrá espacio para el desarrollo de un mejor futuro para todos.

MASONERÍA Y TE DEUM

Sr. Director,

Con gran satisfacción advertí en las pasadas fiestas patrias la presencia en el Te Deum ecuménica del Gran Maestro de la Gran Logia de Chile representando a todos los masones del país; si bien la masonería no es una religión, si es una institución filosófica, docente e iniciática que procura ser una voz ética en el acontecer social aportando desde una mirada generosa, abierta, laica, el modo de cómo debemos actuar los chilenos en la construcción de nuestra patria y en la edificación del futuro con solidaridad, justicia social, libertad y, sobre todo, fraternidad, conceptos que están tan ausentes en la convivencia nacional y a veces también entre

las disputas de las propias iglesias en su afán de poseer una verdad única y excluyente. La presencia de la masonería en el Te Deum avizora un mejor futuro para el diálogo ciudadano y amplía las fronteras de la tolerancia.

Saludos cordiales, Mauricio Fernández G. Concepción

CONFLICTO ÁRABE-ISRAELÍ

Sr. Director,

Nada hace la comunidad internacional para detener la guerra que una vez más mata familias, ciudadanos inocentes, pobladores a ambos lados de las fronteras de Gaza. Hasta cuando las Naciones Unidas emite órdenes que no son respetadas, ya no por los países beligerantes son por los del Con-

sejo de Seguridad que actúan en forma cómplice con los crímenes de Medio Oriente. Estamos lejos, es cetro, pero el dolor de tanta gente nos afecta igual, no vaya a ser que nuestra indiferencia nos vuelva en contra y más temprano que tarde estemos también involucrados en estos conflictos que no nos son del todo ajenos ni son tan distantes.

Rodolfo Pereira Galindo Santiago

TARKOVSKY

SU OPINIÓN NOS IMPORTA

Envíe sus opiniones en una extensión máxima de 1100 caracteres con espacios a: director@occidente.cl

Occidente se reserva el derecho a editar los textos y ajustarlos a las normas editoriales. El lenguaje debe ser respetuoso y sin descalificaciones.

Sr. Director, Se agradece el interesante artículo que revisa la vida y sobre todo la obra de Andreij Tarkovsky, quizás uno de los creadores cinematográficos más importantes de la segunda mitad del s. XX, del que sin embargo por estos pagos pocos conocen o dimensionan en forma cabal su importancia e influencia. A veces el ser un país tan aislado y lejano, además de no contra con una sólida cultura cinéfila y artística, no permite que los grandes públicos se interesen o motiven con expresiones artísticas de la tala, de las del creador ruso, pero no es el único, una oferta cultural chata desde hace décadas nos tiene yendo al cine sólo a ver bodrios de terror, filmes de repetidos superhéroes y alguna comedia de poco vuelo en nuestras salas. Las buenas películas pasan casi desapercibidas y una gran cantidad de estrenos lisa y llanamente ni siquiera pasan por los teatros chilenos. Por eso el esfuerzo por poner los puntos sobre las íes al menos desde la crítica y la reflexión son aire fresco para quienes amamos el buen cine. Gracias Occidente Paulina Olavarría B. Valdivia

RECUENTO, MÉTODO Y DECISIONES

POR JAVIER IGNACIO TOBAR

Abogado. Académico y ensayista

Como he reiterado en numerosas columnas de esta serie que cumple con ésta ya 39 documentos de seguimiento, la historia es más o menos conocida desde el mes de octubre del año 2019 a la fecha. El llamado “estallido social”, con su amplitud, intensidad y persistencia pareciera más bien haber aunado o hecho converger la diversidad de motivos de muchas de las protestas previas (2011, 2012, 2015 y 2016) en un gran movimiento colectivo. No es que este surgiera de un “pliego” o de una organización unificadora. Fue a la

inversa: de la iniciativa particular de los estudiantes secundarios por evadir el pasaje del Metro de Santiago, se pasó en menos de una semana a un conjunto de eventos de alto impacto, también en Santiago, marcados por la violencia (quema de las estaciones del Metro y otros edificios, ataques a oficinas públicas y privadas, saqueos a supermercados, bodegas y pequeños negocios familiares), al cual siguió inmediatamente la declaración de Estado de Sitio en todo el territorio por parte de la autoridad. A ese primer “estallido” le siguió la protesta masiva propiamente tal, la cual se registró en muchas ciudades, pueblos, calles y caminos del país. Ese fenómeno se mantuvo alrededor de un mes

con distinta intensidad. El Estado de Sitio se levantó y la negociación política llevó a un acuerdo para un plebiscito constitucional durante la noche del 15 de noviembre, la cual estuvo antecedida también por episodios de violencia policial y social, especialmente el 12 de noviembre del mismo año y también por el llamado de las asociaciones de municipios a un plebiscito sobre el cambio constitucional. Luego de ello la masividad se redujo (algunos lo atribuyen a las vacaciones de verano y a la pandemia), pero la frecuencia de las protestas se convirtió en semanal, prácticamente hasta fin de año en los diversos territorios, tomando como epicentro la Plaza Baquedano de la ciudad de Santiago.

El Gobierno del Presidente Piñera estaba atado de manos y sin margen de acción política, con el Partido Comunista y el Frente Amplio pidiendo su salida y con una acusación constitucional en su contra tramitándose en el Congreso Nacional. Se pensó lo peor: que un presidente democráticamente elegido no terminara su mandato, lo que era un retroceso institucional de marca mayor.

La solución institucional ofrecida por los partidos políticos con presencia en el Congreso Nacional, salvo el Partido Comunista, fue un plebiscito para que la ciudadanía resolviera si acaso quería o no una nueva Constitución y, luego, la forma en que ésta debía ser redactada, esto es, que fuera el Parlamento, una Convención Mixta o bien una Asamblea completamente elegida por medio del voto popular. El resto es historia: se eligieron 155 miembros –de los cuales

sólo ejercieron 154 luego del infame fraude “sanitario” del Convencional Rojas Vade–, que trabajaron durante un año de forma asistémica, tomándose 6 meses en la redacción de su Reglamento General (“Comisiones Provisorias” y dejando la discusión de los temas centrales para lo que restaba de tiempo. No hay que olvidar, tampoco, que las demandas ciudadanas del 2019 decían relación, básicamente, con 4 temas fundamentales: pensiones, salud, educación y vivienda, los que quedaron postergados por la plurinacionalidad, la abolición del Senado y la construcción de un sistema político, por lo menos, difícil de entender.

La mayoría de los convencionales eran de la izquierda agrupada en el pacto Frente Amplio y Partido Comunista (“Apruebo Dignidad”), y una presencia tenue del “socialismo democrático”; la derecha, en sus tres vertientes, quedó reducida a la nula influencia en las decisiones por su escasa votación popular.

El texto propuesto en la oportunidad fue rechazado el 4 de septiembre de 2022 por un 68% de los chilenos, azotando a la izquierda más ultra y al Gobierno del presidente Boric dejándolos completamente “off side”.

La catástrofe electoral (ahora con voto obligatorio) obligó a La Moneda a optar por un “Plan B”, el que fue anunciado en un matinal emitido por Chilevisión. Fue ahí cuando el presidente anunció que habría un nuevo proceso para redactar una Constitución en democracia. En corto plazo el Congreso Nacional tramitó una nueva reforma constitucional para la

implementación de un nuevo proceso que consideró todos los errores formales cometidos en el primero, logrando un sistema tripartito compuesto por un “Comité de Expertos” elegido por el Congreso Nacional, un Consejo Constitucional electo por votación popular y una Comisión Técnica de Admisibilidad que actuaría como árbitro, todo bajo un marco de 12 “bordes” constitucionales. Ahora no se partía desde cero y se consideraba la experticia de los “Comisionados” para la redacción de un primer texto que, luego, sería revisado por quienes resultaron electos para integrar el Consejo Constitucional.

Ahora bien, es preciso mencionar que el primer proceso no tuvo apoyo al inicio de su trabajo por parte del Gobierno del presidente Piñera, trabajaron y levantaron su trabajo desde la nada y cometieron los errores de principiantes (de forma y de fondo) propios del brío del triunfo avasallador que le daban los números. No quiero pensar que hubiera pasado si acaso no hubiera estado John Smok a cargo de un disminuido –en número– grupo de abogados que hicimos lo que pudimos para que el Reglamento fuera respetado.

Rechazado el texto uno, como dije, el presidente y su equipo resolvieron que lo más apropiado era continuar de inmediato con un nuevo proceso. En éste, quizás en una secuela de lo que fue la votación de septiembre del año 2022, y con voto obligatorio, la mayoría del Consejo Constitucional quedó integrada por miembros del Partido Republicano (de extrema derecha), quienes, curiosamente, querían mantener la Constitución de 2005. Es decir, la mayoría que quería mantener el texto vigente, ahora estaba a cargo de llevar adelante el nuevo proceso para sacar adelante la tarea. Fue la izquierda la quedó reducida ahora a la no influencia, tal como fue en el caso de la derecha en el proceso 1.

Finalizado el segundo proceso, el texto ya está circulando y el próximo 7 de noviembre será entregado al presidente de la República cumpliendo así el mandato constitucional.

Tuve la suerte de estar en ambos procesos y ver en “primera línea” las negociaciones, los temas y la participación ciudadana que fue liderada de manera incuestionable por las Universidades de Chile y Católica de Chile, junto al resto de las Casas de Estudio acreditadas por el Estado a lo largo de todo el país. Esta vez sí hubo participación ciudadana medible, sistematizada, analizada y entregada de manera formal en tiempo y plazo para incidir.

¿Pero qué pasó que este proceso nunca despertara el interés ciudadano de carácter casi épico que tuvo el primero? ¿Agotamiento? ¿”Fatiga Constitucional”?

¿Desarraigo de las instituciones o del sistema político? No lo sé, y seguramente será labor de sociólogos y politólogos investigar las respuestas a estas preguntas.

En lo que toca al segundo proceso que concluye (en el trabajo legislativo) el próximo día 7 de noviembre con la entrega del documento final a S.E. el señor presidente de la República, es claro que ha navegado todo el tiempo contra la corriente y con las pesimistas cifras que arrojan todas las encuestas sobre su resultado. A dos meses del plebiscito del 17 de diciembre, cerca de 20 puntos separan las alternativas del “a favor” del “en contra”, observando la primera pequeños repuntes en el último mes en las mediciones semanales.

Pero luego de este breve recuento contextual, es importante tomar decisiones y, para ello, propongo un método.

Sería inútil comparar el texto rechazado masivamente por la ciudadanía el 4 de septiembre del año pasado con el que entregó ahora el Proceso Constitucional 2023. Sí es importante tener presente que llevamos 4 años discutiendo sobre los “grandes acuerdos” por los cuales claman las mayorías, pero que, hasta ahora, parece no existir en las élites dirigenciales o en los tomadores de decisiones, un canal que haga posible la necesaria cesión de posturas para construir una Constitución en democracia. En el primer proceso, sobrecargado de ripios formales y de fondo, excentricidades y discusiones bizantinas en tiempo récord, la izquierda no fue capaz de proponer una fórmula que mostrara esos “grandes acuerdos”, pero sí instaló temas que no habían sido tratados jamás en un formato normativo constitucional, como es el caso de los cuidados, el medio ambiente, la paridad

y los derechos sociales. En el actual proceso, con muchas diferencias en las formas en que primaron las corbatas, los trajes de dos piezas, la formalidad y el buen trato entre los consejeros constitucionales, y por sobretodo en el trabajo legislativo, cumplimiento de plazos y registro de las discusiones, al parecer tampoco fue posible que la embriaguez del triunfo masivo de la extrema derecha dejara de lado sus postulados más controvertidos para arribar a esos mínimos comunes que son necesarios para la convivencia de la polis.

Nuevamente, la aspiración por normativizar aspiraciones morales fue más fuerte. Y las Constituciones no son para eso, sino todo lo contrario; se trata, precisamente, de dejar de lado las mismas para acceder de manera desprejuiciada y generosa a lo que efectivamente una “casa común”. Elevar a rango constitucional materias que son de ley o retroceder en algunas materias parecen no ser pájaros de buen augurio. Pero, como siempre, será la democracia, por medio del voto popular, la que resuelva si la propuesta es viable o no.

En cuanto al método para resolver (al menos por mi parte) la decisión final, creo que es necesario comparar la propuesta con el texto vigente del año 2005. Como es imposible, salvo para quienes nos dedicamos a estos temas, leer el texto completo y comprender de manera precisa todos los artilugios jurídicos que están en el entramado de la redacción del texto, creo que es un buen ejercicio elegir 3 temas y comparar cómo están regulados en el texto propuesto y la forma en que existe el texto vigente. Luego de lo anterior, valorar, ahora sí de forma moral (malo/bueno), racional y contextual si esos asuntos cuadran o no con nuestras propias percepciones

de lo que tiene que ser una Constitución Política. Así, por ejemplo, si a usted le interesa la descentralización, puede hacer el ejercicio. Si en cambio le interesan los temas económicos y regulatorios, también puede hacerlo, mismo caso con la protección de la vida de qué o quien está por nacer, las pensiones, la educación, la salud y el acceso a la justicia.

Cabe hacer presente que el texto propuesto por el Comité de Expertos, de acuerdo con los datos recogidos por la Secretaría Ejecutiva de Participación Ciudadana, antes de las modificaciones introducidas por el Consejo Constitucional, tenía cifras de aprobación –norma por norma- que no bajaron del 80%.

Sin perjuicio de lo anterior, hago expresa mención de que ambos textos finales de los procesos 1 y 2 son maximalistas, aunque el segundo está redactado de manera más legible y, quizás, sistémica.

Finalmente, podemos preguntarnos si no hay un cierto reconocimiento de impotencia al querer explicar nuestras conductas postulando arbitrariamente en su origen una “pulsión” o un “instinto” como causa suficiente; decir que una “pulsión agresiva” explica nuestra agresividad es como explicar nuestra propensión al sueño por un “instinto dormitivo”, pues la “pulsión del ser” la compartimos con toda la materia; la “pulsión de vivir” con todos los seres vivos; pero la “pulsión de existir” es específicamente humana. Es por ello que quizás el problema que “estalló” el año 2019 no tuvo una buena lectura y por eso, tal vez la salida constitucional no era el camino, menos aún cuando no se cuenta con un “Plan Estratégico de Desarrollo” que sea necesario normar.

Pero ahora es tiempo de elegir qué temas estimamos como relevantes, evaluarlos metodológicamente y dejar de lado -como lo haría un “fenomenalista”- los prejuicios y enfrentar la realidad tal como es y qué es necesario para construir el futuro que, hoy por hoy, se presenta muy incierto con los horrorosos niveles de escolarización, las abultadas listas de espera en salud, el numeroso grupo de personas asentadas en campamentos y la eterna concentración de Poder económico y político en manos de unos pocos, teniendo siempre presente que la libertad de culto y de pensamiento son pilares fundamentales de la democracia en un “Estado Laico”, porque en caso de permitir que nuestras convicciones religiosas y supersticiones entren en el ruedo de la discusión pública, el retroceso será real y volveremos a tiempos que no queremos recordar.

Ahora la decisión es nuestra y, quizás, la primera pregunta es si acaso es necesaria o no una nueva Constitución para hacer frente a los problemas que hoy aquejan a la sociedad chilena.

UN CONFLICTO RELIGIOSO: LA OTRA CARA DEL CONFLICTO ISRAEL-PALESTINA

POR EDUARDO QUIROZ SALINAS

Escritor, académico e Ingeniero

Hemos sumado un nuevo conflicto bélico a la ya larga lista de los que nos cuenta la historia al respecto. Otro, además, con el componente de la intolerancia religiosa. Un oxímoron si recordamos que religión viene de religare, que significa reunir. Paradojas de la historia humana. No nos adentraremos en detalles del conflicto como tal, desde el punto de vista noticioso, sino mostraremos una cara de él que justamente se suma a los políticosociales que envuelven este conflicto, pero que, dada la lejanía, no son tan conocidos y quizá puedan complementar vuestras reflexiones al respecto.

Sabemos que, en la zona del Medio Oriente, la religión, en sus variantes islámicas y del judaísmo,

ha sido condimento en varios conflictos bélicos y sociales desde la segunda mitad del siglo XX. Hitos importantes en ello son la creación del primer Estado Judío en 1948, la Revolución Islámica en Irán de 1979, cuando emergió un ayatolá, segundo a cargo en la línea clerical chií, como líder de la revolución y se instauró una teocracia. En lo que respecta a hechos más cercanos en la línea temporal, podemos mencionar diversos ataques terroristas con motivaciones religiosas, como la destrucción de las Torres Gemelas en 2001, el ataque a los trenes en Madrid el 2004, entre otros realizados por Al Qaeda, así como los Yihadistas en diversas ciudades europeas entre el 2015 y el 2017 (París, Bruselas, Barcelona, Londres). Recordemos que Yihad, acorde a la Enciclopedia del Islam, se refiere al decreto religioso de guerra, basado en el llamamiento del Corán a dar a conocer la ley de Allah.

No todo, en todo caso, es contra los Kafir o “infieles”, como se les llama en el radicalismo Islámico a los que no profesan ese credo. También los conflictos son internos, como pasaremos a revisar en las siguientes líneas. Ello se dará siempre en un ambiente donde el fanatismo hace nata, pues, como sabemos quienes conjugamos la racionalidad con las creencias, las interpretaciones serán tan personales y amplias como personas compongan una entidad de dicho tipo y hay que evitar, siempre, la literalidad, en pos de un real beneficio para la humanidad.

Podemos mencionar, además, dentro del mundo islámico y en medio del período de las “Primaveras Árabes”, el caso de Yemen, donde los “Partidarios de Dios”, Ansar Allah, también conocidos como hutíes, confesionales zaydíes, rama del Islam shií, están enfrentados a los partidarios de una de las vertientes del salafismo suní, dentro de las distintas que existen a su vez dentro de ella, siendo el salafismo yihadista la más extrema. Es importante evaluar la ideología que fundamenta a las organizaciones yihadistas suníes en la actualidad [Suárez, 2016]. En ese sentido y para mayor información es recomendable el texto El pensamiento salafista yihadista y su concepto de yihad, del doctor en derecho internacional Juan Marcos Suárez. Reyertas similares hay en Bahréin y Líbano, entre otras.

La realidad Palestina no dista mucho de lo expuesto en cuanto a división y a múltiples ideologías, unas más radicales que otras. De hecho el mismo territorio palestino actual tiene dos gobiernos. La OLP controla la zona de Cisjordania y, de facto, el grupo terrorista Hamas controla la zona de la Franja de Gaza. Hamás es el acrónimo de Harakat al-Muqáwama al-Islamiya, que significa Movimiento de Resistencia Islámica además de su traducción literal. Respecto al Islam, tampoco están “centralizados” ni existe unidad. Los grupos mayoritarios son los sunitas y los chiitas. Incluso esta misma división tuvo un componente de poder como elemento gatillador de la separación. Mahoma, el profeta que difundió en el siglo VII las enseñanzas de Alá, no tenía hijos masculinos - y está demás recordar el componente machista originario de todas las religiones abrahámicas - y ello provocó un cisma en sus seguidores sobre quién iba a “liderar” a los musulmanes. Ahí se produjo la primera división y ha sido mantenida en el tiempo durante siglos con bastante encono entre ellas por quién es “la verdadera”. De los seguidores de la Sunna, que es el conjunto de mandamientos y enseñanzas que según la tradición islámica fueron enseñados originalmente por Mahoma y sus primeros seguidores, un grupo radicalizado, fanático y heterodoxo del islamismo, formó la agrupación Hamas, en medio de la intifada de 1987,

contra la ocupación israelí en Cisjordania. Por su parte, otro subgrupo también fanático, autodenominado Estado Islámico emergió empezando el siglo y ha incluso gobernado territorios, como es el caso del EIIS y EIIL, Estado Islamico de Irak y Siria o Levante, respectivamente. De corte fundamentalista yihadista y wahabita cuyo objetivo es levantar califatos. Éstos son una variante de una teocracia, en este caso del tipo islámico, con un Califa, que es un “delegado de Mahoma”, como administrador y regido bajo leyes religiosas, no civiles ni menos laicas. Al igual que en el caso de los israelíes, los grupos fanáticos son rechazados por los moderados, que en teoría son mayoría.

La realidad israelí tampoco dista mucho de lo que acontece en distintos países del culto islámico y se ven en el cotidiano diversos enfrentamientos entre sionistas y antisionistas, asquenazíes y sefardíes o entre laicos y religiosos [Caro, 2018]. Los conflictos que se registran en la sociedad israelí contemporánea están, en gran medida, relacionados con el poder religioso y político de la ultraortodoxia y las dificultades que esto acarrea para el mundo progresista y laico [Zafiro y Peled, 2002]. Si nos centramos netamente en el ámbito de las religiones, es posible diferenciar tres facciones al interior del judaísmo, que se repite además fuera del territorio actual de Israel [Álvarez, 2007], pese a la percepción global de que son homogéneos en sus posturas político-religiosas. Siquiera lo son en su procedencia, donde son múltiples sus lugares de origen, aunque son mayoritarios los grupos alemanes (asquenazíes), españoles (sefardíes) y del oriente medio (Mizrajíes). En cuanto a la religión los grupos mayoritarios son los judíos ortodoxos, los conservadores y los reformistas, aunque existen más variantes, pero hasta hoy minoritarias.

Los primeros, a su vez, se dividen en tres. Judaísmo ortodoxo moderno, que son los que intentan encontrar un balance entre los preceptos judíos y sus leyes y el mundo contemporáneo y laico. Sin embargo, al ser ortodoxos son firmes en lo que concierne a la halajá, que es el cuerpo de reglas del judaísmo extraídas de la Torá escrita y oral y que incluye los 613 mandamientos o mitzvot, la ley rabínica y talmúdica y lo que contempla el libro Shulján Aruj. Luego está el sionismo religioso, que son el grupo que defiende la idea de un Estado Judío basándose en la religión y contempla la búsqueda de la unión judía para la colonización de Palestina. Normalmente están representados políticamente por el partido Mizrachi, que es acrónimo de Merkaz Rujani, que significa “Centro Religioso”. En síntesis, son un intermedio que mezcla el judaísmo ortodoxo con el sionismo. Finalmente, dentro de los subgrupos están

ANTHONY CORREIA

los haredi, que son los que rechazan todo modernismo o interpretación contraria a la Torá. Son los llamados ultra ortodoxos y fueron famosos hace poco en la plataforma de Youtube cuando fueron grabados, niños incluidos, agrediendo a unos católicos que predicaban en territorios de Israel. Su radicalismo es tal que uno de sus principales preceptos es que la Torá fue entregada por su Dios en el monte Sinaí y sus leyes son un manual de instrucciones para el mundo. Viven, de hecho, alejados del mundo secular o laico, judío y no judío y no se mezclan ni conviven con quienes no pertenecen a su misma ideología. Este grupo es antisionista pues creen que su antiguo Estado fue destruido por su propio Dios, el cual, a su vez, con la llegada de un mesías les devolverá un nuevo Estado. Si no es de esa manera, no adhieren al Estado Judío.

El segundo grupo, los conservadores, también llamado masortí (“tradicional”), tuvo su nacimiento en Alemania y básicamente siguen la línea de defensa de la Torá, la ley judía y las costumbres, pero conviven con el mundo contemporáneo y la democracia, además de ser partidarios del sionismo. Recordemos que el sionismo es el movimiento judío nacionalista que busca el establecimiento de un Estado para el Pueblo Judío en la tierra de lo que hoy se conoce como Israel. Son los que promovieron la emigración judía a Palestina para alcanzar ese objetivo, cuyas oleadas se denominaron aliot, en plural y aliá en singular. Si bien practican la fé judía, no son fundamentalistas en su interpretación y aplicación y permiten una visión

crítica de sus escrituras. Pese a ello, rechazan los conceptos de ateísmo y politeísmo. Dentro de sus interpretaciones es posible encontrar el panteísmo, como el planteado por Landauer, cercano al concepto de Spinoza, quien a su vez era descendiente judío de origen Sefardí. También es posible encontrar la cábala, una vertiente del racionalismo y teísmos limitados, entre otros. Lo anterior es porque, si bien se apegan a la Torá, entienden que ella no fue revelada directamente en el Monte Sinaí, como los ortodoxos, sino señalan que fue divinamente inspirada. En otras palabras, no tiene un origen divino como tal.

El tercer grupo más común, considerando que hay varios grupos más, es el de los reformistas. Los también llamados progresistas, principalmente se diferencian de los otros dos grupos porque defienden y abogan por permitir una interpretación personal respecto de los preceptos religiosos del judaísmo. El movimiento reformista aspira a fortalecer el compromiso del pueblo judío y su herencia, sin estar confinado a asuntos rituales y que la obligación de las mitzvot no deberían contraponerse con la relación con el prójimo y propone un método de cinco puntos para determinar qué mandamiento seguirán revisando propósitos y posibilidades, y en última instancia, pero igual de importante revisando que no haya conflicto entre mitzvá y su propia conciencia [Tabory, 1982]. En la práctica son los más cercanos a lo que hoy se conoce como derechos de la mujer e incluso de la diversidad sexual. Fueron de hecho los primeros en ordenar rabinos mujer y su interpretación respecto al mesianismo no

es literal, sino simbólica. En un principio acogieron el antisionismo, acorde a su rechazo a la literalidad y el dogmatismo. En el tiempo actual están más proclives a él y participan activamente. Es importante, dicho sea de paso, comprender que el antisionismo no es lo mismo que antisemitismo. De hecho, hace unos días atrás la Organización Internacional de Judíos contra el Sionismo declaró: “Los ataques de Israel en Jerusalén Oriental son inaceptables”. Además, finalizó: “La única explicación que se le puede dar a esto es que el movimiento sionista necesita de la guerra para existir y ganarse la simpatía del pueblo judío. Necesitan la guerra para poder decirles a los judíos, miren, estamos en peligro, los palestinos son una amenaza para nosotros”, señaló el rabino estadounidense Dovid Feldman. No es posible, en un par de páginas, describir todas las características de este conflicto ni, menos, entregar veredictos o emitir juicios. Por lo demás, tampoco es la intención de este ensayo expositivo. Sin embargo, si lo es el confirmar, por enésima vez, como la religión, cuando es llevada a un nivel literal y fanático, lejos de su esencia, no sólo provoca conflictos bélicos, muerte y aviesos parágrafos de la historia de la (in)humanidad, sino que, incluso cuando no fue su origen o raíz, pero interviene o se agrega a las causales, aleja más aún la

posible solución, de manera pacífica, consensuada y civilizada, puesto que desata los peores enconos de sus adherentes. Capítulo aparte es la noticia de que la Orden Soberana del Templo de Cristo, sucesores de la Orden del Temple, también conocidos como los Templarios, estén demandando a la Iglesia Católica y exigiendo no sólo su restitución y algunos otros ítemes, sino además: “autorización para formar un ejército o cuerpo armado para intervenir en conflictos religiosos y como mediador entre partes”. Sólo imaginen cómo sería la inclusión de un tercer “ejército religioso” en la ecuación. Noviembre, paradójicamente, es el mes en que nació François Marie Arouet, uno de los más grandes exponentes de lo que hoy conocemos como laicismo, que no es más ni menos que la separación de las iglesias o instituciones ligadas a las creencias de los Estados civiles, tal que cada quien pueda ejercer libremente su libertad de conciencia y adoptar o no, por supuesto lejos del fanatismo, el dogmatismo y la intolerancia, ninguna, una o más creencias de las miles que coexisten entre nosotros en la actualidad. ¡Cuán lejos estamos de ello, mi querido Voltaire! Ni los 329 años que nos separan de tu nacimiento han sido suficientes para detener la barbarie y construir día a día cada vez más cortapisas para algo tan hermoso como la libertad, la igualdad, la fraternidad y la tolerancia.

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LOS PUEBLOS ÁRABES E ISRAEL: LAS (SIN)RAZONES DE UN CONFLICTO

POR ANDRÉS RIVETTE

Cientista político

Intentar descifrar el conflicto del Medio Oriente no es tarea fácil. Dependerá siempre del cristal con que se mire o del punto de vista que el analista elija para abordar el tema. A veces incluso resulta del todo inútil remitirse a los aspectos históricos para comprender a fondo el fatal enfrentamiento entre unos y otros, sobre todo porque más allá de las explicaciones, lo que aparece siempre son nuevas miradas, reacciones depositadas en el tiempo que, aún más, resueltos eventualmente los conflictos de origen, no encuentran solución ya que la acumulación de sedimento cultural larvado por décadas impide retrotraer el enfrentamiento a las causas que eventualmente lo gatillaron. La leche derramada no puede volver al vaso. Sin duda, este conflicto está determinado por factores políticos, geopolíticos, que comporta la importancia estratégica de la región desde la Antigüedad, como pasadizo entre Oriente y Occidente por una tierra bisagra que separa/une los mundos desde los inicios de la Historia. Pero sin el componente religioso, la crisis crónica se esa ambicionada geografía no

CAÍN Y ABEL
BATALLA DEL PUENTE MILVIO (COMBATE ENTRE CONSTANTINO I Y MAJENCIO)

sería distinta a la de cualquiera otra; allí surgieron las primeras religiones monoteístas, y para cada una de ellas el significado trascendente que supone esta tierra remueve los inquietos espíritus de pueblos, entonces nómadas, que construyeron su identidad a la luz y sombra de sus propias interpretaciones de los textos sagrados como ley moral y respuesta a las incertidumbres que, paulatina y persistentemente después, la ciencia se ha ido encargando de dilucidar, y que aún en la ignorancia de la trashumancia antigua, algunos persisten en dar carácter divino a los viejos mitos de las tierras que conforman el Levante de Canaán.

Choca a la mentes modernas entender las leyes del levítico o las normas del Deuteronomio, las explicaciones variopintas de la tradición hebraica que no son diferentes a las de los pueblos hermanos herederos de Ismael, que como Caín y Abel sumergen su odio por los designios de un Dios que de justo, benévolo y misericordioso tiene poco y nada, que ofreció una tierra en promesa para uno de los pueblos, separando las estirpes de la familia abrahámica en dos pueblos bíblicamente irreconciliables, que con la tradición de la palabra hablada, los convertiría tras siglos de disputas, en enemigos fratricidas. Se trata de una misma raza y de un mismo Dios, creado a

imagen y semejanza de sus propios profetas, aunque distanciados en los matices que los exégetas daban a cada texto sagrado, a cada parábola, descifrando los sentidos místicos de las leyendas y las profecías. Desde entonces, emperadores romanos y reyes, papas y caballeros, concilios episcopales e imperios, usaron y abusaron del sentido religioso de esas creencias, les dieron forma para gobernar a sus pueblos, establecieron un canon rígido y excluyente, establecieron las doctrinas del aparato santo, se llegó a legitimar la tortura y la muerte a quien no fuera fiel; ejércitos de centenares de miles de hombres acudieron a la Tierra Santa a salvarla de los enemigos de Dios a espada y fuego, de muertes y revanchas sin fin, en una escalada de horror para instalar una verdad única que diera respuesta patente a las frágiles y temerosas existencias humanas amenazadas por la Inquisición, la caza de brujas, la ausencia de libertad de pensamiento y la concientización de las conciencias.

Pero por mientras, o junto con lo anterior, desde la síntesis hebrea surgía el cristianismo con su ecléctica carga sinodal que bebía de las fuentes del mitraísmo y que se nutrió de los influjos de toda creencia oriental en boga más allá de los valles babilónicos y luego, con los años, de las diversas tradiciones paganas celtas,

griegas y romanas. Al principio fueron perseguidos los cristianos y a continuación los judíos a causa de la oscura leyenda de la muerte de Jesús el nazareno. Perseguidos, juzgados, asesinados y expulsados, sus barriadas y guetos se originan en la Europa medioeval a las afueras de las ciudades amuralladas; obligados a protegerse en sus idiomas y tradiciones, sus riquezas las llevaban consigo de pueblo en pueblo de patria en patria en cada huida y escapada, convertidas en monedas de oro y plata más no en un espacio vital donde ejercer su poder soberano. Mantuvieron sus tradiciones en las grandes capitales del s. XVI, incluso en la España musulmana, donde

convivieron en paz con los emiratos de Córdoba y los reinos taifas hasta que los árabes son expulsados de Granada y los judíos de la península por los reyes católicos. Sefaraditas y asquenazis vagaron por el Mediterráneo, se desplegaron entre Tesalónica y Kiev, París y Viena, Atenas y Esmirna hasta que la causa sionista a fines del siglo XIX motivó a las grandes potencias a buscar una solución para darle tierra al pueblo judío. Expulsados de la Rusia zarista y de la bolchevique, esclavos en sus propios barrios, víctimas de pogromos, traslados en tren apiñados como ganado a los centros de exterminio en el holocausto nazi, algunos huyeron a América y desde el fin de las grandes guerras un largo y decidido peregrinaje para instalarse en Tierra Santa impulsados por la declaración del senador Balfour que buscaba con ansias un hogar soberano para el sufriente pueblo judío. Con la derrota del Imperio Turco Otomano en 1917, las tierras de Palestina se convirtieron en protectorado británico. Ya había colonos judíos allí conviviendo en paz con drusos, cristianos y, sobre todo, musulmanes, hasta que la oleada de inmigrantes de Europa comenzó a desestabilizar la Región. Entonces el ejército británico engañó a bereberes y beduinos cuando les prometió una gran patria panárabe si las tribus del desierto los ayudaban a expulsar a los turcos de Tierra Santa, partieron en Alkabha y luego hacia el norte con el apoyo de las dinastías jordanas y saudíes, al tiempo que colonos judíos migraban a su propio edén bíblico. Tras la Primera Guerra y la instalación de la nueva Turquía circunscrita ala península de Anatolia bajo las órdenes modernizadoras del Atartuk, las

JORDANIA

tierras árabes del antiguo imperio fueron divididas en dos territorios, al norte un protectorado francés con el Líbano y Siria, Beirut, se decía era la capital más europea de Oriente Medio, y al sur un protectorado inglés que rápidamente fue dividido en dos territorios uno para Jordania y el otro para Palestina y al que cada día llegaban más colonos judíos. El encuentro entre los nuevos colonos y los residentes provocó en 1920 los primeros entreveros entre palestinos e israelitas, tal como fue la disputa que anticipó el Yavéh bíblico entre Isaac e Ismael, ambos hijos de Abraham, aunque el primero hijo de su legitima mujer, Sarah, y el segundo, de su concubina, la esclava egipcia, Agar. El horror del Holocausto apresuró por parte de las grandes potencias la necesidad de crear un estado de Israel en ese agreste paisaje entre el Mediterráneo y el río Jordán al sur de los cedros fenicios y al noreste del Sinaí. Naciones Unidas dividieron en dos partes casi iguales la tradicional Palestina, a los palestinos les dio la Cisjordania, Gaza y las Alturas de Golán con los pagos que los rodeaban, aproximadamente un 55% del territorio, y a los judíos los asentamientos territoriales restantes, el 45%, con una ciudad como Jerusalén resguardada por las propias Naciones Unidas, aunque disputada en las cuadras de la antigua ciudad bíblica por armenios, cristianos, judíos y musulmanes.

La partición resultó compleja, territorios sin una necesaria continuidad geográfica, pueblos salpicados entre palestinos e israelitas, y de facto comunidades completas de ambos pueblos instalados en territorios contrarios. Ello provocó especialmente la indignación de los palestinos por no haber sido parte de la consulta que buscara una solución a la situación judía y por la displicencia de las grandes potencias por no haber hecho un trabajo de seguimiento tras el retiro de las tropas británicas en la Región, sobre todo por el engaño que sufrieron los árabes en sus promesas de la creación de un solo estado árabe en la zona tras la derrota de los otomanos en la primera Guerra Mundial. (ver film “Lawrence de Arabia” de David Lean) La posibilidad de convivir pacíficamente era posible, pero no con los desatinos de los imperios vencedores de la Guerra y sus ingentes intereses geopolíticos. Los ingleses y estadounidenses estaban más preocupados de una Guerra Fría que recién comenzaba o de sus inversiones petrolíferas en Irak o Irán, como la de su amistad con Egipto por la importancia estratégica del canal de Suez. Sin duda todo se pudo haber hecho mejor, pero las naciones triunfantes enceguecidas de arrogancia se comportaron como jueces y parte en todos los conflictos políticos internacionales desde entonces, asumiendo un rol de no neutralidad,

jugando sus cartas en beneficio de sus mezquinos intereses, en vez de ejercer un liderazgo que permitiera construir una paz duradera entre esos pueblos con el consiguiente respeto de sus soberanías. Es así como Francia mantuvo cruentos conflictos en Vietnam y Argelia, lo que casi produce el colapso de la propia metrópoli, o el Reino Unido que al desmoronarse el imperio, dividió a la India entre musulmanes e hindúes, con territorios como los de Pakistán sin solución de continuidad, o EE.UU. para ampliar la influencia del “mundo libre” se enfrentó en Corea y Vietnam a guerras intestinas provocando profundas heridas en su convivencia nacional, y como si fuera poco, el régimen estalinista exportando su Revolución a diestra y siniestra acompañando su escurridiza utopía con hambre, muerte y desolación. Al principio, los vecinos árabes no aceptaron la creación del estado de Israel, no al menos en el modo de cómo se hizo, lo que no significa necesariamente que a estas alturas de los hechos, la solución pase por

deshacer lo realizado. Con el tiempo muchos países árabes han reconocido el derecho de la coexistencia de Israel y de una Palestina soberana, los acuerdos firmados desde los años 90 ratifican esa voluntad entre los estados, sin embargo, mucha agua sigue corriendo bajo el puente. La letra muerta de estos tratados es de responsabilidad de los grupos rebeldes de inspiración terrorista y yihádica, pero también lo ha sido de la voluntad parcial de las grandes potencias que no han querido (o no han podido) dar apoyo a una patria palestina soberana, en desmedro de un apoyo irrestricto a la causa israelí. Otro elemento que se debe considerar es la asimetría en las partes, ya que mientras por un lado tenemos a un estado institucionalmente desarrollado, con sólidas estructuras democráticas y que cuenta con un importante arsenal armamentístico y apoyo internacional; por el otro tenemos grupos fanáticos descolgados de toda institucionalidad palestina, que de suyo es feble, que transita entre la institucionalidad política y la rebelión armada, un pueblo que vive en permanente ocupación, donde incluso, contra su voluntad, ha sido segregado por la construcción de fronteras amuralladas al interior de sus propias ciudades, aislando de servicios básicos a cientos de miles de pobladores, lo que hace ver la reacción violenta de los grupos extremos, como una rebeldía explicable a los ojos de algunos románticos despistados.

Estos antecedentes han estado en la ecuación desde las primeras asonadas militares, primero fue la invasión por parte de los países de la Liga Árabe del territorio en 1948 el mismo día que el nuevo estado declaraba su independencia y con una ONU que, haciendo la vista gorda, se retiraba sin actuar mediando una solución de paz. Tras el conflicto Israel aumentó su territorio en un 26% generando casi un millón de refugiados palestinos. En 1956 en un intento de recuperar el canal de Suez por parte de Inglaterra y Francia, Israel se tomó la península del Sinaí y la franja de Gaza, lo que produjo una inédita reacción entre EE.UU. y Unión Soviética, entonces firmes adversarios políticos, actuando en conjunto para obligar a devolver el canal a Egipto y retirar a las tropas israelitas de los territorios ocupados. El canal y la península del Sinaí volvieron a Egipto y Gaza a Palestina. Lo que en un principio fue una derrota para el país de la legendaria Cleopatra, se transformó en una victoria moral para los intereses árabes en la región. La Guerra de los Seis Días una década después reconfiguró la presencia israelita en el territorio, y los distintos conflictos como la guerra en el Líbano, la invasión de EE.UU. a Irak, incluso la guerra civil en Siria más recientemente, han estado siempre con el enfrentamiento árabe-israelí en la mira. Sin un estado palestino soberano en forma, sin el apoyo de las grandes potencias, sin la capacidad de reconocer la existencia de dos países por parte de

toda la comunidad internacional será difícil gestionar la paz, al mismo tiempo con un estado de Israel que ambicione cada vez más territorio, sin la capacidad cierta de intervención de la ONU o de su comité de seguridad activo para frenar las arremetidas israelitas, o al menos sin que las grandes potencias actúen en forma ecuánime en el conflicto, no habrá paz.

Por eso ningún análisis se trata aquí de buenos y malos, de victimas o victimarios. Y no se trata de no asumir una posición por uno u otro bando, como a veces se reclama desde lejos, la exigencia de una necesidad de tomar partido, de alinearse en causas excluyentes, acusando al otro de estar equivocado a raíz de la posesión absoluta de una verdad única, máxime si es la religión, el mandato de Jehová o Alá que está detrás. Por mi parte, trato de elegir siempre una reflexión y una mirada que sea parte de la vida y de la democracia, que esté detrás del respeto a las instituciones y a la promoción a toda costa del diálogo como única forma de progreso de los pueblos.

Desde el análisis geopolítico, incluso desde una filosofía de pizarrón, uno podría entender eventualmente las motivaciones de los grupos fanáticos, su impotencia y su desesperación, entender el miedo del ciudadano cualquiera a uno u otro lado de la muralla, por la amenaza de una bomba o un atentando, entender el legítimo sentimiento de defensa de una nación frente al ataque sorpresivo de terroristas, sin embargo, a la hora de analizar éticamente la acción humana, no podemos sino condenar todo tipo de violencia, cualquiera sea su motivación, cualquiera su consigna, que por lo demás, como se ha visto tras tantos años de miseria y devastación, sigue siendo inútil al momento de establecer una paz duradera o el bienestar de un pueblo.

Indigna constatar hoy que todos aquellos parciales de causas reivindicativas a sus propios intereses, rasguen vestiduras viendo la paja en el ojo ajeno, relativizando los propios horrores, los crímenes de sus simpatías, siendo incapaces de condenar la violencia como mecanismo de reivindicación de justicia. La violencia hacia la población en cualquiera de sus formas, y la muerte de inocentes es repudiable cualquiera sea el color de la víctima, cualquiera el uniforme del agresor. Si seguimos tomando parte por una razón política, religiosa o cultural que violente en nombre de la paz contra los otros nos hacemos parte de ese creciente odio infinito.

Incluso en nuestro país, personas que eventualmente están en un mismo partido político, o son parte de una misma familia, o son tan ajenos a los problemas de fondo de esos pueblos, asumen la defensa o justificación de las acciones de uno u otro

sólo por la herencia remota de un apellido o por los dogmatismos o los prejuicios que ha abrazado en toda su vida, sin ser capaces de tomar distancia y juzgar los hechos en su mérito.

Son tan criminales los grupos extremistas de Hamás, como lo fueron en su momento de Hezbolá o Al Fatah, da lo mismo la causa que los movilice, lo es también el estado de Israel cuando – incluso estando en posesión de los poderes que le entrega su propia ley- arremete y arrasa contra poblaciones enteras e inocentes en un territorio extranjero como Gaza so pretexto de una legítima defensa. Criminales son todos aquellos que encuentran en la muerte y el vasallaje solución a sus problemas políticos, económicos, religiosos y culturales, lo fue el nazismo con su régimen de odio y muerte; el estalinismo que encandiló a tantos románticos con sus revoluciones; las tropas estadounidense en Vietnam; la legión extranjera en Argelia; lo fueron serbios y bosnios enfrentados en Sarajevo, los marines en la invasión a Irak; los idealistas latinoamericanos ensayando guerras revolucionarias con campesinos y pobladores muertos en nombre de un supuesto socialismo; fueron también criminales las dictaduras en Chile, Argentina o Brasil entrenadas para torturar en las escuelas de las Américas por la CIA y tantos otros a quienes no les cabe sino el nombre de gorilas, con el respeto que me merece el noble simio centroafricano.

No nos queda sino optar por la paz, la democracia y el diálogo como formidable antídoto contra las injusticias, el vasallaje y la muerte, alinearse por meras funcionalidades sanguíneas, místicas o interesadas no es sino ser parte de la misma guerra, que como siempre son muy difíciles de entender aunque muchas veces sean fáciles de explicar.

VI ASAMBLEA DE LA CONFERENCIA DE GRANDES LOGIAS DEL ASIA PACÍFICO

DESAFÍOS COMUNES Y CULTURAS INTEGRADAS

MÁS DE 22 DELEGACIONES SE REUNIERON

EN IMPORTANTE ENCUENTRO MASÓNICO ORGANIZADO

POR LA GRAN LOGIA DE CHILE

POR ROXANA IBARRA Periodista

JUAN PABLO SIERRA Fotografías

Entre los días 11 y 13 de octubre recién pasados, la Gran Logia de Chile fue sede de la Sexta Asamblea de la Conferencia de Grandes Logias del Asia Pacífico, que se realiza en el país previamente acordado en la reunión que le precede. Un hito relevante para la institución y nuestro país, por la oportunidad que significa recibir a más de veintidós Grandes Logias del mundo con sus respectivos altos dignatarios, entre ellos los presidentes de la segunda y sexta zona de la Confederación Masónica Interamericana y el secretario ejecutivo adjunto de la misma, así

como el presidente de la Confederación Masónica Brasileña (COMAB).

El objetivo de la Asamblea es reunir a las Grandes Logias del Asia Pacífico, agrupadas bajo Asia Pacific Conference of Masonic Grand Lodges -APAC-, para fortalecer las relaciones entre los Orientes, confraternizar, integrar culturas y sociedades y desafíos comunes entre los países, economías y territorios de la comunidad Asia Pacífico.

Se debaten temas propios de la masonería, en que la ética juega un rol importante como aporte en el debate y la reflexión de temas contingentes locales y mundiales. Asimismo, es una oportunidad para compartir una agenda que preocupa a todos los comparecientes.

En la reunión en Santiago fueron convocadas como invitadas potencias masónicas de Brasil, así como la Gran Logia de Venezuela, en la perspectiva de su eventual integración a la Conferencia.

Fueron tres días de intenso trabajo en que las potencias masónicas lograron importantes acuerdos, iniciados con la reunión del Comité Ejecutivo de APAC, conformado por Australia, Filipinas, Francia, Chile y Japón, el que acordó la realización de las dos próximas asambleas, a realizarse en Melbourne (2025) y San Petersburgo (2027).

La ceremonia inaugural, con una asistencia de más de trescientas personas, tanto del mundo masónico como invitados externos, partió con el discurso del Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sebastián Jans Pérez, quien se refirió a los graves problemas que afectan a la condición humana y a las sociedades de este tiempo y que, como nunca, los aspectos que preocupan a los francmasones diseminados por la superficie de la Tierra pasan a adquirir un desafío moral de más vasto alcance.

Sin embargo, se sabe que los principios sostenidos

por la Francmasonería son el mejor basamento para construir el ethos que haga de las sociedades espacios concretos donde la humanidad se exprese en su máxima realización. “No en vano son los Francmasones los que han impulsado los derechos fundamentales de los seres humanos, cuando la condición humana ha sido objeto de los errores, de las ambiciones desmedidas, del dogma y del fanatismo. Son francmasones los que han señalado la dignidad humana como el más preciado de los tesoros morales que debemos poner en el centro de todo sistema, sea político, económico o social… Somos obreros de paz, y nuestra forma de enfrentar tales realidades será siempre a través de una disposición constructiva, de persuasión, que permita superar evolutivamente los resabios del pasado, del error o de la injusticia. Asumimos el progreso no como una simple manifestación de avances y disponibilidades de bienes y servicios para los que pueden adquirirlos, sino como una consecuencia del acceso a todos los seres humanos a aquello que les dé posibilidades de vivir mejor, pero asociado firmemente al concepto moral que haga posible aquel bienestar y satisfacción”.

Al finalizar, el Gran Maestro dijo que, si la emergencia institucional y la expansión de la Francmasonería por el mundo había ocurrido en un tiempo civilizatorio centro europeo, en lo que restaba del siglo 21 estaría vinculado a los escenarios del Asia Pacífico y a la relación que tuvieran con ellos los distintos países de América Latina.” Allí nuestra tarea es aportar con nuestros principios y nuestro ethos fraternal, para contribuir con fuerza a la decencia e integridad que requieren las sociedades y los espacios de vinculación inter sociedades y la forma como se relacionan en los mercados y en los espacios de cooperación o de contradicción, en un mundo que debe abordar desafíos incluso de sobrevivencia de la condición humana”.

A continuación, los senadores Insulza y Chahuán proporcionaron un marco importante para comprender la realidad del comercio mundial y su impacto en el

Asia-Pacífico. Se destacó que el comercio conlleva aspectos culturales, interacciones, oportunidades y desafíos, y las opiniones expresadas por los senadores ayudaron a comprender la realidad geopolítica y económica de la región.

El senador José Miguel Insulza, con más de treinta años trabajando en esta área internacional, consideró que la iniciativa de fortalecer las relaciones de América Latina con el Asia-Pacífico es oportuna y esencial para el desarrollo del país y su comercio exterior, dado el crecimiento significativo de esta región en el mundo. Recordó que cuando Chile ingresó al Asia Pacífico, el perfil era de un sistema basado en las decisiones autónomas de cada país. No había acuerdos económicos y que Chile había abogado mucho por ellos. Sin embargo, hoy, teníamos acuerdos con la mayoría de los países de Asia Pacífico. Además, valoró que esta iniciativa surja de

la masonería internacional, ya que considera que la masonería debe mantenerse al tanto de los desafíos contemporáneos y, por lo tanto, elogió la encomiable naturaleza de esta propuesta. Al finalizar expresó su satisfacción por compartir conocimientos con amigos latinoamericanos.

Por su parte, el senador Francisco Chahuan subrayó la importancia de la relación con los países del Asia-Pacífico en el futuro del comercio internacional. Destacó que este encuentro contribuye a reunir a líderes de esos países, donde se encuentran las oportunidades claves para Chile. Señaló que el comercio con la región de Asia Pacífico representa una parte sustancial del PIB de Chile, con un enfoque particular en el 30% del PIB mundial que representa esta zona. Agradeció la invitación y expresó su esperanza de que este evento sea una oportunidad para fortalecer las relaciones bilaterales con los países participantes

en esta sexta convención interamericana que incluye naciones de la región Asia Pacífico.

La ceremonia inaugural dio paso, luego, al inicio del trabajo masónico, con la creación de cuatro comisiones dedicadas a abordar temáticas esenciales, entre las que se incluyeron la integración masónica entre Asia y América, la Prospectiva Masónica para el Siglo 21, la Educación y Capacitación Masónica Extranjera, y la Acción Masónica y Proyección Estratégica.

EL DEBATE DE LAS COMISIONES

El trabajo de los aproximadamente veintiséis integrantes por Comisión, constituidas en cuatro temas fundamentales, estuvieron conformadas por los representantes de los Orientes y Grandes Logias invitadas, más directores y delegados fraternales, incluyéndose además observadores, llegó a su término con significativos acuerdos.

ASIA PACIFIC CONFERENCE OF MASONIC GRAND LODGES -APAC-

La Conferencia Asia Pacífico de Grandes Lógicas Masónicas que incluye la cuenca del Pacífico, Asia y países europeos con presencia logial en la región económica Asia Pacífico, es un instrumento para promover relaciones masónicas interpotenciales potentes y un entendimiento efectivo entre las instituciones masónicas, de modo de realizar acciones que promuevan altos estándares de ética, valores morales y filosóficos de la masonería en la sociedad civil. Su compromiso es abrazar una educación de altos estándares en valores y principios masónicos que permitan una integración a través del Pacífico. Se promueve, asimismo, el intercambio de experiencias nacionales a través de un diálogo internacional que priorice el estudio y el entendimiento cabal de sus principios en relación a la realidad del Asia Pacífico.

El Gran Canciller de la Gran Logia de Chile y coordinador del encuentro, Álvaro Echeverría , dijo que se había cumplido el enfoque principal de la VI Asamblea como es la integración, buscando crear espacios de confianza y entendimiento entre las distintas culturas y trabajar juntos en pos de un mejor desarrollo social a nivel mundial. “Se espera que los resultados y reflexiones de esta iniciativa trasciendan los círculos masónicos y se extiendan a la sociedad en general, involucrando a la sociedad, a gobiernos, empresas y otros actores, con el objetivo de concretar estos propósitos más allá de buenas intenciones”.

Al cierre de la Asamblea, el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sebastián Jans Pérez, destacó la importancia y éxito de la conferencia y resaltó que la reunión proporciona un espacio plural y representativo para el diálogo fraternal.

“Ha sido muy significativo que nuestros hermanos puedan conocer algunos aspectos importantes respecto a lo que es nuestra realidad como país, en lo que son sus instituciones. Hemos podido visitar el Senado y ser recibidos por el Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Y yo creo que es muy importante desde el punto de vista

de mostrar lo que somos como país, lo que somos como institución masónica y también lo que son nuestras instituciones permanentes de la República, lo que tiene congruencia con lo que nosotros somos como masonería. Hoy día, se necesitan certezas importantes y las instituciones que tienen un objetivo ético tienen que hacer un aporte para mejorar

la visión sobre las decisiones que se tomen. Y en ese sentido, tenemos ya algunas aproximaciones y coincidencias bastante importantes respecto al rol que tiene que tener la masonería en sus respectivos países, apuntando a objetivos éticos, como son los que siempre la Orden ha sostenido”, concluyó el Gran Maestro Sebastián Jans P.

LA CMI COMO ENTE AGLUTINADOR

Corría el año 1943, cuando las Grandes Logias de Argentina, Uruguay y Chile hicieron un llamado en procura de la unidad masónica americana. Cuatro años más tarde, aquellos sueños lograron hacerse realidad, cuando, reunidas en la Primera Conferencia Interamericana de la Francmasonería Simbólica, realizada en Montevideo, medio centenar de potencias masónicas del continente crearon la Confederación Masónica Interamericana, conocida como CMI.

Buscando la mejor organización posible, la CMI estableció un sistema de agrupación de Grandes Logias de acuerdo a su ubicación geográfica (Zonas) en las que, en la actualidad, también figuran algunas potencias europeas que se interesaron por formar parte de la confederación, producto de sus históricos lazos con los países americanos.

La Gran Logia de Chile quedaría adscrita a la VI Zona, donde también participan la Gran Logia de Libres y Aceptados Masones de la Argentina, la Gran Logia de Bolivia, el Gran Oriente do Brasil, la Gran Logia de España, la Gran Logia Simbólica del Paraguay, la Gran Logia de Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Perú, la Grande Logia Regular de Portugal y la Gran Logia de la Masonería del Uruguay. Son 94 Grandes Potencias Masónicas, admitidas como miembros y que se encuentran distribuidas en 26 países de Sud, Centro y Norte América, el Caribe y Europa.

La CMI promueve un modelo institucional innovador mediante la integración de la Masonería Iberoamericana y, por extensión, de la Masonería Universal, con el objeto de desarrollar todo el potencial existente en una organización que cuenta con casi medio millón de miembros quienes, a través del intercambio de ideas, actividades, principios, inquietudes y experiencias, es decir, su forma de ver y entender el mundo, buscan enriquecer el pensamiento de la humanidad y de sus culturas.

ECONOMÍA Y CAMBIO CLIMÁTICO EN CHILE:

UNA RUTA HACIA LA SOSTENIBILIDAD

POR MANUEL CEA ACEVEDO

Ingeniero comerial, académico Doctor © en Economía

Ya hace más de un año, en junio del 2022, Chile adoptó la Ley Marco de Cambio Climático con la proyección de alcanzar las cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para el año 2050. Este fue un factor clave que provocó que nuestro país subiera tres puestos en el Índice de Desempeño del Cambio Climático 2023 con respecto al índice del año pasado, donde nos ubicábamos en el puesto 9, hoy ocupamos el sexto lugar. Este índice es un sistema de puntuación diseñado por la organización ambiental y de desarrollo alemana Germanwatch, para mejorar la transparencia en la política climática internacional. Basándose en criterios estandarizados, el índice evalúa y compara el desempeño de la protección climática de 63 países y la Unión Europea, que son responsables, en conjunto de más del 90% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En particular, Chile recibe una calificación baja en la categoría de uso de energía y una calificación media en política climática, pero unas altas calificaciones en energías renovables y emisiones de gases de efecto invernadero. Vale la pena destacar que, los tres primeros puestos del índice se encuentran bacantes debido a que ningún país ha logrado ser lo suficientemente fuerte en todas las categorías para llegar a una calificación general muy alta, lo que

pone a Chile en una gran ventaja en comparación con el resto de las naciones.

Teniendo en cuenta el punto anterior, podríamos afirmar que nuestro país avanza hacia la mitigación de los componentes que aportarían al llamado cambio climático. Con este antecedente en mente, y considerando los futuros desafíos que, en este sentido deberemos enfrentar, vale la pena preguntarse: ¿Cómo Chile vuelve a crecer en términos económicos? Pregunta fundamental ya que, por una parte, llevamos dos décadas de un atenuado dinamismo económico; bajas tasas de crecimiento, de ahorro e inversión, productividad estancada, y un congelamiento en la matriz de productos exportados. Y, por otra parte, los desafíos medioambientales, en particular la crisis climática, obligan a Chile a transitar, sólo en pocas décadas, hacia la carbono neutralidad. En otras palabras, es un doble reto: crecer más y hacerlo en una forma verde. Estamos de acuerdo que pareciera una tarea dificilísima, casi imposible. Al recordar que llevamos un par de décadas con bajo crecimiento de la productividad e inversión, uno pensaría que agregar una variable más, la medioambiental, aleja aún más nuestra anhelada prosperidad económica. Pero reflexionemos en el siguiente sentido, dado lo crítico que son el cobre, el litio y el hidrógeno verde para la descarbonización mundial, la lucha climática lejos de ser un freno debiera ser más bien el motor del crecimiento de nuestra economía. Por ello, el desafío principal no es evitar el futuro, sino

preguntarse cómo lograr que nuestro futuro con estas potenciales oportunidades se materialice lo antes posible. Nuestra agenda de crecimiento para un desarrollo productivo sostenible debiera centrarse exactamente en eso, acercar ese futuro al presente. Apurar a un crecimiento económico que puede gatillar la transformación productiva hacia una economía verde y sostenible.

Consideremos los siguientes casos: Para el año 2023, el primer presupuesto definido por este Gobierno, el gasto e inversión en ciencia, tecnología, conocimiento e innovación creció en un 13,3%, en términos reales. Todo este esfuerzo incremental ha sido orientado, según el Gobierno, hacia tres objetivos claros: descarbonización, resiliencia al cambio climático y diversificación productiva. Es decir, más conocimiento, pero con foco en los desafíos ambien-

tales y productivos del país. Sustentando lo anterior, el royalty a la gran minería permitiría la generación de un fondo de alrededor de 225 millones de dólares para la productividad y el desarrollo, administrado por los Gobiernos Regionales, fortaleciendo, de paso, la descentralización económica y administrativa de nuestro país. Por otro lado, se están desarrollando sectores estratégicos que conjugan inversión, lucha contra la crisis climática y desarrollo industrial. En su reciente cuenta pública, el presidente Gabriel Boric, anunció el pronto impulso de una política de inversión de tecnologías de almacenamiento de gran escala, por un monto de 2.000 millones de dólares. A su vez, están desplegadas ambiciosas agendas para el desarrollo de la industria del litio e hidrógeno verde. Cabe resaltar la flexibilidad y pragmatismo con que se ha definido el rol del Estado en estas estrategias. Mientras en el caso del litio se justifica que el Estado tenga un rol protagónico a través de la alianza con privados en la explotación de los salares, y en toda la cadena de valor; en el caso del hidrógeno el rol de Estado aparece como el de un articulador y coordinador de la acción de los privados, promoviendo una política industrial ambiciosa y moderna que maximice el bienestar de la población.

Por otro lado, el sector silvoagropecuario chileno, por su configuración territorial, social y productiva, es particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático, lo que, sumado a su inserción en los mercados internacionales como exportador de alimentos, configura el enorme desafío de conciliar un aumento en la productividad del sector, para satisfacer una creciente demanda mundial por sus productos, y el uso sustentable de los recursos naturales disponibles en nuestro país. El sector de la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra constituyen el único sector que consistentemente absorbe dióxido de carbono en el país, lo que lo convierte en el más relevante por su potencial de mitigación. Si bien es cierto, la agricultura tiene oportunidades para reducir ya sea directa o indirectamente sus emisiones de gases de efecto invernadero, es claro en la comparación de resultados por sector económico, que la relación costo beneficio asociado a las medidas de mitigación para el sector agropecuario es mucho mayor que la obtenida para otros sectores de la economía nacional. Lo anteriormente descrito, ha permitido el desarrollo de procesos en el sentido de tomar y hacer cumplir decisiones dentro de la sociedad acorde a los desafíos y oportunidades que el cambio climático nos impone he impondrá. En este sentido, la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias contribuye al accionar del Ministerio de Agricultura, ella es la

coordinadora de las instituciones ministeriales a través del comité técnico intra ministerial de cambio climático, generando información para el diseño de medidas de adaptación, mitigación y para las estadísticas sectoriales; además es la contraparte técnica para implementación de planes y proyectos específicos, integrando a la delegación chilena ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

Estamos ciertos que, el cambio climático ha afectado y continuará afectando a muchos países, y Chile no es la excepción. El país, con su diversidad geográfica que se extiende desde el Desierto de Atacama en el norte hasta los glaciares en el sur, es particularmente vulnerable a las variaciones climáticas. Algunos ejemplos sobre cómo el cambio climático podría impactar la economía chilena son los siguientes: Agricultura, Chile es un exportador de productos agrícolas. El cambio en los patrones de precipitación y el aumento de las temperaturas pueden afectar la productividad agrícola, lo que a su vez puede influir en las exportaciones y el empleo en

este sector. Recursos Hídricos, las regiones centrales de Chile ya han experimentado disminuciones en la disponibilidad de agua dulce debido a patrones de lluvia erráticos y disminución de los glaciares andinos. Esto puede afectar no solo a la agricultura, sino también a la producción hidroeléctrica y el suministro de agua para consumo humano. Pesca, el calentamiento de las aguas oceánicas puede afectar las poblaciones de peces, lo cual es relevante para nuestro país, ya que Chile tiene una importante industria pesquera. El fenómeno de El Niño, que se espera que aumente en intensidad y frecuencia con el cambio climático, puede tener efectos significativos en las poblaciones de peces y mariscos. Turismo, las regiones del sur de Chile, con sus paisajes glaciares y biodiversidad única, atraen a muchos turistas. El retroceso de los glaciares y otros efectos del cambio climático podrían influir en el turismo, una fuente importante de ingresos para algunas áreas. Salud, el cambio climático puede tener un impacto indirecto en la economía a través de su efecto en la salud pública. El aumento de las temperaturas puede llevar a la expansión de ciertas enfermedades transmitidas por vectores. Infraestructura, el aumento del nivel del mar y eventos climáticos extremos pueden afectar la infraestructura costera, lo que podría requerir inversiones significativas para adaptarse o recuperarse de los daños.

Como ya se señalara anteriormente, Chile ha reconocido estos desafíos y ha tomado medidas para mitigar y adaptarse al cambio climático. Por ejemplo, ha invertido en energías renovables, ha desarrollado planes de manejo del agua y ha trabajado en la conservación de su biodiversidad para aumentar la resiliencia frente a estos cambios. Sin embargo, es crucial que Chile, junto con la comunidad internacional, continúe abordando estos desafíos y adaptándose a las nuevas realidades que presenta el cambio climático.

Sin tener la intención de profundizar o analizar si los cambios climáticos recientes son o no atribuibles a las actividades humanas, las que según muchos habrían incrementado las concentraciones de gases de efecto invernadero. Si bien Chile ha tomado pasos significativos, la urgencia de actuar es clara. El cambio climático es uno de los principales desafíos globales actuales y, aunque su origen y soluciones puedan ser debatidos, su existencia y repercusiones son innegables. Es esencial que Chile, junto a la comunidad internacional, continúen su camino hacia una economía sostenible, resiliente y equitativa. Las oportunidades son inmensas y el potencial de Chile para liderar en este escenario, es indiscutible.

PABELLÓN DE CHILE EN LA COP 27 DE EGIPTO, 2022

LA INDUSTRIA ALIMENTARIA DEBE EVOLUCIONAR HACIA EL CUIDADO DE LA POBLACIÓN Y TAMBIÉN

DEL PLANETA

Las nuevas tendencias valóricas que se expanden entre la población, especialmente en los más jóvenes, se traducen en la exigencia cada vez más acentuada de alimentos y bebidas más saludables, naturales e inocuos, pero cuya producción, al mismo tiempo, esté en armonía con el medio ambiente.

POR PIERINNE MÉNDEZ

Periodista

La moderna industria de alimentos y bebidas enfrenta desafíos cada vez más complejos. Exigencia que nace, en primer término, de la necesidad de proveer grandes cantidades de alimentos más saludables, inocuos y seguros, a una población que, según estimaciones de FAO, podría superar los 10.000 millones de habitantes en 2050.

Todo ello en un escenario donde el cambio climático, la escasez de agua, el degradamiento de los suelos, los conflictos geopolíticos, la crisis económica, la hambruna, el desperdicio alimentario y la incertidumbre social presionan con fuerza a los sistemas económicos, limitando las posibilidades de expandir a corto plazo la producción.

Al mismo tiempo, los expertos internacionales advierten que, a corto plazo, los alimentos deben ser

más nutritivos y funcionales, debido a que la curva de envejecimiento de la población ha aumentado significativamente. Por ende, ya no basta producir más cantidad, sino que también las empresas deben enfocarnos en desarrollar mejor calidad.

Esto implica evolucionar desde un modelo que privilegió el uso de nutrientes críticos (como azúcares añadidos, sodio y grasas saturadas), para mejorar las condiciones organolépticas, a otro que privilegie componentes naturales, saludables y con propiedades funcionales.

Tampoco se debe olvidar que un porcentaje creciente de la población ha adoptado nuevas tendencias de consumo, definidas por los expertos, como más “éticas y sustentables”.

Es decir, la cadena alimentaria, productiva y logística, no debe dañar al medio ambiente y, además, debe garantizar alto porcentaje de circularidad y reutilización en todos sus eslabones.

Al respeto, Diego Varela Maino, secretario Ejecutivo de la Agencia Chilena para la Calidad e Inocuidad Alimentaria, ACHIPIA, destaca que el cambio siempre ha sido parte íntegra de los sistemas alimentarios, pero “hoy estamos frente a una transformación radical de la forma en que producimos, comercializamos y consumimos alimentos”.

Para Varela, este escenario plantea la necesidad de implementar cambios desafiantes en la producción de alimentos, y que a la vez brindan interesantes oportunidades de desarrollo:

• Secuenciación del genoma completo, como práctica común en los sistemas de control de alimentos.

• Nuevos modelos y métodos analíticos para realizar análisis genéticos, químicos o microbiológicos de los contaminantes presentes en los alimentos.

• Sistemas novedosos para producir alimentos alternativos, más económicos, mayor contenido proteico y más amigables con el medioambiente.

• Más tecnología en las cadenas de valor locales.

• Transformación digital de los sistemas alimentarios.

A esto se suma la posibilidad de emplear nuevos sistemas de trazabilidad digital (como blockchain por ejemplo) que ofrecen opciones de gestión de riesgos en materia de inocuidad alimentaria más rápidas y eficientes.

Opinión que comparte Graciela Urrutia, gerenta del programa estratégico Transforma Alimentos de CORFO, para quien los grandes cambios ocurridos en el último tiempo, deben impulsar a las alimentarias “a buscar soluciones que aumenten la productividad, reduzcan costos y les permita estar mejor preparadas ante nuevas crisis”.

Al mismo tiempo Urrutia señala que los fabricantes de alimentos y bebidas “deben adaptarse para responder a las demandas y cambios en las preferencias de los consumidores, que están cada vez más interesados en opciones de alimentos más saludables, nutritivos, seguros y sostenibles”.

A su juicio, las innovaciones tecnológicas en alimentos para un futuro sostenible incluyen una mayor automatización y uso de robótica orientada a aumentar la eficiencia y productividad en el procesamiento de alimentos; así como el uso de biotecnología y edición genética para mejorar la producción y calidad de los alimentos; la adopción de tecnologías de trazabilidad y seguridad alimentaria; y el desarrollo de envases inteligentes y sostenibles.

“También la tecnología ayudará a abordar desafíos como la reducción del desperdicio de alimentos y la

implementación de prácticas agrícolas más sostenibles, entre otros ámbitos”, destaca Urrutia.

Por su parte, Cristina Vergara Inostroza, investigadora del Programa Alimentos del Futuro del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA, considera que “la industria de alimentos ha integrado constantemente avances tecnológicos, ya sea en ámbitos de procesamiento como, por ejemplo, tecnologías más verdes, o de packaging y presentación del producto final, siendo temas claves la sustentabilidad, sostenibilidad y productos biodegradables entre otros”.

Esto la lleva a afirmar que hoy “la industria está evolucionando hacia lo natural, por tanto, los principales avances tecnológicos tendrán relación con la estabilización de colores, texturas, reemplazo de ingredientes de origen animal por vegetal, y productos amigables con el medio ambiente, desde su origen hasta su descarte”.

Vergara además enfatiza que pronto aparecerán soluciones “que extiendan la vida útil y que se complementen con tecnologías más verdes, como altas presiones o envases activos, así como el uso de ingredientes para aplicaciones en impresiones 3D y carnes cultivadas, entre otras”.

HACIA UNA DIETA MÁS SALUDABLE

Uno de los factores más potentes que impulsan la actual evolución de la industria alimentaria, tanto en Chile como en el mundo, es la mayor preocupación de los consumidores por su salud.

Esto ha decantado en opciones de compra más críticas, donde una parte importante de la población incluso está dispuesta a pagar un poco más, si ello implica cuidar mejor su calidad de vida.

Al respecto, el analista José Ramos de Euromonitor Internacional, comenta que una reciente encuesta realizada en un amplio sector de consumidores latinoamericanos, mostró que el 45% de los participantes señaló “que las vitaminas son esenciales para la nutrición”.

“Esto, sumado a la mayor realización de actividad física por parte de la población, ha impulsado el desarrollo de nuevas líneas de alimentos fortificados con más proteínas, como por ejemplo yogures, leches y hamburguesas, entre otros”, explica Ramos.

Por lo tanto, en su opinión es importante que todas las empresas del sector se relacionen con estas tendencias e innoven en función de ellas, “como lo han hecho, por ejemplo, las industrias lácteas que

lanzaron nuevas gamas de productos e ingredientes probióticos, para fortalecer la salud intestinal”, enfatiza.

Punto de vista que también recalca Graciela Urrutia, para quien los consumidores están “cada vez más conscientes de la importancia de una dieta equilibrada, la nutrición y el impacto en el ambiente de los alimentos que consumen”.

A su juicio estos factores están impulsando a la industria de alimentos a adaptarse y a ofrecer productos que respondan efectivamente a esas nuevas demandas. “Las empresas que lo logren estarán definitivamente mejor posicionadas para tener éxito en el futuro”, argumenta.

Cristina Vergara, de INIA, enfatiza por su parte que los avances tecnológicos necesariamente deben ir de la mano con las preferencias de la población, y que hoy es posible advertir que estas tendencias tienen una fuerte relación con las siguientes características saludables:

• Alimentos reducidos o bajos en azúcar, y bajos en grasas.

• Alimentos a base de plantas o plant based

• Alimentos destinados a la salud intestinal y digestiva.

• Alimentos que aumentan la inmunidad.

• Alimentos con etiqueta limpia.

“Tanto la industria como los consumidores parten de la base que los alimentos son nutritivos; y buscan ser un vehículo para entregar salud. Lo anterior, dedicado especialmente a segmentos por edad, o bien, por condiciones de salud (intolerantes y alérgicos, entre otros)”, comenta la especialista de INIA.

Por su parte, Diego Varela hace hincapié en que la tendencia por consumir alimentos saludables viene creciendo desde hace ya un par de décadas en Chile. A su juicio, “no es algo novedoso encontrar información acerca de cuán importante es el mercado de los productos saludables, y la industria bien sabe que es un mercado atractivo, que muestra año a año crecimiento”.

Pese a ello, para el director ejecutivo de ACHIPIA también resulta paradójico que esta mayor preocupación por la salud coexista con índices de obesidad y de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) que van en aumento.

“Si bien no es correcto atribuir a los alimentos la total responsabilidad de estos fenómenos, creo interesante continuar debatiendo hasta qué punto podemos decir que la oferta de alimentos en Chile no tiene un rol más activo que jugar en la salud de la población”.

Frente a este diagnóstico, Varela destaca que Chile tiene ciertamente una línea de trabajo reconocida a nivel mundial, donde la ley 20.606 (de contenido nutricional y etiquetado de alimentos) ha sido valorada como ejemplo a seguir, no solo por diversos países como Argentina, Uruguay, México y Brasil, entre otros, sino también por entidades a nivel mundial como OMS y FAO.

“Creo que falta todavía que pase un tiempo más para evaluar su contribución a la reducción de la obesidad y las ECNT en la población, pero sin duda (su aplicación) da cuenta de que hay una preocupación desde el Estado, y que (esta preocupación) fue acogida e implementada en la industria”, explica.

“Adicionalmente las encuestas que se han realizado indican que el consumidor aprecia la existencia del etiquetado frontal, y dice tomarlo en consideración al momento de elegir sus alimentos”, destaca el director Ejecutivo de ACHIPIA.

Para Varela también tiene gran importancia la reciente actualización de las guías alimentarias preparadas por el ministerio de Salud, las cuales “sirven de base para la formulación de políticas y planes nacionales en materia de alimentación, nutrición y salud, así como de programas de educación nutricional destinados

a fomentar hábitos de alimentación y estilos de vida saludables en la población en general, promoviendo el consumo de alimentos frescos, frutas y verduras, el consumo de agua como fuente de hidratación, legumbres y lácteos”, explica.

EL VALOR DE LO SUSTENTABLE

La mayor preocupación por el medio ambiente y su cuidado es otra variable fundamental en el desarrollo de nuevos alimentos y bebidas. Así lo estima José Ramos, quien cita un estudio reciente de Euromonitor, donde el 62,8% de los chilenos reportó que intenta ayudar al medio ambiente a través de acciones cotidianas, tales como reciclaje, reducción de uso de plásticos, consumo racional de agua y menor desperdicio de comida.

En opinión del analista este comportamiento influye en la decisión de compra y en el desarrollo de nuevos productos que efectivamente aporten a la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente. Sin embargo, Ramos también enfatiza que las empresas deben avanzar en la superación de la barrera que representa el precio, “para que la diferencia no sea

tan significativa entre productos sustentables y no sustentables, especialmente en períodos de crisis económica y recesión”, detalla.

Para Cristina Vergara, en tanto, la proyección en el desarrollo de nuevos alimentos “está directamente relacionada con el uso de nuevos ingredientes de origen natural, así como con diversas aplicaciones y productos cero residuos y el mayor uso de upcycling (reutilización de materias primas e ingredientes que antes eran desechados y arrojados a la basura)”.

“La industria de alimentos no solo está dedicada a la producción de alimentos, sino que cada día está más fuertemente relacionada con el cuidado del medio ambiente, ya que un motor que hoy mueve a los consumidores y a la industria no es solo la salud de las personas, sino también la salud del planeta”, precisa.

Desde este punto de vista, Vergara destaca que el Programa de Alimentos de INIA “está constantemente buscando nuevas innovaciones en línea con tendencias como la agregación de valor a los alimentos, desarrollo de ingredientes 100% naturales, y diversificando por características saludables, pero también de origen”.

“Asimismo -agrega-, existe un foco importante en el desarrollo de envases activos, extensión de poscosecha en frutas y nuevas fuentes vegetales para bases sólidas de alimentos plant based, entre otras iniciativas”.

También resalta el trabajo realizado a la fecha para transferir herramientas de extensión de vida útil a productores de hortalizas, para el desarrollo de hortalizas deshidratadas y el uso de fuentes naturales para desarrollar colorantes amarillos, entre otras tareas específicas.

Diego Varela, en tanto, también concuerda en la crucial importancia de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, como una tendencia evolutiva importante para la industria alimentaria.

“Si bien no hay una definición acordada sobre qué es un alimento sustentable, se suele asociar a un bajo impacto medioambiental, aunque puede también referirse a prácticas relacionadas con lo que se conoce como comercio justo, y con el trato que establece la industria alimentaria con las comunidades en donde se desarrolla”, enfatiza.

A su juicio, es importante impulsar esta preocupación de las personas entre los productores, aunque también es importante entender bien “qué es sostenibilidad, para avanzar en la consolidación de esta tendencia sobre la base de información sólida y concluyente, más allá de campañas publicitarias”, agrega.

DERECHOS HUMANOS Y ÉTICA EN LA ERA DE LA NEUROCIENCIA

POR ROBERTO BERRÍOS ÁLVARES

Ingeniero en Control de Gestión (UNAP), diplomado en Gestión de la Innovación y la Tecnología (UAH), escritor

Los procesos tecnológicos actuales son muy complejos en su desarrollo, ya que dan origen a nuevos modelos en el área industrial de la sociedad y que se están construyendo o están en fases de desarrollo, siendo un constructo que influirá permanentemente en la vida de las personas por la causalidad de su impacto. Podemos ver la parte humana de todo este proceso y que forma parte de este nuevo mundo. Producto de esta nueva revolución tenemos nuevos productos asociados a la neurociencia y la neurotecnología.

Se trata de un conjunto de posibilidades sin precedentes, en el acceso, en la recuperación, diseminación y manipulación de datos del cerebro humano, que tendrán incidencia en la ética y en los derechos humanos.

La concepción de la Unesco para este tópico dice que son normas que reconocen y protegen la dignidad los seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se relacionan entre sí, al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones que deben asumir. Las leyes relativas a los derechos humanos exigen que los gobiernos hagan determinadas cosas y les impiden hacer otras. Las personas también tienen responsabilidades. Así como hacer valer sus derechos, deben respetar las facultades de los demás. Ningún

gobierno, grupo o persona individual puede llevar a cabo ningún acto que vulnere a los demás.

Para esto, Marcello Ienca y Roberto Andorno, identifican cuatro nuevos derechos que serán de gran relevancia en los próximos años. Corresponden al derecho a la libertad cognitiva, e l derecho a la privacidad mental, el derecho a la integridad y el derecho a la continuidad psicológica

Tenemos casos en los cuales sew aplica la neurotecnología y la neurociencia. Aplicaciones médicas, como las neuroimágenes, se utilizan para entender el funcionamiento del cerebro humano y detectar los correlatos neuronales de los estados mentales y su comportamiento. Estas aplicaciones clínicas de las imágenes cerebrales están contribuyendo en forma importante al bienestar de pacientes que sufren trastornos neurológicos, ofreciendo nuevas herramientas preventivas, diagnósticos y medidas terapéuticas.

En el ámbito de la nueva industria, estos productos disruptivos son nuevas aplicaciones comerciales que están generando posibilidades de auto cuantificación, mejora cognitiva, comunicación personalizada y entretenimiento. Además, muchos de estos recursos tecnológicos están interesando al ámbito jurídico, especialmente en lo que se refiere al derecho de responsabilidad civil, y el derecho penal y su aplicabilidad legal.

Existen hoy día técnicas de neuroimágenes que son capaces de mapear las funciones cerebrales para efectos de obtener información sobre las intenciones, punto de vista y actitudes de las personas. Tenemos el caso donde se pudo inferir acciones que tenían la intención de realizar los participantes, en un experimento, descodificando la actividad cerebral en un período predeterminado de tiempo. Los científicos pudieron determinar con un 70% de precisión cuál era la tarea que el individuo quería ejecutar (Haynes 2007).

Lo impresionante es que estos mapeos cerebrales no solo sirven para leer las intenciones y recuerdos, también serían capaces de decodificar preferencias más generales. Todos estos experimentos, entre otros, se han aplicado en la investigación del neuromarketing. Empresas que crean aplicaciones de neurociencia, tales como Google, Disney, CBS y Frito Lay utilizan los servicios de investigación de neuromarketing para medir preferencias e impresiones de los consumidores respecto de anuncios o productos. Existen empresas especialistas como EmSense, Neurosense, Mindlab International y Nielsen, que aplican técnicas de neuroimágenes, y también estudian respuestas galvánicas de la piel para estudiar, analizar y predecir el comportamiento del consumidor.

Casos de aplicaciones de neurociencia en el marketing. (Sara Milena Avella Chingal, tesis doctoral Universidad de Valladolid). Es importante citar este ejemplo por ser muy representativo para entender claramente los alcances sobre la materia. La posibilidad de extracción de datos de la mente puede ser usada para inferir preferencias mentales, también para incitar, implantar o activar esas preferencias. A modo de ejemplo, Neurofocus, una empresa multinacional americana de neuromarketing recientemente adquirida por Nielsen, probó técnicas con el fin de generar respuestas subliminales, por ejemplo, preferir un ítem A en lugar de B, y ciertamente las personas no lo pueden registrar conscientemente. (Penenberg, 2011). Estas técnicas presuponen insertar estímulos de menos de 30 milisegundos, bajo el umbral de la percepción consciente. Considerando todos estos desarrollos se ha establecido la necesidad imperiosa de establecer normas éticas y jurídicas para las aplicaciones de productos y prácticas orientados al neuromarketing. Ulman, Cakar y Yildiz (2015) enuncian en sus trabajos que las tecnologías aplicadas en neuromarketing pueden proporcionar información que no puede ser obtenida a través de métodos de investigación convencionales, lo cual constituiría su principal fortaleza. Con esto tenemos que el 95% de todos los pensamientos ocurren en el subconsciente, y estos datos no pueden ser conocidos de forma plena a través de encuestas o grupos focales e, incluso,

en los casos en los que sí se pudieran conocer, la interpretación podría no ser exacta.

Importante considerar en este punto la definición realizada por especialistas, quienes expresan que la neurotecnología es un conjunto de herramientas que sirven para analizar e influir sobre el sistema nervioso del ser humano, especialmente sobre el cerebro.

Estas tecnologías incluyen simulaciones de modelos neurales, computadores biológicos, aparatos para interconectar el cerebro con sistemas electrónicos e instrumentos para medir y analizar la actividad cerebral.

Hoy se cuenta con aplicaciones dominantes de la neurotecnología, que incluyen interfaces cerebrales para el control de dispositivos o la monitorización en tiempo real de sistemas de operación de vehículos a partir de neurosensores, herramientas de entrenamiento cognitivo, dispositivos de estimulación magnética o eléctrica del cerebro, dispositivos portátiles para el bienestar mental y sistemas de realidad virtual.

Recientemente, tenemos la estimulación magnética transcraneal (TMS), método utilizado para activar brevemente pequeñas regiones del cerebro para fines de diagnóstico y terapéuticos, también ha sido implementada en dispositivos portátiles, la cual resultó eficaz para el tratamiento de la migraña (Lefaucher et.,2014).

Igualmente, existe una técnica quirúrgica invasiva llamada estimulación cerebral profunda (DBS), que

implica la implantación de un neuroestimulador en el núcleo ventral intermedio del tálamo, habiendo obtenido la aprobación de la FDA y ahora se utiliza como tratamiento para el temblor esencial, la enfermedad del Parkinson, la distonía y el trastorno obsesivo-compulsivo.

Tenemos muchas tecnologías presentes hoy día en el ámbito de la neurotecnología, en que se puede acceder directamente en la manipulación y emulación de la estructura del cerebro, y con ello producir información sobre nuestras identidades, emociones y miedos. En conjunto con la Inteligencia Artificial (IA), el resultado la podría convertir en una amenaza para las nociones de identidad humana, respecto a las creencias, los gustos, acciones y costumbres, dignidad, libertad de pensamiento, autonomía, privacidad (mental) y bienestar.

Según la Unesco, el rápido desarrollo de la neurotecnología es prometedor, pero necesitamos un marco regulador de gobernanza sólido para los métodos no invasivos, ya que esta combinación con la inteligencia artificial y el conjunto de todas estas técnicas podrían permitir a los desarrolladores, públicos o privados, abusar de los sesgos cognitivos y desencadenar reacciones y emociones sin consentimiento.

En consecuencia, esto, además de ser un debate tecnológico, también es social. Todos estos avances son motivo de alegría, pero también cautela, ya que debemos salvaguardar las normas éticas y garantizar la plena acción de los derechos humanos y la ética. Tenemos un nuevo caso: Los chips que se están desarrollando hoy día son en base de silicio y buscan tratar varias enfermedades relacionadas con la memoria, como el Alzhéimer y el trastorno por estrés postraumático, donde empresas como Kernel y Neuralink aspiran a desarrollar mejoras cerebrales para individuos sanos basadas en IA.

Los investigadores de la empresa IBrain intentan crear chips que sean isomorfos funcionales de partes del cerebro como, por ejemplo, el claustrum -el claustrum está debajo de la neocorteza y conforma una finísima columna de neuronas—. Ello podría ser la entrada a la consciencia del cerebro, en una región rodeada de misterios. Gradualmente, irán sustituyéndose partes del cerebro por microchips nuevos y duraderos.

Frente a eso, los científicos están ansiosos por descubrir si algún aspecto de la conciencia resulta perjudicado, con la idea de ir perfeccionando las prótesis neuronales para las áreas del cerebro que sustentan la conciencia. Si durante este proceso de implantación, esa parte deja de funcionar con

normalidad, debiese haber señales externas, informes verbales y algunos comportamientos extraños, implicaría que los chips están erróneos en su hardware o software.

Susan Schneider dice que al incorporar a la conciencia un sustrato variado o diferente en los chips es probable que ni siquiera sea compatible con las leyes de la naturaleza, pero si el chip funciona, en este caso tenemos motivos para creer que el chip es el adecuado en su funcionamiento, pero tendrá la arquitectura cognitiva apropiada para la conciencia. Quizás estaríamos frente a una conciencia de las máquinas o conciencia sintética.

Hoy día es una realidad el desbloqueo progresivo del cerebro humano, el cual proporcionará la información sobre los procesos cerebrales, así como su relación con los estados mentales y también su descodificación, transformándolos en output observable.

Estamos frente a una gran controversia.

Los nuevos paradigmas de protección a las personas y los derechos humanos asociados, presentan diversos casos que reflejan con cierta claridad que los productos neurotecnológicos impactarán las vidas de las personas en un sentido negativo o positivo.

Para poder evitar manipulaciones inapropiadas que puedan dañar la convivencia futura, se hacen necesarias nuevas leyes, apuntándose que todas las existentes hoy día son de carácter externo, pues son

normas jurídicas que regulan el comportamiento exterior de las personas.

CHILE ES PIONERO EN LA PROTECCIÓN DE LOS NEURODERECHOS

En 2021 la Cámara de Diputados aprobó por votación unánime un proyecto de ley que modifica la Constitución para proteger los derechos del cerebro o “neuroderechos”. Esto protegerá la privacidad e integridad mental y psíquica, tanto como el consciente o inconsciente de las personas del uso abusivo de las neurotecnologías. Este análisis jurídico busca dejar evidencia en cautelar las nuevas amenazas a los viejos derechos humanos.

Se trata de dar importancia a la protección en temas como el derecho a la libertad cognitiva, el derecho a la privacidad mental, el derecho a la integridad, el derecho a la continuidad psicológica, y el derecho a la protección de datos personales. En esta cuarta revolución industrial que estamos viviendo, es muy importante destacar que se debe tener presente, en todo este proceso disruptivo, las organizaciones que estudian estos temas y que se deben poner en primera línea el humanismo, la ética, la diversidad y cómo hacer más humana esta sociedad que está emergiendo, quedando pendiente un profundo debate, cómo democratizar el uso de estas nuevas tecnologías de las neurociencias.

POSITIVIDAD TÓXICA:

EL MUNDO GIRÓ EN TU BOCA Y

ESTABA PERFECTO

DESDE LA PANDEMIA, LA PROMOCIÓN DEL WELLNESS QUE

PROMETE LA SALUDABLE FELICIDAD EXPLOTÓ EN REDES SOCIALES

Y LOS GURÚS DE LOS COACH DE PENSAMIENTO POSITIVO EBULLEN

CADA DÍA MÁS. SIN EMBARGO, CABE PREGUNTARSE SI ES SALUDABLE

LA OBSESIÓN POR LA SALUDABLE FELICIDAD.

POR GABRIELA PAZ MORALES

Periodista y escritora

Quien tenga una cuenta de Instagram podrá identificar que es extraño ver selfies de gente que no sonría, personas serias, personas tristes, personas llorando. A simple vista, pareciese que la escala emocional se mantiene en un solo registro, el feliz, el optimista,

el resiliente. A pesar de ello habría que plantearse ¿quién sonríe todo el tiempo?, ¿en qué minuto se vetaron todas las otras emociones?, ¿cuándo fue que el estado de felicidad les ganó a todos los demás como “la normalidad”?

Desde 1978, la OMS define que “La salud es un estado perfecto (completo) de bienestar físico, mental y social, no solo la ausencia de enfermedad” es decir, que cualquiera persona que decaiga en alguno de

estos aspectos podría considerarse un individuo poco saludable, o directamente, enfermo, aunque no padezca ninguna dolencia. Cabe preguntarse si el mundo actual cuenta con las condiciones para que un ser humano común y corriente, fuera de la elite, cumpla con el alto estándar de la “triada de la salud”. O si sencillamente, es una meta inefable a la que se debe aspirar infructuosamente, impuesta por un organismo internacional potenciando al mercado del wellness, para que siga creciendo como lo ha hecho los últimos años, al ritmo de un diez por ciento anual, con la falsa promesa de la “saludable perfección”; porque no se piense algo peor, ¿no estará este sistema replicando de manera poco original “El mundo feliz” de Aldous Huxley?

“Éste es el secreto de la felicidad y la virtud: amar lo que uno tiene que hacer. Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social” A.H.

Si bien el mercado del Wellness también considera a los hombres, la mayoría de las campañas publicitarias son destinadas al público femenino. Es decir, a los estereotipos de belleza impuestos a las mujeres, en su gran medida inalcanzables, hay que sumar estándares meta intangibles: el bienestar social y emocional. Es decir; ¡chicas! ser saludables/físicamente estandarizadas no es suficiente, lo dice la mismísima Organización

Mundial de la Salud. Para ser consideradas sanas, además de estar orgánicamente ok, deben reflejar sociabilidad plena, en el marco de emociones armoniosas.

Pero aquel ideal de higienización absoluta del ser abre espacio a preguntar ¿cómo un individuo puede garantizar a sí mismo su tríada de salud? Es decir, ¿cómo puede saber una persona si es socialmente saludable o brillante a nivel emocional?, ¿cuáles son los parámetros?; o incluso ¿se pueden establecer dichos parámetros teniendo en cuenta la diversidad sociocultural de las naciones? Y más allá de eso, en una suposición quimérica de que se cumpla con estos valores impuestos, ¿cómo se informa al mundo tal nivel de bienestar?, ¿quién y cómo lo controla?, ¿por qué a la salud se la mide o no?

En este contexto parece pertinente relevar la opinión de la novelista Jessica Knoll, en el “The New York Times”, donde dice que “el “wellness” es una industria en gran parte blanca y privilegiada dirigida a mujeres en gran parte blancas, privilegiadas, ya delgadas y en forma, que promueve el tipo de ejercicio que solo ellas tienen tiempo para hacer y la col rizada toscana que solo ellas tienen los recursos para comprar…” Pero habría que decirle a Jess que esto va mucho peor, ya que el wellness no apunta solo a la dieta, al cuerpo o a las decisiones personales sobre él, sino que también se ocupa de tu interior y tu relación con los otros, pues se debe

que cumplir con un estándar, pero es uno que ni siquiera se puede medir.

El problema del concepto de “salud” impulsado por la OMS, es que sus lineamientos son completamente subjetivos, concernientes a la percepción individual. Es decir; la salud se transforma en una utopía, donde los Estados no pueden garantizar las condiciones para cubrir las necesidades personales emocionales, relativas al bienestar individual en contraste con lo social, ya que es de una complejidad inabordable. Es de este modo como las políticas de salud se desplazan hacia el ámbito privado, donde cada individuo debe hacerse cargo de su propio bienestar. Es decir, cada uno es responsable de su salud. Así, la salud termina siendo regulada por el mercado wellness y su monitor perfecto: las redes sociales, en colaboración, como diría Gramsci, con sus “intelectuales orgánicos”, los influencers, en un ejercicio que parece haber reducido todo el bienestar físico y emocional a una imagen donde existe una “sonrisa”. La cual, pasará por un jurado que otorgará un puntaje, los likes, donde se demostrará el bienestar social del individuo, es decir su relación con los otros.

En este contexto, se explica la admisión total de uno de los pilares trascendentales del wellness, la psicología positiva. El psicólogo estadunidense Martin E.P. Seligman es considerado uno de los fundadores de esta, pues el año 2000 publicó un manifiesto introductorio que propuso un nuevo enfoque sobre la salud mental, alejado de la psicología clínica, promoviendo lo que él consideraba positivo: “la buena vida”

De hecho, Seligman llegó a formular “la ecuación de la felicidad”. Esta sería la suma de un rango fijo donde la herencia genética equivale al 50%, los elementos de la acción voluntaria y circunstancias personales a un 40%. Y solo un 10% tendría que ver con el nivel de ingresos, la educación o la clase social de las personas. Es decir, según la psicología positiva, para ser feliz no se necesitaría nada de lo que un Estado debiese garantizar idealmente a su población. Básicamente, si no eres feliz, no llevas una buena vida o no eres saludable, es tu culpa.

¿Y si dejamos de sonreír un ratito en las redes sociales?

Para mi sorpresa encontré el proyecto de la artista y fotógrafa Claudia Serrahima, quien está desarrollando el proyecto “A flor de piel”, el cual busca normalizar la tristeza y otras emociones. Con tal motivo está recibiendo imágenes de personas en momentos de tristeza. Si quieres ser parte de este banco visual emocional puedes mandar tu imagen a aplordepell@gmail.com

LOS DAÑOS COLATERALES DE LA POSITIVIDAD TÓXICA

La obsesión por la felicidad ha sido popularizada con el término de “positividad tóxica”. Según un equipo de atención psicosocial de la Universidad Ean, la positividad tóxica es aquella cuyo objetivo es que el ser humano se centre exclusivamente en emociones que culturalmente se consideran buenas, como la alegría. “Cuando nos centramos únicamente en generalizar un estado optimista, podemos estar presentando una gestión inadecuada de nuestras emociones, evitando reconocer la información adaptativa, funcional y necesaria que nos indicarían cómo actuar ante determinadas situaciones o ambientes”, concluyeron los profesionales en su estudio.

Algunos signos de positividad tóxica:

- Ocultar los verdaderos sentimientos.

- Ignorar o descartar emociones que se consideran culturalmente

- negativas.

- Culpabilidad por sentir lo que sientes.

- Minimizar las experiencias de otras personas.

- Tratar de darle otra perspectiva positiva.

- Avergonzar o castigar a otros por expresar emociones o sentimientos que no sean positivos.

- Ignorar las cosas que te molestan con un “es lo que es”.

Por su parte, el escritor estadounidense Mark Manson, en su libro “El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda”, del 2018, declaró: “Cualquier intento de escapar de lo negativo -evitarlo, sofocarlo o silenciarlo- fracasa. Evitar el sufrimiento es una forma de sufrimiento.

“La negación del fracaso es un fracaso”.

LA SALUD MENTAL HOY EN CHILE UNA SILENCIOSA DOLENCIA SANITARIA

POR RICARDO BOCAZ SEPÚLVEDA

Psicólogo, magíster en Psicología de la Organizaciones, especializado en el Imperial College de Londres, vicerrector Sede Chillán, Universidad del Alba

La salud mental es considerada por la mayor parte de los chilenos una prioridad, sin embargo, debe ser considerada un derecho humano que involucre y garantice su acceso y mantención. La pandemia del COVID-19 y las medidas de confinamiento, unidas a la restricción social, asociadas al miedo por el contagio y los efectos devastadores en las familias que sufrieron pérdidas de sus seres queridos, elevó aún más los indicadores de prevalencias de las alteraciones en salud mental, peor todavía, si añadimos la percepción de incertidumbre producto de las vicisitudes en el campo de la economía y la política contingente que contribuyeron a impactar aún más los factores psicosociales básicos como son la confianza y seguridad de las personas en nuestra sociedad actual. En el último informe del termómetro de salud mental, quinta ronda, de UC-ACHS los indicadores de depresión aumentaron entre agosto del año 2021 a mayo de 2022 en 5.8 puntos porcentuales y la ansiedad subió en 5.7 puntos porcentuales; asimismo, el número de licencias médicas laborales por salud mental en Chile, según las estadísticas de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), dos de cada tres trabajadores, en el 2022 que presentaron una enfermedad de origen profesional y laboral tuvieron un diagnóstico vinculado a la salud mental, incrementándose respecto del año anterior en un significativo 52%.

Estos antecedentes no solo colocan urgencia a la salud mental, con especial foco en los segmentos etarios y de género que más vulnerabilidad poseen, puesto que existe una mayor presencia de conflictos de convivencia escolar, maltrato, consumo de drogas, suicidios, relacionados con ellos, por nombrar a algunos, que son reflejo de una sociedad que sufre y que manifiesta el desafío de cambiar el rumbo de sus políticas públicas y de sus relaciones sociales.

Lamentablemente menos del 2% del presupuesto sectorial se destina a programas de salud mental. El criterio básico es más salud y mejor salud mental, puesto que al invertir en mejorar los estándares relacionales y psicosociales podremos obtener mayores índices de bienestar para una adecuada integración en la escuela, el trabajo, las organizaciones comunitarias y gubernamentales, con un enfoque sistémico a la hora de decidir, especialmente si atendemos los conceptos propuestos por la Organización Mundial de la Salud expresando que el bienestar y la salud mental son fundamentales para nuestra capacidad colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento y disfrutar de la vida. Sobre esta base se puede considerar que la promoción, la protección y el restablecimiento de la salud mental deben ser preocupaciones vitales de nuestras autoridades, de las comunidades, de la sociedad en su conjunto y de cada uno en particular; entonces, ese antiguo aforismo que la salud no es solo la carencia de enfermedades provoca en nuestro días un nuevo impulso de la salud mental, provista de una mayor robustez para enfrentar los estragos postpandémicos, especialmente en las realidades sociales afectadas con mayor fuerza por la desesperanza y el rezago.

Una de las estrategias es afianzar los dispositivos de promoción de salud mental, elemental es fortalecer promotores sociales y las instancias privadas que colaboran en esta tarea. Las políticas públicas deben estar sustentadas en aspectos presupuestarios de largo plazo, imbricadas en un trabajo colaborativo intersectorial e interdisciplinario para intervenir, ya sea desde la prevención y posvención, siendo la toma de conciencia de cada uno de nosotros para abarcar, con largo aliento, las medidas para elevar nuestra calidad de vida, el bienestar y la salud mental en nuestra sociedad.

AQUELLO LLAMADO MIEDO

Todos pican mi poesía con invencibles tenedores buscando, sin duda, una mosca, Tengo miedo.

Tengo miedo de todo el mundo, del agua fría, de la muerte. Soy como todos los mortales, inaplazable.

POR MAURICIO HIDALGO-ORTEGA

Doctor en Ciencias. Epigenética, neuroepigenética y epigenética (biopsico)social.

INTRODUCCIÓN

Si hay algo de lo que no cabe duda es que todos hemos sentido miedo en más de alguna vez ocasión, una sensación intensa y desagradable provocada por la percepción de un potencial peligro. El miedo es esa emoción que nos facilita la supervivencia, generando en nuestro organismo una activación fisiológica que nos permite responder de la mejor forma posible a cualquier situación que valoremos como peligrosa y que pueda amenazar nuestra integridad. En general, el miedo promueve tres respuestas básicas ante un peligro: luchar, huir o el quedarse paralizado (congelado). En este punto es importante aclarar que miedo y estrés no son sinónimos. Si bien el miedo y el estrés comparten la activación fisiológica como respuesta adaptativa ante demandas del entorno, lo que diferencia al estrés del miedo es el hecho que lo que provoca estrés no necesariamente

tiene que ver con una amenaza o peligro. El agente estresor (aquello que dispara la respuesta de estrés) puede ser una situación que demande más recursos de los que disponemos normalmente (ej., proveer mayor irrigación sanguínea y oxigenación a los músculos ante una determinada actividad física), pero sin ninguna connotación negativa o amenazante.

El miedo se manifiesta en cuatro niveles: neuronal, fisiológico, conductual y cognitivo.

- Neuronal: el miedo se dispara desde una región del cerebro denominada amígdala, que forma parte del sistema límbico. Corresponde a la respuesta autónoma del miedo (la que no activamos de manera consciente), surge mucho antes de que nuestra conciencia decida algo al respecto.

- Fisiológico: ocurren cambios corporales que originan sensaciones desagradables, como aumento de la frecuencia tanto cardiaca como respiratoria, contracción muscular, temblores de piernas y manos, sudoración, expresiones faciales y palidez de la piel.

- Conductual: el miedo origina acciones hacia el estímulo o situación temida, como paralizarse, huir o enfrentarse.

Pablo Neruda

EL MIEDO ES UNA

RESPUESTA BIOLÓGICA NATURAL QUE SE ACTIVA

EN NUESTRO CEREBRO CUANDO PERCIBIMOS ALGUNA AMENAZA. SU FUNCIÓN PRINCIPAL ES AYUDARNOS A SOBREVIVIR.

- Cognitivo: se transforma en pensamientos e imágenes negativas acerca del estímulo o situación temida, además hay una interpretación que se hace al respecto.

Los animales, al tener que hacer frente a constantes cambios de los entornos en que viven, cambios muchas veces impredecibles, han “adquirido” la capacidad de responder adaptativamente a tales cambios, más aún cuando estos pueden representar peligros directos o indirectos para su existencia. Así, la supervivencia depende críticamente de la evaluación flexible de los estímulos potencialmente peligrosos, lo que implica el procesamiento, la integración (requiere memorias de acontecimientos similares vividos con anterioridad) y la síntesis de la información adquirida por múltiples vías sensoriales. Es decir, el miedo es un mecanismo de supervivencia y de defensa que evolucionó permitiendo al individuo responder de

forma rápida y eficaz ante situaciones adversas y potencialmente peligrosas. En ese sentido, es normal y beneficioso para el individuo.

Ahora bien, el miedo como respuesta adaptativa es generalizado, por ello es importante dejar en claro que la evaluación de los estímulos ambientales no es lineal, el entorno no es percibido de forma refleja o pasiva, depende de la estructura interna del organismo. En este sentido el entorno es percibido en base a nuestras propias experiencias parcialmente similares y diferentes. Podemos retratar esta situación con el texto del poema LIX, titulado “Las dos linternas” del poeta español Ramón de Campoamor: “que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira”. Texto que rescata el hecho que los entornos son percibidos con nuestra propia mirada interior, una mirada que responde a nuestras memorias, nuestras particulares historias de

vida. Por ello, las experiencias aversivas nunca son completamente idénticas, por lo que debemos tener la capacidad para generalizar el miedo apelando a experiencias pasadas y proyectarlas a encuentros futuros que tengan un grado suficiente de similitud con los eventos originales. Entre los factores que afectan la generalización podemos señalar el estrés en la vida temprana de las personas, la prominencia de elementos particulares de los entornos en los que se vive y las experiencias traumáticas y de peligro vividas tanto por las madres embarazadas como por los padres antes de concebir a sus descendientes. Ese miedo, esa emoción, es parte de nuestra civilización, es parte de la historia de la humanidad siendo muchas veces personificado. Así, por ejemplo, en la mitología griega Fobos representa el impulso básico del miedo: la huida. De este personaje griego se tomó la raíz etimológica para nombrar todas las formas de “fobia”. Lo que hay en las fobias es precisamente esa forma de miedo que incita a escapar. Por otro lado, en la película Intensa-mente, podemos reconocer el miedo como el personaje que se encarga de dirigir algunas situaciones de la protagonista, sin embargo, otros personajes tratan de impedir que el miedo tome el control. Claro, el miedo es positivo en determinadas situaciones, pero puede ser nefasto si se vuelve omnipresente, un miedo exacerbado, donde la persona puede llegar a sucumbir, quedando totalmente desvalida y expuesta tanto a las amenazas reales como a las imaginarias.

MIEDOS Y MIEDOS

El miedo “existe”, es una emoción, un punzado que nos viene a clavar cuando nos enfrentamos a algún peligro… vivir una experiencia peligrosa, en la que experimentamos miedo, es definitivamente un momento inefable, podremos describir las alteraciones fisiológicas vividas, mas no lo que sentimos en ese preciso instante “de miedo”.

Todo ser humano, independiente de sus orígenes, creencias y cultura, lo ha experimentado y muchos lo han combatido, lo han negado o han argumentado en su contra por su aparente irracionalidad… Por ejemplo, en el libro III del poema filosófico De Rerum Natura, Lucrecio hace un esfuerzo por convencernos que no debemos tener miedo a la muerte, dando para ello un argumento de simetría. El tramo infinito de la no existencia post mortem es igual que el tramo infinito de la no existencia prenatal, y puesto que no consideramos que el tramo prenatal de la no existencia haya sido algo horrible, por paridad de razonamiento no deberíamos temer nuestra no existencia post mortem. Así, este miedo no tendría sentido racional. Sin

embargo, el miedo a la muerte existe y quizá Lucrecio también lo haya vivido en carne propia.

Pero también existe el otro miedo, ese miedo que vemos reflejado en los rostros de muchas personas que vemos en las calles. Me refiero al miedo que aprendemos, el que nos ata y limita, ese miedo que permite a la “sociedad” mantenernos literalmente sometidos, ese miedo que nos obliga a pertenecer a algo y no a otra cosa, ese miedo que nos dicta cómo debemos comportarnos (de una determinada manera y no de otra), que nos impide ser nosotros para obligarnos a ser ellos. Un miedo a la libertad como lo llamó Eric Fromm. Un miedo aprendido en un proceso de enseñanza de larga data, intencionado y condicionado por cada cultura.

También podemos hablar del miedo como arma de control social, la cultura del miedo. Esta se ha venido a establecer como una técnica de control social a partir de la generación o manipulación del miedo, esto a través de distintas prácticas que permiten subordinar las decisiones de la población a necesidades supuestamente prioritarias relacionadas con alguna alarma o amenaza que es indicada por quienes ejercen el poder.

El miedo como instrumento de manipulación del comportamiento humano es un miedo al que todas y todos deberíamos temer.

HERENCIAS TRANSGENERACIONALES DEL MIEDO

Las publicaciones sobre la herencia transgeneracional se acumulan y al parecer ya no hay dudas que es un hecho real. Todo parece indicar que la exposición de los padres a estímulos ambientales sobresalientes (ej., estrés causado por peligros) impacta en el desarrollo del sistema nervioso adulto de la descendencia antes de su concepción. Desde un punto de vista adaptativo tal transferencia de información tendría un impacto positivo por cuanto sería una forma eficiente para que los padres “informen” a su descendencia sobre la importancia de las características ambientales específicas que es probable que encuentren en sus entornos futuros. Sin embargo, la relevancia de la herencia transgeneracional aún no ha sido totalmente aceptada por todos los investigadores, permaneciendo como un tema controversial. Pero controversial o no, las evidencias se acumulan. Recientemente se ha descrito en modelos animales la transmisión transgeneracional de un comportamiento similar a la ansiedad inducida por aspartamo y que está asociado a cambios en la expresión génica en la amígdala. Sorprendentemente, este comportamiento y las alteraciones en la expresión génica de

la amígdala se transmitieron a la descendencia hasta por dos generaciones. Similarmente, se ha descrito los efectos transgeneracionales del uso de morfina en modelos animales, en los que se producen comportamientos similares a la ansiedad, también transferidos a la descendencia por dos generaciones. Por otro lado, diferentes estudios muestran que las consecuencias de la violencia política también tienen repercusiones que se extienden más allá de la generación directamente afectada, fenómeno conocido como transgeneracionalidad del trauma colectivo. En descendientes de víctimas del Holocausto se ha encontrado evidencia de efectos transgeneracionales hasta la tercera generación. En el caso de las víctimas de la dictadura cívico-militar en Chile las investigaciones han puesto de manifiesto una propagación transgeneracional que alcanza a los nietos de las víctimas.

Un aspecto que no podemos dejar pasar respecto de la violencia política y su impacto en la vida, no solo de las personas torturadas y sometidas a prisión, sino también en los daños transgeneracionales, es reconocer el dolor como un flujo invisible de temores que se transmite verticalmente a las generaciones futuras como un punzante silencio, silencio que grita bajo la piel. Esto nos obliga a mirar las características del trauma a corto y largo plazo y no solo en los directamente afectados por dichas experiencias, sino también mirar los factores, que desde el ámbito

socio-político, inciden en la permanencia del daño a través del tiempo, en una espiral transgeneracional que sigue doliendo. Mirar cómo el silenciamiento, la estigmatización y la impunidad convierten a los dañados en rehenes de un eterno dolor.

Los estudios realizados en neurociencias, biología molecular, epigenética y otras áreas relacionadas, parecen apoyar la existencia de las herencias transgeneracionales del trauma, en la que somos meros eslabones de una cadena de generaciones, inconscientemente afectadas por su sufrimiento o por asuntos pendientes, tal como lo expresó Anne Schützenberger en su obra Aie, mes aieux (Hey, mis antepasados).

Parece claro, el trauma, el miedo y la ansiedad se transmiten verticalmente como una herencia que ya no podemos negar.

BASES BIOLÓGICAS DEL MIEDO

Desde una arista estrictamente biológica, el miedo corresponde a una respuesta adaptativa dirigida a salir airoso de una determinada situación de peligro, por ello sería positivo vivir miedo en esos casos, pero no en otros. Por el contrario, las respuestas de miedo excesivo se vuelven desadaptativas y son características de los trastornos relacionados con el miedo, como el trastorno de estrés postraumático y varios trastornos de ansiedad.

Hablar del miedo es hablar de historias de vida, es hablar de memorias del miedo, es mirar hacia el interior de nosotros, eso que está incrustado bajo nuestra piel, esas memorias de procesos de miedo que al sufrir alteraciones desadaptativas lleva a la aparición de diferentes cuadros patólogicos.

¿DONDE RESIDE

LA MEMORIA DEL MIEDO?

La memoria del miedo, al igual que todas nuestras memorias, probablemente no residan en un sitio determinado de nuestro cerebro, dado que la memoria no es una entidad física que tengamos que ubicar en un lugar fijo. La memoria es información que probablemente esté fluyendo tal como lo hace un caudal de agua y/o cargas eléctricas, que viaja por un sinfín de diminutas tuberías/conductores, en la que la frecuencia de oscilación de las partículas que fluyen podría, por analogía, considerarse paquetes discretos de información. Por ello, el hecho que una determinada estructura esté involucrada en alguna memoria no prueba que dicha memoria esté almacenada en dicha estructura. No se trata de desconocer que la estructura pueda participar de alguna manera en el establecimiento de una mayor o menor conectividad de las “microtuberías/conductores”. Teniendo esto presente, podemos sumergirnos en nuestro cerebro para describir el miedo y eventualmente poder explicarlo desde alguna de las posibles aristas existentes.

CIRCUITOS CEREBRALES DEL

CONDICIONAMIENTO DEL MIEDO

Diferentes líneas de investigación han establecido relaciones entre el condicionamiento del miedo

con diferentes estructuras cerebrales. Entre estas estructuras se puede mencionar la amígdala, estructura crítica para el condicionamiento del miedo pavloviano. Este condicionamiento del miedo es un modelo traslacionalmente relevante, clave tanto para comprender la fisiología del miedo como la fisiopatología de los trastornos de ansiedad. En términos generales el condicionamiento del miedo es un proceso de aprendizaje asociativo en el que un estímulo neutro, como un sonido de determinada frecuencia o un contexto físico específico (estímulo condicionado), se presenta junto con un estímulo aversivo (estímulo no condicionado), para generar una respuesta de miedo condicionada. La fase de adquisición del miedo es seguida por una fase de consolidación, que dura horas o días, durante la cual se forman los recuerdos. La exposición posterior al estímulo condicionado, en ausencia del estímulo no condicionado, es suficiente para evocar el comportamiento de congelación, lo que demuestra la formación efectiva de una memoria de miedo condicionada. El papel central de la amígdala en el miedo es absolutamente coherente con sus conexiones neuroanatómicas. Presenta múltiples proyecciones externas a través del núcleo central con el hipotálamo, el hipocampo y, hacia arriba, con varias regiones de la corteza (córtex).

Como se ha indicado, el condicionamiento del miedo está mediado por el circuito del miedo cerebral, un complejo conjunto de áreas cerebrales con poblaciones celulares altamente especializadas y una compleja conectividad. Así, la formación de la memoria del miedo asociada con un contexto, implica el fortalecimiento de las conexiones entre el hipocampo y la amígdala. Y su sustrato neural de la regulación emocional (ej., miedo) está bien caracterizado e involucra la conectividad funcional entre la amígdala y las regiones corticales frontales, específicamente la corteza prefrontal medial. La evidencia acumulada sugiere que la corteza prefrontal puede regular la amígdala y permitir una regulación exitosa de la emoción y el comportamiento a través de un mecanismo de arriba hacia abajo. En este punto es importante destacar que tanto los estudios en humanos como en animales sugieren que la fuerza y la dirección de la conectividad funcional amígdala- corteza prefrontal medial cambian a lo largo del desarrollo y estos cambios pueden verse alterados por la experiencia de la vida temprana. Además, es importante destacar que se produce un cambio agudo en la conectividad entre la amígdala y la corteza prefrontal medial entre la infancia, la adolescencia y la edad adulta temprana.

La formación de la memoria del miedo asociada con un contexto, implica el fortalecimiento de las conexiones entre el hipocampo y la amígdala.

Así como las memorias del miedo se relacionan estructuralmente con ciertas áreas cerebrales, también se relacionan con modificaciones epigenéticas de la cromatina neuronal. La evidencia actual también apunta hacia un papel clave de los mecanismos epigenéticos en la regulación de los procesos de memoria del miedo. En este sentido, existe una amplia evidencia de que la metilación del ADN está regulada de una manera dependiente de la experiencia por la actividad neuronal. Al respecto, se ha demostrado la participación de la metilación del ADN en la memoria dependiente del hipocampo, mostrando que la activación neuronal induce cambios en la metilación del ADN de los genes relacionados con la memoria. Igualmente, se ha descrito que el aprendizaje del miedo causa cambios en la metilación del ADN en diferentes regiones del cerebro. Al respecto, aunque se necesitan más investigaciones para aclarar las funciones de la metilación del ADN en la consolidación de la memoria, un cuerpo de evidencia indica claramente que la formación de la memoria requiere hipermetilación de los genes supresores de la memoria e hipometilación de los genes promotores de la memoria. En particular, se ha demostrado que el vínculo materno en la infancia amortigua la reactividad de la amígdala e influye en la trayectoria del acoplamien-

Tálamo sensorial

to amígdala-corteza prefrontal medial. El sistema oxitocinérgico es crítico en el desarrollo del comportamiento social y el vínculo materno. El cuidado parental temprano influye en el estado de metilación del gen del receptor de oxitocina en modelos animales y humanos. Una mayor metilación de este gen se asocia con una menor conectividad funcional amígdala-corteza prefrontal medial en adultos.

Así, al parecer, ya no hay dudas que las experiencias pasadas, incluidos los eventos estresantes, pueden conducir a un “proceso de reprogramación” a través de cambios en la expresión génica, importantes para disparar el miedo (y otras emociones) en afrontamientos futuros.

PARA FINALIZAR

El miedo forma parte de nuestras vidas, el miedo llena nuestros días, nuestro cine, nuestro arte, nuestras noticias, nuestros sueños. El miedo tiene mecanismos, el miedo tiene neurociencias, el miedo tiene psicología, el miedo tiene antropología, el miedo tiene sociología… el miedo nos llena de ideas y de temores. Y muchas veces el miedo nos esclaviza en favor de otros.

Finalmente, comprender y reconocer el miedo en sus diferentes dimensiones, integrándolo con distintos saberes, nos llevará a reconceptualizar el miedo mucho más allá de lo que la biología u otra ciencia aislada pudiera hacerlo.

PATRIMONIOS LOCALES, DESAFÍOS GLOBALES

POR COLECTIVO TRAZANTES

(Alberto Texido, Hugo Pereira, Marcelo Carvallo y Rodrigo Martin, arquitectos)

La cultura ciudadana se funda -también- con la presencia de hitos tangibles los que, como espejos de particulares historias, enrostran los modos en los que las sociedades se constituyen. De ahí la importancia del patrimonio y de su especial resguardo.

Esto ya se visualizó en el antiguo Egipto. Se ha descubierto que en el templo de Ramsés II en Abusimbel (s. VIII A.C.), uno de los sitios patrimonio mundial más significativos, se dispuso tempranamente de un muro para proteger uno de los antebrazos de las colosales estatuas que honraban al faraón. Por otra parte, durante la vorágine de la revolución francesa, un grupo de “iluminados” protegió un enorme patrimonio cultural, aun el heredado de la monarquía contra la que Francia se revelaba, salvándolo así de la destrucción, pues entendieron que las obras de arte tienen un valor en sí independiente de su origen. Entonces nace el concepto de inspector de monumentos, tan difundido en siglos posteriores. Así, desde muy temprano, las sociedades han ido reconociendo y valorizando su pasado indicando que solo es posible definir objetivos de futuro, teniendo presente cada diversa y rica herencia histórica.

Nuestra joven república y en su contexto dentro de una realidad americana la que, aun siendo diferentes a las históricas y grandes civilizaciones, ha ido reconociendo la presencia de elementos significativos que constituyen patrimonio y, en esa vía, generando acciones para su consideración y mayor presencia social.

Ejemplo de lo anterior es el reciente descubrimiento y puesta en valor de un pasado precolombino incaico bajo el suelo fundacional de la ciudad de Santiago, ello aun considerando la presencia de factores como sismos, incendios, inundaciones y razones de origen antrópico, como el descuido o abuso normativo, los que han contribuido a la pérdida de una buena porción de nuestro patrimonio construido.

La relevancia de los hitos patrimoniales empuja al país a que, complementariamente a las declaraciones y resguardos estatales, en 1980 suscriba la “Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural”, (UNESCO 16.11.1972), asumiendo la tuición, hasta hoy, sobre siete sitios de Patrimonio Mundial: Rapa Nui (1995), Iglesias de madera en Chiloé (2000), Establecimiento Minero de Sewell (2001), sitio de Valparaíso (2003), Oficinas Salitreras de Humberstone y Santa Laura en Tarapacá (2005), el Camino incaico

Qhapaq Ñam (2014) y el asentamiento y momificación de la cultura Chinchorro en Arica (2021).

Esos sitios motivan a un creciente interés de la comunidad nacional e internacional preocupada del conocimiento científico, generando además de la protección y promoción cultural, una oportunidad para la industria turística y reforzando la necesidad imperiosa de enfrentar problemas desafiantes en cerca de un tercio de ellos, los que presentan altos “grados de peligro”.

En este contexto, preocupa la tardanza del Estado en encontrar una institucionalidad eficiente que se responsabilice de la administración y conservación de los sitios, los que han quedado a cargo de entidades que muchas veces carecen de las competencias técnicas derivadas de doctrinas internacionales de intervención y conservación patrimonial, sugeridos desde la “Carta de Venecia” y otras posteriores.

Específicamente, en nuestro patrimonio existen cerca de mil quinientos inmuebles o sitios categorizados como monumentos nacionales. Por ellos urge avanzar en una modificación de la Ley de Monumentos -que data de 1925- así como acordar una institucionalidad patrimonial adecuada, factores que han contribuido al estancamiento en esta área. Si sumamos además el deterioro acentuado de fachadas y la pérdida de sentido comunitario en calles y plazas de nuestros centros urbanos, el rescate y resguardo de nuestro patrimonio se torna tarea permanente y urgente, como una demostración del valor que la sociedad otorga a lo público y a lo común. En estas materias, el trabajo colaborativo del Estado, la colaboración público-privada y la presencia de ciudadanos conscientes y activos, será el camino más corto para lograrlo.

ALMUDENA GRANDES HERNÁNDEZ

(MADRID 1960-2021)

POR JESÚS LOBILLO RÍOS

Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

Se la puede considerar como el referente literario de un momento crítico, tanto social como político, que en España se denominó como la transición. Criticó las miserias y la corrupción de la dictadura luchando contra el olvido, y reivindicando las historias de los perdedores a los que dio voz en sus obras.

Nació en el seno de una familia acomodada, más o menos afecta o adaptada al régimen franquista, hija y nieta de poetas aficionados, a la que siempre le gustó leer y disfrutó de la posibilidad de estudiar una carrera universitaria, a ser posible “de chicas” como le aconsejó su madre, desviándole de hacer lenguas clásicas, por lo que estudió Geografía e Historia. Comienza a trabajar como redactora en negro en una editorial escribiendo los pies de fotos de los libros de autores consagrados con lo que le ahorraba

a la empresa los emolumentos que éstos cobraban, mientras que a ella le pagaban por folio escrito. Esto produce una tendencia a escribir alargando las frases con el uso excesivo de adjetivos y adverbios para aumentar la extensión del texto y poder cobrar más, defecto que arrastrará toda su vida y particularmente manifiesto en su obra primeriza que suavizará más adelante.

En 1989 escribe su primer libro “Las edades de Lulú” con el que ganó el premio Sonrisa Vertical de literatura erótica, y que la hizo enormemente popular siendo traducido a más de veinte idiomas y proporcionándole los ingresos económicos necesarios para que pudiera dedicarse desahogadamente a escribir. Es una obra rompedora, de liberación, de eliminación de tabúes consagrados, que ella centra en la moral sexual, justo lo que el país demandaba en ese momento de inicio de las libertades pero que al fin y al cabo encierra un fondo moralista que no pretende alejarse de los principios tradicionales establecidos,

ni molestar demasiado a las clases bienpensantes. Sus publicaciones siguientes, que adolecen todas de una gran extensión, dibujan insistentemente, una España retraída, que no termina de entender que la época del, sometimiento, prohibiciones y pecado ha terminado con la muerte del dictador. Su estilo naturista, realista y desenfadado conecta con el lector al que va descubriendo el país sojuzgado que la dictadura ha tratado de ocultar y del que nadie se atreve a hablar.

La culminación de su obra literaria la alcanza con los “Episodios de una guerra interminable” en donde la calidad lograda le permite obtener el “Premio Nacional de Narrativa” en 2018. Se declara como admiradora y seguidora de la obra de Benito Pérez Galdós.

Además de su obra literaria, y paralelamente, Almudena Grandes practicó el periodismo como faceta de su personalidad dialogante y empática. Colaboró en el periodismo radiofónico con la cadena SER y escribió unas 700 columnas de artículos para “El País”, artículos costumbristas, o artículos de opinión, entre el periodismo y la literatura.

Según la RAE la columna o texto costumbrista es un escrito descriptivo y analítico, y el artículo es cualquiera de los escritos de mayor extensión que publican los periódicos o publicaciones análogas. El artículo de opinión concretamente, o de fondo, tiene una estructura tripartita: título, cuerpo y desenlace, y trata de persuadir al lector de la idea que contiene. Se distingue, por tanto, de la columna o del texto costumbrista en el que el contenido es más descriptivo y menos analítico.

Sus temas son la vida cotidiana, las relaciones modernas, el divorcio, el consentimiento de los ciudadanos, lo políticamente correcto (que siempre es de derechas), la libertad, pasión y soledad de la mujer. Su mensaje primero es el de la liberación de las mujeres de su generación, para ir evolucionando al conflicto en general de su país en donde pecado y delito eran lo mismo.

Su obra periodística se clasifica claramente en dos etapas. La primera está formada por las colaboraciones que hace al suplemento Semanal de “El País” con carácter quincenal y que abarca desde el 1 de octubre de 1999 al 23 de febrero de 2003 y que

recogería y publicaría en un libro con el nombre de “Mercado Barceló”, el antiguo mercado municipal de abastos madrileño que sería demolido en 2009, y que son fundamentalmente columnas.

En estas columnas, conocemos a una Almudena Grandes formal, analítica y descriptiva que nos muestra a los diversos personajes con sus caracteres y consideraciones, muy al estilo de quien está realizando una recopilación de datos para sus futuras obras, pero digamos que poco personal y no comprometida.

Su segunda etapa periodística, más de opinión que de columna, se inicia el 7 de enero de 2008 y finaliza en mayo de 2018, esta vez como columnista semanal en las páginas de opinión de la contraportada del periódico que publicaría en otro libro en 2019 con el título “La herida perpetua”. Descubrimos aquí a una Almudena Grandes empoderada, preocupada por su país al que analiza y satiriza con dureza en busca de los errores cometidos en el pasado que nos evitarán en lo posible los del futuro.

La periodista Almudena Grandes aparece aquí como audaz, profunda, desinhibida, descarnada en la disección de la realidad que transitoriamente machaca al país. Se muestra como una mujer progresista de izquierdas que reivindica los valores laicos y republicanos enfrentándose a la falsedad del relato histórico que se está tratando de construir.

Pasan por aquí el complicado final del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la mayoría absoluta del partido popular con la hegemonía de Rajoy y sus duras medidas de austericidio, junto con los episodios

de corrupción que engendraran el caso Gurtel con la condena final del mismo partido popular y la expulsión del Gobierno y de Rajoy, provocando un cambio que ella califica de trascendental en la política española.

Como muestra vale un botón, podemos referirnos al comentario que escribió Almudena Grandes, sobre los consejos que la madre Maravillas prodiga a sus seguidoras. Esta monja carmelita fue canonizada en noviembre de 2008. Se llamaba María Maravillas Pidal y Chico de Guzmán (1891-1974) y pertenecía a la alta nobleza española. Entró en religión con el nombre de María de las Maravillas de Jesús y fundó varios conventos carmelitas entre ellos el de Getafe en el Cerro de los Ángeles, siendo canonizada en 2003 al considerársela como una de las grandes místicas del siglo XX.

Uno de los consejos de esta “madre” a sus “hijas” reza así: “Déjate mandar, déjate sujetar y despreciar, y serás perfecta”. A lo que Almudena Grandes matiza: “Parece un contrato sadomasoquista, pero es un consejo de la madre Maravillas. ¿Imaginan el goce que sentiría al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!-sudorosos? En 1974, al morir en su cama, recordaría con placer inefable aquel intenso desprecio, fuente suprema de perfección. Que la desbeatifiquen por favor”.

Con dos hijos previos de relaciones anteriores, en 1996 se casa con el escritor Luis García Montero, que también aporta dos hijos al matrimonio, y ambos tienen una hija, Elisa, que en las elecciones de 2021 ocupó el número cuatro en las listas de Falange Española.

LA MÚSICA PARA FEDERICO NINO ROTA

Para muchos la música para el cine es un género musical en sí mismo, se alimenta por supuesto de la tradición musical docta, de la música de orquesta, aunque también del folclor, el jazz o la música popular dependiendo las circunstancias, en realidad es una música indisolublemente vinculada a la imagen en movimiento, que con mayor o menor independencia de esta, está puesta allí (compuesta especialmente o no) para acompañar las imágenes de un film; la música actúa por contraste o por complemento, es como un condimento esencial de la cocina cinematográfica, acentúa los sabores, realza los distintos momentos, subraya los énfasis diegéticos, nos sumerge en una ensoñación cuando a veces la imagen así suelta y sola, aparentemente poco expresiva, necesita de una melodía que le dé valor comunicativo o que le entregue una idea que la imagen por sí sola sea incapaz de hacerlo.

Durante la historia del cine son muchos los compositores que han dedicado su arte a componer músicas para filmes, algunos formando largas asociaciones con directores emblemáticos, de cuyas colaboraciones emergen algunas de las mejores bandas sonoras de la industria, o directores conscientes de la importancia de la música trabajan con los mismos compositores, porque estos sabrán interpretar las ideas sonoras para determinado film. Es tan específico el género que incluso cuando se utiliza música no compuesta especialmente para una película, como piezas de música clásica, por ejemplo, esta adquiere junto a las imágenes del film una personalidad distinta, se une a lo cinematográfico para generar un nuevo lenguaje de otros significados. Ahí las partituras de Bach, Haendel, Mendelssohn o Chopin en los filmes de Ingmar Bergman, la resignificación del Sigfrido de Wagner en las épicas películas de John Boorman o la Cuarta de Mahler en “Muerte en Venecia”.

De entre las parejas imperecederas del cine podemos encontrar a Danny Elfmann y Tim Burton, a Georges Delerue y François Truffeaut, al inmenso Maurice Jarre con David Lean; a John Williams y Steven Spielberg, Alexander Desplat y Wes Anderson, Bernard Herrmann y Alfred Hitchcock, a Armando Trovajoli y Ettore Scola, al inigualable Ennio Morricone con Sergio Leone y, especialmente a Nino Rota con

Federico Fellini, cuya amalgama creativa produjo algunas de las imágenes sonoras más originales de la historia del cine.

Hijo de Ercole y Ernesta, Giovanni “Nino” Rota Rinaldi nació en Milán el 3 de diciembre de 1911, su padre era contador y su madre, pianista e hija de pianistas, fue su primera maestra de música. Desde pequeño Giovannino mostró sus dotes musicales componiendo muy temprano un oratorio, “La Infancia de san Juan Bautista”, y la ópera para niños “El Príncipe Puerco”, sobre cuentos de Hans Christian Andersen, al tiempo que ingresaba al Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán en 1923, donde fue alumno de Paolo Delachi y Giulio Bas. La crítica ya consideraba madura la obra del joven compositor “impecable, intensa y sarcástica” decía la prensa especializada del músico de 15 años. Luego Nino estudió de forma privada con Alfredo Casella en Roma, obteniendo el diploma en composición musical en la Accademia di Santa Cecilia en 1929. Al año siguiente partió a Estados Unidos por dos años, donde obtuvo una beca en el prestigioso Curtis Institute of Music de Filadelfía, donde fue alumno, entre otros, de Rosario Scalero y Fritz Reiner y donde hizo amistad de Aaron Copland; compañeros de clase fueron los extraordinarios músicos contemporáneos Gian Carlo Menotti y Samuel Barber.

En 1933 realizó su primer acompañamiento musical a la película Treno Popolare, de Raffaello Matarazzo. Película rápida y juvenil, fue rodada por un reparto de veinteañeros íntegramente en exteriores, con pocos medios y con gran realismo y alegría; su música subrayó el carácter jovial y entretenido de la película con alegría. En 1937 enseñó teoría y solfeo en el Conservatorio Giovanni Paisiello de Taranto y dos años más tarde se trasladó al Conservatorio Niccolò Puccinni, de Bari, donde enseñó armonía y composición; de este último instituto asumió el cargo de director en 1950.

Después de algunas colaboraciones esporádicas con directores de posguerra, en 1952 Nino conoció a Federico Fellini, que filmaba “El jeque blanco”, formando una amistad y relación laboral por treinta años. Entonces el compositor inició una prolífica carrera como compositor de bandas sonoras, en la que se destaca la música para dos extraordinarios filmes de Luchino Visconti, como “Rocco y sus hermanos” (1960), el “Gattopardo” de 1963 y la música para la película “Romeo y Julieta”, dirigida por Franco Zeffirelli en 1968, ganadora del premio Nastro d’argento a la mejor banda sonora un año después. Participó en filmes italianos de toda una generación como en las películas de Alberto Lattuada, Mario Soldatti, Luigi

Zampa, Luigi Comenici, Mario Monicelli, Franco Rossi, Mayuro Bolognini, Lina Werthmüller, entre otros, o de directores internacionales como René Clement, Guy Hamilton, Edward Dmytryk, Terence Young, Sergei Bondarchuk con “Waterloo” y Francis Ford Copppola con la composición en 1972 de la banda sonora de la película “El Padrino” por la que, a pesar del éxito de público y crítica, no recibió una nominación al Oscar porque la melodía principal había sido utilizada por Rota en la película “Fortunella” (1958) de Eduardo De Filippo, aunque ganaría la presea estadounidense dos años más tarde con la música original de la película “El Padrino, Parte II”, entre otros grandes premios recibidos por el compositor en distintos festivales europeos.

Pero la larga colaboración de Rota con Federico Fellini sea quizás la que determina estéticamente su arte y su estilo, la construcción de un lenguaje especial donde las simbiosis de las imágenes oníricas, de intenso colorido, de formas y personajes provocadores y desopilantes de los filmes del director son trazadas delicadamente por una partitura que sin competir en los excesos expresivos de la obra fílmica cataliza las escenas con una textura melódica que sugiere momentos de magia y melancolía, reflexión profunda y emociones diversas en un intento de escudriñar en la humanidad de sus personajes delicadas trazas de amor, comprensión y dolor. Pareciera que la vida

es un circo de grotescos personajes que deambulan extraviados por una Italia destruida por la miseria de la guerra y del horror de la ocupación, aunque también atenta a la reconstrucción de una patria que ya no será la misma, cuyos paradigmas se edificarán sobre los muertos y la tradición avasallada por el peso de la historia, como tan bien explica en sus filmes más certeros Luchino Visconti en el choque de dos culturas que se enfrentan inevitablemente en la muerte del protagonista y que tan bien disimula Fellini tras el velo blanco de los vestuarios, el maquillaje circense y sobre todo una música que se sumerge decidida en los sinuosos caminos de la melodía.

En el prolífico trabajo del compositor milanés con Fellini encontramos “La Strada” (1954), “Las noches de Cabiria” (1957), “La dolce vita” (1960), “Bocaccio ‘70” (1962), “Ocho y medio” (1963), “Julieta de los espíritus” (1965), “Fellini Satyricon” (1969), “Roma” (1972), “Amarcord” (1973), “Casanova” (1976), “Ensayo de orquesta” (1978), todos filmes distintos, los que, sin embargo, conservan esa característica que define al cine como una pieza esculpida por el tiempo y un constructo de realidades fantásticas cuyo aparato lingüístico no son sino las ensoñaciones latentes de cada uno de los espectadores.

Nino Rota se inscribe plenamente dentro de la tonalidad, correspondiendo a su preferencia por la melodía, eso permite que su música sea un material para ser interpretado en casi cualquier estilo, ya sea con orquesta sinfónica y un alto predominio de cuerdas y maderas, como también por banda de jazz, incluso de tríos y cuartetos de preminencia bronces y bases rítmicas. De estilo neorromántico, Rota no escapa a casi ningún estilo ni género musical, escribió música de conciertos, teatro, ballet y jazz dejando una obra amplia y generosa que vale la pena conocer: más de ciento cincuenta bandas sonoras, música popular (como la canción Viva la pappa col pomodoro, cantada por Rita Pavone), música para piano, música de cámara, música vocal y música sinfónica, dejando tres sinfonías y varios conciertos, de entre los que se destacan su famoso “Divertimento Concertante” para contrabajo y orquesta y su concierto para trombón y once óperas. Para la música sacra son especialmente importantes las cantatas Mysterium, La Vita di Maria y Roma capomunni, cuyos textos fueron seleccionados por Vincenzo Verginelli, con quien compartía los ideales del hermetismo.

Nino Rota murió en Roma el 10 de abril de 1979, poco después de terminar de grabar “Ensayo de orquesta”, su última colaboración para Fellini, como legado de la vida común de dos artistas únicos en la historia del arte italiano del siglo XX.

TREINTA AÑOS SIN FEDERICO

POR ANA CATALINA CASTILLO IBARRA

Académica, magíster en Literatura, diplomada en Historia y Estética del cine

El 31 de octubre de 1993, dejaba este mundo el gran cineasta Federico Fellini, aunque bien podría pensarse que nunca tuvo del todo los pies en la tierra, pues basta ver sus películas para constatar que el italiano tenía su propio mundo. Tanto así, que junto con su obra cinematográfica, nos dejó un adjetivo: felliniano. Con ello solemos referirnos a la mixtura entre lo real y lo soñado; lo luminoso y lo oscuro; lo bello y lo grotesco. Y todo, estéticamente abigarrado.

Indiferente a lo que dicta la trama clásica –planteamiento, nudo y desenlace– la coherencia no formaba parte de su narrativa, porque Fellini construyó su imaginario a partir de sus propias experiencias, recuerdos, sueños, delirios y obsesiones. Por lo mismo, todo ello se manifestaba sin una lógica tradicional; solo con la lógica del autor. Convencido de que un artista es quien conserva el deseo infantil de transgredir, solía decir también que la creatividad es una forma de enfermedad. Si con ello se refería a alejarse de lo normal o lo normado, se comprende a esa mente poblada de seres, acontecimientos y lugares que tan originalmente concebía.

Nacido en Rímini el 20 de enero de 1920, mucho antes de pensar en el cine, el joven Federico se interesaba por el dibujo y las caricaturas. Fue a través de ellas como comenzó a desarrollar ese humor particular y su capacidad para reparar en aspectos que pasaban inadvertidos para otros. Probablemente debido a sus inicios como caricaturista, cuando ya estaba instalado en el mundo del cine, Federico Fellini siempre dibujaba a los personajes de sus filmes. Según él, era “una manera de empezar a mirar la película a la cara”. Famosos son los bocetos que realizó para dar con la Volpina, la prostituta de Amarcord (1973), que guiaron el proceso de casting hasta dar con la que él había imaginado. Mientras aún cursaba el

Bachillerato, sus viñetas fueron publicadas en el diario La Domenica del Corriere y en la revista 420. Con su llegada a Roma, en 1939, comienza a colaborar en la famosa publicación político-satírica Marc’ Aurelio. Allí compartió con importantes creativos que luego brillaron en el séptimo arte como guionistas o directores: Steno, Age y Scarpelli, Ruggero Maccari y el entonces jovencísimo Ettore Scola Fellini fue desde niño un observador de todo lo que lo rodeaba, pero que no se veía a sí mismo como alguien ligado al arte cinematográfico. Es más, en un principio, el padre lo quería médico y la madre, cardenal. En su pequeña ciudad del Adriático, la sala de cine era para él algo un poco prohibido, incluso un lugar de perdición para

un entorno muy católico. No obstante, recordaba con lucidez que la primera película que vio, de la mano de su padre, fue Maciste all’inferno, una cinta de 1925 en la que el personaje era secuestrado por una corte demoniaca. Y curiosamente –reflexionaba– sentía estar constantemente revisitando esa obra, cuya atmósfera lo atrajo e inquietó.

Y es que las películas de Fellini surgían muchas veces de ciertas escenas de la vida real, que luego adquirían nuevas vidas en su fantasía. A propósito de cómo había nacido la idea para la película que lo llevó a ganar su primer Óscar, contaba que una vez vio en la calle a un hombre que tiraba un carromato y que esa visión lo dejó pensando en quién sería esa persona, qué tipo

de vida tendría. Esa imagen fugaz llegaría a convertirse en Zampanó, el artista callejero de su película La strada (La calle,1954).

Mucho se ha comentado y escrito acerca de que Federico era un mentiroso. Su esposa de toda la vida, Giulietta Masina, lo defendía argumentando que si mentía, se debía a su fantasía de autor. Incluso, cuando se sentía acosado por los periodistas, simplemente fabulaba. Lo interesante es que el propio Fellini hacía gala de esa habilidad suya para inventarse datos de su vida, como que en su infancia se había unido por un tiempo al circo, historia que se volvió tan verosímil dentro de su biografía, que no es infrecuente encontrarlo como dato en diferentes fuentes de internet.

En todo caso, resulta incuestionable que las mentiras de Fellini, no son otra cosa que la ficción misma; tenían su verdad. “La verdad de las mentiras”, como diría Vargas Llosa, pues esa era la esencia de su oficio. Y para Federico era muy importante desempeñar bien el oficio que se había elegido. Así lo comentó en una de las tantas entrevistas concedidas durante su carrera y lo ilustraba con una hermosa historia. A la pregunta, “¿qué admira usted”, él contestó con una anécdota. Se había estropeado una de las agujas de un reloj de su casa y vino un técnico (después de varios más ) quien, finalmente, después de observar el reloj y de hablarle bajito al mencionado aparato, encontró y solucionó la falla. “Admiro a la gente que hace

bien su oficio”, remató. Y con esa pequeña historia de la vida diaria reflejaba también su sensibilidad y especial forma de mirar el mundo. Ahora bien, cabría preguntarse por qué se sigue escribiendo sobre Fellini avanzado el siglo XXI, o por qué volver a sus películas, cuando ya sus rupturas han quedado atrás, pues ha habido una seguidilla de autores destacados también por su originalidad. Postulamos aquí que Fellini sigue siendo uno de los más grandes creadores de mundos atrapantes, perturbadores, irrepetibles y aunque se le criticó alguna vez que estaba demasiado centrado en sí mismo, y que podía

resultar incluso autorreferente, su genialidad radica en que a través de ese imaginario tan suyo, nutrido de sus propios paisajes, gentes, búsquedas y motivaciones, todavía logra conectar con lo que nos va quedando de humanos.

Volver a ver La strada, tantos años después, permite emocionarse de nuevo con el llanto de Zampanó (Anthony Quinn), cuando descubre que la leal y dulce Gelsomina (Giulietta Masina), a quien él tanto despreció, había muerto sola y olvidada, porque ese llanto ante lo que no puede ser deshecho es comprensible y reconocible; trasciende una época. Pueden

cambiar los motivos, pero es tan humano el llorar por lo perdido y valorarlo cuando se descubre que ya es muy tarde.

Por eso, más allá de mostrar lo que hasta ese momento buscaba el neorrealismo, el sufrimiento y la vulnerabilidad de los más desposeídos, lo que Fellini retrata en esa premiada película suya es la ignorada importancia de los que parecen no servirle al mundo. Esos seres que habitan la calle, lugar de todos y de nadie. “Hasta las piedras tienen su misión”, le dice El Loco (Richard Basehart) a Gelsomina en uno de los momentos más bellos de La strada. En tiempos frenéticos y exitistas habría que repetirse a diario estas palabras.

Injustamente recordada solo por Anita Ekberg, bañándose en la Fontana di Trevi, junto a Marcello Mastroianni en el papel que lo hizo mundialmente conocido, La dolce vita (1960), que de dulce poco tiene, es hasta la fecha no solo uno de los mejores mosaicos de la italianidad, sino el reflejo –totalmente vigente– de la búsqueda de sentido vital y de la lucha contra el sentimiento de vacuidad. El deambular diurno y nocturno de Marcello Rubini (Mastroianni), las fiestas interminables, las conversaciones de corte existencialista, el reencuentro con un padre que resulta un desconocido, las relaciones fallidas; todos esos fragmentos de realidad que eran eco de un momento socio-histórico preciso (los sesenta), aún nos resuenan.

Cuando se habla de su película considerada más personal, Otto e mezzo (8 ½), de 1963, se ha puesto el foco en el ejercicio de metacine, pues Mastroianni personifica esta vez a Guido Anselmi, un director de cine –alter ego del propio Fellini– que se encuentra en sequía creativa y, por consiguiente, cae en una crisis existencial. Si bien aquí se despliega todo el imaginario

fantasioso de Fellini, aún mantiene vigencia el planteamiento de fondo: el arte es un refugio.

Amarcord, tal vez la más “barroca” de sus películas, es un ejercicio de memoria individual, aunque cada vez que se revisita remueve los recuerdos, imágenes fragmentadas y sueños del espectador. Los años escolares, los primeros acercamientos a la sexualidad, aparecen hiperbolizados, coloridos, magníficos en el tratamiento del grotesco y del humor. Quizás, junto con La strada, es una de sus obras en que la ternura está presente; en este caso puntual, por la mirada a locos y marginales.

Y si de excesos se habla, una de sus últimas películas, E la nave va (Y la nave va,1983) retrata, en forma tan frenética como impactante en sus imágenes, los últimos momentos de la Belle Époque, antesala de la Primera Guerra Mundial, a través de la historia de un barco que debe transportar las cenizas de una diva lírica. El mundo de la ópera aparece con su grandeza y espectacularidad, como también con sus miserias humanas. Todo ello se mezcla con otros variopintos personajes y hasta con un rinoceronte que también tripulaba la nave, que termina por hundirse. La analogía sigue vigente. Junto con la creación de personajes inolvidables, Fellini nos legó el retrato cinematográfico de la Ciudad Eterna. La capital italiana, captada con espectacularidad desde las alturas al inicio de La dolce vita, aparece en la misma cinta en su aspecto bohemio, logrando capturarla tanto en sus días como en sus noches; entre luces y sombras. Años más tarde, surgirá aún más caótica en la película titulada precisamente Roma (1972). Su mirada aguda de una ciudad que de por sí es inconmensurable en sus contrastes, se instala durante la atmósfera previa al estallido de la Segunda Guerra Mundial.

En ella se hace patente la irreverencia artística del director, al deleitarnos con las inolvidables escenas del desfile de hábitos eclesiásticos; sin embargo, el humor negro se enriquece con la lúcida revisión del peso histórico de un lugar que puede resultar abrumador para quienes lo habitan. Este es uno de los aspectos que muchos años después actualizaría el talentoso director napolitano, Paolo Sorrentino, en su genial cinta La grande belleza (2013). Fellini realizó veinticuatro películas como director –entre 1950 y 1990– y colaboró en otras tantas como guionista. Su actividad había comenzado en 1939, escribiendo monólogos para el famoso actor Aldo Fabrizi. La mayor notoriedad en

sus inicios la alcanzó colaborando con Roberto Rossellini en el guion de una de las joyas del neorrealismo italiano: Roma, città aperta (Roma, ciudad abierta, 1945). Es decir, estuvo mucho más de la mitad de su vida entregado al cine. Visto así, es fácil comprender por qué, cada vez que se le preguntaba a Federico Fellini qué era el cine para él, siempre respondió que era su forma de vida; que no podía separar el hecho de vivir con el de realizar películas. En otras palabras, buscó el sentido de la vida a través de sus obras. Tal vez a eso se deba que después de 30 años de su partida, todavía resulte una experiencia estremecedora asomarse a su mundo tan único, profundo y visionario.

LAS LECCIONES DE ARISTÓTELES

POR ROGELIO RODRÍGUEZ MUÑOZ

Licenciado en Filosofía y Magister en Educación, Universidad de Chile

Aristóteles –junto con Sócrates y Platón– ha sido considerado uno de los padres de la cultura occidental. Nació en Estagira en el 384 a.C. y murió en Calcis el 322 a.C. Era hijo de un médico de la corte de Macedonia. Desde muy joven se fue a Atenas a estudiar y durante veinte años fue discípulo de Platón, en su Academia. Invitado por Filipo, rey de Macedonia, fue durante un tiempo maestro de su hijo Alejandro Magno y, más tarde, regresó a Atenas y fundó su propia escuela filosófica: el Liceo. En ella, Aristóteles y sus discípulos se dedicaron a investigar y a enseñar lógica, física, biología, estética, ética, política y otras disciplinas. Por dedicarse al estudio de prácticamente todo lo que constituía el saber de su época, Aristóteles ha sido considerado uno de los mayores sabios que han existido en este mundo.

Grandes tópicos ocuparon el pensamiento de Aristóteles: la naturaleza, el alma humana, la vida ética, la convivencia política y la estructura lógica y metafísica de la realidad. Todos estos temas utilizan como hilo conductor un destacado principio: el deseo humano de comprender. Es en su obra Metafísica donde Aristóteles expresa este aserto: “Todos los hombres desean por naturaleza saber”. Es decir, poseemos naturalmente una fuerza que nos impulsa hacia el conocimiento. Evidentemente, en algunas personas este deseo no ejerce mucha influencia; pero en muchos de nosotros desempeña un importante papel en nuestras vidas.

Somos “animales curiosos”. Y lo que mejor conceptualiza el impulso humano es su natural capacidad de asombro. No solo observamos los fenómenos; queremos saber por qué ocurren. Y así

surge el saber filosófico: de esta natural capacidad de asombrarnos. Nos sentimos descontentos con la falta de respuestas y es, entonces, abriéndose paso a través de los enigmas, de las aporías, como va apareciendo este singular pensar que indaga sobre los principios y causas de las cosas y que se llama filosofía.

Hallar enigmático al mundo nos lleva a la búsqueda de explicaciones racionales. Pero no es el mundo inherentemente enigmático; se presenta de esta forma para seres como nosotros. Planteando y respondiendo cuestiones, hacemos lo que podemos por volver al mundo inteligible. En esto –en hacer al mundo inteligible– estriba para Aristóteles la actividad filosófica. Podemos decirlo de otro modo: los seres humanos nos afanamos por buscar la verdad. Aristóteles, en efecto, señala que la verdad es “la puerta del proverbio a la que uno no puede dejar de llamar” ( Metafísica). Y es por esto que incita a investigar todas las creencias humanas –incluso las falsas– pues de la contemplación de cómo los hombres se han equivocado podemos extraer una comprensión más clara de la verdad. El filósofo estagirita señala también que es logrando comprender el mundo como el hombre llega a comprender quién es él. No es sino asomándose al mundo como el alma del hombre traza la estructura del mismo. Pero una vez que este ha llegado a comprender el mundo, también puede mirarlo para ver la estructura de su alma trazada allí. Aristóteles también expresó que por naturaleza el ser humano es un animal político. El deseo natural de comprender coexiste con el imperativo natural de llevar una vida éticamente virtuosa en una sociedad política

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