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Jorge Saavedra, un pionero en la lucha contra el VIH
Por: Por Carlos Henze, Lourdes Hurtado y Dennys Zamora
LaSalud.mx.- En entrevista exclusiva con LaSalud.mx, el Dr. Jorge Saavedra relató su historia con el VIH y la lucha que emprendió para proveer de trata miento antirretroviral a miles de mexicanos en la década de los 90.
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El Dr. Jorge Saavedra es Médico Cirujano por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuenta con Maestrías en Salud Pública y en Administración y Políticas en Salud, ambas por la Universidad de Harvard.
Actualmente es Director Ejecutivo de AHF Global Public Health Institute en la Uni versidad de Miami, es también Presidente Interino de la Junta Directiva de la Asociación Internacional de Proveedores de Servicios en Atención del SIDA (IAPAC); previamente fue Director General del Centro Nacional para la Prevención y Control del SIDA en México (CENSIDA) así como Director fundador de la Clínica Condesa de la Ciudad de México y creador del modelo de Centros Ambulatorios para Prevención, Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS).
Uno de los últimos nombramientos que recibió fue como Consejero Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en diciembre de 2021. Este reconocimiento le fue otorgado al Dr. Saavedra con el 80% de los votos de los miembros de la Cámara de Senadores.
Sus inicios en el VIH
La fascinante y amplia historia del Dr. Saavedra en torno al tema del VIH inicia en 1994, cuando empezó a trabajar en programas de salud para las zonas más pobres del país con recursos del Banco Mundial. Esto tras “regresar a México, después de hacer mis estudios de maestría en Salud Pública y Políticas de Salud en la Universidad de Harvard en Boston de 1991 a 1993”.
“Posteriormente, recibí una invitación en 1996 del Dr. José Antonio Izazola, quien era encargado de un programa del Banco Mundial para hacer análisis sobre políticas de VIH/sida. Entonces asistí a la Conferencia Internacional de SIDA en Vancouver,
Canadá, donde se anunció que los medicamentos antirretrovirales combinados podrían salvar la vida de una persona con VIH y que estas podían vivir una larga vida”, relató.
“Fue así que me empecé a involucrar en el tema, específicamente con el análisis económico del VIH, de hecho, las primeras publicaciones, de este tópico, en México son mías, coordinadas por la Fundación Mexicana para la Salud con recursos del Banco Mundial”, añadió.
Así, “comenzamos a capacitar a personas en Brasil, Guatemala y Perú para que pudieran hacer lo mismo: un análisis de cómo se usaban los recursos para el VIH. Después, en 1997, me invitaron a colaborar en algunos análisis de datos del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida, (CENSIDA) (antes Consejo Nacional para Prevención y Control del Sida, CONASIDA).”
Por su parte, “la Dra. Patricia Uribe Zúñiga, quien era la Directora General del entonces Conasida, me invitó a hacerme cargo de la Subdirección del Área de Prevención del Instituto. En esa época duré un poco tiempo; pero me tocó lanzar la primera campaña nacional con respaldo oficial sobre el uso del condón”.
El Dr. Saavedra explica que esta primera iniciativa se realizó “de manera abierta en medios de comunicación”. La importancia de ello fue que hasta ese momento “se habían hecho campañas así, pero a través de Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s) para que el gobierno no tuviera la responsabilidad de recomendar el uso de los condones. En esa época recibimos muchos ataques, el Secretario de Salud Pública, en ese momento, era Juan Ramón de la Fuente y tuvo que lidiar con los ataques mientras yo defendía la campaña“.
Incluso “hubo un debate muy intenso con el Presidente de la Cruz Roja Mexicana, quien se oponía a la promoción del uso del condón. Finalmente, decidí dejar la Dirección de Prevención porque consideré que no tenía mucha libertad para promover cosas en las que yo creía y en ese momento se recibía mucha presión de ciertos organismos como Provida”.
Los inicios de la Clínica Condesa
Tras dejar Conasida, el Dr. Saavedra creó “una consultoría privada que tenía que ver con políticas de salud, economía de la salud y VIH. De repente, otros activistas de VIH me invitaron a convencer al Gobierno de la Ciudad de México (entonces Distrito Federal), para abrir una clínica de VIH en la capital”.
Fue así que “empecé a preparar toda la documentación, datos epidemiológicos, la situación del VIH en el Distrito Federal y por qué era necesaria una clínica en la ciudad. En ese tiempo, el Jefe de Gobierno del Dustrito Federal era Cuauhtémoc Cárdenas. Junto a un grupo de personas, incluyendo médicos y activistas, promovimos la idea de abrir una clínica en el Distrito Federal y tras iniciar la Jefatura de Gobierno con Rosario Robles insistimos en el proyecto”.
El especialista relata que también contaban con “el apoyo del Instituto de la Juventud de la Ciudad de México (INJUVE) cuya Directora era la Dra. Andrea González, así como Clara Huseman, quien era Directora de Gobierno del Distrito Federal”. Luego de recibir la autorización de la Jefa de Gobierno, el Dr. Saavedra tuvo que visitar “varias clínicas que ya existían para ver cuál era la más adecuada”.
“Mi primera opción era una clínica situada en la calle Lucerna, en la Colonia Juárez, porque era el área más estratégica y accesible para la población más afectada por el VIH, pero, al mismo tiempo, nos ofrecieron un donativo de equipo laboratorio por parte de la UNAM y la Dra. Carmen Soler, este equipo no cabía en la clínica de la calle de Lucerna”, comentó.
“Entonces la segunda opción que teníamos era en la Colonia Condesa, donde había una Clínica de Especialidades número 1 o 7. La apertura de la Clínica Condesa fue en el año 2000 y no fue nada fácil porque había mucha oposición de los colonos que no querían una clínica de sida cerca de sus viviendas”, puntualizó.
A través de la educación y de reuniones informativas con los habitantes de la Colonia, pudieron conseguir su apoyo para inaugurar la Clínica Condesa. Sin embargo, “al terminar el evento de apertura tuvimos que evacuar de emergencia porque había amenaza de bomba. Afortunadamente, fue una falsa alarma; pero eso capturó la atención de los medios y sin planearlo todos se enteraron de la inauguración”.
El Dr. Saavedra también explica el nombre de la famosa clínica: “Le llamamos así porque no la íbamos a llamar Clínica de VIH/ sida y mantuvimos el nombre de la colonia para que la gente se ubicara fácilmente”.
Al iniciar las operaciones de la Clínica Condesa, e incluso antes, el Dr. Saavedra también enfrentó la oposición del personal de salud que ya laboraba en la institución. “Lo que les ofrecí, con apoyo del Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), fue reasignarlos si no querían continuar ahí. En caso contrario, les dábamos capacitación y sensibilización”.
Una de las estrategias fue “un ciclo de películas, Philadelphia y Mi vida en rosa, fueron algunas de las que transmitimos en el auditorio de la Clínica. La idea era que, al final de la película” el personal discutiera el tema con un invitado especial.
“Todo iba bien hasta que decidí invitar a trabajadoras sexuales trans de la avenida Tlalpan”. En la entrevista, el Dr. Saavedra rememoró la discusión que ocasionó la presencia de las mujeres trans en la Clínica, quienes fueron agredidas por el personal de la Clínica”. “Después de ese -episodio- recibí la visita del sindicato y me acusaron de haberle faltado el respeto al personal [...] tuve que pedir el apoyo del Gobierno del Distrito Federal para poder volver entrar”.
Continuando con las anécdotas, el Dr. Saavedra recordó cuando un miembro del personal “trató de hacer explotar una parte de la clínica tirando un tanque de gas desde el segundo piso”. A pesar de estas muestras de intolerancia hacia los pacientes que asistían a la clínica, el especialista en VIH continúo sensibilizando al personal que decidía quedarse a laborar ahí.
Por otra parte, el entonces Director de la Clínica Condesa comenta que en los inicios de la misma carecían de tratamiento antirretroviral, porque sólo los habían dotado con el suficiente para cubrir a 90 pacientes. Por lo que la lista de espera era de más de 500 personas. “Con ese documento yo podía negociar más tratamiento antirretroviral”.
No obstante, la Clínica también ofrecía el servicio de proctología. El Dr. Hugo Castro Amabilis aceptó laborar por las tardes en la Clínica Condesa, “este era un servicio indispensable para la clínica, porque un gran porcentaje de los pacientes eran hombres que tenían sexo con hombres y efectivamente era uno de los servicios más solicitados. Si bien no teníamos tratamiento antirretroviral para todo mundo, en ese momento, sí podíamos dar otro tipo de servicios como dermatología e incluso empezamos a incorporar otros servicios; como la cuestión de derechos humanos, ahí me ayudó mucho la Lic. Laura Hernández”.
Cabe mencionar que el Dr. Saavedra fue el primer Director de la Clínica Condesa debido a que fue una de las condiciones impuestas por las autoridades para su apertura. Tras un año de la inauguración, dejó el cargo “y lo sustituyó la QFB. Carmen Soler como la segunda Directora de la Clínica Condesa, “Yo me fui al Gobierno Federal en la Secretaría de Salud a trabajar en el Área de Planeación y Desarrollo, para desarrollar el modelo del Seguro Popular”.
Su trayectoria en CENSIDA (2003-2006)
“En 2003 me avisaron que se abrió una convocatoria para elegir al nuevo director o directora del Censida, la cual abrió el Dr. Julio Frenk. Las personas interesadas debían cumplir con un perfil que consistía, básicamente, en tener un título en medicina, experiencia de trabajo en VIH, así como estudios de posgrado, adicionalmente, se pedía presentar una carta de motivos por los cuáles se consideraba el o la candidata idonea para ocupar el cargo, un currículo actualizado, una propuesta de trabajo que debiera ser presentada ante un comité plural de científicos y de sociedad civil, quienes harían preguntas al respecto, así como entrevista final con el titular de la Secretaría de Salud”.
“El primer filtro de evaluación en materia de currículo y experiencia solo lo pasamos cuatro candidatos, posteriormente se acortó a tres para las etapas finales, yo creo que cualquiera de ellos tenía posibilidades reales y podría haber hecho un excelente papel en caso de quedar seleccionado”, relató.
“En ese entonces yo me desempeñaba como Director General Adjunto de Innovación en Salud, dentro de la Dirección General de Planeación y Desarrollo en Salud (DGPLADES)”, agregó.
Tras ser electo “mediante concurso empezamos a trabajar en Tlalpan, pero el trabajo tenía mucho que ver con la Secretaría Salud, entonces propuse un cambio de domicilio a Hershel”.
“A nivel local, mi mayor logro, y del que me siento muy orgulloso, es haber fundado la Clínica Condesa con apoyo de muchos grupos de la sociedad civil, comunitarios y médicos, incluyendo al Dr. Juan Sierra y el Dr. José Antonio Izazola”, añadió.
“Pero ya en el Censida, mi prioridad era promover el acceso universal al tratamiento antirretroviral, para ello, recibí apoyo del Secretario de Salud, Julio Frenk”. En el 2004, el Dr. Saavedra comenzó a alcanzar la meta.
Lo más relevante del proyecto es que para brindar el tratamiento antirretroviral había que contar con un lugar adecuado. “Me habían contado de lugares como Nuevo Laredo que sólo tenía autorizado atender a personas con VIH en los pasillos de la Jurisdicción Sanitaria. Otro caso era el Hospital O’Horán en Mérida donde las personas con VIH no podían entrar al hospital y los atendían en la banqueta. En Campeche los atendían en el sótano. El caso extremo era el de Chetumal donde los pacientes con VIH eran atendidos en el baño”.
“Si me pidieran enlistar los logros en el Censida durante esos seis años, enumeraría 20”:
1) Acceso universal a medicamentos antirretrovirales.
2) Construcción de Capasits en todo el país.
3) Primeras campañas contra el machismo y la homofobia.
4) Incrementar de tres millones a 30 millones por año los condones que el Censida distribuía gratuitamente.
5) Reforzamiento del programa de derechos humanos de las personas que vivían con VIH.
5) Nombramiento de la primera mujer transgénero en un alto puesto público en el gobierno federal.
6) Inicio de la compra y distribución de un nuevo medicamento -una mejor píldora con tres compuestos, que simplificaba la adherencia al tratamiento.
7) Inicio del financiamiento público a organizaciones comunitarias para realizar proyectos de prevención y sensibilización en VIH con acciones que no podía realizar el gobierno, en especial dirigidas a poblaciones clave: hombres gays, mujeres transexuales, así como trabajadores y trabajadoras sexuales.
8) Desarrollo del Sistema SALVAR (Sistema de Administración, Logística y Vigilancia de ARV) para monitorear en tiempo real las necesidades y abasto de medicamentos de cada una de las personas con VIH que lo requerían a nivel nacional.
9) Reconocimiento y promoción oficial de las estrategias de reducción del daño para usuarios de drogas inyectables, es decir, los lineamientos para usar metadona como sustitución de la heroína y la distribución gratuita de jeringas y agujas estériles para los usuarios.
10) Lograr que el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, aprobara una política para apoyar a México, con el fin de dar recursos para campañas y acciones de prevención dirigidos a las poblaciones de mayor riesgo.
11) Compra y puesta en operación de las “Condonetas” o “PrevenMoVIHles” inspiradas en el Condomóvil para la distribución de condones en todo el país. Al menos hubo una en cada estado.
12) Inicio de la organización y apoyo a reuniones nacionales de mujeres positivas.
13) Inicio de las compras públicas de pruebas rápidas de detección del VIH.
14) Sensibilización del personal de salud en materia de diversidad sexual.
15) Conferencia Internacional de VIH, que por primera vez se realizaba en Latinoamérica.
16) Lograr que el Presidente de la República leyera un discurso público contra la homofobia.
17) Quitar el requisito de tener planta de fabricación en México como condición para vender medicamentos ARV en el país.
18) Campañas intra-institucionales y en medios, para convencer a la Secretaría de la Defensa Nacional que dejara de dar de baja a militares con VIH.
19) Firma de un convenio de colaboración con la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
20) Firma de un compromiso Latinoamericano de ministros de educación y salud para fortalecer la educación sexual en las escuelas.
“Esos seis años en el Censida me dejaron mucho aprendizaje, pero sobre todo mucha satisfacción de que, con el apoyo de médicos, enfermeras, personal de salud, profesionistas de diversas áreas, sociedad civil, activistas comunitarios, personas que vivían con VIH, medios de comunicación, funcionarios sensibles, hasta diputados y senadores; logramos avanzar la agenda de lucha contra el sida en México, para así construir mucha de la infraestructura y bases que eran necesarias”, comentó.
La fundación de los Capasits
Debido a este contexto lleno de limitaciones para los pacientes con VIH, “me propusieron adaptar el modelo de la Clínica Condesa a nivel nacional. Afortunadamente, cuando estuve en el Área de Planeación yo había desarrollado el modelo del Centro Ambulatorio de Prevención y Atención en Sida e ITS (Capasits). Para este proyecto conté con la ayuda del Dr. Kelly Rely, de origen haitiano”.
El Dr. Saavedra comentó que el nombre de estos centros surgió para evitar la palabra sida y Condesa. “Estuvimos toda una noche pensando en el nombre que deberían de tener para que cada letra significara algo”.
Y para construir estos centros “tuve que negociar los presupuestos en la Cámara de diputados, donde muchos de ellos me ayudaron para conseguirlos; porque las cosas nunca se logran solas, pero se necesita un liderazgo para establecer los motivos”.
“El primer Capasits que pudimos empezar a construir fue el de Puerto Vallarta, pero el primero que se inauguró fue el de Veracruz porque en ese lugar ya se contaba con una estructura. Actualmente, son más de 70 Capasits en todo el país. Eso sirvió para expandir el acceso universal al tratamiento antirretroviral en lugares dignos”. Sin duda, este proyecto “es una de las cosas que más me enorgullece”, dijo.
Aparición en los medios de comunicación
“Mi primera entrevista como Titular del Censida, fue con el periódico La Jornada, el título de la nota decía: “El sida en México no está controlado, asegura el nuevo Director del Censida”, por supuesto recibí de inmediato una llamada del área correspondiente del gobierno pidiéndome que aclarara: qué quise decir y que sacáramos un comunicado institucional para desmentir o aclarar”, dijo.
Pero el Dr. Saavedra optó por “no desmentir, pues ese título que yo no elegí, sino que decidió el periódico, no decía mentira alguna, la verdad es que en el 2003 aún no había acceso universal a medicamentos antirretrovirales en México ni había una cultura social de usar condones en las relaciones sexuales. Por lo tanto, no sólo México, sino en el mundo entero aún estábamos muy lejos de tener a la epidemia del VIH controlada”.
“Después de ese ‘periodicazo’, vinieron diferentes periódicos, noticieros de TV, programas de radio y duraron toda mi gestión del 2003 al 2009. Por eso ahora cuando me dicen que en esa época el Censida si hacía mucho, yo creo que no era así necesariamente, sino que como se dice vulgarmente ‘a cada huevo lo cacareamos’, y aprovechamos el gran interés de los medios en el tema para que la población general se enterara”, continuó.
“En esos años no había redes sociales, por lo tanto, necesitábamos a los medios de comunicación para difundir nuestras actividades o resaltar los cambios que se requerían. Lograr que el Secretario de Salud del Gobierno Federal saliera en público ante medios a defender las campañas contra la homofobia en el 2006, fue un hitazo. Posteriormente en el 2008, lograr que otro Secretario de Salud Federal, emanado de un gobierno con- siderado conservador, se tomara una foto con montones de condones en la mano o en un evento con Drag Queens y, posteriormente encabezara la primera marcha internacional contra la homofobia, también fueron acciones que impactaron mucho mediáticamente en el lado positivo y que yo siento contribuyeron en ese momento a la sensibilización social”, comentó.
La homofobia
“De las últimas cosas que hice en Censida fue una campaña contra la homofobia en 2005, que fue la primera que se hizo a nivel nacional. Lo más importante fue que el impacto mediático fue positivo. Hicimos un radio spot que se llamaba La cena que difundieron en diversos medios y que usaron con el público de Los Ángeles, Perú y Panamá; eso abrió un parteaguas para estos temas”, detalló.
El Dr. Saavedra también explicó que “Gilberto Rincón Gallardo, el Titular del Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación (CONAPRED) me llamó y dijo que tenía mucho interés en que el Conapred y el Censida realizaran una campaña conjunta contra la discriminación por VIH”.
Tras lo cual el Dr. Saavedra propuso el tema de la homofobia, “ya que, en México, esta era causa de la discriminación por VIH, aunque no se le mencionara por su nombre. Rincón Gallardo aceptó el reto y me pidió una propuesta. Con ayuda de organizaciones comunitarias empezamos a trabajar no solo en la propuesta sino en la campaña y nació La Cena”.
El radio spot anteriormente mencionado era así:
Una madre y su hijo se encuentran en su casa preparando la cena.
- Madre dice: Te ves muy enamorado mijito.
- Hijo contesta: Ay, sí mamá.
- Madre: Ya ¿cuánto llevan?
- Hijo: Ya 5 meses.
- Mamá: ¿Y le gustó la idea de venir a cenar aquí con la familia?
- Hijo: Si, le encantó, es más preparó un postre que te va a fascinar.
- Mamá: Espero que le guste lo que yo cociné y, por cierto, ¿Cómo me dijiste que se llama?
- Hijo: Óscar mamá, ya te lo había dicho se llama Óscar.
- Voz en Off dice: ¿Te parece raro?, la homofobia es la intolerancia a la homosexualidad, la igualdad comienza cuando todos reconocemos el derecho que tenemos a ser diferentes.
Sumando a la historia de esta campaña, el Dr. Saavedra comentó que “tuvimos poco presupuesto para lanzarlo, de hecho, los recursos para hacerlo y difundirlo fueron de una donación de $90 mil dólares pagados directamente al proveedor por la OPS (Organización Panamericana de la Salud). La verdad es que el spot se filtró antes de tiempo y se empezó a difundir causando escándalo nacional en todos los medios, quienes se encargaron de distribuirlo masivamente como una campaña oficial del Gobierno Federal”.
Otra innovación del Dr. Saavedra fue “contratar por primera vez a una mujer transgénero en una posición oficial dentro del Censida, Gloria Hazel Davenport. Yo la invité a colaborar luego de haber participado en una mesa en Oaxaca sobre mujeres trans y VIH donde este grupo reclamó que no había programas dirigidos a ellas”. Para resolver este tema, el Dr. Saavedra invitó a Gloria Hazel a diseñar un programa dirigido a mujeres trans.
“Lo último que me tocó organizar en el Censida fue el Congreso Mundial de sida en 2008 en México, fue la primera vez que se hacía un evento de ese tipo en Latinoamérica. Un grupo de activistas aprovecharon este evento para evidenciar que -en la región- se había avanzado mucho en eliminar la criminalización hacia las personas que tienen sexo con alguien de su mismo sexo. El único país que tenía una ley en 2008 para criminalizar esto era Panamá”. La presión que hicieron algunos activistas de ese país logró que esa ley fuera eliminada antes del inicio de la conferencia.
“Cuando se realizó esta conferencia en México, fue la primera vez en Latinoamérica, y se tuvieron algunos logros que quedaron para el país más allá de la derrama económica que significaba que llegarán más de 20 mil personas de todos los países del mundo y del interior de la República. En el marco de la conferencia se logró negociar precio reducido de un medicamento ARV que combinaba tres compuestos en una sola tableta, con lo cual se reducía la necesidad de que las personas se tomaran cócteles de medicamentos; se logró incrementar las campañas de prevención y sensibilización social sobre el sida, se incrementó la distribución gratuita de condones, ahora con un empaque y diseño atractivo (más allá de la envoltura genérica) de solo aluminio que antes tenían los condones gratuitos; se capacitó a la policía y a los oficiales de migración, así como a personal de los hoteles en temas generales del VIH y en su sensibilización para tratar con personas de la diversidad sexual”, dijo.
Su presente en AHF
AHF es una organización con sede en Los Ángeles, fundada en 1986. El nombre significaba, inicialmente, Aids Hospist Foundation, “eran hospicios para dar una atención digna a pacientes con VIH. Pero cuando comenzaron a brindar tratamiento cambiaron su nombre a Healthcare”.
En la región de Latinoamérica, actualmente apoyamos a México, Haití, Jamaica, Guatemala, El Salvador, Panamá, Colombia, Perú, Chile, Brasil y Argentina
La relación del Dr. Saavedra con AHF surgió “cuando estaba en Censida me pidieron autorización para brindar tratamiento antirretroviral a los migrantes, pues la ley no me permitía hacerlo, sobre todo con los migrantes no documentados. Entonces ellos comenzaron con un programa en Tijuana, después me apoyaron para la apertura del Capasits de Puerto Vallarta, de hecho, el primer equipamiento del centro fue financiado completamente por AHF”.
Además, el Dr. Saavedra dijo que desde que era funcionario en Censida, “mis colegas de todo Latinoamérica me habían propuesto, desde el 2003, para representarlos ante el Fondo Mundial de Lucha Contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria”.
Posteriormente, “en 2009 me hicieron el ofrecimiento concreto y me fui a Ámsterdam a coordinar los programas internacionales de AHF que en esa época empezaban a expandirse. Ya tenían presencia en México, Uganda, Sudáfrica y Camboya”.
“AHF es la organización más grande sobre VIH a nivel mundial”, resaltó. Incluso es “más grande que el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), sólo que este es más conocido y un presupuesto público, cuenta con representación en todo el mundo”. Sin embargo, AHF cuenta con más personas y recursos”.
Continuando con la línea de tiempo, el Dr. Saavedra comenta que posteriormente asumió un cargo de embajador de AHF para asuntos de salud internacional. “Después tuve la idea de abrir un Instituto de Salud Pública porque me tocó estar cuando empezó el problema del ébola en África Occidental”. Para atender la emergencia, tuvo que invitar a los voluntarios a ir a Sierra Leona para ayudar a las personas.
“Así empecé a involucrarme con otros temas de salud pública. AHF brinda atención médica en VIH, ITS y, en algunos lugares tuberculosis. Pero en la estrategia de abogacía de la respuesta mundial a enfermedades infecciosas investigamos y generamos políticas de salud a nivel mundial para abordar problemas de salud”. Incluso fueron pioneros en el tema de Covid-19 y en el planteamiento de la respuesta a futuras pandemias por parte de los gobiernos mundiales.
Por su parte, en el tema de la viruela del mono, el Dr. Saavedra relata que comenzaron a luchar por el diagnóstico y el reconocimiento de una emergencia mundial porque antes era considerada una enfermedad endémica de África, “pero nos dimos cuenta de que ya se encontraba en 60 países más”.
“Actualmente, me hago cargo de las negociaciones del Tratado Mundial sobre Pandemias. Hemos trabajado con una coalición de exparlamentarios a nivel internacional. Buscamos que todos los países se comprometan a la transparencia y a compartir la información epidemiológica en tiempo real o lo más rápido posible. Asimismo, queremos que se comprometan a involucrar a la sociedad civil para monitorear el cumplimiento de este tratado. Esta idea surgió porque los países no tienen la infraestructura necesaria para hacerse cargo de las enfermedades infecciosas y eso limita el anuncio del estado de emergencia”, dijo. Otro tema importante en el tratado es “la equidad para lograr el acceso universal a los tratamientos y que no sólo los países ricos puedan proveerlos”.
Otro proyecto actual del Dr. Saavedra es el financiamiento para el “Fondo Mundial de Lucha Contra el SIDA y la Tuberculosis Adicionalmente, el Banco Mundial creó otro Fondo para Pandemias y nosotros queremos crear un Centro de Control de Enfermedades porque cada país no tiene la capacidad por sí mismo para controlar epidemias. Latinoamérica es una de las pocas regiones que no tiene este recurso”.
Particularmente en México, AHF “apoya la atención médica en la Clínica Condesa y los Capasits. Las primeras pruebas rápidas de las clínicas eran entregadas por AHF, después ya tuvieron presupuesto para comprarlas ellos mismos. También tiene un centro para la detección y tratamiento de ITS en CDMX, Cuernavaca y Guadalajara”.
Positivo al VIH
El activismo y trabajo del Dr. Saavedra en el tema del VIH está relacionado con el diagnóstico positivo que enfrentó el especialista en 1985. “Lo único que hice fue llevar una vida saludable y cuidar a los demás, pero me involucré en el tema 11 años después, no solo por la invitación que me hicieron sino porque yo había sobrevivido gracias al tratamiento antirretroviral, mi misión era que todos tuvieran acceso a ello y desmitificar el VIH como un diagnóstico de muerte”.
Con esta misión en mente, el Dr. Saavedra se ha dedicado a ayudar a las personas con VIH. “No es labor terminada, pero sí ha habido un buen avance, que he apoyado a nivel nacional e internacional”.
Finalmente, el especialista declaró que le gustaría ser recordado como “una persona que trató de ser congruente entre sus conocimientos, sus principios y sus acciones”.