A L B E RT O D E L A R O C H A
DOSIER DE PRENSA
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LXIV PREMIO DE NOVELA ATENEO CIUDAD DE VALLADOLID A L B E RT O D E L A R O C H A
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© TANIA PADILLA
ALBERTO DE LA ROCHA (Madrid, 1979) ha ganado numerosos certámenes literarios, tanto de cuento como de novela. En 2004 recibió una beca de residencia de la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores. Ha publicado las novelas El cuarto inclinado (Algaida, 2006), que obtuvo el XXV Premio Felipe Trigo de narración corta, y El celado (2014), VII Premio Encina de Plata. En 2015 publicó Sumidero (Algaida), una heterodoxa novela policíaca. Con Los vertebrados ha ganado el LXIV Premio de Novela Ateneo-Ciudad de Valladolid. En esta historia, protagonizada por una peculiar galería de personajes, realiza un sutil retrato de ese vertebrado superior que es el hombre, pero también reivindica la deslumbrante figura del Nobel Santiago Ramón y Cajal.
La editora Estefanía vuelve a casa tras pasar la noche en casa de su amiga Sandra. Es por la tarde y solo se oyen los ruidos que producen los vecinos. El piso está vacío. La mujer recuerda que la noche anterior había expulsado de él a Javier, su compañero desde hace ocho años. Atrás en el tiempo, estamos en el dormitorio de Santiago Ramón y Cajal. Ya anciano, reclinado en su cama y usando un escritorio portátil confeccionado a partir de un tablero, trabaja en la corrección y ampliación de su obra Textura, de la que quiere publicar una nueva edición antes de que le llegue la muerte, que siente próxima.
15,40 x 23,00 cm 392 páginas | Rústica 978-84-9067-975-3 2961255
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EBOOK 978-84-9067-976-0
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ENTREVISTA A ALBERTO DE LA ROCHA ¿Cuál fue el origen de Los vertebrados? Hacía bastante tiempo que tenía una idea vaga para una historia: una novela en la que un personaje anciano miraba hacia su vida pasada y de alguna manera la revisaba. No sería una mera rememoración de su vida, sino más bien un repaso de ciertos episodios de ella desde la sabiduría de la edad anciana, o desde el desengaño o incluso la desesperación por la cercanía de la muerte. Pero era una idea muy poco concreta, que no tenía la suficiente fuerza para que me arrancara a escribir. ¿Y cuándo se concretó esa idea? Pues cuando leí las memorias de Ramón y Cajal, Recuerdos de mi vida. El personaje de Cajal, dejando a un lado sus extraordinarios méritos como científico, me pareció que era una figura deslumbrante, muy potente. Llegó a la cumbre de la ciencia mundial, hasta el Nobel incluso, solamente a base de trabajo y de una voluntad muy fuerte, obsesiva, casi enloquecida. Lo tenía todo en contra, por su origen bastante humilde y por haber nacido en un país con una tradición científica muy escasa, y fue reconocido en el mundo entero. Entonces me di cuenta de que el anciano de mi novela podía no ser un anciano inventado, de ficción, sino Ramón y Cajal. De repente la idea adquirió una enorme fuerza, dejó de ser vaga, y de inmediato me entraron ganas de ponerme a escribir. La trama de la novela gira alrededor de un manuscrito de Cajal. ¿Eso es ficción? No, no, en absoluto. En el prólogo de las memorias de Cajal, el profesor Fernández Santarén mencionaba un manuscrito de Cajal que se perdió al final de su vida, Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados. Era su gran obra, la que reuniría todos sus trabajos científicos, y Cajal estaba trabajando en ella durante los últimos meses de su vida. Trabajaba a contrarreloj, acosado por las enfermedades y la muerte. Y un día, misteriosamente, ese manuscrito desaparece de su casa. Sin más, desaparece. Y eso supuso para Cajal un golpe anímico tan fuerte que murió unas semanas después. Esto es absolutamente real, sucedió así. Claro, eso hacía aún más estimulante la idea para mi novela. Pero supongo que hubo un proceso de documentación previo... Al final del libro mencionas varias obras. Sí, claro. Aunque me entraron ganas de escribir el mismo día en que se me ocurrió la idea, tuvo que pasar bastante tiempo hasta que comencé. Estuve algunos meses leyendo obras relacionadas con Cajal, tanto escritas por él, que era un notable escritor, como por otras personas. Tenía que conocer bien cómo había sido su vida, por supuesto, pero quizá me interesaba más reconstruir su conciencia, por decirlo así. El gran reto era intentar saber cómo pensaría Cajal al final de su vida, pasados los ochenta años, que era el periodo que yo iba a retratar en mi novela. En esa línea, tuve muy presente lo que hizo Herman Broch con Virgilio en su obra La muerte de Virgilio. Ese fue mi gran referente para los capítulos de Cajal. Sin embargo, los capítulos de Cajal ocupan solo una parte de la novela, una parte más breve que los capítulos ambientados en el presente. ¿Qué peso tiene cada una de las partes? Los capítulos protagonizados por Cajal, que son solamente cuatro, constituyen más o menos la quinta parte de la novela, nada más. En realidad, Los vertebrados es una novela actual, con personajes de ficción que viven en Madrid en el siglo XXI. Por eso no se puede decir que sea, ni muchísimo menos, una novela histórica o una novela biográfica. La parte de Cajal, aunque quizá sea la que tiene más densidad literaria, en cambio funciona casi como un anexo de la trama principal de la novela. La enriquece, retrata al personaje de Cajal, pero es bastante independiente de la trama actual. ¿Cómo se enlazan ambas tramas? El suceso que desencadena la novela es la aparición, en el presente, del manuscrito perdido de Textura del sistema nervioso... Yo hago aparecer en un piso de Madrid el manuscrito que desapareció al final de la vida de Cajal y que de alguna manera aceleró su muerte. Y esto sí es ficción. A partir de ahí, ese manuscrito pasa por muchas personas muy diferentes: el albañil que encuentra el manuscrito mientras está haciendo la remodelación del piso; su mujer, que a su vez trabaja de
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asistenta doméstica en la casa de una editora; la propia editora; un profesor universitario de Biología que es especialista en Cajal y que va a valorar el manuscrito... ¿Qué motivaciones tienen todos esos personajes con respecto al manuscrito? Porque no todos tienen un interés noble... No, claro. En realidad, el manuscrito casi me sirve como un pretexto para retratar a todos esos personajes, tan diferentes entre sí. Entre ellos surgen historias sentimentales, o más bien sexuales, y también de otro tipo, y la trama del manuscrito se va complicando con las circunstancias vitales de todos ellos. La novela traza una panorámica de todos esos personajes con el hilo conductor del manuscrito, que a unos les interesa más y a otros menos. Por eso el título de la novela es Los vertebrados. El título hace referencia al manuscrito de Cajal, por supuesto, pero también a todos los seres humanos que pululan por ella, tan distintos. No en vano, el ser humano es un vertebrado, el vertebrado superior, el más evolucionado, aunque a veces no lo parezca... También contrastan los tonos que tienen las dos partes, la de Cajal y la actual. Incluso los tiempos verbales son diferentes. ¿Por qué usas el presente para Cajal y el pasado para la trama actual? Por lógica tendría que ser al contrario... Utilizo el tiempo presente para Cajal porque así el lector lo percibe con mayor cercanía, con una proximidad casi asfixiante. Es una parte mucho más introspectiva, “vivimos” dentro de la conciencia de Cajal, y el tiempo presente le da más viveza. El lector tiene que respirar la angustia de Cajal moribundo, o al menos esa ha sido mi intención. La trama actual es un poco más ortodoxa y por eso está contada en pasado, aunque temporalmente sea más cercana. En cuanto al tono de las dos partes, por la misma razón, también es muy distinto. La trama de Cajal es seria, solemne, casi trágica. En cambio, la trama actual es mucho más desenfadada, más divertida, humorística incluso. Llama la atención esa diferencia de tono, en efecto. ¿Cómo crees que percibirá el lector ese contraste? Sin ningún problema, espero, con naturalidad. Las personas son complejas, tienen muchas caras, y los personajes de las novelas también han de ser así. Por ejemplo: para mí era muy importante, en este sentido, el personaje del profesor universitario, el especialista en Cajal. Por un lado, es un seductor, un tipo obsesionado con las mujeres, un golfo, podríamos decir, que hasta tiene una relación con una de sus alumnas, algo no demasiado ético. Pero, a la vez, es un profesional muy competente, es un buen profesor, como se ve en uno de los capítulos, y desde luego tiene grandísimos conocimientos sobre Cajal. Esta complejidad, esta doble cara o triple cara, que se da en todas las personas en mayor o menor medida, a mí me interesaba mucho retratarla en esta novela. Y lo he intentado plasmar en todos los personajes, incluido Cajal. Al elegir a Ramón y Cajal para tu novela, ¿has querido hacer una reivindicación de su figura? Bueno, por un lado no creo que Cajal necesite ser reivindicado, en todas las ciudades y en casi todos los pueblos de España hay una calle o una plaza que lleva su nombre. Sin embargo, sí creo que quizá no se tiene verdadera conciencia de su importancia como científico. Me explico con un ejemplo: la manera en que Pasteur está tratado en Francia, siendo un científico en mi opinión de menor envergadura que Cajal, es muy diferente a como está tratado Cajal en España. Me parece muy bien lo que hacen los franceses, ojo, faltaría más. Pero aquí en España el legado de Cajal, que incluye miles de trabajos suyos, de objetos personales y hasta el diploma del Nobel, está arrumbado en una habitación diminuta del Instituto Cajal y no recibe ningún tipo de ayuda oficial. Con mucho menos, en otros lugares levantarían un museo entero. ¿Crees que tu novela puede tener una utilidad en ese sentido, como llamada de atención? Hombre, ojalá... En cualquier caso, ese no fue mi primer objetivo al escribirla. Yo espero que el lector disfrute leyendo Los vertebrados, que se enganche y que se divierta, ya está. Si además sirve para otra cosa, pues bienvenido sea, y yo estaré muy contento de haber colaborado en alguna medida. Cajal, sin duda alguna, lo merece.
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PERSONAJES DE LA NOVELA SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL
FABIO
Científico español especializado en el estudio del sistema nervioso. Fue el precursor fundamental de la neurociencia moderna. Premio Nobel de Medicina en 1906. Al final de su vida, con más de ochenta años, emprendió la reedición de Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados, la obra que incluiría todos los descubrimientos de su carrera científica. Insomne y muy enfermo, se encierra todas las noches en el semisótano de su casa de Madrid (que él llama la cueva) para trabajar en Textura. Un día, misteriosamente, el manuscrito desaparece. Y Cajal se sumirá en la desesperación.
Profesor universitario de Biología Molecular, especialista en Ramón y Cajal. Conquistador empedernido sin demasiados escrúpulos, mantiene una relación con una de sus jóvenes alumnas. Cuando descubra la verdadera importancia del manuscrito que le enseña la editora Estefanía (que no es otro que el mítico manuscrito perdido de Textura), no dudará en hacer cualquier cosa para apropiarse de él. El primer paso de su estrategia consistirá en seducir a la vulnerable editora.
ESTEFANÍA
Socia de Estefanía en la editorial Bolzano. Su padre fue quien fundó décadas atrás la editorial, que entonces se dedicaba al ensayo y no a la literatura. Bárbara se separó de su marido hace años y está enamorada en silencio de su socia, quien no sabe de su bisexualidad. Por ello, Bárbara se prestará dócilmente a los favores que Estefanía le pida en relación al manuscrito de Cajal.
Editora y socia de la editorial literaria Bolzano. A través de la asistenta que trabaja en su casa llega a sus manos un extraño y polvoriento manuscrito, con una letra tortuosa y unos intrincados dibujos. El manuscrito resultará ser de Ramón y Cajal. Para conocer su verdadero valor, Estefanía se pone en contacto con el mayor especialista en la obra de Cajal, un profesor de Biología Molecular. Pero ella no pasa por su mejor momento sentimental y sucumbirá a la seducción del atractivo profesor.
BÁRBARA
ROMANA Asistenta doméstica de Estefanía. Su marido, albañil que ha estado mucho tiempo en paro, trabaja ahora haciendo demoliciones de edificios y es en uno de ellos donde encuentra el manuscrito de Cajal. Romana hará llegar el manuscrito a la editora. Además, la asistenta jugará un involuntario papel en la ruptura de Estefanía con su novio e, indirectamente, en el affaire de esta con el profesor.
Paula Martín Betancor Comunicación y prensa (t) 91393 87 85 - 626 365 897 (e) pmartinb@anaya.es
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Diseño de cubierta: José Luis Paniagua. Dosier: proyectos gráficos PGA
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